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Ponencia del Magistrado Doctor ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS.

VISTOS.-

Dio origen al presente juicio el hecho ocurrido el día 1º de enero de 1997, cuando
fue encontrado en la Autopista Regional del Centro a escasos metros de la primera estación
de gasolina de Tazón, el cuerpo sin vida del ciudadano Ubel José Chirinos, quien presentó
varias heridas por arma blanca.

La Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la


Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el 17 de noviembre de 1999,
con ponencia de la juez INGRID SIFONTES DE NIEVES, declaró sin lugar el recurso de
apelación ejercido contra la sentencia dictada por el Juzgado Sexto de Primera Instancia
para el Régimen Procesal Transitorio del Circuito Judicial Penal de la misma
Circunscripción Judicial, y confirmó la sentencia que CONDENÓ al imputado JOSÉ
MANUEL MEZA NIETO, venezolano, mayor de edad, soltero, comerciante, portador de
la cédula de identidad V-5.222.323, a cumplir la pena de QUINCE AÑOS DE
PRESIDIO, por haberlo encontrado responsable en la comisión del delito de
HOMICIDIO CALIFICADO EN GRADO DE COOPERADOR INMEDIATO,
previsto en el ordinal 1º del artículo 408 del Código Penal, en relación con el artículo 83
“eiusdem”. Así mismo lo condenó a las penas accesorias establecidas en la ley.
Notificada a las partes la sentencia dictada, el abogado ALEJANDRO JOSÉ
QUINTERO POLANCO, Defensor Definitivo del imputado JOSÉ MANUEL MEZA
NIETO, interpuso recurso de casación dentro del lapso previsto en el artículo 455 del
Código Orgánico Procesal Penal.

Emplazado el Fiscal Vigésimo Sexto del Ministerio Público de la Circunscripción


Judicial del Área Metropolitana de Caracas, para que diera contestación al recurso según lo
establece el artículo 457 del Código Orgánico Procesal Penal, no lo hizo y el expediente fue
remitido a esta Sala de Casación Penal.

Recibido el expediente en este Tribunal Supremo de Justicia se dio cuenta en Sala y


se designó Ponente al Magistrado que con tal carácter suscribe el presente fallo.

El 5 de abril del año 2000 se llevó a efecto la audiencia oral y pública convocada
por la Sala.

Cumplidos como han sido los trámites procedimentales, la Sala de Casación Penal
pasa a dictar sentencia en los siguientes términos:

PLANTEAMIENTO Y RESOLUCIÓN DEL RECURSO DE CASACIÓN


PRIMERA DENUNCIA

Con base en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, el Defensor
recurrente denunció la “contradicción o iligisidad (sic) manifiesta de la motivación” en la
sentencia dictada por la Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Para fundamentar su
afirmación el recurrente transcribió parte de las declaraciones de los ciudadanos Nurys
Coromoto Torres Espinoza, Merdedes Eloísa Caraballo, Julio Caguana González e Yvis
Neomar Piñero Suniaga y expresó que del contenido de tales declaraciones no se
desprendía culpabilidad alguna de su defendido en la comisión del delito que se le
imputaba, y que así lo había expresado el “a quo” al señalar: “del estudio de las
declaraciones de los ciudadanos Julio Caguana González, Nuris C. Torres Espinoza,
Aniuska Díaz Zuniaga, Rosario Segovia, Canelo Segovia Margarita, Ramos Segovia Vivian
Zuleima, Caraballo Mercedes, realizadas durante el período de evacuación de pruebas se
evidencia que si bien estos no admiten tener conocimiento de las causas de la muerte del
ciudadano Ubel José Chirinos ...”.

La Sala, al respecto, observa:

Analizada la sentencia impugnada se observa que no tiene el vicio que el Defensor


recurrente le atribuye, pues no existe contradicción ni falta de lógica en su motivación y los
hechos establecidos por el tribunal colegiado fueron el producto de un análisis comparativo
del material probatorio cursante en los autos.

La motivación de la sentencia implica expresar las razones lógicas y jurídicas


extraídas de los hechos probados en las actas del expediente y la subsunción de esos hechos
en el Derecho que más se adecue. Cuando la sentencia refleja esa labor, como sucede en el
presente caso, mal podría decirse que es contradictoria e ilógica. Por tales razones la
presente denuncia debe ser declarada sin lugar. Así se declara.

SEGUNDA DENUNCIA

Con apoyo en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal el recurrente
denuncia que la Corte de Apelaciones, para condenar a su defendido, aplicó la prueba de la
confesión obtenida ante el Cuerpo Técnico de Policía Judicial: y que tal medio de prueba
no está autorizado por la ley procesal penal vigente.

