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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Corte Suprema de Justicia


Relatoría Sala de Casación Penal
Indice Cuarto Trimestre de 2001

VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Como la prueba es apreciada en su


conjunto, así debe ser su ataque/ PRINCIPIO DE CONTRADICCION DE LA
PRUEBA/ DERECHO DE CONTRADICCION-No se limita al sólo
contrainterrogatorio/ TESTIGO DE OIDAS/ PRUEBA TRASLADADA-No es
necesario acudir al C. de P.C./ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ REFORMATIO
IN PEJUS-Consulta-Legalidad de la pena

1. Ante todo, importa recordar que cuando en casación se acude a la violación


indirecta de la ley sustancial con base en errores de hecho o de derecho y por
cualquiera de las fuentes que pueden dar origen a los mismos, al impugnante le
compete trabajar críticamente toda la prueba atendida por los jueces y desnaturalizar
su capacidad persuasiva frente a las normas procesales que plasman la suficiencia
para adquirir certeza de responsabilidad. Si el actor se ocupa parcialmente del haz
demostrativo y la evidencia que no labora goza de fuerza para mantener enhiesta la
decisión incorporada a la sentencia, la propuesta fracasa. Es exigencia ya clásica y
parece sempiterna en todas las latitudes jurídicas en materia de recurso
extraordinario.

2. Como emana del artículo 29 de la Constitución Política, dentro del amplio derecho
al debido proceso está previsto el más específico que tiene toda persona sindicada a
controvertir las pruebas que sean presentadas en su contra, facultad que se conoce
también con el nombre de principio del contradictorio, principio de bilateralidad o
simplemente derecho a la contradicción. Importa, entonces, frente a la demanda
examinada, precisar su alcance y contenido.

a) En sentido amplio, como mensaje al legislador ordinario, el principio de


contradicción comprende o está conformado por otros, fundamentalmente la
posibilidad de acceso a la justicia para que, en igualdad de condiciones, el imputado
pueda ser oído dentro del proceso por un juez independiente, autónomo e imparcial;
la adquisición del status de sujeto procesal para que especialmente imputado y
acusador establezcan la relación dialéctica que implica el proceso, es decir, el debate
antitético o de oposición, en el cual, como es apenas obvio, la imputación o acusación
preceden a la defensa pues que, como se sabe, la carga de la misma se halla en
manos del Estado; el derecho (disponible) a ser escuchado -a la última palabra-
durante todo el proceso, sobre todo en su fase oral; el derecho de igualdad durante la
actuación procesal que significa que, más allá de la mera contradicción, justamente
para que ésta sea efectiva, los sujetos procesales más importantes -quien acusa y
quien defiende- deben hallarse al mismo nivel de posibilidades para imputar y refutar,
alegar, aportar, afrontar y enfrentar la prueba, e impugnar las decisiones; y,
naturalmente, el derecho de defensa, como respuesta a las imputaciones del
investigador-acusador*.

b) En el ámbito concreto de la prueba, en una de sus modalidades, la contradicción es


igualmente importante, entendida como posibilidad de cuestionarla, en condiciones
normales, ordinarias, en plano paritario frente a la imputación o acusación, salvo,
obviamente, en aquéllas hipótesis en las que la "imposibilidad" deviene por
comportamiento censurable de los sujetos procesales**.

c) En materia de prueba de testigos, también opera la contradicción y lo deseable


sería que en todo caso se tuviera la certeza de poder contrainterrogarlos personal y
directamente, por parte tanto del imputado como de su defensor, todo en aras de la
más fina protección material y técnica. Sin embargo, como también lo tienen dicho la
doctrina y la jurisprudencia, ese anhelo choca en veces con la realidad, que enseña
muchas excepciones, por ejemplo cuando el testigo desaparece, cambia de lugar de
residencia, está enfermo, muere o se halla en el extranjero o, por cualquier razón, le
es imposible concurrir al debate directo y personal***. Por ello se ha dicho que
también se conserva en altísimo grado la controversia si los sujetos procesales gozan

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de la probabilidad llana de problematizar la declaración con base en el acta de


testimonio levantada con toda la legalidad, de analizarla como integrante y a la luz de
todo el haz probatorio, de hacer ver al funcionario judicial el criterio de la "parte" sin
cortapisa alguna y de acudir a las impugnaciones en pos de insistir en la propia
opinión.

Este punto de vista, acoplado sin duda a las tesis dominantes ecuménicamente, es el
seguido por la Sala que, con criterio real y de verdad, ha dicho que "...el derecho de
contradicción no se reduce a la intervención de la defensa en la práctica de pruebas,
sino que también se ejerce cuando se piden pruebas, cuando éstas se critican en sí
mismas y con relación al resto del material probatorio, cuando se impugnan las
decisiones, cuando se alega, etc"****; que el derecho citado "...no se circunscribe al
contrainterrogatorio de los testigos..., pues ésta es sólo una de las distintas formas de
poner en práctica la dialéctica probatoria, toda vez que con tal derecho lo que en
esencia se busca es la participación efectiva de los sujetos procesales en la
postulación o aducción de la prueba, en el diligenciamiento de la misma y
posteriormente en su análisis crítico, oportunidades todas ellas para ejercer el
contradictorio..."*****; que "...el derecho de contradicción no es reductivo y que, por
lo mismo, la única manera de efectivizarlo no es repreguntando al testigo, sino que
existen otras, entre las cuales, criticar la declaración, no sólo aisladamente
considerada sino con relación al resto del material probatorio..."******; y que "...las
pruebas que el Estado está en la obligación de practicar son únicamente aquellas que
legal y materialmente puedan llevarse a efecto y no las de imposible
cumplimiento..."*******.

3. El testimonio de oídas, indirecto, de referencia o ex auditu, per se, no puede ser


desechado en el estudio conjunto de la prueba. Es pasible de análisis y, por ende,
objeto de la sana crítica judicial con fundamento en las leyes científicas, las reglas de
la experiencia y los principios lógicos. Merece, entonces, el mismo examen que el
directo. La Sala ha sido enfática sobre el punto. Por ejemplo, ha dicho que:

"Si bien es cierto el testigo de oídas, lo único que puede acreditar es la existencia de
un relato que otra persona le hace sobre unos hechos...y que generalmente ese
concreto elemento de convicción no responde al ideal de que en el proceso se pueda
contar con pruebas caracterizadas por su originalidad, que son las "inmediatas",
tampoco implica lo anterior que dicho mecanismo de verificación deba ser rechazado;
lo que ocurre es que frente a las especiales características en precedencia señaladas,
es necesario estudiar en cada caso particular, analizando de manera razonable su
credibilidad de acuerdo con las circunstancias personales y sociales del deponente,
así como las de la fuente de su conocimiento, si se ha de tener en cuenta que el
testigo de oídas no fue el que presenció el desarrollo de los sucesos y que por ende
no existe un real acercamiento al hecho que se pretende verificar (sentencia de 2ª.
instancia, 29 de abril de 1999, M. P. Carlos E. Mejía Escobar)"********.

"...el testigo de oídas lo único que puede acreditar es la existencia de un relato que
otra persona hace sobre unos hechos, pero no, como sucedería con un testigo
presencial, la verificación de los acontecimientos objeto de investigación; por eso del
declarante de viso se espera una exposición más o menos fiel de las circunstancias
que rodearon el hecho y los motivos por los cuales resultó conocedor directo del
asunto objeto de investigación, en tanto de aquél no basta con acreditar las
circunstancias que permitan dar credibilidad al dato por él conocido sino que hay que
indagar hasta dónde es verídico lo por él escuchado. Generalmente, éste elemento de
convicción no responde al ideal de que en el proceso se pueda contar con pruebas
caracterizadas por su originalidad, que son las inmediatas, y ello conduce a que
cuando se cuenta con una o varias de ellas, se haga improbable derrumbarlas con
simples datos de oídas, esto es, con pruebas de segundo grado o mediatas. No
implica lo anterior que dicho mecanismo de verificación deba ser rechazado; lo que
ocurre...es que es necesario estudiar cada caso en particular, analizando de manera
razonable su credibilidad de acuerdo con las circunstancias personales y sociales del
deponente..."*********.

"El testimonio de oídas, llamado también indirecto o de referencia, no es de por sí


prueba deleznable, sino medio de persuasión serio y creíble cuando aparece
corroborado o respaldado por otros elementos de convicción que no permiten dudar
de la veracidad del relato hecho por otras personas al testigo...Tratándose de la crítica
a la prueba testimonial...no debe perderse de vista...que la hipótesis sugerida por el
recurrente relativa a falso juicio de convicción, se torna absolutamente improcedente
respecto a medios probatorios sujetos a la libre apreciación del juzgador y en cuya

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evaluación no se ha incurrido en ostensibles desafueros contrarios a la lógica y las


reglas de la experiencia, ni se han desatendido los principios de la crítica
razonada..."**********.

De otra parte, importa tener en cuenta que, por lo menos, existen dos formas de
"testigo de oídas": una, la del denominado testigo de oídas de primer grado; y otra, la
del conocido como testigo de oídas de grado sucesivo. Aquél es el que sostiene en su
declaración que lo narrado se lo escuchó directamente a otra persona, y éste, el que
al deponer afirma que oyó a una persona relatar lo que ésta, a su turno, había oído a
otra, y así sucesivamente*********** .

En el análisis de la prueba testimonial, sin duda, el primero ofrece mayor fortaleza


que el segundo pues que no es tercera o cuarta voz, sino la inicial respecto de lo
afirmado por un tercero.

4. El tema de la prueba trasladada cuenta con total y propio desarrollo tanto en el


Código de Procedimiento Penal anterior como en el actual, por ejemplo, a partir de su
artículo 254-1 (hoy, 238-1), en virtud del cual "Las pruebas deberán ser apreciadas en
conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica", y con fundamento en su
artículo 255-1 (ahora, 239-1), que dispone que "Las pruebas practicadas válidamente
en una actuación judicial o administrativa dentro o fuera del país, podrán trasladarse
a otra en copia auténtica y serán apreciadas de acuerdo con las reglas previstas en
este Código".

Ceñida al texto legal, que no admite discusiones sobre su extensión o restricción, así
lo ha comprendido la Corte, y lo ha expuesto:

"El artículo 255 del C. de. P. P. establece que...se entiende que, por voluntad expresa
del legislador, el Código de Procedimiento Penal regula en forma completa lo
concerniente al traslado de las pruebas para que obren en la investigación penal, y
por ello no es pertinente acudir al Código de Procedimiento civil, como lo pretende la
defensa, pues el principio de integración está previsto exclusivamente para las
materias que no se hallen reguladas en el Código de Procedimiento Penal"************
.

No surge incertidumbre, así, en cuanto el traslado de la prueba es plenamente válido


con el sólo desplazamiento, de una parte a otra, de las piezas autenticadas siempre
que el medio, naturalmente, se halle revestido de legalidad.

5. Es evidente el lapsus del censor pues, como se sabe, el error por falso juicio de
identidad se presenta cuando el sentenciador en la contemplación material del medio,
al trasladarlo al fallo, lo hace decir algo que objetivamente no surge de su contexto,
porque lo adiciona, cercena o tergiversa. Desde otro ángulo, para demostrarlo es
indispensable precisar, mediante las indicaciones correspondientes, qué dice la
prueba, qué dijo de ella el juzgador, en qué consistió el error y cuál fue su repercusión
definitiva en la sentencia impugnada.

6. Por último, téngase en cuenta que aun cuando por el grado de consulta el Tribunal
Nacional ratificó la sentencia e incrementó la sanción al procesado -quien había
apelado- de acuerdo con el criterio reiteradamente sostenido por la Sala, ello no
comporta desconocimiento de la prohibición de la reformatio in pejus como se puede
observar, por ejemplo en las decisiones de 23 de mayo -radicación 13049- y 23 de
julio de 2001 -radicación 13439-.
_____________________________
* Es la tendencia de la doctrina y de la jurisprudencia universales, como lo muestran, por
ejemplo, Vicente Gimeno Sendra y otros, Derecho Procesal, Tomo II (Vol. I), El Proceso Penal (1),
Valencia -Esp-, tirant lo blanch, 1987, págs. 55 a 61; Giulio Ubertis, Principi di Procedura Penale
Eurpea. Le regole del giusto processo, Milano, Raffaello Cortina Editore, 2000, págs. 35 a 60; y
José María Asencio Mellado, Introducción al derecho procesal. Valencia -Esp-, tirant lo blanch,
1997, págs. 200/1.
** Así, por ejemplo: José María Asencio Mellado, obra citada, pág. 201; Ricardo Rodríguez
Fernández. Derechos fundamentales y garantías individuales en el proceso penal. Granada
-Esp-, Pomares, 2000, especialmente págs. 18, 24, 348, 349, 350 a 356; Faustino Cordón
Moreno. Las garantías constitucionales del proceso penal. Navarra -Esp-, Aranzadi, 1999, págs.
131 y 172; Vincenzo Manzini. Tratado de derecho procesal penal. T. I. Buenos Aires, Ediciones
de Cultura Jurídica, T: Niceto Alcalá Zamora y Castillo, pág. 281.
*** Cfr., por ejemplo, Ricardo Rodríguez Fernández, obra citada, especialmente pág. 352; Guja
Lo Russo y Rocco Pezzano (a cura di). Elementi di diritto processuale penale. Napoli, Edizione
Giuridiche Simone, X Edizione, 2000, pág. 30.

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**** Casación del 18 de julio de 2001, M. P. Jorge Enrique Córdoba Poveda -Radicación No.
13.758-.
***** Casación del 23 de mayo de 2001, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego -Radicación No.
13.704-.
****** Casación del 25 de abril de 2001, M. P. Jorge Enrique Córdoba Poveda -Radicación No.
13.198-.
******* Casación del 8 de octubre de 1999, M. P. Carlos Augusto Gálvez Argote -Radicación No.
11.612-.
******** Casación del 29 de julio de 1999, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego -Radicación No.
10.615-.
********* Revisión del 21 de abril de 1998, M. P. Carlos Eduardo Mejía Escobar -Radicación No.
10.923-.
********** Casación del 18 de octubre de 1995, M. P. Nilson Pinilla Pinilla -Radicación No. 9.226-.
G. J. T. CCXXXIX, 1995, 2do. Semestre, No. 2478, Vol. II, págs. 289 a 296.
*********** Cfr. Jairo Parra Quijano. Tratado de la prueba judicial. El testimonio. Tomo I. Bogotá,
El Profesional, págs. 161 a 166.
************ Única Instancia del 1 de marzo de 2001, M. P. Edgar Lombana Trujillo -Radicación
No. 17089-.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON, DR.


FERNANDO
ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 02/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : BECERRA BARNEY, MANUEL FRANCISCO
DELITOS : Enriquecimiento ilícito de particular
PROCESO : 15286

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

DEFENSA TECNICA-Facultad de ejercer distintas alternativas/ DEFENSA


TECNICA-Inactividad contenciosa como estrategia defensiva/ RESOLUCION
DE ACUSACION-Notificación/ NOTIFICACION

1. Así, en cuanto al primero de los defensores del acriminado, esto es, de quien lo
asistió a partir de la indagatoria y hasta poco después de proferida la medida de
aseguramiento, la Sala parte de un incontrastable postulado, esto es, que el
quebranto de la aludida garantía no puede estructurarse a partir de la simple
controversia a posteriori de la estrategia ejecutada en procura de los intereses del
sindicado para degradar por esta vía las intervenciones de quien la asumió con
precedencia, pues una argumentación de dicho talante lejos de acreditar el
desamparo en la asistencia técnica que genera la nulidad, simplemente traduce una
personal y subjetiva apreciación de la forma como debió orientarse la defensa.

El comentado desvarío surge ostensible en el desarrollo del cargo, porque el


demandante no le atribuye a este primer apoderado el abandono de la gestión
profesional confiada, por el contrario, admite su actividad en las presentes diligencias

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en procura de los intereses del sindicado, empero avanza tan sólo en la crítica acerba
de sus alegaciones para endilgarle una ignorancia supina, que a su juicio, lo
incapacitaba en forma absoluta para representar al acriminado, es decir, pretende
sumir a la Corte en la controversia sobre el conocimiento jurídico del togado o en
torno a su claridad conceptual, cuestión bien diferente de la vulneración de la
comentada garantía que se configura, insiste la Sala, cuando el procesado queda
desamparado en la defensa.

En efecto, en la preservación de la garantía que se asegura aquí quebrantada, a la


Corporación le corresponde determinar si la asistencia técnica fue ejercida de manera
real, continua y unitaria, pero en manera alguna evaluar la idoneidad o la capacidad
del profesional del derecho, menos aún, a través del examen del contenido de sus
alegaciones o a partir del éxito que encontraron las mismas ante los funcionarios
judiciales; y desde esta perspectiva se tiene, entonces, que independientemente de la
coherencia exhibida o no por el profesional del derecho que inicialmente representó
al procesado en las pretensiones elevadas con antelación a ser definida la situación
jurídica de éste, de si las mismas devenían procedentes en dicho estadio de la
actuación, o si encontraban fundamento normativo o probatorio, fluye cierto e
inocultable que el abogado concurrió a brindar asistencia técnica al sindicado,
exteriorizando además el continuo seguimiento del trámite hasta la presentación de
la renuncia al poder, circunstancia que excluye por sí sola la realidad del argüido
menoscabo.

Resta añadir en este punto, de una parte, que el profesional del derecho dimitió al
poder pocos días después de proferida la medida de aseguramiento; y que si bien el
sindicado fue quien solicitó la conversión de la medida cautelar de caución prendaria
por la juratoria, esta circunstancia desde ninguna arista permite deducir el abandono
en la asistencia técnica, como asegura el actor, pues corresponde al simple ejercicio
de la defensa material para el cual estaba facultado aquél.

2. Aceptada la renuncia de ese primer abogado y antes de que la misma surtiera sus
efectos de acuerdo con las previsiones del artículo 69 del Código de Procedimiento
Civil, aplicable al proceso penal en virtud del principio de integración consagrado en
el artículo 21 del C. de P.P., el procesado constituyó nuevo apoderado quien en verdad
no exteriorizó actividad alguna durante el lapso que fungió como mandatario de
MORENO PADILLA como se constata de la simple revisión del expediente. (fls. 62 y
72).

No obstante lo anterior, una vez más reitera la Sala, que la aparente pasividad del
abogado del acriminado en alguna etapa del proceso o durante el trámite de éste, o la
ausencia de actos positivos de gestión no puede ser considerada en forma inequívoca
como conculcadora del derecho de defensa, pues resulta factible y por demás
frecuente que una postura de estas características surja como una simple estrategia
compaginada, bien con las particularidades que el mismo proceso ofrece, ora con la
espera de circunstancias o situaciones más favorables al sindicado. El quebranto de
esa preciada garantía se sucede, entonces, cuando la inacción del profesional
obedece al irresponsable abandono de la gestión encomendada, en otros términos,
cuando su presencia en la actuación se evidencia puramente formal y despojada de
todo contenido de realidad.

En este orden de ideas, para determinar si el derecho a la defensa técnica devino


conculcado no basta con plantear la inactividad del abogado, esto es, que no solicitó
pruebas, o no interpuso recursos ni presentó alegaciones, o que no concurrió a
notificarse de las decisiones proferidas en el curso del trámite; adversamente, lo que
resulta en verdad trascendente es acreditar que como consecuencia de esa pasividad
se dejaron de allegar medios de persuasión, de impugnar decisiones o de presentar
alegatos que habrían sido decisivas para favorecer la situación del procesado.

Así las cosas y en la comprensión esbozada, resulta cierto que el segundo profesional
del derecho que asumió la representación del sindicado no se notificó personalmente
de ninguna de las decisiones emitidas durante el tiempo en el que estuvo a cargo de
la representación del acriminado, sin embargo, esta comparecencia echada de menos
por el impugnante no le era obligatoria al togado para dicho fin, ni indica sin más
posibilidades que no estuviera al tanto del curso del proceso.

Tampoco impugnó las providencias adversas al sindicado ni allegó alegatos


precalificatorios, pero pierde de vista el demandante en esta crítica que la
interposición de los recursos y la presentación de tales alegatos constituye un

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derecho, no una carga en veces, ineludible de la defensa, de manera que si ninguna


actividad se observa en dichos ámbitos por parte del otrora representante judicial del
sindicado, bien puede colegirse que lo fue porque no lo estimó oportuno, máxime que
el actor tampoco señala en qué sentido habrían podido orientarse las alegaciones o
los recursos prescindidos para derivar de ellos un resultado benéfico o provechoso
para el acriminado.

3. La resolución acusatoria constituye presupuesto indefectible para adelantar la


etapa de la causa; más aún, su ejecutoria, tratándose del trámite ordinario, determina
el inicio del juicio, pero además, el traslado en la titularidad de la acción penal, de la
Fiscalía que pasa a convertirse en sujeto procesal, al respectivo funcionario de
conocimiento, conforme está previsto en los artículos 24 y 444 del Código de
Procedimiento Penal.

Pero la acusación cumple también en forma primordial una misión de garantía,


concretamente, de una parte, del debido proceso por cuanto circunscribe el objeto de
la relación jurídico-procesal definible en el respectivo fallo; de otra, respecto del
derecho de defensa pues al concretar los cargos que se elevan al sindicado le permite
a este y a su apoderado dirigir la actividad encaminada a desvirtuarlos.

En virtud de la trascendencia de la cual está revestida dicha providencia, el legislador


previó en el artículo 440 del C. de P.P., subrogado por el 59 de la Ley 81 de 1993 y en
armonía con el 188 ibídem, un régimen especial para su notificación, a través del cual
se pretende garantizar de manera efectiva su conocimiento por parte del acusado,
directamente a éste o por intermedio de su mandatario judicial; de ahí entonces, que
cuando el sindicado se encuentra en libertad debe ser citado por el medio más eficaz
a su última dirección conocida en el proceso, y transcurridos ocho días desde la fecha
de la comunicación sin que comparezca, la notificación de la acusación debe
realizarse en forma personal al defensor.

Así las cosas, tratándose del apoderado y salvo en la eventualidad atrás reseñada, la
notificación del pliego de cargos se rige por las disposición contenida en el inciso 3º
ibídem, de conformidad con el cual si no acude a imponerse personalmente de su
contenido, procede el mecanismo supletorio de la notificación por estado.

Este es el entendimiento que fluye irrebatible del precepto en cita, como precisó en
pasada oportunidad la Sala a través de criterio que ahora se reitera, cuando sobre el
tópico propuesto por el actor en este asunto consideró:

"Como principio general, la ley ordena notificar personalmente al procesado que esté
privado de libertad y al Ministerio Público (artículo 188 del C. de P. P.), y en tratándose
de la resolución de acusación dispone (artículo 440 ibidem) que si el procesado no
está detenido, se notifique personalmente a éste o a su defensor, de modo que
notificado uno de los dos, se hace innecesaria la notificación al otro, pues los dos
forman una unidad para efectos de la defensa.

"Esta interpretación emana claramente de lo preceptuado en el inciso 3° de la norma


citada: "Notificada personalmente la resolución de acusación al procesado o a su
defensor, los demás sujetos procesales se notificarán por estado…" (sentencia del 20
de septiembre de 2000, M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda, radicado 13.035).

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación Discrecional


FECHA : 02/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Juzgado 54 P. C.
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MORENO PADILLA, HECTOR ARGILIO
DELITOS : Lesiones personales culposas
PROCESO : 14113
PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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COLISION DE COMPETENCIA/ JURISDICCION DE FAMILIA/ JUZGADO DE


MENORES/ JUEZ DE MENORES/ JUEZ DE FAMILIA

Con la entrada en vigencia de la Constitución Política de 1991, quedó absolutamente


claro que la Rama Judicial del Poder Público sólo está constituida por las siguientes
jurisdicciones: la ordinaria, la de lo contencioso administrativo, la constitucional, la de
los jueces de paz y la de las comunidades indígenas (Título VIII de la C. P. y artículo 11
de la Ley 270/96).

Quiere decir lo anterior que lo que se conocía como "jurisdicción de familia", hay es
una especialidad dentro de la jurisdicción ordinaria.

Con esta advertencia, debe abordarse el estudio y darle alcance a la normatividad


referente al procesamiento y sanción de los menores infractores de la ley penal, como
son los Decretos 2272/89 (por medio del cual se organiza la jurisdicción de familia) y
2737/89 (Código del Menor). De todos modos, es indudable que los juzgados de
menores no hacen parte de la especialidad penal sino de la de familia.

Por lo tanto, esta Sala carece de competencia para resolver la colisión planteada,
pues al no pertenecer los jueces trabados en conflicto a la especialidad penal sino a la
de familia y estar adscritos a Distritos Judiciales diferentes, corresponde su
conocimiento a la Sala de Casación Civil de esta Colegiatura, al tenor de lo señalado
en el artículo 18 de la Ley 270/96, a la que deberán remitirse de inmediato las
diligencias.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 03/10/2001
DECISION : Se abstiene de resolver, comunica, envía a la
Sala Civil
de la Corporación
PROCEDENCIA : Juzgado 4 de Menores
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : JARAMILLO, MONICA ALEXANDRA
PROCESADO : GARCIA QUIROZ, ALBEIRO
DELITOS : Rebelión
PROCESO : 18510

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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NULIDAD-Derecho de defensa: Exigencias para su alegación/ NULIDAD-


Principio de trascendencia/ DEFENSA TECNICA-Inactividad contenciosa como
estrategia defensiva/ INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su
vulneración/ FALSO JUICIO DE CONVICCION/ IN DUBIO PRO REO-Técnica
en casación

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1. Aduce el libelista el desconocimiento del derecho a la defensa por parte del fiscal
instructor, quien solo se ocupó del formulismo de nombrar a un defensor oficioso para
el procesado ausente, una vez declarado como tal, a quien posesionó en su cargo
después de que le había resuelto la situación jurídica y luego, sin ninguna actuación
del togado oficioso, clausuró la fase instructiva cercenando toda posibilidad del
defensor que no realizó ni ejecutó la más mínima tarea para cumplir con su deber
ético y legal.

En diversas oportunidades la jurisprudencia de la Sala ha precisado que la postulación


de irregularidades con las que se pretenda la nulidad de un trámite que ha culminado
mediante fallo condenatorio, debe formularse delimitando claramente si los supuestos
defectos denunciados socavan la estructura del proceso o lesionan las garantías de
los sujetos procesales, así como la fase procesal en que se presentaron y su
incidencia en el resultado final de la actuación.

No desconoce la Sala los alcances que el artículo 29 de la Carta Política le otorga al


derecho a la defensa en su doble dimensión material y técnica cuya garantía debe
estar presente durante toda la actuación procesal como presupuesto de legitimidad,
circunstancia que por sí sola no es suficiente para considerar ineficaz el trámite
procesal.

La Procuraduría, haciendo eco a los requerimientos del libelista, estima que la nulidad
que se alega por desconocimiento del derecho a la defensa, debe reconocerse
siempre que en cualquiera de las fases de la actuación los intereses procesales del
sindicado se hayan desprotegido, más allá de las exigencias técnicas del recurso e
independientemente de que existen pruebas sobre su responsabilidad penal y de que
por el delito que se le impute merezca mayor reproche punitivo. Que además el
reconocimiento de un derecho constitucional no se puede condicionar a la
demostración de aspectos relacionados con la forma en que se pudo desarrollar la
actividad defensiva.

Realmente lo que la Corte tiene establecido es que en virtud del principio de


trascendencia que rige en materia de nulidades (no hay nulidad sin daño), su
declaratoria solo es posible si la irregularidad que se demanda realmente afecta las
garantías de los sujetos procesales o, dado el caso, si desconoce las bases
fundamentales de la actuación o del juzgamiento, pero no que ella no proceda cuando
haya prueba afirmativa de la responsabilidad del acusado, como se sugiere en el
concepto. La declaratoria de nulidad debe tener un motivo suficiente, no se deriva de
alguna informalidad en sí misma considerada, sino que es preciso distinguir entre el
contenido material de la defensa y el contenido material de la pretensión defensiva.
Además toda nulidad supone perjuicio real para la garantía y si ésta no se produce, no
es posible demandar la invalidez de la actuación. De allí que sea importante
demostrar las consecuencias del yerro, como reiteradamente lo ha sostenido la
jurisprudencia de la Sala.

En el asunto materia de análisis, dice el censor, la carencia de defensa técnica se


materializa porque solamente hubo un remedo de ella con la designación de un
defensor de oficio tardíamente posesionado, quien mostró total desinterés en la
misión encomendada por el fiscal instructor.

Sobre esa clase de planteamientos, también se ha pronunciado la Sala en el sentido


de que si el vicio no compromete en su totalidad la etapa de instrucción o la del
juzgamiento, resulta indispensable establecer en cada caso concreto si en realidad se
afectó el derecho a la defensa técnica porque puede ocurrir que la deficiencia en la
actividad defensiva se corrija oportunamente por el profesional designado, caso en el
cual la irregularidad no pasaría de ser una informalidad que, como tal, dejaría sin
sustento la decisión de declarar la invalidez de la actuación, por la falta de efecto
práctico de que el defensor haga uso de los derechos que ya tuvo oportunidad de
ejercer.

2. Es cierto que el representante oficioso no intervino activamente en la investigación


mediante peticiones e impugnaciones, sino que aprovechó el conocimiento que desde
su designación fue teniendo sobre el proceso, y optó por notificarse del auto de cierre
de investigación y de la acusación proferida contra (...). Ha dicho la Sala que la
actitud pasiva adoptada por el profesional del derecho no es susceptible de
censurarse a través de solas hipótesis generalizadas y abstractas, sino considerando
las particulares posibilidades de controvertir o contraprobar las decisiones, de tal
manera que sea evidente que la referida pasividad no corresponde a una estrategia

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

defensiva, sino a un abandono de la actividad encomendada,* difícil de pregonar


cuando, por ejemplo, la contumacia del acusado, priva a su representante oficioso de
conocer datos de relevancia en su favor, o lo expone a demandar la práctica de
diligencias frente a las cuales, una petición imprudente, puede originar la práctica de
medios probatorios que terminan fortaleciendo los cargos o incluso agravándolos.

Además la posibilidad de una línea de defensa distinta, fue oportunamente impulsada


cuando con ocasión de la captura de (...), ocurrida el 27 de mayo de 1997, luego de
que el juez de conocimiento había ordenado la práctica de pruebas en el juicio, el
propio imputado otorgó poder a un abogado de confianza quien solicitó copias de lo
actuado así como el señalamiento de fecha y hora para la celebración de la diligencia
de audiencia pública. En dicho acto, se escuchó en indagatoria al encartado y su
defensor contractual intervino activamente interrogando a su defendido y a algunos
de los testigos que comparecieron a la diligencia a rendir declaración. Así mismo,
orientó su alegato defensivo a controvertir los medios probatorios que sirvieron de
sustento a la acusación elevada contra SANCHEZ ALVAREZ, para sacar avante la
hipótesis de que no obra en autos la declaración que otorgue la certeza de que su
representado fue el autor de los hechos, que no tenía motivos para segar la vida de
los hoy occisos y que no se acreditaban los requisitos contenidos en el artículo 247
del Código de Procedimiento Penal para condenar.

En las condiciones señaladas no encuentra la Corte ninguna justificación para


invalidar la actuación con criterios de puro contraste, pues la actitud pacífica del
defensor de oficio no significa abandono de la misión de defensa técnica, y porque en
la etapa del juicio el apoderado de confianza intervino en defensa de los intereses del
procesado, acudiendo a la estrategia que por razón de dicha circunstancia, ser su
defensor contractual, lo colocaba en mejores condiciones de seguridad y
conocimiento por causa de los datos a él revelados por su cliente o por las personas
cercanas al mismo, las mismas con las cuales no podía haber contado el defensor
oficioso.

De otra parte, es cierto que independientemente de la certeza de responsabilidad que


se tenga conforme al acervo probatorio, el procesado debe contar con las condiciones
adecuadas para su defensa, como lo afirma el señor Procurador Delegado. Sin
embargo, para determinar el real cumplimiento de los deberes legales que le
competen al abogado, como también lo sugiere en su concepto, es necesario que el
examen de cada caso se haga atendiendo a las especiales circunstancias que lo
rodearon y desde esa perspectiva determinar si hubo garantía del derecho a la
defensa. Ello no implica que en ese ejercicio el juez pueda calificar la actuación del
togado de acuerdo con las tesis defensivas que esgrimió o la forma como hizo uso de
los mecanismos de defensa contenidos en el ordenamiento jurídico, porque no existe
un parámetro que determine qué peticiones o cuáles intervenciones se ajustan más a
la tesis que quieran o busquen sacar avante el comprometido y el profesional que lo
asiste, y mucho menos es posible distinguir de entre los diversos criterios jurídicos de
los defensores, cuál resulta más efectivo. El derecho a la defensa técnica no responde
a un modelo común o a un criterio predeterminado y por ello, ha dicho la Sala que la
sola invocación de la ausencia de actos de postulación o impugnación, no es por si
sola determinante de la transgresión de esa garantía, sino que son las especiales
circunstancias las que determinan que la inactividad del defensor encuadran más en
una estrategia defensiva, antes que en un abandono de la gestión. Menos aún es
posible realizar, a partir de una estrategia cuyo desarrollo se trunca por la aparición
de un defensor de confianza, hacer una valoración prospectiva, firme, segura,
absoluta, sobre los resultados a que hubiera conducido la una, dada la realidad de los
resultados de la segunda.

3. Pregona el casacionista el desconocimiento del principio de investigación integral,


consistente en la omisión del funcionario instructor para lograr obtener los
testimonios de quienes presenciaron los hechos en los que perdieron la vida Oscar
Enrique Rodríguez y Sandra Patricia Rubiano, personas que fueron señaladas por
Rogelio Torres Rodríguez en diligencia practicada al día siguiente de que ocurrieron
los hechos, falencia de innegable trascendencia para el esclarecimiento de la
investigación y la defensa del procesado.

Cabe recordar en este punto que la alegación de una nulidad por esta vía de
impugnación extraordinaria debe consultar las exigencias técnicas de forma y
contenido propias de este instituto, así como las posbilidades concretas de haberse
producido, sin que la Corte pueda suplir las deficiencias contenidas en el libelo.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Para la idoneidad de la alegación de esta clase de censuras, deben especificarse por


el libelista, además de la clase de nulidad que se denuncia y de las normas que
resultaron vulneradas, la trascendencia de la misma en la actuación, ineludible carga
a la que el censor se sustrajo abiertamente, pues no solo omitió identificar las
pruebas testimoniales que aduce como omitidas, sino la manera en que dentro del
proceso se hacía explícita la incidencia favorable que estas hubiesen podido tener en
la situación del procesado, por la manera en que aparecen invocados sus contenidos,
los hechos beneficiosos que deberían acreditar, o aquellos desfavorables que
desacreditarían o contraprobarían.

En este caso, era indispensable que el casacionista demostrara cómo de las pruebas
testimoniales en que fundamenta su reclamo, se derivaba una situación beneficiosa
para (...), bien porque tenían la potencialidad de demostrar su inocencia respecto de
la ejecución de los hechos delictivos, o porque con ellas era posible atenuar su
responsabilidad y que pese a así constar en el proceso, o de ser evidente para quien
lo examinara, también ello se hacía obvio al conocimiento del instructor no obstante
lo cual fueron dejadas de lado, evitadas o su práctica obstaculizada.

4. Censura el libelista la sentencia del Tribunal, a causa de un error de derecho por


falso juicio de convicción.

Este enunciado, como bien lo señaló el señor Procurador Delegado, resulta suficiente
para desestimar el cargo, puesto que esta modalidad de error no puede predicarse en
el ámbito de un sistema de apreciación probatoria no sometido a tarifa legal, sino al
de la sana critica, en el que el fallador goza de amplia libertad para apreciar los
elementos de juicio, sin desconocer las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia.

5. Si lo pretendido era demostrar que a causa del desconocimiento de los principios


que orientan la sana crítica se dejó de aplicar el artículo 445 del Código de
Procedimiento Penal (artículo 7º de la Ley 600 de 2000), la censura correspondía
hacerla por la vía del error de hecho por falso raciocinio, como en varias ocasiones lo
ha precisado la Corte.

______________________________
* Sentencia de casación del 09-07-2000. Magistrado Ponente, Dr. Jorge Córdoba
Poveda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 03/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : SANCHEZ ALVAREZ, JULIO EFREN
DELITOS : Porte ilegal de armas, Homicidio culposo,
Homicidio
PROCESO : 15301
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia/ PECULADO POR


APROPIACION-Cheques/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA

1. La violación indirecta de la ley sustancial propuesta por el censor fue por error de
hecho por falso juicio de existencia. Este, como se sabe, se produce cuando el Juez
omite la apreciación de pruebas válidamente allegadas al proceso, o cuando las
supone, es decir cuando considera medios demostrativos que no están en el
expediente. En los dos casos se le impone al demandante, como requisito de forma
de la demanda, precisar la prueba omitida o supuesta y demostrar que otra habría
sido la decisión de no haber tenido lugar el error judicial, lo que lógicamente implica

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la confrontación y el desquiciamiento de los fundamentos sobre los cuales está


construida la sentencia.

En el evento sometido a consideración de la Sala el defensor señaló que el Tribunal


supuso la prueba de la cuantía del peculado. No obstante, en ningún momento logró
la demostración respectiva.

2. Lo que afirma el defensor es que la simple sustracción de los instrumentos de pago


no estructura el delito de peculado por apropiación, sino que es necesario para ello
que los mismos se hayan hecho efectivos y que dentro del proceso no obra prueba de
que esto haya ocurrido.

Si en realidad el Tribunal hubiera considerado que la sola sustracción de los cheques


era suficiente para la consumación del peculado por apropiación, el debate en
casación sobre el particular habría tenido que intentarse en el marco de una
propuesta de violación directa de la ley sustancial, naturalmente sin vincular en la
misma ninguna discusión sobre los hechos que se declararon probados en la
sentencia ni sobre la apreciación probatoria realizada. Pero esto no sucedió y
tampoco que el Tribunal haya considerado simplemente la sustracción de los títulos
valores de la caja fuerte como fundamento de la imputación. Luego de referirse a las
prácticas irregulares desarrolladas por el procesado en su condición de cajero al
servicio del Fondo de Pavimentos (como cambiar cheques a particulares y a
empleados municipales con el dinero de los recaudos, no hacer los reportes a que se
encontraba obligado, consignar con retraso, incluir cheques que no correspondían a la
operación oficial, etc.) y de controvertir algunas de las explicaciones que en su
defensa suministró, la segunda instancia expresó:

"Puede además indicarse para corroborar este punto y descartar entonces el último
argumento defensivo que toda la manipulación que el procesado ejercía en los
recaudos y demás operaciones, conduce imperiosamente a concluir que él fue quien
se apropió el dinero efectivo dejando en su reemplazo los supuestos cheques de
particulares, generalmente por sumas cuantiosas, como los que aparecen a nombre
de EVANGELISTA MORENO a quien como a los otros pese a ser sus conocidos y
amigos de confianza nunca logró ubicar e identificar con seguridad y quienes con
toda seguridad no existen porque no pasan de ser la creación que hábilmente ideó el
procesado para cumplir su designio ilícito y a más de ello para estructurar y urdir su
defensa".

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 03/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : RIOS GARCIA, WILLIAM DE JESUS
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 11736

PUBLICADA : Si

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PROHIBICION DE ENAJENAR/ FISCAL GENERAL DE LA NACION/ MEDIDAS


CAUTELARES/ EXTINCION DE DOMINIO

La Sala mantendrá incólume la providencia objeto de impugnación, toda vez que


como bien lo anota el recurrente, en este caso "quien tiene la facultad de imponer
medidas cautelares sobre bienes sujetos al procedimiento del derecho de extinción
del derecho de dominio es la Fiscalía General de la Nación a través de su Unidad
Especializada".

Precisamente, en ejercicio de dicha competencia atribuida por el ordenamiento, la


Unidad nacional de fiscalía para la extinción del derecho de dominio dentro del

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

proceso allí radicado con el número 107 E.D., "mediante resolución fechada en
diciembre 18 del 2000 proferida por la Fiscal Segunda Especializada adscrita a esta
Unidad dentro del radicado de la referencia, se decretó el embargo y consecuente
suspensión del poder dispositivo de los remanentes que por algún motivo llegasen a
quedar respecto de los bienes inmuebles que se encuentren embargados dentro del
proceso penal que allí se adelanta en contra del señor (...)" (se destaca), según se
informa de modo oficial mediante comunicación 2410 del 15 de marzo de la corriente
anualidad (fls. 141 y ss. cno. 10 Corte).

Significa ello, que, contrario al particular criterio del recurrente, la decisión judicial
adoptada por la Fiscalía comprendió no sólo los bienes enunciados en el citado oficio,
sino que cobijó a todos aquellos que fueron afectados con medidas cautelares dentro
del proceso seguido por la Corte en contra del doctor (...).

Por manera que el reparo expuesto en torno al punto, carece de fundamento, y


resulta, por tanto, incapaz de enervar la decisión adoptada por la Sala, máxime si
dentro de sus fundamentos, acorde con la realidad procesal que viene de ser
destacada, se señaló expresamente: "Lo anterior, según es solicitado por la
mencionada Unidad Nacional de Fiscalía mediante oficio 2.410 E.D. proferido dentro
del proceso allí radicado con el número 107 E.D. (fl. 141 y 142 cno. 10), para los fines
del proceso de extinción de dominio, de naturaleza y finalidad distintas del proceso
penal (arts. 7 y ss. de la Ley 333 de 1996)".

Asimismo, la Sala mantendrá su decisión de dejar a disposición de la Unidad Nacional


de Fiscalía para la extinción del derecho de dominio, la caución prendaria
representada en el título de depósito judicial número 3051540 por la suma de $
5.000.000.00 (fl. 305-9), que como bien del procesado (...) fue prestada por éste
cuando se le concedió libertad provisional (fl. 318-9), pues, como se anotó en el
proveído objeto de recurso, la acción de extinción del derecho de dominio ostenta
naturaleza y finalidades distintas a la del proceso penal.

De ahí que a la Corte le esté vedado disponer de los recursos económicos que el
defensor reclama, pues de conformidad con el artículo 24 de la ley 333 de 1996,
"Desde la providencia que ordena el trámite de extinción, no podrá adquirirse ni
transferirse el dominio de los bienes provenientes de actividades ilícitas, ni
constituirse derecho alguno, ni celebrarse acto, contrato o negocio jurídico alguno
respecto de éstos, sin perjuicio de los derechos de terceros de buena fe", aspectos
éstos que, según la órbita de su competencia, corresponderá ponderar a la autoridad
encargada de su trámite, y adoptar las decisiones que, respecto del citado título de
depósito judicial, resulten procedentes.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Unica Instancia
FECHA : 04/10/2001
DECISION : No repone auto de extinción, comunica a Unidad
de
Fiscalía
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CHAVARRIAGA WILKIN, JAIRO
DELITOS : Enriquecimiento ilícito
PROCESO : 11507

PUBLICADA : Si

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INTERPRETACION ERRONEA DE LA LEY/ FALTA DE APLICACION DE LA


LEY/ CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Técnica en casación

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Olvidó el recurrente que la interpretación errónea de la norma sustancial supone su


aplicación, pues esta modalidad se configura cuando el fallador selecciona
adecuadamente el precepto que gobierna el caso y lo utiliza en su solución, pero le da
unas connotaciones que no tiene o unos efectos jurídicos que la norma no produce.
En cambio, cuando la disposición se deja de lado por un equivocado entendimiento de
su alcance o de su significación jurídica, el concepto de la violación será la falta de
aplicación aunque ésta se haya producido en razón de la incorrecta apreciación, pues
lo que finalmente interesa examinar para quebrar la legalidad del fallo es la decisión
que tomó el juzgador, es decir, no aplicar la norma.

El segundo defecto cardinal de la demanda consiste en que, como ya se dijo, el


libelista se ocupó en criticar la calificación que de la gravedad de la conducta realizó
el fallador, sin tener en cuenta que cuando se alega la violación directa de la ley
sustancial la censura debe limitarse exclusivamente al tema jurídico, pues la
valoración probatoria hecha por el Ad quem y la declaración de los hechos vertida por
éste en la sentencia deben ser aceptadas por el casacionista sin reparo de ninguna
especie. En este sentido, el reproche se debió formular al amparo de la causal
primera, cuerpo segundo, en tanto se trataría de la violación indirecta del artículo 68
del Código Penal, derivada de los errores de hecho o de derecho en que hubiese
incurrido el juzgador en la apreciación de las pruebas incorporadas al proceso.
...

Idéntico al anterior es el error en que incurrió el casacionista al formular este cargo,


como que no distinguió entre "la gravedad y modalidades del hecho punible" para
efectos de la dosificación punitiva (artículo 61 Código Penal) y "la naturaleza y
modalidades del hecho punible" como factor que debe tener en cuenta el fallador
para examinar la procedencia de la suspensión condicional de la ejecución de la pena
(artículo 68 ibídem), y asumió la crítica conjunta de ambos temas que, como era
lógico, la sentencia del Tribunal trató en capítulos separados y con argumentaciones
específicas en cada caso, como se puede constatar con la simple lectura de los
apartados 3.5 y 3.10 de la providencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 04/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : ROLDAN TENORIO, MARIA DEL ROSARIO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 11602

PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/ ACUMULACION JURIDICA DE PROCESOS

Los Juzgados 3° Penal del Circuito de Soacha y 2° Penal del Circuito Especializado de
Bogotá D.C., discutían quién era el competente en vigencia del anterior Código de
Procedimiento Penal para acumular las causas que simultáneamente se adelantan en
tales Juzgados al acusado (...) y otros.

Tal discusión era perfectamente pertinente en vigencia de ese Estatuto que


contemplaba la "Acumulación", en los artículos 91 y siguientes.

En el Código de Procedimiento Penal actual, esa figura procesal no fue contemplada.


Esa es razón suficiente para asignar la competencia al Juez 3° Penal del Circuito de
Soacha, pues por virtud de la naturaleza de orden público de las normas procesales,
su inmediata vigencia resuelve la discusión planteada.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Adicionalmente y para que por vías interpretativas no resultara reviviéndose la figura


de la acumulación, el Legislador limitó expresamente el fenómeno de la unidad
procesal y la conexidad a la etapa de la investigación (artículo 90), de suerte tal que
cualquier interpretación que sobre esa figura procesal se haga, resulta inaplicable a
las actuaciones que como esta han superado el estadio procesal de la ejecutoria de la
resolución de acusación. El artículo 7° Transitorio, por ejemplo, no tiene otro
propósito que el de hacer una definición temporal de jerarquía entre los Juzgados
Penales del Circuito y los Penales de Circuito Especializado, para resolver los
conflictos que puedan presentarse por razón de la aplicabilidad del artículo 91 del
Código de Procedimiento Penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 04/10/2001
DECISION : Dirime asignando competencia al juzgado 3 P. C.
de
Soacha
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P. C. E.
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : TAPIERO REMECIO, PEDRO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de
armas,
Concierto para delinquir, Fuga de presos
PROCESO : 18673

PUBLICADA : Si

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SUSPENSION EN EL EJERCICIO DEL CARGO/ LIBERTAD PROVISIONAL/


MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Detención preventiva:Procedencia ley 600/
INHABILIDAD

1. La Ley Estatutaria de la Administración de Justicia en el artículo 131 determina


claramente cuáles son las autoridades nominadoras de cada una de las escalas de los
servidores del servicio público de administración de justicia.

2.- El numeral 7 de ese artículo señala: Las autoridades nominadoras de la Rama


Judicial son: "(...) Para los cargos de Jueces de la República: El respectivo Tribunal".

3.- Esas mismas autoridades nominadoras son las llamadas por la ley a definir ciertas
situaciones administrativas de los funcionarios y empleados de los que les competa
su nominación.
4.- El artículo 135 de la Ley Estatutaria, señala cuáles son las situaciones
administrativas en que pueden hallarse funcionarios y empleados de la Rama Judicial.

Dentro de ellas está la de ser "separado temporalmente del servicio de sus funciones,
esto es: en licencia remunerada que comprende las que se derivan de la incapacidad
por enfermedad o accidente de trabajo o por el hecho de la maternidad, y las no
remuneradas; en uso de permiso; en vacaciones; suspendidos por medida penal o
disciplinaria o prestando servicio militar".

5.- El artículo 147 de la Ley Estatutaria define las causas de suspensión en el empleo,
advirtiendo que ésta se produce como sanción disciplinaria o por orden de autoridad
judicial.

En ese mismo artículo se intenta contestar a todos los interrogantes que una decisión
de tal índole puede generar, cuando se trata de una actuación penal: Así:

5.1.- Cuándo se suspende?.

Cuando la autoridad judicial lo solicita, o cuando se ha creado la vacancia por la


captura inmediata del funcionario o empleado.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

5.2.- Qué tipo de vacancia se produce?

Vacante temporal.

5.3.- Cómo se llena la vacante?

Por nombramiento provisional o el encargo que corresponda.

5.4.- Cuándo se reintegra?.

Cuando la autoridad nominadora lo disponga. En todo caso, nunca antes de ser


levantada por la autoridad judicial la orden de suspensión, por desaparecimiento de la
necesidad de mantenerla.

5.5.- Cuándo se le reintegran los dineros dejados de percibir durante la suspensión y


se declara que no hubo solución de continuidad en el servicio?

Cuando se dicte en favor del suspendido preclusión de la instrucción, cesación de


procedimiento o se le absuelva.

6.- La precisa situación administrativa de suspensión por medida penal, exige así
mismo un análisis desde la perspectiva de la actuación de la jurisdicción ordinaria en
su especialidad penal, por ser de ésta de la que debe provenir la orden de
suspensión.

Desde esa óptica, es a esa autoridad judicial a la que le corresponde el estudio de los
requisitos formales y sustanciales de la medida penal y el de disponer la suspensión
del funcionario o empleado de la Rama Judicial que sea sujeto pasivo de la misma. El
artículo 359 del Código de Procedimiento Penal (399 anterior) establece como regla
general de trámite que la suspensión procede cuando se haya impuesto medida de
aseguramiento. Allí se obliga a que "en la misma providencia se solicitará a la
autoridad respectiva que proceda a suspenderlo en el ejercicio del cargo" y que de no
hacerse dentro de los 5 días siguientes, se dispondrá la captura del sindicado. Así
entonces, son claras las siguientes conclusiones:

6.1.- La suspensión tiene un único propósito desde el punto de vista penal: Hacer
efectiva la medida de aseguramiento.

6.2.- La solicitud de la suspensión tiene un único propósito desde el punto de vista


administrativo: Evitar la perturbación de la buena marcha de la administración. Si el
funcionario judicial hizo la solicitud es porque a su juicio la privación inmediata de la
libertad del funcionario o empleado puede afectar el normal desarrollo del servicio
público al que pertenezca.

6.3.- Si no se atiende la solicitud de suspensión, la responsabilidad por la perturbación


de la buena marcha de la administración será única y exclusivamente de la autoridad
administrativa. Pues en todo caso después de 5 días de haberse realizado la solicitud
se debe disponer la captura del asegurado.

7.- Hasta esta altura de la actuación, no existe mayor dificultad en cuanto tiene que
ver con la determinación clara de las competencias en uno y otro campo. En el penal
para la imposición de la medida de aseguramiento y hacer efectiva la misma. En el
administrativo en cabeza del nominador para la adopción del acto administrativo que
corresponda para decretar la suspensión del funcionario o empleado, si se atiende la
solicitud de la autoridad judicial. O, para enfrentar la perturbación de la buena marcha
de la administración, si en el término legal no se atendió la solicitud.

La dificultad aparente surge como en este caso concreto cuando se ha dispuesto la


libertad provisional del suspendido. Agregándose como elemento adicional que
contra el mismo se dictó sentencia condenatoria de primera instancia contra la que se
interpuso apelación que se encuentra pendiente de solución.

8.- El texto del artículo 359 del Código de Procedimiento Penal enseña que el
propósito de la suspensión del servidor público es hacer efectiva la medida de
aseguramiento. Que esa suspensión surja por la solicitud anterior a la captura o por
efecto automático de ésta, es problema que la ley defiere al juicio de la autoridad

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

judicial que es la autorizada para estimar si es necesaria aquella o se puede disponer


la captura de manera inmediata sin afectar el servicio público.

Si la autoridad judicial que dictó la medida de aseguramiento es la llamada a


determinar el efecto de su ejecución sobre el servicio público, es a ella igualmente a
la que le corresponde estimar la consecuencia de la libertad provisional sobre la
suspensión del servidor público.

Si el efecto de la suspensión es privar de la libertad al servidor público, única manera


en la que puede hacerse efectiva una medida de aseguramiento de detención
preventiva sin derecho a la libertad provisional. El efecto que genera la libertad
provisional que se otorga en la actuación penal a ese mismo servidor público, no
puede ser otro que el del levantamiento de la orden de suspensión que se había
emitido. La razón es elemental: el desaparecimiento del supuesto fáctico que generó
la orden de suspensión. Esa orden debe emitirse por parte del Funcionario Judicial
con destino a la autoridad nominadora, la que además deberá recibir copia de la
providencia con la cual se dispuso la libertad provisional, para que en uso de sus
competencias administrativas disponga aquello a lo que en derecho haya lugar. En
consecuencia, así se dispondrá en la parte resolutiva de esta decisión.

9.- Pero de esa situación particular surge un nuevo interrogante: ¿es funcional y
administrativamente aceptable que un Funcionario Judicial afectado con medida de
aseguramiento que implica la privación de la libertad sin derecho a la libertad
provisional y por ello ha sido suspendido de la función, regrese a ejercerla por haber
sido favorecido con el beneficio de la libertad provisional, aunque siga vinculado al
proceso penal?.

La respuesta a ese interrogante no puede ser otra que negativa. Pero no pasaría de
ser un concepto del "deber ser" si no hubiera sido objeto de reglamentación legal en
el ordinal 3° del artículo 150 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia. Al
estatuirse normativamente, sin dejar de tener un fundamento ético, su cumplimiento
se convirtió en un imperativo legal.

En tal artículo, nominado como "Inhabilidades para ejercer cargos en la Rama


Judicial". se anota que "No podrá ser nombrado para ejercer cargos en la Rama
Judicial:

"1 (...)
"2 (...)

"3. Quien se encuentre bajo medida de aseguramiento que implique la privación de la


libertad sin derecho a la libertad provisional.

El parágrafo de la misma norma ordena que "Los nombramientos que se hagan en


contravención de lo dispuesto en el presente artículo y aquellos respecto de los
cuales surgiere inhabilidad en forma sobreviniente, serán declarados insubsistentes
mediante providencia motivada, aunque el funcionario o empleado se encuentre
escalafonado en la carrera judicial".

9.- El supuesto de hecho que permite la realización de la consecuencia jurídica


prevista en la norma es claro: hallarse bajo medida de aseguramiento que implique la
privación de la libertad sin derecho a la libertad provisional. Ese supuesto es fáctico y
jurídico: Fáctico en cuanto surge del acontecimiento de una medida de aseguramiento
concreta: la detención preventiva; de una circunstancia precisa: que se haya
declarado que no hay lugar a la libertad provisional y que por tanto debe privarse de
la libertad; y jurídico, en cuanto sus efectos dependen del supuesto fáctico y no se
desvanecen por la obtención de la libertad a través de alguna de las causales que
existan para acceder provisionalmente a ese beneficio.

10.- La relación que la Ley Estatutaria establece entre la imposición de la medida de


aseguramiento que implique la privación de la libertad sin derecho a la libertad
provisional y la declaratoria de insubsistencia del nombramiento del asegurado que
se halla en desempeño del cargo, es directa y objetiva. Pero esas características de
objetividad e inmediatez no significan que la declaratoria de esa inhabilidad
sobreviniente pueda hacerse de plano. Como el parágrafo de la norma citada exige
que sea mediante providencia motivada y se trata de una decisión que afecta los
derechos del funcionario o empleado, debe adoptarse con las garantías del debido
proceso que la Constitución garantiza para cualquier actuación administrativa y

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

dentro de los parámetros de las de tal naturaleza de acuerdo a lo dispuesto por el


Código Contencioso Administrativo.

Esa relación de inmediatez y de objetividad entre el supuesto fáctico del


aseguramiento sin derecho a la libertad provisional del funcionario o empleado y la
declaratoria de la inhabilidad sobreviniente que a partir de ella se genera, es la que
impone el deber legal a los nominadores de la Rama Judicial de asumir de oficio el
procedimiento general administrativo para estudiar si hay o no lugar a la declaratoria
de la inhabilidad sobreviniente.

Tal actuación debe ser inmediata al conocimiento que deben tener esas autoridades
nominadoras en el sentido de que se ha hecho efectiva la medida de aseguramiento
que implique la privación de la libertad, ya sea porque la autoridad judicial haya
solicitado la suspensión, o, porque esta se haya producido como consecuencia de la
captura inmediata del servidor.

11.- Ninguna duda puede generar la necesidad de la inmediatez de la medida, por la


naturaleza esencialmente provisional de la medida de aseguramiento o por la
existencia de otra causal de inhabilidad sobreviniente que parecería diferir la decisión
administrativa a la declaratoria de responsabilidad penal definitiva del funcionario o
empleado procesado. A ese tema se refiere la causal 6ª del artículo 150 de la Ley
Estatutaria de la Administración de Justicia cuando señala: que debe declararse la
inhabilidad sobreviniente de quien desempeñándose al servicio de la Rama Judicial "
haya sido declarado responsable de la comisión de cualquier hecho punible, excepto
por delitos políticos o culposos".

No hay entre las causales 3ª y 6ª del artículo 150, ninguna contradicción de la que
pueda deducirse que solo puede aplicarse una de las dos y que la otra es simple y
llanamente un error legislativo. No, la diferencia se explica evidentemente en que
hay conductas más graves que otras, por lo que aún siendo todas de carácter
delictuoso, para algunas se ha dispuesto medida de aseguramiento y para otras no.

Esa distinción de la conducta por la gravedad es la que hace necesario que a unos se
les declare la inhabilidad sobreviniente a partir de la medida de aseguramiento que
implique privación de la libertad sin derecho a la libertad provisional y frente a otros
deba esperarse hasta que "hayan sido declarados responsables de la comisión de
cualquier hecho punible, excepto por delitos políticos o culposos"

Mayor razón encuentra esta armonización de las causales 3ª y 6ª del artículo 150 de
la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia cuando se advierte que la única
medida de aseguramiento que puede imponerse hoy es la de detención preventiva.
Que ella se ha reservado exclusivamente para delitos que el Estado considera de
especial gravedad, determinada por eliminación, a partir de la pena mínima del delito
(4 años de prisión); o, por inclusión en la lista de aquellos ilícitos que aún careciendo
de una pena mínima de 4 años el legislador estimó de especial gravedad (ordinal 2°
del artículo 357 del Código de Procedimiento Penal); o por que aún tratándose de un
delito considerado no tan grave (por la pena o por la inclusión en la lista), el agente es
reincidente en atentados contra el ordenamiento jurídico, demostrable mediante la
vigencia de sentencia condenatoria por delito doloso o preterintencional (ordinal 3°
del artículo 357 del Código de Procedimiento Penal).

Esa diferencia en grado en gravedad, apreciada por el legislador penal en términos


de imposición de medida de aseguramiento únicamente para los delitos más graves,
es la misma que se traslada al ámbito administrativo. Es por eso que para los
comprometidos en aquellos ilícitos ordena su inhabilitación a partir del momento en
que se haga efectiva la medida de aseguramiento. Y, para los delitos menos graves o
para las personas no reincidentes, puede aguardarse hasta la emisión de la sentencia
condenatoria. No hay tampoco aquí ninguna contradicción. Lo que aparece es una
armonización que incluso puede ser expresada de manera ecuacional: mayor
gravedad penal = juicio de probabilidad sobre la responsabilidad para inhabilitación
administrativa (menor demostración: indiciaria y provisional); Y, menor gravedad
penal = juicio de certeza sobre la responsabilidad para inhabilitación administrativa
(mayor demostración).

Esta opción hermenéutica es así mismo la única que permite salvaguardar la


legitimidad del ejercicio de la función, pues no puede ofrecer duda que para
administrar justicia la Constitución y la Ley presumen condiciones de legitimidad
social y transparencia (general e igualitariamente regladas) que se ven

17
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

evidentemente desvirtuadas cuando al servidor se le ha dictado medida de


aseguramiento que implique la privación de la libertad sin derecho a la libertad
provisional.

12.- La naturaleza provisional de la medida de aseguramiento, no puede ser un


argumento para excusar la aplicación del ordinal 3° del artículo 150 de la Ley
Estatutaria. Tampoco puede serlo la precariedad probatoria sobre la que la ley
sustenta su imposición. Y, menos aún puede serlo la especulación sobre la ausencia
de certeza o la presunción de inocencia de los Funcionarios Judiciales para imponerla
o la de los denunciantes para obtenerla. La ley no puede interpretarse sobre
supuestos fácticos excepcionales, sino sobre reglas generales de comportamiento y
aunque posteriormente se puedan verificar casos de inocencia judicialmente
declarada. Esa es la excepción; la regla es un adecuado ejercicio de tal función y un
eficiente desempeño de los controles de instancia. Con semejante argumento, la
conclusión conduciría a la inaplicación, no de la causal sobreviniente de inhabilidad,
sino de la norma del Código de Procedimiento Penal que autoriza a imponer medidas
de aseguramiento que impliquen privación de la libertad sin derecho a la libertad
provisional. Es claro, si se mira exclusivamente desde la perspectiva de la presunción
de inocencia, que es mayormente aflictivo para un ciudadano privarlo de su libertad
que de su empleo.

13.- Tampoco puede afirmarse que la aplicación del numeral 3° del artículo 150 de la
Ley Estatutaria de la Administración de Justicia pueda excusarse por la del artículo
147 ibídem, pues para qué separar del cargo a quien ya está suspendido.

Una es la suspensión. Esta es una medida esencialmente provisional e inmediata que


tiene el único propósito de permitir que se adopten las medidas administrativas
necesarias para proveer al reemplazo de la persona que ha sido físicamente separada
del servicio público por hacerse efectiva en su contra una medida de privación de la
libertad, con lo que se evita la perturbación de la buena marcha de la administración.

Otra es la inhabilitación: Con esta medida administrativa de vocación permanente se


dispone la separación definitiva del servicio de una persona contra la que se ha
dictado medida de aseguramiento que implica privación de la libertad sin derecho a la
libertad provisional. Aquí también se protege la buena marcha de la administración al
permitir, de una parte, la solución definitiva del asunto desde el punto de vista
administrativo (la generación de la vacancia conduce a que sea llenada a título pleno
y no meramente precario); Y, precaver que por la mora en los trámites judiciales (esa
si la regla general) puedan regresar al servicio público personas que siguen estando
jurídicamente afectadas por medidas penales, aunque personal y temporalmente
beneficiadas por alguna situación procesal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 04/10/2001
DECISION : Levanta orden de suspensión, comunica
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : ROJAS RODRIGUEZ, JULIO CESAR
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 17576

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Francia-Convención para la Recíproca Extradición


de Reos-Sujeto de extradición/ EXTRADICION POSITIVA-Tratados/
EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación/ EXTRADICION POSITIVA-
Pacta Sunt servanda/ EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación:
Concierto para delinquir/ EXTRADICION POSITIVA-Equivalencia de la
acusación

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. Según el concepto rendido por el Ministerio de Relaciones Exteriores mediante


oficio O.J.E. No. 2248 del 22 de febrero de 1999 (fl. 22 carpeta anexa), en
cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 552 del Código de Procedimiento Penal
(hoy artículo 514), el convenio aplicable en este evento es la Convención para la
Recíproca Extradición de Reos, suscrita entre Colombia ( República de Nueva
Granada) y Francia en Bogotá el 9 de abril de 1850, que entró en vigor el 12 de mayo
de 1852, la que regula el tema en el artículo 3°, exigiendo la siguiente
documentación:

- El mandato de arresto librado contra los acusados, conforme a las leyes del país
cuyo Gobierno pide la extradición o cualesquiera otras piezas que tengan la misma
fuerza que dicho mandato.
- La indicación de la naturaleza y gravedad de los hechos que hayan ocasionado la
demanda de extradición, y
- La disposición penal aplicable a los hechos.

2. Las críticas formuladas por la defensa en torno a la deficiencia del juicio por haber
carecido el enjuiciado de abogado en el curso del proceso, lo que acarrearía la
supuesta violación de derechos fundamentales aplicables al proceso penal y
presuntamente desconocidos por el Estado Francés al haberlo condenado en tales
circunstancias deben ser rechazadas en este trámite, por cuanto, no están
encaminadas a cuestionar la validez formal de la documentación aportada, que es el
aspecto llamado a analizar por la Corte al emitir el concepto, sino a criticar los
aspectos materiales de la documentación, y el contenido de la decisión judicial
francesa, análisis que es de la exclusiva competencia del Estado requirente.

Un examen como el reclamado conduciría a desconocer las cláusulas de los


convenios bilaterales y/o multilaterales suscritos sobre la materia, y lo previsto en el
articulo 520 del Código de Procedimiento Penal Colombiano, que determinan que el
análisis de la Corte debe centrarse en que la documentación hayan sido allegada por
la vía diplomática y que contenga la información necesaria conforme a lo establecido
en el tratado o convenio para el estudio de la solicitud y emisión del concepto
respectivo.

La Corporación ya ha sostenido en otras oportunidades que tal petición no es viable,


por cuanto, el instrumento en uso es producto de la cooperación internacional a
través del cual los Estados combaten la impunidad derivada del refugio de los
infractores en territorios extranjeros, sin que por ello los Estados adhirentes se
desprendan de parte de su soberanía, para permitir que sus decisiones judiciales
puedan ser cuestionadas por sus homólogos. Invócase en tal sentido lo dicho en
pretérita oportunidad por la Sala:

" ...la extradición es un instrumento de cooperación internacional mediante el que los


Estados combaten la impunidad derivada de la mera fuga de su territorio de los
infractores de sus leyes, tal dispositivo de asistencia y solidaridad internacional parte
del supuesto de la soberanía tanto del Estado requirente como del requerido, una de
cuyas manifestaciones más clásicas es la administración de justicia, a través de la
cual los Estados a través de sus Jueces y Magistrados ejercen la soberanía al interior
de su territorio imponiendo las sanciones a que haya lugar o, en todo caso,
resolviendo los conflictos conforme a su juridicidad.

Es en ese orden de ideas que las decisiones jurídicas de un Estado que sean
necesarias para demandar de otro Estado la extradición de una persona, son
materialmente intocables y solo pueden ser objeto de revisión formal, es decir con
prescindencia de su esencialidad, que conforme al principio de la buena fe, que es
principio de las relaciones internacionales, se presume legal y acertada."*

Por consiguiente, resulta equivocado el reparo al proceso penal adelantado en contra


del requerido en extradición, llevado a cabo por la justicia francesa, al estar vedado
para la Corte dicho análisis, y no obstante, que insiste la defensa en la pérdida de
firmeza del fallo por la petición de oposición formulada por el capturado, la orden de
arresto sigue vigente, y las consecuencias de la solicitud deberán ser examinadas al
interior del proceso por la justicia francesa.

3. Como quiera que el trámite de las solicitudes de extradición entre las Repúblicas de
Colombia y Francia se rige, según el concepto emitido por el Ministerio de Relaciones
Exteriores, por la Convención Recíproca para Extradición de Reos, suscrita en Bogotá

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

el 9 de abril de 1850 (vigente desde el 12 de mayo de 1852), el principio de doble


incriminación se determinará por lo dispuesto en dicho Convenio.

La referida Convención señala en su artículo 1° : "El Gobierno granadino y el Gobierno


francés se comprometen a entregarse recíprocamente, a excepción de sus nacionales,
todos los individuos prófugos de la Nueva Granada refugiados en Francia, y los
prófugos de Francia refugiados en la Nueva Granada, que sean perseguidos o
condenados por los Tribunales competentes, como autores o cómplices de alguno de
los delitos enumerados en el artículo 2° de la presente Convención; y la extradición
tendrá lugar, en vista de la reclamación que uno de los dos Gobiernos dirija al otro por
la vía diplomática".

De otra parte, la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de


estupefacientes y sustancias sicotrópicas suscrita en Viena el 20 de diciembre de
1988, y acogida en el ámbito jurídico de nuestro país mediante ley 67 de 1993, cuya
exequibilidad fue definida por la Corte Constitucional**, señala en el inciso 1° del
artículo 6° sobre la extradición que ésta se aplicará a los delitos tipificados por las
Partes de conformidad con el párrafo 1° del artículo 3°, y en el inciso 2° se indica que
"cada uno de los delitos a los que se aplica el presente artículo se considerará
incluido entre los delitos que den lugar a extradición en todo tratado de extradición
vigente entre las partes."

La Convención de Viena sobre el tráfico de sustancias estupefacientes entró a regir en


Colombia el 10 de septiembre de 1994, es decir, el nonagésimo día después del
depósito del instrumento de ratificación ante el Secretario General de las Naciones
Unidas, el que se produjo el 10 de junio de 1994, según lo dispone el artículo 29.

Por consiguiente, ha de entenderse que el listado de conductas punibles que puede


dar lugar a la extradición previsto por la Convención para la recíproca extradición de
reos suscrita entre Francia y nuestro país fue adicionado con todos los delitos
tipificados por las Partes de conformidad con el parágrafo 1° del artículo 3 de la
Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias sicotrópicas, al prever : "Cada uno de los delitos a los que se aplica el
presente artículo se considerará incluido entre los delitos que den lugar a extradición
en todo tratado de extradición vigente entre las partes. Las partes se comprometen a
incluir tales delitos como casos de extradición en todo tratado de extradición que
concierten entre sí", quedando así inmersa la conducta relativa a tráfico de sustancias
estupefacientes y asociación de malhechores con tal propósito, en el listado de
delitos a que se refiere la Convención suscrita entre Francia y Colombia, por manera
que es viable su aplicación al caso que se examina, aún cuando los hechos por los
cuales se reclama en extradición a KENIGSBERGER hayan tenido lugar antes de la
entrada en vigor de la Convención de Viena sobre el tráfico de estupefacientes y
sustancias sicotrópicas, conclusión a la que se llega con fundamento en:

Como ya quedara esbozado, de manera expresa la Convención de Viena sobre el


tráfico de estupefacientes y sustancias sicotrópicas en el numeral 3° del artículo 6°
señala que el listado de delitos a los que se aplica la extradición se considerará
incluido entre los delitos que den lugar a ella en los tratados de extradición suscritos
entre las partes contratantes, es decir, que de manera automática al adherir el Estado
Colombiano a la citada Convención y de igual manera Francia, el tratado de
extradición suscrito en 1850 se entiende adicionado en lo pertinente.

Esta interpretación se acompasa con los principios generales de derecho internacional


plasmados en la Convención de Viena II sobre el Derecho de los Tratados entre
Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales
suscrito el 21 de marzo de 1986, y acogido por ley 406 del 24 de octubre de 1997,
cuya constitucionalidad fue definida por la Corte Constitucional***, que reproduce los
principios ya consagrados por la Convención de Viena I, cuando prevé en su artículo
28 la regla general de irretroactividad de los tratados, a menos que el mismo señale
cosa distinta. De manera tal, que en este evento la misma Convención de Viena
consagra un efecto retroactivo al estipular que el listado de delitos se entenderá
incorporado en los tratados sobre extradición ya suscritos entre las partes.

De otra parte, guarda correspondencia este alcance con el principio de derecho


internacional de la buena fe en la observancia de los tratados internacionales, con el
fin de hacer efectivas las cláusulas pactadas para los fines propuestos, comúnmente
llamado principio pacta sunt servanda, acogido en nuestra legislación interna según
lo dispuesto en el artículo 9° de la Carta Política, al señalar que las relaciones

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

exteriores se fundamentarán en la soberanía nacional, en el respeto a la


autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho
internacional aceptados por Colombia.

Además, debe destacarse que no se discute en este trámite la tipicidad de los hechos
por los cuales Francia reclama en extradición al señor Kenigsberger, que en todo caso
es claro, se encuentran consagrados por el Código Penal Francés como ilícitos, sino
sobre la aplicabilidad de un instrumento internacional suscrito por los dos Estados, en
desarrollo de principios de cooperación internacional, independientemente de que la
Convención Recíproca de Reos hubiese incluido las conductas sobre tráfico de
estupefacientes, aspecto sobre el cual como ya se indicó fue adicionada por la
Convención de Viena.

En consecuencia, la interpretación que ofrece el defensor del requerido en extradición


respecto a la inaplicabilidad del tratado, resultaría altamente improcedente para los
propósitos que animaron a los Estados suscriptores de la Convención de Viena,
motivados por el afán de cooperación internacional en la lucha contra el tráfico ilícito
organizado de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, y desconocería el principio
de derecho internacional pacta sunt servanda que orienta las relaciones entre los
Estados.

Finalmente, debe indicarse que no es acertado el pedimento de la defensa al señalar


que frente a los tratados que rigen el tema específico de la extradición entre los dos
Estados prevalezcan los tratados internacionales sobre los derechos de los infantes,
que si bien gozan de un plus en su trato, tal preferencia no es predicable en temas
como el que ocupa la atención de la Corte, por cuanto, la materia específica de la
sanción de la delicuencia organizada no puede estar supeditada a la afectación de los
derechos de la familia del infractor, a contrario sensu, su invocación sería oportuna
cuando el requerido en extradición tuviera tal calidad, es decir, fuera un menor.

4. También, se le juzgó y condenó por la participación en una asociación de


malhechores establecida en vista de la preparación de uno o varios crímenes o delitos
castigados con diez años de encarcelamiento, que corresponde a la descrita en el
artículo 450-1 del Código Penal Francés que señala:

"Constituye una asociación de malhechores todo grupo formado o acuerdo


establecido con vistas a la preparación, caracterizada por uno o varios hechos
materiales, de uno o varios crímenes o de uno o varios delitos castigados hasta con
diez años de encarcelamiento.
La participación en una asociación de malhechores está castigada con diez años de
encarcelamiento y 1.000.000 de francos franceses de multa."

Tal como lo expresa el abogado defensor del requerido en extradición la descripción


de la conducta denominada asociación de malhechores en el Código Penal Francés
tiene elementos que difieren de la tipificación que hace del concierto para delinquir el
artículo 186 del Código Penal Colombiano, hoy 340, en cuanto la legislación penal
del Estado requirente sanciona la asociación para la preparación de uno o varios
delitos, en tanto, que la nacional la asociación debe tener como objeto cometer varios
delitos.

Diferenciación que resulta lógica si se tiene en cuenta que la legislación de cada


Estado pretende recoger las particularidades e intereses sociales y políticos propios
de cada país dentro del ejercicio de su soberanía, que condensa una política criminal
autónoma, tendiente a combatir los fenómenos delincuenciales propios.

Sin embargo, tal disimilitud en la descripción de las conductas punibles no puede


conllevar a la emisión de un concepto desfavorable de la solicitud de extradición de
quien se ha refugiado en el territorio patrio, conforme lo indica el defensor, ya que en
todo caso debe entenderse la existencia de la doble incriminación atendiendo la
previsión del hecho concebido naturalísticamente, es decir, examinando si los hechos
que se le atribuyen al requerido en extradición tienen relevancia jurídica, sin que en
el caso que se examina deba tenerse en cuenta el factor punitivo, ya que al estar
regido su trámite por los tratados referidos, ninguna mención hacen sobre el
particular en sus cláusulas.

5. En atención a lo previsto en el artículo 3° de la Convención para la Recíproca


Extradición de Reos suscrita entre las Repúblicas de la Nueva Granada y la de Francia
el 9 de abril de 1850 que exige únicamente "el mandato de arresto librado contra los

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

acusados, conforme a las leyes del país cuyo Gobierno pide la extradición", la Corte
considera plenamente acreditado tal requisito.

El mandato de arresto es exactamente la orden de detención expedida por la Juez de


Instrucción del Tribunal de Gran Instancia de Marsella conforme a las leyes de Francia,
que es el país cuyo Gobierno pide la extradición. A tal conclusión se llega de la
simple lectura de los artículos 122 y 123 de la Ley de Enjuiciamiento Penal de esa
República.

La ley francesa determina que un mandato de detención es "la orden dada a la fuerza
pública para buscar a la persona contra quien ha sido mandada y conducida a la
cárcel indicada en la orden" (artículo 122) y que debe "precisar la identidad de la
persona contra quien ha sido extendida, está revestida de la fecha y de la firma del
Magistrado que la extendió, lleva su sello, indica la naturaleza de los hechos
imputados, su calificación jurídica y los artículos de ley aplicables (artículo 123).

6. Como quiera que en este caso, la extradición está regulada por la Convención para
la recíproca extradición de reos suscrita entre Colombia y Francia debe darse
aplicación a lo estipulado en el artículo 5° que señala que en tratándose de
ciudadanos extranjeros reclamados en extradición no se acordará ésta sino luego de
que el país a que pertenezcan haya sido consultado y puesto en aptitud de hacer
saber los motivos que pueda tener para oponerse a la extradición, y como en este
evento el solicitado en extradición es un ciudadano israelí tal como consta en la
cédula de extranjería y en la documentación aportada por el requirente, el Gobierno,
antes de obrar según las conveniencias nacionales, con fundamento en el concepto
favorable que se anuncia, considerará esta situación**** .
___________________________
* Corte Suprema de Justicia, 10 de marzo de 1999, ponente doctor Carlos E. Mejía Escobar
** Sentencia C-176 del 12 de abril de 1994, ponente doctor Alejandro Martínez Caballero
*** Sentencia C-400 del 10 de agosto de 1998, ponente doctor Martínez Caballero
**** Extradición 14.324, 10 de marzo de 1999, ponente doctor Carlos E. Mejía Escobar

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Concepto Extradición
FECHA : 04/10/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente, ordena consulta al
gobierno
de Israel
PAIS REQUIRENTE : Francia
REQUERIDO : KENIGSBERGER, GABRIEL
DELITOS : Tráfico, fabricación o porte de estupef., Concierto
para
delinquir-narcotráfico
PROCESO : 15863

PUBLICADA : Si

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CONSULTA/ COMPETENCIA FUNCIONAL/ SEGUNDA INSTANCIA/ NULIDAD

Como lo ha expuesto la Sala en diversas oportunidades, si la razón de la consulta es


que el superior revise la sentencia de primera instancia para corregir los errores in
iudicando o in procedendo que resulten subsanables o para invalidar el trámite y
enviar el expediente al funcionario que corresponda para que rehaga la actuación,
resulta forzoso que al advertir un vicio que afecta sustancialmente la legalidad del
proceso así lo declare, sin que sea admisible que, pretextando precisamente la
existencia del error que le correspondería corregir, se abstenga de pronunciarse y
remita la actuación para que otro funcionario, que no es superior funcional del que
dictó la providencia, examine lo que sólo a él le competía.

Dicho en otros términos, si la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales es el


superior funcional del Juzgado Penal del Circuito Especializado de la misma ciudad,
sólo a ella le corresponde pronunciarse en segunda instancia sobre la validez de la
providencia dictada por éste, como que es el único llamado por la ley a revisarla. En
consecuencia, si al hacerlo encuentra que según los factores objetivos de naturaleza

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

del asunto o de territorio el A quo carecía de competencia para fallar, así deberá
expresarlo declarando la nulidad correspondiente y ordenando que el proceso se
remita al funcionario que legalmente esté facultado para conocer de él.

Reitérase, entonces, por una parte, que "la competencia funcional se determina
directa y automáticamente en función de cuál sea el órgano que conozca del proceso,
aun sin competencia objetiva o territorial, en primera instancia" (auto del 11 de marzo
de 1997, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego, radicación No. 12.808); y por otra, que
"por mandato legal el único que puede invalidar una sentencia es el superior
funcional del juez que la dictó", con lo cual se respeta también el principio de que las
nulidades deben ser decretadas por el funcionario competente (auto del 24 de abril
de 1996, M. P. Ricardo Calvete Rangel, radicación No. 11.540).

Lo dicho tiene plena aplicación en la segunda instancia, porque cuando el conflicto se


presenta en la primera las decisiones adoptadas por funcionario incompetente sólo
podrán ser anuladas por quien finalmente resulte facultado para conocer del proceso,
conforme con la decisión que en ese sentido tome el superior funcional encargado de
dirimir la controversia (En sentido semejante, auto del 13 de noviembre de 1996, M. P.
Fernando Arboleda Ripoll, radicación No. 11.834).

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión Competencia


FECHA : 08/10/2001
DECISION : Declara la competencia del Tribunal de Manizales
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : JARAMILLO GRISALES, CARLOS ALBERTO
DELITOS : Extorsión
PROCESO : 18369

PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera/ NULIDAD/ COPIAS/


INVESTIGACION DISCIPLINARIA/ INTERDICCION DE DERECHOS Y
FUNCIONES PUBLICAS/ CASACION OFICIOSA/ JUEZ DE EJECUCION DE
PENAS

1. Constante y pacíficamente ha venido sosteniendo desde antaño la jurisprudencia


de la Sala, que la causal tercera de casación no es de libre formulación, pues es deber
inexcusable para el casacionista señalar de manera
concreta y precisa la causal de nulidad que invoca, así como los fundamentos de ella,
en orden a demostrar de manera seria y metódica que con el yerro in procedendo
invocado se desconocieron las bases fundamentales de la instrucción o el
juzgamiento, o se afectaron garantías fundamentales de los sujetos procesales,
debiendo determinar, por tanto, la actuación procesal viciada, su incidencia en el
fallo, y por supuesto, las normas infringidas.

Sin embargo, aquí el demandante, desconociendo la filosofía, el contenido y los


propios fines que inspiran las nulidades en el proceso penal, y de suyo la técnica
necesaria para alegarlas en casación, cree cumplir con su obligación argumentativa
acudiendo a una serie de desatinados enunciados que en ninguna forma desarrolla,
limitándose simplemente a afirmar que son constitutivos de nulidad, que como
afirma, con sobradas razones, el Representante del Ministerio Público para solicitar su
desestimación, en ninguna forma pueden acercarse a un libelo casacional.

2. En relación con la solicitud del Procurador Delegado, respecto a la expedición de


copias a efectos de que se investigue disciplinariamente al censor, por cuanto de lo
inusitado de la demanda se evidencia que la interposición de este recurso no fue más
que un pretexto para demorar el normal curso del proceso, la Sala accederá a ello,
pues, si bien es cierto que la interposición de los recursos es un derecho, y que su
prosperidad o no, está ausente del abuso y normal utilización de las vías de derecho,

23
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

quedando todo ello ubicado en el ejercicio propio de la defensa, lo es también, que en


casos como el presente, en el que las pretendidas censuras son definitivamente
infundadas, como que se llega a reclamar como desconocidas unas normas no
vigentes para el momento de la actuación, la ausencia de un auto que obra en el
proceso, a convertir un ostensible error mecanográfico en vicio constitutivo de nulidad
y como si esto fuera poco, se llega hasta desconocer el entendible arreglo del proceso
para de ahí pretender generar otra irregularidad, no es posible, en sana ponderación,
colegir que un tal proceder constituya un medio defensivo, ya que su absoluta
carencia de verdad y sustento, tanto fáctico como legal y jurídico, hacen traslucir el
típico abuso de las vía de derecho, y por ende, razón la asiste al Delegado para la
reclamada compulsación de copias, y a ella se accederá con destino al Consejo
Superior de la Judicatura, para que se investigue si el doctor José Collante Vengoechea
incurrió en alguna de las faltas previstas por el Estatuto de la Abogacía (Decreto 196
de 1.971).

3. De otra parte y dado que el ad quem, al igual que el a quo, le impusieron al


procesado la pena accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas por 5
años, desconociendo que si bien procedía por ser la principal de prisión, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 52 del anterior Código Penal, ésta que lo
sería inicialmente por "un período igual al de la pena principal", debía quedar limitada
al máximo de 10 años fijado por el artículo 44 del mismo Estatuto, que es el que para
estos efectos corresponde aplicarle por favorabilidad, en cuanto a que el vigente le
resultaría más gravoso, si se tiene en cuenta que por mandato del artículo 52, esta
pena accesoria lo sería "por un tiempo igual al de la pena a que accede y hasta por
una tercera parte más", sin exceder los 20 años de que trata el artículo 51.

Por tal razón se ajustará la pena accesoria de interdicción de derechos y funciones


públicas al limite máximo legal, esto es, a 10 años, casando en consecuencia oficiosa
y parcialmente la sentencia impugnada, dejando igualmente claro que en cuanto se
refiere a la redosificación punitiva a que pudiese haber lugar ante la nueva regulación
penal, esta le corresponderá al Juez de Ejecución de Penas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/10/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente, expide
copias
con destino al C.S.J.
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : GUTIERREZ GUTIERREZ, NELSON
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 9924
PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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TRANSITO DE LEGISLACION-Reforma a la casación/ CASACION


DISCRECIONAL-Ley 553 de 2000-Reforma al trámite/ CASACION
DISCRECIONAL-Extemporánea/ DEMANDA DE CASACION-Constancia de
recibo

Es la Ley 553 de 2000 la aplicable en este caso porque de acuerdo con la referencia
que viene de realizarse, bajo su vigencia se profirió el fallo de segundo grado y se
inició el término para la presentación de la demanda de casación, así se hubiera
declarado por la Corte Constitucional mediante sentencias C-252, C-260 y C-261 de
fechas febrero 28 y marzo 7 de 2001 las dos últimas, la inexequibilidad de algunas

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

de sus disposiciones, entre ellas, el artículo 6° referido a la oportunidad procesal para


ello.

A esta conclusión se llega porque tratándose de una norma de carácter netamente


procesal, vale decir, despojada de efectos sustanciales, cobra vigencia la previsión
contenida en el artículo 40 de la Ley 153 de 1887, según la cual "los términos que
hubieren empezado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren
iniciadas, se regirán por la ley vigente al tiempo de su iniciación".

Ahora bien, con referencia a la casación discrecional, se tiene que por virtud de la
disposición contenida en el artículo 1° de la mencionada ley, ésta procedía contra
sentencias de segunda instancia que hubieran adquirido ejecutoria material y fueran
proferidas por los Tribunales Superiores de Distrito Judicial, el extinguido Tribunal
Nacional y el Tribunal Penal Militar en procesos adelantados por delitos que tengan
señalada pena privativa de la libertad cuyo máximo sea igual o inferior a ocho (8)
años, y contra los fallos proferidos por los Jueces Penales del Circuito sin referencia al
factor cuantitativo de la pena señalada para el delito objeto de la sentencia.

En el presente caso, aunque la posibilidad de intentar la casación por la vía


excepcional estaba dada por haber sido proferida la sentencia por un juez penal del
circuito, es lo cierto que la demanda terminó presentándose en forma extemporánea.

En efecto, atendiendo la regulación contenida en el artículo 197 del anterior estatuto


procesal penal, se tiene que la ejecutoria del fallo del ad quem se produjo el 23 de
enero del año en curso, esto es, tres días después de la última notificación que en
este caso fue la supletoria del edicto que por igual término se fijó el 16 de enero del
mismo año.

Así, entonces, era a partir de ese momento procesal y no de otro posterior cuando
comenzaba a correr el perentorio término de treinta (30) días para la presentación de
la demanda de casación discrecional previsto en el artículo 6° de la Ley 553 de 2000.
Así se desprende de la preceptiva que sobre el punto dispone: "La demanda de
casación deberá presentarse por escrito dentro de los treinta (30) días siguientes a la
ejecutoria de la sentencia de segunda instancia".

Ahora bien, aunque como quedó dicho no existe constancia de la fecha en que la
demanda de casación fue allegada al proceso, pues sobre el particular apenas se
sabe que fue presentada personalmente en la Notaría Primera del Círculo de El
Espinal el 9 de marzo del año en curso, es razonable concluir que la demanda pudo
haber ingresado al proceso, en el mejor de los casos, la misma fecha de la
autenticación de la firma de su signatario en la notaría o en fecha posterior, pero de
ninguna manera en fecha anterior a aquella diligencia.

En este orden de ideas, si el término de treinta días para la presentación de la


demanda venció el 6 de marzo del año en curso, su extemporaneidad es evidente aún
sin contabilizar el día veintidós de febrero que según la constancia secretarial no fue
hábil por fuerza mayor.

Lo anterior es así porque por ser legal y preclusivo el término para interponer el
recurso, no puede ser desconocido ni cambiado por los sujetos procesales so pretexto
de impertinentes constancias procesales o por el proferimiento de innecesarios
autos, que en este contexto carecen de efecto jurídico vinculante, pues, como lo tiene
señalado la jurisprudencia, "el control de los términos legales corresponde a los
sujetos procesales".

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
FECHA : 08/10/2001

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Inadmite la casación propuesta


PROCEDENCIA : Juzgado 2 P. C.
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : BOCANEGRA TORRES, ALBERTO
DELITOS : Inasistencia alimentaria
PROCESO : 18559

PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba/


VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación indebida/ IRA E INTENSO
DOLOR

1. Pese a la contundencia de la censura contra la sentencia de segunda instancia por


la violación directa de la norma sustancial, en la modalidad de falta de aplicación del
artículo 60 del C.P., al aceptar el actor los hechos en que se fundamentó la sentencia
impugnada, afirmando que el homicidio realmente sucedió, es lo cierto que el
reclamo abandona pronto los cauces de esa clase de transgresión legal propia del
recurso extraordinario y se traslada a los predios de la violación indirecta, en una
mixtura inconciliable de conceptos jurídicos y de apreciaciones de índole personal del
profesional demandante sobre el significado y alcance de la prueba recaudada,
convirtiendo el discurso en una alegación carente de precisión y en últimas, carente
de eficacia de cara a los fines que persigue.

La objeción planteada descubre su inconsistencia desde el momento en que el censor


entiende que la noción de violación directa parte sencillamente de la aceptación de
los hechos sucedidos, cuando lo que caracteriza este concepto jurídico para efectos
casacionales, es la aceptación de los hechos procesalmente establecidos, tal como
fueron asumidos por el fallador y las conclusiones a que éste arribó, centrándose
entonces la discrepancia únicamente en la escogencia de la o las normas sustanciales
llamadas a regir el caso, o en la inaplicación de la que debía haberse aplicado o, en
últimas, en la interpretación que al precepto aplicado le impartió el sentenciador, si
condujo al desconocimiento del derecho que claramente en él se consagra.

No es pues, pertinente a la violación directa, la mera aceptación que hace el actor de


la ocurrencia del ilícito y que reduce a la expresión: "ya que realmente sucedió el
homicidio". Este, como se sabe, estuvo caracterizado, en criterio del Tribunal, por
circunstancias de hecho que aunque reconocidas, carecieron de connotación para
estructurar la diminuente de la ira prevista en el artículo 60 del C.P. anterior y,
también por circunstancias de hecho que constituyeron la agravante específica del
numeral 7º del artículo 324 del C.P., entonces vigente, cuya indebida aplicación
también denuncia.

Si de impugnar la sentencia por violación directa de la ley sustancial se trataba, debió


el demandante haber aceptado el respectivo esquema fáctico-procesal y las
reflexiones y conclusiones a que en ese aspecto arribó el fallador, para, ahí sí,
partiendo de ellos, demostrar el error sobre la escogencia de la norma, traducido ora
en la falta de aplicación del artículo 60 del C.P. anterior, o ya en la aplicación indebida
de la disposición referida a la agravante específica, separando, claro está, los dos
cargos que en su criterio constituyeron los motivos para quebrantar la sentencia
acusada.

2. Se habría aplicado indebidamente el artículo 60 del C.P. anterior si, el juzgador de


la segunda instancia hubiera considerado como probada la ira provocada por
comportamiento ajeno grave injusto y, sin embargo, hubiera prescindido de la
aplicación de tal disposición. Por el contrario, ante un acto aleve, si se tiene en cuenta
que la víctima caminaba desprevenido en la penumbra de la tarde, de espaldas al
agresor, el ad quem no podía proceder de distinta manera en su acertada sentencia
ante la reacción del procesado, excesiva ante el estímulo alegado, revelador de
impulsividad e intolerancia socialmente inaceptables aun dentro de un supuesto
estado de celos de los cuales el agredido no fue sino la víctima.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 08/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : PATIÑO GOMEZ, LUIS HUMBERTO
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 9771

PUBLICADA : Si

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EJERCICIO ILICITO DE ACTIVIDAD MONOPOLISTICA DE ARBITRIO


RENTISTICO/ CONCURSO/ USURPACION DE MARCAS Y PATENTES

Como el fenómeno del concurso de conductas punibles se encuentra regulado


también en idénticos términos en estas dos codificaciones en comento, ninguna
incidencia tiene el tránsito legislativo presentado durante el juzgamiento de la
conducta imputada al procesado (...), con miras a discernir si en verdad resulta
jurídicamente imposible la efectiva concurrencia del delito de ejercicio ilícito de
actividad monopolística de arbitrio rentístico con los demás por razón de los cuales
fue condenado, conforme postula la censora al entender subsumido en tal
comportamiento la usurpación de marcas y patentes así como el uso de sello
falsificado.

Partiendo de las anteriores premisas se afirma, entonces, que al tenor del 31 del
Código Penal, coincidente de manera cabal con las previsiones otrora contenidas en el
artículo 26 del Decreto 100 de 1980, bajo el cual se adelantaron las instancias, el
concurso de conductas punibles se presenta cuando con una sola acción u omisión o
con varias acciones u omisiones se infringen "varias disposiciones de la ley penal o
varias veces la misma disposición", que fue lo acontecido precisamente en los hechos
demostrados en autos.

En otros términos, no se estructuró el concurso aparente pregonado por la


demandante, que como ha sostenido la Sala en anteriores pronunciamientos y reitera
ahora, se afirma cuando una situación fáctica parece adecuarse de manera
simultánea en varias disposiciones penales vigentes, pero que en realidad es
regulada íntegramente por uno sólo de tales preceptos, que por lo tanto resulta
aplicable en forma exclusiva y excluyente con miras a preservar el principio del non
bis in idem.

En efecto, la libertad económica, entendida como la facultad individual para ejercer


actividades de tal índole, no ostenta en la actualidad el carácter absoluto pregonado
con los ideales del liberalismo de finales del siglo XVIII; por el contrario, se encuentra
limitada por el intervencionismo estatal determinado en los artículos 334, 335 y 336
de la Constitución Política por razones de seguridad, salubridad, moralidad, utilidad
pública o interés social y particularmente, en cuanto interesa para el análisis aquí
emprendido, por el establecimiento de monopolios públicos, que en el derecho
constitucional Colombiano remiten su origen a la reforma introducida a la Carta de
1886 en el año de 1910, que los consagró a favor del Estado y como arbitrio
rentístico, es decir, con la finalidad de obtener recursos para el fisco.

La Constitución de 1991 no fue ajena a esta tendencia y en el artículo 333 superior


garantiza la libertad económica, entendida como la facultad para iniciar una actividad
de esa naturaleza, de mantenerla o proseguirla en condiciones de igualdad; de ahí
que le confiara al Estado, por mandato de la ley y en los artículos 75 inciso 2º y 334
inciso 4º ibídem, la misión de evitar las prácticas monopolísticas en la comprensión de
que comportan una vulneración de dicho derecho y de la libre competencia.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sin embargo, la Carta Política también mantuvo en el artículo 336 superior la


posibilidad condicionada de implantar por virtud de la ley monopolios fiscales, que es
una de las fuentes más importantes de financiación del Estado, pero únicamente en
procura de suplir un interés público o de utilidad social e indemnizando a quienes se
vean privados por razón de ellos del ejercicio de una actividad lícita, armonizándose
así tal facultad con las finalidades que impregnan al Estado social de derecho. Estos
monopolios no sobra advertir, difieren de la reserva estatal de cierta actividad
estratégica o de un servicio público, verificada al tenor del artículo 365 ejusdem con
el objeto de mejorar el bienestar general o la calidad de vida de la población, o
simplemente por motivos de soberanía.

En los incisos posteriores el precitado artículo 336 de la Carta Política establece, de


una parte, la destinación específica para los ingresos derivados de los monopolios
estatales: así, los obtenidos de los monopolios de los juegos de suerte y azar deben
aplicarse exclusivamente a los servicios de salud, mientras que las rentas
conseguidas del monopolio de los licores están afectadas en forma preferente a los
servicios de salud y educación; de la otra, la posibilidad de reprimir penalmente la
"evasión fiscal en materia de rentas provenientes de monopolios rentísticos".

Esta finalidad de interés público o de utilidad social que debe impregnar el


establecimiento de todo monopolio público, unida a la necesidad de garantizar su
efectiva realización, explica que se hubiese erigido como delito en el artículo 241A del
Código Penal, introducido por el 1º de la Ley 57 de 1993, el ejercicio ilícito de
actividad monopolística de arbitrio rentístico, norma vigente para la fecha de
comisión de los hechos informados en las presentes diligencias y que era del
siguiente tenor:

"El que de cualquier manera o valiéndose de cualquier medio ejerza una actividad
establecida como monopolio de arbitrio rentístico, sin sujeción a las normas que la
regulan, incurrirá en pena de prisión de tres (3) a cinco (5) años y el pago de una
multa de diez (10) a cien (100) salarios mínimos legales.

El inciso segundo consagraba una circunstancia específica de agravación, en una


tercera parte de la pena, "cuando este delito fuere cometido por el particular que sea
concesionario, representante legal o empresario legalmente autorizado para la
explotación de un monopolio rentístico, y hasta la mitad, si quien cometiere el hecho
punible fuere un servidor público de cualquier entidad titular de un monopolio de
arbitrio rentístico o cuyo objeto sea la explotación o administración de éste".

La ubicación de este comportamiento dentro de los punibles contra el orden


económico y social lo es porque "el bien jurídico protegido es el tesoro público, las
rentas del erario, los recursos económicos que este capta, el cual, por causa de la
comisión de las infracciones analizadas se ve defraudado y disminuido. Más no son
exclusivamente las finanzas públicas las que se afectan con la ocurrencia de tales
conductas, sino también el orden social, dado que es la colectividad en su conjunto la
que deja de percibir los beneficios que reporta la captación de ingresos con destino a
los servicios de educación, salud y obras de asistencia pública, pues cuando se omite
realizar las transferencias legales o se ejerce ilícitamente una actividad establecida
como arbitrio rentístico, se está impidiendo la debida aplicación del gasto social y se
atenta contra la comunidad destinataria de los servicios que por mandato
constitucional debe prestar el Estado". (Gaceta del Congreso No. 165 pag. 25).

Desde el punto de vista de su estructura la Sala acepta que el legislador consagraba


en el artículo atrás trascrito una norma penal en blanco, connotación específicamente
derivada, no de los elementos descriptivos contenidos en ella, a los cuales alude la
demandante para asignarle dicha categoría y por razón de los cuales se trata de un
tipo abierto, sino ante el referente obligado e ineludible a otro ordenamiento jurídico
con miras a concretar de manera cabal la conducta reprimida, tanto en lo atinente a
las actividades que en virtud de la ley constituían un monopolio fiscal, como para
establecer cuándo su ejercicio por parte del agente surgía penalmente relevante al
efectuarse en contravención de las disposiciones que las reglamentaban. Así las
cosas, en vigencia del derogado estatuto punitivo (Decreto 100 de 1980, subrogado
por el artículo 1º de la Ley 57 de 1993), el proceder erigido en delito se traducía en el
ejercicio de una actividad de monopolio de arbitrio rentístico sin sujeción a las normas
que la regulaban.

También a través de un tipo penal en blanco pero con mayor técnica legislativa al
dejarse menos elementos de concreción de la conducta incriminada al precepto

28
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

complementario, en el entendido además de que el objeto material de protección


punitiva lo son los monopolios estatales establecidos con una finalidad de interés
público o social, el artículo 312 de la Ley 599 de 2000 sanciona a quien sin la
respectiva autorización, permiso o contrato ejerce alguna de esas actividades
económicas que el Estado se reserva como fuente de recursos fiscales, cuyo
discernimiento mantuvo remitido a la norma jurídica extra penal que las reglamenta,
obviamente, porque su descripción completa en el tipo penal resulta incompatible con
la facultad que el legislador tiene de establecer monopolios públicos, sujeta
únicamente y por mandato constitucional, a esos propósitos de utilidad general.

La norma comentada, en lo pertinente, es pues del siguiente tenor:

"El que de cualquier manera o valiéndose de cualquier medio ejerza una actividad
establecida como monopolio de arbitrio rentístico, sin la respectiva autorización,
permiso o contrato..."

que en relación con la otrora establecida en la Ley 57 de 1993 fue adicionada con la
incorporación de otro comportamiento alternativo y compuesto, que se hizo consistir
en la utilización de "elementos o modalidades de juego no oficiales".

Resta indicar en este punto, que tanto en la disposición derogada como en la


actualmente en vigencia, esas normas complementarias de los tipos penales en
blanco mediante los cuales ha sido reprimido el ejercicio ilícito de una actividad
monopolística de arbitrio rentístico, no eran ni son diversas de aquellas de naturaleza
legal, que en forma previa deben expedirse al tenor del artículo 336 superior para
regular los monopolios estatales, conforme precisó además la Corte Constitucional en
la sentencia C-313 de julio 7 de 1994, M.P. Dr. Carlos Gaviria Díaz, al revisar la
conformidad del artículo 241A del derogado estatuto punitivo con la Carta Política.

Ahora bien, como la conducta punible descrita en el artículo 241A del Código Penal de
1980, al igual que acontece en el artículo 312 de la Ley 599 de 2000, puede realizarse
de "cualquier manera o valiéndose de cualquier medio", resulta forzoso colegir que el
tipo penal contemplado en ellas, por razón de su contenido, no es cerrado sino
abierto.

Lo anterior no significa, como lo sugiere la libelista, que el intérprete judicial con


violación de los principios de legalidad y de tipicidad sea quien deba individualizar
realmente la conducta incriminada, menos aún, que dentro del ámbito de represión
de la misma queden comprendidas todas las acciones humanas referidas a los
monopolios públicos, simplemente implica que no precisa de unas específicas
circunstancias comisivas, ni de una determinada forma de ejecución, de manera que
basta con que el agente incursione por cualquier medio o de cualquier manera en la
actividad económica que el Estado por virtud de la ley ha reservado como un
monopolio de arbitrio rentístico.

En este orden de ideas, mal puede aceptarse la existencia de otros comportamientos


delictivos que surjan "necesarios", jurídica o naturalmente para la consumación del
delito, conforme plantea también la casacionista, quien en dicha postulación parte del
equivocado entendimiento de estar referida la represión penal en tales eventos,
exclusivamente, a la realización de la actividad económica monopolística simulando
el producto elaborado en desarrollo de la misma por la entidad pública o particular
autorizada para dicho fin.

Así las cosas, tampoco resulta admisible el criterio de quedar subsumidas en el


punible del ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico, todas
aquellas conductas desplegadas por el sujeto activo con miras a confundir al
consumidor del producto con un fingimiento de la naturaleza indicada, pues se
reitera, el delito se perfecciona cuando el agente ejecuta la acción prohibida en la
norma, esto es, al efectuar una actividad económica respecto de la cual el Estado por
ministerio de la ley tiene su monopolio, establecido con fines de interés público o
social, cualquiera que sea el medio al cual acuda o del que se valga para alcanzarlo.

Trasladada la anterior apreciación al caso examinado, en lo atinente a los licores,


contrario a lo propugnado por la casacionista no es indispensable que el agente los
elabore simulando o fingiendo su fabricación legal, pues el ilícito se estructura cuando
el infractor sin sujeción a las normas legales correspondientes, como disponía el
artículo 241A del Código Penal de 1980 (subrogado por el artículo 1º de la Ley 57 de
1993), o careciendo de la autorización, permiso o contrato, conforme dispone el

29
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

artículo 312 de la Ley 599 de 2000, desconoce el monopolio de arbitrio rentístico de


los Departamentos establecido por la ley y simplemente realiza esa actividad
económica reservada como fuente de recursos para tales entes territoriales, únicos
que pueden entonces efectuarla.

Por lo tanto, se configura un efectivo y verdadero concurso de hechos punibles, si


para la consecución del fin propuesto de elaborar licores no obstante obedecer tal
fabricación a una actividad monopolística de arbitrio rentístico, el sujeto activo
incursiona en otros comportamientos previstos también como delito, para el caso, el
uso de efecto oficial o sello falsificado y la usurpación de marcas y patentes, a través
de los cuales el implicado (...), además de realizar esa actividad económica que la ley
reservó para los Departamentos con miras obtener recursos con destino preferente
para los servicios de educación y salud, por si sola constitutiva de la infracción
comentada, quiso aparentar que el aguardiente ilícitamente producido correspondía
al fabricado por la Industria Licorera del Cauca.

Tampoco puede admitir la Sala el criterio de la demandante en el sentido que el


ejercicio ilícito de la actividad monopolística de arbitrio rentístico absorbe las
conductas descritas en las figuras de la circulación y uso de efecto oficial o sello
falsificado y de la usurpación de marcas y patentes, pues se trata de tipos penales
básicos en cuanto describen conductas en las cuales el proceso de adecuación está
revestido de autonomía por cuanto puede realizarse sin referencia a ningún otro tipo
penal, en oposición a las normas penales especiales, que con protección de un mismo
bien jurídico contemplan el comportamiento reprimido en un tipo básico con
agregación, supresión o concreción de algún elemento que las especifica.

Así, la figura delictiva de la circulación y uso de efecto oficial o sello falsificado,


prevista en el artículo 213 del Código Penal de 1980, aparece recogida con los
mismos elementos estructurales y pena de diferente naturaleza en el artículo 281 del
actual estatuto punitivo, aunque se suprimió la referencia al papel sellado como
objeto material del comportamiento incriminado por la supresión del mismo en la
actividad oficial.

Este delito que constituye un atentado contra la fe pública, circunstancia por si sola
excluyente de la posibilidad de ser subsumido por el ejercicio ilícito de una actividad
monopolística de arbitrio rentístico, que tiene por objeto jurídico de protección el
orden económico y social, se configura sin nexo necesario, natural, jurídico u
ontológico con el ejercicio ilícito de una actividad monopolística, cuando el agente
que no ha concurrido a la falsificación usa o hace circular el efecto, el sello o la
estampilla oficiales espurios.

La figura de la usurpación de marcas y patentes, por su parte, descrita en el artículo


236 del Decreto 100 de 1980 y recogida en el 306 de la Ley 599 de 2000, constituye
una afrenta diferente contra el orden económico y social, no ante la realización por
parte de los particulares de una actividad económica que el Estado se reserva con
fundamento en la ley con miras a obtener recursos para el efectivo cumplimiento de
los fines de utilidad pública o social que le son propios, como acontece tratándose del
ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico, contemplado en tales
estatutos en los artículos 241A y 312, respectivamente, sino debido al
desconocimiento de la propiedad industrial vinculado causalmente a su utilización
fraudulenta, que por lo tanto alude a una forma distinta de protección del mismo bien
jurídico.

Lo anterior además, en el entendido que los nombres comerciales, la enseñas,


marcas, patentes de invención y los modelos de utilidad o diseño industrial, como
expresiones de la propiedad privada constituyen un medio eficaz para el desarrollo
económico y, por consiguiente, para el avance social, a tal punto, que la Constitución
Política en los artículos 58 y 61, en armonía con los artículos 150 numeral 24 y 189
numeral 27 ibídem, estimó necesario brindarles una protección cuyo concreción
confió finalmente al legislador.

Por último, la finalidad pretendida por (...) de elaborar un aguardiente de


características externas similares al fabricado por la Industria que desarrolla en forma
legal la actividad monopolística, no traduce una responsabilidad restringida
exclusivamente al delito al cual orientó su comportamiento, esto es, al ejercicio ilícito
de actividad monopolística de arbitrio rentístico, cobijando en él las demás
infracciones de la Ley penal en las que incurrió para el logro de ese propósito
contrario a derecho, como sugiere en el presente asunto la demandante.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Por el contrario, tampoco desde una perspectiva finalista de acción, insinuada por la
casacionista a través de este planteamiento, podría arribase a la consecuencia
propugnada, esto es, de entender que la finalidad perseguida por el agente subsume
todos los hechos punibles cometidos con miras a conseguirla, pues en esta
concepción dentro de la teoría del delito, la unidad de acción jurídico penal se
establece por dos factores concurrentes, a saber: la voluntad final, que indica el fin
voluntariamente propuesto; y el factor normativo, referido al enjuiciamiento jurídico
social a través de los tipos penales de acuerdo con el cual se aprecia y determina lo
que la realización final significa socialmente, de manera que aún tratándose de una
sola acción pueden ser aplicados varios tipos delictivos si ninguno la comprende en
todos sus aspectos.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 08/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : ROJAS HIDALGO, DIEGO HENRY
DELITOS : Falsedad de sellos oficiales, Usurpación de
marcas y
patentes, Ejer. ilícito de act. Monopolística de
arb. R
PROCESO : 15793
PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE


Aclaración de voto DR. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
Salvamento de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EJECUCION DE LA SENTENCIA-Juez competente/ COLISION DE


COMPETENCIA-Ejecución de la sentencia

La ejecución de la sentencia atañe al Juez de Ejecución de Penas y Medidas de


Seguridad, cuyo competencia, cuando el condenado se halla privado de la libertad, no
depende de la naturaleza del hecho, o del territorio donde se cometió, o del despacho
judicial que dictó el fallo, sino de un factor personal relativo al lugar donde se
encuentre expiando la pena.

Cuando el sentenciado no se halla privado de libertad, si no existe en el respectivo


territorio Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, que aún no han sido
creados para los circuitos penitenciarios y carcelarios de todo el país, el conocimiento
será del Juez que dictó la sentencia de primera instancia, teniendo además en cuenta
lo indicado por la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, en
acuerdos como el 54 de 1994, y 548 y 567 de 1999.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En este asunto, el conocimiento correspondería a un Juzgado de Ejecución de Penas


con competencia en el lugar donde se dictó la sentencia, pues el condenado ya no se
halla privado de libertad; pero, no obstante que mediante el mencionado acuerdo 548
del 22 de julio de 1999 se creó, entre otros, el Circuito Penitenciario y Carcelario de
Andes, Antioquia, cuya cabecera es la población del mismo nombre e incluye a Titiribí,
a la fecha no se ha implementado su funcionamiento.

Por consiguiente, es al Juez Penal del Circuito de Titiribí al que corresponde seguir
ejecutando el fallo proferido contra (...), por lo cual le debe ser enviado el expediente
respectivo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 08/10/2001
DECISION : Determina la competencia del Juzgado P. C. de
Titiribí –
Antioquia
PROCEDENCIA : Juzgado de Ejec. de Penas y Med.
CIUDAD : Manizales
CONDENADO : ESCOBAR CHALARCA, JOSE MANUEL
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 18450

PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Principio de autonomía/ DERECHO DE


CONTRADICCION-No se limita al sólo contrainterrogatorio/ RECURSOS-Razón
seria y valedera/ PRUEBA-Procedencia y trascendencia/ IMPUGNACION/
TRASLADO PARA PREPARACION DE LA AUDIENCIA-No requiere auto

1. El casacionista agrupó en una misma censura diferentes ataques a la sentencia de


segundo grado impugnada, a través de los cuales afirma simultáneamente la
afectación de diferentes garantías y a los que atribuye entidad para propiciar la
nulidad desde diversa fase del proceso, perdiendo de vista que en virtud del principio
de autonomía de los cargos debió postularlos en forma separada con precisión
además del orden en el cual debían ser examinados por la Corte, determinado
obviamente, por su mayor efecto o consecuencia.

En este orden de ideas, al libelista no le resultaba apropiado aducir de manera


indiscriminada la afectación del derecho de defensa por la inactividad del abogado de
oficio que inicialmente asumió la representación del sindicado; la vulneración de esa
misma garantía, bien ante la negativa de las pruebas solicitadas por el procesado en
la fase instructiva y después por el apoderado en la etapa del juicio, ora como
consecuencia de una medida de aseguramiento que afirma sustentada en elementos
de juicio relegados de toda controversia; y finalmente, el menoscabo del debido
proceso porque el traslado para la preparación de la audiencia pública se dispuso
mediante un auto de simple impulso de omitida notificación al acusado y a su
defensor.

En estas condiciones, el recurrente cometió la impropiedad adicional de pretender de


la Sala la declaratoria de nulidad en forma simultánea y sin ningún orden lógico de
preeminencia, desde la indagatoria recibida a GARCÍA GIRALDO, a partir de las
resoluciones definitoria de la definición jurídica y de clausura del ciclo instructivo,
desde las providencias por medio de las cuales se negó en el sumario y en la causa la
práctica de las pruebas solicitadas por el sindicado y su defensor, respectivamente,
inclusive, desde el auto de apertura de la etapa del juicio; en últimas, dejó a la
discrecionalidad de la Corte el momento a partir del cual debe disponerse la
invalidación del proceso.

2. Advierte también, con idéntica orientación argumentativa, que el abogado no


concurrió a la recepción de los testimonios de cargo, esto es, que desdeñó la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

oportunidad de contra interrogarlos, para afirmar luego que esa inactividad se reflejó
en una medida de aseguramiento fundamentada en elementos de juicio sustraídos de
toda controversia. Sin embargo, con dicha postulación el demandante pierde de
vista, de una parte, que la asistencia del defensor a esas actuaciones en manera
alguna resultaba obligatoria; de la otra, que la contradicción de la prueba no se
materializa exclusivamente a través de la presencia e intervención del defensor en la
formación de la misma, por cuanto encuentra otras manifestaciones no menos
eficaces, entre ellas, la postulación del valor que puede o no concedérsele a los
medios de persuasión recaudados, que precisamente ejercitó el togado en las
alegaciones previas a la calificación del mérito del sumario.

Además, el libelista tampoco precisó el sentido en que debieron interrogarse tales


declarantes, ni la incidencia que habría tenido ese mecanismo de controversia echado
de menos para determinar un pronunciamiento conclusivo diverso y favorable al
procesado.

3. La prescindida impugnación de la medida de aseguramiento, de la providencia que


denegó la solicitud elevada por el sindicado con el propósito de ampliar los
testimonios de Marlie Lorena Molina, Claudia Lediz Arias y Darío Batuel Botero o de la
resolución acusatoria, tampoco constituye argumento con entidad para propiciar la
nulidad del proceso conforme es pretendido por el libelista, pues como ha precisado
la Sala con ponencia de quien cumple aquí idéntico cometido, "los recursos tienen
que obedecer a una razón de inconformidad seria y valedera y no al ejercicio
mecánico, abstracto u obligado de una prerrogativa, cuyo empleo sin argumentos
basados en la propia evidencia ninguna utilidad práctica reportarían en pro del
implicado, y acaso devendrían en mecanismos dilatorios"

Mas aún, si el casacionista no precisa la utilidad de los recursos que denuncia


omitidos, como precisamente se advierte en este caso, "no es procedente inferir ni
suponer que ellos tenían que interponerse obligatoriamente, ni se puede concluir que
no haberlos interpuesto necesariamente refleja abandono en su asistencia al
procesado" (sentencia del 17 de abril de 2001, radicado 11.793).

Resta aducir, tratándose del reparo erigido a la gestión del representante judicial del
sindicado en la fase del sumario, que el derecho de defensa de arraigo constitucional
se expresa en una doble dimensión, de una parte, a través de las facultades
conferidas al procesado para su defensa material, de la otra, mediante la asistencia
técnica a cargo de un abogado y que abre compuerta a la controversia jurídica...

4. Frente a tal reparo, derivado en esencia de la negativa a decretar pruebas, la Sala


reitera que no basta con señalar en concreto aquellos medios de persuasión cuyo
recaudo fue excluido en el curso del proceso, sino que impera acreditar su
trascendencia, esto es, qué circunstancias se habrían demostrado de haber sido
incorporados a las diligencias y su influjo frente a la comprobación del hecho
imputado o respecto de la responsabilidad del incriminado, aspecto por completo
soslayado en el libelo donde el casacionista se limitó a formular un abstracto
cuestionamiento a las razones por las cuales se despacharon desfavorablemente las
pretensiones probatorias de (...) en la investigación y de su representante judicial
durante la causa.

5. Adicionalmente, téngase presente que en la práctica de tales pruebas o en la


solicitud de nulidad no se insistió a través de la interposición de los recursos que
resultaban procedentes contra las providencias de primera instancia que las
denegaron, cuando los medios de impugnación constituyen una manifestación
concreta de la facultad discrecional conferida a los sujetos procesales para cuestionar
los pronunciamientos judiciales que les irrogan agravio, de manera que su no
presentación cuando ha sido posible traduce una implícita conformidad con lo
resuelto; de ahí que resulte impropia e inoportuna la pretensión del casacionista de
controvertir en esta sede extraordinaria los fundamentos que en su momento
esgrimieron el instructor y el fallador para tales decisiones.

6. Arguye el demandante, por último, que se configuró otra nulidad con entidad para
desquiciar la legalidad del trámite porque el traslado para la preparación de la
audiencia pública se dispuso mediante auto de impulso que no fue notificado al
procesado ni al defensor que para entonces lo representaba de oficio. En respuesta a
tal reproche, la Corte reitera el criterio esbozado el sentido que el traslado otrora
previsto en el artículo 446 del Decreto 2700 de 1991, bajo el cual se rituó el presente
asunto, no requería pronunciamiento del funcionario de conocimiento, pues la norma

33
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

citada adscribía esta función exclusivamente al secretario quien debía proceder a ello
"al día siguiente de recibido el proceso, previa constancia".

"Ahora, si el funcionario judicial al que se le remite el expediente para que avoque el


conocimiento de la etapa de juzgamiento, como director del proceso opta por hacer
una revisión preliminar del mismo en orden a determinar su competencia y prevenir
dilaciones injustificadas, y una vez acreditada aquella profiere auto asumiendo el
conocimiento del asunto y ordena que el trámite previsto por el artículo 446 del
Código de Procedimiento Penal se surta en la secretaría, esta determinación, por ser
de simple impulso procesal (art. 179-3 ejusdem), y no estar reseñada en el artículo
186 del estatuto procesal como sujeto a notificación, es de inmediato cumplimiento
sin que en su contra proceda recurso alguno, según previsiones que al respecto hace
el inciso segundo de este precepto..." (sentencia de noviembre 25 de 1999, M.P. Dr.
Fernando Arboleda Ripoll, radicado 11.309).

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 08/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GARCIA GIRALDO, EFRAIN DE JESUS
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 13790

PUBLICADA : Si

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CAMBIO DE RADICACION-Orden público

Temas como el planteado por los libelistas en su escrito, en el que se asegura no


requerir de demostración, por configurar un hecho notorio, las circunstancias que se
aducen como motivos para el cambio de radicación impetrado, lo tiene
suficientemente definido la Sala, entre otros pronunciamientos, el realizado el 23 de
julio pasado, Rdo. 18.419, con ponencia de quien aquí cumple idéntico cometido. Allí
se dijo:

"El instituto consagrado en el Art. 83 del C. de P. Penal que excepciona el principio


general en virtud del cual el funcionario judicial competente para conocer de un
asunto, es el del lugar en donde se perpetró el hecho -competencia territorial-, ha
dicho reiteradamente la Corte, autoriza el cambio de radicación de un proceso cuando
en razón de circunstancias sobrevinientes puedan resultar afectados el orden público,
la imparcialidad o independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, y la seguridad del procesado o su
integridad personal.

"No obstante, la solicitud debe ser motivada y a ella han de acompañarse las pruebas
en que se funda, reza el Art. 85 ibidem -hoy Art. 87 de la Ley 600 de 2000, se aclara-,
carga procesal cuyo cumplimiento no puede ser soslayado por el postulante y que la
Corte mal puede suplir, como quiera que es la propia ley la que le asigna esa
obligación de acreditación de los supuestos en que aquélla se finca.

"En el asunto a examen de la Sala, la aspiración de la libelista está llamada al fracaso,


puesto que si la remoción del proceso tiene por finalidad contrarrestar factores
externos de perturbación en el ejercicio de la actividad judicial, como lo tiene dicho la
Sala, la orfandad probatoria que rodea la presentación de los argumentos de la
petición Fiscal, impide que la Corte sopese la verdadera magnitud de las condiciones
de inseguridad y de afectación del orden público argüidas, desconociéndose si dichas
circunstancias se derivan de la situación generalizada de deterioro del orden público
que agobia al territorio nacional, o ellas provienen y tienen relación vinculante con los
hechos objeto de juzgamiento (...)"

34
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En el citado proveído, igualmente se trajo a colación lo dicho por la Corte en


relación con esa materia en auto del 23 de octubre de 1997, M.P. Jorge Aníbal Gómez
Gallego.

"Para una interpretación razonable de los motivos de orden público a los que se
refiere el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal, la Corte entiende que ha de
establecerse una razón vinculante entre el proceso que ahora se adelanta en (…) y
algunas manifestaciones específicas de perturbación, zozobra e inseguridad
producidas por los hechos a los cuales se concreta aquél. Si las dificultades de la
actividad judicial se vinculan genéricamente con el deteriorado orden público reinante
en la región, bastaría determinar que el departamento de (…) fue declarado zona
especial de orden público, y de una vez se paralizaría la administración de justicia en
dicha entidad territorial, porque todos los procesos tendrían que cambiar de
radicación por el generalizado entorpecimiento de la convivencia en paz, absurdo tan
intolerante como saber que, si bien la justicia no es la responsable del manejo del
orden público, su ausencia, y ahora su huída, inocultablemente contribuyen a
acentuar el deterioro de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades públicas.

"Las circunstancias que afectan la imparcialidad o independencia de la administración


de justicia, como motivo de cambio de radicación, han de ser generalizadas por la
fuerza conmovedora misma del hecho investigado o por una manifestación previa y
colectiva de los encargados de la justicia, de tal manera que resultaría palpable el
prejuicio de todos los funcionarios judiciales de una misma población o región. De ese
modo, el motivo de afectación de la imparcialidad e independencia de ciertos
funcionarios judiciales, como causa individualizable y no extendida en el municipio o
zona, no puede ser objeto de discusión para el cambio de radicación, pues se trata
mas bien de una razón válida para tratar de purificar el órgano judicial por la vía de
los impedimentos y recusaciones (...)"

Es que si de la seguridad personal de los procesados se trata, amén de


corresponderle al Estado velar por ella a través de los organismos competentes, por
parte alguna aparece acreditado el nexo de causalidad entre las muertes que dicen se
han perpetrado respecto de prestantes funcionarios municipales, con la situación
particular que cada uno de aquéllos afronta en razón de ese diligenciamiento. De la
real situación de riesgo por las supuestas amenazas lanzadas que era menester
demostrar, ni siquiera prueba sumaria se aporta, las cuales deben predicarse para
poder acceder a la medida -resulta necesario precisarlo- en relación con los propios
implicados y no respecto de su familia o del abogado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Cambio de Radicación
FECHA : 09/10/2001
DECISION : Niega el cambio solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado Promiscuo del Circuito
CIUDAD : El Bagre - Antioquia
PROCESADO : HERNANDEZ TEHERAN, SALVDOR
PROCESADO : PEREA PERLAZA, OBEIDA
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 18732

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

NULIDAD-Defensa técnica/ SENTENCIA ANTICIPADA-Impera la voluntad del


interesado/ DEFENSA TECNICA-Actuación pasiva del profesional/ DEFENSA
TECNICA-Ampliación de indagatoria: Defensor de oficio

1. La propuesta de nulidad en el ámbito de la casación, cualquiera sea el motivo que


se invoque, no está exenta de las exigencias técnicas y de contenido que de manera
reiterada la jurisprudencia de la Corte ha venido precisando.

Las causales de invalidez, como remedio procesal extremo y de protección de los


derechos, están sometidas a una serie de exigencias y principios que hacen
imprescindible que el vicio atribuido tenga una correcta y cabal demostración de su
ocurrencia, así como de la trascendencia en la actuación procesal que se objeta.

Por ello, si la censura está orientada a demostrar el desconocimiento del derecho a la


defensa técnica, se deben tener en cuenta tales premisas, pues a pesar de ser una
garantía reconocida como tal en ámbito constitucional no basta invocar su
vulneración mediante expresiones generales, suposiciones o especulaciones que, por
no encontrar efectiva materialización en el proceso, resultan insuficientes para
fundamentar la pretensión de invalidez.

De acuerdo con los anteriores lineamientos la casacionista, en el intento de demostrar


que el procesado (...) careció de adecuada defensa técnica, fracasa en el desarrollo de
la censura debido a que no logra demostrar que las actuaciones que califica de
irregulares hubiesen repercutido en una situación de indefensión dado que, además,
no se trata aquí de un fenómeno originado en la carencia de defensor togado durante
algún tramo o fase de la actuación.

En su opinión, la defensa que tuvo (...) durante la etapa instructiva fue, por su
insuficiencia, como si no la hubiera tenido. Sin embargo, es evidente que los
reproches que eleva constituyen una divergencia frente a la manera en que los
respectivos togados que representaron a (...) decidieron asumir la defensa. Además,
elabora una crítica sobre la pasividad profesional construyéndola desde la verificación
del resultado del proceso, como si la idoneidad defensiva o el ámbito dentro del cual
opera la garantía pudieran calificarse a partir de la cantidad de intervenciones o
según su conformidad con las orientaciones adoptadas por los sucesivos
profesionales encargados de asumirla, aspectos todos ajenos al control judicial, dado
el amplísimo grado de autonomía que debe otorgarse a la parte que se defiende. Si
no fuera así quedarían los órganos de acusación y juzgamiento con facultades de
disponibilidad tales que terminarían por confundir sus papeles dentro del rito y
abriendo paso a intervenciones inadmisibles en una función que, como la defensa,
debe tener su máxima expresión de garantía en el grado de independencia con que
se ejerza dentro del proceso, y respecto de los demás sujetos intervinientes.

Reducir la garantía de defensa a un inexistente deber jurídico de advertir al


procesado sobre las consecuencias jurídicas de un allanamiento a los cargos, al
ejercicio de la asesoría o el consejo en un determinado sentido, o al empleo efectivo
de los mecanismos de impugnación para derivar de su ausencia un abandono
funcional - defensivo, constituye por lo menos un argumento desproporcionado.

2. La posibilidad de acudir al mecanismo de la terminación anticipada del proceso


depende de la voluntad del procesado así por lo general vaya coadyuvada por su
defensor. Por ello, con sobrada razón el Tribunal y ahora la Procuraduría Delegada,
señalaron que si (...) no se acogió a ese beneficio, fue porque voluntariamente no
quiso colaborar con la justicia y no porque se tratara de una persona iletrada, carente
de educación y de recursos económicos, como lo resalta la casacionista.

3. De otra parte, como La Sala lo ha reiterado en innumerables oportunidades, la


pasividad de un defensor, apreciada desde la perspectiva de los que le sucedan en el
encargo, no quebranta el derecho a la defensa. Es necesario acudir a las
circunstancias que acompañaron el desarrollo de la actuación procesal para
determinar y demostrar que esa inactividad que se le atribuye al defensor, no podía
haber hecho parte de una estrategia defensiva, que siempre será susceptible de
ausencias o de discrepancias, pero al fin y al cabo razonablemente idónea.

Pero tampoco es cierto que en este caso haya existido una total pasividad en la
gestión defensiva. El primer togado que se le nombró en la diligencia de indagatoria a
(...) aunque no ejecutó ningún acto de postulación, sí ejerció actos de vigilancia,
control y seguimiento de la actuación, como también lo hizo el profesional que lo

36
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

sucedió en el encargo, quien además realizó actividades tangibles de contradicción,


materializadas en actos procesales de gestión.

4. En cuanto a la diligencia de ampliación de indagatoria del encartado, que se llevó a


cabo por petición del apoderado de la procesada absuelta María Mercedes Rivera,
debe aclararse que en esa oportunidad no pudo asistir el profesional que
representaba a (...), pese a que se le había notificado de la realización del acto y que
por ello se le debió nombrar a otro profesional del derecho para que lo asistiera,
conducta que de la misma manera no solo no está prohibida sino que se cumplió
realizando la garantía de asistencia oficiosa cuando quiera que quien funja como
defensor no pueda eventualmente concurrir a la realización de un acto que demande
la presencia del imputado.

Entonces estas circunstancias no resultan desconocedoras del derecho a la defensa


del señor (...), como lo aduce la censora, sino su realización efectiva. La ley , en esta
clase de situaciones, cuya necesidad, oportunidad o urgencia libra al buen criterio del
funcionario, no supedita su ejecución a la presencia del defensor de oficio, ni siquiera
del contractual. Lo importante es que durante la diligencia el procesado cuente con la
asesoría, supervisión y garantía de un profesional del derecho, quien debe velar
porque no se le desconozcan sus garantías procesales, que el acto sea legítimo y
regular, lo que en este caso sucedió.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 09/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : MELO VALBUENA, JEREMIAS
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 14734

PUBLICADA : Si

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PRESCRIPCION DE LA PENA/ EJECUCION DE LA SENTENCIA/ PRISION


DOMICILIARIA-Sustitutiva de la prisión: Requisitos/ DETENCION
DOMICILIARIA-Requisito subjetivo-Prevención general/ ANTECEDENTES-
Penales y contravencionales

1. El artículo 87 del decreto 100 de 1980 señala que "La pena privativa de la libertad
prescribe en el término fijado para ella en la sentencia, pero en ningún caso podrá ser
inferior a cinco (5) años.", y el artículo 88 ibídem establece que "La prescripción de las
penas se principiará a contar desde la ejecutoria de la sentencia".

La ley 599 de 2000, reiteró el tratamiento de la prescripción de la pena, indicando que


la sanción privativa de la libertad "prescribe en el término fijado para ella en la
sentencia o en el que falte por ejecutar, pero en ningún caso podrá ser inferior a cinco
(5) años".

No encuentran sustento entonces los argumentos de la recurrente y del representante


del Ministerio Público, cuando pretenden desconocer las previsiones sustantivas y
procedimentales para el cálculo del término prescriptivo, haciendo caso omiso de la
sentencia de segunda instancia en este asunto, arguyendo que por favorabilidad, al
referirse el Código Penal a la "ejecutoria de la sentencia" se remite a la de primera
instancia, sencillamente porque tanto el artículo 197 del decreto 2700 de 1991 como
el 187 de la ley 600 de 2000, estipulan que "las providencias quedan ejecutoriadas
tres (3) días después de notificadas si no se han interpuesto los recursos" y en el
actual se adicionó "legalmente procedentes".

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En el asunto examinado, es evidente que el anterior defensor impugnó la sentencia


condenatoria de 26 de abril de 1996, por lo tanto su ejecutoria se pospuso hasta la
fecha en que esta corporación decidió el recurso y la confirmó.

