COLEGIO DE MÉDICOS DE BARCELONA

Josep Miró y Ardèvol, con NIF nº. 37.240.914-G, actuando en su

condición de Presidente de la Asociación e-cristians, con sede en c/
Monasterio nº. 10 de Barcelona, con CIF. nº. G-62442264, como mejor
proceda,

MANIFIESTA

Que por el presente escrito interpone denuncia ante el Colegio de

Médicos de Barcelona, contra el colegiado Dr. Carlos Morín y contra
los demás facultativos y mercantiles a ellos vinculados que pudieran
también ser responsables, por los siguientes hechos que podrían dar
lugar a las faltas descritas en el último apartado de este escrito.

HECHOS

1. Desde como mínimo el 2002, el Dr. Carlos Morín, la Clínica Ginemedex, el

Grupo de clínicas Barnamèdic (CBM) y también la Clínica Emece, dirigida por este
doctor, han protagonizado varios escándalos periodísticos relacionados con la práctica
de abortos ilegales y en avanzado estado de gestación. El resumen de estos hechos es el
siguiente:

20 de noviembre de 1989: Los ginecólogos Carlos Morín y Tomás Parra ingresan en la

prisión de Fontcalent (Alicante), acusados de estar relacionados con la práctica de
abortos ilegales en la clínica Ginetec de Alicante. Días antes la policía había realizado
un registro en la clínica Ginetec y se incautaron 500 historiales clínicos referentes a
abortos. La actuación se inició a instancias de la Fiscalía de Alicante, que recibió
denuncias por la presunta práctica de abortos ilegales.
Octubre 2003. El Dr. Carlos Morín invita a 230 personalidades del sector dedicados a la
práctica de abortos al “Primer Simposio Internacional Multicultural de Salud
Reproductiva”, celebrado en el hotel Meliá de Barcelona. En el programa publicado en
www.fundacionmorin.org se ofrecía hacer 50 abortos en directo, y se vendía la
posibilidad de realizar “una intervención hands dónde –es decir, participar físicamente
en una “intervención voluntaria del embarazo”- con los mejores médicos en Salud
Reproductiva”. Los abortos se practicaron el viernes 17 de octubre entre las cinco y las
siete de la tarde, según explica el programa de la página web, a 30 pacientes
embarazadas de 0 a 3 meses; 15 pacientes de 3 a 6 meses y 5 mujeres más que se
encontraban más o menos cerca de cumplir el sexto mes de gestación.

Octubre 2004. Dos periodistas del dominical británico “The Sunday Telegraph”
publicaron dos portadas (una el día 10, y la otra el 17) sobre el aborto libre que practica
Ginemedex alegando “urgencias ginecológicas”. Los precios que deben pagar
aumentan 200 euros por cada semana de gestación de más. Una joven reportera del
Telegraph, embarazada de 26 semanas, acudió a Ginemedex con otro periodista que se
hizo pasar por su compañero sentimental y que llevaba una cámara oculta. En el
detallado reportaje de 6 páginas dejan patente la clara ilegalidad que supone este tipo
de intervenciones según la normativa inglesa: abortar fetos de más de 24 semanas sin
ninguna causa médica justificada, sólo por “motivos sociales”. El feto de 26 semanas
que la reportera teóricamente iba a abortar tiene aproximadamente un 75% de
posibilidades de sobrevivir en caso de nacimiento prematuro. Tras practicarle una
ecografía le informan que el feto es “absolutamente normal y sano” y un tal doctor
Tanda se muestra dispuesto a realizar la intervención. Le piden 3.200 euros. El médico
está auxiliado por una enfermera británica llamada Victoria que es la encargada de
atender a los clientes que provienen del Reino Unido. El escándalos circuló
profusamente por la prensa inglesa durante meses después: el servicio público
británico de salud aconsejaba a las mujeres inglesas ir a España a abortar, a sabiendas
de que aunque estaban sanas, nadie en Ginemedex ni en España comprobaría su
estado de salud y podrían abortar alegando “riesgo para la salud mental”. El diario
británico recogió declaraciones de Rafael Manzanera López, director de Recursos
Sanitarios de la Consejería de Sanidad, asegurando: “si hay cualquier falsificación de
documentos, entonces se trata de un tema criminal y está fuera de mi alcance”. El
gobierno británico abre investigación sobre la fundación British Pregnangy Advisory
Service (BPAS), la mayor de Gran Bretaña con respecto a la promoción del aborto. Esta
organización ayuda económicamente a chicas británicas para que viajen a Barcelona a
abortar, recomendándolos específicamente la clínica Ginemedex. Pero además lo hace
con dinero público procedente de subvenciones de la administración, unas dotaciones
que suponen, en el caso de BPAS, el 70% de los gastos destinados al aborto. El reportaje
está recogido en una grabación de vídeo que se pone a disposición del Colegio.

