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EVALUACIÓN DEL ESTUDIANTE

Helena Latorre Borrero


Santafé de Bogotá

Pedro Alejandro Suárez Ruiz


Profesor Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Tunja

Santafé de Bogotá D.C.


Julio de 1999.
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TABLA DE CONTENIDO

Página

INTRODUCCION

JUSTIFICACION

1. LA PROBLEMATICA DE LA EVALUACIÓN ESCOLAR.


1.1 El marco de la problemática educativa.
1.2 Evaluación del aprendizaje
1.3 Ubicación teórica de la problemática de la evaluación.
1.4 La evaluación del sistema educativo.

2. TALLERES DE CONSTRUCCIÓN DE LA EVALUACIÓN

Taller 1: Parámetros de reflexión sobre evaluación


Taller 2: Nuevas concepciones y papeles en la evaluación
Taller 3: A quién y qué evalúa la evaluación del aprendizaje
Taller 4: Indicadores de logro y comisiones de evaluación

3. PREGUNTAR, SUGERIR Y DETERMINAR LOS COMPONENTES DE UN MODELO DE


EVALUACIÓN

3.1 Preguntar para orientar la reflexión y sugerir


3.2 La evaluación del estudiante
3.3 Criterios y principios de un modelo de evaluación escolar
3.4 Administración del proceso evaluativo

4. UN MODELO EVALUATIVO DEL APRENDIZAJE DEL ALUMNO


4.1. Referente teórico del modelo
4.2 La evaluación del estudiante
4.3 Criterios y principios del modelo
4.4 Administración del proceso evaluativo

BIBLIOGRAFIA
INDICE DE GRAFICAS
INDICE DE CUADROS
INDICE DE LECTURAS
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INDICE DE GRAFICAS

Gráfica Nº. 1. Qué evaluar y qué aprender


Gráfica Nº. 2. Relación alumno-docente
Gráfica Nº. 3. Componentes conceptuales
Gráfica Nº. 4. Integración de proyectos de aula
Gráfica Nº. 5. Integración de proyectos de formación:

INDICE DE CUADROS

Cuadro Nº. 1. Modelos curriculares


Cuadro Nº. 2. Paradigma cuantitativo.
Cuadro Nº. 3. Paradigma cualitativo.
Cuadro Nº. 4. Papeles en la evaluación (1)
Cuadro Nº. 5. Papeles en la evaluación (2)
Cuadro Nº. 6. Diferencias cuantitativas
Cuadro Nº. 7. Diferencias cualitativas
Cuadro Nº. 8. Variables internas y externas del aprendizaje

INDICE DE LECTURAS

1. Evaluación y fines de la sociedad y del Estado


2. Reducciones de la evaluación
3. La evaluación cualitativa y cuantitativa.
4. Influencia de las teorías cognitivas en la relación docente-alumno
5. Diferencias del conocimiento experto y novato
6. Teorías sobre evaluación del aprendizaje
7. Las causales de diferencias en el aprendizaje
8. La evaluación integral
9. Significado y usos del concepto logro
10. Constituir grupos de docentes por grado
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INTRODUCCION

El proyecto educativo colombiano para la Educación Preescolar, Básica y Media


dispuesto en la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) implican
transformaciones en los procesos y componentes pedagógicos, pero con especial
énfasis en la evaluación de todos los componentes del sistema: el sistema mismo,
los centros escolares y la formación del alumno. La atención principal se ha puesto
en la problemática relacionada con el rendimiento y en la promoción escolar, aunque
no por ello dejan de ser fundamentales los demás.

Como tal, éste es un proyecto de renovación social que aspira al éxito y por lo
tanto requiere una transformación de algunas de las pautas por las que se orienta la
actuación del profesorado. No en vano el docente se constituye, junto con los
alumnos, en el protagonista de los procesos de enseñanza-aprendizaje; es
precisamente el maestro y las instituciones escolares quienes como mediadores de
la formación de sus alumnos, elaboran los planes y desarrollan las estrategias
necesarias para que el deber ser de Nación que se expresa en la Constitución de
1991, los fines que se plantean en la Ley General de Educación, y las políticas de
apertura que rigen las relaciones internacionales, se lleven a cabo en la práctica
educativa y se enriquezcan para atender a las necesidades de las regiones, así
como a la individualidad y la diversidad de sus alumnos.

Desde esta perspectiva, es indispensable abrir espacios de reflexión individual


para que el docente, mediante la toma de conciencia sobre los fundamentos de su
propia acción pedagógica, del conocimiento de sus límites y posibilidades
profesionales, asuma una dinámica de mejoramiento permanente apoyado en la
confrontación de su quehacer con los demás colegas y con la teoría que sobre el
tema se encuentra tanto a nivel nacional como internacional.

Este es un reto que riñe con actitudes de facilismo o de desgano, de abandono o


de rutina, y por ello requiere mantener altos niveles de motivación, así como la
oferta permanente de programas de formación que aseguren la cualificación de los
docentes y la reflexión crítica sobre su labor.

La Ley 115 y el Decreto 1860 de 1994 reclaman una nueva preparación del
profesorado acorde con el papel educativo que éstos le exigen para cumplir con
altos niveles de participación y de interacción con los demás miembros de la
comunidad; papel que se caracteriza por:

• El apoyo para la formación integral.(Art. 5 de la Ley 115).


• Su labor como orientador del alumno (Art. 40 del Decreto 1860/94).
• La tarea de asesor de formación y desarrollo curricular (Art.78 de la Ley
115/94).
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• La pertenencia que debe tener a equipos interdisciplinarios para desarrollar los


Proyectos Pedagógicos (Lit. 6, art.14 del Decreto 1860/94).
• Su pertenencia a las comisiones evaluadoras y de promoción. (Art.50 del
Decreto 1860/94).

Como respuesta a estas necesidades ofrecemos Evaluación del Estudiante:


Teoría y componentes de un modelo, dirigido a docentes de educación prescolar,
básica y media, así como a estudiantes y profesores de las facultades de educación
por cuanto es urgente brindar ambientes que motiven la reflexión sobre sus
prácticas pedagógicas, sobre las concepciones que cada uno de los maestros tiene
como fundamento para las mismas, y sobre la coherencia de unas y otras con las
propuestas que hay en las instituciones a las que pertenecen; así mismo, es
necesario brindar herramientas que les faciliten el desarrollo de la evaluación por
comités, la determinación de indicadores de logro que trasciendan el interés
particular de un área y que se involucren en la totalidad de cada grado y de cada
institución.

El cuerpo de la obra responde a la necesidad de tomar posiciones individuales en


relación con la problemática de la evaluación para confrontarla con otros miembros
de la comunidad educativa y con el libro mismo; por esta razón se desarrollan
talleres que permiten al lector la realización de un proceso de aprendizaje mediante
la toma de conciencia frente a los aspectos de la evaluación que se proponen; para
ello, la obra está diseñada con base en lecturas cortas que orientan la reflexión, en
ejercicios individuales y grupales y en momentos de socialización.

Para generar dicho proceso se desarrollan cuatro partes: en la primera se


contextualiza la evaluación en el ámbito del sistema educativo y se introduce una
reflexión sobre la interpretación de la evaluación en el marco legal; en la segunda
parte se ofrecen cuatro talleres apoyados en lecturas que alimentan la discusión
entre maestros; estos talleres se exponen en una secuencia que si bien no es
obligada, tienen como finalidad partir de la reflexión sobre las propias concepciones
de evaluación para avanzar hacia la evaluación interactiva. En la tercera parte se
ofrece un marco general del sistema educativo y el currículo para orientar la
reflexión sobre la evaluación en cada institución educativa y en la cuarta parte se
proponen los componentes para la conformación de un modelo evaluativo coherente
con el medio socio-cultural en el que se desarrollan y crecen nuestros estudiantes.
Finalmente, aunque la bibliografía hace parte de toda publicación, es necesario
referirla como parte fundamental y soporte a los talleres, porque recurrir a ella puede
ser útil para confrontar la reflexión.

Es importante anotar que este no es un libro para ser leído en la secuencia en


que se expone, ni para agotarlo en un tiempo corto, sino para ser discutido,
cuestionado, para buscar el apoyo a la reflexión en la lecturas propuestas, para
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recurrir a la bibliografía que se sugiere, para orientar la discusión sobre las


propuestas de evaluación que deseen desarrollar en cada comunidad y en cada
contexto. Es un libro que no puede concluirse y que en ningún momento pretende
exponer formas de realizar acciones; en cambio mantiene como interés central el
generar reflexión tanto individual como colectiva para que cada uno busque las
estrategias y las acciones más adecuadas a su contexto y amplíe la fundamentación
teórica en la que encuentren vacíos conceptuales.

JUSTIFICACION

La política educativa relacionada con la evaluación escolar desde principios de


este siglo ha estado centralizada y jerarquizada; es decir, ha obedecido a normas
comunes a nivel nacional y a una autoridad, la del Estado representado en el
maestro. En la historia educativa del país poco han variado las prácticas evaluativas
y se han reducido a las acciones que lleva a cabo el docente sobre el desempeño o
el rendimiento del alumno con base en la calificación numérica, para efectos de
promoción con criterios y modalidades homogéneas; en tal sentido, la evaluación se
ha limitado a una de sus funciones: informar para acreditar al alumno y a la escuela
ante la sociedad. Esa misma reducción ha hecho que se olviden las demás
funciones de la evaluación del aprendizaje orientadas a la acción en relación con el
currículo, la didáctica, la administración escolar, entre otras.

En los últimos años ha generado gran interés por parte de los expertos sobre el
tema y de los docentes del país, como se evidencia en la demanda de capacitación
al respecto o en las múltiples publicaciones nacionales sobre el mismo; dicho interés
ya despertado por la reglamentación sobre Promoción Automática, se intensificó con
la promulgación de la Ley 115, en especial por los cambios en la denominación de
evaluación cualitativa por logros y por la promoción para básica secundaria. Sin
embargo, las evidencias muestran que la situación no va a cambiar, al menos en el
corto plazo, mientras sigan existiendo las calificaciones realizadas con base en
indicadores de los niveles de conocimientos alcanzados por los alumnos, y con
docentes que han tenido una formación muy heterogénea, que enseñan a
estudiantes de extracción socio-cultural también muy heterogénea y que aplican
criterios de exigencia muy diversos, en los que no se tienen en cuenta esas
diferencias en los alumnos y en sus parámetros de evaluación.

Para romper con tales condiciones del contexto educativo colombiano, se hace
necesario generar cambios de actitud en los docentes; reflexionar sobre las
prácticas evaluativas es una actitud que debe ser permanente en los docentes,
máxime si se tiene en cuenta el carácter cambiante del sujeto de la evaluación, el
alumno, inmerso en una sociedad en constante transformación.
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En tal sentido el texto Evaluación del Estudiante: Teoría y componentes de


un modelo, aporta a su formación integradora como educador y amplía su visión de
la evaluación, proceso en el que se han implementado muchos cambios
relacionados con aspectos puntuales y aislados, más referidos a la forma de evaluar
que a transformaciones fundamentales en todo el ámbito de los procesos
pedagógicos. Con especial énfasis, los talleres apuntan a cualificar su desempeño
docente en el aula dado que, en cuanto cada maestro tome conciencia de las
acciones educativas que realiza, de su fundamentación, de su pertinencia y
finalidad, y se confronte teóricamente podrá iniciar un proceso real de cambio a
partir de sus propias limitaciones así como aprovechar sus posibilidades para
responder a la demanda de idoneidad y mejoramiento profesional que hace la Ley
115 de 1994 en los artículos 110 y 119.

1. LA PROBLEMATICA DE LA EVALUACIÓN ESCOLAR.

Cualquier reflexión sobre el devenir de la educación y cualquier empresa de


renovación sólo adquieren sentido si descansan sobre un balance riguroso de lo
existente. Esto es más importante para la educación en tanto que es objeto de
debates permanentes, incluso punzantes en los que dominan los prejuicios, los
falsos juicios, los parámetros inequitativos de calidad y las convicciones ancestrales;
en este balance, la evaluación cobra importancia dada la dinámica cambiante de la
educación como realidad constituida sobre la base de la interacción humana,
dinámica que hace más relevante la necesidad de seguir permanentemente el curso
de tales transformaciones y poder aprovecharlas en beneficio máximo del desarrollo
pleno del alumno y de la comunidad de la que hace parte.

La problemática de la evaluación escolar, como objeto de análisis de este capítulo,


se puede delimitar teniendo en cuenta el componente histórico legal, el componente
contextual y el componente teórico; tal delimitación debe comprender no solo la
evaluación del aprendizaje sino también la evaluación de los demás componentes
del sistema educativo. Para este fin es necesario tener en cuenta las demandas que
a nivel internacional se están haciendo a la educación y el marco legal de la
educación según la Ley 115 de 1994.

1.1 El marco de la problemática educativa.

La política educativa colombiana ha sufrido grandes cambios en sus metas como


consecuencia de las transformaciones sociales, económicas y políticas del mundo
entero; la sociedad ha vuelto su mirada a la educación demandando de ella
resultados mucho más efectivos que superen los retos de cobertura, recursos físicos
y materiales o recursos docentes, y se orienten por el concepto de calidad de vida,
de manera que el país pueda tener altos niveles de competitividad en el plano
nacional e internacional.
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1
Al respecto, Magendzo (1996) explica que la competitividad a la que debe aspirar
cada nación no es una condición de comparatividad con los demás países para
homologarse a ellos sino como la capacidad de inserción en el ámbito internacional,
dada la diversidad e idiosincrasia de cada región; dicha competitividad le debe
permitir elevar la calidad de vida de sus comunidades al aprovechar los recursos
disponibles apoyándose en la diversidad y en el conocimiento que pueda agregar
valor a la producción.

También Alvin Toffler, en la conferencia dictada para Colombia sobre “La Tercera
Ola” y con base en su obra escrita al respecto, se refiere al tema y describe los
cambios que ha sufrido la humanidad al pasar primero de un desarrollo agrícola a un
desarrollo industrial y actualmente, avanzar en un desarrollo que denomina de
Tercera Ola. En la primera etapa la producción se centró en la agricultura de tal
forma que las relaciones sociales, económicas y políticas giraron en torno a ella. En
la segunda fase se llevó a cabo un gran desarrollo industrial caracterizado por la
producción en serie, la masificación de ésta y por lo tanto, del consumo y la oferta;
así mismo se masificó la educación y se consideraron como indicadores de calidad
la cobertura y la retención, los índices de alfabetización, la calificación de la mano
de obra capaz de trabajar en producciones en serie. Hasta este momento los
factores de producción y desarrollo fueron la tierra, el trabajo, el capital y la
tecnología pero los países que carecían de algunos de ellos no podían avanzar.

La tercera fase que describe Toffler hace referencia a los cambios que se están
gestando caracterizados por una desmasificación de la economía, de la política, de
la producción y por el rescate de la diversidad y la atención a la individualidad;
también son claros los cambios en la gestión empresarial, proceso apoyado por los
avances tecnológicos y las posibilidades de comunicación que potencian la
interactividad y la participación de cada trabajador. Estas condiciones se han
desarrollado gracias a que el conocimiento ha entrado a ser el factor decisivo de la
producción puesto que permite optimizar el uso de las condiciones disponibles y
producir para atender con oportunidad la diversidad en las necesidades con los
mismos o menores costos. En el desarrollo de esta nueva etapa se requieren
personas capaces de realizar tareas complejas, de utilizar los conocimientos y la
información disponible para adecuarlas y transformarlas apoyados en su capacidad
intelectual que les permite agregar valor a su trabajo.

Sin embargo el debate sobre los fines de la educación, y en particular de la


evaluación, debe tener una visión más amplia que la consideración sobre el
conocimiento como factor de producción y de capacidad competitiva; se requiere
poner sobre la mesa un componente que comprende el anterior y corresponde a la
crisis de la modernidad, tema desarrollado con amplitud por Magendzo (1996). El
1
. MAGENDZO, Abraham. Curriculum, Educación para la democracia en la modernidad, Editorial
Impreandes, Santafé de Bogotá, 1996.
9

autor expone que la problemática de la modernidad se puede comprender teniendo


en cuenta cuatro crisis generadas por un estado permanente de transformación de
la sociedad: la crisis de fe, la crisis de valores, la crisis de identidad y la crisis
epistemológica.

La crisis de identidad se origina en la masificación que lleva a que la persona sea


invisible para su comunidad próxima como individuo con características singulares;
como consecuencia de tal situación, las personas comprenden que deben ser
iguales a todos y atender a las demandas externas para ser aceptadas en una
comunidad, para perderse en ella, y allí tienden a aislarse al no sentirse miembros
importantes de un proyecto, al no ser tenidos en cuenta en sus capacidades y en sus
limitaciones, al ser considerados como uno más del grupo. La manifestación de tal
crisis es la falta de pertenencia y compromiso en los espacios de interacción de las
personas.

La crisis de fe se manifiesta en la incredulidad sobre la posibilidad de ser más y de


cambiar, así como en la falta de confianza en el futuro; esta característica exige de
la educación procesos de reflexión y toma de conciencia para que los cambios que
se generen sean sostenidos y acordes con las necesidades de su comunidad.

La crisis de valores expresa en la relativización de los valores, la ausencia de una


ética que trascienda la manipulación en las relaciones de poder y de control. La
evaluación tiene un papel primordial en la medida en que se constituya en un acto
ético y especialmente caracterizado por la honestidad y la justicia, un acto que
permita la participación y la equidad en las oportunidades, una evaluación que deje
de ser selectiva y se constituya como promotora de la persona y la comunidad.

La crisis epistemológica está determinada por el poder que tiene el conocimiento, el


énfasis que se da al conocimiento positivista universal como lo único válido y valioso,
de modo que se desconoce y se minimiza lo particular; se subvalora la cultura de la
vida cotidiana y el conocimiento con identidad particular inscrita en un contexto
específico, así como el conocimiento que surge de la experiencia personal. Esta
preponderancia del conocimiento de lo humano regido por las ciencias exactas ha
llevado a la pérdida de la individualidad y a desconocer la multiculturalidad como
posibilidad.

Estos cuatro aspectos ponen en evidencia la necesidad de una concepción


evaluativa que tenga como centro la persona del alumno, la persona del docente, la
persona del padre de familia, la institución como unidad constituida por una
comunidad con identidad propia, todas ellas comprendidas desde la individualidad y
la diversidad que las caracteriza y que les permitiría su desarrollo pleno.

Con transformaciones de esta magnitud se debe modificar significativamente el


interés de la sociedad por homogeneizar a sus ciudadanos buscando con mayor
preocupación el rescate de la diversidad y el desarrollo de cada uno de acuerdo con
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sus características individuales. Dichos cambios deben incidir en las metas de la


educación y la forma como se aborda el conocimiento desde la escuela, abordaje
centrado durante muchos años en la repetición de contenidos ya elaborados y
acabados (Mario Díaz, 1996)2; además se debe establecer otro tipo de relación
pedagógica, otras formas de participación de los actores de la comunidad educativa
y otros procesos de evaluación del aprendizaje.

Ante tal desafío, desde hace algunos años el sistema educativo colombiano ha
determinado transformaciones en su estructura organizativa, en sus formas de
gobierno y de supervisión, en los espacios de participación de los actores de las
comunidades escolares, y en particular, en los sistemas de evaluación y promoción;
dichas transformaciones se han implementado mediante la Renovación Curricular
en el Decreto Nº. 1002 de 1984, la Promoción Automática con la Ley 088 de 1976 y
reglamentada mediante el Decreto 1469 de 1987, y recientemente con la Ley
General de Educación (Ley 115 de 1994) y sus decretos reglamentarios.

Como respuesta a las exigencias de la Ley 115 de 1994, la Resolución 2151 de


1994, el Decreto 1860 de 1994, los Lineamientos Generales de Procesos
3
Curriculares (1994) , la Resolución 2343 de 1996 y los lineamientos generales sobre
evaluación contenidos en “La evaluación en el aula y más allá de ella“ (MEN, 1997)
4
, es común hoy día hablar de evaluación cualitativa para referirse a la evaluación
del aprendizaje que practican algunas instituciones de educación básica. Sin
embargo, estos documentos no exponen una fundamentación sólida en las teorías
del aprendizaje ni en las teorías de la evaluación, que permita caracterizar la
evaluación como cualitativa y referida al alumno aunque así la enuncia.

