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PROF. Y DR.

RAMON ESPADAS Y AGUILAR

FUNDACION DEL
PARTIDO SOCIALISTA
OBRERO
JUNIO DE 1916

Editorial de la
GRAN LOGIA SIMBOLICA INDEPENDIENTE MEXICANA DEL
SURESTE DEL RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO
Calle 54 No. 572-A por 73, C.P. 97000
MERIDA, YUC., MEX
1998
NO HAY EN EL MUNDO HECHOS AISLA-
DOS; CADA FENOMENO ESTA LIGADO
A OTRO. ESA ES LA RAZON POR LA
CUAL NO SE PUEDE COMPRENDER UN
FENOMENO A MENOS DE ABORDARLO
HISTORICAMENTE Y DE ANALIZAR LA
SITUACION CONCRETA CON LA QUE
ESE FENOMENO SE RELACIONA.
-Diario Filosófico Abreviado-
Rosental y P. Iudin.
FUNDACION DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO.
JUNIO DE 1916.

En el lapso corrido de 1905 a1909, estudiábamos la carrera de maestros


de enseñanza para Maestros de Escuela de Enseñanza Inferior y Superior
en la Escuela Normal de Profesores del Estado de Yucatán; época de
inquietudes, de nuevas ideas de renovación social; de nuevos conceptos
de la vida, de ansias por la libertad y mejoramiento humano.
Nosotros nos complacía leer y estudiar los libros que venían de España,
la mayoría traducciones que traían doctrinas sobre anarquismo, sindica-
lismo, anarco-sindicalismo, de agrupamiento de gente de distintas estruc-
turas: trabajadores manuales, campesinos, intelectuales, progresistas con
tendencias de liberación del ambiente que nos hostigaba, doctrinas socia-
listas, comunistas, de análisis de las religiones con tendencias de limita-
ción de hostilidad a todo lo científico, etc.
Nos alentaban a luchar los españoles emigrados de España por las
persecuciones de autoridades arbitrarias; algunos de estos españoles nos
traían libros revolucionarios como los que trataban de la Escuela Racio-
nalista; algunos de estos españoles se establecieron como libreros que al
principio comerciaban como vendedores ambulantes de libros en Mérida.
Los principales eran, don Francisco Fontboté, don Jorge Burrel y don
Juan Auscua; muy especialmente importaban libros como el de Carlos
Marx, “El Capital” este libro nos subyugaba muy especialmente su
lectura, era de tres tomos.
También los obreros y artesanos se sentían muy estimulados con los
conocimientos que les transmitíamos o que lograban entender de los libros
que leían y debido a estos estímulos lograron fundar sociedades con fines
de propaganda las que fueron cruelmente perseguidas y sus fundadores
fueron perseguidos, encarcelados y maltratados.
Un grupo de intelectuales logró organizarse y se dedicó a dar confe-
rencias sobre temas de contenido libertarios, estas se daban en un local
denominado “El Harén”, situado en la calle 75 cruzamiento con la 64,
rumbo de San Sebastián barrio de nuestra ciudad, cuyos componentes

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también fueron perseguidos y hostigados, a este grupo pertenecían el
intelectual don José Dls. Sobrino Trejo, de tendencias socialistas también
publicaban pequeños periódicos y sueltos.
Todo este movimiento producía un ambiente revolucionario alentador.
Nosotros los estudiantes minoritarios de la Escuela Normal nos sumamos
a este movimiento renovador y obramos en consecuencia.
Se acercaba el año de 1910 y la ola revolucionaria crecía.
Don. Francisco I. Madero vino a Yucatán en franca propaganda por el
cambio del Presidente de la República que era entonces don Porfirio Díaz,
que se esforzaba por perpetuarse en el poder en sucesivas reelecciones
nulificando el Sufragio Efectivo y muy inconveniente para la República
que se inclinaba al imperialismo extranjero y al clericalismo.
No Reelección, Sufragio Efectivo, era la bandera que enarbolaba don
Francisco y con este sencillo lema, encendió la revolución por la lucha
contra un poder inconveniente para México.
El día que llegó Madero a Mérida, nosotros, estudiantes normalistas,
a excepción de unos cuyo nombre omito por piedad, abandonamos el local
de nuestra Escuela Normal y fuimos a saludar y al apoyo del futuro apóstol
de la renovación.
Está de más decir que fuimos castigados y largamente amonestados.
La revolución que encabeza don Francisco I. Madero triunfa y se
organiza un nuevo gobierno antes ha renunciado don Porfirio Díaz y se
destierra en Francia. Se produce el horrendo crimen de Victoriano Huerta
que traiciona a Madero y asesina a don Francisco I. Madero y al Lic. José
María Pino Suárez, Presidente y Vicepresidente respectivamente de la
República, gracias a la imprudencia del Presidente que le confía la Jefatura
del Ejército, olvidando la enseñanza de la Historia.
Al ser asesinados el Presidente y Vicepresidente de nuestra nación, don
Venustiano Carranza se alza en armas y organiza una revolución reivin-
dicadora; ésta triunfa y se organiza un Gobierno bastante radical; se
convoca a un Congreso Constituyente que se realiza en Querétaro y cuyo
fruto es la Constitución de 1916-1917.
Se pone esta Constitución en vigor que es jurado su cumplimiento y
su vigilancia por los Diputados Constituyentes el 5 de Febrero de 1917,
en la ciudad de Querétaro.
El último Gobernador y Comandante Militar que tuvo el Estado de
Yucatán en el período preconstitucional, fue el señor General Salvador
Alvarado, hombre de gran capacidad, honorable y de copiosa iniciativa
progresista y de voluntad de realización.

