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TERAPIA NUTRICIONAL
STEPHEN J. BICKSTON
Conceptos básicos
II. La selección de los pacientes comienza por identificar a los sujetos con una defi-
ciencia grave de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) o de mi-
cronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos).
A. Identificación de la deficiencia de macronutrientes. Las técnicas para valorar el
estado nutricional de los pacientes no han dado mejores resultados que la explora-
ción ala cabecera de de la cama. Habitualmente, se mide el peso corporal y se rea-
lizan pruebas inmunológicas y bioquímicas, aunque cada una de ellas posee sus li-
mitaciones. El peso corporal ideal (PCI) es una estimación que se realiza a partir
de tablas actuariales que proporcionan valores asociados a longevidad. El peso
corporal habitual (PCH) se basa en la información proporcionada por el paciente a
su familia y representa una estimación más fiable. Entre los parámetros bioquími-
cos más útiles se encuentran la transferrina, la albúmina y la prealbúmina. El esta-
do inmunológico, que se valora mediante el recuento de linfocitos y la inmunidad
cutánea de tipo celular, no suele investigarse. De todos los parámetros menciona-
dos, probablemente el más útil para la identificación de los enfermos con des-
nutrición grave es la pérdida de peso a lo largo del tiempo (tabla 2-l).
B. Evaluación de los micronutrientes. Cuando el consumo de nutrientes excede
del del aporte, se producen estados de deficiencia. En general, las deficiencias
de micronutrientes son múltiples, pero a veces una deficiencia aislada puede
constituir una manifestación concreta de una enfermedad o un efecto de un me-
dicamento. El estudio de laboratorio posee una utilidad limitada, puesto que los
niveles circulantes de muchas vitaminas y minerales no suelen reflejar los depó-
sitos orgánicos. En otros capítulos se comentan los casos de deficiencia de hie-
rro, calcio y vitamina BU
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36 Manual de terapéutica médica
En los pacientes con una sobrecarga de volumen, debe utilizarse el peso seco
en estado de equilibrio. Como el exceso de grasa no cumple ninguna actividad
metabólica, hay que corregir el valor obtenido en los pacientes con un PC1 supe-
rior al 125% de la forma siguiente:
:,“p,p 2-2. Factores de estrés que se utilizan para calcular el gasto energético
Ayuno 0,8-l ,O
Cirugía programada l,O-1,l
Peritonitis u otras infecciones 1,05-l ,25
SDRA o sepsis 1,3-l ,35
Trasplante de médula ósea 1,2-l ,3
Enfermedad cardiopulmonar sin sepsis, diálisis ni cirugía 0,8-l ,O
Enfermedad cardiopulmonar con diálisis o sepsis 1,2-l ,3
Enfermedad cardiopulmonar con cirugía mayor 1,3-l ,55
Insuficiencia renal aguda 1,3
Insuficiencia hepática 1,3-l $5
Trasplante hepático 1,2-l ,5
Pancreatitis 1,3-l ,8
IV. Todos los pacientes requieren una supervisión continuada para garantizar que el
régimen prescrito satisface adecuadamente las necesidades y no se produce ningún
efecto tóxico.
A. Los parámetros generales comprenden el peso diario, las constantes vitales y
los signos físicos. El incremento del agua corporal puede ocasionar un aumento
engañoso del peso.
B. Las pruebas de laboratorio habituales consisten en la determinación de las
proteínas circulantes, concretamente de la albúmina, prealbúmina y transferrina.
Al igual que el peso, los niveles de estas proteínas pueden fluctuar con los cam-
bios del agua corporal. La albúmina posee una vida media de aproximadamente
20 días, por lo que no resulta muy útil para el control a corto plazo. La transfe-
rrina muestra una vida media intermedia de aproximadamente 8 días, mientras
que la prealbúmina posee la vida media más corta (2-3 días) y es la más idónea
para conocer la respuesta del enfermo a la terapia nutricional. La concentración
de estas proteínas puede también presentar cambios sustanciales como conse-
cuencia de la reacción aguda a la enfermedad.
C. Los pacientes, en los que no se logra valorar la respuesta con las medidas indica-
das, requieren estudios especiales. El balance nitrogenado ofrece una medida
Requerimiento
Estimación energético
simplificada (kcal/kg/día) Ejemplos de enfermedades
Estimación simplificada:
Estrés metabólico leve (hospitalización programada) l,O-1,l
Estrés metabólico moderado (cuidados postoperatorios 1,2-l ,4
complejos, infección)
Estrés metabólico grave (traumatismos graves, pancreati- 1,5-2,5
tis, sepsis)
Nutriente Volumen-concentración
C. La nutrición parenteral está indicada en los pacientes en los que se prevé un re-
poso intestinal durante más de 5-7 días, que sufren una disfunción intestinal que
impide la nutrición entera1 o que presentan requerimientos nutricionales que no
pueden satisfacer por vía enteral. Se trata de un tratamiento invasivo que de-
be ser coherente con el plan general de tratamiento del enfermo.
