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Generalidades de la osteoporosis
Con respecto a la información sobre la osteoporosis a la que accede la población, es sabido que es
de calidad variada. Habitualmente, somos los médicos los que informamos a nuestros pacientes
sobre sus problemas de salud: les decimos cuando tienen que vacunarse, cuando deben tomar un
antibiótico, etc. Sin embargo, con la osteoporosis esto no sucede. La mayoría de las mujeres
recibe información proveniente de alguna amiga o de algún medio de comunicación. Es muy
frecuente que en los medios gráficos de comunicación aparezcan artículos sobre la osteoporosis y
sus temibles consecuencias.
Los médicos no somos los únicos que informamos a nuestras pacientes sobre la osteoporosis.
Ellas reciben gran cantidad de información de los medios de comunicación que no siempre está
bien seleccionada o que no puede ser extrapolada a cada caso particular.
Si bien las causas más frecuentes de densitometría (DMO) anormal o de fracturas son la
osteoporosis posmenopáusica y la senil (las llamadas tipo 1 y 2), hay que tener en cuenta en la
valoración de una paciente con osteoporosis, las causas secundarias (muy raras) como el
hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, el uso crónico de corticoides, el hiperparatiroidismo, el
hipogonadismo, algunas neoplasias, el síndrome de mala absorción, los trastornos renales o el
mieloma múltiple. No hay acuerdo entre los expertos de que estrategia diagnóstica utilizar para
descartar osteoporosis secundaria. Nosotros recomendamos hacerlo mediante el interrogatorio, el
examen físico y, eventualmente, análisis de laboratorio. No obstante las pacientes con
osteoporosis secundaria siempre se benefician con un tratamiento antirresortivo,
independientemente del tratamiento de su enfermedad de base.
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Hay otras indicaciones de rastreo que son más discutidas; algunos expertos plantean rastrear a las
mujeres con evidencia radiológica de osteopenia encontrada como hallazgo accidental en una
radiografía y a las mujeres menores de 60 años con factores de riesgo para osteoporosis (ver
abajo).
Factores de riesgo para osteoporosis: a) Dependientes: son los factores que afectan
directamente la densidad ósea valorada por DMO (ya por sea por hipoestrogenismo, déficit de
absorción de calcio, aumento de la resorción ósea, etc.) y que a su vez favorece al desarrollo de la
osteoporosis. Por ejemplo: menopausia precoz (antes de los 45 años), amenorrea secundaria
prolongada, hipogonadismo primario, terapia con corticoides (más de 5 a 7.5 mg de metil
prednisolona por día durante un año o más), anorexia nerviosa, síndrome de malabsorción,
hiperparatiroidismo, insuficiencia renal crónica, mieloma múltiple, hipertiroidismo, inmovilización
prolongada, artritis reumatoidea, trasplantes, tratamiento crónico con heparina e
hiperprolactinemia. b) Independientes: son los factores que se asocian directamente a la
osteoporosis, independientemente de la DMO; son: 1) Baja densidad mineral ósea como hallazgo
en una DMO sin otro antecedente; 2) Tabaquismo severo; 3) Fracturas de extremidad inferior del
radio, columna o cadera; 4) Antecedente familiar de primer grado de fracturas de columna o
cadera; 5) Peso menor a 52 kilos (algunos autores consideran un índice de masa corporal menor
de 20 kg/m2 y otros, un peso actual menor del que tenía la mujer a los 25 años).
El principal cambio es que se dejó de utilizar TRH como droga de primera elección para la
prevención de la osteoporosis por sus efectos adversos y colaterales (ver luego). Actualmente solo
se indica esta terapia en algunas mujeres con menopausia precoz.
Los bifosfonatos aparecen como una alternativa válida, aunque la evidencia no es suficiente.
Como dijimos estos cambios han ocurrido en relación a los últimos trabajos de investigación. En
1998 se publicó el estudio HERS (el primer ensayo clínico randomizado de TRH) que demostró un
aumento en los eventos cardiovasculares y tromboembólicos en las pacientes con enfermedad
coronaria (EC) establecida.
El primer concepto que cambió es que la TRH no debe indicarse en mujeres con EC establecida
(prevención secundaria) ya que aumentaría el riesgo tromboembólico sin otorgar ningún beneficio
adicional.