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El Ingeniero don Eleuterio Avila fue el primer gobernador preconsti-
tucional que tuvo Yucatán quien inició la liberación de los jornaleros
esclavizados de las fincas henequeneras y de otras de distintas actividades
especialmente agrícolas y ganaderas; pero con gran suavidad.
Es el Gral. Alvarado quien ataca con vigor y valor el problema de la
esclavitud y no se contenta con solamente dar Leyes de Liberación; vigila
y consolida la liberación; un Cuerpo de Propagandistas organiza y el
personal se integra con personas de ardientes partidarios de la liberación
que se movilizan con voluntad y sacrificio sufriendo los vejámenes y
hostilidades de parte de los defensores de la esclavitud y del privilegio;
algunos fueron sacrificados.
Alvarado predicaba la democracia tal como la entendían los liberales;
ayudaba cualquier iniciativa progresista, su apoyo a nuestro primer con-
greso pedagógico afirma su ayuda a tales iniciativas.
En este primer Congreso Pedagógico tuvimos que contender con los
maestros más reaccionarios, la mayoría traídos por él y apoyados por el
distinguido maestro don Gregorio Torres Quintero que dirigió la lucha
contra nosotros los progresistas y algunos ya envejecidos, cuando presen-
tamos la iniciativa relativa a la “Escuela Racionalista” que entrañaba
doctrina sociopedagógica; a estos maestros se sumaron los más reaccio-
narios de Yucatán.
Todos los que participamos en esta contiende pedagógica, son men-
cionados en las memorias de este primer Congreso Pedagógico.
Aunque el Gral. Alvarado era radical y no fácil de desviarlo de sus
convicciones revolucionarias progresista, por desconocer el medio donde
actuaba, no pudo escoger a los mejores elementos revolucionarios y por
esto fue rodeado de personas de configuración burguesa y de un grupo de
ferrocarrileros que se había formado políticamente en el Partido Electoral
Independiente que postulaba al Lic. Delio Moreno Cantón para Goberna-
dor de Yucatán que levantaba la bandera que había heredado de su tío Gral.
don Francisco Cantón, viejo imperialista y porfirista; de estos ferrocarri-
leros se destacaban el bondadoso don Carlos Castro Morales y don Felipe
Carrillo Puerto y otros ferrocarrileros no menos distinguidos que fueron
muy útiles al dicho Gral. Alvarado para la movilización de las tropas
constitucionalistas en las distintas maniobras militares que jefaturaba.
El ya repetido Gral. Salvador Alvarado se empeñó por sacara de la
ignorancia a los campesinos y a la gente que vivía en lugares muy
apartados de los núcleos menos desafortunados.