Noviembre 2005: La Consejería de Salud de Palma de Mallorca ordenó el cierre de la

clínica abortista Emece, que pertenece al grupo Barnamedic, el mismo conglomerado
que Ginemedex o Emece Barcelona. Según la Dirección general de Acreditación y
Evaluación, el médico que efectuaba los abortos no era ginecólogo.

29 de Noviembre de 2006: La Televisión Pública de Dinamarca emitió un reportaje con

cámara oculta (www.dr.dk) donde se puede observar al director de la clínica Emece,
que pertenece al grupo CBM, dónde está integrada la clínica Ginemedex, dispuesto a
realizar un aborto a una mujer supuestamente embarazada, en avanzado estado de
gestación, haciendo uso fraudulento de la ley al ofrecer a la supuesta paciente rellenar
un formulario conforme sufre una grave enfermedad mental. En el mismo vídeo
también asegura a la paciente que no debe preocuparse por nada, que este paso es
intranscendente por la actual legislación española. Le explica también cómo se hace
para producir el aborto matando primero al feto con una inyección en el corazón.

2. Cabe destacar que en los dos casos dónde hay una mayor aportación de
información, el reportaje del Sunday Telegraph y el de la Televisión pública danesa
DR, nace de informaciones y denuncias que se producen en el ámbito de los
respectivos países. Concretamente, en el caso de Inglaterra, por haber observado que la
Fundación British Pregnancy Advisory Service (BPAS), financiada parcialmente con
fines gubernamentales, pagaba viajes a Barcelona y los costes del aborto a mujeres
británicas porque habían sobrepasado los plazos que establecía su país. En ambos
casos, además de las informaciones publicadas, existen reportajes grabados mediante
cámara oculta. Este hecho está suficientemente documentado hasta el extremo de que
se produce la intervención de Scotland Yard por el presunto delito de utilizar recursos
públicos para vulnerar la ley. En el caso de Dinamarca, son médicos de aquel país que
alertan que Barcelona es el lugar de destino de mujeres que quieren abortar pero que
también están fuera de plazo en el marco de la legislación danesa. En este caso,
además, figura una entrevista a una mujer que reconoce haber abortado en una de las
clínicas del Dr. Morín, en avanzado estado de gestación.

De los hechos se desprende que hay un número significativo de mujeres en estas

condiciones que acuden a BCN. El propio Dr. Morín reconoce en la entrevista, que
acuden personas de aquellos y otros países hasta el extremo de citar Australia. A
continuación se reproduce literalmente el texto de la entrevista que se puede ver en el
vídeo grabado y que está al alcance en internet:

Minuto 2. (Llamada previa hecha desde Dinamarca).

- ¿Hola?

- Hola, ¿es usted un médico?

- Sí, soy un médico.

- Llamo para hacerme un aborto.

- ¿Desde qué país llama?

- Desde Dinamarca.

Minuto 3 .

- Por lo que me has contado estamos en la línea en que podemos ayudarte. Son 30 semanas, ¿no?

- Sí, 30 semanas. ¿Es eso un problema?

- No, no es un problema, pero necesitamos tenerte aquí cuando antes.

Minuto 7. (Entrevista personal en el despacho del doctor Carlos Morín).

- ¿No es un problema que sea tan tarde? ¿Cuántas semanas eran, treinta?

- Treinta y una coma tres.

- ¿No es esto un problema?

- Hay que tener más cuidado, pero no es un problema.

- Entonces, ¿es absolutamente seguro?

- ¿Para ti? Te lo prometo.

[...]

- ¿Cómo se hace?

- Es como un parto, pero inducido. Es un parto, pero no natural, sino artificial.

Minuto 8 .

- ¿Y es seguro que cuando el bebé nace está muerto?

- Sí. Seguro al 300%.