No obstante que el actual Código Penal no fue explícito en señalar desde cuándo
empieza a correr el término prescriptivo, basta una interpretación sistemática del
mismo, para colegir que es a partir de la ejecutoria de la sentencia, porque hasta que
no se produzca ésta, según lo estipulado por el inciso 2° del artículo 86 ibídem, está
corriendo el término de prescripción de la acción, y por simple lógica, un mismo lapso
no podría transcurrir simultáneamente para la prescripción de la acción y de la pena.

2. El artículo 38 de la ley 599 de 2000 señala que la ejecución de la pena privativa de


la libertad se cumplirá en el lugar de residencia o morada del sentenciado, excepto en
los casos en que la víctima pertenezca a su grupo familiar, cuando la sentencia se
imponga por conducta punible cuya pena mínima prevista en la ley no exceda de
cinco años de prisión; además, que el desempeño personal, laboral, familiar o social
del sentenciado permita al juez deducir seria, fundada y motivadamente que no
colocará en peligro a la comunidad o que no evadirá el cumplimiento de la pena, y
que se garanticen bajo caución las obligaciones fijadas en dicho precepto.

En el caso sub examine, la pena mínima asignada a la falsedad ideológica en


documento público por la cual se condenó a la doctora (...), es inferior a cinco años de
prisión, por lo cual, como bien lo analizó el a quo, se reúne el elemento objetivo del
aludido precepto.

Pero, en cuanto al subjetivo, ha sido posición reiterada de esta Sala, sobre el


minucioso estudio que se debe realizar en cada caso, como se analizó por ejemplo en
la providencia de 25 de septiembre del año en curso, con ponencia de quien ahora
cumple igual función, rad. 18.021, en la cual se citó la de fecha 16 de agosto de 2001,
siendo ponente el Magistrado Fernando Arboleda Ripoll, rad. Segunda Instancia
18.506, así:

"El examen de las características familiares, laborales y sociales del acusado, en


orden a la sustitución de que se trata, es un procedimiento exigente que debe
adelantarse de manera seria y ponderada, en cuanto que su finalidad se encuentra
enmarcada en la necesidad de que el procesado no vuelva a colocar en peligro a la
comunidad, aparte claro está, de establecer que el domicilio constituya un ambiente
propicio para el cumplimiento de los fines de la pena y garantizar su efectivo
descuento.

Lo anterior significa tener como norte, entre otras funciones de la pena, la de


prevención general, como mecanismo de protección de la sociedad de la comisión de
nuevos delitos, pues una concesión ligera del beneficio, basada en un errado
pronóstico, puede dar al traste con esta función (artículo 4° del Código Penal), la que
obviamente por sí misma no puede neutralizar la consecución de las restantes."

Siguiendo esos parámetros, estipulados en el segundo presupuesto exigido por el


artículo 38 de la ley 599 de 2000, sobre el desempeño "personal, laboral, familiar o
social del sentenciado", resulta de elemental sentido común acudir a sus
antecedentes de toda índole, con mayor razón si existe, como en el proceso
examinado, constancia de una condena anterior en contra de la doctora (...), también
en su condición de Juez Promiscuo Municipal de La Paz, por hechos cometidos con
antelación a los que dieron lugar a la sentencia en el asunto de la referencia.

3. No se puede pasar por alto, que ese examen tiene respaldo constitucional en el
artículo 248 de la Carta Política, donde estipula que "Únicamente las condenas
proferidas en sentencias judiciales en forma definitiva tienen la calidad de
antecedentes penales y contravencionales en todos los órdenes legales". Diferente
resulta que la pena se hubiera extinguido, por haberse cumplido el período probatorio
concedido para disfrutar del subrogado de la condena de ejecución condicional que
allí se le otorgó, pero ese antecedente obra en su trayectoria y muestra cómo de
manera repetida una servidora judicial dejó de lado los principios éticos y legales
sobre los que debía ser paradigma, para colocarse al margen de la ley, produciéndose
alarma en la comunidad cuando quienes deben ser guardianes de la ley se colocan en
su contra.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 09/10/2001
DECISION : Confirma providencia que negó prescripción y
sustitución de prisión
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
CONDENADO : PEREZ MAESTRE, CARMEN FELICIA
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 18773

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DEFENSA TECNICA-Oposición de criterios estratégicos/ MINISTERIO


PUBLICO-Limites del concepto en casación/ CASACION OFICIOSA-Presupone
una demanda en forma/ INDICIO-Técnica para atacarlo en casación/ SANA
CRITICA

1. De cualquier manera, así se acepte la posición que a última hora asumieron los
señores Ortiz Garzón y ÁVILA, lo cierto es que sólo el análisis de lo actuado dentro del
expediente permitiría acusar al profesional de faltar a sus deberes y, con ello, de no
haber puesto sus conocimientos al servicio del indagado, generar una ausencia de
defensa técnica, por cuanto, como bien refiere el Ministerio Público, una subjetiva y
posterior valoración del nuevo abogado sobre lo que en su criterio "ha debido ser"
una válida estrategia defensiva no es recurso válido para descalificar la labor del
antecesor.

Así, se observa que el 15 de abril de 1996 el señor apoderado interpuso acción de


control de legalidad sobre la medida de aseguramiento, documento donde
precisamente cuestiona el análisis probatorio para concluir que la detención se
profirió contrariándolo y concluye en la "atipicidad de las conductas endilgadas" (fl.
99), con posterioridad, solicitó copias del proceso (fl. 165), apeló la adición a la
providencia detentiva (fl. 171 vuelto), desistió del recurso en aras de que se allegaran
otros medios de prueba (fl. 174), los que detalló y solicitó se evacuaran (fl. 208),
recurrió la providencia de cierre (fl. 206), abogó por la libertad del detenido (fl. 228),
impugnó la caución impuesta para que ella se hiciera efectiva (fl. 239) e hizo lo propio
con la resolución de acusación (fl. 279).

Esta reseña pone de presente que el defensor que asistió al indagado en la fase de
instrucción actuó de manera reiterada, controvirtió las pruebas e impugnó las
decisiones, de donde surge opuesta a realidad la queja de que no ejerció el derecho
de contradicción.

Tampoco resulta de buen recibo, por reñir con lo que se observa dentro del
expediente, aseverar que el abogado que actuó en la fase inicial no veló porque se
adelantara una investigación integral, como que según se reseñó solicitó la
recopilación de medios de prueba favorables al acusado y cuestionó que no se
evacuaran.

Por otra parte, esta censura ha debido plantearse, como cargo independiente, a título
de violación a un proceso como es debido porque tal falencia perjudica a todos los
sujetos procesales, no sólo a la parte defendida y, en el supuesto de afectación a la
última, el actor ha debido demostrar, lo que no hizo, en qué aspectos los medios no
acopiados perjudicaron al señor Ortiz Garzón.

2. En virtud del principio de limitación, la Corte no puede ocuparse de "causales de


casación distintas a las que han sido expresamente alegadas por el demandante",
según rezan los artículos 216 y 228 de los códigos procesales, vigente y derogado,
respectivamente, pero tratándose de la causal tercera, de nulidad, "la Corte deberá
declararla de oficio", de donde surge que en principio sería válida la propuesta
oficiosa que plantea la Procuraduría, máxime que el legislador procesal dispone que
la Sala "Igualmente podrá casar la sentencia cuando sea ostensible que la misma
atenta contra las garantías fundamentales".

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Lo ostensible es lo que se muestra claro, manifiesto, patente. Por modo que cuando
quiera que de manera perceptible a simple vista se evidencie vulneración a las
garantías fundamentales, hay lugar a la casación oficiosa que se plantea por el
Ministerio Público, lo cual no surge en este evento, además de que a la Procuraduría
le está vedado entrar a suplir las falencias del demandante y, con sus argumentos
corregidos, proceder a hacer nuevos planteamientos que, así, lo que ponen de
presente es que entra a fungir como impugnante.

Tal acontece en el presente evento, toda vez que la Procuradora Delegada, luego de
analizar los cargos que propone el censor, concluye en sus falencias, por lo que
estima no hay lugar a la nulidad que plantea, para, a renglón seguido, entrar a
proponer que se invalide lo actuado pero por error judicial en la calificación jurídica de
los hechos, por indebida aplicación de las reglas de la sana crítica, esto es, que se
apartó de las precisas pretensiones del casacionista, para entrar a enmendarlas e
indicar una nueva petición, lo cual desborda sus precisas facultades, porque
propuestas independientes sólo podía hacerlas como sujeto procesal, en el término de
la ejecutoria formal de la decisión de segunda instancia, pero en sede del recurso
extraordinario su concepto queda delimitado por las peticiones del actor en su
demanda.

Respecto de la intervención del Ministerio Público en este trámite, la Sala ha reiterado


que "este sujeto procesal, igual está obligado a respetar el principio de limitación que
rige el recurso de casación, y por lo mismo no puede pretextar el deber-facultad a que
se contrae el artículo 228 ibídem -216 del actual estatuto-, para subsanar las
deficiencias técnicas y argumentativas del casacionista, y que se evidencia la
existencia de alguna nulidad, ello puede hacerlo una vez responda la demanda, pero
nunca valiéndose de los argumentos del casacionista que propuestos por otra vía lo
lleve a encuadrarlos de tal manera que corrigiéndolos posibiliten la petición de
invalidez …" (15 de octubre de 1999, M. P. Carlos Augusto Gálvez Argote, radicación
11.220).

3. Es claro, en consecuencia, según ha dejado sentado la jurisprudencia de esta


Corporación, que la demanda comporta un límite, incluso para la procedencia de la
casación oficiosa que se propone y que la Procuraduría puede plantearla, con soporte
en el artículo 216 procesal (228 anterior), pero sin que tal vía pueda emplearla para
adicionar, rehacer o enmendar el libelo, ni formular sus propios cargos, pues ello
desbordaría la razón de ser del traslado e implicaría que hiciera las veces de
impugnante* . En el presente evento, por lo demás, no existen las irregularidades que
se muestren ostensibles.

No obstante, la Sala responderá a la Señora Procuradora, teniendo en cuenta que si


bien se equivoca en su propuesta de oficiosidad, sin duda su enjundioso estudio está
acompañado de un inocultable anhelo de justicia -naturalmente tal como la
colaboradora percibe el asunto- que antepone a la rigidez de la casación, instituto
que, por su origen, desarrollo y actualidad, se tiene que ceñir, sobre todo al examen
jurídico de la sentencia impugnada frente al ordenamiento. Esto, por supuesto, no
entraña prevalencia de lo "formal" sobre lo "sustancial". Significa, simplemente, que
la labor de la Corte como Tribunal de Casación está regida por razones diversas de
aquéllas que se cumplen en las instancias.

4. La contradicción del demandante es evidente y llama al rechazo de la censura, toda


vez que cuando se pretende atacar la prueba indiciaria, es carga del actor precisar si
el yerro se cometió respecto del hecho indicador, la inferencia lógica o de la forma en
que se relaciona con los restantes medios de prueba. Si opta por el hecho indicador, le
compete señalar, en relación con las pruebas con las que se tuvo por demostrado, si
se está ante un error de hecho o de derecho y la modalidad en cada caso: de
existencia, identidad, raciocinio, legalidad o convicción. Si lo que se ataca es la
deducción lógica, el actor, previa aceptación de la forma en que se probó el hecho
indicador, debe demostrar que se incurrió en un falso raciocinio porque se atentó
contra las leyes de la ciencia, la lógica o la experiencia.

5. Como bien lo refiere la Procuraduría Delegada, si la pretensión del actor era


cuestionar la apreciación probatoria de los jueces, el reproche ha debido encauzarlo
por la vía del error de hecho por desconocimiento de las reglas de la sana crítica,
además de que si acepta la responsabilidad del sindicado en los delitos de
receptación y falsedad (solicita absolución por homicidio y hurto), en tanto el primero

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

fue descartado en el pliego de cargos, debió acudir a la causal tercera de casación,


por calificación errada de los hechos, y desarrollarla por el camino de la primera.

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* Confrontar: sentencias de 25 de octubre de 1999, M. P. Dr. Jorge Aníbal Gómez
Gallego, radicación 14.375, y 24 de enero de 2001, M. P. Jorge E. Córdoba Poveda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 11/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ORTIZ GARZON, CARLOS ARTURO
DELITOS : Uso de documento público falso, Hurto calificado
y
agravado, Falsedad en documento privado,
Homicidio
agravado
PROCESO : 15385

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Canadá/ EXTRADICION POSITIVA-Pruebas/


EXTRADICION POSITIVA-Tratados/ PRUEBA

1. El artículo 35 de la Carta Política, modificado por el Acto Legislativo 01 de 1997,


establece que "La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los
tratados públicos y, en su defecto con la ley".

De conformidad con esta disposición, cuando el Gobierno Nacional, de acuerdo con la


órbita de su competencia, señala el instrumento o los instrumentos internacionales
por los que se rige el asunto, es este marco normativo el que delimita el concepto de
la Corte. De esta suerte, las pruebas cuya incorporación o práctica se demande
durante el trámite, de acuerdo con la oportunidad para la solicitud prevista al efecto
por el artículo 518 del Código de procedimiento penal, deben estar orientadas a la
demostración de los presupuestos establecidos en dicha normatividad; es decir,
tratarse de pruebas eficaces, pertinentes, útiles, necesarias y conducentes, referidas
a los aspectos sobre los cuales la Corte ha de fundamentar su Concepto, a riesgo, en
caso contrario, de tener que disponer su rechazo, conforme la autorización que con
criterio general, establece el artículo 235 ejusdem.

Dado que en este caso el Gobierno Nacional conceptuó que el Convenio aplicable al
caso es el Tratado de Recíproca Extradición de reos entre la República de Colombia y
la Gran Bretaña, suscrito en Bogotá el 27 de octubre de 1888, con esta premisa, la
Corte abordará el examen de procedencia de los medios de convicción solicitados por
el defensor del requerido en extradición, señor (...).

2. Aunque la Corte entiende que la verificación del cumplimiento del principio de la


doble incriminación integra el objeto del concepto que debe emitir, dicho tema, por
ser de contenido eminentemente jurídico, escapa a cualquier posibilidad probatoria,
pues es en el Concepto en el que habrán de hacerse las precisiones al respecto.

Cabe destacar, además, que dentro de los objetivos del instrumento de extradición
aplicable al caso no se incluye la necesidad de establecer si los hechos en realidad
tuvieron ocurrencia en el territorio del país que hace la solicitud o en otro distinto,
menos posibilita discutir la responsabilidad en ellos de la persona requerida, sino
verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos en el Tratado de recíproca
extradición de reos entre la República de Colombia y la Gran Bretaña.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Debido a ello, resulta inconducente pretender que al trámite se alleguen pruebas


distintas de las expresamente presentadas por las autoridades del país solicitante
para formular el pedido, o las que eventualmente pueda aducir el requerido para
demostrar que no pudo haber cometido el hecho por el que se solicita su extradición,
dado que la Corte carece de facultad para sustituir a las autoridades extranjeras en la
labor de definición del proceso penal que ellas adelantan. Su misión, como ha sido
reiteradamente dicho, se circunscribe a emitir el concepto con fundamento en los
parámetros al efecto señalados por la normatividad aplicable al caso; en este evento,
por el Tratado de Recíproca Extradición de reos entre la República de Colombia y la
Gran Bretaña, suscrito en Bogotá el 27 de octubre de 1888, que en el artículo VIII
establece que "La demanda para la extradición de un acusado debe ir acompañada
de la orden de arresto expedida por la autoridad competente del Estado que exija la
extradición y de aquellas que pruebas que, conforme a las leyes del lugar donde se
encuentra el acusado, hubieran de justificar su aprehensión si el delito hubiese sido
cometido allí".

3. Pide se alleguen "los documentos que demuestren la vigencia del tratado de


extradición suscrito entre la República de Colombia y el Estado del Canadá".

Esta petición, habrá de ser rechazada por la Sala, pues, siendo el Gobierno
colombiano el órgano constitucionalmente facultado para establecer la vigencia en el
ordenamiento interno de los instrumentos mediante los cuales la nación interactúa en
el concierto de las relaciones internacionales, conforme se establece del artículo 189-
2 de la Carta Política, la pretensión probatoria del defensor orientada a establecer la
vigencia del tratado de extradición aplicable al asunto, resulta inconducente, pues en
este evento, el Gobierno Nacional conceptuó sobre "que el Convenio aplicable para el
presente caso es el Tratado de recíproca Extradición de reos entre la República de
Colombia y la Gran Bretaña, suscrito en Bogotá el 27 de octubre de 1888…".

Es de señalar, además, que el cuestionamiento, por una de las partes intervinientes


en el trámite de extradición, de la facultad constitucional atribuida a la Rama
Ejecutiva para dirigir las relaciones internacionales y señalar el marco jurídico a ser
seguido en un particular evento por las autoridades colombianas, resulta
jurídicamente inatendible, toda vez que una tal pretensión se refiere a la
normatividad que ha de regular el trámite, cuya ponderación, vigencia y aplicabilidad
al caso corresponde definir, en primer lugar al Gobierno Nacional, y a la Corte en su
momento oportuno, y no susceptible por tanto de prueba.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
FECHA : 11/10/2001
DECISION : Accede a solicitud de una prueba, niega otras
PAIS REQUIRENTE : Canadá
PROCESADO : ESCOBAR BURGOS, FELIPE
PROCESO : 18543

PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Canadá/ TRAFICO DE ESTUPEFACIENTES

1. Acorde con el concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores, la demanda de


extradición es regulada por el Tratado de recíproca extradición de reos suscrita por la
Gran Bretaña y Colombia el 27 de octubre de 1.888 y ratificado el mismo año por la
ley 148 del 25 de noviembre, y por la Convención de las Naciones Unidas contra el
tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas" suscrita en Viena el 20 de
diciembre de 1.988 y aprobada por la ley 67 del 23 de agosto de 1.993. Por
consiguiente, el concepto que por mandamiento legal debe emitir la Corte no tendrá
como fundamento el artículo 520 del Código de Procedimiento Penal, sino lo previsto
para el efecto en los aludidos instrumentos internacionales.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El artículo XI de la Ley 148, aprobatoria del Tratado de reciproca extradición de reos


entre Colombia y la Gran Bretaña, vigente para Canadá en virtud de la Sucesión de
Estados en materia de Tratados, exige que la demanda de extradición cumpla los
siguientes requisitos:

- Que se eleve a través de los agentes diplomáticos de las Altas Partes Contratantes.

- Debe ser acompañada de la orden de arresto cuando se trate de un acusado,


expedida por la autoridad competente del Estado reclamante y de las pruebas que de
acuerdo con el país requerido justifiquen su aprehensión, de haberse cometido el
delito en su territorio.

-. De referirse la demanda a un rematado ir acompañada del fallo condenatorio


dictado por el Tribunal competente de la potencia extranjera.

A su turno, el artículo XI sujeta la procedencia de la extradición a que las pruebas


remitidas demuestren, en orden a la ley del país requerido, los siguientes aspectos:

- Que el requerido vaya a ser sometido a juicio.

- Probar que el reo es la misma persona sentenciada por los Tribunales del país que
demanda la entrega;

- Y que el delito por el cual sea convicta, sea de aquellos por los cuales procede la
extradición.

Sistemáticamente el artículo 12 ibídem determina los medios de pruebas idóneos


para comprobar la concurrencia de dichos elementos:

Las declaraciones juradas o las deposiciones de testigos tomadas en el otro Estado, o


sus copias.

Los autos y las sentencias allí producidas.

Los certificados que acrediten el hecho de la condenación, o los documentos


judiciales que la establezcan, con tal de que tales piezas se hallen autenticadas como
sigue:

Toda orden debe llevar la firma de un juez, magistrado o agente público del otro
Estado.

Las declaraciones o atestaciones o sus copias deben ser certificadas de puño y letra
del juez, magistrado o agente público del otro Estado, con expresión de que son
declaraciones originales, o sus copias fieles, según el caso.

Todo certificado de condenación o todo documento judicial en que conste el fallo


condenatorio, debe ser certificado por un juez, magistrado o agente público del otro
Estado.

En cada caso, la orden, declaración, atestación, copia, certificado o documento


judicial, debe ser autenticado, ora por el juramento de algún testigo, ora por el sello
oficial del Ministerio de Justicia o de algún otro Ministro del otro Estado; pero
cualquiera otro medio de autenticación permitido por las leyes vigentes al tiempo de
la investigación puede sustituirse por el anterior.

2. Pese a que el artículo II del Tratado de 1.888, no contiene los delitos por los cuales
fue condenado el señor (...), la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico
ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, suscrita en Viena el 20 de
diciembre de 1.988 y aprobada mediante la ley 67 del 23 de agosto de 1.993 -
aplicable a este caso -, sí los recoge en el numeral 1º del artículo 3o, al prever como
ilícitos que permiten la extradición, la fabricación, extracción, preparación, oferta,
oferta para la venta, distribución, venta, entrega en cualquier condición, corretaje,
envió, envío en tránsito, transporte, importación o exportación de cualquier
estupefaciente o sustancia sicotrópica; la conversión o transferencia de bienes a
sabiendas de que proceden, entre otros, de la ejecución del delito anterior, la
participación en tales delitos, con el objeto de ocultar o encubrir el origen ilícito de
los bienes o de ayudar a cualquier persona que participe en la comisión de tal delito o
delitos a eludir las consecuencias jurídicas de sus acciones; la ocultación o

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

encubrimiento de la naturaleza, el origen, la ubicación, el destino, el movimiento o la


propiedad reales de bienes, o de derechos relativos a tales bienes a sabiendas de que
proceden del delito atrás referido; y la adquisición, posesión o utilización de bienes,
sabiendo al momento de recibirlos que proceden del narcotráfico. Además, dicho
precepto consagra la asociación y la confabulación para cometer cualquiera de estos
ilícitos.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Concepto Extradición
FECHA : 11/10/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Canadá
REQUERIDO : SANCHEZ ESPINOSA, SANTIAGO FELIPE
DELITOS : Lavado de activos, Tráfico, fabricación o porte de
estupef., Concierto para delinquir-narcotráfico
PROCESO : 17436

PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Concepto de la Corte Suprema de Justicia/


EXTRADICION POSITIVA-Documentos anexos-Presunción de autenticidad/
EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación/ LAVADO DE ACTIVOS

1. De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 558 del Código de Procedimiento Penal,
"La Corte fundamentará su concepto en la validez formal de la documentación
presentada, en la demostración plena de la identidad del solicitado, en el principio de
la doble incriminación, en la equivalencia de la providencia proferida en el extranjero
y, cuando fuere el caso, en el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos".

En consecuencia, la Sala se ocupará exclusivamente de la verificación de tales


requisitos, de cuya estricta observancia dependerá el sentido del concepto que debe
emitir, y no se referirá a aspectos como los móviles que dieron lugar al cambio de un
nombre en el primer pliego acusatorio, o a la declaración del agente (...), o a la
prueba que se afirma fue ocultada para perjudicarlo, o a la existencia o no de
comportamiento doloso, o al sustento probatorio de la acusación, pues todos ellos
tienen que ver con la responsabilidad del señor (...), tema que la Sala no puede
abordar porque implicaría una indebida injerencia en la soberanía del país requirente
en tanto suplantaría a la autoridad judicial extranjera, que es la única llamada a
realizar un juicio de tal naturaleza.

2. De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 259 del C. de P. C., modificado por el
artículo 1-118 del D.E. 2282 de 1989, "Los documentos públicos otorgados en país
extranjero por funcionario de éste o con su intervención, deberán presentarse
debidamente autenticados por el cónsul o agente diplomático de la república, o en su

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

defecto por el de una nación amiga, lo cual hace presumir que se otorgaron conforme
a la ley del respectivo país".

En cuanto a los reparos que tanto el requerido como su apoderado hacen con relación
a la validez de la traducción de los documentos, conviene puntualizar que como estos,
junto con los traídos al castellano por la oficina federal de intérpretes y traductores,
fueron presentados a la agente consular para su autenticación, al producirse ésta no
era necesario dar cumplimiento a lo previsto en el artículo 8º de la resolución 2201 de
1997 ni se requería tampoco que el ministerio certificara la fidelidad de la traducción.
Por eso, el artículo 10º de la citada resolución permite que "cuando el documento
público con su respectiva traducción sean autenticados por el agente consular, podrán
ser presentados directamente a la oficina encargada de las legalizaciones en el
Ministerio de Relaciones Exteriores", cuyo jefe de la oficina jurídica los remitió a su
homólogo del Ministerio de Justicia para que se le imprimiera el trámite de la
extradición solicitada.

3. Dispone el numeral 1º del artículo 549 del Código de Procedimiento Penal que
"para que pueda ofrecerse o concederse la extradición, se requiere: 1. Que el hecho
que la motiva también esté previsto como delito en Colombia y reprimido con una
sanción privativa de la libertad cuyo mínimo no sea inferior a cuatro años".

En consecuencia, como el hecho también está previsto como punible en Colombia y


se sanciona con pena privativa de la libertad cuyo mínimo no es inferior a cuatro
años, igualmente la exigencia de la doble incriminación se encuentra reunida en este
asunto, sin que tal conclusión pierda solidez en virtud de la artificiosa distinción que
hacen el requerido y su defensor sobre el número de sujetos que deban concurrir a la
realización de la conducta delictiva, pues es claro que en las legislaciones de los dos
Estados se erige en punible el lavado de dinero o de activos, independientemente de
ese fenómeno.

En lo que sin duda tiene razón el señor FERRARIO es en cuanto al cargo ocho, pues no
se le hace en él ninguna imputación sino que se anuncia la consecuencia patrimonial
que la declaratoria de responsabilidad acarrea respecto de los bienes involucrados en
la ilicitud. En este sentido, se trata de un tema ajeno a la solicitud de extradición que,
por lo mismo, no merece pronunciamiento de la Corte.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Concepto Extradición
FECHA : 11/10/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente la extrad. de un
cidadano
italiano
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : FERRARIO POZZI, ROBERTO ANGELO
DELITOS : Lavado de activos
PROCESO : 16107

PUBLICADA : Si

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LEGALIDAD DE LA PENA/ PENA-Dosificación/ INDAGATORIA-Interrogatorio/


DEFENSA TECNICA-Facultad de ejercer distintas alternativas/
NOTIFICACION-Citación para notificar

1. Teniendo en cuenta que el cuestionamiento al fallo se remite en últimas a una


presunta vulneración de la legalidad de la pena impuesta, en cuanto se refiere a su
cantidad, por haberse desconocido presuntamente los límites legales previstos para la
misma, en lo cual también coincide el Procurador, estima la Sala prudente, y con el
exclusivo fin de no dejar latente la duda que insinúa el Ministerio Público sobre esta
trascendental consecuencia delictiva, abordar la temática, abarcando allí mismo el
análisis correspondiente al censor debiendo, advertir, de una vez, que en este
aspecto, no se evidencia ningún quebranto a la ley por parte del juzgador.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En efecto, lo primero que debe ser precisado, es que no haya existido en el Código
Penal de 1.980, como si sucede en la Ley 599 de 2.000, un método estricto y de
parámetros estratificados rigurosos a través de los cuales le estuviese impuesto al
juez determinar la pena que en un caso específico debía corresponder a un
procesado, razón por la cual en la práctica judicial existía no sólo el procedimiento al
que se refiere el Delegado, haciendo en buena medida eco al demandante, sino
también, el que precisamente se utilizó en las instancias y de acuerdo con el cual el
funcionario judicial, sin delimitar previamente los extremos punitivos, condensaba en
un solo acto la pena, sin llegar a desconocer o a dejar de aplicar los criterios que
legalmente movían su discrecionalidad y lo que es más importante aún, sin exceder
los límites que objetivamente eran predicables del hecho juzgado.

De donde, independientemente del método que se utilizase, si el resultado punitivo


ciertamente correspondía a los criterios para su fijación y se enmarcaba dentro de los
límites legales, no puede hablarse de una indebida interpretación de los preceptos
tomados en cuenta, por el hecho de aplicarse una metodología en la tasación de la
pena diversa a la que el demandante y el Ministerio Público consideran correcta.

Así, en este asunto, el juez partió del delito de homicidio tipificado por el artículo 323
del Código Penal (Modificado por el art. 29 de la Ley 40 de 1.993), con una pena de 25
años de prisión, con reconocimiento de la aminorante de la ira, lo que le dejaba un
margen de movilidad para la imposición de la sanción, conforme con lo previsto por el
art. 60 del C.P., entre un mínimo de 8 años y 4 meses y uno máximo de 20 años de
prisión, marco dentro del cual podía fijar la pena bien a través del procedimiento de
dosificación que reclama el Procurador, esto es, determinando anticipadamente este
derrotero, o bien a través del que finalmente utilizó, pues además de que no desbordó
ninguna de tales cuotas, tuvo en cuenta simultáneamente y no de la manera
secuencial que señala el Ministerio Público, tanto las circunstancia modificadoras de
la pena señaladas en el citado art. 60, como los criterios de dosificiación previsto en
el art. 61 ibídem, logrando exactamente el mismo resultado, que por la otra vía
igualmente habría obtenido.

Así, cuando el juez de primera instancia, en criterio respaldado por el Tribunal, parte
de la pena mínima señalada en el art. 323 del C.P., esto es, como se dijo, de 25 años
de prisión y afirma que no la va a reducir en el máximo previsto en el art. 60 id., por
la concurrencia de las circunstancias de haberse actuado en complicidad y de mayor
insensibilidad, que dicho sea de paso no define como agravantes genéricas, ni se
predican del estado de ira como tal, sino como demostrativas de la personalidad de
los procesados y de la modalidad del hecho, pues a ellas se refiere especificamente al
afirmar "que en la comisión del delito hubo complicidad" y al hecho "de tirar el
cadáver en el lugar en donde fue encontrado", que en su concepto "demuestra
insensibilidad en la personalidad de los procesados", lo que hizo el juzgador de
instancia fue aplicar debidamente conjugadas, los dos preceptos, tanto el art. 60,
como el art. 61, sin que por ello pueda predicarse una interpretación errónea de los
mismos.

Es que, dentro de dicho esquema, desborda el marco de la vulneración directa de la


ley sustancial afirmar que en ella incurre el juez, por el hecho de no aplicar a la
manera de etapas ineludibles y en un orden preestablecido, esta o aquella norma,
bajo el entendido de tratarse de una sucesión de estancos punitivos condicionantes el
uno del otro, cuando una tal crítica sólo sería admisible de lege ferenda, que habría
en alguna medida encontrado respuesta en el actual sistema, pues en este sí, como
ya se advirtió, se han preestablecido legalmente unos "parámetros para la
determinación de los mínimos y máximos aplicables" y unos "fundamentos para la
individualización de la pena", recogiendo aquellos criterios que generalizan la función
de dosificación punitiva, sin perjuicio de la discrecionalidad que dentro de esos
precisos límites tiene el juzgador.

En las estas circunstancias, no resulta cierta la afirmación que hace tanto el


demandante como el Ministerio Público, respecto a que el juzgador "tasó la pena en
cuantía superior a la que la norma impone", pues si ésta señala los límites antes
precisados, es incuestionable que la sanción determinada por el juzgador lo fue
dentro de ese marco legal, no desbordado por exceso ni por defecto el mismo, de
modo tal que moviéndose dentro de esos extremos, el juez, con apoyo en ese espacio
de discrecionalidad que le defería la ley, acudió a los elementos del art. 61 para
señalar la sanción, pues así lo afirma expresamente, en una cantidad superior al

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

mínimo que habría correspondido de no existir ciertamente las circunstancias


aducidas en las sentencias.

2. Recuérdese que en términos concretos el art. 360 del C. de P. P., con sujeción al
cual se adelantó este proceso, disponía que una vez cumplidas las advertencias
previas al por indagar (art. 358 ibídem) y con las reglas para la recepción de dicha
diligencia (art. 359 id.), "el funcionario judicial interrogará al imputado en relación con
los hechos que originan su vinculación".

Pues bien, en este caso, después de preguntársele copiosamente en forma global


sobre los hechos investigados, (...) fue interrogado a partir de la secuencia de los
sucesos por su intervención en la muerte de Carlos Mario Ruiz Rodríguez,
formulándosele al respecto diversas pesquisas relacionadas con el objeto de la
investigación y en forma especial e inequívoca siguiendo el decurso de los
acontecimientos, esto es después de revelar la acción cumplida por (...), así: "Hay
constancia en el expediente que indica que en ese momento usted remató a Carlos
Mario con un tiro de changón, que tiene que decir a esto?". Enseguida también fue
cuestionado sobre si tenía o había tenido armas de fuego, dada la empleada para
ejecutar el delito contra la vida.

Por tanto, no corresponde a la verdad y resulta entonces infundada la afirmación del


actor según la cual, a (...) no se le inquirió sobre los hechos de este proceso, como
tampoco en consecuencia desde luego lo es, que esta circunstancia hubiese
determinado restricción alguna para el ejercicio de su defensa material o técnica.

Debe destacarse al respecto que si la defensa no fue más activa, en nada es


atribuible esta conducta que como estrategia se urdió, con falencias de la referida
indagatoria, lo que difícilmente en todo caso tendría capacidad de incidir de esta
forma en el pleno ejercicio defensivo, pues la verdad es que dada la negativa
absoluta del procesado de haber intervenido en los hechos, apenas comprensible
frente a esta postura fue la intervención de la defensa en una cualquiera de su dos
referidas manifestaciones.

3. Las alternativas defensivas generalmente están ligadas y condicionadas por la


posición adoptada por el procesado frente a los hechos que son materia de
investigación y que se le imputan, circunstancia que determina la estrategia a seguir
y la manera como debe consecuentemente afrontarse el desarrollo mismo de las
diversas actuaciones y el ejercicio del contradictorio. Esta postura y actitud frente a
los hechos que se atribuyen a una persona imputada, tiende a verse reflejada en el
espectro y cobertura que el funcionario judicial se fija como ámbito en el que deben
tener incidencia las pesquisas a adelantar con miras a averiguar lo favorable y
desfavorable para el agente, de manera tal que si se trata de una férrea negativa
frente a la participación en los hechos que se le atribuyen, no solo se reducen las
variantes para ejercer la defensa técnica, sino que en igual proporción se limita la
actividad del Estado para indagar por aspectos benéficos a la situación del implicado,
todo lo cual culmina explicando las razones por las cuales en estos casos dicha
actividad se simplifica, sin que se pueda sostener concurrente una omisión o descuido
censurables por parte de las autoridades judiciales.

4. La Corte comparte en principio la apreciación del Ministerio Público, según el cual,


si bien "todas las providencias que se profieren en el desarrollo de un proceso penal
tienen gran trascendencia para las partes, eso no se discute, pero las providencias
más importantes y que marcan derroteros para la investigación y el juicio fueron
notificadas en forma personal al defensor de (...), con lo que se le garantizó en forma
efectiva su derecho a la defensa, sin que esto quiera decir que en los eventos que se
realizaron llamadas telefónicas se hubiera conculcado el derecho del procesado", mas
no así aquello según lo cual, debiendo reconocerse que la queja del libelista está
dirigida al hecho de haberse utilizado este medio de comunicación, pueda el mismo
aceptarse como un "método de notificación, que ha resultado efectivo y le imprime
celeridad al proceso penal, sin que en ningún momento implique una vulneración de
garantías del procesado", pues la verdad es que dichas comunicaciones no se
encuentran previstas legalmente como medios de notificación, sino como conductos
expeditos que en términos de los arts. 178 y 179 de la Ley 600 /2.000, hacen viable la
citación para notificar, pues la notificación personal supone la presencia del sujeto en
la secretaría y no podrían, por tanto, entenderse supletorias de los mecanismos
contemplados en las normas de procedimiento para la notificación y publicidad de las
decisiones judiciales, aun cuando no pueda desconocerse, como queda visto, que en
algunos casos su práctica posibilite dinamizar los medios tradicionales de citación, sin

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

que por ello se entiendan supletorios de los métodos legalmente previstos para
efectos de la notificación.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 11/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : MUÑOZ MOLINA, EDWIN ANDRES
PROCESADO : ZAPATA GARCIA, JESUS MARIA
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 14239

PUBLICADA : Si

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INFORME TECNICO/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ INVESTIGACION


INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ CIRCUNSTANCIAS
GENERICAS DE AGRAVACION PUNITIVA-Ordinal 11/ ABOGADO/
CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION

1. Debe señalarse, en primer lugar, que aunque el impugnante señaló los requisitos
que deben cumplir los informes de Policía Judicial, lo hizo como una afirmación
general. Anotó, en efecto, que en ellos deben constar los nombres y apellidos de
quienes los presentan, el número del documento que los identifica y la mención clara
y precisa atinente a si participaron o no en los hechos. Posteriormente, es verdad, al
referirse en concreto a los informes del investigador 1651 "de quien sólo se sabe que
pertenece al CTI REGIONAL y que se llama ENRIQUE SAENZ", dijo que no se
elaboraron en la forma indicada en la ley, pero no precisó ni las falencias y mucho
menos las consecuencias de las mismas.

De todas formas la sola insinuación de que no fueron satisfechas las formalidades


previstas para la elaboración de los informes, hacen el cargo contradictorio.
Simplemente porque se planteó de manera simultánea como irregularidad procesal,
la circunstancia de no haberse obtenido la declaración del investigador para
preguntarle sobre el contenido de los informes, a los cuales se refiere el demandante
al final de la censura como "prueba única existente en el informativo penal", es decir
como medios demostrativos formalmente válidos.

El Agente del Ministerio Público hizo referencia a que los informes del investigador, el
principal y los complementarios, constituyen medios de prueba legalmente
aceptados. Y menciona las normas de las cuales deriva su afirmación y al igual la
disposición que le permitía a los miembros de la Policía Judicial de Orden Público y
luego a los de la justicia regional preservar su identidad, al autorizarlos para suscribir
sus informes con el código asignado por la respectiva institución. Se trata de una
argumentación dirigida a sostener la validez de los medios de prueba. Es decir, es lo
que colige la Corte, a responder a la simple mención del recurrente sobre la falta de
formalidades de los informes y que no desarrolló en los aspectos concretos a que hizo
alusión el Delegado. La Sala, en virtud del principio de limitación, no se referirá al
punto. Reitera únicamente que de haber sido planteados los temas abordados por el
Procurador, la contradicción lógica del cargo ya mencionada se presentaría más
evidente. Sencillamente porque si el desacuerdo del censor era con la validez del
medio de prueba, tenía que formular la propuesta apoyado en la causal 1ª de
casación, cuerpo segundo, por error de derecho por falso juicio de legalidad, ejercicio
que le imponía demostrar la ilegalidad de la prueba y adicionalmente su
trascendencia, es decir que otra habría sido la decisión si no se hubiera considerado.

2. Otra cosa es que se hayan dejado de practicar pruebas favorables para el


procesado, que es en lo que consiste el incumplimiento del imperativo constitucional
de investigación integral y que es finalmente a lo que se reduce la censura.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Una propuesta de nulidad asociada a la violación de dicho principio debe como


primera medida determinar con claridad cuáles fueron los medios de prueba que no
se allegaron a la actuación y adicionalmente, para que sea jurídicamente completa,
demostrar que su aducción habría podido modificar de manera favorable la situación
del procesado, lo que lógicamente supone la confrontación de los fundamentos
probatorios de la sentencia.

3. El numeral 11 del artículo 66 de 1980 (9º del artículo 58 de la ley 599 de 2000)
consagra como circunstancia de mayor punibilidad la posición distinguida que el
sentenciado ocupe en la sociedad por su riqueza, ilustración, poder, cargo, oficio o
ministerio. La concurrencia de una cualquiera de tales calidades en el procesado
traduce una mayor exigencia en el cumplimiento de sus obligaciones y
responsabilidades individuales y sociales, lo cual explica que el delito cometido se
considere más grave. Debe advertirse, sin embargo, que no necesariamente la
posición social distinguida derivada de cualquiera de las circunstancias relacionadas
en la disposición, traduce automáticamente la estructuración de la agravante. En
ocasiones es suficiente y no se discute. Que un Congresista o un Gobernador, por
ejemplo, cometan un delito prevalidos de su condición significa una más grande
defraudación de las responsabilidades contraídas y en consecuencia una mayor
sanción penal. Y lo mismo puede suceder frente a delitos no funcionales. Un
Gobernador, es otro ejemplo que ilustra el pensamiento de la Sala, debe ser un
paradigma de conducta para la colectividad. Y se embriaga y en ese estado causa un
homicidio en accidente de tránsito. Por su condición, era mayor la responsabilidad
individual y social adquirida, y más grande, en consecuencia, el reproche penal
asociado a su delito.

En ocasiones, sin embargo, no es suficiente la calidad que otorga la posición


distinguida en la sociedad para derivar la agravante punitiva. Es lo que sucede con
la ilustración o la riqueza. Se puede ser ilustrado o rico, ostentar una posición social
prominente por cualquiera de esas razones y sin embargo resultar improcedente la
atribución de la causal de agravación punitiva examinada. Sucede cuando no existe
ningún tipo de vinculación entre una cualquiera de esas calidades y el hecho punible.
A un abogado o a un médico o un millonario se le impone el mismo deber de cuidado
que se le impone a cualquier persona cuando conduce un vehículo y si por
imprudencia le causan lesiones o la muerte a alguien, es improcedente plantear una
mayor sanción penal con sustento en la ilustración o la riqueza. Simplemente, como
se dijo, por carencia de vínculo entre cualquiera de esas calidades y la conducta
delictiva cometida.

Lo anterior, sin embargo, no es lo que sucede en el caso examinado. No fue


simplemente por ser abogado que se le dedujo al procesado la circunstancia de
agravación punitiva. Fue porque se valió de esa calidad, de los conocimientos
asociados a la profesión, para la realización de la conducta delictiva por la cual resultó
condenado en las instancias. Como profesional del derecho y atendida la función
social de la abogacía, era mayor el grado de exigencia y respeto frente a los
principios y valores sobre los cuales se encuentra construida la administración de
justicia y mayor, por lo tanto, el reproche penal derivado del hecho de haberlos
defraudado.

"Resulta censurable para el sistema punitivo, con mayor severidad -dijo el Delegado
en el concepto y la Sala hace suyos sus argumentos- precisamente la condición de
profesional en el área del derecho, por cuanto que su nivel de conocimiento le hacían
comprender a cabalidad que su comportamiento extralimitaba los parámetros
deontológicos dentro de los cuales podía moverse sin incurrir en una conducta
antijurídica, de tal suerte que por esa mayor capacidad cognoscitiva le era exigible,
más que a cualquier otra persona, ajustar su conducta a derecho.

"Las expectativas de un comportamiento obediente a las normas de convivencia no se


debilitan por el hecho de que la persona haya abrazado una profesión determinada en
la que un alto número o la mayoría de quienes tienen acceso a la educación superior,
se desempeñan con igual competencia. Si bien la del derecho cuenta con un gran
número de profesionales, esta particularidad no flexibiliza la severidad del reproche
cuando tal factor concurre con la realización de un comportamiento punible que,
como en este caso, estuvo dirigido a lesionar la administración pública.

"Al contrario, como se dijo, el conocimiento específico de las normas jurídicas y de los
principios generales del derecho que había adquirido el procesado en su formación, le
imponía la obligación de no hacer ofrecimientos ilícitos a un servidor judicial para que

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

realizara un acto propio de sus funciones, cuando tenía a su alcance la comprensión


de las herramientas legales que podía utilizar para intervenir, si así lo estimaba
conveniente, en este mismo sentido en el proceso que se le adelantaba".

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 16/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RODRIGUEZ ARIAS, ALVARO GONZALO
DELITOS : Cohecho por dar u ofrecer
PROCESO : 15215

PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Ausencia de defensor: Se deben demostrar sus efectos


negativos/ NULIDAD-Omisión de pruebas/ DERECHO DE CONTRADICCION/
PRUEBA

1. Como lo ha reiterado la jurisprudencia de la Sala, no basta con afirmar que se


cometieron yerros in procedendo, sino que, como lo impone el carácter rogado de la
casación, es indispensable que se demuestre que dicha irregularidad socavó la
estructura del proceso (error de estructura) o afectó las garantías de los sujetos
procesales (error de garantía), caso contrario, la censura quedará en un simple
enunciado que la Corte, en virtud del principio de limitación, no puede entrar a
complementar.

En el presente caso, si bien el procesado careció de defensor técnico durante ocho


días (no siete como lo dice el demandante) del término de traslado de que trataba el
artículo 446 del C. P. Penal (Decreto 2700/91), no evidenció cómo esa falta ocasional
redundó en perjuicio del derecho de defensa.

En efecto, si el reproche lo fundamenta en que esa carencia transitoria de abogado


impidió que se solicitara el testimonio de los médicos y enfermeras que atendieron a
la víctima en el centro hospitalario y con los cuales hubiera podido controvertir la
versión de sus parientes, quienes aseveraron que pudo hablar y les contó quien lo
había atacado, no explica porqué en los veintidós días hábiles que contó con dos
defensores técnicos, éstos no pidieron la práctica de esa prueba, ni tampoco cómo de
haberse llevado a cabo, la situación del procesado hubiera sido favorable.

En otros términos, el casacionista no muestra que se vulneró esa garantía, sino que
simplemente afirma que su estrategia defensiva hubiera sido distinta de la de los
profesionales que le precedieron, desconociendo, como lo ha dicho la Sala, que la
pasividad de un defensor apreciada desde la perspectiva de quien le sucede en el
encargo, no constituye demostración de que se quebrantó ese derecho, pues los
medios defensivos son múltiples y quedan al criterio y autonomía del abogado, de
modo que no utilizar alguno de ellos, no implica que el derecho se violó.

2. Si se considera que cuando se alega vulneración del derecho de defensa por la no


práctica de pruebas, el vicio no surge solamente de que no se hubieran llevado a
cabo, sino de su confrontación lógica con los elementos de convicción que
sustentaron el fallo, de modo que se muestre que de haberse aducido la orientación
de éste hubiera sido distinta , por lo que la única manera de remediar el dislate es
invalidar lo actuado para que se alleguen, se encuentra que dejó la censura en el
enunciado, pues no dijo en qué medios de prueba fundó el Tribunal la condena y
cómo de haberse recibido los testimonios echados de menos ello hubiere favorecido
al procesado.

3. Finalmente, si se tiene en cuenta que el derecho de contradicción no es reductivo y


que existen varias maneras de ejercitarlo, y no sólo a través de la solicitud y práctica

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

de pruebas, se halla que aquí se efectivizó con respecto a quienes atestiguaron que la
víctima habló y les contó quien la había lesionado, como quiera que el defensor, en la
diligencia de audiencia pública, amparado en conceptos médicos, los criticó para
restarles credibilidad, cuestionamiento que fue objeto de análisis por parte de los
sentenciadores, quienes, luego del examen conjunto y mancomunado de los medios
de convicción obrantes en el proceso, concluyeron que los contenidos de tales
declaraciones se ajustaban a la realidad fáctica acontecida.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 16/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : GALLEGO SALAZAR, NESTOR, O
PROCESADO : GALLEGO SALAZAR, ERNESTO, O
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 14287

PUBLICADA : Si

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DETENCION PREVENTIVA-Procedencia/ RESOLUCION DE LA SITUACION


JURIDICA/ MEDIDA DE ASEGURAMIENTO/ FAVORABILIDAD

La ley 600 de 2000, sin embargo, estableció como única medida de aseguramiento
para los imputables la detención preventiva (artículo 356), cuya procedencia quedó
restringida a las hipótesis previstas en el artículo 357, esto es: 1. Cuando el delito
tenga prevista pena de prisión cuyo mínimo sea o exceda de cuatro (4) años; 2. Que
se trate de cualquiera de los delitos relacionados en el numeral 2º de la disposición; y,
3. Cuando en contra del sindicado estuviere vigente sentencia condenatoria
ejecutoriada por delito doloso o preterintencional que tenga pena de prisión.

En todos los demás casos, el funcionario judicial debe abstenerse de resolver la


situación jurídica, y carece, por tanto, de la facultad de restringir en cualquier forma
la libertad de locomoción del procesado durante el trámite, hasta cuando por
sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada se pueda eventualmente disponer
lo contrario, de negarse la suspensión condicional de la ejecución de la pena.

En virtud del principio de favorabilidad, corresponde al juez o fiscal verificar, a


solicitud de parte o por propia iniciativa, si la medida de aseguramiento debe
mantenerse o no con fundamento en el nuevo ordenamiento.

En el presente caso el delito de cohecho impropio, en la modalidad del inciso 2º,


sufrió cambios frente a la ley penal sustantiva derogada en cuanto hace a la sanción,
como quiera que la pena mínima de prisión, que en el código penal de 1980 era de un
(1) año, fue aumentada a dos (2) años (inc. 2º artículo 406 de la ley 559 de 2000).

De todas formas, en uno u otro estatuto la pena prevista para el delito aparece
sancionada con prisión inferior a cuatro (4) años, por lo que no es procedente en este
evento proferir medida de aseguramiento, además porque esa conducta no se
encuentra dentro de los delitos relacionados en el numeral 2º del artículo 357 del
código de procedimiento penal, y tampoco se sabe que el procesado haya sido
condenado anteriormente por delito doloso o preterintencional que tenga señalada
pena de prisión.

En tales condiciones, resulta forzosa la aplicación retroactiva del nuevo ordenamiento


procesal por ser más favorable a los intereses del procesado, por lo que la Sala dejará
sin efectos la resolución de situación jurídica que afectó al procesado (...), y como
consecuencia de esta determinación dispondrá la devolución de la caución otorgada
por el procesado para disfrutar del beneficio de excarcelación, y el levantamiento de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la prohibición de salir del país, para lo cual Secretaría oficiará a las autoridades a
quienes se comunicó la medida para lo de su cargo.

Para tomar esta determinación se parte de considerar que, frente al caso y en


vigencia de la nueva ley, no es posible legalmente proferir medida de aseguramiento;
en ese sentido la Sala no se encuentra facultada para revisar los fundamentos
probatorios y las razones que en su momento se tuvieron en cuenta para definir la
situación jurídica. Destaca, simplemente, que como resultado de cotejar la
normatividad aplicada al caso con la de reciente expedición, ésta resulta ser más
favorable a los intereses del procesado, en cuanto el delito que se le imputa no
amerita en las actuales circunstancias la imposición de medida de aseguramiento.

En tal evento se impone dejar sin efectos la determinación tomada con arreglo a la
norma derogada, decisión que no puede confundirse lógica, ontológica y
jurídicamente con la figura de revocatoria de la medida de aseguramiento prevista en
la ley procesal, establecida para eventos distintos y cuando el proceso se encuentra
en fase de investigación.

Al respecto es importante aclarar que, de conformidad con el artículo 363 del código
de procedimiento penal, la revocatoria de la medida de aseguramiento únicamente
procede durante la etapa de la instrucción y solo "cuando sobrevengan pruebas que
la desvirtúen". Normativamente, entonces, la revocatoria apunta a cuestionar la base
probatoria que se tuvo en cuenta al momento de definir la situación jurídica del
procesado, por haber surgido nuevas pruebas que demeritan las existentes, lo cual
sólo resulta posible en la fase instructiva del proceso, pues una vez proferida
resolución de acusación el examen sobre la prueba aportada concerniente a los
diversos elementos que integran el injusto, se traslada a la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Segunda Instancia


FECHA : 17/10/2001
DECISION : Deja sin efecto resol. de situación jurídica,
ordena
devolver caución
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : VIVAS TAFUR, ALFREDO
DELITOS : Cohecho impropio
PROCESO : 16547

PUBLICADA : Si

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PRESCRIPCION-Empleado oficial/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA-Por


omisión/ SENTENCIA-Falta de motivación/ VIOLACION INDIRECTA DE LA
LEY-Como la prueba es apreciada en su conjunto, así debe ser su ataque/ IN
DUBIO PRO REO-Técnica en casación/ CONDENA DE EJECUCION
CONDICIONAL-Elementos de valoración/ PRISION DOMICILIARIA-Sustitutiva
de la prisión: Requisitos/ DETENCION DOMICILIARIA-Requisito subjetivo-
Prevención general/ EJECUTORIA-Providencia que resuelve la casación al
decretarse una prescripción/ NULIDAD

1. La Sala advierte de antemano, que como consecuencia de la obligada aplicación


por favorabilidad de la Ley 190 de 1995, intermedia en la represión del peculado por
apropiación, entre la vigente al momento de la comisión del hecho punible y la que
rige a la fecha, así como de las modificaciones introducidas en el actual estatuto
punitivo a la manera como debe ser computado el término de prescripción tratándose
de los delitos cometidos por servidor público en ejercicio de sus funciones, de su
cargo o con ocasión de ellos, que también reclama vigencia retroactiva por virtud del
citado principio, se ha operado dicho fenómeno extintivo de la acción penal en

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

relación con tal ilícito, con obvio influjo en el monto de la pena impuesta al procesado
(...), como reconocerá la Sala oportunamente.

No sobra advertir, en todo caso, que situación del todo diferente se estructura en lo
atinente al cargo imputado por la falsedad, bien que se considere el lapso prescriptivo
de conformidad con las disposiciones del derogado Código Penal o al tenor de los
preceptos contenidos en la codificación actual, permitiendo por lo tanto la definición
del recurso extraordinario interpuesto.

En efecto, el delito de peculado por apropiación de conformidad con los textos


vigentes para la época de su comisión (artículos 133 del Código Penal, subrogado por
la Ley 43 de 1982), en cuantía inferior a los quinientos mil pesos, tenía señalada la
pena privativa de la libertad de dos (2) a diez (10) años de prisión, monto punitivo
notoriamente inferior al contemplado en el artículo 397 de la Ley 599 de 2000. Sin
embargo, no puede desconocerse que la Ley 190 de 1995, que modificó las primeras
normas referidas y rigió hasta la entrada en vigencia del Código Penal actual,
estableció una circunstancia atenuante cuando el valor de lo apropiado no superara
los cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales, evento en el cual la pena allí
establecida de seis (6) a quince (15) años de prisión debía ser morigerada de la mitad
a las tres cuartas partes.

Así las cosas, atendido el valor del arma objeto material del delito imputado de
acuerdo con el avalúo recaído sobre la misma (f. 318, cdno. 1), cifrado en doscientos
catorce mil setecientos pesos ($ 214.700), y el valor del salario mínimo legal mensual
para la época de los sucesos ($51.720), tendría que predicarse tal atenuante para la
conducta punible de (...), por razón de la cual los extremos de la pena oscilarían de
dieciocho (18) a noventa (90) meses de prisión, máximo que para efectos de la
prescripción debe ser incrementado en una tercera parte al tenor del artículo 83 de la
Ley 599 de 2000, arrojando un guarismo de ciento (120) meses. En firme la
resolución acusatoria, de conformidad con el artículo 86 ibídem, a partir de entonces
correría el término para dicho efecto por un tiempo igual a la mitad, esto es, sesenta
(60) meses o cinco (5) años, que se habrían vencido el 17 de febrero de 2000.

En lo atinente a la falsedad por destrucción, supresión u ocultamiento de documento


público, cometida por empleado oficial en ejercicio de sus funciones, se tiene que el
artículo 223 del Decreto 100 de 1989, subrogado por la Ley 43 de 1982, precepto
vigente para la época de su comisión, así como el 292 de la Ley 599 de 2000,
contemplaban un máximo de pena privativa de la libertad de diez (10) años de
prisión.

El anterior parámetro punitivo indica, que de acuerdo con las reglas de prescripción
otrora previstas en los artículos 80 y 84 del Código Penal de 1980, la acción penal
para tal delito prescribiría en el término de seis (6) años y ocho (8) meses, pues
ejecutoriada la resolución de acusación el 16 de febrero de 1995, al día siguiente
comenzaba a correr el lapso de prescripción por un término igual a la mitad del
previsto en las disposiciones atrás citadas, incrementado en la tercera parte de que
trataba el artículo 82 ibídem, por tratarse de ilícito cometido por empleado oficial en
ejercicio de sus funciones.

Esta situación no cambió en el caso de autos frente al actual Código Penal, así la
forma de contabilizar dicho lapso haya sufrido modificación, insiste la Sala. En efecto,
al tenor del artículo 83 de la Ley 599 de 2000, aumentado el aludido linde punitivo
máximo de diez (10) en una tercera parte por la razón atrás acotada, esto es, dada la
realización de la conducta punible por servidor público en ejercicio de sus funciones,
se obtiene un lapso de trece (13) años y cuatro (4) meses de prisión, de manera que
en firme la providencia acusatoria, de conformidad con el artículo 86 ibídem, a partir
de entonces correría el término prescriptivo por un tiempo igual a la mitad de dicho
guarismo, esto es, los mismos seis (6) años y ocho (8) meses, que como se afirmó
atrás no se han agotado.

2. El error de hecho por falso juicio de existencia, en la modalidad omisiva, es de


carácter objetivo, contemplativo y se presenta cuando el juzgador ignora por
completo una prueba que materialmente existe en el proceso, como se aseguró
respecto de los indicios atrás relacionados, en cambio, el surgido en la fijación del
mérito de la prueba ante el desconocimiento de las reglas de la sana crítica es
apreciativo y se configura cuando el fallador se aparta de los postulados de la lógica,
la ciencia o la experiencia común. En consecuencia, cuando el demandante sostuvo
el desconocimiento de tales principios porque se prescindió supuestamente del

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

análisis de esas pruebas indirectas, entremezcló en forma antitécnica las dos


modalidades del error de hecho comentadas.

Además de la confusión conceptual advertida, el recurrente soslayó otra de las


exigencias técnicas para la adecuada postulación del dislate inicialmente sugerido,
pues si bien indicó los medios de persuasión ignorados y lo que se acreditaba a través
de ellos, nada argumentó con miras a demostrar su trascendencia, esto es, cómo los
referidos indicios habrían variado las conclusiones del fallo atacado de haber sido
analizados de modo conjunto con las restantes pruebas válidamente allegadas al
proceso.

3. Las falencias de técnica de la demanda son aún mayores cuando el impugnante


agrega que el Tribunal anunció la relación de una serie de indicios que establecerían
con certeza la existencia de los hechos y la responsabilidad del procesado, pero que
finalmente no concreta, según aduce, por limitarse a consignar "solamente las
conclusiones inferenciales", pues con un planteamiento de este talante el censor
acusa la ausencia de motivación en la construcción del indicio y, por ende del fallo,
que como ha precisado la Sala "no constituye un error de juicio sino de actividad o
constitución del acto procesal -error in procedendo-. Censurable en casación por vía
de la causal tercera, individualizando la irregularidad denunciada bien sea por
ausencia de motivación, motivación incompleta o dilógica, y demostrando su
trascendencia en la vulneración de las garantías de las partes, con la idoneidad
suficiente para invalidar lo actuado" (sentencia del 15 de diciembre de 1999, M.P. Dr.
Fernando Arboleda Ripoll, radicado 13.092).

4. El impugnante perdió de vista que cuando se acude a la violación indirecta de la


ley sustancial mediante la tacha de una o varias de las pruebas, debe igualmente
desvirtuarse la fuerza de las demás con el propósito de derruir todo el material
probatorio que sustenta la sentencia de condena.

5. Repetidamente ha sostenido la Sala que quien pretenda establecer en casación que


el juzgador dejó de reconocer la existencia de la duda a favor del procesado, bien en
relación con la materialidad del hecho punible o en torno a la responsabilidad penal,
debe acudir a la causal primera, cuerpo segundo, para plantear y demostrar con
sujeción a las exigencias técnicas propias de la vía extraordinaria, que se incurrió en
errores de apreciación probatoria con trascendencia sobre las conclusiones del fallo y
quebrantamiento mediato de la ley sustancial.

Ahora bien, si el fallador reconoció la incertidumbre sobre alguno de esos aspectos y


a pesar de ello emitió la condena, sin controversia sobre los hechos ni respecto del
análisis de las pruebas, la impugnación debe elevarse también por la causal primera,
cuerpo primero, por violación directa de la norma sustancial que obliga a absolver
toda duda a favor del acusado.

6. La condena de ejecución condicional otrora prevista en el artículo 68 del Decreto


100 de 1980, que corresponde a la suspensión condicional de la ejecución de la pena
actualmente regulada en el artículo 63 de la Ley 599 de 2000, pretenden conciliar la
necesidad de defensa del orden jurídico con la finalidad de prevención especial de la
pena, al abrir compuerta a la suspensión del cumplimiento efectivo de la sanción
privativa de la libertad, en aquellos eventos en los cuales el juzgador conjugando los
factores establecidos por el Legislador determina que no resulta indispensable su
ejecución para obtener del sentenciado una conducta futura ajustada a las normas
que regulan la convivencia pacífica.

En dicho pronóstico, tanto en el estatuto derogado como en el actualmente en


vigencia, resulta necesario examinar la modalidad y la gravedad de la conducta
punible, aspectos que en el caso de autos se ofrecen adversos al otorgamiento del
comentado beneficio, así se carezca de reparo en torno a la conducta personal, social
y familiar precedente del sindicado, pues con su actuar quebrantó el bien jurídico de
la fe pública, interés colectivo de trascendental importancia para el desarrollo del
conglomerado social en todos los órdenes.

Pero la gravedad del delito imputado no se deriva exclusivamente de la preeminencia


de dicho interés jurídico, sino particularmente, de las circunstancias que rodearon su
perpetración, pues la destrucción, la supresión o el ocultamiento del documento
público se verificaron para encubrir la apropiación del arma que a través de él se
fingió remitir a las autoridades policiales para su custodia por encontrarse
decomisada dentro de un proceso penal, esto es, como medio para la comisión de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

otro ilícito; proceder con el cual se contrariaron además y de manera ostensible, los
deberes que le correspondían al sindicado como empleado al servicio de la
Administración de Justicia, de especial rigor en el asunto examinado, porque su
condición de Secretario del Juzgado le imponía precisamente la constante guarda de
la fe pública en el ejercicio de sus funciones, tanto en las actuaciones del mismo,
como en la expedición de constancias y certificaciones.

7. Por virtud del principio de favorabilidad, al tenor del artículo 38 de la Ley 599 de
2000, corresponde examinar la viabilidad de la pena sustitutiva de prisión
domiciliaria, más benéfica que la prisión carcelaria establecida para la fecha de
comisión de los hechos, de posible reconocimiento cuando el fallo se impone por
conducta punible cuya pena mínima prevista en la ley sea de cinco años de prisión o
menos, siempre que "el desempeño personal, laboral, familiar o social del
sentenciado permita al Juez deducir seria, fundada y motivadamente que no colocará
en peligro a la comunidad y que no evadirá el cumplimiento de la pena".

En el caso de autos se satisface el aspecto objetivo, puesto que la modalidad de


falsedad deducida al procesado (...) tiene establecida un monto punitivo mínimo que
no supera dicho límite; y en cuanto al restante presupuesto, conforme ha precisado la
Sala, "El examen de las características familiares, personales, laborales y sociales del
condenado, de cara a la medida, significa tener como norte las funciones de la pena,
y las antinomias que entre ellas se presentan.

"...La prevención general básicamente corresponde a la conminación abstracta que a


través de los tipos penales se hace, y la prevención especial a la fase de ejecución de
la pena. En el momento que el funcionario judicial impone la sanción, operan ambas,
particularmente en relación con la prevención general en orden a demostrar que la
amenaza del mal que es la pena formulada en el proceso de tipificación,
efectivamente se cumple.

"La indemostrabilidad empírica de la prevención especial -con las medidas de


seguridad de carácter socioterapéutico como bandera-, sin embargo, ha dado lugar a
que la orientación se desplace a la llamada prevención general positiva, a la cual se
atribuyen tres finalidades y efectos diversos, a saber: Un efecto didáctico (de
motivación socio-pedagógico) en cuanto ejercitamiento de la fidelidad al derecho; un
efecto de confianza, si el ciudadano ve que el derecho prevalece; y, finalmente, uno
de satisfacción, si con la sanción por el quebrantamiento del Derecho se considera
apaciguada la conciencia jurídica general y concluido el conflicto con el autor (lo que
también podría denominarse "prevención de integración").

"Si bien sus rendimientos empíricos pueden ser discutidos al entrar en tensión con los
límites propios de la prevención especial, son los de mayor grado de probabilidad en
su realización, lo cual permite colocar en primer plano la idea de la prevención
general positiva en la fase de ejecución de las penas, por encima de la prevención
especial, sin que desde luego deje de ser exigible la resolución de la antinomia que
con ésta se plantea, entendiendo que esta última no puede desembocar en una visión
del crimen como comportamiento deseable a efectos de resocializar una sociedad que
se cataloga desajustada.

"Todo lo anterior para sostener que, en un adecuado sistema de política criminal,


habrá de optarse desde bases de razonabilidad por la prevalencia de una u otra de las
funciones, resolviendo en cada caso las antinomias que entre ellas se presentan.

"En esa medida, entonces, el pronóstico que debe realizarse en cada evento a partir
de las condiciones laborales, personales, familiares o sociales del sentenciado, debe
armonizar básicamente esas funciones de la pena, de tal manera que la definición del
asunto responda a la idea según la cual, al tiempo que se propende por la
resocialización del sentenciado, no se impida la estabilización del ordenamiento
jurídico por la sensación de desprotección e incertidumbre que una errada decisión
generaría en la comunidad..." (providencia de única instancia de septiembre 18 de
2001, M. P. Dr. Arboleda Ripoll).

Desde esta perspectiva se tiene entonces que el procesado (...) con su


comportamiento contrario a la fe pública socavó además la credibilidad ciudadana en
la Administración de Justicia, pues propicia una particular alarma social que quienes
hacen parte de la Rama Judicial, llamados por ende a observar una mayor probidad y
rectitud en el desempeño de sus funciones, incurran precisamente en las conductas
contrarias al ordenamiento jurídico cuya investigación y represión se le confía,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

máxime en la comprensión que la confianza colectiva en los servidores públicos


vinculados aquella constituye pilar fundamental para la convivencia pacífica.

8. Resta agregar, como ha precisado la Sala (sentencia de septiembre 18 de 2001, M.


P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego, radicado 15.988), "como la cesación de
procedimiento se dicta por una causal eminentemente objetiva (prescripción de la
acción penal), la sentencia queda en firme en la misma fecha de su adopción, porque
el fallo de segunda instancia no se sustituye o reemplaza, conforme con la literalidad
del artículo 187, inciso 2º de la Ley 600 de 2000, que en tal sentido compagina con el
artículo 197 del anterior Código de Procedimiento Penal, sin perjuicio de la
notificación para dar a conocer la primera determinación adoptada en esta decisión
compleja.."

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 17/10/2001
DECISION : Declara prescripción, reajusta, no concede
subrogado ni
prisión domic., no casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : TRUJILLO ARIAS, JOSE SANUBER
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad por destruc.,
sup. y
ocult. de doc.
PROCESO : 15007
PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

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COLISION DE COMPETENCIA-Objeto/ CONCIERTO PARA DELINQUIR-


Competencia-Asociación para conformar grupos de justicia privada

Bajo el ineludible supuesto de que la distribución de las diferentes competencias


entre los diversos Tribunales y Juzgados que integran la jurisdicción penal, así como
en las demás, tiene por fundamento una serie de factores que hacen referencia
principalmente al objeto o materia, al territorio, a la persona investigada o juzgada y
al nivel de decisión o a la función instancial que cumpla el órgano, resulta obvio que,
cuando quiera que un número plural de funcionarios entre en conflicto por conocer de
un determinado asunto o por considerar que no les concierne, tal controversia sólo
puede plantearse en torno a uno de dichos factores para que de ese modo sea posible
hablarse jurídicamente del fenómeno de la colisión de competencias.

No obsta lo anterior, sin embargo, para que en asuntos como el que se examina, se
posibilite un análisis de tipicidad cuando su establecimiento, trasciende, sin duda, a
fijar la competencia por razón del objeto o de la materia en determinado funcionario,
más aún cuando quienes se han trabado en el conflicto sustentan, cada uno, su
propia tesis precisamente en la tipicidad o atipicidad del específico hecho del cual,
bajo el anterior ordenamiento, el Juzgado Especializado derivaba su atribución para
conocer de este juicio.

En ese orden, cuestionándose por el despacho Especializado la adecuación típica que


frente al nuevo ordenamiento encontraría la conducta de pertenecer a un grupo
armado al margen de la ley de modo que, en su parecer, no encuentra subsunción en

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

ninguna de las descripciones que adopta la Ley 599 de 2.000, no puede menos que
señalarse equivocada una tal posición cuando, reiterándose que la objetiva conducta
materia de imputación en ese respecto es la pertenencia o comandancia de un grupo
de autodefensa, es incuestionable su adecuación frente al concierto para delinquir a
que se refiere el despacho de Miraflores, pues indudablemente la punición de aquella
conducta no ha desaparecido, resultando que su adecuación, en vista de la
eliminación casuística y detalladamente enriquecida en sus elementos, se logra por
vía del segundo tipo en alusión, (artículo 340 de la Ley 599), dada su generalidad y
abstracción.

Como en los términos expuestos la conducta típica que bajo el nuevo ordenamiento
ha de imputarse al procesado es la del concierto para delinquir, además de las que
con él concurren, según el pliego de cargos, esto es secuestro simple y falsedad
personal, en las que ninguna variación se introdujo con el advenimiento del nuevo
Código Penal, la competencia persiste en el despacho especializado, pues
expresamente así lo indica el numeral 7º del artículo 5º de la Ley 600 de 2.000, por
ello la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal,

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 17/10/2001
DECISION : Declara la compentencia del Juzgado P. C. E. de
Tunja
PROCEDENCIA : Juzgado Promiscuo
CIUDAD : Miraflores - Boyacá
PROCESADO : LEGUIZAMON PEDRAZA, GUILLERMO
DELITOS : Secuestro simple, Infracción al D.1194/89,
Falsedad
pers. para la obt. de documento público
PROCESO : 18790

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EJECUTORIA-De las providencias judiciales/ RECURSO-Oportunidad/


APELACION/ TERMINOS

1. De conformidad con lo previsto por el artículo 187 del Código de Procedimiento


Penal, las providencias cobran ejecutoria tres (3) días después de notificadas si no se
han interpuesto los recursos de ley; a su vez, el artículo 186 ibídem señala que los
recursos deben interponerse por quien tenga interés jurídico desde la fecha en que se
haya proferido la providencia hasta cuando hayan transcurrido tres (3) días, contados
a partir de la última notificación.

En el caso que se estudia se observa que la parte interesada tuvo como oportunidad
para interponer los recursos de ley, desde el día en que se emitió la providencia, 17
de julio, hasta tres días después de la última notificación. Como quiera que la última
notificación de la providencia que negó la revocatoria de la admisión de la parte civil
se produjo por estado del día 25 de julio, los tres días se cumplieron el 26, 27 y 30 de
julio, es decir, que al interponer el recurso el día 31 de julio, ya no podía entenderse
como impugnatorio de la decisión, por cuanto ésta había cobrado ejecutoria el día
anterior.

57
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Para los efectos del trámite procesal debe tenerse en cuenta que los recursos se
interponen: en estrados cuando la decisión se toma en audiencia, en caso contrario,
en la oportunidad en que se haga la manifestación correspondiente, ya sea en el acto
de notificación personal o por escrito separado, en cuyo caso el efecto se surte a
partir del momento en que sea recibido el escrito por el Despacho Judicial, mas no en
la fecha de su elaboración, ya que las peticiones en tal sentido deben ser dirigidas y
presentadas ante la autoridad judicial que emitió la decisión que se pretende
cuestionar.

En consecuencia, independientemente de que el memorial haya sido suscrito por el


defensor del procesado el día 30 de julio, cuando se encontraba en oportunidad, lo
cierto es que solo fue presentado el día 31 de julio en la Secretaría del Tribunal de
Quibdó, según la constancia que sobre el particular suscribe la Secretaria, razón por la
cual fue presentado extemporáneamente, es decir, que ya había precluído la
oportunidad procesal señalada por la ley para ejercer el derecho de impugnar la
decisión, sin que la manifestación posterior pueda revivirla.

Tampoco, el trámite posterior, surtido por la Secretaría al correr los traslados del
recurso, tiene la vocación de convalidar la extemporaneidad de la apelación, pues los
sujetos procesales y el funcionario judicial están obligados a acatar las disposiciones
normativas que regulan el aspecto en cuestión, sin que éstas puedan ser modificadas
caprichosamente por quien cumple funciones de Secretario. En tal sentido se ha
pronunciado reiteradamente la Corte para señalar:

"Debe decirse, para finalizar, que los términos procesales se encuentran regulados por
la ley y es con arreglo a ella que las partes deben cumplir sus cargas dentro del
proceso, siendo en todo caso inoponible ante una conclusión de extemporaneidad en
el ejercicio de las mismas, un error secretarial o eventualmente del funcionario
judicial. Esto significa, frente al caso examinado, que la equivocación del secretario al
dejar constancia de un segundo traslado no previsto por la ley para la presentación de
la demanda de casación, no tiene el efecto de convalidar la actuación del defensor
realizada sin sujeción al principio de oportunidad."*

_____________________________
* Auto Casación 17082, 23 de julio de 2001, ponente doctor Carlos E. Mejía E.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Segunda Instancia


FECHA : 17/10/2001
DECISION : Rechaza por extemp. recurso de apelación
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : CORDOBA MORENO, NELSON
DELITOS : Falsedad ideológica en documento público
PROCESO : 18694

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NULIDAD-Debido proceso, derecho de defensa/ NULIDAD-Trámite de


incidente: Cuaderno separado/ INIMPUTABILIDAD-Embriaguez/
INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ JUEZ DE
EJECUCION DE PENAS-Competencia para resolver sobre el principio de
favorabilidad

1. Debe señalar la Sala, una vez más, que si bien la invocación de la causal tercera de
casación, aparentemente no exige en su elaboración formas específicas en cuanto a
la proposición y desarrollo, es cierto también que no se trata de un escrito de libre
confección, pues al igual que en las restantes causales, debe ajustarse a los
parámetros lógicos de tal manera que se comprendan con claridad y precisión los
argumentos de la nulidad, las irregularidades sustanciales alegadas, la manera en
que se quebranta la estructura basilar del proceso o se afectan las garantías

58
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

procesales, así cómo la trascendencia de tales defectos en la estructura del proceso o,


según el caso, en la sentencia.

Lo primero que tiene que decirse, es que la demanda, en el enunciado y en el


desarrollo de la censura, entremezcla el debido proceso y el derecho de defensa, sin
advertir que si bien el segundo se deriva del primero, han sido claramente
diferenciados por la ley y la jurisprudencia, a tal punto que su formulación requiere
postulación separada y desarrollo autónomo, considerando que, por su naturaleza, el
primero es un vicio de estructura, en tanto que el segundo, lo es de garantía, sin
desestimar que pueden existen irregularidades que al mismo tiempo afectan los dos
derechos, pero no es este el caso, amén que el censor no se ocupa de demostrar que
el que somete a estudio corresponda uno de estos acontecimientos excepcionales.

Así mismo, desconoce el principio de autonomía, pues al interior del mismo cargo
aduce diversos reproches, que dada su naturaleza debieron invocarse dentro de la
causal primera, cuerpo segundo por error de hecho en cualquiera de sus sentidos.

2. Aunque los anteriores errores de técnica casacional son suficientes para rechazar el
cargo, sin embargo, para disipar que en efecto se hubiese presentado un vicio de
trascendencia invalidatoria como lo pretende el recurrente, sin ignorar que los
defectos acusados se presentaron en el trámite del incidente de la objeción
omitiéndose su trámite en cuaderno separado y sin referirse el juez de manera
expresa sobre la viabilidad de la práctica de la prueba pedida. Bien se observa que la
consecuencia de esa irregularidad no afectó, sin embargo, la estructura del proceso
con la entidad suficiente para enervarlo, pues, en primer lugar, el rito previsto para el
incidente se cumplió en debida forma, esto es, se dispuso el traslado del dictamen,
previo el anuncio de que la objeción seguiría el trámite propio de los incidentes
procesales (fl. 232 vto. cdno 1) a su turno, y a folio 234 del mismo cuaderno se
aprecia el cumplimiento exacto de trámite subsiguiente, por cuanto, fue fijado en lista
y se dispuso el traslado del escrito de objeción a los sujetos procesales, el cual venció
sin su intervención, dando paso al auto de abril 30 de 1997, mediante el cual el
Juzgado 5° Penal del Circuito declara improcedente la objeción por error grave,
disponiendo, proseguir con el debate público. Impugnada la anterior decisión por el
defensor del procesado, fue confirmada por el Tribunal Superior de Bucaramanga,

Nótese, en consecuencia, que si bien es cierto el trámite del incidente procesal no se


imprimió en cuaderno separado conforme lo preceptuaba el entonces artículo 64-2
del Código de Procedimiento Penal, ello no constituye fundamento para socavar las
decisiones adoptadas, toda vez que se cumplieron los trámites esenciales de traslado
y la notificación a los sujetos procesales intervinientes, por tanto, la no apertura de un
cuaderno para su adelantamiento, aunque constituye una irregularidad, no conduce a
una afrenta a la estructura basilar del debido proceso, ni afecta el derecho de
defensa.

3. De otra parte, sostuvo el Tribunal que no advirtió por parte alguna que el objetante
hubiera precisado en qué consistió el error del perito, pues el estado de
inimputabilidad del procesado lo infiere el censor de la circunstancia de haber estado
dedicado a la ingestión alcohólica horas antes de los hechos, sin aludir para nada, a
su condición psíquica durante el desenlace de los mismos, olvidando de esta forma,
que la inimputabilidad no consiste simplemente en encontrarse en un estado de
ebriedad, sino en la carencia de capacidad para comprender la ilicitud del acto y de
determinarse de acuerdo a esa comprensión.

4. La Sala reiteradamente ha sostenido que cuando se trata de violación al derecho


de defensa por desconocimiento del principio de investigación integral, no es
suficiente con indicar cuáles fueron los medios de convicción no practicados, ni cuál
su fuente, sino que es deber del recurrente precisar su pertinencia, conducencia,
utilidad y su trascendencia, todo lo cual surge de la confrontación lógica con el
restante acervo probatorio que sustentó la sentencia, de tal modo que se evidencie,
que de haberse practicado habría sido favorable al acusado, hasta el punto de
hacerse indispensable enervar lo actuado para que las pruebas omitidas practiquen
cabalmente.

5. Finalmente, debe advertirse que la Sala no puede ocuparse de aspectos atinentes a


la redosificación de la pena, porque este es un aspecto sobre el cual pierde
competencia a partir de esta decisión, correspondiendo su examen al Juez de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad.

59
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Esta decisión queda en firme en el momento de suscribirse por los Magistrados que
integran la Sala y contra ella no procede recurso alguno.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 18/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : CALDERON ORDUZ, NESTOR EDUARDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio agravado, Tentativa de hurto
calificado y agravado
PROCESO : 14834

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ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/ RESOLUCION


DE ACUSACION/ TENTATIVA DE HOMICIDIO/ IMPUGNACION-Interés para
recurrir/ CASACION-Interés: Pretensión más gravosa al recurrente/ DOLO
EVENTUAL

No solamente por estar formulado como primer cargo sino por las eventuales
consecuencias de la invalidación del proceso, prima el estudio del reproche por
nulidad, que el casacionista hace consistir en la ambigüedad y la falta de requisitos
esenciales de la resolución de acusación, lo que afecta el debido proceso, siendo el
correctivo adecuado la nulidad de la calificación. Conforme lo que desde tiempo atrás
ha venido determinando la Corte, por ejemplo en la sentencia de junio 14 de 1994
(rad. 8573, M. P. Jorge Enrique Valencia Martínez), "en tratándose de un yerro en
derredor del proceso de adecuación típica al momento de calificar el mérito del
sumario -error in procedendo que lesiona o quebranta la estructura formal del
proceso- la vía para corregir el entuerto en sede de casación, es la causal tercera,
dado que aquí se tiene la oportunidad de dejar sin vigencia la actuación procesal
posterior al tropiezo judicial, haciéndose posible una nueva calificación que recoja con
acierto la conducta comportamental imputada".

Sin embargo, antes de abordar el tema de fondo, debe ocuparse la Sala de un aspecto
que aquí reviste trascendental importancia, puesto que la solución demandada
conduciría a remover determinaciones ampliamente favorables al procesado, de
modo que la casación redundaría manifiestamente en contra del interés del
impugnante, que tratándose del defensor, debe estar dirigido a la búsqueda de
decisiones realmente beneficiosas para su representado.

Al calificar la instrucción no se advirtió que la tentativa de homicidio puede


presentarse aún en el evento en que la víctima haya resultado ilesa, pues lo que
cuenta es la intención del agente y la acción dirigida contra la vida ajena, que es
puesta en riesgo, sin que la lesión resultante sea factor definitorio, conforme lo ha
expresado la Corte (cfr. sentencia de febrero 25/99, rad. 10.647, M. P. Ricardo Calvete
Rangel):

"La tentativa de homicidio puede presentarse aún sin que se lesione a la víctima,
pues basta que con la intención de matar se ponga en peligro el interés jurídico
protegido para que la figura se tipifique, ya que el fundamento de la punición de la
tentativa no es el resultado que se produzca sino el peligro en que se ponga la vida
del sujeto pasivo de la acción homicida".

No obstante, en la providencia tachada de anfibológica, la Fiscalía decidió precluir la


investigación por el punible de tentativa de homicidio contra el conductor del bus,
pese a que los elementos de juicio y el mismo raciocinio efectuado eran indicativos de
que ciertamente se había incurrido en ese delito, por dolo directo y, más aún, no en la

60
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

modalidad común, sino agravada, puesto que la previsión del artículo 324-3 del
anterior Código Penal, que cuando se cometieron los hechos ya estaba modificado por
el artículo 30 de la Ley 40 de 1993, subsume como circunstancia agravante la
conducta de disparar arma de fuego contra vehículo en que se hallen una o más
personas, por ser una de las contempladas en el capítulo II del título V del Libro
Segundo del anterior Código Penal (artículo 195, actualmente título XII, arts. 104-3 y
356 L. 599 de 2000).

Así mismo, en la acusación por el porte ilegal del arma de defensa personal, no se
tomó en cuenta la utilización del medio motorizado, que aquí podría tener incidencia,
por expresa disposición del artículo 1° del Decreto 3664 de 1986 (adoptado como
legislación permanente por el artículo 1° del Decreto 2266/91), vigente al tiempo de
los hechos (actualmente art. 365 L. 599 de 2000), con aumento punitivo, que
repercutiría en la determinación de la pena por el concurso de conductas punibles.

Tal concurso, de ser anulada la actuación desde la resolución acusatoria, como solicita
el censor en el primer cargo, también obraría con el delito de lesiones personales,
agravado por la misma causal antes referida (arts. 339, 324-3 y 195 C. P. anterior;
119, 104-3 y 356 L. 599 de 2000).

Esas lesiones personales agravadas afectaron con las más nocivas secuelas a Johan
Sebastián Sánchez Quinchía, según se puntualizó en esta providencia al referir los
hechos, conllevando la sanción más alta prevista para tal delito (arts. 337 y 336 C. P.
anterior, menos gravoso que el actual para la pérdida funcional de miembros).

Además, al disparar hacia el vehículo, se generó riesgo para todos los ocupantes del
bus y las personas que lo estaban abordando, de modo que la muerte o la lesión de
cualquiera de ellos era un evento probable, que el procesado asumió con indiferencia.

Esta contingencia, que el impugnante no discute, lleva a la convicción de que aquí no


solamente se atentó contra Víctor Eduardo Galeano Santillana, queriéndole matar,
sino que la conducta realizada fue idónea y potencialmente apta para afectar la vida
y/o la integridad personal, no sólo de dicho conductor, que alcanzó a arrojarse al piso,
sino también del menor, que fue quien recibió el tiro, o de cualquier otro ocupante o
abordante del bus, como alcanzó a prever CARLOS ARTURO OBREGÓN SANTAMARÍA
pero, desdeñoso de la vida humana, no le importó y disparó, lo que ciertamente hace
ver que las lesiones personales agravadas causadas al niño fueron producidas con
dolo eventual, y no culposamente, como se había creído y se precluyó en la
calificación, ciertamente errónea, sólo que con ostensible lenidad a favor de
OBREGÓN SANTAMARÍA, por lo cual en nada conviene a la defensa provocar su
sustitución.

Así, no puede el defensor ir en contra de su propia causa, dando lugar a que el


resultado obtenido con su impugnación le sea más gravoso. En tal sentido, la Corte ha
precisado que el derecho a impugnar tiene como requisito necesario el interés de
quien se muestra inconforme (cfr. sentencia de abril 20/99, rad. 10.391, M. P. Carlos
Augusto Gálvez Argote, con referencia a artículos de la preceptiva que entonces
regía):

"Es el interés para recurrir lo que legitima el derecho a la impugnación, pues los
recursos no pueden concebirse jurídicamente sino como un medio a través del cual
se persigue la reparación de un agravio o perjuicio causado con la decisión judicial
que se repudia, constituyendo imprescindible supuesto para su ejercicio, conforme lo
regula la ley procesal penal, trátese de recursos ordinarios o del extraordinario de
casación, pues si bien es cierto que el artículo 196 de este estatuto sólo lo exige
literalmente para los primeros, ello no significa que no sea predicable para la
casación, no solo porque conceptualmente en el ámbito de la teoría del proceso no
puede concebirse un recurso en sentido diverso, sino porque nítidamente se infiere su
imperativo de los fines que le determina este Código en su artículo 219.

Esta exigencia, desde luego, no corresponde a un mero ejercicio intelectual de lo


jurídico o a una ritualidad normativa desprendida de contenido y finalidad, pues,
siendo un medio procesal que posibilita la revisión judicial para que el mismo
funcionario que profirió la decisión, por medio de la cual, presuntamente se ocasionó
ilegalmente un agravio o perjuicio a una de las partes, lo subsane, o mediante el
recurso de apelación, que lo haga su inmediato superior funcional o quien la misma
ley determine, su naturaleza defensiva le es connatural...

61
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Incrustado, entonces, el derecho a la impugnación de las decisiones judiciales en un


Estado fundamentado en el respeto a los derechos de la dignidad y la libertad de las
personas, riñe con su naturaleza, filosofía, contenidos políticos, político criminales y
jurídicos, el ejercicio de los medios defensivos legales que en cumplimiento de los
límites formales y materiales que lo caracterizan, se emplee no para que los derechos
de los sujetos procesales resulten lo menos afectados posible, sino para que sean
mayormente afectados, esto es, para que la situación jurídica del impugnante se
agrave, pues si bien los recursos constituyen un derecho, es el propio Estado el que
presumiendo la legalidad y el acierto de las decisiones judiciales, sólo posibilita su
ejercicio en beneficio del recurrente...

Así, y si bien es cierto que la defensa técnica cumple en relación con la administración
de justicia, un papel de colaboración sobre el descubrimiento de la verdad real y el
respeto de garantías que puedan abarcar los derechos de los demás sujetos
procesales, lo cual implica atribuirle un deber de interés general, lo es igualmente,
que frente a su defendido, la actividad profesional debe estar encaminada al empleo
de todos los medios legal y jurídicamente permitidos para beneficiar la situación
procesal de aquél, lo cual le impide sacrificar los derechos de su procurado so
pretexto de sacar avante aquéllos que teóricamente puedan incidir en el carácter
público del juzgamiento, pero que en su particular situación no lo han afectado, lo que
sí se haría al provocar su corrección para hacerla más gravosa."

Situación que se evidencia en este caso, donde las consecuencias adversas que
generaría la eventual nulidad son de tal magnitud que, así no hubiera de responder el
procesado por la tentativa de homicidio simple que dio lugar a la sentencia
condenatoria, sí tendría que hacerlo por conductas de similar naturaleza pero de
mayor entidad, como son la tentativa de homicidio agravado contra el conductor del
bus, en concurso con las lesiones personales agravadas del menor de edad, con dolo
eventual, que dejaron muy graves secuelas permanentes, y el probable agravamiento
del porte ilegal del arma de fuego de defensa personal, lo que iría en severo
detrimento de la situación de OBREGÓN SANTAMARÍA, por lo cual ha de resolverse
que su defensor carece de interés para impugnar en la forma argüida, teniendo
además en cuenta estas otras precisiones de la sentencia que se viene
transcribiendo:

"Sin embargo, si admitida la demanda el vicio no fue detectado, lo que procede no es


la declaratoria de nulidad como en el caso anterior, sino la desestimación del libelo,
pues, siendo que la decisión que correspondería es la del fallo para decidir sobre las
pretensiones del casacionista y para ello tienen que haberse cumplido las exigencias
sustantivas y procesales previstas por la ley como supuestos, la subsistencia del
hecho generador del vicio lo impide, ya que como sucede en casos como el presente,
la falta de interés para recurrir por parte del demandante para formular un ataque
como el que ha presentado, continúa produciendo, material y jurídicamente, los
mismos efectos negativos atribuibles desde el momento en que se recurrió el fallo del
Tribunal, no quedándole otra alternativa a la Corte que la de desestimar
oficiosamente la demanda, pues la simple inadvertencia de la causa a la hora de
concederse el recurso o de inadmitirse la demanda, no hace que el vicio pierda
eficacia, sino que lo que era causa de rechazo o inadmisión se convierta en causa de
desestimación, ya que todo depende de la fase procesal en que se tome la decisión,
pues el auto de admisión erróneamente proferido, no obliga a tomar decisión alguna
de fondo al estudiar los reparos hechos a la sentencia del Tribunal y determinar el
vicio o la índole de la pretensión, dado que carece de fuerza vinculante, no porque se
estime ilegal, sino porque carece de efecto, y pensar en atribuirle capacidad
saneadora al auto de admisibilidad equivaldría, como se ha dicho, a comprometer a la
Corte en el nuevo error de asumir una competencia de que carece, la cual queda
limitada exclusivamente a tomar esta decisión, dado que el objeto de fallo, como es la
demanda, no puede proferirse ante su ineptitud."

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 18/10/2001
DECISION : Desestima la demanda
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : OBREGON SANTAMARIA, CARLOS ARTURO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa
personal
PROCESO : 13869

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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UNIDAD PROCESAL-Técnica para alegar su vulneración/ RECURSOS-Deber


de sustentarlos/ REPOSICION/ APELACION/ JUEZ DE EJECUCION DE
PENAS-Competencia para resolver sobre el principio de favorabilidad

1. Podría pensarse que la inconformidad del casacionista deriva de la circunstancia de


haberse dispuesto la separación de las investigaciones con desconocimiento del
principio de unidad procesal, pero un ataque de esta naturaleza requería demostrar,
en primer lugar, que se cumplían las condiciones de contenido sustancial o procesal
para adelantar una investigación conjunta, es decir, que se procedía por delitos
sustancial o procesalmente conexos, y complementariamente, que la escisión de la
actuación había propiciado la afectación de las garantías constitucionales del
recurrente (artículo 87 y 88 del Decreto 2700 de 1991, y 89 y 90 de nuevo estatuto),
situación que resulta distante de poder ser siquiera avizorada en el caso sub judice.

2. En materia penal los recursos de reposición y apelación deben ser sustentados


(artículos 196 A, modificado por el 26 de la ley 81 de 1993, y 200 del Decreto 2700 de
1991, y 189 y 194 del nuevo estatuto), y el recurrente omitió cumplir dicha exigencia.
Esto impedía dar trámite a los mencionados recursos, y explica la razón por la cual
solo fue concedida la apelación interpuesta por la defensora de los otros detenidos,
quien sí sustentó (fls.429, 432, 449, 450/2). La única irregularidad que podría por
tanto imputarse al funcionario judicial sería que omitió declarar la deserción de las
referidas impugnaciones, pero ello, en manera alguna, constituye un vicio capaz de
afectar la validez del proceso.

3. Tránsito de legislación. Principio de favorabilidad.

El nuevo estatuto penal (ley 599 del 2000) prevé para el delito de homicidio simple
pena privativa de la libertad de 13 a 25 años de prisión (artículo 103). Como esta
norma resulta favorable al procesado, se ordenará el envío del proceso al Juez de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad para que realice la redosificación punitiva
a que haya lugar (artículo 79.7 Código de Procedimiento Penal).

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 18/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : COLORADO SERNA, PEDRO NEL
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio
PROCESO : 15433

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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DETERMINADOR-AUTOR/ ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia:


suposición de la prueba/ AUTORIA/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA

1. Aunque jurídicamente el planteamiento pareciera contradictorio, en razón a que


por determinador solo puede ser tenido quien mediante inducción logra hacer nacer
en otro la resolución de cometer el hecho delictivo, sin intervenir en su ejecución,
pues si lo hace adquiere la condición de coautor, desde una perspectiva puramente
naturalística, o con referencia al suceder fenoménico del hecho, no lo es, si se da en
considerar que lo pretendido por el ente acusador y los juzgadores fue dejar en claro
que el procesado, además de haber determinado a sus amigos a atacar y apuñalar a
(...), concurrió con ellos a la realización de la conducta típica, y así lo entendió la
defensa al plantear la inexistencia de prueba incriminatoria en uno y otro sentido.

2. De la transcripción que se hizo de la sentencia de primer grado en el acápite


anterior, y la lectura de la de segunda instancia, surge con absoluta nitidez que las
conclusiones de los fallos sobre la directa participación del procesado en el hecho se
fundamentaron en versiones de los testigos (...), quien asegura que (...) participó
activamente en la agresión, y (...), quien lo acusa de haber apuñalado con una navaja
patecabra a la víctima.

Ambas probanzas obran materialmente en el proceso, y a ellas aludieron de manera


expresa los juzgadores en las sentencias. Esto descarta, ab initio, la existencia del
error de hecho por suposición denunciado por el casacionista, pues para que un
desacierto de esta naturaleza se presente es presupuesto necesario que la prueba
que sustenta la decisión no aparezca incorporada al proceso, es decir que el fallador
la invente, y en el presente caso dicha condición no se cumple.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 22/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : NOVA PALENCIA, JHON EDUARD
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10326

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CASACION-Interés para recurrir-Apelación/ CASACION-Interés-Identidad


sustancial en el objeto de la impugnación/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA-Por
omisión/ HOMICIDIO-Ley 40 de 1993

1. Como la impugnación extraordinaria promovida por el demandante se centra en el


reconocimiento que aspira haga la Corte del estado de ira a favor de su
representado, y la finalidad de la apelación al recurrir el fallo de primera instancia lo
fue en primer lugar sacar avante un alegado estado de inimputabilidad del procesado
y subsidiariamente la legítima defensa putativa que para entonces pretendía, resulta
necesario que la Corte previo a cualquier otro pronunciamiento, entre a verificar si
realmente existe interés jurídico para recurrir en quien se reputa agraviado por el

64
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

fallo de segunda instancia, pues si el tema propuesto extraordinariamente no se


debatió en la apelación, se carecería en principio de decisión por cuestionar.

Así lo ha sostenido la Sala en diferentes oportunidades, sobre todo en los fallos de


abril 20 y septiembre 22 de 1999 (Rdos. 11.449 y 10.510, M.P., donde son ponentes,
en su orden, los Magistrados Dídimo Páez Velandia y Carlos Augusto Gálvez Argote),
cuando interpretando el alcance del artículo 217 del C.P.P. dejó sentado que la falta de
impugnación en la segunda instancia del asunto atacado en casación hace surgir la
falta de interés para acudir a esta sede extraordinaria, porque "no es posible que por
vía de casación se acusen errores del Tribunal en que no podía estar incurso al ejercer
una competencia alinderada por el específico objeto revelado en la sustentación del
apelante" (Rdo. 10.510); o porque "al no haber sido tema de controversia apelacional,
no pueden dar ocasión a errores del fallador de segunda instancia susceptibles de
enmienda en sede casacional" (Rdo. 11.449).
...

En la demanda de casación, retomando como sustento de su argumentación el estado


emocional del procesado para el momento en que exteriorizó su acción homicida,
fundamentado en las circunstancias antecedentes y concomitantes al hecho, desiste
el defensor de su petición de instancia para centrar el análisis en el estado de ira e
intenso dolor, aclarando que tanto en los fallos del Juzgado como del Tribunal se
reconoce la grave enemistad que existía entre la familia Duarte Bernal y el procesado
JIMENEZ PACHON, circunstancia que si bien había servido a la defensa para
fundamentar el alegado trastorno mental que fue descartado en las instancias, tales
argumentos debieron sin embargo considerarse para inferir la realidad de las graves
ofensas provenientes de la víctima y que desencadenaron el estado emocional cuyo
reconocimiento pretende en esta oportunidad.

Siendo así las cosas, no puede desconocerse que el supuesto argumental tanto en la
apelación como en el cargo principal que ahora se propone en casación, guardan
comunidad en cuanto a la importancia que para el censor tuvo en el desarrollo de los
hechos y la ejecución de la conducta por parte del procesado las circunstancias
antecedentes que supuestamente incidieron en la perturbación emocional de aquél,
razón suficiente para determinar el interés que le asiste al casacionista para la
formulación de esta censura, máxime cuando la alegada atenuante bien podía
haberse considerado por el ad quem a pesar de no impetrarse expresamente por el
apelante.

Sobre el punto, con ponencia del Magistrado Carlos Augusto Gálvez Argote (sentencia
del 14 de diciembre de 1999 Rdo. N° 12.343), ya la Sala había precisado que la
correspondencia en el objeto entre una y otra impugnación no es mecánica o
producto de una constatación puramente formal, en términos de comparación de la
nomenclatura jurídica dada al fenómeno en la alegación de segunda instancia y en la
demanda de casación, sino que debe ser una identidad sustancial, sin que importe
que al supuesto fáctico o jurídico se le hagan derivar consecuencias diversas o se le
den enfoques distintos.

2. La sola discrepancia de criterios frente al análisis probatorio no resulta suficiente


para cumplir con el objetivo de esta impugnación extraordinaria, mediante la cual se
busca remediar los yerros judiciales cuando se detecte que éstos no se ajustan a la
realidad procesal.

Cuando el ataque en casación se hace bajo el auspicio de un falso juicio de existencia


por omisión, la obligación del censor no se queda en la simple expresión de que un
determinado medio de prueba no fue apreciado por el sentenciador, cosa que aquí no
ocurrió, como tampoco en exponer cómo de no haber sido omitidas las pruebas que
reputa ignoradas sin fundamento en la sentencia, otro hubiera sido el sentido de ésta,
sino que, como lo tiene dicho la Sala, el cometido de la censura sólo se logra
confrontando los medios objetivamente echados de menos con los que tuvo en
cuenta el juzgador para proferir el fallo controvertido, ejercicio a través del cual puede
la Corte descubrir la real trascendencia del error -en caso de haber existido realmente
éste- y por ende si la sentencia es o no legal.

Como en la forma debida nada de esto plantea y menos demuestra la demanda, lo


que en verdad se descubre en el discurso del censor es la vana pretensión de oponer
sus propias conclusiones a las que con autoridad llegó el Tribunal, con olvido de que
en una tal confrontación estas últimas devienen prevalentes por la doble presunción
de acierto y legalidad que acompaña sus fallos.

65
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

3. La censura consiste en que para el demandante el aumento de pena que dispuso el


artículo 29 de la ley 40 de 1993, sólo tiene aplicación en cuanto el homicidio tenga
relación con el secuestro, porque el objetivo supremo y la razón de ser de la ley 40 es
perseguir el secuestro y los delitos que le sean conexos.

La Sala ha tenido oportunidad de referirse a esta temática en diversas oportunidades,


y en forma reiterada y unánime ha dicho que la ley 40 de 1993 modificó
expresamente los artículos 323, 324 y 355 del anterior Código Penal, sin que la
aplicación de las nuevas penas dependa de que el homicidio o la extorsión sean
conexos con el secuestro, conclusión que se desprende no sólo de la forma clara
como la Ley en el capítulo VI dispone el "aumento de penas", sino también de la
circunstancia de que en el numeral 11 del artículo 3º. contempla la hipótesis de
"cuando por causa o con ocasión del secuestro le sobrevenga a la víctima la muerte o
lesiones personales", lo que indica que el legislador tuvo presentes las dos
situaciones y las reguló en forma separada e independiente.

Así por ejemplo en la sentencia del 21 de noviembre de 1995, dijo lo siguiente:

"La ley 40 de 1993 fue expedida, y así se precisa en ella, para adoptar el estatuto
nacional contra el secuestro y "dictar otras disposiciones". Si bien es cierto, que la ley
en su mayor contenido se ocupa del secuestro, también lo es que el capítulo VI,
denominado "aumento de penas" y que fuera declarado exequible por la Corte
Constitucional en sentencia N° 565 de diciembre 7 de 1993, versa sobre los delitos de
homicidio y extorsión, y de su texto, sin esfuerzo alguno, dada la claridad meridiana
de los mismos, se infiere que la intención y lo diáfanamente expresado fue modificar
los artículos 323, 324 y 355, sin que por parte alguna se aprecie que ese cambio en
las penas dependa de algún tipo de conexidad con el delito de secuestro.

"Ahora, dentro de un análisis sistemático-teleológico del estatuto, la inconsistencia


del planteamiento del libelista surge de manera contundente, pues en el artículo 3°,
numeral 11 de la citada ley 40 (circunstancias de agravación punitiva del secuestro
extorsivo) se establece una pena máxima para este delito de sesenta (60) años,
"cuando por causa o con ocasión del secuestro le sobrevengan a la víctima la muerte
o lesiones personales", esto es, que al recogerse aquí la situación que plantea el
censor, de la conexidad del secuestro con los delitos contra la vida y la integridad
personal, solo una interpretación ad absurdum de imposible acatamiento, permitiría
considerar que, en un mismo estatuto legal, el legislador fije dos penas bien diversas
para unos mismos hechos, ésta que acaba de señalarse de un máximo de sesenta
años, y la otra de un tope de 40 del artículo 29, lo que por fuerza de la razón conduce,
fatalmente, a la certidumbre de que la pena en este último artículo erigida, para nada
demanda de correlación con el secuestro, sino que es definitivamente independiente
de tal circunstancia.

"Por razones de política criminal que el legislador entendió aplicables, legisló también
sobre el homicidio, y si bien de lege ferenda podrían ser discutibles, es lo cierto que
ello no posibilita el desconocimiento del texto legal…" (M. P., Carlos A. Gálvez Argote).

Este criterio de la Corte ha sido reiterado en muchas decisiones posteriores, una de


ellas fue adoptada con ponencia de quien ahora actúa por idéntico encargo, y
textualmente se dijo lo siguiente:

"De verdad que son francamente pluriofensivas las arrogantes y conmovedoras


modalidades del secuestro y el homicidio que soporta nuestro país, de tal
envergadura que a una persona víctima de la aprehensión violenta no sólo se le
lesiona la libertad en su más compleja dimensión, sino que de una vez se le pone en
grave riesgo su vida, su dignidad y su integridad familiar, y he ahí la razón de
conexidad valorativa que resalta la Corte Constitucional. De igual manera, una razón
de coherencia interna del orden jurídico-penal, llevó al legislador a equiparar las
penas del secuestro extorsivo y el homicidio simple, lo mismo que las del secuestro
extorsivo-agravado y el homicidio agravado, dado que político-criminalmente era
parificable el reproche por estos dos graves atentados contra la vida y la libertad
personal.

"Adicionalmente, la Sala advierte una clara sistemática en la Ley 40 de 1993, por


medio de la cual no sólo se dictó el "Estatuto Nacional contra el secuestro", sino que
se adoptaron "otras disposiciones" axiológicamente conectadas con las primeras,
tales como el aumento de penas en su configuración general como el incremento

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

punitivo relacionado con algunas figuras delictivas de la parte especial (homicidio,


simple y agravado, y extorsión). Además, como lo recuerda el Procurador Delegado,
si las penas para el homicidio previstas en la Ley 40 sólo operan en casos de
conexidad con el delito de secuestro, a sabiendas de que tal situación compleja está
directamente regulada en los artículos 3°, numerales 7 y 11, y 30, numeral 2° de
dicho estatuto, se llegaría a la conclusión absurda de que el artículo 29 de la misma
ley no tendría aplicación en la práctica." (Radicado 9772. Sentencia de casación de
22 de octubre de 1997).

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 22/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : JIMENEZ PACHON, JOSE MARIA
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10869

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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RECURSO DE QUEJA-Antes de hecho/ CASACION-Sentencias de


constitucionalidad: Estado de Derecho/ TRANSITO DE LEGISLACION-
Procedimiento aplicable para la interposición de la casación/ CASACION
DISCRECIONAL

1. Habiendo entrado en vigencia la Ley 600 de 2.000, diríase, en principio, que el


otrora recurso de hecho, hoy de queja, se hace improcedente frente a la decisión
denegatoria del extraordinario de casación por cuanto su artículo 195 solamente lo
hizo viable "cuando el funcionario de primera instancia deniegue el recurso de
apelación"; sin embargo, interpuesto como fue aquél, hallándose en vigor el Decreto
2.700 de 1.991 y dada la favorabilidad que en relación con el derecho de defensa
representa el estudio acerca de si la impugnación extraordinaria fue o no bien
denegada y por cuanto, de conformidad con el artículo 40 de la Ley 153 de 1.887 "las
actuaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas, se regirán por la ley vigente al
tiempo de su iniciación", no puede menos la Corte que abordar su análisis con base
en el ordenamiento que entonces lo reglaba.

2. Ante el silencio de la Corte Constitucional en modular los efectos de su fallo de


inexequibilidad y la inseguridad y desorden que con el mismo se produjo en el trámite
del extraordinario medio defensivo, sin que se reparara además en la ruptura que con
ello hizo del sistema y del debido proceso que en materia tan especial ha de existir,
establecer, por la vía hermenéutica que ante aquella omisión se autoriza al interprete,
dado el efecto legislativo negativo que sin duda alguna comporta un fallo de
inconstitucionalidad, cuál era precisamente dicha normatividad, sobre todo porque
aquella declaratoria de algunos preceptos de la Ley 553 de 2.000, incluyó al que
señalaba la oportunidad en que había de interponerse el medio defensivo y
presentarse la demanda que lo sustentara.

En dicho propósito, proferido el citado fallo de inexequibilidad el 28 de febrero de


2.001, surge un primer cuestionamiento acerca de cuándo ha de entenderse que
surte sus efectos una tal decisión o a partir de cuándo ha de decirse que lo fallado,
por virtud de ese control, se hace exigible, o, en términos generales, si la Corte
Constitucional no hace uso de su prerrogativa de modular los efectos de su decisión, a
partir de cuándo debe entenderse que se surten los mismos?

En procura de hallar una respuesta es claro que el Decreto 2.067 de 1.991, "por el
cual se dicta el régimen procedimental de los juicios y actuaciones que deban surtirse
ante la Corte Constitucional", no contiene disposición alguna, limitándose
simplemente, en su artículo 16 a expresar que "la sentencia se notificará por edicto,
… dentro de los seis días siguientes a la decisión", acto procesal que en criterio de la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sala y al contrario de lo que sostuviera el Tribunal, se constituye ciertamente en un


condicionamiento de exigibilidad, pues una tal decisión concurre, así sea
negativamente, a la construcción del ordenamiento, extrayendo de éste la norma
cuya inexequibilidad se declara, máxime sus caracteres erga omnes, impersonales,
generales y abstractos, por manera que si la vigencia de una ley se sujeta, en
términos generales, a su promulgación, la misma razón de publicidad debe
observarse frente al acto que la saca del tráfico jurídico, toda vez que sus efectos
trascienden a la creación de derecho, a la conformación del orden jurídico, más aún
cuando la propia Corte Constitucional ha señalado, (auto de junio 14 de 2.001, M.P. dr.
Jaime Araujo Rentería), que, "de conformidad con el artículo 49 del Decreto 2067 de
1991 contra (sus) sentencias … proferidas en desarrollo de los numerales primero,
segundo, tercero, cuarto quinto, sexto, séptimo , octavo y décimo del artículo 241 de
la Constitución Política Colombiana, no procede recurso alguno ni solicitud de nulidad
alguna".

La notificación del fallo de constitucionalidad, por edicto, es sin duda alguna un acto-
condición procesal que, además del efecto de publicidad y de conocimiento que de él
alcancen formalmente los asociados, permite hacerlo exigible, obligatorio, lo que era
bastante claro en vigencia del Decreto 41 de 1.971 cuando disponía que "la sentencia
proferida en asuntos de constitucionalidad será publicada al día siguiente al de su
fecha" y que "cumplida dicha formalidad, el fallo quedará ejecutoriado", no así, la
obligación secretarial de remitir "inmediatamente copia de la sentencia a la
Presidencia de la República y al Congreso de la República", prevista en el artículo 16
del Decreto 2.067 de 1.991, toda vez que, como lo señalara la Corte Constitucional en
el fallo C-113/93, "ejecutoriada la sentencia, ha concluido el proceso y no hay lugar a
seguir hablando de régimen procedimental, sencillamente porque no hay en lo
sucesivo más actos procesales qué regular, pues sería discutible en extremo
considerar como tales el envío de copias de la providencia a algunos funcionarios o la
publicación de la providencia en la Gaceta Constitucional".

Bajo dichas consideraciones, entonces, el fallo de inexequibilidad referido a algunas


disposiciones de la Ley 553 de 2.000, no surtió sus efectos, no extrajo las normas
declaradas inexequibles del ordenamiento, a partir de la fecha en que se profirió, ni
de aquella en que se remitió o se recibió por los funcionarios citados copia del mismo,
sino desde el día siguiente a aquél en que se produjo la desfijación del edicto.

Por eso, notificado como fue el fallo C-252/01 por edicto que permaneció fijado hasta
el 16 de marzo, las normas que por medio de él se declararon inexequibles, salieron
efectivamente de nuestro ordenamiento jurídico a partir del día siguiente.

Como en esas circunstancias el artículo 6º de la Ley 553 de 2.000, modificatorio del


223 del Decreto 2.700 de 1.991, fue declarado inexequible, excepción hecha de su
inciso final, y allí se señalaba la oportunidad en que debía formularse la demanda de
casación, estableciendo un término de 30 días, posteriores a la ejecutoria de la
sentencia de segunda instancia, cuál entonces era el procedimiento que debía y debe
seguirse para esos efectos? Acaso, debía entenderse, como lo entendió el Tribunal,
reincorporadas al ordenamiento, aquellas normas derogadas por las que luego fueron
declaradas inexequibles?

Si bien el principal efecto de un fallo de inexequibilidad consiste en extraer del


ordenamiento la norma objeto de ese pronunciamiento, siendo sus alcances
superiores a la simple declaración de contrariedad con la Carta por cuanto, sin duda
alguna, influye en la manera como se regula la actividad del asociado o del Estado,
permitiendo que éste en un evidente ejercicio de su poder político reordene el
sistema, es claro también que no tiene, en cambio, consecuencias derogatorias por
razón de su misma inconstitucionalidad, de modo que, no habiendo, por eso, lugar a
la aplicación del artículo 14 de la Ley 153 de 1.887 en cuanto dispone que "una ley
derogada no revivirá por solas las referencias que a ella se hagan, ni por haber sido
abolida la ley que la derogó" o que "una disposición derogada sólo recobrará su
fuerza en la forma en que aparezca reproducida en una ley nueva", debe asentirse en
que ciertamente las normas derogadas, por unas que fueron halladas contrarias a la
Carta, y en cuanto regulen la actividad estatal, recobran su vigencia, pues el principio
de legalidad dentro de un Estado de Derecho, implica que toda la acción de éste ha
de hallarse reglada al punto que al funcionario público sólo le está permitido hacer
aquello que la ley y la Constitución le autorizan, mientras que el particular puede
hacer todo aquello que no esté expresamente prohibido, pudiendo, en esas
condiciones, existir ciertamente para el asociado un espacio no sometido a regulación
legal, sin que suceda lo mismo respecto a las funciones del Estado, por ello disponen

68
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

los artículos 6º de la Carta que "los particulares solo son responsables ante las
autoridades por infringir la Constitución y las leyes", mientras que "los servidores
públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de
sus funciones", 121 que "ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones
distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley y el 122 que "no habrá
empleo público que no tenga funciones detalladas en ley o reglamento".

Bajo tal precisión y con el ineludible sustento que representan los principios de
libertad y legalidad en un Estado de Derecho, así como la capacidad política que a
éste le es aneja, los efectos de la declaratoria de inconstitucionalidad, en criterio de la
Sala, difieren entonces, según la materia que la norma inexequible haya pretendido
regular. Así, si se trata de leyes exclusivamente prohibitivas, sancionadoras o
limitativas de la capacidad de la persona o de sus derechos, su contrariedad con la
Carta Política, implica que sus temas corresponden a aquél concepto de espacio no
regulado legalmente y que en consecuencia, por tratarse de una restricción a las
libertades o al ámbito meramente personal quedaría por fuera del principio de
legalidad que atañe al asociado y no se entenderían revividas las prescripciones que
hubieran sido derogadas, pues regresándose al principio general de la libertad
recobraría vigencia el ya señalado fundamento esencial del Estado de Derecho, según
el cual al particular le está autorizado todo lo que no esté expresamente prohibido.

Diferente es la situación cuando la ley encontrada inexequible regula también la


actividad del Estado, o la manera como el particular puede acceder a las esferas de
poder en procura de satisfacer sus pretensiones, o ejercer, o hacer exigibles sus
derechos, pues en tal evento, porque toda función pública debe estar prevista en la
ley, no siéndole posible al funcionario realizar nada diferente a lo que la Constitución
y la ley le señalen, aquella declaración sí tiene la virtud de reincorporar los preceptos
derogados, toda vez que, además que en ese ámbito si no resulta lógico hablar de
espacio no regulado legalmente, de concluirse lo contrario podría llegarse a extremas
situaciones de afectación de derechos fundamentales, verbi gratia, el acceso a la
administración de justicia, si declarada como fue, inexequible la norma que regulaba
la manera de interponer la casación, no se entendiera reincorporada la que había sido
derogada por ésta, porque entonces habría que concluirse que esa específica materia,
que atañe a la actividad del Estado y a la manera como el sujeto procesal ejerce su
derecho, quedaría sin reglamentación, máxime que si se acudiere a la analogía para
excluir la existencia de lagunas en el ordenamiento, o al principio de integración o
remisión a que se refiere el artículo 23 de la Ley 600 de 2.000, y con ello se aplicase
la normatividad propia de otros regímenes, como el Procesal Civil, por ejemplo, se
estaría trasplantando una figura que no resultaría propia del proceso de que se trate,
con clara mengua, además, del principio de especificidad. Es que, si se entienden,
como así sucede, reincorporadas al ordenamiento las normas derogadas por las que
fueron encontradas contrarias a la Carta Política del Estado, no se produce en tal caso
laguna o vacío alguno que deba ser suplido por la aplicación analógica de otra norma
o por la integración que con respecto a otro específico régimen quepa hacerse, pues
indudablemente aquél efecto logra la regulación que le es propia al asunto según su
naturaleza, porque se trata de normas que de modo especial lo preceptuaban.

Pero además de que, indudablemente, el vicio de constitucionalidad, afectando la


validez de la norma por no avenirse a la Carta Política del Estado, le niega los efectos
jurídicos que en ella se hayan previsto, también la desposee de cualquiera otro que
llegare a producir en el ámbito que pretendía regular; así, dicho defecto le suprime la
consecuencia derogatoria a la norma en sí misma, que fue declarada inexequible y
hace a la vez ineficaz cualquier disposición que tácita o expresamente prevean un tal
efecto, pues es obvio que ni aún en el último caso podría entenderse suprimida o
reemplazada una norma por aquella que no tuvo en cuenta los principios
constitucionales regentes de la organización estatal.

También, históricamente, en nuestro medio la tendencia ha sido la de negar efectos


derogatorios a la norma declarada inexequible y la de que se reincorporen al
ordenamiento los preceptos que habían sido sustituidos; así lo señaló la Corte
Suprema de Justicia cuando, en sentencia de junio 22 de 1.982, al controlar la
constitucionalidad del artículo 146 del Decreto 294 de 1.973 afirmó que, "al ser
declarada inexequible la modificación introducida en el parágrafo del artículo 208 de
la Constitución por el acto legislativo número 1 de 1979, y revivir el antiguo parágrafo
de dicha disposición, adoptada como artículo 67 del Acto Legislativo número 1 de
1968, recuperó también su vigencia el artículo 146 acusado y por tanto, la Corte
puede ejercer su jurisdicción constitucional sobre la norma demandada", y el Consejo
de Estado, Sala de Negocios Generales, cuando, al absolver consulta del Ministerio de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Hacienda, expresó, en noviembre 7 de 1.958, que "aplicando los conceptos y


conclusiones precedentes al caso consultado por el señor Ministro de Hacienda, el
Consejo de Estado considera que la derogatoria que hizo el Decreto-Ley número 700
de 1954 de preceptos pertenecientes a otros estatutos, debe tenerse por no hecha
desde la fecha de ejecutoria del fallo de la Corte que declaró la inexequibilidad de tal
decreto, y que, en consecuencia, tales normas deben aplicarse mientras no hubiesen
sido derogadas por otros decretos-leyes no declarados inexequibles…".

Y si bien, no ha expuesto las razones que sustancialmente la han llevado a una tal
consideración, similar línea jurisprudencial ha proseguido la Corte Constitucional
dejando en claro que "en principio la declaratoria de inexequibilidad de una norma,
que había subrogado otras disposiciones, tiene como efecto revivir los
contenidos normativos derogados" (C-1548/00), "implica la reincorporación al
ordenamiento jurídico de las disposiciones por ella derogadas siempre que ello se
requiera para asegurar la supremacía del texto fundamental" (C-501/01), porque
"la decisión de inexequibilidad es diversa de una derogación, y por ello puede
implicar el restablecimiento ipso iure de las disposiciones derogadas por la norma
declarada inconstitucional", toda vez que, "como la norma derogatoria no era válida,
por estar en contradicción con la Carta, entonces es perfectamente lógico expulsarla
del ordenamiento, por ministerio de la inexequibilidad, de forma tal que puedan
revivir las disposiciones derogadas." (C-055/96).

Así pues, restablecidas las normas que del Decreto 2.700 de 1.991 se referían a la
casación, derogadas por aquellas que fueron declaradas inexequibles, bajo el
entendido que el mismo efecto se surte en frente de la Ley 600 de 2.000, como que
los preceptos relacionados con el extraordinario medio de impugnación, siendo
reproducción de los contenidos en la Ley 553, también se declararon contrarios a la
Constitución, y comprendiéndose, por tal razón, la ineficacia que en relación con las
primeras se predica del artículo 535 de aquella ley, el recurso extraordinario, a partir
de la fecha en que el fallo de inexequibilidad produjo sus efectos, ha de proponerse,
sustentarse y tramitarse, según el procedimiento que pasa a precisarse, fundado
tanto en la nueva normatividad, esto es Ley 600 de 2.000, como en las disposiciones
que se reincorporan al ordenamiento, por consecuencia de la inconstitucionalidad de
aquellas que las habían derogado, mientras que, si la sentencia de segunda instancia
se profirió antes del 17 de marzo de 2.001, valga decir durante la plena vigencia de la
Ley 553 de 2.000, el medio extraordinario de impugnación, ha de tramitarse con
exclusivo apego a dicha normatividad, idéntica a la que en esa materia estableció la
Ley 600, pues, como ya se expresara, "los términos que hubieren empezado a correr,
y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas, se regirán por la ley
vigente al tiempo de su iniciación":

El recurso extraordinario, en cuanto no se trate obviamente del excepcional, en


términos del artículo 1º de la Ley 553 procedía y procede, en los del 205 de la Ley
600, contra sentencias no ejecutoriadas proferidas en procesos que se hubieren
adelantado por punibles que tengan señalada una pena cuyo máximo sea o exceda
de seis años, si la sentencia se dictó antes de entrar en vigencia la Ley 553, o sea
superior a ocho años, si el fallo se profirió luego de entrar a regir la precitada ley.

4.2. De acuerdo con el procedimiento que se revive, luego de la declaratoria de


inexequibilidad de las pertinentes normas de la Ley 553 de 2.000, y a su vez de la Ley
600, el recurso de casación, excepcional o no, ha de interponerse dentro de los quince
(15) días siguientes a la última notificación de la sentencia de segunda instancia.

4.3. Si el recurso se interpone oportunamente, el funcionario ad quem, dentro de los


tres días siguientes, al vencimiento de los quince referidos en el numeral anterior,
decide, mediante auto de sustanciación si lo concede o no, haciéndose extensiva una
tal determinación cuando el recurso se interponga de modo excepcional, pues
indudablemente en ello, las leyes 553 y 600 de 2.000 comportaron una modificación
en la medida en que establecieron que "de manera excepcional, la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia, discrecionalmente puede admitir la demanda…" (negrilla
fuera de texto), mientras que el procedimiento derogado en ese aspecto enseñaba
que la Corte, "puede aceptar un recurso de casación".

Por tanto, se reitera, corresponde al funcionario de segunda instancia conceder o no


el recurso extraordinario, bien que se trate de casación común o discrecional,
mediante auto de sustanciación, pudiendo negarse a su concesión sólo en cuanto se
interponga de manera extemporánea, pues las demás condiciones de viabilidad,
salvedad hecha también de la presentación oportuna de la demanda, atañe

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

analizarlas a la Corte en el momento en que proceda a calificar el libelo de


conformidad con el artículo 213 de la Ley 600 de 2.000.

Contra esa providencia de sustanciación, luego del citado fallo de inexequibilidad,


cabía el recurso de reposición y el de hecho, si por alguna circunstancia el ad quem
denegaba la concesión del medio extraordinario. A partir de la vigencia de la Ley 600,
sólo procede en su contra el de reposición, según se infiere del inciso final de su
artículo 210 y de la exclusión que, en relación con el de queja, se hizo en el artículo
195.

4.4. Si el recurso extraordinario se concede, en el mismo auto el ad quem debía y


debe disponer traslado de 30 días para cada uno de los recurrentes para que
presenten la demanda, luego del cual, si ésta se presenta en oportunidad ha de
surtirse el traslado a los demás sujetos procesales, por el término de 15 días, según lo
señalaba el artículo 7º de la Ley 553 y establece el 211 de la Ley 600.

Si la demanda se presenta fuera del período señalado, el ad quem debe así declararlo
en proveído contra el que sólo procede el recurso de reposición, según lo preceptuaba
la Ley 553 en el inciso final de su artículo 6º y prescribe el 210 de la Ley 600.

4.5 Concluido dicho trámite ante el funcionario de segunda instancia, el asunto pasa a
la Corte, donde, de conformidad con el artículo 9º de la Ley 553 se calificaba la
demanda, efectuándose actualmente similar procedimiento en términos del precepto
213 de la Ley 600.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Recurso de Queja
FECHA : 22/10/2001
DECISION : Declara nulidad de auto que negó el recurso,
ordena
rehacer la actuación, remite
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : BARAJAS ORTIZ, LUIS FRRANCISCO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Secuestro extorsivo
PROCESO : 18631
PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Aclaración de voto DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
Aclaración de voto DR. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
Aclaración de voto DR. NILSON PINILLA PINILLA

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ NULIDAD/ DEFENSA TECNICA-


Indagatoria-Persona honorable/ COPIAS/ JUEZ DE EJECUCION DE PENAS-
Competencia para resolver sobre el principio de favorabilidad/ INDAGATORIA

1. Agregó que la violación obedecía a que "se le limitaron en contra del procesado las
pruebas que lo favorecían, al no hacer comparecer al despacho a las personas
citadas", de donde podría desprenderse una eventual infracción indirecta o quizás
una nulidad. A pesar de ello, para la primera hipótesis no habría tenido en cuenta la
forma de error respecto de la prueba -de hecho o de derecho- ni la especie del yerro
-falso juicio de identidad, de existencia o falso raciocinio, falso juicio de legalidad o de
convicción- ni para la segunda los requisitos propios del fenómeno invalidatorio, vgr.
su trascendencia, especificidad, protección y conservación.

2. Para el día de la indagatoria -31 de agosto de 1993- regía el contenido del artículo
148 del estatuto procesal anterior, en virtud del cual una persona honorable podía
actuar como defensora para la indagatoria, cuando no hubiere abogado que pudiera

71
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

asistir en la misma al imputado. Esa permisión desapareció pero con posterioridad,


precisamente a raíz de la declaratoria de inexequibilidad de la norma citada, hecha
por la Corte Constitucional mediante sentencia C-049, del 8 de febrero de 1996,
sentencia que surte efectos hacia el futuro y no hacia el pasado. La validez de la
disposición era, entonces, incontrovertible.

En la diligencia que cuestiona el Ministerio Público eso aconteció pues la


manifestación del joven ORTEGÓN GÓMEZ -quien dijo a la fiscalía que no tenía a
quien nombrar como apoderado- llevó al instructor a designarle apoderada de oficio,
designación recaída sobre una ciudadana honorable.

El Ministerio Público considera que en El Espinal existen suficientes abogados que


habrían podido cumplir la misión y que la fiscalía se abstuvo de hacer las diligencias
pertinentes.

La lectura del acta de indagatoria infirma al procurador pues de las palabras del fiscal
surge que sí se hizo lo necesario en pro de la colaboración de un profesional del
derecho. Es suficiente recordar los términos del funcionario en la constancia que dejó:
"Se le designa de oficio a...y esto por no haberse encontrado en el momento un
abogado titulado que pudiera desempeñar el cargo" (destaca la Sala).

Si ese es el contenido de la certificación judicial, hecha ante el sindicado y su


defensora, conclúyese que es totalmente cierta, lo que se robora cuando se establece
que, tras revisar de nuevo el expediente, se observa que durante el proceso nadie
objetó lo transcrito.

Cierto que el imputado fue oído en injurada al día siguiente de su aprehensión, hacia
las diez y diez de la mañana. Ello, sin embargo, no demerita la gestión del fiscal para
quien el procurador quisiera predicar el agotamiento de los términos con el propósito
de que los días iniciales fueran dedicados a la búsqueda primero que todo de un
apoderado. Esta apreciación no puede ser compartida pues si bien el instructor tenía
aun tiempo para recibir indagatoria otro día, lo indiscutible es que cuando la ley habla
de un máximo de tres días para practicar la diligencia de descargos no está
significando que tenga que ser al tercer día. Esos días son el plazo máximo, lapso que
no impide al fiscal escuchar en injurada al día siguiente, siempre que -como se hizo
en este caso- se cumplan los demás requisitos legales.

La Sala no discute que en una localidad como El Espinal pueda haber suficientes
letrados como para acudir a cualquiera de ellos con fines de una indagatoria. Pero
también sabe que no abundan como para afirmar que en cualquier momento, todo
día, sean fácilmente asequibles en aras de colaboración para ese tipo de diligencia.
Prueba de ello es que, por ejemplo, el profesional que recibió poder de ORTEGÓN
-perteneciente a la defensoría pública- tenía su oficina en Bogotá y no en El Espinal.
Esto ya indica que mientras se puede afirmar que sí hay abogados allí, también se
pueda aseverar que su repentino hallazgo no sea tan fácil.

3. Por último, otros dos puntos: de una parte, lo que se ha dicho sobre la actuación del
apoderado impide a la Sala compulsar copias para efectos disciplinarios. No obstante,
si el señor procurador sigue pensando en violación de la ética forense, bien puede
formular la queja correspondiente; y, de la otra, que si debido al cambio de legislación
el señor ORTEGÓN entiende que puede ser favorecido con la benignidad de las
nuevas normas, debe hacer la petición correspondiente ante el Juez de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad, competente para ello. La Sala no lo hace, primero
porque la demanda no ha planteado nada sobre el asunto y segundo porque no casa
la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 22/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : ORTEGON GOMEZ, LUIS HERNANDO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
PROCESO : 10599

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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INVESTIGACION INTEGRAL/ PRUEBA-Negación y omisión: Cuándo


configuran motivo de nulidad/ DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia
defensiva/ DEFENSA TECNICA-Indagatoria-Ciudadano honorable/ PRUEBA

1. El quebrantamiento del derecho de defensa lo fundamenta en que se desconoció el


principio de investigación integral y en la pasividad del defensor designado por el
procesado.

En cuanto al primer aspecto, no desarrolla el reproche, pues aunque enumera las


diligencias que a su juicio se han debido practicar, no muestra cuál es su fuente, ni
tampoco su conducencia, pertinencia y utilidad, ni particularmente, su trascendencia,
que no emana de la prueba en sí misma considerada, sino de su confrontación lógica
con los elementos de convicción que sustentaron el fallo, de modo que se evidencie
que de haberse practicado la orientación de éste hubiera sido distinta, por lo que la
única manera de remediar el vicio es invalidar lo actuado para que se aduzcan.

Y es que, como lo ha sostenido la Sala, no toda omisión o negativa a la práctica de


pruebas constituye quebrantamiento de la garantía de la defensa, sino que es
necesario que se demuestre que las pruebas negadas u omitidas eran sustanciales
porque apuntaban a la responsabilidad del procesado, para excluirla o atenuarla* .

2. En lo que concierne con la alegada pasividad del abogado, también deja

el reproche en el enunciado, sin ningún desarrollo argumentativo, limitándose a


aseverar que el desconocimiento del principio de investigación integral se vió
agravado por la extrema pasividad de la defensa.

Aunque de esta última afirmación se podría inferir que lo que el defensor dejó de
hacer fue solicitar las pruebas que enumera como omitidas, de todos modos no
muestra, como ya se indicó, que de haberse llevado a cabo ello hubiera redundado en
beneficio de la defensa.

Como lo ha reiterado la Sala, la vulneración del derecho de defensa, por la reclamada


pasividad del abogado, no se puede construir en abstracto, sino que se desenvuelve
en función de las posibilidades reales de contradicción de los cargos, de modo que el
demandante debe exponer, clara y precisamente, las razones a partir de las cuales
resultaría razonable concluir que el silencio de la defensa correspondió no a una
estrategia defensiva, sino a un completo abandono de la gestión encomendada**.

3. En cuanto a la falta de abogado en la indagatoria, la Sala de manera pacífica ha


sostenido que el encargo confiado a un ciudadano honorable, cundo no hay abogado
disponible, como ocurrió en este caso, no vicia de nulidad la actuación, cuando el
trámite procesal siguiente se ha garantizado el derecho de defensa técnica .

En lo atinente a que en la diligencia de reconocimiento en fila de personas careció de


abogado, se trata de un vicio in iudicando, por error de derecho por falso juicio de
legalidad que de prosperar, por demostrarse que la prueba, jurídicamente inexistente,
era tan trascendente, frente al haz probatorio restante, que fundamentó la condena,
la manera de remediar el desatino no sería decretando la nulidad, sino absolviendo al
procesado.

____________________________
* Casación 12304, junio 22 de 2000. M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote
** Ver, entre otras, casación 13704, mayo/01. M. P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego
*** Ver, entre otras, casación 12212 abril 3/97. M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll,
11965 junio 8/2000. M. P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 22/10/2001

73
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Declara la prescripción de un delito. no casa,


reduce la
pena de prisión
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : HERNANDEZ, JUAN DE JESUS
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio
PROCESO : 9824
PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DICTAMEN PERICIAL-Valoración/ PERITO/ CASACION-Finalidades/


VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Como la prueba es apreciada en su
conjunto, así debe ser su ataque/ PRINCIPIO DE LEGALIDAD/ REFORMATIO
IN PEJUS/ PENA ACCESORIA/ INTERDICCION DE DERECHOS Y
FUNCIONES PUBLICAS/ CASACION OFICIOSA

1. Lo que apreció el ad quem sobre este dictamen no permite deducir la distorsión


que trata de endilgar el casacionista quien, además, al imputar el falso juicio de
identidad, no es preciso en señalar qué fue lo distorsionado, y cómo, para hacer
significar algo que no se encuentra en su contenido objetivo.