1. La nutrición parenteral periférica (NPP) se puede suministrar a travds de
los catéteres periféricos ordinarios, que se cambian de lugar cada 72 horas.
Los suplementos calórico-proteicos parciales, a través de esta vía, pueden
proporcionar un aporte limitado a los pacientes con capacidad para reanudar
la ingesta entera1 después de una abstinencia transitoria o que requieran su-
plementos de la nutrición enteral. Se recomiendan las soluciones con una os-
molaridad inferior a 90@1.000 mosmol, para evitar la flebitis. La tabla 2-5
ilustra un modelo de fórmula que proporciona 1.000 kcal.
2. La nutrición parenteral total (NPT) generalmente se administra a través de
un catéter venoso central, pero también se han utilizado catéteres centrales
introducidos por vía periférica (CCIP) sin ningún problema. En la medida de
lo posible, se recomiendan los catéteres de una sola luz. Si se utilizan catéte-
res de varias luces, hay que marcar claramente la vía dedicada a la NPT. Esta
vía no debe emplearse para extraer sangre y, si es posible, se evitará la admi-
nistración de medicamentos o hemoderivados a su través.
a. Las soluciones proporcionan tres tipos de macronutrientes: proteínas en
forma de aminoácidos; hidratos de carbono en forma de glucosa, y lípidos
en forma de emulsión. Luego se añaden los micronutrientes y los electró-
litos, que se ajustan según el estado particular de la enfermedad en cues-
tión. En la tabla 2-6 se enumera el valor calórico de las soluciones gluco-
sadas y de lípidos. Las soluciones convencionales se basan en glucosa al
70%, que proporciona 3,4 kcal/g; con este componente se administra, en
general, el 40.75% de las calorías totales, aunque la proporción puede va-
riar en las fórmulas especiales. Las emulsiones lipídicas convencionales
al 20% proporcionan 2 kcal/ml y pueden suministrar hasta el 65% de las
calorías totales. La composición convencional de los aminoácidos de las
soluciones nutricionales es del 10%. Las mezclas tres en uno combinan
las tres soluciones en una única bolsa diaria, lo que simplifica su adminis-
tración, sobre todo en los pacientes que precisan tratamiento a largo pla-
zo, cíclico o a domicilio. La tabla 2-7 muestra un modelo de formulación
de las soluciones convencionales de NPT.
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Glucosa (“FL)
5 17 250
10 34 500
20 68 1.000
50 179 2.500
70 237 3.500
8
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Electrólitos
Sodio 20-80 mEq En forma de acetato o cloruro só-
dico
Potasio 30-60 mEq En forma de acetato o cloruro po-
tásico
Cloro 80-l OO mEq Equilibrado con el acetato
Magnesio 8,1-20 mEq
Calcio 4,6-9,2 mEq La suma de mE de calcio y
mmol de fósforo å ebe ser <30
Fósforo 12-24 mmol
Oligoelementos
Cinc 2-8 mg
Cobre 0,3-l ,5 mg
Cromo 10-15 pg
Manganeso 0,15-0,8 mg
Hierro l-3 mg 50 mglmes en forma de 1 ml de
hierro-dextrano
Yodo 50-75 kg
Selenio 40-l 20 pg
Molibdeno 20 pg
Medicamentos
Ranitidina 150mg
Famotidina 20-40 mg
Cimetidina 300 mg No aprobado para su uso con las
mezclas 3 en 1
Heparina 3.000-5.000 u No recomendado en la NPT a
corto plazo
Insulina 5-10 U/I de glucosa al
25%
‘Se describen las dosis generales para los pacientes sin insuficiencia renal ni hepática. De es-
tas recomendaciones quedan excluidas las mujeres embarazadas.
bA veces se requieren dosis mayores para corregir los estados de deficiencia.
Terapia nutricional 45
Tabla 2-9. Pauta modelo de nutricibn parenteral total cíclica con aporte de 2 I
durante 12 horas
Tiempo Velocidad
Las deficiencias de hierro, vitamina Br2 y otras vitaminas liposolubles son fre-
cuentes, al igual que las deficiencias de otros micronutrientes. Por eso, conviene
administrar suplementos diarios de oligoelementos. Los alimentos exógenos se
deben proporcionar en forma de comidas pequeñas y frecuentes.
