| # @
CARMEN PENA-ARDID
LITERATURA Y CINE
UNA APROXIMACION COMPARATIVA
CATEDRA
L Signo e imagen
we [ShyCarireto IL
Cine y novela:
Pardmetros para una confrontacién
Retrocedamos ahora en nuestro anilisis hasta aquella pregunta
bbisica que planteaban Wellek y Warren: geuiles son los elementos co-
munes y comparables entre Ins artes? Ya vimos que Ureutia, apoyan=
dose en Ia divisin hjelmsteviana entre forma y sustancia de la expre
sion y del contenido, propone In hipdtesis de que la comparacién ci-
ne-literatura slo es posible a partir de la problematica del plano del
contenido, Dentro de dicho plano y teascendiendo tanto el aspecto
Linguistico del discurso literario como el aspecto audiovisual del dis-
curso filmico, suele admitirse que la configuracién narrativa y el de-
sarrollo argumental de una fibula serian elementos eamunes y compara
les entre el cine de Ficeién y la novela, E) paralelismo se circunscri-
he gencralmente —y sobre esta wlimitaciény volveremos mis adelan-
te— al ambito de la historia y al de los contenidos del relato, ya que,
como demostrd Claude Bremond en un célebre ensayo™’, la estructu-
ra narrativa west indépendante des techniques qui Ia prennent en
charges. Un ballet, una novela, una pieza teatral, un film, la conversa-
Cfe, ls consieraciones de André Garces que recogiames a Gina dela primera
parte Ein ol caso del documents} exintiria un cnarceinente de amb 6
re eape
tialmente, oat se canviene al menos, fel orden Feria, Una stwacié dl
algunos flmt experimentatsy, sobre tc, In del fies abstention, cf. Jean Mitty, Hi
torn dol sine eerie, city pigs. 93-120.
Wale mentage narratife, Cammuniainn, aie, 4, 1968
128
ees
cién cotidiana pueden contar una —e incluso la misma— historia,
puesto que el relato tiene sus significantes propios que «ne sont pas,
des mots, des images ou de gestes, mais des événements, les situations
et les conduites signifiés par ces mots, ces images, ces pestesn, Aho-
ra bien, dichos significantes —hechos, acciones, funciones, ete.—
no estan absolutamente desligados de las materias de la expresién que
los vehiculan. Paginas atzas indicébamos que si los cédigos narrativos,
pueden’ manifestarse tanto en fa literatura como en el cine, ello se
debe a que las imagenes cinéticas y Ia cadena de signos discretos de fa
lengua comparten algunos rasgos «sensibles» comunes: la temporali-
dad y la secuencialidad. ¥ lo mismo sucede con el ballet, el comic, la
foronovela y, en otto nivel, con la miisica
Yuri Lotman ha insistido especialmente en que la segmentacién,
Ia division del texto wen trozos» constituye un aspecto esencial de Ia
constracciGn de una obra narrativa: «no es por casualidad que hist6ri-
camente el texto verbal resulté estar mas adaptado a la narracion que
Jas artes figurativass's, Cuando las artes plisticas se aventuraron por
Ia via del relato lo hicieron, bien separando los elementos dentro de
un mismo espacio, bien disponiendo secuencialmente cuadros sucesi-
vos. Pero las posibilidades narrativas se incrementan de forma nota-
ble con la imagen filmica —mévil, miiltiple y dispuesta en secuen-
cia"— por su doble estatuto ieénico y temporal que acababa po-
niendo en entredicho la demasiado rigida distincién de Lessing entre
artes espaciales y temporales.