La experticia debe ser valorada en su propia firmeza, precisión y fundamentación


técnico-científica, atendida la idoneidad del perito, para apreciarla además frente a
los otros elementos de demostración incorporados al proceso, conjuntamente y de
acuerdo con las reglas de la sana crítica. Así se hizo en los fallos del despacho de
primera instancia y del Tribunal, que conforman unidad inescindible en la medida en
que aquél sea confirmado por éste; la peritación fue analizada debidamente y lo que
no compaginaba, atinente sólo a la vainilla percutida, fue discernido de manera lógica
y bien sustentada, como se viene observando.
...

En conclusión, no se presenta el yerro señalado por el libelista, pues los falladores no


alteraron el contenido material del dictamen, sino que procedieron a valorarlo de
acuerdo con las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia, para cuestionar lo
relacionado con la vainilla, por resultar contrario a la evidencia. Es palmario, además,
que el administrador de justicia no está obligado a aceptar el peritaje, por estar
facultado para admitirlo parcialmente, o para desestimarlo, exponiendo en forma
razonada la cabal sustentación de su apartamiento, como adecuadamente se verificó
en el caso bajo estudio.

2. La casación no se estableció con el fin de dirimir criterios opuestos, ni para zanjar


discrepancias en materia de valoración de las pruebas y acerca de su alcance
demostrativo, sino para corregir verdaderos yerros, de trascendencia tal que pudieran
hacer variar el sentido del fallo, el cual viene precedido de la doble presunción de
acierto y legalidad.

3. En la impugnación extraordinaria, que es rogada, está a cargo del casacionista,


cuando acude a la causal primera por violación indirecta, atacar en forma íntegra el
sustento probatorio de la sentencia, porque nada lograría si consigue demostrar
reales errores de hecho o de derecho en la apreciación de alguna o algunas pruebas,
si la sentencia se mantiene incólume, afianzada sobre otros medios de convicción no
cuestionados; en el caso analizado, está visto que el ataque fue incompleto y en
buena parte sobre piezas intrascendentes en su capacidad demostrativa que, por lo
demás, tampoco pudo desvirtuar.

4. Una de las características de un Estado de derecho, radica en que las funciones y


facultades de sus funcionarios son regladas y, en consecuencia, las realizarán de
conformidad con lo indicado en la normatividad respectiva. Para el caso de los

74
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

administradores de justicia, debe recordarse, además, que de acuerdo con lo


dispuesto por el artículo 230 de la Carta, sólo están sometidos, en sus providencias, al
imperio de la ley.

El principio de legalidad de la pena es una garantía para el procesado, y también para


la comunidad, en el sentido de que el Estado impondrá las que hayan sido estatuidas
previamente a la realización de la conducta punible, dentro de los límites
cuantitativos y cualitativos consagrados en la ley, sin que se puedan imponer penas
por arbitrio o imaginación del fallador, que no respeten los parámetros legales, con
quebranto de la igualdad y de la seguridad jurídica.

En el caso concreto, el a quo impuso a (...) la pena principal de 25 años de prisión,


mínima entonces prevista para el delito de homicidio doloso simple, pero fijó la
accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas en 5 años, lo cual fue
confirmado por el Tribunal.

De conformidad con lo que disponían los artículos 44 y 52 del Código Penal vigente
cuando se suscitaron los hechos, para el caso favorable frente al actual (arts. 51 y 52
L. 599 de 2000), la prisión conlleva la interdicción de derechos y funciones públicas,
por lapso igual a la pena principal, sin que pueda superar 10 años.

Al comparar la pena accesoria impuesta con la instituida en la ley, se aprecia que se


tasó en cantidad menor a la que normativamente correspondía, es decir, se
infringieron los preceptos que se acaba de mencionar, con violación del principio de
legalidad de la pena, consagrado en el artículo 29 de la Constitución Política, que
debe ser restablecido, en entendimiento sistemático de la preceptiva constitucional y
lo estatuido en normas como los artículos 13, 228 y 229-1 del Código de
Procedimiento Penal anterior (15, 216 y 217-1 actual), para casar oficiosamente la
sentencia, únicamente en ese aspecto, pues no puede prohijarse la conculcación de la
garantía fundamental de la legalidad. Así, la interdicción de derechos y funciones
públicas se ha de fijar en 10 años, máxima posible, al exceder de ese lapso la prisión.

No puede afirmarse que, al corregir el yerro de las instancias, se esté vulnerando el


principio que proscribe la reformatio in pejus, consagrado en los artículos 31 de la
Constitución y 17, 217 y 227 del anterior Código de Procedimiento Penal (204 y 215
actual), ya que ella parte de la base de haber sido respetado el primordial principio,
también constitucional, de la legalidad de la pena. No se trata de que uno prevalezca
sobre otro, sino que aquél derecho se adquiere una vez éste ha tenido cabal
cumplimiento; así se armonizan los dos preceptos, sin que el primero impida la
aplicación del segundo, pues es obligación del administrador de justicia hacer
operante la norma superior pertinente e imponer su acatamiento.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 22/10/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente respecto
a pena
accesoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : TUBERQUIA PULGARIN, DARIO DE JESUS
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10081

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Sentencias de constitucionalidad: Estado de Derecho/ TRANSITO


DE LEGISLACION-Procedimiento aplicable para la interposición de la
casación/ CASACION DISCRECIONAL-Garantías fundamentales

En presencia del fallo de inexequibilidad, el Tribunal de Pereira volvió a las


pertinentes normas del Decreto 2700 de 1991, derogadas por la Ley 553, en cuanto
consideraban la casación como un recurso extraordinario. Este proceder resulta
sustancialmente correcto, si se tienen en cuenta las siguientes reflexiones:

La Ley 553 de 2000, que entró a regir el 15 de enero del mismo año, introdujo
modificaciones al capítulo VIII del Título IV del Libro Primero del Decreto 2700 de
1991, relacionado con la casación, y entre otras, en vista de que el instituto dejaba de
ser un "recurso extraordinario" y procedía contra "sentencias ejecutoriadas"
proferidas en segunda instancia por los tribunales, suprimió el anterior término de
quince (15) días para interponer la impugnación y obviamente varió las condiciones
para empezar a correr el término de treinta (30) días destinado a presentar la
demanda, pero se conservó en su cantidad (artículos 1° y 6°).

Ocurre que la sentencia C-252 de 2001 (28 de febrero) declaró inexequibles los
incisos primero y segundo del artículo 223 del Código de Procedimiento Penal
(Decreto 2700 de 1991), tal como fueron modificados por el artículo 6° de la Ley 553,
así como los mismos apartados del artículo 210 de la Ley 600 de 2000 (Nuevo Código
de Procedimiento Penal). Esta última determinación fue adoptada en vista de la
unidad normativa, porque las mismas disposiciones de la ley 553 fueron reproducidas
en el estatuto procesal penal vigente.

Para la fecha del fallo de inconstitucionalidad, todavía no estaba en vigencia la Ley


600 de 2000, pues ella se previó a partir del 25 de julio de 2001, conforme con lo
señalado en el artículo 536.

En relación con los efectos del fallo de inexequibilidad, la Corte Constitucional ha


señalado que reviven las normas que habían sido derogadas por la disposición que
declarada contraria a la Constitución, siempre y cuando en su confrontación no
aparezca igualmente reñida con el texto fundamental, situación que no puede ocurrir
cuando el fenómeno sea el de la derogación de la norma derogatoria, pues allí tendría
plena vigencia la prohibición del artículo 14 de la Ley 153 de 1887. Así por ejemplo,
en la sentencia C-145 de 1994, dijo la Corporación:

"Los anteriores razonamientos jurídicos dilucidan cualquier duda que pudiera surgir
de la presunta aplicación del artículo 14 de la Ley 153 de 1887, por cuanto esa norma
regula efectos de derogatoria de leyes y no de inexequibilidades. Si en verdad, hay
similitudes entre estas figuras, en cuanto al efecto erga omnes y respecto a que en
principio la vigencia es profuturo, salvo casos especiales , por el contrario, la
derogatoria es un fenómeno de teoría legislativa donde no sólo juega lo jurídico sino
la conveniencia político-social, mientras la inexequibilidad es un fenómeno de teoría
jurídica que incide tanto en la vigencia como en la validez de la norma. Luego, dentro
del ordenamiento jurídico no es lo mismo inexequibilidad que derogación.

"Si la inexequibilidad de la ley no restaura "ipso jure" la vigencia de las normas que la
ley inconstitucional considera como derogadas, habría que concluir que el mecanismo
de control se tornaría ineficaz y esta equivocada conclusión vulneraría la supremacía
de la Constitución y la guarda de la misma ( artículos 4º y 241 C.P.). Por consiguiente,
cualquier tesis que atente contra los efectos naturales del control constitucional debe
ser rechazada".

Pues bien, el artículo 4° de la Constitución Política dispone:

"La constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la


Constitución y la ley y otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones
constitucionales.

"Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la Constitución y


las leyes, y respetar y obedecer a las autoridades".

Y en cuanto al artículo 241, el encabezamiento señala nítidamente que "a la Corte


Constitucional se le confía la guarda de la integridad y supremacía de la
Constitución…".

76
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De modo que la Constitución Política de Colombia, en cuanto diseña un Estado social


y democrático de Derecho, no sólo representa un valor directamente normativo, sino
que constituye la cabeza y la clave de la composición y unificación del ordenamiento
jurídico. Igualmente, cuando la Corte Constitucional profiere un fallo de exequibilidad
o de inexequibilidad, no sólo declara la supremacía de la Constitución sino que
mantiene su integridad y con ella la del ordenamiento jurídico, pues éste en el Estado
de Derecho se halla encabezado y nutrido en su esencia por la Carta Fundamental.

Así pues, sería absurdo pensar que la Corte Constitucional, como guardiana de la
integridad del texto fundamental, llegara a generar vacíos en el ordenamiento jurídico
cuando retira normas que son incompatibles con él, dado que no faltarán
disposiciones de la propia Carta que permitan su aplicación directa, preceptos
vigentes que regulen materias semejantes (sin perjuicio de la favorabilidad), e
inclusive puede acudirse a las normas derogadas por las que fueron declaradas
inexequibles, si ellas reflejan el espíritu y sentido constitucional, pues sería una
manera de reintegrar la unidad del ordenamiento jurídico quebrantada por las reglas
que se excluyen en el juicio de constitucionalidad de la Corte.

Tal es el sentido de los artículos 8 y 48 de la Ley 153 de 1887, cuando se refieren a la


plenitud y coherencia del orden jurídico, que cobran renovado vigor en un Estado de
Derecho regido por una Constitución prevalente y con mecanismos y organismos
destinados a preservar su integridad, de tal manera que la segunda disposición
amenaza con juicio de responsabilidad a "los jueces o magistrados que rehusaren
juzgar pretextando silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley…".

En este caso, la reviviscencia de las normas derogadas resulta más imperativa aún,
porque ellas catalogaban a la casación como recurso extraordinario, y a la Corte
Constitucional en la mencionada sentencia C-252 de 2001 le pareció que:

"En la Constitución colombiana, como ya se ha expresado, no se señala expresamente


que la casación es un recurso extraordinario; sin embargo, así habrá de catalogarse,
pues al momento de expedirse dicho ordenamiento (julio 7/91) había sido concebida y
regulada por el legislador con ese carácter y, por consiguiente, la referencia
constitucional estaba encaminada a reiterar la naturaleza de dicha figura jurídica tal
como había sido reglamentada por el legislador de la época" (pág. 57).

De modo que, independientemente de lo absurdo, artificioso e invertido que


representa poner a la legislación preexistente a la Constitución a iluminarle a ésta
una idea que ella no manifiesta expresamente ni de manera implícita (casación como
recurso extraordinario), porque en ese sentido la Carta permaneció neutral y todo lo
dejó librado a la facultad constitucional de configuración del legislador, lo cierto es
que no puede perderse de vista que la confusa premisa resultó ser una ratio
decidendi del fallo de inconstitucionalidad de los artículos 1° y 6°, incisos 1° y 2° de la
Ley 553 de 2000. Así las cosas, las normas de los artículos 223 y 224 del Decreto
2700 de 1991, parcialmente derogadas o modificadas por la Ley 553, reviven no tanto
porque se pretenda darle efectos a disposiciones expresamente sacadas por el
legislador del escenario jurídico (sin enfrentar problemas de favorabilidad y
ultractividad), sino porque, ante la sensación de vacío normativo, son las que en
sentir de la Corte Constitucional reflejan el espíritu constitucional.

Sin embargo, queda otro escollo por resolver: los preceptos de la Ley 553 que
modificaron los artículos 223 y 224 del Decreto 2700 de 1991, a su vez fueron
sustituidos por el artículo 210 de la Ley 600 de 2000, y éste también fue declarado
inexequible parcialmente antes de que entrara en vigencia. De modo que, declarada
la inconstitucionalildad de la norma de la Ley 600, lógicamente debería revivir la de la
Ley 553 (si hubiere lugar a ello), que fue la derogada por la primera.

Con todo, en vista de que la Corte Constitucional declaró la existencia de unidad


normativa entre las disposiciones pertinentes de las leyes 553 y 600 de 2000, porque
unas reprodujeron a las otras, lo obvio es que entendidas ellas como un solo
precepto, también habrá de concluirse que ambas tuvieron como único precedente
legislativo más inmediato los artículos 223 y 224 del Código de Procedimiento Penal
de 1991, cuya vigencia debe restaurarse ipso iure. Por otra parte, como quiera que la
sentencia C-252 de 2001 apenas declaró inconstitucionales algunas normas de la Ley
600 de 2000, dejando incólume la de su vigencia diferida por un año (art. 536), ha de
considerarse que el efecto revivificante sólo se produce llegado el momento de vigor
del estatuto procesal completo del cual se extrajo la norma por inexequibilidad.

77
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Finalmente, en razón de la jerarquía normativa que gobierna el Estado de Derecho, a


partir de la norma normarum o fuente de las fuentes que es la Constitución, lo más
lógico, en primer lugar, era tratar de rehabilitar las normas derogadas que, según el
criterio de la Corte Constitucional, estaban ungidas del espíritu supremo de "recurso
extraordinario" que trasunta la Carta Fundamental, en lugar de la aplicación remisiva
del Código de Procedimiento Civil intentada como solución al vacío en otros ámbitos,
en vista de los desajustes operacionales que significaría tratar de conciliar el
procedimiento de la casación en materia civil con las disposiciones que quedaron
vigentes en materia de casación penal.

2. El carácter excepcional de la casación discrecional, máxime que ésta igual


conserva su naturaleza de recurso extraordinario, implica que el escrito de
fundamentación debe probar sumariamente de entrada una agresión directa a los
derechos fundamentales invocados (debido proceso y defensa), porque éstos son
medios para buscar la sentencia y no fines de la misma. Así entonces, las
discrepancias sobre la apreciación probatoria que hizo el juzgador, salvo que se
demuestre ausencia de motivación en el fallo, no pueden abanderarse como violación
el debido proceso o del derecho de defensa, porque son el resultado de una justa
democrática de contradicción que concreta el juez en ejercicio de su libre y racional
capacidad juzgadora.
...

No muestra la recurrente un agravio directo a los derechos supuestamente


transgredidos (libre desarrollo, igualdad e intimidad), porque todo lo hace depender
de un desacuerdo con la ponderación judicial de los medios probatorios. Además, a
pesar de que la misma impugnante reconoce que la libre elección de un modo de vida
está condicionada a que no se irroguen perjuicios a terceros, ninguna reflexión aporta
sobre el daño ocasionado a los menores, como si sólo interesara la convivencia con su
pareja homosexual.

Por último, carece de la más mínima argumentación la efectista afirmación de que la


acusada (...) fue condenada por su condición de homosexual, por pertenecer a una
minoría social, y no por el detrimento ocasionado a los infantes, quienes, a
consciencia y voluntad de las acusadas, fueron expuestos a presenciar sus
espectáculos de relaciones homosexuales.

Ya la Corte ha declarado la improcedencia de este modo de sustentar el interés para


acudir a la casación discrecional, según lo expuesto en el auto del 27 de octubre de
2000, adoptado con ponencia de quien ahora cumple igual función. Se expresó
entonces:

"Pues bien, ambas demandas tienen en común el propósito de vincular supuestos


errores en la apreciación de las pruebas con la violación al derecho fundamental del
debido proceso, como lo hace la primera en el segundo cargo y lo ensaya la segunda
en su censura única. Sin embargo, todo lo que exteriorizan los impugnantes es su
desacuerdo con el valor otorgado por el juzgador a los medios probatorios, y en
manera alguna la ausencia de una mínima actividad probatoria de cargo o de
descargo producida con las garantías procesales, o la falta de motivación en cuanto al
valor de las pruebas, dos de las alternativas previsibles de un reproche por
vulneración del debido proceso por tales vías, pues cosa distinta es que las partes no
compartan las justificaciones de la decisión.

"La obligación de motivar las decisiones judiciales se constituye, en la mayoría de los


ordenamientos jurídicos modernos, en un elemento definitorio de la función judicial,
pues sería la única manera de propiciar el control racional interno y externo de las
mismas, como ingrediente fundamental del Estado de Derecho. Con todo, no han
expresado los demandantes que no existe justificación racional o que la motivación es
contradictoria, sino que se apartan del valor razonablemente negado por la judicatura
a ciertos testimonios que ellos estiman de interés para sacar avante su hipótesis
explicativa de los hechos".

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
FECHA : 22/10/2001
DECISION : No admite el recurso discrecional presentado

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial


CIUDAD : Pereira
PROCESADO : ALZATE MOLINA, LUZ MILA
DELITOS : Acto sexual con menor de 14 años
PROCESO : 18582

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. NILSON PINILLA PINILLA

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COLISION DE COMPETENCIA-Tráfico ilegal de armas de uso privativo de las


fuerzas armadas/ TRAFICO DE ARMAS DE USO PRIVATIVO DE LAS
FUERZAS MILITARES/ COMPETENCIA/ PORTE ILEGAL DE ARMAS DE
DEFENSA PERSONAL

Como fácilmente se advierte de la simple confrontación de los textos sustantivos con


el numeral 5º. del artículo 5º. transitorio del Código de Procedimiento Penal*, la
previsión que esta norma de competencia contiene no corresponde exactamente a los
títulos ni a los contenidos de los artículos 365 y 366 del Código Penal** , pues en la
denominación de estos también se hace referencia al porte y en su desarrollo,
además de esos tres comportamientos (fabricación, tráfico y porte), a la importación,
transporte, almacenamiento, distribución, venta, suministro, reparación, conservación
y adquisición de explosivos o municiones y armas tanto de defensa personal como de
uso privativo de las fuerzas armadas, según el caso.

Si la intención del legislador hubiese sido la de asignar la competencia para conocer


de todas estas conductas al juez penal de circuito especializado, es apenas evidente
que por lo menos hubiera incluido el título completo de los artículos en cuestión o que
hubiera remitido simplemente a la norma sustantiva, como hizo por ejemplo a
propósito de los delitos descritos en los artículos 375, 376, 377 y 382 (numerales 8º.,
9º., 10º. Y 11º. del artículo 5º. del Código de Procedimiento Penal). Algún sentido debe
tener, entonces, la exclusión que en ese numeral 5º. hizo de la palabra "porte"
respecto de los artículos 365 y 366 y de la expresión "armas de fuego" contenida en
la denominación del artículo 365.

Si la intención del legislador hubiese sido la de asignar la competencia para conocer


de todas estas conductas al juez penal de circuito especializado, es apenas evidente
que por lo menos hubiera incluido el título completo de los artículos en cuestión o que
hubiera remitido simplemente a la norma sustantiva, como hizo por ejemplo a
propósito de los delitos descritos en los artículos 375, 376, 377 y 382 (numerales 8º.,
9º., 10º. Y 11º. del artículo 5º. del Código de Procedimiento Penal). Algún sentido debe
tener, entonces, la exclusión que en ese numeral 5º. hizo de la palabra "porte"
respecto de los artículos 365 y 366 y de la expresión "armas de fuego" contenida en
la denominación del artículo 365.

En consecuencia, conclúyese de lo dicho que los jueces penales de circuito


especializados no conocen de las conductas del artículo 365 relacionadas con armas
de fuego de defensa personal ni de las referentes al porte de municiones para ellas ni
de explosivos, como tampoco de las conductas de porte de armas y municiones de
uso privativo de las fuerzas armadas previstas en el artículo 366 del Código Penal.

Sin embargo, el hecho de que en el citado numeral 5º. del artículo 5º. no se hubieran
incluido otros comportamientos como la importación, el transporte o el
almacenamiento de explosivos y de armas de uso privativo de las fuerzas armadas y
municiones de cualquier naturaleza, no implica que la competencia para juzgarlos
esté asignada a los jueces penales de circuito, pues ninguna razón lógica habría para
que ilicitudes de igual gravedad que la fabricación o el tráfico no sean del
conocimiento de los jueces especializados, establecidos precisamente para atender
los asuntos de mayor entidad.

Así lo dijo la Sala en reciente providencia*** , en la que precisó:

79
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"En consecuencia, de las conductas contempladas en el transcrito artículo 365, son de


competencia del juez penal del circuito especializado, la fabricación y tráfico de
municiones (de armas de defensa personal) y de explosivos, entendida en la
expresión "tráfico", la importación, el transporte, el almacenamiento, la distribución,
la venta, el suministro y la reparación. Y son de competencia del juez de circuito, el
porte de municiones (para armas de defensa personal), de explosivos y de armas de
fuego de defensa personal, así como la fabricación y el tráfico de esta última clase de
armas, entendida en la expresión "tráfico", la importación, el transporte, el
almacenamiento, la distribución, la venta, el suministro y la reparación.

"De las conductas a que se refiere el artículo 366, ibídem, son de competencia del
juez penal del circuito especializado, la fabricación y el tráfico de armas de fuego de
uso privativo de las Fuerzas Militares y de municiones para las mismas, entendiendo
en la expresión "tráfico", la importación, la reparación, el almacenamiento, la
conservación, la adquisición y el suministro.

"Y son de competencia del juez del circuito, el porte de armas de uso privativo de las
Fuerzas Armadas y de municiones para las mismas".

Como en este caso al señor (...) se le convocó a juicio, entre otras conductas, por la de
conservar una granada de fragmentación que, de acuerdo con lo previsto por el literal
g) del artículo 8º. del Decreto 2535 de 1993, se considera como arma de guerra o de
uso privativo de la fuerza pública, la competencia le corresponde al Juzgado Segundo
Penal del Circuito Especializado de Medellín por cuanto ese comportamiento, como se
acaba de reiterar, queda comprendido dentro de la expresión "tráfico" a que alude el
numeral 5º. del artículo 5º. transitorio del Código de Procedimiento Penal.

________________________
* "ART. 5º. Competencia de los jueces penales del circuito especializados. Los jueces
penales del circuito especializados conocen, en primera instancia: … 5. De los delitos
de fabricación y tráfico de municiones o explosivos (C.P. art. 365); fabricación y tráfico
de armas de fuego y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas (C.P. art.
366)".
**"ART. 365. Fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones. El que sin
permiso de autoridad competente importe, trafique, fabrique, transporte, almacene,
distribuya, venda, suministre, repare o porte armas de fuego de defensa personal,
municiones o explosivos, incurrirá en prisión de uno (1) a cuatro (4) años. (…)".
"ART. 366. Fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las
fuerzas armadas. El que sin permiso de autoridad competente importe, trafique,
fabrique, repare, almacene, conserve, adquiera, suministre o porte armas o
municiones de uso privativo de las fuerzas armadas, incurrirá en prisión de tres (3) a
diez (10) años. (…)".
*** Auto del 28 de septiembre de 2001, radicado 18.711, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba
Poveda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 24/10/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 2 P. C. E. de
Medellín
PROCEDENCIA : Juzgado 3 P. C.
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GALEANO MORA, FREDY ARMANDO
DELITOS : Violaciòn al Decreto 3664/86, Violación a la Ley
30/86,
Fabricación, tráfic. y port. de armas de F.M.
PROCESO : 18836

PUBLICADA : Si

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80
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PECULADO POR APROPIACION-Cheques/ PECULADO POR APROPIACION-


Consumación/ SENTENCIA ANTICIPADA-Responsabilidad civil/ APELACION-
Sustentación oral/ PARTE CIVIL/ SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para
recurrir-Irretractabilidad

1. Acusa al Tribunal de haber dictado sentencia en un juicio viciado de nulidad, por


incompetencia del juez de primera instancia, ya que para establecer el funcionario
competente, no se tuvo en cuenta el lugar donde culminaron los hechos. Agrega que
si bien a la oficina de la Tesorería de Sibaté le fueron entregados varios cheques,
estos deben considerarse como órdenes de pago y no como dinero circulante, razón
por la cual, a su juicio, la sustracción de esos títulos valores en manera alguna
constituye un menoscabo patrimonial de dicha entidad del Estado, ya que sólo se
puede predicar un perjuicio cuando los citados instrumentos se hacen efectivos, lo
que ocurrió en Bogotá, por lo que no se cumplió con lo estipulado en el artículo 80 del
C. de P. Penal, que dispone que conocerán los jueces del lugar donde se cometió el
último acto consumativo.

Ninguna razón le asiste al casacionista cuando asevera que la competencia para


conocer del proceso 2293 era de los jueces de Bogotá, por lo que la censura no puede
prosperar.

En efecto, en el citado proceso se estableció que en el mes de julio de 1995, como


pago de impuestos, la compañía Eternit Colombiana S.A. entregó a la Tesorería
Municipal de Sibaté un cheque por valor de $75.316.033,oo, título valor que luego de
ser ilícitamente sustraído, fue cobrado en el Banco de Occidente, sucursal Santa
Bárbara, de Bogotá, el que expidió dos cheques a nombre de Luis Mery Camacho
Párraga, hermana del procesado. Igual situación sucedió con el cheque por valor de
$1"240.700,oo instrumento que había entregado el ciudadano José Rafael Mayorga
Luque a la citada oficina pública, en el mismo mes y por razón de un contrato de
concesión.

En lo relativo al proceso radicado bajo el numero 649, se observa que la empresa


Hardys S.A. giró a la Secretaría de Hacienda de dicha localidad un cheque por valor
de $5.147.367,oo, por concepto del pago de impuestos de industria y comercio, el
que también ilícitamente pasó a manos del procesado Camacho Párraga, quien
posteriormente lo hizo efectivo.
Teniendo en cuenta estos supuestos fácticos, resulta evidente para la Sala que el
libelista confunde la consumación del delito con su agotamiento para efectos de
establecer la competencia de los juzgadores. Es claro que el punible de peculado por
apropiación es de carácter instantáneo, como quiera que se consuma cuando el bien
público es apropiado, es decir, cuando mediante un acto externo de disposición de la
cosa o de incorporación de ella al patrimonio, se evidencia el ánimo de detentarla.

Así, entonces, en nada desnaturaliza el comportamiento punible del procesado el


hecho de que los citados títulos valores, habiendo sido sustraídos de la Tesorería del
Municipio de Sibaté, se hubiesen cobrado en lugares distintos a la jurisdicción de esta
localidad, toda vez que fue allí donde tuvo lugar la apropiación, ya que mediante la
sustracción de esos bienes públicos se evidenció el ánimo apropiatorio, por lo que el
adelantamiento del juicio correspondía a los juzgados penales del circuito de Soacha.

2. Resulta evidente que el censor equivocó la vía de ataque, toda vez que el mentado
numeral 5° del artículo 37B del C. de P. Penal, modificado por el 12 de la Ley 365 de
1997, vigente para la época en que se profirió el fallo de segunda instancia y que
excluía lo referente a la responsabilidad civil en los casos de sentencia anticipada, por
ser una norma de contenido sustancial, debió impugnarse en casación por el sendero
del cuerpo primero de la causal primera, es decir, violación directa de la ley
sustancial, pues se está frente a un error in iudicando y no in procedendo, no
pudiéndose olvidar que este último atañe a los aspectos relacionados con la
estructura del proceso y las garantías de los sujetos procesales, mientras que en el
primero el reparo está circunscrito a la selección de la norma sustantiva o a su
interpretación.

3. Sostiene que como quiera que en el presente proceso se profirió sentencia


anticipada y el numeral 5° del artículo 37B del C. de P. Penal excluía lo relativo a la

81
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

responsabilidad civil, es decir, lo atinente, en este caso, a la parte civil, dicho sujeto
procesal no podía haber intervenido como tal en la diligencia de sustentación oral del
recurso de apelación interpuesto contra el fallo de primera instancia, por lo que se
incurrió en una irregularidad que desconoció el debido proceso.

Por falta de técnica y de razón, el reproche está condenado al fracaso, así.

No muestra la trascendencia del vicio, es decir, cómo la intervención de la parte civil


en la diligencia de sustentación oral del recurso de apelación interpuesto contra la
sentencia anticipada de primer grado, socavó la estructura del proceso ni cómo
incidió en las conclusiones adoptadas en el fallo, al punto que la única manera de
remediar el yerro sea invalidando lo actuado.

Además, en ninguna irregularidad se incurrió, ya que cuando se realizó la citada


diligencia de sustentación oral del recurso de apelación (13 de febrero de 1997), la
ley autorizaba la intervención de la parte civil, pues el numeral 5° del artículo 37B del
C. de P. Penal, vigente para la época, no había sido modificado por el 12 de la Ley 365
de 1997, que entró a regir el 22 de febrero de esa anualidad, lo que implica que la
actuación de dicho sujeto procesal se ajustó a las previsiones legales.

4. En lo que concierne a la segunda censura, en la que denuncia una supuesta


violación al derecho de defensa, por cuanto, a su juicio, al procesado no se le
interrogó por uno de los delitos de peculado ni se le resolvió la situación jurídica, ni
existe prueba del mismo, pues fue cometido por (...), carece de interés para
formularla, pues lo aceptó, libre y voluntariamente, en la diligencia de formulación de
cargos, siendo tal admisión irretractable, como lo ha reiterado la Sala, ya que el
procesado renuncia a controvertir la acusación y la prueba exhibida en su contra
como sustento de los cargos aducidos .

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 25/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : CAMACHO PARRAGA, GILBERTO
DELITOS : Peculado por apropiación, Destrucción, supr. y
ocult. de
doc. público
PROCESO : 13355

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FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA/ NULIDAD-Falta de motivación


de la sentencia/ APELACION-Sustentación oral/ SENTENCIA

Quiere señalar la Sala, para finalizar, que cuando se alega en casación como causal
de nulidad la falta de motivación de la sentencia deben tenerse claras las siguientes
precisiones:

- Que los fallos de primera y segunda instancia hacen una unidad inescindible.

- Que la sentencia de segunda instancia tiene como límite de pronunciamiento los


temas de la impugnación.

"El proceso penal, en esencia -dijo la Corte en pasada oportunidad-* es un escenario


de controversia. A través de él el Estado ejercita su derecho de investigar, juzgar y
penar las conductas prohibidas por el ordenamiento jurídico. Esa actividad, sin
embargo, en virtud del principio de legalidad, no puede desarrollarse de manera
arbitraria. La ley establece las reglas de su adelantamiento y a ellas debe sujetarse la
actividad del Fiscal, del Juez y de las partes. Es la manera de ordenar el debate

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

procesal, el cual, adicionalmente, debe encontrarse permanentemente ceñido a los


principios impuestos por la Constitución Nacional, como condición de validez de los
actos del proceso. El derecho del sindicado a la defensa durante toda la actuación
judicial y como expresiones de éste los de contradicción e impugnación, hacen parte
de esas garantías, que de no cumplirse tornan el proceso en inconstitucional,
debiendo acudirse al mecanismo jurídico de la nulidad como forma de saneamiento
de la conculcación.

"La Constitución Política, aunque le permitió excepcionar al legislador, consagró en el


artículo 31 el principio de la doble instancia frente a las sentencias judiciales, bien por
vía de apelación o de consulta. El artículo 29, por su parte, estableció como derecho
fundamental procesal del sindicado el de impugnar la sentencia condenatoria, el cual
naturalmente opera, salvo las excepciones legales (procesos de única instancia),
frente a los fallos que por disposición de la ley deban consultarse. La posibilidad de
acceso a la segunda instancia, sin embargo, está condicionada por la ley. El recurso,
en primer lugar, debe ser interpuesto oportunamente y, en segundo, ser sustentado
por escrito ante la primera instancia o en forma oral ante el superior jerárquico.**

"La fundamentación de la apelación, por el aspecto indicado, es ya un acto


trascendental. No le basta al recurrente afirmar una inconformidad general frente a la
providencia que recurre, sino que le es imperativo concretar aquello de lo que
disiente presentando los argumentos de hecho y de derecho que lo conducen a
cuestionar la determinación impugnada. Sustentar indebidamente, en consecuencia,
es como no hacerlo, y la consecuencia de la omisión es que el recurso se declara
desierto.

"Es claro, entonces, de acuerdo a lo anterior, que la sustentación de la apelación es


una carga del impugnante, que se constituye en un acto condición para acceder a la
segunda instancia. Pero cumplido el requisito, dicha fundamentación -en tanto
identifica la pretensión del recurrente- adquiere la característica de convertirse en
límite de la competencia del superior, en consideración a que sólo se le permite
revisar los aspectos impugnados, de acuerdo a como lo dispone el artículo 217 del
Código de Procedimiento Penal.*** La sustentación, en otras palabras, fija el radio
de acción del funcionario de segunda instancia y es limitativa de su actividad.

"Si los fundamentos de la impugnación establecen el objeto de pronunciamiento del


funcionario de segundo grado y ellos están referidos a discutir los términos y
conclusiones de la decisión de primera instancia, es clara la relación de necesidad
existente entre la providencia impugnada, la sustentación de la apelación y la
decisión del Juez de segunda instancia. Providencia impugnada y recurso, entonces,
forman una tensión, que es la que debe resolver el superior. Se trata de una de las
manifestaciones más decantadas del principio de contradicción o controversia que
rige el proceso penal y que explica el deber legal que tiene el Juez de integrar a la
estructura del fallo el resumen de los alegatos presentados por las partes y el de
analizarlos, de acuerdo a como se encuentra previsto en los numerales 3º y 4º del
artículo 180 del Código de Procedimiento Penal (de 1991).****

"Si el derecho de contradicción hace parte del derecho de defensa y los dos son
elementos que estructuran la garantía del debido proceso constitucional, no oír a las
partes constituye una irregularidad insubsanable, un acto de despotismo
jurisdiccional que socava la esencia controversial del proceso penal y que por lo
mismo no se puede tolerar.

"Si el sujeto procesal tiene la carga de sustentar, se logra el equilibrio con la


imposición al Estado de escucharlo, analizar lo que dice y ofrecerle una respuesta
motivada. La técnica de la casación, por otro lado, no se explica sino en concordancia
con estas exigencias. Una sentencia inmotivada dificulta hasta hacer imposible, la
crítica clara y la impugnación precisa de sus premisas o sus conclusiones. Los
falladores deben comprometerse con el contenido del proceso para que sus análisis
puedan luego ser debatidos en el recurso extraordinario dado que este demanda
atacar sus fundamentos y demostrar la inconsistencia de los juicios de valor allí
formulados".

Es claro, entonces, que de acuerdo con la ley el Juez de 2ª instancia adquiere


únicamente competencia para pronunciarse sobre los aspectos impugnados por el
apelante e igualmente respecto de aquellos inescindiblemente asociados a los
mismos, como lo precisa el artículo 204 de la ley 600 de 2000. En consecuencia,
cuando lo que se censura en casación es la falta de motivación de la sentencia de

83
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

segundo grado, la propuesta debe encontrarse vinculada a la falta de motivación


respecto de los temas de discusión planteados a través del recurso de apelación.

Si la falta de motivación que se plantea está relacionada con puntos que no fueron
tema del recurso de apelación, su demostración debe hacerse necesariamente
confrontando los términos de la sentencia de primera instancia y en este caso, para
contar con interés para recurrir en casación, debe haberse cuestionado ante la
segunda instancia la insuficiencia de motivación del fallo de primer grado.

La propuesta de nulidad por falta de motivación, en cualquier caso, debe versar sobre
aspectos sustanciales del fallo.

La sentencia implica un juicio sobre los hechos y sobre el derecho. A la fijación de los
primeros se llega a través de la realización de juicios de validez y de apreciación de
los medios de prueba, guiados éstos últimos por normas de experiencia, ciencia o
lógica, o reglas que les asignan o niegan un determinado valor. El imperativo
constitucional de fundamentación apunta a que la sentencia comprenda el respectivo
juicio sobre las evidencias probatorias y a que el mismo, de la manera más explícita
posible, sea asertivo y no hipotético. Esto porque si el fallo no es expreso o
terminante sino que se manifiesta de forma ambigua o contradictoria, o se refiere a
las pruebas de manera simplemente enunciativa, obviando su discusión y la
derivación del correspondiente mérito persuasivo, el acto jurisdiccional es defectuoso
en cuanto no es susceptible de ser debatido por los sujetos procesales.

Determinados los hechos vienen las consecuencias jurídicas. Aquí la fundamentación


es igualmente una exigencia constitucional. Y esta implica no solamente el deber del
Juez de expresar sin ambigüedad los argumentos jurídicos de sus conclusiones, sino el
de responder suficiente y explícitamente a los formulados por los sujetos procesales.

Una propuesta de nulidad en casación por falta de motivación de la sentencia,


entonces, debe encontrarse vinculada a la insuficiente o nula fundamentación del
supuesto fáctico que concluyó probado el Juez o de su encuadramiento jurídico, que
son los aspectos que estructuran la sustancialidad de la sentencia.
___________________________________
* Cfr. Sentencia del 15 de marzo de 1999. Radicación 11.279
** La posibilidad de sustentación oral ante la segunda instancia no fue reproducida en
la ley 600 de 2000.
*** Esta disposición del Código de Procedimiento Penal de 1991 corresponde al
artículo 204 de la ley 600 de 2000.
**** Iguales requisitos establece el artículo 170 de la ley 600 de 2000.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 25/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : AVILA VELEZ, MAURICIO
DELITOS : Porte ilegal de armas, Tentativa de homicidio
agravado
PROCESO : 14647

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NULIDAD-Técnica en casación/ JUSTICIA PENAL MILITAR-No tiene


competencia para investigar a civiles/ JUSTICIA PENAL MILITAR-
Competencia: Delito relacionado con el servicio/ FUERO/ COLISION DE
COMPETENCIA-La decisión tiene carácter de cosa juzgada/ CAMBIO DE
RADICACION-Especial/ TERRORISMO-Causar terror/ HOMICIDIO CON
FINES TERRORISTAS/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ FALSO RACIOCINIO

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. También se observa como falencia técnica olvidar que, aun cuando se acuda a la
causal tercera, la demanda de casación no es un escrito de libre formulación porque,
como se ha reiterado jurisprudencialmente, la impugnación extraordinaria no es una
tercera instancia y ha de cumplir unos requisitos técnicos legalmente fijados (art. 225
C. de P. P. anterior, 212 actual). Esta Sala, en el proceso de radicación N° 16.463, el
12 de marzo de 2001, con ponencia del Magistrado Jorge Aníbal Gómez Gallego,
expuso:

"Aunque la censura por nulidad permite alguna amplitud en su proposición y


desarrollo, el escrito en el que se invoca no es de libre formulación por cuanto la
demanda, como acontece con las demás causales, debe cumplir con insoslayables
requisitos de claridad y precisión, dado que si se trata de un medio para preservar la
estructura del proceso y las garantías de los sujetos que en él intervienen, quien la
aduzca no sólo debe acatar los principios que rigen la casación, sino que también ha
de correr con la carga de una adecuada sustentación, dejando claramente establecido
entre otros aspectos, el motivo de la nulidad, la irregularidad sustancial que alega, la
manera como ésta socava la estructura del proceso o afecta las garantías de las
partes, la incidencia trascendente en el fallo, con la demostración de que de no
haberse incurrido en ella otra hubiera sido la decisión, así como también el
señalamiento del momento procesal en que queda el proceso luego de invalidar la
actuación viciada."

2. Al amparo de la causal tercera de casación, se predica que el juicio está viciado de


nulidad, por incompetencia funcional de la justicia ordinaria y desconocimiento de
corresponder a la Penal Militar, reproche al que se unen los defensores de (...),
quienes estiman que estos civiles también debieron ser juzgados por la especialidad
castrense, porque los delitos por los cuales fueron condenados les fueron imputados
como auxiliadores de los miembros de la Fuerza Pública.

Razón tiene la representación del Ministerio Público, en cuanto carece de sustento


legal y constitucional que civiles puedan ser sometidos a una jurisdicción que
expresamente los excluye, ya que la Constitución Política de 1991, bajo cuyo amparo
se adelantó la etapa del juicio, descarta categóricamente esa posibilidad, aún en
estado de excepción, como se lee en el inciso final de su artículo 213: "En ningún
caso los civiles podrán ser investigados o juzgados por la justicia penal militar",
disposición que deja sin mínima base la alegación de nulidad por tan supuesta
incompetencia funcional.

Por el contrario, por carecer de relación alguna con el servicio que está a cargo de las
fuerzas del orden los comportamientos enrostrados, constitutivos de terrorismo,
también los oficiales del Ejército y de la Policía Nacional fueron investigados y
juzgados por la jurisdicción común, de conformidad con la previsión del artículo 221
de la Carta Política, modificado por el Acto Legislativo N° 02 de 1995, que sustituyó el
170 de la anterior Constitución y enfatiza que "De los delitos cometidos por los
miembros de la Fuerza Pública en servicio activo, y en relación con el mismo servicio,
conocerán las cortes marciales o tribunales militares, con arreglo a las prescripciones
del Código Penal Militar".

Siendo palmario que el cargo de nulidad, por supuesta incompetencia, planteado por
la defensa de los civiles MONSALVE MONSALVE y RUIZ VILLA, no prospera, tampoco
tendrá el resultado que se demanda en los libelos a nombre de los oficiales.

Tal pretensión fue invocada ante el Juzgado Regional, que la negó en la sentencia de
primera instancia, por haber sido un tema debatido y definido por la Corte Suprema
de Justicia e irregularmente reobservado por el Consejo Superior de la Judicatura, Sala
Jurisdiccional Disciplinaria, quedando la entonces llamada justicia regional con la
competencia para conocer del delito de terrorismo, por el que habían sido convocados
a juicio los miembros de la Fuerza Pública a que se ha venido efectuando alusión.

El Tribunal Nacional, al examinar este aspecto, se abstuvo de considerar la solicitud


de anulación, apoyándose en providencia de esta Sala de fecha 9 de julio de 1990, M.
P. Edgar Saavedra Rojas, referida a que cuando se dirime un conflicto de competencia,
"el funcionario provocado o su superior funcional, ha de decidir, en definitiva, a quien
corresponde el adelantamiento de la actuación, en decisión que no es susceptible de
recursos y que hace tránsito a ejecutoria material, esto es, se convierte en ley del
proceso inmodificable, a no ser que por cualquier motivo cambien las circunstancias
materiales o legales que dan origen al juzgamiento".

85
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Tal como se destacó en el acápite de "ANTECEDENTES PROCESALES" de este fallo, si


la Corte mediante auto de fecha 15 de febrero de 1989, definió la colisión de
competencias suscitada entre la Justicia Penal Militar y la entonces denominada de
Orden Público, manifestando que en relación con los oficiales hasta ese momento
acusados de terrorismo, "ninguna relación guarda con la prestación del servicio ni con
la función militar", aunque esa imputación se concretaba, en el respetivo estado
procesal, a los vinculados ALEJANDRO LONDOÑO TAMAYO, EDGARDO ALFONSO
HERNÁNDEZ NAVARRO y JORGE ELIÉCER CHACÓN LASSO, decisión adoptada según las
previsiones del artículo 170 de la Constitución entonces vigente, al no haber variado
el fundamento de la competencia en el artículo 221 de la Carta actual, esa decisión
tenía carácter de cosa juzgada, con fuerza vinculante.

No podía ser desconocida por los juzgadores, mucho menos cuando el delito de
terrorismo imputado a los miembros de la Fuerza Pública no se circunscribió
únicamente a los hechos ocurridos el 11 de noviembre de 1988, sino a los realizados
desde el mes anterior en Segovia, "por su actuación encaminada a sembrar la zozobra
y perturbar la paz pública, y el sosiego de la población de Segovia, con la elaboración
de panfletos, graffittis y la realización de actos amenazantes contra la ciudadanía"
(negrilla fuera de texto, f. 4 cd. Corte).

Esa definición de competencia tuvo como fundamento el artículo 170 de la


Constitución de 1886, pero sus presupuestos no variaron en el 221 de la Carta Política
de 1991, cuyo alcance, como bien lo acotó la representante del Ministerio Público, fue
precisado por la Corte Constitucional en sentencia C-358 de 1997, análisis concretado
por esta Sala en sentencia del 21 de febrero de 2001, radicación 12.308, siendo
ponente el Magistrado Jorge Aníbal Gómez Gallego, así:

"Conforme a la interpretación restrictiva que se impone en este campo, un delito está


relacionado con el servicio únicamente en la medida en que haya sido cometido en el
marco del cumplimiento de la labor -es decir del servicio- que ha sido asignada por la
Constitución y la ley a la Fuerza Pública...

La expresión "relación con el mismo servicio", a la vez que describe el campo de la


jurisdicción penal militar, lo acota de manera inequívoca. Los delitos que se investigan
y sancionan a través de esta jurisdicción no pueden ser ajenos a la esfera funcional
de la fuerza pública. Los justiciables son únicamente los miembros de la Fuerza
Pública en servicio activo, cuando cometan delitos que tengan "relación con el mismo
servicio". El término "servicio" alude a las actividades concretas que se orienten a
cumplir o realizar las finalidades propias de las fuerzas militares -defensa de la
soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y el orden
constitucional- y de la policía nacional -mantenimiento de las condiciones necesarias
para el ejercicio de los derechos y libertades públicas y la convivencia pacífica-."

Allí mismo agregó la Corte Suprema, en cuanto a los presupuestos para ser cobijado
por la Justicia Penal Militar:

"Tal definición, según el fallo de constitucionalidad examinado, exige tres precisiones:

a) Que el hecho punible debe surgir como una extralimitación o un abuso de poder
ocurrido en el marco de una actividad conectada con una función propia del cuerpo
armado;

b) Que en el caso de conductas punibles de inusitada gravedad, por ser abiertamente


contrarias a la función constitucional de la fuerza pública, de una vez se rompe el
nexo funcional del agente con el servicio; y

c) Que la relación del hecho punible con el servicio debe surgir claramente de las
pruebas que obran en el proceso."

Por ello, no deja de sorprender la decisión del Consejo Superior de la Judicatura, Sala
Jurisdiccional Disciplinaria, que el 18 de febrero de 1997, volviendo a dirimir una
colisión de competencia, esta vez suscitada de manera irregular, mediante la cual
aunque mantuvo incólume la competencia para continuar investigando el delito de
terrorismo en la justicia regional, consideró que los delitos de concierto para delinquir,
homicidio y lesiones con fines terroristas, perpetrados el 11 de noviembre de 1988,
podían tener relación con la omisión de apoyo a la ciudadanía, encuadrable en un
delito per se, inherente a ese servicio, en lo referente a los punibles atribuidos a los

86
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

miembros de la Fuerza Pública, y directamente envió los cuadernos de copias al


Comando de la XIV Brigada del Ejército, para dar cumplimiento a lo ordenado.

Pero eso ya fue determinado así por el órgano ahora llamado a desatar esa clase de
colisiones de competencia. Con todo, si la justicia ordinaria mantuvo la obligación de
juzgar a los integrantes de las Fuerzas Armadas por el delito de terrorismo, mal puede
admitirse que por la cesación de procedimiento a su favor por el delito de cobardía,
ese sí de naturaleza eminentemente castrense, al igual que por el concurso de delitos
de concierto para delinquir, homicidios y lesiones personales con fines terroristas,
relativos a lo acaecido el 11 de noviembre de 1988, se haya desconocido el principio
non bis in ídem o el de la cosa juzgada.

Los actos encuadrados en el terrorismo difieren de los otros, y aunque puedan


concurrir según el precepto que define esa conducta ilícita, ya fue definida la
competencia, sin poderse desconocer que habiendo sido vinculados por ese delito los
oficiales acusados en el presente proceso, no obstante que en un principio la medida
de aseguramiento no hubiera afectado a todos los indagados, tampoco se les cesó
procedimiento, lo que implica que continuaban vinculados a la investigación
pertinente, como en efecto ocurrió.

3. Igualmente, se analizará lo concerniente a la falta de competencia territorial del


Juzgado Regional, a partir de la etapa del juicio, al igual que del Tribunal Nacional y de
la Sala Penal de Descongestión Especializada del Tribunal Superior de Bogotá,
planteada en las demandas en defensa de (...).

Al respecto, también considera la Sala acertado el concepto del Ministerio Público,


porque cuando el Ministro de Justicia cambió de radicación este proceso, mediante
resolución Nº 3519 del 21 de diciembre de 1989, en desarrollo del artículo 81 del
decreto 050 de 1987, lo hizo en virtud de una norma del estatuto procesal penal
entonces vigente que le otorgaba esa competencia:

"Cambio de radicación especial. El Ministro de Justicia, cuando existan serios motivos


para deducir que está en peligro la integridad personal del procesado, podrá variar el
lugar de privación de la libertad o la radicación del juzgamiento que se siga contra los
oficiales, suboficiales o agentes de la Policía Nacional,... aún cuando no se reúnan las
condiciones generales establecidas para el cambio de radicación."

De la lectura de este artículo, no se deduce que tal cambio de radicación fuese viable
únicamente en la etapa sumarial, y que en el juicio no hubiera lugar a aplicar tal
decisión, porque la norma hace relación al "juzgamiento" en forma abstracta,
precepto que estuvo vigente hasta el 1° de julio de 1992, cuando entró a regir el
decreto 2700 de 1991.

Claro está que ese cambio legislativo de ninguna manera le quitaba eficacia a la
determinación ministerial, regularmente proferida en la vigencia de tan excepcional
facultad.

Entre tanto, se habían proferido los decretos 2490 de 1988 (específicamente, art. 7°),
en lo relacionado con los delitos de competencia de la jurisdicción de Orden Público, y
2790 de 1990 (art. 17) adoptado como legislación permanente por el 2271 de 1991
(art. 3°), manteniendo esa competencia especial para cambio de radicación, entre
otros casos, en orden a proteger la seguridad del procesado, que fue la base de
aquella determinación.

4. El delito de terrorismo fue definido por el artículo 187 del decreto 100 de 1980,
modificado por el 1º del decreto 180 de 1988, adoptado como legislación permanente
por el 4º del decreto 2266 de 1991, así:

"Terrorismo.- El que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a la


población o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida, la
integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o medios de
comunicación, transporte, procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices
valiéndose de medios capaces de causar estragos incurrirá en prisión de diez (10) a
veinte (20) años y multa de diez (10) a cien (100) salarios mínimos mensuales, sin
perjuicio de la pena que le corresponda por los demás delitos que se ocasionen con
este hecho.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Si el estado de zozobra o terror es provocado mediante llamada telefónica, cinta


magnetofónica, video casete, o escrito anónimo, la pena será de dos (2) a cinco (5)
años y multa de cinco (5) a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales."

Circunstancias de agravación punitiva.- Las penas señaladas en el artículo anterior,


serán de quince a veinticinco (25) años de prisión y una multa de veinte a ciento
cincuenta (150) salarios mínimos mensuales, cuando:
... ... ...

d) El autor o partícipe hubiese sido miembro de las fuerzas militares, Policía Nacional
u organismos de seguridad del Estado."

Tales conductas ilícitas fueron reproducidas por los artículos 343 y 344 de la ley 599
de 2000, incluyendo todos los verbos rectores previstos en el anterior Código Penal,
aunque con variaciones en la pena máxima para las conductas previstas en el inciso
1º del artículo 343 (10 a 15 años de prisión) y en las de las circunstancias de
agravación referidas al mismo (12 a 20 años de prisión), al igual que en la multa.

Así lo analizó esta Sala en providencia de fecha 29 de marzo del año en curso, siendo
ponente el Magistrado Jorge Aníbal Gómez Gallego, radicación 17.264, en relación con
esta ilicitud, al definir una colisión de competencias:

"Luego entonces, causar terror no significa cosa distinta a infundir miedo muy grande
e intenso -como semánticamente definido se tiene dicho vocablo- a través de actos
que quepan catalogarse de terroristas, calificación ésta que necesariamente dice
relación con las circunstancias modales y témporo-espaciales empleadas en la
ejecución del hecho."

5. El delito de terrorismo fue definido por el artículo 187 del decreto 100 de 1980,
modificado por el 1º del decreto 180 de 1988, adoptado como legislación permanente
por el 4º del decreto 2266 de 1991, así:

"Terrorismo.- El que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a la


población o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la vida, la
integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o medios de
comunicación, transporte, procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices
valiéndose de medios capaces de causar estragos incurrirá en prisión de diez (10) a
veinte (20) años y multa de diez (10) a cien (100) salarios mínimos mensuales, sin
perjuicio de la pena que le corresponda por los demás delitos que se ocasionen con
este hecho.

Si el estado de zozobra o terror es provocado mediante llamada telefónica, cinta


magnetofónica, video casete, o escrito anónimo, la pena será de dos (2) a cinco (5)
años y multa de cinco (5) a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales."

Circunstancias de agravación punitiva.- Las penas señaladas en el artículo anterior,


serán de quince a veinticinco (25) años de prisión y una multa de veinte a ciento
cincuenta (150) salarios mínimos mensuales, cuando:
... ... ...

d) El autor o partícipe hubiese sido miembro de las fuerzas militares, Policía Nacional
u organismos de seguridad del Estado."

Tales conductas ilícitas fueron reproducidas por los artículos 343 y 344 de la ley 599
de 2000, incluyendo todos los verbos rectores previstos en el anterior Código Penal,
aunque con variaciones en la pena máxima para las conductas previstas en el inciso
1º del artículo 343 (10 a 15 años de prisión) y en las de las circunstancias de
agravación referidas al mismo (12 a 20 años de prisión), al igual que en la multa.

Así lo analizó esta Sala en providencia de fecha 29 de marzo del año en curso, siendo
ponente el Magistrado Jorge Aníbal Gómez Gallego, radicación 17.264, en relación con
esta ilicitud, al definir una colisión de competencias:

"Luego entonces, causar terror no significa cosa distinta a infundir miedo muy grande
e intenso -como semánticamente definido se tiene dicho vocablo- a través de actos
que quepan catalogarse de terroristas, calificación ésta que necesariamente dice
relación con las circunstancias modales y témporo-espaciales empleadas en la
ejecución del hecho."

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

6. Cabe recordar que esta Sala ha precisado, por ejemplo en sentencia del 20 de
agosto de 1998, radicación 10.297, siendo ponente el Magistrado Fernando E.
Arboleda Ripoll, que el falso juicio de identidad surge "cuando el juzgador al apreciar
la prueba distorsiona su expresión fáctica poniéndola a decir lo que ella
materialmente no dice. Es de carácter objetivo, contemplativo, y su demostración
implica hacer evidente no sólo que los fallos apreciaron la prueba contrariando su
materialidad, sino que este desacierto condujo a una decisión contraria a la ley", en
tanto que el error originado en la valoración probatoria, conocido actualmente como
falso raciocinio, "es de carácter apreciatorio, y su demostración presupone acreditar
que la apreciación realizada por los juzgadores se aparta de los postulados de la
lógica, la ciencia o la experiencia, y que de no haberse presentado, la decisión habría
sido sustancialmente distinta".

Estas clases de yerro deben ser planteadas por la vía del error de hecho, no de
derecho.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 25/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : LONDOÑO TAMAYO, ALEJANDRO
PROCESADO : BAEZ GARZON, MARCO HERNANDO
PROCESADO : VALENCIA VIVAS, HUGO ALBERTO
PROCESADO : CHACON LASSO, JORGE ELIECER
PROCESADO : HERNANDEZ NAVARRO, EDGARDO ALFONSO
PROCESADO : RUIZ VILLA, CARLOS MARIO
PROCESADO : MONSALVE MONSALVE, FRANCISCO ANTONIO DE
JESUS
DELITOS : Homicidio agravado, Concierto para delinquir,
Terrorismo
PROCESO : 18499

PUBLICADA : Si

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CASACION-Causal segunda/ SENTENCIA ANTICIPADA-Constitucionalidad/


INTERDICCION DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS/ CASACION
OFICIOSA

1. Como lo ha reiterado la Sala de Casación Penal de la Corte*, es de la esencia de la


causal segunda que quien la postule acepte, sin cuestionamientos, el cargo o los
cargos plasmados en la resolución acusatoria, porque la denuncia por incongruencia
apunta a que el juzgador respete el marco de la acusación y que retorne la
imputación al ámbito dentro del cual fue formulada. Ni la calificación jurídica, ni la
prueba, pueden ser objeto de impugnación cuando se acude a ella.

Así las cosas, los esfuerzos de la demanda tendientes a desvirtuar la situación de


flagrancia -como bien lo advierte el Procurador Delegado- son ajenos a la causal
invocada, pues cuando arriba a alegaciones de esta especie se aleja de su
planteamiento central, para invadir los linderos de la causal primera; y si ese era su
cometido debió demostrar en capítulos separados que el Tribunal quebrantó
indirectamente la ley sustancial por incurrir errores en la valoración probatoria, y que
debido al influjo de tales desatinos restó los efectos reductores de pena a la
confesión.

En la demanda, esta segunda hipótesis no pasó de ser un enunciado confuso, sin


desarrollo ni profundidad, frente al cual la Sala no puede desplegar ninguna actividad
tendiente a enmendarlo o complementarlo, restringida como se halla su intervención
en esta sede por el principio de limitación que regenta el recurso extraordinario de
casación.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. En cuanto a la aplicación preferencial de la Constitución y la declaratoria de nulidad


solicitada por el Delegado del Ministerio Público, se precisa lo siguiente:

Debido a que la Corte Constitucional mediante sentencia C-425 del 12 de septiembre


de 1996 (M.P. Dr. Carlos Gaviria Díaz), declaró exequible el artículo 3° de la Ley 81 de
1993, que modificó el artículo 37, sentencia anticipada, del Código Penal, Decreto
2700 de 1991, la discusión planteada por el Procurador Delegado no puede subsistir
al interior del proceso penal, en razón de que la definición sobre el asunto tiene
carácter de cosa juzgada constitucional, como lo dispone el artículo 243 de la Carta;
produce efectos erga omnes y vincula a todas las autoridades públicas.

En aquella oportunidad la Corte Constitucional se refirió a la sentencia anticipada


frente a los principios de presunción de inocencia, a los derechos de defensa y
contradicción, a la publicidad del juzgamiento, etc., y encontró que la terminación
abreviada del proceso penal por aplicación de esa figura se ajustaba a la norma
Superior.

Dijo entonces la mencionada Corporación:

"Si en el proceso penal existen suficientes elementos de juicio que permiten


demostrar que la aceptación, tanto de los cargos como de su responsabilidad, por
parte del implicado, son veraces y se ajustan a la realidad, no tiene sentido observar
una serie de ritos procesales para demostrar lo que ya está suficientemente
demostrado. Contar con un sistema judicial eficiente, que no dilate los procesos y
permita resolverlos oportunamente, sin desconocer las garantías fundamentales del
procesado, es un deber del Estado y un derecho de todos los ciudadanos. Una política
criminal que conceda beneficios a quienes actúen observando el principio de lealtad
procesal, logrando además la aplicación de una justicia pronta y cumplida, sin
desconocer ningún derecho o garantía del procesado, no puede tildarse de atentatoria
de los derechos inalienables del individuo. "

De suerte que a lo resuelto por la Corte Constitucional debe estarse, sin que sea
posible jurídicamente retomar el mismo tema para controvertirlo en esta sede.

3. Aunque el cargo no prospera, se casará de oficio y parcialmente el fallo impugnado,


en aplicación del artículo 216 del Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000),
exclusivamente para ajustar a la legalidad la pena accesoria de interdicción en el
ejercicio de derechos y funciones públicas.

En la sentencia de primera instancia el Juzgado Noveno Penal del Circuito de


Barranquilla, condenó al señor (...) como autor responsable del delito de homicidio a
la pena principal en veinte (20) años más ocho (8) meses de prisión, y por el mismo
lapso a la accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas, sin que en su
momento el Tribunal Superior hubiese adoptado los correctivos pertinentes.

De ese modo, se contravino el artículo 44 del Código Penal (Decreto 100 de 1980),
vigente al tiempo de proferir el fallo, que establecía como límite máximo diez (10)
años, para la pena accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas.

_____________________________________
* Sentencias del 19 de diciembre de 2000, 14 de agosto de 2000 y 11 de diciembre
de 1999, Radicaciones Nos. 15.941, 15.946, 14.655 y 14.796, respectivamente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente respecto
a pena
accesoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : BERDUGO CORONADO, JORGE LUIS
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 9665

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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DEMANDA DE CASACION-Principio de limitación/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA-Por omisión/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Como la
prueba es apreciada en su conjunto, así debe ser su ataque/ PRINCIPIO DE
NO CONTRADICCION/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ PERJUICIOS-Interés
para recurrir

1. La Corte sólo puede resolver de fondo cargos formulados y desarrollados en las


condiciones que la ley lo exige, conforme a la causal seleccionada. La naturaleza del
recurso y los principios que lo rigen se conjugan en la valoración de la demanda como
formas técnicas debidas en el proceso, resulttando de tal importancia que su ausencia
le impiden a la Sala casar la providencia impugnada.
...

Una elemental regla que se debe observar en casación es el examen objetivo del
expediente a la hora de fundamentar los cuestionamientos que se hacen contra la
sentencia, aquéllos deben corresponder a la realidad procesal, pues de otra manera,
no se puede cumplir con la tarea de demostrar error alguno, único medio que habilita
a la Corporación para aprehender el examen del asunto.

2. El falso juicio de existencia se presenta cuando el juzgador ignora una prueba que
obra materialmente en el proceso, o supone una que no existe. Como el error
endilgado en la demanda a la sentencia de segundo grado fue por omisión, el
casacionista ha debido enfrentar el contenido del fallo impugnado con las pruebas
echadas de menos, labor que eludió, pero, de haberlo hecho, la conclusión no podía
ser otra que el Tribunal no incurrió en el desacierto que se le atribuye. El demandante
no demostró el falso juicio de existencia examinando, razón suficiente para señalar
que el reproche no está llamado a prosperar.

3. La presunción de acierto y legalidad con que está amparada la sentencia debe ser
desvirtuada por el actor, de ahí que cuando éste acuda a la vía indirecta requiera
atacar todas las pruebas que sirvieron de fundamento a la decisión, para poderla
desvirtuar. Este deber no fue asumido por el demandante, no lo satisface cuando
involucra parcialmente la prueba recaudada, y menos aún, cuando se expone
solamente lo que a título personal considera que ha debido ser el alcance otorgado a
la prueba, como en este caso ocurre con las referencias al aliento alcohólico y de
intoxicación, así como a la prueba física de velocidad, sin demostrar error alguno en
la tarea cumplida por el sentenciador en la apreciación de la prueba, con lo cual se
pone de presente únicamente que existe una divergencia de criterio, lo cual resulta
ajeno al yerro aducido en casación.

Debe recordarse que en esta oportunidad no son de recibo nuevas propuestas de


cómo se debió analizar el acervo probatorio, pues ese tipo de apreciaciones no son
examinables en esta sede. El disentimiento del demandante no puede fundamentarse
en simples apreciaciones subjetivas, de plena convicción personal, sino en vicios
objetivos de la prueba como tal, en este caso concreto, se ha debido comprobar (lo
que no se hizo) que la omisión probatoria en la sentencia efectivamente ocurrió, y que
como consecuencia de ello se adoptó una decisión contraria a la que correspondía en
derecho asumir.

4. Cuando el juzgador modifica el contenido literal y objetivo de la prueba, de tal


forma que la apreciación diferente se genera como consecuencia del cercenamiento,
adición, tergiversación o distorsión, se incurre en falso juicio de identidad. En tanto
que, el falso juicio de existencia por omisión se verifica cuando en la sentencia se
deja de apreciar una prueba que ha sido practicada e incorporada al proceso
legalmente.

Como acaba de establecerse el error de identidad por tergiversación es


sustancialmente distinto al que proviene de la omisión de pruebas al señalarse su
mérito persuasivo, lo cual significa que su alegación no podía ser invocada
simultáneamente, pues lo que se está admitiendo con el primero de los errores

91
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

mencionados (valoración de la prueba) se está negando con el segundo (no


apreciación), contraviniéndose el principio de no contradicción.

Desatender los supuestos lógicos sobre los cuales se hacen descansar los motivos de
casación, como lo ha hecho el recurrente, resulta una equivocación que la Sala no
puede superar. En tal desacierto se ha incurrido porque se hicieron afirmaciones y
negaciones que resultan excluyentes: se sostuvo a un tiempo y respecto de un mismo
medio de convicción, que el sentenciador omitió considerarlo y tergiversó el sentido
de la prueba, mixtura que pone de manifiesto el error de técnica anunciado.

5. El demandante aspira que la Sala reduzca la condena en perjuicios con base en que
el Tribunal violó directamente la ley sustancial, por inaplicar el artículo 2357 del C.C.,
pretensión que avala el Delegado de la Procuraduría.

Corresponde en esta oportunidad a la Sala verificar si le asiste al recurrente interés


jurídico para atacar por esta vía la sentencia de segunda instancia proferida por el
Tribunal Bogotá, pues este es el fundamento para la desestimación de las peticiones
del Demandante y del Procurador Delegado.

La Sala en vigencia del decreto 2700 de 1991, en repetidas oportunidades, precisó los
deberes que han de cumplirse por los sujetos procesales cuando en un proceso penal
acuden a la casación para reclamar en materia de perjuicios contra la sentencia
proferida en segunda instancia por un Tribunal de Distrito Judicial, consideraciones
que en lo pertinente hoy mantienen su validez frente al nuevo Código de
Procedimiento Penal. En fallo del 30 de julio de 1996, con ponencia del doctor
RICARDO CALVETE RANGEL, se dijo:

"a) Si el recurso se interpone para censurar exclusivamente el contenido penal del


fallo, será procedente si éste fue proferido en segunda instancia por un Tribunal
Superior de Distrito Judicial, el Tribunal Nacional o el Tribunal Penal Militar, y que al
menos uno de los delitos de que trata tenga señalada pena privativa de la libertad
cuyo máximo, atendidas las circunstancias de agravación y atenuación modificadoras
de la punibilidad, sea o exceda de seis (6) años. (Artículo 218 del C. de P. P. incisos 1o.
y 2o.).

"b) Cuando el objeto de la demanda es impugnar únicamente lo referente a la


indemnización de perjuicios decretados en la sentencia condenatoria de segunda
instancia dictada por alguno de los Tribunales mencionados, no juega para nada el
requisito de la pena correspondiente al delito, pero en su lugar, para que el recurso
sea procedente es necesario que la cuantía de la resolución desfavorable al
recurrente sea la requerida para recurrir en casación civil, y que la demanda se
presente por esas causales. (Art. 221 C. de P. P.).

"c) Si el censor pretende formular cargos contra la sentencia respecto del tema penal,
y también en materia exclusivamente de indemnización de perjuicios puede hacerlo
en la misma demanda en capítulos separados, pero respecto de cada uno de los
tópicos que pretende cuestionar se deben reunir sus respectivos requisitos, es decir,
para lo primero la pena máxima prevista, y para lo segundo la cuantía que en ese
momento se exija en casación civil".

La función que la ley le asigna al recurso de casación tiene que ver, entre otros
aspectos, con la reparación de los agravios inferidos a las partes en la sentencia
recurrida, pero esta situación en casación sólo proporciona interés para impugnar, si
la cuantía del agravio corresponde a la establecida en las "normas que regulan la
casación civil" (artículo 221 del decreto 2700 de 1991, subrogado por el artículo 208
de la ley 600 de 2000).

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ACOSTA RODRIGUEZ, MANOLO ANTONIO

92
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DELITOS : Homicidio culposo


PROCESO : 14320

PUBLICADA : Si

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FISCAL-Interés para recurrir/ EXTORSION-Competencia por la cuantía/


EXTORSION-Consumación, tentativa/ TENTATIVA/ FISCALIA GENERAL DE
LA NACION/ COMPETENCIA

1. Los Fiscales Delegados ante los Jueces de la República, en tanto adquieren la


calidad de sujeto procesal con la ejecutoria de la resolución de acusación y actúan
como tal en la fase del juzgamiento, según lo disponía el artículo 444 del Código de
Procedimiento Penal anterior (Decreto 2700 de 1991), y ahora lo establece el artículo
400 del nuevo régimen procedimental (Ley 600 de 2000), están legitimados para
interponer los recursos ordinarios y extraordinarios, si a ello hubiere lugar.

En cuanto atañe al interés jurídico para impugnar la sentencia del Tribunal Superior a
través del recurso extraordinario es menester verificar en cada caso particular y
concreto, si dicho fallo inflige agravio, perjuicio o menoscabo a los derechos del sujeto
procesal, que en tratándose del Fiscal Delegado coinciden con sus atribuciones
constitucionales y legales.

En otras palabras, si el fallo de Tribunal Superior obstaculiza o conspira contra el logro


de alguno de los cometidos de la Fiscalía General de la Nación, o contra los medios o
métodos legítimos para alcanzarlos, los Fiscales Delegados tendrían interés jurídico
para impugnar.

De conformidad con el artículo 250 de la Constitución Política, corresponde a la


Fiscalía General de la Nación investigar los delitos y acusar a los presuntos infractores
"ante los juzgados y tribunales competentes".

Vale decir, para el desarrollo de la función básica de acusar a los presuntos infractores
de la ley penal, es deber de los Fiscales Delegados velar también porque el proceso
sea dirigido por los funcionarios judiciales competentes y, por ende, les asiste un claro
interés jurídico para interponer el recurso extraordinario de casación cuando su
pretensión se endereza a enmendar posibles vicios de nulidad originados en la falta
de competencia de quien adopta las decisiones trascendentes.

El aserto anterior se fundamenta en que la Fiscalía General de la Nación no puede


dirigir su actividad hacia el logro de sus objetivos institucionales de cualquier manera,
sino con estricto apego al debido proceso preestablecido constitucional y legalmente.

La competencia es parte integral de la estructura básica del procedimiento, de las


formas propias de cada juicio, y se discierne exclusivamente por virtud de la ley, sin
que respecto de ella puedan los sujetos procesales disponer en absoluto. Las normas
que la regulan son de orden público, de obligatorio acatamiento, y la falta de
competencia no puede convalidarse a discreción de aquellos.

De ahí que, tratándose de nulidades por falta de competencia, el Fiscal Delegado que
intervino en algunos de los actos que más tarde denuncia como afectados por
nulidad, tiene interés jurídico para buscar la enmienda de tales irregularidades a
través del recurso extraordinario de casación, aunque no hayan sido invocadas hasta
el término de traslado común para preparar la audiencia pública de juzgamiento.

2. Se observa en el Fiscal Seccional Veintiséis de Arauca una severa confusión


conceptual, desde la noción misma de conducta punible, especialmente en cuanto
hace a la teoría de la acción, hasta las implicaciones de la competencia por razón de
la cuantía.

Se juzga la acción o conducta punible de los implicados, es decir, sus manifestaciones


ilegítimas, lo que ellos hicieron en contra de la ley. De ahí que, el límite de esa

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

actividad comportamental demarca los diversos extremos del proceso penal, por
ejemplo, la selección de la norma penal infringida, los dispositivos amplificadores del
tipo (tentativa y coparticipación) si a ello hubiere lugar, la determinación de las
circunstancias, etc.

La misma conducta delictiva, no factores extraños a ella, ofrece los parámetros para
fijar la competencia de investigación y juzgamiento por razón de la cuantía, según lo
establecido previamente por la ley.

En otras palabras, la acción positiva o conducta desplegada por los sujetos activos del
tipo penal de extorsión marca la pauta para fijar la competencia por razón de la
cuantía, pues es su hacer ilegítimo el que se juzga, con independencia de lo que
hagan frente a la exigencia quienes padecen el constreñimiento, las autoridades o
terceras personas.

El casacionista incurre en el desatino de otorgar al quehacer del Comando Operativo


No. 2 del Ejército Nacional, y a los pormenores del plan de inteligencia, capacidad
para señalar o modificar la competencia para conocer del delito de extorsión por
razón de la cuantía.

Cabe preguntar, siguiendo el pensamiento del impugnante, a qué autoridad hubiese


correspondido la investigación y el juzgamiento de la presente extorsión, si en lugar
de los veinte mil pesos los estrategas militares deciden armar el paquete simulado
exclusivamente con papeles sin ningún valor, o con billetes falsos?

Precisamente, porque los diez millones de pesos ($ 10.000.000) finalmente exigidos


por los extorsionistas nunca llegaron a sus manos, debido a la interferencia del
operativo de inteligencia, el Tribunal Superior de Cúcuta profirió sentencia
condenatoria por el delito en la modalidad de tentativa.

Si los actos idóneos e inequívocamente dirigidos a la consumación del delito


realizados por el sujeto activo no alcanzan la perfección del tipo básico, por causas
ajenas a su voluntad, como en el caso que se examina, no por ello el delito deja de
existir en términos de lo punible, sino que subsiste, pero en la connotación de
imperfecto o en grado de tentativa.

La tentativa es estructuralmente un ente jurídico autónomo, un delito degradado, por


así decirlo, pues es un hecho punible imperfecto, sujeto a la consecuencia jurídica de
la pena, siempre referido a las figuras típicas consagradas en la parte especial del
estatuto penal, razón por la cual se le ha catalogado como dispositivo amplificador del
tipo, pues se adapta al hecho punible iniciado, con la única salvedad de que por
causas distintas a la voluntad del agente no alcanza su consumación.

Por estos motivos, resulta abiertamente contradictorio el argumento central de la


demanda consistente en que los veinte mil pesos ($ 20.000) llegados a manos de los
extorsionistas determinan la competencia por razón de la cuantía, al tiempo que
admite que se trató de una tentativa; pues, precisamente, los procesados intentaron
apoderarse primero de la suma de quince millones de pesos ($ 15.000.000), monto
que rebajaron a diez millones ($ 10.000.000) en la negociación, a través de amenazas
violentas, e iniciaron la ejecución de esa conducta punible mediante actos idóneos e
inequívocamente dirigidos a su consumación, solo que esta no se produjo, no porque
ellos hubiesen desistido, sino porque el Comando Operativo del Ejército Nacional los
descubrió.

A parte de los anteriores defectos de orden conceptual, el libelista parece desconocer


u olvidar que las discusiones en torno de la determinación de la cuantía en el delito
de extorsión fueron plenamente zanjadas por el legislador, antes de llevarse a cabo la
audiencia pública (13 de agosto de 1996) en este caso, y antes de proferirse los fallos
de instancia (22 de agosto y 28 de octubre de 1996, respectivamente). Veamos:

La Ley 282 de 1996, publicada en el Diario Oficial No. 42.804 del 11 de junio de 1996,
establece:

"Artículo 16-. Competencia por cuantía para extorsión. En los procesos por delitos de
extorsión, la competencia por razón de la cuantía se fijará en atención al valor
inicialmente exigido."

94
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Los hechos que dieron lugar al ejercicio de la acción punitiva del Estado ocurrieron en
1995. El Gobierno Nacional fijó el salario mínimo legal mensual para ese año en la
suma de $ 118.933.50, mediante el Decreto 2872 de 1994.

El artículo 73 del Código de Procedimiento Penal (Decreto 2700 de 1991), modificado


por el artículo 11 de la Ley 81 de 1993, establecía que los Jueces Penales Municipales
conocen de los procesos por delitos contra el patrimonio económico cuya cuantía no
exceda de cincuenta salarios mínimos mensuales vigentes al momento de la comisión
del hecho.

Cincuenta salarios mínimos de 1995 equivalían a $ 5.946.675, cuantía límite de


competencia de los Jueces Penales Municipales para dicho año.

Si la cifra exigida inicialmente por los extorsionistas fue de quince millones de pesos
($ 15.000.000), es claro que el Juez Penal Municipal carecía de competencia para
conocer del ilícito contra Disnaequipos.

Contrario a lo que asevera el impugnante, por razón de la cuantía la competencia sí


radicaba en los Jueces Penales del Circuito, en consideración a la cláusula general,
pues a los Jueces Regionales, hoy Especializados, la Ley 81 de 1993 asignó el
conocimiento de las extorsiones en cuantía superior a 150 salarios mínimos legales
mensuales únicamente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cúcuta
NO RECURRENTE : OVALLOS MOLINA, LUIS ADELSO
FISCAL SECCIONAL DELEGADO : FISCAL 26
DELITOS : Tentativa de extorsión
PROCESO : 13292

PUBLICADA : Si

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FISCAL-Cambio/ SUJETO PROCESAL/ CONFESION-Técnica para alegar su


desconocimiento/ CASACION-Errores en la apreciación de las pruebas/
PRUEBA/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION

1. Dentro de la estructura jerárquica que rige en la Fiscalía General de la Nación,


varios son los niveles administrativos que permiten el ágil y eficaz cumplimiento de
las funciones que la Constitución y la ley le han asignado, entre las que se encuentra
la de actuar en la etapa del juicio acusando a los procesados ante el juez competente.
Uno de esos niveles está integrado por los jefes de unidades de fiscalía, quienes en
ejercicio de las funciones administrativas que les son propias deben velar por la
cumplida intervención en el juicio de los fiscales adscritos, de manera que en todo
caso se garantice su obligatoria asistencia e intervención durante la audiencia
pública.

Cuando un fiscal no continúa haciendo parte de la unidad, v.gr. por haber sido
trasladado, como ocurrió en el caso sub judice, es obvio que se hace necesaria una
decisión administrativa del jefe de unidad designando a otro fiscal en su reemplazo,
de manera que no se traumatice el normal curso del proceso. El acto que contenga la
decisión no tiene que estar revestido de especiales formalidades o ser expedido con
determinadas solemnidades, pues basta para que cumpla su efecto propio que
contenga la expresión de voluntad de quien tiene la facultad legal para hacerlo.

La manifestación que en el oficio 5.212 hace la coordinadora de unidad cumple


plenamente ese cometido, en cuanto señala que por el traslado del fiscal que venía

95
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

actuando como sujeto procesal la función acusadora la continuará desempeñando


otro fiscal de la misma unidad y de igual categoría.

Para la validez de la intervención del nuevo fiscal tampoco se requiere que el juez lo
reconozca expresamente. Basta que se trate de la misma persona a la que se refiere
la decisión administrativa plasmada en la comunicación, pues la calidad de sujeto
procesal ya había sido adquirida por el fiscal seccional al que reemplazó y se le
transmite por el solo hecho de la designación de que fue objeto.

La decisión de la Corte del 26 de septiembre de 1994, a la que alude el impugnante


para darle mayor vigor a su reproche, tiene que ver con un tema distinto al que ahora
se examina; se refiere a la incompetencia de un fiscal delegado ante tribunal para
interponer el recurso extraordinario de casación en un asunto en el que carecía de la
calidad de sujeto procesal. En tal caso, dijo la Sala, el fiscal seccional que intervino en
la audiencia y a quien se le notificó el fallo correspondiente era el legitimado para
interponer el recurso. Y agregó: "…el referido Fiscal ante el Tribunal habría podido
interponer la impugnación extraordinaria solamente si hubiera recibido asignación
especial para ello".

2. Cuando se alega la causal primera, cuerpo primero, del artículo 220 del Código de
Procedimiento Penal, vigente para la época de lo sucedido, el casacionista debe
aceptar los hechos y la valoración probatoria contenidos en el fallo que ataca y
demostrar que unos y otra, en la forma como fueron asumidos por el fallador, debían
dar lugar a la aplicación de una específica norma que regulaba el asunto pero que en
realidad no se tuvo en cuenta.

Bajo esta premisa, una adecuada técnica de casación enseña que si el reparo toca
con la falta de reconocimiento de la confesión y su consecuente disminución punitiva,
la sentencia de segunda instancia sólo podría cuestionarse desde la perspectiva de la
violación directa de la ley sustancial si en ella se hubiera aceptado su existencia pero
no se hubiesen tenido en cuenta sus efectos, pues en tal caso resultaría evidente la
falta de aplicación del artículo 299 del Código de Procedimiento Penal. Pero si la falta
de aplicación de la norma se deriva de la inadecuada valoración probatoria, porque
no se apreció alguna prueba o se le dio un alcance que no correspondía, la censura
debe hacerse con fundamento en el cuerpo segundo de la causal primera, por
violación indirecta.

En el presente caso el libelista aporta copia de dos documentos que según dice obran
en el proceso disciplinario que por estos hechos adelantó la Policía Nacional, para
demostrar que el procesado se presentó voluntariamente, entregó el arma y confesó
el hecho, de manera que la sentencia debió reconocer la rebaja de pena en tanto la
confesión "fue eficaz, acertiva (sic), voluntaria, eficiente para los fines supremos de la
administración de justicia" y no hubo flagrancia.

No precisa, sin embargo, cuál fue la razón concreta que motivó la falta de aplicación
del artículo 299 del Código de Procedimiento Penal, aunque de la exposición se
deduce que le reprocha al tribunal no haberle dado a la confesión el alcance
requerido para que operara la reducción de pena.

Así, resulta evidente el error de técnica en que incurre pues, como lo tiene dicho la
Sala, "Si estimaba que no fue tenida en cuenta la confesión de su defendido, debió
acudir al cuerpo segundo de la causal primera de casación, esto es, la violación
indirecta de la ley sustancial, arguyendo un error de hecho por falso juicio de
existencia, al ser el desconocimiento de la confesión la razón que llevó al juzgador a
la infracción de la ley sustancial. Para que la no aplicación de la rebaja de pena por
confesión se pueda atacar por violación directa, es necesario que en la sentencia se
haya reconocido que existió confesión desde la primera versión, que las
circunstancias que rodearon la captura no son constitutivas de flagrancia, y que dicha
confesión sea tenida en cuenta como fundamento de la decisión, de manera que el
error del fallador se limite a la falta de aplicación del artículo 299 del estatuto
procesal" (Sentencia del 1° de diciembre de 1994, radicación No. 8678, M.P. Ricardo
Calvete Rangel).

No obstante lo anterior, suficiente para que el cargo no prospere, el examen de fondo


igualmente conduce a su rechazo por dos razones fundamentales:

- Invariablemente la Sala ha sostenido que para que opere la rebaja de pena por
confesión ésta ha debido ser fundamento de la condena "así el nuevo texto legal (art.

96
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

299) no lo mencione expresamente, porque sólo de esta manera es entendible y justa


la rebaja de pena que en él se consagra. Interpretarlo de otra forma, sería otorgar un
beneficio gratuito, sólo porque se confesó cuando ello no era necesario, pues obraban
otras pruebas, distintas de la confesión, que permitían afirmar, sin dudas, la
responsabilidad del procesado" (sentencia del 8 de octubre de 1992, M.P. Guillermo
Duque Ruiz).
...

- La misma circunstancia de aceptar la autoría del hecho pero calificando la conducta,


con lo que se pretende desde luego exonerar de responsabilidad, excluye la
concesión del beneficio porque, según reiterada jurisprudencia de la Sala, éste ha
sido consagrado por el legislador para aquellas personas que facilitan con su asunción
de responsabilidad la acción de la justicia y aceleran la tramitación de los procesos.

3. En reiteradas ocasiones la Sala ha expresado que el error originado en la


apreciación judicial del mérito de las pruebas "no surge de la mera disparidad de
criterios entre la valoración realizada por los jueces y la pretendida por los sujetos
procesales, sino de la comprobada y grotesca contradicción entre aquella y las reglas
que informan la valoración racional de la prueba. También ha dicho que si un
contraste de tales características no se presenta, porque los juzgadores, en ejercicio
de esta función, han respetado los límites que prescriben las reglas de la sana crítica,
será su criterio, no el de las partes, el llamado a prevalecer, por virtud de la doble
presunción de acierto y legalidad con que está amparada la sentencia de segunda
instancia". (Auto del 22 de noviembre de 1999, radicado 14.014, M.P. Fernando
Arboleda Ripoll).

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : MEDINA GUZMAN, DUVAN FERNANDO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10901

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Sentencia de segunda instancia/ CASACION-Procedencia,


decisiones interlocutorias/ SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir/
PRESCRIPCION-Delito iniciado o consumado en el exterior/ NARCOTRAFICO-
Agravante del artículo 38.3 de la ley 30 de 1986/ DOSIFICACION PUNITIVA-
Las rebajas se calculan sobre residuos o remanentes/ CONFESION-
Fundamento de la sentencia/ CIRCUNSTANCIAS DE ATENUACION
PUNITIVA/ IMPUGNACION-Interés para recurrir/ CASACION-Interés para
recurrir-Apelación / PRESCRIPCION-Técnica:Causal tercera/ DELITO
CONSUMADO/ AUTOS

1. Es evidente que los cargos no cumplen con el requisito de procedibilidad que


establecía el artículo 218 del derogado C. de P. P. (Decreto 2700/91, hoy artículo 205),
consistente en que la casación sólo procede contra sentencias de segunda instancia
dictadas, entre otros, por los tribunales superiores de distrito judicial, ya que no están
dirigidos a cuestionar el fallo, sino unas decisiones de carácter interlocutorio,
adoptadas al interior del mismo, cuando se declaró la nulidad parcial frente al delito
de enriquecimiento ilícito de particulares y cuando se dispuso la revocatoria de la
decisión del a quo que había ordenado el levantamiento de las medidas cautelares
sobre los bienes "susceptibles de extinción de dominio" y la expedición de las copias
pertinentes con destino a la correspondiente unidad de Fiscalía para que se
adelantara la acción regulada en la ley 333 de 1996.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Como se observa, allí nada se decidió sobre la extinción de dominio, lo que


eventualmente haría procedente el reproche, sino que, simplemente, se ordenó dejar
vigentes unas medidas cautelares y expedir unas copias para que se adelantara la
acción tendiente a ese fin.

Sobre tal aspecto ha dicho la jurisprudencia :

"Reitera la Sala en este punto, entonces, que "resulta evidente que las providencias
judiciales se clasifican en sentencias y autos, siendo aquellas las que ordinariamente
ponen fin a una actuación procesal con reconocimiento expreso de la culpabilidad del
procesado -sentencia condenatoria-, o de su inocencia -sentencia absolutoria-, si de
instancia se trata, o definen la casación o la acción de revisión; y éstas, decisiones
que si resuelven algún incidente o aspecto sustancial del proceso, se denominarán
"autos interlocutorios", para diferenciarlos de los de sustanciación que se ocupan de
meros trámites. Sólo por excepción la ley denomina "sentencia" a una decisión que en
sede de casación invalida el proceso, en los demás casos, la determinación que en tal
sentido tomen los jueces en las instancias, es naturalísticamente un "auto
interlocutorio", así se haya pronunciado, como ocurrió en este caso, con ocasión de la
revisión de una sentencia. Ha dicho la jurisprudencia pacíficamente que no porque se
tomen diversas decisiones dentro de un mismo cuerpo de sentencia, cambia la
naturaleza jurídica que la ley le da a esas determinaciones; es apenas, una práctica
que por economía procesal suele usarse en los estrados judiciales".

"Así mismo, que la naturaleza interlocutoria de una decisión, sea que se adopte en
forma separada o en el cuerpo de una sentencia de instancia, "impide que en su
contra pueda plantearse censura alguna en sede de casación, pues este recurso
extraordinario solamente procede contra sentencias, específicamente contra
sentencias de segunda instancia"".*

2. Entremezcla, de manera confusa, dos motivos de nulidad, a saber, el


quebrantamiento del debido proceso y el del derecho de defensa, sin advertir que si
bien el segundo se deriva del primero, han sido claramente diferenciados por la ley y
la jurisprudencia, razón por la cual su vulneración amerita postulación y desarrollo
autónomos, pues el primero es un vicio de estructura y el segundo de garantía, sin
descartar que hay irregularidades que al mismo tiempo afectan los dos derechos,
pero sin que evidencie que éste sea uno de esos casos, ya que ninguna parte del
discurso la dedicó a demostrar que el yerro acusado violó las dos garantías.

Obviando el anterior yerro técnico, el que sería suficiente para desestimar el


reproche, tampoco le asiste la razón, toda vez que era evidente que el censor carecía
de interés para impugnar la sentencia de primer grado, de naturaleza anticipada, en
lo relativo a las circunstancias de agravación punitiva en precedencia citadas, ya que
las mismas, de manera clara y concreta, le fueron imputadas en las diligencias de
formulación de cargos, realizadas en los procesos acumulados, y aceptadas, libre y
voluntariamente por el procesado, de manera que no podía, so pretexto de estar
cuestionando la dosificación punitiva, retractarse de esa aceptación, esto es, de su
admisión de responsabilidad en los hechos punibles que le fueron atribuidos con las
circunstancias que rodearon su comisión, al tenor del artículo 37B. 4 del decreto
2700/91, a la sazón vigente.

El Tribunal Nacional, siguiendo este criterio, y ajustado a los parámetros legales,


manifestó que la defensa carecía de interés para impugnar este aspecto, por lo que
en ninguna irregularidad incurrió.

Por otra parte, y en lo que respecta a que se desconoció la garantía de la doble


instancia, consagrada en artículo 31 de la Constitución Política que establece que
toda sentencia judicial podrá ser apelada, es preciso señalar que el mismo canon
prevé que la ley podrá establecer excepciones, una de las cuales es la sentencia
anticipada, que sólo se puede recurrir en los precisos casos que enumeraba el artículo
37B.4 y ahora el 40 de la ley 600 de 2000.

3. En las diligencias de formulación de cargos, llevadas a cabo el 6 de junio y el 23 de


julio de 1996, a los procesados se les imputó, y así lo aceptaron, la conducta punible
"sacar del país droga que produzca dependencia", delito tipificado, entonces, en el
artículo 33 de la Ley 30 de 1986, agravado por el numeral 3° del artículo 38, ibidem.

Ahora bien, el artículo 81 del Decreto 100 de 1980 (hoy reproducido en el 83 del
nuevo C. Penal), disponía.

98
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Prescripción de delito iniciado o consumado en el exterior. Cuando el delito se


hubiere iniciado o consumado en el exterior, el término de prescripción señalado en el
artículo anterior, se aumentará en la mitad sin exceder el límite máximo allí fijado".

Es cierto que los verbos rectores contenidos en el citado artículo 33, esto es,
introducir al país, sacar de él, transportar, llevar consigo, almacenar, conservar,
elaborar, vender, ofrecer, adquirir, financiar o suministrar se refieren a
comportamientos de mera conducta, por cuanto para su consumación no se requiere
la producción de un determinado resultado, pero también lo es, como lo ha dicho la
Sala, que el concepto "sacar del país" lleva ínsito un desplazamiento material por
fuera de los límites del territorio, esto es, hacia el exterior, lo que implica que la
consumación ocurra fuera de las fronteras, haciendo aplicable el citado artículo 81 del
C. Penal, vigente para la época, que ordenaba aumentar en la mitad el término de
prescripción.
Sobre este tema, ha dicho la Sala:

"Como avisados de este razonamiento por las consideraciones que hiciera el Tribunal
al inadmitir la nulidad planteada, los censores objetaron el que la consumación de la
infracción hubiera ocurrido en el exterior, cabe aclarar que dentro de las conductas
descritas en el Estatuto de 1974 -art.38-, como el de 1986 -art. 33-, la adecuada al
caso presente no fue otra diferente a la de "sacar" del país sin autorización legal
sustancia estupefaciente, dado su efectivo traslado a los Estados Unidos,
comportamiento que necesariamente implica el que su consumación ocurra por fuera
de las fronteras, pues en tanto la sustancia permaneciera aun en el territorio patrio, la
adecuación podría resolverse con otro de los verbos empleados en la descripción
legal, tales como el transporte, la tenencia (llevar consigo) o el almacenamiento,
conductas que aunque orientadas a la exportación, conllevan para su represión
autonomía.

"Y es evidente que la tesis de los demandantes resulta enteramente inadmisible, sea
que apunte a la tentativa, ora a la consumación dentro del territorio del evento
materia de la acusación. Para rechazo de estos dos supuestos precisa recordar que el
tipo penal en análisis es infracción de simple conducta en cuanto su consumación no
demanda la producción de un determinado resultado, que es además delito de peligro
en la medida en que se perfecciona sin necesidad de producir un efectivo menoscabo
de la salubridad, bien jurídico que con su represión se tutela, y por lo general
instantáneo porque al menos en los eventos de introducir o sacar del país la
sustancia, elaborarla, venderla, ofrecerla, adquirirla y suministrarla, la conducta se
agota con la sola realización de la acción; pero ante todo, es de relievar que se trata
aquí de uno de los llamados delitos compuestos alternativos porque integrado con
varios verbos rectores, cada uno de los cuales configura conducta que realizada de
manera autónoma e independiente, configura hecho punible, al iniciarse la acción en
cualquiera de las modalidades previstas, ya se está consumando el delito en su
totalidad.

"Tal es lo que en efecto ocurre cuando por ejemplo, se elabora droga con el ánimo de
enajenarla, pues lejos de constituirse allí una tentativa de venta, se ha consumado ya
el delito en la modalidad de la "elaboración", lo mismo si se compran narcóticos para
suministrarlos, porque la infracción ha quedado ya perfecta en la modalidad de
"adquisición", o bien por quien traslada fármacos para su almacenamiento en cuanto
con su conducta ha consumado el evento típico de "transportar", etc., sin que para
nada interese la no consecución del resultado final, porque sin demandar siquiera la
norma la presencia de un dolo específico, basta apenas la maliciosa voluntad de
cumplir el acto medio que ya se sabe por sí solo contrario a la ley.

"Por lo mismo, la segunda eventualidad propuesta en la censura decae, porque


afirmar que quien "saca del país" consuma su conducta en el territorio en que se
inicia la exportación, implica poco menos que la posibilidad de que el mismo
comportamiento se sancione de nuevo como "importación" de la droga en el Estado
de destino, eventualidad que repugna al delito que se estudia, pues si en él y como
queda visto, cada una de las conductas alternativas configura autónoma e
independientemente infracción penal, al ejecutar varias dentro de un mismo contexto
de acción o implicando la una un presupuesto o desarrollo necesario de la otra, lejos
de generar concurso delictivo, integra un solo hecho punible, realizado en dos actos
(concepto de extradición octubre 2 de 1985, M.P. Dr. Alfonso Reyes Echandía).

99
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Ninguna incidencia tiene, entonces, en el debate la cita de los artículos 13 y


siguientes del C. Penal, si no ha representado motivo alguno de duda en este caso la
aplicación de la ley penal colombiana a los encausados, bastando apenas para inferir
la extensión del plazo prescriptivo con saber si el delito se inició o consumó en el
exterior, aspecto que como queda dicho, no es fuente de dificultades frente a la clara
comprensión que permite la acción de "sacar" droga del país, porque ese concepto
lleva ínsito un desplazamiento material por fuera de los límites del territorio, valga
decir, hacia el "exterior", constituyéndose en motivo de aplicación del varias veces
citado artículo 81, en cuanto su operancia deviene precisamente "cuando el delito se
hubiere iniciado o consumado en el exterior"".

Si se considera que la conducta a que se refiere el proceso 9361 se realizó, en tres


oportunidades, entre julio de 1982 y el 24 de octubre del mismo año, que la diligencia
de formulación y aceptación de cargos tuvo lugar el 23 de julio de 1996 y que el
término de prescripción en la etapa sumarial era de 18 años (pues se partió de 12 que
era el máximo de la pena prevista en la ley 30 de 1986 -que se aplicó
retroactivamente por favorabilidad-, aumentada en la mitad por haberse consumado
el delito en el exterior), se tendrá que concluir que cuando se extendió el acta de
formulación y aceptación de cargos, equivalente a la resolución de acusación, no
había operado el fenómeno de la prescripción de la acción penal.

4. En lo que respecta a la antijuridicidad, no es que se haya valorado dos veces, para


aumentar ilegalmente la pena, sino que, como lo ha reiterado la Sala, la intensidad
del daño que se causa o puede causarse al bien jurídicamente tutelado de la
salubridad pública es mayor o menor, según la cantidad de droga materia del delito, y
en este caso, esa cantidad excedió en altísima proporción el numero de cinco
kilogramos, por lo que resultaba completamente racional y lógica su asociación con la
noción de gravedad del hecho, como criterio para la individualización de la pena.

En el mismo sentido, ningún desatino cometió el Tribunal al tener en cuenta la


cantidad de droga como circunstancia específica de agravación, al tenor del numeral
3° del artículo 38 de la Ley 30 de 1986 y, al mismo tiempo, como criterio para
individualizar la pena, conforme al artículo 61, citado, pues, como lo ha dicho la Sala,
al agravar la pena por razón de la cantidad de sustancia incautada (más de 5 kilos de
cocaína) con fundamento en la citada preceptiva, se crea un nuevo marco punitivo, al
aplicarse una circunstancia específica de agravación, dentro del cual el juez puede
ejercer su discrecionalidad con arreglo a las pautas del artículo 61 del C. Penal y
agravar la pena, pues de lo contrario no podría fijarla entre esos dos extremos. Frente
a la mayor cantidad de droga objeto del ilícito, mayor será la intensidad de daño real
o potencial al interés jurídico tutelado y, por lo tanto, más grave devendrá el hecho y,
por lo mismo, mayor deberá ser la sanción.***

Finalmente, en lo relativo a la personalidad y al grado de culpabilidad, criterios que


contemplaba el inciso 1° del citado artículo 61, la jurisprudencia de la Corte ha
precisado:

"Quien hace del tráfico de drogas ilícitas su forma de vida, de por sí integra a su vida
la cultura criminal propia de ese tipo de actividades, cuyas características en los
planos de violencia y corrupción nadie desconoce. La reiteración de la conducta, por
lo tanto, no por el hecho de penalizarse a través del concurso, pierde su condición de
dato procesal que contribuye a perfilar la personalidad del autor".

En cuanto a la culpabilidad, la misma decisión puntualizó:

"En el primer caso (dolo), si se tiene en cuenta que el dolo se constituye por la
intención consciente de atentar contra el respectivo bien jurídico tutelado, el "grado
de culpabilidad" tiene que ver con la mayor intensidad de dichas conciencia y
voluntad. Esa mayor intensidad en el ámbito de una organización criminal altamente
compartimentada es predicable de sus directores o cabezas. El sólo hecho de poseer
el control total del complejo de actividades criminales cuya articulación produce el
resultado, traduce sin ninguna duda una más alta comprensión del daño causado y
una mayor determinación y voluntad criminales, que la predicable del que
simplemente como pieza de la organización realiza apenas una cualquiera de sus
funciones".****

5. Tampoco le asiste la razón, pues sobre el tema en cuestión la Sala, en diferentes


oportunidades y de manera pacífica, ha señalado que las rebajas se calculan sobre los
residuos o remanentes, considerando como violatorio del principio de legalidad de la

100
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

pena no hacerlo así, como quiera que puede llevar no solo a imponer penas
insignificantes sino, incluso, a dejar impune el delito y a que el Estado aparezca
deudor del condenado, ya que, por ejemplo, si se considera que la persona actuó en
estado de ira y que merece como sanción sólo la sexta parte del mínimo (artículo 57
de la Ley 599 de 2000), más la sexta parte por confesión, habrá copado el quantum
íntegro de la pena y sin que siquiera, por sustracción de materia, exista la posibilidad
de descontar el tercio a que, teóricamente, tendría derecho por haberse acogido a la
sentencia anticipada.*****

6. Ttampoco le asiste la razón, pues sobre el tema planteado ha sido unánime y


reiterada la jurisprudencia, al sostener que, ""sigue siendo indispensable que la
confesión sea fundamento de la condena, así el nuevo texto legal (art. 299) no lo
mencione expresamente, porque sólo de esta manera es entendible y justa la rebaja
de pena que en él se consagra. Interpretarlo de otra forma, sería otorgar un beneficio
gratuito, sólo porque se confesó cuando ello no era necesario, pues obraban otras
pruebas, distintas de la confesión, que permitían afirmar, sin dudas, la
responsabilidad del procesado". Por otra parte, esta manera de interpretar la entidad
y finalidad de la confesión, se refuerza al observar que "por esta misma razón,
inutilidad de la confesión, el legislador pone como exigencia para el otorgamiento de
la rebaja de pena, que no se trate de "casos de flagrancia", porque precisamente en
estos eventos, ante el conocimiento que del hecho y de su autor tienen las personas
que lo han presenciado, la confesión es de casi ninguna utilidad para la investigación,
porque de antemano el instructor ya conoce lo que a través de éste se le ha
comunicado..."".******

7. No evidencia la trascendencia del vicio demandado, esto es, que de haberse


reconocido la atenuante, ello hubiera redundado en una disminución de pena, frente
a los factores que se consideraron por el fallador para aplicar el máximo de la
sanción, con mayor razón si se tiene en cuenta que conforme a la doctrina de la Sala,
se puede aplicar dicho quantum así concurran circunstancias atenuantes, cuando el
análisis del caso y la valoración de los demás factores incidentes a que hace relación
el artículo 61 del C. Penal (Decreto 100/80) llevan a esa conclusión.

Por otra parte, al tenor del artículo 67, ibidem, sólo se podía aplicar el máximo de la
sanción cuando concurrieran únicamente circunstancias de agravación punitiva, pero
"sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 61".

De todos modos, ninguna razón le asiste, pues esta atenuante implica un


comportamiento anterior, cercano, que "lo haga acreedor a la benevolencia de la
sociedad y de los jueces", como lo ha sostenido la Sala .*******

Así, si la persona, como ocurre en este caso, ha delinquido durante más de dos lustros
y ha sido cabeza de una poderosa organización criminal dedicada a exportar ingentes
cantidades de droga, no se puede seriamente asegurar que su conducta anterior ha
sido buena.

8. En lo atinente a la sentencia anticipada, existía interés de la defensa para


impugnar, cuando se trataba de las eventualidades, a la sazón, previstas en el artículo
37B.4 del C. de P. Penal (hoy artículo 40 de la ley 600 de 200) o cuando se alegaba
violación de las garantías fundamentales, según la doctrina de la Sala .

En cuanto a la no apelación de la sentencia de primera instancia, también ha dicho la


jurisprudencia que así no se apele dicho proveído hay interés, entre otros casos,
cuando la casación versa sobre nulidades .

Si se considera que el reclamo se refiere a que la sentencia se dictó en un juicio


viciado de nulidad por quebrantamiento del debido proceso, se concluirá que al
casacionista le asiste interés.

9. El actor equivocó la vía del ataque, toda vez que la extinción de la acción penal por
razón de la prescripción, debe presentarse y fundamentarse a través de la causal
tercera de casación, por violación del debido proceso, pues no se está en presencia
de un error de juicio sino de actividad, consistente en haber seguido actuando a pesar
de que la acción penal se había extinguido y, por lo tanto, el Estado había perdido la
facultad de adelantar el proceso, siendo lo procedente, cuando en tal vicio se incurre,
disponer la cesación de la actuación procesal y no dictar fallo de sustitución (que sería
la consecuencia de la prosperidad de un cargo fundado en la causal primera), para lo
cual la Corte carecería de competencia.

101
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

________________________
* Ver casación 16534 del 31 de mayo de 2001, M. P. Dr. Edgar Lombana Trujillo; auto del 3 de julio de 1996, M.
P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll y sentencia del 31 de agosto de 1995, M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia
** Casación 4230 del 11 de diciembre de 1990, M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda.
*** Ver casación del 24 de agosto de 1994, M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia; sentencia de segunda instancia del
12 de julio de 1999, M. P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego; casación del 7 de octubre de 1999, M. P. Dr. Carlos El
Mejía Escobar, y casacion del 26 de octubre de 2000 y del 6 de septiembre de 2001, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba
Poveda.
**** Casación del 7 de octubre de 1999, M. P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar.
***** Casación del 31 de julio de 1996, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda y casación del 7 de octubre de 199,
M. P. Dr. Carlos E. Mejía E. Mejía Escobar.
****** Ver entre otras, casación del 29 de septiembre de 1993, M. P. Dr. Guillermo Duque Ruiz; casación del 3
de amrzo de 1999, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote, y casación del 11 de noviembre de 1999, M. P. Dr.
Jorge Aníbal Gómez Gallego.
******* Sentencia de octubre 18/95. M. P. Dr. Ricardo Calvet Rangel.
******** Ver, entre otras, casación 11362, marzo 8 de 1996, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda
********* Ver, entre otras, casación 9938, febrero 11 de 1999, M. P. Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll; 10391, 20
de abril de 1991. M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote y 10498, septiembre 2 de 1999. M. P. Dr. Jorge E.
Córdoba Poveda.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : Declara prescripción de un delito, reduce pena y
multa,
no casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D: C.
PROCESADO : RODRIGUEZ OREJUELA, MIGUEL ANGEL
PROCESADO : RODRIGUEZ OREJUELA, GILBERTO JOSE
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Falsedad material de
particular
en doc. púb., Porte de armas de defensa
personal,
Falsedad en documento privado, Amenaza,
Falsedad
pers. para la obt. de documento publ
PROCESO : 15570

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad, falso juicio de convicción/


FALSO RACIOCINIO/ DEMANDA DE CASACION-Principio de limitación/ JUEZ
DE EJECUCION DE PENAS-Competencia para resolver sobre el principio de
favorabilidad/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ FALSO JUICIO DE
CONVICCION/ DEMANDA DE CASACION

1. De tiempo atrás la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha reiterado que


los errores de derecho en la apreciación de la prueba pueden ocurrir por dos vías
distintas: falso juicio de legalidad y falso juicio de convicción.

El juicio de legalidad guarda relación con el proceso de formación de la prueba, con


las normas que regulan la manera legítima de producir e incorporar la prueba al
proceso, con el principio de legalidad en materia probatoria y la observancia de los
presupuestos y las formalidades exigidas para cada medio.

El error por falso juicio de legalidad "gira alrededor de la validez jurídica de la prueba,
o lo que es igual, de su existencia jurídica (concepto que no debe ser equiparado con
el de existencia material), y suele manifestarse de dos maneras: a) cuando el
juzgador, al apreciar una determinada prueba, le otorga validez jurídica porque
considera que cumple las exigencias formales de producción, sin llenarlas (aspecto
positivo); y, b) cuando se la niega, porque considera que no las reúne, cumpliéndolas
(aspecto negativo)." (Sentencia del 27 de febrero de 2001, radicación 15.042. M.P. Dr.
Fernando Arboleda Ripoll).

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El juicio de convicción, que consiste en una actividad de pensamiento a través de la


cual se reconoce el valor que la ley asigna a determinadas pruebas, presupone la
existencia de una "tarifa legal" en la cual por voluntad de la ley a las pruebas
corresponde un valor demostrativo o de persuasión único, predeterminado y que no
puede ser alterado por el interprete.

Se incurre en error por falso juicio de convicción cuando se niega a la prueba ese
valor que la ley le atribuye, o se le hace corresponder uno distinto al que la ley le
otorga.

En este evento, el juzgador parte del supuesto de que la prueba fue debidamente
incorporada al proceso, pero se equivoca al valorarla frente a la tasación de su mérito
persuasivo o en la determinación de su eficacia jurídica, ambas características
señaladas de antemano por la ley.

De igual manera, invariablemente ha sostenido la jurisprudencia que en casación muy


ocasionalmente podría tener cabida la postulación de errores de derecho por falso
juicio de convicción, puesto que, salvo específicas excepciones, el procedimiento
penal colombiano no contempla un sistema de apreciación probatoria tarifado, sino
que, por el contrario, rige la sana crítica.

Ejemplos de tarifa legal, en sentido negativo, son los siguientes:

El artículo 247 del Código de Procedimiento Penal anterior, modificado por el artículo
15 de la Ley 504 de 1999, expresaba: "En los procesos que conocen los Jueces
Penales del Circuito Especializado no se podrá dictar sentencia condenatoria que
tenga como único fundamento uno o varios testimonios de personas cuya identidad
se hubiere reservado."

El artículo 248 de la Constitución Política establece: "Unicamente las condenas


proferidas en sentencias judiciales en forma definitiva tiene la calidad de
antecedentes penales y contravencionales en todos los órdenes legales."

El censor cuestiona el poder de convicción que los jueces de instancia encontraron en


los medios de prueba, específicamente en los testimonios de los parientes de la
víctima, como si ignorase que el grado de persuasión que el funcionario percibe en las
pruebas deriva del ejercicio del poder discrecional que le confiere la ley. Así las cosas,
el criterio valorativo distinto que presenta el impugnante carece de entidad para
estructurar un error sobre el cual se pueda edificar el cargo en casación.

Con frecuencia, y así ocurre en este caso, lo que se presenta en realidad es una
disparidad de criterios, una diversa óptica de entendimiento entre el casacionista y el
Tribunal, pues, como si se tratara de ahondar en el debate, se pretende hacer
prevalecer la opinión jurídica personal del interesado sobre el raciocinio de la
Corporación.

En efecto, el problema subyace en la fuerza de convicción o el poder de persuasión


que el Tribunal otorgó al acopio probatorio, asunto en el que prevalece el criterio
jurídico del funcionario judicial, toda vez que no existe tarifa legal o asignación ex
ante del mérito a las pruebas, sino que con la adopción del método de interpretación
denominado sana crítica, artículos 254 y 294 del Código de Procedimiento Penal
(Decreto 2700 de 1991), y artículo 238 del nuevo régimen de procedimiento (Ley 600
de 2000), el juez tiene cierto grado de libertad o discrecionalidad frente al conjunto de
pruebas para arribar a un estado de conocimiento acerca de los sucesos y de la
responsabilidad penal, estado que puede ser de certeza o de duda según las
circunstancias específicas de cada evento concreto. Ese margen para la movilidad
intelectual en la asignación del mérito a las pruebas encuentra límite en los
postulados de las ciencias, las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia
común.

De ahí que, salvo contadas excepciones expresamente consagradas en la ley, no se


admita en casación penal la postulación del error de hecho por "falso juicio de
convicción", que, se insiste, sería propio de un sistema probatorio tarifado.

2. Tratándose de la incursión en error de hecho por falso raciocinio, era obligatorio


para el casacionista demostrar que en su proceso intelectivo frente a la prueba el
Tribunal vulneró los postulados de la sana crítica, es decir, las reglas de la lógica, las
máximas de la experiencia común y las leyes de las ciencias.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Esta modalidad de error tiene su propia técnica, especialmente en cuanto exige al


demandante demostrar cuál postulado científico, o cuál principio de la lógica, o cual
máxima de la experiencia fue desconocido por el juez. A continuación, indicar la
trascendencia de ese error de modo que sin él el fallo hubiera sido diferente, y
concomitantemente indicar cuál era el aporte científico correcto, o cuál el raciocinio
lógico, o cuál la deducción por experiencia que debió aplicarse para esclarecer el
asunto debatido.

3. Otra impropiedad que conspira contra la prosperidad del cargo, como lo destacó el
Procurador Delegado, radica en que se postularon dos hipótesis distintas y
excluyentes en el mismo capítulo de la demanda: la justificación de la conducta por
legítima defensa, y la degradación del homicidio a la modalidad culposa.

La anterior impropiedad conspira contra la lógica que debe presidir las censuras que
se postulan a través del recurso extraordinario contra el fallo proferido por el Tribunal
Superior. Si bien, la normatividad procesal permite formular cargos excluyentes en el
cuerpo de la misma demanda, exige que lo haga separadamente y de manera
subsidiaria. La omisión en este aspecto resulta insoslayable para la Corte por virtud
del principio de limitación que gobierna la casación, el cual impide a la Sala corregir
tales deficiencias y escoger entre los motivos contradictorios propuestos el que ha de
examinar.

Dislate no menos importante se constata en la parte final del libelo, en cuanto el


defensor deja "a criterio de la Corte entrar a analizar si el procesado actuó en exceso
(sic) en la defensa."

Igual que en el caso anterior, el principio de limitación que regía el recurso al tiempo
de presentar la demanda (artículo 228 Decreto 2700 de 1991), y que ahora estatuye
el artículo 216 del nuevo Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), prohibe a
la Corporación tener en cuenta casuales de casación distintas a las expresamente
alegadas por el impugnante.

Aquella limitación se traduce en la imposibilidad de que la Corte Suprema de Justicia


pueda adentrarse de oficio en la exploración de vías o caminos para llegar a la
casación del fallo, cuando no hubieren sido propuestos y sustentados con la técnica
que el recurso extraordinario exige.

4. Con la entrada en vigencia del nuevo Código Penal, Ley 599 de 2000, se abre la
posibilidad de aplicar las disposiciones que este régimen contempla, por favorabilidad
respecto de las anteriores, si a ello hubiere lugar.

No obstante, como no se casará el fallo del Tribunal Superior de Pereira, la Sala no


tiene competencia para decidir al respecto. En cambio, al quedar ejecutoriada la
sentencia, la competencia radica en el Juez de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, como lo dispone el numeral 7° del artículo 79 del nuevo Código de
Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), solución que se ajusta a derecho y que
garantiza el principio de la doble instancia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pareira
PROCESADO : PULGARIN AGUDELO, ORALIO DE JESUS
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 11491

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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DOLO EVENTUAL/ CULPA CON REPRESENTACION

El demandante toma una frase del Tribunal -fuera de contexto- para colocar al mismo
transitando la contravía del error. De ahí la importancia de transcribir en su integridad
el párrafo en el que es encuentra la frase a que alude el impugnante que se resaltará
en negrillas; así, pues:

"En el dolo eventual, según la jurisprudencia y la doctrina, el autor se representa la


posibilidad de producción de un resultado ilícito, y, no obstante ello, realiza la
conducta, con lo cual acepta ese resultado. No es cierto, como lo afirma el recurrente,
que debe existir intención de matar o herir para que se dé el dolo eventual. Lo que
ocurre en esta forma de culpabilidad es que cuando se prevé un resultado como
posible, ocasionarlo, equivale a quererlo, según criterio de Maggiore, o como sostiene
Beling que para que haya dolo eventual no es necesario que el autor quiera resultado,
sino que basta que "no no lo quiera"...". A continuación el Tribunal cita a un autor
nacional, así: "La previsibilidad del resultado presupone que el autor esté en
condiciones de anticiparse mentalmente la potencialidad del acto realizado para
desembocar en el evento típico no querido, y en tal sentido supone la idea de que
existe un riesgo para el bien ajeno, riesgo que, de aceptarse, llevará al dolo eventual
", diferenciando éste de la culpa con previsión "en la cual -prosigue el Tribunal- el
agente rechaza o trata de evitar infructuosamente ese riesgo. En la culpa sin
representación, llamada también inconciente, el autor ignora "la eficacia causal de su
conducta respecto al efecto nocivo " o las circunstancias en las cuales se desarrolló
esa misma conducta, según criterio de Federico Estrada Vélez. En el caso que se
analiza, PINZON CHAPARRO no ignoraba que María Carrillo se encontraba en la
habitación hacia la cual dirigió el tiro, luego sí era consciente de la posibilidad de
riesgo que corría la víctima. Pretender descartar el dolo eventual con el argumento de
que el autor no conocía la occisa, no es de recibo en el presente caso. Lo uno, porque,
como ya se dijo, no era necesaria la intención de matar, pues de haberse dado ésta,
estaríamos frente a un dolo directo. Lo segundo, porque el actor reaccionó frente a la
negativa de una mujer en atenderlo, sin importar quién haya sido; simplemente,
disparó contra la puerta de la habitación de una meretriz, estando en su interior, por
el hecho de no atender un requerimiento suyo, no importando si la conocía o no.
Igualmente de haber hecho el militar dos, tres o más disparos contra la puerta, ya no
estaríamos frente a un dolo eventual, sino directo."

Se reitera: de este atinado contexto el libelista extrae la frase "No es cierto, como lo
afirma el recurrente, que debe existir intención de matar o herir para que se dé el
dolo eventual", para sostener que el Tribunal incurrió en enorme dislate, citando para
corroborar su aserto, la siguiente jurisprudencia de esta Colegiatura de noviembre 25
de 1987:

" ...a pesar de la inmensa similitud que existe entre este fenómeno jurídico (la culpa
con representación) y el dolo eventual, es bien sabido que mientras en aquella se
rechaza el resultado antijurídico como posible, en éste no solo se prevé el resultado
sino que se asume, es decir, hay una aceptación del resultado como propio, como
consecuencia de la acción, de allí entonces que mientras la característica de la culpa
en sus diversas modalidades es la ausencia de intención, la nota diferenciadora del
dolo eventual es que además de representación hay voluntariedad . ... .La segunda de
las situaciones contemplada en el artículo 36 alude entre otros, al dolo eventual
porque en tal prescripción legal se establece que el sujeto agente prevé una conducta
como ilícita, y a pesar de ello la acepta y sigue adelante en la búsqueda del fin que
inicialmente ha motivado su acción. El dolo eventual, debe recordarse, como lo
enseña el profesor Jiménez de Asúa, existe cuando el sujeto se representa la
posibilidad de un resultado que no desea, pero cuya producción consciente en última
instancia, corriendo el riesgo de causarlo con tal de obtener el efecto que quiere ante
todo. En esta forma de culpabilidad, entonces, subsiste la intencionalidad del agente
de producir un determinado efecto; el actor no solamente se representa la
probabilidad de un resultado no querido inicialmente, sino que a pesar de ello, realiza
la conducta que guía su acción, hace suya la eventualidad, la admite y se
compromete con ella ...y es precisamente en esta intencionalidad, en donde radica la
diferencia entre el dolo eventual y la llamada culpa con representación...".

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Desde luego que si se aprecia fuera de contexto la frase que tomó el demandante
para realizar su crítica, habría que decir que éste tiene toda la razón, en cuanto que
así, aisladamente, es un desaguisado sostener que no es cierto que debe existir
intención de matar o herir para que se dé el dolo eventual. Pero si las cosas se
analizan en su integridad se verá que el pensamiento del Tribunal apuntaba a
diferenciar el dolo eventual del dolo directo -también conocido como intencional o
determinado- y que en palabras simples se da "cuando hay perfecta correspondencia
entre la voluntad del agente y su resultado.

Por lo demás basta mirar las citas con que adoba su pensamiento el sentenciador
para que se aprecie debidamente que su concepción del dolo eventual es atinada,
salvo en la infeliz expresión que se comenta.

Pero lo más importante está en que los hechos -en su realidad fáctica y como los
valora el Tribunal- inequívocamente conducen a pregonar la real existencia del delito
de homicidio, con dolo eventual. Diáfanamente aflora que allí se consideró que (...)
no pudo menos de prever que con su disparo contra la puerta podía herir -y de
muerte- a la mujer que en el interior de la alcoba al que aquella conducía, se
encontraba y, empero, asumió a conciencia ese riesgo, y con voluntariedad, disparó,
aceptando el evento y causándole la muerte. Esta es una verdad de canto llano en el
proceso. Por eso se ha dicho que el dolo es eventual en el caso en que la previsión de
un resultado antijurídico, ligado solo eventualmente a otro inequívocamente querido,
no detiene al agente en la realización de su propósito inicial con razón señala Díaz
Palos que "el elemento emocional no es pura volición, sino actitud de la voluntad
frente a lo representado, de tal modo que NO SOLO DEBE CONTAR LO DIRECTAMENTE
QUERIDO, SINO TAMBIEN LO IMPLICITAMENTE ADMITIDO" (Culpabilidad Jurídico Penal
Ed. Bosch.) .

Sí (...), quería disparar contra la puerta con fines intimidatorios o para agraviar a
quienes se negaron a prestarle el servicio que demandaba, como así lo había
anunciado, sabía que, disparando, podía herir de muerte a la persona que se
encontraba dentro María Gregoria Carrillo Jiménez, y no le importo ésto con tal de
llevar a cabo su propósito inicial; disparó y la mató: aceptando y asumiendo el evento
de hacer blanco en ello y causarle la muerte. El dolo, entonces, surge del
consentimiento (implícito) de lo que se consideró probable.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 29/10/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Soacha
PROCESADO : PINZON CHAPARRO, SANTANDER
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10009

PUBLICADA : Si

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA-Facultad para resolver colisiones de


competencia/ COLISION DE COMPETENCIA-Tribunal Superior Militar-Fiscalía/
JUSTICIA PENAL MILITAR/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION/ CONSEJO
SUPERIOR DE LA JUDICATURA

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

No existe mandato legal que le otorgue competencia a la Corte Suprema de Justicia,


Sala Plena, ni a esta Sala, para definir el conflicto surgido entre el Tribunal Superior
Militar y una Fiscalía Delegada ante esa corporación.

Los despachos trabados en la controversia aluden a que corresponde a la Sala Plena


de la Corte Suprema de Justicia su definición, evocando el artículo 17-3 de la Ley
Estatutaria de la Administración de Justicia, precepto que se refiere a los conflictos de
competencia que se puedan presentar en la jurisdicción ordinaria, en la cual no está
incluida la jurisdicción penal militar.

Tampoco a la Sala de Casación Penal le está conferida esa atribución, pues mientras
el artículo 16 de la ley 270 de 1996 se la otorga exclusivamente tratándose de
conflictos de competencia que, en el ámbito de su especialidad, se susciten entre las
Salas de un mismo Tribunal, o entre Tribunales, o entre éstos y juzgados de otro
distrito, o entre juzgados de diferente distrito, el artículo 75-4 del Código de
Procedimiento Penal, se refiere a las controversias que se puedan suscitar entre las
autoridades allí enumeradas, en asuntos de la jurisdicción penal ordinaria, y de ésta
no hace parte la justicia penal militar.
Auscultando el nuevo Código Penal Militar (ley 522 de 1999), ningún precepto de ese
conjunto normativo le otorga competencia funcional a la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia para resolver los conflictos de competencia surgidos entre
los funcionarios adscritos a la jurisdicción penal militar.

2. Cuando la controversia se plantea entre jueces penales militares o el Tribunal


Superior Militar y los Fiscales Penales Militares, al no existir superior común, el artículo
274 de la mencionada ley 522 le asignó competencia para dirimirla a la Sala
Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 30/10/2001
DECISION : Se abstiene de dirimir y remite al Consejo S. de
la J.
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RODRIGUEZ BUSTOS, JESUS HERLEY
PROCESADO : GUTIERREZ MESA, JHONNY
DELITOS : Lesiones personales
PROCESO : 18358

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/ REFORMATIO IN PEJUS-Parte civil/


DEMANDA DE PARTE CIVIL/ CASACION OFICIOSA-Presupone una demanda
en forma

1. El casacionista, al desarrollar el cargo, atribuye como motivo de violación directa


de la ley sustancial, el hecho de haber reabierto el ad quem el debate probatorio para
efectuar una valoración que lo condujo a revocar la condena, absolviendo al
procesado, argumentación con la cual, al entrar en esa discusión, se ubica en el
ámbito de la violación indirecta.

El concepto jurídico de violación directa de la ley sustancial para los efectos del
recurso extraordinario de casación, comporta la aceptación del aspecto probatorio
conforme hubiere sido considerado en la sentencia acusada, por cuanto que en el
primer cuerpo de la primera causal señalada en el artículo 220 del código de
procedimiento anterior (207 del actual) sólo se discute la selección de la norma
sustancial o su interpretación, ya por haberse dejado de aplicar la adaptable al caso,
ora por haberse aplicado una que no le correspondía, o bien por interpretar
equivocadamente la correctamente escogida. Bajo estos presupuestos y confrontados
con la dialéctica a la que acudió el censor, según lo expresado en el párrafo anterior,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

se tiene que el libelo se apartó de la expresión de la causal con la claridad y precisión


que el legislador exige en la demanda al recurrente, como requisito formal ineludible
en aquella.

2. Carece de solidez la objeción formulada a la sentencia de segunda instancia,


consistente en que se profirió con desconocimiento de la prohibición de reformar
peyorativamente la decisión concerniente a la parte civil, por cuanto que al tenor del
artículo 31 de la C.N., en concordancia con los artículos 17 y 217 del C.P.P., esta
restricción opera sólo en favor del condenado, en el sentido de no agravársele la
pena cuando éste sea apelante único, presupuesto que ni la constitución ni la ley
extienden a la parte civil.

3. El escrito de demanda desatendió la formulación de la proposición jurídica en los


términos que la ley procesal penal y la jurisprudencia lo demandan. La parte civil,
como sujeto procesal recurrente, ha debido integrar aquella y encaminar la
pretensión indemnizatoria con base en las disposiciones de naturaleza civil, exigencia
que ignoró por completo, A este desacierto suma además la omisión en expresar el
sentido de la violación infringida a las normas que invocó como quebrantadas.

Los defectos de técnica advertidos en el acápite anterior obligan a desestimar ese


libelo por la ineptitud de la demanda. Esta es la consecuencia jurídica que se impone,
conforme al criterio que en forma pacífica y reiterada ha venido sosteniendo la
Sala*. Dijo la Sala, refiriéndose a la decisión que se debe adoptar cuando al decidir
el recurso se advierte que obra una causa para desestimar la demanda, con ponencia
del Magistrado Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote:

"........la simple inadvertencia de la causa a la hora de concederse el recurso o de


inadmitirse la demanda no hace que el vicio pierda eficacia, sino que lo que era causa
de rechazo o inadmisión se convierta en causa de desestimación, ya que todo
depende de la fase procesal en que se tome la decisión, pues el auto de admisión
erróneamente proferido, no obliga a tomar decisión alguna de fondo al estudiar los
reparos hechos a la sentencia del Tribunal y determinar el vicio o la índole de la
pretensión, dado que carece de fuerza vinculante no porque se estime ilegal, sino
porque carece de efecto, y pensar en atribuirle capacidad saneadora al auto de
admisibilidad equivaldría, como se ha dicho, a comprometer a la Corte en el nuevo
error de asumir una competencia de que carece, la cual queda limitada
exclusivamente a tomar esta decisión, dado que el objeto de fallo, como es la
demanda, no puede proferirse ante su ineptitud." (Subraya fuera del texto)

3. El Ministerio Público, ante las nulidades que afectan el proceso o la sentencia


acusada, tiene facultad para solicitar que se decreten de oficio, sobre la base de una
demanda que, por ajustarse a los requisitos exigidos formalmente por la ley se estime
técnicamente ajustada a derecho, de tal manera que, si el libelo, por el contrario, no
cumple estas elementales condiciones de admisibilidad, impide a la Corte la
posibilidad de casar oficiosamente la sentencia, en los términos del artículo 228 del
C.P.P. anterior (artículo 216 de la ley 600 de 2000).

En el caso presente, la casación oficiosa sugerida por la Procuradora Delegada para


que se case la sentencia, no es entonces de recibo, como consecuencia lógica de las
razones expuestas al examinar el cargo formulado por el demandante, dado que, se
reitera, la casación oficiosa sólo procede a partir de demandas presentadas en forma,
y la examinada en el sub judice no cumple estas exigencias.

Como ya se expuso, la Sala se ha referido a la demanda en forma como presupuesto


insuperable de la facultad de casar oficiosamente la sentencia, en forma por demás
reiterada.** En sentencia del 25 de octubre de 1999,*** dijo la corporación:

"El artículo 228 del ordenamiento procesal penal sí dispone que, en tratándose de la
causal de nulidad, la Corte deberá declararla de oficio; pero no puede perderse de
vista que tal precepto supone que el recurso ha sido admitido por la existencia de una
demanda en forma. Es decir, como la demanda formalmente estructurada abre el
debate propio de la impugnación extraordinaria, es posible que la Corte en la decisión
declare una nulidad procesal no pedida por el recurrente, así haya sido otro el motivo
de casación elaborado por éste"

En consecuencia, si la demanda debe ser desestimada, la Corte no adquiere


competencia para examinar el recurso y, por consiguiente, tampoco para decretar de
oficio la nulidad impetrada por el Ministerio Público.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

_________________________________
* Radicados números 13.689, y 18.075, entre otros.
** Radicados números 10.858, 17.736, 17.150, 13.121, 11.253, 14.375, entre otros.
*** Magistrado Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 01/11/2001
DECISION : Desestima la demanda presentada por la parte
civil
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : BLANCO MALDONADO, LUIS DAVID
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 14635

PUBLICADA : Si

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DERECHO SUSTANCIAL/ NORMA PROCESAL/ CASACION-Quántum


punitivo/ REPOSICION

1. La interpretación que el impugnante hace del principio de prevalencia del derecho


sustancial, consagrado en el artículo 228 de la Constitución Nacional, es equivocada.
La Corte Constitucional, al precisar su alcance, ha sido persistente en sostener que su
primacía no significa que las normas de derecho procesal que regulan los requisitos y
formalidades de los procedimientos puedan ser ignoradas por las partes, o que
carezcan de valor o significación, puesto que también ellas cuentan con fundamento
constitucional, y hacen parte del debido proceso.

También ha dicho que cuando las normas procesales establecen un recurso, y señalan
unas condiciones para su ejercicio, el impugnante debe sujetarse a ellas, y si no lo
hace, o los presupuestos fácticos para acceder a la impugnación no se cumplen, no le
es dado propender por el desconocimiento de la norma procesal con el argumento de
que el derecho sustancial prevalece sobre el adjetivo, por las razones que viene de
ser precisadas, y porque "el entendimiento cabal del precepto constitucional apenas
conduce a definir las normas procesales, y el proceso en sí, como un medio para
realizar el derecho, para que la norma jurídica se aplique al caso concreto" (Cfr. C-
215/94 Magistrado Ponente Dr. Fabio Morón Díaz ; C-446/97 Magistrado Ponente Dr.
Jorge Arango Mejía; Sentencia T-323/99 Magistrado Ponente Dr. Gregorio Hernández
Galindo, entre otras).

La alegación del impugnante en el caso sub judice entraña la pretensión de que la


Corte desconozca los requisitos legalmente establecidos para la procedencia de la
casación, entre ellos el de la pena, y proceda a declarar en trámite el recurso, por el
hecho de estarse alegando una nulidad por violación de una garantía fundamental, y
tratarse de uno de los motivos que la Corte debe estudiar de oficio en sede
extraordinaria, de conformidad con lo establecido en el artículo 228 del Decreto 2700
de 1991 (216 del nuevo estatuto).