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Posteriormente se publicó el estudio llamado Women´s Health Initiative (WHI), que evaluó la
TRH en la población general de mujeres posmenopáusicas. Este estudio mostró un aumento
significativo en el riesgo de cáncer de mama a partir del tercer año de seguimiento.
Es importante destacar que los eventos ocurridos en esta población fueron muy infrecuentes y
que, aunque en términos relativos el exceso de riesgo pueda aparecer impactante, el exceso de
riesgo absoluto individual es pequeño. Con relación al estudio, la estimación del impacto
absoluto nos dice que por cada 10.000 mujeres expuestas a la TRH combinada por año, el
riesgo atribuible a la TRH será de 7 eventos cardiovasculares, 8 cánceres de mama invasivos, 8
accidentes cerebrovasculares y 18 eventos tromboembólicos. Si trasladamos estos datos a la
práctica diaria implicaría que las mujeres que hoy están recibiendo TRH desde hace algunos
años van a tener un muy pequeño aumento de riesgo de eventos adversos.
De acuerdo a los resultados del HERS, (TRH en prevención secundaria) y del WHI, (TRH en
prevención primaria), la TRH se asocia con un aumento del número de eventos cardiovasculares y
trombóticos y un aumento de la incidencia de cáncer de mama. Los eventos cardiovasculares
aparecen durante el primer año de tomar TRH y el riesgo de cáncer de mama se incrementa luego
de los tres años de recibirla. Si bien el impacto clínico es pequeño, el impacto poblacional (por lo
que significa la enfermedad cardiovascular y el cáncer de mama en la población de mujeres) es
importante.
Debido a que las indicaciones de la TRH han cambiado, es probable que el médico de atención
primaria se encuentre ante pacientes que según los criterios anteriores tenían indicado comenzar
una TRH y que, a la luz de la nueva evidencia, ahora la tienen contraindicada, o bien la están
recibiendo desde hace muchos años. Es probable que el médico se pregunte: ¿Qué hacer con las
pacientes que se encuentran realizando una TRH?
En este punto es donde el médico debería evaluar cuál fue la indicación de la terapia de
reemplazo, y cuánto tiempo hace que la esta recibiendo.
El médico de atención primaria debería suspender la TRH en las pacientes con enfermedad
coronaria o con un riesgo cardiovascular global aumentado y, también, en las mujeres que estén
recibiendo TRH desde hace más de 5 años.
En las pacientes que no toleran ningún bifosfonato, en las mujeres con menopausia precoz o en
las mujeres con síntomas de vasomotores durante la menopausia y que no tenga
contraindicaciones para recibir TRH (antecedentes de cáncer de mama o endometrio, enfermedad
hepática, antecedentes de enfermedad tromboembólica), pueden iniciar un tratamiento hormonal y
este debe limitarse a 3 ó 5 años como máximo, ya que a partir de los 5 años aumenta el riesgo de
cáncer de mama invasivo.
a) Bifosfonatos
Cada vez se cuenta con mayor evidencia sobre la eficacia del alendronato en el tratamiento de la
osteoporosis; este ha demostrado ser eficaz para disminuir el riesgo de fractura de cuello de fémur,
de muñeca y de vértebras.
Los bifosfonatos forman parte de un grupo de drogas sobre las que más se ha investigado en los
últimos años. Su eficacia en el tratamiento de la osteoporosis ya ha sido demostrada,
constituyéndose en el tratamiento de primera línea.
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b) Risedronato: es otro de los análogos del pirofosfato y al igual que el alendronato presenta
acción antiresortiva. A pesar de ser de muy reciente aparición, demostró disminuir el riesgo de
fracturas (vertebrales y de huesos largos) en pacientes con antecedente de fracturas vertebrales
no traumáticas previas. Se diferencia del alendronato ya que casi no presenta efectos adversos
(igual al placebo). La dosis usual es de 5 mg/día y, al igual que el alendronato, debe acompañarse
con calcio .
El risedronato parece ser tan eficaz como el alendronato pero con menos efectos adversos.
c) Raloxifeno
Últimamente se han desarrollado derivados sintéticos que intentan lograr los efectos beneficiosos
de la TRH evitando los riesgos de los estrógenos. A este grupo de derivados sintéticos con acción
estrogénica parcial se los denomina moduladores selectivos de los receptores de estrógenos o
SERM. Ellos ejercen una acción estrogénica en el sistema óseo, en el metabolismo lipídico y en la
coagulación inhibiendo la acción en los órganos de la reproducción (mama y útero). El más
conocido es el raloxifeno.