La Sala, al respecto, observa:

No es cierto el hecho alegado por el Defensor recurrente en el sentido de que la


sentencia condenatoria dictada por el tribunal “a quo”, en contra del imputado JOSÉ
MANUEL MEZA NIETO, se basó en la “prueba de confesión”, pues por el contrario la
Corte de Apelaciones en la sentencia impugnada afirma que “... el imputado no admite
haber participado en los hechos que ocasionaron la muerte de Ubel José Chirinos...”: por
lo tanto no pudo haber aplicación de la prueba de confesión, porque ésta no ha existido en
autos pues el imputado no admitió haber tenido participación en el hecho.

La circunstancia de que el sentenciador de alzada haya analizado la declaración


rendida por el imputado ante el Tribunal de Primera Instancia no significa que la haya
valorado como una confesión. Lo que significa es que para poder tomar su determinación
judicial analizó todos los elementos de prueba que aparecían en los autos, lo cual, huelga
expresar, es su deber para poder producir una sentencia que indique las razones de hecho y
Derecho que la motivan. Por tales razones la presente denuncia se declara sin lugar.

TERCERA DENUNCIA

Con base en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, el Defensor
recurrente denuncia que la Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones, de manera inmotivada e
ilógica, califica el delito de homicidio en el ordinal 1º del artículo 408 del Código Penal, sin
especificar cuál de las tantas acciones previstas taxativamente en ese dispositivo legal le
atribuye al imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO y sin indicar cuáles fueron las
acciones que supuestamente ejecutó su defendido para considerarlo cooperador inmediato
en la comisión del delito.

La Sala, al respecto, observa:

En principio el juez está en el deber de indicar expresamente cuál de las


circunstancias contempladas en el ordinal 1º del artículo 408 del Código Penal es la que
califica al delito de homicidio; sin embargo, la falta de cumplimiento de ese requisito no
necesariamente conlleva la nulidad de la sentencia, pues si de la motivación se desprende
con claridad cuál es la circunstancia calificante, la nulidad sería innecesaria e
inconstitucional además porque el objetivo de hacer justicia de modo diáfano está
cumplido.

En el presente caso el tribunal “a quo” puso de manifiesto lo pueril del motivo de la


muerte del ciudadano Ubel José Chirinos y lo alevoso de la misma, cuando expresó: “Del
análisis de las actas que cursan en autos ha quedado demostrado que el ciudadano José
Meza el día 01-01-97 sostuvo una discusión con Ubel José Chirinos en horas de la
madrugada cuando este irrespeto (sic) a la suegra del imputado. Trayendo esto como
consecuencia que el imputado en compañía de José Alexander Aponte Segovia llevaron al
occiso en el camión cava blanco propiedad del imputado hacia Tazón, lugar donde le
fueron propinadas varias heridas punzo penetrantes al hoy occiso, quien debido a su
estado de embriaguez no pudo defenderse de la agresión de que fue objeto y que trajo
como consecuencia su muerte”.

Con respecto al hecho de que la recurrida no expresa por qué se condena al


imputado como cooperador inmediato, vale idéntico motivo al expuesto entorno a la
circunstancia calificante: la falta de indicación expresa no acarrea necesariamente la
nulidad de la sentencia, siempre y cuando de su motivación se desprenda ese porqué.

En criterio de la Sala, del texto de la sentencia se puede claramente saber que el


hecho de haber participado y facilitado el vehículo en el cual fue trasladado el ciudadano
hoy occiso al lugar lejano y despoblado donde le dieron muerte, fue la circunstancia que
motivó al “a quo” para considerarlo cooperador inmediato en la comisión del hecho punible
imputado, según lo dispuesto en el artículo 83 del Código Penal.

Por tales motivos la denuncia analizada debe ser declarada sin lugar. Así se declara.

NULIDAD DE OFICIO POR MOTIVOS DE JUSTICIA Y EN BENEFICIO


DEL REO

La Corte de Apelaciones no tomó en consideración una serie de circunstancias que


deben operar como diminuentes en esta causa: 1) Es obvio que el imputado tuvo un acceso
de cólera cuando el ciudadano UBEL JOSÉ CHIRINOS irrespetó de palabra y obra (entró
sin camisa o semidesnudo) a la esposa del imputado y encima en el propio hogar del
imputado. Esta circunstancia fue de mucha trascendencia: el irrespeto a la esposa del
imputado, bien puede estimarse como un irrespeto a la persona misma del imputado por
obvias razones. Y no se consideró a fondo esta circunstancia, como lo demuestra el hecho
de que la sentencia asegura (folio 209) que el irrespeto de la víctima se produjo contra la
suegra del imputado, lo cual es falso porque fue contra la esposa y esto tiene una mayor y
evidente gravedad. 2) Es también obvio que la fecha y hora (1º de enero en la madrugada)
es propicia al exceso de toda índole (alcohol y drogas por ejemplo) y el ambiente es todo de
mal signo por la agresividad y violencia expresa e implícita: carreras, gritos, mucho ruido y
agresión sónica (como música al más alto volumen) y peligrosos detonantes que incluso a
veces lanzan unos contra otros. Y aunque no consta que el imputado haya estado ebrio o
drogado (tampoco consta lo contrario), es indiscutible que sí habría un entorno etílico que
reforzó la determinación homicida del imputado.