Se ha discutido largamente sobre la preeminencia de lo narrative
y ficticio en’la evolucién de un invento técnico que pudo ser una
wcriada més'de las ciencias» —como pensara Baudelaire de fa fotogra-
fia—, perseverar en su eauténtica vocacion documentals, afiorada
por L. Chiarini o, incluso, quedar hermanado con a pintura no figu-
rativa y con la miisica, como han pretendido algunas experiencias
1" hid, pig 4. Lo narrativo tri considerado como exracinematerifca uno de los
cédigos no especificos delcing, ef Jacques Aumont ct ali, Etc dl ine, Expat fm
(, mont, narrar, dmg, Barcelona, Paid6s, 1983, pigs. 95-97,
"St Bide 4 smite dl cin, cit, Dg, 98
1S! C. Metz ha eariceriada fa imagen filmica de acvecdo com loe siguientes rags
que Ia sepacan o la acercen a ottoslengusies:icanicdad, duplicacién meciaiea, multi-
Dlicad y poesia en scuencia, movilidad dela imagen y mx imagen, Langage o Cinta,
city pigs 171-174, Pero destacs también que la secucneialidad de las imagenes seria
tuna de fos fundamentos de la naeracin linia, dada [a tendencia del eespirtw ama
tnow crear uma relacin entre dos imagenes conzccutiva, fo que babrian puesto de ma
nifiesto lor experimentos de Kovlechoy, Enaye so... cit, pag 78-15,
129vanguardistas. Aparte de los factores econémicos y psicosociales que
aceleraron sin duda el proceso, no es dificil aceptar que Ia orientacion
del cine hacia el relato ficticio estuviera en consonancia con su «me
canismo semiol6gico intimo»'™. La movilidad de la imagen cinema-
togrifica, nos dice Roman Gubern, permitié al fin «una verdadera ico-
‘easién del flujo temporal, lo que plastaba miméticamente la transitivi
dad y se convertia en la base de Ia narsatividad cinematogrifican*
Movilidad, multiplicidad y secuencialidad. Queda por sefalar otra
caracteristica, no por obvia, menos importante, para que el cine se in
tepee en las «artes fabuladorasy: las imagenes filmicas son figuratinas
—lo representado se reconoce geacias a una serie de convencio-
nnes'"*— y narran no sélo con variaciones de ritmo como la masica, 0
con combinaciones dle manchas de color, sino con personajes, con-
ductas y hechos ficticios™. zNo se ha destacado también que el em-
pico dlel lenguaje en la novela seria amas referencial.que en otras for-
mas literarias»?'*. El funcionamiento semantico de: los signos lin-
listicos estaria, en principio, zunque puede no ser asi, mas préximo
15) Aunque nada enaturals hubiers en ello, el cine ase prestaadmirsblemente a ete
tipa cle firmuta, Nila demanda mis fuerte hubiers side eapaz de orientarla en forma
churalera hacia una via que ru mecanizma semiolégico intinvo hubiers vuelto impecha:
‘nes, C. Metz, ayers cit pi 76. Weave tambien Pere Gilerrer, Cine) iteratana
city pig 12.
"La mirada opulent, cit, pig, 256. Para Gubern, el neremento dela simpresin de
realidads que sport In imagen mévil dl cine Frente sl fotografi, ya investida con
In auceola de fa avtentcidad, expen que micntzas étashabi privilegiado sbrumattora
mente el docurentalisma (retrato, paste, perio jrfico, et) ta pritiea prove
sonal del cine haya preferite orientarse mayaritariamente hacia las fabulaciones de Ia
Acid marrativa, investidas de efiaz autenticilad y generadoras por ello de intensas
emwciones en sus pablices, Feil y provechoramente comercializahlesn, pg. 270
1 Sobre lor diferentes eligos iednicos fe. el anticulo ya etado de Umberta Lea,
‘Sobre las artieulaciones del e&digo cinematogrsficon, Prbmas dl mare cine, cit. Una
formalizaciéa prietieay mimucions Ia realin Francese Marce I Puig. Trriy andi dear
fmgens cit, pigs 237-240. También Jorge Urrutia, eNotas paca una semiofogia del
cinen, art. cit, ppg. 313-320,
"86 Claude Bremond sefalx que wdonule ao hay implieacién de interés humana
(ond los acontecimientos narra: ne xon ni producidos por agentes, ni sftilos por
sujetospasivos antropomérficos), ao pele haber relato porque es slo cy relaein Con
tun proyecto humano que los acontecimientos adquieren sentido y se arganizan en una
serie temporal estructura, «La ligiea de ls posibles nareativoss, AVA. V.V i
ninetnral del rate, Benes Aites, Tiempo Contemporineo, 1970, pig 9.