Esta pretensión resulta inaceptable por dos razones elementales. En primer lugar,
porque admitir la casación sin cumplir los requisitos legalmente establecidos para su
procedencia, implicaría desconocer el ordenamiento jurídico, y asumir el
conocimiento de un proceso sin tener competencia para hacerlo. En segundo término,
porque la facultad oficiosa consagrada en el artículo 228 del anterior estatuto (216
del nuevo) presupone que el recurso sea procedente, y que la demanda haya sido
presentada en forma, es decir, que reúna los requisitos mínimos de estructura y
contenido requeridos para su admisión, condiciones que no se cumplen en el presente
caso. La casación común, por no concurrir el requisito de punibilidad requerido para
su aceptación, y la excepcional, porque el actor no la invocó, ni demostró su
procedencia.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. El artículo 1º de la ley 553 del 13 de enero del 2000, subrogatorio del 218 del
Decreto 2700 de 1991, estableció como requisito punitivo para poder acceder a la
casación que el delito objeto de juzgamiento tuviese señalada pena privativa de la
libertad cuyo máximo excediera de ocho (8) años de prisión. Con fundamento en esta
disposición, y lo preceptuado en el artículo 18 transitorio ejusdem, que ordenaba
aplicar dicha normatividad a los procesos en los cuales la casación fuese interpuesta
durante su vigencia, la Corte declaró improcedente la impugnación, en la
consideración de que la pena prevista para el delito de peculado culposo, no cumplía
el requisito requerido por la nueva normatividad.

Mediante sentencia C-252 del año en curso, la Corte Constitucional declaró


inexequible el artículo 18 transitorio de la referida ley por considerar que vulneraba el
principio de favorabilidad, ya que los nuevos requerimientos de carácter punitivo para
acceder a la casación solo podían ser aplicados a los procesos por delitos cometidos a
partir de la vigencia de la ley que los establecía. En torno al punto, precisó: "Se
vulnera el principio de favorabilidad, cuando la norma demandada aumenta a ocho
(8) años la pena de los delitos en los que procede la casación penal y dispone que ella
se aplique a los procesos en los que se interponga la casación a partir de la vigencia
de la nueva ley, pues ella tan solo puede aplicarse a los procesos por los delitos que
se hubieran cometido con posterioridad a la fecha en que entró a regir, esto es, el 13
(sic) de enero de 2000".

Pues bien. Al ser reexaminado el caso frente a la decisión de la Corte Constitucional,


se tiene que tampoco habría lugar a la casación, porque para la fecha en que
ocurrieron los hechos (26 de septiembre de 1996), se encontraba vigente el artículo
35 de la ley 81 de 1993, modificatorio del 218 del Decreto 2700 de 1991, que
establecía como requisito para recurrir en sede extraordinaria que el delito objeto de
juzgamiento tuviese señalada pena privativa de la libertad cuyo máximo fuera o
excediera de seis (6) años, y el ilícito por el cual se condenó al procesado (peculado
culposo) adscribe un máximo de solo cuatro (4) años.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 01/11/2001
DECISION : No repone auto que inadmitio demanda por
requisito de
punibilidad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : CORONEL LOZANO, CARLOS ALBERTO
DELITOS : Peculado por uso
PROCESO : 17566

PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera/ INFORME/ FALSO JUICIO DE


CONVICCION/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ CASACION-Principio de
limitación

1. Cualquiera sea la causal invocada, la demanda de casación no es un escrito de libre


elaboración, porque debe cumplir los requisitos establecidos por el Código de
Procedimiento Penal, como citar las normas que se considere infringidas, determinar
la clase de quebrantamiento, indicar los fundamentos completos con claridad,
precisión y lógica, en armonía con la naturaleza del vicio reprochado, además de
demostrar la trascendencia del yerro en la decisión.

En cuanto al PRIMER CARGO, se debe reiterar que La causal tercera no constituye una
excepción a los requerimientos de claridad y precisión que se acaba de anotar, siendo
además indispensable señalar la clase de nulidad que se alega, exponer sus
fundamentos y las irregularidades que la generaron, por qué son insubsanables, cómo

110
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

trascendieron en el trámite o contra el derecho de defensa y repercutieron en la


sentencia, indicando motivadamente el instante procesal a partir del cual se solicita la
invalidación.

Independientemente de haber omitido la identificación de los sujetos procesales, muy


simple condición incluida en el ordinal primero del artículo 225 del estatuto procesal
penal de entonces, ahora 212, el libelo tampoco cumple con la mayoría de esas otras
exigencias, de mayor significación, empezando por no señalar la causal de nulidad
que aduce, entre las tres previstas en el artículo 304 de ese anterior estatuto, 306
actual. Así mismo, es desatinada la indicación de las disposiciones legales que estima
infringidas.

2. Con relación al SEGUNDO CARGO, el censor aduce error de hecho en la apreciación


de la declaración rendida por Erbey Camacho Lozada y el informe del investigador
Luis Enrique Andrade Narváez, acudiendo al artículo 50 de la Ley 504 de 1999, acerca
de la carencia de valor probatorio de los informes de la Policía Judicial.

Sin perjuicio de que hayan rendido testimonio propiamente tal y no se trate


simplemente de lo reportado a manera de "informe", que habría sido presentado
durante la investigación previa y como resultado de la expresa comisión conferida a
la Policía Judicial por el Fiscal competente, debe indicarse que no se trataría del yerro
invocado, porque aparentemente se le estaría dando al informe del detective un valor
del cual carece legalmente, lo que constituiría un error de derecho, por falso juicio de
convicción; o si se tuvo en cuenta como testimonio alguna versión no recibida por
autoridad competente, podría más bien aducirse falso juicio de legalidad.

3. Le asiste razón al impugnante acerca de no adaptarse "a las exigencias para esta
clase de procedimientos" y haber incurrido en errores de técnica en la elaboración del
libelo, pero no en que el asunto pueda superarse por la prevalencia de la ley
sustancial, con lo cual estaría transfiriéndole a la Corte el deber, que le corresponde al
censor, de determinar y comprobar los posibles yerros, olvidando que se halla
sometida por el principio de limitación y que la casación es por naturaleza rogada,
quedando tan solo, por supuesto frente a una demanda en forma, la oficiosidad
dentro de la casual tercera y cuando la sentencia atente contra las garantías
fundamentales de manera ostensible (art. 216 L. 600 de 2000), que no se vislumbra
en este caso.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Casación
FECHA : 01/11/2001
DECISION : No admite la demanda presentada y declara
desierta la
casación
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : ALGARRA ORTEGA, FREDY ALEXANDER
PROCESADO : BEJARANO OROZCO, CARLOS ENRIQUE
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 18341

PUBLICADA : Si

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TERMINO-Demanda de casación/ EJECUTORIA-De las providencias judiciales/


TERMINO-Constancias secretariales/ DEMANDA DE CASACION-
Extemporánea: Su declaración no sólo es competencia del Tribunal

1. En igual sentido radicación 17482 del 1 de noviembre de 2001.

2. Del examen del expediente se constata que el Tribunal ejerció implícitamente el


control sobre el requisito de procedencia relacionado con oportuna presentación de la
demanda, que le defería el citado artículo 6º de la ley 553 del 2000, al disponer,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

mediante proveídos de junio 19 y agosto primero del 2000 (fls.73 y 78/1), el envío del
proceso a la Corte para el trámite de la casación. Solo que lo hizo erradamente, pues
consideró, con fundamento en el informe secretarial respectivo, que había sido
presentada dentro de los términos establecidos en la ley, no siendo ello cierto.

No se trata, por tanto, que la Corte haya despojado al Tribunal de una función que le
era propia. Lo que ocurre es que en su condición de Juez de casación, corresponde a
ella la observancia del debido proceso casacional, para lo cual debe verificar si la
demanda ha sido presentada en forma, es decir, si cumple las exigencias de
procedencia, estructura y contenido, por lo que al advertir que había sido presentada
por fuera del término legalmente establecido, y que la decisión del Tribunal, al
respecto, resultaba equivocada, no podía hacer cosa distinta a declarar su
extemporaneidad.

Tampoco puede ser sostenido, como se da a entender por el impugnante, que la


facultad que la ley le otorga al Tribunal de decidir sobre este concreto aspecto de la
demanda (extemporaneidad), sea de carácter excluyente, pues lo pretendido con
esta preceptiva no fue convertir el Tribunal en un órgano de control único, sino
propiciar una decisión pronta sobre el punto, sin necesidad de la intervención del Juez
de casación, quien siempre reservará para sí el control por crítica vinculante al debido
proceso a ser observado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
FECHA : 01/11/2001
DECISION : No repone la decisión que inadmitió la demanda
por
extemporánea
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cúcuta
PROCESADO : FERREZ SUAREZ, MANUEL GUILLERMO
DELITOS : Acceso carnal abusivo con menor de 14 años,
Acto
sexual con menor de 14 años
PROCESO : 17628

PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA-Porte ilegal de armas de uso privativo de las


fuerzas armadas/ PORTE ILEGAL DE ARMAS DE USO PRIVATIVO DE LAS
FUERZAS MILITARES/ COMPETENCIA/ PORTE ILEGAL DE ARMAS DE
DEFENSA PERSONAL

Competiendo ciertamente a la Sala la definición del conflicto que en los anteriores


términos se ha planteado entre los despachos colisionantes, por disponerlo así de
manera expresa el artículo 18 transitorio de la Ley 600 de 2.000, su solución ya ha
venido siendo precisada con la asignación del asunto, en eventos como el que se
examina, al Juzgado Penal del Circuito, porque "si se aceptara que el mentado
numeral 5º del artículo 5º transitorio quiso comprender todos los comportamientos
señalados en los artículos 365 y 366 del C.P. no se entendería porqué no mencionó
todo el nombre dado a esas normas, a saber: "fabricación, tráfico y porte de armas de
fuego o municiones" y "fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso
privativo de las fuerzas armadas", respectivamente, sino que el término "porte" fue
suprimido". (Auto de 28 de septiembre de 2.001, M.P. doctor Jorge Córdoba Poveda).

"Una atenta lectura, dijo la Sala en la referida providencia, de la manera como fueron
titulados los artículos 365 y 366, en los que … se incluye no solo la fabricación y el
tráfico, sino el "porte" y del numeral 5º del artículo 5º transitorio, tantas veces
mencionado, en el que no se incluye el porte con relación a ninguna de las dos
normas citadas, ni la fabricación y tráfico de armas de defensa personal, de que trata

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

el artículo 365, lleva a concluir que de los comportamientos a que se refiere esta
última disposición, no son del conocimiento del juez especializado el porte de armas
de fuego de defensa personal, el porte de municiones (para armas de fuego de
defensa personal), ni el de explosivos, ni la fabricación, ni el tráfico de armas de fuego
de defensa personal; y que de las conductas señaladas en el 366, no son del
conocimiento del juez especializado, el porte de armas de fuego y de municiones de
uso privativo de las Fuerzas Armadas".

En consecuencia, como al procesado Yarce Arango se le imputó el porte de armas de


fuego y municiones tanto de defensa personal como de uso privativo, la competencia,
de acuerdo con lo analizado, atañe, en este asunto, al Juez Noveno Penal del Circuito
de Medellín, a quien, por secretaría, se remitirán las diligencias.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 01/11/2001
DECISION : Declara la competencia del juzgado 9 P. C. de
Medellín
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P. C. E.
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : YARCE ARAGON, SIER ANTONIO
DELITOS : Porte de armas de uso privativo de las F.M.
PROCESO : 18800

PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Ley 553 de 2000-Reforma al trámite/ CASACION-


Sentencia de segunda instancia/ TRANSITO DE LEGISLACION-Principio de
aplicación inmediata ley procesal/ CASACION DISCRECIONAL-Procedencia/
FAVORABILIDAD/ CASACION

1. Interpuesta la casación y presentada la demanda bajo el imperio de la ley 553 de


2000, y cuando aún no había sido proferido el fallo de constitucionalidad que separó
del ordenamiento jurídico los artículos 6º y 18 transitorio de la citada ley, entre otros,
en observancia del principio tempus regit actum según el cual las actuaciones
procesales cumplidas en vigencia de la ley que las rigió quedan consolidadas, su
trámite debe surtirse con arreglo a ésta, pues ante la ausencia de disposición en
contrario, el principio general consagrado por el artículo 40 de la Ley 153 de 1887
establece que "Las leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los juicios
prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir".

De acuerdo con esta disposición se debe concluir que, salvo los casos en que la
favorabilidad resulte procedente, la normatividad aplicable a la casación es la vigente
para el momento en que, por razón del proferimiento del fallo de segunda instancia,
se ejercita el derecho de impugnación, el cual se vincula inescindiblemente a la
naturaleza rogada del instrumento, y, por ende, a la facultad dispositiva atribuida a

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

las partes de perseguir el desquiciamiento del fallo de segunda instancia con ocasión
del agravio inferido, pero siempre dentro de un marco de oportunidad.

Ello si se toma en cuenta que el objeto de la impugnación extraordinaria no es otro


distinto que la sentencia de segunda instancia, calificada por la parte como lesiva del
ordenamiento jurídico y, consecuentemente, de sus intereses particulares, siendo, por
tanto, el fallo proferido por el ad quem, "el hecho" que da origen a la decisión del juez
de casación, en orden a que se restaure la vigencia del ordenamiento jurídico, y se
corrija el agravio inferido a la parte que a dicho mecanismo acude.

Lo expuesto ha sido enfatizado de antiguo por la Corte Suprema (cfr. auto casación,
agosto 18/94. M.P. Dr. SAAVEDRA ROJAS. Rad. 9645), y reiterado por la propia Corte
Constitucional (Sentencia No. T-1625/2000), tomando en cuenta la facultad
constitucional de configuración legislativa atribuida al órgano legisferante para
establecer procedimientos, señalar las reglas referidas a los medios de impugnación,
las clases de providencias contra las cuales proceden, los términos para interponerlos,
la forma de hacerlo, los motivos que pueden ser aducidos, los efectos en que deben
concederse, el trámite para su resolución y el funcionario competente para ello.

Si bien con posterioridad a tales pronunciamientos la Corte Constitucional expidió la


sentencia C-252 de 2001 que declaró inexequible, entre otros, el artículo 18
transitorio de la Ley 553 de 2000, de cuya lectura, podría concluirse, en principio, que
la normatividad aplicable en materia de casación, es aquella vigente al momento de
ocurrencia de los hechos, debe advertirse, sin embargo, que no se trata en este caso
de resolver un asunto relativo a la aplicación o no del principio de favorabilidad por
no versar sobre la calificación jurídica de la conducta o respecto de la duración o
modalidad de la pena correspondiente, ni de la concurrencia legislativa sobre el acto
mismo de impugnación, sino del tránsito legislativo de normas de carácter procesal
entre la época de ocurrencia de los hechos y aquella de finalización del proceso, y en
relación con el trámite a seguir con posterioridad a ésta, pues aún al amparo de la
legislación derogada por la ley 553 de 2000 el derecho de acudir en casación, se
mantiene, sólo que en este caso, para el momento de interposición del recurso, por
vía distinta de la común: la discrecional.

Dado entonces que la referida ley fue promulgada en el diario oficial No. 43855 del 15
de enero del 2000, se tiene que, acorde con lo establecido en los artículos 21
ejusdem, y 2º y 8º de la Ley 57 de 1985, entró a regir el día siguiente (16 de enero de
2000), y debe ser aplicada, en principio, a todos los procesos en los cuales se
interpuso la casación a partir de esa fecha, sin perjuicio de las excepciones
consagradas en los artículos 40 de la ley 153 de 1887, 29 de la carta política y 10º del
código de procedimiento penal (decreto 2700 de 1991), en relación con las
actuaciones, términos o diligencias iniciadas en vigencia de la normatividad anterior,
que deben continuar rigiéndose conforme a ella; y de disposiciones procesales de
efectos sustanciales, en cuyo supuesto se impone la aplicación de la ley más
favorable, no siendo este el caso presente, pues, se insiste, sea que se comparta o no
la tesis del juez de constitucionalidad sobre la violación del principio constitucional de
favorabilidad por la ley declarada inexequible, o se discrepe en torno a los efectos
vinculantes para el órgano jurisdicente de la fundamentación contenida en la
sentencia C-252 de 2001, de todas maneras, el demandante en este particular evento
ha hecho uso del derecho de impugnación extraordinaria por la vía prevista en el
ordenamiento entonces vigente, y cuando aún no había sido proferido el fallo de
constitucionalidad a que se ha hecho referencia, el cual eventualmente sólo podría
tener efectos hacia el futuro, toda vez que allí no se dispuso cosa diversa.

2. Así establecido el marco normativo que rige la impugnación a que se acude, ha de


reiterar la Sala que con la puesta en vigencia de la Ley 553 de 2000, en los asuntos
cobijados por ésta, la casación discrecional procede contra las sentencias
ejecutoriadas de segunda instancia, proferidas por los Tribunales Superiores de
Distrito Judicial, el hoy extinto Tribunal Nacional y el Tribunal Penal Militar, en los
procesos que se hubieren adelantado por delitos que tengan señalada pena privativa
de la libertad cuyo máximo sea hasta de ocho años, y, también, contra sentencias de
segunda instancia dictadas por los Juzgados Penales del Circuito, independientemente
del quantum punitivo establecido en la ley para el delito por el que se profirió el fallo.

De conformidad con la legislación vigente para el momento de su interposición en


este caso, la demanda de casación discrecional debe reunir los requisitos establecidos
por el artículo 8 de la citada ley, y presentarse dentro de los treinta días siguientes a
la ejecutoria de la sentencia de segunda instancia, expresando la necesidad de su

114
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

admisión para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos


constitucionales que hubieren sido transgredidos en el trámite ordinario del proceso,
únicos motivos por los cuales puede ser admitida, correspondiéndole decidir a la
Corte, en ejercicio de la discrecionalidad que la ley le otorga, si la admite o rechaza.

3. Igual sucede con la fundamentación de los motivos invocados con apoyo en la


causal tercera, en cuanto pone de presente haber sido dictada la sentencia en juicio
viciado de nulidad, de una parte, por falta de competencia del órgano jurisdicente, y,
de otra, por la violación del derecho de defensa al no haberse dado respuesta en el
fallo a las alegaciones presentadas, con lo cual denota la posibilidad de haber sido
transgredidas las garantías fundamentales del debido proceso constitucional y el
derecho de defensa, y el efecto negativo que ello pudo haber tenido para los
intereses de sus representados.
...

Como el demandante menciona haber sido transgredidas las garantías fundamentales


del debido proceso y el derecho de defensa, desarrollando sendos cargos acordes con
tales planteamientos, ello es suficiente para admitir la demanda, obviamente
reduciendo su trámite a estos específicos aspectos, y, de conformidad con el artículo
9º de la ley 553 de 2000, dispondrá que se surta el traslado al Procurador delegado
para que emita el concepto de rigor.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Casación Discrecional
FECHA : 01/11/2001
DECISION : Admite exclusivamente por lo referente al debido
proceso y derecho de defensa.
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : PABON CONTRERAS, GABRIEL
PROCESADO : TORO GALEANO, DIEGO FERNANDO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 17946

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NULIDAD-Principio de trascendencia/ INSPECCION JUDICIAL-Facultad del


funcionario

1. En primer lugar la Sala deja en claro que cuando la demanda apunta a la crítica del
testimonio -como en últimas sucede en este caso- al casacionista le corresponde, en
estricto sentido, acudir no a la nulidad sino a la causal primera, concretamente
violación indirecta de la ley sustancial, en su modalidad de falso raciocinio. No
obstante, se ocupa del fondo del asunto.

115
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Enseña el principio de trascendencia consagrado en el numeral 2º del artículo 310 del


Código de Procedimiento Penal (que corresponde a idéntico numeral del artículo 308
del estatuto derogado), que "Quien alegue la nulidad debe demostrar que la
irregularidad sustancial afecta garantías de los sujetos procesales, o desconoce las
bases fundamentales de la instrucción y el juzgamiento".

En este sentido, aducir como vicio que lesiona la validez del proceso la falta de un
determinado medio de convicción que el juez rehusó decretar, implica mostrar cómo
su contenido era tan sustancial que, de haberse incorporado, permitiría excluir o
atenuar la responsabilidad del procesado, no porque así lo afirme el demandante,
sino porque tal conclusión surja de la valoración que en conjunto ha de hacerse con la
prueba recaudada y considerada en la sentencia.

2. En este asunto, el libelista se lamenta porque la inspección judicial con


intervención de los hermanos (...) que no se practicó por la negativa del juzgado,
impidió establecer "las condiciones de audibilidad, visibilidad, distancias, posibles
elementos distractores, tergiversadores o impedimentos que pudiesen dificultar o
imposibilitar la auténtica y real percepción de lo acontecido"; que (...), quien se
encontraba dentro del establecimiento de comercio a donde fue arrojada por su
hermano, no podía ver desde allí a los motociclistas, ni podría reconocerlos a la
distancia de 300 metros que consignó el fiscal cuando examinó el lugar donde
ocurrieron los hechos; que en el parque donde jugaba (...) podía haber obstáculos que
le impidieran observar a (...) y, en fin, que tampoco pudo suplirse la prueba con las
fotos y el video que supuestamente se habrían tomado en el sitio, porque ni éste ni
aquéllas existían.
...

Por lo demás, como tuvo oportunidad de decirlo la Sala con ponencia del magistrado
RICARDO CALVETE RANGEL en la sentencia del 6 de julio de 1993, radicado 7.446, "…
la diligencia de inspección judicial con reconstrucción de los hechos es facultativa
para el juez, luego le está permitido prescindir de ella cuando evidencie que no hay
necesidad de fijar certidumbre sobre algunos aspectos, ni establecer homogeneidad
testimonial, porque los elementos de convicción obrantes en los autos ofrecen la
certeza suficiente".

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 01/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : VALENCIA TORO, GUILLERMO LEON
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio
PROCESO : 14133

PUBLICADA : Si

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RECURSOS-Interposición y sustentación ante el Despacho que profirió la


decisión/ REPOSICION-Sustentación extemporánea/ RECURSO DE HECHO

116
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De la anterior determinación fueron noticiados a través de comunicaciones libradas


por la Secretaria de la Sala el 26 de julio del citado año la procesada y su defensor, así
como el defensor del procesado no recurrente.

La notificación personal de la misma al Procurador 4° Delegado en lo Penal se cumplió


el 30 de julio de la misma anualidad, surtiéndose la notificación en cuanto a los
restantes sujetos procesales mediante estado fijado el 2 de agosto siguiente.

Así las cosas, como el memorial de reposición que ahora concita la atención de la
Corte se recibió en la Secretaría de la Sala el 9 de agosto del presente año, es claro
que lo fue cuando ya había transcurrido el lapso que la ley concede para la
interposición de los recursos ordinarios que, a voces del artículo 196 del estatuto
procesal penal ya citado, se circunscribe a los tres días siguientes a la última
notificación.

No obstante la claridad de la situación anterior, atendida la circunstancia de que el


escrito respectivo fue presentado

personalmente ante la Dirección Seccional de Administración Judicial de Pereira el 30


de julio del año en curso, bien está traer a colación lo que sobre el particular ha dicho
la Sala, a efecto de hacer claridad sobre las razones por las cuales es la fecha de
ingreso al proceso y no otra diferente la que se tiene en cuenta para tener por
acreditado o no el requisito de oportunidad referido a la interposición de los recursos.

En efecto, sobre el particular tiene dicho la Sala y ahora lo reitera:

"Es claro que los recursos son medios concedidos por la ley a los sujetos procesales,
para propiciar la corrección de los yerros en que hayan podido incurrir los servidores
judiciales, de manera que la facultad de interponerlos y el deber de sustentarlos
cabalmente, están radicados en el prudente criterio, idoneidad y responsabilidad del
interesado, que debe ejercer el derecho de impugnación, como toda postulación, al
interior del proceso correspondiente, por cualquiera de los medios autorizados por la
ley; de tal manera, la interposición y la sustentación tienen que hacerse valer ante el
despacho que profirió la providencia, y es con la fecha en que allí se acrediten que se
determinará si lo fueron dentro de los precisos términos instituidos al efecto" (Auto de
agosto 9 de 2001, M. P. NILSON PINILLA PINILLA, Rad. 18.445).

Es claro que si la notificación personal de una determinada decisión se realiza a


través de comisionado, como acontece cuando de procesados privados de libertad se
trata, por excepción el recurso puede ser interpuesto ante funcionario distinto al que
la profirió, pero siempre dentro de los términos que la ley prevé para ello.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Recurso de Hecho
FECHA : 01/11/2001
DECISION : Declara extemporáneo el recurso interpuesto
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judical
CIUDAD : Pereira
PROCESADO : SANZ AGUIRRE, MARYORY ANDREA
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 18444

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PECULADO POR EXTENSION/ PECULADO POR APROPIACION-


Consumación

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sin que a la Corte le corresponda establecer en este incidente las consecuencias que
se derivan de la vigencia del actual estatuto punitivo en punto de la adecuación típica
del comportamiento investigado en estas diligencias, si hubiere lugar a ellas, pues el
ámbito funcional se restringe a discernir la competencia ante las disímiles posturas de
los funcionarios trabados en el conflicto, resulta forzoso precisar en todo caso y de
antemano, que se endilga al procesado la apropiación de los dineros recibidos de la
Universidad Tecnológica del Chocó, por concepto del anticipo de un contrato de
suministros suscrito con dicho centro educativo y que debía destinar a la ejecución
del mismo.

En este orden de ideas, el delito endilgado se consumó cuando y donde el agente


efectuó los actos externos de disposición de tales dineros, a través de los cuales se
materializa la intención contraria a derecho de apropiárselos, esto es, de incorporarlos
al patrimonio particular sustrayéndolos de su afectación para los fines del contrato
estatal por razón del cual los había recibido; comportamiento que conforme es
admitido por los dos despachos judiciales tranzados en el conflicto, sucedió en la
capital del país.

En efecto, resulta inaceptable el planteamiento del Juzgado 18 Penal del Circuito de


Bogotá cuando admite la ocurrencia de tales manifestaciones de dominio en esta
ciudad, donde según consta en las diligencias, el procesado (...) consignó los valores
correspondientes al anticipo en una cuenta corriente sobregirada y contra la cual libró
por lo menos un cheque para cubrir obligaciones personales, para afirmar sin
embargo, que la consumación de la conducta aconteció en Quibdó por haberse
entregado y recibido allí el título valor girado por la Universidad del Chocó para cubrir
el anticipo, perdiendo de vista que esa circunstancia por si sola no revela nada
distinto del cumplimiento de las obligaciones surgidas del contrato estatal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 01/11/2001
DECISION : Dirime asignando al juzgado 18 P. C. de Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado 1 P. C.
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : HILL, KURT
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 18131

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CONCURSO/ ERROR EN LA PERSONA/ TENTATIVA DE HOMICIDIO/


HOMICIDIO CULPOSO/ LIBERTAD PROVISIONAL-Competencia para
otorgarla: Art. 19 transitorio ley 553

El defensor da a entender que el Tribunal arribó a la conclusión de que se carecía de


certeza probatoria para condenar y a pesar de ello lo hizo. Y aunque una
circunstancia así comporta ciertamente transgresión directa de la ley, no es verdad
que haya tenido ocurrencia en el caso examinado. Es lo que se desprende
claramente de la síntesis de la primera parte del fallo hecha en antelación por la Sala.
La segunda instancia, como es constatable sin dificultad, no dudó un solo momento
sobre la concurrencia de la prueba de certeza necesaria para condenar al procesado.
Y las supuestas dubitaciones que el casacionista le atribuye, no existen.

El Tribunal, en efecto, concluyó fehacientemente que (...) disparó en contra de su


yerno (...) y el proyectil lo recibió su hija en la cabeza, debido a que se cruzó
intempestivamente. Y lo que hace enseguida la Corporación es una inferencia
razonable que no se podía expresar en términos distintos a los que quedaron escritos.

"…teniendo en cuenta que la hoy occisa era de una estatura de solo 1.52 metros y
recibió el tiro en la frente, como su compañero tenía mayor altura, de no haberse

118
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

interpuesto TEMILDA, el proyectil habría hecho impacto seguramente en la región


pectoral de MIGUEL", es lo que dijo el sentenciador y es de donde el censor, sin razón,
extrae que el fallo se apoyó en simples posibilidades. Si el disparo lo dirigió el
sindicado en contra de (...) y este no sufrió ninguna herida, el examen de la tentativa
de homicidio implicaba necesariamente un juicio sobre lo que habría sucedido de no
haberse interpuesto en la trayectoria del disparo (...). Y lo que habría acontecido,
seguramente, es que la bala habría interesado una parte vital del cuerpo de (...). Es lo
que expresa la sentencia y en forma alguna ello traduce una posibilidad o suposición,
sino la afirmación categórica de la existencia de certeza probatoria en cuanto a la
estructuración del hecho punible de tentativa de homicidio por el cual el procesado
fue declarado penalmente responsable.

El segundo reclamo que realiza el demandante en el marco del mismo cargo


examinado, que debió haber propuesto y desarrollado suficientemente en una
censura separada, tampoco tiene prosperidad. La adecuación típica hecha por las
instancias, en lo que a la acción de disparar por parte del procesado (...) se refiere, es
decir homicidio culposo en relación con el resultado no querido pero obtenido por
razón de su actuar imprudente (la muerte de su hija ....) en concurso con homicidio
tentado respecto del resultado hacia el cual orientó su conducta y que no se logró por
circunstancias ajenas a su voluntad (el intento de matar a ...), es una tesis admitida
doctrinal y jurisprudencialmente. Y que exista una distinta, sin más, no es
demostrativo de que el Juez, al no optar por ésta, haya incurrido en violación directa
de la ley.

El concurso de delitos, tanto en el Código Penal de 1980 como en la ley 599 de 2000
(arts. 26 y 31, respectivamente), es una noción en la cual está comprendida la
posibilidad de afectar con una sola acción u omisión varias disposiciones de la ley
penal o varias veces la misma disposición. Y es lo que pasó en el caso examinado.
Con una sola conducta el procesado incurrió en dos delitos y eso en forma alguna
significa que se le sancionó dos veces por el mismo hecho, como lo propone el
casacionista. La circunstancia de que intempestivamente (...) se haya interpuesto en
la trayectoria del disparo e impedido con ello que su compañero lo recibiera, no
disuelve el intento de homicidio. En casos así, como lo decidieron las instancias y ha
sido la posición de la Corte, concurre con la tentativa del homicidio -es decir con el
delito querido que significó la puesta en peligro del bien jurídico de la vida- el hecho
punible que corresponda al resultado finalmente logrado, materializado en el daño
efectivamente causado e imputable, según sea el caso, a título de culpa o de dolo.

No se sancionó dos veces por el mismo hecho al procesado, en consecuencia, sino


simplemente, al poner dolosamente en peligro la vida de (....) y causar culposamente
la muerte a su hija (...), la misma acción estructura el concurso delictual derivado en
las instancias. Y no se trata de una solución ilógica por el hecho de la mayor
punibilidad asociada al delito frustrado que al consumado. Simplemente es mayor el
disvalor de intentar matar que el de hacerlo accidentalmente y esto se encuentra
reflejado en la ley al sancionarse con mayor rigor los delitos intencionales que los
culposos.
...

El Procurador Delegado le solicitó a la Sala, en virtud de resultar favorables al


procesado algunas disposiciones de la ley 599 de 2000, la redosificación de la pena
privativa de la libertad impuesta en la sentencia condenatoria. Se trata de una
competencia de la cual carece la Corte como Tribunal de casación. La misma está
atribuida al Juez de Penas y Medidas de Seguridad a partir de la ejecutoria sentencia,
de conformidad con el artículo 79-7 del Código de Procedimiento Penal. Y antes de
que haga tránsito a cosa juzgada, cuando se trate de examinar la procedencia de la
libertad provisional por la vía del numeral 2º del artículo 365 del mismo Código, dicha
consideración de favorabilidad es competencia del Juez de 1ª instancia, en
concordancia con el artículo 19 transitorio de la ley 553 de 2000, cuya vigencia ha
sido afirmada por la Corte.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 06/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CARVAJASL GAMEZ, LUIS EDUARDO

119
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas,


Homicidio
culposo
PROCESO : 13976

PUBLICADA : Si

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DEFENSA TECNICA-Indagatoria-Ciudadano honorable/ DEFENSA TECNICA-


Silencio como estrategia defensiva/ RESOLUCION DE ACUSACION-
Nomenclatura penal/ HOMICIDIO-Agravante numeral 4° del art.324 del C. P./
INDAGATORIA

1. como se sabe para el censor si bien la sentencia C-049 proferida por la Corte
Constitucional el 8 de febrero de 1.996, fue posterior a la recepción de la diligencia de
indagatoria al procesado que se habría verificado el 5 de abril de 1.995 y en cuyo
desarrollo estuvo asistido por un ciudadano honorable, no obstante ello, asegura,
cuando sucedieron los hechos investigados en este proceso, esto es, el 24 de
septiembre de 1.993, "los derechos constitucionales ya estaban en plena vigencia" y
el propio art. 161 del C. de P.P., disponía que las diligencias practicadas con el
imputado sin su defensor serían inexistentes.

La tesis del actor resulta verdaderamente insostenible, toda vez que en tanto no se
produzca la confrontación del ordenamiento jurídico con el texto constitucional, este
se reputa conforme a aquél y su inaplicación sólo es dable por vía de excepción.

De ahí que no sea dable afirmar que las indagatorias practicadas sin presencia de
abogado titulado, por el hecho de haberse adelantado en vigencia de la Carta Política
de 1.991, devienen viciadas y por ende inexistentes, porque con posterioridad los
preceptos legales que así lo autorizaban se hayan declarado contrarios al
ordenamiento superior.

A este respecto es suficiente recordar, que al pronunciarse la Corte Constitucional,


sobre la inexequibilidad del inciso 1 del artículo 148 del Decreto 2700 de 1.991, en
ningún momento fijó efectos retroactivos a la sentencia, razón suficiente para
entender que el fallo C-049 en comento, surte todas sus consecuencias jurídicas hacia
el futuro.

2. A la aseveración según la cual la defensa no fue adecuada, siguen otras no menos


ambiguas, como aquella que parte de reconocer que si bien a los distintos defensores
que de oficio le fueron nombrados a BELTRÁN ROMERO se les notificó de las más
importantes decisiones adoptadas, conforme con la regulación procesal sobre la
materia, una tal actividad sitúa a los mismos como convidados de piedra, dado que,
no es factible, según su criterio, entender esta restrictiva limitación en la participación
defensiva, como una actividad táctica, aspecto que tampoco, en el plano teórico,
explica o desarrolla mediante la expresión de los fundamentos de su pensamiento,
que simplemente decide suplir a través de la cita de jurisprudencia que realiza.

En todo caso, al respecto, como en múltiples oportunidades se ha señalado,


imperativo surge insistir en que la calificación sobre si la defensa técnica ha sido o no
precaria al extremo de configurar una evidente vulneración a esta garantía, no se
puede llevar a cabo a partir de la simple constatación referida a la falta de
presentación de memoriales o la interposición de recursos, ni que estos elementos
puedan ser apreciados como inexorablemente indicativos de un abandono del todo
censurable a las labores encomendadas al defensor, pues bien se ha dicho que no
reside en el volumen de sus actuaciones o intervenciones per se, la valoración
negativa de las finalidad misma que el ejercicio del derecho de defensa técnica lleva
implícito en cada caso, en vista que una conclusión semejante solamente puede
surgir a partir de la constatación de los pormenores que la propia investigación
supone, pues así se posibilita determinar si esa aparente pasividad corresponde en
realidad a una adoptada estrategia y en manera alguna un reprochable descuido.

120
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Pero además y este es un tema en el que resulta válida la acotación del Ministerio
Público, en manera alguna el casacionista, precisó, como era su obligación, las
consecuencia negativas que el pretendido abandono defensivo le aparejaron al
procesado, y menos aún, correlativamente, qué actividades omitidas por los
defensores habrían resultado ventajosas a los intereses del implicado.

Sobre este particular, predomina la abstracción y la incertidumbre, pues el actor no se


ocupa del mismo, la escueta referencia a la falta de intervención de los defensores
que se asume es reprochable dado que no se solicitaron pruebas "fundamentales", no
se acompaña de la consiguiente mención de aquellos elementos de convicción
absolutamente indispensable para contrastar las imputaciones delictivas recaídas en
su contra, aspecto que vincula indebidamente con el desconocimiento al principio de
investigación integral, que surge así como impertinente y sin desarrollo ni
demostración, además de haberse tenido que exponer en acápite separado.

3. La Procuradora Delegada afinca la petición de casación oficiosa de la sentencia, a


partir de estimar vulneradas las garantías fundamentales de (...), como quiera que
habría sido condenado por el delito de homicidio agravado, conforme a los numerales
2º y 4º del art. 324 del C.P., pese a que dichas circunstancias no le fueron imputadas
al procesado en la resolución acusatoria.
...

Con fundamento en la sindicación directa que bajo la gravedad del juramento hizo el
confeso testigo en contra de este imputado, se le escuchó en indagatoria, siendo por
las razones anticipadas y en dicha medida, profusas e incisivas las preguntas
relacionadas con el hecho de haber instado el atentado contra la vida de Ramos, no
solamente proveyendo de la mortal arma a sus mandatarios para la material
realización del crimen, sino hacerlo bajo promesa de remunerarlos en la suma de
$300.000.00.

Dentro de este contexto se adelantó la investigación y se llegó al proferimiento de la


resolución acusatoria el 23 de octubre de 1.996 (fl.530), previa concreción de la
calificación jurídica provisional, en la que genéricamente se deja comprendido que se
procede por el delito de homicidio con circunstancias de agravación, hurto calificado y
agravado y porte ilegal de armas.

Además, en esta decisión, realzando la connotación que el ofrecimiento de lucro tuvo


en la final ejecución del atentado contra la vida, se aludió a la versión rendida por
Carlos Julio Osorio Barbosa, implicado en los diversos delitos contra el patrimonio
averiguados, cuyo texto se aportó como prueba trasladada a estas diligencias y a la
manera de antecedente del punible de homicidio acá estructurado, precisándose
cómo, MANUEL CARVAJAL CUBILLOS ofreció a éste la misma suma de dinero referida,
entregándole también el arma con la cual debía consumar la acción, sólo que este
sujeto después de pensarlo bien un día que se lo encontró le devolvió el artefacto y
desistió de la oferta.

Así, para concretar el grado de participación del procesado en el atentado contra la


vida, el calificatorio lo encuadra previamente como copartícipe a título de
determinador, señalando enseguida:

"En esta forma de autoría se encuentra subsumida la conducta de MANUEL CARVAJAL


CUBILLOS, quien queriendo el resultado selecciona al autor material para su ejecución
y allí tenemos la intervención de Jorge Nelson Díaz Lozano y Héctor Hernando Beltrán,
quienes por la promesa remuneratoria cumplen el cometido con el arma otorgada por
su determinador, punible para el que se recibió el mandato y por el cual se le endilga
responsabilidad a los tres incriminados".

Así las cosas, como se ha advertido en múltiples oportunidades por la Sala (Cas. de 30
de noviembre de 1.999, reiterado en Cas. del 8 de junio de 2.000, M.P. Dr. Carlos
Gálvez Argote), el supuesto típico de un delito y de sus circunstancias, no puede
condicionarse a la transcripción de la norma que lo contiene, pues una tal exigencia
correspondería a un sacramentalismo absolutamente injustificado, cuando lo
relevante en orden a la concreción de la acusación está dado por el hecho de que en
forma inequívoca se haya imputado el contenido de la prohibición que es objeto del
cargo.

A este respecto, en orden a una mayor cualificación y drasticidad punitiva del delito
de homicidio, se ha previsto la circunstancia de que el instigador sea un oferente de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

beneficios o retribuciones de contenido económico y que, precisamente, dicha


determinación esté motivada en la existencia de una condición de esas características
que provoca la conducta. De ahí que el vínculo de relación que se genera entre la
conducta que el ejecutor material lleva a cabo, al motivarse su resolución delictiva
por la oferta y el inductor de la misma, produce en los dos intervinientes un nexo de
reproche punitivo bilateral que resulta forzosamente inescindible.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 06/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : CARVAJAL CUBILLOS, MANUEL
PROCESADO : BELTRAN ROMERO, HECTOR HERNANDO
DELITOS : Acceso carnal violento, Hurto calificado y
agravado,
Porte de armas de defensa personal
PROCESO : 14524

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EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación: Cotejo de reciprocidad


legislativa a la fecha del concepto

Conviene observar que la acusación sólo se refiere al concurso del procesado DORIGO
en los delitos de importación y transporte de cocaína, como sustancia estupefaciente
que es, conductas que igualmente se hallan tipificadas como infracción en el artículo
376 del Código Penal Colombiano (Ley 599 de 2000). Como quiera que el reenvío a
juicio atañe a la manipulación de aproximadamente 2 kilogramos de la sustancia en
cada viaje, el hecho correspondería en nuestro ordenamiento a la descripción del
inciso 3° de la mencionada disposición, cuya pena sería de seis (6) a ocho (8) años de
prisión y multa de cien (100) a mil (1.000) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.

Significa que la doble incriminación se cumple en las dos dimensiones que destaca el
Código de Procedimiento Penal, pues, por un lado, el hecho que motiva la solicitud de
extradición también está descrito como delito en la legislación penal colombiana; y,
por el otro, el mínimo de sanción previsto para la infracción no es inferior a cuatro (4)
años (art. 511-1).

Conviene reiterar que el cotejo de reciprocidad legislativa debe hacerse de cara a la


legislación sustancial vigente en Colombia, como país requerido, a la fecha del
concepto, no de la solicitud de extradición o de los hechos delictivos, porque el
mecanismo apunta a una colaboración con el país afectado por el delito y no a la
determinación de conductas y responsabilidades que en Colombia vayan a servir de
presupuesto para imponer una pena, pues en este último caso sí regirían los
principios de legalidad previa y de favorabilidad.

En efecto, sería posible la hipótesis del individuo que comete una conducta irregular
en el país requirente, total o parcialmente, y, como en éste el comportamiento está
previsto como delito, entonces sus autoridades estarían legitimadas para adelantar el
proceso principal de determinación de los hechos y la responsabilidad de los
imputados, sin duda sujeto a los indicados principios de legalidad previa y
favorabilidad. Pero puede suceder que en el país requerido, la conducta no constituya
delito a la hora de su realización o no cumpla el mínimo de la pena exigido, pero
después se erige como tal o resulta legalmente incrementado el mínimo de la
sanción, precisamente no sólo para defenderse de esa especial delincuencia sino para
colaborar con los demás países en la lucha contra ella. Esta colaboración podrá
prestarla de inmediato el país requerido, verbigracia Colombia, conforme con las
nuevas reglas y a través de la extradición, aún para hechos pasados, no así el

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

eventual juzgamiento de los mismos que debe atenerse con predilección a la ley
preexistente, porque en materia de cooperación en la lucha contra el delito los
nuevos preceptos significarían una manifestación política de cumplimiento inmediato.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Concepto Extradición
FECHA : 07/11/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Italia
REQUERIDO : DORIGO, CARLO
DELITOS : Tráfico, fabricación o porte de estupef.
PROCESO : 17415

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COLISION DE COMPETENCIA/ COMPETENCIA A PREVENCION/ FRAUDE


PROCESAL-Momento consumativo

Varios son los factores que se conjugan en relación con el conflicto planteado, para
determinar que su solución se encuentra a través de la competencia a prevención
establecida actualmente en el Art. 83 de la Ley 600 del 24 de julio del año 2000,
otrora regulada en el Art. 80 del Decreto 2700 de 1991, y así radicar de una vez por
todas su conocimiento en los Juzgados Penales del Circuito de Bogotá,
específicamente el 26, al que por Reparto le correspondió asumir el trámite del juicio,
como bien lo dispuso en su auto.

En efecto, legalmente se tiene establecido como regla general que el juez del lugar
donde se realiza el hecho debe conocer del proceso. Empero, dicho principio que se
halla vinculado con el factor territorial, sufre excepciones en el caso de la
competencia a prevención, ya porque ese lugar sea incierto, ora porque ha ocurrido
en varios sitios, o porque se haya perpetrado en el extranjero. La competencia en
estos eventos se determina conforme a lo reglado en el citado precepto, valga decir,
"que conocerá el juez de donde primero se haya presentado la denuncia o se hubiere
proferido resolución de apertura de investigación, siempre que también lo sea por la
naturaleza misma del hecho punible. De haberse iniciado simultáneamente en varios
sitios investigación penal, la competencia estará determinada en su orden por el lugar
donde fuere aprehendido el imputado y de ser varios los capturados, donde primero
se llevó a cabo la primera aprehensión." -Auto del 25 de marzo de 1999, Rdo. 15.457,
M.P. Ricardo Calvete Rangel-.

En el asunto a examen de la Sala, sabiéndose que la investigación surgió a través de


la compulsación de copias que la Corte Constitucional expidió, luego de la revisión de
los fallos de tutela proferidos en procedimientos acumulados, cuyas demandas se
instauraron en Juzgados de Santa Marta, Buenaventura y Barranquilla, en algunas de
cuyas decisiones intervino la propia Sala Civil-Agraria de esta Corporación, según se
infiere de la parte resolutiva de la Sentencia T-001/97 en mención, así como
dependencias judiciales con asiento en la Capital de la República según la reseña que
sobre el particular realizara el apoderado de la Parte Civil -Tutelas 115944 del Tribunal
Administrativo de Cundinamarca; 71077 del Juzgado 13 Laboral del Cto. y Sala
Laboral del Tribunal Superior de Bogotá; 128976 del Juzgado 21 Civil del Circuito;
124038 del Juzgado 55 Civil Mpal. y 23 Civil del Cto.; 112923 del Juzgado 15 Civil
Mpal. y 4º Civil del Cto.-, resulta incuestionable que el delito por el que se procede
-fraude procesal- se cometió en varios sitios, amén de que fue aquí donde se abrió la
correspondiente investigación por parte de la Unidad Especializada de Fiscalía que
para el efecto se creó.

Igualmente clara y categórica fue la Corte Constitucional al indicar en la sentencia T-


001/97 que se proponía revisar, "los fallos proferidos por distintos jueces de la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

república al resolver sobre demandas acumuladas de tutela en los procesos de la


referencia", entre los cuales caben citarse como objeto de la actuación impulsada por
el Juzgado 26 Penal del Circuito de Bogotá -Rdo. 364-14601-, entre otros, los
procedimientos de tutela cuyos expedientes se hallan identificados así: T-103935, T-
106557, T-104405, T-106890, T-104866, T-105610,T-106948, T-106561 y T-105480.

2. Ahora, la conducta punible de fraude procesal consiste en inducir en error, por


cualquier medio fraudulento, a un servidor público para obtener de él sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley. Es un delito de mera conducta,
tiene dicho la Corte, basta que se proceda dentro de la respectiva actuación con el
propósito de obtener un indebido provecho induciendo en error al funcionario, así no
se obtenga el resultado perseguido por el agente. Y, como tipo que es de conducta
permanente, la lesión al bien jurídico perdura por todo el tiempo que el servidor
público permanezca en error, valga decir, "la vulneración se prolonga durante todo el
lapso en que los mecanismos fraudulentos incidan en el funcionario oficial." -Auto del
4 de octubre del año 2000, Rdo. 11.210, M.P. Carlos E. Mejía Escobar-.

Pues bien, en el subjudice teniéndose demostrado que las maniobras fraudulentas por
medio de las cuales se pretendió a través de la acción de tutela obtener de
"Foncolpuertos" el pago de sumas ya canceladas -aspiración que en numerosos casos
logró colmarse, como explícitamente lo consignó en su fallo la Corte Constitucional-,
bien puede decirse que los efectos dañosos de aquéllas maniobras se prolongaron en
el tiempo hasta el momento en que los jueces que concedieron la tutela
permanecieron bajo la convicción errada de que habían obrado conforme a derecho.
Luego entonces, la lesión al bien jurídico de la administración de justicia perduró
hasta el instante en que la Corte Constitucional expidió el fallo o los fallos de revisión
tantas veces aludidos, lo cual ocurrió ciertamente aquí en esta ciudad Capital.

Esta final consideración también emerge como fundamento para sostener que al Juez
26 Penal del Circuito de Bogotá le asiste toda la razón para reclamar la competencia y
por ende el conocimiento del asunto de la referencia, en cuya jurisdicción no sólo se
compulsaron las copias penales por autoridad competente para que se iniciara la
investigación pertinente -denuncia de los hechos-, sino también donde primeramente
se profirió resolución de apertura de formal instrucción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 07/11/2001
DECISION : Asigna el conocimiento al juzgado 26 P. C. de
Bogotá
PROCEDENCIA : Juzgado 4 P. C.
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : VARGAS CABAÑA, VALENTIN ANTONIO
DELITOS : Fraude procesal
PROCESO : 18882

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PREVARICATO POR ACCION/ ABUSO DE FUNCION PUBLICA-Diferencia con


el prevaricato por acción/ CONCURSO APARENTE DE TIPOS/ NULIDAD-
Libertad/ LIBERTAD PROVISIONAL/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA

1. La Sala ya dilucidó las diferencias existentes entre el abuso de función pública y el


prevaricato por acción, siendo importante transcribir la parte pertinente del
pronunciamiento del 25 de abril de 1.995, con ponencia del Magistrado, Dr. RICARDO
CALVETE RANGEL:

"Sobre el tema de fondo propuesto, la Sala ha tenido oportunidad de pronunciarse en


varias ocasiones (junio 13 y octubre 19 de 1.989 con ponencia del Magistrado
SAAVEDRA ROJAS; y febrero 13 de 1.991 actuando pomo ponente el Magistrado PAEZ
VELANDIA), en las cuales ha concluido que el concurso aparente que se presenta

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

cuando se prevarica abusando de la función pública, se soluciona aplicando la norma


que tipifica el prevaricato que es la de mayor riqueza descriptiva".

Luego puntualizó:

"Si la decisión tomada hubiera sido legal se habría tipificado únicamente el abuso de
función pública, pero como además ese acto sirvió para hacer un pronunciamiento
contrario a la ley, todo el comportamiento se subsume dentro del tipo de prevaricato
por acción, tal como acertadamente lo calificó la fiscalía. La evidente falta de
competencia es un elemento más de la ilegalidad de la providencia, y un factor a
tener en cuenta para la demostración de la intención con que actuó al continuar
conociendo del asunto.

Postura reiterada en la sentencia de segunda instancia proferida por esta Sala de


Casación el 8 de julio de 1.999 en el radicado 14.573, a través de la cual confirmó,
con algunas aclaraciones sobre la adecuación típica, la sentencia condenatoria
dictada por la Sala Penal del Tribunal Superior de Valledupar contra el Fiscal 25
Seccional de Aguachica, Dr. JOSE LUIS CASTRO MACHUCA, por el delito de prevaricato
por acción, en razón a las irregularidades que observó en la etapa instructiva en el
expediente por el cual ahora se juzga al aquí procesado; expresó la Corte:

Correlativamente, si el delito de abuso de función pública consiste en abusar del


cargo para realizar funciones públicas diversas de las que han sido legalmente
asignadas al servidor público, en el caso examinado, sólo cuando él se decide a
resolver la situación jurídica (no antes), a sabiendas de que se perfilan seriamente
hipótesis delictivas que no le corresponde, puede afirmarse con seguridad que existe
una manifestación externa de conducta que muestra la invasión de la órbita ajena….".

Explicó más adelante la Corte:

"Ahora bien, como se trata de una secuencia procesal regida por los artículos 6º y 7º
del decreto 1676 de 1.991, cuyos primeros actos están permitidos al instructor del
lugar y no así la resolución de la situación jurídica, supóngase que el fiscal seccional
colaborador, asumiendo irregularmente esta última potestad, dicta legalmente una
providencia por los delitos de rebelión y transporte de armas de fuego y municiones
de defensa personal, acogiendo la prueba sobre la existencia de los hechos y la
responsabilidad de los sindicados, tal como lo hubiera hecho el fiscal regional
competente, caso en el cual el funcionario sí se extralimitaría en el ejercicio de sus
funciones y hasta de pronto cometería un delito de abuso de autoridad por acto
arbitrario o injusto (artículo 152 del C. P.), pero no usurpa con ello la facultad ajena,
porque, por las hipótesis delictivas que contempla en la decisión y su modo de
proceder, sigue reconociendo la competencia del instructor titular. En otras palabras,
el fiscal seccional ingresa con competencia legal en el curso de la investigación, pero
la desborda al tomar una determinación posterior que ya no le incumbía, razón por la
cual simplemente puede afirmarse que se ha salido de la esfera de sus atribuciones,
pero no que le ha arrebatado la función correspondiente a otro servidor público.

"Como la norma del artículo 162 del Código Penal sistemáticamente pertenece al
capítulo noveno, situado dentro del título III de dicho ordenamiento, denominado
"Usurpación y abuso de funciones públicas", la conducta delictiva debe consistir en
una verdadera apropiación de la función legalmente asignada a otra clase de
funcionarios, de la cual carece en absoluto el impostor, aunque con la diferencia de
que en este caso el desplazamiento lo comete un servidor público y no un particular
(como en el artículo 161), máxime que el tipo penal se refiere a la "realización (hacer
real) de funciones públicas diversas de las que legalmente le correspondan, y no a la
mera extralimitación en el ejercicio funcional legalmente ostentado.

Precisó luego:

"De modo que , en el caso examinado, el delito de abuso de función pública se


consuma cuando el funcionario crea las condiciones falsas para hacer aparecer como
propia la función que no le corresponde, esto es, una vez descarta arbitrariamente los
hechos punibles de rebelión y/o transporte de armas de fuego y municiones. Sin
embargo, como la exclusión de dichas hipótesis se hizo dentro de una resolución y de
manera manifiestamente contraria a la ley, pues se desconocieron las pruebas e
indicativos que las sugerían seriamente como reales, se tiene que por dicho medio el
acusado no sólo desbordó la competencia sino que profirió una decisión abiertamente
contraria a derecho, lo cual mostraría la concurrencia de los delitos de abuso de

125
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

función pública y prevaricato por acción, pero en concurso que es sólo aparente y se
resuelve con la aplicación exclusiva de esta última figura, porque ella consume todo
el desvalor de injusto de la primera, ya que asumir arbitrariamente una función
pública sería una de las variadas formas de actuar de manera manifiestamente
contraria a la ley.

"Alguna parte de la doctrina también jurisprudencia ya superada de esta misma Sala,


exponen que solamente puede prevaricar el que tiene la función "porque tanto el
abuso de autoridad como el prevaricato presuponen la existencia del poder de que se
abusa pero el agente actúa fuera de los casos establecidos por la ley, o con propósitos
que no son los que éste señala o apartándose de los procedimientos que ella ha
establecido" (auto de abril 11 de 1.982).

"Tener la función concreta (que se desvía) no es un elemento normativo del tipo penal
de prevaricato por acción (explícito), ni tampoco un supuesto lógico del mismo
(ingrediente implícito), pues basta que el sujeto activo sea un servidor público con
capacidad funcional para dictar resoluciones o proferir dictámenes (art. 149 C.P.). En
efecto, la aplicación torcida del derecho, que es de la quintaesencia constitutiva del
delito de prevaricato por acción, se logra no sólo cuando el competente emite la
resolución cuyo contenido riñe abiertamente con la ley, sino con mayor razón, porque
es aún más álgida la contradicción a la legalidad, en el evento en que el funcionario
se vale del medio de arrogarse una función que le es extraña precisamente con el
definido propósito de adoptar una decisión manifiestamente contraria a la ley.

"Aquí, para efectos del delito de abuso de función pública, era suficiente establecer
que los informes y pruebas sugerían seriamente hipótesis delictivas de competencia
instructiva correspondiente a los fiscales regionales y que, a pesar de ello, el ex fiscal
seccional acusado optó por resolver la situación jurídica de los sindicados, como si
fuera su cometido legal y sin reconocer facultades ajenas. Sin embargo, cuando el
funcionario avanza y expresamente, dentro de la respectiva providencia, descarta la
ocurrencia de aquellos delitos, en contrario de lo que palmariamente le indicaba la
prueba, ha cometido el delito de prevaricato por acción, que por su mayor
comprensión, consume el grado de injusto del primero."

Atendiendo estos parámetros, es palmar el equívoco en que incurrió la Sala Penal del
Tribunal de Valledupar al decretar la nulidad de la actuación, argumentando la
configuración del delito de abuso de función pública en vez del prevaricato por
acción, cuando el contenido de la resolución de acusación y las pruebas allí valorados
descubrían con claridad la presencia de delitos de competencia de la otrora justicia
regional; no obstante, arrogándose una función ajena tramitó la causa y dictó
sentencia condenatoria manifiestamente contraria a la ley.

2. El auto que decretó la nulidad cubrió solamente la resolución de acusación por lo


tanto dejó en vigor la detención domiciliaria que afecta al procesado, ya que si bien
es cierto a título "de ilustración y pedagogía judicial" el Tribunal anunció en la parte
motiva de la providencia la necesidad de sustituir la detención por la caución debido
al cambio de la calificación jurídica de la conducta, en ningún momento lo hizo entre
otras razones porque carecía de competencia dado que por virtud de la naturaleza
mixta del sistema procesal nuestro, corresponde, en el sumario, de manera exclusiva
y excluyente a la Fiscalía proferir, sustituir y revocar las medidas de aseguramiento,
en simetría con lo normado por el artículo 250 de la Carta Política y de lo
reglamentado en ese sentido por el Código de Procedimiento Penal.

Además, no era viable la aplicación del artículo 198 del Código de Procedimiento
Penal, dado que el auto impugnado revocaba precisamente la libertad provisional, de
otro lado, la declaratoria de la nulidad no reprodujo ninguna causal de excarcelación -
artículo 415 del Código Procesal Penal anterior hoy art. 365 - y la libertad inmediata
estaba fuera de lugar por estar vigente la detención domiciliaria, pues ella sólo podría
ser sustituida por la Fiscalía en caso de confirmación de la nulidad, habida cuenta que
sus efectos jurídicos estaban suspendidos hasta tanto se resolviera la alzada,
concedida por mandamiento legal en el efecto suspensivo.

No es atendible la pretensión de la defensa de equiparar los efectos de la nulidad a


los de la sentencia absolutoria, el cese de procedimiento y la preclusión de la
instrucción frente y en relación con la excarcelación, por cuanto estas decisiones
están previstas expresamente como motivos de excarcelación en el numeral 3º del
artículo 415 del Código de Procedimiento Penal -hoy numeral 3 del art. 365- y la
nulidad no, regulación que es racional en la medida que esas determinaciones

126
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

exoneran de responsabilidad al procesado y le ponen fin al procedimiento, ratificando


el dogma de la presunción de inocencia que lo cobija en todo el curso del rito, al paso
que la nulidad se restringió a declarar un supuesto yerro en la calificación jurídica del
delito, sin definir la responsabilidad del reo como para a través de esa causal
conceder su libertad provisional.

Argumentos que le sirvieron de base a la Corte Constitucional en la sentencia C- 392


de 2.000, para declarar inexequible en artículo 27 de la ley 504 de 1.999 excepto el
parágrafo, que disponía que en los delitos de competencia de los Jueces Penales del
Circuito Especializados, cuando se dictara en primera instancia preclusión de la
investigación, cesación de procedimiento o sentencia absolutoria, la libertad
provisional no procedería si se hubiere interpuesto recurso por el fiscal delegado o el
respectivo agente del ministerio público, caso en el cual sólo sería concedida una vez
confirmada la decisión de primera instancia por el superior y que por su puesto, como
atrás quedó dicho, no se puede extender a este caso para la declaración de la nulidad
de la resolución de acusación, ante la evidente diferencia de naturaleza jurídica que
ostentan estas dos clases de determinaciones.

Es oportuno aclarar, que la libertad provisional por vencimiento de términos tanto en


el sumario como en la causa (numerales 4 y 5 del anterior art. 415 y 397 del actual C.
de P.P.), no es procedente por estar ligadas al resultado de la apelación de la nulidad
de la resolución de acusación, la que sería cumplida únicamente en el evento de ser
confirmada por la Corte, criterio coincidente con el expresado por el a quo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Segunda Instancia


FECHA : 07/11/2001
DECISION : Revoca providencia que declaró nulidad,
confirma
revocatoria de libertad.........
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : MANRIQUE SERRANO, CAMILO
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 18351

PUBLICADA : Si

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APELACION-Efecto, Naturaleza de la pretensión/ PREVARICATO POR


ACCION-Celeridad entrega de bien: Experiencia personal del funcionario/
FISCAL-Imparcialidad en la búsqueda de la prueba/ FISCALIA GENERAL DE
LA NACION

1. El delito de prevaricato, por el que el Fiscal recurrente acusó a la entonces Fiscal


170 Delegada de la Unidad 7ª de Delitos contra la Fe Pública y el Patrimonio
Económico de Bogotá D.C., supuestamente ocurrió en dos etapas: el 11 de julio de
1995, cuando se concedió en el efecto equivocado el recurso de apelación interpuesto
contra la resolución (5 de junio de 1995) que ordenó la entrega de la camioneta
Toyota al señor Rafael Antonio Ronderos Ferro; y el 8 de agosto de 1995, cuando esa
Funcionaria Judicial determinó obedecer y cumplir lo resuelto por su superior funcional
respecto de la corrección del efecto en que concedió la apelación, pero advirtió la
improcedencia de la suspensión del mandato de entrega del automotor, por tratarse
de un hecho superado.

127
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El prevaricato por acción definido en el artículo 149 del Código Penal (413 del actual),
con la modificación que le introdujera la Ley 190 de 1995, consiste en el proferimiento
de una resolución o dictamen manifiestamente contrario a la ley.

La hipótesis acusatoria de la Fiscalía que el Tribunal desechó al absolver a la doctora


(...), hace referencia al proferimiento de 2 resoluciones que consideró
manifiestamente contrarias al artículo 204, literal b, ordinal 4° del Código de
Procedimiento Penal (artículo 193, literal b, ordinal 4° del actual).

Dada la naturaleza judicial de las resoluciones que se tildaron de prevaricadoras, el


análisis de la presunta ilicitud en que se incurrió al proferirlas no puede dejar de lado
el contenido intrínseco de ellas. Así entonces, resulta equivocado simplemente aislar
esas providencias judiciales para contrastarlas con la fuente formal que el Fiscal
acusador consideraba pertinente a la situación que resolvía y concluir, a continuación,
que hay una manifiesta oposición entre una y otra.

En contrario el juicio de prevaricato respecto de una providencia judicial no puede


hacerse de otra manera que incluyendo dentro de tal análisis las circunstancias de
hecho concretas dentro de las que se adoptó la decisión. La ley a cuyo imperio están
sometidos los Funcionarios Judiciales en sus decisiones, no surge pertinente al caso
concreto de manera automática, sino como fruto de un proceso racional que le
permite al Juez o al Fiscal determinar la validez, vigencia y pertinencia de la norma a
la que se adecua el supuesto de hecho que pretende resolver.

Pero esa que es, o intenta ser, la verdad jurídica, es apenas una parte del contenido
de una providencia judicial. Esta se halla igualmente conformada por la verdad
fáctica. Tal concepto corresponde a la reconstrucción de los hechos de acuerdo con la
prueba recaudada, siendo necesario que entre ésta y aquella exista una
correspondencia objetiva en cuanto las específicas circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que ocurrió el acontecimiento fáctico, deben estar demostradas con el
material probatorio recaudado en la actuación. El prevaricato puede entonces ocurrir
en uno de los dos aspectos de la solución del problema jurídico. En el fáctico o en el
jurídico. O en los dos simultáneamente, pero en todo caso, el uno no puede desligarse
del otro en cuanto la función judicial consiste precisamente en determinar cuál es el
derecho que corresponde a los hechos.

Frente a tales premisas, la decisión absolutoria de la Sala Penal del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá D.C. consulta la evidencia procesal sobre las
circunstancias de modo tiempo y lugar que antecedieron a la emisión de las
providencias reputadas por el Fiscal como prevaricadoras, por lo que se impone su
confirmación.

2. Dentro de esa misma dinámica de los hechos es que se ubican los siguientes pasos
dados dentro de ese trámite y que fueron considerados por el Fiscal recurrente y el
apoderado de la parte civil, como prevaricadores.

El 9 de junio de 1995 se admitió la demanda de parte civil presentada por el


apoderado de Elbert Beltrán y Compañía Limitada y se definió en tal resolución que
respecto de la entrega de la camioneta Toyota debía estarse a lo resuelto en
providencia del 5 de junio (folios 62 y 63, cuaderno de la Fiscalía 170). Formulado por
el apoderado de la parte civil recurso de apelación en contra de la resolución de
entrega del automotor, la Fiscal 170 Delegada lo concedió el 11 de julio (folio 83) en
el efecto devolutivo.

Esa providencia la califica el Fiscal 3° Delegado de la Unidad ante los Tribunales


Superiores de los Distritos Judiciales de Bogotá D.C. y Cundinamarca como
prevaricadora, e insiste en el recurso de apelación - al unísono con la parte civil - en
afirmar que es manifiesta su contradicción con los artículos 203, ordinal 2° y 204,
literal b, ordinal 4° del Código de Procedimiento Penal. Sostienen los recurrentes tal
conclusión en que se trataba del recurso concedido respecto de una providencia que
ordenaba la entrega de bienes a una de las partes o a terceros, cuando existía
oposición de la parte civil.

Semejante sustentación del recurso por parte del Fiscal desconoce lo que su propio
superior funcional (el Fiscal Delegado de la Unidad ante la Corte) concluyó respecto
de la providencia del 5 de junio de 1995 emitida por la Fiscal 170 Delegada. Tal
Funcionario aceptó la explicación de la Fiscal acusada sobre la inexistencia de
oposición al momento del proferimiento de la providencia que ordenó la entrega del

128
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

vehículo (folio 11 del cuaderno de la Unidad de Fiscalía ante la Corte) y aunque


reconoce que la oposición de la parte civil fue posterior, reprocha que no se le tuviera
como tal.

La decisión objeto del recurso no era, como lo identifican los recurrentes, una de
aquellas que "disponga la entrega de bienes a una de las partes o a terceros, cuando
haya oposición o las partes sustenten pretensiones diferentes sobre ellos" (ordinal 4°,
literal b, del artículo 204 del Código de Procedimiento Penal), respecto de las cuales
era imperativo conceder la impugnación en el efecto diferido. Atrás quedó
demostrado que cuando se emitió esa resolución el 5 de junio de 1995, no había
oposición a la entrega. La oposición fue posterior, a partir del 9 de junio siguiente.
Esa situación no encajaba a priori en el supuesto de hecho sobre el cual está definida
la norma que se acaba de citar y por tanto la concesión del recurso en un efecto
diverso del diferido no era ilegal, no por lo menos de la manera abierta y manifiesta
como debe serlo para que pueda edificarse un juicio de prevaricación.

El efecto en el que se debía conceder ese recurso dependía de la naturaleza de la


pretensión que resolvía la providencia que era objeto de la impugnación. Así, uno era
el efecto si la devolución ordenada no tenía oposición (devolutivo) y otro, si había
oposición o las partes sustentaban pretensiones diferentes sobre ellos (diferido). Por
ello le asiste razón al Tribunal a quo al estimar que la supuestamente equivocada
concesión por la Fiscal 170 Delegada en el efecto devolutivo del recurso interpuesto
contra su providencia del 5 de junio de 1995 no fue manifiestamente contraria a la
ley.

3. Los recurrentes Fiscal y apoderado de la parte civil señalaron como indicio del dolo
del actuar de la acusada, la apresurada entrega del vehículo, sin tener en cuenta la
petición de la parte civil, presentando finalmente los hechos como una manifiesta
intencionalidad de perjudicar a la parte civil. En contra de tales afirmaciones ha
quedado demostrado que la Fiscal no tuvo conocimiento previo de la solicitud de la
parte civil y que por tanto el acto de la entrega, en sí mismo considerado, no podía
ser estimado como prevaricador y menos aún como indicio de una conducta de tal
tenor.

Tampoco puede llegarse a esa conclusión desde la óptica de la celeridad con la que se
resolvió la solicitud de entrega de la camioneta Toyota que hiciera su propietario
registrado, mediante resolución que se cumplió inmediatamente. Ha quedado
igualmente demostrado que no había oposición al momento de la entrega y que por
ello esa decisión es jurídicamente aceptable. Ahora bien, desde un ámbito puramente
fáctico, la celeridad con la que fue entregada la camioneta se explica en la percepción
personal que la Fiscal (...) había acabado de tener acerca del deterioro y
desvalijamiento a que son sometidos los automotores que se guardan en los patios de
los organismos de seguridad del Estado, comoquiera que en la mañana de ese día (5
de junio de 1995) había practicado una inspección judicial dentro del proceso con la
radicación 4270 a un vehículo ingresado al patio de la Dijin. Esa experiencia personal
no puede dejar de ser reconocida por la Corte como elemento explicativo de su
decisión de agilizar el trámite de entrega del automotor que se le estaba solicitando
por su legítimo propietario. Aun cuando se aceptara que la regla de experiencia en
ese tipo de trámites es la mora, su presunta infracción encuentra así una adecuada
explicación, en la que se reconoce que las vivencias personales del Juez pueden influir
sobre la forma como se adopte una decisión determinada, pues sobre el fondo está
constitucionalmente atado de manera exclusiva a la ley, la que en este caso concreto
no infringió de manera manifiesta.

Pero ese mismo argumento que los recurrentes usan como indiciario de dolo, el de la
acelerada resolución de la solicitud de entrega, lo desconocen ellos mismos para
aplicarlo a la también acelerada forma como se decidió la aceptación de la demanda
de parte civil. La única razón de semejante omisión de los recurrentes es que al ser
aplicado a la demanda de parte civil, se convierte en un contraindicio del dolo, pues
resulta en indicador de la ausencia del mismo. Si la intención de la Fiscal (...) hubiera
sido entregar a toda costa la camioneta y avasallar los presuntos derechos que sobre
la misma alegó posteriormente el apoderado de la parte civil, no se hubiera
apresurado a aceptarla inmediatamente tuvo conocimiento de ella (9 de junio, folios
61 y 62, cuaderno de la actuación de la Fiscalía 170).

Esa aceptación de la demanda de parte civil no puede ser valorada de manera insular
desde la exclusiva óptica de la materialidad de la inmediata emisión de la resolución
respectiva, sino que su mayor valor como contraindicio surge de la consecuencia

129
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

jurídica que la vinculación de la parte civil llevaba aparejada, que no era otra que la
de habilitarla para presentar los recursos que considerara pertinentes en contra de la
resolución que ordenó la entrega del automotor sobre el que estimaba tener
derechos.

No hay duda que si la Fiscal hubiera querido real y conscientemente violar la ley y
escamotear los derechos de la parte civil, simplemente se hubiera tomado el término
completo para decidir sobre la demanda de su constitución, para de esa manera
permitir que transcurriera sin oposición el término de ejecutoria de la decisión que
supuestamente desfavorecía su posición.

Si la Fiscal emitió inmediatamente la providencia de aceptación de la demanda de


parte civil para habilitar a ésta en el uso de los derechos que se derivaban de su
condición de sujeto procesal, no tiene ninguna lógica valorar su afirmación en el auto
del 8 de agosto de 1995 en el que cumpliendo la orden del superior varió el efecto de
la concesión del recurso de apelación, de que la entrega de la camioneta era un
hecho superado y por ello no procedía la suspensión "hasta tanto se produzca la
decisión del superior" como un acto de rebeldía que pondría de presente su
manifiesta intención de violar la ley.

4. La revisión detallada del expediente le ha permitido a la Sala constatar algunas


inadvertencias en que incurre el Fiscal instructor de este proceso, que al tiempo es el
recurrente, destacables en cuanto se trata de un funcionario de segunda instancia en
esa Institución y denotan un aparente apasionamiento por su hipótesis investigativa.
Esa situación subjetiviza su posición funcional y lo lleva a negarse a reconocer otras
alternativas de solución y en tal sentido a destacar todo aquello del expediente que
respalde su hipótesis y a relativizar las evidencias que pudieran debilitarla.

La calidad que se espera del servicio público de administración de justicia debe ser
más exigente en cuanto ascienda la categoría del Funcionario Judicial que lo presta.
Por ello es mayormente destacable que sea un Fiscal con categoría de segunda
instancia el que termine involucrado de tal manera con su teoría de solución del
problema jurídico, pues de tal nivel de funcionarios es de los que se espera mayor
ponderación y son ellos los que, en términos del Código de Procedimiento derogado,
deben hacer prevalecer el principio de investigación integral o, en los términos del
Código actual, de imparcialidad del funcionario judicial en la búsqueda de las
pruebas. Tanto en vigencia del anterior Código como en la del actual, el compromiso
del instructor sigue siendo el establecimiento de la verdad real, única manera de
asegurar la vigencia de un orden justo que es uno de los fines esenciales del Estado
en nombre del cual actúan.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 08/11/2001
DECISION : Confirma sentencia absolutoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
NO RECURRENTE : VALENCIA GARCIA, MYRIAM PATRICIA
FISCAL SECCIONAL DELEGADO : FISCAL 3 ANTE EL TRIBUNAL
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 13956

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ VIOLACION


DIRECTA DE LA LEY-Interpretación errónea/ CARGOS EXCLUYENTES/
TESTIMONIO-Prueba/ VIOLACION AL REGIMEN DE INHABILIDADES E
INCOMPATIBILIDADES-No hay necesidad que se presente menoscabo
patrimonial

1. La vulneración del principio de investigación integral (que es a donde finalmente se


conduce el vicio demandado) hace necesario que el censor cite en concreto cuáles
fueron las pruebas que se dejaron de practicar, indique cuál es la aptitud probatoria
de las mismas y demuestre de manera específica la trascendencia de los medios
probatorios. Trascendencia cuya medida no es la de la prueba en sí misma
considerada, sino la que deviene de su oposición a la lógica del fallo pues solo si lo
desquicia imponiendo una orientación distinta de la que el mismo contiene el cargo
puede prosperar. Ello implica necesariamente en materia de casación, discernir
claramente cuál fue el fundamento probatorio del fallo atacado, en la materia que se
intenta desvirtuar.

Sobre este último requisito lógico pasan por alto los demandantes, pues de haberlo
tenido en cuenta, habrían advertido fácilmente la intrascendencia de las pruebas por
cuya práctica reclaman, lo que conduce a la inexistencia del vicio que alegan.

El conocimiento personal que existía desde tiempo atrás entre el entonces alcalde (...)
y el contratista (...), surge en los fallos de instancia básicamente de una declaración
rendida por éste en la procuraduría Provincial (folios 42 y 119, anexo No. 3) de ese
municipio en la que indicó que conocía a VILLALBA desde hacía 5 años. Esa
declaración el Tribunal no la estima aislada, por cuanto sobre el mismo tema coincide
la declaración de Héctor Garzón Forero, quien para la época era Concejal de la misma
localidad (folio 34, cuaderno del Tribunal). De allí, de ese conocimiento personal, el
Tribunal infiere que "LICERIO VILLALBA es mendaz cuando asegura que conoció al
contratista tiempo después de rubricado el contrato" (folio 35, cuaderno del Tribunal)
y que por tanto no es cierto que no supiera del parentesco entre su secretario de
gobierno y el contratista (...) que lo inhabilitaba para celebrar contratos oficiales con
él.

Son entonces irrelevantes para desvirtuar las presunciones de acierto y legalidad de


los fallos atacados, las pruebas reclamadas por los defensores de los procesados. La
declaración de Garzón Forero no es el único elemento probatorio en que se funda un
aspecto de la sentencia, es apenas un medio que acompaña de manera accesoria a
otro que los fallos tienen como principal. El reconocimiento que el también procesado
(...) hizo ante la Procuraduría Provincial de Facatativá sobre el conocimiento que por
razón de la actividad política existía con el alcalde municipal (...) desde por lo menos
5 años antes de la celebración del contrato y que por ese conocimiento tenía la
seguridad que éste sabía que era hermano de su secretario de gobierno, es la prueba
fundamental sobre la que el Tribunal construye la certeza del conocimiento del
impedimento para contratar y de la determinación punible de los procesados a partir
de ese conocimiento. Frente a esa prueba la mención a la declaración de Garzón
Forero, solo fue utilizada por el Tribunal para acompañar la de (...) pero la credibilidad
de ésta no depende de aquella. Ello hace intrascendentes las pruebas que dejaron de
practicarse e inexistente el vicio denunciado.

2. Los cargos de violación directa por interpretación errónea y por aplicación indebida
del artículo 144 y el 8°, numeral 2°, Literal b de la Ley 80 de 1993, formulados por el
defensor de (...) y repetidos en la demanda del defensor de (...).

Resulta evidente la incorrección técnica de una demanda en la que sin hacer uso del
principio de subsidiariedad, se formulan cargos excluyentes. El delito de violación del
régimen legal de inhabilidades e incompatibilidades es un tipo penal en blanco que se
integra con el artículo del Código Penal (144 del anterior, 408 del actual) y el 8° de la
Ley 80 de 1993 y para el se ha establecido sanción penal de 4 a 12 años de prisión y
multa de 20 a 150 salarios mínimos legales mensuales.

Significa lo anterior que esa misma norma no puede ser simultáneamente


interpretada de manera errónea y aplicada indebidamente. La interpretación errónea
de la norma supone discutir únicamente su alcance, pero aceptar como correcta su
selección. Ello implica en materia de tipos penales aceptar que el proceso de
subsunción ha sido resuelto de manera adecuada, es decir que los hechos son los

131
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

reconstruidos en los fallos y que la típicidad no admite reparo. En conclusión un


problema de interpretación errónea de una norma típica jamás conduce a la
atipicidad de la conducta. En contrario ello si ocurre con la indebida aplicación, pues
la selección errada de la norma puede significar la atipicidad de la conducta.

No podía entonces el defensor predicar que el artículo 144 del Código Penal derogado,
integrado con el artículo 8°, ordinal 2°, literal b, fue simultáneamente interpretado
erróneamente y aplicado indebidamente.

Pero aún si hubiera afirmado únicamente la interpretación errónea de la norma y


hubiera sustentado el cargo con la precisión y claridad que impone la ley, su deber
como demandante incluía la demostración de la trascendencia del error. Esto es,
comprobar cuál es la incidencia concreta del vicio en la situación jurídica de su
defendido, para que el fallo de reemplazo la corrija. El demandante no cumple con tal
deber, simplemente se limita a señalar que por la interpretación errónea de la norma
fue que se produjo la revocatoria de la absolución que en primera instancia había
dictado el Juez.

3. Ante el Tribunal la defensa de (...) planteó la posibilidad de la inaplicación del literal


b del ordinal 2° del artículo 8° de la Ley 80 de 1993 a la empresa contratista, por
cuanto está referida a personas naturales y no a las jurídicas. El punto fue analizado
por el Tribunal que concluyó en que "(...) por consiguiente que si (...), por los motivos
ya reseñados, estaba inhabilitado para contratar directamente como persona natural
con el municipio, tampoco podía hacerlo, sin violar el régimen en comento, a través
de la persona jurídica por él representada" (folio 26, cuaderno del Tribunal).

La sentencia del Tribunal deja claro que cualquiera fuera la consideración que se
tuviera sobre el contratista, ya fuera la persona jurídica autónoma - Médica Comercial
Ltda. -, o la de su representante legal - (...) -, de todas maneras una y otro estaban
inhabilitados, individual o corporativamente considerados, para contratar con el
municipio de Facatativá. Ello por cuanto para la fecha del contrato, 3 de febrero de
1995, se desempeñaba como Secretario de Gobierno de esa localidad el hermano del
mencionado.

Esa situación advertida en los fallos de instancia hacia necesario que al alegarse una
causal que - según el demandante - conduce a la absolución de su defendido, fuese
su deber integrar una argumentación jurídica suficiente mediante la cual demostrara
que la conducta era atípica, frente a los dos supuestos fácticos puestos de presente
por el Tribunal: esto es, indistintamente, individualmente o como representante legal
de la persona jurídica contratista.

Tal deber lo aborda el demandante señalando una atipicidad que no existe, indicando
que "al estudiar las disposiciones consignadas en la Ley 80 de 1993 y especialmente
el régimen de inhabilidades e incompatibilidades, prescrito en el artículo 8°, no existe
ninguna disposición que prohiba contratar a las empresas privadas en donde el
representante legal tenga vínculos de parentesco con los servidores públicos del nivel
Directivo, Asesor o Ejecutivo de las entidades estatales".

Tal afirmación del casacionista es inexacta porque tal norma si existe. Es


precisamente el mismo artículo 8°, ordinal 2° de la Ley 80 de 1983, citado en los
fallos de instancia, aunque no en el literal b, sino en el d, el que contempla tal
situación. En lo que tiene que ver con este caso concreto, existe allí una prohibición
general a "participar en licitaciones o concursos o celebrar contratos estatales con la
entidad respectiva (...) para las sociedades de responsabilidad limitada (...), en las
que el servidor público en los niveles directivo (...) o los parientes hasta el segundo
grado de consanguinidad de (...) ellos (...) desempeñe cargos de dirección o manejo".

Resulta entonces que los hechos en los que incurrió (...) son, como lo afirmó el
Tribunal, punibles, ya sea que se entienda a aquel como persona natural contratista o
como representante legal de la persona jurídica Médica Comercial Limitada, lo que
hace intrascendente el vicio denunciado pues los hechos son típicos en la norma en
que se enmarcaron. Artículo 144 del Código Penal Anterior, integrado con el artículo
8°, ordinal 2° de la Ley 80 de 1993.

4. El error de derecho por falso juicio de convicción que se alega en la demanda a


nombre de (...).

132
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La incorrección técnica del cargo es evidente a partir de la propia formulación del


mismo. La prueba testimonial no tiene, como lo afirma el demandante, una
determinada valoración conferida por la ley, pues dentro del proceso penal las
pruebas deben ser estimadas en conjunto y de acuerdo a las reglas de la sana crítica
(artículo 238 del Código de Procedimiento Penal).
En ese orden de ideas, resulta incorrecta la formulación de un cargo que busca
demostrar un error fáctica y jurídicamente inexistente.

5. La casación oficiosa que impetra el señor Procurador 2° Delegado en lo Penal


fundado en la supuesta ausencia de lesividad de la conducta, por la inexistencia de
perjuicios materiales en contra de la administración municipal de Facatativá,
y en los errores legislativos en la descripción del tipo penal se desestima.

Planteamientos como los del Delegado han sido resueltos con anterioridad por la
Corte, lo que pone de presente que no se trata de una situación evidente de
afectación de garantías fundamentales - de las que darían lugar a la casación oficiosa
- , sino de un ejercicio académico del colaborador Fiscal que de una parte intenta
variar los antecedentes jurísprudenciales y, de otra, expone su criterio sobre lo que
estima un error legislativo, y no uno judicial, que son los que dan lugar al juicio de
casación.

En los siguientes términos ha despachado la Corte ese tipo de posturas respecto del
delito de violación al régimen legal de inhabilidades e incompatibilidades del artículo
144 del Código Penal derogado, que en esencia es el mismo 408 del Código vigente,
en el que se ha nominado como violación al régimen legal o constitucional de
inhabilidades e incompatibilidades:

"Que se tenga el entendible criterio que conductas como la ahora analizada no deban
ser reprimidas penalmente, por su menor grado de lesividad y resultar inferior el
juicio de desvalor ético-social que merecen, por lo cual pudiesen ser relegadas
exclusivamente al tratamiento y sanción por el derecho disciplinario, no es razón para
que entre tanto pueda dejarse de aplicar la normatividad vigente.

"No es real, de otra parte, que la conducta del agente en el presente caso, carezca de
relevancia social o de lesividad material contra el objeto jurídico de la administración
pública, tutelado por el tipo penal en el cual quedó subsumida la acción. Lo que el
legislador quiere garantizar con la punición de conductas violatorias del régimen legal
de inhabilidades e incompatibilidades (Artículo 144 del Código Penal) es la absoluta
transparencia en el acto de contratar por parte de los servidores públicos, la
imparcialidad, equidad y el buen nombre de la administración.

"La tradicional división de los tipos penales, ampliamente difundida y desarrollada por
la doctrina general al punto de constituirse en fundamental noción de derecho penal,
no requiere en sí de nuevos desarrollos jurisprudenciales en el punto específico; y no
es misterio que conforme a esa doctrina dominante, el tipo penal descrito en el
artículo 144 del Código Penal como violación del régimen legal de inhabilidades e
incompatibilidades, es delito de mera conducta que consiste en intervenir en la
tramitación, aprobación o celebración de un contrato con violación de dicho régimen
legal.

"En otras palabras, el delito se consuma con la sola gestión del servidor público a
pesar de la inhabilidad o incompatibilidad por él conocida, sin necesidad de que la
administración sufra menoscabo patrimonial ni que el funcionario obtenga
rendimientos específicos, caso en el cual la conducta podría conllevar otra
configuración diferente.

"Ahora bien, conceptos como la antijuridicidad material o formal de la conducta y su


adecuación a un tipo penal son básicos y están bien definidos jurisprudencialmente,
al igual que en el ámbito doctrinal de la teoría general del derecho penal, y cualquier
clarificación jurispericial que pudiere requerirse habría de surgir al efectuar
consideraciones dentro de la casación regular, frente a hechos punibles cuya
punibilidad si la admita normalmente."* (resalta la Sala).

_____________________________
* Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto del 11 de marzo de 1997
que no acepta un recurso de casación excepcional. Radicación 11.601. Magistrado
PonenteDR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA.

133
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 08/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : GUEVARA ALVARADO, JOSE IGNACIO
PROCESADO : VILLALBA MORENO, LICERIO
DELITOS : Violación al R. de incompa. e inhab.
PROCESO : 14243

PUBLICADA : Si

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DOSIFICACION PUNITIVA-Marco punitivo/ NARCOTRAFICO-Agravante del


artículo 38.3 de la ley 30 de 1986

1. Pues bien, afirma el casacionista que el sentenciador interpretó en forma errada el


art. 61 del Decreto 100 de 1.980.

Este precepto, como se sabe, contempla aquel conjunto de criterios dosimétricos que
actúan como un amplio marco a través del cual se circunscriben aquellos aspectos
con sujeción a los cuales debe el juzgador establecer los concretos linderos de la
imputación punitiva, que comienza como la norma lo indica, atendiendo los límites
señalados por la ley, en el entendido que éstos tienen que ver con la pena indicada en
los tipos básicos o especiales, así como las circunstancias de agravación y atenuación
concurrentes y todas aquellas específicas modificadoras de la sanción, para
enseguida deducir los factores incidentes en forma directa frente a la variación que
ella puede tener dentro de la órbita de aplicación de los criterios atinentes a la
gravedad y modalidad del delito, el grado de culpabilidad y la personalidad del
agente.

2. En el fallo de segundo grado se precisa que la pena impuesta está ajustada a


derecho, dada "la gravedad que el comportamiento representa para los intereses de
la comunidad especialmente en lo que hace a la vulneración del bien jurídico de la
salubridad", pues una cosa es que por la cantidad de estupefaciente se deba
incrementar la sanción y otra que deba además merecer otra adición por razón de la
personalidad del infractor, las modalidades del hecho punible, etc., conforme lo indica
el art. 61 del C.P., de donde rechaza la afirmación de haberse juzgado en dos
oportunidades el comportamiento del procesado, toda vez que se acudió a los
criterios señalados por el citado precepto, atendiendo a la "inocultable gravedad de
los hechos y al daño social producido".

Como es notable, en el fallo impugnado, con más razón cuando como ya se dijo este
tema fue objeto de apelación, al acoger a plenitud el Tribunal las motivaciones
punitivas de primera instancia y en ejercicio del destacable arbitrio judicial que le
asistía, previamente indicar los límites que la pena debía tener en este caso, acorde
con el delito imputado y la específica agravante, esto es, conforme con lo previsto por
los arts. 33 y 38.3 de la Ley 30 de 1.986 de 8 a 12 años de prisión, fue muy claro en
señalar que dadas la gravedad y modalidad del hecho ella debía incrementarse en
dos años, método que por ajustarse plenamente a los patrones de ley no admite
ningún reparo y mucho menos la crítica que al mismo hace el Delegado, bajo el
entendido de que ha debido efectuar el incremento de dos años a la pena básica de 4
años, es decir, sin establecer el marco punitivo por la agravante específica, lo que si
sería desde luego errado, además de que y culminaría en una sanción muy superior a
la que finalmente le fuera impuesta al procesado.

En todo caso, si bien es cierto que no se detuvo el sentenciador en concretar con


mayor minuciosidad en qué radicaba la "gravedad" del comportamiento juzgado, mas
sin embargo diferenció sin dar lugar al menor resquicio de duda, este criterio
justificador del incremento punitivo y la específica agravante derivada de haberse

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

incautado 9.853 gramos de cocaína, lo hizo a partir de valorar elementos tales como
el hecho de que la droga se tenía con fines de comercialización y tráfico, así como el
daño que conductas semejantes aparejaban para la comunidad y su salubridad,
además de otros valores en la sociedad.

En ningún momento, por tanto, hizo objeto de doble reproche el volumen de


estupefaciente y la naturaleza de la sustancia incautada, ellas guardaron la
independencia que normativa y jurídicamente tienen como incidentes en la
realización de la tasación punitiva, siendo desde luego deleznable la afirmada errónea
interpretación fundada sobre la situación contraria, de donde es evidente la
improsperidad del cargo.

Sin embargo, impera recordar que nada obsta para que la cantidad de estupefaciente
que es objeto del delito, determine un incremento mayor de la pena a partir de la
apreciación que la magnitud del mismo puede tener y el grado de daño al bien
jurídico que consiguientemente se deriva, como circunstancia de mayor gravedad del
hecho punible, en los términos prevenidos por el art. 61 del C.P.

Es que si bien el mínimo de la pena debe duplicarse cuando la cantidad de


estupefaciente, tratándose de cocaína, sea superior a 5 kilos, conforme a lo previsto
por los arts. 33 y 38.3 de la Ley 30 de 1.986 (arts. 376 y 384.3 de la Ley 599 de
2.000), dada la concurrencia de esta específica circunstancia de agravación, ello no
obsta para que con fundamento en los criterios dosimétricos generales la sanción
deba ser mayor dada la gravedad que el hecho comporta y la lesividad al bien
jurídico, si la medida de droga supera los topes legales.

Es que, como la Sala lo ha precisado, "La intensidad del daño que se causa o puede
causarse al bien jurídicamente tutelado de la salubridad social, es mayor o menor
dependiendo de la cantidad de droga materia del delito. No es lo mismo elaborar,
exportar y distribuir 5 kilos de cocaína que 100 o 5.000, por lo que resulta
completamente racional y lógica la asociación de la cantidad de droga materia del
delito a la noción de gravedad del hecho como criterio para la fijación de la pena"
(Casación 11.565, 7 de octubre de 1.999. M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar).

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 08/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VALDEBLANQUEZ MEJIA, PEDRO ANTONIO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 12847

PUBLICADA : Si

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NULIDAD-Técnica en casación/ CONEXIDAD/ NULIDAD-Interés para alegarla/


CALIFICACION DEL MERITO DEL SUMARIO-No está limitada por la situación
jurídica/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ ERROR EN LA CALIFICACION
JURIDICA-Técnica en casación/ SITUACION JURIDICA/ RESOLUCION DE
ACUSACION

1. Como lo ha sostenido la Sala, aunque las nulidades permiten alguna amplitud para
su proposición y desarrollo, no puede la demanda en que se invoquen equipararse a
un escrito de libre formulación, sino que están sujetas, como las demás causales, a
unos insoslayables requisitos, pues si se trata de un medio para preservar la
estructura del proceso y las garantías de los sujetos procesales, quien las aduzca no
sólo debe acatar los principios generales que rigen este medio de impugnación
extraordinario, sino que debe sustentarlas en debida forma, indicando el motivo de la
nulidad, la irregularidad sustancial que alega, la manera como ésta socava la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

estructura del proceso (error de estructura) o afecta las garantías de los sujetos
procesales (error de garantía) y la actuación que en virtud del yerro queda viciada.

Si no se cumplen esos requisitos, la censura no puede tener éxito, toda vez que a la
Corte, por virtud del principio de limitación, le está vedado corregir los defectos del
libelo.

El cargo así formulado adolece de insalvables errores de técnica que la conducen a su


fracaso, así:

Entremezcla, de manera confusa, dos motivos de nulidad, a saber, el


quebrantamiento del debido proceso y el del derecho de defensa, sin percatarse que
si bien el segundo se deriva del primero, han sido claramente diferenciados por la ley
y la jurisprudencia, razón por la cual su vulneración amerita postulación y desarrollo
autónomos, pues la primera es un vicio de estructura y la segunda de garantía, sin
descartar que hay irregularidades que al mismo tiempo afectan los dos derechos,
pero sin que evidencie que éste sea uno de esos casos.

Como atinadamente lo indica el agente del Ministerio Público, el censor, infringiendo


el principio de autonomía de los cargos, formula dos reproches por nulidad al interior
de la misma censura, atinente el uno a que se socavó la estructura del proceso, por
desconocimiento de la unidad procesal, y el otro, a que se incurrió en error en la
calificación jurídica de la conducta punible (que, según el casacionista, debió
tipificarse como fraude procesal y no como falsedad en documento privado), sin
percatarse que aunque ambos vicios deben denunciarse y solucionarse con
fundamento en la casual tercera, su demostración y alcance son distintos, por lo que
han debido acusarse separadamente, siendo el segundo un yerro in iudicando o de
mérito que, como tal, y por norma general, debía acusarse por la causal primera, al
tenor de la normatividad entonces vigente, salvo cuando trascendía a la estructura
del proceso, lo que ocurría, como se enuncia en este caso, cuando el delito que
erróneamente se imputaba y el que se ha debido imputar, pertenecían a distinto
capítulo del C. Penal, ya que si se dictaba sentencia de sustitución, con la correcta
denominación jurídica, se generaba un nuevo desatino, al no quedar el fallo en
consonancia con la resolución de acusación, de modo que lo único procedente era
invalidar lo actuado a partir de este proveído, para que se profiera con la calificación
jurídica que correspondía.

También yerra el casacionista cuando considera que esta clase de dislate se puede
corregir por la causal primera.

2. Tampoco le asiste razón al libelista, pues no existe la menor duda de que se está en
presencia no sólo de una conexidad sustancial sino probatoria, pues el punible de
falsedad se cometió para ocultar el de hurto y, además, los autores eran los mismos y
los elementos probatorios eran comunes, lo que hacía no solo procedente sino
aconsejable investigarlos y juzgarlos conjuntamente.

Para corroborar lo anterior basta una consideración simple: si los elementos


probatorios allegados demostraban que el procesado no era dueño del ganado que
administraba en sus fincas de El Banco (Magdalena) y elaboró un documento para
intentar demostrar que era de su exclusiva propiedad, tales medios no sólo
comprueban el apoderamiento sino la apocrifidad del documento.

En cuanto a la unidad de denuncia, requisito reclamado como ausente por el censor,


no se puede tomar en sentido estricto, sino que hace referencia a que el procesado no
sea sorprendido con la imputación del reato conexo y tenga oportunidad de conocerlo
y controvertirlo, como se deduce de lo que disponía el artículo 90.6 del Decreto
2700/91 (igual al 92.6 de la Ley 600 de 2000).

3. Es necesario precisar que el libelista carece de interés para solicitar la nulidad de la


actuación por un presunto vicio con relación al procesado de quien no es defensor, sin
que valga el argumento consistente en que dicha irregularidad cobija a su prohijado,
pues lo que se extiende, eventualmente, son los efectos de la decisión de la nulidad
(artículo 243 del Decreto 2700/91y 229 de la Ley 600 de 2000), pero no el recurso.
Además, la defensa es un derecho individual, por lo que se puede quebrantar sólo en
lo que atañe a un acusado, dando origen a la nulidad parcial, es decir, en lo relativo a
él, permaneciendo incólume el proceso en lo que concierne a los demás, como lo
preceptuaba el artículo 90.3 del C. de P. Penal, vigente para esa época (hoy artículo
92.3 de la Ley 600 de 2000), y lo ha reiterado la Sala*.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Deja la censura en un simple enunciado, toda vez que no evidencia cómo la falta
de imputación del citado punible en la resolución mediante la cual se resolvió la
situación jurídica del procesado, le afectó el derecho de defensa, no quedando otro
remedio que la declaratoria de la invalidez de la actuación.

Empero, tampoco le asiste razón, ya que la ley procesal de ese entonces no requería
que para calificar el mérito del sumario, existiera consonancia entre la imputación
jurídica realizada en la resolución que definía la situación jurídica y la del pliego
acusatorio, ya que lo único que disponía el artículo 438 del C. de P. P, como acto
estructurante del proceso, era que previamente a clausurarse la investigación, se
resolviera la situación jurídica del sindicado, pero no que esta última providencia
comprendiera la totalidad de los punibles por los cuales se profería resolución de
acusación.

Como lo ha dicho la Sala, era en esta providencia donde se definían los cargos, por lo
que debía existir congruencia entre ella y la sentencia, pero no entre ésta y la
providencia que definía la situación jurídica, pues si después de ella se podía seguir
investigando, era de esperarse que las nuevas pruebas dieran lugar a que lo que
consignado en esa resolución sufriera profundas modificaciones, que, incluso, podían
presentarse sin que sugieran nuevos elementos de juicio, simplemente porque al
momento de calificar se tenga una mayor comprensión de lo ocurrido y un más
informado criterio para decidir.

En consecuencia, lo que se calificaba (y se califica en el nuevo estatuto procesal) eran


los hechos que fueron objeto de la investigación y sobre los cuales se indagó al
procesado, como se reconoce ocurrió en este caso, sin que el criterio expuesto al
definir situación jurídica constituya ninguna limitante**.

5. El error de hecho por falso juicio de identidad consiste en falsear el contenido


material de la prueba, en forma tal que no hay identidad entre lo que ella
materialmente dice y lo que el sentenciador manifiesta que su texto contiene, y no en
discrepar de su credibilidad, lo que no configura desatino demandable en casación,
dentro del método de la persuasión racional que nos rige, en el que el juzgador goza
del poder discrecional de valorar la prueba, sólo limitado por los postulados de la sana
crítica, cuya vulneración debe denunciarse y desarrollarse por la vía del error de
hecho por falso raciocinio.

En este caso, el casacionista en vez de demostrar que el sentenciador al fijar el


contenido fáctico de los elementos de convicción, los distorsionó, dedica su escrito a
cuestionar el mérito que les confirió, pretendiendo que se le otorgue a la indagatoria
del procesado y se le niegue a los medios de prueba de los que se dedujo la
responsabilidad del acusado.

Ahora bien, si lo pretendido por el actor era acusar que el juzgador, al valorar el
mérito de las citadas pruebas, vulneró los postulados de la sana crítica y que este
dislate lo llevó a declarar una verdad distinta de la que revela el proceso, ha debido
orientar el reproche, como se dijo, por la vía del error de hecho por falso raciocinio,
indicando cuáles fueron las leyes científicas o los principios lógicos o las reglas de la
experiencia común quebrantados, de qué manera lo fueron y cuál su incidencia en la
parte dispositiva del fallo, labor que no emprendió.

6. El actor se equivoca en la selección de la causal, pues si lo que está acusando es


una error en la calificación jurídica dada a los hechos en la resolución de acusación,
que trasciende a la validez de la actuación, ha debido presentar el cargo al amparo de
la causal tercera de casación y no de la primera.

Así, como lo ha sostenido de la Sala, y como se expresó al contestar otro cargo, el


error en la calificación jurídica es in iudicando o de mérito que, como tal, debe
acusarse al amparo de la causal primera y corregirse dictando fallo de sustitución,
pero puede acontecer que el vicio trascienda a la validez de la actuación, en forma tal
que si se enmendara con fundamento en la primera, se generaría un nuevo dislate, al
no quedar la sentencia en consonancia con la resolución de acusación, lo que
acontece cuando el delito que erróneamente se imputa en el pliego de cargos y el que
se ha debido imputar corresponden a distinto capítulo del C. Penal. Pero como en este
caso, el desatino sigue siendo de juicio, aunque debe denunciarse y remediarse con
fundamento en la causal tercera, debe desarrollarse conforme a la técnica que
gobierna la primera, debiéndose, por ende, señalar la forma de quebrantamiento de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la ley sustancial, si directa o indirecta y, en el último evento, la naturaleza del yerro


cometido, el falso juicio que lo determinó, la indicación de las pruebas comprometidas
y su trascendencia en las conclusiones del fallo, labor que no emprendió el libelista.

Vulnera el principio de no contradicción, pues en la primera parte de la disertación


sostiene que sólo se tipifica el delito fin, esto es, el de hurto entre condueños,
habiendo sido los dos punibles contra la fe pública apenas medios para la comisión de
aquél y no figuras autónomas e independientes, para luego aseverar que los artículos
221 y 223 del C. Penal, a la sazón vigente, fueron indebidamente aplicados y que lo
que se tipificaba era un fraude procesal en grado de tentativa, en concurso con el
hurto entre condueños.

________________________________
* Ver casaciones 9202, 20 de marzo de 1996, M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia y 13881
del 19 de julio de 2001, M .P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda.
** Ver. Entre otras, sentencia de 31 de julio/97, M. P. Dr. Ricardo Clavete Rangel, auto
de junio 9/98, única 10242, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda, casación 12741, agosto
3 de 2000, M. P. Dr. Edgar Lombana Trujillo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 13/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : CALLE GOMEZ, JAVIER DE SAN FRANCISCO
PROCESADO : CALLE PIEDRAHITA, JORGE ANDRES
DELITOS : Falsedad en documento privado, Ocultamiento de
documento privado, Hurto entre condueños
PROCESO : 16242

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DEMANDA DE CASACION-Requisitos formales/ INDICIO-Técnica para


atacarlo en casación/ PODER-Renuncia

1. La legislación procesal penal aplicable al sub judice (C. de P. P. anterior) exigía


como requisitos formales para la demanda de casación, los siguientes: a) La
identificación de los sujetos procesales y de la sentencia impugnada, b) Una síntesis
de los hechos juzgados y de la actuación procesal, c) Señalamiento de la causal que
se aduzca para pedir la revocatoria del fallo e indicación clara y precisa de los
fundamentos de ella, d) La cita de las normas que se consideran infringidas, y e)
Expresar las varias causales y sus fundamentos en capítulos separados, debiéndose
proponer de manera subsidiaria los cargos que sean excluyentes.

La demanda debe respetar los presupuestos lógicos de la proposición con base en la


cual ataca el fallo de segunda instancia. Uno de ellos corresponde a la no
contradicción, principio que se contraviene cuando en una misma censura se
formulan cargos excluyentes.

En el presente caso se acudió a la causal primera en su modalidad de violación


indirecta de la ley sustancial, aduciendo simultáneamente el error de hecho y de
derecho, y aunque ambos motivos tocan con el examen material de la prueba, sus
presupuestos difieren, resultando entonces incompatible su proposición de la manera
como lo hizo en el sub judice el censor.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. El demandante al concretar los reparos hechos a la sentencia de segunda instancia


en cuanto a la prueba indiciaria utilizó argumentos que examinados a la luz de la
lógica tornan incoherente el cargo, faltándose a la claridad y precisión que el
legislador exige. No otra conclusión se deriva de afirmaciones tales como que el
Tribunal incurrió en error de "derecho" violatorio del "debido proceso".

En este caso, el censor ignoró los principios que deben seguirse cuando la violación
de la ley se dice haber ocurrido a través de la prueba indiciaria, lo cual impide a la
Corporación conocer de fondo la casación, pues en tales eventos el hecho indicador -
tiene su fuente en la prueba -, se puede alegar error de hecho o de derecho, mientras
que si la inconformidad se plantea contra la operación mental sólo es válido aducir
falso raciocinio. De ahí que deba concretarse si el ataque se dirige a la fuente del
indicio o a la inferencia, pues de lo contrario se puede incurrir en el desacierto de
impugnar simultáneamente el hecho indicante y la operación mental, lo que en
casación sólo es procedente si se hace en cargos separados y se proponen en forma
subsidiaria.

3. El inciso cuarto del artículo 69, modificación 25, del decreto 2282 de 1989,
establece que la renuncia no pone término al poder ni a la sustitución sino cinco días
después de notificado por estado el auto que la admita y, además, siempre que se le
haga saber al poderdante o sustituido de tal hecho, mediante comunicación librada al
lugar conocido para recibir notificaciones personales.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Casación
FECHA : 13/11/2001
DECISION : Inadmite una demanda y declara desiertas otras
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MENDEZ LOPEZ, ALVARO
PROCESADO : GUEVARA OCAMPO, CIRO ANTONIO
PROCESADO : CABARCAS GUERRERO, CARLOS ADOLFO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 16982

PUBLICADA : Si

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GRABACIONES MAGNETOFONICAS/ INDICIO-Técnica para atacarlo en


casación/ DEMANDA DE CASACION-Causal segunda/ INCONGRUENCIA DE
LA SENTENCIA-Técnica/ NULIDAD-Debido proceso, derecho de defensa/
INDAGATORIA-Medio de prueba/ JURAMENTO/ ERROR DE DERECHO-Falso
juicio de legalidad/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ ERROR DE HECHO-Falso
juicio de existencia, falso juicio de identidad/ INDICIO-Técnica para atacarlo en
casación/ INTERDICCION DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS/
PECULADO POR APROPIACION

1. La Sala tiene definido que no se necesita autorización judicial para grabar y dejar
conocer las propias conversaciones, lo cual puede efectuar uno cualquiera de los
interlocutores, así no se cuente con el consentimiento del otro, con mayor razón si se
trata de contrarrestar un comportamiento ajeno ilícito (cfr.: segunda inst., rad. 1.634,
marzo 16/88, M. P. Lisandro Martínez Zúñiga; única inst., octubre 22/96, rad. 9.579, M.
P. Fernando E. Arboleda Ripoll; casación, noviembre 15 de 2000, rad. 10.656, M.P.
Jorge E. Córdoba Poveda; segunda inst., rad. 14.661, julio 17 de 2001, M. P. Nilson
Pinilla Pinilla; casación, rad 15.119, agosto 15 de 2001, M. P. Fernando E. Arboleda
Ripoll). Así expresó en la última providencia citada:

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"La Corte tiene dicho que las grabaciones magnetofónicas realizadas por quien está
siendo víctima de una conducta punible a través de llamadas telefónicas a su
abonado, no requieren de autorización judicial previa para su validez y eficacia
probatoria, puesto que siendo destinatario de la llamada, está facultado para grabarla
y difundirla, en virtud del principio de autonomía individual, sin que con ello se afecte
la órbita de la intimidad ajena, ni el orden jurídico.

Lo prohibido... es la grabación en la modalidad de interceptación de terceros, pues se


entiende que el interés protegido en lo material es la injerencia indebida de una
persona en la comunicación de otra, de la cual no hace parte. Por tanto, si un tercero
se inmiscuye en una conversación ajena, y la graba, la prueba así obtenida será
ilícita, pero si la grabación es realizada por quien participa en ella, no habrá motivos
para afirmar su ilicitud, menos aún, si está siendo víctima de un delito."

La Sala no comparte el criterio de la Procuraduría Delegada, en el sentido de que al


efectuarse la grabación de esas conversaciones se haya podido atentar contra el
derecho fundamental a la intimidad y que, de contera, la prueba sea nula de pleno
derecho.

En el presente caso, las grabaciones aportadas a la investigación por los esposos (...),
fueron obtenidas directamente por ellos, de las conversaciones telefónicas del
primero con los hermanos (...), referentes a la consignación y pago de cheques que
habían sido sustraídos de la Tesorería Municipal de Sibaté. Su obtención y divulgación,
realizada por quienes primero denunciaron los hechos al percatarse del engaño, no
lesionó la intimidad ajena, ni transgredió el ordenamiento jurídico.

Tampoco le asiste razón al defensor, cuando afirmó que en el proceso de aducción de


esas pruebas se desconocieron las exigencias previstas por la ley, requisitos que no
atinó a precisar. En el proceso se aprecia que esas grabaciones fueron aportadas
desde los albores de la instrucción; efectuada la trascripción por la División de
Criminalística de la Policía Judicial (fs. 166 y Ss. cd. 1, primer proceso), se corrió
traslado a los sujetos procesales que, incluida la defensa, tuvieron oportunidad de
informarse y controvertir.

En la formación, aducción y apreciación de esa prueba, no se advierte la irregularidad


demandada, siendo de añadir que la sistemática procesal penal colombiana no fija un
valor preestablecido a los medios de convicción, dejando su estimación sometida a
las reglas de la sana crítica.

Aún más, aparte de la legalidad de las grabaciones en cuestión, el libelista no


demostró cómo el sentido de la decisión hubiera sido distinto, al sólo apreciarse el
restante material probatorio a que se hizo alusión en los fallos de instancia,
particularmente el testimonio de (...) y los indicios de "manifestaciones anteriores y
posteriores, presencia y oportunidad delictual".

2. Cuando la censura va dirigida a la manera como fueron apreciados unos indicios, el


impugnante debe diferenciar si lo que cuestiona es la prueba del hecho indicador, el
proceso de inferencia lógica o la estimación de la fuerza demostrativa, ya que los
errores en que se puede incurrir en cada una de esos enfoques son de distinta índole.

En la valoración de la prueba del hecho indicador, el yerro puede ser de hecho o de


derecho en cualquiera de sus modalidades, mientras que en la fase intelectiva de
inferencia y apreciación de la fuerza demostrativa del indicio, se puede incurrir en
errores de hecho, siendo actividades que deben realizarse con ceñimiento a los
derroteros de la sana crítica.

Si se trata de falencias en la valoración de la prueba del hecho indicador, hay que


identificar el medio de convicción que le sirve de soporte y precisar y comprobar el
yerro cometido. De censurarse la inferencia lógica o el valor probatorio dado al
indicio, se demostrará el quebrantamiento de la sana crítica, o sea, se acreditará que
la deducción declarada en el fallo es diferente a la que debió derivarse según la
lógica, la ciencia o la experiencia.

En este reproche, el demandante no precisó en que parte del proceso de construcción


del indicio se incurrió en cuál desatino; ni siquiera argumenta a qué indicios, de los
plasmados en la sentencia, va dirigida la crítica, limitándose a exponer su personal y
subjetiva estimación sobre cómo se debió decidir, desconociendo de tal forma que la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

casación no es una tercera instancia, a la que se pueda acudir para sacar avante la
particular visión que se tenga sobre determinado tema objeto del proceso.

El indicio se halla expresamente previsto en la ley como medio de convicción (arts.


248 y 300 a 303 D. 2700 de 1991; 233 y 284 a 287 L. 600 de 2000), sometido a reglas
en su formación, aducción y valoración, de manera que resulta desacertada la crítica
que el demandante le formula a la sentencia en cuanto, según dice, no se debió
acudir a esa clase de prueba para proferir condena en contra de su representado.

3. La falta de consonancia entre la sentencia y la resolución de acusación es un error


que afecta el debido proceso, situación que separadamente ha sido establecida como
causal de casación y que se corrige casando la sentencia, para proferir la de
reemplazo.

Cuando se invoca esta causal, tiene definido la Sala que, como es natural, su
demostración debe hacerse confrontando la resolución de acusación con el fallo, con
el fin de verificar si se ha condenado por cargos no incluidos en aquélla o si,
eventualmente, se dejó de resolver alguno o algunos expresamente formulados. Esta
censura implica demostrarle a la Corte que la condena no corresponde a la realidad
fáctica y jurídica tenida en cuenta en la acusación, resultando evidente que el fallo la
desbordó o desestimó.
...

La causal segunda de casación no opera cuando se trata de las motivaciones


consignadas por el juez, en orden a demostrar la concurrencia de la conducta punible
o la responsabilidad del acusado, que no necesariamente deben guardar identidad
con las expuestas por el Fiscal en el momento de calificar la instrucción. Así lo ha
sostenido la Corte (sentencia de segunda instancia, noviembre 3/99, rad. 13.588, M. P.
Carlos Eduardo Mejía Escobar):

"No hay incongruencia cuando la sentencia se apoya en argumentos o razonamientos


distintos de los de la acusación."

4. Si el motivo de nulidad formulado es la vulneración del debido proceso, como no


toda irregularidad tiene virtud para afectar la validez del trámite, le resulta obligado
al actor demostrar que la alegada es realmente sustancial, es decir, que al conculcar
garantías de los sujetos procesales, para el caso del acusado en cuya defensa va
dirigida la demanda objeto de estudio, se ha socavado el desarrollo del proceso,
desquiciando las bases mismas de la instrucción o el juzgamiento.

Y si el vicio alegado apunta a la vulneración del derecho de defensa, le corresponde


precisar en cuál aspecto de la defensa técnica, o la material, radica la transgresión,
indicando la actividad o la oportunidad en que se vio entorpecida o sufrió menoscabo,
con señalamiento adicional e inequívoco de la trascendencia del error en la parte
dispositiva de la sentencia.

5. Frente a la afirmación del demandante, acerca de que el Tribunal no podía tener


como prueba la indagatoria rendida por el coprocesado (...), ni siquiera como
testimonio por carecer del requisito del juramento, la Sala ha expresado que aunque
la indagatoria es en principio un medio de defensa a través del cual la persona
vinculada al proceso penal tiene la oportunidad de explicar lo relativo a unos hechos
que se le atribuyen, también obra "como medio de prueba en cuanto contribuye a
aclarar y a reconstruir lo sucedido", agregando: "En tal orden de ideas resulta absurdo
señalar que cuando el imputado relata un acontecer y en su exposición declara en
contra de otro o de otros, la circunstancia de no ser juramentado para volverlo a
interrogar sobre el particular impide la valoración de su indagatoria y la circunstancia
eventual de utilizarla como medio de convicción para edificar desde el punto de vista
probatorio una determinación judicial" (sentencia de casación, octubre 22/98, rad.
10.934, M. P. Carlos Eduardo Mejía Escobar).

6. En relación con la declaración certificada del Alcalde de Sibaté, prueba que según
el actor fue acopiada cuando los sujetos procesales no tenían la oportunidad de
debatirla.

Frente a esto último, tratándose de un supuesto vicio de aducción, la censura debía


enmarcarse en la causal primera, por violación indirecta de la ley sustancial, en
hipotético error de derecho por falso juicio de legalidad, toda vez que de hallarse
demostrado, no tendría el efecto de invalidar el proceso, como vicio in procedendo,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

sino que por darle valor el juzgador a la prueba allegada sin el cumplimiento de los
requisitos que le son propios, el error se traslada a la sentencia donde haya sido
apreciado indebidamente el medio de convicción (vicio in iudicando), con la
consecuencia de cambiar el sentido de la decisión si, de prosperar el cargo, el resto
del material probatorio no resulta suficiente para sustentar la adoptada en el fallo
objeto de impugnación.

7. Tratándose del error de hecho por falso juicio de existencia, le corresponde al


casacionista no solo denunciar las pruebas que no fueron tenidas en cuenta por el
juzgador, sino demostrar que otro habría sido el sentido de la decisión, en caso de ser
apreciadas, lo que traduce en derruir los fundamentos que sirvieron para proferir la
decisión, en este caso de responsabilidad.

Pero el demandante incumplió con esa obligación, limitándose a controvertir desde su


particular visión la prueba indiciaria tenida en cuenta por los juzgadores de instancia,
sin precisar si el cuestionamiento apuntaba contra el hecho indicador, o a la inferencia
lógica, o al poder de convicción del indicio y su apreciación conjunta con los demás
medios de prueba.
...

El censor también sostiene que los juzgadores de instancia apreciaron parcialmente


las afirmaciones de su representado, situación que plantea como error de hecho por
falso juicio de existencia, planteamiento que no corresponde a ninguna de las
manifestaciones de esta clase de yerro, porque para que se materialice, resulta
necesario que el juzgador ignore la existencia de una prueba que obra materialmente
en el proceso, o que de por existente la que no hace parte del mismo. En el primer
caso, se estará en presencia de un error de existencia por omisión; en el segundo, de
existencia por suposición.

Por su parte, el error de hecho por falso juicio de identidad, que al igual que el de
existencia corresponde a un yerro en la apreciación probatoria, está relacionado con
el contenido material, por tergiversación o distorsión de su expresión literal, al hacerle
decir lo que en realidad no dice o restarle su verdadero alcance. Por tanto, tales
yerros afectan de manera diferente la evidencia y no pueden formularse y
desarrollarse bajo un mismo cargo, como lo ha reiterado la jurisprudencia.

8. Al desgaire, plantea así mismo que, por lo menos, a su representado se le debió


reconocer el "beneficio de la duda". No obstante, no discurrió en la forma que lo
demanda el eventual establecimiento de una conculcación al principio in dubio pro
reo, que requiere un desarrollo específico y acorde con la vía extraordinaria a través
de la cual se pretende derruir la condena.

Los errores frente a la duda probatoria suelen ocurrir por una de estas dos hipótesis:
la primera, cuando el juzgador, a pesar de reconocer la ausencia de certeza, no falla a
favor del procesado. En este caso, se debió demandar la violación directa del artículo
445 del Código de Procedimiento Penal anterior, 7° actual, por falta de aplicación.

La segunda, se presenta cuando el Tribunal supone certeza, a pesar de que la prueba


incorporada al proceso no permitía llegar a ese grado de convencimiento. En esta
hipótesis la violación a la ley sustancial ocurre por vía indirecta y los cargos en
casación deben estructurarse a través de cualquiera de sus hipótesis.

9. Plantea el Procurador Delegado la casación parcial del fallo, que se decretaría de


manera oficiosa, por presentar una violación ostensible al principio de legalidad de la
pena, al imponerse al procesado (...) la "accesoria de interdicción de derechos y
funciones públicas por término igual a la sanción principal (18 años) cuando nuestro
estatuto punitivo dispone en el art. 44 que la duración máxima para esta pena es de
10 años".

La petición resulta improcedente, al tomar en cuenta que el delito de peculado por


apropiación, que es el tipo penal más grave, de cuya previsión punitiva partió el
juzgador para la dosificación, según preveía el inciso primero del artículo 133 del
Código Penal anterior, con la modificación introducida por el 19 de la ley 190 de 1995,
y así mismo ocurre en el 397 de la ley 599 de 2000, para la cuantía por la que se
procede, tiene fijada la interdicción o inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas como pena principal, de 6 a 15 años.

142
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El artículo 42-3 del decreto 100 de 1980, que para el caso resulta más favorable, pues
ahora el tope máximo para la inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas ascendió a 20 años (arts. 51 y 52 L. 599 de 2000), señalaba como pena
accesoria, cuando no se establezca como principal, la interdicción de derechos y
funciones públicas. De tal manera, la condena a esa clase de sanción por el delito de
peculado por apropiación, debe ser impuesta como principal, concurrente con la
privativa de la libertad y la multa, como lo disponen los preceptos citados.

El fallo impugnado fue, también en esto, consecuente con lo instituido en la ley, pues
no se puede olvidar que se juzgó un concurso de peculados por apropiación, a
consecuencia de lo cual podía aumentarse la pena "hasta en otro tanto".

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 14/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : OLAYA LOPEZ, JOSE RICARDO
PROCESADO : BARAHONA RAMIREZ, JOSE EFRAIN
DELITOS : Peculado por apropiación, Destrucción, supr. y
ocult. de
doc. público
PROCESO : 15354

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COLISION DE COMPETENCIA/ COMPETENCIA POR CONEXIDAD/


COMPETENCIA-Delitos conexos/ SECUESTRO EXTORSIVO-Consumación/
COMPETENCIA A PREVENCION

En principio cabe advertir que los delitos referidos son conexos, por cuanto quienes
mantenían cautivo al secuestrado y le dieron muerte eran quienes empleaban los
uniformes oficiales; por modo que no admite discusión la presencia de las causales 1ª
y 2ª del artículo 90 del Código de Procedimiento Penal (87 del derogado), en atención
a lo cual, para la Sala resulta extraño que el Juez de Cundinamarca dispusiera la
ruptura de la unidad procesal (fl. 216, C.- 4)), trámite que en buena hora rechazó el
funcionario de Girardot (fl. 233).

Tratándose de la "Competencia por razón de la conexidad", es claro que


procediéndose por un delito de secuestro extorsivo, la competencia radica en los
jueces del circuito especializados, según dispone el artículo 5°-4 transitorio del nuevo
Código de Procedimiento Penal (71-4 del derogado) y "cuando se trate de conexidad
entre hechos punibles de competencia del juez penal del circuito especializado y
cualquier otro funcionario judicial, corresponderá el juzgamiento a aquél", según
determinan los artículos 7° transitorio y 89-2 de los aludidos estatutos, de donde
surge que de todos los hechos que tienen que juzgarse bajo una misma cuerda
procesal, debe conocer el juez especializado.

Como el atentado contra la libertad es el que determina el funcionario competente,


debe dilucidarse en dónde se cometió, por cuanto que el factor objetivo del territorio
es el llamado a aclarar la controversia planteada.

Conforme al artículo 169 del actual Código Penal (268 del anterior) incurre en
secuestro extorsivo quien "arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona con el
propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad". De manera que
la conducta punible se ejecuta o consuma cuando quiera que con esa intención, que
no es necesario lograr, se arrebata a una persona, pero también cuando se la sustrae,
o se la retiene, o se la oculta.

143
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Por ello es que el secuestro es una conducta punible de las consideradas de ejecución
permanente, porque se continúa ejecutando durante el lapso en que el afectado
permanece privado de su libertad, como quiera que hasta este último momento se lo
mantiene retenido u oculto. De ahí que en estos eventos el término de la prescripción
de la acción penal "comenzará a correr desde la perpetración del último acto"
(artículos 84 y 83 de los códigos penales, vigente y derogado, respectivamente).

En este contexto, el secuestro se ejecuta en todos y cada uno de los sitios en que el
afectado permanece privado de su libertad de locomoción, a merced de sus captores,
lo cual permite determinar que en el evento del ciudadano estadounidense (...), en
verdad, como lo afirma el Juez de Cundinamarca, el plagio se ejecutó en comprensión
del departamento del Tolima, como que los agresores lo sacaron de su finca de
Guayabal, esto es, que en este municipio lo arrebataron o sustrajeron (dos de las
conductas alternativas del tipo), pero lo propio sucedió en Guataquí (Cundinamarca),
porque allí estaba en cautiverio, esto es, retenido u oculto (los otros dos verbos
rectores) cuando las autoridades llegaron a rescatarlo e, incluso, allí fue en donde se
consumó el homicidio.

En las condiciones que se reseñan, no admite duda que el delito se cometió cuando
menos en dos sitios determinados, en atención a lo cual el asunto debe dirimirse
aplicando las reglas de la competencia "A prevención" que regula el artículo 83 del
actual estatuto procesal (80 del anterior), de las que surge que el llamado a conocer
es el funcionario "del territorio en el cual se haya formulado primero la denuncia", y si
por tal vía no se soluciona el conflicto, ha de acudirse a aquél "donde primero se
hubiere avocado la investigación" y, sucesivamente, al del "lugar en el cual fuere
aprehendido el imputado" o, en el evento de varios capturados, "el del lugar en que
se llevó a cabo la primera aprehensión". Cabe advertir que las alternativas deben
agotarse en el orden establecido por el legislador y sólo cuando la primera de ellas no
ofrezca respuesta positiva, debe acudirse a las otras.
...

De tal manera que el competente es el funcionario que en principio avocó el


conocimiento del juzgamiento, lo que comporta que el asunto debe asignarse al Juez
Primero Penal del Circuito Especializado de Cundinamarca.

En verdad que en decisión del pasado 23 de julio (radicado 18.525) esta Sala
adjudicó, en un caso similar, la competencia al funcionario del sitio donde se arrebató
al secuestrado, pero porque partió de la tesis de que en ese evento "el lugar donde
fueron plagiadas" las víctimas "no resulta incierto". En el presente asunto también
existe claridad respecto del sitio de sustracción, pero igual sucede con aquél en
donde se retuvo y ocultó al perjudicado, con lo que hay certeza sobre dos diversos
lugares en donde, de manera permanente, se consumó el hecho, debiendo por tanto
escogerse uno de ellos.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 14/11/2001
DECISION : Asigna competencia al juzgado 1 P. C. E. de
Cundinamarca
PROCEDENCIA : Juzgado Unico P. C. E.
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : QUINTERO REAL, ANIBAL
DELITOS : Homicidio, Secuestro extorsivo, Utilización ilegal
de
uniformes de uso priv.
PROCESO : 18660

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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DEMANDA DE CASACION-Causal tercera/ NULIDAD-Omisión de respuesta a


los alegatos de la impugnación/ SENTENCIA-Falta de motivación/ FALSO
JUICIO DE EXISTENCIA POR OMISION

1. En lo concerniente al primer cargo que bajo el auspicio de la causal tercera formula


el censor, bien está recordar que aunque en estos eventos se permite alguna amplitud
en su proposición ello en modo alguno apareja la conclusión de que el escrito con que
se invoca sea de libre elaboración, toda vez que si dicha causal instrumenta un medio
para preservar la estructura del proceso y las garantías de los sujetos que en él
intervienen, quien la aduzca no sólo debe acatar los principios que rigen la casación,
sino que también ha de correr con la carga de una adecuada sustentación, dejando
claramente establecido, entre otros aspectos, el motivo de la nulidad, la irregularidad
sustancial que alega, la manera como ésta socava la estructura del proceso o afecta
las garantías de las partes, y todo ello sin dejar de demostrar que de no haberse
incurrido en ella otra hubiera sido la decisión.

En este orden de ideas, la demostración del fundamento de las causales de nulidad,


según relación que hace el artículo 304 del Código de Procedimiento Penal vigente
para la fecha de la demanda -hoy 310 de la Ley 600 de 2000-, debe hacerse de cara a
los "principios que orientan la declaratoria de las nulidades y su convalidación", pues
algunas de estas reglas dan para reconocer la existencia de la irregularidad, pero,
merced a la magnitud de su fuerza interna, su trascendencia, actitudes posteriores de
los sujetos procesales o a la existencia de alternativas menos perjudiciales, se matiza
de tal manera que no habría lugar a la nulidad.

2. El actor ha planteado una supuesta irregularidad porque los juzgadores de


instancia omitieron contestar los alegatos presentados por el defensor tanto en el
curso de la audiencia pública como en la audiencia de sustentación oral del recurso
de apelación, pero aparte de citar textualmente los razonamientos del a quo frente a
la participación del procesado (...), no hace el demandante ninguna referencia a los
principios regulativos de las nulidades, con el fin de establecer si la anomalía soporta
los filtros de entidad o trascendencia legalmente allí establecidos. Por ello, la
presentación del cargo carece de razón suficiente.

Es claro que dar las razones por las cuales se comparte o no las alegaciones de las
partes, tiene dicho la Corte, es un requisito formal que se relaciona con la debida
motivación de la sentencia, cuya omisión ciertamente podría entrañar nulidad, pero
sólo con la condición de que con ello resulte vulnerado el derecho de contradicción, el
cual en ese sentido asiste al derecho de defensa.

También resulta pertinente para el caso, que no es lo mismo que una decisión judicial
adolezca de defectos de motivación, por ausencia de contestación a los alegatos de
las partes, a que la contestación no cumpla con las expectativas del sujeto procesal,
que la tilda de inadecuada o desacertada en su fundamentación fáctica, jurídica o
probatoria, hipótesis que se refleja precisamente en el ataque elevado por el
demandante en este asunto.

En el primer caso, el error será de actividad, susceptible de ser atacado dentro del
marco de la causal tercera, mientras que en el segundo será de juicio, tema a ser
planteado dentro del ámbito de la primera. Por ende, atenta contra el principio de no
contradicción y la autonomía de las causales, mezclar, dentro de un mismo reproche,
argumentaciones de una y otra índole.

3. En cuanto se relaciona con el segundo reparo hecho contra la sentencia por el


defensor de (...) bajo el auspicio de un falso juicio de existencia por omisión, al rompe
se advierte que el planteamiento queda en el mero enunciado, en la medida en que
cuando el ataque se hace por esta causal, es menester que el censor exponga cómo
de no haber sido omitidas las pruebas que reputa ignoradas en la sentencia, otro
hubiera sido el sentido de ésta, lo que se logra poner de presente únicamente

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

confrontando los medios echados de menos con los que tuvo en cuenta el juzgador
para proferir el fallo controvertido, ejercicio a través del cual puede la Corte descubrir
la real trascendencia del error -en caso de haber existido realmente éste- y por ende
si la sentencia es o no legal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 15/11/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ROJAS LOZANO, GUSTAVO
DELITOS : Falsedad en documento privado
PROCESO : 17382

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PROVIDENCIAS-Vida jurídica/ PREVARICATO POR ACCION-Se estructura/


USO DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO

1. Estima el defensor que al no encontrarse ejecutoriada la resolución de abstenerse


de decretar medida de aseguramiento, no había cobrado vida jurídica y, por ende,
"fuerza vinculante", por lo que no podía colegirse la existencia del delito de
prevaricato por acción.

Al respecto, ha de advertirse que yerra el impugnante en su apreciación, pues el


ejercicio de los recursos no impide el nacimiento a la vida jurídica de las decisiones,
independientemente de que su definitividad y permanencia procesal dependa de su
ejecutoria.
Quiere decir lo anterior, que todas las decisiones con su suscripción por el funcionario
correspondiente, nacen a la vida jurídica y son parte del proceso, así contra ellas
procedan y se interpongan recursos.

Por ello, cuando la Fiscal encausada resolvió la situación jurídica de Slee Castillo,
tomó una decisión judicial que no por la interposición de los recursos de reposición y
apelación por el representante del Ministerio Público debía entenderse ajena al
proceso o sin fuerza vinculante, lo que se evidencia si se considera que mientras no
fue revocada por el superior, produjo el efecto de que el procesado quedó sin ninguna
medida de aseguramiento.

2. En la legislación anterior como en la actual, el prevaricato por acción es un tipo de


los llamados de mera conducta o de pura acción, bastando para su estructuración que
se profiera una resolución o dictamen manifiestamente contrario a la ley, sin que se
exija la ejecutoria de aquélla, pues con el solo proferimiento se realiza el tipo y se
vulnera la norma.

3. Considera el defensor que la decisión fechada el 5 de junio de 1995, luego


ratificada el 29 siguiente, al negarse la reposición, no es manifiestamente contraria a
la ley, porque el uso de documento privado, como considera la cédula, es conducta
atípica, jurídicamente irrelevante y, además, no está probado que Castillo la hubiera
falsificado.

Al respecto la Sala, compartiendo lo expuesto por el Tribunal, señala que ninguna


razón le asiste al defensor, pues el material probatorio allegado al diligenciamiento,
cuando se definió la situación jurídica a Castillo, demostraba, sin lugar a dudas, que el
uso que éste hizo del documento no fue inocuo, sino jurídicamente relevante, pues lo
usado no fue un documento privado sino público que, como tal, se adecuaba a la
descripción del inciso 2° del artículo 222 del C. Penal de la época y, además, que no
sólo fue autor de dicho empleo sino determinador de la falsedad.
...