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Para lograr este objeto desplegó todas las energías indispensables.
Fundó mil Escuelas Rurales en las fincas henequeneras, rancherías y en
todos los núcleos rurales.
Nosotros, los amantes de la libertad y del progreso nos juntábamos en
distintos sitios principalmente en el parque central -Independencia- vigi-
lantes de todo cuanto ocurría en el campo político; éramos el principal
núcleo, meseros y empleados de restaurantes casi todos españoles, ferro-
carrileros y gentes de distintas actividades: artesanos, algunos profesores,
periodistas de las pequeñas publicaciones y obreros de distintas empresas
y obreros artesanales de distintos talleres,
En Junio de 1916 ya se trataba de la elección de miembros del H.
Ayuntamientos del Municipio de Mérida.
La burguesía que estaba cerca del Gral. Alvarado esperaba su oportu-
nidad para escalar el poder público, comenzó a moverse con fines de
alcanzar su meta.
Los más cercanos burgueses al Gral. Alvarado, Dr. Víctor Rendón
Alcocer, Lic. Calixto Maldonado, el caballero Lic. Alfonso M. Alonso,
Lic. Pedro Solís Cámara, don Manuel Ríos, Lic. Gustavo Arce, Lic. Arturo
Sales Díaz y otros más de la misma configuración formaron un grupo sin
denominación, tenían como candidato a la Presidencia del Ayuntamiento
al Sr. Dr. Gil Rojas Aguilar y se aprestaron para la lucha electoral.
Este movimiento nos hizo pensar que si alcanzaban el triunfo inicial
sería un peligro para el progreso de la Revolución que estaba estructuran-
do un Gobierno distinto al que sojuzgaba al Pueblo, un Gobierno popular.
Con este pensamiento también nos aprestamos a la lucha electoral.
Una noche en la Plaza de la Independencia, sin permiso de la autoridad
competente y sin previo aviso a los compañeros, elementos nuestros,
realizamos un mitin.
El primero en hablar, parado sobre una banca fue el compañero Rafael
Gamboa (Ravachol) quien dijo un discurso en términos candentes que
despertó el ánimo de los oyentes a quienes exhortó a la lucha por las
elecciones municipales y logró despertar gran interés. El segundo en
pronunciar otro discurso también candente y movido fue el joven Alvaro
Rivera, periodista que logró gran éxito explicando el derrotero de la lucha
para que en hora tan oportuna se iniciara una lucha para pensar en la
política revolucionaria que estaba comenzando a estructurar un nuevo tipo
de gobierno progresista para beneficio del pueblo.
Siguió en uso de la palabra el que esto escribe, en la tribuna improvi-
sada, una banca del parque, en términos también candentes llamando al
pueblo a apoyar la labor revolucionaria tomando parte en ella y recordó a

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Carlos Marx y sus principios socialistas, que deba mucha importancia al
elemento trabajador, especialmente al obrero y al campesino y que por ser
el obrero el más revolucionario por ser el que más sufre y tiene la menor
parte del producto de sus trabajo y que tanto los que somos revoluciona-
rios, como obreros, los campesinos y la intelectualidad debemos luchar
juntos para alcanzar las metas revolucionarias para beneficio del pueblo,
de todo el pueblo; siguieron en la tribuna otros compañeros que animaron
y despertaban el interés para tomar parte activa en la lucha por metas
políticas progresistas.
Terminó el mitin sin que alguien nos molestara y se procedió a elegir
la Directiva que dirigiera la lucha.
La Junta Directiva quedó formada por los siguientes compañeros:
Presidente.- Rafael Gamba (Ravachol), de oficio peluquero. Secretario.-
Gonzalo Lewis Heredia, ferrocarrilero. Tesorero.- Ramón Espadas y A.,
Profesor Normalista. Primer Vocal.- Alvaro Rivera, Periodista. Segundo
Vocal.- José Catalá, Farmacéutico (español). Tercer Vocal.- Ignacio Solís,
ferrocarrilero. Cuarto Vocal.- José Jesús Peniche López, Profesor de
Primaria Inferior. Nuestra agrupación se denominó de acuerdo con las
ideas expuestas en el mitin PARTIDO SOCIALISTA OBRERO.
Este Partido postuló al intelectual conferencista radical para la Presi-
dencia del H. Ayuntamiento del Municipio de Mérida a don José Dls.
Sobrino Trejo y para Concejales a compañeros de extracción popular.
Con nuestra bandera socialista entramos a la lucha política electoral.
Al final de la lucha nuestro candidato triunfó.
En nuestra lucha no solamente contendimos con el grupo que postulaba
al Dr. Gil Rojas Aguilar; también contendimos con otro grupo que
pretendía iniciar su lucha con fines de apoderamiento del Poder Público;
Grupo que postulaba al Lic. Bernardo Alcocer para Presidente del H.
Ayuntamiento de Mérida.
Instalamos nuestra Oficina en un pequeño cuarto de un edificio situado
en la calle 62 entre la 61 y 59 frente a lo que ahora se llama “Cine Mérida”.
Esta lucha por ganar el poder municipal fue en Junio de 1916. La
elección del Ayuntamiento de Mérida fue para el bienio del año 1917 y
1918.
Hago referencia de la actitud del Gral. Alvarado que nos prestó una
grande ayuda con solamente no habernos puesto ninguna dificultad tanto
en el desarrollo de la lucha electoral como en la toma de posesión de los
componentes del Ayuntamiento electo, encabezado por el señor José Dls.
Sobrino Trejo. Nuestro candidato ya electo Presidente del H. Ayuntamien-
to de Mérida, y los concejales de extracción popular.