Al respecto se puede leer en los lineamientos sobre evaluación (1997:19): “es


interesante analizar cualquier teoría pedagógica desde el problema del conocimiento
y estudiar, por ejemplo, los planteamientos del Círculo de Viena, de la Escuela de
Frankfort, de la Epistemología Genética y del Racionalismo Crítico,’’(1997:19) y
espera que en ellos se fundamente la evaluación escolar, sin tener presente que son
diferentes las teorías que fundamenten la evaluación y las que fundamentan el
aprendizaje, aunque no puede desconocerse las segundas para el estudio de la
primera; agrega que se pueden consultar autores como Carnap, Habermas, Piaget y
Popper, pero no presenta las ideas centrales que sirvan de soporte a las
comunidades educativas, y en particular a los docentes, para ubicarse críticamente

2 DIAZ, Mario. ¿Es posible evaluar objetivamente? Una aproximación crítica, en PEREZ, R.
BUSTAMANTE, G., Evaluación escolar: resultados o procesos, ed. Magisterio, Bogotá, 1996:171-
183.
3. MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL, Lineamientos generales de procesos curriculares, Punto
Exe, editores, Santafé de Bogotá, 1994.
4
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. La evaluación en el aula y más allá de ella: lineamientos
para la educación preescolar, básica y media, Santafé de Bogotá, 1997.
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frente a la evaluación. Así mismo, es importante anotar que en estos documentos no


se define la evaluación como cualitativa, aunque se describan algunas
características que podrían ser o no condiciones de ésta o de una evaluación
fundamentada en un paradigma cuantitativo; por ejemplo, el MEN(1997) no habla del
significado de lo cualitativo de la evaluación escolar.

Sobre esa denominada "evaluación cualitativa" nos preguntamos: ¿Ese nombre


de "evaluación cualitativa" es parte de la polisemia conceptual de la evaluación? ¿A
qué corresponde la evaluación cualitativa? ¿Qué se quiere enfatizar, lo evaluativo o
lo cualitativo? ¿Puede evaluarse el aprendizaje cualitativa o cuantitativamente? ¿El
problema de evaluación del aprendizaje es que sea cuantitativa o cualitativa o por
logros? ¿Cómo solucionar el problema de la objetividad de la evaluación? ¿Cuál es
el papel que debe cumplir la evaluación en el proceso educativo? ¿Cómo lograr que
la evaluación sea más que informar? ¿Es suficiente o es solo necesario que la
evaluación sea continua? ¿Evaluar mejor es ampliar la información en calidad y
cantidad?

Una revisión amplia de la literatura nacional e internacional sobre el tema de la


evaluación del aprendizaje, la lectura comparativa de las legislaciones sobre el tema
y la observación sistemática de algunas prácticas evaluativas, permiten afirmar que
el aprendizaje del alumno no ha sido el objeto real de preocupación en el proceso
evaluativo y más bien se ha centrado en las formas de ejercer control y certificar;
mucho menos se puede afirmar que ha sido una evaluación referida al estudiante
para su promoción humana y mejoramiento permanente. La evaluación, en general
se sigue centrando en un acto terminal que condiciona el proceso pedagógico, con
un carácter externo que tiene como finalidad principal la certificación del nivel de
conocimientos que en un momento dado tiene el alumno, con independencia de sus
condiciones particulares o del avance real que haya alcanzado de acuerdo con sus
posibilidades o de la forma como lo haya adquirido. Este proceso termina en la
acreditación o desacreditación y no trasciende a los demás componentes
educativos: el currículo, la didáctica, el maestro, la estructura administrativa, los
textos, la familia, o la problemática del mismo alumno.

En relación con esta situación, es necesario que cada docente tome conciencia
de su posición frente a la problemática de la evaluación del aprendizaje, que delimite
su concepción al respecto y el papel que este proceso de valoración debe tener en
la educación; la importancia de realizar una reflexión sobre el tema de la evaluación
se debe a que un cambio en la normatividad generada mediante una Ley no cambia
las prácticas por si misma, sino que requiere una fundamentación teórica sólida que
12

lo inserte en el proceso pedagógico, como eje fundamental para la conducción del


5
aprendizaje. (Suárez R. y Latorre, 1998a) .

1.2 La evaluación del aprendizaje

Abordar el tema de la evaluación del aprendizaje, teniendo en cuenta la


necesidad de reflexión y conceptualización de los docentes, requiere delimitar esta
problemática en el marco de las demandas a la educación que se expuso en el
numeral anterior; hay muchos aspectos que se asumen como comprendidos por la
comunidad educativa dado su uso durante muchos años, pero sobre los que no hay
mayor claridad, aspectos se pueden recoger en el problema del significado de la
evaluación, en el papel que cumple en el proceso educativo y la forma como se lleva
a cabo la misma. Aportar elementos teóricos, legales y contextuales permitirá a cada
docente tener mayor claridad y reflexionar sobre su propia experiencia, proceso
fundamental en cualquier situación de transición o cambio.

Dichos aspectos plantean una primera pregunta: si existe diferencia entre el qué
es la evaluación y el para qué es la evaluación del aprendizaje. Asumiendo que
existiera claridad al respecto, es necesario centrar el tema en el significado de la
evaluación del aprendizaje, o aun de la evaluación en general y preguntarse si la
evaluación es medir, orientar, informar, hacer un balance, dialogar, emitir un juicio,
acreditar, incentivar, motivar a la acción, o si tiene parte de todos estos
componentes, unos planteados en forma aislada y otros en forma paralela por
6 7 8 9
autores como House (1994) , Not (1992) , Gimeno (1995) , Stufflebeam (1987) ,
10
Tyler (1960) entre otros.

Como primer aspecto se deben tener en cuenta las diferentes denominaciones


que se le han asignado a la evaluación y que hacen referencia al énfasis que se
tiene en cuenta al implementarla, a las estrategias para recoger la información
necesaria; por ello se puede preguntar si la evaluación tiene la posibilidad de ser
cualitativa o cuantitativa, o si más bien, lo cualitativo o lo cuantitativo es la
información que se entrega como resultado de una evaluación. Pero también se

5
LATORRE B., Helena y SUAREZ R., Pedro Alejandro. La evaluación escolar como conducción,
Acción Pedagógica Nº. 20, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, CIEFED, Junio de
1998a.
6 HOUSE, Ernest R. Evaluación, ética y poder, Ediciones Morata, S.L. Madrid, 1994.
7 NOT, Louis. La enseñanza dialogante, Editorial Herder, Barcelona, 1992.
8 GIMENO, Sacristán y PEREZ, G.Y. Comprender y transformar la enseñanza, Editorial Morata, 1995.
9 STUFFLEBEAM, Daniel y SHINKFIELD, Anthony. Evaluación sistemática, Guía teórica y práctica, ed.
Paidos, MEC, Madrid, 1987.
10 TYLER, Ralph. Educational Evaluation: New Means, Chicago, The University of Chicago press,
1960.
13

puede pensar en una evaluación como un proceso continuo y ante ella surgen otras
preguntas: Si siendo la evaluación un proceso continuo que media entre el alumno y
el aprendizaje y se desarrolla al mismo tiempo que la didáctica y en el mismo
espacio del aula, en qué se diferencia una de otra; si la evaluación continua puede
llevarse a cabo mediante las formas tradicionales de evaluación a través de las
pruebas llamadas objetivas.

Hablar de la evaluación también obliga a referirse al papel de la misma en el


proceso educativo; ello significa determinar si la evaluación tiene como finalidad
informar ante la sociedad o ante un agente externo para certificar la consecución de
unas metas; si cumple la función de promocionar o retener al alumno en las
diferentes etapas de la educación; si diagnostica los conocimientos, actitudes o
destrezas que el alumno posee y que lo hacen hábil para participar en un proceso
de aprendizaje; si la evaluación debe orientar, informar y apoyar la toma de
decisiones de una institución para desarrollar una gestión escolar que haga viable
una educación de calidad; si la evaluación debe involucrar a todos los miembros de
la comunidad educativa para hacerse partícipes del proceso de formación de sus
alumnos.

Delimitar el tema de la evaluación, bajo un interés cualitativo para que sea


continua e integral exige ante todo tener claridad en su significado, en los nuevos
roles que debe desempeñar y en estrategias adecuadas para que su
implementación lleve a elevar el nivel de la calidad educativa. Todos estos aspectos
hacen referencia a lo legal, a lo teórico y a lo contextual del problema de la
evaluación

Ubicación histórico legal de la evaluación

La ubicación histórico legal del papel de la evaluación del aprendizaje en


Colombia se debe enmarcar desde la Renovación Curricular reglamentada mediante
el Decreto 1002 de 1984, el Decreto 1469 de 1987 con el que se regula la
Promoción Automática y continuar con la Ley 115 de 1994 y sus decretos
reglamentarios.

La promoción automática fue una política que surgió como respuesta a la


necesidad de retener los alumnos, de reducir la repitencia y de ampliar la cobertura;
para ello se recurrió a reglamentar la evaluación de forma similar a la escuela
nueva, que respondería a un modelo pedagógico aplicado en el sector rural en la
que se promovía al alumno en cuanto aprendiera cada unidad temática. Sobre el
11
tema, Manuel Rojas(1992) hace un amplio análisis y explica cómo la promoción
automática es una norma que no se contextualizó en la realidad nacional ni

11 ROJAS, Manuel. Promoción Automática y Fracaso Escolar en Colombia, en Revista Colombiana de


Educación, Nº. 25, Santafé de Bogotá, CIUP, 1992: 85.
14

determinó un modelo educativo acorde, sino que esperaba que éste emergiera del
cambio en la norma de evaluación; dicho cambio no se llevó a cabo y las
variaciones que se realizaron se quedaron en el uso de una escala cualitativa como
traducción de una escala cuantitativa o con múltiples valores intermedios adicionales
(Louis Not,1992) y en la comunicación de los resultados mediante indicadores
estandarizados de modo que los resultados no se informaron ni descriptiva ni
explicativamente.

Rojas expone que la promoción automática no fue una política adecuada para dar
respuesta a la deserción y a la repitencia por varias razones: la norma no transformó
la cultura de la escuela tradicional; las concepciones de currículo, enseñanza,
aprendizaje, evaluación, promoción, la disposición del tiempo y el espacio
materializadas en la organización de los cursos tienen profundas representaciones
muy primitivas y arraigadas entre los docentes. Por otra parte, la carencia de un
proyecto pedagógico institucional que le diera proyección y fundamento a las
acciones hizo que la medida no trascendiera la acción aislada; la promoción
automática fue una solución puntual que no se contextualizó dentro de la realidad de
la escuela tradicional y se reglamentó de la misma manera como se aplicaba en su
origen: la escuela nueva y la escuela unitaria.

La promoción automática en Colombia se reglamenta no como una respuesta a


un modelo sino como una reforma administrativa que partió del supuesto que
cambios en las prácticas de evaluación conllevan cambios en el aprendizaje, en la
enseñanza, en los criterios de promoción, en el rol del docente y en la organización
escolar con la esperanza de que cambios en evaluación tendrían como
consecuencia innegable los cambios en estos elementos, así como en la concepción
de evaluación como calificación para ubicarla en una totalidad de los procesos
escolares, superando el tradicional énfasis que tiene como eje los resultados de los
niños en las diferentes áreas.

La promoción sola no generó mejoramiento en la calidad porque no estuvo


acompañada de acciones que permitieran el mejoramiento del nivel de los alumnos
para así evitar la reprobación. Es así como la promoción automática se redujo a una
norma sobre evaluación que no significó cambios en el modelo educativo y quedó
como una acción externa al proceso pedagógico, sin tener un papel claro en el
mismo, ni incidir en la calidad del aprendizaje, como se demostró con la
investigación que realizaron el MEN y el CIUP en el proyecto denominado
SABER(1993).

La Ley 115 de 1994 propone una nueva concepción de persona, comunidad y


ambiente, y por ende, de currículo y evaluación; al respecto se ordena un cambio en
el enfoque para evaluar el rendimiento escolar (Ley 115,arts. 74,78 y 81) que en
forma inmediata es reglamentado por el capítulo VI del Decreto 1860 de 1994 y
precisado en el art. 19 de la Resolución 2343 de 1996. La evaluación del
aprendizaje se concibe y se ordena para que sea practicada mediante la
15

determinación de logros; en ella se le otorga a la evaluación del aprendizaje una


gran importancia en el proceso educativo y se le caracteriza como integral,
cualitativa y continua.

Una lectura analítica de la Ley en mención, y de sus decretos reglamentarios,


deja ver la falta de precisión sobre la evaluación cualitativa al ordenar la evaluación
por indicadores de logro que hacen referencia necesaria a la medición de los
mismos. Además, aunque enfatiza en la necesidad de que el estudiante sea el eje
del proceso educativo, sigue refiriendo los indicadores de logro al currículo y no al
alumno como sujeto cognoscente.

Estos cambios de concepción de la educación y en particular de la evaluación


están aun lejos de concretarse en la normatividad, situación que se evidencia en un
currículo que todavía es homogéneo para todas las regiones del país, o por lo
menos es evaluado de esta manera mediante el examen del ICFES y para todos los
estudiantes sin tener en cuenta el contexto y los estilos cognitivos (Hederich,
12
Christian y Camargo, Angela,1995) ; en unos indicadores de logro que se refieren a
colectivos nacionales, departamentales o institucionales pero que no están referidos
al estudiante en su individualidad y su diferencia, a excepción de prescolar; en una
evaluación que aunque se llame cualitativa o por logros sigue estando centrada en
la determinación de conocimientos que debe lograr el alumno, sin tener en cuenta la
problemática global que encierra su desarrollo, los factores sociales, económicos,
familiares, psicológicos o las condiciones físicas, todos ellos determinados por las
condiciones de vida más favorables o desfavorables que debe afrontar cada
individuo. En tales condiciones la evaluación no está referida al sujeto que aprende
y se conserva la confusión legal de su papel en el proceso educativo.

Ubicación contextual del problema de la evaluación

Al contextualizar el problema de la evaluación del aprendizaje en las prácticas


escolares, se reflejan múltiples aspectos que se pueden concretar en cuatro puntos:
por una parte, su objeto, su finalidad y su metodología; por otra parte, la formación
docente.

El primer aspecto es que la evaluación está desvinculada del proceso


pedagógico del estudiante y es externa, no solo al sujeto sino también al
aprendizaje, en cuanto ha reducido su objeto de estudio al contenido que el alumno
puede reproducir en una prueba‚ aunque no lo conozca o aunque conozca más de lo
13
que puede demostrar; esta problemática la plantea ampliamente Díaz Barriga

12 HEDERICH, Christian y CAMARGO, Angela. Logro educativo y estilo cognitivo en Colombia, en


Revista Colombiana de Educación, Nº. 30, primer semestre, 1995:67-86.
13 DIAZ BARRIGA, Angel. Una polémica en relación con el examen, en Revista Iberoamericana de
Educación , Nº. 5, 1994.
16

(1994) y explica cómo se ha asociado enseñar a examinar como si fueran dos caras
de la misma moneda y como si el examen en si mismo mejorara el aprendizaje; por
ello se confunde la evaluación del aprendizaje con la evaluación del rendimiento, de
la educación, del desempeño en el aula o de la enseñanza, o peor aun, con
calificación de la prueba dejando que el resultado de un examen, aunque sea solo
un hecho final, determine la promoción o certifique todo el proceso educativo.

Además, esa falta de definición del objeto de la evaluación incide en el temor que
sienten tanto docentes como alumnos para implementar procesos de
autoevaluación y coevaluación; si bien en algunos casos se dice que se llevan a
cabo estas formas de evaluación, la inseguridad del docente ante la justicia y la
honestidad con que el alumno se evalúa y evalúa a otros, o ante la poca capacidad
que considera en sus alumnos para valorar su aprendizaje y para tomar conciencia
de su desempeño, desconoce la información que le brindan estos dos procesos, no
la considera relevante en el informe final o como apoyo para la toma de decisiones.
Esta condición de externalidad se hace evidente en la frecuente pregunta que los
alumnos plantean a sus profesores sobre sus resultados, o sobre la calidad de sus
trabajos; ello solo evidencia una gran necesidad de confirmar la valoración de su
propio desarrollo, un alto grado de heteronomía: el profesor, agente externo, avala el
aprendizaje del alumno para que éste lo considere alcanzado.

El segundo aspecto, la evaluación del aprendizaje no tiene una finalidad definida


y por ello se ha perdido la credibilidad; antes su finalidad era acreditar y certificar la
promoción, pero ahora la regla cambia y la comunidad no le encuentra su razón de
ser entre las múltiples que puede tener: seguir acreditando, informar, hacer
seguimiento, juzgar, tomar decisiones, convencer al alumno de sus dificultades y
fortalezas, implementar planes remediales, etc. En estas condiciones la sociedad
perdió credibilidad porque no le informa con veracidad sobre la calidad de la
educación ni sobre las competencias que sus ciudadanos adquieren en la vida
escolar (Toranzos, 1996); también la institución pierde credibilidad en relación con
los resultados de la evaluación porque la invarianza de los resultados referidos a
cada profesor y a cada asignatura le permitirían predecir los mismos sin que
mediara un proceso evaluativo. Por su parte, el docente la utiliza como medio de
control y de poder (Díaz, Mario:1996) apoyado en el hecho de que él es quien sabe
el tema y además conoce aquello que el estudiante ha aprendido, aunque en
ocasiones las pruebas le digan lo contrario; además los mismos maestros pierden
seguridad en el proceso evaluativo cuando observan que estudiantes que no han
avanzado en el año escolar son promovidos. También el alumno encontró en este
proceso un medio para competir y diversas formas de hacerle trampa al sistema y a
utilizar normas como la Ley de arrastre para promediar “conocimientos”. Es decir,
que la evaluación ha perdido su razón de ser en el proceso educativo y se ha
convertido en un medio de falsear el sistema.

El tercer aspecto problemático es la falta de una metodología propia de la


evaluación del aprendizaje, razón por la cual se redujo a la aplicación de pruebas y
17

a la cuantificación de aciertos y desaciertos dejando de lado la valoración de la


calidad del aprendizaje, de los procesos realizados para llegar a él; más bien se
centró en las estrategias informativas mediante escalas cuantitativas, escalas
cualitativas con referentes cuantitativos o por medio de indicadores que describieran
resultados o momentos del proceso, pero sin profundizar en las causas de los
progresos, en las dificultades en el aprendizaje o en los progresos logrados.
Inclusive, se pasó a implementar una evaluación continua caracterizada por un
seguimiento más permanente, con algunas acciones remediales periódicas pero sin
realizar las acciones necesarias con la continuidad y oportunidad correspondiente
para generar un mejoramiento permanente y superar la simple información
frecuente y oportuna.

En tal sentido, la discusión sobre la metodología de la evaluación se ha quedado


14
en cambios de forma entre lo cualitativo y lo cuantitativo (Tiana, Alejandro, 1996) ,
en determinar si se evalúa por objetivos o por logros, en la forma de sistematizar la
información mediante listados de logros en los que el profesor como evaluador
externo señala como alcanzados o no, si se entregan informes por bimestres o
trimestres, si se evalúa acumulativamente o no; pero mientras que estas discusiones
ocupan el tiempo de los docentes, no se ahonda en la fundamentación teórica del
problema desde la teoría de aprendizaje que debe sustentar la evaluación del
aprendizaje, ni en las acciones necesarias para solucionar los problemas que
reporta el proceso evaluativo.

El cuarto aspecto que refleja el problema de la evaluación del aprendizaje tiene


que ver con la formación profesional de los docentes debido a la falta de
reconceptualización sobre su quehacer y la poca capacitación en su ejercicio,
condición que se afianza en este tema porque las prácticas de corte cuantitativo
centradas en los contenidos aprendidos han estado arraigadas por muchos años en
las comunidades educativas; además han sido prácticas individuales y aisladas por
medio de las cuales el maestro ejerce un poder y un control de su clase y logra
resguardar su autonomía. Con respecto a la falta de reflexión y fundamentación de
los docentes Ileana Contreras15 (1995) y Manuel Rojas (1992) enuncian que los
docentes dicen cambiar de paradigma e incorporar nuevos términos a los que les
asignan los mismos significados del paradigma anterior, de modo que su quehacer
pedagógico no responde ni a uno ni a otro modelo evidenciando así un cambio
aparente que no trasciende al aula o a las prácticas evaluativas. Gimeno (1995)
agrega que la profesionalización docente debe estar acompañada de un trabajo en
equipo porque la evaluación no es solo una conducta técnica sino que involucra

14 TIANA, Alejandro. La evaluación de los sistemas educativos, en Revista Iberoamericana de


Educación, Nº 10, 1996: 57ss.
15 CONTRERAS, Ileana. De la enseñanza a la mediación pedagógica ¿cambio de nombre o cambio
de paradigma ? en Revista Educación, Nº. 19, Universidad de Costa Rica, 1995:5-15
18

muchos componentes personales que en general no hace explícitos con facilidad y


que dificultan el cambio.