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Frente a esta inocultable realidad, hasta el más desprevenido y poco diestro de los
fiscales tenía que concluir que el Castillo era determinador de un delito de falsedad en
documento público agravada por el uso y que había sido sorprendido en flagrancia,
así como que su reconocimiento en la indagatoria, de que era nacional peruano, que
había pagado un particular para que le elaborara el documento y que lo uso para
identificarse durante tres años, era una confesión.

De igual manera su aseveración en la injurada de que ni él ni su esposa sabían que la


cédula era falsa y que sólo se enteró cuando se lo dijeron los agentes del orden,
aparece ostensiblemente mentirosa y que si en una providencia se afirma que se le
cree, el funcionario que lo sostenga está faltando a la verdad.

Teniendo en cuenta que el artículo 388 del Código de Procedimiento Penal, entonces
vigente, sólo exigía como prueba mínima para proferir medida de aseguramiento un
indicio grave y que la recaudada, como se vio, la superaba ampliamente y que el
punible de falsedad en documento público agravada por el uso tenia una pena
mínima superior a dos años (arts. 220 y 222, inciso 2°, del Decreto 100 de 1980),
había necesariamente que colegir que la situación jurídica del indagado se debía
definir con medida de aseguramiento y que lo procedente, dada la gravedad del
hecho, era la detención preventiva.

Por otra parte, tampoco podía ponerse en duda que presentar una cédula de
ciudadanía para identificarse, es usarla, pues es darle el empleo para el cual está
destinada.
....

Es más, la explicación de última hora, avalada por el defensor, de que se trataba de


falsedad en documento privado, suponiendo que lo fuera*, tampoco disculpaba la
decisión de abstenerse de proferir medida de aseguramiento, para el caso de caución
(artículo 393 del Decreto 2700/91), pues estaba probado que Castillo había
determinado la falsedad y que estaba usando el documento cuando fue capturado y
que lo utilizaba, como lo reconoció, desde hacia tres años para identificarse.

___________________________
* La Sala de manera pacífica ha sostenido que la creación integral de un documento
público por un particular constituye falsedad de particular en documento público y no
falsedad en documento privado (ver, entre otras, casación 9478, mayo 6/97, M. P. Dr.
Carlos E. Mejía Escobar y casación 12528, marzo 23/00 M. P. Dr. Jorge E. Córdoba
Poveda).

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 15/11/2001
DECISION : Confirma íntegramente la sentencia apelada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : GRISALES GAMBOA, DORIS
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 14040

PUBLICADA : Si

Salvamento de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Principio de prioridad/ NULIDAD-Debido proceso, derecho de


defensa/ NULIDAD-Principio de trascendencia/ AUDIENCIA PUBLICA-Práctica
de pruebas/ DEMANDA DE CASACION-Principio de autonomía/ FALSO
JUICIO DE EXISTENCIA-Técnica/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Técnica/
CASACION-Grado de credibilidad otorgado a los medios de convicción/
DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos

1. En virtud del principio de prioridad que rige el recurso de casación, el cargo de


nulidad debe aducirse en primer término y así mismo ha de ser examinado por la
Corte pues, dada su naturaleza, en el evento de que prosperara haría inútil el estudio
de fondo de cualquiera otra de las censuras que se formulen en tanto, como su efecto
sería la invalidez de la actuación, la sentencia objeto del reproche quedaría sin
sustento legal.

2. El libelista reclama la nulidad de la actuación porque se desconocieron el debido


proceso y el derecho de defensa al negar el A quo la práctica de algunas pruebas,
recaudar testimonios por fuera de la audiencia pública e impedir que se recibiera en
esa oportunidad una declaración que no se había podido recoger en el término ilegal
fijado por la juez.

Señálase aquí un primer defecto en la formulación del cargo, pues reiteradamente ha


dicho la Sala* que, si bien existen irregularidades que afectan tanto el debido
proceso como el derecho de defensa, no por ello se pueden mezclar y tratar
indistintamente, como si fuera lo mismo el vicio de estructura que el de garantía,
claramente diferenciados por la ley y la jurisprudencia.

No se advierte cómo, por ejemplo, ni el demandante lo explica, la orden de recaudar


unas pruebas antes de la audiencia pública, decisión de la que oportuna y
personalmente fue enterado el defensor (fl. 291 vto.), pueda socavar el derecho de
defensa, o que se quebrante la estructura del proceso porque se niegue la recepción
de algunos testimonios, deficiencias que ciertamente dificultan el adecuado estudio
del cargo en los precisos términos en que fue planteado.

Agrégase a lo anterior que tampoco observó el censor los principios de trascendencia


y de convalidación que rigen las nulidades conforme lo disponía el artículo 308 del
anterior Código de Procedimiento Penal, reproducido en lo pertinente por el artículo
310 del actual, según los cuales es preciso "demostrar que la irregularidad sustancial
afecta garantías de los sujetos procesales, o desconoce las bases fundamentales de la
instrucción y el juzgamiento" (num. 2); y "los actos irregulares pueden convalidarse
por el consentimiento del perjudicado, siempre que se observen las garantías
constitucionales" (num. 4).

3. En efecto: aunque es verdad que de acuerdo con el artículo 448 del Código de
Procedimiento Penal para entonces vigente las pruebas decretadas en el juicio se
debían practicar en la audiencia pública, como también ahora lo dispone el artículo
401 del nuevo estatuto, nada dijo el censor sobre la incidencia sustancial de esa
irregularidad en la estructura básica del juzgamiento, pues se limitó a lamentar que
por esa vía se le hubiera negado el derecho a contrainterrogar, entre otros, a un
testigo que sirvió de base para dictar la sentencia de condena, cuyo nombre y
específica importancia tampoco expresa. Con todo, no a un subrepticio actuar del
juzgado -que no existió- sino a la indolencia, la pasividad o el desinterés del defensor
obedeció su ausencia pues, como ya se anotó, no sólo fue notificado personalmente
del auto del 18 de octubre de 1995 en el que se ordenó practicar las pruebas dentro
del término de 15 días (fl. 291), sino que ninguna inconformidad manifestó al respecto
e intervino en la ampliación de indagatoria de su cliente, recibida en ese mismo plazo
(fl. 295).

No recurrir aquella providencia implicaba también, además, la tácita aceptación de la


decisión que negaba escuchar nuevamente a los agentes de policía, ampliación
testimonial cuya incidencia en el sentido del fallo no demostró el censor, quien se
limitó a expresar que de esa manera se le cercenó el derecho de defensa al
procesado.

4. Tampoco respetó el actor el principio de autonomía de los cargos pues, como se ha


visto, en la misma censura entremezcla varios reproches de nulidad que tienen
naturaleza y alcance invalidatorio diferentes, por lo que ha debido presentarlos y
desarrollarlos de manera separada y teniendo en cuenta su prioridad, toda vez que la
irregularidad relacionada con la práctica de pruebas fuera de la audiencia pública

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

implicaría que el proceso se rehiciera a partir de esa diligencia, en tanto que el vicio
derivado del rechazo de una prueba en el juicio conduciría a que se subsanara desde
la oportunidad prevista para decretarla.

5. Sabido es que el error de hecho por falso juicio de existencia ocurre cuando el
fallador ignora, desconoce u omite reconocer la presencia de una prueba válidamente
producida o cuando supone o imagina un hecho porque cree equivocadamente que la
prueba obra en el proceso.

Cuando el demandante pretende edificar el cargo en un yerro de esa naturaleza, lo


primero que debe hacer es indicar con precisión cuál fue la prueba que no se apreció
o cuál cuya existencia se supuso, y a partir de allí desarrollar la censura demostrando
la trascendencia del error y la relación de causalidad entre éste y la parte resolutiva
de la sentencia, vale decir, que de no haberse cometido, la decisión hubiera sido
sustancialmente diferente a la que se adoptó.

6. Referida la segunda parte del cargo a falsos juicios de identidad en la apreciación


de los testimonios de los agentes de policía (...), es preciso recordar que esa especie
de error de hecho se presenta cuando el juez tergiversa el contenido material de la
prueba haciéndole decir algo que no decía, en cuyo caso la censura debe señalar de
manera específica cuál fue la prueba que distorsionó o desfiguró el fallador porque le
quitó o agregó una parte al hecho o lo sectorizó o parceló.

No procedió así el demandante, quien más bien optó por prolongar el debate
probatorio que desde las instancias "ha enfrentado los criterios entre los muy
respetados falladores y el suscrito defensor", como de manera expresa lo reconoce en
la página 18 de la demanda. Por esta razón, transcribe apreciaciones que ya había
expuesto al sustentar el recurso de apelación, no compartidas por el Tribunal, para
insistir, con apoyo en ellas y en otras elucubraciones semejantes que consigna en la
demanda, que los testigos no merecen credibilidad, bien porque sus dichos
contradicen afirmaciones contenidas en el acta de inspección del cadáver; o porque
en el informe policivo se alude al comentario de un ciudadano pero uno de los
agentes sostiene en su declaración que el dicho provino de una señora; o porque algo
que aquellos manifestaron que había sido percibido por una persona desde
determinado sitio no era posible observarlo según la comprobación directa que pudo
hacer el defensor trasladándose al lugar; o, finalmente, porque contrario a lo afirmado
por los policías que aprehendieron al procesado, la razón natural enseña que nadie se
autoincrimina y por eso no es verdad que éste hubiera reconocido su participación en
el homicidio; todo lo cual, no hay duda, permite concluir que la censura no se dirige a
demostrar la existencia de los falsos juicios de identidad aducidos por el demandante,
pues no es a la tergiversación de la prueba sino a su grado de credibilidad a lo que en
realidad apunta la censura.

Y la credibilidad que el Ad quem le otorga a un determinado medio de convicción,


como lo ha dicho repetidamente la Sala**, no puede ser de suyo controvertida en
casación en un ordenamiento que, como el nuestro, abolió el sistema de tarifa legal o
de prueba tasada para la evaluación probatoria.

7. Si, de acuerdo con lo previsto por el numeral 4º. del artículo 225 del anterior
Código de Procedimiento Penal -reproducido en idéntico numeral del artículo 212 del
actual-, cuando se formulan varios cargos se deben sustentar en capítulos separados,
es obvio que en cada uno de ellos, conforme lo enseña el numeral 3º. del mismo
artículo, se enuncie la causal y se presente la acusación "indicando en forma clara y
precisa sus fundamentos y las normas que el demandante estime infringidas", lo cual
supone que cada una de las censuras debe ser suficiente o tener la capacidad por sí
misma para anular el fallo que se cuestiona.

Por esta razón, no es admisible que en vez de desarrollar íntegramente el ataque se


haga remisión a los argumentos expuestos en cargos anteriores, como con falta de
propiedad lo hizo el demandante en la presentación de este reproche, pues en lugar
de demostrar los falsos juicios de existencia y de identidad que le censura al fallador,
simplemente invita a que se revisen los aducidos en el capítulo anterior "al igual que
los razonamientos, las pruebas ignoradas y las declaraciones e indicios a los cuales se
les atribuyó el valor que no tienen".

________________________________
* Cfr. autos del 19 de diciembre de 2000, radicados 16.174 y 16.434, MM.PP., en su orden,
doctores Nilson E. Pinilla Pinilla y Jorge E. Córdoba Poveda; sentencia del 26 de febrero de 2001,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

radicado 12.108 y auto del 12 de marzo de 2001, radicado 16.763, ambas providencias con
ponencia del doctor Jorge E. Códoba Poveda.
** Cfr., por ejemplo, autos de 13 y 14 de marzo y 16 de mayo de 2000, radicados 15.878,
15.753 y 16.397, M.P. Édgar Lombana Trujilo, y del 11 de septiembre de 2000, radicado 15.400,
M.P. Jorge Aníbal Gómez Gallego; y sentencias del 16 y 29 de marzo de 2000, radicados 10.963
y 10.858, MM.PP. Jorge Aníbal Gómez Gallego y Carlos Eduardo Mejía Escobar, respectivamente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 15/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : ATEHORTUA RESTREPO, JHON MARLON
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 12031

PUBLICADA : Si

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SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir/ VIOLACION DIRECTA DE LA


LEY-Falta de aplicación/ REPARACION DEL DAÑO/ REDENCION DE PENA/
CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Factor subjetivo

1. Como la demanda se dirige contra una sentencia anticipada proferida dentro del
trámite abreviado previsto por el artículo 37 del Código de Procedimiento Penal
entonces vigente y la censura apunta al reconocimiento de la diminuente punitiva
establecida en el precepto sustancial cuya aplicación se reclama en el libelo -artículo
374 del decreto 100 de 1980-, esta circunstancia permite sostener que se satisface el
presupuesto relacionado con el interés para recurrir en sede extraordinaria, pues
corresponde a uno de los temas señalados por el artículo 37B-4 del Código de
Procedimiento Penal vigente a la sazón como susceptibles de invocarse por vía de
impugnación, el cual, en este caso, no es otro que el reclamo contra la forma como se
llevó a cabo la individualización judicial de la pena.

2. A pesar de la confusión técnica que revela la demanda en algunos apartes, no es


difícil advertir que la pretensión del casacionista es denunciar una violación directa de
los artículos 374 y 64 numerales 1º y 7º del anterior Código Penal (artículos 269 y 55
numerales 1º y 6º de la Ley 599 de 2000) y que se concreta en una falta de aplicación
de los preceptos, que según el señor Procurador Delegado es equivocada debido a
que la normas si fueron analizadas por el fallador en la sentencia atacada para
declarar que no procedía el reconocimiento de un efecto favorable.

Sin embargo, como reiteradamente lo ha sostenido la Sala, no porque la norma


jurídica haya sido analizada en la sentencia es posible predicar que ella ha sido
aplicada, pues ciertamente que un equivocado entendimiento de un precepto
sustancial puede dar lugar a que éste se deje de aplicar o a que se aplique
indebidamente.

Por eso, en eventos como el que se analiza, donde el actor demanda la aplicación de
un precepto sustancial que los juzgadores de instancia no aplicaron siendo el llamado
a regular el caso, el concepto o sentido de la violación a invocar deberá ser falta de
aplicación, independientemente de los motivos que hayan podido haber determinado
ese yerro.

150
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De otra lado, es cierto que cuando se invoca respecto de una misma norma
interpretación errónea y falta de aplicación como sentidos de la violación en forma
autónoma e independiente, sin establecer entre ellos relación de determinación del
uno al otro, el planteamiento será contradictorio y por tanto inaceptable desde el
punto de vista técnico.

En el presente caso, la casacionista estima que sus representados indemnizaron de


manera voluntaria a la víctima por los perjuicios morales y materiales causados con
su ilícito proceder, con lo que considera acreditada la causal de rebaja de pena que el
Tribunal dejó de aplicar.

En el presente caso, la casacionista estima que sus representados indemnizaron de


manera voluntaria a la víctima por los perjuicios morales y materiales causados con
su ilícito proceder, con lo que considera acreditada la causal de rebaja de pena que el
Tribunal dejó de aplicar.

En orden a verificar los argumentos expuestos por la demandante, encuentra la Sala


que luego de haberse afectado con detención preventiva a los procesados (...), su
defensora común solicitó la libertad provisional con base en la causal del numeral 7º
del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal entonces vigente, para cuyo fin
anexó un documento firmado por el denunciante Luis Alejandro Mejía Ramírez, con
constancia de presentación personal ante una notaria del círculo de esta ciudad, del
siguiente tenor:

"Yo, (...), identificado como aparece al pié de mi firma, dentro del proceso de la
referencia del DELITO DE HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO, manifiesto en forma libre
y espontanea y bajo la gravedad del juramento que he recibido el pago por la
indemnización integral por los perjuicios tanto materiales como morales sufridos con
el hecho punible que se investiga, igualmente manifiesto que renuncio a cualquier
reclamación civil o de cualquier otro carácter".

De otro lado, aparece demostrado que el objeto material del hurto calificado y
agravado -taxi de placas SGB 635- fue recuperado gracias a la oportuna intervención
de las autoridades, de donde sólo es exigible para efectos de la rebaja en estudio que
los responsables indemnicen los perjuicios morales y materiales causados con el
hecho punible.

La negativa del Tribunal a reconocer la rebaja de pena por dicho concepto, se funda
especialmente en el hecho de que la entrega de la suma de dinero que hicieron los
procesados al ofendido y cuyo valor sólo se vino a determinar en esa instancia, tuvo
como exclusiva finalidad la obtención de la libertad provisional, "pero nunca existió
de parte de los inculpados ánimo de reparación en cuanto al daño causado, y menos
mostraron actitud de arrepentimiento".

Como dicha argumentación se basa en un criterio jurisprudencial superado y en


consideración a que el ahora imperante favorece los intereses de los procesados,
obligado se hace reconocer que en el presente caso hubo reparación integral y que la
rebaja de pena dispuesta en el artículo 374 del Código Penal vigente en ese entonces
resulta imperativa, según las premisas que vienen de ser establecidas.

Por tanto, se casará el fallo impugnado para reconocer una rebaja de pena por
reparación respecto del delito de hurto calificado y agravado, como lo solicita la
demandante.

3. Definida la pena por debajo de los 36 meses de prisión a que se refiere el artículo
68 del Código Penal derogado (hoy artículo 63 de la ley 599 de 2000), es necesario
considerar el factor subjetivo para decidir sobre la procedencia de la condena de
ejecución condicional.

Atendida la modalidad y gravedad de la conducta punible, esto es por tratarse de una


manifestación de la delincuencia organizada para el hurto de automotores, cuyos
agentes actúan a mano armada sobre indefensos conductores poniendo en grave
riesgo sus vidas o la integridad personal por la concupiscencia por el dinero, no se
accederá al subrogado de la suspensión condicional de la ejecución de la pena, pues
aunque estos factores no son los únicos que deben analizarse para definir el punto, sí
tienen especial importancia, y la decisión de otorgar el sustituto demanda que el

151
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

favorable pronóstico de que no se requiere tratamiento penitenciario se base en la


apreciación de todos los elementos a que alude la norma.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : Casa parcialmente, ajusta penas, niega
subrogado,
ordena captura
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : BERNAL RODRIGUEZ, GUILLERMO HERNEY
PROCESADO : MALDONADO RODRIGUEZ, GEOVANNY MANUEL
DELITOS : Hurto calificado y agravado
PROCESO : 10962

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

COSA JUZGADA/ HOMICIDIO-Ley 40 de 1993

Nuevamente se ve la Corte avocada a desestimar un recurso en el que se cuestiona la


declarada constitucionalidad de un precepto legal por el órgano que detenta de
manera legítima la guarda de la Carta Política, como lo es la Corte Constitucional,
tema respecto del cual ya la Corte Suprema
ha fijado su posición, como resultado del debate propiciado por las discrepancias de
criterio surgidas desde diversas ópticas en relación con el ámbito de la Ley 40 de
1993*.

En tres premisas afianza el demandante su disenso con la sentencia acusada: a).-


Inexistencia de cosa juzgada constitucional absoluta respecto del artículo 29 de la Ley
40 de 1993; b).- El incremento de penas se estableció en la citada ley solo para los
homicidios atroces y, c).- Para la sanción del delito de homicidio existen dos sistemas
legales, que son, el común del Código Penal y el especial de la Ley en comentario.

Pues bien, tratándose el enjuiciamiento de una norma en el ámbito constitucional y


sin que la discusión tenga la incidencia de un cambio de la normatividad superior, dos
son los aspectos sobre los que puede recaer la decisión del juez competente: el
formal y el esencial, siendo conocido que cuando del primero se trata, es porque la
revisión del precepto cubre solo tópicos atinentes a las facultades legislativas o al
trámite legislativo correspondiente. En tales eventos, la cosa juzgada es de carácter
relativo; también hay cosa juzgada relativa si la decisión se ocupa parcialmente de lo
sustancial, vale decir, la misma norma puede ser demandada por razón de sus
contenido total, o del que parcialmente no ha sido revisado; habrá cosa jugada
absoluta cuando el fallo declare la constitucionalidad del precepto pese a advertir la
permanencia de otros aspectos también esenciales de la norma, que no fueron objeto
de estudio;
también, cuando declare la constitucionalidad de toda la norma sin aludir a ciertos
aspectos no demandados.

En relación con el artículo 29 de la Ley 40 de 1993, la Corte Constitucional declaró su


exequibilidad, sin condicionamientos, desde el 7 de diciembre de 1993 en la primera
de las sentencias mencionadas por el recurrente, la C-565, dando así el carácter de
cosa juzgada absoluta a su fallo - que igual incluyó otros mandatos de la misma ley -,
y por ende, clausurando toda posibilidad de nuevo debate judicial al asunto. Clara fue
en este aspecto esa Corporación en su fallo C-273 del 9 de junio de 1994, aludido
también por el demandante y acertadamente tenido en cuenta por el Procurador en
su concepto.

Estructurada así la cosa juzgada, cumple a esta Corte desestimar por este aspecto la
demanda de casación.

152
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Ahora bien, en cuanto toca a los supuestos b) y c) del reparo casacional, tratándose
como en efecto sucede, de temas ya resueltos sin que la demanda en estudio ofrezca
argumentos eficaces para un cambio de criterio, en esta ocasión se remite a lo que la
Corte ya ha sostenido:**

"Comienza el demandante por afirmar que los aumentos de pena que los artículos 29
y 30 de la Ley 40/93 dispusieron, solo tienen vigencia en cuanto el homicidio tenga
relación con el secuestro porque ese fue el querer del legislador, y de ahí que la ley se
intitule "Ley Antisecuestro".

"Con tal supuesto, olvida de entrada el demandante que la indicada ley fue expedida,
y así se precisa en ella, para adoptar el estatuto nacional contra el secuestro y "dictar
otras disposiciones", lo cual de suyo deja sin fundamento la argumentación. Y si bien
es cierto, que la ley en su mayor contenido se ocupa del secuestro, también lo es que
el capítulo VI, denominado "Aumento de Penas" y que fuera declarado exequible por
la Corte Constitucional en sentencia No.565 de diciembre 7 de 1993, versa sobre los
delitos de homicidio y extorsión, y de su texto, sin esfuerzo alguno, dada la claridad
meridiana de los mismos, se infiere que la intención y lo definimiento expresado fue
modificar los artículos 323, 324 y 355, sin que por parte alguna se aprecia que ese
cambio en las penas dependa de algún tipo de conexidad con el delito de secuestro.

"Ahora, dentro de un análisis sistemático-teleológico del estatuto, la inconsistencia


del planteamiento de libelista surte de manera contundente, pues en el artículo 3º.
numeral 11, de la citada Ley 40 (circunstancias de agravación punitiva del secuestro
extorsivo) se establece una pena máxima para este delito de sesenta (60) años,
"Cuando por causa o con ocasión del secuestro le sobrevenga a la víctima la muerte o
lesiones personales", esto es, que al recogerse aquí la situación que plantea el censor,
de la conexidad del secuestro con los delitos contra la vida y la integridad personal,
sólo una interpretación ab absurdum de imposible acatamiento permitiría considerar
que, en un mismo estatuto legal, el legislador fije dos penas bien diversas para unos
mismos hechos, ésta que acaba de señalarse de un máximo de sesenta años, y la otra
de un tope de cuarenta del artículo 29, lo que por fuerza de la razón conduce,
fatalmente, a la certidumbre de que la pena en este último artículo erigida, para nada
demanda de correlación con el secuestro, sino que es definitivamente independiente
de tal circunstancia.

"De otra parte y como quiera que el casacionista manifiesta que la citada ley vulnera
el artículo 158 de la Constitución Política, de conformidad con la cual, "todo proyecto
de ley debe referirse a una misma materia, es del caso recordarle al censor cómo la
Corte Constitucional en la ya indicada sentencia de diciembre 7/93, y con efecto erga
omnes, al estudiar esa temática expresó:

"Debe la Corte comenzar por dejar claramente establecido que entre los tipos penales
a que se refieren las normas demandadas (arts.28, 29, 30 y 31 de la Ley 40 de 1993),
cuyo aumento de pena le corresponde examinar a este estrado, hay la debida unidad
de materia. Ella es evidente en su conexidad axiológica dada la identidad de los
bienes jurídicos que el legislador busca proteger el incriminar al homicidio y al
secuestro, la cual en este caso se refiere al incremento del quantum de los límites
mínimo y máximo de las penas en ambos casos de veinticinco (25) a cuarenta (40)
años de prisión y en su agravación por razón de análogas circunstancias, en cuya
virtud se enlazan recíprocamente.

"En cuanto a lo primero, y según se analizará en detalle más adelante, los delitos de
secuestro y homicidio, por igual lesionan de manera grave los bienes supremos de la
vida, la libertad, la dignidad, la familia y la paz, entre otros derechos fundamentales
que consagra la Constitución.

"En cuanto a lo segundo, es sabido que por lo general con el objeto de obtener la
utilidad, provecho o fines perseguidos, los autores o copartícipes en el delito de
secuestro presionan la entrega o verificación de lo exigido con la amenaza de muerte
o de lesión a la víctima. Del mismo modo, lamentablemente, las más de las veces a
ella le sobreviene la muerte o lesiones personales por causa o con ocasión del
secuestro. De ahí que las circunstancias mencionadas se hayan erigido en causales
de agravación punitiva, las primeras del delito de secuestro (artículo 3º. numerales
7º. y 11 de la Ley 40 de 1993) y las segundas del delito de homicidio (Artículo 30,
numeral 2º. ibídem).

153
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Es también sabido que con frecuencia se mata al secuestrado para preparar, facilitar
o consumar otro hecho punible; para ocultarlo, asegurar su producto o la impunidad,
para sí o para los participes".

"Por tanto, es claro no solo que no se vulneró el artículo 158 de la Constitución


Política, sino simplemente que, por razones de política criminal que el legislador
entendió aplicables, legisló también sobre el homicidio, y si bien de lege ferenda
podría ser discutibles, es lo cierto para ello no posibilitar el desconocimiento del texto
legal."***

_____________________________
* CONSULTAR ENTRE OTRAS, CASACION NOV. 21 DE 1995 y NOV. 25 DE 1999 M.P. Dr. GALVEZ
ARGOTE, CARLOS, JULIO 3 DE 1997 M.P. Dr. GÓMEZ GALLEGO JORGE A. OCTUBRE 22 DE 1997
M.P. Dr. CÓRDOBA POVEDA JORGE ENRIQUE. SEPTIEMBRE 16 DE 1999 M.P. Dr. MANTILLA
NOUGUÉS, MARIO
** Sent. Rad. No. 9991, 21 de noviembre de 1995. M.P. DR. GALVEZ ARGOTE, CARLOS.
*** Ibídem.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
RECURRENTE : LOPEZ, YOLANDA
PROCESADO : LOPEZ, YOLANDA
DELITOS : Homicidio preterintencional
PROCESO : 10221

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

MEDIDA DE SEGURIDAD-Término de duración/ INIMPUTABILIDAD/


TRANSITO DE LEGISLACION/ FAVORABILIDAD

El artículo 94 original del Código Penal de 1980, decía textualmente: "Internación para
enfermo mental permanente. Al inimputable por enfermedad mental permanente, se
le impondrá medida de internación en establecimiento siquiátrico o clínica adecuada
de carácter oficial, en donde será sometido al tratamiento científico que corresponda.
Esta medida tendrá un mínimo de dos (2) años de duración y un máximo
indeterminado. Se suspenderá condicionalmente cuando se establezca que la persona
ha recuperado su normalidad síquica".

Con ocasión del fallo de constitucionalidad C-176 del 6 de mayo de 1993, que declaró
inexequibles las expresiones "tendrá un mínimo de dos (2) años de duración y un
máximo indeterminado", su texto definitivo quedó así: "Internación para enfermo
mental permanente. Al inimputable por enfermedad mental permanente, se le
impondrá medida de internación en establecimiento siquiátrico o clínica adecuada, de
carácter oficial, en donde será sometido al tratamiento científico que corresponda.
Esta medida se suspenderá condicionalmente cuando se establezca que la persona ha
recuperado su normalidad síquica".

Las razones básicas de la decisión, las sintetizó el Tribunal Constitucional en los


siguientes términos: "a) El carácter indeterminado del tiempo máximo de duración de
las medidas de seguridad es inconstitucional porque el artículo 34 de la Carta prohibe
las penas perpetuas. b) La fijación de topes mínimos de las medidas de seguridad es
inconstitucional porque la recuperación de la libertad por parte de los inimputables no
está condicionada a un cierto término sino al restablecimiento de la capacidad
síquica". Acorde con estos planteamientos, precisó que el término de duración de la
medida de internación no podía ser fijada anticipadamente por el Juez, y que el
tratamiento, en ningún caso, podía superar la pena prevista en el respectivo tipo
penal para el delito objeto de juzgamiento.

154
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En la sentencia de segunda instancia, el Tribunal, siguiendo los lineamiento trazados


en la decisión que viene de invocarse, adicionó la de primer grado (donde no había
sido concretado el tiempo máximo de duración de la medida de seguridad), para
precisar que la internación en establecimiento siquiátrico, o clínica adecuada, de
carácter oficial, no podía exceder de cuarenta (40) años, tiempo que resultaba
equivalente a la pena mínima prevista para el delito de homicidio agravado, de
acuerdo con lo dispuesto en los artículos 323 y 324.7 del Código Penal, modificados
por el 29 y 30 de la ley 40 de 1993, y que correspondería aplicar de haberse realizado
el hecho por un imputable.
...

Se equivoca también el casacionista cuando sostiene que de acuerdo con el citado


fallo de constitucionalidad, el juzgador debía fijar anticipadamente un término
prudencial de internación con base en los medios con los cuales contaba en ese
momento. Esta afirmación no la contiene la decisión, ni se deduce de su contexto. La
Corte, por el contrario, fue enfática en sostener que ni la ley, ni el Juez, podían
predeterminar el tiempo de duración de las medidas de seguridad, puesto que su
permanencia dependía de la obtención de los fines de rehabilitación y curación
buscados a través de ellas, siendo esta una de las razones por las cuales declaró la
inexequibilidad del término mínimo fijo previsto en la citada disposición.

A juzgar por los términos de la censura, podría decirse que el error denunciado lo
hace derivar el actor de un equivocado entendimiento del contenido y alcance de la
disposición aplicada (artículo 94 Código Penal), que habría llevado al Juzgador a fijar
el tiempo máximo de duración de la medida de seguridad, y a dejar de señalar el
término que correspondía en concreto, pero sus argumentaciones en este concreto
punto resultan también infundadas.

Al juzgador, de acuerdo con lo que se deja visto, solo le era dable determinar el
tiempo máximo de duración de la medida de seguridad aplicable, teniendo en cuenta,
al efecto, la pena prevista para el delito cometido, y a ello limitó el Tribunal su
actividad, al precisar que el tiempo máximo de duración de la medida impuesta no
podía superar en el caso sub judice los cuarenta años, y que la misma podía cesar,
ser modificada o suspendida en cualquier tiempo, según "la personalidad de la
enferma y la eficacia del tratamiento recibido", que es en esencia lo razonable y
acorde con el fundamento por el que se aplica la medida, y los fines a que ella
corresponde.

Tránsito de legislación. Principio de favorabilidad.

El nuevo estatuto penal (Ley 599 del 2000), en su artículo 70, fija en veinte (20) años
el tiempo máximo de duración de la medida de seguridad de internación en
establecimiento siquiátrico para enfermo mental permanente, cuando la pena
máxima prevista para el delito cometido resulta igual o superior a dicho término.
Como esta norma puede resultar favorable a la procesada, se dispondrá remitir la
actuación al Juez de Ejecución de Penas correspondiente, por medio del Tribunal del
cual procede el asunto, para que tome las decisiones a que haya lugar (artículo 79.7
del actual Código de Procedimiento Penal).

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : CELIS RAMIREZ, MARINA
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 10612

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

LEGALIDAD DE LA PENA/ REFORMATIO IN PEJUS/ HOMICIDIO-Ley 40 de


1993/ FAVORABILIDAD

El ajuste a la penalidad instituida en la Ley 40 de 1993, lo dispuso el ad quem para


restablecer el principio constitucional de legalidad, quebrantado por el a quo al
aplicar la original del artículo 324 del Decreto 100 de 1980, ya inexistente en la
normatividad.

Desconoció, en otros términos, que a nadie se le puede imponer una pena que
legalmente no preexista al acto que se le imputa. Esa Ley 40, por mandato de su
artículo 40, entró a regir a partir de su promulgación, que se produjo en el Diario
Oficial N° 40.726, del 20 de enero de dicho año, empezando a imperar el día siguiente
y, en consecuencia, ya estaba en vigor el 31 de enero de 1993, día de los hechos,
siendo ineludible su aplicación.

Aunque los servidores públicos que, como sujetos procesales, actuaban en


representación de la Fiscalía y del Ministerio Público, no hubieran cumplido con su
obligación de impugnar esa grave conculcación de la legalidad, y sólo hubiere
recurrido la defensa, obviamente para otro propósito, el Tribunal Superior de Cali, Sala
Penal, estaba en el deber de corregir el ostensible error judicial (art. 13 D. 2700 de
1991, entonces vigente) y así lo hizo, con apoyo en la reiterada posición entonces
unánime y hoy altamente mayoritaria de esta corporación.

Transcribió el Tribunal apartes de las dos providencias anteriormente citadas,


quedando sin cabida alguna la hipotética violación de la proscripción de la reformatio
in pejus, como lo reconoció tácitamente el casacionista, que ningún enfoque dirigió en
ese sentido.

Diferente es que, por el principio de favorabilidad, una ley posterior, para el caso la
actualmente vigente 599 de 2000, artículo 104, se aplique de preferencia por
contemplar una pena menos severa, frente a lo cual ha venido señalando la Sala que
el ajuste punitivo que pudiere derivarse, debe ser determinado por el correspondiente
Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad (art. 79-7 L. 600 de 2000).

Cabe anotar, finalmente, que esta providencia no admite recurso alguno, al no ser
revocable ni reformable, por regla general, una sentencia por el mismo Juez o Sala
que la profirió (art. 412 L. 600 de 2.000, anteriormente 211 D. 2700 de 1991) y haber
sido dictada ésta por el máximo órgano de la jurisdicción ordinaria, para resolver la
impugnación extraordinaria de casación, decisión que conlleva ejecutoria el día en
que es suscrita (art. 187 del estatuto procesal penal actual, 197 anterior).

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : CASTRO ESTRADA, ELIECER HERNAN
DELITOS : Homicidio agravado, Tentativa de homicidio
agravado
PROCESO : 10154

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

NULIDAD-Omisión de respuesta a los alegatos de la impugnación/


APELACION-Sustentación/ INDAGATORIA/ CAPTURA/ FLAGRANCIA

1. La Procuraduría Delegada cree que le asiste la razón en cuanto a que el recurso de


apelación interpuesto por el defensor del procesado contra la resolución acusatoria sí
fue debidamente sustentado (fl.99) y que, por tanto, debió ser revisada esa
providencia por la Fiscalía Delegada ante el Tribunal de Cali.

Considera, en efecto, que impugnar una decisión significa repetir los argumentos que
le antecedieron, como precisamente así lo hizo la defensa mediante el recurso de
apelación, al pretender que el ad quem revisara los motivos que el Fiscal de primera
instancia arguyó para negar la inexistencia de "indebida captura" aduciendo lo ya
dicho en el alegato precalificatorio.

Si la repetición de la defensa en tales consideraciones fue la razón para que el ad


quem estimara "con asombro" inexistente la sustentación, no resultan insólitas ni
equivocadas sus apreciaciones, como así lo han querido ver recurrente y Procurador
Delegado al unísono . La impugnación, en efecto, tenía que haberse referido a lo
respondido por el funcionario de primera instancia, iniciando ante ello un nuevo
contradictorio, de cara a la alzada, con la debida refutación a la posición de la fiscalía.
Necesariamente tenía que haberse formulado una nueva argumentación, de tal suerte
que no podía ser suficiente sustentación la reiteración, sin mas, de la alegación del
defensor en el memorial precalificatorio, ya contestada por el aquo.

La Corte ha venido reiterando* que si el proceso penal es, en esencia, una constante
controversia, el ejercicio de ella no puede empero ejercerse de manera arbitraria,
pues la ley se ha encargado de fijar reglas a las cuales todos los intervinientes deben
sujetarse, como condición de validez de los actos procesales sometidos al principio de
contradicción.

Es lo indicado para la sustentación del recurso de apelación. Recientemente la Sala


reiteró este criterio** como de la providencia en cita se extracta:

"La fundamentación de la apelación, por el aspecto indicado, es ya un acto


trascendental. No le basta al recurrente afirmar una inconformidad general frente a la
providencia que recurre, sino que les imperativo concretar aquello de lo que disiente
presentando los argumentos de hecho y de derecho que lo conducen a cuestionar la
determinación impugnada. Sustentar indebidamente, en consecuencia, es como no
hacerlo, y la consecuencia de la omisión es que el recurso se declara desierto". (Lo
destacado no es del texto)

2. Abierta la investigación, el Fiscal 92 consideró que el referido imputado "no había


sido capturado en estado de flagrancia" por lo que procedió a ordenar la libertad de
Paniagua Ramírez, a quien, en "diligencia compromisoria" (fl.25) requirió para que se
presentara a rendir indagatoria el 3 de diciembre. Como el imputó no compareció, el
Fiscal ofició a la Unidad investigativa para "conducir" a Paniagua ante la fiscalía y una
vez rindió la indagatoria, la fiscalía, de conformidad con lo previsto en el inciso
primero del artículo 382 del C.P.P., dispuso librar la respectiva orden de su
encarcelación (fl.31).

El demandante tendría mínima razón cuando alega que la referida "conducción" del
imputado no está prevista como tal en la ley, pero no si se entiende que dicha
conducción se equipara a una captura, porque procedía la privación de la libertad
para el imputado renuente a la citación que se había comprometido atender. Rendida
la indagatoria era procedente la privación de su libertad según la previsión del
artículo 382 del Código de Procedimiento Penal por entonces vigente.

Además, observa la Sala, la aprehensión inicial de Paniagua Ramírez si pudo haberse


producido en flagrancia, ya que, inmediatamente se produjo el homicidio, fue
perseguido y capturado por la Policía, a las voces de varias de las personas
presentes cuando el hecho se cometió que lo sindicaban de ese hecho punible
(art.370 CPP).

________________________-
* Sentencia de marzo 15 de 1999. Radicación No. 11.279.
** Casación No. 14.647. M.P. Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : PANIAGUA RAMIREZ, JOSE CRISTOBAL
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10502

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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NULIDAD-Técnica en casación/ INDAGATORIA-Requisitos/ DEFENSA


TECNICA/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/
HOMICIDIO-Ley 40 de 1993/ PENA/ DEMANDA DE CASACION-Causal
primera/ FALSO JUICIO DE CONVICCION/ FALSO RACIOCINIO/
SUSPENSION DE LA PATRIA POTESTAD-Condiciones para su imposición

1. Sea esta la oportunidad para reiterar una vez más que la formulación de nulidades
en casación, no debe entenderse como un escrito de libre formulación, en donde el
demandante, por el hecho de invocar la causal tercera, se considere relevado de su
obligación de precisar la clase de nulidad que invoca, los motivos que la sustentan,
así como la demostración sobre el desconocimiento de las bases fundamentales de la
instrucción y el juzgamiento o la vulneración de garantías fundamentales de los
sujetos procesales, pues precisamente, su carácter residual y extremo dentro de la
dinámica procesal, pretende la prevalencia de lo sustancial sobre lo formal.

Todo lo anterior implica necesariamente, que la irregularidad o vulneración de


derechos de los sujetos procesales se encuentren dentro del proceso y sean
perceptibles dentro de la actuación surtida a lo largo de la investigación, pues de lo
contrario, el vicio no podrá alegarse dentro el curso ordinario y mucho menos dentro
de este recurso, pues si para ello se hace necesario acudir a la iniciación de una
investigación por separado, tendiente a demostrar la causal invocada como de
nulidad, entonces será por medio de la acción de revisión, como quiera que se trata
de situaciones extraprocesales que serían debatibles en un proceso diferente al
objeto de estudio.

2. Esto por cuanto, en el caso concreto, aduciendo la existencia de una nulidad por
violación al derecho de defensa, el demandante ataca la sentencia de segundo grado,
por considerar, que la diligencia de indagatoria es ilegal, tal y como aparece
demostrado, en su criterio, con los testimonios de (...), quienes declararon en el
proceso que la Defensora de Pública que asistió al procesado en la injurada llegó 45
minutos después de haberse iniciado la misma, y además, en el mismo momento en
que se le interrogaba, tanto el Fiscal como la defensora de oficio se encontraban
atendiendo idéntica diligencia, pero con otra persona.

En efecto, como lo sostuvieron los falladores de instancia, en el acta contentiva de la


indagatoria recepcionada a (...) no se observa el desconocimiento de las reglas para
su recepción, pues se hicieron las advertencias legales al indagado sobre la libertad y
voluntariedad de la misma, la ausencia de juramento, el derecho a no
autoincriminarse y a nombrar un defensor de su confianza, designándole uno de oficio
ante su manifestación de no tener quien lo representara, habiéndose suscrito la
misma, por quienes figuran allí como sus intervinientes.

Siendo ello así, debe entonces la Corte afirmar que el documento visible en el proceso
al folio 18 y siguientes, cuenta con todos los requisitos de validez exigidos por la ley,
que no son otros que la constancia respecto a que las explicaciones pedidas al
indagado sobre su comportamiento delictivo se hicieron respetando sus derechos
como ciudadano y como sujeto procesal en concreto, debiendo entonces imperar el
principio constitucional de la buena fe, consagrado en el artículo 83, de conformidad

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

con el cual "las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deberán
ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones
que aquellos adelanten ante éstas", que por lo mismo impone presumir la legalidad
de la actuación.

Y, si es que la tesis de la defensa apunta a poner en evidencia que el acta de la


indagatoria contiene afirmaciones mentirosas en cuanto tiene que ver a la asistencia
del procesado por parte de la defensora pública, sin corresponder ello a la verdad por
las razones que expone en la censura, esto es, que solo se presentó para firmar la
diligencia, entonces lo que eventualmente quiere significar y probar con base en los
testimonios aludidos es que el funcionario instructor cometió el delito de falsedad
ideológica en documento público, lo cual correspondería debatirse en un proceso
penal por separado y si este culminara con sentencia condenatoria una vez se
encuentre ejecutoriada, podría constituir la prueba que le sirva de soporte para acudir
a la acción de revisión.

3. También por motivo de la nulidad, ataca en este evento el demandante la sentencia


de segunda instancia, pues en su criterio, se encuentra viciada de una nulidad
originada en el pliego acusatorio, consistente en que al procesado se le condenó
dentro de los marcos punitivos consagrados en la Ley 40 de 1.993, vigente para ese
entonces, cuando en la mencionada decisión se refirieron los artículos 323 y 324 del
Decreto 100 de 1.980, y además, se "reseñan presunciones, sospechas y conjeturas
que a la postre son tomadas como agravantes que tampoco existen
probatoriamente".

Siendo este el sustento y desarrollo del cargo, debe destacarse en primer lugar que
tampoco cumplió el defensor con los presupuestos mínimos que de orden técnico
debe cumplir la formulación de nulidades en casación, pues en manera alguna
concreta la causal de nulidad invocada, ni mucho menos logra demostrar en qué
consistió el desconocimiento de las bases fundamentales de la instrucción y el
juzgamiento o de qué manera se vulneraron garantías fundamentales del procesado,
ni su incidencia en el fallo.

Además, desacertado como confuso es el planteamiento del casacionista, en la


medida en que apoya la pretendida nulidad en aspectos meramente formales y ya
superados por la jurisprudencia, como que, el cuestionamiento que hace a la
resolución de acusación lo cifra en la vulneración al derecho a la defensa, haciendo
consistir el yerro en el quantum punitivo impuesto al procesado en la sentencia con
base en las modificaciones que en tal sentido introdujo el denominado Estatuto
Antisecuestro.

En efecto, desconoce el recurrente, que reiterada y pacíficamente esta Sala ha venido


sosteniendo que la nulidad por desconocimiento del debido proceso en cuanto a la
errónea calificación de la conducta en el pliego acusatorio, hace referencia a la
denominación genérica del tipo objetivo, esto es, cuando el delito a imputar se
encuentra descrito en capítulo y título diferente a aquél en donde se ubicaba el delito
erróneamente atribuído, situación bien diversa a la que pretende la defensa con el
planteamiento expuesto en este reproche, pues resulta evidente que su
inconformidad no está dirigida a cuestionar la selección del tipo objetivo, porque al fin
y al cabo no está en desacuerdo con la calificación dada a los hechos imputados su
representado, sino a la normatividad aplicable al caso, lo cual pone en evidencia que
equivocó la vía de ataque, ya que en esos términos, ha debido plantear una violación
directa de la ley por exclusión evidente de la que regula el asunto e indebida
aplicación de que la que le sirvió de soporte a los falladores.

No siendo ese entonces el caso presente, el argumento del casacionista se cae por su
propio peso, pues ninguna incidencia tiene en la legalidad de la actuación el hecho de
que a DIONISIO LUIS CAMINO se le haya acusado de homicidio, tomando como
sustento normativo el artículo 324 del Decreto 100 de 1.980, pues el hecho de que en
la sentencia el Juez haya tomado como pena base para dosificar la sanción a imponer
los marcos punitivos introducidos en la ley 40 de 1.993, no implica, de ninguna
manera que se este variando la acusación, pues a la postre, esta normatividad lo que
hizo fue modificar la norma anterior, es decir, que ella quedó así modificada.

Desde este punto de vista, entonces, no es cierto, como lo afirma el censor, que se
esté desconociendo "el derecho que tiene el procesado a saber en concreto en qué
consiste el pliego de cargos que se le hace, qué infracción se le imputa y, en
consecuencia, qué procedimiento será aplicado en su juzgamiento", pues la Ley 40 de

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1.993, en nada varió la descripción típica que del delito de homicidio traía el artículo
323 del Decreto 100 de 1.980, y como lo advierte el Delegado, la modificación
introducida por esta normativad a este tipo penal, consistió únicamente en el
incremento del quantum punitivo respecto de los límites mínimo y máximo.

Por ello, al imponerse al procesado una pena de prisión de conformidad con los
limites punitivos establecidos en la ley 40 de 1.993, no se hizo nada diferente a darle
aplicación al referido artículo 323 del Código Penal, con la correspondiente
modificación que en tal sentido, introdujo el referido Estatuto Antisecuestro.

De otra parte, extraña resulta la referencia del casacionista al procedimiento que


sería aplicable en el juzgamiento, como integrante del derecho del procesado a saber
qué cargos se le imputan, ya que, por un lado, la aplicación de la Ley 40 de 1.993,
para efectos de la dosificación punitiva no implicaba de ninguna manera un trámite
especial, y de otro, el sistema procesal contenido en el Decreto 2.700 de 1.991,
vigente parala época en que se rituó este asunto solo consagraba un procedimiento
ordinario para juzgar los delitos, sin perjuicio de la potestad de que el procesado
decidiera acogerse a los mecanismos de la sentencia anticipada -también previsto en
la Ley 600 de 2.00-, o audiencia especial, cuya consecuencia es abreviar el resto del
trámite procesal, aspecto no sucedió en este caso.

Por último, es necesario agregar, que las afirmaciones del casacionista en cuanto a
que en la acusación se tuvieron en cuenta sospechas y conjeturas que fueron
tomadas como agravantes, denotan su desconocimiento de la realidad procesal, ya
que, como lo advirtió el Procurador Delegado, si bien inicialmente se le había
imputado al procesado el delito de homicidio agravado por la indefensión, lo cierto es
que al desatarse la segunda instancia, en virtud del recurso de apelación que contra
dicha providencia interpuso el entonces defensor, tal agravante fue desestimado,
quedando, por ende, la imputación por el homicidio, como simple, de ahí que la pena
impuesta corresponda a la mínima establecida en el artículo 29 de la ley 40 de 1.993.

4. Nuevamente reitera la Sala que la formulación de cargos al amparo de la causal


primera, exige, como las demás, imprescindiblemente el cumplimiento de los
requisitos de precisión y claridad, debiéndose por tanto indicar el motivo de la
violación, esto es, si directa o indirecta, y dependiendo de ello, si el yerro que la
contiene se debió a la falta de aplicación, aplicación indebida o interpretción errónea,
o si se trata de falsos juicios de existencia, bien por omisión o suposición de pruebas,
o de falsos juicios de identidad, o si estos obedecen a falsos juicios de legalidad o de
convicción, tratándose en estos casos, entonces, de la violación indirecta de la ley
sustancial, así como si su quebranto lo es por aplicación indebida o falta de
aplicación.

En el caso que ocupa la atención de la Sala, es evidente, que tanto la proposición


como el desarrollo de la censura se encuentran por completo ajenos al cumplimiento
de estos requisitos mínimos, pues ni siquiera precisa el actor cuáles fueron las normas
quebrantadas, ni mucho menos su sentido, dado que solo se limita a reproducir el
cuerpo primero de la causal primera de casación, que si bien permitiría en principio
colegir que el yerro denunciado es por motivo de la violación directa, de inmediato
obliga a su descarte porque no respeta los hechos ni la valoración probatoria de las
instancias ni propone una discusión jurídica, sino que plantea una discusión sobre el
mérito de los medios de convicción cuyos yerros se atacan de conformidad con lo
dispuesto en el cuerpo segundo de la causal primera de casación.

5. Es claro que si de errores de hecho se trata, no demostró el actor en qué consistió


el mismo, habida cuenta que su esfuerzo argumentativo pone en evidencia el afán de
anteponer su criterio al del fallador, incurriendo así en falsos juicios de convicción,
que como en este caso, resultan estériles, pues para la valoración probatoria el Juez
no tiene más límites que los que le imponen la sana crítica y la lógica, razón por la
cual, cuando es así, los fallos judiciales arriban a esta sede amparados por la doble
presunción de acierto y legalidad.

Cosa bien distinta sería, si la intención del actor fuera la de demostrar que el análisis
de las sentencias de instancias se apartó por completo de dichas reglas, caso en cual,
dicha valoración, bien puede atacarse, como ya lo ha sostenido la Sala, acudiendo al
error de hecho por falso raciocinio, lo que supone la demostración de que el juzgador
desconoció en la valoración probatoria las reglas de la lógica, la ciencia o la
experiencia común, que, por supuesto, no se satisface con meros criterios personales,
lejos de los presupuestos técnicos que impone este recurso para ello, pues de lo

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

contrario sería desconocer, que la Corte, como Juez de casación no cumple funciones
de tercera instancia.

6. En virtud de las facultades oficiosas conferidas a la Corte, por el artículo 216 del
Código de Procedimiento Penal, debe en este caso, proceder a casar oficiosa y
parcialmente el fallo impugnado por encontrar que la sentencia, respecto de la pena
accesoria de suspensión de la patria potestad, se ha vulnerado la garantía
fundamental del procesado, referente a la legalidad de la pena y de la que no se
ocupó el fallador de segunda instancia.

En efecto, pese a que en la diligencia de indagatoria, manifestó el procesado no tener


hijos (f. 18), sin motivación alguna se le impuso como pena accesoria la de la pérdida
de la patria potestad, siendo que, como es obvio, y así lo ha venido sosteniendo la
jurisprudencia de esta Sala, si bien su imposición hace parte de la discrecionalidad del
Juez al momento de dictar el fallo definitivo, es su deber fundamentar razonadamente
la procedencia y pertinencia de la misma frente al delito objeto de la condena.

Con mayor razón en el caso concreto, necesario resulta la supresión de esta pena
accesoria, pues, es apenas lógico que no se puede condenar a una persona a perder
lo que no tiene, quedando sin sentido alguno la imposición de esta sanción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : Desestima, declara una prescripción, reajusta la
pena,
casa ofic. y parcialmente.....
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PARTE CIVIL : MARCELO PARRA, JORGE ENRIQUE
PROCESADO : CAMINO, DIONICIO LUIS
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 10209

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AUDIENCIA ESPECIAL/ DICTAMEN PERICIAL/ PERITO/ PRUEBA-Libertad


probatoria/ IRA E INTENSO DOLOR-Comportamiento grave e injusto/
NULIDAD-Principios de convalidación

1. Parece que la pretendida vulneración la quiso hacer consistir en que los juzgadores
no aceptaron que el acusado actuó en el estado de ira previsto en el artículo 60 del
Código Penal entonces vigente (57 del actual), lo que es evidente que no infringe el
postulado de la favorabilidad, además de que el no reconocimiento de la atenuante
ha debido enfocarse por vía de la causal primera de casación, ya por violación directa
por cuanto estando probada en el expediente el juzgador omitió la aplicación de la
disposición que la regulaba, o la aplicó de manera indebida, o la interpretó de manera
errónea, ora por violación indirecta a través de un error de hecho o de derecho
(especificando la modalidad de falso juicio: existencia, identidad, raciocinio, legalidad
o convicción) en que se incurrió al valorar la prueba.

2. En escrito del 25 de enero de 1995, estando aún vigente la detención por


homicidio simple, el defensor impetró la celebración de la audiencia especial de que
trataba el artículo 37 A del Código de Procedimiento Penal de 1991, pero el soporte de
la petición radicó en la necesidad de "que la conducta del atacado -el sindicado- sea
evaluada en su verdadero sentido y alcance y dentro de los parámetros
anteriormente delimitados", que no eran otros que el reconocimiento de que actuó
"en legítima defensa".

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Surge claro que la no "negociación de la pena", en los términos de ese artículo 37 A,


no tuvo relación alguna con la adecuación típica de la conducta, sino que obedeció al
planteamiento de que se celebrara exclusivamente para que se reconociera una
eximente de antijuridicidad, petición que no tenía asidero, como que el instituto de la
audiencia especial fue regulado a efectos de que en forma anticipada el sumario
terminara con sentencia condenatoria y no para "acordar" una absolución, pues no
otro alcance tenía exigir que se aceptara que se actuó en legítima defensa.

Tal pretensión llamaba a la no aceptación, y su rechazo no comporta falta al debido


proceso o al derecho de defensa; por el contrario, acceder a la vista especial en los
términos reclamados sí habría vulnerado la estructura básica del juicio; por ello, fue
acertada la posición de la fiscalía que en providencia del cuatro de enero de 1995 se
negó a celebrar la audiencia por considerar que no existían dudas probatorias,
determinación en modo alguna caprichosa, que se ajustaba a los lineamientos de la
disposición invocada, pues en su parágrafo segundo esta disponía que "El fiscal no
estará obligado a concurrir a la audiencia cuando advierta que existe prueba
suficiente en relación con los aspectos sobre los cuales puede versar el acuerdo".

Si sólo el siete de febrero de 1995 la calificación jurídica provisional fue modificada


para imputar el homicidio como agravado por la sevicia, y si en el lapso previo no se
ejerció el derecho de acudir a la sentencia anticipada, surge que fue el proceder
voluntario de sindicado y defensor el que determinó que no se optara por esa vía de
terminación anormal, lo cual pone de presente que se carece de interés jurídico para
acudir en sede de casación con la pretensión de nulidad so pretexto de que la
calificación del homicidio privó del derecho, cuando es claro que el delito se ubicó
como simple desde la medida de aseguramiento, además de que lo que se pretendía,
según argumentos de las solicitudes de audiencia especial, era la exoneración de
responsabilidad.
...

No sobra advertir, que aún en el supuesto de que desde la medida de aseguramiento


se hubiese adecuado el comportamiento al delito de homicidio agravado y que
finalmente el juzgador descartara la sevicia deducida para condenar por homicidio
simple, en modo alguno esta decisión torna irregular el procedimiento previo bajo el
argumento de que impidió acudir al instituto de terminación anticipada. Lo anterior,
porque en aras de la seguridad jurídica las instancias procesales son preclusivas y si
el legislador determina límites para ejercer determinados derechos, a ellos deben
supeditarse los sujetos procesales que quieren sus beneficios; de manera que si se
pretendía la rebaja de la tercera parte de la sanción, debió invocarse la sentencia
anticipada desde la ejecutoria de la medida de aseguramiento hasta antes de la
ejecutoria del acto de clausura, con aceptación de la adecuación típica entonces
dispuesta.

Pero, se repite, en este evento no fue la ubicación de la conducta como homicidio


agravado lo que impidió acceder a ese beneficio, como que la medida de
aseguramiento se profirió por homicidio simple, encuadramiento que se mantuvo
durante la mayor parte de la instrucción, sino que se pretendió la exoneración de
responsabilidad y a ella se supeditó la audiencia especial inicialmente solicitada.

3. Si el censor hace radicar su reproche en la no valoración de los medios de


convicción, "al callar inexplicablemente sobre el contenido de la prueba …
proveniente del INSTITUTO DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES visible a folio
296 que consagraba el estado de ira", también incurre en yerro como que no se
puede pretender que un perito sea quien señale aspectos que, como el
reconocimiento del estado de ira, son de competencia exclusiva y excluyente del
funcionario judicial; una pretensión en tal sentido desconoce el mandato del artículo
267 del Código de Procedimiento Penal de 1991, según el cual, "En todos los casos, a
los peritos se les advertirá sobre la prohibición absoluta de emitir en el dictamen
cualquier juicio de responsabilidad penal" (igual redacción trae el artículo 251 actual).

4. También se equivoca el actor cuando quiere que el contenido de un medio de


prueba sea acatado obligatoriamente por el juez. Ello podría ser de recibo en añejos
sistemas reglados por la tarifa probatoria, en virtud de la cual el legislador regulaba el
alcance de determinados elementos de juicio. Tales parámetros, sin embargo, han
sido superados y en la actualidad impera el prudente juicio del juzgador, siempre que
respete los derechos fundamentales, con base en el cual la conducta punible y la
responsabilidad del procesado puede demostrarla con cualquier medio probatorio,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

para apreciar los cuales sólo debe acudir a las reglas de la sana crítica, exponiendo en
forma razonada el mérito que le asigne a cada uno.

5. En forma reiterada la demanda, al amparo de la causal tercera, pero también de la


primera, hace hincapié en que al ser descartada la causal de agravación de la sevicia,
deducida en la acusación, ha debido reconocerse la diminuente del estado de ira,
pretensión llamada al fracaso porque la aplicación del artículo 60 del derogado
Código Penal (57 del vigente), si se considera probado el estado emocional allí
descrito como refiere el actor, debe ser planteado como violación directa de la ley por
inaplicación de la disposición.

De manera errada, el censor entiende que si un homicidio no se comete en las


especiales condiciones de crueldad que en principio dedujo el acusador, ello, por sí
sólo, obliga a deducir que se actuó en estado de ira o intenso dolor. Si esto se
admitiera sin más, comportaría la conclusión de que cualquier homicidio simple, por
el sólo hecho de serlo, llevaría al reconocimiento de esa causal modificante, cuando lo
cierto es que ésta opera no en razón del tipo penal que se infringe, sino cuando se
reúnen los requisitos reglados por el legislador, esto es, que el hecho,
independientemente de la denominación legal que le corresponda, se cometa en
estado de ira o intenso dolor, causado por comportamiento ajeno grave e injusto,
presupuestos que en todas las decisiones judiciales, desde la medida de
aseguramiento, los funcionarios demostraron no se reunían.

6. . El derecho a un proceso como es debido es fundamental, lo que comporta que su


transgresión se sancione con la nulidad, siempre y cuando las irregularidades en que
se apoya no se hayan convalidado dentro de la actuación. Conforme a los principios
de que tratan los artículos 308 y 310 de los códigos de procedimiento penal derogado
y vigente, respectivamente, y de la formulación de los cargos y su desarrollo,
concluye la Sala que no se incurrió en ninguna de tales transgresiones, de donde
surge, en un todo de acuerdo con el Procurador Delegado, que no hay lugar a la
nulidad invocada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : MORENO HERNANDEZ, ISIDRO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 11639

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DEFENSA TECNICA-Ausencia de defensor: Se deben demostrar sus efectos


negativos/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD/ DEMANDA DE CASACION-Juicio
técnico-jurídico/ SUSPENSION DE LA PATRIA POTESTAD-Condiciones para
su imposición

1. En este punto, reitera una vez más la Sala, la ausencia de actos positivos de
gestión no puede ser considerada en forma inequívoca como demostrativa del
desamparo del sindicado con menoscabo del derecho de defensa, pues resulta
factible y por demás frecuente que una postura de estas características surja como
una simple estrategia armonizada con las particularidades que el mismo proceso
ofrece o con la espera de circunstancias o situaciones más favorables al incriminado.

De ahí que el quebranto de esta garantía se configure cuando la inactividad del


abogado obedece al irresponsable abandono de la gestión encomendada de oficio o
convencionalmente, en otros términos, cuando su presencia en las diligencias se
muestra puramente formal; y por tal razón, para determinar si el derecho a la defensa
técnica resultó conculcado no basta con denunciar en forma genérica la inactividad

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

del abogado, sino que resulta necesario acreditar que debido a esa actitud negligente
o por el descuido reprochado se dejó de desarrollar una actividad decisiva para
favorecer la situación jurídica del sindicado.

2. Si a juicio del censor las declaraciones de cargo rendidas por las citadas jóvenes se
recibieron sin sujeción a las normas que las habilitaban como válidas y a pesar de ello
fueron apreciadas por los juzgadores, la vía adecuada para su impugnación era la
establecida en la causal primera de casación, cuerpo segundo, porque las anomalías
sustanciales en la aducción o práctica de las pruebas generan errores de derecho por
falso juicio de legalidad, que de ser probados no conducirían a la invalidación del
trámite procesal adelantado a partir de su recaudo, sino a casar la sentencia
impugnada y al proferimiento de la que debe sustituirla, siempre que se acredite la
realidad del vicio y su trascendencia para variar el sentido del fallo acusado.

3. El impugnante perdió de vista que la casación constituye un juicio técnico jurídico


contra el fallo de segundo grado, donde no resulta viable la controversia pretendida
en torno al análisis probatorio expuesto por el juzgador, amparado por la doble
presunción de acierto y legalidad, a través de la cual simplemente se reclama de la
Corte que se conceda prevalencia al criterio postulado por el demandante, en el que
además prescinde de derruir el mérito concedido a los testimonios de cargo que
sustentan la condena, con sustento en los cuales se rechazó la legítima defensa
argüida en los debates de instancia.

4. El impugnante perdió de vista que la casación constituye un juicio técnico jurídico


contra el fallo de segundo grado, donde no resulta viable la controversia pretendida
en torno al análisis probatorio expuesto por el juzgador, amparado por la doble
presunción de acierto y legalidad, a través de la cual simplemente se reclama de la
Corte que se conceda prevalencia al criterio postulado por el demandante, en el que
además prescinde de derruir el mérito concedido a los testimonios de cargo que
sustentan la condena, con sustento en los cuales se rechazó la legítima defensa
argüida en los debates de instancia.

5. Con fundamento en la facultad oficiosa concedida a la Corte, la Sala atenderá en


cambio la petición de nulidad parcial elevada por la Delegada respecto a la
suspensión de la patria potestad, deducida al procesado como pena accesoria por el
término de quince años, sin que el juzgador expresara los motivos de su imposición,
máxime que la conducta punible objeto de la condena no guardaba ninguna relación
con el incumplimiento de los deberes derivados de la misma.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 19/11/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente respecto
a la
susp. de patria potestad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Riohacha
PROCESADO : RINCON AVILA, IVAN BLADIMIR
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 9724

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad/ PRUEBA-Apreciación: Límites/


VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY

1. Se acusa al sentenciador de haber violado, de manera indirecta, la ley sustancial,


por aplicación indebida del artículo 323 del Código Penal y falta de aplicación del
numeral 4° del artículo 29 de la misma obra, por error de hecho por falso juicio de
existencia, al haber excluido del estudio mancomunado de las pruebas varios

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

testimonios, la inspección judicial y la técnica de absorción atómica, yerro que de no


haberse cometido, se habría concluido en el reconocimiento de la legitima defensa.

El reproche adolece de insalvables desatinos técnicos que lo condenan al fracaso, así:

Entremezcla el error de hecho por falso juicio de existencia con el de hecho por falso
juicio de identidad, pues si lo que acusa, con relación a algunos testimonios, fue que
se ignoró parte de lo declarado, se estaría en presencia de la segunda modalidad del
falso juicio, por cercenamiento del contenido material de la prueba y no de la primera,
como lo denuncia.

2. No es cierto que los elementos de convicción hayan sido ignorados o tergiversados


por el fallador, ya que basta leer las sentencias para percatarse que, apreciados
integralmente y en su conjunto, llevaron a la conclusión de que no se estructuraba la
causal de justificación de la legitima defensa, como lo pretende el casacionista, quien
sin evidenciar ningún desatino, ni menos su trascendencia, lo que hace es una nueva
valoración probatoria, al estilo de un alegato de instancia, para sacar unas
conclusiones distintas a las de las instancias, sin tener en cuenta que las de éstas
prevalecen, por llegar la sentencia a esta sede amparada por la doble presunción de
acierto y legalidad.

Por otra parte, en ocasiones pretende que se le otorgue credibilidad a algunos


medios, como la versión de (...), desconociendo que cuando se trata de elementos de
convicción no sometidos en cuanto a su valoración al método de la tarifa legal sino de
la persuasión racional, el juzgador goza de libertad para justipreciarlos, solo limitada
por los postulados de la sana crítica, cuya vulneración debe demostrarse por la vía del
error de hecho por falso raciocinio.

3. Acusa al Tribunal de haber violado, de manera directa, la ley sustancial, por


aplicación indebida del artículo 323 del C. Penal y falta de aplicación del numeral 3°
del artículo 40 de la misma obra, yerro que condujo a que no se reconociera dicha
causal de inculpabilidad.

Esta censura tampoco puede tener éxito, dado los desatinos técnicos en que incurre,
así:

Desconociendo que cuando se acusa violación directa de la ley sustancial, se debe


aceptar los hechos tal como fueron plasmados y las pruebas tal como fueron
apreciadas por el juzgador, siendo el cuestionamiento estrictamente jurídico, se
desvía hacia la vulneración indirecta, cuando pretende que de las lesiones antes
sufridas por el procesado, de las que fue víctima el día de los hechos, de su versión en
la indagatoria y de las declaraciones de (...) se concluya, en contra de lo inferido por
el Tribunal, que el pretendido acto de defensa no fue determinado por una agresión
actual, ni por el peligro de que continuara, como lo sostuvo en el primer cargo, sino
que ese peligro sólo existió en la mente del procesado, por lo que debe reconocerse la
causal de inculpabilidad, a la sazón prevista en el numeral tercero del artículo 40 del
C. Penal de 1980.

Ahora bien, si aceptamos que quiso orientar el reproche por la vía indirecta, se
encuentra que tampoco lo desarrolla, pues no indica cuál fue la clase de error
cometido por el sentenciador en la apreciación de la prueba, si de hecho o de
derecho, ni el falso juicio que lo determinó, si de existencia, identidad, legalidad o
convicción, o si se debió a un falso raciocinio, al haberse desconocido
ostensiblemente, al valorar su mérito, los postulados de la sana crítica.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 20/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal superior de Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CORREA BETANCOURT, JAIRO HERNAN
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 12375

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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LIBERTAD PROVISIONAL-Art.365.1°:Requisitos/ SUSPENSION


CONDICIONAL DE LA EJECUCION DE LA PENA/ IMPUTACION FACTICA-
Circunstancias genéricas objetivas y subjetivas/ CIRCUNSTANCIAS DE
AGRAVACION PUNITIVA-No es necesario que la norma que la tipifica
aparezca especificada en la acusación/ CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION
PUNITIVA-Posición distinguida/ NON BIS IN IDEM/ PENA/ DOSIFICACION
PUNITIVA/ RESOLUCION DE ACUSACION

1. La causal establecida en el numeral 1º del artículo 365 del código de procedimiento


penal, que invoca el defensor del acusado, en cuanto determina que el sindicado
tiene derecho a la libertad provisional cuando "en cualquier estado del proceso estén
demostrados todos los requisitos para suspender condicionalmente la ejecución de la
pena", remite al artículo 63 del código penal, que de cara a su otorgamiento exige:

"1. Que la pena impuesta sea de prisión que no exceda de tres (3) años.

"2. Que los antecedentes personales, sociales y familiares del sentenciado, así como
la modalidad y gravedad de la conducta punible sean indicativos de que no existe
necesidad de ejecución de la pena".

Pues bien, en punto del primer requisito, y teniendo en cuenta la etapa por la que
atraviesa el proceso, corresponde al juzgador realizar una proyección sobre la pena a
imponer en caso de sentencia condenatoria, teniendo como premisa el delito por el
cual el procesado fue acusado, desde luego con todas las circunstancias que se
dedujeron en el pliego de cargos.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Auto segunda Instancia


FECHA : 20/11/2001
DECISION : Confirma auto que negó libertad provisional
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : ROMANO ASCAINO, DAVID ENRIQUE
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 18914

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio/ VIOLACION AL


REGIMEN DE INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES-Multa/
FAVORABILIDAD/ SENTENCIA-No se tuvo en cuenta un cargo imputado en el
calificatorio/ INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA

1. El primer cargo se plantea como violación indirecta de la ley sustancial a través de


un error de hecho en la apreciación del testimonio de (...). Una tal presentación alude
al denominado falso juicio de identidad que se presenta en relación con la
observación de los medios probatorios existentes, por cuanto el funcionario
distorsiona sus alcances y les suministra un contenido diferente al que en realidad
contienen.

Bajo tales premisas, constituye carga del actor, que no se cumplió, demostrar, con las
consideraciones pertinentes, qué apartes de la declaración que reseña el juzgador los
puso a decir lo que no relató la testigo. No sólo no se hace tal cosa, sino que el censor

166
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

se limita, a través de la elaboración de un alegato de libre factura, propio de las


instancias pero extraño a la técnica del recurso extraordinario, a efectuar una
personal y subjetiva forma de apreciación de ese elemento de juicio, con la
pretensión de que la Sala privilegie su ejercicio al del Tribunal, olvidando que el
último llega a esta sede precedido de la doble presunción de acierto y legalidad.

No se plantea tergiversación alguna de lo dicho por la declarante, sino que con


énfasis se alude a que sólo debe estimarse su versión inicial, a partir de la cual, desde
su particular óptica, el censor concluye que no se deriva responsabilidad en contra de
sus asistidos, labor que extraña a las reglas de un proceso como es debido, en
especial a las establecidas por el legislador para analizar las pruebas, entre las cuales
se encuentra aquella del artículo 238 del actual Código de Procedimiento Penal (254
del anterior) que exige que ellas deben apreciarse, no de manera aislada como es la
pretensión, sino en conjunto de acuerdo con las reglas de la sana crítica.
...

Si el propósito del censor era cuestionar que en el proceso de valoración el juzgador


no acató los postulados de la sana crítica, la censura ha debido enfocarla por vía del
denominado falso raciocinio, lo que no sólo no hizo, sino que tampoco demostró qué
reglas de la lógica, máximas de la experiencia o aportes de la ciencia se infringieron
en el fallo, sin que tal alcance pueda tener la expresión de que "La lógica y el sentido
común nos indican que hay que creerle a la primera versión", como que ni siquiera
insinúa el soporte jurisprudencial, legal o de cualquiera otra índole del que derive esa
conclusión que, además, significaría un régimen de tarifa probatoria, por cuanto
impondría el deber de aceptar, sin cuestionamiento alguno, la primera posición
procesal del testigo, en oposición precisamente al buen juicio, que es el parámetro
que se impone en la estimación de los elementos de convicción.

2. La conducta típica por la cual se dictó sentencia de condena fue la prevista en el


artículo 144 del Código Penal de 1980, "Violación del régimen legal de inhabilidades e
incompatibilidades", que en su versión original y respecto de la multa, que es el tema
objeto de censura, la establecía en un monto de "hasta cinco millones de pesos".

El artículo 57 de la ley 80 de 1993, bajo el título "De la infracción de las normas de


contratación", estableció que "El servidor público que realice alguna de las conductas
tipificadas en los artículos 144, 145 y 146 del Código Penal, incurrirá en prisión de
cuatro (4) a doce (12) años y en multa de veinte (20) a ciento cincuenta (150) salarios
mínimos legales mensuales".

Con posterioridad, el artículo 32 de la ley 190 de 1995 dijo que "Para los delitos contra
la administración pública no contemplados en esta ley que tengan pena de multa,
ésta será siempre de diez (10) a cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales
vigentes de acuerdo con la dosificación que haga el juez". Como quiera que ese
estatuto no hizo referencia alguna al tipo penal del artículo 144, surgía de recibo esta
disposición.

Como los hechos objeto de condena ocurrieron entre el 20 de septiembre y el 12 de


octubre de 1994, por encontrarse vigente la ley 80 de 1993, ésta sería la llamada a
aplicar en lo relacionado con la fijación de la multa, pero dado que la sentencia se
profirió con posterioridad a que entrara a regir la ley 190 de 1995, que respecto del
artículo 144 del Código Penal introdujo modificaciones a esa clase de sanción, es
obvio que por presentarse un conflicto de leyes en el tiempo competía al juzgador
realizar un estudio para, acatando el principio y derecho constitucional fundamental
de la favorabilidad, escoger la norma que resultara benigna a los intereses del sujeto
pasivo de la acción penal, comparación que exige el recibo de la ley 190 de 1995,
porque moverse entre 10 y 50 salarios resulta beneficioso frente a 20 y 150 de la ley
80/93.

En estas condiciones, acierta el censor en su propuesta subsidiaria, porque el


juzgador no sólo no realizó el obligatorio juicio de favorabilidad sino que, además,
escogió la norma que resultaba perjudicial al sujeto pasivo de la acción penal, lo que
comporta que de manera parcial deba casarse la sentencia impugnada para modificar
la sanción pecuniaria impuesta.

3. Como consecuencia de la nulidad, el 26 de noviembre de 1996 se calificó el mérito


del sumario y (...) fue acusado como autor de los delitos de violación del régimen de
legal de inhabilidades e incompatibilidades y celebración de contrato sin

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

cumplimiento de requisitos legales, previstos en los artículos 144 y 146 del Código
Penal, en tanto que su hermana (...) lo fue como cómplice del primer ilícito.

Si esos fueron los cargos de la resolución de acusación, que fue notificada por
anotación en estado del 20 de diciembre de 1996, sin que se interpusiera recurso
alguno contra ella, la sentencia del 26 de junio de 1998, proferida por el Juzgado
Segundo Penal del Circuito, incurre en irregularidades que -en principio- serían
subsanables por la vía de la nulidad, en la medida que parte del supuesto equivocado
de que sólo se formuló acusación por el delito previsto en el artículo 144 del Código
Penal y sobre él edifica la absolución, sin hacer referencia, siquiera tácita, al ilícito del
artículo 146; por el contrario, da a entender que las pruebas apuntarían a un tipo
penal (el del artículo 146), diverso de aquél por el que se acusó, lo cual pone de
manifiesto la creencia clara, pero errada, respecto a la no existencia de acusación por
violar el artículo 146.

En igual yerro incurrió el Tribunal Superior de Quibdó, porque no se percató que


respecto de Víctor Óscar Klínger Braham hubo acusación por dos delitos (artículos 144
y 146 del Código Penal) y se limitó a revisar lo concerniente al artículo 144,
revocando la absolución para condenarlo.

No obstante la falencia, en el presente evento no se subsanará a través del


mecanismo de la nulidad, como que ésta es una solución extrema a la cual sólo debe
acudirse cuando no exista otro medio procesal de corrección. De la reseña comentada
surge que en relación con el ilícito del artículo 144 sí se profirió sentencia siguiendo
las formas propias del juicio, luego es evidente que sobre éste no hay lugar a
observación alguna, que sólo cabría respecto del tipo penal del artículo 146, por el
que hubo acusación formal, pero ninguna decisión final. Pero no consulta la lógica
declarar la nulidad parcial de un acto que no se produjo, porque el reenvío del trámite
sería a la fase previa al fallo de primer nivel, pero exclusivamente en lo atinente al
delito por el que no se dictó sentencia, cuando es evidente que la solución, que no
comporta vulneración a garantía alguna, es que se compulsen copias para que se
cumplan los actos omitidos, esto es, que se emita la sentencia por el delito a que se
alude y se aplique el procedimiento que de allí surja.

Debe quedar claro que si bien es posible pensar en complementar el fallo sobre la
base de la eventual inconsonancia entre acusación y sentencia, lo cierto es que si se
acudiera a ello podrían resultar cercenados hipotéticos instrumentos defensivos, verbi
gratia la apelación de la sentencia de primera instancia o la casación respecto de la
de segunda, o intereses de los otros sujetos procesales. La medida tomada tampoco
afecta a los condenados, toda vez que ante una supuesta sentencia condenatoria,
entre otras cosas, sería procedente la acumulación de penas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 20/11/2001
DECISION : Casa parcialmente respecto a la multa impuesta.
compulsa copias al juzgado
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : KLIGER BRAHAM, VICTOR OSCAR
PROCESADO : KLINGER BRAHAM, EDILMA
DELITOS : Violación al R. de incompa. e inhab.
PROCESO : 15664

PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/ ESTAFA-Consumación/ FALSEDAD EN


DOCUMENTO PRIVADO

Como quiera que los hechos objeto de este proceso tuvieron por concreto propósito el
hacer pagar a una persona el valor de unos bienes que ciertamente no había

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

adquirido, verificándose, sin embargo, a través de los descuentos mensuales de


nómina, el cubrimiento parcial de su importe, hasta que, por razón de esta
investigación, una vez establecida la falsedad de los documentos que supuestamente
la obligaban, se dispuso la suspensión de los mismos, resulta claro que los ilícitos que
de tal acontecer emergen y que la Fiscalía calificó como estafa y falsedad en
documento privado se sucedieron en el domicilio de aquella, pues fue allí donde en
principio se recogió la firma que luego fue imitada, fue en ese sitio donde se hizo
creer al comprador que tan sólo había adquirido un electrodoméstico y fue en Cali
donde el acusado, en últimas, consumó la obtención del provecho ilícito, si por tal se
entiende la apropiación del segundo equipo de sonido y acaso del reloj.

El que este instructivo hubiere tenido la virtud de descubrir la manera como se estaba
verificando el desmedro patrimonial al jubilado Congo Torres y por ello lo hubiere, en
aras del restablecimiento del derecho, cesado, afectándose con tal determinación a la
empresa vendedora, no significa que los hechos de los cuales fue víctima el
pensionado pierdan su carácter delictivo para subrogárselo a favor de la Cooperativa
finalmente vulnerada en su patrimonio, o para, con ello, trocar el lugar de comisión de
aquellos, cuando, en últimas, también pudiera evidenciarse otra conducta punible con
sujeto pasivo diferente.

Innegable resulta que en Cali el acusado logró el ilícito provecho, obtenido a través de
las artimañas que desplegó frente al pensionado, pues con ellas persuadió a éste de
que estaba adquiriendo un equipo, cuando en realidad ante la Cooperativa lo hizo
figurar como adquirente de dos, para así apropiarse de uno de ellos y de un reloj, que,
de no ser por la actuación fiscal, habría terminado pagando el denunciante.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 21/11/2001
DECISION : Declara la competencia del juzgado 3 P. C. de
Cali
PROCEDENCIA : Juzgado 39 P. C.
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ANGELICA VALENCIA, FRANCISCO
DELITOS : Estafa, Falsedad en documento privado
PROCESO : 18920

PUBLICADA : Si

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FALSEDAD MATERIAL DE PARTICULAR EN DOCUMENTO PUBLICO-


Creación integral/ CASACION-Interés-Identidad sustancial en el objeto de la
impugnación/ CASACION-Interés para recurrir-Apelación

1. El censor afirmó de manera aislada, en primer término, que "no todos los
documentos expedidos por un servidor público están investidos de "función
certificadora" , y a renglón seguido transcribe la definición que de ésta última brinda

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

el citado tratadista, pero no vinculó tal postulado de alguna manera con la censura
enunciada; más aún, perdió de vista que dicho concepto está referido al empleado
oficial como sujeto activo de la falsedad en documentos públicos, pero además, que
tal delito de acuerdo con las descripciones contenidas en el Código Penal también
puede ser cometido por los particulares carentes por su naturaleza de la aludida
función.

Admite después, que la sindicada (...) en papelería similar a la utilizada por el Inurbe y
valiéndose del nombre de tres funcionarios de dicha entidad creó totalmente las
cartas enviadas a los supuestos beneficiarios del plan de vivienda en el sector
Bochica IV de esta ciudad, para sostener entonces que los juzgadores le atribuyeron
la falsedad descrita en el artículo 220 del Código Penal a pesar que "no todos los
documentos que expiden los servidores públicos tienen tal carácter".

El demandante apoya tal aserto con la transcripción aquí también de otros de los
apartes de la obra del comentarista en cita, empero referidos a un tipo penal diverso
del imputado en estas diligencias a la procesada, concretamente, a la falsedad
material del empleado oficial en documento público, reprimida en el artículo 218 del
Código Penal, y en relación con la hipótesis específica del funcionario incompetente;
supuesto que advertido sea, además, no tiene ningún nexo con la situación
estructurada respecto a su asistida.

En fin, con un discurrir argumentativo de este talante lejos de orientarse a la


comprobación del yerro denunciado, el actor siembra la confusión en un
planteamiento, que por lo atrás discernido, dejó en el simple enunciado.

La impropiedad advertida se acrecienta en los razonamientos subsiguientes, pues el


casacionista coligió en este punto y desde diversa arista, que la naturaleza pública o
privada del documento está determinada por el destino del mismo con independencia
de quien lo elabora, de manera que si en el contenido del documento tienen interés
los particulares exclusivamente, será de carácter privado; condición predicada luego
de los escritos espúreos que originaron la acusación contra la acriminada, pues
únicamente podían concernirle a los supuestos beneficiarios de la adjudicación de
vivienda, tanto así, opina, que así hubiesen sido confeccionados en verdad por
funcionarios del Inurbe, aún en este supuesto, por el restringido interés comentado,
también tendrían esa connotación privada.

Sin embargo, en el párrafo siguiente con negación de esta tesis, por ende, incurriendo
en una contradicción insalvable, el actor estima que el carácter público o privado del
documento encuentra asidero en el origen del documento, no en el interés que revista
para sus destinatarios como había atestado en precedencia, y asegura en abierta
contra vía de ese inicial postulado, incluso, evocando una vez más a Romero Soto,
que el documento público es el "escrito por funcionario público en el ejercicio de
función definida en la ley o reglamento":

La falta de claridad detectada en la formalización de la censura, unida a su precario e


incoherente sustento, que mal puede subsanar la Sala en virtud del principio de
limitación que gobierna el recurso extraordinario, encuentra expresión final en el
acápite conclusivo del ataque, donde se reseña la conducta demostrada en autos,
consistente en la elaboración integral de las comunicaciones enviadas a varias
personas haciéndoles creer que tenían origen en el Inurbe, frente a la cual con
remisión a los confusos planteamientos anteriores el demandante simplemente
asevera que encuentra adecuación en el tipo penal de falsedad en documento
privado, reprimido en el artículo 221 del Código Penal, dejando entrever que deduce
esa calificación jurídica de la creación que hizo la encartada de los referidos escritos
en su condición de particular.

Si es éste el entendimiento del censor, finalmente, en su réplica basta con indicar que
el tópico insinuado se encuentra decantado desde antaño en la jurisprudencia de la
Sala, que en relación con él precisó:

"…la falsedad como tal, en cualquiera de sus modalidades, es genéricamente aquella


conducta mediante la cual el agente pretende hacer aparecer como verdadero
aquello que en realidad no lo es.

"En tratándose de falsedad material, particularmente, ésta consiste en la creación


total de un documento falso, o en la imitación de uno que ya existe, o simplemente en

170
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la alteración del contenido de un documento auténtico. Esa formación total o parcial,


puede recaer tanto en documento público como privado.

"Sobre este aspecto, se ha dicho que la falsedad total propia, es aquella en la cual el
sujeto activo crea en su integridad el documento, tanto el contenido como su
procedencia, también llamada por algunos genuinidad (tenor), de modo que lo
suscribe quien en realidad no lo elaboró o se le hace aparecer como si proviniese de
allí.

"La segunda forma de falsedad material es la parcial o impropia, que consiste en la


creación de alteraciones en un texto ya confeccionado, de tal manera que se le
agregan o suprimen algunos aspectos de su contenido.

"En el caso concreto de la conducta que describe el art. 220 del C.P., que sanciona al
particular que falsifique materialmente documento público, resulta plenamente viable
que en el caso de confección total del mismo quien así actúa se haga acreedor de la
sanción prevista en la mencionada norma.

"La Sala no comparte la tesis de que un particular, por no tener función certificadora,
no incurra en esta conducta cuando crea totalmente un documento público y sí
cuando lo altera parcialmente. Si de lo que se trata es de proteger la fe pública y por
ende la confianza de los asociados, resulta menos que lógica una conclusión de esa
naturaleza, porque, precisamente el agente se está aprovechando del crédito que su
calidad "pública" genera en la comunidad para introducir al tráfico jurídico un
documento con tal apariencia y de esa manera obtener su propósito a sabiendas de
que sólo es posible mediante la utilización de un documento con esas características.

"De modo que si se regresa al concepto genérico de falsedad -hacer aparecer como
real algo que no lo es- no queda descartada la hipótesis de la que se viene hablando,
porque precisamente se está haciendo aparecer como público, un documento que en
realidad no lo es.

"De ahí que resulte absurdo que el reproche sea menor para quien crea totalmente un
documento público falso que para quien lo altera parcialmente…" (sentencia de mayo
11 de 1999, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll, criterio reiterado en sentencia de
marzo 23 de 2000, M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda).

2. Resulta necesario reiterar que en la comprensión de que el objeto de la casación es


la sentencia de segunda instancia, no la revisión integral del proceso, la
determinación de la existencia del interés jurídico impele a ponderar la identidad
sustancial en los aspectos impugnados a través de la apelación y en el recurso
extraordinario, pues como ha precisado la Corte y reitera ahora, "en virtud del
principio de limitación que rige la segunda instancia por mandato del artículo 217 del
Código de Procedimiento Penal que obliga al ad quem a pronunciarse únicamente
sobre los aspectos impugnados, no es viable atacar por la vía de la casación aspectos
que no comprendieron el objeto de inconformidad frente a la sentencia de primer
grado, ya que, por exclusión de materia, mal podría alegarse un yerro sobre un tema
respecto del que no hubo pronunciamiento" (sent. de junio 28 de 2000, H. M.P. Dr.
Gálvez Argote).

Trasladados los anteriores conceptos al caso examinado, se tiene que la apelación


interpuesta contra el fallo del a quo tuvo motivos diferentes al argüido aquí en la sede
extraordinaria, concretamente se

propugnó en ella, en cuanto a las estafas, por la absolución de la acriminada bajo el


argumento de la precariedad de la prueba sobre su compromiso en las infracciones
imputadas, que se afirmó incluso recaído en el sujeto Pedro Hernández Alemán, quien
"sí sacó provecho personal de esta situación, proporcionándose un margen de
utilidades bastante razonable, lo que a simple vista permite deducir su
responsabilidad en los hechos materia de revisión".

En este orden de ideas, resulta palmaria la falta de legitimidad en el reproche


formulado a la sentencia de segundo grado al pretenderse en la demanda el retiro de
la circunstancia agravante prevista en el artículo 372-1º del Código Penal, pues como
no fue objeto de cuestionamiento alguno en la apelación incoada contra el fallo de
primera instancia, tratándose de pronunciamiento sustraído del grado de consulta, el
juzgador ad quem en virtud del principio de limitación consagrado en el artículo 217
ibídem no estaba compelido a examinarla.

171
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Así las cosas, mal puede el censor endilgarle al Tribunal en la sede extraordinaria un
desatino de lógica jurídica en la aplicación de una norma sustancial sobre la cual
ninguna consideración contiene la providencia impugnada, por cuanto no fue objeto
de reparo al acudir en alzada respecto del fallo emitido por el a quo a pesar de
conocerse ya para entonces la sentencia de exequibilidad condicionada emitida en

relación con la misma; en consecuencia, al desbordar de este modo el interés jurídico


determinado, insiste la Sala, por la identidad sustancial en los aspectos recurridos a
través de la apelación y en la casación, la desestimación del ataque fluye ineludible.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 21/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CASTRO ZUÑIGA, BLANCA MYRIAM
DELITOS : Falsedad material de particular en doc. púb.,
Estafa
agravada
PROCESO : 12521

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CASACION-Interés para recurrir-Apelación/ CONSULTA-Competencia ilimitada


del superior/ NULIDAD-Técnica en casación/ DEFENSA TECNICA-Indagatoria-
Ciudadano honorable/ DEFENSA TECNICA-Carencia momentánea que no
afecta garantías/ NOTIFICACION-Comunicación por medio de telegrama

1. El interés para recurrir del defensor se muestra exento de dudas en el evento


examinado, pues a pesar de no haber impugnado el fallo de primera instancia, tal
legitimidad surge de la revisión del pronunciamiento del a quo por ministerio de la
ley, esto es, en virtud del grado jurisdiccional de consulta al cual estaba sujeto al
tenor del artículo 206 del derogado Código de Procedimiento Penal, subrogado por la
Ley 81 de 1993.

En efecto, conforme precisó la Corte en reciente providencia, "La Constitución Política


colombiana vigente contempla, en el artículo 31, la consulta de sentencias y, a pesar
de ser una institución propia de anteriores sistemas procesales, el decreto 2700 de
1991 la preservó para asuntos sometidos a la entonces "justicia regional",
manteniendo esa posibilidad no instada de revisión y corrección, frente las
eventualidades de error, lenidad o prevaricación judicial, en el procesamiento por
alguno de los delitos de más grave perturbación social, no dejando la rectificación o
enmienda sólo a la iniciativa de los sujetos procesales.

"Con ello, se conservó la viabilidad de decidir en segunda instancia "sin limitación"


(art. 217 C. de P.P.), ante lo cual, como la judicatura conserva la posibilidad de hacer
más gravosa la situación del sindicado no apelante, entendido que en tales
circunstancias la decisión no es definitiva, puede optarse por no recurrir contra la
decisión del a quo en espera del segundo pronunciamiento, sin perder de tal manera
el interés para acudir en casación, cualquiera sea la determinación que se adopte"
(sentencia de febrero 13 de 2001, M.P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla, radicado 14.370).

2. Repetidamente ha sostenido la Sala en criterio traído a colación en el presente


asunto, que en sede de casación y tratándose de la causal de nulidad no resulta
viable que el demandante depreque su declaratoria sin ningún rigor técnico.

172
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Por el contrario, también en tales eventos la presentación y el desarrollo del ataque


están sujetos a las exigencias técnicas propias de la impugnación extraordinaria, de
manera que el recurrente tiene el deber de señalar con toda precisión la clase de
nulidad invocada, que al tenor del artículo 304 del derogado estatuto procesal penal,
bajo el cual se adelantó el presente trámite y que corresponde en esencia a las
previsiones del artículo 306 de la codificación actualmente imperante, puede
obedecer a la falta de competencia, a la violación del debido proceso como
consecuencia de irregularidades sustanciales, o por el menoscabo del derecho de
defensa.

En relación con cada una de tales hipótesis, al actor le atañe esbozar en forma clara
sus fundamentos y citar las normas infringidas, sin que resulte viable postular bajo
una misma censura la existencia de diferentes anomalías cometidas en el curso de la
actuación, cuando se les atribuye la entidad para desquiciar la legalidad del proceso
desde diferente estadio, pues con una mixtura de reproches de este talante, como se
constata ocurrido en el libelo examinado con ocasión del alegato indistinto de las
violaciones del derecho de defensa y del debido proceso, vinculadas a diferentes y
supuestos errores de procedimiento, el demandante le resta precisión a la propuesta,
se aparta del principio de autonomía de los cargos y pierde de vista, asimismo, la
disímil demostración de tales afectaciones.

Ciertamente, tratándose del desconocimiento del debido proceso se impone


comprobar una irregularidad sustancial, condición pregonada de las que afectan la
estructura básica de la investigación o el juzgamiento, mientras que ante el acusado
menoscabo del derecho de defensa corresponde señalar la actuación lesiva,
determinando su incidencia desfavorable en las decisiones tomadas en el fallo
proferido contra el procesado.

3. Más aún, así el casacionista hubiese presentado y formalizado los ataques de


nulidad con propiedad, la solicitud de invalidación del recurrente tampoco tendría
vocación de éxito pues las irregularidades acusadas no tuvieron realidad, o carecen
de efectiva trascendencia como pasa a fundamentarse.

En primer termino, porque (...) fue indagado el 2 de diciembre de 1994, esto es, en
vigencia del artículo 148 del derogado estatuto procesal penal, que por vía de
excepción, ante la ausencia de abogados, autorizaba esta diligencia con un ciudadano
honorable en calidad de defensor, supuesto configurado en este asunto porque si bien
en el acta respectiva ninguna constancia se vertió sobre los motivos que
determinaron tal nombramiento de oficio, la circunstancia permisiva anotada se
infiere de la recepción de los descargos en una localidad pequeña y ante la
proximidad del vencimiento del término legal para realizarla.

Resta añadir en este punto, que de acuerdo con el criterio acuñado de tiempo atrás
por la Corte, la declaratoria de inexequibilidad del citado precepto, dispuesta en la
sentencia C-049 de 8 de febrero de 1996, M.P. Dr. Fabio Morón Díaz, en manera
alguna afecta las situaciones consolidadas con precedencia al mencionado fallo y
durante el período en el cual la norma retirada después del ordenamiento jurídico
estaba amparada por la presunción de constitucionalidad (sentencias del 15 de
diciembre de 1999, radicado 11.781, M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; 30 de marzo
de 2000, radicado 13.591, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote; 5 de abril de 2000,
radicado 12.302, M. P. Dr. Jorge Enrique Córdoba Poveda, entre otras).

4. Por otra parte, no es cierto que el sindicado hubiese carecido de asistencia técnica
durante toda la investigación y el juzgamiento, como lo deducen el censor y la
Delegada con fundamento en la prescindida designación de defensor de oficio luego
de la indagatoria, unida a la falta de plurales actos de gestión de quien sólo asumió la
representación judicial de (...), por vía convencional, a partir del cierre del ciclo
instructivo y hasta el traslado en segunda instancia para efectos de la consulta,
momento en el cual fue relevado por el ahora demandante.

Lo anterior, porque se soslaya a través de tal reparo que si bien el sindicado careció
momentáneamente de defensa durante la etapa de investigación, de acuerdo con el
criterio de la Sala, "el derecho se entiende restablecido cuando el nuevo defensor
puede ejercer adecuadamente los actos defensivos que debieron ser realizados en
ese interregno, puesto que ningún sentido tendría invalidar la actuación para que la
defensa profesional vuelva a tener una oportunidad que ya le fue concedida"
(sentencia de 18 de enero de 2001, M.P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla), que fue lo
acontecido en estas diligencias con ocasión de la constitución del apoderado aún en

173
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

dicho estadio, quien exteriorizó un continuo seguimiento del proceso y tuvo un


desempeño que impide admitir como una realidad la atestada vulneración del
derecho de defensa.

5. No discute la Sala que las comunicaciones telegráficas libradas por la Secretaria del
a quo para imponer al defensor de la apertura del juicio a pruebas y de la citación
para sentencia, se enviaron al defensor de oficio designado por la Fiscalía, quien no
alcanzó a tomar posesión del cargo ante la constitución de apoderado (fs. 250 y 256,
cdno. 1), sin embargo, tal desatino fluye inocuo con evidencia.

En primer término, porque se trataba de comunicaciones innecesarias de acuerdo con


el reiterado criterio de la Sala, pues las mismas únicamente tenían carácter
obligatorio, con sujeción a la preceptiva por entonces vigente- artículo 190 del
Decreto 2700 de 1991, subrogado por el 25 de la Ley 81 de 1993-, tratándose de los
sujetos procesales con quienes debía procederse a la notificación personal. En
segundo lugar, pues las notificaciones del apoderado de (...) se surtieron legalmente
por anotación en cuadro de estado; y finamente, como se destacó en precedente
acápite, porque en las diligencias quedó esclarecido el continuo seguimiento que de
la actuación hizo el defensor convencional del citado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 21/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ROJAS VARELA, NESTOR RAUL
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 14062

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ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad, falso juicio de convicción/


TESTIMONIO-Identificación/ ACTO PROCESAL/ DEMANDA DE CASACION-
Principio de limitación/ EXISTENCIA

1. De tiempo atrás la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha reiterado que


los errores de derecho en la apreciación de la prueba pueden ocurrir por dos vías
distintas: falso juicio de legalidad y falso juicio de convicción.

El juicio de legalidad se relaciona con el proceso de formación de la prueba, con las


normas que regulan la manera legítima de producir e incorporar la prueba al proceso,
con el principio de legalidad en materia probatoria y la observancia de los
presupuestos y las formalidades exigidas para cada medio.

El error por falso juicio de legalidad "gira alrededor de la validez jurídica de la prueba,
o lo que es igual, de su existencia jurídica (concepto que no debe ser equiparado con
el de existencia material), y suele manifestarse de dos maneras: a) cuando el
juzgador, al apreciar una determina prueba, le otorga validez jurídica porque
considera que cumple las exigencias formales de producción, sin llenarlas (aspecto
positivo); y, b) cuando se la niega, porque considera que no las reúne, cumpliéndolas
(aspecto negativo)." (Sentencia del 27 de febrero de 2001, radicación 15.402. M.P. Dr.
Fernando Arboleda Ripoll).

Para la postulación de este tipo de error no es suficiente indicar el precepto procesal


omitido y que establece la ritualidad indispensable para el decreto, práctica, aducción
o formación de la prueba, sino que de ahí se debe trascender hasta conectar aquella
falencia, de causa a efecto, o de medio a fin, con la vulneración de una norma de
contenido sustancial, en

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

atención a que el debido proceso que estatuye el artículo 29 de la Constitución


Política, tiene como finalidad garantizar los derechos materiales de las personas, y
porque, en armonía con la Carta, es la violación de la ley sustancial la que constituye
causal de casación.

El juicio de convicción, que consiste en una actividad de pensamiento a través de la


cual se reconoce el valor que la ley asigna a determinadas pruebas, presupone la
existencia de una "tarifa legal" en la cual por voluntad de la ley a las pruebas
corresponde un valor demostrativo o de persuasión único, predeterminado y que no
puede ser alterado por el interprete.

Se incurre en error por falso juicio de convicción cuando se niega a la prueba ese
valor que la ley le atribuye, o se le hace corresponder uno distinto al que la ley le
otorga.

2. La controversia se centra en la validez otorgada por el fallador a la versión del


señor Bruno Jesús Méndez Medrano, a pesar de que no exhibió su cédula de
ciudadanía, omisión que, desde el punto de vista del demandante, atenta contra la
debida identificación del declarante, y conlleva a la inexistencia de su testimonio.

En anterior oportunidad, en vigencia del Decreto 0050 de 1987, por el cual se adoptó
el Código de Procedimiento Penal de aquella época, esta Sala de la Corte se refirió al
mismo tema en los siguientes términos:

"No dice en ninguna parte el Código de Procedimiento Penal que el testigo deba ser
identificado con su cédula de ciudadanía, ni menos que deba serlo exclusivamente
con ese documento, y, por consiguiente, tampoco establece por parte alguna que si
no se identifica de esa forma al testigo, la declaración de éste se torne inexistente,
como lo sugiere el censor. La inexistencia tiene que estar concreta y explícitamente
reglada para cada caso, y su procedencia o improcedencia resulta de un cotejo de la
actuación respectiva con los requisitos de su esencia: "Cuando no se observen las
formalidades esenciales para la validez de un acto procesal, el funcionario lo
desestimará", dice el artículo 310 del Código de Procedimiento Penal al tratar sobre la
"inexistencia del acto procesal".

"De otro lado, como lo observa la Delegada, el Código de Procedimiento Penal regula
este punto en forma autónoma y completa, sin que por lo mismo sea dable recurrir al
principio de "integración" previsto en el artículo 12 del Código de Procedimiento
Penal. El propio objetivo de la averiguación penal impide que en aspectos de tanta
trascendencia como la recolección de pruebas, se aplique el Código de Procedimiento
Civil. No cabe ni pensar que un Juez penal no pueda escuchar a un testigo necesario
a la investigación por el sólo hecho de que no tenga éste cédula de ciudadanía, o no
la porte en el momento de rendir su testimonio. No; el Juez dispone de muchos otros
medios para hacer viable la identificación (física, real) del testigo.

"En síntesis, como la exhibición de la cédula de ciudadanía del testigo no es requisito
esencial del testimonio, el aquí rendido por (…) conserva por ese aspecto toda su
validez, condiciones en las cuales es obvio que el cargo propuesto no está llamado a
salir adelante." (Sentencia del 12 de febrero de 1991, radicación 4.865, M.P. DR.
Guillermo Duque Ruiz).

La situación reclamada por el libelista coincide con la resuelta en aquella oportunidad,


puesto que, pese al repetido cambio de legislación, la reglamentación de este tema
en concreto no ha variado; y porque no existe incertidumbre ni cuestionamiento
alguno respecto de la individualización de señor Bruno Jesús Méndez Medrano, cuyo
testimonio fue considerado en las sentencias de instancia, pero sobre cuyo contenido
no se formulan observaciones críticas.

En efecto, disponía el numeral 1° del artículo 292 del Código de Procedimiento Penal
(Decreto 2700 de 1991), vigente al tiempo de presentación de la demanda, y ahora
establece el artículo 276 del nuevo régimen de procedimiento penal (Ley 600 de
2000), en referencia a la práctica del interrogatorio, que: "Presente e identificado el
testigo, el funcionario le tomará el juramento y le advertirá sobre las excepciones al
deber de declarar."

Con relación a aquel precepto, idéntico en las dos legislaciones, caben algunas
precisiones:

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El tema de la práctica del interrogatorio a los testigos se halla regulado expresamente


en el Código de Procedimiento Penal, y por ende, en esa materia es impropio acudir,
por remisión, a lo establecido en el artículo 227 del Código de Procedimiento Civil
sobre las formalidades previas al interrogatorio, que, por demás inicia su redacción de
similar manera que en materia penal: "Presente e identificado el testigo, el juez le
exigirá juramento de decir lo que le conste sobre los hechos que se le pregunten y de
que tenga conocimiento…"

La expresión "Presente e identificado el testigo" del Código de Procedimiento Penal se


refiere a la individualización de la persona que va a declarar, con los datos básicos
que permiten reconocerla como única y diferenciarla de los demás, lo que incluye
normalmente el aporte de su documento oficial de identidad cuando fuere posible que
el testigo lo exhiba.

Sin embargo, en ausencia de aquel documento, se satisface la exigencia de identificar


al testigo con la anotación en el acta de los detalles que permitan individualizarlo y
reconocerlo inequívocamente como una persona determinada, distinta de las demás,
pues, de lo contrario, estarían descalificados de ante mano los testimonios
provenientes de personas que por alguna circunstancia no posean el documento de
identidad en el instante que su declaración deba tomarse.

El Código de Procedimiento Penal no erige en requisito de validez del testimonio, la


exhibición del documento de identificación oficial por parte de la persona que va a
declarar. Corresponde al funcionario judicial adoptar las medidas legales que estén a
su alcance, para establecer que quien comparece a rendir la versión solicitada no está
suplantando a un tercero.

De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española,


en su acepción jurídica, identificar significa: "Reconocer si una persona o cosa es la
misma que se supone o se busca". Ese es el sentido natural y obvio del verbo
identificar en cuanto al testigo de un acontecimiento con trascendencia penal se
refiere, sin que pueda atarse inexorablemente a la presentación de un documento
específico, porque la ley no lo exige.

En el ejercicio de la apreciación racional de la prueba testimonial, que debe hacerse


en el marco de los principios que gobierna la sana crítica, el funcionario judicial
discernirá, si las circunstancias lo hicieren necesario, acerca de la influencia que
posibles deficiencias en la identificación del testigo pudiesen tener en la legalidad de
la prueba, en el contenido material de su declaración, o en la fuerza de persuasión
que de ella dimana.

3. El principio de limitación que regía el recurso al tiempo de presentar la demanda


(artículo 228 Decreto 2700 de 1991), y que ahora estatuye el artículo 216 del nuevo
Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), prohibe a la Corporación tener en
cuenta casuales de casación distintas a las expresamente alegadas por el
impugnante.

Aquella limitación también se traduce en la imposibilidad de que la Corte Suprema de


Justicia pueda adentrarse de oficio en la exploración de vías o caminos para llegar a la
casación del fallo, cuando no hubieren sido propuestos y sustentados con la técnica
que el recurso extraordinario exige.

En este orden de ideas, el cargo no tiene aptitud para demostrar que el Tribunal
Superior de Barranquilla produjo su fallo de condena con quebrantamiento de normas
jurídicas de imperativa aplicación, y por ello no saldrá avante.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 22/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : DE LA HOZ, LUIS RENE JHOSEPHA
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10690

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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INVESTIGACION PREVIA-Notificacion de su iniciación/ EMPLAZAMIENTO/


RESOLUCION DE ACUSACION-Notificación/ SITUACION JURIDICA-
Notificación/ DEFENSA TECNICA-Actuación pasiva del profesional/
NOTIFICACION

1. La defensora afirma que se prescindió de la comunicación formal sobre la apertura


del instructivo a la imputada, dispuesta de manera expresa en la Ley 190 de 1995,
reparo que no desarrolla pues omitió señalar cómo su ausencia derivó en el alegado
menoscabo del derecho de defensa; ataque en el cual pierde de vista, además, que el
artículo 81 de la citada ley propende por garantizar el derecho que tiene toda persona
de enterarse con prontitud sobre el adelantamiento de una investigación formal o
previa en su contra para el ejercicio cabal y oportuno de la defensa, que envuelve,
correlativamente, el deber impuesto a los funcionarios judiciales de evitar que la
misma curse con reserva para el investigado o sin que éste conozca de su existencia.

En esta comprensión resulta forzoso concluir, en primer término, que no se trata de la


notificación formal echada de menos por la libelista, que sustraería a la resolución de
apertura de las diligencias previas o del sumario de su carácter de mero impulso o
trámite, indispensable para la efectividad de la investigación, inclusive, con miras a
satisfacer el derecho fundamental a un debido proceso exento de dilaciones
injustificadas, sino del enteramiento oportuno y a través de cualquier medio del inicio
de las diligencias a la persona contra quien se han formulado acusaciones.

La finalidad inspiradora del comentado precepto determina, de una parte, que sólo se
vulneren las garantías del imputado cuando por prescindirse de esa comunicación se
le priva de la posibilidad de desplegar las maniobras orientadas a su defensa; de la
otra, que en eventos como el de autos, tratándose de investigación penal, tal
derecho-deber se satisface con la oportuna vinculación del sindicado, bien mediante
indagatoria o a través de la declaratoria de persona ausente, pues a partir de dicho
momento adquiere la condición de sujeto procesal, investido para los fines de su
defensa de las mismas facultades del mandatario judicial, conforme disponían los
artículos 136 y 137 del estatuto procesal bajo el cual se rituaron las diligencias.

2. La censora endilga a la Fiscalía la omisión de las formalidades previstas en el


artículo 356 del Decreto 2700 de 1991 para el emplazamiento y posterior declaratoria
de persona ausente de la implicada (...); sin embargo, la propia demandante excluye
a renglón seguido la realidad de los fundamentos de este ataque pues lo hace
consistir, no en la ausencia del supuesto de hecho que legitima dicha forma de
vinculación jurídica del sindicado al proceso penal, menos aún, en la prescindencia de
los requisitos que le son inherentes a la misma, sino en una crítica desde su personal
e interesada perspectiva a la inactividad de las autoridades por no desplegar las
pesquisas a través de las cuales, en su opinión, habría podido ubicarse a la sindicada
y obtener por lo tanto su efectiva comparecencia.

En contraste, el expediente muestra que la imputada QUINTERO MURILLO estaba


plenamente identificada y además, que se dispuso su captura mediante comunicación
en la cual se consignaron los datos que de ella se disponían, entre ellos, el domicilio
conocido en autos, donde las autoridades policivas trataron de aprehenderla
infructuosamente pues el inmueble se encontraba deshabitado, como también fue
informado en las diligencias con precedencia al emplazamiento (fs. 151, 181, 185,
cdno. 1); en fin, que en realidad no fue posible hacerla concurrir para rendir
indagatoria.

3. En lo que atañe a la providencia definitoria de la situación jurídica, carece de


realidad el vicio argüido por su falta de otificación al abogado y a la sindicada, pues el
defensor de oficio fue enterado personalmente de la detención preventiva dispuesta
contra su representada, mientras que a esta última se le notificó válidamente por
estado al no encontrarse privada de la libertad (fs. 205, 208, cdno. 2), sin que
tampoco resultara indispensable librarle comunicación alguna para requerir su
comparecencia para dicho fin, como lo ha precisado reiteradamente la Sala*.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

4. Ahora bien, la demandante nada precisa sobre la irregularidad que afirma


configurada en la notificación de la resolución acusatoria, pues se limita a sostener de
manera lacónica la omisión del trámite que establecía el artículo 440 ibídem,
subrogado por el 59 de la Ley 81 de 1993.

No obstante, si se entiende referido tal reproche a la prescindida citación de la


sindicada "por el medio más eficaz a su última dirección conocida en el proceso",
debe replicarse conforme al criterio acuñado por la Sala, que cuando se ignora el
paradero del procesado que ha sido vinculado mediante declaratoria de persona
ausente y ningún dato cierto obra en el expediente sobre su residencia, sitio de
trabajo o donde puede ser localizado, como acontecía en estas diligencias tratándose
de la implicada (...) a partir de los plurales informes de las autoridades policiales, no
sólo resulta intranscendente para la legalidad del trámite que se soslaye tal
requerimiento, sino que también la notificación personal del pliego de cargos
realizada con su defensor oficioso surge completamente válida.

5. La aparente pasividad del abogado de oficio no está vinculada indefectiblemente a


la vulneración del derecho de defensa, pues la falta de asistencia técnica o el
abandono en la representación profesional debe examinarse en concreto, con miras a
determinar si de acuerdo con las posibilidades que el caso ofrecía se omitieron
actuaciones que surgían indispensable para demostrar la inocencia o atenuar la
responsabilidad del acusado; supuesto que lejos está de aparecer aquí configurado,
donde además de las limitaciones en la actividad defensiva surgidas de la actitud
contumaz de la sindicada, cuya versión de los hechos era incluso por lo mismo
ignorada, se tiene que el proceso revela el continuo seguimiento que el profesional
hizo del trámite.
___________________________
* En ese sentido las sentencias de diciembre 2 de 1998, radicado 13.342 y de
febrero 8 de 2001, radicado 13.492, M.P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 22/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : QUINTERO MURILLO, LILIA
DELITOS : Tentativa de extorsión, Rebelión
PROCESO : 14425

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RESOLUCION DE ACUSACION/ INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA

Finalmente, no le asiste razón al Procurador Delegado cuando da a entender que si


entre el pliego de cargos y el fallo hay identidad de tipos penales, no hay
incongruencia, así en éste se impute un concurso, sino un simple error in iudicando,
por aplicación indebida de la ley reguladora de la sanción, pues, como lo ha señalado
la Sala, si al procesado se le acusa por un delito único, no se le puede condenar por
concurso sin romper la armonía, a menos que en el pliego de cargos se haya
detallado la naturaleza plural de los hechos y por inadvertencia no se haya utilizado el
término "concurso", pues, en tal caso, en la sentencia no se estarán imputando
hechos nuevos ni, por ende, se estará sorprendido al procesado, existiendo
consonancia fáctica.*

____________________________________
* Ver, entre otras, casación 9485 mayo29/97. M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll y
casación 10827, julio 29/98 M.P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

178
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Sentencia Casación
FECHA : 22/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Dstrito Judicial
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : CAMARGO LONDOÑO, LUIS CARLOS
DELITOS : Acceso carnal violento, Secuestro simple
PROCESO : 13741

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NULIDAD-Principio de trascendencia/ CAPTURA-Orden/ DEFENSA TECNICA-


Inactividad contenciosa como estrategia defensiva/ DEFENSOR-
Incompatibilidad de intereses: Alcance de la prohibición/ DERECHO DE
DEFENSA

1. Este ataque, como se recuerda, se sustenta en considerar el demandante que su


asistido careció de defensa técnica durante la instrucción y parte del juicio, pues a
pesar de haberse librado orden de captura en su contra, todo parece indicar que no
fue recibida por las autoridades destinatarias dado que ningún esfuerzo hicieron por
localizarlo, al punto que sólo fue aprehendido cuando se presentó voluntariamente a
tramitar su certificado judicial ante el Das. Además, por cuanto durante la época en
que estuvo ausente del proceso, no obstante habérsele designado defensor de oficio,
éste a más de tener intereses contrapuestos con el otro procesado también declarado
contumaz, cumplió un papel simplemente formal ya que adoptó una actitud pasiva,
excepto en la audiencia donde fue reemplazado por el defensor de confianza pero
cuando el procesado no tenía ninguna posibilidad de defensa.

Al respecto debe advertirse que si bien de conformidad con el artículo 29 de la


Constitución Política, la garantía fundamental del derecho de defensa en su doble
dimensión material y técnica, debe estar presente durante toda la actuación
procesal, la jurisprudencia tiene establecido que si en algún momento del trámite el
procesado ha dejarlo de tenerla, ello no significa que la actuación así surtida advenga
por ese sólo motivo ineficaz, pues en virtud del principio de trascendencia que orienta
la declaratoria de las nulidades, sólo si la anomalía afecta realmente las garantías de
los sujetos procesales, o desconoce las bases fundamentales de la instrucción o el
juzgamiento, resulta inevitable su declaración.

Acorde con este principio, dado que toda nulidad supone la demostración de haberse
causado un perjuicio real para quien la alega, si éste no se demuestra, o no se
produce porque la irregularidad fue oportunamente corregida, de suerte que el
profesional del derecho designado estuvo en posibilidad de ejercer adecuadamente
los actos defensivos, debe entenderse que el derecho no ha sido conculcado, y en tal
medida, no es posible demandar la invalidez de la actuación, pues no tendría sentido
invalidar el proceso para que la defensa vuelva a contar con una oportunidad que ya
tuvo y que declinó utilizar.

En el caso de autos, resulta un contrasentido demandar la declaratoria de nulidad del


proceso por haber actuado los funcionarios de instrucción acorde con la ley, pues la
procedencia de la casación se funda no en el cumplimiento de ella, sino en su
transgresión.

2. Pretender el desquiciamiento del fallo a partir de considerar que la no


comparecencia oportuna del procesado a la actuación donde era requerido, se debió
a no haberse recibido por las entidades destinatarias la orden de captura impartida en
su contra para efectos de escucharlo en indagatoria y la inoperancia de las
autoridades encargadas de ejecutarla.

Tal planteamiento resulta sofístico, en primer lugar, porque como con acierto lo señala
la Delegada, la orden no solamente fue enviada a la Policía de Yarumal, la Sijin y el
Das de Antioquia, como de ello da cuenta el expediente (fls. 200 y ss.), sino recibida

179
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

por estas autoridades como lo acredita el hecho aparecer registrada en el sistema de


información del Departamento administrativo de seguridad DAS - Seccional
Antioquia-, siendo por ello que se produjo la aprehensión de (...) cuando se presentó
a tramitar su certificado judicial (fl. 355).

En segundo término, si bien la ejecución tardía de una orden de captura impartida por
autoridades judiciales, puede denotar ineficacia de los organismos que cumplen
funciones de policía judicial, ello en manera alguna compromete la validez de la
actuación donde la orden haya sido proferida, pues a fin de garantizar la efectividad
del debido proceso constitucional y el derecho de defensa, el ordenamiento tiene
establecidos idóneos mecanismos de protección que aseguran no sólo la continuidad
del trámite, sino el resguardo de los derechos fundamentales de los intervinientes en
contumacia, mediante la obligada designación oficiosa de profesionales del derecho
que se encarguen de atender sus intereses durante el tiempo en que no se logre la
comparecencia física de ellos al proceso.

El hecho de que el procesado no hubiere cambiado de residencia, y continuado sus


actividades cotidianas en los Municipios de Yarumal, Briceño y Medellín, como se
alude en la demanda, no modifica en nada la situación que viene de exponerse, pues
por desconocerse procesalmente su paradero, la citación a presentarse a rendir
indagatoria se realizó mediante edicto conforme lo autorizaba la ley procesal por
entonces vigente (art. 356 del Decreto 2700 de 1991), advirtiéndole "que de no
comparecer dentro del término señalado, se le declarará PERSONA AUSENTE y se le
nombrará DEFENSOR DE OFICIO que lo represente y así continuar con la tramitación
del sumario", según de ello da cuenta el expediente (fl. 239), de manera que el reparo
expuesto por el demandante carece de fundamento.

No comparte la Corte, sin embargo, el planteamiento expuesto por la Delegada en el


sentido de que ante la inoperancia de las autoridades policivas de ejecutar una orden
de captura no se justifica la omisión de los coasociados de presentarse a responder
por los actos que se le imputan, pues el deber de los ciudadanos de colaborar para el
buen funcionamiento de la administración de justicia de que trata el artículo 95 de la
Carta Política, no implica, de suyo, la obligación de sometimiento voluntario a las
decisiones judiciales que les resulten adversas, ya que la obligatoriedad de éstas por
sí solo implica la posibilidad de su cumplimiento forzado, aún contra la voluntad de
los destinatarios de ellas.

3. En tercer lugar, la actuación evidencia que una vez vinculado (...) mediante
declaración de persona ausente, se le nombró defensor de oficio que de inmediato
tomó posesión del cargo y se notificó personalmente de la decisión que acababa de
tomarse (fl. 241). Resuelta la situación jurídica con auto de detención contra el
ausente, el defensor se aprestó a notificarse del contenido de la medida (fl. 251), y si
bien no lo hizo personalmente de la clausura del ciclo instructivo decretada
inmediatamente después de la resolución de la situación jurídica, sin que en ese
intervalo hubiere mediado actividad probatoria importante, como tampoco de la
resolución acusatoria, ello se cumplió respecto del pronunciamiento de segunda
instancia (fl. 321), y de la decisión sobre pruebas adoptada en el juicio (fl. 326), lo que
indica que no abandonó el proceso y que por el contrario estuvo atento a su
desarrollo.

De manera que el defensor oficioso, al asumir el cargo y con posterioridad a ello,


tenía conocimiento claro de los hechos y las pruebas que obraban en contra de su
defendido, y si bien es cierto su actuación no se caracterizó por la interposición de
recursos, la solicitud de pruebas o la intervención en las ordenadas durante el
juzgamiento, no puede desconocerse que estando el imputado ausente, no contaba
con posibilidades de enterarse de su argumentación defensiva que le permitiera
adelantar la defensa adoptando una estrategia distinta, sin que ahora pueda juzgarse
su actuación de manera independiente de las circunstancias del momento, ya que en
las condiciones en que debió intervenir en el proceso, podría resultar inaconsejable
solicitar pruebas sobre las cuales se desconocía su sentido y, por lo tanto, respecto de
ellas subsistía la posibilidad de agravar la situación del procesado, en lugar de
favorecerlo.

En este sentido conviene recordar reciente pronunciamiento de la Sala en torno al


punto:

"La pasividad que se reprocha en la demanda, y cuyo carácter disvalioso hizo mella
en las convicciones del Ministerio Público y del Magistrado disidente, no tiene como

180
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

explicación única y necesaria el abandono o la desidia o la incompetencia. Atenerse al


cumplimiento de la carga de la prueba por parte del Estado acusador es una
expresión válida y aceptable de la garantía de defensa y esta, como estrategia, como
manera de asumir la obligación de defender, no es susceptible de deslegitimarse
simple y llanamente bajo la consideración de que quien llegue al proceso en otro
momento, o con otro conocimiento de los hechos, o con otros criterios sobre el
fenómeno jurídico que se debate, lo habría hecho de manera diferente" (Sent. cas.
oct. 3/01. M.P. Dr. MEJIA ESCOBAR. Rad. 15301).

4. El censor sugiere la existencia de intereses contrapuestos en el defensor de oficio


nombrado a su asistido, con los del otro procesado declarado persona ausente. Sin
embargo, ningún trabajo ensaya por demostrar su aserto, y tampoco ello se puede
desentrañar de la actuación, pues el sólo hecho de que un defensor atienda los
intereses de dos o más procesados, a más de que una tal posibilidad no la prohibe el
ordenamiento, ello no es indicativo de que existan intereses contrarios o
incompatibles, los cuales deben aparecer acreditados en la actuación, y no fundarse
en simples consideraciones generales sin respaldo, como de este modo se postula en
el libelo.

A fin de denotar la sinrazón del impugnante, conviene recordar la postura de la Sala al


respecto, señalada en pronunciamiento de 14 de abril de 2000 con ponencia del
Magistrado Gálvez Argote, que en esta ocasión se reitera:

"Con este supuesto de hecho que ningún interés opuesto pone de presente, debe
tenerse en cuenta que cuando el artículo 143 del Código de Procedimiento Penal,
prevé que "El defensor no podrá representar a dos o más sindicados cuando entre
ellos, existieren, o sobrevinieren, intereses contrarios o incompatibles", no está
haciendo alusión a meras inconsistencias sobre la versión que cada procesado haga
sobre los hechos, o sobre la forma como cada uno de ellos narra la secuencia de los
mismos, sino a verdaderas posturas defensivas que impliquen soluciones contrarias
frente a sus expositores, caso en el cual, no es posible al abogado salvaguardar una
de ellas sin perjudicar al otro.

"En este sentido, bien vale la pena recordar, lo sostenido sobre el tema en sentencia
del 10 de noviembre de 1.987:

"Es apenas lógico que si la responsabilidad penal es individual, y cada procesado


responde por su proceder, su defensa deba estar en encomendada a una sola
persona, sin que esto quiera decir que no pueda hacerlo también un solo apoderado
cuando son varios los procesados. En cuya hipótesis no es pertinente si entre estos
existen intereses contrapuestos, porque en este caso es imposible una adecuada
defensa, pues, cómo compaginar situaciones adversas e incompatibles?. Por ello
cuando falta el derecho de defensa se sanciona con nulidad de carácter constitucional
y, además, la ley penal tipifica como conducta delictuosa la infidelidad profesional del
abogado.

"Suele ocurrir que en aquellos juicios donde son varios los incriminados y por
consiguiente se expresan diferentes explicaciones, surgen elementales discrepancias
como consecuencia de las distintas posiciones asumidas por los inculpados.
Discrepancias que se hacen más notorias cuando las exposiciones suministradas
corresponden a la realidad histórica de los hechos con la supuesta "verdad"
adicionada por los sindicados.

"Discordancias que, en todo caso no adquieren el carácter de inconciliables, que es en


esencia la prohibición legal que impide el apoderado defender a distintas personas en
un mismo proceso, cuando entre ellas medien intereses opuestos. De donde la
conclusión tiene que ser concluyente, ostensible, de manera que haga irrealizable la
defensa de los acusados, porque los beneficios buscados o deseados a través de esa
gestión resulta nugatoria por parte del apoderado". (M.P., Dr. Guillermo Dávila Muñoz)"
".

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 26/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : MAZO ACEVEDO, GILBERTO ANTONIO

181
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DELITOS : Homicidio agravado


PROCESO : 10697

PUBLICADA : Si

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Interpretación errónea/ CONDENA DE


EJECUCION CONDICIONAL

La violación directa de la ley sustancial como causal de casación, tiene unas reglas
lógicas de cuyo respeto absoluto por el censor depende el éxito formal de la demanda
que contenga su enunciación, la formulación del cargo y la demostración de sus
fundamentos.
Las normas jurídicas que en un sistema de derecho positivo como el colombiano son
las fuentes formales en las que se resuelven los problemas jurídicos, solo pueden
violarse de manera directa, o de modo indirecto a través de la apreciación probatoria.

Cada forma de vulneración de la norma de derecho sustancial, tiene sus propias


reglas lógicas de demanda, que en tratándose de la forma de la violación directa
impone de manera necesaria, la aceptación de los hechos probados declarados en la
sentencia, así como la de la apreciación probatoria hecha por los juzgadores.

Como la causal enunciada por el demandante es la primera y la formulación del cargo


es de violación directa, tal punto de partida le impone al censor la obligación de no
incurrir en críticas a la estimación probatoria y de no desconocer la reconstrucción
fáctica declarada en las sentencias.
...

Las formas de vulneración de la norma de derecho sustancial que pueden presentarse


dentro de la causal primera cuerpo primero (violación directa) son la aplicación
indebida, la falta de aplicación o la interpretación errónea. Cada una de esas formas
de violación directa tiene sus propias reglas de demanda, específicas para el preciso
yerro que se denuncie, sin perjuicio de las de la generalidad de la causal elegida
(violación directa en este caso) dentro de la que se formula el cargo concreto.

En la modalidad de "interpretación errónea", su aparente sencillez no debe hacerle


perder de vista a quien pretende denunciar y fundamentar censura de tal tenor, que
ella solo es demandable por la vía directa. Tal conclusión es obvia a partir de que son
tres las circunstancias no discutibles sobre las que lógicamente se afinca un cargo de
interpretación errónea de la ley sustancial:

Una, que las pruebas están correctamente apreciadas por los juzgadores; Dos, que los
hechos son los que se declararon probados en la sentencia y, Tres, que la norma
seleccionada por el Juez para resolver ese problema jurídico era la correcta.

Si una de las premisas necesarias del cargo es la aceptación de que la selección de la


fuente formal en la que el juzgador resuelve el problema es correcta, y que el error
versa exclusivamente en su entendimiento, porque se le dio un valor que trastoca su
verdadero contenido, menguándolo o aumentándolo o, en algunos extremos,
tergiversándolo, es porque todo el proceso de apreciación probatoria y de
reconstrucción fáctica es igualmente correcto, pues la solución del problema de
subsunción solo puede ser atinada en tal evento. En otras palabras, el demandante
parte en esta censura de la aplicación de la norma y exclusivamente puede discutir
su alcance.

Con tales reglas lógicas el censor ha debido analizar, en este caso concreto, si la
norma de la que predicaba su interpretación errónea es una de las que admiten tal
forma de violación o no. Aunque se trate de casos excepcionales hay normas que no
admiten tal forma de violación pues no pueden ser interpretadas erróneamente, en la
forma en que tal termino se maneja en materia de casación.

182
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El artículo 68 del Código Penal (artículo 63 del Código actual) que establecía el
subrogado de la suspensión de la ejecución de la pena solo puede ser aplicado para
conceder el beneficio. Es cierto que su aplicación implicaba el análisis del
cumplimiento de los requisitos objetivo y subjetivo que establecían los numerales 1° y
2° de la norma, pero los jueces solo pueden aplicar la norma, esto es seleccionarla y
reconocer sus consecuencias jurídicas y materiales cuando el resultado de tal análisis
sea positivo para los dos aspectos. Si uno de los dos requisitos no se demuestra
adecuado, la norma se inaplica y por tanto se deja de otorgar el subrogado.

Ello justamente fue lo que dice la demanda que ocurrió en este caso concreto, que los
Jueces de primera y segunda instancia analizaron esos aspectos y concluyeron en que
(...) requería tratamiento penitenciario, esto es, se abstuvieron de aplicar la norma en
cuestión, el artículo 68 del Código Penal. Entonces, si no se aplicó la norma, resulta
absurdo hablar de su interpretación errónea.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
FECHA : 26/11/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
presentado
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : MARCHENA PEÑA, JACINTO
DELITOS : Hurto agravado
PROCESO : 17118

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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CAUCION PRENDARIA-Devolución/ LIBERTAD PROVISIONAL-Art.365.2°:


Requisitos/ LIBERTAD PROVISIONAL-Requisitos factor subjetivo/ LIBERTAD
CONDICIONAL/ PRESCRIPCION-Empleado oficial/ DETENCION
DOMICILIARIA

1. La caución que se fijó y prestó tenía como finalidad garantizar el cumplimiento de


las obligaciones impuestas como consecuencia de la sustitución de la medida de
detención preventiva por la domiciliaria prevista en el artículo 396 del Código de
Procedimiento Penal entonces vigente (357-Parágrafo del actual). Posteriormente, al
concederse la libertad provisional, la prenda se dejó como soporte de que el doctor
Conti Parra cumpliría los compromisos derivados del reconocimiento de su derecho a
la libertad provisional, según ordenan los artículos 415, 416 y 419 del mismo Estatuto
(365, 366 y 368 del vigente).

La imposición de la garantía obedeció, entonces, única y exclusivamente a los


lineamientos de la ley que regula el trámite del proceso penal, lo cual no podía ser de
manera diversa por cuanto se investigó y juzgó una infracción a la ley penal, evento
en el cual es el Código de Procedimiento Penal el que, soportado en el principio de
legalidad, fija las reglas que deben ser seguidas para solucionar el conflicto y hacer
que las cosas, dentro de lo posible, vuelvan al estado inmediatamente anterior a
cuando con la comisión de la conducta punible se rompió el orden social establecido.

Si en razón del desarrollo del trámite procesal penal sobrevienen situaciones que
comportan reconsiderar una decisión precedente, por ejemplo revocar una
providencia, devolver un bien o una garantía, el procedimiento y resolución del
asunto también debe sujetarse a las reglas propias del debido proceso, esto es, a las

183
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

directrices que el legislador previó sobre el particular, o lo que es lo mismo para el


caso, a aquello que el Código de Procedimiento Penal regule sobre la materia.

Respecto del tópico motivo de decisión, el artículo 420 del decreto 2.700 de 1991
dispone que "La caución se cancelará al cumplir el sindicado las obligaciones
impuestas, o cuando se revoque la medida que la originó, o cuando termine la
actuación procesal por causa legal". Similar es la redacción del actual artículo 370,
salvo que expresa que la "Caución se devolverá …".

De lo anterior se concluye que la Sala debe confirmar la decisión recurrida, por cuanto
el reconocimiento dinerario que pretende el doctor (...) -intereses, indemnizaciones,
indexaciones- es extraño a la razón de ser del proceso penal, que deriva del artículo
331 del actual estatuto (334 del derogado).

Si la ley dispone que en el trámite del proceso penal y cumplidas las hipótesis que
regula, se debe disponer la cancelación o devolución de la caución prestada, sin hacer
mención siquiera tácita a reconocimiento alguno de beneficios económicos, a ello
debe supeditarse el funcionario judicial.

El reconocimiento de "intereses, indemnizaciones y adehalas resarcitorias" que


reclama el recurrente, parte del supuesto de que la entidad en donde fue depositada
la prenda se lucró de la garantía porque la utilizó "en sus operaciones financieras y
comerciales durante más de cinco (5) años, vale decir, enriqueciéndose con los
rendimientos producidos por el dinero ajeno". De ello resulta que, si accediera a sus
pretensiones, la Corte estaría dando por cierto, en decisión que comprometería el
decurso procesal, que en verdad hubo un incremento del patrimonio del banco en los
términos señalados por el impugnante.

