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Las enfermedades mentales según la visión de

Darwin
Kelly Morris
(Traducción libre de Viewing the mind's maladies through Darwin's eyes; Lancet 1999;
354:228: http://www.thelancet.com/newlancet/sub/issues/vol354no9174/menu_NOD14.html)

Desde la publicación de "Sobre el origen de especies por medio de la selección natural", las
ideas de Charles Darwin se han aplicado con éxito en muy diversos campos. Recientemente,
según Stephen Stearns (Universidad de Basilea, Suiza), el pensamiento evolutivo también ha
sido útil en medicina, para ayudarnos a entender la resistencia a los antibióticos, la virulencia
de los patógenos, y las enfermedades degenerativas del envejecimiento. Ahora, los expertos
aplican esta perspectiva evolutiva a la psiquiatría.

"La selección natural favorece los rasgos asociados al éxito reproductor", comenta Stearns.
¿Pero la enfermedad mental tiene desventajas obvias en términos de aptitud reproductora; por
lo tnato, ¿por qué ciertos trastornos o conductas y ocurren persisten en la población? Randolph
Nesse (Universidad de Michigan, Ana Arbor, MI, EE.UU.) defiende que muchos síntomas que
consideramos perjudiciales podrían haber evolucionado como mecanismos de la defensa. La
ansiedad, quizás el mejor ejemplo, en circunstancias ideales prepara al individuo para
enfrentarse al peligro. Si los trastornos de ansiedad son tan frecuentes, sugiere Nesse, se debe
a que un sistema de aviso óptimo "debe estar diseñado para expresar una defensa
relativamente poco costosa como es el pánico incluso ante situaciones en las que hay una
mínima posibilidad de riesgo para la vida. "Como con los detectores de humo, las falsas
alarmas son menos problemáticas que la falta de respuesta ante una verdadera emergencia
que podría producir daños. Esta atractiva teoría es difícil demostrar, dice Nesse, porque "las
personas hipoansiosas no suelen solicitar tratamiento para aumentar su ansiedad."

La depresión también puede representar una exageración de una reacción útil: la tristeza. La
tristeza es adaptativa, explica Lewis Wolpert (Universidad Universitaria Londres, REINO
UNIDO), "porque ayuda mantener el apego, y el apego es adaptativo." Pero la depresión,
sugiere, es una tristeza patológica. No está claro por qué ha de persistir una respuesta
maladaptativa de este tipo, aunque las personas afectadas podrían suponer simplemente un
extremo de la población. Pero dado que la depresión es tan frecuente hoy en día, algunos
expertos piensan que este rasgo podría ser seleccionado por algún aspecto nuevo de nuestro
medio ambiente. Otros creen que la propia depresión puede ser útil en ocasiones; por ejemplo,
para "retirar energía de empresas o actividades sin rendimiento", sugiere Nesse, quien
actualmente investiga la hipótesis de que las personas que no pueden conseguir metas
importantes que saben que son inalcanzables "deberían estar deprimidas o por lo menos tener
un ánimo bajo."

La importancia adaptativa de las emociones es un concepto bastante fácil de captar, pero


resulta difícil entender qué tendría de útil la psicosis. La esquizofrenia aparece en todas las
culturas con la misma incidencia, señala Tim Crow (Universidad de Oxford, REINO UNIDO).
Para que persista este "trastorno de la humanidad", Crow cree que debe estar compensado por
una ventaja sustancial y universal, como el lenguaje. La lateralización de los hemisferios
cerebrales es un requisito evolutivo previo para el lenguaje y hay diferentes pruebas de que la
esquizofrenia se asocia a un fracaso o retraso de la lateralización hemisférica. Así, sostiene
Crow, la esquizofrenia puede ser simplemente parte de la variación inherente de los genes que
determinan la asimetría cerebral, genes que están fuertemente seleccionados por la ventaja del
lenguaje. Y, continúa, "la idea de que la esquizofrenia es de algún modo un trastorno del
lenguaje tiene importancia en nuestra forma de concebir la enfermedad", incluida la posibilidad
de que las alucinaciones auditivas sean anomalías de la transición del pensamiento al discurso.

Pero es difícil explicar los problemas psiquiátricos con mediante la evolución, dice Stearns. La
compleja interacción entre conducta y medio ambiente, en particular la cultura, es una área
problemática. Consideremos un trastorno moderno como la anorexia nerviosa. "Desde una
perspectiva evolutiva su causa podría radicar en el deseo de parecer atractiva en la
competición con las congéneres", especula, "pero el cumplimiento destructivo de ese deseo en
forma de delgadez suicida se debe a normas artificiales de belleza propagadas por la industria
de la moda y se refuerza por la presión de las compañeras." Así, el trastorno surge de la
interacción de fuerzas evolutivas y culturales.

No obstante, hasta los fenómenos culturales podrían someterse al pensamiento evolutivo.


Brant Wenegrat (Universidad de Stanford, California, EEUU) cree que si se comprendieran las
funciones adaptativas de ciertos procesos culturales podríamos entrever la explicación de los
trastornos asociados a estos procesos. En todas las culturas se desempeñan roles, y "hay
algunos trastornos que realmente sólo pueden entenderse en términos del rol de enfermedad",
explica. En la gran histeria, las enfermedades de posesión de las sociedades tradicionales, y el
trastorno por personalidad múltiple, los individuos pueden adoptar un rol de enfermedad
"conforme a las señales en el microambiente, como un medio para ganar una ventaja social."
Estos roles pueden ser maladaptivos a largo plazo, ya que obtienen beneficio ventaja sólo a
corto plazo. Pero, " ilustran cómo el desempeño de roles sirve en los grupos sociales."

Nesse advierte alerta contra un análisis demasiado simplista de las conductas humanas, pero
añade estas explicaciones evolutivas de los trastornos psiquiátricos tienen ya consecuencias
terapéuticas útiles. "La explicación de la utilidad de pánico", dice, "ayuda a que los pacientes
comprendan que sus síntomas no se deben a una enfermedad del corazón, sino que son
simplemente una respuesta protectora que se pone en marcha en un momento equivocado."
Para algunos, esta explicación basta para reducir su ansiedad. A otros, les ayuda a entender
por qué la medicación sirve para reajustar el umbral del organismo para la expresión del
pánico. Y, sugieren Wolpert y Bravea, si la depresión y esquizofrenia se contemplan como un
continuo con la normalidad, esta concepción evoluctiva podría modificar la percepción social de
la enfermedad mental.

Darwin podría incluso tener la llave para el cambio de la actitud frente a la psiquiatría, afirma
Nesse entusiasmado. "Confío que el abordaje evolutivo a la enfermedad en general puede
finalmente empezar a considerar los trastornos mentales como enfermedades médicas como
cualquier otra, porque muchos de los problemas con que las personas acuden a los psiquiatras
son en realidad defensas que se expresan anormalmente o que están mal reguladas."
Wenegrat es de la misma opinión: "La perspectiva evolutiva pertenece a la psiquiatría biológica
madura tanto como la medicina molecular." Y finalmente, agrega Stearns, "si los médicos
quieren poder curar a sus pacientes, necesitan entender las causas de sus enfermedades a
todos los niveles."

Txori-Herri Medical Association, 1999

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