Por otra parte, el proceso evaluativo que lleva a cabo el docente no es ni puede
ser exhaustivo porque en las condiciones en que desempeña su labor, es imposible
que pueda tener en cuenta todos los componentes del desarrollo del alumno,
situación que lo lleva a hacer grandes simplificaciones de información, desechando
parte de ella con base en su propio criterio para determinar lo relevante de acuerdo
con unos parámetros que ha establecido previamente y quedándose con los
aspectos más generales, de modo que deja de lado los componentes singulares que
podrían informarle sobre las causas de diferencias en el aprendizaje. Además se
tiene poca conciencia de la síntesis o la reducción de información que debió realizar
para poder expresar un juicio o para transformar su valoración en una nota,
confundiendo sobre los hechos la evaluación y la calificación. (House, 1994;
Gimeno, 1995)

En las condiciones expuestas, el cambio enunciado con el fin de asumir la


evaluación dentro de una connotación más centrada en el estudiante y expresada
mediante juicios de valor se redujo en muchas instituciones a un cambio de una
escala numérica a una escala literal o a totalizar los objetivos alcanzados.

1.3 Ubicación teórica del problema de la evaluación

La evaluación del aprendizaje se concibe y se ordena para que sea practicada


como determinación de logros o resultados en comparación con un Proyecto
Educativo de la Institución. (Art. 47, Decreto 1860/94). A las prácticas evaluativas
tradicionales se les ha llamado cuantitativa y a la evaluación por determinación de
logros se le ha denominado evaluación cualitativa. La revisión de las exposiciones
hechas por autores como Porlán16(1996); Gimeno (1995), House (1994) y
Hotyan17(1965) entre otros, permiten diferenciar tres connotaciones que ha recibido
la evaluación a lo largo de la historia de la educación y que han marcado estilos de
acuerdo con las demandas de la sociedad a este sistema. Estas connotaciones
podrían denominarse tradicional, sistémica o centrada en objetivos y la evaluación
centrada en el alumno.

La primera connotación de la evaluación escolar, la tradicional, corresponde a un


currículo también tradicional que considera la educación para unos pocos aptos para
el saber; en este currículo los contenidos son su eje central y el alumno debe
aprenderlos en forma independiente del significado que les asigne o de la respuesta

16 PORLAN, Rafael. Modelos curriculares, en Constructivismo y escuela, Diana Editora, 1996.


17 HOTYAN, F. Los exámenes: los medios de evaluación en la enseñanza. Editorial Kapeluz, Buenos
Aires, 1965.
19

que pueda dar a sus intereses. El conocimiento que se pretende enseñar se limita a
los aspectos cognitivos de las ciencias con base en su estructura lógica como
conocimiento acabado y sin tener en cuenta el desarrollo lógico del alumno; dicho
conocimiento es susceptible solamente de ser repetido por el alumno en la misma
forma como le fue trasmitido y para demostrar su dominio mediante una prueba
escrita.

La evaluación es un acto terminal y tiene como finalidad certificar ante la sociedad el


dominio de los conocimientos que ha alcanzado el alumno de tal forma que si éste
no aprende es porque no es inteligente o el profesor no enseña bien; cualquiera que
sea el caso, el alumno no es tenido en cuenta como individuo sino que se reduce a
un miembro más del grupo, igual a todos y con la obligación de alcanzar los mismos
aprendizajes si quiere ser clasificado como apto. La evaluación selecciona a quienes
sean aptos para continuar en el sistema y elimina a los demás.

Bajo este enfoque orientado por el control, la calificación tiene un poder recuperador
que pretende que el alumno aprenda al estudiar de nuevo; es un acto que está
cargada de un alto grado de competencia y rivalidad entre los alumnos,
característica que los lleva a cambiar la finalidad del aprendizaje en si mismo por la
búsqueda de satisfactores externos. Además, el estudiante prontamente aprende a
memorizar todo cuanto escucha para responder aquello que su profesor desea
aunque no esté respaldado en la comprensión del contenido; al mismo tiempo olvida
cómo o para qué formular preguntas.

La segunda connotación, fundamentada en una racionalidad técnica se centra en


objetivos relacionados con un currículo técnico genérico, elaborado por un grupo de
personas ajenas al proceso mismo de la educación de cada alumno(Latorre y
18
Suárez, 1998) ; la finalidad de éste es preparar para el trabajo y por lo tanto
demanda del estudiante determinados niveles de producción que considera como
aceptables dentro de unos parámetros de normalidad; además, de acuerdo con el
tipo de estudiante, se le otorgan determinadas oportunidades para que el alumno
adquiera los conocimientos y destrezas que requiere según su posterior desempeño
en la sociedad.

Esta evaluación tiene en cuenta el diagnóstico para confrontarlos con los resultados
y tiene como finalidad determinar la medida en que se alcanza cada parte del
conocimiento; en este tipo de evaluación se considera que solo lo cuantificable se
puede certificar, razón por la cual todo aprendizaje debe expresarse mediante un
objetivo medible y observable. El proceso evaluativo se aplica con el rigor del método
científico mediante pruebas objetivas tanto de diagnóstico como de resultados, de

18
LATORRE, Helena y SUAREZ, Pedro Alejandro. Investigación sobre el discurso, la organización y la
acción en la Evaluación Escolar, Tesis para optar al título de Magister en Evaluación . Universidad
Santo Tomás de Aquino, Julio de 1998.
20

modo que el éxito del proceso se determina por la consecución gradual de los
objetivos previstos hasta obtener el objetivo terminal en forma satisfactoria. (A este
propósito se puede observar en Tyler la evaluación de las experiencias de
aprendizaje, 1960).

Ésta es también una evaluación que pretende el control del aprendizaje mediante
objetivos que se constituyen en criterios de comparación para acreditar el
conocimiento de los alumnos y que se establecen teniendo en cuenta la lógica del
conocimiento a lograr así como su descomposición en partes para abarcar la
totalidad.

Tal sinonimia entre acreditación, medición y evaluación, emanada de los


planteamientos de la tecnología educativa, se centra en el logro de competencias
individuales previamente establecidas y en la comprobación externa de dichos
dominios. Además, considera que el aprendizaje es irreversible y lineal dado que es
la conclusión del desarrollo de una secuencia determinada que sustituye
automáticamente los aprendizaje erróneos por los verdaderos; por lo tanto, el buen
desempeño frente a una prueba evaluativa es garantía suficiente del aprendizaje con
independencia de la forma como haya llegado a él.

Esta concepción de la evaluación desconoce las distintas formas en que se


desarrolla el pensamiento y los proceso internos que suceden, aunque tiene en
cuenta un proceso gradual de acuerdo con la lógica del conocimiento y la necesidad
de ir de lo simple a lo complejo; si la evaluación no arroja un buen rendimiento, el
alumno es sometido nuevamente al mismo proceso de instrucción y a una nueva
evaluación; así mismo asume que todos los alumnos, siempre y cuando desarrollen
un proceso gradual determinado por la secuencia de objetivos, deben llegar a los
mismos resultados y en caso contrario, debe dedicar mayor tiempo para volver a
desarrollarlo. Es decir, que asume como principio de la evaluación, la homogeneidad
y la coincidencia a la que deben llegar todos los estudiantes aunque el tiempo
requerido sea diferente. De acuerdo con las características de esta evaluación, el
proceso queda confinado a analizar los resultados obtenidos como técnica post
facto, aun cuando da cuenta del rendimiento escolar y de otros resultados sin
atender el proceso como tal.

La tercera y cuarta connotación son concepciones que dejan de lado el control


para enfatizar en la comprensión y conocimiento del alumno en su contexto, pero
una y otra se diferencian en su finalidad. Mientras la tercera se ocupa de la
comprensión del alumno para generar su mejoramiento, la cuarta connotación se
ocupa, en una síntesis dialéctica, de la transformación que el alumno haga de si
mismo para lograr su pleno desarrollo y el de la sociedad a la que pertenece.

La tercera connotación, fundada en una racionalidad práctica como evaluación


centrada en el alumno se contrapone a las dos primeras connotaciones al dar
importancia mayor al sujeto, a su desarrollo, a la educación para la vida y a la
21

utilidad de los aprendizajes más que al contenido (ver Latorre y Suárez, 1998); es
una evaluación que se asocia a un currículo práctico caracterizado por ser liberal,
racional y humanista que considera los contenidos como medios de aprendizaje y
que asume la persona como totalidad para ser formada como un ciudadano
moralmente bueno y autónomo.

La evaluación se propone con base en hipótesis deseables que debería alcanzar el


alumno en cuanto coincidan fundamentalmente con sus propósitos individuales
aunque no desconoce los de la colectividad. Es una evaluación que tiene como
pretensión fundamental la comprensión, la descripción y la interpretación de la
realidad de cada alumno en su contexto.

Dicha evaluación compara al alumno con sus capacidades y sus propios avances
buscando su participación en la valoración de su aprendizaje; es un proceso que
comprende al alumno en su globalidad considerando los componentes individuales y
contextuales que inciden en el aprendizaje. Ello hace posible y además requiere las
condiciones de las que se habla en la actualidad como evaluar para establecer
consensos, evaluar para buscar alternativas individuales y grupales de
mejoramiento, evaluar mediante el diálogo, evaluar para hacer un balance, evaluar
para conducir el proceso educativo.

La evaluación así entendida no puede expresarse simplemente como una medición y


requiere procesos más descriptivos que demandan de los docentes una posición
diferente para que, como explica Gimeno (1995:390) puedan acceder a la
complejidad de los procesos de aprendizaje, tener en cuenta el contexto, establecer
formas más eficientes de comunicación y orientación en una relación más humana y
personal.

La cuarta connotación, como lo hemos enunciado, tiene una pretensión de


transformación del alumno para que tanto él como la sociedad, mediante la
educación, logren su pleno desarrollo y se fundamentaría en una racionalidad crítica
(Ver Latorre y Suárez, 1998); dicha pretensión es una síntesis dialéctica entre una
intención de control de la evaluación por objetivos o la evaluación tradicional, y una
intención de comprensión del alumno para lograr su mejoramiento, característico de
la evaluación centrada en el alumno.

Esta evaluación se ubica en un currículo sociocrítico que se preocupa por la


interrelación sujeto y objeto de conocimiento, individuo y sociedad, que dan espacio
a la participación no solo individual sino comunitaria para lograr la emancipación; ello
requiere un proceso educativo que se preocupa por la formación de una conciencia
crítica sobre la realidad para que conociéndola en profundidad, se pueda superar y
transformar la estructura de injusticia existente.

Una evaluación acorde con este currículo, deja de lado los mecanismos de control y
se convierte en medio de transformación curricular, profesional y en un problema
22

investigativo, no en un problema de acreditación. En ella se tienen en cuenta las


concepciones y conocimientos espontáneos de los alumnos que conforman su zona
19
de desarrollo próximo como la denomina Vigotski (1934) , las pautas de actuación
del docente para mediar y el ambiente en el que se encuentra inmerso el alumno. La
evaluación cambia de finalidad y busca el tratamiento riguroso de los problemas que
se relacionan tanto con el alumno como con la institución y la sociedad pasando de
la valoración a la acción.

Estas cuatro connotaciones dejan ver claramente que la evaluación del aprendizaje
no puede concebirse como un problema independiente de la persona y de su
contexto local y nacional, ni de los componentes educativos como el currículo y la
didáctica. Es claro que el problema teórico de la evaluación del aprendizaje no se
puede reducir a su cuantificación o cualificación; algunos de los aspectos
enunciados corresponden a la determinación de su objeto de análisis, a la
determinación de su finalidad para que adquiera el lugar y el papel que le
corresponde en relación con la calidad de la educación (Toranzos, 1996:66ss), a la
determinación de una metodología adecuada que garantice la información necesaria
para que el maestro pueda determinar los puntos de apoyo y los puntos débiles (Not,
1992:164).

Cada una de las tres últimas connotaciones corresponde a un marco curricular cuyas
características se sintetizan en el Cuadro Nº. 1 que relaciona no solo el componente
evaluativo sino además los demás componentes pedagógicos.

Técnico Práctico Crítico

Concepción Tecnología
de Educativa Constructivismo Reestructuralismo
Educación fundamentada en el
positivismo

Componente Contenidos y El interés del alumno El alumno en cuanto sujeto


central objetivos y las necesidades de que debe desarrollar las
la comunidad estructuras de
pensamiento y el proceso
de metacognición

19 VIGOTSKI, Pensamiento y Lenguaje, 1934.


23

Estructura Lineal y diseñada No hay una Se desarrolla en torno a


curricular para toda la región, estructura curricular unas unidades básicas que
de acuerdo con establecida; ésta se responden al conocimiento
objetivos referidos a va haciendo según deseable y se ajustan de
los temas. las necesidades acuerdo con las
mediante un necesidades de la
proceso de acción comunidad. Esas unidades
reflexión colectiva se estructuran en un plan
que no corresponde
necesariamente a
asignaturas, sino proyectos
o ambientes, por ejemplo.

Contextuali- El currículo es un El currículo es una El currículo es una


zación plan racional y construcción que construcción que busca la
como tal, está surge de la praxis y concordancia entre el
predeterminando por lo tanto conocimiento deseable y el
toda la educación; responde a la interés del alumno, para
es estático y se necesidad particular generar una
debe desarrollar de de cada comunidad. transformación; tiene una
acuerdo con la intencionalidad
planeación determinada.
realizada desde el
principio.

Finalidad Homogeneizar, Responder al interés El juicio crítico y la


repetir y reproducir del alumno para obtención de una síntesis
un modelo que solucionar de los elementos culturales
genere un capital problemas prácticos para alcanzar la
humano. que se le presentan, integralidad de la persona
y mediante este y la transformación de esa
proceso, aprender a cultura. Busca la formación
aprender. Se busca para la autonomía y la
el desarrollo de la participación democrática.
persona por si y
para si, como
individualidad.

Aprendizaje y El conocimiento es El conocimiento El conocimiento se puede


conocimiento un cuerpo acabado surge de la criticar y problematizar; el
que debe abordarse interacción con el aprendizaje es una
con la formalidad y medio para restructuración que se
secuencia lógica solucionar desarrolla en cuanto se
que tiene la ciencia. problemas, por lo generen y superen
El aprendizaje es un tanto el aprendizaje conflictos cognitivos,
proceso se entiende como la gracias a la reflexión
mecanicista adquisición de crítica.
inductivo que se estrategias de
entiende como la solución de
adquisición de problemas.
contenidos.
24

Papel de Es cuantitativa y Cualitativa como Tiene en cuenta la cultura


evaluación verifica los comprensión de la y el conocimiento ya
resultados referidos situación y orientada construido para asumir una
a objetivos y a la a la evaluación de la posición crítica y generar
normalidad de la acción . alternativas de
comunidad. Debe determinar el mejoramiento y
Debe determinar el rumbo a seguir, transformación.
grado de mediante una
homogeneidad evaluación en
logrado para equipo en la que se
certificar a quien lo valoran los
logra. problemas que
surgen.

Cuadro No. 1. Modelos curriculares

Las concepciones curriculares, así como las de evaluación, responden a un interés


humano de acuerdo con los fines de la sociedad. El currículo técnico se afianzó y
desarrolló dentro de la tecnología educativa y en la actualidad permanecen muchas
de sus características, aunque la política educativa de descentralización abrió
legalmente la posibilidad de desarrollar un currículo práctico. La estructura curricular
dentro de la esta concepción se define desde instancias externas a las comunidades
educativas para responder a los intereses del Estado de conformar una fuerza de
trabajo y de reproducir el modelo social existente. Este currículo debe desarrollarse
de acuerdo con un plan establecido en forma homogénea para todas las
instituciones; en él se asume el conocimiento desde el punto de vista de las
ciencias, como un todo acabado que debe repetirse conservando la estructura lógica
del mismo. Por su parte, la evaluación se centra en la verificación de la consecución
de los resultados previstos en el plan curricular.

El currículo práctico se centra en atender los intereses particulares de las personas y


de las comunidades, su bienestar y la satisfacción de sus necesidades; en
consecuencia, como oposición al currículo técnico, no hay una estructura curricular
fija sino que se va desarrollando de acuerdo con los problemas y demandas que
aparecen. Bajo esta concepción el conocimiento es utilizado en la interacción con el
entorno como herramienta para comprender las dificultades y posibilidades en el
desarrollo del proceso educativo, así como para darles solución en tanto el estado de
cosas se mantenga en equilibrio y armonía; por otra parte, la evaluación se orienta a
comprender y describir la individualidad. Sin embargo, es una concepción que no da
espacio a la transformación por cuanto no parte de la formación de una conciencia
crítica que permita descubrir las relaciones de dominación para poder transformar la
realidad desde las condiciones básicas que generan el problema. Además, esta
concepción curricular atiende lo singular, lo particular sin interpretarlo dentro de una
visión de la totalidad de interacciones que se desarrollan en una sociedad.
25

El currículo crítico, en cuanto sea posible de desarrollar, debería comprender al


sujeto como individualidad en interacción con una colectividad, capaz de reflexionar
y de generar un juicio crítico para abordar el conocimiento y transformarlo, de modo
que supere su papel de receptor pasivo o repetidor, o de usuario del conocimiento
para solucionar sus conflictos. El currículo crítico se conforma teniendo como
referente el saber acumulado y la cultura que se ha conformado en una sociedad
para lograr una síntesis dialéctica que permita no la reproducción de un estado de
cosas, sino la transformación social hacia un pleno desarrollo del individuo y la
colectividad.

El análisis descriptivo de las cuatro connotaciones da la posibilidad de plantear


muchos interrogantes sobre el tema: ¿La evaluación tiene como único interés
evaluar al estudiante para comprenderlo, interpretarlo o controlarlo? ¿Se evalúa al
estudiante en su proceso o se evalúan los conocimientos que él aprende? ¿Se
evalúa el aprendizaje para determinar los contenidos que se han aprendido o para
orientar la formación del alumno o para tener la información necesaria para conducir
el sistema hacia una educación de calidad? ¿El problema de la metodología de la
evaluación se acaba en lo cualitativo o en lo cuantitativo? ¿La enseñanza por
objetivos es diferente a la enseñanza por logros? ¿La evaluación por indicadores es
cuantitativa o cualitativa? ¿La descentralización y la autonomía curricular cómo
afecta a la evaluación? ¿Los procesos democráticos cómo intervienen en el proceso
de evaluación? Estos y muchos otros interrogantes se pueden analizar sobre el tema
de la evaluación desde las diferentes perspectivas legal, teórica, histórica, contextual
y desde la experiencia de cada uno de los docentes; sin embargo, lo importante no
es tomar respuestas elaboradas por otros, sino que cada uno se enfrente a un
proceso de reflexión y toma de conciencia de los fundamentos que tiene su acción
evaluativa y busque las respuestas más adecuadas a su comunidad, apoyado en la
teoría que hay al respecto, o alimentado por las reflexiones de otros docentes.

Dicha reflexión cobra mayor importancia si se tiene en cuenta que el conocimiento se


ha desmitificado y ahora se pueden relativizar sus hallazgos; además, todo
conocimiento cae de alguna forma en el interés del ser humano, le es relevante y le
da forma, por consiguiente el conocimiento no es solo fáctico, es social y creado por
el ser humano. Por otra parte es importante considerar que el beneficio que la
educación ha recibido de la evaluación cuantitativa es poco en relación con lo
esperado; esta evaluación no responde sino a resultados, no al funcionamiento y no
informa sobre los actores, ni expone qué deben cambiar; además sobre el impacto
solo determina si era positivo, negativo o confuso pero ésta última no es una
información útil y benéfica porque no capta la experiencia ni la esencia del
aprendizaje. Y como aspecto final de la reflexión, vale la pena considerar que la
evaluación escolar necesitan métodos múltiples para abordar el proceso de
valoración externa del estudiante y la formación crítica en la autovaloración, aunque
es necesario enfatizar que la evaluación escolar no se puede limitar con exclusividad
al alumno.
26

1.4 La evaluación del sistema educativo.

La política educativa que se desarrolla con base en la Ley 115 de 1994, se halla
abierta a una dinámica diferente de la evaluación escolar para que este proceso
involucre e irradie todo el quehacer pedagógico en los ambientes micro de las
instituciones educativas; pero contradictoriamente se observa que existe una cierta
reticencia a considerarla a nivel nacional, bajo otras formas o apuntando hacia otros
objetivos, a otros actores y a otros papeles, especialmente con la finalidad de dirigir
el sistema.