Mal podría la Sala tener por probada la situación así planteada, sin que previamente
se permitiera a la institución receptora del dinero el ejercicio de sus derechos y se
pronunciara con la posibilidad de contestar y de contra probar, respecto de las
afirmaciones blandidas por el doctor (...).

Se desprende igualmente de lo anterior que la orden de restituir la suma depositada


con todos los eventuales beneficios tendría que ser la consecuencia del trámite de
todo un proceso que condujera al funcionario a la conclusión sobre la justicia o no de
las pretensiones, debate de tales proporciones que escapa a la razón de ser del
proceso penal. De aquí surge incuestionable que la jurisdicción penal no es la llamada
a dilucidar el tema propuesto por el doctor Conti Parra.

En otro orden de ideas, pero razonando en el mismo sentido del apelante, se


encuentra un argumento adicional para rechazar la propuesta: si la constitución de la
prenda se soportó en la necesidad de garantizar una serie de compromisos para con
la administración de justicia, para lograr los beneficios propios de la detención
domiciliaria y de la libertad provisional, es evidente que, como ellos deben cumplirse
a lo largo del proceso, la caución es el soporte durante el lapso que dure el trámite
que, como se percibe fácilmente, no ha concluido.

De otra parte, como el monto de la caución prendaria se fija en un momento


determinado en consideración a la gravedad de la conducta punible y las condiciones
económicas de la persona, en los términos del recurrente ella tendría que
"actualizarse" cada año, porque la depreciación y demás factores señalados por el
doctor Conti Parra la tornarían insuficiente con el paso del tiempo. No obstante, tal
conducta no es realizable por la justicia, como quiera que no la prevé la legislación
penal, contexto dentro del cual debe movilizarse también quien ha prestado la
caución, siempre en aras de la equidad.

2. El numeral 2°. del artículo 365 procesal determina que el sindicado tendrá derecho
a libertad provisional cuando hubiere sufrido "en detención preventiva un tiempo
igual al que mereciere como pena privativa de la libertad", y su inciso segundo aclara
que "Se considerará que ha cumplido la pena, el que lleve en detención preventiva el
tiempo necesario para obtener la libertad condicional, siempre que se reúnan los
demás requisitos para otorgarla".

La disposición procesal, en consecuencia, remite al análisis de los requisitos del


artículo 64 del Código Penal, esto es, que el funcionario debe efectuar un diagnóstico-
pronóstico a partir del cual concluya que, en el evento de sentencia condenatoria en
firme, habría lugar a conceder el subrogado penal de la libertad condicional.

184
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La norma penal condiciona el mecanismo sustitutivo de la pena privativa de la


libertad al cumplimiento de tres requisitos: 1°) que se haya impuesto una sanción de
esa índole que exceda de tres (3) años; 2°) que el penado haya cumplido las tres
quintas (3/5) partes de ella; y 3°), que por "su buena conducta en el establecimiento
carcelario pueda el juez deducir, motivadamente, que no existe necesidad para
continuar con la ejecución de la pena".
...

La ley establece que, en caso de condena, se abone como parte cumplida de la pena
privativa de la libertad, el tiempo que se haya descontado en detención preventiva,
dentro de la cual ha de entenderse también la domiciliaria, según se haya dispuesto y
rija por decisión del servidor judicial competente, pero no puede admitirse que una
auto reclusión conlleve descuento punitivo.

Tampoco es posible aceptar que la omisión se haya debido a incuria estatal,


exclusivamente por negligencia del Inpec, al no ser cumplida la determinación judicial
del traslado a un centro carcelario, pues eso es otro asunto, que de ninguna manera
puede revivir la reclusión domiciliaria, la cual ya no subsistía, por orden expresa de la
autoridad judicial del conocimiento y ningún efecto estaba llamada a producir,
inexistente como era.

De esta manera, sólo se contabilizará el tiempo en que el sindicado (...) estuvo en real
detención domiciliaria, esto es, entre el 20 de junio de 1996 y el 29 de enero de 2001,
es decir, 4 años, 7 meses y 10 días.

La sentencia de primer grado impuso una sanción de ocho años, cuyas 3/5 partes
equivalen a 4 años, 9 meses y 18 días, cifra superior a la que el doctor (...) cumplió en
detención domiciliaria.

Ha de observarse, de otra parte, que el pasado 21 de mayo la Dirección de la Cárcel


"Modelo" de esta ciudad, luego de una evaluación por parte de los miembros
encargados de la vigilancia al domicilio del doctor (...), certificó que éste había
observado buena conducta, pero la norma penal establece que es al funcionario
judicial a quien compete "deducir motivadamente" si hay lugar o no a continuar con la
ejecución de la pena y para llegar a una tal conclusión debe acudir, además de lo
plasmado en aquél documento, a los elementos de juicio que surjan de la actuación.

A pesar de la constancia sobre buena conducta, si se compara el contenido del


artículo 64 del Código Penal con el expediente, la Corte concluye fundadamente que
tampoco resulta viable la liberación del doctor (...), por cuanto su conducta no fue
correcta en detención domiciliaria, lo que hace que deba cumplir físicamente la
sanción. En efecto:

a) En providencias de 28 de marzo y 8 de mayo del año en curso, la Sala dejó en claro


que el Tribunal concedió en 1999 un permiso para laborar al doctor (...), del cual
disfrutó sin la previa autorización de las directivas carcelarias, que obtuvo con
posterioridad, presuntamente con carácter retroactivo. Entonces, sin el lleno de los
requisitos legales oportunos, dejó la detención domiciliaria.

b) También es claro que expirado el permiso correspondiente el 8 de diciembre de


1999, el doctor (...) siguió realizando labores docentes, como si gozara de la anuencia
judicial y de la aquiescencia y regulación penitenciaria, hasta el 8 de junio de 2000,
es decir, que por más de cinco (5) meses abandonó el domicilio, o sea, el sitio donde
cumplía su reclusión, con lo cual se sustrajo a sus obligaciones, hecho que no puede
ser convalidado por medio de permisos ulteriores.

c) En la sentencia del 24 de enero de 2001, el Tribunal, al revocar la detención


domiciliaria, ordenó oficiar al Inpec para que fijara el lugar de la detención carcelaria,
lo que se cumplió mediante oficio del día siguiente, señalándole al Instituto que
adelantara los trámites necesarios para realizar el traslado del procesado; conforme
con la resolución del 16 de febrero de 2001, emanada de la Dirección del Inpec, se fijó
la cárcel de Chiquinquirá como sitio de reclusión. Sin embargo, si se mira el escrito
que el doctor (...) dirigió al Tribunal Superior de Bogotá el 27 de junio del año en
curso, fácilmente se concluye que no está detenido, ni ha cumplido la obligación
adquirida al suscribir la diligencia de compromiso, pues lo data en Bogotá y al final
del mismo afirma que lo hace llegar a la secretaría "desde el sitio donde cumplo
detención domiciliaria" (sic).

185
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Lo expuesto es suficiente para que la Sala concluya que la conducta del doctor (...) no
fue buena mientras estuvo detenido domiciliariamente y que, por lo tanto, no es
procedente la libertad provisional, pues no se presupone otorgable la libertad
condicional.

3. El doctor (...) fue condenado en primera instancia, de acuerdo con la resolución


acusatoria, por varios delitos de peculado agravado y por varios de prevaricato por
acción, hechos cometidos en vigencia de los artículos 133 y 149 del Código Penal de
1980, que preveían, respectivamente, prisión de 2 a 10 años (máximo elevado a 15
por el incremento en razón de la cuantía) y de 1 a 5 años. La resolución acusatoria fue
proferida el 29 de mayo de 1996 y notificada por estado el 12 de junio siguiente, lo
cual significa que a la fecha han transcurrido más de cinco (5) años, contados a partir
de la firmeza de la acusación, circunstancia que conduce a la declaración de
prescripción por los delitos de prevaricato, que deriva de las siguientes apreciaciones:

a) En virtud del artículo 83 del Código Penal, la acción penal prescribe en un tiempo
igual al máximo previsto en la respectiva disposición, para el caso cinco (5) años, toda
vez que los prevaricatos fueron cometidos en vigencia del artículo 149 original de
aquel estatuto punitivo.

b) Según el artículo 86-2 ibídem, interrumpidos los términos de prescripción por la


ejecutoria de la acusación, comienzan a ser contados de nuevo pero el lapso se
reduce a la mitad, aun cuando la acción jamás puede prescribir en menos de cinco (5)
años.

c) De acuerdo con el artículo 83-5 del mismo estatuto, "Al servidor público que en
ejercicio de sus funciones, de su cargo, o con ocasión de ellos realice una conducta
punible o participe de ella, el término de prescripción se aumentará en una tercera
parte".

Como de la redacción y organización estructural del nuevo Código Penal se desprende


que -a diferencia de lo que sucedía con la legislación penal anterior- para computar
los términos de prescripción de la acción respecto de servidores públicos se toma el
máximo previsto en el tipo y se le aumenta de una vez la tercera parte, tanto para
efectos de la instrucción como del juicio, el lapso prescriptivo para el delito de
prevaricato sería de 6 años y 6 meses, cantidad que dividida por dos culmina en 3
años y 3 meses. Se concluye de lo anterior que en el asunto analizado, con
posterioridad a la ejecutoria de la acusación, tal delito prescribe en cinco (5) años,
tiempo ya superado.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON, NILSON


PINILLA PINILLA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 26/11/2001

186
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Confirma decisión caución, niega libertad,


declara presc.,
libra orden de captura
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : CONTI PARRA, ANTONIO AUGUSTO
PROCESADO : PINILLA CUERVO, HERNANDO
DELITOS : Peculado por apropiación, Prevaricato por acción
PROCESO : 18222

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR
Salvamento Parcial de Voto DR. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INDEMNIZACION DE PERJUICIOS-Daños materiales/ PARTE CIVIL-Interés


para recurrir/ PERJUICIOS

1. Establece el Código Civil, artículos 1613 y 1614, que la indemnización de perjuicios


comprende el daño emergente y el lucro cesante, entendiendo el primero como la
pérdida o disminución patrimonial y las erogaciones causadas; y el segundo, como la
ganancia o provecho dejado de percibir. Así, la reparación material tiene como base el
quebranto económico sufrido; de ahí que el inciso 2° del artículo 107 del Código Penal
que estaba vigente cuando ocurrieron los hechos, contemplaba dentro de los factores
determinantes para la tasación prudencial del daño material, la supresión o merma de
la capacidad productiva y los gastos ocasionados, daños materiales que deben
aparecer comprobados, como ahora refiere expresamente el artículo 97 de la Ley 599
de 2000 ("los daños materiales deben probarse en el proceso").

De cara a esa exigencia, se acepta que en este aspecto sí existe interés jurídico para
acudir a la casación, de acuerdo a los preceptos del procedimiento civil, por cuanto en
la demanda de constitución la parte ahora recurrente reclamó cien millones de pesos
por tal concepto, monto que excede la base pecuniaria que entonces regía para poder
acudir a esta excepcional impugnación.

Pero no fructifican en esa pretensión la demanda de constitución de parte civil, ni la


actividad de su representante, pues apenas se ha mencionado una renuncia laboral
de la poderdante para cuidar de sus hijas, sin decir siquiera cuál era el empleo que
tenía y menos cuánto devengaba; la búsqueda de documentos, pero no precisa
cuáles, y unos gastos especiales, de los que únicamente alude al contrato de servicios
profesionales, sin especificar el monto de los honorarios; y con relación a los
ocasionados a la menor a quien se circunscribe la sentencia por los delitos contra ella
cometidos, únicamente dijo que sufrió "enormes perjuicios materiales, si se evalúa lo
que vale la dignidad de una mujer y si se sopesa el tener el pleno discernimiento para
aceptar o no la relación sexual" (f. 152 cd. 1).

Dentro de la misma tónica, creyendo que había cumplido de esa forma con las
exigencias debidas, la ahora impugnante no puso empeño alguno en superar la
situación de incertidumbre en que dejó planteada la reparación de los daños
materiales, teniendo a su disposición los medios adecuados para hacerlo durante el
proceso. Al respecto, cabe recordar que la Corte en sentencia de febrero 10 de 1998
(rad. 12.286, M. P. Carlos Eduardo Mejía Escobar), efectuó las siguientes precisiones:

"Como bien se sabe, la condena al pago de perjuicios materiales procede cuando se


haya acreditado la existencia de daño ocasionado con la infracción para de esta
manera restablecer los derechos que resultaron vulnerados. Así entonces
corresponde a la parte civil demostrar la causación de un daño real y no eventual, que
sea exigible por esta vía.

187
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De acuerdo con el artículo 55 del Código de Procedimiento Penal, en toda sentencia


condenatoria el juez debe liquidar los perjuicios siempre y cuando su existencia esté
demostrada, es decir que para el fallador debe ser incuestionable que con ocasión del
hecho punible se ha producido una disminución de carácter patrimonial y/o moral
que debe ser resarcida."

Quiere decir que, contrario a lo expresado en la demanda, no es un desacierto del


Tribunal haber confirmado la decisión del Juzgado de abstenerse de fijar suma alguna
como indemnización de los eventuales perjuicios materiales, pues al no aparecer
materializadas las previsiones del artículo 107 del Código Penal de entonces para su
tasación prudencial, estaba en imposibilidad de dar aplicación a dicha norma en el
presente caso.

2. La parte civil carece de interés jurídico para impugnar si el fin perseguido no es el


resarcimiento de los perjuicios sino la imposición de una pena más drástica, en
cuanto no se presente incidencia negativa en la pretensión indemnizatoria, por
ejemplo, "cuando han sido reconocidas circunstancias que implican que la víctima se
expuso imprudentemente al daño sufrido (ira e intenso dolor, exceso de la legítima
defensa), o una forma de culpabilidad degradada, y por ende un menor grado de
responsabilidad penal del procesado, como acontece cuando una acción dolosa ha
sido definida como preterintencional o culposa" (sentencia de febrero 18 de 2000,
rad. 10.466, M. P. Fernando Arboleda Ripoll).

Quiere decir que por falta de ese esencial requisito, no hay lugar al estudio de este
reproche, que bajo el pretexto del principio de legalidad, busca modificar la pena
impuesta al único condenado, ya que no se advierte que la mayor o menor sanción
tenga aquí alguna incidencia en materia de la indemnización de perjuicios.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 26/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : PEDRAZA ANGARITA, JOSE EDUARDO
PROCESADO : PEDRAZA ANGARITA, GIANNY ALEXANDER
DELITOS : Acceso carnal violento, Incesto
PROCESO : 15243

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia defensiva/ DERECHO DE


CONTRADICCION-No se limita al sólo contrainterrogatorio/
RECONOCIMIENTO EN FILA DE PERSONAS-Defensor de oficio/ PENA
ACCESORIA/ LEGALIDAD DE LA PENA/ REFORMATIO IN PEJUS/
INTERDICCION DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS/ CASACION
OFICIOSA

1. Cuando se alega vulneración del derecho de defensa por la falta de actividad del
abogado, no basta enumerar las diligencias que a juicio del demandante no fueron
solicitadas o aquéllas a las que dejó de asistir, para concluir que se quebrantó esa
garantía fundamental, sino que es preciso demostrar la trascendencia de la
reclamada pasividad, esto es, cómo de haber intervenido o de haberse llevado a cabo
los medios de prueba echados de menos, ello hubiera redundado en beneficio del
acusado. En otros términos, como lo ha dicho la Sala , se debe indicar clara y
precisamente los motivos a partir de los cuales resultaría razonable colegir que el
silencio de la defensa correspondió no a una estrategia defensiva, sino a un completo
abandono de la gestión encomendada, lo que aquí no se hizo.

Contrario sensu, aquí aparece claro que lo que argumenta el libelista no es realmente
que se haya desconocido el derecho de defensa, sino que la estrategia defensiva ha

188
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

debido ser otra, sin percatarse que la pasividad de un profesional del derecho
apreciada desde la perspectiva de quien lo sucede en el encargo no constituye
demostración de que se quebrantó la garantía, pues los medios defensivos son
múltiples y quedan al criterio y autonomía del abogado, de acuerdo con las
particularidades de cada caso concreto, de modo que no utilizar algunos de ellos no
implica que la defensa se desconoció.

2. Por otra parte, y en lo atinente a que no se pudo interrogar al testigo Guillermo


Sosa Neira, porque ante el temor del declarante por su seguridad, la diligencia fue
suspendida cuando se hizo presente el abogado de la defensa, por lo que la prueba
no se pudo controvertir, no le asiste razón al casacionista, ya que como lo ha dicho la
Sala, el derecho de contradicción no es reductivo y, por lo mismo, no se agota en el
contrainterrogatorio del deponente, sino que también se ejerce cuando su contenido
se critica en si mismo y con relación al resto del material probatorio, cuando se
solicitan pruebas, etc.

En este caso, como lo conceptúa el agente del Ministerio Público, el defensor tuvo
otras oportunidades para interrogar el testigo, si dentro de su estrategia defensiva
quería hacerlo, pues pudo pedir la ampliación de la diligencia e, incluso, enviar el
interrogatorio por escrito. Es más, la declaración fue ampliada de manera oficiosa sin
que a ella asistiera el defensor, no obstante haber sido notificado personalmente de la
decisión en que se ordenó, con la expresa constancia de que el mismo tenía todo el
derecho para interrogar, y que fue tomada en la resolución en que se decretó la
detención preventiva, fechada el 1° de marzo de 1993.

3. En cuanto a que el abogado no estuvo presente en la diligencia de reconocimiento


en fila de personas, no es exacto, pues para esa actuación se le designó al procesado
un profesional del derecho que lo asistió, con lo que se garantizó la defensa técnica.

Además, si ningún abogado hubiera estado presente en ese reconocimiento, éste


sería inexistente, vicio que se debía alegar y desarrollar por la causal primera, por
error de derecho por falso juicio de legalidad.

4. La Sala observa que la pena accesoria de interdicción de derechos y funciones


públicas, hoy denominada inhabilitación para el ejercicio de derecho y funciones
públicas, impuesta al procesado, fue tasada en dos años, cantidad menor a la que
normativamente correspondía, que era de diez años, al tenor de los artículos 44 y 52
del C. Penal, vigente para la época, con lo que se quebrantó el principio de legalidad,
consagrado en el artículo 29 de la C. P., que debe ser restablecido.

Por lo tanto, la Sala, haciendo uso de las facultades conferidos por los artículos 216 y
217.1 de la ley 600 de 2000, casará parcial y oficiosamente el fallo para aumentar a
diez (10) años la pena accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas
impuesta al procesado.

Es del caso advertir, como lo ha dicho la Sala mayoritaria , que al corregir este
desatino no se está vulnerando la prohibición de la reformatio in pejus, consagrada en
el artículo 31 de la C. P, ya que ella parte de la base de haber sido respetado el
principio de legalidad de la pena, también de raigambre constitucional. "Aquella
garantía adquiere efectividad una vez que ese principio de legalidad, consustancial a
un Estado de derecho, ha tenido cabal observancia; así se armonizan las dos normas,
sin que una inhiba la aplicación de la otra, pues es obligación del administrador de
justicia hacer operante el precepto superior primordial e imponer su acatamiento.

"Un Estado de derecho se caracteriza porque las funciones y facultades de sus


servidores están regladas y, en consecuencia, el juzgador debe realizarlas de
conformidad con lo indicado en el texto legal, sin olvidar que, de acuerdo con lo
dispuesto por el artículo 230 de la Carta, "los jueces, en sus providencias, sólo están
sometidos al imperio de la ley"".

"El principio de legalidad de la pena protege al procesado y también a la comunidad,


en cuanto el Estado única e indefectiblemente impondrá aquélla establecida con
antelación a la conducta punible, dentro de los límites cuantitativos y cualitativos así
mismo consagrados en la ley previa, sin que se pueda imponer sanción que quede al
arbitrio o imaginación del fallador y que no respete esos parámetros legales, con
adicional quebrantamiento de la igualdad y de la seguridad jurídica".

___________________________

189
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

* Ver, entre otros, cas. 13704 mayo/2001Dr. Jorge A. Gómez Gallego.


** Ver, entre otras, casación 10967, octubre 10 de 2000. M.P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 26/11/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficiosamente
aumentando
pena accesoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : MARIN, BERNANDO ALONSO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10083

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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INHABILIDAD/ FUNCIONARIO JUDICIAL/ PROVIDENCIAS-Fundamentada en


prueba legal y oportunamente allegada/ LEGALIDAD DE LA PENA/
REFORMATIO IN PEJUS

1. Si bien el recurso de apelación que motiva el examen de la Sala no cuestiona en


manera alguna la validez de la actuación, resulta indesconocible que, luego de
dictada la sentencia de primera instancia, los acusados sí plantearon la nulidad del
juicio a partir de la designación del conjuez, habida consideración de la inhabilidad
que, como sanción disciplinaria se le había impuesto, para ejercer cargos públicos,
por ello, ante la amplia oportunidad que abrió el artículo 308 de la Ley 600 de 2.000,
como que "las nulidades podrán invocarse en cualquier estado de la actuación
procesal", no puede menos la Corte que examinar, en primer término, el reproche que
en esas condiciones se formula sobre la legitimidad del a quo, no obstante que
ninguna trascendencia se le observa en razón a que el cuestionamiento no se dirige al
trámite en sí, a alguna de las formas propias del proceso, sino a la condición del
juzgador.

En efecto, es claro, entratándose de alguna inhabilidad del funcionario, que quien es


sometido a un proceso no puede obstaculizarlo o asumir una actitud defensiva
alegando deficiencias en la designación del juez o en la conformación del Tribunal,
pues como quiera que ello no versa sobre el objeto o la materia del proceso, su
ataque sólo puede encauzarse en un trámite separado, bien administrativo, penal o
disciplinario en que el funcionario sea parte y tenga por objeto directo el asunto de la
validez de su elección o nombramiento, por manera que mientras por esas vías
legales no se declare la ineficacia de su designación, su investidura plausible legitima
las decisiones que adopte.

2. Por disposición normativa, toda providencia debe fundarse en pruebas legal,


regular y oportunamente allegadas a la actuación, que no se podrá dictar sentencia
condenatoria sin que obre en el proceso prueba que conduzca a la certeza de la
conducta punible y de la responsabilidad del procesado y que los medios de
convicción deben ser apreciados en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana
crítica, siendo obligación del funcionario judicial exponer razonadamente el mérito
que le asigne a cada prueba, la decisión que se recurre, cumple, sin duda alguna, con
todas las citadas condiciones, pues además de que no se plantea por el impugnante
una crítica en tal sentido, no se evidencia elemento alguno que permita afirmar la
ilegalidad, irregularidad o inoportunidad en la adjunción de algún medio de

190
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

demostración, ni se observa omisión en la motivación o en el análisis conjunto, por el


contrario, partiendo el a quo, acertadamente, de considerar, dentro de la dialéctica
propia del proceso, la versión de la víctima de la conducta constrictora y de señalar
los diversos aspectos objetivos y subjetivos que le permitían asignarle credibilidad,
pasó luego al análisis, una a una, de las pruebas que no sólo confirmaban cada uno
de sus asertos, sino también de aquellas que intentaban desvirtuarlos para,
finalmente, con exposición ponderada de sus razones, concluir en la aceptación de las
primeras y la ineficacia de las segundas.

3. No obstante concluirse así en la reunión de los requisitos que legalmente se exigen


para sustentar una sentencia de condena y que los mismos fueron acertadamente
fundados por el a quo, se hace evidente la vulneración del principio de legalidad de la
pena en la medida en que habiendo ocurrido los hechos objeto de este proceso en
mayo de 1.996, esto es bajo la vigencia de la Ley 190 de 1.995, como así además se
precisó en la resolución de la situación jurídica, no se aplicó la sanción prevista en tal
normatividad, prisión de cuatro a ocho años, multa de cincuenta a cien salarios
mínimos legales mensuales vigentes e interdicción de derechos y funciones públicas
por el mismo término de la pena principal, sino la que originalmente preveía el
artículo 140 del Decreto Ley 100 de 1.980, valga decir prisión de dos a seis años e
interdicción de derechos y funciones públicas de uno a cinco años, lo que
indudablemente motiva la modificación del fallo recurrido pues, si bien los apelantes
fueron los acusados y su defensor, tiene entendido la Sala, en criterio de mayoría, que
la observación de fundamental postulado no vulnera la prohibición de reforma en
perjuicio.

En efecto, ha señalado la Sala, (Providencia de julio 11 de 2.000, M.P. Dr. Jorge Anibal
Gómez Gallego): "…no existe una contradicción inevitable entre dos máximas
rectoras que tienen igual rango constitucional (arts. 29 y 31), sólo que la legalidad de
los delitos y las penas está dirigida primero al legislador y después al juez, pues,
aquél debe regular conductas precisas y disponer sanciones de la misma índole y
además limitadas cuantitativamente, mientras que el segundo no puede imputar
delitos o imponer consecuencias que no estén expresamente previstas en la ley; al
paso que la prohibición de reformatio in pejus sólo está dirigida de una vez al juez de
segunda instancia, en el sentido de que no podrá agravar la pena impuesta, cuando
únicamente el procesado haya apelado el fallo condenatorio u otra parte con interés
lo haya hecho a favor del mismo.

"En razón de la distinción entre legislación y jurisdicción, entre producción y


aplicación del derecho, según la cual los jueces están sometidos al imperio de la ley,
ha dicho la Corte que la prohibición de empeoramiento supone lógicamente que el
juzgador ha partido de los límites legales de la pena, no de una sanción que a él se le
antoja o que inventa en medio de la confusión dentro de un acto de sustitución
arbitraria del legislador.

"En mérito de tal lógica, el ordenamiento jurídico penal regula las penas a partir de un
mínimo y hasta un máximo, como señal inequívoca de que al procesado declarado
responsable no se le puede imponer una pena más allá del límite superior, pero
tampoco menos del tope inferior de lo que legalmente merece, pues en ambas
fronteras se refleja el interés dialéctico, de orden político criminal, de contener el
poder punitivo del Estado como protección al individuo perseguido penalmente, pero
igualmente el de no defraudar a la sociedad con penas arbitrariamente degradadas
del margen inferior impuesto por la ley. Por ello, cuando el juez de instancia, sin
justificación alguna, desconoce dichos límites, en este caso el mínimo, el superior
funcional simplemente procede a corregir una manifiesta ilegalidad, sin que para ese
momento preciso constituya obstáculo el principio de prohibición de reformatio in
pejus, pues éste entraría en juego después de decantado su presupuesto lógico.

"Lo prohibido en el artículo 31 de la Constitución Política es que el funcionario de


segunda instancia, a partir de un señalamiento de error del a quo en la cuantificación
de factores de agravación y/o de atenuación o porque se le ocurra condenar con un
exceso de la carga acusatoria, aunque con acatamiento de los límites legales,
proceda a incrementar la pena, a sabiendas de la apelación única a favor del
condenado".

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 26/11/2001

191
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Modifica la sentencia en cuanto a la pena y


multa,
confirma en lo demás
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : HERAZO HURTADO, DAMIAN
PROCESADO : MOSQUERA SANCHEZ, JOSE ALFREDO
DELITOS : Concusión
PROCESO : 14438

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

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DEMANDA DE CASACION-Principio de autonomía/ DEFENSA TECNICA/


DERECHO DE CONTRADICCION-No se limita al sólo contrainterrogatorio/
INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración/ FALSO
JUICIO DE LEGALIDAD/ TESTIMONIO-Excepción al deber de declarar/
ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio

1. Antes de acometer el estudio por separado de cada una de las irregularidades


planteadas por el casacionista como fundamento de la censura de que la sentencia
del Tribunal de Barranquilla fue dictada dentro de un proceso viciado de nulidad, la
Corte no puede dejar pasar desapercibida la falencia adversa a la esperada lógica en
el planteamiento de la demanda, en la medida en que indiscriminadamente invoca
diferentes irritualidades que a juicio del censor constituyen independientemente
razones de nulidad.

Esta informal manera de alegar, como bien lo señaló la Delegada, resulta ayuna de los
postulados de claridad y precisión propios de la casación, pues si las irregularidades
argüidas eran diferentes, en aras del principio de autonomía de los cargos lo menos
que se podía esperar del impugnante era que las diferentes censuras se ofrecieran
separadamente, indicando como es obvio a partir de cuál momento cada irregularidad
estaba llamada a invalidar el trámite, priorizando el orden en que la Corte debería
estudiarlas según el mayor alcance invalidatorio, pues la petición única de anulación
desde el acto de notificación de la resolución por medio de la cual se resolvió la
situación jurídica no es opción siquiera predicable de la primera de las hipótesis
propuestas, esto es la violación del principio de investigación integral. Además, en el
evento de no prosperar ésta y en cambio sí las otras o algunas de ellas, por el
carácter rogado de este extraordinario medio de impugnación, la Corte no podría
adivinar cuál de las diferentes nulidades estaría llamada a prevalecer o a partir de
qué momento del proceso habría que anular la actuación o cuál sería el trámite que
se debe reponer para reparar el agravio.

2. El cargo se concreta a señalar que el defensor de BURGOS DAGER "no se hizo sentir
repreguntando a los testigos de cargo", omisión que en criterio del casacionista se
traduce en una falta de defensa técnica, pues el vicio se configura no sólo por la
ausencia de un abogado, sino ante la inactividad del mismo cuando su conducta
perjudica al procesado.

Un tal planteamiento no tiene prosperidad alguna, en primer lugar, porque cuando el


ataque en casación se hace consistir en la supuesta violación del debido proceso por
falta del ejercicio de la llamada defensa técnica, es obligación del demandante poner
en claro por qué resultó afectada esta garantía y cómo a partir de allí el procesado no
gozó de las ventajas con que hubiera contado de no haberse producido la denunciada
conculcación.

3. En segundo lugar, la alegación del demandante se reduce a señalar que se


desconoció el derecho de contradicción de la prueba porque el defensor no
contrainterrogó a los testigos, olvidando que ésta es sólo una de las distintas formas
de poner en práctica la dialéctica probatoria, toda vez que con tal derecho lo que en

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

esencia se busca es la participación efectiva de los sujetos procesales en la


postulación o aducción de la prueba, en el diligenciamiento de la misma y
posteriormente en su análisis crítico, oportunidades todas ellas para ejercer el
contradictorio, cuya limitación o entorpecimiento al sentenciado o a su defensor no
alega y menos demuestra el casacionista.

4. En esta temática la jurisprudencia ha sido insistente en que no basta para su


prosperidad la mera mención de diferentes medios probatorios que en opinión del
censor debieron evacuarse, sino que su obligación debe encaminarse a indicar qué
hubiera podido demostrarse con aquellas unidades de investigación y la manera
como, enfrentadas con el fallo censurado, éste habría perdido su fundamento por la
fuerza probatoria de los medios de convicción echados de menos, dejando por este
modo en evidencia la necesidad de reponer parte del trámite para reivindicar el
debido proceso.

No empece, en el caso a estudio para el libelista fue suficiente relacionar un cúmulo


de pruebas pero sin ocuparse del compromiso que adquiría en sede de casación de
demostrar no sólo lo que se proponía acreditar con tales medios en caso de haberse
producido, sino también y especialmente, cuál habría sido su incidencia en la parte
dispositiva del fallo censurado.
...

La no práctica de determinada diligencia no constituye, per se, quebrantamiento de la


garantía fundamental que se reputa violada, como quiera que el funcionario judicial,
dentro la órbita del artículo 334 del Código de Procedimiento Penal derogado (hoy
artículo 235 de la ley 600 de 2000) y a la luz de los criterios de economía, celeridad y
racionalidad, está facultado para decretar, bien de oficio ora a petición de los sujetos
procesales, solamente la práctica de las pruebas que sean de interés para la
investigación, procurando siempre el mejor conocimiento de la verdad real. Por
consiguiente, la omisión de diligencias inconducentes, dilatorias, inútiles o superfluas,
no constituye menoscabo de los derechos a la defensa o al debido proceso.

5. El planteamiento de la nulidad por violación al debido proceso sobre el enunciado


de una supuesta ilegalidad del testimonio de la víctima María Elvira Cepeda
Coronado, por no habérsele puesto de presente la previsión del artículo 283 del
Código de Procedimiento Penal entonces vigente (hoy artículo 267 de la ley 600 de
2000), y de todas las pruebas practicadas por virtud de la orden contenida en la
resolución de octubre 4 de 1993 que no fue suscrita por el funcionario fiscal, resulta
equivocado, toda vez que si lo pretendido por el casacionista era demostrar la
estructuración de vicios en la aducción de los medios de convicción aludidos, ha
debido acudir a las directrices de la causal primera, cuerpo segundo, por cuanto la
supuesta irregularidad se identificaría como un error de derecho por falso juicio de
legalidad y no, como lo hizo el censor, por la vía de la causal tercera del artículo 220
del Código de Procedimiento Penal hoy derogado, dado que el supuesto yerro, si bien
reviste características de irregularidad en el procedimiento probatorio, se identificaría
como un vicio in iudicando, pues es evidente que la consumación del equívoco se
produce con la apreciación en la sentencia de una prueba que vulnera sus propios
ritos legales de formación.

6. La omisión de la prevención sobre la "excepción al deber de declarar" constituye


una simple inobservancia que no afecta la validez de la diligencia, pues lo
fundamental es que a ninguna persona se le puede obligar a rendir testimonio contra
sí mismo o contra sus parientes dentro del grado especificado en el artículo 283 del
Código de Procedimiento Penal derogado (hoy artículo 267 de la ley 600 de 2000), de
donde sólo si la persona que se sabe exceptuada de la obligación de testificar es
constreñida de algún modo a hacerlo, se viola la garantía y por ende la ilegalidad de
la prueba se impondría.

7. El error de hecho por falso juicio de identidad, se ha dicho reiteradamente por la


Sala, corresponde a los llamados errores de contemplación en los que se puede
incurrir al momento de fijar el contenido material de un medio probatorio, y se
configura cuando el sentenciador distorsiona su sentido objetivo ya porque lo
cercena, ora porque lo adiciona, o bien porque lo tergiversa, con la secuela de que por
tal manejo se le hace producir efectos que no se desprenden de su real contenido o,
dicho de otra forma, se le hace decir lo que aquél no dice.

En cambio, el error de hecho por falso raciocinio, surge cuando el fallador, en el


proceso de evaluación racional del mérito de la prueba, o en la construcción de las

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

inferencias lógicas de contenido probatorio, se aparta caprichosamente de las reglas


de la sana crítica, declarando por virtud de ese yerro una verdad fáctica distinta de la
que revela el proceso.

Pero en ambos casos, las exigencias técnicas excluyen la posibilidad de que a través
de la demanda se busque la revaloración de los elementos de juicio allegados a una
investigación penal, al pretender confrontar la fuerza demostrativa que de los mismos
concluyó el juzgador con la personal convicción que sobre el particular tenga el
casacionista.

Lo anterior porque como ha sido también precisado por la Sala, el objeto de la


casación es la legalidad de la sentencia de segundo grado y no la integridad del
proceso, siendo por consiguiente carga del censor la demostración de los errores de
hecho o de derecho en que incurrió el juez en la fundamentación de la sentencia, y no
la simple discrepancia del demandante con los criterios adoptados por aquél en la
apreciación racional de las pruebas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 27/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : BURGOS DAGER, RAFAEL
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 11111

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INSTRUCCION-Competencia excepcional de los jueces penales municipales/


COMPETENCIA A PREVENCION

Por fuerza de la misma normatividad procesal que regía para cuando sucedieron los
hechos materia de la sentencia impugnada, que deja sin asidero el reparo formulado
en la demanda, habrá de mantenerse la sentencia de segundo grado.

Ciertamente, se aplicó en la apertura de instrucción y la recepción de la indagatoria al


sindicado, la llamada competencia extendida a que alude la Delegada, pero no como
ésta lo asevera, en virtud del arbitrio del Juzgado Promiscuo Municipal de Alpujarra,
ejercido "ante la alternativa de actuar a nombre del Estado, aun a riesgo de ser
incompetente, y el de hacerlo para preservar las garantías del aprehendido", sino
porque ese despacho judicial estaba legalmente autorizado para adelantar la
actuación de que se ocupa el recurrente, por lo tanto, ninguna duda puede caber
sobre el cumplimiento del supuesto fáctico requerido por el artículo 27 inciso 2°
transitorio de la Carta Política que señalaba que: "…salvo para los jueces penales
municipales, cuya implantación se podrá extender por el término de 4 años contados
a partir de la expedición de esta reforma, según lo disponga el Consejo Superior de la
Judicatura y el Fiscal General de la Nación". De igual manera, el artículo 14 transitorio
del decreto 2700 de 1991, permitía a los jueces penales y promiscuos municipales
continuar investigando "los delitos de su competencia hasta cuando se implante
gradualmente lo previsto en el presente decreto".

Por oportuno al caso debe recordarse, el criterio expuesto sobre el particular por esta
Sala de Casación:
"Sería ideal que en todos los municipio del país hubiese por lo menos un fiscal
instructor; o grupos a disposición para inmediato traslado y asunción; no es ello
posible, sin embargo, dados el complejo relieve y la extensión de la geografía
nacional y la necesidad de optimar los recursos de que se dispone. Ello no quiere
decir que el Estado no deba estar presente y cumplir en todo el territorio nacional las
funciones que le son propias, entre ellas iniciar oportunamente una investigación

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

penal y recopilar pruebas, particularmente aquéllas que estén en riesgo de


desaparecer, realizando actos no reservados a quien tiene la competencia plena."

Nótese que en esas circunstancias actúo el Juez Promiscuo Municipal de Alpujarra.


quien ante la noticia de las lesiones causadas al señor (...), ordenó la apertura de
instrucción, practicó algunas declaraciones y le recibió indagatoria al denunciado (fl.
21), remitiendo la actuación a la Unidad Seccional de Fiscalía de Purificación para lo
conducente (fl. 28 ).
...

Si la competencia es un imperativo de orden público, y es el legislador el encargado


de establecerla, el funcionario indicado para abrir la investigación en el caso
examinado era exactamente el Juez Promiscuo Municipal del lugar, a prevención, tal
como lo decidió mediante resolución de abril 29 de 1993 (fl. 9), pues, como se ha
dicho, no existía Fiscalía Local en Alpujarra; por ello se explica que procediera por
necesidad y ante la imposibilidad que por entonces tenía la Fiscalía para iniciar en
dicho municipio la investigación, la que continuó después en Purificación, sin que se
objetara la actuación cumplida por el Juez Municipal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 27/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : RIVERA SEFAIR, JHON
DELITOS : Homicidio preterintencional
PROCESO : 10046

PUBLICADA : Si

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PORTE ILEGAL DE ARMAS DE DEFENSA PERSONAL/ PORTE ILEGAL DE


ARMAS DE USO PRIVATIVO DE LAS FUERZAS MILITARES/ COLISION DE
COMPETENCIA

Por disposición del artículo 18 transitorio de la Ley 600 de 2000, le corresponde a la


Corte resolver los conflictos de competencia que, como en este caso, se presenten
"entre los jueces penales de circuito especializados y un juez penal de circuito".

En efecto, como lo recuerda el Juez Especializado, la Sala en autos de septiembre


28/2001 (rad, 18711 M. P. Jorge E. Córdoba Poveda y rad. 18724 con ponencia de
quien aquí cumple igual función) sentó las bases para definir la competencia en esta
materia, con el fin de evitar conflictos que lo único que hacen es dilatar el trámite de
los procesos.

En el segundo de estos autos se hicieron las siguientes consideraciones sobre la


evolución legislativa:

"Con relación a esta clase de conductas, conviene recordar que en virtud de la


salvedad contenida en el artículo 71-4 del anterior Código de Procedimiento Penal,
incluidas las reformas introducidas por las leyes 81 de 1993 (art. 9°) y 365 de 1997
(art. 13), le correspondía a los Jueces Regionales conocer "de los delitos a los que se
refiere el decreto 2266 de 1991, con la excepción del simple porte de armas de fuego
de defensa personal"; los Jueces Penales del Circuito conocían residualmente de dicho
porte.

A la entrada en vigencia de la Ley 504 de 1999, que creó los Jueces Penales del
Circuito Especializados y fijó su competencia, correspondía a los nuevos despachos
conocer (art. 5-5), "De los delitos de fabricación y tráfico de municiones o explosivos
(D. 2266/91, art. 1°); fabricación y tráfico de armas de fuego y municiones de uso
privativo de las fuerzas armadas (D. 3664/86, art. 2°, declarado legislación

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

permanente por el D. 2266/91, art. 1°)", de modo que a partir del 1° de julio de 1999
no solamente el simple porte sino todo lo atinente a armas de fuego de defensa
personal quedó adscrito a los Jueces Penales del Circuito.

El artículo 5-5 transitorio de la Ley 600 de 2000, que entró a regir el pasado 25 de
julio, le asignó a los Jueces Penales del Circuito Especializados el conocimiento "De los
delitos de fabricación y tráfico de municiones o explosivos (C. P., art. 365); fabricación
y tráfico de armas de fuego y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas (C.
P., art. 366)".

Establecen las referidas normas sustantivas:

"Art. 365.- Fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones. El que sin
permiso de autoridad competente importe, trafique, fabrique, transporte, almacene,
distribuya, venda, suministre, repare o porte armas de fuego de defensa personal,
municiones o explosivos...

Art. 366.- Fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las
fuerzas armadas. El que sin permiso de autoridad competente importe, trafique,
fabrique, repare, almacene, conserve, adquiera, suministre o porte armas o
municiones de uso privativo de las fuerzas armadas, ..."

Se aprecia que con el mismo criterio de las normas sustantivas anteriores, la Ley 599
de 2000 conserva la descripción independiente de las conductas relacionadas con
"armas de fuego de defensa personal, municiones o explosivos" (art. 365) y de
aquéllas que tienen que ver con armas y municiones "de uso privativo de las fuerzas
armadas" (art. 366).

Atendiendo la titulación de las normas sustantivas, se colige que le corresponde a los


Circuitos Especializados conocer de la fabricación y tráfico (que incluye las demás
conductas enumeradas, cfr. auto de esta misma fecha, rad. 18.711, M. P. Jorge E.
Córdoba Poveda), de armas de uso privativo de las fuerzas armadas, de municiones
de todo tipo y de explosivos.

Por competencia residual, el simple porte de cualquier clase de arma, munición o


explosivo y todas las conductas relacionadas con las armas de fuego de defensa
personal, por no estar incluidas en el precepto que fijó la competencia de los
especializados, corresponden a los jueces comunes del Circuito Penal, conclusión que
se aviene a la gravedad del delito, que es la razón de ser de los jueces especializados,
pues no puede equipararse el simple porte a la fabricación o tráfico, actividades que
ha usurpado la delincuencia organizada, quebrantando el monopolio del Estado".

Para mayor claridad, en el primero de los autos mencionados (rad. 18711) precisó la
Corte que "de las conductas contempladas en el transcrito artículo 365, son de
competencia del juez penal del circuito especializado, la fabricación y tráfico de
municiones (de armas de defensa personal) y de explosivos, entendida en la
expresión "tráfico", la importación, el transporte, el almacenamiento, la distribución,
la venta, el suministro y la reparación. Y son de competencia del juez del circuito, el
porte de municiones (para armas de defensa personal), de explosivos y de armas de
fuego de defensa personal, así como la fabricación y el tráfico de esta última clase de
armas, entendida en la expresión "tráfico" la importación, el transporte, el
almacenamiento, la distribución, la venta, el suministro y la reparación.

De las conductas a que se refiere el artículo 366, ibidem, son de competencia del juez
penal del circuito especializado, la fabricación y el tráfico de armas de fuego de uso
privativo de las Fuerzas Militares y de municiones para las mismas, entendiendo en la
expresión "tráfico", la importación, la reparación, el almacenamiento, la conservación,
la adquisición y el suministro. Y son de competencia del juez del circuito, el porte de
armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas y de municiones para las mismas."

No hay duda entonces, que es el Juzgado 3° Penal del Circuito de Santa Marta el
competente para conocer del proceso que se sigue contra (...) por el delito de porte
ilegal de armas de fuego de defensa personal, y allí será enviado de inmediato el
expediente, remitiendo copia de esta providencia al Juzgado 2° Penal del Circuito
Especializado de esa ciudad, para su información.

No sin antes expedir copias para que se investigue la ostensible mora del juzgado que
provocó la colisión en el trámite del proceso, pues han transcurrido 46 meses de la

196
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

fase del juicio, en los cuales la única actividad ha sido el señalamiento de fecha para
la audiencia pública, sin que la radicación en libros (No. 472, folio 166 del tomo II)
denote mucha congestión, número que debe corresponder al consecutivo histórico de
ese despacho.

Igualmente desconcierta la actitud de dicho funcionario que, olvidando la


competencia conferida a su despacho por la Ley 600 de 2000, para conocer "De los
delitos cuyo juzgamiento no esté atribuido a otra autoridad" (art. 77-b), provocó este
conflicto sin advertir que en el artículo 5-5 transitorio, ibidem, no se mencionan las
armas de defensa personal ni la conducta portar; por lo que se espera que hacia el
futuro tenga más cuidado en sus determinaciones y desarrolle una actividad acorde
con el principio de pronta y cumplida justicia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 27/11/2001
DECISION : Declara competencia del juzgado 3 P.C. de Sta.
Marta,
expide copias para inv. disciplinaria
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P. C. E.
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : JIMENEZ PEREZ, ALFREDO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal
PROCESO : 18937

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CONSULTA/ APELACION/ REFORMATIO IN PEJUS/ SUSPENSION DE LA


PATRIA POTESTAD-Condiciones para su imposición

1. La no exclusión de la consulta como mecanismo de revisión de ciertas providencias


cuando contra éstas se interpone recurso de apelación, constituye un tema que la
Sala ha examinado en repetidas oportunidades para concluir invariablemente, si bien
no de manera unánime, que si la ley prevé el grado jurisdiccional respecto de alguna
decisión que igualmente es recurrida por el condenado, el Ad quem puede resolver
sin ninguna limitación tanto sobre lo que fue objeto de impugnación como sobre lo
que no fue discutido por el apelante.

En este sentido, ha dicho la Sala:

"Frente a la interpretación exegética del artículo 206 del Código de Procedimiento


Penal, modificado por el artículo 29 de la ley 81 de 1993, que acomoda la conclusión
de que la interposición de algún recurso contra la providencia consultable deja sin
lugar su examen oficioso por el superior, la Corte en providencia del 21 de octubre de
1998, radicación 13.419, M. P. Fernando Arboleda Ripoll, indicó:

"La expresión "son consultables cuando contra ellas no se hubiere interpuesto recurso
de apelación", utilizada en normatividades anteriores (ley 17 de 1975, art. 1° y
Decreto 050 de 1987, art. 210), e incorporada hoy con algunas variantes en el texto
del artículo 29 de la ley 81 de 1993, tenía entonces razón de ser porque el recurso de
apelación otorgaba competencia al ad quem para conocer sin limitaciones de la
providencia impugnada (ley 17 de 1975, art. 3° y Decreto 050 de 1987, art. 538),
tornando por contera innecesaria la consulta, e imprimiéndole a ésta un verdadero
carácter subsidiario.

Frente a la normatividad actual, en que el recurso de apelación otorga competencia al


superior para decidir únicamente sobre los aspectos impugnados, una consideración
de esta índole pierde vigencia, no siendo posible postular que la consulta es
subsidiaria de la apelación.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La supletoriedad del instituto de la consulta ha de ser entendida en relación con los


aspectos que no han sido objeto de apelación y sin que la interposición del recurso
comprometa la potestad del ad quem, derivada de la ley, de poder reformar sin
limitación alguna la decisión consultada, aún en los aspectos impugnados y en
perjuicio del procesado."

Considerar que la Constitución estableció un esquema político individualista y estimar


que la consulta debe examinarse dando prevalencia al beneficio personal, es
desconocer que se basa en el interés general y la primacía de éste es uno de los
principios fundantes del Estado social de derecho colombiano, según su artículo
primero. La interpretación del articulado que consagra este instituto debe efectuarse
de acuerdo con ese criterio y hacer operante la preponderancia de lo social.

A pesar de que la consulta y la apelación son mecanismos que permiten la aplicación


del precepto constitucional que consagra la doble instancia, tienen contenidos y
efectos distintos, que permiten su diferenciación, sin que la segunda pueda interferir
sobre el grado jurisdiccional dispuesto por mandato de la ley y previsto en la propia
Constitución (art. 31).

Es así como en la consulta, en virtud de la normatividad vigente, el juez conoce de


todos los aspectos tratados en la providencia revisada y puede modificarla o revocarla
en perjuicio del procesado. Interpretación que guarda armonía con la totalidad de lo
dispuesto por el artículo 31 de la Carta, que consagra dicha diferencia y únicamente a
la apelación le impone la restricción de la reformatio in pejus, pero no a la consulta."
(Sentencia del 26 de julio de 2000, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, radicado 12.664).

2. Carece de todo fundamento la imposición de la pena accesoria de suspensión de la


patria potestad a una persona de quien el fallador ignora incluso si la está ejerciendo.

Sabido es además que para que esta sanción se le pueda deducir al condenado, debe
existir un nexo causal entre los hechos constitutivos del delito y la incapacidad de
aquél para asumir la formación integral de sus hijos, de manera que el juez
obligadamente debe examinar su viabilidad teniendo en cuenta la naturaleza de la
conducta punible, el grado de culpabilidad, las circunstancias de atenuación y
agravación concurrentes y la personalidad del sentenciado, nada de lo cual se hizo en
el fallo. Por esta razón, se declarará la nulidad parcial de la sentencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 28/11/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y oficios. revocando
pena acc. de
susp. patria potestad
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MILLAN ROMERO, JOSE RUFINO
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 13812

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Salvamento Parcial de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS -

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION-Principio de rogación y limitación/ DEMANDA DE CASACION-


Técnica/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación/
ENRIQUECIMIENTO ILICITO DE PARTICULAR/ TESTAFERRATO/
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Modalidades-Técnica

1. Como se desprende de la propia Constitución Política, la casación es una etapa


extraordinaria de los procesos judiciales, encargada de mantener o de recuperar la
estricta legalidad de las decisiones emanadas del Poder Judicial. No es, entonces, una
instancia adicional a las dos que la misma Carta y la ley han establecido para el
normal decurso del proceso penal. Fundamentalmente, por esta razón la Corte se ciñe
a las peticiones que hace el actor y, desde luego, a las exigencias que emanan del
estatuto procesal, especialmente -para este asunto- del artículo 225 del Código de
Procedimiento Penal de 1991. Es lo que se conoce, simultáneamente, con los nombres
de principio de rogación y principio de limitación. Por el primero, el demandante debe
solicitar y desarrollar exactamente aquello que quiere, circunscrito, con plena
precisión y nitidez, a los requerimientos de la norma citada; y por el segundo, la Corte
debe realizar su estudio solamente con base en aquello que impetra el proponente,
salvo, claro está, aquellas hipótesis en que puede y debe actuar oficiosamente con
fundamento en el artículo 228 de la ley procesal, es decir, cuando se encuentra frente
a abruptos motivos de nulidad y/o a ostensible desconocimiento de los derechos
fundamentales.

2. Como directriz general, la Sala ha resaltado algunas exigencias para la casación.


Así, por ejemplo, en decisión del 10 de marzo de 1994 (M. P. Ricardo Calvete Rangel),
señaló:

"a) Procede por causales taxativamente señaladas en la ley."

"b) Cada causal debe estar debidamente sustentada, con indicación clara de los
fundamentos y de las normas que se estimen infringidas, acompañada de una
petición concordante con la misma".

"c) Dentro de ellas se podrán exponer varios cargos los que deberán ser presentados
en capítulos separados e ir acompañados de su propio sustento con capacidad propia
para anular el fallo de instancia, por lo que no resulta válido remitirse a argumentos
alegados en cargos anteriores, y"

"d) Si se formulan cargos excluyentes, deberán presentarse en forma separada y de


manera subsidiaria".

Como el libelo examinado no satisface esas exigencias formales, la Sala procederá a


inadmitirlo, toda vez que según ordena el numeral tercero del artículo 225 del
estatuto procesal de 1991, la demanda debe contener "La causal que se aduzca para
pedir la revocación del fallo, indicando en forma clara y precisa los fundamentos de
ella y citando las normas que el recurrente estime infringidas".

3. La demandante formula un primer cargo con base en la causal tercera del artículo
220 del Código de Procedimiento Penal -nulidad-, por cuanto -dice- se condenó a su
defendido por el delito de "enriquecimiento ilícito de particular", que no está tipificado
en la legislación penal, porque el existente es el de "incremento patrimonial no
justificado de servidor público", luego se incurrió en "un vicio de nulidad por error en
la denominación jurídica".

La censura así propuesta (hoja 34 de la demanda) es equivocada porque si el cargo


radica -como también dice- en "error en la denominación jurídica", la causal utilizable
es ciertamente la tercera, pero desarrollada conforme con los lineamientos de la
causal primera. Por ello la Corte ha dicho, por ejemplo en casación del 5 de noviembre
de 1997 (M. P. Fernando Arboleda Ripoll):

"El error en la denominación jurídica del hecho...constituye un atentado al debido


proceso. Por esta razón, cuando el ataque en esta sede involucra la denominación
genérica del delito, lo indicado es plantear el cargo al amparo de la causal tercera,
con el fin de que la actuación pueda retrotraerse al momento de la calificación, o de la
clausura del sumario, según el caso, dependiendo de si el funcionario que formuló la
acusación es o no competente para reponerla, y se proceda a un nuevo
enjuiciamiento a partir de la tipicidad correcta".

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"En un tal supuesto, sin embargo, el desarrollo del cargo debe hacerse conforme a las
directrices de orden técnico propias de la causal primera, con señalamiento de los
desaciertos de carácter jurídico o de apreciación probatoria que determinaron la
indebida calificación de la conducta, pues el error, aún cuando con repercusiones en
la validez del proceso y por ende susceptible de ser alegado por la vía de la causal
tercera, sigue siendo de naturaleza in iudicando. Es uno de los pocos casos en los
cuales, a pesar de tratarse de un error de juicio, el ataque no puede formularse al
amparo de la causal primera, como sería lo indicado, sino de la tercera, precisamente
porque la Corte no podría entrar a dictar fallo de sustitución".

En decisión del 29 de julio de 1999 (M. P. Jorge E. Córdoba Poveda), la Sala precisó
más el tema. Dijo:

"Cuando el juez se equivoca en la calificación jurídica de la conducta, se está en


presencia de un error in iudicando, que por trascender la validez de la actuación
debe, por excepción, aducirse y corregirse con fundamento en la causal tercera, pues
si se subsanara con base en la primera, dictando fallo de sustitución, se generaría un
nuevo desacierto, al no quedar la sentencia en consonancia con los cargos
formulados en la resolución de acusación. Pero, de todas maneras, el yerro debe
demostrarse conforme a la técnica de la primera, por lo cual se debe precisar la forma
de violación de la ley sustancial, si directa o indirecta, y en este último caso, la
naturaleza del error cometido, si de hecho o de derecho, y el falso juicio que lo
determinó, así como su incidencia en la validez del proceso".

4. Afirmar, como soporte de la censura, que el delito de "enriquecimiento ilícito de


particular" no existe en la legislación penal, cuando, como se sabe, mediante el
artículo 10°. del Decreto 2.266 de 1991, expedido por el Ejecutivo al amparo del
artículo 8°. transitorio de la Constitución Nacional, se adoptó como legislación
permanente el artículo 1°. del Decreto Legislativo 1.895 de 1989, que dispone que "El
que de manera directa o por interpuesta persona obtenga para sí o para otro
incremento patrimonial no justificado, derivado, en una u otra forma, de actividades
delictivas, incurrirá, por ese solo hecho, en prisión de cinco (5) a diez (10) años y
multa equivalente al valor del incremento ilícito logrado".

En procura de su tesis, al error anterior agrega otro: decir que el delito de testaferrato
no fue declarado como legislación permanente y que fue "subsumido…conforme a las
reglas y técnicas de le "teoría de la legislación"…en el artículo 10° del decreto 2266,
que adopta como legislación permanente el artículo 1°. del decreto 1895 de 1989,
que consagra el delito de "incremento patrimonial no justificado" (hojas 60 y 61 de la
demanda), cuando lo cierto es que el mismo se encontraba tipificado en el artículo 6°.
del Decreto Legislativo 1.856 de 1989, norma que fue adoptada como definitiva por el
artículo 7°. del Decreto 2.266 de 1991. No es cierto, entonces, que "al suprimirse el
testaferrato…que no fue adoptado…como legislación especial permanente …"(hojas
61 y 62).

5. La defensora acude a "la causal 1ª, en la modalidad del inciso segundo, por ser la
sentencia violatoria de una norma de derecho sustancial, por error en la apreciación
de las pruebas que demuestran que tampoco existió el hecho de incremento
patrimonial no justificado y consiguientemente el delito imputado" (folio 34 de la
demanda).

En este supuesto, le corresponde al actor, a más de determinar el o los medios


probatorios materia del yerro judicial -labor que no desplegó-, especificar si la
violación indirecta ha obedecido a: 1. Error de hecho, y en tal caso por falso juicio de
existencia en cuanto no se valoró una prueba existente, o se supuso una que no
obraba en el expediente; o por falso juicio de identidad porque se distorsionó el
alcance del medio de convicción y se le suministró un contenido diverso del real; o
por falso raciocinio si han sido vulnerados los postulados de la sana crítica, debiendo
especificar cuáles reglas de la lógica, máximas de la experiencia o postulados de la
ciencia fueron desconocidos; o, 2°). Error de derecho, evento en el cual le competía
concretar si este dependió de un falso juicio de legalidad, si el fallo se soportó en una
prueba que se allegó sin cumplir las formalidades exigidas por la ley, o en un falso
juicio de convicción, que radica en que al momento de hacer el juicio se le suministra
un valor que no tiene o se le desconoce el que la ley le otorga. Esto tampoco ocupó la
atención de la defensa.

Dígase finalmente que del análisis de los cien folios de la demanda se desprende algo
incontrovertible: la casacionista se limitó a desplegar un esfuerzo valorativo propio,

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

particular, sobre el haz probatorio, y a plasmar sus conocimientos jurídicos, pero


alejada de las decisiones judiciales. Es decir, no confrontó sus demostraciones con el
pensamiento judicial para concluir que este, de manera grande, ostensible, fácilmente
perceptible, habría incurrido en errores que condujeran a proferir sentencia extraña a
la prueba y a la hermenéutica jurídica. Y, como también se sabe, en sede de casación
no es admisible formular criterios singulares para que, comparados con los de los
jueces, la Corte escoja uno u otro. Prima, como igualmente es conocido, el
razonamiento de los funcionarios, que llega a casación precedido de la presunción de
acierto y legalidad, presunción que debe desmoronar el casacionista, no con su
exclusiva manera de ver las cosas, sino comprobando errores protuberantes.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 28/11/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : VILLARREAL RAMOS, TIBERIO
DELITOS : Enriquecimiento ilícito de particular
PROCESO : 16231

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PRUEBA-Razón por la cual se inadmiten

1. Si bien la prueba tiene relación con los hechos materia del proceso, como lo
observa el apelante, en la medida en que se propone determinar que los beneficiados
con el mandamiento de pago tachado de falso tenían derecho no sólo a una pensión
sino al reajuste, y en tal virtud no habría sido necesario falsificar documentos,
tampoco puede ignorarse el contenido completo del artículo 235 del Código de
Procedimiento Penal, según el cual el funcionario judicial inadmitirá las pruebas no
sólo cuando sean impertinentes (falta de relación con los hechos investigados), sino
de igual manera cuando se ofrezcan ilegales o "manifiestamente superfluas". En
igual sentido proveía el artículo 250 del Código de Procedimiento Penal, a cuyo
amparo fue emitida la decisión que se revisa.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto segunda Instancia


FECHA : 29/11/2001
DECISION : Confirma auto que ordena y niega unas pruebas
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : CUELLO ROJAS, LUIS EDUARDO
DELITOS : Estafa, Falsedad ideológica en documento
público
PROCESO : 18326

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EXTRADICION POSITIVA-Brasil/ EXTRADICION POSITIVA-Doble


incriminación: Concierto para delinquir

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. Como lo ha precisado el Ministerio de Relaciones Exteriores, la solicitud de


extradición que se ha hecho se debe regir por las cláusulas del Tratado de Extradición
suscrito entre las Repúblicas de Colombia y Brasil el 28 de diciembre de 1938 y
aprobado mediante Ley 85 de 1939.

En las cláusulas del Convenio se prevén, entre otras, las siguientes condiciones:

"Artículo I. Las Altas Partes Contratantes se obligan en las condiciones establecidas


por el presente tratado, y de acuerdo con las formalidades vigentes en casa uno de
los dos países, a la entrega recíproca de los individuos que, habiendo sido procesados
o condenados por las autoridades judiciales de una de ellas, se encontraren en el
territorio de la otra".

"Cuando el individuo fuere nacional del Estado requerido, este no estará obligado a
entregarlo".

"Artículo II. Autorizan la extradición las infracciones que las leyes del Estado
requirente castiguen con penas de un año o más de prisión, comprendidas no
solamente la ejecución o la cooperación en la ejecución del delito, sino también la
tentativa y la complicidad".

"Artículo III. No se concederá la extradición:

"a) Cuando el estado requerido fuere competente, según sus leyes, para juzgar el
delito".

"b) Cuando por el mismo hecho, el delincuente haya sido ya, o esté siendo juzgado en
el estado requerido".

"c) Cuando la acción o la pena hubieren prescrito ya, según las leyes del Estado
requirente o requerido".

"d) Cuando la persona reclamada tuviere que comparecer, en el estado requirente,


ante tribunal o juzgado de excepción".

"e) Cuando el delito fuere puramente militar o político, o de naturaleza religiosa, o


dijere relación a manifestaciones del pensamiento en esos asuntos".

(...)

"Artículo V. La solicitud de extradición debe formularse por el respectivo


representante diplomático, y a falta de éste por los Agentes Consulares de carrera, o
directamente de Gobierno a gobierno; y dicha solicitud se documentará del siguiente
modo":

"a) Cuando se trate de simples acusados: copia o traslado auténtico del mandamiento
de prisión o de auto procesal criminal equivalente, emanado de juez competente;

"b) Cuando se trate de condenados: copia o traslado auténtico de la sentencia


condenatoria".

"Estas piezas deberán contener la indicación precisa del hecho incriminado, el lugar y
la fecha en que se cometió el mismo, e ir acompañada de copia de los textos de las
leyes aplicables al caso y de los referentes a la prescripción de la acción o de la pena,
como también de los datos o antecedentes necesarios para comprobar la identidad
del individuo reclamado".

"Parágrafo I. Las piezas justificativas de la petición de extradición se acompañarán,


cuando fuere posible, de su traducción a la lengua del Estado requerido".

"Parágrafo 2. La presentación de la solicitud de extradición por vía diplomática


constituirá prueba suficiente de la autenticidad de los documentos presentados en
apoyo de aquella, los cuales se tendrán, por tal modo, como legalizados".
Como lo señala la señora Procuradora Delegada, estas condiciones en lo fundamental
tienen que ver con la validez formal de la documentación presentada, la demostración
plena de la identidad del solicitado, la concurrencia de la doble incriminación y con la
equivalencia de la providencia proferida en el país requirente.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. Si bien en el Convenio bilateral de 1938 no se consagra una norma que


expresamente defina y exija la tipificación de la conducta delictiva en los
ordenamientos penales de los dos países partes, tal requisito, que es principio general
de la extradición -y que se desprende de la Convención de Viena firmada en 1988
contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, especialmente
de sus artículos 3º. y 6º- sí lo contempla el Código de Procedimiento Penal viegente
de nuestro país (artículo 511 de la Ley 600 de 2000) y, por lo tanto, la Corte verificará
su cumplimiento en el caso que se analiza, por ser estas normas supletorias de los
tratados internacionales. Cabe resaltar que de conformidad con lo previsto en el
artículo 2º. del Tratado, es suficiente que la conducta delictiva por la cual la persona
es solicitada esté sancionada con pena de prisión igual o superior a un año.

Evidentemente el principio de la doble incriminación se cumple en el presente evento,


toda vez que los comportamientos por los que la señora (...) ha sido condenada por la
justicia del Brasil "versan- como lo indica la juez de conocimiento- sobre su
pertenencia a una organización estructurada para el tráfico ilícito de estupefacientes,
que comprobadamente opera en el Estado de Río de Janeiro, en especial en la ciudad
de Duque de Caxias, por lo menos desde el año de 1996, con diversos "socios" que
conjugan esfuerzos y dividen tareas escalonadas jerárquicamente, cuyo comando y
liderazgo, como se sabe, es ejercido por Luis Fernando Da Costa, "alias" Fernandinho
Beira - Mar")", todo ello en violación del artículo 14 de la ley No. 6.368 de 1976.

2. Si bien en el Convenio bilateral de 1938 no se consagra una norma que


expresamente defina y exija la tipificación de la conducta delictiva en los
ordenamientos penales de los dos países partes, tal requisito, que es principio general
de la extradición -y que se desprende de la Convención de Viena firmada en 1988
contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, especialmente
de sus artículos 3º. y 6º- sí lo contempla el Código de Procedimiento Penal viegente
de nuestro país (artículo 511 de la Ley 600 de 2000) y, por lo tanto, la Corte verificará
su cumplimiento en el caso que se analiza, por ser estas normas supletorias de los
tratados internacionales. Cabe resaltar que de conformidad con lo previsto en el
artículo 2º. del Tratado, es suficiente que la conducta delictiva por la cual la persona
es solicitada esté sancionada con pena de prisión igual o superior a un año.

Evidentemente el principio de la doble incriminación se cumple en el presente evento,


toda vez que los comportamientos por los que la señora Elizete Da Silva Lira ha sido
condenada por la justicia del Brasil "versan- como lo indica la juez de conocimiento-
sobre su pertenencia a una organización estructurada para el tráfico ilícito de
estupefacientes, que comprobadamente opera en el Estado de Río de Janeiro, en
especial en la ciudad de Duque de Caxias, por lo menos desde el año de 1996, con
diversos "socios" que conjugan esfuerzos y dividen tareas escalonadas
jerárquicamente, cuyo comando y liderazgo, como se sabe, es ejercido por Luis
Fernando Da Costa, "alias" Fernandinho Beira - Mar")", todo ello en violación del
artículo 14 de la ley No. 6.368 de 1976.

Esta normatividad dispone:

"Artículo 14. Asociarse dos (2) o más personas con la finalidad de practicar,
reiteradamente o no, cualquier de los crímenes previstos en los artículos 12 o 13 de
esta ley":

"Pena. Reclusión, de tres (3) a quince (15) años y pago de cincuenta (50) a trescientos
sesenta días de multa."

"Artículo 12. Importar o exportar, remitir, preparar, producir, fabricar, adquirir, vender,
exponer a la venta u ofrecer, proporcionar, aunque sea gratuitamente, tener en
depósito, transportar, llevar consigo, guardar, prescribir, administrar o entregar para
consumo, en cualquier forma, substancia estupefaciente o que determine
dependencia física o psíquica, sin autorización o en desacuerdo con determinación
legal o reglamentaria":

"Pena. Reclusión, de tres (3) a quince (15) años (…)".

"Artículo 13. Fabricar, adquirir, vender, proporcionar, aunque sea gratuitamente,


poseer o guardar máquina, aparato, instrumento o cualquier objeto destinado a la
fabricación, preparación, producción o transformación de substancia estupefaciente o
que determine dependencia física o psíquica, sin autorización o en desacuerdo con
determinación legal o reglamentaria:

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"Pena. Reclusión, de tres (3) a quince (15) años (…)" .

El comportamiento delictivo por el cual fue condenada la requerida hace relación al


delito de concierto para delinquir, que define la legislación colombiana en el artículo
340-1 del Código Penal actual (Ley 599 de 2000) con estas palabras: "Cuando varias
personas se concierten con el fin de cometer delitos, cada una de ellas será penada,
por esa sola conducta, con prisión de tres (3) a seis (6) años".

A más de ello, si el comportamiento es realizado para cometer delitos de narcotráfico,


entre otros, la pena varía, pues oscila entre seis (6) y doce (12) años de prisión y dos
mil y veinte mil salarios mínimos legales mensuales vigentes a título de multa,
conforme con el artículo 340-2 del mismo estatuto.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Concepto Extradición
FECHA : 29/11/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente la extradición de una
ciudadana brasileña
PAIS REQUIRENTE : Brasil
REQUERIDO : DA SILVA LIRA, ELIZETE
DELITOS : Concierto para delinquir-narcotráfico
PROCESO : 18399

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RESOLUCION DE ACUSACION-Marco jurídico-fáctico de la actuación del


fallador/ CONSONANCIA/ PRUEBA-Libertad probatoria/ PRIVACION ILEGAL
DE LA LIBERTAD/ PREVARICATO POR OMISION/ CAUSAL DE
JUSTIFICACION-Orden de superior/ JUSTICIA PENAL MILITAR

1. La ilicitud aparece establecida por el artículo 273 del código penal de 1980, según
el cual el empleado oficial que prolongue ilícitamente la privación de libertad de una
persona, incurrirá en arresto de seis (6) meses a dos (2) años y pérdida del empleo.

Por favorabilidad, en tanto que esta disposición, vigente al momento de la comisión


de los hechos, contempla una sanción menor, se prefiere al artículo 175 de la ley 599
de 2000, que en términos similares define la conducta con la sola precisión respecto
de la calidad del sujeto agente pues cambia la expresión "empleado oficial" por
"servidor público".

Pues bien, la acusación dedujo la comisión de dos conductas punibles en relación con
la ilícita prolongación de la privación de libertad de los soldados, y en
correspondencia fue condenada la procesada por el Tribunal.

Pese a que otros punibles se insinúan -así, por ejemplo, en el caso de los soldados
OSORIO MONTOYA y ROJAS BARIOS únicamente consideró la realización de un solo
delito, cuando la vulneración del derecho a la libertad se predica de dos personas-, e
independientemente de que se comparta o no la postura del organismo acusador de
segunda instancia en relación con la unidad de acción que advierte se presenta entre
la conducta lesiva de la libertad individual y el acto con el cual se pretendió encubrir,
asignándole a la providencia fecha distinta a la de su real expedición, la Sala
analizará la situación de la procesada teniendo como punto de partida la resolución
de acusación, pues a través de ella se delimitaron los cargos que se le atribuyen, no
siendo posible que el fallador pueda exceder ese estricto marco, so pena de incurrir
en nulidad por violación del derecho de defensa al desconocer la necesaria
congruencia e identidad que debe existir entre el pliego de cargos y la sentencia,
aparte de que como se dijo, la competencia de la Corte se limita a revisar los aspectos
impugnados.

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

2. Que las providencias no han sido tachadas de falsas, y que están amparadas por la
doble presunción de legalidad y acierto, es otra de las razones que esgrime la
defensa.

El hecho de que no hayan sido revocadas o cobijadas por declaratoria de nulidad


dentro del mismo proceso, no indica de manera alguna que, contra toda evidencia,
tenga que sostenerse que fueron adoptadas en la misma fecha de su expedición, si lo
que verdaderamente importa, para los efectos de esta sentencia, es que mediante el
análisis crítico y razonado del material probatorio recaudado el fallador llega a la
conclusión que la privación de la libertad de los soldados se prolongó más allá de lo
permitido, y que para ocultar la grave omisión la juez colocó a las providencias una
fecha anterior, conducta que per se evidencia la realización del hecho y la conciencia
de antijuridicidad de la conducta.

Insinuar, por lo demás, que dichas decisiones únicamente pueden ser desvirtuadas a
través de otro medio de prueba documental, es desconocer que en materia procesal
penal, y particularmente en punto de demostración de los hechos y la
responsabilidad, rige por regla general el principio de libertad probatoria (artículo 237
del actual código de procedimiento penal), y que la apreciación de los medios debe
someterse a las reglas de la sana crítica (artículo 238 ejusdem), como bien lo señaló
el Tribunal al responder las inquietudes de la defensa.

3. Aparte de que no se comprende la razón por la cual el defensor propugna por la


estructuración de una conducta sancionada con una pena mayor para el caso
concreto, para lo cual no tendría interés, hay que señalar que el delito de detención
ilegal en la hipótesis del artículo 273 del derogado código penal (175 de la nueva
codificación) supone el abuso del poder funcional que se traduce en una indebida
prolongación de la PRIVACION DE LIBERTAD, más allá del término permitido por la ley.

Nuestro sistema penal, en desarrollo de la concepción filosófica plasmada en la


constitución política, reconoce especial preponderancia al derecho inalienable que
tiene la persona humana a su libertad. En ese sentido, aparte de configurar una serie
de garantías en orden a su protección (reserva judicial, habeas corpus, entre otras),
sanciona, con recurso a las penas, a quienes la afectan en su reconocimiento como
bien jurídico.

Tan importante es este derecho del hombre, que se constituye en expresión de su


esencia. De allí que los miembros del colectivo social esperen y demanden del Estado
la efectividad de su uso y disfrute, sin más límites que los establecidos en la propia
constitución y la ley.

Sobre estos supuestos es que la ley regula de manera concreta los casos en que
procede su limitación; de allí que en detalle señale los requisitos, describa las
formalidades y fije los términos, dentro de los cuales la autoridad pública puede
privar de la libertad a quien es señalado como infractor de la ley penal, con lo cual
toda actuación que no esté sujeta a ese estricto marco constituye abuso, cuya
sanción de manera concreta aparece prevista en el capítulo 4º de los delitos contra la
"libertad individual y otras garantías", bajo la denominación genérica "De la detención
arbitraria". Precisamente, por estar referido como afectación a ese inalienable
derecho del hombre, que es la libertad, la conducta aparece recogida especialmente
en la hipótesis del artículo 175 del código penal, y no como un simple retardo en la
adopción de un acto propio de las funciones del servidor público, según cree la
defensa.

En efecto, si bien la Juez (...) retardó la resolución de la situación jurídica de personas


privadas de la libertad, todo aquí confluye a la realización de una sola acción típica,
donde el retardo u omisión en proferir un acto propio de sus funciones, a partir del
cual quiere ver el defensor la realización de un atentado contra la administración
pública, apenas constituye un paso necesario en la afectación de la libertad personal.

En esa medida, el delito de prevaricato por omisión, como conducta medio, no resulta
jurídicamente evitable, pues la prolongación de privación de la libertad de la persona
implica necesariamente que el servidor público omita, rehuse, retarde o deniegue un
acto propio de sus funciones. Lo anterior equivale a entender que ese punible se
constituye en medio o instrumento imprescindible para la consecución del fin
propuesto de prolongar más allá de lo debido la libertad de la persona.

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En el subjudice, esa dilatación de privación de la libertad a que fueron sometidos los


soldados afectados no habría sido posible sin retardar la definición de la situación
jurídica, y en tal sentido no es posible sostener válidamente que la conducta de la
funcionaria se encuentre recogida en aquél tipo penal, o que sea posible la existencia
del concurso, pues se trata de una única realización típica, la prevista en el artículo
173 del actual código penal (273 anterior), que corresponde a la finalidad propuesta
por la funcionaria acusada y donde queda comprendida la afectación al bien funcional
de la administración pública.

En ese sentido, la Corte de tiempo atrás juzgó que "lo que marca definitivamente la
diferenciación de los delitos a estudio, es que como la privación o prolongación de la
pérdida de la libertad de la persona se produce por acto abusivo de la potestad legal
del empleado oficial, prima, para efectos punitivos, el atentado contra el bien jurídico
de la libertad individual. O en otras palabras, cuando este interés es al propio tiempo,
vulnerado con otros, por ser jurídicamente preferente, impone la respectiva
adecuación típica". (Cfr. auto de 23 de abril de 1987. Magistrado ponente Gustavo
Gómez Velásquez).

Al mantener privados de la libertad a los soldados por un tiempo superior al permitido


por la ley, incurrió, entonces, en la hipótesis delictiva prevista que se enuncia, pues el
hecho corresponde a la definición en ella establecida, con exclusión de otras que por
su generalidad se descartan, como podría ser, por ejemplo, el mismo abuso de
autoridad por acto arbitrario o injusto, que aparte de vulnerar un bien jurídico distinto,
únicamente resulta aplicable "fuera de los casos especialmente previstos como
conductas punibles".

Cabe anotar, por lo demás, que la ilegalidad en este caso no esta referida a la
tardanza en proferir las decisiones, sino en prolongar ilícitamente, esto es por fuera
del término establecido en la ley, artículos 620 y 694-2 del derogado código penal
militar, la restricción de la libertad originalmente legítima de los soldados.

4. El T.C. (...), Comandante del batallón en ese entonces, afirma no recordar el


episodio, aunque si sucedió fue porque estableció que el soldado había salido de
permiso, y como no conoce mucho de leyes invocó ante la juez, a manera de
consulta, la suspensión del proceso (fl. 107 y ss, c.o. 3).

Independientemente de que la anterior afirmación corresponda o no a la realidad, el


comportamiento omisivo de la funcionaria acusada no encuentra justificación alguna,
pues para ello se requiere que hubiera obrado en cumplimiento de orden legítima de
autoridad competente emitida con las formalidades legales (artículos 29-2 del código
penal de 1980, y 32-4 de la ley 599 de 2000).

En este punto hay necesidad de diferenciar entre la orden que emite un comandante
de batallón al personal militar que se encuentra bajo su mando, con las
determinaciones que como juez de primera instancia profiera dentro de un proceso
penal militar, que corresponde a una actuación perfectamente reglada, dentro de la
cual las decisiones relativas al archivo del expediente tienen que estar sujetas al
trámite establecido y obedecer a causales taxativamente señaladas en el código de la
materia.

En ese sentido, si la juez acusada actuaba únicamente por comisión dentro de un


proceso penal, no puede sostenerse válidamente que la orden provino de un superior
jerárquico, pues como bien lo analizó la delegada del Ministerio público en esta
instancia, el Comandante de batallón, como juez de primera instancia, no era el
superior funcional de la juez, que sí el Tribunal superior militar, de quien puede
esperarse que, al desatar la apelación o la consulta de una providencia, profiera
determinaciones que deba cumplir el inferior jerárquico, desde luego con plena
observancia del rito procesal establecido para cada caso.

Por lo demás, la supuesta orden no podría considerarse legítima, ya que para tomar
la decisión que se cuestiona, la juez, aparte que no podía ser comisionada para el
efecto, debía observar el procedimiento y los ritos previstos en el código penal
militar, y basar su determinación en cualquiera de las causales previstas en el
artículo 316 del decreto 2550 de 1988 entonces vigente, con apoyo en prueba
legalmente recaudada dentro de la instancia.

Entonces, contrario a lo que pudiera sostenerse, la procesada no puede esperar ser


exonerada de responsabilidad por el hecho de haber acatado la "orden" del

206
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Comandante del batallón, pues como persona versada en derecho sabía que una vez
iniciada la investigación, su adelantamiento se tornaba obligatorio hasta cuando,
mediante providencia, emitida con las formalidades de ley y con fundamento en el
material probatorio recaudado, se dispusiera lo pertinente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 29/11/2001
DECISION : Confirma sentencia condenatoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : PADILLA LOPEZ, MARTHA LUCIA
DELITOS : Prolongación ilicita de la priv. de libertad
PROCESO : 15467

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EXTRADICION POSITIVA-Italia/ EXTRADICION POSITIVA-Doble


incriminación/ NARCOTRAFICO

1. Como lo ha precisado el Ministerio de Relaciones Exteriores, al no existir convenio


ni tratado alguno que regule lo pertinente a la extradición entre el Gobierno de Italia y
el de Colombia, la solicitud que en tal sentido se ha hecho se rige por el Código de
Procedimiento Penal colombiano, y por esta razón le corresponde a la Sala conceptuar
sobre los requisitos que para estos eventos impone dicho Estatuto en el artículo 520,
es decir, la validez formal de la documentación presentada, la demostración plena de
la identidad del solicitado, la concurrencia de la doble incriminación, la equivalencia
de la providencia proferida en el extranjero.

2. Dispone el numeral 1º. del artículo 511 del Código de Procedimiento Penal que
"para que pueda ofrecerse o concederse la extradición, se requiere: 1. Que el hecho
que la motiva también esté previsto como delito en Colombia y reprimido con una
sanción privativa de la libertad cuyo mínimo no sea inferior a cuatro (4) años".

Los cargos que la justicia Italiana le formula al señor Nedd Brian en la sentencia del
25 de julio de 1996 son:

"Nedd Brian, (...) deben responder, en concurso entre ellos, del delito indicado en el
apartado 13 (se refiere al delito previsto y penado por los artículos 110 y 81 del
Código Penal, y 71 párrafo 1º. de la ley 685 de 1975) por haber importado de
Colombia a Italia óvulos, ingeridos por los "camellos", que contenían gran cantidad de
cocaína, de seiscientos a novecientos gramos cada vez, desde 1988 hasta 1990 ..".

El invocado párrafo 1º. del artículo 71 de la ley 685 de 1975, dispone:

"Quien, sin la autorización, produce, fabrica, extrae, ofrece, pone en venta, distribuye,
adquiere, cede o recibe a cualquier título, procura a otros, transporta, importa,
exporta, pasa en trámite o ilícitamente detiene, fuera de las hipótesis previstas por
los artículos 72 y 80, sustancia estupefaciente o psicotrópicas, ... es castigado con la
reclusión de cuatro a quince años y con la multa de seis millones a doscientos
millones de liras".

Esta conducta corresponde a la que nuestra normatividad define como Tráfico,


fabricación o porte de estupefacientes en el artículo 376-1 del Código Penal en los
siguientes términos: "El que sin permiso de autoridad competente, salvo lo dispuesto
sobre dosis para uso personal, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él,
transporte, lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera,
financie o suministre a cualquier título droga que produzca dependencia, incurrirá en
prisión de ocho (8) a veinte (20) años y multa de mil (1.000) a ciento cincuenta mil
(50.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes".

207
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En síntesis, el delito por el cual es reclamado en extradición el ciudadano inglés Nedd


Brian, también es conducta punible en nuestra Nación, y se halla sancionado con
prisión no menor a cuatro años.

Significa lo anterior que contrario a lo afirmado por la defensa, el requisito de la doble


incriminación sí se encuentra satisfecho.

El señor Nedd Brian fue solicitado en extradición por el Gobierno de Italia para hacer
efectiva la pena de prisión de 9 años impuesta por la justicia de dicho país que lo
encontró responsable del delito de tráfico de estupefacientes. Así se indica
claramente en las notas verbales 2790, 3191 y 74 de la Embajada de dicho país, en la
exposición de los hechos delictivos, en la orden ejecutoria de pena expedida por la
Fiscalía ante el Tribunal Ordinario de Milán y en la sentencia del 25 de julio de 1996
dictada por el Tribunal de la misma ciudad. Ninguna mención se hace en estos
documentos al delito de "incumplimiento de medidas de vigilancia oficial", al que
hace alusión la señora defensora.

Es cierto que dentro del trámite de extradición recordado por la distinguida


profesional la Corte Suprema de Justicia conceptuó desfavorablemente en relación
con el delito de incumplimiento de medidas de vigilancia oficial, al que se refiere el
artículo 497 de la legislación Italiana, porque no se configuraba el requisito de la
doble incriminación, pero tal pronunciamiento obedeció al hecho de que a la persona
solicitada en extradición se le requería para hacer efectiva 9 condenas definitivas
por varios delitos entre los cuales se hacía expresa mención al de "incumplimiento de
medidas de vigilancia oficial", cuyos presupuestos fácticos no están previstos como
conducta delictiva en nuestra normatividad. Resulta evidente, entonces, que el
concepto invocado por la señora defensora no guarda ninguna relación con el caso
que se analiza.

___________________________________
* C. S. J. Concepto de extradición No. 15.727, M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Concepto extradición
FECHA : 29/11/2001
DECISION : Conceptúa favorablemete la extradición de un
ciudadano
inglés a Italia
PAIS REQUIRENTE : Italia
REQUERIDO : BRIAN, NEDD
DELITOS : Tráfico, fabricación o porte de estupef.
PROCESO : 18070

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CASACION-Falta de personería jurídica/ PERSONERIA JURIDICA/


VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación indebida/ VIOLACION
INDIRECTA DE LA LEY-Concreción del error

1. Sin que le hayan sustituido ni otorgado nuevo poder, una abogada aparece
interponiendo recurso de casación en contra de la sentencia de segunda instancia, a
nombre del procesado (...), asegurando además que recurrió en contra de la primera
instancia (folio 27, cuaderno del Tribunal). Ni lo uno, ni lo otro es cierto. Ni ella es
apoderada del procesado (...), ni la defensa apeló de la sentencia de primera
instancia. Ella actuó siempre como apoderada del tercero civilmente responsable
(folio 336, cuaderno original).

Pero no solo quien interpuso el recurso de casación a nombre del procesado carecía
de personería jurídica para actuar en su nombre, sino que quien presenta la demanda
es otro abogado diferente respecto del cual tampoco existe constancia de que se le
haya otorgado poder o se le haya sustituido el que tenía el defensor de confianza que

208
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

siempre actuó. El profesional que suscribe la demanda de casación a nombre del


procesado (...) es el mismo que recibió poder del tercero civilmente responsable
desde el 3 de abril de 1998 - con posterioridad a la emisión de la sentencia de
primera instancia - y cuya primera actuación fue justamente sustentar el recurso de
apelación que su antecesor había interpuesto en contra de esa providencia (folio 111,
cuaderno original 3).

En consecuencia de lo expuesto, al existir carencia absoluta de personería jurídica se


inadmitirá la demanda y se declarará desierto el recurso de casación concedido a
nombre del procesado (...).

2. Tanto en el Código de Procedimiento Penal derogado (artículo 225) como en el


actual (artículo 212) los requisitos formales de la demanda de casación siguen
estando informados por los principios de claridad y precisión y por las demás reglas
lógicas de cuyo respeto pueda concluirse la aptitud de la demanda.

La causal de violación directa por la que se formula el primero de los cargos por parte
del señor apoderado del tercero civilmente responsable, exige no solo la
demostración del error que consiste en la equivocada selección de la norma, sino,
sobre todo, la demostración de cuál era la norma correcta que se dejó de aplicar o la
comprobación de que no había ninguna norma por aplicar por que la conducta era
atípica.

En este caso concreto el demandante no alega exactamente un problema de


subsunción, a pesar de insistir mucho en que "se enfoca el cargo por aplicación
indebida, en cuanto en el proceso de selección de la norma el Juzgador equivoca la
norma aplicable", sino que de lo que advierte en esencia es de una incompleta
selección normativa, por cuanto faltó integrar a la sentencia una norma del Código de
Procedimiento Civil.

Si bien, teóricamente el problema de la aplicación indebida es un problema de


subsunción, en cuanto los hechos Juzgados no encuentran adecuación en la norma
seleccionada por el Juzgador, los deberes de quien demanda ese tipo de errores no se
agotan en el mero señalamiento del error y ni siquiera en su eventual demostración.
El juicio lógico del casacionista debe incluir el señalamiento del error, su
demostración, su trascendencia y su corrección. Todo ello debe ser compatible
jurídicamente dentro de la causal que se alega y coherente lógicamente con las
reglas implícitas y explícitas del cargo.

3. El demandante se limita en este cargo a realizar afirmaciones generales sobre


infracción a los principios de la sana crítica y específicamente a la "utilización de
elementos que no corresponden a la naturaleza del tercero civilmente responsable",
pero sin precisar cuáles son esos elementos, porqué no se corresponden con la figura
del tercero civilmente responsable y de qué manera concreta incidió en la decisión de
condena que intenta infirmar.

Las afirmaciones generales sobre la existencia de prueba pericial "que apunta


antitéticamente a la responsabilidad penal, más no a la indemnización" o la de que el
Juez le dio a la prueba un alcance que no tenía "pues la liquidación de perjuicios en
tratándose de Terceros Civilmente Responsables, no se puede realizar mediante
elementos de declaración que no apuntan a tal prisma de demostración", son
insuficientes para acreditar los requisitos de claridad y precisión de los fundamentos
del cargo que exige la ley en materia de casación.

El amparo de legalidad y acierto con que la ley reviste las sentencias que han
superado las instancias ordinarias, impone el deber de señalar y demostrar errores
concretos cuando se acude a la casación. Si se pretende señalar que el Juez hizo una
interpretación falsa de las pruebas y por ello incurrió en falso juicio de identidad, hay
que demostrar esos asertos. Para demostrarlo, es necesario partir de qué es una
interpretación falsa, dada la connotación jurídica que el término "falso" contiene o la
carga lógica que significa "interpretar" y además de ello hacerlo "falsamente". Y, en
todo caso, hay que demostrar que esa prueba que fue objeto de "interpretación falsa"
es la única que sostiene el fallo. En eso, justamente, radica la trascendencia del error,
no en que exista, sino en que sea de tal tenor que sea capaz de quitar el soporte
jurídico o probatorio del fallo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación

209
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FECHA : 29/11/2001
DECISION : Inadmite demandas de defensor y tercero
civilmente
responsable, declara desierto el recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : RESTREPO PEREZ, JAIME
TERCERO CIVILMENTE RESP. : EXPRESO BRASILIA S.A.
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 15818

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CAMBIO DE RADICACION-Competencia/ CAMBIO DE RADICACION-


Naturaleza residual y extrema/ CAMBIO DE RADICACION-Dilaciones en la
celebración de la audiencia/ CAMBIO DE RADICACION-Seguridad del
funcionario

1. Quien presenta la solicitud es una Juez penal del circuito especializado, única con
competencia en todos los municipios que conforman el distrito judicial de Valledupar
(acuerdos Nos. 527 y 531/99, Sala administrativa Consejo superior de la judicatura), y
en esa medida el cambio de radicación que solicita implica la remoción del proceso a
otro distrito judicial, por lo que la Corte es competente para conocer de la misma de
conformidad con el artículo 75-8 del código de procedimiento penal.

2. El cambio de radicación, como viene en sostenerlo de manera reiterada la


jurisprudencia de esta Sala, es una medida de carácter excepcional y residual, que
exceptúa la regla general de competencia deducida del factor territorial, y por lo
mismo su concesión queda supeditada a la demostración de que existan en el lugar
donde se adelanta el proceso factores "que puedan afectar el orden público, la
imparcialidad o la independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad o integridad personal de los
sujetos procesales o de los funcionarios judiciales", eventos taxativamente señalados
en el artículo 85 ejusdem.

En esa medida, resulta importante puntualizar que las circunstancias con


potencialidad suficiente de alterar la competencia, aparte de estar referida a factores
externos, cuya prueba es de exclusivo resorte de quien propone la remoción del
proceso, deben poseer la capacidad suficiente para impedir la función de administrar
justicia en el territorio donde se adelanta la actuación.

3. En relación con la solicitud que concita la atención de la Sala, la pretensión de la


funcionaria no está llamada a prosperar, en razón a que las circunstancias que
rodearon la iniciación de la audiencia de juzgamiento no tienen la virtualidad
suficiente para incidir en la función encomendada.

Las dificultades que se presentaron durante la diligencia, y al finalizar la primera


sesión, si bien no son de normal ocurrencia, se encuentran dentro de lo previsible, sin
que el ambiente caldeado por la presencia de familiares de las víctimas y la de un
tercero, portando un arma de fuego con salvoconducto, impliquen en si mismas grave
afectación a la seguridad o integridad personal de los sujetos procesales o la
funcionaria judicial.

No se trata de situaciones de dificultad extrema en la realización de la audiencia


pública, y que bien pueden ser conjuradas por la propia juez con un adecuado
ejercicio de las poderes de la jurisdicción, por medio de ordenes a las autoridad
competente para que adopte medidas tendientes a la protección del procesado antes,
durante y después de las diferentes sesiones; e incluso de su propia iniciativa, como
directora del juzgamiento, mediante determinaciones que impidan el ingreso de
personas que puedan llegar a alterar el normal desarrollo del acto. La misma
vulnerabilidad del sitio donde se lleva a cabo la diligencia, que preocupa a la
solicitante y a quienes la apoyan en su petición, puede contrarrestarse con la

210
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

presencia de fuerza pública, y por supuesto con el cambio de sitio para la realización
del acto.

Puede ser que el procesado se encuentre en una situación de riesgo superior a la de


la mayoría, pues al fin y al cabo el número de víctimas es significativo y éste es una
persona a quien se acusa de pertenecer a un grupo armado al margen de la ley, lo
cual obviamente genera hostilidades y rencores en un número superior de personas,
que eventualmente podría proceder de hecho en contra de su integridad.

Sin embargo, se trata de una situación de riesgo susceptible de ser regulada y


controlada por el Estado a través del concurso de las distintas autoridades, y que no
incide en forma definitiva en la imposibilidad de finalizar el proceso, cuya audiencia
de juzgamiento fue iniciada y muy probablemente terminará antes que la Corte
decida sobre el cambio solicitado, pues su continuación, según se establece de las
fotocopias remitidas por la juez, estaba fijada para el 20 de noviembre.

4. En relación con el problema de seguridad que dice soportar la solicitante, y con ella
los restantes sujetos procesales, éste no puede deducirse del riesgo que corre el
procesado, toda vez que, aparte de los supuestos en que funda la solicitud
únicamente tienen que ver con la situación de (...) la juez especializada no ha
denunciado situaciones irregulares que pudieran comprometer su integridad personal
y la de los restantes sujetos, y tampoco se tiene noticia de amenazas que
comprometan seriamente la continuidad de la audiencia, y con ello la permanencia
del proceso en la sede donde actualmente se adelanta la audiencia de juzgamiento.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Cambio de Radicación
FECHA : 29/11/2001
DECISION : No accede al cambio solicitado
PROCEDENCIA : Juzgado P. C. E.
CIUDAD : Valledupar
PROCESADO : ESQUIVEL CUADRADO, JHON JAIRO
DELITOS : Secuestro agravado, Formación de grupos
armados
PROCESO : 18902

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NOTIFICACION PERSONAL/ NOTIFICACION-Sentencia/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA-Por omisión/ SENTENCIA

1. Variados han sido los pronunciamientos de la Corte donde ha sido dicho que el
mandato contenido en el artículo 190 del Código de Procedimiento Penal, modificado
por el 25 de la ley 81 de 1993, relativo a la necesidad de librar citación previa a los
sujetos procesales para la notificación de las decisiones judiciales, solo tiene
aplicación cuando la ley establece la notificación personal como forma prioritaria de
enteramiento de la decisión, y se hace necesario que los sujetos comparezcan para
tales efectos, no cuando se trata de providencias que, por voluntad de la misma ley,
pueden ser notificadas por estado o por edicto.

En decisión de tutela de 29 de noviembre de 1994, con ponencia del Magistrado


doctor Doctor Guillermo Duque Ruiz (reiterada en autos de 17 de junio de 1998,
Magistrado Ponente Doctor Jorge E. Córdoba Poveda; y de 25 de abril del 2001,
Magistrado Ponente Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego, entre otras decisiones), se
hicieron las siguientes precisiones en torno al punto:

"Si se hace un estudio sistemático de todas las normas que regulan las notificaciones
dentro del Código de Procedimiento Penal, teniendo en cuenta, obviamente, las
disposiciones de la ley 81 de 1993 que las modificaron, se llega a la conclusión de
que por parte del Juzgado… no se incurrió en omisión alguna, ya que "la diligencia de
citación mediante telegrama" que ordena el artículo 190 del Código de Procedimiento

211
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Penal (subrogado por el artículo 25 de la ley 81 de 1993), sólo es exigible cuando se


trata de notificaciones que por ley deben hacerse personalmente.

"No obstante que de la lectura del original artículo 190 de Código de Procedimiento
Penal, podría inferirse que, en principio, todas las notificaciones tienen que hacerse
de manera personal, la verdad es que esta interpretación no es exacta, pues de serlo,
sobrarían las disposiciones del mismo estatuto que en relación concreta con algunas
providencias (el auto que ordena el cierre de la investigación -art.56 de la ley 81 de
1993-, la resolución de acusación -artículo 59 ibídem-, el auto admisorio de las
demandas de casación o revisión -art.245-, la admisión de la acusación por el senado
-art.479-, por ejemplo) y también con referencia a algunos sujetos procesales (artículo
188 del C. de P. P.), ordena que la notificación tenga que ser, forzosamente, personal.
Si la regla general fuera esta última, repítese, el legislador no hubiera estado
reiterándola en algunos casos particulares, como ha quedado visto.

"Además y en este mismo orden de ideas, es pertinente destacar que de conformidad


con el artículo 187 del Código de Procedimiento Penal, "las notificaciones pueden ser
personal, por estado, por edicto, por conducta concluyente y en estrados", lo cual
corrobora el aserto de la Sala de que no todas las notificaciones previstas en la ley
hay que hacerlas personalmente a todos los sujetos procesales, pues de ello no ser
así, sobraría la referencia legal a otras formas de notificación distintas de ésta.

"También es importante destacar que si la voluntad del legislador hubiera sido la de


que todas las notificaciones tuvieran que hacerse personalmente, no tendría sentido
que excluyera de esta forma de notificación a las sentencias, que por su naturaleza
son determinaciones de mayor trascendencia que los autos. Y esta afirmación la hace
la Corte, teniendo en cuenta que el artículo 25 de la citada ley 81 se refiere sólo a la
notificación por estado y no a la notificación por edicto, forma esta última de
enteramiento propia de las sentencias de conformidad con el artículo 323 (subrogado
por el Decreto 2282 de 1989) del Código de Procedimiento Civil, aplicable al proceso
penal en virtud del principio de integración (artículo 21 del C. de P. P.).

"Partiendo de esta inicial premisa, hay que entender que el artículo 25 de la citada ley
81 se refiere exclusivamente a las providencias que por mandato legal expreso deben
ser notificadas personalmente, y no a aquellas otras que por voluntad del legislador
se notifican por estados o por edicto. Así se desprende con claridad de la primera
parte de su texto: "cuando no fuere posible la notificación personal", pues éste
presupone, necesariamente, que la ley ha ordenado que la notificación sea personal,
y que no obstante ello no resulte posible hacer este enteramiento personal. En estos
casos y sólo en ellos, es cuando se impone la obligación de realizar "la diligencia de
citación mediante telegrama dirigido a la dirección que aparezca registrada en el
expediente"".

El casacionista sostiene que el proceso se encuentra viciada de nulidad porque el


juzgador de primer grado omitió enviarle citación telegráfica para notificarlo del
contenido de la sentencia, siendo obligación hacerlo. Este reparo resulta infundado,
pues dicho trámite procesal, según se deja visto, solo debe llevarse a cabo cuando la
ley ordena que la providencia sea notificada personalmente a los sujetos procesales,
y en tratándose de la sentencia, no existía norma que lo dispusiera. La notificación
personal solo era obligatoria hacerla al representante del Ministerio Público y al
procesado privado de la libertad, y en el presente caso, en relación con ellos, se
cumplió dicha ritualidad, como puede ser constatado a folios 484 del cuaderno
principal.

Más aún. Si se entendiera que la diligencia de citación telegráfica debía de todas


formas preceder la notificación supletoria, habría de concluirse que dicho trámite no
era obligatorio en el caso en estudio, porque la norma solo se refería a las
providencias que debiendo ser notificadas personalmente, tenían que serlo por estado
debido a la no comparecencia de los sujetos procesales distintos de los mencionados
en el artículo 188 (ministerio público y procesados privados de la libertad), y la
sentencia, como es sabido y lo reconoce el demandante, se notifica a través de
edicto, de acuerdo con la normatividad procesal civil.

2. La dogmática casacional enseña que el error de hecho por falso juicio de existencia
por omisión se presenta cuando el juzgador omite tener en cuenta una prueba que
obra materialmente en el proceso, es decir, cuando ignora que hace parte del
contenido de la actuación. Si el medio es apreciado por el juzgador en la valoración

212
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

que debe hacer de las pruebas, no podrá afirmarse su configuración, porque para ello
es necesario que el juzgador ignore su existencia, y tal situación no habría ocurrido.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 30/11/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : ANCHILA REBOLLEDO, ROBERTO CARLOS
DELITOS : Acceso carnal violento, Homicidio agravado
PROCESO : 14800

PUBLICADA : Si

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MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Procedencia de revocatoria/ DETENCION


PREVENTIVA

El artículo 230 de la Constitución establece el principio de autonomía judicial a través


del cual se reconoce que los Jueces de la República en sus providencias solo están
sometidos al imperio de la ley. Esa regla es potestad y límite: Los Jueces solo están
obligados por la ley, pero igualmente no pueden definir los problemas jurídicos a su
cargo sino con fundamento en ella.

Las leyes son aplicables en cuanto no contravengan la Constitución.


Independientemente de que hayan sido o no revisadas por el Tribunal al que
corresponda la guarda e integridad de la supremacía constitucional. En ejercicio de
esas funciones, la Corte Constitucional puede declarar que una ley es exequible de
manera pura y simple, o que lo es de manera condicionada. En este último de los
casos la norma solo puede ser aplicada en la forma y términos en que lo haya
establecido la condición a la que se ha atado su exequibilidad.

En la sentencia C-774 del 25 de julio de 2001 de la Corte Constitucional se declararon


exequibles condicionados, algunos preceptos del Código de Procedimiento Penal que
tienen que ver con el instituto procesal de la detención preventiva y específicamente,
para los efectos de la petición que aquí se resuelve, el artículo 363 del Código de
Procedimiento Penal que regula la revocatoria de la medida de aseguramiento. En
consecuencia de esa sentencia, ésta norma es constitucional "(...) siempre que la
revocatoria de la detención preventiva proceda no sólo cuando exista prueba que
desvirtúe los requisitos legales para su operancia, sino igualmente cuando se superen
sus objetivos constitucionales y sus fines rectores".

Como esos objetivos constitucionales y fines rectores de la medida de aseguramiento


son básicamente los mismos que se analizaron y se concluyeron favorablemente para
acceder a la sustitución de la medida de aseguramiento de detención preventiva por
la de detención domiciliaria (auto del 13 de marzo de 2000), la Sala revocará la
medida de aseguramiento impuesta a la doctora (...).. En lo que tiene que ver con su
eventual comparecencia al proceso y a la ejecución de la pena, así como con sus
características familiares, laborales y vínculos con la comunidad de los que se
concluya que no la colocará en peligro, la Sala se atiene al análisis y pronóstico
expresado en su auto del 13 de marzo de 2000.

Igual cosa sucede con los fines del condicionamiento constitucional que tienen que
ver con la eventual continuación de su actividad delictual o con labores que pueda
emprender para ocultar, destruir o deformar la prueba o en general para entorpecer la
actividad probatoria, todos los cuales se engloban dentro de la conclusión a la que
llegó la Sala en el auto citado de que la acusada (...) "no colocaría en peligro a la
comunidad" y que por eso se le concedió la detención domiciliaria.

Para la Sala entonces está demostrado, en los términos a los que ha quedado
condicionada tanto la imposición de la medida de aseguramiento como su eventual

213
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

revocatoria por la sentencia C-774 de 2001 que en la situación actual de la doctora


(...) hay lugar a la revocatoria de la medida de aseguramiento.

Y esa demostración es fundada y motivada. Los Funcionarios Judiciales están


obligados a motivar y a valorar en cada caso concreto, todas y casa una de las
circunstancias de la vinculación procesal del sindicado para determinar si, por
ejemplo, comparecerá al proceso. Eso mismo, adicionado a la pena estimada puede
sugerir una conclusión sobre si comparecerá a la eventual ejecución de la pena. No
será igual el análisis y conclusión sobre la medida de aseguramiento de detención
preventiva como mecanismo de impedimento de la fuga del sindicado en casos de
delincuencia organizada que en los de ilicitudes individuales; o en la de procesados
habituales que en la de ocasionales; tampoco lo será igual en delitos preparados
ponderadamente que en aquellos pasionales; tampoco serán iguales los raseros para
medir a quien obtuvo un enorme provecho económico de su actividad delictual que el
que nada obtuvo u obtuvo poco; no hay que valorar igual la situación del procesado
que tiene elementos de arraigo que el que carece de ellos.

La potencialidad de ocultamiento, destrucción, deformación o simple entorpecimiento


de la actividad probatoria también requiere un análisis detallado.

No es igual esa capacidad en un delincuente avezado que en uno ocasional. Por


ejemplo, de quien comete una masacre, no existe razonabilidad para suponer que se
vaya a abstener de amedrentar un testigo. O, también ejemplificando, quien al ser
aprehendido intentó sobornar a los servidores públicos, es evidente que no se inhibirá
para afectar la recolección de las pruebas; o quien se resistió al arresto. La realidad
tampoco puede desconocerse para ese tipo de evaluaciones: La regla de experiencia
señala que en los casos de narcotráfico, enriquecimiento ilícito y testaferrato son
comunes las amenazas a los testigos, a los administradores de los bienes, a los
investigadores mismos.

Cómo desconocer la capacidad de amenaza de las mafias dedicadas al hurto de


vehículos o a los ahora tan lamentablemente comunes, "paseos millonarios", o la de
las bandas de secuestradores u otras conductas en las que la naturaleza permanente
del ilícito no solo supone la comisión continua del mismo, sino el amedrentamiento
también permanente de familiares y allegados.

Se trata entonces de decisiones analíticas, individualizadas, pero sin dejar de


considerar el entorno y la dinámica del hecho y la persona a quien se procesa. El
Funcionario Público está obligado a motivar todos y cada uno de los aspectos que
constitucional y legalmente constituyen los fines de la medida de aseguramiento. La
demostración de uno solo de ellos justifica constitucionalmente la imposición de la
medida y su mantenimiento en establecimiento carcelario.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia
FECHA : 30/11/2001
DECISION : Revoca medida de aseguramiento, ordena
libertad,
ordena devolución de caución
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : GARCIA DE USECHE, CLEMENCIA
DELITOS : Prevaricato por acción

214
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 16955

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FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Técnica/ INHABILITACION PARA EL


EJERCICIO DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS-Interdicción de
derechos/ PRINCIPIO DE LEGALIDAD

1. No demuestra el error de hecho por falso juicio de identidad que denuncia, como
quiera que aunque afirma que se cometió con relación al testimonio de la señora
Bertha Cuchimaque, no evidencia de qué manera fue falseado el contenido fáctico de
este medio de convicción, esto es, cómo no hay concordancia entre lo que
objetivamente dijo y lo que el Tribunal manifestó que había expresado.

Este dislate, como lo ha reiterado la Sala, es de carácter contemplativo, pues se


comete al fijar el contenido material de la prueba, y se incurre en él cuando el
sentenciador distorsiona su tenor literal, ya porque lo cercena, bien porque lo
adiciona, ora porque lo tergiversa, haciéndole producir efectos que no se derivan de
él, por lo que su demostración impone al casacionista la obligación de confrontar el
texto del medio de convicción con la sentencia, para evidenciar su desarmonía
objetiva, lo que no hizo, dedicando, en cambio, el discurso a cotejar los diferentes
testimonios.

2. La Sala observa que la pena de interdicción de derechos y funciones públicas, hoy


denominada inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas,
impuesta al procesado, fue tasada en veinticinco años, cantidad muy superior a la
que normativamente correspondía de diez años, según los artículos 44 y 52 del
Decreto 100 de 1980, con lo que se quebrantó el principio de legalidad, consagrado
en el artículo 29 de la C. P, que deber ser establecido, por lo cual, la Sala, haciendo
uso de las facultades conferidas por los artículos 216 y 217.1 de la ley 600 de 2000,
casará parcial y oficiosamente el fallo para disminuir a diez (10) años dicha sanción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001
DECISION : Desestima, casa parcial y ofic. en cuanto reduce
pena
accesoria a 10 años
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicil
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : GOMEZ GRANADOS, JADER IVAN
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10041

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APERTURA DE INVESTIGACION-Ausencia de formalidades/ VINCULACION


AL PROCESO PENAL

1. El demandante acusa la sentencia de segundo grado de haber sido proferida en un


juicio viciado de nulidad por la afectación del debido proceso, y concreta la
irregularidad a la cual le asigna este grave efecto, en la ausencia de la providencia,
que al tenor del artículo 324 del estatuto instrumental vigente para dicha época,
estima que resultaba necesaria para la apertura formal de la investigación; sin

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

embargo, en el desarrollo argumentativo del reparo lejos estuvo de demostrar la


realidad de la irregularidad anunciada y, menos aún, la trascendencia de la misma
frente a las garantías del procesado.

Ciertamente, no discute la Sala que el artículo 324 del Decreto 2700 de 1991, en
armonía con el 329 ibídem, bajo el cual se adelantó el presente asunto, disponía que
vencido el término máximo para las diligencias preliminares, el instructor debía dictar
resolución de apertura de la investigación o resolución inhibitoria, pero no es menos
cierto tampoco, que en tales disposiciones ni ninguna otra del aludido estatuto se
exigía para esa primera providencia una precisa e infranqueable fórmula o contenido.

Así las cosas, resultaba suficiente para la fijación de dicho hito con las consecuencias
procesales correspondientes, que de lo expresado en tal resolución, de las órdenes
impartidas o de las decisiones adoptadas en ella surgiera nítido que el funcionario
judicial, entre las alternativas previstas en la ley atrás referidas, había optado por
iniciar la instrucción.

En otros términos, de manera alguna se requería en dicha providencia, conforme


propugna el libelista, el señalamiento expreso de darse apertura a la investigación,
que es lo echado de menos por el defensor al estructurar este primer ataque a la
legalidad del fallo de segundo grado. Por el contrario, el entendimiento de la Sala
sobre la ausencia de formalidades en la decisión que marca el inicio del sumario,
sustentado en la finalidad pretendida con la misma, de orientación de la actividad
jurisdiccional a establecer la verdad sobre los hechos, permitiéndole a los sujetos
procesales el ejercicio de sus respectivas facultades, se remonta a pasadas
codificaciones frente a las cuales se afirmó, incluso, a través de criterio que conserva
vigencia en relación con el estatuto que rigió el presente trámite, que la "orden de
vincular a una persona mediante indagatoria, cumple, por sí sola, sustancialmente la
función iniciadora de la investigación" (auto de noviembre 11 de 1986, M.P. Dr.
Lisandro Martínez Zúñiga).

En la comprensión esbozada, resulta indiscutible que en el evento examinado la


providencia que el impugnante estima ausente en realidad si fue proferida. En efecto,
la Fiscalía Seccional con fundamento en las actuaciones preliminares llevadas a cabo,
en resolución del 27 de abril de 1993, si bien no utilizó las expresiones cuya falencia
acusa el casacionista, de "apertura de la investigación", en todo caso dejó claro que
con ella le daba inicio, encaminada según señaló, a la consecución de las "cuestiones
de que tratan los numerales del artículo 334 del C. de P.P." (f. 38, cdno. 1), norma que
dentro del título destinado en dicho estatuto a regular la fase de instrucción señalaba
además los fines de la misma.

Por otra parte, diluyendo cualquier reparo que a pesar de lo anterior pudiera subsistir
sobre la colegida inexistencia de la irregularidad denunciada en la demanda, se tiene
que en la referida providencia la Fiscalía ordenó la vinculación mediante indagatoria
de la totalidad de los capturados, decisión que obviamente y de conformidad con el
artículo 352 del Código de Procedimiento Penal (Decreto 2700 de 1991), implicaba el
inicio de la instrucción pues sólo dentro de ella podía ser acogida.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001
DECISION : No casa

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial


CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ALFONSO FUENTES, FABIO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 9773

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NOTIFICACION-Comunicación por medio de telegrama/ NOTIFICACION


PERSONAL

Para el actor, acorde con lo dispuesto por el art. 25 de la Ley 81 de 1.993, era de rigor
que para procurar su enteramiento personal al defensor se remitiera comunicación
telegráfica a la dirección conocida del mismo del proceso.

El argumento central del censor es equivocado. No puede perderse de vista que


acorde con el art. 188 del Decreto 2.700 de 1.991, aplicado en este asunto,
exclusivamente las notificaciones al sindicado que se encuentre privado de la libertad
y al Ministerio Público, debían serlo personalmente.

A partir, entre otras normas, de este precept2o general, la Corte fijó el contenido y
alcance del citado art. 25 de la Ley 81 de 1.993, al precisar:

"Si se hace un estudio sistemático de todas las normas que regulan las notificaciones
dentro del Código de Procedimiento Penal, teniendo en cuenta obviamente las
disposiciones de la Ley 81 de 1.993 que las modificaron, se llega a la conclusión de
que...no se incurrió en omisión alguna, ya que "la diligencia de citación mediante
telegrama" que ordena el artículo 190 del Código de Procedimiento Penal (subrogado
por la L.81/93, art.25), sólo es exigible cuando se trate de notificaciones que por ley
deben hacerse personalmente.

No obstante que de la lectura del original artículo 190 del Código de Procedimiento
Penal podría inferirse que, en principio, todas las notificaciones tienen que hacerse de
manera personal, la verdad es que esta interpretación no es exacta, pues de serlo,
sobrarían las disposiciones del mismo estatuto que en relación concreta con algunas
providencias (el auto que ordena el cierre de la investigación -L.81/93, art.56-, la
resolución de acusación -art.59 ibídem-, el autos admisorio de las demandas de
casación o revisión -art.245-, la admisión de la acusación por el senado -art.479-, por
ejemplo), y también con referencia a algunos sujetos procesales (CPP, art.188), ordena
que la notificación tenga que ser, forzosamente, personal. Si la regla general fuera
esta última, repítese, el legislador no hubiera estado reiterándola en algunos casos
particulares, como ha quedado visto.
...

"Partiendo de esta inicial premisa, hay que entender que el artículo 25 de la citada
Ley 81 se refiere exclusivamente a las providencias que por mandato legal expreso
deben ser notificadas personalmente, y no a aquellas otras que por voluntad del
legislador se notifican por estados o por edicto. Así se desprende con claridad de la
primera parte de su texto:"Cuando no fuere posible la notificación personal...", pues
éste presupone, necesariamente, que la ley ha ordenado que la notificación sea
personal, y que no obstante ello no resulta posible hacer este enteramiento personal.
En estos casos y sólo en ellos, es cuando se impone la obligación de realizar "la
diligencia de citación mediante telegrama dirigido a la dirección que aparezca
registrada en el expediente".

La disposición en comento, tiene por finalidad impedir que por la no comparecencia


de un sujeto procesal para que se le notifique personalmente lo que por ley debe
comunicársele así, se paralice la actuación, como sucedía antes de que existieran
estas normas. Ahora basta con que el sujeto procesal sea citado para la notificación
personal y si no comparece, "se hará notificación por estado que se fijará tres días
después" de la diligencia de citación, salvo que se trate de la notificación de la

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

resolución de acusación que tiene previsto un régimen especial diferente (art.59 de la


Ley 81 de 1.993), o de la notificación al sindicado que se encuentre privado de su
libertad o al Ministerio Público, eventos estos últimos expresamente exceptuados por
la norma.

Mas cuando se trata de proveídos que por ley no es necesario que sean notificados de
manera personal, no existe obligación alguna de hacer previamente la "diligencia de
citación" a que alude el ya citado artículo 25 de la Ley 81. En esta hipótesis, la
providencia quedará bien notificada con la sola fijación del estado o del edicto, según
el caso" (Sentencia 29 de noviembre de 1.994, Expediente T-1319, M.P. Dr. Guillermo
Duque Ruíz).

12. En el presente caso, el auto fechado el 10 de noviembre fue notificado


personalmente al procesado, al Ministerio Público y al Fiscal, enterándose del mismo a
los demás sujetos mediante fijación de estado el día 17 de ese mismo mes. A su
turno, los autos emitidos el 2 de diciembre, de traslado al dictamen pericial sobre
perjuicios y de fijación de fecha para audiencia pública, se notificaron personalmente,
como correspondía, al procesado y al Ministerio Público, también al Fiscal y mediante
estado fijado el 10 de diciembre a los demás sujetos procesales.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : MEDINA PIÑEROS, VICTOR MANUEL
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10322

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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Decisión autónoma y voluntaria


del procesado/ DICTAMEN PERICIAL-Traslado/ SENTENCIA ANTICIPADA/
AUDIENCIA ESPECIAL

1. La terminación anticipada del proceso, en su especie genérica recogida por el


artículo 37 del Decreto 2700 de 1991, y la sentencia anticipada y la audiencia
especial de que tratan los artículos 3º y 4º de la ley 81 de 1993, y 11 de la ley 365 de
1997, (artículo 40 de la ley 600 de 2000), constituyen actos de disposición del
desarrollo de la acción penal, en cuanto permiten al sindicado renunciar a parte del
juicio de responsabilidad penal, obteniendo, a cambio, una sustancial rebaja de pena
que no lograría por los trámites ordinarios del proceso, pues se trata de instituciones
jurídicas que se fundan en la conveniencia que el procesado pueda tomar parte en la
definición de su responsabilidad, asintiendo la acusación o conviniendo los términos
de la condena, según el caso, y renunciando a la actuación procesal subsiguiente al
acto de aceptación con el fin de que el juez proceda a dictar sentencia.

Siendo entonces, por ministerio del rito que estos instrumentos le permiten al
procesado participar activamente en las decisiones que lo afectan, es a este sujeto
procesal a quien corresponde hacer explícita de manera inequívoca, diáfana y
voluntaria, la manifestación de querer renunciar a la controversia fáctica y jurídica por
los hechos punibles que le han sido imputados en la providencia por la cual se le
impuso medida de aseguramiento, o se le convocó a responder en juicio, según la
etapa en la que el proceso se encuentre al momento de la solicitud, para expresar
allanamiento libre y voluntario a los cargos que se le formulen, y aceptar de esta
manera su responsabilidad penal por el hecho atribuido.
Estos medios de terminación anticipada del proceso, no sólo significan abandono del
procedimiento ordinario en procura de alcanzar una pronta y cumplida justicia, sino
que integran lo que se conoce como debido proceso constitucional, de manera que su
desconocimiento injustificado por los funcionarios cuando se han cumplido los

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

presupuestos del rito especial, constituye motivo de nulidad a la luz del artículo 304-2
del Decreto 2700 de 1991 y 306-2 de la ley 600 de 2000, pues en tal caso la eficacia
del trámite no depende de imperativas normas de procedimiento sino de la voluntad
de los administradores de justicia.

Sin embargo, para su declaración, no basta tan sólo que en la actuación se acredite la
existencia de la irregularidad, puesto que en materia de nulidad por transgresión al
debido proceso, operan los principios de trascendencia y protección, según los cuales
no se trata simplemente de aducir que los actos adelantados por fuera del rito legal
incumplieron los requisitos de forma preestablecidos, sino que se debe acreditar la
efectiva desfiguración de las bases fundamentales de la acusación o el juzgamiento, y
la real lesividad que con tal actuación irregular se causó a la parte que la alega, como
tampoco tiene lugar la configuración del motivo invalidatorio cuando quien la postula,
con su conducta haya contribuido a la producción de la situación irregular, salvo que
se trate de falta de defensa técnica.

El cumplimiento a plenitud de los principios que rigen las nulidades, no se acredita


por el demandante, puesto que si bien es cierto, contrario a la apreciación errada del
funcionario de instructor el procesado elevó oportunamente la solicitud de
terminación anticipada del proceso bajo la forma prevista por el artículo 37 del
decreto 2700 de 1991, antes de entrar a regir las modificaciones introducidas al
instituto por la ley 81 de 1993, el defensor interpuso recurso de reposición contra el
proveído mediante el cual se decretó la clausura de la investigación, no con la
finalidad de lograr su revocatoria a fin de que se tramitara la petición del procesado,
sino con el propósito de allegar nuevos elementos de prueba que permitieran
respaldar su estrategia defensiva fundada en la ausencia de culpabilidad del
sindicado, lo que denota declinación tácita del procesado y su defensor a que se
profiriera fallo prematuro, optando entonces por dejar transcurrir el trámite ordinario
a fin de exponer durante el juicio algún otro tipo de argumentación que pudiera dar
lugar a la exoneración de los cargos por ausencia de culpabilidad, la reducción
punitiva por la ira e intenso dolor, o al menos mediante la alegación de haber
actuado en estado de inimputabilidad.

2. Es de anotar que la aludida prueba pericial fue solicitada por el defensor quien no
formuló cuestionario específico a ser absuelto por el perito y sólo planteó la necesidad
de su realización "para lograr determinar el grado de responsabilidad frente al punible
investigado" (fl. 141), condiciones en las cuales resultaba materialmente imposible al
fiscal proponer al perito "los cuestionarios que con el mismo fin hayan presentado los
sujetos procesales y que considere pertinentes" a que se refería el artículo 268 del
estatuto procesal por entonces vigente.

Asimismo, en cuanto tiene que ver con el otro de los reparos que se formulan, en el
sentido de no haberse dispuesto el traslado el dictamen a los sujetos procesales como
lo preveía el artículo 270 del estatuto procesal de entonces (art. 254 de la ley 600 de
2000), una tal irritualidad deviene intrascendente y, por tanto, como lo tiene acordado
la jurisprudencia, resulta incapaz de afectar alguna garantía fundamental si se toma
en cuenta que la finalidad de la aludida disposición no es otra que permitir a los
sujetos procesales el conocimiento de la prueba para efectos de su contradicción, la
que puede ejercitarse con posterioridad al término allí previsto y en este caso se
cumplió, al punto que durante el juicio el defensor formuló incidente de objeción que
fue declarado infundado por el juez de conocimiento (cfr. Sent. cas. enero 21/01, rad.
11233 MP. Dr. Pérez Pinzón; y marzo 17/99, M. P. Dr. Gálvez Argote, rad. 12682, entre
otras).

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : LOPEZ CAPERA, MAURICIO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 10631

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Modalidades-Técnica/ HOMICIDIO-Con


sevicia/ IRA E INTENSO DOLOR

1. En la violación indirecta de la ley sustancial, la equivocada apreciación de la


prueba es la causa del quebrantamiento normativo, generado por errores de hecho o
de derecho atribuibles al juzgador.

Los primeros tienen que ver con la materialidad misma del medio de convicción y se
presenta cuando se alude a una prueba que no existe en el proceso, o se deja de
apreciar la que sí fue acopiada válidamente (falso juicio de existencia); o cuando se
tergiversa su contenido material, haciéndole significar lo que no contiene o
restringiendo su verdadero alcance (falso juicio de identidad); o cuando el análisis
probatorio se realizó con desconocimiento evidente de las leyes de la ciencia, los
principios de la lógica o las reglas de la experiencia, es decir, sin sujeción a la sana
crítica (falso raciocinio).

Los errores de derecho tienen ocurrencia cuando se aprecia una prueba ilegalmente
aportada al proceso, o no es tomada en consideración achacando irreales vicios en su
incorporación (falso juicio de legalidad); o cuando la ley le ha prefijado un valor o
tarifa al medio y el juzgador lo desconoce (falso juicio de convicción), que no es el
sistema de valoración que rige en la preceptiva nacional.

2. Cabe comentar, igualmente, que el casacionista no cuestiona las causales de


agravación del homicidio que se imputaron a su defendido, con lo cual aceptó
tácitamente que fue cometido con sevicia y aprovechándose la indefensión de la
víctima, derivada de su minoridad y del artero ataque súbito, circunstancias
incompatibles con un estado de ira o de intenso dolor.

En efecto, la jurisprudencia tiene definido desde tiempo atrás que "la sevicia implica
frialdad de ánimo, ensañamiento en el sufrimiento de la víctima y deseo de hacer
daño por el daño mismo. Ahora bien: si estos elementos son consustanciales de la
sevicia, constituiría un contrasentido lógico y jurídico suponerla coexistente con un
estado de ira e intenso dolor. Son fenómenos inconciliables, excluyentes" (casación,
febrero 21 de 1964, M. P. Julio Roncallo Acosta, G. J., T. CVI, pág. 324).

Así mismo ha expresado que "la comisión del homicidio o las lesiones a traición, y en
forma segura para el autor, de tal manera que la víctima esté en condiciones de
indefensión o inferioridad, excluye de suyo la diminuente del art. 60 del Código Penal
(D. 100/80), que supone una súbita e incontrolada reacción del ofendido que le
impide discernir sobre los actos que ejecuta y tener clara conciencia de esa
indefensión o inferioridad de la víctima" (casación, marzo 25 de 1993, rad. 6.835, M. P.
Jorge Carreño Luengas).

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : BULA FABRA, LEON FREDD
DELITOS : Homicidio agravado
PROCESO : 10299

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

NULIDAD-Técnica en casación/ DEFENSA TECNICA-Situaciones en que se


puede presentar su ausencia/ DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia
defensiva/ ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad/ EJECUTORIA-
Providencia que resuelve la casación al decretarse una prescripción/ FALSO
JUICIO DE LEGALIDAD

1. En punto a las nulidades, la jurisprudencia de la Corte viene sostenido constante y


pacíficamente que aunque en estos eventos se permite alguna amplitud en su
proposición, ello en modo alguno apareja la conclusión de que el escrito con que se
invoca sea de libre elaboración, porque la formulación de la censura, al igual que
acontece con las demás causales, debe cumplir los requisitos de claridad y precisión
exigidos por el artículo 225 del anterior estatuto (hoy 212 de la ley 600 de 2000), toda
vez que si dicho motivo de casación instrumenta un medio para preservar la
estructura del proceso y las garantías de los sujetos que en él intervienen, quien lo
aduzca no sólo debe acatar los principios que rigen la extraordinaria impugnación,
sino que también ha de correr con la carga de una adecuada sustentación, dejando
claramente establecido, entre otros aspectos, la especie de nulidad, su carácter
extremo, la irregularidad sustancial que la produce y la manera como ésta socava la
estructura del proceso o afecta las garantías de las partes; pero si es de esta última
clase, el censor debe además acreditar su trascendencia en el fallo atacado, es decir,
que de no haberse incurrido en el vicio otra hubiera sido la decisión; y en todo caso
ha de señalar el momento procesal a partir del cual se debe disponer la reparación
del trámite.

2. Frente al derecho a la defensa, ha sostenido la Sala que su vulneración deviene


inobjetable cuando el procesado ha permanecido desprovisto de ella durante la
actuación procesal, esto es, ante la absoluta falta de defensa técnica, que bien puede
presentarse porque no habiendo designado defensor de confianza el Estado
permaneció indiferente ante dicha situación, absteniéndose de proporcionarle uno
que asuma la representación de sus intereses. También cuando a pesar de estar
dotado formalmente de un defensor, éste ha desatendido por completo los deberes
que el cargo le impone, abandonando a su propia suerte a quien debe asistencia
técnica, al punto que aparezca ostensible que no actuó o que estratégicamente
tampoco ejerció ningún control o vigilancia sobre el proceso para que al final el fallo
de condena hubiese podido evitarse, o por lo menos atenuarse; poniendo de relieve
todo ello que la condena tal como se presentó no se habría dado de haber contado el
procesado con la oportuna asesoría de un profesional del derecho.

Por ello, en reiteradas ocasiones ha dicho esta Corporación que no siempre la


inactividad del defensor puede conducir inevitablemente a la vulneración del derecho
a la defensa que asiste a todo sindicado dentro del proceso penal, porque es en cada
caso concreto donde se impone determinar la situación real de la asesoría técnica, a
fin de establecer si de acuerdo con las circunstancias particulares se daban
posibilidades que catalogadas de necesarias para la demostración de la inocencia del
acusado, o tendientes a atenuar su responsabilidad, dejaron de llevarse a término por
la abulia o inactividad del abogado defensor.

No se trata pues de proponer nulidades sobre el simple supuesto de que hubo


inactividad del defensor, sin entrar a concretar qué pruebas dejó de aducir o pedir,
cuáles recursos no interpuso habiendo podido hacerlo o qué otra clase de actuación
omitió, actos estos de defensa que de haberse producido, hubieran variado
radicalmente y a su favor la situación procesal del acusado.

3. Contrariamente a lo que se asevera en el libelo, al implicado se le designó


oficiosamente defensor letrado para el momento de la indagatoria, como cabe
observar en el acta del folio 48, y si en ella se consignó que se hacía "por esta
diligencia", una tal manifestación resulta inocua para modificar los alcances de los
arts. 147 y 139 del C. de P. Penal de 1991, bajo cuya égida el sindicado rindió sus
descargos, en cuanto el primero establece la "forzosa aceptación" y obligatoriedad de
desempeñar el cargo de defensor de oficio, y el segundo, la vigencia de un tal
nombramiento, que hecho desde la indagatoria o en cualquier otro momento
posterior, deberá entenderse realizado "hasta la finalización del proceso".

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Lo anterior indica que las afirmaciones tanto del censor como del representante del
Ministerio Público en cuanto que el acriminado careció de defensor durante la etapa
del sumario, devienen infundadas.

Ahora bien, si lo que se quiere significar es que careció de defensa porque el defensor
oficioso no fue pródigo en actuaciones o no se manifestó con actos positivos que
evidenciaran el ejercicio del cargo, la Sala sobre la imperceptible actividad de éste en
el proceso ha dicho:

"(…) la actitud pasiva del defensor no es en sí misma indicativa de ninguna


irregularidad, pues como lo ha reiterado la jurisprudencia, hay casos, y este podía ser
uno de ellos, en donde la mejor defensa es dejar que el Estado asuma toda la carga
de la prueba ante la evidencia de que las que se pidan perjudican al acusado; o en
donde no conviene recurrir dado el acierto indiscutible o la generosidad del fallador.
Esos pueden ser también méritos de una buena defensa, y demostración de un
comportamiento ético y serio de un abogado". (Sentencia de casación del 11 de
agosto de 1998, Rdo. 13.029, M.P. Ricardo Calvete Rangel).

Algo parecido podría decirse en este caso, donde a la hora de intervenir en la


audiencia pública el defensor no sólo criticó acerbamente la prueba testimonial de
cargo, sino que además capitalizó a favor del procesado la falta de otras pruebas que
el Estado debió producir para desvirtuar la presunción de inocencia, lo que bien
puede explicar el silencio anterior como una estrategia defensiva.

4. En cuanto concierne a la alegación de violación al derecho de defensa técnica


porque se llevaron a cabo dos diligencias de reconocimiento en fila de personas en
las cuales el procesado fue asistido por una "persona honorable" en vez de un
defensor togado, forma de representación para entonces admitida sólo en la
indagatoria conforme a lo normado en los arts. 147 y 355 del anterior C. de P. Penal,
es censura que debió postularse al amparo de la causal primera, cuerpo segundo,
esto es por error de derecho por falso juicio de legalidad, en la medida en que de
llegar a demostrarse la configuración de un tal vicio, la solución no es la anulación de
lo actuado como se solicita en la demanda sino la exclusión de la prueba al momento
de fallar, y ello resulta apenas lógico porque de acuerdo con el inciso final del artículo
29 de la Constitución Política es nula "de pleno derecho" la prueba obtenida con
violación del debido proceso, esto es que los vicios en su producción dan lugar a la
inexistencia jurídica del medio probatorio afectado, pero no a la nulidad del proceso
que lo contiene.