D. Insuficiencia renal. La insuficiencia renal aguda (IRA) se asocia a un incremen-
to del catabolismo tisular, por lo que el valor del BUN se eleva 30-50 mg/dl/día.
En los enfermos sometidos a diálisis, este catabolismo puede acentuarse. La
consecución de un balance calórico acumulativo positivo se asocia a una menor
mortalidad en la IRA. Muchas veces se requiere nutrición parenteral. Las solu-
ciones equilibradas que aportan aminoácidos esenciales y no esenciales permiten
administrar aproximadamente 1 g de proteínas/kg/día. La glucosa hipertónica y
las soluciones de lípidos pueden cubrir el resto de las calorías, con lo que dismi-
nuye la expansión de volumen. Estos enfermos necesitan suplementos diarios de
vitaminas hidrosolubles y oligoelementos, pero deben evitarse los preparados de
vitaminas liposolubles que contienen vitamina A, por el riesgo de que se alcan-
cen niveles tóxicos de esta vitamina.
E. Los pacientes con SIDA son candidatos a la terapia nutricional antes de que apa-
rezcan los estados de deficiencia clínica. La deficiencia proteico-energética y las
deficiencias de oligoelementos y otros micronutrientes son muy corrientes en es-
tos pacientes. Estas deficiencias pueden ser provocadas por una ingesta oral re-
ducida, enfermedades asociadas o alteraciones metabólicas. La anorexia puede
responder a la administración de acetato de megestrol, en dosis de 240 mg por
vía oral cada día, que puede elevarse hasta 800 mg/día (repartidos en varias do-
sis), o de dronabinol, en dosis de 2,5-5,0 mg dos veces al día (Am Pharmacot-
her 27:827, 1993). En los pacientes con una ingesta oral inadecuada como con-
secuencia de lesiones orales o faríngeas se puede ensayar la nutrición enteral.
Los enfermos con una ingesta inadecuada también se benefician de los suple-
mentos de fórmulas convencionales, intercalados entre las comidas. Se reco-
miendan suplementos orales específicos diarios de preparados multivitamínicos
y sulfato de cinc (200 mg por vía oral, dos veces al día). Los pacientes con into-
lerancia a la nutrición entera1 (p. ej., como consecuencia de una diarrea grave)
requieren NPT. Esta terapia debe acompañarse de la administración de suple-
mentos multivitamínicos y de oligoelementos de forma diaria (Gastrointest Clin
North Am 17:545, 1988), así como de suplementos de fósforo y magnesio. La
NPT resulta beneficiosa y no aumenta excesivamente el riesgo de sepsis (J Pa-
renter Entera1 Nutr 16:165, 1992). La administración de NPT debe ser cohe-
rente con el plan global de tratamiento.
F. Enfermedades malignas. No se ha podido demostrar ningún efecto beneficioso
de la administración sistemática de la nutrición parenteral a los pacientes cance-
rosos, pese al número tan abundante de estudios sobre este tema. El soporte en-
teral o parenteral está indicado en los pacientes que reúnen las indicaciones tera-
péuticas correspondientes, pero el uso rutinario de la terapia nutricional no está
justificado. Los narcóticos como la morfina, la petidina, la hidromorfona y el
levorfanol son compatibles con las soluciones de NPT convencionales exentas
de lípidos y se pueden coadministrar por la misma vía en los pacientes con difi-
cultad para la canulación i.v. La tabla 2-10 indica las dosis máximas compati-
bles.
G. Enfermedades respiratorias. Los pacientes con enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica muestran un aumento de los requerimientos energéticos, pero care-
cen de las adecuadas reservas ventilatorias para compensar la mayor producción
de COZ debida al aumento de la ingesta. Algunos datos sugieren que es preferi-
ble evitar el exceso de calorías que proceder a una manipulación especial de los
lípidos, proteínas e hidratos de carbono (Chest 102:55 1, 1992). En los pacientes
con una función respiratoria muy reducida, se prefieren los tratamientos especia-
les con un mayor número de grasas que de hidratos de carbono. En general, se
recomienda proporcionar un número de calorías equivalente a 1,2 x GEB.
H. Nutrición perioperatoria. El soporte nutricional inmediato es imprescindible en
todo paciente desnutrido que requiera cirugía. La NPT pre y postoperatoria, ad-
Terapia nutricional 49
Morfina 2 mg/ml
Petidina 1 OO mg/¡
Hidromorfona 80 ma/l
Adaptado de JP Grant. Handbook of Total Parenferal Nutrition (2nd ed). Philadelphia: Saun-
ders, 1992, P. 212.