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Los gastos que ocasionó la lucha electoral se sufragó con pequeñas
contribuciones de los camaradas, especialmente de los trabajadores de los
restaurantes, molineros y muy especialmente de los trabajadores ferroca-
rrileros, la recaudación de la contribución de estos estuvo a cargo del
camarada don Francisco Vázquez, hoy empleado de los Servicios Coor-
dinados de Salubridad.
Como es fácil de comprenderse la recaudación de esas pequeñas
contribuciones no fue lo suficiente para cubrir los gastos de la campaña;
tuvimos un déficit de $5,000.00 s/c y nos vimos en apuros para cubrir ese
déficit.
La noticia de nuestros apuros llegó nuestro bondadoso amigo don
Carlos Castro Morales, entonces Director de los Ferrocarriles, quien llamó
al que esto escribe como Tesorero del Partido Socialista Obrero, a quien
ofreció recaudar entre sus amigos esa cantidad; previa deliberación de la
Directiva y sin olvidar aquello de “Quien te viste te desviste” y con recelo
tomó el acuerdo de aceptar la ayuda que don Carlos no ofreció.
El dicho don Carlos entregó la cantidad con la que pudimos cubrir
nuestro déficit. Sospechábamos del origen del dinero que recibimos como
ayuda apremiante obligados por la negativa cerrada de nuestro camarada
don José Dls. Sobrino Trejo, ya Presidente del H. Ayuntamiento, por
escrúpulos en la administración de los fondos municipales, cosa que
habíamos aceptado como justa y honrada.
Nos tardamos en notar que la política del gobierno tomaba nuevo
rumbo, apartándose de los senderos del socialismo y nos dimos cuenta
que nuestro amito don Carlos, supuesto recaudador de fondos entre sus
amigos y simpatizadores del Partido Socialista Obrero no nos había dicho
la verdad; desde entonces anduvimos con cautela; pero las cosas sucedie-
ron con bastante rapidez.
Por un movimiento político oculto se produjo un cambio en la Direc-
tiva de nuestro Partido, resultando don Carlos Castro Morales, Presidente.
Don. Carlos fue el segundo Presidente del Partido Socialista Obrero, quien
sustituyó a don Rafael Gamboa -Ravachol- como primer Presidente de
nuestro Partido, electo democráticamente.
El Gral. Salvador Alvarado alentaba la esperanza de ser Gobernador
Constitucional del Estado de Yucatán en el período que se aproximaba,
en 1918. Mas como otros militares que también eran Gobernadores y
Comandantes Militares de otros Estados de la República, alentaban la
misma esperanza de ser Gobernadores Constitucionales de las entidades
que gobernaban y siendo esto un problema que podía perturbar la paz
nacional, el Congreso Constituyente que se efectuaba en Querétaro en esas

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fechas 1916-1917, se trató el problema dado por resultado la nulificación
de esas aspiraciones. El Gral. Alvarado tuvo que acatar la resolución del
Constituyente. Nulificada esa aspiración del Gral. Alvarado a ser Gober-
nador Constitucional del Estado de Yucatán, se postuló al ferrocarrilero
Carlos Castro Morales a la candidatura de Gobernador del Estado de
Yucatán para el período constitucional de 1918-1921.
Se inicia la campaña electoral a favor de don Carlos, se altera la
Directiva del Partido Socialista Obrero y con esta alteración, la de su
doctrina y de nombre; el Partido Socialista Obrero no agrada a la gran
burguesía ni a la pequeña y mucho menos a los oportunistas y como estos
aún tienen influencia en las esferas gubernamentales consiguen el cambio
de nombre del Partido Socialista Obrero que tanto les mortifica y temen
a su arraigo y hacer posible su desaparición como al fin sucedió.
El Gral. Alvarado abandona su actitud democrática y trata de asegurar
a su amigo ferrocarrilero don Carlos el triunfo y éste piensa en un
compañero morenista que secunde el plan secreto trazado.
Una mañana fue citada la Junta Directiva del Partido Socialista Obrero;
los Directivos fuimos al lugar señalado residencia del Gral. Alvarado que
entonces se llamaba la “Quinta de los Alemanes” sobre la calle 59
Poniente al lado de la manzana del “Parque Centenario”.
El Gral. Alvarado se presentó ante la Junta Directiva de nuestro Partido
Socialista Obrero y sin ninguna explicación y autoritariamente dijo: Ante
algunos amigos del Gral. y de don Carlos, he decidido que Felipe Carrillo
Puerto sea el Presidente del Partido Socialista Obrero quien desde luego
asume la Presidencia y la dirección del Partido; algunos de nosotros
especialmente los que fuimos pinistas, Felipe fue morenista como don
Carlos Castro, protestamos por la forma antidemocrática del procedimien-
to del cambio de Presidente que sin derecho empleaba; esto irritó sobre-
manera a Alvarado y en forma de amenaza increpó a los disconformes.
Entonces el que esto escribe en forma correcta dijo:
-Gral. nosotros los socialistas tenemos que sostener los principios
democráticos; nosotros fuimos electos popularmente; pensamos que la
Democracia no es solamente la expresión de la voluntad de multitudes de
gente, ni menos la voluntad de un sólo hombre; seguimos pensando que
la Democracia no es solamente la expresión de una multitud; tiene que ser
la voluntad de la mayoría y que tengan una ideología definida y expresada
en una bandera que se levanta en la lucha por un Pueblo Progresista o
Reaccionario.
Visiblemente alterado Alvarado se dirigió a quien esto narra y hablo
de la Democracia y dijo rudamente: ¿Sabe Ud. quién soy?