Lo anterior es más claro aún si se repara que la irritualidad en la formación de la


prueba sólo tiene incidencia en la medida en que, no empece ser por ese motivo
inexistente jurídicamente el medio, el juez lo aprecia y le da valor en el fallo. De este
modo, lo que inicialmente era un vicio in procedendo por violación al debido proceso
probatorio, pasa a ser in iudicando por su proyección en la sentencia, y por
consiguiente la forma de demandarlo en casación es por la vía de la causal primera
como violación indirecta de la ley sustancial por error de derecho debido a un falso
juicio de legalidad.

Proceder de otra manera es olvidar que las pruebas sólo tienen relievancia en tanto
son apreciadas y valoradas por el juez para fundar en ellas sus decisiones, porque si
el medio de convicción allegado con violación al debido proceso es por tal razón
desestimado en el fallo, éste deviene inmune a la irregularidad así la prueba siga
afectada por el vicio.

5. Finalmente, dígase que como la cesación de procedimiento se profiere por una


causal eminentemente objetiva -prescripción de la acción penal-, la sentencia queda
en firme en la misma fecha de su adopción, porque el fallo de segunda instancia no se
sustituye o se reemplaza, conforme a lo normado en el Art. 187, inciso 2º de la Ley
600 de 2000, que en tal sentido compagina con el Art. 197 de la anterior codificación,
sin perjuicio de la notificación que es menester ordenar para dar a conocer la primera
de las determinaciones aquí adoptada. Así lo ha previsto la Sala en varios de sus
fallos de casación, entre otros, el dictado el 31 de mayo del año en curso con
ponencia del magistrado Álvaro Orlando Pérez Pinzón, Rdo. 15.566.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 03/12/2001

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Declara la prescripción de un delito, reajusta la


pena, no
casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : DUQUE GIRALDO, LUIS ALBERTO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 11085

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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Modalidades/ FALTA DE APLICACION DE


LA NORMA/ APLICACION INDEBIDA DE LA NORMA/ INTERPRETACION
ERRONEA DE LA LEY/ SECUESTRO EXTORSIVO-Circunstancias de
atenuación/ CIRCUNSTANCIAS ESPECIFICAS DE ATENUACION PUNITIVA/
SECUESTRO EXTORSIVO

1. En cuanto al libelo formulado por el defensor de (...), por violación directa de la ley
sustancial, por inaplicación del artículo 4° de la ley 40 de 1993, frente a la inicial
observación del Ministerio Público de que podría ser por interpretación errónea,
recuerda la Sala lo que ha sostenido, por ejemplo, en sentencia del 20 de septiembre
de 2000, radicación 11.655, con ponencia del Magistrado Fernando Arboleda Ripoll:

"Se equivoca también la Delegada cuando sostiene, refiriéndose a lo que debe ser
entendido en materia casacional por aplicación e inaplicación de una norma de
derecho sustancial, que la primera hipótesis se presenta cuando el juzgador analiza el
precepto frente al caso concreto, bien sea para acogerlo (sentido positivo) o para
rechazarlo (sentido negativo); y que la inaplicación surge cuando ignora su existencia,
equiparando, de este modo, denegación con aplicación, y ausencia de consideración
del precepto con inaplicación.

Esta diferenciación no tiene razón de ser. Aplicar e inaplicar son conceptos opuestos
que implican que una norma ha sido acogida o excluida por los juzgadores, al resolver
un caso concreto. Se la acoge o aplica cuando en ella se resuelve el asunto, es decir,
cuando se la selecciona para que lo rija, haciéndole producir efectos jurídicos. Se la
excluye o inaplica, cuando no es seleccionada para resolver el caso, debiendo serlo,
independientemente de que al resultado (inaplicación) se haya llegado porque se
ignora su existencia, porque no se la considera vigente, o por un equivocado
entendimiento de su significado o alcance.

En este sentido ha venido siendo últimamente entendido por la jurisprudencia de la


Corte, que ha sido clara en sostener que la inaplicación se presenta no solo cuando la
norma ha sido ignorada, sino de cualquier forma excluida. Sobre el particular ha
dicho: "...los llamados sentidos o conceptos de la violación, o maneras como se llega
a la transgresión de una norma de derecho sustancial en el ejercicio de la actividad in
iudicando, son tres: falta de aplicación, aplicación indebida e interpretación errónea.
Se inaplica una norma, cuando se la excluye o ignora, debiendo ser acogida; se aplica
indebidamente, cuando se la tiene en cuenta, siendo ajena al hecho juzgado; y se
malinterpreta, cuando se yerra en la determinación de su significado. En las dos
primeras especies de violación, se equivoca en la selección del precepto que regula el
caso, mientras que en la última, acierta en su escogencia pero yerra al precisar su
sentido o alcance" (Cfr. Sentencias de 27 de mayo de 1997, Magistrado Ponente Dr.
Fernando Arboleda Ripoll, y 14 de febrero del 2000, Magistrado Ponente Dr. Alvaro
Orlando Pérez Pinzón, ya citada)."

2. En el cargo que se estudia se intenta presentar como ostensible la violación a la ley


sustancial en que habría incurrido el sentenciador al no aplicar la disminución de
pena prevista por el artículo 4° de la ley 40 de 1993, con lo cual le correspondería a la
Corte casar parcialmente el fallo en cuanto a la sanción impuesta, para rebajarla; pero
la realidad indica que tal circunstancia específica de atenuación punitiva no es
otorgable para el caso, pues la liberación de los injustamente retenidos se produjo

223
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

cuando ya se había "obtenido alguno de los fines previstos para el secuestro


extorsivo", con la promesa arrancada al padre de los aprehendidos de cancelar el
"precio" finalmente señalado para así proceder.

Debe tenerse en cuenta que admitir la tesis planteada por este impugnante, que
acoge la disertación del Magistrado disidente, como también lo hace el representante
del Ministerio Público, sería patrocinar la lenidad cuando se imponga el pago
extorsivo señalando el plazo para la cancelación, por un solo término como ocurrió en
este asunto, o a varias cuotas, obviamente como resultado del avasallamiento de los
secuestrados y sus allegados, modalidad muy utilizada hoy en día, que permite
obtener la utilidad sin los inconvenientes de la custodia directa y permanente sobre la
víctima. Lo que refulge del propósito del legislador al instituir la causal de atenuación
punitiva en el artículo 4° de la ley 40 de 1993, hoy 171 de la ley 599 de 2000, es el
incentivo para quien o quienes voluntariamente ponen fin al acto delictivo,
devolviendo la libertad dentro del lapso de 15 días, motu proprio y sin la obtención
efectiva del fin utilitario, económico, publicitario o político perseguido.

Al no haber concurrido en el asunto examinado el gesto espontáneo de los plagiarios


para dejar en libertad a los jóvenes Suárez Pinilla, cesando en su pretensión lucrativa,
aunque efectuaran la liberación cuando tan solo había transcurrido una noche, hizo
bien el juzgador al dejar de disminuir la pena, por haberse mantenido la exigencia
pecuniaria, a cumplir el día que se había impuesto a la familia víctima de la
compulsión. O sea, como claramente expresa el a quo al decidir por mayoría, no se
desistió "de la obtención del provecho o utilidad".

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 06/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : BAUTISTA BAUTISTA, ERNESTO ALBERCIO
PROCESADO : SAAVEDRA PINILLA, LEUTINIO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Secuestro
extorsivo
agravado
PROCESO : 15829

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REO AUSENTE/ CAPTURA/ INDAGATORIA/ VINCULACION AL PROCESO


PENAL

El casacionista manifiesta, en el primer cargo, que la sentencia impugnada fue


proferida en un proceso viciado de nulidad, frente a lo dispuesto por los artículos 29
de la Carta Política y 304-3 del decreto 2700 de 1991, por no haberse dispuesto la
indagatoria de (...) apenas fue capturado, en la etapa del juicio, conculcándose así su
derecho a la defensa, que influyó en no allegar pruebas para desvirtuar la acusación.

Frente a ello debe observarse, en primer lugar, que la demora para ser oído en
descargos el procesado, se debió a su evasión una vez ocurridos los hechos, tal como
corroboró su amigo y co-protagonista Alberto Cardona López, inicialmente escuchado
en indagatoria, quien afirmó que (...) lo había llamado una vez desde Medellín y luego

224
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

de Cali, para saber "cómo estaba el negocio, entonces yo le dije que el problema era
él, yo le dije que se presentara y me dice que de pronto, que lo está pensando" (f. 74
v.).

Ciertamente el artículo 386 del decreto 2700 de 1991, vigente para la época de la
captura del procesado, contemplaba, al igual que hoy lo hace el 340 de la ley 600 de
2000, que la indagatoria debe recibirse a la brevedad posible, a más tardar dentro de
los tres días siguientes a aquél en que el capturado haya sido puesto "a disposición
del fiscal". Pero tal precepto ha de analizarse de una manera sistemática, frente a la
aprehensión que se realiza cuando ya cuenta con un defensor letrado, después de ser
emplazado y vinculado por declaración de ausencia, originada en la contumacia a
comparecer voluntariamente.

Al estar transcurriendo el término de traslado previsto por el artículo 446 del estatuto
procesal penal anterior, hallándose debidamente vinculada la persona ausente, en la
forma que prevé la ley al efecto, ya se había superado la etapa procesal para ser
escuchado en indagatoria dentro de ese plazo y, de todas formas, (...) fue oído a
cabalidad, pero en la ocasión dispuesta por el artículo 448 ibídem, esto es, dentro de
la audiencia pública.

Es de observar que (...) fue capturado en Medellín el 3 de febrero de 1997 y el mismo


día se libró comunicación al Asesor Jurídico de la cárcel "Bellavista" para que se le
enterara sobre el estado del proceso, lo que en efecto se hizo, con especial referencia
al contenido de la resolución de acusación, que el 2 de diciembre anterior había sido
notificada personalmente a su defensor (fs. 161 a 166 y 152). El 7 de febrero de 1997
confirió poder a otro abogado, que en tiempo solicitó ampliar la exposición de Alberto
Cardona López, a la cual accedió el Juzgado el 20 de ese mes (fs. 158, 160 y 172).

De este modo, aunque el Juzgado de conocimiento nada haya dicho sobre la


recepción de la indagatoria, en la subsiguiente audiencia pública, llevada a cabo el 14
de marzo de 1997, se interrogó en presencia de su defensor a (...), como es de ley,
"sobre todo lo relacionado con los hechos y sobre aquello que conduzca a revelar su
personalidad" (fs. 177 y Ss.).

Basta leer el cuestionario y las respuestas, para apreciar que nada se echa de menos
en lo atinente al derecho de defensa y al ejercicio del contradictorio, como para que
en casación se pretenda anular una actuación perfectamente válida, con el prurito de
volver a preguntar lo mismo y concederle a la defensa una oportunidad que ya tuvo.

Cabe recordar lo determinado sobre este asunto por la Sala (cfr. Junio 22/99, ponente
quien ahora cumple igual función, rad. 12.435):

"Habiendo optado por la renuencia el declarado ausente, una vez se presente ante la
autoridad judicial o sea capturado, asume el proceso en el estado en que se
encuentre, sin que pueda retrotraerse la actuación para brindarle de nuevo
oportunidades que fueron atendidas con su defensor oficioso. Aunque la indagatoria,
en principio, es allegable en cualquier momento, su recepción no puede resquebrajar
el desarrollo armónico del proceso... el cual no ha de paralizarse en espera de la
concurrencia de alguien que no acude a ejercer su defensa material.

Así como la instrucción o el juicio no han de suspenderse, tampoco es posible


retrotraer la actuación para retornar a etapas ya superadas, ni otorgar nuevas
oportunidades al sindicado contumaz, quien precisamente las dejó vencer. Lo
contrario iría en contra de la preclusión de los pasos procesales y fomentaría
desigualdad entre las partes."

En esa misma providencia se indica que la ley no establece que "aprehendido el


contumaz, deba imperiosamente recibírsele injurada y, por tanto, haya de retrotraerse
la actuación o anular parcialmente un proceso adelantado de conformidad con la
preceptiva legal".

Más aún, si la participación del procesado en persona hubiera aportado datos


desconocidos hasta ese momento, tanto él como su defensor hubieran podido acudir
a lo dispuesto por el inciso segundo del artículo 448 del estatuto procesal penal
anterior: "Si de las pruebas practicadas en las oportunidades indicadas en el inciso
anterior, surgieren otras necesarias para el esclarecimiento de los hechos deberán ser
solicitadas y practicadas antes de que finalice la audiencia pública".

225
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En tales circunstancias, estima la Sala que no ha sido menguada, ni en mínima parte,


la efectividad de algún derecho fundamental, menos cuando el acusado tuvo la
oportunidad de rendir sus descargos en la audiencia pública, ni se restringió el acopio
de pruebas que desvirtuaran las de cargo, teniendo la defensa la posibilidad de
ejercer a plenitud el derecho de contradicción, ni en modo alguno se desconocieron
las bases esenciales de la instrucción o del juzgamiento, por lo cual no es procedente
la invalidación deprecada.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
FECHA : 06/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pereira
PROCESADO : VASQUEZ MARTINEZ, JAVIER DARIO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 13616

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ACCION DE REVISION-Apoderado

La acción de revisión es el derecho de acudir ante los tribunales predeterminados por


la ley, radicado en cabeza de los sujetos procesales que tengan interés jurídico y
hayan sido legalmente reconocidos dentro del trámite procesal, que surge de la
concurrencia de alguna de las causales previstas en el artículo 220 del Código de
procedimiento penal con miras a destronar, del carácter de definitividad e
inmutabilidad, la decisión ejecutoriada que puso fin a la actuación, sea que se trate
de sentencia, cesación de procedimiento o preclusión de la instrucción, para cuyo
ejercicio se requiere el adelantamiento de un procedimiento especial y posterior al
fallo definitivo.

De conformidad con el artículo 221 del estatuto procesal, el sentenciado se encuentra


facultado para promover la acción de revisión contra un fallo adverso a sus intereses,
lo cual no significa que si carece de la calidad de abogado titulado legalmente
autorizado para ejercer la profesión, se halle legitimado para presentar la demanda,
pues de conformidad con el artículo 127 ejusdem "para los fines de su defensa el
sindicado deberá contar con la asistencia de un abogado escogido por él o de oficio".

Obedece esta limitante, a que la acción de revisión corresponde a una actividad


posterior a la culminación del proceso, que comprende la elaboración del libelo según
precisos requisitos formales, la invocación de concretas causales legales, el correcto
señalamiento de los fundamentos jurídicos y fácticos, la relación de las pruebas que
se aportan para demostrar los hechos básicos de la petición, y una adecuada
sustentación compatible con la naturaleza de la causal que se invoca, todo lo cual es,
evidentemente, materia de especiales conocimientos jurídicos, como igual se exige
en casación (art. 209 del Código de procedimiento penal), pues el hecho de no
haberse contemplado expresamente para la revisión, como sí lo estaba en el Decreto
2700 de 1991 (art. 233), no puede entenderse que dicha exigencia hubiere
desaparecido del ordenamiento, ya que a estos efectos el inciso último del artículo
127 del estatuto procesal establece que "En todo caso si el sindicado fuere abogado
titulado y estuviere autorizado legalmente para ejercer la profesión, podrá de manera
expresa aceptar y ejercer su propia defensa sin necesidad de apoderado",
significando, entonces, contrario sensu, que en caso de no contar con dicha calidad,
siempre deberá estar asistido por quien sí la tenga.

Por manera que si en el sentenciado concurre la calidad de profesional del derecho,


bien puede actuar como demandante en revisión bajo la condición de que se
identifique como tal, legitimidad que no resulta acreditada en el evento contrario,
dado que por su propia naturaleza, la presentación de la demanda está reservada a

226
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

un abogado titulado como acto de postulación, precisamente por el carácter


eminentemente técnico y rogado que el instrumento ostenta.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Acción de Revisión
FECHA : 06/12/2001
DECISION : Inadmite la demanda de revisión presentada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Quibdó
CONDENADO : IBARGUEN ROMAÑA, EDGAR
DELITOS : Acceso carnal violento
PROCESO : 18520

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PRISION DOMICILIARIA-Sustitutiva de la prisión: Requisitos/ SUSTITUCION


DE LA PENA DE PRISION POR LA DOMICILIARIA

Si bien la sustitución de prisión en establecimiento de reclusión por el cumplimiento


de la pena en el domicilio del sentenciado, no constituye una gracia, entendida como
una concesión o favor que le hace el Estado, a través de su aparato judicial, a un
condenado, sin estar legalmente obligado a ello, sino ciertamente un derecho en la
medida en que el funcionario debe reconocerla, no menos cierto es que un tal
proceder, reglado como en efecto se halla, no obedece al capricho del juzgador, ni
mucho menos al arbitrio de los sujetos procesales o de los interesados.

Es la propia ley la que sujeta el reconocimiento de ese derecho a una serie de


requisitos y no, como equivocadamente lo entiende el recurrente, la desbordada
subjetividad del funcionario la base de su negativa. Así, el artículo 38 del Código de
Procedimiento Penal, condiciona su existencia a un mínimo punitivo y a un juicio
valorativo que debe formarse el juzgador sobre la conducta que presumiblemente el
condenado demostrará si se le reconociera la prerrogativa reclamada, pues el juez
debe deducir, de manera seria, fundada y motivada, con base en el desempeño
personal, laboral, familiar o social del sentenciado que éste no colocará en peligro a la
comunidad y que no evadirá el cumplimiento de la pena.

Por tanto, la ley le obliga al juez a que elabore un pronóstico diagnóstico sobre el
comportamiento del condenado y sí infiere, por el demostrado en los aspectos ya
citados, que éste no se ubica en una de las dos situaciones en que el ordenamiento se
fundamenta para su reconocimiento o negativa, será igualmente su obligación
reconocer la sustitución pretendida, bajo las demás condiciones también previstas en
la ley.

Por el contrario, si el juez, analizando los diferentes ámbitos, el personal, el familiar, el


laboral y el social del condenado, deduce que éste pondrá en peligro a la comunidad
o que evadirá el cumplimiento de la pena, es obvio que no está obligado a reconocer
la sustitución, así se trate en abstracto de un derecho, pues lo que en tal caso sucede
es que, simplemente, el condenado tiene una mera expectativa que, por lo mismo, no
alcanza el grado de aquél por no reunir los requerimientos legales que le darían
existencia y que obligarían a su consecuente reconocimiento.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Segunda Instancia


FECHA : 06/12/2001
DECISION : Confirma providencia que negó sustitución de la
pena
preventiva
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Villavicencio
CONDENADO : MARUQEZ QUEVEDO, FABIO ELBERTO
DELITOS : Prevaricato

227
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PROCESO : 19009

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior de


la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales/
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA/ COLISION DE COMPETENCIA/
JUEZ DE EJECUCION DE PENAS/ EJECUCION DE LA SENTENCIA-Juez
competente

Atañe, "con sujeción a la ley", al Consejo Superior de la Judicatura, por disposición


constitucional, (Artículo 257), "fijar la división del territorio para efectos judiciales y
ubicar y redistribuir los despachos judiciales", asi como por prescripción legal,
(artículo 85 de la Ley 270 de 1.996), "fijar la división del territorio para efectos
judiciales, tomando en consideración para ello el mejor servicio público", y además
que "el territorio de la nación se divide en distritos judiciales o distritos judiciales
administrativos y éstos en circuitos" (artículo 50, ídem), que "en la jurisdicción
ordinaria, los circuitos estarán integrados por jurisdicciones municipales", pudiendo
no coincidir la división judicial con la político administrativa, y que "la Corte Suprema
de Justicia, la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y el Consejo Superior de la
Judicatura, tienen competencia en todo el territorio nacional. Los Tribunales
Superiores, los Tribunales Administrativos y los Consejos Seccionales de la Judicatura,
tienen competencia en el correspondiente distrito judicial o administrativo. Los jueces
del circuito tienen competencia en el respectivo circuito y los jueces municipales en el
respectivo municipio" (artículo 11 ibídem).

El anterior supuesto normativo, contenido en una ley estatutaria, la que


indudablemente comporta en nuestro ordenamiento una jerarquía superior a una ley
ordinaria, no ha sufrido modificación alguna con la entrada en vigencia del nuevo
Código de Procedimiento Penal, pues lo que éste hace es precisamente observar
dichas facultades y principios señalando en su artículo 81 que "el territorio nacional
se divide para efectos del juzgamiento en distritos, circuitos y municipios. La Corte
Suprema de Justicia tiene competencia en todo el territorio nacional. Los tribunales
superiores de distrito judicial en el correspondiente distrito. Los jueces del circuito en
el respectivo circuito … Los jueces municipales en el respectivo municipio. Los jueces
de ejecución de penas y de medidas de seguridad en el respectivo distrito" (negrillas
fuera del texto), disponiendo además, en el parágrafo transitorio del artículo 79 que
"en aquellos distritos judiciales donde no se hayan creado las plazas de jueces de
ejecución de penas y medidas de seguridad, cumplirán estas funciones, mientras
tanto, los jueces de instancia respectivos".

En tal virtud, facultándole la Carta al Consejo Superior determinar, "con sujeción a la


ley", el mapa judicial, deviene incuestionable que el Acuerdo 548 de 1.999, como acto
administrativo, no el 472 que ya había sido derogado por aquél, por medio del cual
creó y organizó los circuitos penitenciarios y carcelarios en los distritos judiciales del
país, no ha perdido su vigencia al adquirirla el nuevo Código de Procedimiento Penal,
pues el alcance que tiene el artículo 81 de éste, en relación con la competencia
territorial de los jueces de ejecución, dadas las condiciones de su funcionamiento e
implementación así como la naturaleza de sus funciones, no puede ser el de que su
área comprenda todo el ámbito del distrito, ni puede entenderse que el nuevo
ordenamiento pretendió ampliar su jurisdicción territorial, o que su propósito fue el de
crear jueces de distrito. Por el contrario, la expresión "respectivo distrito" tiene un
alcance mucho más restringido en la medida en que el juez del circuito penitenciario
y carcelario sólo tiene atribuciones en los municipios que lo comprendan pero en
tanto pertenezcan al distrito judicial al cual se encuentre adscrito, por manera que si
el mapa judicial le señalare municipios de un distrito diferente, ya no tendría
competencia en éstos, sino exclusivamente en los de aquél al cual pertenezca. En
otros términos, los juzgados de ejecución continúan ejerciendo su competencia
solamente en el circuito penitenciario y carcelario que el Consejo Superior hubiere
conformado, pero no puede ir más allá del distrito judicial al que pertenezcan.

228
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En ese orden, vigentes, como en efecto lo están, los factores que determinan la
competencia de los juzgados de ejecución de penas y medidas de seguridad, es de su
resorte ejecutar las sentencias que dicten los jueces penales en tanto éstos se
ubiquen en el área de su circuito y además dentro del distrito judicial al cual aquellos
se hallen funcionalmente vinculados, siempre y cuando no se encuentre el
sentenciado privado de su libertad, así como de los fallos que dicte cualquier juez
penal de la República, en tanto el condenado se hallare recluido en establecimiento
situado en el territorio de su circuito penitenciario y distrito judicial al que pertenezca.

Bajo un tal entendimiento, siendo evidente que, de conformidad con el Acuerdo 548
de 1.999 el Juzgado de Ejecución de Penas y de Medidas de Seguridad de Manizales,
si bien tiene competencia en los municipios de su circuito penitenciario, que a la vez
corresponden al distrito judicial al cual se encuentra adscrito, no la tiene en el
municipio de Aguadas, pues no se halla éste incluido dentro del circuito penitenciario
en que ejerce aquél su jurisdicción no obstante ubicarse en el Distrito Judicial de
Manizales, en consecuencia le atañe conocer de la fase en mención al juzgado que
hubiere dictado la sentencia de primera instancia toda vez que en el territorio donde
se ubica el establecimiento donde se encuentra recluido el condenado, no funciona un
despacho de ejecución.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 07/12/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 4 P. C. de
Armenia
PROCEDENCIA : Juzgado de Ejec. de P. y M
CIUDAD : Manizales
PROCESADO : VERGAÑO MARTINEZ, CARLOS LUCIO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas
PROCESO : 18975

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PRESCRIPCION-Empleado oficial/ SERVIDOR PUBLICO

El nuevo ordenamiento penal (Ley 599 de 2000) introdujo un cambio sustancial en


cuanto a la manera de calcular el lapso de prescripción de la acción penal en la etapa
de juzgamiento, cuando se trata de delitos cometidos dentro del país, por un servidor
público en ejercicio de sus funciones, de su cargo o con ocasión de ellos, según lo ha
considerado mayoritariamente la Sala.*

En efecto, la interpretación sistemática de los artículos 80, 82 y 84 del Código Penal


derogado (Decreto 100 de 1980) y 83 y 86 del vigente (Ley 599 de 2000), llevan a las
siguientes conclusiones:

1. En ambos, el aumento de la tercera parte se aplica de manera autónoma tanto en


el sumario como en el juicio.

2. En los dos, interrumpido el término prescriptivo de la acción penal, con la ejecutoria


de la resolución de acusación o su equivalente, éste comenzará a correr de nuevo por
un tiempo igual a la mitad del máximo señalado en la ley (artículos 80 del C. Penal
derogado y 86 del actual).

3. En ambos estatutos el lapso prescriptivo no puede ser inferior a cinco (5) años
(artículos 80 y 83, respectivamente).

4. En el Decreto 100 de 1980 para calcular el término de prescripción en la etapa de


juzgamiento, primero se dividía por dos el máximo de la pena privativa de la libertad
previsto en la ley y luego se aumentaba la tercera parte, lo que significaba que si, por
ejemplo, ese máximo era de ocho años, se dividía por dos, lo que daba cuatro. Como
el resultado era inferior a cinco (5) años, menor al exigido en la ley, entonces se

229
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

aumentaba a ese guarismo, esto es, a cinco (5) años, y a estos se les incrementaba la
tercera parte, lo que daba seis (6) años y ocho (8) meses.

Este método de contabilización traía como consecuencia que cuando se trataba de


delitos cometidos dentro del país por servidores públicos en ejercicio de sus funciones
o de su cargo o con ocasión de ellos, el lapso de prescripción de la acción penal en el
juicio, nunca podía ser inferior a seis (6) y ocho (8) meses.

En el nuevo Código Penal (Ley 599 de 2000), al tenor de los incisos 1° y 5° del artículo
83, al máximo de pena privativa de la libertad previsto en la ley, primero se le suma la
tercera parte y luego sí se divide por dos.

En el ejemplo, partiendo de un máximo de ocho años (96 meses), se aumentará una


tercera parte, lo que nos dará 128 meses que al dividirse por dos, dará un guarismo
de 64 meses, esto es, cinco (5) años y cuatro (4) meses.

Como se observa, este segundo procedimiento de cálculo es más favorable al


procesado, por lo que se deberá aplicar.

___________________________
* Ver cas. 15.077, octubre 17 de 2001. M.P. Dr. Edgar Lombana Trujillo y auto del 26
de noviembre de 2001, M.P. Drs., Álvaro Orlando Pérez P y Nilson Pinilla P., Rad.
18222.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Segunda Instancia


FECHA : 07/12/2001
DECISION : Declara la prescripción de la acción, cesa
procedimiento
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Santa Marta
PROCESADO : LUGO CASTRO, RAFAEL VICENTE
DELITOS : Prevaricato por acción
PROCESO : 13774

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Salvamento de Voto DR. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL


Salvamento de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

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INIMPUTABILIDAD/ EXAMEN PSIQUIATRICO/ INVESTIGACION INTEGRAL-


Obligación de investigar lo favorable como lo desfavorable al imputado/
NULIDAD

Propone el demandante la nulidad de lo actuado a partir del cierre del ciclo instructivo
porque no se practicó la prueba psiquiátrica para determinar el estado de
inimputabilidad en que pudo obrar el sindicado al momento de cometer los delitos por
los que fue condenado, no obstante haberse ordenado desde el mismo momento en
que se resolvió la situación jurídica y existir elementos de juicio en el proceso que
acreditaban la necesidad de su recaudo.

Siendo este, pues, el planteamiento medular del ataque, importa al respecto recordar
que abundante y antigua es la jurisprudencia de esta Sala que ha sostenido, que el
medio idóneo para corroborar si el sujeto al momento de cometer el hecho se
encontraba en capacidad de comprender y autorregularse conforme a esa
comprensión es el examen psiquiátrico, cuya práctica resulta necesaria en los eventos
en que de acuerdo con los elementos de juicio que ofrece la actuación misma, se
haga viable colegir que el acusado pudo estar afectado en sus esferas cognoscitiva y
volitiva cuando cometió el delito, sin que una tal consideración implique que se esté
creando una específica tarifa legal en relación con ese elemento de convicción ni que

230
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

se deba desconocer el conjunto probatorio allegado al expediente, ya que estando


nuestro sistema procesal regido en esta materia por la sana crítica, será el Juez en
últimas el que, luego de valorar en su integridad las diferentes evidencias del
proceso, concluya si es dable o no reconocer un determinado estado psiquiátrico y de
suyo, el estado de inimputabilidad, sino que por tratarse de un tema científico, quizá
como pocos en el saber forense, tan especializado, es pertinente, que sean aquellos
que poseen esos conocimientos quienes con los debidos análisis y profundizaciones,
lo hagan, para así con una tal base, sea el juez quien colija si jurídico-legalmente
concurre la afirmación de imputabilidad o su exclusión.

En efecto, en sentencia del primero de noviembre de 1.994, sostuvo la Corte:

"…Para que el comportamiento de un procesado pueda ser ubicado dentro del marco
de la inimputabilidad -ha dicho la doctrina y la jurisprudencia con reiteración- es
preciso acreditar que al momento de realizar el hecho no tuvo la capacidad de
comprender su ilicitud o de determinarse de acuerdo con esa comprensión, debido a
inmadurez sicológica o trastorno mental, situación que por sus significativas
consecuencias punitivas debe ser plenamente comprobada sin que basten para su
exacto y cabal reconocimiento simples afirmaciones, conjeturas o meras alusiones
sobre su existencia.

" El medio de convicción idóneo para su verificación es el examen psiquiátrico,


inexcusable cuando en el expediente subsisten indicios reveladores de que el
procesado pudo encontrarse al momento de realizar el injusto en estado de
perturbación, desarreglo o alteración de la esfera emotiva de la personalidad,
causados por factores patológicos permanentes o transitorios o por circunstancias
ajenas a esos factores, sin que la experticia signifique plena prueba, pues la última
palabra le corresponde emitirla al Juzgador luego de confrontar esas conclusiones con
los demás elementos probatorios arrimados al proceso" (M.P., Dr. Jorge Enrique
Valencia Martínez).

Ese criterio jurisprudencial, que en vigencia del Código de Procedimiento Penal de


1.971 tenía un claro fundamento legal, al estar expresamente señalado en el artículo
411 la exigencia de ordenar el examen psiquiátrico, "desde el momento de la captura,
y tan pronto como el funcionario judicial o el instructor observen en el procesado
indicios de que se halla en cualquiera de las circunstancias del artículo 29 del Código
Penal, o que se encuentre en estado de embriaguez, intoxicación aguda o
inconciencia", continúa aplicándose con posterioridad, esto es, con los regímenes
establecidos en los Decretos 050 de 1.987 y 2.700 de 1.991, bajo el entendido que a
pesar de no subsistir tal exigencia en la ley, la consagración en ambos estatutos del
principio de investigación integral (artículos 358 y 333, respectivamente), armonizado
con los artículos 266 y 264, en cada caso, atinentes a la procedencia de la prueba
pericial cuando se requieran conocimientos científicos, técnicos o artísticos, así lo
imponían a efectos de salvaguardar la legalidad del proceso, pues podría darse el
caso en que se le impusiera condena a quien en realidad le correspondía una medida
de seguridad. Por ello, si se trata de establecer la inimputabilidad o no del sindicado,
solo es posible y viable el decreto del examen psiquiátrico "frente a medios de
convicción atendibles de los cuales surjan datos o antecedentes verosímiles relativos
a la personalidad del presunto imputable o de su conducta" (Casación de 4 de
noviembre de 1.992, M. P., Dr. Jorge Carreño Luengas).

De la misma manera, actualmente, cuando la normatividad que rige el sistema


procesal colombiano se encuentra contenida en la Ley 600 de 2.000, con mayor razón
se puede afirmar la vigencia incólume que mantiene el criterio jurisprudencial atrás
expuesto, si se tiene en cuenta que el principio de investigación integral se halla
consagrado como norma rectora (artículo 20) y de igual forma, la prueba pericial
contiene las mismas exigencias para su procedencia (artículo 249), siendo del caso
destacar que en cuanto hace relación con los dos Códigos de Procedimiento Penal
anteriores (Decretos 050 de 1.987, 2.700 de 1.991), el objeto de la investigación
continúa siendo el mismo, y por ello, esa labor que le corresponde desarrollar al
funcionario judicial -en especial a la Fiscalía- al encarnar la función punitiva del
estado corresponde, como imperativo, la carga de la prueba frente a la ocurrencia del
delito y la responsabilidad del sindicado y las circunstancias que la atenúen, eximan o
incluso, agraven y se dinamiza como es de esperarse con la labor de la defensa
-material y técnica-, la cual no solo ha de estar vigilante y atenta a su desarrollo, sino
que, dependiendo de cada caso en particular, su ejercicio puede colaborar en el
esclarecimiento de los hechos.

231
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

De ahí que en los artículos 360, 334 y 331 de esas tres últimas codificaciones
procesales mencionadas anteriormente se precisa -en particular en las dos primeras-
que el funcionario "ordenará y practicará" aquellas pruebas que estime conducentes
para el esclarecimiento de la verdad sobre los hechos, "especialmente respecto de las
siguientes cuestiones", haciendo relación todos ellos, incluido el actual, a: "… 3. Los
motivos determinantes y demás factores que influyeron en la violación de la ley
penal,… 5. Las condiciones familiares, o individuales que caracterizan la personalidad
del imputado, su conducta anterior, sus antecedentes judiciales, sus condiciones de
vida…".

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 11/12/2001
DECISION : Si casa, decreta nulidad, otorga libertad previa
caución
prendaría
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : PASTRANA MAÑOSCA, RAUL
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 15651

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTINCION DE DOMINIO/ COLISION DE COMPETENCIA/ COMPETENCIA


FUNCIONAL

Es cierto que con la expedición de la Ley 504/99 y con la sentencia de


inconstitucionalidad de algunas de sus disposiciones* , se generó en algunos casos
polémica en torno a la competencia para la tramitación de los procesos que
adelantaban los otrora denominados jueces regionales.

La existencia de sucesivos cuerpos colegiados para el conocimiento de los procesos y


las diversas interpretaciones que se generaron en torno a la aplicación, por ejemplo,
de los artículos 4° y 48 de la Ley 504 de 1999, propiciaron tal discusión. Sin embargo,
no es necesario acudir a esos criterios para determinar la competencia en segunda
instancia de la decisión que declaró extinguido el dominio, de conformidad con la Ley
333/96, pues esta señala, de manera clara, quien es el competente para conocer.

En efecto, aunque es una acción distinta e independiente de la responsabilidad penal,


sin embargo, la declaración de extinción de dominio corresponde a los jueces
competentes para conocer de las actuaciones penales. Así mismo, si hay actuaciones
penales en curso, la acción no se puede intentar independientemente y si la acción
penal se extingue o termina sin que se haya proferido decisión sobre los bienes,
continuará el trámite ante el mismo funcionario que conoció del proceso penal (art. 7,
10 y 14 de la ley 333 de 1996).

En consecuencia, no hay duda que quien debe conocer de la acción de extinción de


dominio es el funcionario judicial competente para adelantar la actuación penal.

Ahora bien, si en el caso que ocupa la atención de la Sala, quien dictó la sentencia
que declaró extinguido el dominio fue el Juez Regional de Bogotá y no siendo ya
procedente ni oportuno entrar a debatir el lugar de comisión del ilícito, no hay la
menor duda que el competente, por razón del factor funcional, para conocer en
segunda instancia de la sentencia de extinción de dominio, dictada el 20 de mayo de
1999, es la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, a la que se le adscribirá la
competencia.

______________________________

232
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

* Corte Constitucional. Sentencia C-392 del 6 de abril de 2000 M. P. Antonio Barrera


Carbonell

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 11/12/2001
DECISION : Declara la competencia del Tribunal de Bogotá
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
CONDENADO : URDINOLA GRAJALES, IVAN
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Enriquecimiento ilícito,
Concierto para delinquir, Encubrimiento
PROCESO : 18634

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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COLISION DE COMPETENCIA-Ley 504 de 1999/ HOMICIDIO AGRAVADO-


Causal 8a. del artículo 324 del C.P./ JUEZ ESPECIALIZADO

Con la desaparición, por virtud de la Ley 504 de 1.999, de la justicia regional y el


establecimiento de los Jueces Penales del Circuito Especializados, a éstos se les
atribuyó similar competencia a la que, en ese respecto, se asignaba a los Juzgados
Regionales, repitiéndose un tal esquema en la Ley 600 de 2.000.

Por ende, teniendo la ley procesal efecto general e inmediato en términos del artículo
6º del nuevo Código de Procedimiento Penal, resulta incuestionable que la
competencia para seguir conociendo de este juicio atañe al Juez Penal del Circuito
Especializado pues, habiéndose decretado preclusión de la instrucción por el punible
referido a las armas, dicha facultad persiste en su respecto habida consideración que
el delito de homicidio fue cometido en miembro de la Policía Nacional en
circunstancias tales que permiten deducir que el punible se cometió precisamente por
razón de ello, sin que sea viable, como erradamente lo sostienen los funcionarios
colisionantes, que la imposibilidad de imputar la causal de agravación conlleve la
incompetencia o los extraños remedios que sugiere el Juez de Girardot, pues es
patente que ambos institutos guardan su independencia, así se identifiquen en el
presupuesto fáctico que les sirve de fundamento, por manera que si la competencia
se determina a través de esa circunstancia no implica que ella deba necesariamente
hacer parte de la imputación, bien pudiendo suceder que, como acontece en este
caso, la atribución del juez especializado se derive de la calidad del sujeto pasivo del
delito, sin que ningún efecto pueda deducírsele al acusado en la pena por cuanto para
el momento de los hechos no era ciertamente circunstancia de agravación.

En conclusión como el delito de homicidio cometido en quien sea o hubiere sido


servidor público y por razón de ello, atañe al juez especializado, independientemente
de si esa situación se le puede o no imputar al acusado como circunstancia de
agravación, se dispondrá la remisión de las diligencias al Juzgado Primero Penal del
Circuito Especializado de Cundinamarca, informando de ello al funcionario de
Girardot.

233
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 11/12/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 1 P. C. E. de
Cundinamarca
PROCEDENCIA : Juzgado 1 P. C.
CIUDAD : Girardot - Cundinamarca
PROCESADO : AVILA PATIÑO, CARLOS ALFONSO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado,
Fabricación, trafic. y port. de armas de F.M.
PROCESO : 18718

PUBLICADA : Si

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COLABORACION EFICAZ/ FISCALIA GENERAL DE LA NACION/


MINISTERIO PUBLICO

Como emana del artículo 369 A del Código de Procedimiento Penal de 1991 -artículo
44 de la Ley 81 de 1993-, las ventajas inherentes a la colaboración eficaz están
supeditadas a un acuerdo que involucra al Fiscal General de la Nación, o al fiscal que
éste designe, y al procesado o condenado, previo concepto del Procurador General de
la Nación.

Estos presupuestos, como es obvio, también son requisitos imprescindibles cuando,


conforme con el artículo 369-C-6 del mismo estatuto, se solicita simultáneamente
sentencia anticipada o audiencia especial y beneficio por auxilio eficaz, pues no
obstante la remisión que el inciso hace a los artículos 37 o 37 A del Código de
Procedimiento Penal, resulta lógico y elemental que la pluralidad de peticiones no
significa desconocimiento de las exigencias de uno de los institutos.

Dicho de otra manera, si se solicita sentencia anticipada o audiencia especial y, a la


vez, reconocimiento por ayuda importante conforme con el artículo 369 A, cada uno
de estos fenómenos jurídicos se debe tramitar, aun cuando de consuno, con el
cumplimiento de sus respectivas condiciones. Tal es el alcance de la normatividad, si
se la mira sistemáticamente, como varios aspectos conformantes de un todo, vale
decir, integrando los diversos literales y numerales que constituyen el artículo 369 y
siguientes del estatuto procesal. No tiene soporte creer que con base en una lectura
singular y aislada de las disposiciones se pueda concluir que en el artículo 369 A se
exija la concurrencia de los presupuestos mencionados y que en el artículo 369-C-6
aquellos puedan ser omitidos.

Obediente a lo anterior, en alguna oportunidad la Sala calificó de "inexorable" la


participación del Fiscal General de la Nación y del Procurador General de la misma en
el desarrollo regulado en el artículo 369 A del código ritual (auto del 19 de marzo de
1996, M. P. Fernando Arboleda Ripoll, radicación No. 9662), adjetivo que si bien fue
referido exclusivamente a esa norma, no por ello puede desaparecer frente al 369-C-
6. Sería imposible pensar -porque transgrede la naturaleza de las cosas- que la
exigencia fuera "inexorable" en relación con "una" petición -búsqueda de beneficios
por colaboración eficaz- y "exorable" respecto de "dos" peticiones que deben transitar
el proceso conjuntamente.

Como quedó claro de la reseña hecha anteriormente, la fiscalía adelantó el trámite e


hizo alusión en el acta correspondiente a la disminución de pena por colaboración
eficaz, sin la concurrencia del Fiscal General de la Nación o de su delegado -a quien ni
siquiera comentó sobre la petición- y sin la opinión anterior del Procurador General de
la Nación o de su representante -a quien tampoco tuvo en cuenta para nada-.

234
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Y a ello siguió la flagrante equivocación de los señores jueces, quienes en vez de


ejercer control legal sobre la diligencia practicada por la fiscalía, siguieron la ruta del
yerro: mientras el funcionario de primera instancia redujo la pena por una hipotética
colaboración eficaz, el Tribunal ratificó el fallo previa modificación parcial del mismo
para atemperar aun más la sanción.

Como se percibe con facilidad, la irregularidad nació desde el inicio del trámite para
responder a la petición hecha por la defensa y el procesado, y se prolongó hasta la
primera instancia y, luego, prosiguió hacia la segunda, con efectos sustanciales
trascendentes en la sentencia. Por ello se trata de un error in iudicando que solo
afecta la decisión final pues que es precisamente allí, y no antes, donde se
materializa la finalidad de los mecanismos alternativos que en últimas tienen que ver
con la calidad y cantidad punitivas. Como es claro, la importancia no es predicable del
y desde el "acta de sentencia anticipada" porque lo mencionado en esta no constituye
más que un anhelo que sustancializa o no el juez cuando profiere la sentencia. Por
esta razón, reitérase, la irregularidad ha sido severa, mas en la sentencia, no en la
audiencia celebrada.

Por estos motivos, en alguna medida otorgando razón a la demandante, la Sala


casará la sentencia pero con tres precisiones: Una. No solo desde el punto de vista
formal, es decir, relacionado con el trámite, sino en cuanto al fondo del asunto, la
obtención de beneficios por colaboración eficaz era absolutamente improcedente
pues que, sobre el segundo tema, es claro que hablar de la devolución de un arma y
presentarse voluntariamente a las autoridades luego de haber huido el día de los
hechos, no constituye ningún mérito que pueda permitir una considerable reducción
de la sanción frente al contenido del artículo 369 A y siguientes del Código de
Procedimiento Penal, tal como lo entiende la Sala por unanimidad. Dos. La decisión
que tomará la Corte tiene que ver exclusivamente con la sentencia, pues la
irregularidad se predica de ella. Por eso, y con base en el artículo 229-1 del Código de
Procedimiento Penal, dictará el fallo que deba reemplazarla; y tres. Se refiere
únicamente al beneficio por colaboración eficaz, de donde se desprende que lo
relacionado con la "sentencia anticipada" mantiene su vigencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
FECHA : 11/12/2001
DECISION : Declara prescripción, casa parcialmente respecto
a
beneficios, redosifica la pena
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Ibagué
PROCESADO : COLLAZOS, LUIS ALBERTO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
PROCESO : 10499

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL


Salvamento de Voto DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS
Salvamento de Voto DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

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COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior de


la Judicatura para fijar la comprensión territorial de los Distritos Judiciales/
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA/ COLISION DE COMPETENCIA/
JUEZ DE EJECUCION DE PENAS/ EJECUCION DE LA SENTENCIA-Juez
competente

Ninguna contradicción cabe advertir, es menester precisar, entre la regulación que en


materia de competencia para la ejecución de la sentencia o cumplimiento de la
respectiva pena establecen los Arts. 79 en su Parágrafo transitorio, y 81 de la Ley 600

235
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

de 2000, y la atribución constitucional que, "con sujeción a la ley", le asiste al Consejo


Superior de la Judicatura para "fijar la división del territorio para efectos judiciales y
ubicar y redistribuir los despachos judiciales", conforme a lo normado en los Arts. 257-
1 de la Carta Política y 85-6 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia.

En efecto, de conformidad con aquella facultad el Consejo Superior de la Judicatura


expidió el Acuerdo Nº 548 del 22 de julio de 1999, por cuyo medio creó y organizó los
Circuitos Penitenciarios y Carcelarios en los Distritos Judiciales del país, como bien lo
acotan los funcionarios trabados en el conflicto del que aquí se ocupa la Sala, división
territorial que como tema concerniente a la administración de justicia trató la Ley 270
de 1996, según lo estatuido en el Art. 152, literal b) de la Carta Política.

Por su parte, la nueva codificación procesal penal en su Art. 79 señaló taxativamente


las actuaciones de las que deben conocer los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas
de Seguridad, empero en su Parágrafo transitorio introdujo como excepción, la
atinente a que de dichos asuntos deben ocuparse los jueces de instancia respectivos,
cuando existan distritos judiciales en los cuales no se hayan creado plazas para
aquella categoría de jueces, a quienes seguidamente en el Art. 81 les delimitó la
jurisdicción donde han de ejercer su competencia, que no es otra que la del
"respectivo distrito."

Entiende la Corte que con la regulación contenida en el último inciso del mentado Art.
81, lo que el legislador pretendió fue, además de propender por una mejor
racionalización del recurso humano y logístico en aspectos de reparto de trabajo de
dichos funcionarios, evitar que con la facultad que tiene el Consejo Superior de la
Judicatura de establecer la división territorial del país para efectos judiciales, pueda
crear y organizar Circuitos Penitenciarios y Carcelarios que abarquen municipios de
diferentes distritos.

De una tal manera no sólo se fijó con mayor precisión la competencia de los Jueces de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad delimitándola a su respectivo distrito,
impidiendo así que en razón de sus funciones dirima asuntos que por regla general
debería resolver funcionario judicial perteneciente a otro distrito, sino que también,
con sujeción a la ley, la citada Corporación podrá ejercer aquella atribución
constitucional en relación con la referida división territorial.
...

Como lo viene sosteniendo la Sala y ahora lo reitera, conforme con lo dispuesto en el


Art. 500 del anterior C. de P. Penal, hoy Art. 469, ejecutoriada la sentencia
condenatoria el control de su ejecución lo asume el Juez de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad. De manera que, la vigilancia sobre el cumplimiento del fallo
corresponde a estos funcionarios, cuya competencia cuando el condenado está
privado de la libertad, no depende de la naturaleza del hecho, o del lugar donde el
mismo se cometió, o de la dependencia judicial que profirió el respectivo fallo, sino de
un factor personal atinente al lugar donde aquél redime la sanción.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 11/12/2001
DECISION : Asigna competencia al Juzgado 1 Promiscuo M.
de
Génova - Quindio
PROCEDENCIA : Juzgado de Ejec. de P. y M.
CIUDAD : Manizales
CONDENADO : CARDONA HERRERA, HECTOR FABIO
DELITOS : Abuso de confianza
PROCESO : 18929

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION OFICIOSA-Presupone una demanda en forma/ NULIDAD/ ERROR


DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio/ ERROR DE DERECHO

1. El demandante expresamente anuncia que no hará cargos por la vía de la causal


tercera de casación (nulidad), pero invita a la Corte a que haga uso de la facultad de
oficio prevista en el artículo 228 del anterior Código de Procedimiento Penal,
exactamente correspondiente en su texto al artículo 216 del actual estatuto, norma
según la cual la Corporación deberá declarar de oficio las nulidades que advierta o
casará de la misma manera la sentencia si encuentra ostensible la violación a las
garantías fundamentales.

El actor piensa que debe invalidarse la actuación procesal por tres (3) motivos: el
hecho de haber dejado una constancia posterior al testimonio de la dama (...), por
fuera del contexto legal del testimonio que ya había rendido; la circunstancia de que
la testigo (...) no se identificó con su verdadero nombre y entonces aparece como una
"testigo secreta"; y la carencia de defensor en una buena parte del proceso, pues los
abogados que fungieron como tales se dedicaron a la mera lectura del expediente.

Pues bien, no puede olvidarse que la mencionada facultad para proceder de oficio
asignada a la Corte, de acuerdo con la norma que la regula tanto en el estatuto
vigente al momento de la demanda como en el actual, resulta excepcional y está
precedida de una regla general denominada "limitación de la casación", según la cual,
en principio, la Corporación no podrá tener en cuenta causales de casación distintas a
las que han sido "expresamente alegadas" por el demandante.

De modo que, en virtud del carácter eminentemente rogado de la casación, la nulidad


o la transgresión de garantías fundamentales, si se encuadran por el demandante en
una de las tres (3) causales de casación (así sea la tercera) deberán ser sometidas a
los mismos requisitos formales y, sobre todo al de sustentación adecuada, señalados
en el artículo 212 del Código de Procedimiento Penal, no sólo porque esta norma no
hace ninguna salvedad respecto del tercer motivo de casación, sino porque, según la
disposición del artículo 216, la facultad de oficio de la Corte en dichas materias es
residual y, por ende, condicionada a una demanda en forma.

Si el actor apenas hace un enunciado de la posible nulidad y de los hechos que


supuestamente la configuran, sin demostración alguna, obviamente que falta la clave
para que la Corte pueda examinar de fondo el asunto, cual es el de una demanda en
forma.

Sin embargo, debe aclararse que sólo la demanda en forma sobre el tema específico
excluye el uso de la facultad de oficio de la Corte, porque en tal caso ésta procede en
respuesta a una pretensión particular del demandante y no en ejercicio de una
potestad unilateral, de modo que una mera sugerencia del actor sobre supuestas
anomalías generadoras de la nulidad para nada interfiere la facultad de proceder de
oficio, y no por ello debe dejar de pronunciarse la Corporación, si el proceso evidencia
motivos para hacerlo. Omitir un pronunciamiento de nulidad, a pesar de la ostensible
anomalía, sólo porque la Corte se sintió insinuada o invitada para lo que
oficiosamente le corresponde, en virtud de una manifestación del demandante que no
satisface las formas propias para postular el cargo especifico (mas en todo caso
genéricamente media una demanda en forma), sería un acto de prepotencia estatal y
no de justicia, máxime que la Corte también está sujeta a la regla general de la
declaratoria de oficio de las nulidades prevista en el artículo 307 del Código de
Procedimiento Penal.

Eso si, el contenido lógico mismo de la facultad de oficio, indica que la Corte no está
obligada a hacer una declaración para negar el uso de la potestad, sino que sólo debe
expresarse cuando en verdad la activará positivamente por la presencia clara de
anomalías generadoras de nulidad o violatorias de las garantías fundamentales y no
frente a cualquier irregularidad no sustancial o intrascendente, pues, de otra manera,
sería darle respuesta generosa a un cargo apenas insinuado y no sustentado por el
demandante, sin parar mientes en que él mismo expresamente se abstuvo de
proponerlo como tal.

2. El error de hecho por falso juicio de identidad consiste en una desviación del
fallador, quien al momento de invocar o disponer la prueba en la sentencia adiciona a
ella expresiones que no pertenecen a su contenido declarativo, o suprime otras
realmente existentes en su materialidad, entonces parece que el censor apunta a la
alegación de esa falencia, cuando sostiene que el Tribunal no tuvo en cuenta

237
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

manifestaciones testimoniales que excluyen la participación delictiva de su defendido


en los hechos.
...

En primer lugar, se echa de menos una comparación del tenor de la sentencia


acusada con el contenido de los testimonios, a fin de demostrar que en realidad la
primera hizo caso omiso de algunas expresiones exculpatorias expuestas por los
testigos a favor del procesado (falso juicio de identidad); o que prescindió del mínimo
esfuerzo crítico-racional de las declaraciones, o lo hizo sin atención a pautas de
lógica, experiencia común o científica, o que trajo a colación inferencias sin
fundamentos empíricos o racionales, omisión o equívoco que entonces no le habría
permitido ver las inconsistencias o tendencias nocivas de los testimoniantes (falso
raciocinio). De acuerdo con el principio lógico de la razón suficiente, la presentación
entonces carece de la argumentación requerida, porque ni siquiera tiene como
referente lo dicho en el fallo demandando.

En segundo lugar, no es posible invocar simultáneamente el falso juicio de identidad y


el falso raciocinio respecto de la misma prueba, so pena de violar el principio lógico
de no contradicción, porque, no obstante que ambos fenómenos hunden sus raíces en
el denominador común del error de hecho, los dos obedecen a momentos distintos en
la apreciación del medio probatorio, como que el primero tiene que ver con la mera
invocación en su materialidad, mientras que el segundo avanza hacia una
construcción racional y la obtención de un significado de esos contenidos materiales,
en procura de la verdad, de modo tal que el segundo paso sólo puede darse en la
seguridad de que es íntegra la prueba que se valora.

3. La Corte no niega que puedan coexistir errores de hecho y de derecho en una


misma prueba, solamente que si el medio fue allegado con violación de sus formas
propias, bastaría la constatación de ese error de derecho para repudiarlo, sin
necesidad de verificar la integridad o fragmentación de la probanza en la estimación
material que el juez hizo de sus contenidos, en busca de presuntos errores de hecho,
amén de que adicionalmente debería demostrarse la trascendencia del yerro. Por
otra parte, si existiera temor de que no prosperara el cargo por el error de derecho,
bien podría plantearse el error de hecho como reproche adicional, pero en forma
separada y subsidiaria.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
FECHA : 12/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : HENAO ACEVEDO, RUBEN DARIO
DELITOS : Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa
personal, Homicidio
PROCESO : 14451

PUBLICADA : Si

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EXTRADICION POSITIVA-Canadá/ EXTRADICION POSITIVA-Tratados/


EXTRADICION POSITIVA-Ejecutivo: Eventualmente puede subordinar la
concesión de ésta

1. Conforme a las previsiones del artículo 35 de la Carta Política -modificado por el


Acto Legislativo No. 01 de 1997-, la extradición se solicitará, concederá, u ofrecerá de
acuerdo con los tratados públicos y a falta de éstos el Gobierno procederá según lo
establecido en la ley.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia conceptúa que los instrumentos


internacionales aplicables al caso son el Tratado de Recíproca Extradición de Reos

238
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

entre la República de Colombia y la Gran Bretaña, suscrito en Bogotá el 27 de octubre


de 1888, y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita en Viena el 20 de diciembre de
1988, los cuales se encuentran aprobados y ratificados por las Repúblicas de
Colombia y de Canadá.

Si bien el delito de concierto para traficar estupefacientes no figura contemplado


expresamente dentro del Tratado de recíproca extradición de reos suscrito en 1888
como de aquellos hechos punibles que ameritan la medida, es claro que "La
extradición puede también ser concedida a voluntad del Estado de quien se solicite
respecto de cualquiera otro delito por el cual pueda otorgarse de acuerdo con las
leyes vigentes de ambas Partes Contratantes", según previsión al efecto contenida en
el artículo II, inciso final, del instrumento internacional aplicable al caso.

Además, a voces de los artículos 3 y 6 de la Convención de las Naciones Unidas


contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas de 1988, se tiene
que "la producción, la fabricación, la extracción, la preparación, la oferta, la oferta
para la venta, la distribución, la venta, la entrega en cualquiera condiciones, el
corretaje, el envío, el envío en tránsito, el transporte, la importación o la exportación
de cualquier estupefaciente o sustancia sicotrópica...", y "la posesión o la adquisición
de cualquier estupefaciente o sustancia sicotrópica" con el objeto de realizar
cualquiera de estas actividades, o, "la participación en la comisión de alguno de los
delitos de conformidad con lo dispuesto en el presente artículo, la asociación y la
confabulación para cometerlos, la tentativa de cometerlos, y la asistencia, la
incitación, la facilitación o el asesoramiento en relación con su comisión", constituyen
delito que da "lugar a extradición en todo tratado vigente entre las Partes" (se
destaca).

Acorde con esto, el concepto que por virtud de la ley compete emitir a la Corte no
tendrá como fundamento el artículo 520 del Nuevo código de procedimiento penal,
sino lo previsto al efecto en los aludidos instrumentos internacionales, en cuanto
ambos constituyen el marco jurídico por el que se rige este particular evento.

2. El artículo VIII de la ley 148 de 1888, aprobatoria del Tratado de recíproca


extradición de reos entre la República de Colombia y la Gran Bretaña (vigente para
Canadá por virtud de la Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en materia
de Tratados, suscrita el 23 de agosto de 1978, según la cual un tratado bilateral que
en la fecha de una sucesión de Estados estuviera en vigor respecto del territorio a que
se refiere la sucesión de Estados, se considerará en vigor entre un Estado de reciente
independencia y el otro Estado parte cuando dichos Estados hayan convenido
expresamente en ello, o se hayan comportado de manera tal que deba entenderse
que han convenido en ello), establece que la solicitud de extradición debe cumplir los
siguientes requisitos:

- Que se presente por medio de los agentes diplomáticos de las Altas Partes
Contratantes.

- Debe ir acompañada de la orden de arresto expedida por la autoridad competente


del Estado que solicite la extradición y de las pruebas que, conforme a las normas del
país requerido, justifiquen su aprehensión, para el evento de haberse cometido el
delito en su territorio.

- Si la solicitud se refiere a una persona sentenciada, debe ir acompañada del fallo


condenatorio proferido por el Tribunal competente del Estado requirente.

El artículo XI, por su parte, condiciona la extradición a que las pruebas remitidas,
acrediten, conforme a la legislación del Estado requerido, los siguientes aspectos:

- Que el solicitado habría sido sometido a juicio en el evento en que el delito hubiera
sido cometido en su territorio.

- Que el solicitado es la misma persona sentenciada por los Tribunales del Estado que
formula la demanda.

- Que el delito por el cual la persona requerida ha sido convicta, sea de aquellos por
los cuales procede la extradición.

239
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El Artículo XII ejusdem, determina los medios probatorios que el Estado requerido
debe admitir para establecer los anteriores presupuestos:

- Declaraciones juradas o testimonios tomados en el otro Estado, o sus copias.

- Los autos y sentencias dictados en el Estado extranjero.

- Certificados que acrediten el hecho de la condena, o los documentos judiciales que


la establezcan, siempre y cuando se hallen autenticados como sigue:

- Toda orden debe llevar la firma de un juez, magistrado o agente público del otro
Estado.

- Las declaraciones juradas, los testimonios, o sus copias, deben ser certificadas de
puño y letra de un juez, magistrado o agente público del otro Estado, con expresión
de que se trata de declaraciones originales, o sus copias fieles, según el caso.

.- Todo certificado de condenación, o todo documento judicial en que conste el fallo


condenatorio, debe ser certificado por un juez, magistrado o agente público del otro
estado.

.- En cada caso, la orden, declaración, atestación, copia, certificado o documento


judicial, debe ser autenticado, ya sea mediante el juramento de algún testigo, o por el
sello oficial del Ministro de Justicia o de un Ministro de otro Estado; requisito que
puede ser sustituido por cualquier otro medio de autenticación permitido por las leyes
vigentes al tiempo de la investigación.

3. En relación con lo manifestado por la representación del Ministerio Público, es de


aclararse que la Corte no desconoce que las disposiciones aplicables en Canadá a la
conducta del requerido establecen pena de prisión perpetua, posibilidad que se halla
proscrita por nuestra Carta Política (art. 34). Por esta razón, no obstante no ser asunto
que determine el sentido del concepto, debe advertir que corresponde al Gobierno
nacional subordinar la concesión de la extradición a las condiciones que considere
oportunas en orden a que el precepto constitucional, se cumpla; exigiendo en todo
caso, que el solicitado no vaya a ser juzgado por un hecho diverso del que motiva la
extradición conforme se establece en el artículo VII del Tratado, ni sometido a tratos o
penas crueles inhumanos o degradantes entre los que se incluye la prisión perpetua,
y si la legislación del estado requirente sanciona con pena de muerte el injusto que
motiva la extradición, la entrega sólo se hará bajo la condición de la conmutación de
tal pena.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Concepto Extradición
FECHA : 13/12/2001
DECISION : Con aclaraciones conceptúa favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Canadá
REQUERIDO : ESCOBAR BURGOS, FELIPE
DELITOS : Concierto para delinquir-narcotráfico
PROCESO : 18543

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

EXTRADICION POSITIVA-Naturaleza del instrumento/ EXTRADICION


POSITIVA-Documentos anexos-Presunción de autenticidad/ EXTRADICION
POSITIVA-Equivalencia de la acusación

1. Es necesario recordar que, en pretéritas oportunidades, con criterio reiterado, la


Sala se ha pronunciado, en el sentido de que su labor se centra, exclusivamente, en
emitir el respectivo concepto dentro de los precisos parámetros que estatuye el
artículo 520 del nuevo C. de P. Penal (antes art. 558), sin que esté contemplado
pronunciarse sobre la validez o el mérito de los elementos de juicio en que se apoya

240
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la petición de extradición, ni sobre la inocencia o responsabilidad de la persona


solicitada, ni sobre los cargos que se imputan en el respectivo indictment, pues, de
hacerlo, se estaría entrometiendo en la soberanía y en la jurisdicción de los tribunales
del Estado solicitante, por lo que dichos aspectos deben discutirse al interior del
respectivo proceso.

Sobre el punto, se ha dicho:

"La extradición, ha sido sostenido por la Corte, no corresponde a la noción de un


proceso judicial en el que se juzgue la conducta de aquél a quien se reclama en
extradición, sino que obedece a un instrumento de cooperación internacional previsto
normativamente (Convención, Tratado, Convenio, Acuerdo, Constitución o ley, según
el caso), con la finalidad de evitar la evasión de la acción de la justicia por parte de
quien ha realizado comportamientos delictivos escondiéndose en territorio sobre el
cual carecen de competencia las autoridades jurisdiccionales que solicitan su
presencia, y pueda responder personalmente por los cargos que le son imputados y
por los cuales se le convocó a juicio criminal.

"Debido a ello, en su trámite no tienen cabida cuestionamientos relativos a la validez


o mérito de la prueba recaudada por las autoridades extranjeras, sobre la ocurrencia
del hecho, el lugar de su realización, la forma de participación o el grado de
responsabilidad del encausado; la normatividad que prohíbe y sanciona el hecho
delictivo; la calificación jurídica correspondiente; la competencia del órgano
jurisdicente; la validez del trámite en el cual se le acusa; o la pena que le
correspondería purgar para el caso de ser declarado penalmente responsable; pues
tales aspectos corresponden a la órbita exclusiva y excluyente de las autoridades del
país que eleva la solicitud, y su postulación o controversia debe hacerse al interior del
respectivo proceso con recurso a los instrumentos dialécticos que prevea la
legislación del Estado que formula el pedido"* .

2. Dichos documentos fueron presentados para su autenticación ante la Cónsul de


Colombia en Washington D.C., señora Consuelo Sánchez Durán, como así lo constató
y lo avaló la Oficina de Legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores,
cumpliéndose con lo establecido por el artículo 259 del C. de P. Civil, modificado por el
1°, numeral 118 del D. E. 2282 de 1989 que dice: "Los documentos públicos
otorgados en país extranjero por funcionario de éste o con su intervención, deberán
presentarse debidamente autenticados por el cónsul o agente diplomático de la
República, y en su defecto por el de una nación amiga, lo cual hace presumir que se
otorgaron conforme a la ley del respectivo país. La firma del cónsul o agente
diplomático se abonará por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, y si se
trata de agentes consulares de un país amigo, se autenticará previamente por el
funcionario competente del mismo y los de éste por el cónsul colombiano",
disposición aplicable al caso, en virtud del principio de integración previsto en los
artículos 23 y 513, último inciso, de la Ley 600 de 2000 (antes arts. 21 y 551 del C. de
P. Penal).

3. En el presente caso advierte la Sala que no existe dificultad alguna para concluir
que se cumple con el requisito de la equivalencia, contemplado en el numeral 2° del
artículo 511 de la Ley 600 de 2000 (antes art. 549.2 del C. de P. Penal), el cual exige
"que por lo menos se haya dictado en el exterior resolución de acusación o su
equivalente".

En efecto, el Gran Jurado del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito
Sur de Florida, División Fort Lauderdale, acusó a Adriana Marcela Vacca Bojacá por los
delitos señalados en precedencia, mediante acto procesal que en nuestra legislación
equivale a la resolución de acusación, como emerge de las siguientes similitudes, que
las tornan equivalentes, mas no iguales, pues corresponden a sistemas judiciales
distintos, como lo ha dicho la Sala .

a) Es un pliego concreto de cargos en contra del acusado para que se defienda de


ellos en el juicio.

b) La actuación procesal subsiguiente es el juicio oral que finaliza con el respectivo


fallo de mérito.

c) Se señalan los hechos, con especificación de las circunstancias de tiempo, modo y


lugar en que ocurrieron y la calificación jurídica de la conducta, con indicación de las
disposiciones sustanciales aplicables.

241
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En consecuencia, se observa que con la resolución de acusación que emitió la


autoridad judicial del Estado requirente, se abre la fase subsiguiente en ese trámite
procesal que no es otra que la del juicio oral, el que finaliza con el respectivo fallo de
mérito, como sucede en Colombia. De igual manera, se especifica el lugar y la fecha o
época en que los hechos tuvieron ocurrencia, los nombres de los partícipes y la
calificación jurídica de la conducta imputada, con lo cual se satisfacen los aspectos
fáctico y jurídico de la imputación y, consecuencialmente, el postulado analizado.

_____________________________________
* Concepto del 8 de agosto de 2000, M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll.
** Extradiciones números 16515 y 16720, del 8 de agosto y 12 de diciembre de 2000,
M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll y Extradición N° 16702, concepto del 9 de agosto
de 2001, M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Concepto Extradición
FECHA : 13/12/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : VACCA BOJACA, ADRIANA MARCELA
DELITOS : Lavado de activos, Concierto para delinquir-
narcotráfico
PROCESO : 16722

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Estados Unidos-Trámite a la solicitud de nacionales/


EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación: Concierto para delinquir/
EXTRADICION POSITIVA-Ejecutivo: Eventualmente puede subordinar la
concesión de ésta/ HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL/ EXTRADICION
POSITIVA-Equivalencia de la acusación

1. Previamente a examinar los aspectos que atañen, propiamente, al concepto que se


demanda de la Corporación en el trámite de extradición se hará alusión a la solicitud
elevada por el capturado (...) en el curso del traslado para presentar alegatos de
conclusión, en el que pide se declare la nulidad del trámite, por cuanto, la nota verbal
presentada por la Embajada de los Estados Unidos solicita la captura con fines de
extradición de un ciudadano ecuatoriano y la Corte le negó la posibilidad de probar
que se trata de un ciudadano colombiano.

Sobre el particular debe señalarse que ninguna irregularidad se deriva de la


circunstancia prenotada por el retenido (...). Independientemente de su nacionalidad
colombiana o extranjera, en la actualidad no existe ningún impedimento de rango
constitucional ni legal que haga improcedente el trámite de la solicitud de
extradición.

En efecto, si se tratara de ciudadano colombiano la prohibición de extraditar


colombianos por nacimiento a que se refería el artículo 35 de la Carta Política fue
superada con la expedición del Acto Legislativo No. 01 del 16 de diciembre de 1997,
es decir, que debe la Corte limitar su examen al cumplimiento de las exigencias de
rango legal a que se refiere el Código de Procedimiento Penal en su artículo 558 al
haber conceptuado la Cancillería que ésta es la normatividad aplicable al caso al no
existir tratado entre el Estado requirente y nuestro país.

2. Colombia y Estados Unidos de América se rige, según el concepto emitido por el


Ministerio de Relaciones Exteriores, por las normas contenidas en el Código de
Procedimiento Penal, el principio de doble incriminación se determinará atendiendo
las premisas del artículo 549-1 Como quiera que el trámite de las solicitudes de
extradición entre, es decir, que el hecho que motiva la extradición esté previsto como

242
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

delito en Colombia y reprimido con una sanción privativa de la libertad cuyo mínimo
sea inferior a cuatro años.
...

Se acusa a (...) y a otros de haberse combinado, conspirado, confederado y puesto de


acuerdo para violar las leyes del crimen organizado de los Estados Unidos, de manera
concreta el Título 18 Sección 1962 del Código de los Estados Unidos, que trata de
conducir y participar directa e indirectamente, en la conducta de los negocios de la
empresa que se involucró en actividades que afectaron el comercio interestatal y
extranjero a través de un patrón de actividades de delincuencia organizada.

Cargos sobre los cuales la Corte ya se ha pronunciado al sostener en conceptos


anteriores relativos a personas señaladas como integrantes de la "Organización
Restrepo" y que resultan válidos para el caso de JORGE GARCÍA:

"Las normas sustanciales aplicadas, cuya traducción fue oportunamente allegada al


expediente, tratan de los delitos y actividades de crimen organizado o "cualquier
acción que involucre asesinato, secuestro, juegos ilícitos, incendio premeditado, robo,
cohecho, extorsión, tratos obscenos, o venta de sustancias controladas, o sustancia
química clasificada …lo cual está sujeto a una acusación bajo las leyes estatales y
penado con prisión por más de un año", siendo "ilegal para cualquier persona
empleada por, o asociada con cualquier empresa dedicada a actividades que afecten
el comercio interestatal o extranjero el conducir o participar, directa o indirectamente,
en la conducta de tal empresa a través de actividades de Crimen Organizado",
precisando la normatividad allegada que "Cualquiera que viole cualquiera de los
términos de la sección 1962 de este capítulo será multado bajo este título o
encarcelado por no más de veinte años (o de por vida si la violación está basada en
una actividad de Crimen Organizado cuya máxima pena incluye prisión de por vida), o
ambas penas".

En la legislación colombiana, por su parte, los delitos de "delincuencia organizada" y


"conspiración para conducir los asuntos de la empresa a través de un patrón de
actividades de crimen organizado", corresponden al "concierto para delinquir"
previsto por el artículo 186 del Código Penal que entre otras hipótesis, prevé pena de
prisión de diez (10) a quince (15) años cuando, como se establece de los términos de
la acusación, el concierto sea para cometer delitos de narcotráfico.

Dado que las autoridades judiciales de los Estados Unidos de América acusan a
NELSON BAEZ "y a otros con delincuencia organizada", de "conducir los negocios de
la empresa utilizando un patrón de crimen organizado, incluyendo en este caso la
distribución de narcóticos", es de concluirse que en relación con los CARGOS UNO y
DOS de la resolución enjuiciatoria se cumple el presupuesto relativo a la doble
incriminación para extraditar pues en la legislación penal colombiana tales
comportamientos también se hallan definidos como delito, y por su realización prevé
pena mínima superior a cuatro años de prisión."*

De manera particular sobre el cargo segundo, el concepto emitido respecto de ALEX


RESTREPO refiere:

"Entonces, resulta nítido que los hechos punibles imputados al solicitado en


extradición corresponden al concierto para delinquir (artículo 186 inciso 2° del C.
Penal), preceptiva que tiene, para este caso, una pena privativa de 10 a 15 años, ya
que dentro de los actos concertados estaban los de poseer y distribuir narcóticos,
cumpliéndose, por lo tanto el presupuesto de la doble incriminación,

Sin embargo, es pertinente aclarar, con relación a los delitos de "delincuencia


organizada" y "conspiración para crimen organizado", previsto en Colombia con el
nomen iuris de "concierto para delinquir", como se vio, que se empezaron a cometer
desde antes de promulgado el Acto Legislativo 01 de diciembre 16 de 1997,
reformatorio del artículo 35 de la Constitución, que autorizó la extradición de los
colombianos por nacimiento, salvo para hechos cometidos con antelación a su
vigencia, pero que se continuaron cometiendo con posterioridad, tratándose de
conductas permanentes, por lo que les es aplicable la nueva normatividad
constitucional y, por ende, es procedente la extradición."**

3. En este cargo el Procurador Delegado hace expresa su preocupación por la


posibilidad de que la acusación por asesinato pueda conllevar como sanción la pena
de muerte según la legislación del Estado requirente. Sobre el particular la Sala debe

243
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

señalar que de conformidad con el artículo 11 de la Carta Política el derecho a la vida


es inviolable y proscribe la pena de muerte, al igual que la prisión perpetua según el
artículo 34 ídem.

Al examinar por vía de constitucionalidad el inciso 2° del artículo 550 del Código de
Procedimiento Penal (D. 2700/91) la Corte Constitucional declaró su exequibilidad
condicionada al respeto de estas garantías al precisar:

"Por lo que hace al segundo inciso de la norma citada, encuentra la Corte que no riñe
con la Constitución la exigencia de que, si en la legislación del Estado requierente, el
delito por el cual se conceda la extradición es sancionable con "la pena de muerte, la
entrega sólo se hará bajo la condición de la conmutación de la pena", pues, como es
suficientemente conocido, esa pena se encuentra prohibida en Colombia a partir del
Acto Legislativo Nº 03 de 1910, y su prohibición en la Constitución, ha sido reiterada
en la Carta de 1991, cuyo artículo 11, expresamente dispone que "El derecho a la vida
es inviolable. No habrá pena de muerte".

Del mismo modo, la Constitución colombiana vigente, en perfecta armonía con las
normas y principios del Derecho Internacional Humanitario, en su artículo 12 dispone
que "Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes", disposición constitucional ésta que, además, en
el Derecho Internacional obliga igualmente a Colombia, por haber suscrito el Ejecutivo
y aprobado el Congreso Nacional la "Convención contra la tortura y otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes", conforme aparece en la Ley 78 de 1986.

Así pues, si se concede la extradición, no sólo habrá de entenderse que en caso de


que exista en el Estado requirente la pena de muerte, la entrega se hará bajo la
condición de la conmutación de ésta, sino, también bajo el entendido de que al
extraditado no se le podrá someter ni a torturas, ni a tratos o penas crueles, ni a
desaparición forzada, ni a tratamiento degradante e inhumano, razón por la cual así
habrá de condicionarse la constitucionalidad que se declara del artículo 550 del
Código de Procedimiento Penal."***

Por consiguiente, sobre este punto debe pronunciarse el Gobierno al momento de


evaluar la conveniencia de conceder o no la solicitud de extradición, es decir, que no
es facultativo de la Corte condicionar el concepto que se le solicita sobre la los
aspectos que vienen siendo objeto de estudio, sino verificar si las exigencias de orden
legal se cumplen o no.

4. La conducta así señalada en la legislación colombiana corresponde a la descripción


prevista en los artículos 103 y 104-2 del Código Penal, como homicidio agravado, que
prevé pena de prisión de 25 a 40 años para los infractores, cuando la muerte se
ocasione para "preparar, facilitar o consumar otro hecho punible", es decir, que
quedaría comprendida en el cargo 12, y conceptualmente resulta diferente la
definición típica acerca del delito de homicidio preterintencional a que se refiere el
artículo 325 ibídem.

En concepto anterior, ya citado, la Corte sostuvo sobre el particular:

" En Colombia la doctrina tiene establecido que la disposición hoy vigente sobre
homicidio preterintencional, contempla la hipótesis fáctica de quien con el propósito
de perpetrar una lesión corporal, ocasiona la muerte de su víctima, de tal forma que
el resultado producido, por falta de previsión, o por haber confiado imprudentemente
en poder evitarlo, excede la voluntad del agente, situación que dista de coincidir con
los hechos a que se refiere este cargo de la acusación proferida contra NELSON BAEZ.

Sin embargo, como la información que el cargo suministra no es suficiente para


aclarar el punto y establecer con precisión si el hecho corresponde al supuesto fáctico
de homicidio agravado, o del homicidio preterintencional definidos en el Estatuto
Sustancial Penal de Colombia, es de decirse, que, de todas maneras, aún de
aceptarse que la imputación se basa en que la intención de los agentes no fue la de
ocasionar la muerte de DONALD PAGANI, en esta hipótesis de solución también se
cumple el presupuesto relativo a la doble incriminación y la pena mínima para
extraditar, dado que de juzgarse en Colombia al requerido en extradición, la pena
mínima correspondiente al hecho sería de 13 años y cuatro meses de prisión"****

Luego, se concluye que a pesar de contarse con la información suficiente para


determinar si el homicidio se le atribuye como un cargo de asesinato o

244
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

preterintencional, tratándose del juzgamiento del hecho naturalísticamente


considerado, la muerte del ex funcionario, aunque éste no haya sido el propósito de
los acusados, la exigencia relativa al mínimo del cuantum punitivo se cumple en este
caso.

5. Los acontecimientos, así descritos y relacionados fueron calificados jurídicamente,


por el Jurado Indagatorio del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos Distrito Sur de
Nueva York en la resolución de acusación sustitutiva No. S1 99 CR 1113 del 28 de
diciembre de 1999, la cual vincula a (...) con ocho de los catorce cargos que contiene,
la que, por supuesto, tiene equivalencia con la resolución de acusación que se emite
en el proceso penal colombiano, similitudes que las torna en equivalentes, guardadas
las diferencias propias por pertenecer los pliegos de cargos a dos sistemas judiciales
diferentes.

Coincidencias que se precisaron en concepto anterior al señalar:

"a) Es un pliego concreto de cargos en contra del acusado para que se defienda de
ellos en el juicio.

b) La actuación procesal subsiguiente es el juicio oral que finaliza con el respectivo


fallo de mérito.

c) Se señalan los hechos, con especificación de las circunstancias de tiempo, modo y


lugar en que ocurrieron y la calificación jurídica de la conducta, con indicación de las
disposiciones sustanciales aplicables y su ubicación genérica en el Código de la
materia.

d) Con dicho acto se interrumpe la prescripción de la acción penal."

_______________________________
* Rad. 16.912, 1° de agosto de 2000, magistrado ponente Fernando Arboleda Ripoll
** Rad. 16911, concepto del 29 de agosto de 2000, ponente doctor Jorge Córdoba Poveda
*** Corte Constitucional C-1006/00 del 24 de agosto, ponente doctor Alfredo Beltrán S.
**** Rad. 16.912, concepto del 1° de agosto de 2000, ponente doctor Fernando Arboleda Ripoll.
***** Rad. 16911, concepto del 29 de agosto de 2000, ponente doctor Jorge Córdoba

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Concepto Extradición
FECHA : 13/12/2001
DECISION : Conceptúa favorablemente por unos cargos y
desfavorable por otros
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : GARCIA, JORGE
DELITOS : Homicidio, Concierto para delinquir-narcotráfico
PROCESO : 16913

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Equivalencia de la acusación/ EXTRADICION


POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores/ EXTRADICION
POSITIVA-Doble incriminación/ EXTRADICION POSITIVA-Responsabilidad de
la persona solicitada/ PRUEBA

1. La decisión de no acreditar toda una serie de documentos legales sobre esa


actuación procesal en los Estados Unidos de América fue fundamentada por la Corte
en la superfluidad, por estimarse que dentro de la documentación se halla la

245
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

información suficiente y necesaria para concluir si ese documento es o no equivalente


a la resolución de acusación nacional. Al recurrente le parece que ello es cierto,
siempre y cuando se trate de un análisis formal, pero insiste en la práctica de las
pruebas porque, a su juicio, es necesario un estudio de fondo de la figura jurídica del
Indictment.

La Corte ha señalado insistentemente que su actuación dentro de la fase judicial del


trámite de extradición está limitada por la fuente formal en la que se resuelve la
petición del país requirente. Esa fuente formal en este caso concreto es el Código de
Procedimiento Penal colombiano y allí se indica que debe verificarse la "validez formal
de la documentación". Esto es, justamente lo contrario de los sustancial, por lo que
independientemente de criterios interpretativos de conveniencia, la tarea de la Corte
no puede ir más allá de lo que la ley le indica. Para la Corte es suficiente para la
realización de su tarea en ese aspecto específico, la presencia del Indictment,
propiamente dicho y de la declaración del Fiscal Adjunto de los Estados Unidos en el
Distrito Sur de la Florida, pues de uno y otro encuentra que ese acto procesal contiene
los hechos, las normas infringidas, se trata de una acusación y a partir de él se da
inició al juzgamiento de aquel contra quien se ha dictado. Esa información es
suficiente y necesaria para determinar su equivalencia con la resolución de acusación
nacional. En consecuencia no se repondrá el auto impugnado por estas razones.

2. La simple lectura del artículo 514 del Código de Procedimiento (que era el 552 del
Código derogado) pone de presente que la ley obliga al Ministerio de Relaciones
Exteriores a emitir un concepto en el que "exprese si es del caso proceder con
sujeción a convenciones o usos internacionales o si se debe obrar de acuerdo con las
normas de este Código". Esa es la obligación principal de ese Ministerio y en
cumplimiento de ella debe hacer una integración sistemática con el Código Penal y
con la Constitución Política, sin que sea contrario a ésta que estime que hay falta de
Tratado internacional cuando él no es aplicable en el orden interno.

Como de tiempo atrás lo viene señalando la Corte*, el concepto de la Cancillería


expresa la voluntad de política exterior del Estado colombiano en cuanto a la norma
bajo la cual considera que es del caso proceder y respecto de la cual está dispuesto a
enfrentar todas sus consecuencias. Ese concepto no es discutible por la Corte en la
medida en que no sea abiertamente contrario a la Constitución. La inaplicabilidad
interna del Tratado es un tema implícitamente analizado y descartado por la
Cancillería en la medida en que sugirió obrar de acuerdo a la Ley

Esa situación traslada el tema a un ámbito puramente jurídico y que por tanto no es
objeto de prueba, aunque si de debate a la hora del traslado para alegar que hace
parte del trámite de las extradiciones. El defensor puede en tal ocasión intentar
demostrar que, tal como él lo reconoce, la vigencia internacional de un Tratado a
pesar de su inaplicabilidad interna, impide obrar en materia de extradición de
acuerdo a la Ley. Para ello no requiere de ninguna prueba, simplemente de la
exposición razonada de su posición jurídica, pues los elementos materiales son
innecesarios de prueba.

3. Cuando el abogado defensor de (...) hizo la solicitud de pruebas sobre este aspecto,
la ilustró con un ejemplo en los siguiente términos. "(...) que si se pide a una persona
por homicidio, pero la conducta realmente llevada a cabo es hurto, la extradición no
se puede conceder por no cumplirse con el requisito de la doble incriminación" (folio
29)

Por esa razón es que la Corte le explicó en qué consistía el principio de la doble
incriminación, lo hizo en los siguientes términos: "El problema de la doble
incriminación en la ley se resuelve de manera simple. De una parte se toma el
acontecimiento fáctico y respecto de él se establece si en Colombia es una conducta
punible y si tiene una sanción punitiva mínima de 4 años de privación de la libertad.
Así, pierde importancia la nominación típica que tales hechos tengan en el exterior o
que su denominación no coincida con la que se ha adoptado dentro del territorio
nacional ".

4. Pruebas encaminadas a demostrar que (...) está acusado de un hecho que


físicamente no pudo realizar.

El tema, tal como lo indicó la Corte en el auto que negó las pruebas, de la
responsabilidad penal del procesado en el asunto por el que se le dictó el Indictment,
es por completo ajeno a los deberes de verificación que cumple la Corporación. La

246
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

culpabilidad o inocencia de un requerido en extradición es un tema propio del acto de


juzgamiento y la Corte no puede - bajo la Ley colombiana - realizar juicios sobre ese
aspecto, no solo porque se opone a la naturaleza del trámite de extradición
(verificación de requisitos para acceder a la cooperación internacional), sino porque
también se opone al principio de verificación formal que gobierna de acuerdo al
Código de Procedimiento Penal el Concepto que debe rendir la Corte.

_____________________________
* Confrontar Concepto de extradición del 15 de agosto de 2000. Radicación 15.325.
País requirente: España. Magistrado Ponente: Carlos Eduardo Mejía Escobar.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
FECHA : 13/12/2001
DECISION : No repone auto que negó unas pruebas
PAIS REQUIRENTE : Estados Unidos de América
REQUERIDO : DOGLIONI VALLEJO, CESAR LORENZO STEFANO
PROCESO : 17271

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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EXTRADICION POSITIVA-Tratado con Panamá/ EXTRADICION DE


NACIONALES

En vista de que el Ministerio de Relaciones Exteriores expresamente conceptuó "que


el Convenio aplicable para el presente caso es el Tratado de Extradición suscrito entre
Panamá y Colombia el 24 de diciembre de 1927", aprobado en nuestro país por medio
de la Ley 57 de 1928 (octubre 9), la Corte debería indagar preferentemente las
condiciones y requisitos formales plasmados en el Convenio y, sólo por integración y
en subsidio, se aplicarían las normas del Código de Procedimiento Penal, como lo
dispone el artículo 499 de este último ordenamiento.

Sería del caso entonces entrar a verificar la satisfacción de las normas y exigencias
internacionales previstas en el Tratado de 1927, cuya vigencia certifica la Cancillería
Colombiana, si no fuera porque un elemento se erige como presupuesto procesal en
el artículo quinto del instrumento bilateral, norma cuyo tenor es el siguiente:

"Tampoco habrá lugar a la extradición si el individuo reclamado es nacional nativo del


Estado requerido o nacionalizado en él, salvo, en este último caso, que la
naturalización sea posterior al acto que determina la solicitud de extradición.

"Empero, cuando la extradición de un individuo se niegue por esta causa, el Estado


requerido queda obligado a juzgarlo de conformidad con sus propias leyes y mediante
las pruebas que suministre el Estado requirente y las demás que las competentes
autoridades del Estado requerido estimen conveniente allegar" (se ha subrayado).

De modo que, según el Convenio de extradición entre Colombia y Panamá, no habrá


lugar a la extradición activa ni pasiva de los nacionales por nacimiento de ambos
países; sin embargo podría ofrecer alguna duda el hecho de que el Acto Legislativo N°
1 de 1997 (diciembre 17), que modificó el artículo 35 de la Constitución Política,
hubiese autorizado expresamente la extradición de nacionales colombianos por
nacimiento a partir de la fecha indicada, lo cual pondría en evidencia una supuesta
contrariedad entre el texto constitucional y un tratado anterior a su vigencia, máxime
que la norma superior originalmente (antes de la reforma indicada) también prohibía
expresamente la extradición de nacionales colombianos por nacimiento, quienes
debían ser investigados y juzgados en Colombia por los delitos cometidos en el
exterior.

En efecto, el texto modificado del artículo 35 de la Constitución Política, muestra el


siguiente tenor:

247
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"ART. 35.-Modificado. A.L. 01/97, art. 1º. La extradición se podrá solicitar, conceder u
ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su defecto con la ley.

"Además, la extradición de los colombianos por nacimiento se concederá por delitos


cometidos en el exterior, considerados como tales en la legislación penal colombiana.
La ley reglamentará la materia.

"La extradición no procederá por delitos políticos.

"No procederá la extradición cuando se trate de hechos cometidos con anterioridad a


la promulgación de la presente norma".

Podría pensarse entonces en un tránsito de legislación, según el cual la reforma


constitucional habría modificado el Tratado de 1927, en el sentido de autorizar la
extradición de nacionales colombianos por nacimiento que el último prohibía, mas
sobre el particular resultan pertinentes las reflexiones consignadas en la sentencia C-
087 de 1997, con la aclaración de que el problema contemplado en fallo era inverso
(el tratado permitía y la Constitución prohibía), pero en todo caso se relievaba el
choque entre los dos ordenamientos. Dijo entonces la Corte Constitucional:

"Empero, aun en estos casos, no se trata de que la Corte considere que se puede
producir siquiera remotamente una especie de derogatoria directa y automática de
los tratados que prevén y regulan la extradición de los nacionales colombianos por
nacimiento por obra de la Constitución Nacional de 1991, como lo plantea el actor, por
fuera de las consideraciones mínimas de orden jurídico relacionadas con la armónica
concurrencia y unidad de los ordenamientos jurídicos de diverso orden, como es el
caso del tema de las relaciones entre la Constitución y los tratados públicos, y la
ausencia de jerarquía formal entre ambos ordenamientos jurídicos.

"En efecto, ni la Carta Política de 1991 pretende la derogatoria de ningún tratado


público por su mandato o disposición, ni los tratados públicos pueden sustituir los
términos de la Carta Política, ni condicionar su vigencia, eficacia o aplicación internas;
en este sentido, una cosa es la eficacia interna de la prohibición a las autoridades
nacionales de extraditar nacionales por nacimiento, por ejemplo, que condiciona la
interpretación constitucional de una ley como en este caso, y otra es la pretendida y
absurda eficacia derogatoria de los tratados públicos internacionales, por una u otra
disposición constitucional de orden interno, como resulta del parecer del actor".

Obviamente, ante una eventual contradicción entre el tratado de extradición y la


Constitución Política, no habría duda del imperio y prevalencia de ésta en el orden
interno, conforme con el artículo 4°, pues, según el texto del artículo 93 de la
misma y la decantada doctrina de la Corte Constitucional, solamente los tratados
sobre derechos humanos y derecho internacional humanitario y los de fronteras
prevalecen en orden interno, mas al mismo nivel de la Carta Fundamental y no por
encima de ella (sentencia C-400 de 1998, entre otras).

Con todo, de acuerdo con las reglas hermenéuticas del sistema y el efecto últil, será
necesario examinar la autorización de extraditar nacionales colombianos por
nacimiento, prevista en el inciso 2° del artículo 35 modificado, dentro del contexto de
la norma y fundamentalmente atada al inciso 1°, máxime que ambos cuerpos están
conectados lógicamente por la expresión aditiva "además" que encabeza el segundo
apartado, lo cual indica que la acción de extraditar nacionales colombianos por
nacimiento funcionará añadida a la ya expresada en el primer párrafo del precepto,
cuyo tenor señala:

"La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados
públicos y, en su defecto con la ley"

Así pues, fue la misma Carta Política la que expresamente, dentro del diseño de las
fuentes formales y materiales en materia de extradición (sin discriminar aún los
sujetos), las circunscribió al tratado internacional y la ley, y además le dio prelación al
primero sobre la segunda. De modo que, a tono con un enfoque interpretativo
integral del texto del artículo 35 de la Constitución Política, el Tratado de 1927, en
cuanto impide la extradición de nacionales por nacimiento de los países involucrados,
no riñe sino que compagina con el precepto constitucional, pues dicho instrumento
internacional tiene preferencia sobre la ley por vocación de la misma Carta
Fundamental.

248
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Esta interpretación se compadece con la que plasmó la Corte Constitucional en la


sentencia C-740 de 2000. Dijo la Corporación:

"La decisión sobre las fuentes de las cuales pueden extraerse las normas aplicables a
la extradición, ha sido directamente adoptada por el Constituyente. No es este un
asunto que dependa de la voluntad del legislador. El artículo 35 de la C. P., define el
asunto de manera vinculante y definitiva: "La extradición se podrá solicitar, conceder
u ofrecer de acuerdo con los tratados y, en su defecto, con la ley". Esto quiere decir
que solamente dos normas -tratado público o ley- pueden servir de fuentes formales y
materiales de disposiciones para los efectos de solicitar, conceder u ofrecer la
extradición.

"Igualmente, la jerarquía y el orden de aplicación de estas dos fuentes no se ha


dejado librada a la discrecionalidad del legislador, pues ha sido el mismo
Constituyente el que ha considerado necesario elevar un criterio a nivel
constitucional. La Constitución expresamente ha concedido al tratado público
aplicación principal y preferencial. La ley, de acuerdo con el tenor literal del artículo
35 de la C. P., se aplica "en defecto" de los tratados públicos, o sea, de manera
subsidiaria o supletoria.

"…"

"… Sin embargo, la situación varió sustancialmente con la entrada en vigencia del
Acto Legislativo 01 de 1997, que reservó esta definición (se refiere a las fuentes) a la
propia Constitución Política. Para todas las personas -extranjeros y nacionales por
nacimiento o adopción-, rige la norma constitucional según la cual "la extradición se
podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su
defecto, con la ley".

Así las cosas, salvo lo atinente a la identidad y nacionalidad del requerido, resultaría
inútil el esfuerzo argumentativo sobre los elementos que configuran el contenido del
concepto, conforme con el artículo 520 del Código de Procedimiento Penal, pues la
condición de "nacional nativo" o nacional por nacimiento, constituye una causal de
improcedencia de la extradición legalmente solicitada por las competentes
autoridades panameñas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Concepto Extradición
FECHA : 13/12/2001
DECISION : Conceptúa desfavorablemente a la solicitud, con
una
aclaración
PAIS REQUIRENTE : Panamá
REQUERIDO : VELEZ, JAIME ALBERTO
DELITOS : Homicidio
PROCESO : 18248

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

****************************

CASACION-Legitimidad/ CASACION-Interés/ TERCERO CIVILMENTE


RESPONSABLE-Interés para recurrir/ PERJUICIOS

De conformidad con el artículo 226 del Código de Procedimiento Penal de 1991,


modificado por el 9° de la ley 553 de 1993, bajo cuya vigencia se profirió la sentencia
de segunda instancia y se interpuso el recurso de casación, "Si el demandante carece
de interés o la demanda no reúne los requisitos se inadmitirá y se devolverá el
expediente al Despacho de origen".

Para determinar quiénes están facultados para recurrir en sede de casación, deben
dilucidarse dos factores: la legitimación dentro del proceso y el interés jurídico para
recurrir.

249
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Lo primero, legitimación dentro del proceso, hace referencia a que el impugnante sea
un interviniente procesal, esto es, a quien la ley, conforme con los lineamientos del
artículo 222 del Código de Procedimiento Penal de 1991 (209 del actual), modificado
por el 5° de la ley 553 de 2000, la reconoce como sujeto procesal para esos efectos.
La norma faculta al tercero civilmente responsable para impugnar en casación, por
manera que si el apoderado del último fue quien acudió a esa vía, no queda duda de
que se trata de una parte habilitada para hacerlo.

Por lo segundo, interés jurídico para recurrir o legitimación en la causa, se requiere no


sólo que el sujeto procesal esté autorizado por la ley para impugnar, sino que con el
fallo motivo de demanda se le haya ocasionado un daño, un perjuicio; si, por el
contrario, la sentencia no le causa ningún agravio, no puede importarle su contenido
al extremo de pretender su anulación y, en consecuencia, una pretensión con ese
alcance está llamada al rechazo.
...

El agravio al tercero civilmente responsable, recurrente en el evento en


consideración, tiene dicho la Sala, está relacionado con la razón de ser de su
vinculación al proceso, esto es, por el nexo causal, a título de culpa, que se le dedujo
respecto del sujeto pasivo de la acción penal y la orden de responder por los
perjuicios causados, no así por la inobservancia del deber objetivo de cuidado
imputable al causante del delito.

El tercero no está legitimado para abogar por la causa de inocencia del procesado,
como que no se lo condenó en razón de la culpa de éste, sino de la propia, esto es,
por no haber tomado las previsiones necesarias para evitar que el daño se produjera,
o, lo que es lo mismo, por no haber sido diligente en el cumplimiento del deber de
vigilancia respecto de las actividades que el conductor, su subordinado, cumplía.

"Esta discusión trae la consecuencia procesal que se trata de dos sujetos procesales
distintos, con sus propias facultades y pretensiones (que, incluso, pueden devenir
contrapuestas), y sin que al tercero se le otorgue la condición de co-defensor del
procesado, así en el desarrollo de la actuación y en miras del propio interés asuma
conductas que eventualmente puedan beneficiar a aquél".

"Por lo tanto, el tercero civilmente responsable carece de interés para pedir la nulidad
del proceso por los vicios cometidos en lo atinente a la actuación adelantada contra el
procesado, o para contradecir, a través de la casación, las pruebas que lo
comprometen personalmente. Sólo está legitimado para atacar los aspectos atinentes
a su propia culpa, como por ejemplo, que no tuvo oportunidad de defenderse por
haber sido vinculado tardíamente al proceso penal, que no existe nexo que lo vincule
con el procesado, que existió una causa extraña que le hizo imposible el
cumplimiento del deber jurídico concreto de vigilar, por fuerza mayor o caso fortuito,
hecho de un tercero o culpa exclusiva de la víctima"*.
...

Lo propio sucede con el reproche sobre los daños y perjuicios causados, porque el
artículo 221 del Código de Procedimiento Penal de 1991, modificado por el 4° de la
ley 553 de 2000, dice que cuando la casación "tenga por objeto únicamente lo
referente a la indemnización de perjuicios decretados en la sentencia condenatoria
deberá tener como fundamento las causales y la cuantía establecidas en las normas
que regulan la casación civil, sin consideración a la pena señalada para el delito o
delitos".

Por su parte, el artículo 366 del Código de Procedimiento Civil vigente para cuando se
profirió el fallo y se interpuso la casación y que es aplicable por remisión, supedita la
procedencia de la casación a que "el valor actual de la resolución desfavorable al
recurrente sea o exceda de diez millones de pesos", los que, incrementados en los
términos del artículo 3° del decreto 522 de 1988 (un 40% cada dos años, a parir del
1° de enero de 1990), arrojan un total de $75"310.000. Debe precisarse que el monto
sólo puede establecerse para la fecha del fallo de segunda instancia, que es cuando
se concreta el perjuicio, y se establece por la diferencia que resulte entre lo pedido y
lo concedido por el Tribunal.

_________________________
* Auto de octubre 3 de 2000, M. P. JORGE CÓRDOBA POVEDA, reiterado el 28 de junio
de 2001, M. P. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL.

250
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
FECHA : 14/12/2001
DECISION : No admite la demanda presentada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cartagena
PROCESADO : QUINTERO JEREZ, ALVARO ARNULFO
DELITOS : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
PROCESO : 18611

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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PROCESO DISCIPLINARIO/ ACCION DE REVISION-Competencia

De acuerdo con lo previsto por el numeral 2° del artículo 75 de la ley 600 de 2000, la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia conoce de la acción de
revisión "cuando la sentencia, la preclusión de la investigación o la cesación de
procedimiento ejecutoriadas hayan sido proferidas en única o segunda instancia por
esta corporación o por los tribunales superiores de distrito o por los fiscales que
actúan ante ellos."

El artículo 220 del Código de Procedimiento Penal establece que dicha acción procede
"contra las sentencias ejecutoriadas" y, en algunos casos, contra resoluciones de
preclusión de la investigación o providencias de cesación de procedimiento,
proferidas por conductas que la ley tipifica como delitos.

En orden a ese entendimiento, el numeral 2° del artículo 222 ibídem, exige que en la
demanda se especifique "La conducta o conductas punibles que motivaron la
actuación procesal y la decisión". El artículo 227 hace referencia a la acción penal y a
la libertad del procesado, aspectos que corroboran que esta acción de revisión sólo es
procedente cuando se trate de delitos y, por ende, frente a acciones penales.

En consecuencia, las decisiones que se adopten dentro del régimen disciplinario


aplicable a los abogados, no son susceptibles de revisión penal.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Acción de Revisión
FECHA : 18/12/2001
DECISION : No admite la demanda de revisión
PROCEDENCIA : Consejo Superior de la Judicatura
CIUDAD : Bogotá D. C.
RECURRENTE : FANDIÑO GRISALES, GLADYS
DELITOS : Faltas a la ética profesional de la Abogacía
PROCESO : 18926

PUBLICADA : Si

Véase también en Internet : www.ramajudicial.gov.co

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SENTENCIA-Requisitos/ PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD/ RESOLUCION DE


LA SITUACION JURIDICA/ MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Relación con la
calificación del sumario/ CALIFICACION DEL MERITO DEL SUMARIO-No está
limitada por la situación jurídica/ DETENCION PREVENTIVA-Procedencia/
PECULADO POR APROPIACION/ INDICIO-Concepto

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1.De lo normado por el artículo 232 del Código de procedimiento penal vigente, se
establece que, a diferencia del grado de conocimiento exigido para proferir medida de
aseguramiento y acusar, para dictar sentencia condenatoria se requiere que la prueba
obtenida en las distintas etapas del proceso conduzca a la certeza sobre la realización
de la conducta definida en la ley como delito y la responsabilidad penal del
procesado.

El material probatorio que conforma la actuación, ha de ser apreciado en conjunto de


acuerdo con los postulados de la lógica y las reglas de experiencia, asignándosele el
mérito que corresponda (art. 238 C. de P. P. ), a fin de establecer las correspondientes
consecuencias jurídicas que de allí se deriven.

2. El proceso penal se estructura sobre la base del principio de progresividad, según


el cual la actividad que se cumple en cada una de las etapas que lo componen se
adelanta con la finalidad de alcanzar mayores grados en el conocimiento del objeto
de la investigación, pasando de la incertidumbre, a la certeza de lo realmente
acaecido.

Es debido precisamente a este carácter que en cumplimiento de tal principio la ley


prevé para la apertura de la indagación preliminar la simple noticia del hecho por
denuncia, querella o petición especial válidamente formuladas, o adscribe la facultad
de iniciarla de oficio cuando se trate de hechos para cuya investigación no se requiera
sino el solo conocimiento por el funcionario competente, pero en ambos eventos con
la finalidad de establecer si hay lugar al ejercicio de la acción penal, si tuvo
ocurrencia el hecho noticiado, y, en tal caso, identificar o por lo menos individualizar
sus autores o partícipes.

3. Acorde con el procedimiento por el que se adelantó la actuación en este asunto, el


funcionario instructor tenía obligación de definir su situación jurídica y se enfrentaba
a la disyuntiva de proferir medida de aseguramiento o abstenerse de hacerlo, para lo
cual debía establecer si en contra de aquél concurría por lo menos un indicio grave de
responsabilidad de acuerdo con las pruebas allegadas válidamente a la actuación, y,
de resultar positivo, en el acto correspondiente se debían precisar los hechos objeto
de la investigación, su calificación jurídica provisional y la pena establecida en el tipo
correspondiente, además de dejar establecidos los medios de convicción acerca de la
existencia del hecho y la probable responsabilidad del sindicado como autor o
partícipe.

En el actual procedimiento, al contrario del anterior, la obligatoriedad de definir la


situación jurídica opera sólo para "aquellos eventos en que sea procedente la
detención preventiva", la que "se impondrá cuando aparezcan por lo menos dos
indicios graves de responsabilidad con base en las pruebas legalmente producidas",
cuando el delito por el que se proceda tenga prevista pena de prisión cuyo mínimo
sea o exceda de cuatro años, o se halle incluido en el catálogo de conductas típicas
taxativamente enunciadas en el artículo 357, o cuando en contra del sindicado
estuviere vigente sentencia condenatoria ejecutoriada por delito doloso o
preterintencional que tenga prevista pena de prisión.

Tanto en el anterior sistema procesal como en el actualmente vigente, con medida de


aseguramiento o sin ella, el proceso avanza hasta un estadio posterior referido a la
calificación del mérito sumarial previa clausura del período instructivo, cuyo
proferimiento admite solo dos posibilidades: resolución de acusación y preclusión de
la investigación. El primero de tales eventos supone que en la actuación aparezca
demostrada la ocurrencia del hecho, y que por lo menos exista confesión, testimonio
que ofrezca serios motivos de credibilidad, pluralidad de indicios graves, documento,
peritación o cualquier otro medio probatorio que comprometa la responsabilidad del
sindicado. La segunda eventualidad, por su parte, requiere que aparezca plenamente
acreditado que el hecho no ha existido, o que el sindicado no lo ha cometido, o que la
conducta es atípica, o que está plenamente demostrada una causal excluyente de
responsabilidad, o que la acción no podía haberse iniciado o no puede proseguirse.

Y en el fallo correspondiente a la culminación del juicio, establece el ordenamiento


que solo resulta posible proferir condena cuando en la actuación aparezca acreditado,
en grado de certeza, la conducta punible y la responsabilidad del procesado.

Entonces, dada precisamente la progresividad que caracteriza el proceso, tanto en el


sistema actual como en el derogado, definida la situación jurídica en su continuidad

252
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

no se encuentra previsto que haya que volver a definirla por haberse allegado nuevos
medios o ampliado la diligencia de indagatoria, máxime si se toma en cuenta que la
etapa instructiva culmina con un más riguroso examen de las pruebas aportadas y
que de proferirse resolución acusatoria se concreta, aunque de manera provisional, la
denominación jurídica de los hechos por los cuales el procesado ha de responder. Y si
el proceso sigue su curso permitiendo la posibilidad de incorporar nuevos elementos
de juicio, es de esperarse que los argumentos expuestos en el acto definitorio de la
situación jurídica puedan verse modificados por la nueva realidad procesal, sea
porque se recopilaron nuevas pruebas o porque sin haber ello sucedido, se tiene una
mejor comprensión del asunto, sin que de allí resulte legítimo derivar menoscabo al
debido proceso o el derecho de defensa. Sintetizando lo dicho, el objeto de la
calificación del sumario lo constituyen los hechos materia de investigación y por los
que se vinculó al procesado, para lo cual ninguna limitante implica lo plasmado en el
acto definitorio de la situación jurídica (Cfr. Auto Unica Instancia. Junio 5/98. MP. Dr.
ARBOLEDA RIPOLL).

Es así como se establece que el sentido en que haya sido definida la situación jurídica
no tiene el alcance de condicionar el de la decisión calificatoria, pues la consonancia
que establece el ordenamiento es entre la acusación (incluida la actual posibilidad de
su variación durante la fase de juzgamiento) y el fallo, no entre la definición de la
situación jurídica y la calificación de la instrucción, ni entre aquélla y la sentencia. Una
postura contraria conllevaría reconocer que solamente puede calificarse el sumario
con resolución acusatoria si previamente se ha afectado al procesado con medida de
aseguramiento y sólo por los hechos que hayan determinado su imposición, lo cual
igualmente condicionaría el marco fáctico en que habría de proferirse el fallo; eso no
lo establecía la normatividad derogada, ni del ordenamiento vigente que rige la
materia se extrae como posibilidad.

4. El artículo 355 superior claramente establece, aunque no de manera absoluta como


más adelante se verá, la prohibición para todas las ramas u órganos del poder
público, de decretar auxilios o donaciones con cargo al erario a favor de personas
naturales o jurídicas de derecho privado, razón por la cual, en acatamiento del
principio de eficacia directa y fuerza vinculante de la Constitución, ha de ser ésta el
fundamento normativo inmediato a fin de establecer acorde con la prueba recaudada,
de una parte, si el doctor ELVER ARANGO CORREA realizó el tipo de peculado por
apropiación que se le imputa en la acusación, y de otra, si es penalmente
responsable, a partir de la supremacía de los valores y principios establecidos en la
Carta Política, pues los derechos, obligaciones y libertades que la Constitución
establece y reconoce, en razón de su valor normativo resultan directamente
operantes en relación con los acuerdos, decretos y resoluciones emanados de los
Concejos y Alcaldías distritales y municipales, aun cuando el Gobierno Nacional,
expresamente facultado para ello, para la época de los hechos no hubiere procedido a
reglamentar la materia.

Así, el artículo 355 del Estatuto Superior, establece:

"Ninguna de las ramas u órganos del poder público podrá decretar auxilios o
donaciones a favor de personas naturales o jurídicas de derecho privado.

El gobierno, en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal podrá, con


recursos de los respectivos presupuestos, celebrar contratos con entidades privadas
sin ánimo de lucro y de reconocida idoneidad con el fin de impulsar programas y
actividades de interés público acordes con el plan nacional y los planes seccionales
de desarrollo. El Gobierno Nacional reglamentará la materia."

Habiendo sido consagrada constitucionalmente la prohibición de decretar ayudas o


donaciones a favor de personas naturales o jurídicas de derecho privado, es decir, sin
que el Estado reciba contraprestación alguna, resulta claro que la transgresión de
dicho precepto por parte de las autoridades, en este caso del orden municipal, puede
dar lugar a responsabilidad fiscal, disciplinaria, e inclusive penal, cuando la conducta
del agente o agentes evidencia conocimiento de los hechos constitutivos de la
infracción y su voluntaria realización.

La conducta imputada en el pliego enjuiciatorio al doctor ARANGO CORREA, la


enmarca la Fiscalía dentro del contenido del artículo 133 del Código Penal (modificado
por el artículo 2o. de la Ley 43 de 1982), vigente para la época de su realización, pues
precisamente por la condición de Concejal de Palmira, intervino en la discusión y
aprobación del Acuerdo 042 de 1991, en el cual se incluyeron en el presupuesto

253
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

municipal las partidas que luego irían a parar a patrimonio particular sin
contraprestación, o al de personas o entidades de derecho público y privado respecto
de las que, en algunos casos, no se suscribió por el Alcalde contrato o convenio como
lo ordena la Carta Política, con disposición de los recursos como si fueran propios,
previo el trámite de expedir resoluciones para el giro de los dineros.

La norma en mención dispone:

"PECULADO POR APROPIACION. El empleado oficial que se apropie en provecho suyo o


de un tercero de bienes del Estado o de empresas o de instituciones en que éste
tenga parte o de bienes de particulares, cuya administración o custodia se le haya
confiado por razón de sus funciones, incurrirá en prisión de dos a diez años, multa de
un mil a un millón de pesos e interdicción de derechos y funciones públicas de uno a
cinco años.

Cuando el valor de lo apropiado pase de quinientos mil pesos la pena será de cuatro a
quince años de prisión, multa de veinte mil a dos millones de pesos e interdicción de
derechos y funciones públicas de dos a diez años".

Y, se dice que la norma penal aplicable es la vigente para el momento de la


ocurrencia de los hechos (1991), en razón a que de acudirse al artículo 19 de la Ley
190 de 1995, o al artículo 397 de la ley 599 de 2000, que sancionan con penas más
severas el delito de peculado por apropiación, dejaría de reconocer la vigencia del
principio de favorabilidad en la aplicación de la norma penal.

La modalidad de peculado imputada es la apropiación (art. 133 C.P.), realizada, según


los términos de la acusación, en concurso (art. 26 ejusdem ), y consistió en haber
incluido en el presupuesto municipal para la vigencia fiscal de 1992 el rubro de
auxilios en cuantía que se totalizó en ciento ochenta y nueve millones doscientos
sesenta mil pesos, correspondientes a la sumatoria de las partidas del Código 9110-
04 con cargo al Presupuesto del Municipio, que posteriormente habrían sido objeto de
apropiación a favor de terceros.

La valoración de la conducta en referencia del objeto material, es social y


jurídicamente relevante en cuanto entraña la lesión al buen nombre y prestigio de la
administración pública, cuando se realiza por medio del acto de disponer en beneficio
propio o de un tercero, de bienes jurídicamente calificados como oficiales sobre los
que el servidor ha entrado en relación de tenencia o disponibilidad jurídica, es decir,
respecto de los cuales tiene el deber funcional de administrar o custodiar.

Administrar, ha sido dicho, es gobernar, controlar, custodiar, manejar, recaudar,


distribuir, pagar, percibir, negociar, disponer, etc., es decir, un conjunto complejo de
actividades que imprimen a la acción un sentido amplio, que es como la ley lo
expresa. Por ello, en cuanto los Concejos Municipales tienen dentro de sus funciones
la de aprobar el presupuesto para las correspondientes vigencias fiscales, y, por
consiguiente la de distribuir el gasto público del municipio, es su deber ajustar tales
actos de administración, custodia y destinación de recursos oficiales a los fines y
cometidos estatales previstos en la Constitución, las leyes y los reglamentos, pues si
bien la fase de ejecución presupuestal compete al Alcalde, ello en manera alguna
exonera de responsabilidad a los concejales cuando de manera consciente y
voluntaria desvían los recursos a propósitos distintos de los permitidos, los asignan a
fines prohibidos, se apropian de ellos en beneficio propio o de un tercero, o cuando
por actitud negligente dan lugar a que esto suceda, ni los actos de aprobación
pierden el carácter de administrativos en cuanto con ellos se realiza la disponibilidad
jurídica del erario municipal.

"Simultánea a la apropiación, es la ofensa al bien jurídico tutelado. En delitos como el


que ocupa la atención de la Sala, la administración pública es lesionada cuando el
servidor, debiendo ceñir su comportamiento a las normas constitucionales y legales
que organizan y diseñan estructural y funcionalmente todo lo relacionado con los
bienes -estatales, particulares o mixtos-, sintiéndose señor y dueño de las cosas que
con base en la confianza se le han entregado para que las custodie, cuide, administre
o vigile, las toma para sí y/o para otro, con lo cual rompe esa normatividad,
desmorona esas organización y estructura regladas e incurre y genera la sensación o
certeza de deslealtad, improbidad y ausencia de transparencia dentro de los
coasociados" ( Cfr. Sent. Unica Instancia. Mayo 8 /01. M. P. Drs. PEREZ PINZON y
PINILLA PINILLA).

254
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

5. Precisa la Corte como lo ha hecho en ocasiones anteriores en las que ha tratado el


tema, que el indicio es un medio de prueba crítico, lógico e indirecto, estructurado por
el juzgador a partir de encontrar acreditado por otros medios autorizados por la ley,
un hecho del cual razonadamente, y según las reglas de la experiencia, se infiera la
existencia de otro hasta ahora desconocido que interesa al objeto del proceso, el cual
puede recaer sobre los hechos, o sobre su agente, o sobre la manera como se
realizaron, cuya importancia deviene de su conexión con otros acaecimientos fácticos
que, estando debidamente demostrados y dentro de determinadas circunstancias,
permite establecer, de modo más o menos probable, la realidad de lo acontecido.

Los indicios pueden ser necesarios cuando el hecho indicador revela en forma cierta o
inequívoca, la existencia de otro hecho a partir de relaciones de determinación
constantes como las que se presentan en las leyes de la naturaleza; y contingentes,
cuando según el grado de probabilidad de su efecto, el hecho indicador evidencie la
presencia del hecho indicado. Estos últimos, a su vez, pueden ser calificados como
graves, cuando entre el hecho indicador y el indicado media un nexo de
determinación racional, lógico, probable e inmediato, fundado en razones serias y
estables, que no deben surgir de la imaginación ni de la arbitrariedad del juzgador,
sino de la común ocurrencia de las cosas; y leves, cuando el nexo entre el hecho
indicador y el indicado constituye apenas una de las varias posibilidades que el
fenómeno ofrece.

De conformidad con la previsión legal sobre la prueba indiciaria, al efecto establecida


por los artículos 284 y siguientes del Código de procedimiento penal de reciente
entrada en vigencia, el hecho indicador del cual se infiere la existencia de otro
acaecimiento fáctico, debe estar debidamente acreditado por los medios directos de
prueba (testimonio, peritación, inspección, documento, confesión); ha de ser
indivisible, pues los elementos que lo integran no pueden a su vez tomarse como
hechos indicadores de otros acaecimientos fácticos; independiente, ya que a partir de
un hecho indicador no pueden estructurarse varios hechos indicados; si son varios
han de ser concordantes, de manera que los hechos inferidos guarden armonía entre
sí como partes que integran un mismo fenómeno; convergentes, es decir que la
ponderación conjunta de los distintos indicios dé lugar a establecer una sola
conclusión y no varias hipótesis de solución; y, finalmente, que en su apreciación,
como ocurre con todos los medios de prueba, el juzgador acuda a las reglas de la
sana crítica, establezca el nivel de probabilidad o posibilidad, y, en tal medida señale
si son necesarios, contingentes, graves o leves, y su relación con los demás medios
de prueba que obran en la actuación.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Unica Instancia


FECHA : 18/12/2001
DECISION : Absuelve, devuelve caución, levanta
restricciones,
archiva el expediente
PROCEDENCIA : Corte Suprema de Justicia
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : ARANGO CORREA, ELVER
DENUNCIANTE : PRADO ESCOBAR, EDGAR
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 15547

PUBLICADA : Si

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DEBIDO PROCESO-Debido proceso probatorio/ DEBIDO PROCESO-Concepto/


PRUEBA

El inciso final del canon constitucional citado prevé que "Es nula, de pleno derecho, la
prueba obtenida con violación del debido proceso" (se ha resaltado).

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

El análisis completo del texto y el sentido del artículo 29 constitucional, a la luz de la


teoría del Derecho y del proceso, permite considerar el debido proceso desde dos
perspectivas diferentes, en atención a sus consecuencias: por un lado, el debido
proceso en sentido general, cuya violación daría lugar a la nulidad; y por el otro, la
que se refiere exclusivamente a las pruebas, caso en el cual la transgresión produciría
una nulidad de pleno derecho o inexistencia.

El debido proceso, como traducción del principio lógico antecedente-consecuente, se


relaciona con una sucesión integrada, gradual y progresiva de actos regulados en la
ley, cuyo objeto es la verificación de un delito y la consecuente responsabilidad del
imputado, orientados al fin de obtener una decisión válida y definitiva sobre los
mismos temas. De este modo, el debido proceso se afecta cuando una persona es
oída en indagatoria sin haber abierto formalmente la investigación; o se le resuelve
situación jurídica sin haberla vinculado legalmente (indagatoria o declaración de
persona ausente); o se califica el mérito de la instrucción sin haberla cerrado
previamente y otorgado la oportunidad a las partes para alegar previamente; o se
inicia el juzgamiento sin que exista una resolución acusatoria ejecutoriada; o se dicta
sentencia sin haber realizado la audiencia pública.

En cambio, el debido proceso probatorio atañe al conjunto de requisitos y


formalidades previstas en la ley para la formación, validez y eficacia de la prueba,
siendo que, entre los primeros, cuenta el respeto a las garantías fundamentales. Así
que ésta debe sujetarse a los principios de ordenación, aducción, aportación, práctica
y apreciación.

Así pues, la transgresión del debido proceso, por cuanto significa pretermitir un
momento procesal expresamente requerido por la ley para la validez del que sigue, o
la construcción de un acto procesal sin apego a las previsiones legales que lo regulan,
conduce a la declaratoria de nulidad, conforme con disposición expresa del artículo
306-2 del Código de Procedimiento Penal.

Sin embargo, en el caso de los actos de prueba, la vulneración de las reglas para su
percepción, formación o eficacia no genera invalidez sino "nulidad de pleno derecho",
expresión que la doctrina equipara a la de inexistencia del acto, de modo tal que la
pretensión frente a un medio de prueba deformado debe ser la de su desestimación
en la respectiva decisión judicial, no la de nulidad.

De cierta manera, cada prueba tiene dispuesto en la ley su propio debido proceso,
pero la conculcación del mismo genera la desestimación o falta de consideración de
ella como fundamento de la decisión judicial, no la nulidad del medio probatorio que
entonces significaría la reposición o repetición del mismo, tal vez en perjuicio de la
situación del procesado. Es que la previsión constitucional de la "nulidad de pleno
derecho", en relación con las pruebas, significa un límite al poder del Estado, en la
medida en que la transgresión comporta consecuencias políticas en la facultad de
acopiar medios de convicción, pues, de otra manera, el funcionario podría violar
reiteradamente las reglas y garantías de aducción, siempre seguro de que a la postre
podrá repetirlos.

Así las cosas, cuando se vulneran las reglas propias de validez y eficacia de una
prueba, o las garantías fundamentales dispuestas para los sujetos procesales en la
confección del medio probatorio, la anomalía sólo queda completa cuando el
funcionario judicial la aprecia en una determinada providencia, a pesar del defecto, y
es en este momento cuando surge el error de derecho como yerro in iudicando,
porque una tal consideración afecta el mérito de la decisión.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Segunda Instancia


FECHA : 18/12/2001
DECISION : Confirma auto que negó nulidades, decretó unas
pruebas
y rechazó otras
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : PINILLA PATIÑO, LEONEL GERARDO
DELITOS : Prevaricato, Concusión, Cohecho
PROCESO : 17919

PUBLICADA : Si

256
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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NULIDAD-Preclusión de la petición de ésta/ RECURSOS-Interés para recurrir/


CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA-No es necesario que la
norma que la tipifica aparezca especificada en la acusación/ RESOLUCION DE
ACUSACION-Competencia del ad quem/ REFORMATIO IN PEJUS/
APELACION-Sustentación/ SEGUNDA INSTANCIA/ PRUEBA-Los vicios
propios no se comunican a la actuación procesal/ PRUEBA-Inconducencia e
impertinencia

1. El artículo 307 del Código de Procedimiento Penal de 1991 (correspondiente al


artículo 309 del nuevo estatuto procesal penal), que consagra el principio de
preclusión de la petición de nulidad, se refiere literalmente al "sujeto procesal que
alegue una nulidad" y más adelante alude a la "nueva solicitud de nulidad", pero de
igual manera el precepto no pierde de vista que los alegatos de nulidad deben
referirse a una de las causales específicas taxativamente señaladas en el artículo 304
del código derogado (artículo 306 del actual) y a los "hechos" que las configuran.

Por otra parte, el artículo 307 no puede interpretarse aisladamente sino en relación
con el artículo 308-5, según el cual sólo podrá decretarse la nulidad cuando no exista
otro medio procesal para subsanar la irregularidad sustancial (carácter residual o
extremo de la nulidad), de modo que si lo alegado era una violación al debido proceso
por desconocimiento del principio de la doble instancia, de no existir en el momento
la alternativa prevalente del recurso de apelación en contra de la acusación de primer
grado, sin duda el defensor habría tenido que alegar la nulidad con base en la causal
segunda del artículo 304 citado.

De modo que la preclusión de la oportunidad para solicitar nulidades opera no sólo


por una manifestación formal en ese sentido, sino mayormente cuando ya han sido
discutidos exactamente los mismos hechos que la constituyen, sólo que por razones
técnicas en su momento no podía pedirse la nulidad sino la revocatoria o reforma
propia de los recursos ordinarios.

Todo esto significa que cuando el defensor intentó la nulidad de la calificación de


primera instancia, por los mismos hechos, real y jurídicamente lo hacía por segunda
vez y ya había operado entonces el principio de preclusión de la oportunidad
procesal, porque, de acuerdo con la resolución del 24 de noviembre de 2000, tales
inquietudes quedaron satisfechas tanto cuando la Delegada ante la Corte revocó la
acusación por dos (2) de los tres (3) delitos de prevaricato inicialmente imputados,
como cuando ratificó la misma respecto de la restante prevaricación y el concurrente
hecho punible de falsedad.

2. La imputación del prevaricato por razón de la providencia del 25 de agosto, hecha


en la resolución acusatoria de segunda instancia, de verdad que ofrece dificultades
para declarar satisfecho el debido proceso, mas no porque el interés jurídico para
recurrir sólo pueda repararse legalmente respecto del recurso de apelación y no del
de reposición, sino porque definitivamente dicho cargo sólo fue jurídicamente
relievado en la acusación de segundo grado. En efecto, respecto del interés para
recurrir no puede soslayarse el contenido claro del artículo 196 del Código de
Procedimiento Penal de 1991, reiterado en el artículo 186 del vigente estatuto
procesal penal, en los siguientes términos:

"Oportunidad para interponerlos. Salvo los casos en que la impugnación deba


hacerse en estrados, los recursos ordinarios podrán interponerse por quien tenga
interés jurídico, desde la fecha en que se ha proferido la providencia, hasta cuando
hayan transcurrido tres días, contados a partir de la última notificación" (se ha
subrayado).

Como puede apreciarse con facilidad, la norma expresamente exige el "interés


jurídico", doctrinariamente traducido en la recepción de un perjuicio por quien intenta
la impugnación, y no lo circunscribe al recurso de apelación sino que abarca los

257
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"recursos ordinarios", entre los que también cuentan los de reposición y de queja o de
hecho.

3. Como norma general, la acusación en ambas instancias debe ser explícita,


conforme con lo alegado y probado durante la etapa de la investigación, porque ella
se tiene como el acto constitutivo del juzgamiento, al tenor de los artículos 250 de la
Constitución Política y 444 del Código de Procedimiento Penal de 1991 (hoy, artículo
400 del vigente estatuto procesal penal). Desde luego, cuando la Corte ha abordado
el tema de la congruencia entre la sentencia y la acusación, concretamente en lo que
atañe a las circunstancias de agravación, se ha sostenido que de todas formas lo más
importante es que aparezca claramente delineado el supuesto de hecho de dichos
factores intensificantes, así se haya omitido su nominación jurídica, pero siempre con
el cuidado de no suponer que se las dedujo donde no lo fueron, a través del
argumento de acusaciones implícitas o sobreentendidas por la naturaleza de los
hechos o por una equívoca actitud descriptiva de los mismos en la respectiva
resolución (Casación 30 de noviembre de 1999, M. P. Carlos Gálvez Argote y Casación
abril 4 de 2001, M. P. Fernando Arboleda Ripoll, entre otras).

El problema ahora planteado es diferente por dos razones: primero, porque tiene que
ver con un delito concurrente en toda su extensión y no con meras circunstancias del
mismo; y, en segundo lugar, no se trata aún de establecer la congruencia entre una
sentencia que no se ha producido y la acusación, sino de determinar las facultades
del calificador de segunda instancia para hacer concurrir un hecho punible no previsto
en la acusación de primera instancia que él revisaba, sobre todo cuando dicho injusto
se asienta en un supuesto fáctico vinculado en un contexto de acción compleja pero
perfectamente deslindable de los demás.

4. Resulta cierto que en el momento de la acusación el superior no está sujeto a la


prohibición de reformatio in pejus (principio que rige sólo para la sentencia), pero sí
tiene una limitación funcional en el sentido de que solamente puede revisar los
aspectos impugnados u otros sustancialmente vinculados a éstos (artículo 217 C. P. P.
de 1991 o artículo 204 C. P. P. de 2000). De igual manera, la resolución del 25 de
agosto puede entenderse inescindiblemente atada a la resolución del 9 de agosto,
supuesto que la revoca al parecer de manera ilegal, pero como tal vínculo se
determina para deducir otro delito de prevaricato en la segunda instancia, tendría que
admitirse que éste, por ausencia de una manifestación expresa al respecto en la
resolución de primera instancia, no pudo ser controvertido por el apelante como lo
hizo con los demás hechos punibles, y entonces el mismo carecería de la doble
instancia constitucionalmente garantizada (Const. Pol., art. 31; C. P. P./91, art. 16 y C.
P. P./2001, art. 18).

5. La exigencia de sustentación obligatoria del recurso de apelación, conforme con el


artículo 215 del Código de Procedimiento Penal de 1991 (artículo 194 del actual),
tiene como fin delinear el objeto de la segunda instancia, de tal manera que ésta no
pueda pronunciarse sobre asuntos no propuestos por el apelante, salvo la nulidad
(por su naturaleza oficiosa) y los aspectos inescindiblemente vinculados (por mandato
legal o interpretación basados en el respeto al principio lógico de la razón vinculante).

De modo que si el ordenamiento jurídico hace obligatoria la sustentación del recurso


de apelación, hasta el extremo de amenazar con la deserción del mismo,
correlativamente debe entenderse que la segunda instancia no puede desbordar los
motivos de agravio o los elementos a los cuales pude extenderse legalmente la
definición, pues, si lo hace, violaría los principios de contradicción, defensa y doble
instancia, integradores del apotegma más genérico denominado debido proceso, por
cuanto el delito agregado por el funcionario de segundo grado, así tenga sustento
fáctico, habría pretermitido la primera instancia.

Y una aclaración adicional: por más que sea provisional la calificación jurídica hecha
en la acusación, ello simplemente significa que será el objeto del debate para su
determinación definitiva en la sentencia y hasta que puede variarse dentro de ciertos
límites constitucionales y legales, pero jamás insinúa que anticipadamente exista una
patente de corso para que pueda hacerse en contra del debido proceso.
...

Por las razones antes expuestas, se revocará en parte el auto del 25 de mayo del año
en curso, con el fin de decretar la nulidad parcial de la resolución acusatoria de
segunda instancia, en cuanto adicionó tanto la acusación de primera instancia como

258
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

la situación jurídica con el delito de prevaricato por acción supuestamente cometido


por el procesado (...) al proferir la resolución del 25 de agosto de 1999.

6. Fácil resulta establecer que el impugnante prácticamente presentó un alegato


propio de audiencia pública, en orden a desvirtuar la existencia del delito de falsedad,
porque toda su argumentación se reduce al señalamiento de yerros en la formación
de la prueba de cargo o en la apreciación de la misma. Pues bien, de acuerdo con el
inciso final del artículo 29 de la Constitución Política, es nula, de pleno derecho, la
prueba obtenida con violación del debido proceso, de modo que los supuestos errores
cometidos en la producción de la prueba o en su estimación, dan lugar a la
inexistencia jurídica del respectivo medio probatorio, mas no a la nulidad del proceso
que lo contiene. Es decir, a menos que se haya abandonado completamente el
principio de investigación integral, en el sentido de haber dejado de reunir la prueba
de descargo, si el recurrente estima que hubo anomalías en el acopio de las unidades
de información o en su ponderación, será al momento del fallo (y no desde ahora)
cuando puede solicitar la desestimación de los elementos de convicción que estime
afectados por la irregularidad y, si es el caso, pedir la absolución.
...

Resulta necesario acentuar que, como lo reconoció el mismo Tribunal, él estaba


impedido para anticipar juicios sobre la validez o alcance de las pruebas tenidas en
cuenta por la Fiscalía de segunda instancia para confirmar la acusación por el delito
de falsedad pública, pues, salvo que se hubiese determinado una violación flagrante
al principio de investigación integral, tales apreciaciones deben hacerse a la hora de
la sentencia. Por otra parte, los yerros en la formación de las pruebas pueden tildarse
en sentido amplio como vicios de actividad, en cuanto tienen que ver con el
procedimiento probatorio preestablecido en la ley, pero como las pruebas están
destinadas a su apreciación en una decisión judicial, el error sólo se consuma cuando
el funcionario las tiene en cuenta a pesar de su configuración ilegal, siendo que, por
el contrario, debió desestimarlas.