El estudio MORE (Multiple Outcome of Raloxifene Evaluation) evaluó el efecto del raloxifeno sobre
la densidad ósea en mujeres con osteoporosis vertebral. En este estudio randomizado, el
raloxifeno redujo las fracturas vertebrales (0.6% en grupo raloxifeno comparda con 1.4% en el
grupo placebo) y mejoró la densidad ósea en la densitometría mineral ósea (DMO) y redujo los
niveles de colesterol total y LDL. El número necesario para tratar (NNT) fue de 123.
El raloxifeno aparece como una buena alternativa para mujeres postmenopáusicas con
osteoporosis y riesgo aumentado de fracturas es quienes la TRH está contraindicada o que
presentan intolerancia a los bifosfonatos. Demostró ser efectivo para reducir las fracturas
vertebrales (no hay datos sobre la reducción de las de fémur) , el colesterol y el colesterol LDL
como también para incrementar la densidad ósea en la DMO.
d) Nuevas drogas
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El ranelato de strontium es una droga evaluada pero que aparentemente no ofrece beneficios
adicionales respecto del alendronato, y sólo se publicó un trabajo que se realizó contra placebo y
no contra alendronato u otro bifosfonato conocido. Otra droga es el ácido zaledrónico, que se
esta investigando como una variante para las pacientes que tienen intolerancia oral, pero por ahora
se evaluaron puntos finales intermedios (porcentaje de cambio en la densitometría). Por el
momento no hay evidencia suficiente para recomendarlas.
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1) La TRH dejó de ser el tratamiento de elección para las mujeres con osteoporosis.
En las pacientes con osteopenia diagnosticada por DMO (T score entre -1 y -2.5), se debería
indicar calcio y reforzar pautas preventivas (actividad física, evitar el tabaco y el alcohol). En las
pacientes que además presentan dos factores de riesgo independientes se recomienda comenzar
con bifosfonatos.
En las pacientes con osteoporosis diagnosticada por DMO (T score menor a -2.5) sin evidencias
de fractura, además de reforzar las pautas preventivas, indicar calcio y vitamina D, deben recibir
tratamiento con 10 mg por día, o, 70 mg semanales de alendronato.
En las pacientes con varios factores de riesgo sin DMO el médico estaría autorizado a realizar
tratamiento con bifosfonatos.
Parece que el tiempo óptimo para evaluar la efectividad del tratamiento para la osteoporosis es con
DMO cada dos años.
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Nuevo algoritmo final
Recomendaciones universales
Mujeres
postmenopausicas Mujeres
premenopáusicas
Hacer DMO
>65 años Ofrecer bifosfonatos
Osteopenia
60-64 si FR+
Osteoporosis
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Indicar calcio en forma
farmacológica
Vitamina D No
toler
a
¿Antecedentes de
cáncer de mama?
Si Indicar raloxifeno
G) BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Ettinger B, et al. Reduction of vertebral fracture risk in postmenopausal women with
osteoporosis treated with raloxifene: results from a 3-year randomized clinical trial. Multiple
Outcomes of Raloxifene Evaluation (MORE) Investigators. JAMA 1999; 282(7): 637-45
Harris ST, et al. Effects of risedronate treatment on vertebral and nonvertebral fractures in
women with postmenopausal osteoporosis: a randomized controlled trial. Vertebral Efficacy
With Risedronate Therapy (VERT) Study Group. JAMA 1999; 282(14): 1344-52
Hu FB, et al. Trends in the incidence of coronary heart disease and changes in diet and
lifestyle in women. N Engl J Med 2000; 343(8): 530-7.
Hulley S, et al. Randomized trial of estrogen plus progestin for secondary prevention of
coronary heart disease in postmenopausal women. Heart and Estrogen/progestin
Replacement Study (HERS) Research Group. JAMA 1998; 280(7): 605-13
Khovidhunkit W, et al. Clinical effects of raloxifene hydrochloride in women. Ann Intern Med
1999; 130(5): 431-9.
Scott JA, et al. Raloxifene: a selective estrogen receptor modulator. Am Fam Physician 1999;
60(4): 1131-9.
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Therapeutics initiative. New drugs V. Therapeutic Letters 2000. March/April; 34. [en línea].
Consulta: 06/12/2000. Disponible en URL: http://www.ti.ubc.ca/pages/letter34.htm
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