Ambas circunstancias produjeron un arrebato en el imputado. Éste sufrió una


evidente e injusta provocación que le causó una ira rayana en el enajenamiento temporal, lo
cual no es desmentido por su prolongación en el tiempo ya que a veces la psique así
alterada mantiene hasta por horas un estado patológico de arrebato o de intenso dolor y en
este sentido existe desde antiguo el brocárdico “perseverante calore iracundiae” (“el
perseverante calor de la ira”) para referirse a los delitos cometidos en ese ínterin. Ese estado
anímico de iracundia e irregular por tanto, siempre configura una voluntad imperfecta. La
indagación psicológica en el homicidio es indefectible cuando hubo cólera e ira causada por
injusta provocación. Este proceso psicológico, que se alonga en todo el “íter criminis”,
perturba la normalidad de la consciencia y de la voluntad. Y es justiciero reconocer allí una
atenuación.

La Sala considera que el imputado cometió el homicidio en un momento de


arrebato, determinado por la injusta provocación de la víctima. Y que por ende le debe ser
aplicado el artículo 67 del Código Penal y disminuida su pena.

La anterior consideración acarrea la nulidad de la penalidad y del dispositivo del


fallo en cuanto a la pena impuesta al imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO. Y de
acuerdo con la parte “in fine” del artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal,
corresponde a la Sala de Casación Penal hacer la rectificación de la pena impuesta.

DECISIÓN

En virtud de los razonamientos antes expuestos, este Tribunal Supremo de Justicia,


en Sala de Casación Penal, administrando Justicia, en nombre de la República, y por
autoridad de la Ley, declara: Primero: SIN LUGAR el recurso de casación interpuesto por
el Defensor Definitivo del imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO, contra la decisión
dictada el 17 de noviembre de 1999 por la Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Segundo: ANULA DE OFICIO la penalidad y la parte dispositiva del fallo dictado por la
Sala Nº 9 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el 17 de noviembre de 1999, en cuanto la pena
impuesta al imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO.

RESOLUCIÓN SOBRE EL MÉRITO DEL ASUNTO OBJETO DE LA NULIDAD


Con estricta sujeción a lo antes declarado en el cuerpo de esta decisión y de acuerdo
con el artículo 460 del Código Orgánico Procesal Penal, la Sala deja firme la sentencia
dictada por la Sala Nº 8 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, en todo lo que no ha sido objeto de la nulidad de oficio e
impondrá de seguidas la pena aplicable a JOSÉ MANUEL MEZA NIETO.

PENALIDAD

La pena a ser impuesta al imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO es de DIEZ


AÑOS DE PRESIDIO, por la comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO EN
GRADO DE COOPERADOR INMEDIATO, previsto en el ordinal 1º del artículo 408 del
Código Penal, en relación con el artículo 83 “eiusdem”, rebajada en un tercio de acuerdo
con lo establecido en el artículo 67 “ibídem”. Así mismo le serán impuestas las penas
accesorias establecidas en los artículos 13 y 34 del Código Penal.

DISPOSITIVA

Este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, en virtud de todo lo


anteriormente expuesto, administrando Justicia, en nombre de la República y por autoridad
de la Ley, CONDENA al imputado JOSÉ MANUEL MEZA NIETO, venezolano, mayor
de edad, soltero, comerciante y portador de la cédula de identidad V- 5.222.323, a cumplir
la pena de DIEZ AÑOS DE PRESIDIO y a las accesorias de ley correspondientes, por la
comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO EN GRADO DE COOPERADOR
INMEDIATO, previsto en el ordinal 1º del artículo 408 del Código Penal, en relación con
el artículo 83 “eiusdem” y los artículos 13 y 34 “ibídem”; pena ésta que en definitiva
terminará de cumplir en el establecimiento carcelario designado por el Ejecutivo Nacional.

Queda en estos términos corregida la sentencia dictada por la Sala Nº 9 de la Corte


de Apelaciones del Circuito Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el 17 de
noviembre de 1999.

Publíquese y regístrese.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia,
en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los DIECISÉIS (16) días del mes de MAYO del
año dos mil. Años 190º de la Independencia y 141º de la Federación.

El Presidente de la Sala,

JORGE ROSELL SENHENN


El Vicepresidente,

RAFAEL PÉREZ PERDOMO


El Magistrado,

ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS


Ponente

La Secretaria,

LINDA MONROY DE DÍAZ

Exp. Nº 00-108
AAF/sd
 

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