5. De acuerdo con el artículo 235 del Código de Procedimiento Penal vigente, que en
tal sentido compagina con el artículo 250 del Código de Procedimiento Penal de 1991,
son inconducentes las pruebas cuyo objeto no tenga relación con los hechos
averiguados (impertinencia) y también las manifiestamente superfluas. Entonces,
puede ser que las dos ampliaciones solicitadas tengan relación con los hechos
relievados en la acusación, pero igualmente pueden ser inconducentes porque por los
mismos medios se trata de volver sobre idénticos hechos y datos ya declarados, lo
cual resultaría ostensiblemente superfluo.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Segunda Instancia


FECHA : 18/12/2001
DECISION : Confirma auto, revoca parcialmente. otro auto,
ordena
exp. copias, niega otras nulidades
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : GODOY ZULUAGA, NELSON ARIEL
DELITOS : Prevaricato por acción, Falsedad ideológica en
documento público
PROCESO : 18290

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

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CASACION-Trámite en vigencia del decreto 2700 de 1991/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Interés para recurrir/ FAVORABILIDAD-Su alegación en
casación procede por la causal primera/ CONDENA DE EJECUCION
CONDICIONAL/ DETENCION DOMICILIARIA

259
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

1. La impugnación extraordinaria ahora considerada y su trámite se agotaron en


integridad bajo la existencia jurídica de las disposiciones originales del derogado
Código de Procedimiento Penal (Decreto 2700 de 1991), por lo tanto, el examen de
sus exigencias debe efectuarse al tenor de aquéllas, sin que sobre destacar, en todo
caso, que las mismas guardan identidad con las requeridas al tenor del artículo 212
del estatuto procesal actualmente vigente.

El imperativo de la seguridad jurídica, que es principio de orden público, se opone en


estos eventos a la aplicación retroactiva de la norma procesal carente de efectos
sustanciales a las situaciones que se encontraban consumadas o consolidadas, como
aquí acontece, cuando se produjo el cambio de legislación, primero ante la vigencia
de la Ley 553 de 2000 y ahora, frente a la del estatuto expedido a través de la Ley
600 del mismo año.

2. El procesado (...) con fines de sentencia anticipada admitió la responsabilidad en


los delitos por los cuales fue acusado y así las cosas, frente a un fallo de tal
naturaleza, de conformidad con el artículo 37B-4º del estatuto procesal entonces
imperante, el defensor sólo tenía legitimidad para discutirlo tratándose de la
dosificación punitiva, del subrogado de la condena de ejecución condicional, en punto
de la extinción del dominio sobre bienes y en materia de la indemnización de
perjuicios, este último aspecto, no sobra advertir, como consecuencia de la
declaratoria de inexequibilidad del numeral 5º ibídem (sentencia C-277 de junio 3 de
1998, M.P. Dr. Vladimiro Naranjo Mesa).

Tal restricción, recogida en el artículo 40 de la Ley 600 de 2000, a pesar de estar


prevista de manera expresa para el recurso de apelación, proyecta su ámbito a la
impugnación extraordinaria de acuerdo con el reiterado criterio de la Sala (autos de
julio 3 de 1997 y marzo 4 de 2000, M.P. Dr. Arboleda Ripoll, entre otros), y fue
desconocida en los reparos elevados a la decisión del Tribunal en el presente asunto.

3. Tampoco desconoce la Sala que las normas alusivas al principio de favorabilidad,


entre ellas el artículo 10º del derogado estatuto procesal penal cuya violación
denuncia el libelista en este punto, son de naturaleza sustancial y su infracción es
acusable por la vía de la causal primera de casación en cuanto amparan al procesado
en la aplicación del derecho en el caso concreto.

Sin embargo, lo que no resulta admisible es su invocado menoscabo sin ningún rigor
técnico y respecto de disposiciones coetáneamente vigentes, como también fue
argüido por el defensor en este asunto, al fundamentar tal ataque, por otra parte, con
el escueto argumento de resultar procedente la detención domiciliaria tratándose del
acusado (...) al tenor de los artículos 388 y 396A del ordenamiento procesal penal;
entonces, perdiendo de vista que la aplicación del comentado principio, conforme al
reiterado criterio de la Sala, presupone la existencia de un conflicto de leyes en el
tiempo que no fue planteado en la demanda. (En tal sentido, entre otras, las
providencias de junio 28 de 2000, M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda, rad. 14.054;
diciembre 15 de 2000, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll, rad. 12.397; julio 17 de
2001, M.P. Dr. Jorge Córdoba Poveda, rad. 12060).

4. Análoga consideración de improcedencia debe consignar la Sala en relación con el


reparo del libelista a la revocatoria de la detención domiciliaria, decidida en el fallo
del a quo a través de decisión confirmada en la sentencia recurrida, pues se trata de
una medida rigurosamente provisional que no podía mantenerse ante la negativa de
la condena de ejecución condicional. En este orden de ideas, resultaba ajena al
control casacional así formalmente estuviese contenida en el pronunciamiento objeto
del recurso extraordinario interpuesto.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

260
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Auto Casación
FECHA : 18/12/2001
DECISION : No admite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cundinamarca
PROCESADO : PARRAGA QUINCHE, CARLOS
DELITOS : Aborto, Acceso carnal abusivo
PROCESO : 16583

PUBLICADA : Si

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PECULADO-Cuantía/ COMPETENCIA-Cuantía/ PRESCRIPCION-Circunstancias


de agravación y atenuación/ PRESCRIPCION-Reintegro de lo apropiado

1. Para todos los efectos jurídicos, la cuantía del ilícito sólo puede calcularse con base
en el valor del salario mínimo legal mensual vigente al momento de la comisión de la
conducta punible, no del actual, porque el proceso penal siempre se refiere a un
hecho supuestamente delictivo del pasado y no del presente. De modo que el valor
del salario mínimo mensual para hechos ocurridos en el año de 1991 será de $
51.720.oo, conforme con el Decreto 3074 de 1990 (vigente a partir del 1° de enero
del año siguiente), máxime que "la preexistencia de la norma también se aplica para
el reenvío en materia de tipos penales en blanco", según lo dispone el artículo 6° del
nuevo Código Penal (Ley 599 de 2000).

Aunque en materia de cuantías para diferentes menesteres se echa de menos en el


Código de Procedimiento Penal la generalización de una norma como la del artículo
78, según la cual "la competencia por la cuantía se fijará definitivamente teniendo en
cuenta el valor de los salarios mínimos legales mensuales vigentes al momento de la
comisión de la conducta punible", lo cierto es que su contenido normativo sirve de
guía para afianzar el criterio antes expuesto con otros argumentos.

2. Es cierto que el fallador reconoció la atenuante punitiva por el reintegro del valor
de lo apropiado, bien conforme con el artículo 139 del anterior Código Penal ora de
acuerdo con el artículo 401 del vigente, pero dicho precepto no funciona para afectar
el término de prescripción, porque se trata de una conducta posterior al delito y no de
un elemento estructural del mismo. Así lo ha sostenido reiteradamente la Corte, entre
otras en la sentencia de casación del 11 de julio de 2000 (radicado
N° 12.758), con ponencia de quien ahora provee, donde se dijo:

"Para la determinación del término de prescripción de la acción penal, es cierto, han


de computarse "las circunstancias de atenuación y agravación concurrentes" (art. 80
C. P.). La misma expresión "concurrentes" que usa el texto legal, indica que debe
tratarse de factores contingentes de comportamiento coetáneos a la realización del
hecho punible, no de conductas posteriores a la consumación del mismo, que de
pronto puedan llegar a amainar la cantidad de pena, sencillamente porque las últimas
se identifican como simples reductoras del monto de la sanción, al paso que los
primeros son verdaderos elementos accidentales que están dentro de la estructura
del delito.

"En fin, las circunstancias (atenuantes o agravantes) son ingredientes accidentales,


que como tales no pueden ser fundantes o cofundantes del injusto ni de la
responsabilidad del sujeto, pero que de todas maneras pertenecen a la estructura del
hecho punible.

"Como la atemperante punitiva consagrada en el artículo 139 del Código Penal tiene
similar naturaleza jurídica a la regulada en el artículo 374 del mismo estatuto, en
relación con ella son procedentes las reflexiones que hizo la Corte sobre la segunda,
según sentencia de casación fechada el 23 de noviembre de 1998, con ponencia del
magistrado Fernando Enrique Arboleda Ripoll, en los siguientes términos:

261
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"Es un mecanismo de reducción de pena, no una atenuante de responsabilidad. La


rebaja en ella establecida no se deriva de una circunstancia concomitante al hecho
punible, que pueda incidir en la tipicidad, antijuridicidad o culpabilidad, o en los
grados o formas de participación, sino de una actitud posdelictual del imputado, de
carácter procesal, que para nada varía el juicio de responsabilidad penal, y que como
tal sólo puede afectar la pena una vez ha sido individualizada.

"Siendo ello así, la disminución punitiva allí prevista debe entenderse referida a la
dosificación judicial, no a los límites establecidos en cada uno de los tipos penales
que conforman el capítulo de los delitos contra el patrimonio económico, como
pareciera insinuarlo la redacción del precepto…"

Esta doctrina jurisprudencial fue recibida normativamente en el inciso 4° del artículo


84 del nuevo Código Penal (Ley 599 de 2000), cuando dispone que para efectos del
cómputo de la prescripción de la acción penal "se tendrán en cuenta las causales
sustanciales modificadoras de la punibilidad". El precepto se refiere entonces a las
causales sustanciales (no a las normas sustanciales), porque atañe a factores
estructurantes o desencadenantes del hecho punible y no a sus consecuencias
jurídicas bien obligadas ora voluntariamente asumidas por el procesado, de modo que
toca con cualquier elemento relacionado con los presupuestos del hecho punible
(conducta, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad), siempre que afecte los límites de
la sanción, y no con otros fundamentos que pueden variar la pena pero ocurren como
manifestaciones posteriores al delito.

En este orden de ideas, si el máximo de la pena prevista en el artículo 2° de la Ley 43


de 1982 (15 años) se incrementa en la tercera parte por la condición de servidor
público del procesado (5 años), conforme con el artículo 83 del nuevo Código Penal o
del artículo 82 del anterior, significa que el término de prescripción inicial sería de
veinte (20) años; pero, como se ha interrumpido por la ejecutoria de una resolución
acusatoria proferida, comenzaría a correr de nuevo por un lapso igual a la mitad (10
años), a partir del mes de septiembre de 1994, lo cual indica que a la fecha la acción
penal aún se halla en vigor.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
FECHA : 18/12/2001
DECISION : Declara que la acción no está prescrita
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : CORREDOR BERNAL, ORLANDO
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 12265

PUBLICADA : Si

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ABUSO DE FUNCION PUBLICA

Tal como lo analizó esta Sala en proveído del 19 de septiembre de 1996, "El elemento
generador de la acción típica, estuvo entonces determinado por la indebida asunción
de competencia para tramitar el asunto" ( f. 15 cd. Corte).
...

El Tribunal absolvió a la doctora CARMEN YANETH DAZA ARIÑO, por estimar que había
actuado dentro de la causal excluyente de culpabilidad prevista por el artículo 40-4
del Código Penal (hoy 32-10 L. 599 de 2000), al expedir el 23 de julio de 1991 los
autos admitiendo la demanda y ordenando el mandamiento ejecutivo de pago, al
igual que las medidas de embargo y secuestro, sin ser competente; lo anterior tuvo
como sustento haber asumido el a quo el comportamiento de la servidora judicial
como no constitutivo de delito, en cuanto erradamente habría creído que tenía
competencia para resolver sobre la demanda y las medidas preventivas. Sin embargo,

262
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

se recuerda que para que esa causal proceda es requisito indispensable que el error
sea invencible.

En el caso examinado, si bien al emitir las providencias referidas la funcionaria


acusada pudo considerar que era competente, debió desplegar el magno cuidado a
que están obligados para con el Estado y con la sociedad quienes ejercen jurisdicción,
para analizar el contenido de las providencias que firmaba y no descargarse
irresponsablemente en la actuación de sus colaboradores, cuyo grado de preparación
no es el que se exige al Juez. Ese error era fácilmente superable, recapacitando en la
entidad del demandado y, si no supiera lo que debía conocer, pudo ser consciente de
sus limitaciones y acudir a la lectura de los artículos 15 y 16 del estatuto procesal
civil.

De tal manera, por no obrar diligentemente, la funcionaria actuó en un asunto que


estaba atribuido a los jueces civiles del circuito correspondientes, para el caso el de
Valledupar (reparto).

Pero la prueba del dolo requiere la demostración de un estado intelectivo y volitivo


que, por supuesto, va más allá de la simple observación objetiva del descuido o
equivocación.
...

En esa secuencia, si bien no encuadre el comportamiento de la acusada en la causal


de inculpabilidad prevista por el artículo 40-4 del Código Penal entonces vigente (hoy
32-10, L. 599 de 2000), por estar frente a un error fácilmente superable, como ya se
observó, no surge certeza que acredite que la actuación de la doctora (...) haya sido
dolosa. Como no fue posible superar tal situación de duda, coligiéndose que, por el
contrario, la actuación opuesta a derecho pudo obedecer a un obrar descuidado, falla
la demostración del elemento subjetivo de la conducta punible.

La incuria al dejar de confrontar la demanda con la legislación sobre competencia,


altamente criticable para quien debe impartir justicia, no alcanza de esa forma a
estructurar el delito imputado, siendo claro que el abuso de función pública sólo
admite la forma de culpabilidad dolosa.

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Sentencia Segunda Instancia


FECHA : 18/12/2001
DECISION : Confirma sentencia absolutoria
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Valledupar
NO RECURRENTE : DAZA ARINO, CARMEN YANETH
DELITOS : Abuso de función pública
PROCESO : 13851

PUBLICADA : Si

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NULIDAD/ INSPECCION JUDICIAL/ DEFENSOR-Incompatibilidad de


intereses: Alcance de la prohibición

1. En este sentido prolija y abundante ha sido la jurisprudencia de la Sala en reiterar


que el motivo de nulidad no habilita al demandante para que, so pretexto de su
ocurrencia, haga del proceso un índice de situaciones que le merecen reparos, pero
que a la postre, ni siquiera tenidas en cuenta en su conjunto tienen capacidad para
poner en tela de juicio la legalidad del proceso y mucho menos se traducen en la
violación de garantías de los sujetos procesales o el desconocimiento de las bases de
la instrucción o el juzgamiento.

En ese cuestionable desatino incurre en este evento el demandante, pues no obstante


que aduce el desconocimiento del derecho a la defensa fundado en el abandono y la
negligencia del profesional que fue designado inicialmente de oficio para tres de los

263
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

procesados, el cual, finalmente terminó representándolos a todos, el discurso a partir


del cual cree demostrar el vicio alegado se queda, como lo recuerda el Ministerio
Público, en simples apreciaciones personales respecto de las que no demuestra su
razón de ser.

2. Además, ningún reparo puede merecer la inspección judicial en comento, no solo


porque la misma cumplió con el objetivo propuesto, esto es, establecer los rastros o
huellas de violencia en el inmueble donde se refugió para protegerse la víctima antes
de que fuera asesinada, sino porque se trata de un prueba legalmente decretada y
practicada durante la instrucción en la que no era imprescindible ni necesaria la
intervención de la defensa y además, porque no se presenta ninguna de las
condiciones exigidas por el inciso segundo del Decreto 2.700 de 1.991, el cual se
encontraba vigente para el momento en que se llevó a cabo, dado que tal disposición
fue declarada inexequible por la Corte Constitucional en sentencia C-595/98.

3. En lo que tiene que ver con la supuesta incompatibilidad de intereses que se


presentaba entre (...) y (...), la cual a juicio del casacionista se suscitó desde el
momento en que el abogado que asistió de oficio a los tres últimos apareció también
como defensor del primero, importa, en primer lugar, recordar que este profesional se
designó como apoderado de Wilson en la ampliación de indagatoria y ante el hecho
de que el nombrado también oficiosamente en la inicial injurada no se encontraba en
la localidad, den esa oportunidad se limitó a referir que en anterior oportunidad se le
olvidó mencionar que la víctima invitaba a sus hermanos a cometer atracos, que los
Márquez le quitaron el trabajo porque se robaba los racimos de plátano, que en la
casa de Jaime solo se hicieron tres disparos y que la esposa de Quiroz estaba diciendo
por fuera que iba a acabar con la vida de ellos.

Además, debiendo el demandante demostrar en qué consistía la incompatibilidad de


intereses, se limitó a afirmar que mientras unos se declararon inocentes, el otro
-Wilson- admitió su participación en los hechos, circunstancia que, una vez
confrontadas las actas de las indagatorias de los procesados, en modo alguno
imposibilitaba que un solo abogado asumiera la defensa de todos, pues la posición
asumida por éstos al rendir descargos en nada comprometía la de los otros, de modo
tal que el ejercicio de la defensa de los mismos podía llevarse a cabo sin menoscabo
de la de los demás.

Es que, en ese sentido es que debe entenderse la incompatibilidad de intereses, pues


ello supone que el ejercicio defensivo no pueda llevarse a cabo sin perjudicar o
involucrar al otro u otros procesados vinculados en la misma causa, lo que aquí
evidentemente no ocurrió sino hasta la audiencia pública cuando con el propósito de
respaldar la versión de Wilson sus otros tres hermanos decidieron hacerle cargos
directamente a él y de paso insistir en su inocencia, situación que forzó al Juez a
suspender la audiencia y relevar al defensor, como así se dejó expresa constancia en
el acta del debate oral.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Antioquia
PROCESADO : GIRALDO SALAZAR, IVAN DARIO
PROCESADO : GIRALDO SALAZAR, ALIRIO ANTONIO
DELITOS : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
agravado
PROCESO : 15585

PUBLICADA : Si

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DEFENSA TECNICA-Ausencia de defensor: Se deben demostrar sus efectos


negativos/ DERECHO DE DEFENSA-Inactividad del abogado/
RECONOCIMIENTO FOTOGRAFICO/ IRREGULARIDAD-Nulidad

1. Una de las garantías del sindicado, que hace parte del debido proceso en
concordancia con el artículo 29 de la Constitución Nacional, es la de contar con la
asistencia de un abogado de confianza o de oficio "durante la investigación y el
juzgamiento". Se trata de la constitucionalización de la denominada defensa técnica,
lo cual significa un deber para el Estado de que el procesado siempre cuente durante
el desarrollo del proceso penal con la representación de un profesional del derecho,
encargado de velar por el respeto de sus garantías procesales a través de la
utilización de los instrumentos previstos en la ley.

El problema de la defensa técnica ha sido con frecuencia examinado por la Corte. Si


la hipótesis es de falta de defensor en alguna de las fases procesales o en las dos, es
evidente la vulneración del derecho de defensa, imponiéndose la declaración de
nulidad como único remedio posible de la irregularidad. Es una eventualidad que no
ofrece problemas y que cuando se plantea en casación basta con la demostración de
que el sindicado careció materialmente de defensor.

Frente a casos en los cuales el procesado ha contado formalmente con abogado


durante el proceso, la situación presenta mayor complejidad. Se ha planteado, en tal
hipótesis, que la determinación de si existió o no transgresión de la garantía procesal
debe surgir del análisis de cada caso en particular, debido a la imposibilidad de
obtener una fórmula que permita saber cuándo la defensa técnica ha resultado
conculcada y cuándo no. Se trata de una dificultad derivada del reconocimiento
jurisprudencial de que no necesariamente la poca o ninguna actividad del abogado
traduce que el derecho de asistencia profesional ha sido violado. Actitudes como
éstas pueden constituir una estrategia defensiva y no necesariamente un abandono
al deber de defensa por parte del profesional.

Es claro, entonces, que si el procesado ha contado formalmente con apoderado el


problema de la defensa técnica implica el examen riguroso, en el contexto del caso
concreto, de la actividad o inactividad del abogado con el fin de determinar si resultó
o no satisfecha la garantía constitucional. Y en tal eventualidad, como igual lo ha
señalado la Sala, se le impone al demandante en casación como condición lógica en
la formulación del cargo, demostrar la trascendencia de la inactividad o de la poca
actividad del defensor, es decir que en realidad se trató de una omisión lesiva de los
intereses del procesado y que se tradujo en un resultado que se hubiera podido evitar
o que hubiera podido serle menos gravoso.

Si el fundamento de la censura es falta de actividad probatoria, por ejemplo, el


casacionista está en la obligación de demostrar qué pruebas dejó de solicitar el
defensor y cuál fue la incidencia de la omisión en la situación del procesado. Y si el
supuesto es que el abogado dejó de impugnar alguna resolución, se debe igualmente
demostrar la trascendencia de la negligencia en el examen final del proceso.

Enfatiza la Corte, entonces, que para efectos de la propuesta de nulidad en casación


resulta insuficiente la simple mención de que no hubo actividad del defensor o la
crítica en abstracto hecha por un abogado sobre la actuación de otro, pues es lógico
que cada profesional quiera anteponer aquello que él habría hecho frente al caso
concreto y que diagnostique y establezca su propia estrategia defensiva.*

2. La primera, por lo demás, atinente a que el reconocimiento fotográfico hecho por


varios testigos no se sujetó a las formalidades señaladas en el artículo 369 del Código
de Procedimiento Penal de 1991, debía plantearla no con sustento en la causal 3ª de
casación sino en la 1ª, por violación indirecta de la ley sustancial debido a error de
derecho por falso juicio de legalidad. Equivocó la vía del ataque, entonces, y
adicionalmente incumplió con el deber de demostrarle a la Corte que otra habría sido
la orientación de la sentencia de no haberse presentado la irregularidad. De otro
lado, como ya se dijo, la prueba de reconocimiento fotográfico no tuvo ocurrencia.
Esta opera cuando la persona a ser reconocida no está capturada y en consecuencia
se intenta hacerlo sobre un número determinado de fotografías que establece la ley,
debiendo estar presentes en la diligencia el defensor y el Agente del Ministerio
Público (arts. 369 del C. de P.P. de 1991 y 304 de la ley 599 de 2000). Y lo que
sucedió en el evento propuesto fue otra cosa. Simplemente varios ciudadanos que
fueron víctimas de atentados patrimoniales constataron a través de los medios de
comunicación que las fotos publicadas de unas personas capturadas por la policía

265
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

correspondían a las mismas que en su momento los atacaron y decidieron


voluntariamente ir a contarlo a la Fiscalía. Es decir, simplemente afirmaron dicha
situación y ello en manera alguna constituye la noción del reconocimiento fotográfico
reglamentado por la ley, como también lo concluyó el Agente del Ministerio Público.

3. La falta de la providencia de resolución de situación jurídica es la última


irregularidad procesal a que alude el recurrente y el Procurador está de acuerdo con
que se trata de una causa de anulación. La Sala, sin embargo, no comparte la
posición. Es verdad que no hace parte del expediente una copia de dicha
determinación. Pero eso no significa un vicio de estructura procesal, simplemente
porque la situación jurídica se resolvió y así de comprueba al revisar el contenido del
oficio 8229 que la Fiscalía le envió el 19 de mayo de 1995 al Director de la Cárcel
Modelo de Barranquilla....

Con fundamento en las presunciones de acierto y legalidad de que viene precedido el


trámite procesal, debe deducirse que las partes fueron debidamente notificadas de la
decisión y que contaron en consecuencia con la posibilidad de discutir la medida a
través de los recursos pertinentes. Por ende, mal puede afirmarse una dificultad
defensiva por el hecho de haberse cometido el error de no fotocopiar totalmente la
actuación al momento de expedir las copias de la misma por razón de la ruptura de la
unidad procesal ya comentada. Esa equivocación no constituye, se reitera, un vicio
estructural del proceso al encontrarse demostrado que el acto procesal tuvo
ocurrencia y ser claro que en todo momento los sujetos procesales tuvieron a su
alcance la opción de solicitar la complementación física de las diligencias, que era la
vía para superar la anomalía.
___________________________________
* Cfr., por ejemplo, providencias de abril 29 (radicación 13.315) y septiembre 6 de
1999 (radicación 12.524). Ponentes, respectivamente, Drs. Ricardo Calvete Rangel y
Alvaro Orlando Pérez Pinzón. También la del 21 de febrero de 2001, radicación
10.424. M.P. Dr. Carlos Gálvez Argote.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Barranquilla
PROCESADO : MEDRANO ALVAREZ, RONALD ALBERTO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Privación ilegal de la
libertad, Homicidio agravado, Concierto para
delinquir
PROCESO : 13842

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RESOLUCION DE ACUSACION-Anfibológica/ CONCUSION-No admite la


tentativa

1. Es cierto que la anfibología o contradicción de la acusación dificulta el derecho de


defensa durante el juicio y resiente la garantía. Sin embargo, cuando se alega la
irregularidad en casación la fundamentación del cargo tiene que desbordar el marco
mismo de la providencia calificatoria. Al interponerse el recurso extraordinario ya la
fase probatoria del juicio, el debate público ante el Juez y la resolución del recurso de
apelación contra la sentencia de primera instancia han tenido ocurrencia, lo cual
significa que han existido actos de defensa. Y no se pueden marginar éstos en el
ejercicio de demostrarle a la Corte la transgresión de la garantía. Si lo que se predica
es que la resolución acusatoria, dada su ambigüedad, oscuridad o contradicción,
impidió o dificultó la defensa, la prueba de su vulneración tiene necesaria y
lógicamente que vincularse con la actividad defensiva concreta que ha sido ejercitada
durante el juzgamiento, de la cual el referente y límite es la propia acusación.

266
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Así no hizo el censor, quien simplemente se limitó a señalar que la Fiscalía produjo
una acusación confusa, sin precisar cómo el acto procesal que estima defectuoso
imposibilitó o dificultó el ejercicio del derecho de defensa. Basta mencionar, para
demostrar el aserto, que ni una sola referencia se descubre en su propuesta sobre las
actividades defensivas que tuvieron lugar en el juicio. Si no quedó claro en la
acusación cuál era la imputación de la que tenía que defenderse el procesado, ello
lógicamente tenía que reflejarse en los actos de defensa y al no enfrentarse éstos la
censura no es una proposición jurídica completa y en esa medida no puede ser
examinada por la Corte.
...

Si lo que reclama el defensor es el reconocimiento de la tentativa y la consecuente


repercusión en la cantidad de la pena, el presupuesto para ello no puede ser la
anfibología de la resolución acusatoria. Esta conduciría a anular la actuación desde
el auto calificatorio y la aceptación del delito imperfecto -cuyo punto de partida lógico
es que la acusación fue clara-, a que la Corte dicte sentencia de reemplazo. Se trata,
entonces, de una contradicción insalvable que enfatiza la conclusión de que la
censura no puede ser examinada.

2. El casacionista reclama el reconocimiento de la tentativa, pero ello es


completamente improcedente.

En primer lugar, no es cierto que el Tribunal se haya referido al delito de concusión


por constreñir o inducir, sino al de concusión por solicitar. Eso es lo que surge
claramente desde la síntesis misma de los hechos.
...

Que en el pronunciamiento se haya hecho alusión a la acción delictiva con la palabra


exigencia no le quita claridad a la forma de la imputación. Se trató de concusión por
solicitar que es la que surge manifiestamente de lo expuesto por el denunciante, a
quien las instancias le otorgaron total credibilidad, tal y como lo reconoce el
casacionista. Así las cosas, impropiamente el defensor elabora su propuesta a partir
de un supuesto que no fue el del fallo y ello es suficiente para declarar la
improsperidad del ataque.

Advierte la Corte, sin embargo, que la concusión en ninguna de sus modalidades


admite tentativa, en cuanto se trata de un delito formal. Así lo ha señalado la Sala en
otras oportunidades* y se reitera la posición. Se abusa del cargo o de la función
pública cuando el servidor, apartando su conducta de las normas constitucionales y
legales a las que debe ceñirla, es decir aquellas que organizan y diseñan estructural y
funcionalmente la administración pública** , constriñe o induce a alguien a dar o
prometer dinero, o se lo solicita. El delito se consuma simplemente al constreñir,
inducir o solicitar el dinero o la utilidad indebidos en provecho del servidor o de un
tercero, independientemente de que el dinero o la utilidad hayan penetrado o no a la
esfera de disponibilidad del actor. La conclusión se desprende no solo del alcance y
significación de los verbos rectores empleados por el legislador, sino igualmente del
hecho de que la administración pública, que es el bien jurídicamente tutelado, se ve
vulnerada con el acto mismo del constreñimiento, de la inducción, o de la solicitud
indebidos, en cuanto cualquiera de las conductas rompe con la normatividad que la
organiza y estructura, desmoronándola y generando la sensación o certeza de
deslealtad, improbidad y ausencia de transparencia dentro de los coasociados.***

"La efectiva entrega del dinero o de la utilidad -como señaló la Corte en la sentencia
del 22 de marzo de 1982 con Ponencia del Dr. Reyes Echandía- afectan ya bienes
jurídicos de otra índole (ordinariamente patrimoniales) en cabeza de la persona
concusionada, cuya vulneración no es elemento integrador de este delito. La
expresión legal de constreñir o inducir a alguien a "dar o prometer que utilizan uno y
otro códigos (arts. 156 del anterior y 140 del actual), significa tanto como coaccionar
o persuadir a otro para que este dé o prometa, lo que quiere decir que tal expresión
es realmente un ingrediente subjetivo del tipo, una de cuyas características es la de
que para la plena adecuación de la conducta a esta clase de tipos basta que el agente
actúe con la finalidad en él indicada, sin que sea necesario que a la postre logre su
propósito".

En el mismo sentido se afirmó en la sentencia del 28 de marzo de 1990, de la que fue


ponente el Dr. Carreño Luengas:

267
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

"El aprovechamiento económico es en el delito de concusión un mero ingrediente


subjetivo que debe existir en el ánimo, en la mente del sujeto agente en el momento
de realizar la conducta y el delito se considera consumado cuando con tal fin el
delincuente constriñe, induce o solicita el dinero o cualquier otra utilidad, siendo
indiferente que obtenga o no dicho beneficio".

El criterio jurisprudencial anotado, entonces, deja sin ningún piso la discusión que
trae a colación el censor. Simplemente la concusión no es un delito de resultado
material y en esa medida es claro que no admite tentativa.

__________________________________
* Cfr. las siguientes sentencias: de marzo 22 de 1982 (M.P. Dr. Alfonso Reyes Echandía). Del 24
de junio de 1986 (M.P. Dr. Guillermo Dávila Muñoz). De marzo 29 de 1990 (M.P. Jorge Carreño
Luengas).
** Cfr. Sentencia del 8 de mayo de 2001. M.P. Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón.
*** Ibídem.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : JULIO CAMPO, JOSE CARLOS
DELITOS : Concusión
PROCESO : 15910

PUBLICADA : Si

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DEMANDA DE CASACION-Causal primera

La técnica exigida por el legislador y desarrollada por la jurisprudencia y que el


impugnante ha de observar en la elaboración de la demanda de casación hace parte
del debido proceso. De ahí que no pueda autorizarse el estudio de fondo del asunto
que llegue a plantearse si con aquella no se aportan los elementos de juicio con la
coherencia requerida, máxime cuando la casación por naturaleza es rogada y por
ende hace que la Corte esté limitada en sus atribuciones, no pudiendo sustituir al
recurrente en sus deberes.

El recurrente invocó como causal de casación la del numeral primero del artículo 220
del C.P.P.

El numeral primero del artículo 220 del Código de Procedimiento Penal (207 de la ley
600 de 2000) prevé dos vías de violación: la directa y la indirecta. En la primera se
aceptan los hechos y las pruebas tal y como se apreciaron por el juzgador,
consumándose a través de la falta de aplicación, la aplicación indebida o la
interpretación errónea del precepto, siendo cada uno de estos sentidos de naturaleza
distinta. En la segunda, el desconocimiento de la ley se logra mediatamente, con los
medios de convicción, por error de hecho o de derecho, siendo improcedente como
sentido de violación la interpretación errónea de la ley.

Con los señalamientos hechos en el párrafo anterior se establece el yerro en que


incurrió en la demanda el impugnante, pues al invocar la causal primera sin ninguna
otra precisión está reclamando simultáneamente en un mismo cargo y con idéntica
argumentación la violación directa e indirecta de la ley sustancial, proceder con el
que se desconoce el principio de autonomía de las causales, lo que resulta
inadmisible en técnica de casación, pues no deja conocer a la Corte si el ad quem
desestimó la confesión por error de hecho o de derecho, o simplemente por exclusión
evidente de la norma sustancial correspondiente.

El Código de Procedimiento Penal, entre las formalidades para la demanda de


casación, establece, que debe señalarse la causal que se aduzca para pedir la
revocatoria del fallo, con indicación clara y precisa de los fundamentos de ella.
Exigencia que fue desatendida en el escrito de demanda que se viene examinando.

268
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Además, el casacionista ha debido desarrollar y demostrar un error trascendente con


relación a la orientación del fallo del Tribunal, acudiendo al contenido de la decisión y
relacionándolo con los supuestos de las disposiciones señaladas como infringidas,
para poner así de presente el distanciamiento entre los previsto por el legislador y lo
resuelto por el juzgador, apoyando desde luego ese raciocinio con una argumentación
lógica y jurídica en relación con la naturaleza y alcance del error aducido, con los
motivos de casación y sentidos de violación de la ley, según la causal elegida.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Bucaramanga
PROCESADO : GUERRERO VERA, EDUARDO
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 16920

PUBLICADA : Si

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FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ FALSO RACIOCINIO/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA/ CARGOS EXCLUYENTES

1. Cuando el juzgador modifica el contenido literal y objetivo de la prueba, de tal


forma que su significación distinta se genera como consecuencia del cercenamiento,
adición, tergiversación o distorsión, se incurre en falso juicio de identidad.

A este error corresponden las afirmaciones hechas en la demanda en el sentido de


que la indagatoria de (...) fue asumida por el juzgador sólo en lo que le era
desfavorable, haciéndose una estimación parcial de dicha evidencia. En otros
términos, el vicio se hace consistir en haberse contemplado de manera fraccionada la
prueba, situación a la cual la Sala se refirió, con ponencia del Honorable Magistrado
doctor CARLOS E. MEJIA ESCOBAR (Sent. del 02 - 09 - 98), para señalar en esos casos
la naturaleza del error y la forma de reclamarlo en casación. Dijo la corporación en
dicha providencia:

"De acuerdo con la técnica casacional, cuando se fracciona una prueba para
analizarla, omitiendo parte de ella, no se incurre en "preterición" (falso juicio de
existencia), sino que se distorsiona su sentido material (falso juicio de identidad), toda
vez que por esa circunstancia no es posible otorgarle el sentido que realmente tiene".

2. La vulneración de la ley, no en la contemplación objetiva de la prueba sino en su


valoración crítica, al quebrantarse las reglas del método de la persuasión racional,
provocan la ilegalidad de la decisión por falso raciocinio.

3. Cuando el juzgador ignora una prueba que obra materialmente en el proceso o


supone una que no existe, incurre en falso juicio de existencia.
...

Como acaba de establecerse, el falso raciocinio y los falsos juicios de identidad y


existencia, aunque expresan un error de hecho en la violación indirecta de la ley, son
sustancialmente diferentes, se estructuran sobre supuestos distintos, tienen su propio
desarrollo y demostración, lo cual significa que su alegación no podía ser invocada
simultáneamente, como en este caso lo asumió el censor, en donde mezcló
indebidamente en la argumentación tales yerros, faltando a la claridad y precisión
que el legislador exige al demandante en la presentación del reproche. En
consecuencia, la fundamentación y el desarrollo no son acordes con la naturaleza y
alcance de las situaciones planteadas.

269
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La argumentación, tal como se formuló, resulta contradictoria, pues ninguno de los


errores puede derivar o servir de fundamento o razón para establecer otro. Una
propuesta así desborda la facultad limitada que tiene la Sala para resolver de fondo la
censura.

4. La ley procesal penal permite proponer cargos excluyentes, pero bajo el supuesto
de que se formulen separadamente y de manera subsidiaria, como lo preveía la ley
procesal penal anterior, disposición que repitió la ley 600 de 2000 en su artículo 212.
Este procedimiento no fue agotado por el demandante en su propósito de enrostrar al
fallo la totalidad de los errores a que se ha hecho referencia.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Buga
PROCESADO : RESTREPO GOMEZ, EDGAR ALONSO
DELITOS : Homicidio culposo
PROCESO : 14469

PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Requisitos/ TRANSITO DE LEGISLACION-


Procedimiento aplicable para la interposición de la casación

1. El recurso extraordinario de casación, cuando se intenta por vía excepcional,


conforme a las disposiciones vigentes para el momento de su interposición, para
hacer referencia exclusivamente a la situación que corresponde al sub judice,
requería no sólo de cuestionar una sentencia de segundo grado, estar legitimado,
tener interés e interponerla en tiempo, sino que además, requería que el objeto del
fallo correspondiera a delitos sancionados con privación de la libertad no superior a
los ocho años, a más de los fundamentos por los que se consideraba violada una
garantía fundamental o la necesidad del desarrollo de la jurisprudencia, pues sólo a
esos dos eventos restringió el legislador la posibilidad de que la Corte examine
discrecionalmente un asunto que no puede avocar por la vía ordinaria del recurso
extraordinario.

2. Bajo el supuesto expresado, por razón de la pena del delito de hurto calificado
agravado y la conexidad con este ilícito del porte ilegal de arma de fuego, procede la
casación ordinaria y no la excepcional.

En consecuencia, aunque en la demanda se haga referencia a la casación


discrecional, para preservar el derecho de defensa, el examen del escrito en mención
se hace bajo los requisitos de la vía extraordinaria que en este caso procedía: la
casación común.

La impugnación se ejercitó en este caso después de ejecutoriada la sentencia C - 252


- 01 de la Corte Constitucional (16 de marzo de 2001) y antes de entrar en vigencia
(25 de julio de 2001) el nuevo Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000). Por
lo tanto, obró acertadamente el a ad quem al tramitar el recurso por los parámetros
de la ley 553 de 2000, acudiendo a las disposiciones del decreto 2700 de 1991 en
cuanto a las normas de aquella ley que fueron declaradas inexequibles.

Tal actuación resulta consecuente con las precisiones que la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia hizo en auto de fecha 22 de octubre de 2001 con ponencia del
doctor CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE (Rdo. 18631), en relación con el sistema
de normas que deben regular la casación, habida consideración del tránsito de
legislación impuesto por el decreto 2700 de 1991, las leyes 81 de 1993, 553 y 600 de
2000, y los efectos de la sentencia C - 252 - 01 de la Corte Constitucional.

270
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Casación Discrecional
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No admite la demanda presentada
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : LANDAZURY GARCES O GARCIA, JUAN CARLOS
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de
defensa
personal
PROCESO : 18812

PUBLICADA : Si

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RECURSO DE HECHO-Procedencia frente al recurso de casación/ CASACION-


Ley 553 de 2000-Reforma al trámite

Teniendo como soporte los documentos enviados por el mismo memorialista, se sabe
que el Tribunal Superior de Cali, mediante sentencia de segunda instancia, fechada el
26 de febrero del año en curso, lo condenó por los citados delitos, fallo que fue
dictado en vigencia de la Ley 553 de 2000, por lo que el recurso de hecho interpuesto,
hoy llamado de queja, no tenía aplicabilidad frente a la casación.

En efecto, al tenor de la citada ley 553 de 2000, reformatoria de la casación, la que


fue incorporada a la Ley 600 de 2000 y declarada inexequible en algunos aspectos,
según sentencia C-252 del 28 de febrero del año en curso y que salieron
efectivamente de nuestro ordenamiento el 17 de marzo siguiente, ya no se estaba en
presencia de un recurso, sino de un medio excepcional para restaurar la legalidad de
las sentencias ejecutoriadas, previstas en la ley, razón por la cual el artículo 20,
ibidem, dispuso que la expresión "recurso de casación" debía sustituirse por
"casación".

Por lo mismo, desaparecieron, en ese entonces, los momentos procesales atinentes a


la interposición y concesión del recurso, en forma tal que ejecutoriada la sentencia de
segunda instancia, el sujeto procesal que considerara tener interés, debía presentar,
dentro del plazo de los 30 días siguientes, el respectivo libelo casacional, para que
una vez corridos los traslados a los no demandantes y remitido el original del
expediente a la Corte, ésta procediera a calificar la demanda, admitiéndola o
rechazándola.

Así las cosas, al no tener que concederse o negarse por el Tribunal, en aquel
esquema, el recurso de casación, no había lugar al recurso de hecho.

Es más, tampoco en vigencia del Decreto 2700 de 1991 procedía el recurso de hecho,
cuando se negaba la concesión de la casación discrecional, pues la competencia para
admitirla o concederla era privativo de la Corte y contra la providencia respectiva
solo era procedente el recurso de reposición.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Recurso de Hecho
FECHA : 19/12/2001
DECISION : Se abstiene de resolver el recurso presentado
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Cali
PROCESADO : PEÑA CANDELO, JENARO LOMBARDO
DELITOS : Peculado por apropiación, Falsedad en
documento privado
PROCESO : 18313

PUBLICADA : Si

271
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

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SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir/ NULIDAD/ TERMINACION


ANTICIPADA DEL PROCESO-Interés para recurrir

Para que sea admisible la casación contra la sentencia proferida anticipadamente


dentro del proceso, por provenir de la aplicación del artículo 37 del Código de
Procedimiento Penal (hoy artículo 40), es necesario que el sujeto procesal tenga
interés, y que la demanda satisfaga los requisitos formales establecidos por el Código
de Procedimiento Penal (antes artículo 225, ahora 212).

En la sentencia anticipada el incriminado renuncia a la controversia fáctica y jurídica


para allanarse expresa, voluntaria y libremente a los cargos que le formule la fiscalía,
aceptando la responsabilidad penal por el hecho imputado. El reproche penal así
admitido se rige por el principio de intangibilidad, esto es, que no le es dado al
procesado pretender su modificación.

La jurisprudencia ha sostenido que cuando el fallo impugnado en casación


corresponda a una sentencia proferida dentro del trámite abreviado, los aspectos
respecto de los cuales puede interponerse la apelación también condicionan la
viabilidad de la casación, sin que resulte acertado plantear temas distintos a los
establecidas por el artículo 37 B del Código de Procedimiento Penal (hoy artículo 40 -
10), el que autoriza, entre otros sujetos procesales, al defensor y al procesado a
cuestionar la individualización judicial de la pena, el subrogado de la condena de
ejecución condicional (en la nueva legislación procesal penal los mecanismos
sustitutivos de la pena privativa de la libertad) y la extinción de dominio sobre
bienes. Además, debe agregarse el interés que le asiste a los sujetos procesales para
acudir a la causal tercera de casación a fin de obtener que la actuación judicial se
reponga cuando la sentencia se ha dictado en un proceso afectado por vicios de
estructura o con desconocimiento de las garantías fundamentales.
...

No resiste discusión alguna que, aún tratándose de las formas de terminación


anticipada del proceso, los sujetos procesales pueden reclamar en casación la
nulidad, con base en la causal tercera de casación, con el ítem de que lo pretendido
no sea una retractación de los cargos admitidos en la diligencia a que hacía referencia
el artículo 37 del C.P.P.
...

Es la misma ley la que deslegitima la pretensión de sustraerse a las consecuencias


del acto procesal consentido por la incriminada, por lo que ha de señalarse que
carece de interés sustancial para acudir a la casación en procura de revisar temas
que se finiquitaron exclusivamente en las instancias, a fin de no tornar en
improcedente el instituto de la sentencia anticipada.

Ha dicho la Sala a este respecto:

"Así, no resulta suficiente para legitimar un cargo en eventos como el presente, es


decir, de sentencia anticipada, el afirmarse que se formula por la vía de la nulidad,
cuando su argumentación tiende es a demostrar la retractación de la aceptación de
cargos que previa y oportunamente ha hecho el procesado, ya que el interés para
recurrir que inicialmente podría amparar la solicitud de invalidez no puede surgir de la
habilidad en mimetizarlo frente al texto de la demanda, sino de la permisión legal que
ampare la pretensión"* .

___________________________
* Casación 11856, agosto 11/99 M.P.Dr. Carlos A. Gálvez Argote

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Casación
FECHA : 19/12/2001

272
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el


recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Florencia
PROCESADO : MARTOS MORENO, GLADYS
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 17026

PUBLICADA : Si

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PRUEBA-Ilegalmente incorporada: Técnica/ FALSO RACIOCINIO

Violando el principio de autonomía, al tenor del cual, al interior de una misma censura
no se pueden formular ataques correspondientes a causales distintas, entremezcla la
causal tercera con la primera, cuando asevera que el error de derecho en que se
incurrió al recibir algunos testimonios lleva a la invalidez del proceso, sin percatarse
que, como lo ha dicho la Sala, si la prueba es practicada o incorporada con violación
de los requisitos legales que condicionan su validez y, sin embargo, el juzgador la
aprecia, se está en presencia de un error in iudicando, acusable, por lo tanto, por la
causal primera, a menos que se demuestre que el vicio denunciado afectó la validez
de la actuación posterior, lo que no hace el censor.
...

Aunque considera que se incurrió en error de derecho por falso juicio de legalidad, no
muestra el vicio, esto es, que la identificación de los testigos sea condición de validez
de esa prueba, ni tampoco su trascendencia, de modo que al no haberse cometido
otros hubieren sido los resultados del fallo, y, además, se aparta del enunciado, al
atacar la credibilidad que el Tribunal les otorgó, desconociendo que esa discrepancia
no constituye desatino demandable en casación, ya que el juzgador goza de libertad
para apreciar la prueba, dentro del método de la persuasión racional que nos rige,
sólo limitada por los postulados de la sana crítica, cuyo quebrantamiento debe
demostrarse por la vía del error de hecho por falso raciocinio, ruta que no emprendió
el casacionista.

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Auto Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : GIRALDO DUQUE, JESUS ANTONIO
PROCESADO : GIRALDO GUZMAN, ANTONIO
DELITOS : Porte ilegal de armas, Homicidio
PROCESO : 17181

PUBLICADA : Si

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273
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DEFENSOR-Designación para la indagatoria/ DEFENSA TECNICA-Corrección


de omisiones/ DERECHO DE CONTRADICCION/ FALSO JUICIO DE
IDENTIDAD/ FALSO RACIOCINIO/ INDAGATORIA

1. Es preciso que la Sala reitere que cuando se alega vulneración del derecho de
defensa por la falta de actividad del abogado, no basta con afirmar que nada hizo
para concluir que se quebrantó esa garantía fundamental, sino que es necesario
demostrar que esa reclamada pasividad no corresponde a una estrategia defensiva y,
además, indicar cuáles fueron las actividades que dejó de cumplir y cómo de haberlas
llevado a cabo otra hubiera sido la suerte del procesado.

Por otra parte, no es cierto que el procesado haya carecido durante algunos días de
defensa letrada, ya que al tenor del artículo 139 del C. de P. P, entonces vigente (igual
al 129 del actual), el nombramiento hecho desde la indagatoria o en cualquier otro
momento posterior se entendía hasta la finalización del proceso. Es más, ni aun
aceptando que durante algunos días no tuvo defensor, se habría afectado la validez
del diligenciamiento, ya que, como lo ha sostenido la Sala* , la falta esporádica de
defensa no vicia de nulidad la actuación, cuando es oportunamente corregida, "pues
ningún sentido tendría invalidar el proceso para que la defensa vuelva a tener la
oportunidad que ya tuvo",

2. Tampoco le asiste razón al impugnante cuando sostiene que el derecho de


contradicción se reduce a la intervención en la práctica de las pruebas, ya que como
lo ha sostenido la Sala, también se ejerce cuando éstas se critican en sí mismas y con
relación al resto del material probatorio, cuando se impugnan las decisiones, cuando
se alega, etc., algunas de las cuales, en este asunto, fueron ejercidas por los
defensores.

3. No distingue entre el error de hecho por falso juicio de identidad y el error de hecho
por falso raciocinio, pues con relación a los mismos medios de prueba y al interior del
mismo cargo asegura que se tergiversó su contenido y que al apreciarlos su
vulneraron los postulados de la sana crítica.

No se percata el casacionista que el primer yerro es de carácter objetivo,


contemplativo, y se configura cuando al fijar el contenido material de la prueba se
falsea su expresión literal, poniéndola a decir lo que ella no reza.

En cambio el error de hecho por falso raciocinio es de naturaleza apreciativa y surge


cuando al valorar el mérito persuasivo de los medios de convicción sujetos a la
persuasión racional, o al construir las inferencias lógicas de contenido probatorio, el
juzgador se aparta caprichosamente de las leyes de la ciencia, los principios de la
lógica o las reglas de la experiencia y este desatino lo conduce a declarar una verdad
fáctica distinta de la que revela el proceso.

Ahora bien, si se entendiera que quiso orientar el reproche por la primera modalidad,
se encuentra que no explica de qué manera fue falseado el contenido fáctico de la
prueba, de tal manera que no hay identidad entre lo que su texto dice y lo que el
Tribunal manifestó que rezaba, limitándose a afirmar que esta Corporación toma unas
frases de los testigos que declararon a favor del procesado para descartar su
credibilidad, pero sin que se ocupe de demostrarlo.

Si se entendiera que quiso referirse al error de hecho por falso raciocinio, se halla que
fuera de sostener que el sentenciador no tuvo en cuenta los parámetros de la sana
crítica al valorar los testimonios, no dice cuáles de esos postulados fueron
desconocidos, ni de qué manera lo fueron, ni cuál su incidencia en la parte conclusiva
del fallo.

Además, tampoco cae en la cuenta que cuando se reclama por el quebrantamiento de


tales postulados, el error surge de la grotesca contradicción entre éstos y la
valoración del juzgador y no de la discrepancia entre la estimación de éste y la
pretendida por el censor.

____________________________________
* Ver, entre otras, casación mayo 27/99 M. P. Dr. Ricardo Calvete Rangel; 11838 mayo
25/00 M. P. Dr. Álvaro Orlando Pérez Pinzón; y 12302 abril 5/00 M. P. Dr. Jorge E.
Córdoba Poveda.

274
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : AGUDELO RESTREPO, GUSTAVO ADOLFO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86
PROCESO : 14036

PUBLICADA : Si

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RESOLUCION DE ACUSACION-Notificación/ DEFENSA TECNICA-Inactividad


contenciosa como estrategia defensiva/ DEFENSA TECNICA-Abandono de la
gestión/ NOTIFICACION

1. Repara el actor el hecho de no habérsele notificado personalmente la acusación al


defensor, en el equivocado supuesto de ser un mandato legal, cuando es muy claro
que dicha obligación sólo estaba prevista en el Decreto 2700 de 1.991 que es
aplicable, para el procesado detenido y el Ministerio Público (art. 188), mientras que
una vez agotados los mecanismos para enterar de igual forma de su contenido al
defensor, dada su no comparecencia, era lo adecuado que se le notificara mediante
estado (art.190 id.), conforme se efectuó.

4. También adujo un pretendido desconocimiento del debido proceso por no haberse


definido la situación jurídica por el delito contra el patrimonio económico, pese a su
imputación en el calificatorio, cuando bien es sabido que la ley no ha dispuesto que
deba existir identidad entre los delitos por los cuales se adopta medida de
aseguramiento en contra de un imputado y la resolución acusatoria, toda vez que tal
congruencia resulta exclusivamente predicable entre la sentencia y el pliego de
cargos.

Ahora, es verdad que al folio 112 c.1, en el cual consta que la notificación del cierre
instructivo al procesado y su defensor se efectuó personalmente, aparece en lugar de
la firma del imputado una "a ruego", sin que se haya dejado anotación de las razones
para haber obrado en dicha forma. Sin embargo, el art. 157 del ordenamiento
aplicable (art. 147 de la Ley 660 de 2.000), no contemplaba dicha exigencia, al
disponer que si quien debe suscribir la notificación se niega a firmar "lo hará un
testigo presente en el momento o en su defecto, se dejará constancia de ello", de
donde nada distinto puede inferirse que en esa oportunidad (...) no quiso suscribir
dicha acta, haciéndolo en lugar suyo otra persona, sin que fuese forzoso dejar
constancia alguna al respecto, sencillamente por que la ley de esta forma no lo
preveía.

2. Ante la constatación de este decurso procesal no se discute que el defensor


designado por el imputado, no interpuso recursos contra las decisiones que le fueron
notificadas, ni solicitó la práctica de pruebas en procura de aquél, conforme lo
destaca el demandante con el aval del Ministerio Público.

Pero este hecho, como en otras oportunidades lo ha relevado la jurisprudencia, no


está por sí mismo en capacidad de demostrar la vulneración al derecho de defensa
técnica, así se presente una opción contraria como estratagema de defensa a través
de un juicio crítico ex post, pues debe evidenciarse que la situación contemplada
dentro de tal marco es inexorablemente indicativa de un abandono defensivo, lo que
impone observar cada caso y el desenvolvimiento que la investigación ha tenido
frente a las circunstancias del hecho investigado, dado que sólo así podría surgir
como predicable en la concreta realidad del mismo, que el marco teórico sustentador
de la garantía resulta en verdad desvirtuado, conculcándose de contera el derecho
fundamental protegido.

275
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

9. De ahí que, referida a la defensa técnica, la Sala haya prevenido, con ponencia de
quien acomete igual deber en este caso, "que para afirmarse la vulneración de este
derecho no puede identificarse la ausencia de actos tales como la interposición de
recursos, la presentación de alegatos, la solicitud de pruebas, etc., con un absoluto
abandono del cargo, pues si bien estas suelen coincidir con aquellas manifestaciones
de la actividad defensiva, no constituyen en estricto sentido más que eso, es decir
que, como sucede en la mayoría de los casos, son apenas aparentes expresiones del
ejercicio de la defensa, que no siempre es dable confundir con el derecho mismo, ya
que éste puede frente a eventos particulares presentarse de distinta manera y
específicamente como estrategia defensiva, en modo alguno comparable con aquella
inactividad nugatoria de las posibilidades defensivas, en el entendido de que en esta
última hipótesis si podría estarse frente a una evidente desatención irresponsable de
los compromisos inherentes al defensor" (Cas 13.591, 30 de marzo /00), o más
recientemente, al precisar cómo "Esta función-deber por parte de la defensa, implica,
entonces, una constante e imprescindible vigilancia actuarial de la actividad procesal
en concreto, a partir de la cual se espera la puesta en marcha de los medios
defensivos que la normatividad positiva habilite, bajo el entendido que no obstante
reconocerse, como no puede ser de otra forma, que las dos actividades deben
compenetrarse y ponerse en práctica ante un marco teórico de defensa, un tal ideal
no puede fatalmente condicionar una "estrategia defensiva", que por no ser otra cosa
que la planificación de los medios de que se vale la defensa para lograr los fines
propuestos en beneficio del procesado, no necesariamente puede equipararse a la
manifiesta actividad memorialística o impugnadora, o de confrontación probatoria en
el momento de su práctica, ya que, si bien puede así suceder y en no pocas veces
considerarse como la más apropiada, igualmente puede tener la misma idoneidad
para el objetivo previsto, la sola prudente y racional vigilancia del proceso, la latente
supervigilancia de la actividad estatal que con pleno respeto de los límites formales y
materiales del Estado de derecho dinamiza su ius puniendi para establecer la verdad
que ha motivado el inicio de la acción penal" (Cas.11.578, 24 de julio/01).

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Medellín
PROCESADO : LUJAN MOLINA, JAVIER ALFONSO
DELITOS : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de
armas,
Homicidio agravado, Falso testimonio
PROCESO : 15357

PUBLICADA : Si

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CASACION DISCRECIONAL-Sustentación antes de la ley 553 de 2000

Notificada la providencia por edicto, el término de ejecutoria de la misma, es decir los


15 días siguientes a la última notificación previstos en el artículo 223 del Código de
Procedimiento Penal de 1991 vigente para la época, empezaba a contarse a partir del
día siguiente al de su desfijación, es decir desde el 9 de julio de 1999. Y se
cumplieron el 30 de julio siguiente, como se precisó en el auto recurrido en
reposición.

Ahora bien, si se tiene en cuenta que en el caso examinado no procedía la casación


ordinaria en consideración a que la pena máxima prevista para el delito objeto de la
sentencia no alcanzaba los 6 años de prisión, es claro que la aspiración del procesado
de lograr la intervención de la Corte tenía que sujetarse al trámite previsto para la
casación excepcional. Y este, como se advirtió, obligaba al sujeto procesal a
solicitarlo y sustentarlo dentro del término de ejecutoria del fallo. E hizo lo primero,
no cabe duda, y eso quedó claro. Pero ni él ni su defensor aportaron en el mismo
lapso, como era su deber, las razones demostrativas del por qué era necesario el

276
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

conocimiento del caso por parte de la Corte para el desarrollo de la jurisprudencia o


para la garantía de los derechos fundamentales.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No repone providencia que negó casación
discrecional
PROCEDENCIA : Tribunal Superior Militar
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RUBIANO GOMEZ, FABIO AUGUSTO
DELITOS : Privación ilegal de la libertad
PROCESO : 16502

PUBLICADA : Si

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ALLANAMIENTO/ ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad/ FALSO


JUICIO DE LEGALIDAD/ DEMANDA DE CASACION-Juicio lógico sobre la
legalidad del fallo/ TESTAFERRATO-Delito de conducta permanente/
TESTAFERRATO-Coexiste con otros delitos/ TESTIMONIO-Excepción al deber
de declarar/ RECEPTACION

1. La Corte ha sido insistente en sostener que cuando una prueba ha sido


irregularmente allegada al proceso, y el Juez la toma en cuenta al dictar sentencia
porque considera que lo fue legalmente, se está en presencia de un error in iudicando
de apreciación probatoria, concretamente de un error de derecho por falso juicio de
legalidad, que se soluciona con el retiro de la prueba del proceso o su no
consideración, en virtud de la cláusula o regla de exclusión que como mecanismo de
saneamiento opera en estos casos, consagrada en el artículo 29 de la Constitución
Nacional.

Esto, para advertir que el cargo debió ser propuesto dentro del ámbito de la causal
primera, cuerpo segundo, no dentro del marco de la tercera, como se postula por el
casacionista, porque la ineficacia de una determinada prueba no compromete la
estructura básica del proceso, ni afecta la validez de las pruebas obtenidas
legítimamente, ni tiene la virtualidad de afectar el trámite procesal cumplido con
posterioridad, según ha sido reiteradamente sostenido por la Corte (Cfr. Casación de
23 de julio del 2001, radicación 13810, Magistrado Ponente Dr. Fernando Arboleda
Ripoll, entre otras).

2. Principios elementales de técnica casacional enseñan que cuando se plantea en


casación violación directa de la ley sustancial, no resulta posible entrar a discutir los
fundamentos fácticos ni probatorios de la decisión impugnada, porque dicha forma de
infracción supone que las conclusiones en este campo fueron correctas, y que el error
se presentó en el marco del raciocinio puramente jurídico. También, que la casación
es juicio lógico jurídico que impone la observancia de unos determinados principios
de lógica formal y lógica jurídica (coherencia, no contradicción, no exclusión, unidad
temática, entre otros), necesarios para poder establecer el verdadero sentido de la
impugnación, en cuanto implica denunciar un error, demostrar su configuración o
estructura, y fijar sus consecuencias.

3. Carácter permanente del delito de testaferrato (Artículo 6º del Decreto 1856 de


1989): Este punto fue definido por la Sala en decisión de 9 de noviembre de 1990,
con ponencia del Magistrado Dr. Edgar Saavedra Rojas, en el sentido de que la
conducta prevista en la referida norma es de ejecución permanente, porque continúa
cometiéndose mientras subsista la condición de testaferro, o ilícita simulación,
doctrina que ha venido siendo reafirmada por la Corte en repetidos pronunciamientos,
entre ellos, en decisiones de 12 de noviembre de 1998 y 23 de agosto del 2000, con
ponencias del Magistrado Dr. Nilson Pinilla Pinilla; y 18 de enero del 2001, del
Magistrado Ponente Dr. Alvaro Orlando Pérez Pinzón.

277
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Por esta razón, considera inoficioso retomar su estudio, sobre todo si se toma en
cuenta que las argumentaciones que ahora se presentan para insistir en la tesis de
que el delito de testaferrato es de conducta instantánea, son en esencia las mismas
que han sido expuestas en otras oportunidades para defender igual postura, y que no
se advierten motivos sobrevinientes que impongan un cambio de jurisprudencia. La
Corte entiende, desde luego, que sus criterios doctrinales no son de carácter
obligatorio, sino simples directrices auxiliares de la actividad judicial, y que las partes
pueden, por tanto, disentir de ellos, pero no deja de resultar necio que se insista en su
desconocimiento, no obstante haberse erigido en doctrina reiterada y pacífica.

En reiteración de ella, dígase, entonces, que el testaferrato es un delito de conducta


permanente, porque "se perfecciona en el momento en que por medio de contrato,
escritura o cualquier otro medio legal, un bien pasa a figurar como propiedad de
quien realmente no lo es, pues se trata simplemente de una persona que presta su
nombre para que figuren en su cabeza bienes que en realidad pertenecen a terceras
personas". Y continúa cometiéndose mientras subsista la condición de testaferro,
"puesto que el bien jurídico protegido por la norma continúa vulnerándose mientras
dure la ilícita simulación" (Auto de 9 de noviembre de 1990, ya citado).

4. Derogación tácita del artículo 6º del Decreto 1856 de 1989 por el artículo 31 de la
ley 190 de 1995, y de éste, por el 7º de la ley 365 de 1997: Casacionista y Delegada
sostienen, en lo esencial, que los tres tipos penales mencionados (el Ministerio Público
cita el artículo 9º de la ley 365 de 1997) incriminan la misma conducta, porque la
acción consistente en "prestar el nombre para adquirir bienes con dineros
provenientes del narcotráfico", que describe la primera de ellas, se encuentra también
prevista, con mayor riqueza descriptiva, en las otras disposiciones, donde se penaliza
a quien "oculte, asegure, transforme, invierta, transfiera, custodie, transforme,
administre o adquiera el objeto material o el producto del mismo o les dé a los bienes
provenientes de dicha actividad apariencia de legalidad o los legalice".

Sobre este aspecto también existen decisiones de la Corte, donde ha sido sostenida la
coexistencia de las referidas disposiciones (Cfr. Auto de 12 de noviembre de 1998, ya
citado, Magistrado Ponente Dr. Nilson Pinilla Pinilla, entre otras), doctrina que hoy se
reitera, con fundamento en las consideraciones que se dejan expuestas a
continuación:

La utilización en la formulación de la hipótesis de acción típica de un determinado


hecho punible, de verbos o construcciones gramaticales iguales, similares, u
omnicomprensivos de elementos de descripción empleados en otras disposiciones de
igual o diferente género, no es argumento suficiente para sostener que ha operado la
derogatoria de la norma antecedente. Esta es una situación que con frecuencia se
presenta en materia penal (para citar un ejemplo repárese en los denominados por la
doctrina tipos penales consuntivos y especiales, que por naturaleza describen
conductas previstas en otros tipos penales), sin que por ello sea dable negar su
coexistencia. Para que pueda afirmarse la derogatoria implícita de una norma por otra
es preciso confrontar, además de su texto, su teleología y su conformidad con el
sistema, porque solo frente a un estudio concatenado de estos aspectos puede
realmente establecerse si la disposición anterior resulta incompatible con la nueva.

La tipificación del delito de testaferrato en la legislación colombiana se sustentó


originalmente en la necesidad de combatir de manera específica, y desde luego más
enérgica, una de las modalidades de encubrimiento por receptación utilizadas con
mayor frecuencia por la delincuencia organizada del narcotráfico para ocultar los
bienes adquiridos con los dineros producto de sus actividades ilícitas, radicándolos
en cabeza de terceras personas, ajenas al negocio. Este el origen y la razón de ser de
la prohibición contenida en el artículo 6º del Decreto 1856 de 1989...

Un argumento más para reafirmar la coexistencia del delito de testaferrato descrito


en el artículo 6º del Decreto 1856 de 1989 (incorporado a la legislación permanente
por el 7º del Decreto 2261 de 1991), frente a los artículos 31 de la ley 190 de 1995 y
7º y 9º de la ley 365 de 1997, lo constituye el hecho de que su vigencia es reiterada
por la propia Ley 365 de 1997 (Confrontar artículo 14, modificatorio del 340 del
estatuto procesal penal), y por otras normas dictadas después de su expedición
(artículo 5º numeral 7º de la ley 504 de 1999), y de la expedición de la ley 190 de
1995 (numeral 3º del artículo 2º de la ley 333 de 1996).

Dígase, finalmente, que el nuevo Código Penal (ley 599 del 2000) reprodujo en
términos muy similares las tres figuras delictivas que vienen de ser estudiadas

278
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

(lavado de activos, testaferrato y encubrimiento por receptación), situación que viene


a reafirmar lo dicho en el sentido de que se trata de configuraciones típicas distintas,
y que como tales, pueden ser coexistentes (Cfr. Artículos 323, 326 y 447 del nuevo
estatuto).

Establecido, entonces, que el artículo 6º del Decreto 1856 de 1989, que define el
delito de testaferrato, es de ejecución permanente, y que los artículos 31 de la ley
190 de 1995, y 7º y 9º de la ley 365 de 1997, no afectaron su vigencia, se llega a las
siguientes conclusiones: (1) Que los juzgadores acertaron en la calificación jurídica de
la conducta, puesto que la norma llamada a regir el caso es el artículo 6º del Decreto
1856 de 1989, incorporado a la legislación permanente por el artículo 7º del Decreto
2266 de 1991, que define el testaferrato. (2) Que el fallo no violó el principio de
legalidad, porque la acusada continuó realizando la acción típica de prestar el nombre
para encubrir dineros provenientes del narcotráfico después de la entrada en vigencia
del artículo 6º del Decreto 1856 de 1989. (3) Que la acción penal no se encontraba
prescrita para la fecha de la calificación del mérito probatorio del sumario (diciembre
4 de 1996), porque para entonces no había transcurrido el tiempo legalmente
requerido para su consolidación (10 años contados a partir del último acto), según lo
dispuesto en los artículos 80 y 83 del Decreto 100 de 1980.

5. El principio de exclusión del deber de declarar contra sí mismo o contra los


parientes más cercanos, dice relación con la posibilidad que la persona tiene de
guardar silencio ante las autoridades sobre las actividades delictivas propias o de su
allegados, no con la facultad de poder cometer actos delictivos, como
equivocadamente lo entiende el casacionista. Y el deber de solidaridad familiar no
implica que sus miembros puedan cometer delitos cuando otro lo hace, en procura de
lograr su impunidad, ni mucho menos que sea obligatorio hacerlo. La ley, como
acertadamente lo sostiene el Procurador Delegado en su concepto, no impone, ni
puede imponer esta clase de obligaciones, porque ello, lejos de contribuir a la
preservación de la unidad familiar, conduciría a su perversión, en la dimensión ética a
que debe corresponder el concepto, y a su desintegración, y consecuencialmente, a la
del establecimiento social.

En el caso sub judice, la acusada fue condenada como autora responsable del delito
de testaferrato descrito en el artículo 6º del Decreto 1856 de 1989, por haber
prestado su nombre para la adquisición de bienes con dineros provenientes del
narcotráfico, obtenidos por su compañero marital. Es decir, por haber cometido un
delito para encubrir las actividades ilícitas de su marido, conducta que la ley ni el
deber le imponían realizar, y que está distante de corresponder a una legítima
manifestación del principio de exclusión de la obligación de declarar, por las razones
ya anotadas.

MAGISTRADO PONENTE: DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D.C.
PROCESADO : ARIAS BEDOYA, ANGELA MARIA
DELITOS : Testaferrato
PROCESO : 14658

PUBLICADA : Si

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JUSTICIA REGIONAL-Alegatos previos a la sentencia/ ALEGATO DE


CONCLUSION

En cuanto al primer yerro acusado, ante todo vale recordar cuál era la normatividad
vigente cuando el juez regional dictó el auto del 8 de septiembre de 1997, por el cual
corrió traslado, por el lapso de 8 días, para que los sujetos procesales presentaran los
correspondientes alegatos previos al proferimiento de la sentencia.

279
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

En cuanto a la preceptiva que regía la llamada justicia regional, la Corte


Constitucional, mediante sentencia C-093 del 27 de febrero de 1993, señaló:

"El artículo 5 transitorio del nuevo Código de Procedimiento Penal, dispuso la


integración de la antigua jurisdicción de Orden Público a la ordinaria desde el
momento mismo de su entrada en vigencia, siendo importante señalar a este
respecto que la competencia de los ahora denominados Fiscales y Jueces Regionales
y Tribunal Nacional no sufrió modificación alguna, como que continúan conociendo de
los hechos punibles anteriormente atribuidos a la jurisdicción de Orden Público, de
acuerdo con los decretos convertidos en legislación permanente, sin que pueda
entenderse que el artículo 5° transitorio se refiere exclusivamente a la competencia,
por cuanto las normas especiales consagran, además, el procedimiento aplicable y lo
relativo a la libertad; es decir, la mencionada disposición comprende tanto la
competencia, como el procedimiento indicado en las normas especiales.

"De lo anotado en precedencia puede concluirse que los procesos asignados al


conocimiento de Fiscales y Jueces Regionales y al Tribunal Nacional deberán regirse
por los decretos especiales incorporados como legislación permanente de tal forma
que la aplicación del Código Penal y del Código de Procedimiento Penal se
circunscriben a aquellas materias que no encuentran regulación en las normas
especiales.

"A la misma conclusión es posible arribar si se tiene en cuenta lo dispuesto en el


artículo 2° transitorio del decreto 2700 de 1991, conforme al cual los jueces
regionales continuarán conociendo de los asuntos de su competencia durante diez
(10) años a partir del primero (1°) de julio de mil novecientos noventa y dos (1992);
asuntos y procedimientos, se repite, contemplados en las normas especiales a las que
se ha hecho referencia, las que mantienen su vigencia en razón de una norma
posterior, como para el caso lo es el supracitado artículo 5° transitorio del nuevo
Código de Procedimiento Penal".

Dentro de ese entendido, es claro que los Decretos 2790 de 1990 y 099 del 14 de
enero de 1991, convertidos en legislación permanente mediante el Decreto 2271 de
1991, eran los que gobernaban el presente proceso.

A su vez, el artículo 46 del Decreto 099 de 1991, estatuía:

"Vencido el término probatorio, se citará para sentencia dejándose el expediente a


disposición del acusado y su defensor, así como de la parte civil o de terceros,
incidentales si fuere el caso, en secretaría por el término común de 8 días a fin de que
presenten sus alegatos de conclusión. Transcurrido este último, el Juez tendrá 15 días
para dictar sentencia.

"Si vencido el término común, el defensor no hubiera presentado alegato de


conclusión, el Juez procederá a designar uno de oficio a quien, una vez posesionado,
se correrá traslado por el término previsto en el inciso anterior y dispondrá la
expedición de copias y su remisión para que adelante, si fuere el caso, por el
competente la correspondiente investigación disciplinaria por falta al Estatuto
Profesional del Abogado".

En consecuencia, como atinadamente lo conceptúa el agente del Ministerio Público, la


obligación de presentar alegatos conclusivos previos a la sentencia, sólo recaía en el
abogado defensor y no en los demás sujetos procesales, lo que implica que su silencio
no constituía irregularidad sustancial que socavara la estructura del diligenciamiento.

En lo que respecta a la irregularidad que fundamenta en que el Fiscal no intervino en


el recaudo de las pruebas decretadas en el juicio, tampoco tiene razón el
casacionista, como quiera que no existía precepto que así lo ordenara. Además, aquel
funcionario, teniendo en cuenta las circunstancias probatorias de cada proceso, podía
abstenerse de intervenir por no considerarlo necesario ni útil.

280
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

MAGISTRADO PONENTE: DR. JORGE ENRIQUE CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Nacional
CIUDAD : Bogotá D. C.
PROCESADO : RESTREPO HINCAPIE, GUSTAVO ARLEY
PROCESADO : TOBON OSPINA, JORGE IVAN
PROCESADO : LOTERO PAVAS, CARLOS ALBERTO
DELITOS : Violación a la Ley 30/86, Hurto calificado y
agravado,
Porte de armas de defensa personal, Secuestro
simple,
Homicidio agravado
PROCESO : 16051

PUBLICADA : Si

Salvamento Parcial de Voto DR. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON


Salvamento Parcial de Voto DR: HERMAN GALAN CASTELLANOS

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FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA/ SENTENCIA-Falta de


motivación/ PECULADO POR EXTENSION/ PECULADO POR APROPIACION/
ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación

1. El artículo 180 del Código de Procedimiento Penal anterior (artículo 179 del vigente)
al ocuparse de la redacción de la sentencia como pronunciamiento destinado a definir
de fondo la causa, exige una motivación, que no es otra cosa que el proceso lógico
mediante el cual el juez llega a una conclusión, para salvaguardar de esta manera las
garantías a los sujetos procesales a fin de que puedan conocer las razones que se
tuvieron para adoptar la decisión, generándose la posibilidad de ser cuestionadas y
controladas mediante los recursos pertinentes.

La falta de motivación de la sentencia desconoce el debido proceso, lo que ocurre si el


fallo carece de fundamentación, así ésta es incompleta, ambigua, equívoca o
ambivalente. Esto es, cuando no se precisan las causas jurídicas y probatorias de la
decisión, o cuando a pesar de hacerse, resultan contradictorias o no permiten
establecer su fundamento.

2. El recurrente desvía su propuesta inicial hacia la indebida calificación de la


conducta al admitir como bien jurídico quebrantado el patrimonio del Banco Ganadero
y no el de la Administración Pública, lo cierto es que, el libelista hace depender dicha
adecuación típica de la responsabilidad civil de la entidad financiera por el manejo
irregular del dinero por parte de sus empleados en la ejecución del contrato de
fiducia, alegación que torna el reparo en intrascendente, pues una tal declaración no
elimina la responsabilidad penal que corresponde al acá procesado por la apropiación

281
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

de los dineros, ni tornan su conducta en lesiva solamente de intereses patrimoniales


privados, pues en el contrato de fiducia se otorga la administración de los bienes al
fiduciario, más no el derecho de dominio, por tal motivo aquéllos no ingresan a su
patrimonio. Análisis éste que para el instante en que se calificó el sumario y se
profirieron los fallos de instancia determinaron que la denominación para el reato
imputado fuese peculado por extensión, en la modalidad de apropiación.

3. La censura por error en la denominación jurídica del delito, cuando con la


discrepancia la adecuación típica de la conducta conlleva a diferente Capítulo del
Código Penal, no basta reclamarla por la causal tercera. Para que no quede en el
simple enunciado y sin la debida demostración, ésta debe hacerse conforme a los
parámetros de la causal primera, precisando si la violación de la norma sustancial fue
directa o indirecta y, según el caso, establecer cuáles fueron los desaciertos de orden
jurídico o los de apreciación probatoria. En este último evento, además, debe
concretarse si se trató de un error de hecho o de derecho, la clase de falso juicio en
que se incurrió y su incidencia en la validez de la actuación. Cuando la corrección del
error en que incurre el ad quem debe hacerlo la Corte a través de la invalidación de lo
actuado, el reparo debe hacerse a través de la causal tercera.

De lo expuesto se obtiene que en este caso y habida consideración de las


disposiciones vigentes para el momento en que se calificó el sumario y dictó el fallo
impugnado, el abuso de confianza pregonado por el censor correspondía a título y
capítulo diferente del Código Penal por el delito que se condenó, por lo que
necesariamente la solución conduciría a la anulación del proceso desde la resolución
de acusación, pues el yerro no puede subsanarse mediante fallo de sustitución.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Sentencia Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No casa
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Neiva
PROCESADO : OSPINA PERDOMO, DANIEL MARIANO
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 15140

PUBLICADA : Si

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INCONGRUENCIA/ DEMANDA DE CASACION-Causal segunda

En la formulación del cargo, el impugnante se refiere a la supuesta incongruencia


entre las resoluciones de acusación y la sentencia, pues se acusó al procesado (...)
por unas conductas punibles de peculado por apropiación y se le condenó por esas
mismas infracciones, cuando no existió la apropiación de los bienes muebles que le
fueron entregados en custodia pues, según afirma, éstos le fueron hurtados, como
constaría en una denuncia a que hace referencia.

La causal segunda de casación, a la cual acude el demandante, se configura cuando


la sentencia no esté en consonancia con los cargos imputados en la resolución de
acusación, lo cual se demuestra confrontando el texto del enjuiciamiento con el fallo,
a efectos de verificar si en verdad se ha condenado por cargos no imputados, o se ha
dejado de resolver acerca de los que sí fueron expresamente formulados. Esta
situación implica demostrar que no hay correspondencia entre las realidades fáctica
y jurídica consignadas en la acusación y en el fallo, de manera que se haga patente
que éste desbordó o desestimó aquélla.

Al invocar dicha causal segunda, "es deber del censor, en consecuencia, como
condición para que la demanda le sea admitida, demostrarle a la Corte que el delito
objeto de la sentencia no se encuentra previsto dentro de los mismos títulos y
capítulo del Código Penal referidos en la resolución de acusación o que, estándolo,

282
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

empeora la situación del procesado" (auto de diciembre 16 de 1999, M. P. Carlos


Eduardo Mejía Escobar, radicación 14.796).

MAGISTRADO PONENTE: DR. NILSON ELIAS PINILLA PINILLA

Auto Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No admite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Pasto
PROCESADO : POSSO SANCHEZ, JULIO NOE
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 18588

PUBLICADA : Si

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COLISION DE COMPETENCIA/ INASISTENCIA ALIMENTARIA-Juez


competente/ INASISTENCIA ALIMENTARIA-Menor-Competencia territorial/
QUERELLA/ JUEZ PENAL MUNICIPAL

El nuevo Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000), normatividad aplicable al


juzgamiento del ilícito que suscitó la presente colisión, a tono con las directrices
trazadas por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, introdujo una modificación
respecto del anterior régimen, en el artículo 35 que contiene el listado de los delitos
que requieren querella para dar inicio a la acción penal del Estado.

En efecto, el artículo 35 del Código de Procedimiento Penal vigente establece: "Para


iniciar la acción penal será necesario querella en los siguientes delitos, excepto
cuando el sujeto pasivo sea menor de dad" (se destaca), y a continuación enumera
los delitos querellables, entre los que se encuentra el de inasistencia alimentaria.

Una interpretación aislada de aquella norma, podría conducir al equivoco de inferir


que desde la entrada en vigencia del nuevo Código de Procedimiento Penal la
competencia para juzgar los delitos querellables, cuando la víctima es un menor de
edad radica en los Jueces Penales del Circuito, por remisión a la cláusula general de
competencia contenida en el literal b) del numeral 1° del artículo 77 ibídem.

Pese a ello, la interpretación sistemática de la normatividad vigente conduce a


concluir que en tales eventos la competencia permanece en los Jueces Penales
Municipales, de igual manera que dichos funcionarios judiciales la conservaron
durante toda la vigencia del anterior Código de Procedimiento Penal (hasta el 24 de
julio de 2001), a pesar de la exequibilidad condicionada del artículo 33 de ése
régimen declarada en la sentencia C-495 de 1995.

La institución jurídica de la querella tiene dos connotaciones básicas: se erige en


requisito de procedibilidad y, de otra parte puede ser un factor que determina la
competencia cuando el legislador así lo establece.

De la redacción del artículo 35 del nuevo Código de Procedimiento Penal se deduce


que si el delito de inasistencia alimentaria afecta a un menor de edad, tal infracción
debe investigarse de oficio y no opera la querella como condición de procedibilidad.
Es decir, que las autoridades deben aprehender el conocimiento del asunto sea cual
fuere el medio a través del cual obtiene la noticia de la conducta punible, y que en tal
evento no opera la caducidad a que se refiere el artículo 34 ibídem, aunque aquel
género de delitos conserva su naturaleza de querellable para los demás efectos.

En ese orden de ideas, el juez competente para juzgar el delito de inasistencia


alimentaria cuando el sujeto pasivo es un menor de edad continúa siendo el Juez
Penal Municipal, como lo dispone el artículo 78 del Código de Procedimiento Penal
(Ley 600 de 2000), en precisa armonía con el artículo 271 del Código del Menor

283
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

(Decreto 2737 de 1989), norma de carácter especial que continúa vigente y no fue
derogada por el nuevo régimen de procedimiento, toda vez que no le es contraria.

Es que la especial protección a los derechos de los niños que se reclama en la


sentencia C-459 de 1995 de la Corte Constitucional, se verifica, no por la mayor o
menor jerarquía del juez que ha de sentenciar a los responsables de los delitos que
contra ellos se cometen, como si un funcionario judicial fuese más idóneo que el otro;
sino, depositando en las autoridades el deber de iniciar de oficio las investigaciones,
sin que pueda anteponerse la necesidad de la querella como pretexto para retardar u
omitir el despliegue de todos los mecanismos legales tendientes a evitar la impunidad
de esta clase de ilícitos, y a que dentro de los procesos que se originan se vele por el
restablecimiento de los derechos de los niños.

Aquella providencia giró únicamente en torno de la querella como condición de


procedibilidad, para eliminarla cuando el sujeto pasivo es un menor de edad, y de
ninguna manera tocó el aspecto atinente a la competencia para juzgar los delitos
cometidos contra los menores.

Una de las motivaciones primordiales expuestas en la mencionada sentencia radica


en la necesidad de evitar que los representantes legales de los menores, o sus
parientes o allegados más próximos, que muchas veces son los agresores o sujetos
activos de los delitos contra ellos, por conveniencia, continuaran reservándose la
posibilidad de interponer la querella, para evitar los previsibles perjuicios.

Se pretende que el proceso penal inicie rápido y en forma expedita. Por ello
corresponde la instrucción a los Fiscales Locales, radicados en la mayoría de los
municipios y pueblos de Colombia, y el juzgamiento a los Jueces Penales Municipales,
radicados en casi todos los municipios. De este modo, se facilita la actuación de las
autoridades y se aminoran las complicaciones para los usuarios de la justicia, quienes
contarán con un Despacho Judicial cerca del lugar donde se encuentren, siempre en
pro de los derechos de los niños.

Los Jueces Penales del Circuito, en cambio, tienen asiento únicamente en las
cabeceras de circuito, generalmente ciudades importantes de los departamentos o de
un número de pobladores considerable. El legislador no pretende que los menores, o
sus representantes legales tengan la necesidad de deambular en búsqueda de un
Despacho Judicial para hacer valer sus derechos, sino, por el contrario, lo que se
busca es que el Fiscal y el Juez estén lo más cerca posible a ellos, para que de
inmediato den curso a la acción penal y al el poder punitivo del Estado, si fuere el
caso, siempre con miras a la garantía y restablecimiento de los derechos prevalentes
de los niños.

Se impone a continuación dilucidar, para efectos del artículo 271 del Código del
Menor, el contenido y alcance de la frase "residencia del titular del derecho", y en
cuanto hace a este tópico desde ya se advierte que el Juez Segundo Penal Municipal
de Popayán, ha interpretado adecuadamente el derecho que a este caso corresponde.

La doctrina pacíficamente ha sostenido que el delito de inasistencia alimentaria es de


carácter permanente y de tracto sucesivo en cuanto a su proceso de consumación,
pues comienza con el incumplimiento de la primera mesada debida y se prolonga
todo el tiempo de la omisión, de suerte que durante el período en el cual el
alimentante evade su obligación el delito se está cometiendo.

Con frecuencia ocurre que después de instaurar la denuncia, o después de que se


inicia de oficio en el caso de los menores, el titular del derecho cambia el lugar
geográfico de su residencia.

Este evento no conlleva de suyo la variación de la sede para el juzgamiento de la


conducta omisiva, puesto que, como la realidad lo enseña, las mudanzas podrían ser
indefinidas según las circunstancias del titular del derecho a percibir alimentos o de
su representante legal, caso hipotético en el cual, si se aplicara literalmente el texto
del artículo 271 del Código del Menor, se llegaría al absurdo de admitir tantos jueces
temporalmente competentes como ciudades o poblaciones los acogiesen.

La fijación de la competencia para el juzgamiento por el factor territorial es un tema


procesal que atañe exclusivamente a la ley, y se determina con las pautas que ella
misma establece, entre las cuales no se encuentra el arbitrio o el destino del sujeto
pasivo de la infracción penal.

284
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Entonces, una adecuada interpretación de aquel conjunto de normas, en sentido


armónico, de modo que produzcan el efecto para el cual se concibieron, permite
inferir que para determinar el Juez competente en el delito de inasistencia
alimentaria, se entiende por residencia del titular del derecho aquella que tenía al
momento de formular la querella de parte, o al momento de iniciarse oficiosamente la
investigación.

Así lo ha reiterado la jurisprudencia de la Sala de Casación Penal al dirimir otras


colisiones con idéntico problema jurídico, tema sobre el cual podrían confrontarse,
entre otros, los autos de 24 de febrero de 1998, 31 de agosto de 1998 y 11 de mayo
de 1999, con ponencia de los Honorables Magistrados JORGE CORDOBA POVEDA,
CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR y RICARDO CALVETE RANGEL, respectivamente.

MAGISTRADO PONENTE: DR. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 19/12/2001
DECISION : Declara la competencia del Juzgado 33 P. M. de
Cali
PROCEDENCIA : Juzgado 2 P. M.
CIUDAD : Popayán
PROCESADO : BUENAÑOS MOSQUERA, EZEQUIEL
DELITOS : Inasistencia alimentaria
PROCESO : 18571

PUBLICADA : Si

Aclaración de voto DR. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL


Salvamento de Voto DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

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COLISION DE COMPETENCIA-Requisitos/ COLISION DE COMPETENCIA-


Como se traba/ COMISIONADO/ CONTRAVENCION/ JUEZ PENAL
MUNICIPAL

1. El conflicto negativo de competencia se encuentra regulado en el artículo 93


(antes 97) del Código de Procedimiento Penal que establece:

"Hay colisión de competencias cuando dos o más funcionarios judiciales consideren


que a cada uno de ellos corresponde adelantar la actuación, o cuando se niegan a
conocerla por estimar que no es de competencia de ninguno de ellos.

285
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

También procede cuando, tratándose de delitos conexos, se adelanten varias


actuaciones procesales de manera simultánea."

Por consiguiente, el conflicto negativo de competencia se estructura, como


reiteradamente, lo ha sostenido la jurisprudencia de la Sala en presencia de los
siguientes requisitos:

"a) Cuando se trata de la llamada colisión negativa, es preciso que el funcionario que
está adelantando el proceso al estimar que no es competente para continuar
conociendo de él, lo remita a aquél que considere es el competente explicando
mediante auto, los motivos que fundamentan su posición.

b) El funcionario a quien lo remita recibe y analiza los motivos expuestos por quien se
declaró incompetente; si no los acepta remite el proceso con el auto explicatorio al
superior para que este decida si admite las razones expuestas por quien manifestó
inicialmente no ser el competente o dispone mediante auto continuar con el
conocimiento del proceso.

c) Que uno y otro funcionario observe el procedimiento señalado por la ley para
tramitar en debida forma el impedimento, y

d) Que la disparidad de criterios en torno a la competencia, se presente respecto de


los mismos hechos en relación con la misma situación o estado procesal".*

2. No obstante, la Sala debe advertir que inapropiadamente el Juez comisionado se


niega a cumplir la comisión planteando que de aceptar su trámite tendría que
adelantarla hasta el punto de emitir fallo, en un asunto que ha perdido significancia
legal, para dar entender que ha perdido el carácter de punible. Tales argumentos
desconocen abiertamente la previsión contenida en el artículo transitorio del Código
de Procedimiento Penal (ley 600/00) cuando indica que los jueces penales
municipales continuaran conociendo de los procesos iniciados antes de la vigencia del
Estatuto Procesal por las conductas consideradas como contravencionales por la ley
228/95, aplicando el trámite allí previsto y de otra parte, que solo se le comisionó
para dar aplicación a lo señalado por el artículo 21 ibídem.

Recuérdese que la interpretación de la ley debe obedecer a la lógica y a la razón, así


como a los propósitos del especial procedimiento señalado por el legislador para el
caso de las contravenciones, sin que la misma lleve al absurdo, como
inadecuadamente lo señala el juzgado remitente.

Finalmente, debe precisarse que comitente y comisionado, en todo caso, deberán


someterse a las normas procedimentales que regulan la comisión, entendiéndose que
ésta según el contenido del artículo 84 del Código de Procedimiento Penal se refiere a
la práctica de diligencias y no conlleva facultades decisorias.

_________________________
* Autos del 11 de marzo de 1987, 14 de octubre y 7 de diciembre de 1988, 14 y 20 de abril de
1989 y 24 de junio de 1992, citados en auto del 8 de marzo de 1993, ponente doctor Ricardo
Calvete Rangel.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Colisión de Competencia


FECHA : 19/12/2001
DECISION : Se abstiene de decidir, envía al remitente
PROCEDENCIA : Juzgado P. M.
CIUDAD : Puente Nacional
PROCESADO : CASTILLO GONZALES, PEDRO NEL
DELITOS : Ejercicio arbitrario de las propias razones
PROCESO : 18671

PUBLICADA : Si

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286
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CASACION DISCRECIONAL-Garantías fundamentales

El defensor lo único que hizo en el memorial que presentó ante el Tribunal fue
solicitarle a la Sala la concesión de la casación, argumentando el pedido en una
supuesta transgresión de la garantía del debido proceso. Pero aparte de que no logró
demostrar la necesidad de que la Corte asuma el caso para la protección de los
derechos fundamentales del procesado, como se verá enseguida, incumplió con su
deber de presentar la demanda de casación, siendo esta eventualidad por sí misma
suficiente para la no concesión del recurso.

La solicitud de la casación excepcional basada en el protección de derechos


fundamentales, como lo ha sostenido reiteradamente la Sala, le impone a la parte
proponente demostrarle a la Corte en el grado de probabilidad que una garantía
procesal insubsanable, una sustancial, o la estructura del proceso han sido
quebrantadas y que entonces debe concederse el recurso para remediar la
irregularidad. Y no se cumple la exigencia cuando al solicitante le basta aducir como
en el presente caso, sin decir por qué, que a su representado se le conculcó un
derecho constitucional.

El defensor en realidad no aportó ningún argumento orientado a probarle a la Corte la


pretendida violación de la garantía de igualdad.

MAGISTRADO PONENTE: DR. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
FECHA : 19/12/2001
DECISION : No concede el recurso interpuesto
PROCEDENCIA : Tribunal Superor del Distrito Judicial
CIUDAD : Quibdó
PROCESADO : PEREZ ASPRILLA, EUSTAQUIO
DELITOS : Peculado culposo
PROCESO : 18173

PUBLICADA : Si

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CASACION-Procedencia/ CASACION DISCRECIONAL-Procedencia/


CASACION-Quántum punitivo

1. Como la sentencia impugnada se profirió en vigencia de la ley 553 de 2000 y antes


de la ejecutoria de la sentencia de la Corte Constitucional C-252 de 2001, el trámite
de la casación en este caso se rige por las disposiciones contenidas en dicha
normatividad, a saber:

La casación ordinaria es viable contra sentencias ejecutoriadas de segunda instancia,


proferidas por Tribunales Superiores de Distrito Judicial o Penal Militar, en procesos
adelantados por delitos con pena privativa de la libertad cuyo máximo previsto
exceda los ocho años, así la sanción corresponda a una medida de seguridad.

287
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

La casación discrecional procede contra los fallos de segundo grado distintos a los
referidos en el acápite anterior, siempre que sea necesaria para el desarrollo de la
jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales. En este caso el legislador
exigió para la demanda el cumplimiento de los demás requisitos de ley.

Ejecutoriada la sentencia se corre traslado a los sujetos procesales por 30 días para
que presente demanda de casación y posteriormente se hace lo propio por 15 días
para los no recurrentes. Vencido los traslados, el funcionario judicial de segunda
instancia debe enviar las diligencias a la Sala Penal de la Corte para que califique la
demanda de casación ordinaria o discrecional en cuanto a sus presupuestos y su
aspecto formal.

Con la ley 553 de 2000 se suprimió en el sistema la interposición y concesión del


recurso de casación común ante el ad quem y la concesión de la casación excepcional
por la Corte. El Tribunal solamente puede declarar extemporánea la presentación de
la demanda o remitir el original del proceso al juez de ejecución de penas si no se
presenta aquella. Los demás aspectos de viabilidad del recurso, como procedencia,
legitimación, interés, o quantum de la pena, le corresponde hacerlas a la Corte al
momento de calificar la demanda, para admitirla o no.

2. El estatuto procesal penal aplicable en el sub judice para efectos de la casación


ordinaria, según se expresó anteriormente, procede para delitos con pena privativa
de la libertad prevista cuyo máximo exceda de ocho años.

Frente a esa previsión normativa y teniendo en cuenta que el delito de peculado por
apropiación por el cual resultó condenado (...) tiene señalada una pena privativa de la
libertad de 18 a 90 meses, es evidente que la casación común resulta improcedente,
por no adecuarse la misma a los postulados del artículo señalado en razón al
quantum de la pena, lo que da lugar a que se inadmita la demanda, pues ésta fue la
modalidad de decisión autorizada en el artículo 9 ídem para el escrito que no reúne
los requisitos o los presupuestos establecidos por el legislador para la casación.

Aunque como ya se dijo, el impugnante no manifestó el propósito de acudir a la


casación discrecional, deber ineludible si a esta modalidad desea acudir el
impugnante, si la demanda presentada a nombre de (...) se examinara a la luz de las
exigencias que al respecto estableció la ley 553 de 2000, aquella tampoco superaría
las condiciones técnicas mínimas, dado que se ha debido destinar, lo que no se hizo
por el recurrente, un capítulo del libelo a demostrar la necesidad de: a) Desarrollar la
jurisprudencia en un aspecto específico del derecho relacionado con los hechos objeto
del proceso, o b) El restablecimiento de una garantía fundamental desconocida, pues
sólo a esos dos eventos se restringe la admisibilidad de la casación discrecional.

MAGISTRADO PONENTE: DR. HERMAN GALAN CASTELLANOS

Auto Casación
FECHA : 19/12/2001
DECISION : Inadmite la demanda y declara desierto el
recurso
PROCEDENCIA : Tribunal Superior del Distrito Judicial
CIUDAD : Tunja
PROCESADO : PADILLA VELOZA, ASDRUBAL OBDULIO
DELITOS : Peculado por apropiación
PROCESO : 18054

PUBLICADA : Si

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288
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

Corte Suprema de Justicia


Relatoría Sala de Casación Penal
Indice Alfabético Cuarto Trimestre de 2001

A
ABOGADO.................................................................................................................................................... ....................48
ABUSO DE FUNCION PUBLICA................................................................................................................................. ..262
ABUSO DE FUNCION PUBLICA-Diferencia con el prevaricato por acción......................................................... .........124
ACCION DE REVISION-Apoderado................................................................................................................. ..............226
ACCION DE REVISION-Competencia........................................................................................................................ ....251
ACTO PROCESAL...................................................................................................................................... ....................174
ACUMULACION JURIDICA DE PROCESOS............................................................................................. ....................13
ALEGATO DE CONCLUSION................................................................................................................................. .......279
ALLANAMIENTO/ ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad................................................................... .......277
ANTECEDENTES-Penales y contravencionales.............................................................................................................. ..37
APELACION............................................................................................................................................... .........57, 63, 197
APELACION-Efecto, Naturaleza de la pretensión.................................................................................................. .........127
APELACION-Sustentación................................................................................................................ ......................157, 257
APELACION-Sustentación oral................................................................................................................... ................81, 82
APERTURA DE INVESTIGACION-Ausencia de formalidades........................................................................ ..............215
APLICACION INDEBIDA DE LA NORMA................................................................................................................. ...223
AUDIENCIA ESPECIAL...................................................................................................................................... ....161, 218
AUDIENCIA PUBLICA-Práctica de pruebas....................................................................................................... ............148
AUTORIA.......................................................................................................................................................................... .64
AUTOS....................................................................................................................................................................... ........97
C
CALIFICACION DEL MERITO DEL SUMARIO-No está limitada por la situación jurídica........................ .........135, 251
CAMBIO DE RADICACION-Competencia............................................................................................................ .........210
CAMBIO DE RADICACION-Dilaciones en la celebración de la audiencia.............................................................. ......210
CAMBIO DE RADICACION-Especial.............................................................................................................. ................84
CAMBIO DE RADICACION-Naturaleza residual y extrema............................................................................... ...........210
CAMBIO DE RADICACION-Orden público........................................................................................................... ..........34
CAMBIO DE RADICACION-Seguridad del funcionario................................................................................................ .210
CAPTURA.............................................................................................................................................................. ..157, 224
CAPTURA-Orden...................................................................................................................................... ......................179
CARGOS EXCLUYENTES............................................................................................................................ .........131, 269
CASACION....................................................................................................................................................... ...............113
CASACION DISCRECIONAL................................................................................................................................... ........67
CASACION DISCRECIONAL-Extemporánea.............................................................................................................. .....24
CASACION DISCRECIONAL-Garantías fundamentales............................................................................... ...........76, 287
CASACION DISCRECIONAL-Ley 553 de 2000-Reforma al trámite................................................................... .....24, 113
CASACION DISCRECIONAL-Procedencia...................................................................................... ......................113, 287
CASACION DISCRECIONAL-Requisitos................................................................................................................. ......270
CASACION DISCRECIONAL-Sustentación antes de la ley 553 de 2000................................................................. ......276
CASACION OFICIOSA................................................................................................................. ................23, 74, 89, 188
CASACION OFICIOSA-Presupone una demanda en forma............................................................ ..................39, 107, 237
CASACION-Causal segunda................................................................................................................................... ...........89
CASACION-Errores en la apreciación de las pruebas................................................................................... ....................95
CASACION-Falta de personería jurídica............................................................................................................ .............208
CASACION-Finalidades................................................................................................................................. ...................74
CASACION-Grado de credibilidad otorgado a los medios de convicción................................................................... .....148
CASACION-Interés............................................................................................................................................. .............249
CASACION-Interés para recurrir-Apelación........................................................................................... .....64, 97, 169, 172
CASACION-Interés-Identidad sustancial en el objeto de la impugnación.................................................. ...............64, 169
CASACION-Interés\.................................................................................................................................................... ...........
Pretensión más gravosa al recurrente................................................................................................................... ........60
CASACION-Legitimidad.......................................................................................................................... .......................249
CASACION-Ley 553 de 2000-Reforma al trámite.................................................................................................. .........271
CASACION-Principio de limitación......................................................................................................... .......................110
CASACION-Principio de prioridad.......................................................................................................................... ........148
CASACION-Principio de rogación y limitación..................................................................................................... ..........199
CASACION-Procedencia................................................................................................................................................ ..287
CASACION-Procedencia, decisiones interlocutorias............................................................................................. ............97
CASACION-Quántum punitivo........................................................................................................................ ........109, 287
CASACION-Sentencia de segunda instancia........................................................................................ .....................97, 113
CASACION-Sentencias de constitucionalidad\.............................................................................................................. ........
Estado de Derecho.......................................................................................................................... .......................67, 76
CASACION-Trámite en vigencia del decreto 2700 de 1991.................................................................................... ........259
CAUCION PRENDARIA-Devolución.......................................................................................................................... ....183
CAUSAL DE JUSTIFICACION-Orden de superior................................................................................................ .........204

289
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION..................................................................................................................... ......48


CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA-No es necesario que la norma que la tipifica aparezca especificada
en la acusación.................................................................................................................................... ................166, 257
CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA-Posición distinguida................................................................. ....166
CIRCUNSTANCIAS DE ATENUACION PUNITIVA........................................................................................... .............97
CIRCUNSTANCIAS ESPECIFICAS DE ATENUACION PUNITIVA............................................................ .................223
CIRCUNSTANCIAS GENERICAS DE AGRAVACION PUNITIVA-Ordinal 11.................................................. .............48
COLABORACION EFICAZ........................................................................................................................................... ..234
COLISION DE COMPETENCIA................................................................... 7, 13, 123, 143, 168, 195, 228, 232, 235, 283
COLISION DE COMPETENCIA-Como se traba....................................................................................................... ......285
COLISION DE COMPETENCIA-Ejecución de la sentencia.......................................................................... ...................31
COLISION DE COMPETENCIA-La decisión tiene carácter de cosa juzgada......................................................... ..........84
COLISION DE COMPETENCIA-Ley 504 de 1999............................................................................................. ............233
COLISION DE COMPETENCIA-Objeto................................................................................................................... ........56
COLISION DE COMPETENCIA-Porte ilegal de armas de uso privativo de las fuerzas armadas................................. ..112
COLISION DE COMPETENCIA-Requisitos............................................................................................................ .......285
COLISION DE COMPETENCIA-Tráfico ilegal de armas de uso privativo de las fuerzas armadas.................................79
COLISION DE COMPETENCIA-Tribunal Superior Militar-Fiscalía......................................................... ....................106
COMISIONADO............................................................................................................................................. .................285
COMPETENCIA...................................................................................................................................... ............79, 93, 112
COMPETENCIA A PREVENCION.................................................................................................. ...............123, 143, 194
COMPETENCIA FUNCIONAL........................................................................................................................ .........22, 232
COMPETENCIA POR CONEXIDAD............................................................................................................................. .143
COMPETENCIA TERRITORIAL-Facultad constitucional del Consejo Superior de la Judicatura para fijar la
comprensión territorial de los Distritos Judiciales...................................................................................... ........228, 235
COMPETENCIA-Cuantía............................................................................................................................. ...................261
COMPETENCIA-Delitos conexos.................................................................................................................................... 143
CONCIERTO PARA DELINQUIR-Competencia-Asociación para conformar grupos de justicia privada.........................56
CONCURSO........................................................................................................................................ ......................27, 118
CONCURSO APARENTE DE TIPOS.......................................................................................................................... ....124
CONCUSION-No admite la tentativa......................................................................................................... .....................266
CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL.................................................................................................. .....182, 259
CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Elementos de valoración.................................................. ......................52
CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Factor subjetivo.......................................................................... ..........150
CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Técnica en casación.......................................................................... ......12
CONEXIDAD.............................................................................................................................................................. .....135
CONFESION-Fundamento de la sentencia....................................................................................................... .................97
CONFESION-Técnica para alegar su desconocimiento................................................................................. ....................95
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA............................................................................................. ...106, 228, 235
CONSONANCIA............................................................................................................................................................ ..204
CONSULTA.............................................................................................................................................................. ..22, 197
CONSULTA-Competencia ilimitada del superior........................................................................................... .................172
CONTRAVENCION.................................................................................................................................................. .......285
COPIAS.............................................................................................................................................................. ..........23, 71
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA-Facultad para resolver colisiones de competencia............................................. ......106
COSA JUZGADA......................................................................................................................................................... ....152
CULPA CON REPRESENTACION............................................................................................................ .....................105
D
DEBIDO PROCESO-Concepto........................................................................................................................ ................255
DEBIDO PROCESO-Debido proceso probatorio.................................................................................................. ...........255
DEFENSA TECNICA........................................................................................................................................... ....158, 192
DEFENSA TECNICA-Abandono de la gestión.................................................................................................. ..............275
DEFENSA TECNICA-Actuación pasiva del profesional........................................................................................... .36, 177
DEFENSA TECNICA-Ampliación de indagatoria\................................................................................................ ................
Defensor de oficio........................................................................................................................................ ................36
DEFENSA TECNICA-Ausencia de defensor\.................................................................................................... ....................
Se deben demostrar sus efectos negativos.................................................................................................. ..50, 163, 265
DEFENSA TECNICA-Carencia momentánea que no afecta garantías.......................................................................... ...172
DEFENSA TECNICA-Corrección de omisiones........................................................................................... ...................274
DEFENSA TECNICA-Facultad de ejercer distintas alternativas........................................................................ ...........4, 45
DEFENSA TECNICA-Inactividad contenciosa como estrategia defensiva......................................... .............4, 7, 179, 275
DEFENSA TECNICA-Indagatoria-Ciudadano honorable.............................................................. ....................73, 120, 172
DEFENSA TECNICA-Indagatoria-Persona honorable........................................................................................... ............71
DEFENSA TECNICA-Oposición de criterios estratégicos........................................................................................... ......39
DEFENSA TECNICA-Silencio como estrategia defensiva.................................................... ....................73, 120, 188, 221
DEFENSA TECNICA-Situaciones en que se puede presentar su ausencia................................................................... ...221
DEFENSOR-Designación para la indagatoria............................................................................................................ ......274
DEFENSOR-Incompatibilidad de intereses\......................................................................................................... .................
Alcance de la prohibición.......................................................................................................................... .........179, 263
DELITO CONSUMADO............................................................................................................................................... .....97
DEMANDA DE CASACION............................................................................................................................. ..............102
DEMANDA DE CASACION-Causal primera......................................................................................................... .158, 268
DEMANDA DE CASACION-Causal segunda............................................................................................. ............139, 282
DEMANDA DE CASACION-Causal tercera...................................................................................... ...............23, 110, 145
DEMANDA DE CASACION-Constancia de recibo....................................................................................................... ....24
DEMANDA DE CASACION-Extemporánea\.............................................................................................................. ..........
Su declaración no sólo es competencia del Tribunal...................................................................................... ............111
DEMANDA DE CASACION-Formulación de los cargos............................................................................. ...................148
DEMANDA DE CASACION-Juicio lógico sobre la legalidad del fallo..................................................... .....................277

290
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

DEMANDA DE CASACION-Juicio técnico-jurídico..................................................................................................... ..163


DEMANDA DE CASACION-Principio de autonomía............................................................................... ........32, 148, 192
DEMANDA DE CASACION-Principio de limitación................................................................... ....................91, 102, 174
DEMANDA DE CASACION-Requisitos formales......................................................................................... .................138
DEMANDA DE CASACION-Técnica....................................................................................................... ......................199
DEMANDA DE PARTE CIVIL............................................................................................................................... .........107
DERECHO DE CONTRADICCION................................................................................................................ ..........50, 274
DERECHO DE CONTRADICCION-No se limita al sólo contrainterrogatorio................................. ............1, 32, 188, 192
DERECHO DE DEFENSA.......................................................................................................................... ....................179
DERECHO DE DEFENSA-Inactividad del abogado.................................................................................... ...................265
DERECHO SUSTANCIAL............................................................................................................................................. ..109
DETENCION DOMICILIARIA............................................................................................................................ ....183, 259
DETENCION DOMICILIARIA-Requisito subjetivo-Prevención general......................................................... ...........37, 52
DETENCION PREVENTIVA......................................................................................................................................... ..213
DETENCION PREVENTIVA-Procedencia.................................................................................................. ..............51, 251
DETERMINADOR-AUTOR................................................................................................................................. .............64
DICTAMEN PERICIAL............................................................................................................................... ....................161
DICTAMEN PERICIAL-Traslado................................................................................................................. ...................218
DICTAMEN PERICIAL-Valoración..................................................................................................................... ..............74
DOLO EVENTUAL.................................................................................................................................... ...............60, 105
DOSIFICACION PUNITIVA............................................................................................................................... .............166
DOSIFICACION PUNITIVA-Las rebajas se calculan sobre residuos o remanentes........................................... ...............97
DOSIFICACION PUNITIVA-Marco punitivo............................................................................................. .....................134
E
EJECUCION DE LA SENTENCIA............................................................................................................................ ........37
EJECUCION DE LA SENTENCIA-Juez competente..................................................................... ...................31, 228, 235
EJECUTORIA-De las providencias judiciales........................................................................................................... .57, 111
EJECUTORIA-Providencia que resuelve la casación al decretarse una prescripción................................. ...............52, 221
EJERCICIO ILICITO DE ACTIVIDAD MONOPOLISTICA DE ARBITRIO RENTISTICO..................... .......................27
EMPLAZAMIENTO.................................................................................................................................... ....................177
ENRIQUECIMIENTO ILICITO DE PARTICULAR................................................................................. .......................199
ERROR DE DERECHO........................................................................................................................................... ........237
ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad.................................................................................................. .139, 221
ERROR DE DERECHO-Falso juicio de legalidad, falso juicio de convicción........................................... .............102, 174
ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia............................................................................................... .................10
ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia, falso juicio de identidad................................................................. .....139
ERROR DE HECHO-Falso juicio de existencia\.................................................................................................... ...............
suposición de la prueba...................................................................................................................................... ..........64
ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad............................................................................................. ..................164
ERROR DE HECHO-Falso juicio de identidad y falso raciocinio....................................................... ............166, 192, 237
ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA.................................................................................................. ................124
ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA-Técnica en casación...................................... .............60, 135, 158, 199, 281
ERROR EN LA PERSONA...................................................................................................................................... ........118
ESTAFA-Consumación........................................................................................................................................... ..........168
EXAMEN PSIQUIATRICO......................................................................................................................................... .....230
EXISTENCIA....................................................................................................................................................... ............174
EXTINCION DE DOMINIO................................................................................................................... ...................11, 232
EXTORSION-Competencia por la cuantía.............................................................................................................. ...........93
EXTORSION-Consumación, tentativa................................................................................................................ ...............93
EXTRADICION DE NACIONALES............................................................................................................................... .247
EXTRADICION POSITIVA-Brasil................................................................................................................................. ..201
EXTRADICION POSITIVA-Canadá.................................................................................................... ................41, 42, 238
EXTRADICION POSITIVA-Concepto de la Corte Suprema de Justicia....................................................................... .....44
EXTRADICION POSITIVA-Concepto del Ministerio de Relaciones Exteriores.................................................. ...........245
EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación................................................................ .......................18, 44, 207, 245
EXTRADICION POSITIVA-Doble incriminación\................................................................................................................ .
Concierto para delinquir......................................................................................................... .....................18, 201, 242
Cotejo de reciprocidad legislativa a la fecha del concepto.................................................................................... .....122
EXTRADICION POSITIVA-Documentos anexos-Presunción de autenticidad........................................ ..................44, 240
EXTRADICION POSITIVA-Ejecutivo\..................................................................................................................... .............
Eventualmente puede subordinar la concesión de ésta................................................................... ...................238, 242
EXTRADICION POSITIVA-Equivalencia de la acusación......................................................... ...............18, 240, 242, 245
EXTRADICION POSITIVA-Estados Unidos-Trámite a la solicitud de nacionales....................................................... ...242
EXTRADICION POSITIVA-Francia-Convención para la Recíproca Extradición de Reos-Sujeto de extradición.............18
EXTRADICION POSITIVA-Italia........................................................................................................................ ............207
EXTRADICION POSITIVA-Naturaleza del instrumento...................................................................................... ...........240
EXTRADICION POSITIVA-Pacta Sunt servanda............................................................................................... ...............18
EXTRADICION POSITIVA-Pruebas................................................................................................................................. .41
EXTRADICION POSITIVA-Responsabilidad de la persona solicitada..................................................... ......................245
EXTRADICION POSITIVA-Tratado con Panamá..................................................................................................... .......247
EXTRADICION POSITIVA-Tratados............................................................................................... ...................18, 41, 238
F
FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO......................................................................................................... ...........168
FALSEDAD MATERIAL DE PARTICULAR EN DOCUMENTO PUBLICO-Creación integral..................... ...............169
FALSO JUICIO DE CONVICCION................................................................................................ .............7, 102, 110, 158
FALSO JUICIO DE EXISTENCIA.......................................................................................................................... ...64, 269
FALSO JUICIO DE EXISTENCIA POR OMISION..................................................................................................... ....145
FALSO JUICIO DE EXISTENCIA-Por omisión.......................................................................... ..................52, 64, 91, 211

291
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

FALSO JUICIO DE EXISTENCIA-Técnica......................................................................................................... ............148


FALSO JUICIO DE IDENTIDAD......................................................................................... ...........1, 84, 91, 135, 269, 274
FALSO JUICIO DE IDENTIDAD-Técnica.............................................................................................................. .148, 215
FALSO JUICIO DE LEGALIDAD.............................................................. ...............48, 102, 110, 139, 163, 192, 221, 277
FALSO RACIOCINIO.................................................................................................. ..............84, 102, 158, 269, 273, 274
FALTA DE APLICACION DE LA LEY.......................................................................................................................... ....12
FALTA DE APLICACION DE LA NORMA................................................................................................................. ....223
FALTA DE MOTIVACION DE LA SENTENCIA...................................................................................... ................82, 281
FAVORABILIDAD................................................................................................................ .............51, 113, 154, 156, 166
FAVORABILIDAD-Su alegación en casación procede por la causal primera.................................................. ................259
FISCAL GENERAL DE LA NACION............................................................................................................................. ...11
FISCAL-Cambio......................................................................................................................................................... ........95
FISCAL-Imparcialidad en la búsqueda de la prueba................................................................................................ ........127
FISCAL-Interés para recurrir............................................................................................................................................. .93
FISCALIA GENERAL DE LA NACION........................................................................................... ...93, 95, 106, 127, 234
FLAGRANCIA..................................................................................................................................................... ............157
FRAUDE PROCESAL-Momento consumativo......................................................................................................... .......123
FUERO....................................................................................................................................................................... ........84
FUNCIONARIO JUDICIAL................................................................................................................................. ............190
G
GRABACIONES MAGNETOFONICAS....................................................................................................... ..................139
H
HOMICIDIO AGRAVADO-Causal 8a. del artículo 324 del C.P............................................................... .......................233
HOMICIDIO CON FINES TERRORISTAS........................................................................................................... ............84
HOMICIDIO CULPOSO.................................................................................................................................... ..............118
HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL............................................................................................................ ...............242
HOMICIDIO-Agravante numeral 4° del art.324 del C. P.......................................................................................... .......120
HOMICIDIO-Con sevicia.................................................................................................................................... .............220
HOMICIDIO-Ley 40 de 1993.............................................................................................................. .......64, 152, 156, 158
I
IMPUGNACION............................................................................................................................................... .................32
IMPUGNACION-Interés para recurrir.............................................................................................................. .................97
IMPUTACION FACTICA-Circunstancias genéricas objetivas y subjetivas............................................................ .........166
IN DUBIO PRO REO-Técnica en casación............................................................................................................ ........7, 52
INASISTENCIA ALIMENTARIA-Juez competente........................................................................................... ..............283
INASISTENCIA ALIMENTARIA-Menor-Competencia territorial................................................................................. ..283
INCONGRUENCIA......................................................................................................................................................... .282
INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA.................................................................................................. .............166, 178
INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA-Técnica.................................................................................... .....................139
INDAGATORIA.............................................................................................................. ...................71, 120, 157, 224, 274
INDAGATORIA-Interrogatorio........................................................................................................................................... 45
INDAGATORIA-Medio de prueba................................................................................................................... ................139
INDAGATORIA-Requisitos........................................................................................................................ .....................158
INDEMNIZACION DE PERJUICIOS-Daños materiales......................................................................................... ........187
INDICIO-Concepto................................................................................................................................................ ...........251
INDICIO-Técnica para atacarlo en casación..................................................................................................... ..39, 138, 139
INFORME....................................................................................................................................................... .................110
INFORME TECNICO................................................................................................................................... .....................48
INHABILIDAD......................................................................................................................................................... ..14, 190
INHABILITACION PARA EL EJERCICIO DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS-Interdicción de derechos....215
INIMPUTABILIDAD............................................................................................................................................. ...154, 230
INIMPUTABILIDAD-Embriaguez................................................................................................................ .....................58
INSPECCION JUDICIAL........................................................................................................................................... ......263
INSPECCION JUDICIAL-Facultad del funcionario................................................................................................ .........115
INSTRUCCION-Competencia excepcional de los jueces penales municipales................................................ ...............194
INTERDICCION DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS............................................. .............23, 74, 89, 139, 188
INTERPRETACION ERRONEA DE LA LEY................................................................................................ ...........12, 223
INVESTIGACION DISCIPLINARIA................................................................................................................ .................23
INVESTIGACION INTEGRAL........................................................................................................................................ ..73
INVESTIGACION INTEGRAL-Obligación de investigar lo favorable como lo desfavorable al imputado.....................230
INVESTIGACION INTEGRAL-Técnica para alegar su vulneración................................................ .......7, 48, 58, 131, 192
INVESTIGACION PREVIA-Notificacion de su iniciación............................................................................... ...............177
IRA E INTENSO DOLOR................................................................................................................................. .........26, 220
IRA E INTENSO DOLOR-Comportamiento grave e injusto......................................................................................... ...161
IRREGULARIDAD-Nulidad............................................................................................................................... .............265
J
JUEZ DE EJECUCION DE PENAS................................................................................................ ..................23, 228, 235
JUEZ DE EJECUCION DE PENAS-Competencia para resolver sobre el principio de favorabilidad...........58, 63, 71, 102
JUEZ DE FAMILIA......................................................................................................................................................... .....7
JUEZ DE MENORES...................................................................................................................................... ....................7
JUEZ ESPECIALIZADO................................................................................................................................................ ..233
JUEZ PENAL MUNICIPAL........................................................................................................................ .............283, 285
JURAMENTO..................................................................................................................................................... .............139
JURISDICCION DE FAMILIA........................................................................................................................................... ..7
JUSTICIA PENAL MILITAR................................................................................................................ ...................106, 204
JUSTICIA PENAL MILITAR-Competencia\......................................................................................................... .................
Delito relacionado con el servicio................................................................................................................... .............84

292
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

JUSTICIA PENAL MILITAR-No tiene competencia para investigar a civiles........................................................... ........84


JUSTICIA REGIONAL-Alegatos previos a la sentencia................................................................................. .................279
JUZGADO DE MENORES................................................................................................................................................ ..7
L
LAVADO DE ACTIVOS............................................................................................................................................... ......44
LEGALIDAD DE LA PENA.................................................................................................... ..................45, 156, 188, 190
LIBERTAD CONDICIONAL........................................................................................................................................... .183
LIBERTAD PROVISIONAL...................................................................................................................................... .14, 124
LIBERTAD PROVISIONAL-Art.365.1°\......................................................................................................... ......................
Requisitos................................................................................................................................................................. ...166
LIBERTAD PROVISIONAL-Art.365.2°\......................................................................................................... ......................
Requisitos................................................................................................................................................................. ..183
LIBERTAD PROVISIONAL-Competencia para otorgarla\............................................................................... .....................
Art. 19 transitorio ley 553........................................................................................................................ ..................118
LIBERTAD PROVISIONAL-Requisitos factor subjetivo......................................................................................... ........183
M
MEDIDA DE ASEGURAMIENTO....................................................................................................................... .............51
MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Detención preventiva\............................................................................................. .......
Procedencia ley 600....................................................................................................................................................... 14
MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Procedencia de revocatoria........................................................................ ..............213
MEDIDA DE ASEGURAMIENTO-Relación con la calificación del sumario................................................ .................251
MEDIDA DE SEGURIDAD-Termino de duración....................................................................................................... ....154
MEDIDAS CAUTELARES...................................................................................................................................... ..........11
MINISTERIO PUBLICO......................................................................................................................................... .........234
MINISTERIO PUBLICO-Limites del concepto en casación............................................................................ ..................39
N
NARCOTRAFICO......................................................................................................................................................... ...207
NARCOTRAFICO-Agravante del artículo 38.3 de la ley 30 de 1986..................................................................... ...97, 134
NON BIS IN IDEM......................................................................................................................................... .................166
NORMA PROCESAL............................................................................................................................... .......................109
NOTIFICACION............................................................................................................................... ...................4, 177, 275
NOTIFICACION PERSONAL........................................................................................................... ......................211, 217
NOTIFICACION-Citación para notificar.................................................................................................... .......................45
NOTIFICACION-Comunicación por medio de telegrama................................................................................. .......172, 217
NOTIFICACION-Sentencia...................................................................................................................................... ........211
NULIDAD.............................................................................................................. ..........22, 23, 52, 71, 230, 237, 263, 272
NULIDAD-Debido proceso, derecho de defensa........................................................................................... .....58, 139, 148
NULIDAD-Defensa técnica........................................................................................................................................ ........36
NULIDAD-Derecho de defensa\........................................................................................................................................ .....
Exigencias para su alegación................................................................................................................... ......................7
NULIDAD-Falta de motivación de la sentencia....................................................................................................... ..........82
NULIDAD-Interés para alegarla.................................................................................................................................... ...135
NULIDAD-Libertad......................................................................................................................................................... .124
NULIDAD-Omisión de pruebas.......................................................................................................................... ...............50
NULIDAD-Omisión de respuesta a los alegatos de la impugnación.............................................................. ..........145, 157
NULIDAD-Preclusión de la petición de ésta................................................................................................................. ...257
NULIDAD-Principio de trascendencia............................................................................................. ............7, 115, 148, 179
NULIDAD-Principios de convalidación............................................................................................................ ...............161
NULIDAD-Técnica en casación........................................................................................... ..............84, 135, 158, 172, 221
NULIDAD-Trámite de incidente\................................................................................................................................. ..........
Cuaderno separado............................................................................................................................................. ..........58
P
PARTE CIVIL.............................................................................................................................................................. .......81
PARTE CIVIL-Interés para recurrir.......................................................................................................................... ........187
PECULADO POR APROPIACION.............................................................................................................. ....139, 251, 281
PECULADO POR APROPIACION-Cheques......................................................................................................... ......10, 81
PECULADO POR APROPIACION-Consumación........................................................................................ .............81, 117
PECULADO POR EXTENSION............................................................................................................................ ..117, 281
PECULADO-Cuantía.................................................................................................................................... ...................261
PENA........................................................................................................................................................................ 158, 166
PENA ACCESORIA...................................................................................................................................... .............74, 188
PENA-Dosificación........................................................................................................................................ ....................45
PERITO....................................................................................................................................................... ...............74, 161
PERJUICIOS............................................................................................................................................. ...............187, 249
PERJUICIOS-Interés para recurrir..................................................................................................................... ................91
PERSONERIA JURIDICA................................................................................................................................................ 208
PODER-Renuncia......................................................................................................................................................... ....138
PORTE ILEGAL DE ARMAS DE DEFENSA PERSONAL............................................................ ..................79, 112, 195
PORTE ILEGAL DE ARMAS DE USO PRIVATIVO DE LAS FUERZAS MILITARES.......................... ..............112, 195
PRESCRIPCION DE LA PENA............................................................................................................................ .............37
PRESCRIPCION-Circunstancias de agravación y atenuación.................................................................................... ......261
PRESCRIPCION-Delito iniciado o consumado en el exterior..................................................................... ......................97
PRESCRIPCION-Empleado oficial......................................................................................................... ...........52, 183, 229
PRESCRIPCION-Reintegro de lo apropiado............................................................................................................ ........261
PRESCRIPCION-Técnica\.................................................................................................................................................... ..
Causal tercera........................................................................................................................................................... .....97
PREVARICATO POR ACCION................................................................................................................. ......................124

293
Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

PREVARICATO POR ACCION-Celeridad entrega de bien\.................................................................................... ..............


Experiencia personal del funcionario................................................................................................................. ........127
PREVARICATO POR ACCION-Se estructura........................................................................................... ......................146
PREVARICATO POR OMISION.............................................................................................................. .......................204
PRINCIPIO DE CONTRADICCION DE LA PRUEBA...................................................................................... .................1
PRINCIPIO DE LEGALIDAD................................................................................................................................. ...74, 215
PRINCIPIO DE NO CONTRADICCION.............................................................................................................. .............91
PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD............................................................................................................................... ..251
PRISION DOMICILIARIA-Sustitutiva de la prisión\......................................................................................................... ....
Requisitos....................................................................................................................................................... 37, 52, 227
PRIVACION ILEGAL DE LA LIBERTAD......................................................................................................... ..............204
PROCESO DISCIPLINARIO........................................................................................................................ ...................251
PROHIBICION DE ENAJENAR.................................................................................................................................... ....11
PROVIDENCIAS-Fundamentada en prueba legal y oportunamente allegada........................................... ......................190
PROVIDENCIAS-Vida jurídica................................................................................................................... ....................146
PRUEBA............................................................................................................................. .............41, 50, 73, 95, 245, 255
PRUEBA TRASLADADA-No es necesario acudir al C. de P.C...................................................................... ....................1
PRUEBA-Apreciación\.................................................................................................................................................. .........
Límites..................................................................................................................................................... ..................164
PRUEBA-Ilegalmente incorporada\...................................................................................................................................... ..
Técnica......................................................................................................................................................... ..............273
PRUEBA-Inconducencia e impertinencia..................................................................................................................... ....257
PRUEBA-Libertad probatoria................................................................................................................ ..................161, 204
PRUEBA-Los vicios propios no se comunican a la actuación procesal........................................................................ ....257
PRUEBA-Negación y omisión\............................................................................................................................................. ..
Cuándo configuran motivo de nulidad.................................................................................................... .....................73
PRUEBA-Procedencia y trascendencia......................................................................................................... .....................32
PRUEBA-Razón por la cual se inadmiten.............................................................................................................. ..........201
Q
QUERELLA.................................................................................................................................................. ...................283
R
RECEPTACION............................................................................................................................................. ..................277
RECONOCIMIENTO EN FILA DE PERSONAS-Defensor de oficio.......................................................................... ....188
RECONOCIMIENTO FOTOGRAFICO..................................................................................................................... ......265
RECURSO DE HECHO......................................................................................................................................... ..........116
RECURSO DE HECHO-Procedencia frente al recurso de casación................................................................. ...............271
RECURSO DE QUEJA-Antes de hecho....................................................................................................... .....................67
RECURSO-Oportunidad................................................................................................................................. ...................57
RECURSOS-Deber de sustentarlos............................................................................................................................... .....63
RECURSOS-Interés para recurrir.............................................................................................................. ......................257
RECURSOS-Interposición y sustentación ante el Despacho que profirió la decisión........................................... ...........116
RECURSOS-Razón seria y valedera................................................................................................................ ..................32
REDENCION DE PENA........................................................................................................................................... .......150
REFORMATIO IN PEJUS................................................................................... ......................74, 156, 188, 190, 197, 257
REFORMATIO IN PEJUS-Consulta-Legalidad de la pena........................................................................................ ..........1
REFORMATIO IN PEJUS-Parte civil................................................................................................................. .............107
REO AUSENTE............................................................................................................................................. ..................224
REPARACION DEL DAÑO......................................................................................................................................... ....150
REPOSICION.................................................................................................................................................... .........63, 109
REPOSICION-Sustentación extemporánea..................................................................................................... .................116
RESOLUCION DE ACUSACION.............................................................................................................. 60, 135, 166, 178
RESOLUCION DE ACUSACION-Anfibológica..................................................................................................... .........266
RESOLUCION DE ACUSACION-Competencia del ad quem............................................................................. ............257
RESOLUCION DE ACUSACION-Marco jurídico-fáctico de la actuación del fallador........................................... ........204
RESOLUCION DE ACUSACION-Nomenclatura penal............................................................................... ...................120
RESOLUCION DE ACUSACION-Notificación............................................................................................. ......4, 177, 275
RESOLUCION DE LA SITUACION JURIDICA................................................................................................ .......51, 251
S
SANA CRITICA.................................................................................................................................................. ...............39
SECUESTRO EXTORSIVO.......................................................................................................................... ..................223
SECUESTRO EXTORSIVO-Circunstancias de atenuación......................................................................................... ....223
SECUESTRO EXTORSIVO-Consumación..................................................................................................................... .143
SEGUNDA INSTANCIA................................................................................................................................. ...........22, 257
SENTENCIA............................................................................................................................................. .................82, 211
SENTENCIA ANTICIPADA........................................................................................................................................... ..218
SENTENCIA ANTICIPADA-Constitucionalidad........................................................................................... ....................89
SENTENCIA ANTICIPADA-Impera la voluntad del interesado.......................................................................... ..............36
SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir...................................................................................... 97, 150, 259, 272
SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir-Irretractabilidad............................................................................ .......81
SENTENCIA ANTICIPADA-Responsabilidad civil............................................................................................... ............81
SENTENCIA-Falta de motivación................................................................................................ .....................52, 145, 281
SENTENCIA-No se tuvo en cuenta un cargo imputado en el calificatorio................................................ ......................166
SENTENCIA-Requisitos.................................................................................................................................... ..............251
SERVIDOR PUBLICO......................................................................................................................................... ............229
SITUACION JURIDICA.................................................................................................................................................. .135
SITUACION JURIDICA-Notificación........................................................................................................................ ......177
SUJETO PROCESAL.................................................................................................................................................... .....95
SUSPENSION CONDICIONAL DE LA EJECUCION DE LA PENA................................................................... ..........166

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Cuarto Trimestre de 2001 Relatoría Sala de Casación Penal

SUSPENSION DE LA PATRIA POTESTAD-Condiciones para su imposición................................................ 158, 163, 197


SUSPENSION EN EL EJERCICIO DEL CARGO....................................................................................................... ......14
SUSTITUCION DE LA PENA DE PRISION POR LA DOMICILIARIA................................................................... ......227
T
TENTATIVA......................................................................................................................................................... ..............93
TENTATIVA DE HOMICIDIO................................................................................................................... ................60, 118
TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE-Interés para recurrir........................................................................ ..........249
TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Decisión autónoma y voluntaria del procesado.................................218
TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Interés para recurrir................................................................. ..........272
TERMINO-Constancias secretariales..................................................................................................................... ..........111
TERMINO-Demanda de casación.............................................................................................................. ......................111
TERMINOS................................................................................................................................................................... .....57
TERRORISMO-Causar terror.......................................................................................................................... ..................84
TESTAFERRATO......................................................................................................................................................... ....199
TESTAFERRATO-Coexiste con otros delitos............................................................................................. .....................277
TESTAFERRATO-Delito de conducta permanente................................................................................................ ..........277
TESTIGO DE OIDAS.................................................................................................................................... ......................1
TESTIMONIO-Excepción al deber de declarar.................................................................................................... ....192, 277
TESTIMONIO-Identificación............................................................................................................................... ............174
TESTIMONIO-Prueba.................................................................................................................................................. ....131
TRAFICO DE ARMAS DE USO PRIVATIVO DE LAS FUERZAS MILITARES........................................ ....................79
TRAFICO DE ESTUPEFACIENTES....................................................................................................................... ..........42
TRANSITO DE LEGISLACION........................................................................................................................ ..............154
TRANSITO DE LEGISLACION-Principio de aplicación inmediata ley procesal....................................................... .....113
TRANSITO DE LEGISLACION-Procedimiento aplicable para la interposición de la casación.......................... 67, 76, 270
TRANSITO DE LEGISLACION-Reforma a la casación........................................................................................... .........24
TRASLADO PARA PREPARACION DE LA AUDIENCIA-No requiere auto.............................................................. .....32
U
UNIDAD PROCESAL-Técnica para alegar su vulneración................................................................................. ..............63
USO DE DOCUMENTO PUBLICO FALSO..................................................................................................... ..............146
USURPACION DE MARCAS Y PATENTES....................................................................................................... .............27
V
VINCULACION AL PROCESO PENAL.................................................................................................. ...............215, 224
VIOLACION AL REGIMEN DE INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES-Multa...................................... .........166
VIOLACION AL REGIMEN DE INHABILIDADES E INCOMPATIBILIDADES-No hay necesidad que se presente
menoscabo patrimonial................................................................................................................................................ 131
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY..................................................................................................................... ..107, 164
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aceptación de los hechos y su prueba............................................... .....................26
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Aplicación indebida................................................................................. .......26, 208
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Falta de aplicación........................................................................................... .....150
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Interpretación errónea............................................................................... ....131, 182
VIOLACION DIRECTA DE LA LEY-Modalidades......................................................................................... ................223
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY................................................................................................................... ..71, 164
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Como la prueba es apreciada en su conjunto, así debe ser su ataque.1, 52, 74, 91
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Concreción del error.......................................................................... ...............208
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY-Modalidades-Técnica............................................................................... .199, 220

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