Una política evaluativa innovadora en el sistema educativo no puede reducirse a


cambios en las instituciones sino que debe partir de transformaciones desde la
estructura central para que tal transición se pueda desarrollar también en cada
comunidad escolar. Una actuación evaluativa corresponde al resultado de una triple
exigencia: eficacia, transparencia democrática y equidad; es con base en estas tres
demandas que el sistema educativo colombiano tiene que ampliar su concepción,
sus métodos y sus objetos para entrar en una nueva cultura de la evaluación y con
mayor razón en el contexto del país con un desfase creciente entre demanda de
educación y recursos disponibles.

La evaluación escolar, en general, ha sido desarrollada desde la investigación social


y consiste en un conjunto complejo de actividades que tienen como propósito valorar
los objetivos, el funcionamiento de los procesos y el logro final del sistema a través
de determinadas normas, criterios y valores. La evaluación como acto humano que
es, tiene un carácter subjetivo e ideológico, condición que lo remite a un marco de
normas o criterios acordados por las comunidades según la tradición valorativa
formal o informal que ellas practican. Su aplicación en el campo de la educación se
debe a que está presente desde su origen en la evaluación de los alumnos; ahora se
aplica igualmente al sistema educativo y a las instituciones escolares sobre las que
se centran principalmente las expectativas de la sociedad civil.

La evaluación se refiere a todo el sistema educativo y como mínimo éste tiene tres
sectores susceptibles de ella, que no deben confundirse en cuanto sus objetivos, ni
en cuanto sus procesos o sus propósitos pero que si deben coincidir en los tres
aspectos enunciados, la eficacia, transparencia democrática y equidad; los tres
sectores son el sector del sistema educativo, el sector del centro escolar y el sector
del estudiante.

Evaluación del sistema.

En la actualidad el sistema educativo colombiano se encuentra en una etapa de


transición hacia un nuevo modelo de organización y gestión con base en las
definiciones que plasmaron los legisladores en la Constitución y en la Ley General
27

de Educación. Los cambios previstos en el sistema educativo y la implementación de


la reforma dinamizaron la incorporación de otros criterios en el proceso de
evaluación para adaptarlo a la realidad del país.

La evaluación del funcionamiento del sistema educativo es competencia y obligación


de la administración educativa y consiste en dar cuenta a la Nación del camino
recorrido en búsqueda de grandes orientaciones y permitir situarse respecto a los
sistemas educativos mundiales. El actual sistema colombiano tiene políticas con
base en el Plan Decenal y programas en relación con el Salto Educativo que se
desarrollan mediante objetivos y procesos y se espera obtener unos resultados; para
esto requiere una evaluación permanente del logro de sus finalidades que permita
corregir en forma continua las posibles desviaciones de su trayectoria en relación
con los fines que la sociedad ha establecido o hacer los ajustes necesarios de
acuerdo con replanteamientos que se hagan a estos, dada la necesidad que genera
la complejidad y el cambio permanente de la sociedad.

La evaluación en los centros escolares.

Las instituciones escolares tienen la autonomía, según el proceso de


descentralización, de conformar su propio proyecto educativo y en concordancia con
éste, originar el modelo de evaluación para regular el funcionamiento del centro
escolar y del estudiante.

La función que se le asigne a la evaluación es potestad de la Comunidad Educativa


que la hace expresa y manifiesta en el Proyecto Educativo Institucional. El modelo
evaluativo está determinado por criterios y procedimientos que contribuyen a la
rectificación y consolidación tanto del centro escolar como de los logros del
estudiante; para que la evaluación sea eficaz asume testimonios suficientes de
validez y calidad, pero el modo en que la evaluación sea aceptada y tenga posterior
influencia en la realidad depende del principio de credibilidad de la misma así como
del sentido que tenga la comunicación.

En relación con el principio de credibilidad, esa es una de las razones por las que se
modificó el sistema de evaluación anterior dado que el modelo basado en pruebas
objetivas y estandarizadas, con calificaciones y promoción o reprobación de los
niveles de aprendizajes alcanzados por los estudiantes y por lo tanto, de la obtención
de los resultados del sistema, perdieron la credibilidad.
28

20 21
Evaluaciones nacionales, como las Pruebas Saber y el estudio TIMMS , pudieron
confirmar la escasa capacidad del anterior modelo para generar aprendizajes
significativos, aplicables en la adquisición de nuevos conocimientos y en la vida
diaria. Tales resultados son consecuencia de todo el contexto educativo, y entre
ellos, de la evaluación tradicional. Esta evaluación promovió falsas expectativas
acerca de la formación adquirida por los estudiantes y de las posibilidades ciertas
para el desempeño posterior tanto en el plano académico como en el laboral; el
modelo de evaluación apoyado en pruebas objetivas hizo pensar que avanzar
gradualmente con base en calificaciones de suficiencia y acreditación hacia los
grados superiores de educación era garantía para el ingreso a la universidad y para
el mejoramiento del ejercicio laboral.

El segundo factor en relación con la aceptación y posterior influencia de la


evaluación, la comunicación, es determinante en relación con la forma como se
involucre a los miembros de la comunidad educativa para que asuman un
compromiso de transformación y mejoramiento, así como para garantizar la
transparencia de la misma; pero el modelo basado en objetivos desconoció los
intereses y necesidades de la comunidad y la excluyó como interlocutor primero,
teniéndolo en cuenta solamente como receptor de información.

El modelo de evaluación que propicia la reforma se extiende al centro escolar,


constituyéndose en un proceso que no es solo del estudiante ni solo de la sociedad
como una comparación con estándares preestablecidos; en ella la institución acoge
la pluralidad de información que aporta el proceso, la realiza de modo continuo y no
circunstancial; además, la comunidad escolar se instaura como aval del proceso y
exige de éste proporcionar información relevante, pertinente, continua, objetiva,
válida socialmente y suficiente, como para permitir la regulación de los procesos del
sistema y no solamente selectiva, prescriptiva y de control de los alumnos.

La evaluación del estudiante.

Las reformas en evaluación están en estrecha relación con el papel que la sociedad
civil le asigne a la persona y por la tanto a la educación. Estas expectativas hacen
referencia a la transmisión de unos conocimientos, de unas habilidades, de una
cultura ciudadana y a la formación del conocimiento productivo; no se dirige
exclusivamente a informar sino a formar comportamientos, valores, competencias y
aptitudes para el desarrollo de la persona, para la convivencia y el trabajo en equipo.

20
MEN-CIU. SABER, Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad de la Educación. Primeros
resultados: matemáticas y lenguaje en la básica primaria, Bogotá, 1993.
21
DIAZ, Carlos J. Diseño, metodología y resultados del Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y
Ciencias -TIMMS - en Colombia, en Educo, revista de estudios en educación, MEN, Santafé de
Bogotá, Nº. 1, enero-marzo de 1998:45-73.
29

La reforma de la evaluación remite a un marco que corresponde a los criterios de


adquisición de los logros educativos donde el estudiante aprende a evaluar por si
mismo los procesos de su formación, toma conciencia del logro desarrollado, de la
distancia y la diferencia que existe entre una situación inicial y la situación a la que
ha llegado. Su evaluación es complementada por la evaluación de los profesores y
por los Comités de Evaluación y Promoción.

Este modelo evaluativo hace énfasis en una educación centrada en el alumno que
propicia el desarrollo de la persona en su nivel óptimo; asume que cada ser humano
es diferente y cada uno puede alcanzar logros de diversa índole, no necesariamente
de mayor o menor nivel de gradualidad. Para tener en cuenta esa diversidad y esa
singularidad, es necesario atender al ritmo personal; una evaluación genérica que
homologa los tiempos y los niveles de logro buscaría obtener un promedio que se
podría alcanzar con la mediocridad de todos, o con el desarrollo de unos mientras
que otros quedan relegados del saber, o sin el desarrollo óptimo de cada uno o de
ninguno.

Por tal razón es fundamental enfatizar en la posibilidad de diferencias en la


consecución de logros, dado que establece la posibilidad de que cada uno reciba
una educación con calidad y equidad mediante un conocimiento que siendo de su
propiedad le permita emanciparse e integrarse productivamente al desarrollo de su
región y por ende, de la nación.

En ese mismo sentido, la educación actual deben ofrecer al alumno, desde el punto
de vista del conocimiento, el acercamiento a los aspectos que agreguen valor a su
interacción con el mundo cultural, laboral y tecnológico al que se enfrente; dicho
conocimiento no puede reducirse a la reproducción de saberes acabados, sino al
abordaje crítico del bagaje cultural e intelectual de la humanidad para hacerlo útil y
productivo en beneficio del desarrollo personal y social.

Esta necesidad riñe con una evaluación que debe certificar el grado de
homogeneidad y el nivel de logro alcanzado sobre conocimientos genéricos, ajenos
al contexto del individuo. Educar a cada ciudadano para ser competente desde la
escolaridad supone modificar las reglas de juego y en especial las de la evaluación
porque la sociedad requiere personas capaces de utilizar los conocimientos
aprendidos la escuela o en el colegio, para adecuarlos y transformarlos en la
realización de tareas complejas, apoyados en su capacidad intelectual y con las
posibilidades que les brindan los demás de trabajar en equipo.

Se puede concluir que la reforma educativa es factor clave para superar las barreras
que han impuesto las grandes potencias y entrar en el plano de la competitividad
internacional con autonomía, pero fundamentados en un conocimiento disponible
como factor de transformación y de producción. Para alcanzar tal fin se requiere
atender la diversidad y a la totalidad de sus ciudadanos así como la cualificación de
los procesos de evaluación y promoción.
30

Sin embargo, los esfuerzos que se hagan para lograr dicha transformación también
deben estar fundamentados en un conocimiento suficiente sobre el significado del
proceso evaluativo que hasta ahora se ha desarrollado, en los paradigmas que lo
soportan y en las diferencias entre unos y otros; así mismo, es necesario considerar
que el cambio en la práctica evaluativa no se logra solamente con una
reglamentación legal sino con un análisis profundo de las demandas que implica, de
sus fundamentos teóricos y del significado conceptual de las diferencias que exige,
porque en caso contrario, seguiremos desarrollando las mismas acciones con
nombres diferentes. El cambio que se requiere es teórico, es conceptual, es práctico
y es esencial y debe comprender no solo la evaluación del alumno sino que debe
involucrar como objeto de preocupación a la institución, al proceso que se desarrolla
en cada año escolar, en cada grado, en cada momento de la vida escolar, y por lo
tanto a todas las personas que participan y los medios y estrategias que desarrollan
para buscar el desarrollo pleno de los alumnos y de la comunidad educativa.
31

2. TALLERES DE CONSTRUCCION DE LA EVALUACIÓN.

La educación es un proceso social complejo que no se da aislado de los demás


fenómenos sociales, esto es, implica abordar cada uno de sus componentes en esa
multidimensionalidad y diversidad teniendo en cuenta los factores que intervienen en
la organización y funcionamiento de la sociedad. En particular, la evaluación como
componente esencial del proceso educativo, debe tener en cuenta las demandas
que la sociedad hace al sistema y las necesidades de la comunidad en la que están
inmersos sus alumnos. En este sentido, señala Carreño, "La evaluación es un
conjunto de operaciones que carecen de finalidad por si y en si mismas y que
únicamente adquieren valor y vida pedagógica contemplada en función del servicio
22
que presta." (Carreño, Fernando,1989) .

Además, la evaluación del aprendizaje debe ser concebida como un proceso


permanente y sistemático tendiente a favorecer el desarrollo del potencial de cada
estudiante. La valoración del aprendizaje y de la formación de los alumnos debe
planearse y realizarse en coherencia con los demás componentes del proceso de
enseñanza aprendizaje, el currículo y la didáctica; así mismo, este proceso debe
involucrar a todos los actores de la educación, a su vez proporcionar información útil
y oportuna a cada uno de ellos y por lo tanto a la institución, que permita una mayor
racionalidad en la toma de decisiones de carácter formativo.

Sin embargo, las consideraciones teóricas, el conocimiento de experiencias sobre


el tema o la lectura de textos de diferentes niveles de profundidad, con diversos
grados de calidad y de fundamentación científica no generan un cambio por si
mismas en la cultura evaluativa del lector; la práctica evaluativa referida a los
resultados y a la cuantificación de los mismos ha estado enraizada por muchos años
tanto en el quehacer docente como en los estudiantes, y por ello se requiere un
sólido proceso de concientización de las ventajas y desventajas así como de las
posibilidades que ofrece una evaluación más orientada al estudiante, que tienda al
reconocimiento y al respeto de su individualidad para orientar su desarrollo humano.

Para orientar esa reflexión se presentan cuatro talleres que pueden abordarse en
diferente orden y los temas son: 1. Parámetros orientadores para una ubicación de
la evaluación escolar; 2. Nuevas concepciones y papeles en la evaluación; 3.A quién
y qué evalúa la evaluación del aprendizaje y 4. Indicadores de logro y el papel de
las comisiones de evaluación

La metodología con que se realizan los talleres busca que cada uno tome
conciencia de su posición teórica y práctica ante el tema, de tal manera que a partir

22 CARREÑO, Fernando. Enfoques y principios teóricos de la evaluación. Editorial Trillas, primera


edición, 1977, séptima reimpresión, 1989:27
32

de ella formule sus propias preguntas y se preocupe por buscarles soluciones de


acuerdo con las necesidades de su propio contexto, y no mediante soluciones
planteadas genéricamente; así mismo se esperaría que los participantes busquen
alternativas para tener una mejor formación teórica que fundamente su práctica. En
ningún momento se pretende ofrecer fórmulas de solución o modelos
estandarizados para aplicar acríticamente en cualquier proyecto educativo.

La metodología diseñada demanda el trabajo de cada uno y la recuperación del


saber propio como punto de partida para confrontarlo con los demás participantes y
con textos escritos. Para conseguir los objetivos de cada taller se han planeado
cuatro formas de trabajo:

1.Cuestionamientos personales sobre el tema mediante un breve trabajo escrito,


orientado por preguntas.
2.Confrontación de respuestas e inquietudes personales mediante lecturas
cortas.
3.Desarrollo de trabajos en grupo para encontrar coincidencias y diferencias de
las concepciones personales.
4.Momentos de socialización de los temas que expresen mayor contradicción o
polémica en los grupos, de modo que se lleve a cabo una confrontación, una
discusión y se amplíe la fundamentación de las diferentes posiciones que se
expongan.

Cada docente o cada grupo de docentes que realice los talleres puede adecuar la
metodología, los temas y las lecturas a sus necesidades.
33

Taller 1: Parámetros de reflexión sobre evaluación

El taller sobre Parámetros Orientadores para una reflexión sobre la Evaluación


Escolar, busca que los participantes se cuestionen sobre el sentido de la evaluación
mediante la reflexión sobre su propia concepción de evaluación, sobre sus prácticas
pedagógicas, sobre la coherencia de las mismas con sus concepciones y con las
propuestas que hay en la instituciones a las que pertenecen. Además se busca una
toma de conciencia sobre el papel que tiene la llamada evaluación del aprendizaje
para muchos docentes.

El desarrollo del taller comprende dos temas que se realizarán con la metodología
enunciada:

1. Ubicación legal de las demandas a la evaluación escolar.


2. Reducciones de la evaluación.

1 . Ubicación legal de las demandas a la evaluación escolar.

El taller se enmarca dentro de las demandas de la Ley 115 de 1994 y sus


decretos reglamentarios sobre la evaluación y promoción escolar. Realice la lectura
Nº.1 en forma individual y anote algunos enunciados breves que le sugiera su
realización en relación con los fines a que debe atender la evaluación escolar.
Posteriormente realice una discusión grupal para exponer otros aspectos que usted
considera fundamentales.

Lectura Nº. 1. Evaluación y fines de la sociedad y del Estado

Un aspecto central que surge como problemático en la evaluación del aprendizaje


es su relación con la concepción de aprendizaje que fundamenta el modelo
educativo imperante, así como con los fines y papeles que cumplen la sociedad y el
Estado.
34

PROYECTO POLÍTICO, SOCIAL Y ECONOMICO

Proyecto Educativo Institucional

Qué es aprender? Qué es evaluar?

Asociar. Estructurar. Medir. Valorar.


Tecnología Construir y Externo. Interno.
Restructurar Sobre contenido Sobre sujeto
educativa

Autonomía, democracia,libertad
Formación del Recurso Humano

Fines de la Educación

Gráfica Nº. 1. Qué evaluar y qué aprender

Esta situación se presenta en la gráfica Nº. 1 en la que se expresa la relación


entre los fines de la educación al formar un recurso humano con capacidad de
utilizar conocimientos para aumentar la producción en el marco de una sociedad
capitalista; o los fines de una educación para formar en la autonomía en el marco de
una sociedad que propende por la democracia y que requiere un ciudadano con
capacidad de integrar conocimientos en beneficio de la competitividad y la
participación. (Estos fines y este tipo de sociedad es 100% capitalista ?)
23
La calidad de la educación, según Inés Aguerrondo (1993) está determinada por
la concordancia entre los fines que el Estado pretende para la educación y las
metas que tiene la sociedad, coherencia que no siempre se ha dado y que ha tenido
como consecuencia la ineficacia de la educación tanto en la formación del
ciudadano como en la transmisión de la cultura.

23 AGUERRONDO, Inés. La calidad de la educación: ejes para su definición y evaluación, en revista


La Educación, año XXXVII, No. 116, OEA, marzo 1993
35

24
Así lo expresa Eduardo Lora(1997) al decir que entre las demandas que la
sociedad hace a la educación y los fines que pretende el proyecto político sobre la
educación, hay divergencias por cuanto la primera busca metas más humanísticas,
mientras que el Estado se interesa más por la competencia que tengan sus
ciudadanos como fuerza de trabajo. Y es precisamente esa divergencia de metas la
desencadenante de los cambios en la evaluación del aprendizaje.

La primera fase de la educación considera que los fines que pretendió la


educación en el marco del desarrollismo económico fueron la formación del recurso
humano como fuerza de trabajo y mano de obra barata necesaria para la expansión
económica; los criterios con los que se determina la calidad de la educación
corresponden a la relación costo beneficio medidos en términos de cantidad. El
modelo educativo fundamentado en la tecnología educativa se asociaba a una
educación centrada en la transmisión de conocimientos que eran evaluados
mediante un proceso externo; en esta etapa se consideraban parámetros de calidad
la cobertura y la homogeneización que alcanzaba el sistema educativo; su éxito
estaba determinado por la normalización en los resultados. Esta concepción era
coherente con un modelo social individualista y competitivo en el que el Estado
regulaba y reglamentaba todo bajo las mismas condiciones para todas las regiones
con el fin de asegurar que todos tuvieran acceso a una educación igualitaria que
garantizara la no discriminación; en ella el alumno aprendió a sobrevivir en la
indiferenciación y a luchar por obtener una certificación ante la sociedad que le
abriera la posibilidad de ser productivo para mantener el orden vigente.

El aprendizaje se concebía como la capacidad individual de establecer cadenas


de contenidos; se podría decir que la evaluación se refería al rendimiento en cuanto
al contenido que se aprende. Es un modelo educativo que pretende la
homogeneización y considera al estudiante como competente en cuanto es capaz
de ejecutar un procedimiento de manera mecánica o de repetir contenidos.

La segunda fase de la evaluación comprende una orientación tras el desarrollo


de la persona por si misma y para sí, en relación con la sociedad democrática en
busca del cuidado de su propio ambiente y la convivencia pacífica con calidad
humana (Tedesco, Juan Carlos,1992)25. En Colombia esta intención se implementa
inicialmente por medio de la Renovación Curricular y la Promoción Automática, y
después con la Ley 115 de 1994.

