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1
CASSIRER, Ernst, Antropología Filosófica. Fondo de Cultura Económica, México, 1963. Páginas 47-48.
saber se articula en torno a distintas interrogantes impuesta por la noción de verdad y por
la concepción del ente que fundamenta dicha época: el problema del ser, el problema del
conocimiento verdadero, el problema del hombre.
2
Ver comentario de J. Tricot en: ARISTÓTELES, Organon. Librairie Philosophique J. Vrin, Paris, 1946. Página 7, nota 1. Allí
afirma que, pese a cierta imprecisión en torno a la noción misma de sustancia, la sustancia primera es el individuo, el
compuesto de materia y forma.
3
DESCARTES, René. Discurso del Método, Meditaciones Metafísicas, Reglas para la Dirección del Espíritu, Principios de
la Filosofía. Porrúa, México, 1995, decimosegunda edición. Página 21.
el flujo de experiencias sicológicas a un sujeto. Es decir, se trata de una generalización
ilegítima a partir de la experiencia, al igual que las ideas de sustancia y causalidad4 .
En la primera mitad del siglo XX la cuestión del sujeto nuevamente se habría de situar
al centro de la discusión filosófica y, pese a la aparente continuidad de un problema que
reaparece, el fondo del problema no se asienta en una reflexión ontológica, ni
cognoscitiva. Por el contrario, desde fuera del campo de la filosofía, la investigación
teórica y la experiencia clínica condujeron al psicoanalista Jacques Lacan a inaugurar una
crítica de la concepción de sujeto, en el marco de un “retorno” a la obra de Freud.
4
Ver HUME, David. Investigación sobre el Entendimiento Humano. Losada, Buenos Aires, 1945. LOCKE, John. Ensayo
sobre el Entendimiento Humano. Fondo de Cultura Económica, Bogotá, 1994. Páginas 71, 275 – 276.
5
TORRETTI, Roberto. Manuel Kant: Estudio sobre los Fundamentos de la Filosofía Crítica. Ediciones Universidad de Chile,
Santiago, 1967. Página 154 y siguientes.
6
DELEUZE, Gilles. “¿En qué se reconoce el estructuralismo?”. En: AAVV, Historia de la Filosofía. Ideas, doctrinas. Tomo
IV. Espasa-Calpe, 1976. Páginas 567-599.
En el psicoanálisis de Lacan, la concepción freudiana según la cual la conciencia del
hombre se halla escindida por la censura de un ámbito inconsciente, es reelaborada y
profundizada sobre la base del paradigma ofrecido por la lingüística estructural7. En esta
renovadora y controversial perspectiva, el individuo humano es un sujeto, en tanto que es
constituido como tal por un orden simbólico, por tanto debe mediar a través del lenguaje
su devenir humano. De esta forma, lejos de evocar una condición de sustrato, fundamento
ontológico o cognoscitivo, la reflexión acerca del sujeto, en Jacques Lacan, se orienta a
más bien a mostrar que el sujeto no está allí donde filosofía de la conciencia, la teoría del
conocimiento y la psicología del yo le han buscado siempre8.
Una de las líneas de trabajo que Michel Foucault desarrolló en sus últimas obras se
ha denominado “hermenéutica del sujeto”9. La finalidad de ésta ha sido poner de
manifiesto las estrategias y los modos en los cuales la sexualidad llegó a constituirse en
una experiencia moral, y ésta en una suerte de dispositivo cultural capaz de operar como
una instancia productora de subjetividad.
7
RIFFLET-LEMAIRE, Anika, Lacan, Buenos Aires, Sudamericana, 1992. Página 37-76.
8
FRANK, Manfred, Qu’est-ce que le Neo-structuralisme?. Cerf, Paris, 1989. Página 239.
9
Un libro acerca de este tema y con este mismo nombre, que ha sido editado por Fernando Álvarez Uría, reúne las
lecciones brindadas por Foucault durante 1982 en el College de France. FOUCAULT, Michel, Hermenéutica del Sujeto,
Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1994.
10
Esta conferencia, junto a otros artículos fue editada por Paidós. Ver FOUCAULT, Michel, “Tecnologías del Yo”, en:
Tecnologías del Yo, y otros textos afines, Barcelona, Paidós, 1990.
11
FOUCAULT, Michel Tecnologías del Yo, y otros textos afines, Barcelona, Paidós, 1990. Página 48.
a las fuentes clásicas grecorromanas, principalmente a las tradiciones estoica y cristiana,
persigue justamente revisar desde allí el desarrollo de este proceso.
12
FOUCAULT, Michel, Op. cit. Página 139 – 140.
13
FOUCAULT, Michel, Op. cit. Página 182.
14
FOUCAULT, Michel, Op. cit. Página 181.
15
Jurgen Habermas discute minuciosamente planteamientos de Foucault en relación con la subjetividad y se opone a ellos,
fundamentalmente, porque su dependencia de una filosofía de la conciencia le impide dar cuenta real de este proceso y
porque ello le termina llevando a desconocer los logros emancipatorios del pensamiento moderno. Ver, HABERMAS,
Jürgen, El Discurso Filosófico de la Modernidad, Taurus, Madrid, 1989. Páginas 319 – 349.
filosófica según la cual el sujeto es una realidad dada de antemano, es explícitamente
postulada en un curso dictado en el College de France en 1976. En esa oportunidad
planteó una idea que es el fundamento de esta tesis, al sostener que “lo que hace que
un cuerpo, unos gestos, unos discursos, unos deseos sean identificados como
individuos, es en sí uno de los primeros efectos del poder. El individuo no es el vis-
a-vis del poder; es, pienso, uno de sus primeros efectos”16.
Un segundo caso llamativo lo ofrece nuestra Universidad, con sus campus abiertos
y espaciosos. En particular, el Foro Universitario que en cuanto obra arquitectónica, ha
sido objeto de toda clase de prescripciones, técnicas y estéticas, que definen la forma de
su diseño y el proceso de su construcción.
18
DELEUZE, Gilles, Foucault, Paidós, Barcelona, 1987. Página 128.
complemento como su inmediata consecuencia, el cual será expresado en una reflexión
interna. Toda la producción simbólica de una cultura, su religión, su arte y su filosofía, está
también en lo urbano, pero no al modo de un significado que habitase un cuerpo
significante. Esta presencia define y establece unas técnicas del cuerpo que, en una
suerte de pedagogía absoluta, prescriben un tipo de interioridad codificada en un saber
moral19. Es por ello que las palabras de Platón parecen adquirir nuevos colores al ser
leídas sobre el fondo de esta tesis:
“...quizá haya en el cielo un modelo de ella [la ciudad] para el que quiera mirarlo y
fundar conforme a él su ciudad interior...”20
De esta forma, la tesis aquí planteada encuentra su cabal formulación al postular una
correlación entre sujeto y ciudad bajo la forma de una relación constituyente. En esta
íntima imbricación se plantea que si la subjetividad humana no constituye una sustancia,
sino que es el resultado de su acceso a un orden simbólico, y que si este acceso está
determinado por circunstancias históricamente configuradas, entonces el discurso urbano
posee la excepcional peculiaridad de ser una forma de subjetivación. En este discurso las
transformaciones que la ciudad experimenta como resultado de los avatares y estrategias
que se dan al interior de ella como dispositivo, tienen su correlato, finalmente, en un tipo
de subjetividad que es consistente con estas transformaciones.
19
DELEUZE, Gilles, Op.cit. Página 135.
20
República, 592 b.