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-Si Gral. Ud. es el Gobernador y Comandante Militar de nuestro
Estado; esto quiere decir que en su indignación puede mandarme a
ahorcar, y sin más tomado la libreta de los gastos del Partido abandonó el
local. De la gente que asistió al local del suceso, han muerto casi todos:
pero aún vive Rafael Gamboa (Ravachol) que fue testigo de lo asentado.
Estuve alejado del Gral. por temor de algún atentado hasta que un
mediodía se presentó a mi domicilio el Cap. Heredia, diciéndome por
orden del Gral. Alvarado me presentara inmediatamente a palacio y que
para esto estaba en la puerta su automóvil a mi disposición; me subí al
vehículo que me condujo a palacio y con temor me presenté al General.
Al verme me dijo: ¿Cómo le va Ravachol? Yo le contesté, aquí
obedeciendo su orden.
Sonriente me dijo: es para decirle que le he nombrado para que
juntamente con el Prof. Reyes -uno de los profesores que vino con el Prof.
Don Gregorio Quintero- y el Prof. Rodolfo Gamboa para que inmediata-
mente procedan a formular un plan y sus bases correspondientes a un
Ciudad Escolar Maya que vamos a crear, a la obra y que te vaya bien.
Procedimos de inmediato a la formulación del plan, sus bases y
estatutos de la “Ciudad Escolar Maya” y el trabajo se lo entregamos, y él,
a la obra y nombró Director del plantel al Prof. Gonzalo Gómez, otro de
los profesores que vino a Yucatán.
Salido del susto, nuestra amista se reanudó y fuimos buenos amigos
hasta los últimos momentos de su vuelta a Yucatán siempre con el
propósito de ser Gobernador Constitucional y tuvimos que ayudarlo a salir
del Estado pues temía por su vida.
Don. Felipe Carrillo Puerto ocupó la Presidencia del Partido Socialista
Obrero -el tercero en la presidencia- por imposición del General Alvarado
e insinuación de don Carlos Castro Morales.
Se empieza a desarrollar durante la presidencia de Carrillo Puerto
doctrinas más que socialistas, agrarias y de adaptación a los modos
políticos del momento.
Se procede a la agrupación de los campesinos en Ligas de Resistencia
hasta los lugares más apartados; y francamente el Partido Socialista
Obrero y pasa a ser Partido Socialista de Yucatán, las doctrinas marxistas
se mencionan; pero no se practican.
El Partido Socialista de Yucatán sostuvo e hizo triunfar la candidatura
de don Carlos Castro Morales, luchando contra la del Coronel Bernardino
Mena Brito, postulado por el Partido Liberal Yucateco.
La contienda electoral fue la más sangrienta de la época.

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La elección de don Carlos es reconocida y declarado el triunfo para
Gobernador Constitucional del Estado de Yucatán en el cuatrienio de 1918
a 1921. En el año de 1921 se suma al Partido Socialista de Yucatán las
Ligas de Resistencia fundadas en el Territorio de Quintan Roo y también
se une al Partido Socialista de Yucatán el Partido Socialista de Campeche
y el Partido Socialista de Yucatán se convierte en Partido Socialista del
Sureste, nuevo cambio de nombre, nuevas políticas. Las Ligas de Resis-
tencia se vuelven finalmente Ligas Gremiales.
Y así poco a poco se pierde su carácter de socialista y se diluye hasta
convertirse en parte de los Partidos Políticos en turno en México.

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