Esta segunda fase de la educación, etapa en el marco de la modernidad que


asume los retos y tensiones de la misma, no busca un poder manipulador sino la
solución de los problemas vitales y estar al servicio de lo incierto. Los fines que

24 LORA T, Eduardo. "Límites del crecimiento", en El Tiempo, Mayo 11 de 1997.


25 TEDESCO, Juan Carlos. Estrategias de desarrollo y educación: El desafío de la gestión pública, en
Revista Colombiana de Educación, Nº 24, 1992: 7-21.
36

pretende están referidos a la formación en la participación, la autonomía y la libertad


fundamentada en la construcción del ser humano que se reconoce como sujeto
individual inmerso en una comunidad de la que hace parte y a la que puede aportar
un conocimientos con valor agregado. Dichos fines son coherentes con la
modernidad que exalta la diferencia en sus ciudadanos y por ello asume la
diversidad, la democratización, la competitividad internacional como un medio para
elevar la calidad de vida por medio de la interactividad de cada ciudadano al
concebirse como un ser individual y social que puede incorporarse en forma crítica,
activa y constructiva a los procesos económicos, sociales, políticos y culturales.
(Magendzo, Abraham. 1996). La calidad se comprende como equidad y educación
para todos de modo que permita a cada uno vivir con dignidad y contribuir al
desarrollo y la transformación social; en estas condiciones el papel del Estado ya no
es de control sino que regula el conflicto y hace de mediador entre los subsistemas
para que la educación tenga proyección y no solo cumpla un papel de reproducción
de una sociedad existente.

Por otra parte, la institución tiene sus propios fines, los busca mediante la acción
docente y en algunos casos determina una política sobre la evaluación del
aprendizaje. Pero lo cierto es que quien ha llevado a cabo la evaluación del
aprendizaje es el maestro que podría considerar otros fines como relevantes;
además, no se podría garantizar que en general, el docente esté suficientemente
preparado para evaluar y para determinar de manera independiente, cuáles son los
aprendizajes fundamentales.

En esta segunda etapa el aprendizaje se propone como una construcción que el


sujeto hace del conocimiento mediante la interacción con sus pares, y cuya finalidad
es el desarrollo de sus estructuras cognitivas; se podría afirmar que la evaluación
está referida teóricamente al sujeto que aprende, considerando el contenido como
un medio y no como un fin.

La problemática planteada bajo las condiciones actuales se centra en que, si bien


hay una concepción teórica diferente que fundamenta el Proyecto Educativo
explícito en la Ley 115 de 1994, y que asume al estudiante como eje del mismo, el
concepto de evaluación subyacente no determina un cambio esencial en el objeto
de la evaluación pues el logro sigue centrado en el currículo y no en el estudiante,
como se evidencia en la Resolución Nº. 2343 de 1996.

2. Las reducciones de la evaluación.

Uno de los factores que dificulta un cambio conceptual en relación con la


evaluación escolar tiene que ver con un inadecuado uso del término y la reducción
del mismo a las estrategias y métodos o a los resultados del proceso evaluativo,
pero no al proceso mismo. Esta situación ha coexistido con la educación durante
largo tiempo y ha llevado a una pérdida del papel de la evaluación.
37

Cuestionamiento grupal.

Discutir en grupos:

∗ Qué sucedería si no hubiera informes evaluativos de las asignaturas?


∗ Cómo sucedería el desarrollo de un año, o de un solo período escolar en estas
condiciones?
∗ Elaborar una breve síntesis sobre los cambios que se realizarían en los papeles
de los docentes, los alumnos y los padres.

Relatorías.

Realizar una lectura de las relatorías para ambientar el texto sobre las
reducciones de la evaluación.

Lectura.

Realizar de manera individual la lectura que se propone y tomar una posición


crítica frente a ella. Usted podría considerar, entre otras cosas, que existen otras
reducciones, que las expuestas no son reales, que como tal, esas reducciones son
necesarias. Escriba sus comentarios al respecto.

Lectura Nº. 2. Reducciones de la evaluación

La evaluación del aprendizaje existe en la historia del ser humano desde siempre
dado que la valoración que cada uno realiza sobre sus actos y sobre sus resultados
es algo connatural al hombre; en el ámbito escolar hay evidencias de su temprana
aparición como lo refiere Hotyan (1965). También Díaz Barriga (1994) expone la
aplicación de exámenes en el siglo XIX como parte del método de enseñanza,
realizado al final de un proceso de aprendizaje cuando el alumno podía demostrar
26
con seguridad que había aprendido. Así mismo, Virginia Aguilar describe cómo el
examen en los primitivos era una prueba para pertenecer a un grupo, después se
utilizó para demostrar idoneidad en el trabajo y para ser de la élite del gobierno, es
decir para reconocer un saber.

En la actualidad la evaluación del aprendizaje ha sufrido una serie de reducciones


que han desvirtuado su esencia y la han convertido en acciones terminales,

26 AGUILAR, Virginia. El examen como instrumento de control social, en Evaluación escolar


¿resultados o procesos?. Editorial Magisterio, Colección Mesa Redonda, Bogotá, 1996.
38

externas y sin significado en el proceso de aprender, al punto que los resultados del
examen no informan sino de resultados independientes del proceso llevado a cabo
para lograrlos o de las dificultades sufridas. Como consecuencia de éstas, la
evaluación perdió su relación con la enseñanza y el aprendizaje dejando de ser un
problema pedagógico para convertirse en un problema técnico relacionado con la
validez y la objetividad de las pruebas, con su elaboración técnica para que arroje
resultados diferenciales, con el rigor en la cuantificación y en la asignación de un
valor en una escala.

Estas reducciones corresponden a la transformación de la evaluación en la


asignación de calificaciones y en la aplicación de examen; también se redujo a un
medio de control social y de ejercicio del poder para reproducir un modelo
personalista que desconoce la individualidad y la diversidad al homologar los
resultados como productos indiferenciables.

La primera reducción consiste en una evaluación como asignación de una


calificación y se convierte en un proceso de certificar o descertificar, dado que todos
los estudiantes se determinan mediante datos comparables y ordenables dentro de
una curva normal. Es evidente entonces, que la evaluación bajo esta reducción
pierde toda su relación con el proceso de aprendizaje, con la individualidad del
sujeto y lo centra en el contenido que se reproduce, convirtiéndose en una
certificación que se transformó en una calificación mediatizadora del proceso de
enseñar y el de aprender.

Al respecto Gimeno (1995:377) explica que el juicio que se expresa en una


calificación es definitivo para fundamentar decisiones posteriores de certificación y
promoción, pero es preocupante la simplicidad y agilidad con que los profesores,
dadas las condiciones laborales en que se desempeñan en general, proceden a
reducir la información de que disponen, a tomar lo relevante y a convertirla en una
nota.

Con la tecnología educativa el aprendizaje se mide por medio de instrumentos


objetivos, confiables, eficientes que evalúen lo útil y medible, y que sirvan de control
sobre la labor docente. En ello incide el papel ideológico político que cumple la
evaluación para calificar el capital humano y sirve para ejercer autoridad, razón por
la cual se utilizan las sanciones, las normas que lleva a asumir las consecuencias de
no aprender; es un modelo que busca conservar la estructura social. Esa evaluación
se refiere a contenidos a evaluar y a la estructura de la prueba.

La segunda reducción corresponde a la homologación como aplicación de


pruebas objetivas, Díaz Barriga (1994) dice que el examen “pervirtió la relación
pedagógica al centrar los esfuerzos de los estudiantes y docentes solo en la
acreditación” y le cambió el sentido a la evaluación al reducir el interés del alumno a
39

la obtención de una aprobación y no al aprendizaje en si mismo. También Hotyan


(1965) hace un amplio análisis de los problemas relacionados con la validez, la
objetividad y la confiabilidad de los resultados. Pero lo más grave es que para los
estudiantes, la aplicación de una prueba se convirtió en un acertijo para no caer en
la respuesta errada; y el aprendizaje y la enseñanza en un entrenamiento para
acertar, y en memorizar contenidos.

Sin embargo, tampoco se puede decir que el examen en si mismo sea un


instrumento inadecuado en el proceso educativo, y así lo sostiene Díaz Barriga
(1994) al explicar que este debe ser un medio de formación y no un fin. El problema
no radica en el instrumento mismo sino en reducirlo a la única fuente de información
o a la fuente más confiable con base en la que se corroboran los demás datos que
el maestro recoge en su acompañamiento al alumno.

La tercera reducción es un tema que desarrolla ampliamente Virginia Aguilar


(1996) y explica que la evaluación se convirtió en un instrumento de control para
ejercer la autoridad de la sociedad, del Estado, de la institución o del docente sobre
el estudiante y reproducir el modelo social imperante, como una sociedad
individualista y competitiva. El maestro es quien selecciona el contenido que ha de
demostrar el alumno y en esta acción establece prioridades según su saber por una
autoridad delegada, puesto que tampoco tiene independencia dado que él debe
atender al ejercicio que realicen sus alumnos para responder adecuadamente, no
solo a sus exámenes sino también a los exámenes regionales. Es un proceso en el
que el alumno no cabe y debe seguir los parámetros del sistema educativo y de la
estructura social.

En relación con la estructura de la prueba, Aguilar explica que ésta replica un


modelo social individualista, mecánico, repetitivo, reproductor y parcelador del saber;
la prueba responde a una cultura. Así mismo, la aplicación de la prueba es violenta
como expresión de autoridad, momento en el que se confirma el control del profesor
sobre el alumno en un ritual propio de la escuela de competitividad, comparación,
reconocimientos externos o sanciones y discriminación sin detenerse en la persona
y su formación.

Desde otro punto de vista, Mario Díaz (1996) explica, al referirse al problema de
la objetividad de la evaluación, que este proceso legitima el saber del profesor por
cuanto exige responder a unas prescripciones, tiene su propio discurso, no tiene en
cuenta el cómo se aprende en su diversidad y complejidad, en su contexto. La
evaluación es objetiva cuando pasa unos controles, certifica el saber del maestro y
legitima el modelo escolar, por lo tanto no puede concebir la intersubjetividad ni los
significados, no es interpretativa en relación con sujetos activos, convirtiéndose en
una acción individual del profesor como ejercicio de su autoridad sobre el
estudiante, de modo que busca la reproducción de un saber acabado en poder del
docente.
40

Estas y otras son formas a las que se redujo la evaluación del aprendizaje al
considerar que lo único importante de evaluar es el conocimiento que adquiere el
alumno, conocimiento que es acabado, exacto y que no se puede problematizar;
como consecuencia de ello los estudiantes aprenden a repetir, a contestar exacta y
juiciosamente y sobre todo, a no preguntar ni a preguntarse.

Al analizar todas estas características de las prácticas evaluativas, surgen


naturalmente preguntas sobre el objeto de la evaluación, si la evaluación del
aprendizaje pretende valorar el aprendizaje del niño singular, y si mediante esas
reducciones es posible hacerlo.

Taller 2: Nuevas concepciones y papeles en la evaluación.

Este segundo taller tiene la intención de generar una reflexión en relación con las
diferentes denominaciones que se da a la evaluación para centrarse en la
evaluación cuantitativa y la evaluación cualitativa; así mismo, sobre los papeles que
debería asumir cada uno de los actores de la comunidad educativa en relación con
la evaluación del aprendizaje.

Su desarrollo comprende dos temas para realizar con la metodología expuesta:

1.Nuevos conceptos de evaluación


2.Cambio de roles en la evaluación

1. Nuevos conceptos de evaluación

Todo sistema de evaluación educativa debe cumplir con ciertos principios


básicos. En un esfuerzo para mejorar el sistema de evaluación, se han incorporado
a la evaluación algunos nuevos conceptos, tales como: evaluación continua,
integral, cualitativa, por logros, por procesos, formativa, centrada en el estudiante,
analógica, dialógica. Y se podrían seguir enumerando muchos otros términos que
están haciendo referencia al aprendizaje y a la formación de los estudiantes.

Sobre el tema se está produciendo en el país bibliografía contextualizada y es


significativo el uso que en algunos de ellos se le da a los términos anteriores de
forma indiscriminada y sin precisar la fundamentación teórica de cada uno en
relación con una teoría del aprendizaje.

Reflexión personal.
41

Ante la diversidad de denominaciones, es importante que cada uno intente una


aproximación a algunos de esos términos, por analogía, por contraposición, por
diferenciación o por comparación. Para ello proponemos parejas de términos para
que Ud. enuncie en forma corta, como se relacionan. Usted puede relacionar todos
o seleccionar los que le parezcan más importantes o de mayor interés. Ellos son:

1. Evaluación continua y periodización de la evaluación.


2. Evaluación cualitativa y cuantitativa
3. Promoción y certificación -descertificación.
4. Parámetros nacionales y contextualización
5. Evaluación por áreas y evaluación integral
6. Notas y juicios comparativos
7. Evaluación de procesos y pruebas o exámenes
8. Competitividad y comparación
9. Evaluación objetiva y subjetiva
10.Evaluación continua o bimestral
11.Evaluación grupal o individualizada
12.Evaluación formativa o por fines curriculares
13.Informe por boletín o informe descriptivo explicativo
14.Autoridad del comité o autoridad del docente.
15.Graduación flexible o promoción automática.

Trabajo en grupo.

Con base en la reflexión anterior cada grupo debe responder las siguientes
cuestiones. No es necesario llegar a acuerdos al respecto; es más importante
comprender y exponer las razones de las diferencias, que llegar a consensos.

Proponga una definición de evaluación donde usted tenga en cuenta las


respuestas a: ¿Por qué evalúa? ¿Cuándo evalúa ? ¿ Para qué evalúa? ¿Cómo
evalúa? y ¿A quién evalúa?

Después de responder a estas preguntas, por favor, piense (no responda):

1. A la luz de su respuesta, considere, cómo fundamentaría su respuesta. Esto


es, ¿Su respuesta tiene un marco bibliográfico? ¿ Qué ha leído últimamente sobre
evaluación? ¿Recuerda los apuntes sobre evaluación de cuando usted era
estudiante en la Normal o en la Universidad?

2. Proponga una definición de evaluación integral ¿ Qué es para usted


evaluación integral? Después de responder, pregúntese: ¿ Cómo llevaría a la
práctica la definición dada por usted ?
42

3. Ahora piense: ¿ Cómo haría para darle validez a su definición ? ¿ Cuál es su


concepto de evaluación integral ? ¿ Qué aspectos le permiten pensar integralmente
sobre usted mismo, sobre el alumno y sobre la realidad que nos rodea y presiona?

4. Enumere concretamente las causales de bajo rendimiento más frecuentes que


sus alumnos tienen en su asignatura.

5. Después de contestar esta pregunta piense, recuerde, si usted ha buscado


explicación de estas causales en fuentes bibliográficas o en personas
especializadas sobre el tema.

6. ¿ Qué usos piensa darle a los resultados de la evaluación? Una mejor


formulación de esta pregunta, podría ser: ¿ Quién podría utilizar y cómo los
resultados de la evaluación de los alumnos ? ¿ Para qué le comunica al estudiante o
a los padres de familia los resultados de su evaluación? ¿Vale la pena proponer la
coevaluación y la autoevaluación?

7. Si la evaluación es permanente ¿ Cómo hacer con la entrega de temas, de


planillas, de boletines y con los bimestres? ¿ Cómo los remplazaría? ¿ Qué
periodización haría del año escolar?

Lo permanente de la evaluación ¿ Cómo marca su ritmo de desarrollo de la


asignatura? ¿ Se puede establecer en términos de tiempo una continuidad en la
asignatura? ¿Cómo afecta la interacción en el aula ?

¿ Es suficiente hacer evaluación permanente y disponer de mayor información de


cada alumno ? ¿ Qué acciones implementaría con base en la información disponible
? ¿ En qué momento del proceso educativo ?

8. Al fin y al cabo ¿Cómo va a evaluar? ¿Usted asumiría un sistema integral y


cualitativo o conservará los números, las letras y los "chulos"? ¿ Cómo tendría en
cuenta las diferencias y la individualidad de sus alumnos ?

Socialización.

El momento de socialización tiene como finalidad recoger las diferentes


reflexiones sobre el tema, dedicando atención especial a los aspectos en los que
hay mayor divergencia y a las explicaciones de las mismas. En ella se recogerán los
planteamientos que evidencien la necesidad de fundamentar la evaluación.

Lectura individual.
43

La evaluación del aprendizaje ha estado fundamentada en los paradigmas de la


investigación y de ellos ha tomado los métodos para evaluar. La lectura que se
ofrece amplía la reflexión anterior y da pie para establecer la necesidad de
fundamentar la evaluación del aprendizaje en una teoría del aprendizaje.

Lectura Nº. 3. La evaluación cualitativa y cuantitativa.

Ubicar la fundamentación de la evaluación del aprendizaje puede asumirse como


un problema epistemológico en cuanto tradicionalmente se ha delimitado dentro de
27
los paradigmas de la investigación . En un primer momento se aplicaron los
métodos de la investigación experimental a la evaluación del aprendizaje de manera
analógica; posteriormente, cuando se introduce la investigación humanista de corte
cualitativo, se transfiere ésta como fundamento de la evaluación en educación bajo
múltiples denominaciones; pero ni una ni otra han sido útiles a la educación, ni han
estado contextualizadas en su problemática. Para atender a esta ubicación se
delimitarán los componentes de cada paradigma en la investigación así como sus
características dentro de la evaluación.

El paradigma cuantitativo de la investigación.

La base de la pregunta por lo cualitativo y lo cuantitativo está en la epistemología:


¿cómo conocemos lo que conocemos? En los siglos XV y XVI dominó la razón en el
desarrollo de las ciencias fácticas y formales, el conocimiento del mundo por los
sentidos; el paradigma cualitativo que guía esta época es el realismo y el positivismo
lógico.

Este paradigma responde a un interés técnico del conocimiento y tiene como


finalidad el abordar la realidad para dominarla y transformarla apoyado en el
conocimiento de las causas que la determinan. En este enfoque investigativo no está
el sujeto presente, ni como investigador ni como investigado. Es una relación en la
tercera persona donde el investigador es ajeno al hecho en estudio para poder
actuar sobre él, manipularlo y controlarlo.

27
Para hacer la caracterización de cada paradigma, tendremos en cuenta la definición que Thomas Khun, (1970)
da sobre el paradigma al decir que es una matriz disciplinar que comprende las generalizaciones, creencias y
ejemplos que guían una comunidad académica, indican la clase de problemas que le son pertinentes, se
orientan por teorías y modelos para abordar y solucionar los problemas, establecen criterios para el uso de
herramientas y proporcionan una epistemología de base. KHUN, Thomas. La estructura de las revoluciones
científicas. Editorial Paidos, 1970.
44

El Cuadro No. 2 muestra cómo el paradigma cuantitativo se preocupa por los


hechos estáticos que abarca en su totalidad, los asume como atemporales y los
sitúa en contextos de una amplitud considerable.

PARADIGMA CUANTITATIVO

La realidad es única, se puede controlar y predecir dado que se


caracteriza por un orden mecánico y estable.
Es un diseño cerrado lógico deductivo conformado por conceptos,
definiciones operacionales, recolección de datos, comprobación de
hipótesis, análisis e informes para ratificar o desechar la hipótesis.
Busca identificar relaciones causales predominantes previamente
establecidas con base en un marco teórico
Se establecen generalidades como afirmaciones verdaderas y con
independencia del contexto, con base en las relaciones de causalidad dado
que cada acción es el resultado de otra que la precede.
El investigador emplea conceptos y definiciones operacionales de los
mismos.
El papel del investigador debe ser neutro y acrítico por lo tanto debe
eliminar toda subjetividad y mantenerse la margen del hecho investigado.
En este paradigma la relación sujeto objeto no debe existir.
Utiliza información previamente delimitada y reducida solamente a las
variables que se deben observar. Esta delimitación es establecida
solamente por el investigador.
Transmite información por medio de números y medidas requiriendo
garantizar la objetividad; para ello utiliza procedimientos estáticos y sin la
intervención del investigador.
La información se entrega en un reporte final que se expresa en un
informe objetivo y ajeno tanto al investigador como al investigado.
Cuadro No. 2.

La investigación cuantitativa corresponde a un diseño que exige la determinación


de variables, de técnicas recolección de información mediante instrumentos objetivos
y estandarizados; además requiere de la interpretación de la información obtenida
por medio de técnicas estadísticas para realizar generalizaciones apoyadas en la
cuantificación de las características observadas. En este tipo de investigación, la
validez interna y la fiabilidad son los requisitos de rigor y credibilidad científica.