- ¿Qué es lo que se le da?

- Digoxina. Es lo que se pone cuando se tiene un ataque al corazón, pero en sobredosis.

Minuto 11 .

- Esto es un formulario que tenemos que rellenar en todos los casos que vienen de Inglaterra,
Holanda, Alemania...

- ... y Dinamarca –concluye la chica.

- ¿Por qué?- pregunta el acompañante cuanto ella ya se aleja a rellenar el formulario.

- Porque, ya sabes, es arriesgado, ella tiene que estar convencida... hay complicaciones morales,
religiosas...

- ¿Y los pacientes aquí vienen de todo el mundo?

- Sí, incluso de Australia.

Minuto 13 .

- Al padre del niño ya no lo veo más, simplemente no se quiere relacionar con el niño...

- Y aquí estás...

- Y aquí estoy...
Minuto 20 .

- ¿Test psicológico?

- Sí.

- ¿Por qué?

- La única forma en que podemos hacer esto es demostrar que tú estás, o puedes estar, con
ansiedad o depresión... Porque la ley dice que si quieres un aborto es porque tienes un problema
psicológico tan grande que entonces te podemos ayudar.

- O sea, que dices que tengo esto...

- Sí, es burocracia.

Minuto 21 .

- La ley en este país –explica Morín- dice que para abortar has de estar bajo un problema
psicológico grave, y la forma de demostrarlo es con este test. ¿Seguro que quieres hacerlo?

- Sí –responde la chica.

- ¿Tienes el dinero? –pregunta una secretaria.

- Sí, pero no aquí, está en el hotel. ¿Cuánto cuesta?

- Cuatro mil euros.

- Bueno, vamos al hotel a buscarlos y volvemos.

Posteriormente, los periodistas vienen, esta vez con cámara grande en el hombro.

- ¿Hola? ¿Doctor Carlos? Soy de la TV Danesa, tengo preguntas para usted...

- ¿Sí? Bienvenido...

- ¿Está practicando abortos aquí? ¿Puedo ponerle un micro?

Minuto 27 .

- La ley en España –explica Morín- dice que si tienes enfermedad mental o puedes tenerla,
puedes ir a varios psiquiatras, antes de intentarlo. Y así no hay límites. Esta chica ha ido a dos,
y el segundo ha dicho que vaya a un tercero.

- ¿Y qué pasa con la moral?

- Es cosa suya, mía... usted tiene su moral, yo la mía...

- ¿Pero usted tiene moral?

- Esto lo debe decidir usted, yo ya sé lo que tengo.

Minuto 29 .

- O sea, ¿que usted no puede entender que la gente critique lo que hace?

- Lo que no entiendo es que: uno, soy un profesional, un doctor. Dos, hablo varias lenguas.
Tercero, soy mayor que usted. Cuarto, mis creencias son diferentes a las suyas; usted piensa una
cosa y yo otra. Esto es lo que nos diferencia.

[...]

- Algunos de los abortos que usted hace aquí son de fetos que podrían sobrevivir fuera del
útero...

- Yo no soy un filósofo, no estoy aquí para preguntarme si un feto respiraría o no...

- Pero algo de moral...

- Coja su moral y quédesela, que usted tiene la suya; yo la mía; no tengo nada a ver con su
moral.

Minuto 30 .

- La entrevista ha acabado –dice Morín después de una llamada de teléfono.

- ¿Terminado? ¡Tengo más preguntas!

- No responderé.

- ¿Por qué?

- ¿No lo entiende usted? Terminado.

- Pero no entiendo por qué. Sólo un par de preguntas más!

Minuto 31 .

- ¿Podría llamarle con otras preguntas? –insiste el periodista.

- Tengo mi moral. Debo trabajar –responde Morín en la puerta.