8? Tan Watt, The Rie of the Nove. Studie of Deo, Rcbordion and Fading, Londees,
‘hawt & Winklas, 1957, pgs. 21-30. Diversas opiniones sobre el tem Is recojen fre
ques Sauvage, Zeraducin of etude le maela,Uarcelorn, Lain, 12, pas. 1-24, y Dax
fio Villanuevs, Exetara y tempa redaride rm to neela, cit, ge 9-12
130
3
al cédigo semantic natural, lo que no hay que entender como un
mero reenvio denotativo al referente, dado que el término de compa-
raci6n no seria lz realidad, «sino nuestro modo de seleccionatla y do-
minarla, que ¢s ya una operacién lingiistica y temétican™®. Se trata
mis bien de esa «simulacion» de la novela —y del cine narrativo,
donde la experiencia del espectador se consideea vicarial, por fo que
fo 8 raro encoutiar attalogias entre la imagen real y la reflejada por
el espcjo, o entre el espejo y la pantalla—, que crea una apariencia de
realidad, un mundo propio, simbélico, evocador de ela vida virtualn™.
Si recordamos que Sklovski y Kate Hamburger vefan el cine y Ia lite-
ratura como mecios paralelos en su representacién de elas acciones de
los hombres» y de la «ficcién de la vida humana»™, podriamos consi=
derar a ambos como «discutsos figurativos», a diferencia de la musica,
por ejemplo, o de un texto sin fabula. Los mismos aspectos resalta
‘Yuri Lotman, que incluye el film entre los «textos de argumenton™, y
Umberto Eco, para quien es posible instaurar una bamoligia estructural
entre cine’y narrativa, por el hecho de que os dos wgénetos» son ar-
tes de accidn» —el concepto aristotélico de mimesis subyace a todas ¢s-
tas caracterizaciones—, aunque ésta sea enarraday en la novela y en el
Cine wrepresentadan
"Cha nocién de emundos posibet yen conreto, aa construcin de un
smug de tlerencin en os fextonnatatvos que tabors co, Leia
pigs, 172-268
Exe aspecto a sido rcteadamente pondeado, Pars Senne K. Langer st
evocacin de avd viral através del lenge entra a mara como la see
teatural para la mason dels obras ertitn, Fwhng and Frm, 1989, recog pr
Bail Herma, Ter rg hari, Barcelona, Botch, 1978, pig 82 Kite tno
begs define fa cian “damn, epee ycineratoprtica— corto sone suture
en Comme dea ral, que ve produce spate fai qu'on produ Fapparence dea ie
En arelapparonce del ie west pra proite utente que pu le ersonnageen nt
gui its poe sent pace ent gil eat un Jen Lge des ges Te
pl, 71-72
"et Soe la elacin dl cine cm a rt pict aye penetra y son pene
tiaas en durciony movimiento yw riven en leno temporal que matenn for
mista, ene las es Fctiet gus elogran ona ca exterior a hore (ages
{urs pitue, excl) fe, Jan exe Garcin Nobles, Pain def ee sail are
Pons Ediciones des Universidad de Navara, 1982; pig 242-251
i Iesicimos en iferencise aunque sex aiciaimente, arecion ydesarollo de
una tol, teniendo em cuenta gue Umberto Exo ha podido delindae hexinenca de
una abl ntetoso earativescomola Ee de Spina, escubrirune sores
cin mrratvanenseicrsos no iportivoen, com texto entfca que aalrs Cre
tvas (eer aceidets doe les sconces dies humains. 1973), Later fe ch
pip. 158-156
“2 Op ty ig 91
181 «V entiends “seca” —
ide eo en el sentido que da al término Aritine
it