En él, se exige a la investigación el uso de técnicas fundamentalmente


cuantitativas dado que tiene como finalidad la elaboración de leyes de algún nivel de
45

generalidad y desecha lo particular en tanto que a partir de unos pocos casos no se


puede inferir nada sobre lo universal.

El paradigma cuantitativo de la investigación en cuanto un procedimiento


metodológico se aplicó por analogía, y probablemente, de forma inconsciente a la
evaluación del aprendizaje. El propósito principal de este tipo de evaluación es
elaborar una información objetiva, verificable y replicable sobre los fenómenos de la
enseñanza, evitando los sesgos del docente al dejarse llevar por su intuición; para
ello, toda la información disponible debe provenir de pruebas objetivas realizadas
mediante procedimientos posibles de ratificar y de explicitar.

En este tipo de evaluación la validez interna y la fiabilidad son los requisitos de


rigor y credibilidad científica. Con la valoración mediante calificaciones se busca la
generalización en promedios, el ordenamiento en puestos de grupo, todo a imagen y
semejanza de las ciencias naturales; así, la nota se convierte en un satisfactor
externo asignado por el evaluador y reduce el proceso de aprendizaje a
adiestramiento a la comparación con resultados obtenidos por la población y que
han estandarizado, o se asume el grupo de alumnos de un curso como parámetro
de comparación, o se toman criterios previamente determinados como se hizo con
los objetivos que especificaba porcentajes o criterios mínimos de eficiencia y que
permiten determinar si se había alcanzado el nivel requerido. Todos estos criterios
enfatizan en que el éxito se alcanza cuando se tiene un grupo homogéneo, regular y
que obedece a la distribución estadística en una curva normal. (Cajiao28,1992;
29 30
Ebel ,1971; Rodríguez Espinar , 1992)

Dicha valoración se realiza al final del proceso con un carácter externo que
elimina la responsabilidad del sujeto frente a su aprendizaje puesto que los
parámetros para evaluar los establece el docente y él aprende aquello que éste le
exigirá; en tales condiciones se fragmenta la realidad en asignaturas y campos que
se reducen a contenidos para repetir, se simplifican e ignoran los significados
internos que subyacen en el comportamiento observable de los niños.

Dentro de esta concepción de evaluación surge la tecnología educativa y se


comienza a hablar de la evaluación en relación con el logro de objetivos sobre
comportamientos observables, según lo explica Merwin31(1988). Por su parte,

28 CAJIAO, Francisco: Evaluación escolar, en revista La alegría de enseñar, Año 4, No. 14, enero de
1993:23
29 EBEL, Robert et ali., Aprendizaje escolar y evaluación, ed. Paidos, 1971.
30 RODRÍGUEZ ESPINAR, Sebastián. Factores del Rendimiento Escolar. Oikos-Tau,s.a. ediciones,
Barcelona, 1992.
31 MERWIN, Jack. Hojeada histórica a los conceptos cambiantes en EE.UU, Primera unidad
seminario taller sobre evaluación educativa. Unisur, 1988.
46

32
Tyler propone unir la instrucción a la evaluación para que adquieran un carácter
33
racional y científico. Al respecto Niño Zafra (1991) dice que “esta evaluación se
convirtió en una función técnica de generación de objetivos enfatizando el logro de
los aprendizajes del estudiante y generando en el maestro el único interés de
evaluar logros en aquellas conductas medibles...". La evaluación en esta etapa se
reduce entonces a calificación y además a exámenes para tener un referente para
asignar una nota.

En la práctica este enfoque llegó al desuso pues la influencia de tal "eficacia"


sobre la mejora de la práctica evaluativa fue relativa e incluso nula. En ella se
aceptaba una separación vertical de roles y funciones que generó una relación de
dominación entre quienes decían detentar el conocimiento y quienes tenían que
aplicarlo, (Aguilar, 1996:86). Por otra parte, algunas evidencias de las dificultades
que presentaba esta evaluación se refieren a la falta de objetividad; las franjas
límites de aprobación y reprobación; los saberes se podían “promediar” como si
saber mucho de algo pudiera compensar la carencia de otro saber, o el saber algo o
tener una idea aproximada de cada tema fuera suficiente; se generó altos niveles de
tensión; se establecieron parámetros de comparación tan fuertes que cuando el
estudiante no lograba el nivel de los demás recurría al fraude o a otras estrategias
para obtener la acreditación que la sociedad le exige; la competencia individualista
que generó en los alumnos, el deterioro de la autoestima de los clasificados como
ineptos, la tensión de la prueba escrita que desvirtuó los resultados; el deterioro
progresivo del sistema educativo o de la institución pues la información no era
suficiente ni específica; se desvirtuó el interés por el aprendizaje y los estudiantes
aprendieron a adivinar las preguntas que propondrían su profesor, de modo que
olvidaron sus propias preguntas, sus respuestas y sus análisis libres de formalidad.
Fue y sigue siendo en muchos ámbitos, una evaluación que no se preocupa por la
forma como el alumno ha alcanzado un aprendizaje o por las estrategias que
desarrolló para aprender y le podrían ser útiles frente a nuevas situaciones.

Esta primera concepción también hizo aportes a la evaluación del aprendizaje


como el desarrollo de técnicas en la elaboración de pruebas, la inserción de la
evaluación diagnóstica, la introducción de la valoración del campo afectivo y
psicomotor, la ampliación de las funciones de la evaluación al introducir la
evaluación formativa, el uso de los resultados para retroalimentar el sistema y para
llevar a cabo la planeación de la enseñanza. Estos nuevos papeles de la evaluación
comienzan a abrir campo a la evaluación cualitativa y por procesos.

El paradigma cualitativo de la investigación

32
TYLER, Ralph. Principios básicos del currículo. Buenos Aires, Troquel, 1973.
33 NIÑO ZAFRA, Libia Stella. Pedagogía y Evaluación: relaciones y transformaciones, en Opciones
Pedagógicas No. 5, primer semestre, Universidad Distrital, 1991: 7-12
47

La vigencia del paradigma cuantitativo se mantuvo por mucho tiempo, aun para
estudiar hechos sociales, pero hacia los siglos XVIII y XIX comenzó a comprender
que el método cuantitativo no era adecuado para desentrañar los significados que el
hombre ha elaborado ni el mundo que él ha construido, que la interacción humana
no puede ser comprendida como estática sino que lleva implícita una dinámica que
es necesario valorar; esta comprensión de lo singular del hecho social en relación
con las ciencias fácticas, requirió de un nuevo paradigma, el cualitativo.

Como tal, la investigación cualitativa se iniciaría con Frederick Le Play (1855), en


investigación sociológica; posteriormente en antropología se introduce una forma
particular de la investigación cualitativa con la investigación etnográfica. Weber
(1864-1920) aporta a la sociología el énfasis necesario para comprender la realidad
por medio de la interpretación de la acción social, en un contexto donde lo subjetivo
es importante.

Las disciplinas antrópicas, referidas al estudio del fenómeno humano inmerso en


una sociedad y una cultura, adoptan inicialmente los fundamentos epistemológicos,
los métodos y estrategias de la investigación cuantitativa para explicar, predecir y
controlar. En los años 60 en adelante, se cuestionan estas aproximaciones a la
realidad en las ciencias sociales y humanas, dada su complejidad y su dinámica
cambiante. Los cambios que se introducen en ellas enfatizan en que el investigador
interviene generando variaciones, aun en los objetos de estudio de las ciencias
naturales (Principio de Heisenberg). Se asume que el conocimiento no es del todo
neutral pues los hechos dependen de quien los conoce, de las concepciones del
observador y del marco de la investigación; el investigador no es neutro ni en la
teoría en la que se fundamenta, ni en la valoración que lo orienta.

El desarrollo de una investigación con enfoque cualitativo transcurre en el


ambiente natural en que suceden los hechos y en el que se considera como
componente fundamental el contexto en el que se sitúa el hecho social, su ubicación
espacio temporal; frente al hecho social, lo importante no es el hecho en si, ni las
interacciones mismas que se dan entre los sujetos, sino los significados que se le
otorgan al hecho y a las interacciones en cuanto responden a intereses práctico o
emancipatorio de la comunidad en cuestión.

El enfoque cualitativo parte de una concepción de la realidad como totalidad que


se construye en la interacción comunicativa de sus integrantes, y que se debe
estudiar teniendo diferentes teorías como referentes, para abordar una realidad
múltiple y cognoscible a partir de los significados que le asignan los múltiples
actores. Por lo tanto, la investigación cualitativa hace una lectura que trasciende el
texto directo y devela significados e intereses.

La investigación cualitativa no parte del planteamiento de hipótesis para demostrar


o refutar, sino de supuestos amplios o de categorías de análisis planteadas
48

inicialmente desde una concepción teórica del investigador; estas categorías no son
estáticas sino que en el transcurso de la investigación, mediante la interacción del
investigador con la realidad investigada, se replantean sucesivamente. En la
interacción investigativa y del conocimiento progresivo de la realidad surge, mediante
un proceso inductivo, una teoría que fundamenta su comprensión y la construcción
de significados.

El cuadro No. 3 recoge los principales aspectos de este paradigma; en él se


observa que el paradigma cualitativo se ocupa del hecho social, de los significados
que se develan con observación y la pregunta sobre los hechos.

PARADIGMA CUALITATIVO

Se considera la realidad como múltiple dado que cada una es única e


irrepetible caracterizada por un orden dinámico creado por la acción y la
asignación de significados.
Es un diseño abierto que asume también el conocimiento tácito intuitivo y lo
considera fuente de información.

Busca comprender el fenómeno. La teoría emerge de los datos y el


investigador intenta averiguar cuáles son los esquemas explicativos de los
fenómenos para darles sentido.

Se pueden establecer hipótesis descriptivas sobre casos particulares y por lo


tanto, contextualizadas espacio temporalmente; dado que todo se influye mutua y
simultáneamente, no existen relaciones de causalidad.

Utiliza conceptos sensibles que captan significados y emplea descripciones


de los mismos para aclarar las múltiples facetas del concepto.
El investigador está inmerso en el hecho investigado, interpreta, participa y
explora asumiendo su subjetividad y la haciéndola explícita. Se concibe como
imprescindible, la interdependencia sujeto objeto.

Toma información que surge de la interacción con base en categorías que


pueden ser ampliadas en el desarrollo de la investigación, la información que
obtiene es textual y sobre ella se infiere más allá de éste. Durante el proceso de
replantea la pregunta de la investigación y ésta sugiere la dirección de la
información que se requiere.

Transmite información por medio de registros del lenguaje original para


conservar el significado, por lo tanto utiliza instrumentos que le permitan
aproximarse a la realidad y conocerla en la forma más directa posible.
49

La información es permanente y busca ampliar la comprensión y el


compromiso de los implicados en el hecho investigado. Se negocian significados y
se establecen acuerdos.

Cuadro No. 3.

La investigación cualitativa responde a dos tipos de intereses de acuerdo con la


intencionalidad que tenga. Frente al hecho social, la investigación cualitativa no se
pregunta por el hecho en si mismo ni las interacciones que se dan entre los sujetos,
sino por los significados que se le otorgan al hecho y a las interacciones en cuanto
responden a intereses práctico o emancipatorio de la comunidad en cuestión.

El interés práctico está enmarcado en la comprensión y la intersubjetividad, en


una relación en segunda persona que examina al sujeto en si para comprenderlo en
su individualidad, desde la individualidad del investigador de modo que se hace
relevante el interés por la actividad comunicativa. Busca la comprensión para
desentrañar significados pero no para enjuiciarlos.

El interés emancipador es el interés en primera persona, en un yo en el que se


ponen en evidencia los núcleos significativos del sujeto en su dimensión individual y
colectiva, en cuanto sujeto investigado e investigador de su propia realidad, para que
se cuestione a si mismo y alcance un profundo conocimiento de si mismo y de su
contexto para emanciparse haciendo uso de su autonomía.

La investigación cualitativa, sea que responda a un interés de comprensión o de


transformación, se plantea preguntas orientadas por la necesidad de conocer la
cualidad. Con su diseño pretende comprender la realidad del hecho social en cuanto
construcción social, y por lo tanto su interés se centra en los significados singulares
que le ha otorgado dicha comunidad.

La pregunta por la calidad del hecho social que se ha construido o se está


construyendo en la interacción comunicativa, debe dirigirse a indagar por la
singularidad del mismo en cuanto hecho situado en un contexto; además, se
pregunta no solo por la cualidad en cuanto asignada por un grupo social, sino por el
proceso singular de asignación de la misma. La pregunta por la singularidad del
hecho social (en cuanto hecho constructo de interacciones comunicativas), se
enmarca en la totalidad del contexto en el que sucede para transformar con sentido
si el interés es emancipador, o para hacer con sentido, si el interés es práctico.

Este paradigma cualitativo de la investigación abre otro marco de referencia para


la evaluación más acorde con la necesidad de comprender la problemática
individual, de disponer de espacios de participación y por lo tanto, de estimular el
autogobierno de los estudiantes para que cada uno se trace y alcance sus propias
metas dado que la educación asume la diversidad y la unicidad de la persona.
50

Bajo este paradigma, los individuos son definidos y comprendidos como sujetos
activos en la elaboración y delimitación de las realidades que encuentran, por medio
de un proceso de interpretación y asignación de significado en el que surge una red
de interacciones y nuevos significados. El objeto de la evaluación del aprendizaje
abarca los fenómenos y procesos en los que se desarrolla el individuo, buscando los
significados subjetivos, las percepciones e interpretaciones de los pares, de los
compañeros de clase y de la escuela sin caer en la comparación del individuo frente
a otros, así sean sus propios compañeros o pares. Bajo esta perspectiva la
evaluación no es un producto acabado sino que se constituye en un argumento cuya
finalidad no es demostrar un resultado ni llegar a un punto final, sino involucrar a las
personas que hacen parte del proceso y en particular al alumno para que, con
mayor comprensión de la problemática, actúen tras la búsqueda de su
mejoramiento.

Esta evaluación demanda unas estrategias diferentes que implican una


participación intensiva, una observación de alta calidad, un gran nivel de diálogo y
comunicación general para que la información obtenida sea útil y cierta. En ella se
comprende la objetividad en relación con un contexto y resulta del consenso de las
subjetividades de sus integrantes, tanto del conocimiento explícito como del no
explícito que tienen de la problemática.

Así mismo, esta evaluación debe ser contextualizada; al respecto Díaz (1996)
propone una evaluación centrada en un proceso investigativo de reflexión que
desentrañe los significados que elabora cada individuo y no se limite a establecer
regularidades o los grados de homogeneidad alcanzados sino a estimular y valorar
la diferencia; sin embargo, es necesario agregar a lo dicho por este autor que ello
signifique abandonar la valoración de las regularidades en el contexto escolar. La
evaluación debe buscar soluciones a diferentes situaciones problémicas,
enfatizando en el proceso; ella debe considerar la actuación en un contexto de
manera que en cada ambiente se generen aprendizajes pertinentes y significativos
en cada sujeto, producción que es imposible de evaluar homogéneamente.

Por otra parte,se ahce necesario evaluar teniendo en cuenta la intersubjetividad


del proceso educativo; sobre el tema Mauricio Pérez Abril34 (1996) expone que el
aula es un espacio interactivo de acción-reflexión-acción en la que el estudiante está
en proceso de construcción sobre si mismo y sobre sus acciones y usa la evaluación
para reorientarse y conocerse, mientras que el docente tiene una visión de conjunto
para valorar el proceso y reorientar o cambiar con base en información y reflexión

34 PEREZ ABRIL, Mauricio. Evaluación de procesos- Herramientas del aula, en Evaluación escolar
¿resultados o procesos?, colección Mesa Redonda, editorial Magisterio, Nº. 39, Santafé de Bogotá,
1996: 11-33.
51

que le permite autoevaluarse. Ello implica un proceso sistemático de observación y


seguimiento.

La evaluación en Colombia.

La evaluación entendida bajo el paradigma cualitativo corresponde a una


educación cuyos fines se centran en la persona y en sus diferencias individuales
como se ha pretendido en Colombia con la Renovación Curricular, que se ratifica
con la Constitución de 1991 y la Ley 115 de 1994. En este marco legal se enfatiza
en la atención al desarrollo de los individuos y de sus estructuras; propende por el
respeto al ritmo personal mediante una evaluación continua, integral y cualitativa de
acuerdo con el artículo 47 del Decreto 1860 de 1994.

Con base en esa concepción de evaluación, en Colombia se comienza a hablar


de evaluación del aprendizaje por procesos que hace énfasis en el análisis de los
cambios y transformaciones ocurridos en los alumnos. Dicha evaluación legalmente,
según el MEN35 (1997:21) se comprende como ‘’analizar en forma global los logros,
dificultades o limitaciones del alumno y las causas y circunstancias que, como
factores asociables inciden en su proceso de formación. De esta manera la
evaluación se constituye en una guía u orientación para el proceso pedagógico’’.
Desde el punto de vista teórico se entiende como la valoración del sujeto integral,
que fundamenta la toma de decisiones, genera oportunidades de desarrollo de
acuerdo con las posibilidades y límites del individuo y busca que cada uno alcance
sus propias metas, de modo que sean compatibles con las de otros en un ambiente
donde se tiene en cuenta la diversidad y la unicidad de la persona (House,1994)

Si bien ésta es una concepción que teóricamente parece adecuada, en algunas


prácticas evaluativas enunciadas como cualitativas se hace evidente cómo se
reduce a otras formas de cuantificación de resultados y de promedio en la
consecución de los logros para aprobar o reprobar. Al respecto Latorre y Suárez
(1998:113) al hacer un análisis de los capítulos de evaluación escolar en 77 PEIs
afirman que: “En algunos proyectos se hace referencia al porcentaje de logros que
deben alcanzarse para aprobar la asignatura [...] tal porcentaje es independiente de
la naturaleza de los logros aprobados o de los no aprobados [...]En forma similar la
promoción de un grado se determina en muchos de los proyectos de acuerdo con el
número de asignaturas aprobadas o no reprobadas; así, varios proyectos enuncian
que se reprueba si el alumno pierde tres o más asignaturas una vez realizadas las
actividades de superación de logros; en tal decisión no se tienen en cuenta las
dificultades del alumno o la naturaleza de las materias no aprobadas”

35 MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. La evaluación en el aula y más allá de ella:


Lineamientos para la educación preescolar, básica y media, Santafé de Bogotá, 1997:26
52

En otras comunidades se observa cómo la evaluación siguió siendo un medio de


control y sanción para los estudiantes que “reprueban” un grado a quienes se les
permite continuar en la institución con la condición de “repetir el año”, o en caso
contrario ser promovidos pero con la condición de no permanecer como miembros
de esa comunidad. En estas condiciones la evaluación pierde su carácter cualitativo
centrado en el individuo como totalidad y como parte de una comunidad, de modo
tal que bajo otro nombre sigue siendo segregadora y eliminadora.

También se observa que no ha impactado suficientemente las prácticas


evaluativas del aula en otras situaciones como por ejemplo, en las ofertas para
sistematizar los informes descriptivos en los que se enuncian los mismos logros para
todos los estudiantes y sobre cada uno de ellos, el profesor como evaluador externo,
determina el logro o no logro; en la insistencia con que los docentes demandaron al
Ministerio de Educación Nacional un listado de indicadores de logro, listado que
sigue estando referido a un currículo centrado en áreas académicas, en contenidos
y fundamentados en una pobre definición de logro, como la que ofrece la Resolución
2343 de 1996 (Ver Latorre y Suárez, 1998:133); en la permanencia de las relaciones
de poder del profesor sobre los estudiantes; en el temor a la autoevaluación o a la
coevaluación; en la conservación de los períodos académicos y las evaluaciones
acumulativas.

Pero una de las principales dificultades es la falta de reconceptualización de los


profesores sobre su quehacer y la poca profesionalización en su ejercicio docente;
esta condición se enfatiza porque las prácticas de corte cuantitativo han estado
arraigadas por muchos años en las comunidades educativas; además se tiene poca
conciencia de las reducciones a que se sometió la evaluación y no se diferencia
conceptualmente ésta de la calificación y la aplicación de pruebas. En tales
condiciones el cambio enunciado, con el fin de asumir la evaluación dentro de una
connotación más centrada en el estudiante y expresada mediante juicios de valor,
se redujo en muchas instituciones a un cambio de una escala numérica a una
escala literal o a totalizar los objetivos alcanzados.