3. Los hechos que recoge específicamente la TV de Dinamarca, han dado pie a que
se hayan anunciado interpelaciones en el Parlamento europeo y también a que el
Ministro de Interior y Salud danés anunciara que entraría en contacto con las
autoridades españolas para persuadirlas de que adoptaran medidas drásticas en
relación a la práctica de abortos a fetos en avanzado estado de gestación.
4. Es necesario subrayar que todos los países mencionados tienen legislaciones
sobre aborto más permisivas que la española que, en definitiva, lo único que hace es
regular unos supuestos concretos de despenalización, y por lo tanto, continúa
considerando el aborto como delito.
5. Es también una manifestación de la afluencia de personas de otros países, el
reconocimiento que hace del hecho el mismo Morín en la grabación y la oferta de packs
hotel + aborto que hace a las interesadas y que revelan la existencia de un flujo de
personas que necesariamente debe ser significativo.
6. Pese a todas estas evidencias, el Departamento de Sanidad de la Generalitat
señala que entre el 1994 y el 2005 no le consta que ninguna mujer danesa abortara en
Barcelona. Aun así, la cifra oficial de mujeres que han abortado residentes en el
extranjero, 1045 en 2005 y 924 en 2004, necesariamente debe infravalorar el total de
mujeres en esta circunstancia, dado que sólo registra procedencias de Francia, Andorra
e Italia. Estos datos están en contradicción con las cifras facilitadas por el Sunday
Telegraph que se refiere a 1500 británicas que han abortado en nuestro país, la
referencia de Dinamarca y, hay que subrayarlo, las declaraciones del propio Dr. Morín.
7. A todos los efectos, es necesario observar que de la simple estadística de los
abortos producidos en España que se sitúan entre el 97 y 98% de los casos según el año,
acogidos a la excepción de salud de la madre, y más específicamente todavía a la salud
mental, revelan una prevalencia que debería haber movido a sospecha. No hay relación
estadística entre aquella prevalencia y la que manifiestan las mujeres de la misma edad
para el conjunto de la población y las mujeres embarazadas en el resto de la UE.
España y Cataluña sufrirían desde este punto de vista una excepcional anomalía
consistente en que un número elevado de mujeres embarazadas tiene un riesgo grave
para su salud mental.
8. Cabe también subrayar que los procedimientos para justificar que se cumplen
algunos de los supuestos de excepción que justifican el aborto están plenamente en
manos de las clínicas, que han desarrollado un importante negocio en este campo, sin
que haya ninguna intervención de la Administración sanitaria. A este hecho se añade
que existen elementos suficientes para constatar que los procedimientos de control a
posteriori del Departamento de Sanidad y, específicamente, de la Dirección general de
Servicios Sanitarios, son plenamente inadecuados para garantizar que lo que registran
como abortos corresponde lo realmente realizado, dado que se limitan a oficializar los
datos que les facilitan las clínicas, sin aplicar un sistema de verificación y control fiable.
9. En razón de todo lo expuesto, se formulan las siguientes denuncias al Colegio
de Médicos de Barcelona para que, de acuerdo con sus atribuciones, proceda a actuar
en un caso de presunta vulneración de la legalidad y la deontología médica, con el
agravante de constituir un escándalo público a escala europea:

PRIMERA: Se formula la denuncia contra el Dr. Carlos Morín como posible o presunto
promotor, gestor y inductor, y posible o presunto autor de abortos ilegales,
especialmente en mujeres en adelantado estado de gestación en razón de los
antecedentes expuestos, prácticas en todo caso contrarias a la legislación española que
regula la materia.

SEGUNDA: Se formula la denuncia contra la clínica Ginemedex, el Grupo Barnamèdic

y la clínica Emece por la posible o presunta práctica en sus instalaciones de abortos
ilegales, por los mismos motivos.

TERCERA: Se formula denuncia contra los facultativos que formando parte del cuadro
médico de los mencionados centros médicos, que hayan podido realizar las mismas
prácticas denunciadas en estos escrito.

Por todo esto, se solicita: se tenga por interpuesta denuncia ante el Colegio de Médicos
de Barcelona por los hechos relatados en el cuerpo de este escrito y que se sigan los
trámites legales previstos para averiguar la realidad de los hechos relatados y la
posible comisión de actos contrarios al Código Deontológico del Consejo General de
Médicos de Cataluña y en los mismos estatutos de este colegio profesional.

Otrosí digo: que ponemos a disposición del Colegio la documentación que pueda
facilitar la instrucción de la denuncia, tal como artículos, informes y vídeos de los
programas televisivos mencionados en el cuerpo de estos escritos y que se acompañan
al presente escrito, así como de otra información de la que podamos ir teniendo
conocimiento.
Barcelona, a veintidós de noviembre de 2006.

E-CRISTIANOS

Josep Miró y Ardèvol. Presidente