2. Cambio de roles en la evaluación.

El papel que cada uno de los actores de la educación ha desempeñado, ha


estado condicionado por las concepciones de persona, de comunidad y de ambiente
que han enmarcado el sistema educativo, y por las demandas de la sociedad a sus
ciudadanos en formación. El protagonismo y el poder han estado centrados en el
docente y en el directivo escolar. Los cambios introducidos en la nueva legislación
enfatizan la necesidad de participar y de centrar la educación en el alumno.

Trabajo grupal.
53

Los actores que conforman el concierto de la educación son los maestros y los
alumnos, pero también los padres de familia y los directivos docentes. En el cuadro,
haga una comparación de los cambios que han tenido que asumir, si es que eso ha
sucedido, y los que debieran asumir en relación con el proceso evaluativo.

Actor Papel anterior Nuevo papel Observaciones


proceso
educativo
Alumno
Maestro
Padres
Directivos
Cuadro Nº. 4. Papeles en la evaluación (1)

Socialización

En la socialización se exponen las conclusiones de los grupos y se orienta la


discusión posterior teniendo como referencia la tabla anexa, para corroborarla,
ampliarla o corregirla.

Actor del
proceso Papel anterior Nuevo papel Observaciones
evaluativo
Alumno Juzgado, informado, Toma de conciencia de
pasivo su potencial y su
avance. Protagonista,
actor del mejoramiento
Maestro Juez externo como Orientador,
experto coevaluador, mediador
Promotor de nuevas
alternativas de
progreso
Padres Informado, Participar, apoyar,
castigador, o respaldar, cuestionar
descalificador del
proceso educativo
Directivos Certificar Soporte de gestión,
ajuste de condiciones
espacio-temporales y
de recursos

Cuadro Nº. 5. Papeles en la evaluación (2)

Lectura.
54

La discusión sobre los papeles que asuma cada uno en el proceso evaluativo se
puede enmarcar en el cambio que genera una pedagogía fundamentada en la
transmisión de conocimientos, o en la construcción de los mismos, o en la
restructuración que realiza el alumno. Con base en la siguiente lectura establezca:
¿Considera posible que se logren cambios en los papeles frente a la evaluación de
manera independiente de los cambios en el currículo y en la didáctica ? ¿Bajo qué
condiciones sería posible ? ¿Qué consecuencias tendría para el alumno y para el
docente ?

Lectura Nº.4. Influencia de las teorías cognitivas en la relación docente-


alumno

Las teorías cognitivas más recientes orientadas al estudio de la formación de


estructuras de pensamiento han hecho un aporte fundamental en el cambio de
relación entre desarrollo y aprendizaje al comprender que el proceso pedagógico
puede halonar el desarrollo cognitivo y por lo tanto se pueden proponer aprendizajes
que estén adelante del nivel de desarrollo del que disponga el niño; así mismo se da
un cambio de relación entre educación y evaluación al concebir al hombre como
totalidad, que implica asumir que las distintas dimensiones del desarrollo humano no
se dan por separado, sino que entre ellas se establecen conexiones y se influyen
mutuamente. Por lo tanto, tanto las experiencias del aprendizaje como los procesos
evaluativos nunca están restringidos solo a una dimensión del desarrollo de la
persona sino que afectan de algún modo sus dimensiones cognitivas, afectivas,
sociales, morales y transcendentes y comprenden el sujeto integral, objeto de la
evaluación y de la educación (Louis Not, 1992:131). Además determinan un cambio
importante en la interacción del sujeto con el conocimiento, con sus pares y con los
docentes quienes debe asumir un papel menos protagónico para dejar al estudiante
el espacio que le corresponde.

Las teorías asociacionistas, entre las que está el conductismo, conciben que se
aprende por medio de la operación de las leyes de contigüidad y frecuencia; esta
corriente reduce los conceptos a los rasgos característicos de sus componentes;
además, mediante la asociación el sujeto interpreta la realidad a partir de sus
conocimientos anteriores: es mecanicista inductivo.

En las teorías orientadas a la estructuración se considera que aprender es


establecer relaciones y desarrollar estructuras organizativas, condición que no se
explica suficientemente dentro de las teorías asociacionistas como el conductismo.
En estas teorías el todo no es la simple suma de las partes; y cada parte conserva
las propiedades del todo; además las estructuras más complejas que se forman,
contienen la estructura anterior.
55

El constructivismo se presenta como una propuesta que integra las implicaciones


pedagógicas más relevantes de las teorías cognitivas y su interés ha sido estudiar la
forma más adecuada para permitir que el alumno avance en sus procesos de
representación de la realidad. Los fundamentos del constructivismo se encuentran
en tres dimensiones: 1º. Los procesos de reflexión sobre las acciones, expuesto por
Piaget, 2º. Las diversas formas y tipos de acceder al conocimiento, expuesto por
Ausubel, y 3º. El aprendizaje de conceptos científicos a través de la mediación en la
36
instrucción, expuesto por Vigotski. (Pozo,1993) .
37
La primera dimensión toma como referencia la teoría de Piaget . Para
comprender el aporte de este autor, relacionado con la importancia de la acción y la
reflexión sobre las mismas como fundamento del aprendizaje, es necesario precisar
algunos aspectos de su teoría.

Para comprender el significado de aprendizaje para Piaget es necesario delimitar


cuatro términos: asimilación, acomodación, equilibración y conflicto cognitivo. La
asimilación se entiende como la recepción activa de elementos exteriores y nuevas
para estructuras en evolución o ya acabadas de las que dispone el alumno; en este
proceso se interpreta la información que proviene del medio en función de sus
esquemas o estructuras conceptuales disponibles, pero no se producen cambios en
tales estructuras. Es un componente del aprendizaje que se puede considerar
pasivo, de recepción.

El segundo componente del aprendizaje es la acomodación como la modificación


de esquemas o generación de otros que permitan conocer la información
proveniente del medio; está constituida por cualquier modificación de un esquema
asimilador o de una estructura causada por la presencia de nuevos elementos que
aparecen para el alumno en la fase da asimilación y que obligan a que las
estructuras y esquemas previos se ajusten para darles espacio. En ocasiones este
proceso de acomodación se realiza por ajustes simples en esquemas elementales,
pero en otras ocasiones requiere cambios en las estructuras que podrían tener
diferentes niveles de consolidación.

La equilibración es un factor interno de regulación que propende por el balance


entre asimilación y acomodación. El conflicto cognitivo es un estado de desequilibrio
en que se encuentra quien aprende y que lo lleva a buscar la equilibración mediante
procesos de asimilación y acomodación; éste es un componente fundamental para
que se lleve a cabo un aprendizaje.

Una vez hecha la precisión de estos cuatro términos, se puede decir que el
aprendizaje es el progreso que se logra en las estructuras de pensamiento por

36 POZO, J.I. Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid, Morata, 1993.


37 PIAGET,Jean. Seis estudios de Psicología, Barcelona, 9a ed. 1977.
56

medio de procesos de equilibración (asimilación-acomodación), no simplemente por


pequeños y sucesivos aprendizajes yuxtapuestos dado que cualquier información
nueva que llegue al aprendiz es sometida a un proceso de asimilación y
acomodación; el aprendizaje se produce cuando se da el conflicto cognitivo o
desequilibrio mediante procesos de asimilación y acomodación.

La construcción de estructuras cognitivas no es una copia pasiva de objetos


exteriores sino la constitución progresiva por la interacción entre sujeto y objeto. Las
acciones son un intercambio entre una el alumno y el medio como respuesta a una
demanda de éste que supone una estructura y lleva a una estructuración más
compleja. Las acciones no son simples destrezas y de ellas se deriva todo el
conocimiento pues sobre ellas se piensa, se organizan en esquemas y
posteriormente se formalizan en estructuras.

Las acciones son el soporte de la comprensión e interiorización de las


operaciones correspondientes a dicha acción, para que el sujeto le dé sentido a las
mismas y al entorno en que suceden,(Piaget, 1977); en ese proceso de reflexión el
estudiante asume un papel diferente frente al conocimiento, reinterpreta, estructura
y ordena los esquemas cognitivos de que dispone. De esta manera, Piaget supera
las concepciones anteriores de aprendizaje por la acción misma, o por la
exposiciones a situaciones sensoriales o por repetición donde el alumno tiene un
papel pasivo.

La segunda dimensión del constructivismo es un aporte de Ausubel y


38
otros(1995) , al proponer que existen diferentes formas de abordar el conocimiento
de acuerdo con la estructura del mismo. En contraposición a las teorías
asociacionistas, que conciben el aprendizaje como un proceso independiente de las
estructuras del sujeto, este autor enfatiza en que el aprendizaje verdaderamente
válido es el que tiene un significado para quien aprende, en cuanto que el contenido
por aprender tiene una organización interna y además puede ser comprendido
desde sus esquemas cognitivos, desde sus vivencias e intereses.

En el aprendizaje significativo los nuevos conceptos se pueden integrar a las


estructuras previas del sujeto, por lo cual el nuevo material tiene significado para el
sujeto, se integra y no solo se yuxtapone, y exige que el alumno tenga los requisitos
cognitivos para poder asimilarlo. El aprendizaje significativo incorpora el material a
conocer y exige un esfuerzo deliberado para integrarlo; está relacionado con
experiencias y además implica afectivamente al sujeto. Este es un aprendizaje más
eficaz pues es una retención más duradera, facilita nuevos aprendizajes
relacionados, produce cambios profundos.

38 AUSUBEL, David P. NOVAK, José D., HANESIAN, Helen. Psicología Educativa, ed. Trillas, 7ed.,
México, 1995.
57

La tercera dimensión del constructuvismo se refiere a la necesidad de la


mediación en el aprendizaje de conceptos científicos, expuesta por Vigotsky (1934);
el autor considera que éstos no se pueden aprender espontáneamente y por ello
requieren de una mediación intencional, en un contexto social y culturalmente
organizado.

Para él, aprender es la internalización o transformación de acciones externas


sociales en acciones internas psicológicas. El conocimiento es primero objeto de
intercambio social, interpersonal para internalizarse y que sea después
intrapersonal. Así mismo las funciones son primero interpsicológicas y después
intrapsicológicas mediante la Ley de la doble formación, el conocimiento primero es
externo y luego interno. El sujeto ni imita como lo enuncian las teorías
asociacionistas, ni construye como enuncia Piaget; el sujeto en cambio reconstruye
el significado exterior en significado interior por la intervención de un instrumento
mediador, sea material o social. El sujeto internaliza la mediación y la hace propia,
por lo tanto el aprendizaje se inicia externamente y luego se interioriza.

El sujeto actúa sobre los estímulos y los transforma por medio de instrumentos de
mediación. En esa transformación los signos modifican al sujeto y este, con las
herramientas, modifica el estímulo en un proceso de adaptación activa por medio de
la interacción sujeto entorno; las herramientas modifican, no simplemente copian o
repiten.

El autor aporta al constructivismo su concepción sobre las zonas de desarrollo. La


zona de desarrollo real está conformada por las estructuras ya adquiridas y con
algún grado de consolidación que le permiten a la persona disponer de ellas con
independencia de un apoyo externo o mediación; por su parte, la zona de desarrollo
potencial está conformada por los aprendizajes que está en posibilidad de adquirir o
aquellos que aun requieren un apoyo para disponer de ellos; entre estas dos zona
se encuentra la zona de desarrollo próximo que corresponde al espacio en el que la
acción educativa puede realizar una función de mediación para ampliar la zona de
desarrollo real en cuanto se logren nuevos aprendizajes que el alumno pueda utilizar
con independencia. Vigotski concibe la posibilidad de realizar una acción de
jalonamiento de modo que los aprendizajes que se logren pueden generar un
avance en el desarrollo, mientras que Piaget expone que el proceso educativo debe
ser acorde con el desarrollo ya alcanzado por el estudiante.

El aporte de Vigotski y de sus seguidores influye de manera decisiva en el papel


del docente como generador de unas condiciones propicias y como promotor para
que el estudiante conozca su propia zona de desarrollo real. En este tipo de
interacción docente alumno, la evaluación cambia su carácter externo y obliga su
carácter interno para que sea el mismo alumno quien se motive a aprender, a
valorar sus avances y posibilidades, y a desarrollar procesos de pensamiento más
estructurados; sin esa condición de la evaluación los aprendizajes seguirán siendo
58

para satisfacer a otros quienes pueden ejercer un poder sobre quien no conoce, o
sobre quien no tiene un saber.

De la teoría de los tres autores se puede inferir la importancia de realizar


procesos evaluativos orientados a mediar entre el alumno y el conocimiento a
través de la toma de conciencia de su propio nivel de desarrollo, de sus conflictos
cognitivos y de las posibilidades de crecimiento personal.

Estos tres hallazgos del constructivismo le han permitido a algunos teóricos


proponer un enfoque del aprendizaje representado por el restructuralismo, como lo
expone Pozo(1993:154 ss.). La restructuración postula que el aprendizaje no se da
por una transmisión de conocimientos al estudiante, ni por la construcción
espontanea que hace el mismo en el contexto de la actividad sensoriomotriz; por el
contrario, el aprendizaje se genera a partir de la interacción del sujeto con los
objetos del conocimiento, en la cual, con la mediación del docente (experto), el
estudiante (novato) reelabora los conocimientos construidos por la humanidad.

P P
R INFORMA A
A
O L S •MEMORIA
EVALUA •PROCEDIMIENTOS DE
F U I
INSTRUCCION IDENTIFICACION
E M V •MEDICION DE LOGROS
S CONTESTA N O
O O ACTIVO
R

P ACTUA
A
R A C
O MEDIA L T
•TOMA DE CONCIENCIA
F U I •COMPRENSION DE
CONSTRUCCION E EXPERIMENTA V
M LA REALIDAD
S N O
O CONSTRUYE O
R PASIVO

I
P N
R MOTIVA-ORIENTA T
A
E
O L R •RESTRUCTURACION DE
RECONSTRUCCION F RELACIONA U A MEDIADORES
E M C SIMBOLICOS
S SE EVALUA N T • EQULIBRACION
O O I
R V
O

Gráfica Nº. 2: Relación alumno-docente


59

Las teorías cognitivas y la teoría de la reestructuración obligan a pensar una


relación docente-estudiante, en la que el alumno con el apoyo docente se apropia
de conocimientos científicos construidos por la humanidad, y el profesor contribuye
a impulsar su desarrollo de forma que éste pueda organizar y estructurar sus
representaciones de la realidad.

La gráfica Nº. 2 sintetiza esa relación alumno-docente desde la restructuración y


la contrapone a la misma relación en el constructivismo y en los modelos de
instrucción por transmisión. La teoría de la restructuración da mayor importancia a la
interacción, superando la dicotomía entre actividad y pasividad; enfatiza en el papel
del profesor como orientador y en el aprendizaje como reelaboración mediada, más
que como elaboraciones espontaneas o como repetición de información.

Se podría decir que el restructuralismo es una síntesis dialéctica de las escuelas


activas y del constructivismo, que permite analizar las implicaciones pedagógicas
más relevantes del aprendizaje y de la estructura del conocimiento humano. Como
síntesis aborda algunos presupuestos teóricos de la Gestalt, de la teoría de la
psicología evolutiva de Piaget, de la teoría de Vigotsky y de la teoría de Ausubel,
Novack y Hanesian, expresados en los siguientes cuatro enunciados: 1º Se
aprende por la estructuración del insight. 2º Se aprende por acción motriz y acción
mental. 3º Se aprende por procesos de mediación. y 4º Se aprenden objetos
significativos en situaciones de interacción..

Taller 3: A quién y qué evalúa la evaluación del aprendizaje

La evaluación del aprendizaje que hasta ahora ha caracterizado la práctica


docente no ha tenido en general un referente claro ni una fundamentación teórica en
el aprendizaje. Cabe preguntarse si la denominada evaluación del aprendizaje
realmente busca establecer el aprendizaje de los estudiantes, o es una evaluación
que informa sobre la instrucción, o sobre el discurso que desarrolla el maestro en el
salón de clase, o es una evaluación que observa el desempeño del alumno en el
aula, o verifica si la enseñanza se da, o determina la cantidad de contenidos que se
aprenden y por lo tanto evalúa el rendimiento.

Cuando se habla del proceso educativo, se hace aclaración entre enseñar y


aprender y a cada uno se le indica un sujeto propio, pero no sucede igual cuando se
habla del proceso de la evaluación y tan solo se hace referencia a evaluar el acto
60

del estudiante, llamándole indistintamente evaluación académica, o evaluación de la


enseñanza, o evaluación del aprendizaje.

Este taller busca que cada docente precise si tiene un fundamento teórico para
enfrentarse a la evaluación del aprendizaje de sus estudiantes, si mediante la
evaluación propicia la formación de sus alumnos y cuál es el objeto en el que centra
su atención al evaluar.

El taller propone tres temas para su desarrollo, apoyados en lecturas que aportan
elementos para la reflexión:

1. Una aproximación al aprendizaje que se evalúa.


2. La evaluación del aprendizaje.
3. El sujeto como sujeto-objeto de la evaluación.

1. Una aproximación al aprendizaje que se evalúa

Las corrientes teóricas que explican el aprendizaje se pueden agrupar en


asociacionistas o más comúnmente llamadas conductistas, y estructuralistas. En la
primera se considera que se aprende por yuxtaposición y por aprendizaje sucesivo
de partes que después formarán un todo. En la segunda se considera que se
aprende por medio de la adquisición de relaciones y el desarrollo de estructuras
organizativas en las que el concepto se elabora y adquiere significado a partir de
otros conceptos de una estructura general; el concepto forma parte de una teoría o
una estructura más amplia.

Cuestionamiento personal.

En relación con cada enunciado exprese de manera individual su acuerdo o


desacuerdo y la importancia de tener o no en cuenta este aspecto en su desempeño
docente al planear un curso o parte de él, al realizar una evaluación o al entregar un
reporte de la misma.

1. El componente principal del plan de una asignatura es la estructuración de los


contenidos.
2. El alumno debe estar bajo la orientación del docente para aprender, por ello
con frecuencia este último termina explicándole para que comprenda un tema.
3. El diseño de un curso para un grado determinado es en últimas, el mismo año
tras año.
4. En las clases, cuando los estudiantes no llegan a aprender un tema es porque
no han dedicado el tiempo suficiente para aprenderlo.
5. El docente debe elaborar preguntas para que sus alumnos encuentren
respuestas similares entre si.
61

6. Los estudiantes con frecuencia repiten los mismos errores en las evaluaciones,
por eso cuando tiene errores en las evaluaciones debe corregirla.
7. Las actividades de refuerzo o de recuperación se centran en repetir el proceso
desarrollado en la clase, con leves variaciones.

Cuestinamiento grupal y socialización.

Teniendo como referente las anotaciones hechas a cada enunciado anterior,


discutir sobre estas cuatro preguntas y escribir una síntesis sobre ellas, bien sean
preguntas, afirmaciones o respuestas.

1. La evaluación con mucha frecuencia se ha dedicado a señalar los errores que


cometen los estudiantes y a sancionarlos. ¿Cree usted que con esta acción, el
estudiante toma conciencia de la distancia que hay entre lo que él cree saber y lo
que usted espera que demuestre ? ¿ Es suficiente para él que le señalen el error
para poder realizar las acciones que lo lleven a aprender ?

2. Si el estudiante siempre está respondiendo las preguntas que el docente le


hace, de acuerdo con las respuestas que el maestro espera, ¿ cuándo tendrá
tiempo para plantearse sus propios interrogantes o de encontrar sus propias
preguntas o de enfrentarse a sus propios conflictos o desequilibrios cognitivos ?

3. ¿El aprendizaje de contenidos de un plan de curso es un medio para lograr un


desarrollo de los procesos de pensamiento? O ¿ el aprendizaje de los contenidos es
aquello que el alumno debe lograr?

Lectura individual.

La siguiente es una síntesis sobre las diferencias entre un novato y un experto


(Pozo, 1993). Anote sus observaciones sobre ella teniendo en cuenta cuáles son
sus objetivos al desarrollar un curso, qué tipo de formación busca en sus alumnos y
cómo evaluaría esa formación.

Lectura Nº. 5. Diferencias del conocimiento experto y novato

Las diferencias entre un novato y un experto en relación con un conocimiento


más o menos específico corresponde a la forma de resolver los problemas y de
ejecutar las tareas, que pueden ser del orden cuantitativo o cualitativo. La solución
de problemas hace también referencia a la forma de abordar nuevos conocimientos
y buscar estructuraciones del mismo.
62

Al considerar las diferencias cuantitativas, el novato comete más errores, utiliza


más tiempo y usa de manera diferente las estrategias. Esas diferencias que
aparecen corresponden a:

NOVATO EXPERTO
Inicia inmediatamente la solución de Dedica inicialmente una fase de
la situación o el desarrollo de la tarea. representación e interpretación de la
situación basada en la intuición.

Analiza hacia atrás, parte de la meta Parte hacia adelante, determina los datos
y busca los datos para llegar a ella conocidos y busca la solución.
En situaciones complejas procede
combinando las dos formas del experto y del
novato, en un análisis de los fines y medios.

Para solucionar representaciones de Soluciona por grupos de


partes del problema, procede una por representaciones, correspondientes a
una secuencialmente acciones globales integradas.

Dedica más tiempo a pensar la Expresa fácilmente los procedimientos a


estrategia y hallar la solución adecuada, realizar y no necesita decidir sobre cada uno
hace acercamientos progresivos, no de ellos, pues ya sabe como, razón por la
muy seguros. que procede con prontitud.

Le significa un alto costo atencional No requiere esfuerzo de atención para


ejecutar, de modo que puede centrarse en lo
novedoso.

Cuadro Nº. 6. Diferencias cuantitativas

El paso de novato a experto requiere un proceso de automatización de sus


estructuras cognitivas que le sirven en la solución de problemas específicos de un
área de su conocimiento, pero que no necesariamente lo caracterizarán como
experto en otra. Por lo tanto, los cambios cuantitativos no son suficientes para la
solución de problemas generales. Cuando el problema tiene mayor nivel de
complejidad, no se observan mayores diferencias entre ambos.

Por otra parte, las diferencias cualitativas hacen referencia a las formas de
organizar los conocimientos.

NOVATOS EXPERTOS
Activa diferentes conceptos para Activa diferentes conceptos para
clasificar por estructuras superficiales clasificar por estructuras conceptuales
referidas a los objetos reales y lo explica profundas basadas en Leyes y conceptos
perceptualmente. Se basa en los objetos pertinentes. Se basa en abstracciones
63

reales con unas etiquetas verbales conceptuales. Con iguales etiquetas que el
novato pero con diferentes sustrato
conceptual.

Da relevancia los conceptos Da relevancia a los conceptos


espontáneos basados en muchas científicos, basados en categorías más
categorías sobre lo superfluo y da comprehensivas, básicas sobre principios y
explicaciones basadas en una causa. Leyes. Da explicaciones multicausales con
Tiene mayor cantidad de categorías y referencias cruzadas de modo que una
pocas conexiones. evoca más fácilmente otras. Mayor
densidad de conexiones.

El modelo conceptual no informa como El modelo conceptual corresponde a


activa un esquema contenidos de procesos y procedimientos.

Para seleccionar lo relevante hace Hace referencia a descripciones de los


referencia a los objetos y sus rasgos estados y condiciones de la situación.
perceptibles, no a rasgos de segundo
orden

Cuadro Nº. 7. Diferencias cualitativas

Los cambios de novato a experto implicarían no solo cambios en los contenidos y


en su cantidad, sino un cambio o revolución conceptual; no solo se requiere
automatización sino reestructuración pues el incremento en el conocimiento se
refiere tanto a los cambios cualitativos como a los cuantitativos.

2. La evaluación del aprendizaje.

Las teorías existentes sobre la evaluación educativa y sobre el aprendizaje


confluyen en la teoría del aprendizaje, que se hacen necesarias de manera conjunta
en el ambiente particular donde se encuentran el alumno, el docente y el
conocimiento o los aprendizajes potenciales que se prevé debe alcanzar el alumno
de acuerdo con la teoría de calidad que fundamenta la educación: en el aula de
clase.

Lectura grupal.

Realizar por parejas la lectura sobre teorías de la evaluación del aprendizaje,


anotando otras características de la evaluación que sugiera el texto o la experiencia
en el proceso evaluativo de cada docente.

Lectura Nº. 6. Teorías sobre evaluación del aprendizaje


64

La evaluación del rendimiento escolar existe en la historia del ser humano desde
siempre dado que la valoración que cada uno realiza sobre sus actos y sobre sus
resultados es algo connatural al hombre; en el ámbito escolar hay evidencias de su
temprana aparición como lo refiere Hotyan(1965:1) “la preocupación por controlar el
rendimiento de los estudiantes se ha incrementado junto con el número de
instituciones de enseñanza ... la Ordenanza sajona de 1530 ya recomienda
estimular a los niños en la escuela primaria mediante exámenes periódicos y el
otorgamiento de becas de estudio”

Se puede hablar de varias aproximaciones sobre la forma de comprender la


evaluación: juicio de expertos, medición y por procesos de acuerdo con la
clasificación que han realizado diversos autores.

La primera aproximación teórica que sobre evaluación aparece corresponde a


la evaluación del rendimiento mediante el juicio de expertos por medio de pruebas
estandarizadas, de modo tal que su finalidad es la comparación del sujeto con una
curva normal.
39
Al respecto Nilo (1975) considera que esta evaluación es un derecho y un deber
de alguien que sabe sobre alguien que no sabe, por el hecho de saber, dentro de
una relación vertical, que no sería de equipo ni bilateral. La evaluación así concebida
la realiza un experto no en evaluación, ni en investigación, sino sobre el objeto de
conocimiento. Los criterios que utiliza son cuánticos con base en listados de
requisitos que debe llenar y no se realiza sobre la base de una investigación; su
validez se determina por el peso de los argumentos que presenta el experto quien
tiene una visión global de la totalidad donde caben todas las variables que se
quieran considerar, con base en la capacidad de observación del evaluador y por
medio de un juicio que solo puede ser subjetivo.

Esta concepción evaluativa se implementa mediante calificaciones que en la


práctica se convirtieron en instrumentos de control y selección severas. Como
40
explican Hotyan(1965:137) y Bustos (1994), la función disciplinaria de las notas le
permitió al profesor someter a sus alumnos por medio de la libreta de calificaciones
mientras que el alumno aprendió a estudiar para el profesor dado que ellos no dejan
de darse cuenta de estas anomalías y de establecer una graduación en cuanto la
dosificación de sus esfuerzos.

39 NILO, Sergio: Temas de evaluación, en Revista Tecnología Educativa, Nº 3, Vol 1, 1975:49-69.


40 BUSTOS, Félix. Mutaciones en Evaluación. F-DOC-26. Serie Fundamentos de la Educación.
Archivo F-DOC-26, 1994
65

Bustos (1994) amplía su posición diciendo que el sistema de evaluación


tradicional utiliza las notas para cumplir las siguientes funciones: selectiva, de
control, disciplinaria y de orientación a la vez que reportaban el cumplimiento de la
educación básica primaria y de justificación para el ascenso de un grado a otro.
Posteriormente, la función disciplinaria de las notas tuvo como propósito colocar
deliberadamente la libreta de calificaciones al servicio del sometimiento de los
alumnos a la disciplina escolar. Quienes abogan por la supresión de las notas dicen
que la calificación depende del profesor, no son objetivas, generan miedo, son
medio de dominación, entre otras.

Esta evaluación del aprendizaje se redujo a la aplicación de pruebas y a su


cuantificación que en la descripción de Cajiao (1993:23) “es ponerle un valor al
acierto y restar puntos por los errores" sobre pruebas llamadas objetivas que miden
la reproducción textual y exigen más adiestramiento que aprendizaje para su
resolución correcta.

La segunda aproximación teórica a la evaluación del aprendizaje surge paralela


a la teoría asociacionista del aprendizaje y corresponde a la orientación de la
tecnología educativa. Niño Zafra (1990:9) dice que la evaluación se convierte en una
función técnica de generación de objetivos enfatizando el logro de los aprendizajes
del estudiante y generando en el maestro el único interés de evaluar logros en
aquellas conductas medibles...". La evaluación es sinónimo de medición pero su
referente no es la norma sino el criterio establecido previamente.

La tercera aproximación teórica es la evaluación por procesos; en los últimos


años se habla de una evaluación por procesos en la que el objeto de la misma
comienza a cambiar para centrarse en el proceso mismo, así como la asignación de
sentido del aprendizaje en forma consistente con teorías del aprendizaje en boga
como las de estructuración; por lo tanto la evaluación se refiere al avance de cada
individuo en relación con si mismo que abre espacio a otros procesos como la
autoevaluación, la valoración del error, el ritmo personal de desarrollo; su interés no
es descalificar al alumno por no avanzar al ritmo de los demás, sino analizar en
forma global, objetiva y participativa no solo los logros o insuficiencias, sino sus
causas y circunstancias, que como factores asociados inciden en el rendimiento de
los escolares.

Además, la evaluación del aprendizaje se concibe como un proceso permanente


y sistemático tendiente a favorecer el desarrollo de las potencialidades de cada
estudiante y a proporcionar a la institución información útil y oportuna que permita
una mayor racionalidad en la toma de decisiones de carácter académico. Bustos
(1994) considera que en la actualidad la evaluación empieza a atender no solo al
contenido sino a los efectos colaterales del aprendizaje de tal manera que la
evaluación " no constituye hoy un hecho puntual al final de un período de formación,
66

sino más bien un proceso continuo y permanente mientras se lleva a cabo la


educación".

Variables internas y externas.

Para comprender con mayor precisión el aprendizaje en el marco del


constructivismo, es necesario analizar las variables que intervienen en el mismo.

La teoría de la restructuración es una síntesis de las teorías del constructivismo y


como tal, también asume en dicha síntesis las variables que intervienen en el
aprendizaje, y que deben considerarse al evaluar. Por ello es necesario delimitar las
variables internas y externas para que el aprendizaje se lleve a cabo; su
conocimiento permite comprender la forma como el sujeto aprende y por lo tanto, la
forma como se puede evaluar el progreso de su desarrollo cognitivo. El cuadro Nº. 8
recoge una síntesis de dichas variables.

Variables Internas Variables Externas


La existencia de esquemas asimiladores y por La existencia de herramientas adecuadas
lo tanto del desarrollo cognitivo necesario para culturalmente construidas, tanto materiales
el aprendizaje en cuestión, así como la como simbólicas.
disponibilidad de las herramientas simbólicas
necesarias.
La existencia de un conflicto cognitivo, la Las regularidades en los contraejemplos y la
conciencia del mismo y la respuesta adaptativa presencia de contradicciones
que de el sujeto.
La reflexión como interiorización de una La posibilidad de tener información
discusión propioceptiva con base en la actividad sobre
los objetos.
La existencia del interés y el esfuerzo por La existencia de un entorno social que medie
aprender. en el proceso: objetos, personas y hechos
La actividad sobre su interacción con el La disponibilidad de una teoría para hacer el
entorno. cambio y para confrontar la teoría precedente.
La reestructuración fuerte que afecte el núcleo La riqueza del entorno en cuanto mediadores y
de la teoría experiencias o fenómenos para internalizar.
La toma de conciencia de la organización de El material debe poseer un significado en si
los conceptos y de la propia actividad mental mismo, preciso, significativo y por lo tanto con
para evidenciar y hacer explícitos los elementos organizados para que haya una
conceptos y relaciones que no son adecuadas. condición desequilibrante

Cuadro Nº. 8. Variables internas y externas del aprendizaje.

Las variables internas son las condiciones del sujeto que favorecen o dificultan
tanto el aprendizaje como su posterior utilización. Ellas informan sobre el nivel de
desarrollo cognitivo en cuanto las herramientas conceptuales de que dispone y en
67

cuanto la estructuración que tienen sus conocimientos; además informan sobre las
actitudes, motivaciones y habilidades del sujeto.

Las variables externas hacen referencia a los factores ambientales, a la


influencia de la acción docente y de sus compañeros, de los recursos y de las
estrategias pedagógicas que inciden en el proceso de aprendizaje.

En la delimitación de las variables internas Piaget, Vigotski y Ausubel (Pozo,


1993) enfatizan en la necesidad de la existencia de un desarrollo cognitivo acorde
con el aprendizaje que se va a abordar, que tenga significado para el sujeto en
cuanto le genere un conflicto cognitivo y le motive a buscar su solución, que
disponga de las estructuras y herramientas necesarias para abordarlo y que pueda
tomar conciencia de la transformación que se está generando en su estructura
cognitiva.

Las principales variables externas que consideran estos autores corresponden a


la existencia de un objeto de conocimiento para aprender y que disponga en si
mismo de una estructura organizada que permita su apropiación, pero que también
signifique una demanda de transformación para la estructura previa del sujeto;
además se requiere un contexto adecuado para que el estudiante pueda actuar,
reflexionar e interactuar orientado por un mediador.

La acción de este mediador se realiza en la zona de desarrollo próximo y es allí


donde debe tener en cuenta las variables externas para generar las condiciones
necesarias para que el aprendizaje se logre. La zona de desarrollo próximo apunta
al grado de modificabilidad cognitiva que es el indicador de las habilidades,
competencias o conocimientos que pueden activarse externamente; es en esa zona
donde el alumno opera apoyado en el mediador y logra la internalización de las
herramientas culturales y simbólicas que deben estar a su disposición, y que son
necesarias para que pueda experimentar y elaborar los nuevos conceptos que
sustituirán o permitirán la restructuración de los existentes.

Las variables internas y externas descritas permiten hacer algunas


consideraciones sobre la evaluación del aprendizaje porque delimitar el objeto de la
evaluación ayudará a determinar las estrategias de la evaluación; además la
imposibilidad de controlar las variables internas del aprendizaje, dificulta muchísimo
la evaluación del aprendizaje real. Por lo tanto la evaluación del aprendizaje debe
ser un proceso que realice fundamentalmente el sujeto que aprende, dado que:

• La evaluación de los conceptos aprendidos no puede realizarse directamente


sobre ellos, sino que debe referirse a su uso operativo o a algunas evidencias
de su comprensión; la posibilidad de evaluar un concepto aprendido a partir del
uso que el estudiante hace de él, está condicionado por muchos factores
internos y externos que pueden alterar la valoración sobre el mismo.
68

• La evaluación es parte del proceso de aprender dado que para valorar el


aprendizaje de un concepto se requiere que el alumno haga uso de él, que lo
utilice operativamente o que bajo diferentes formas, se haga evidente su
comprensión; en ese proceso de utilizar el concepto en contextos diferentes se
están haciendo nuevas restructuraciones, o se puede estar enfrentando a
nuevos conflictos cognitivos que le permitan desencadenar otros desarrollo
cognitivos.

• Las evidencias que un evaluador externo puede tener sobre una operación que
realiza el sujeto son las acciones; su evaluación se debe realizar mediante
situaciones en las que el sujeto haga explícita la organización de una estructura
cognoscitiva.

Los aportes que hace la teoría de la restructuración a la educación, para tener


una comprensión más adecuada de los procesos de aprendizaje del estudiante, así
como la precisión lograda sobre las variables internas y externas que inciden en el
aprendizaje, permiten delimitar una propuesta de evaluación del aprendizaje referida
al sujeto en cuanto ser individual y social, gestor de su propio desarrollo y por ello
mismo, el primer interesado en su evaluación.

Cuestinamiento grupal.

Teniendo como referente la lectura anterior y las anotaciones realizadas por cada
uno de los integrantes del grupo, analizar las siguientes binas de expresiones y
considerar la posibilidad de tener en cuenta cada una de ellas en el proceso de
evaluación, así como la posibilidad de asumir solo una de las componentes de cada
par, o la necesidad de combinarlos.

1. La evaluación externa realizada por el docente o la evaluación interna


realizada por el alumno.
2. La evaluación como medio para formar la autonomía o la evaluación como
medio de control.
3. La evaluación como factor de motivación interna o la motivación determinada
por la necesidad de responder al evaluador.
4. La necesidad de parámetros de competencia entre los alumnos o la evaluación
como un balance personal de progreso.

Socialización.

Cada uno de los grupos toma uno de los pares de expresiones analizados y los
expone al auditorio para tomarlo como punto de partida de la discusión. No se trata
69

de llegar a consensos sino de debatir las diferentes posibilidades y exponer los


argumentos a favor o en contra, teniendo en cuenta la formación integral del
estudiante.

3. El sujeto como sujeto-objeto de la evaluación.

La llamada evaluación del aprendizaje ha estado generalmente referida al


contenido que se aprende, y es el docente quien ha determinado si el alumno ha
aprendido o no, aunque en ocasiones, y a veces con frecuencia, éste último afirme
lo contrario. Así mismo, la evaluación se ha usado para determinar la promoción o la
acreditación independientemente de las razones por las cuales se aprendió o se
dejó de aprender, frente a lo cual la solución es dedicar más tiempo para alcanzar
los logros no obtenidos.

Cuestionamiento personal.

En su desempeño diario, el docente se encuentra con diversas clases de


estudiantes y en ocasiones los tipifica y los agrupa como los buenos y los malos, o
los dedicados o no, o simplemente aquellos que alcanzan los logros o los que no.
En relación con estos dos grupos de alumnos, intente algunas respuestas: (Por
favor conserve el mismo orden dado para responder las preguntas, no invierta ni
intercambie la secuencia)

1. ¿Cuáles son las razones por las que algunos de sus alumnos alcanzan más
fácil y rápidamente los logros propuestos ?
2. ¿ Qué acciones o propuestas pedagógicas suyas favorecen en sus estudiantes
la consecución de los logros ?
3. ¿Cuáles son las razones por las que algunos de sus alumnos no alcanzan
fácilmente los logros propuestos ?
4. ¿ Qué acciones o propuestas pedagógicas suyas no favorecen en sus
estudiantes la consecución de los logros ?

Discusión en grupos.

Con base en las respuestas dadas de manera individual a los puntos anteriores:

1. Comparar, complementar y discutir las causas y condiciones que generan en el


estudiante un nivel adecuado en sus logros.
2. Comparar, complementar y discutir las causas y condiciones que no favorecen
en el estudiante un nivel adecuado en sus logros.
70

3. Comparar las acciones del profesor que determinan un adecuado nivel de logro
con las causas del profesor que inciden en un bajo nivel de logro y analizar la
objetividad que se tuvo en las respuestas. ¿Será que con frecuencia consideramos
que el bajo nivel de logro tiene más causas en el alumno que en el docente ? ¿En
relación con los resultados de un proceso evaluativo, se ha detenido a considerar
las razones por las cuales no se alcanzan los logros previstos ? ¿Las ha comentado
con sus alumnos, o ellos las conocen, o las ha tenido en cuenta para proponer
acciones consecuentes en búsqueda de un mejor aprendizaje ?

Lectura grupal.

Teniendo en cuenta las respuestas consignadas en la sección anterior, realizar la


lectura sobre causales de diferencia en el aprendizaje para enriquecer la reflexión.

Lectura Nº. 7. Las causales de diferencias en el aprendizaje

La evaluación holista del aprendizaje concebida desde el sujeto como gestor de


su aprendizaje, exige al docente la búsqueda de explicaciones sobre las
condiciones que favorecen de manera diferente el avances de sus estudiantes o
sobre las dificultades que encuentran algunos en su formación.

Las causales de diferencias en el aprendizaje son las circunstancias y


condiciones individuales que facilitan el aprendizaje del alumno, y se constituyen en
las razones por las cuales un estudiante alcanza o no un avance significativo en la
consecución de un logro o tiene dificultades especiales en su consecución.

Estas causales pueden corresponder a condiciones del ambiente escolar o a


condiciones del ambiente socio-cultural o a condiciones internas del sujeto que no
puede controlar, ni intervenir y en muchos casos ni siquiera la institución las puede
determinar. Las primeras son aquellas condiciones que se pueden controlar desde
el colegio y actuar directamente sobre ellas para mejorar las posibilidades de
aprendizaje; ellas son psicológicas, sociales, de estructuras cognitivas y de hábitos.

Las causales de diferencias en el aprendizaje se determinan con base en la


observación sistemática y continua que realiza el profesor sobre el desempeño de
sus estudiantes, al encontrar regularidades en el desempeño del alumno y su nivel
de logro. Pero como estas regularidades son solo suposiciones, es necesario
71

confrontarlas con los profesores del grado para constituir un juicio válido como
resultado del consenso; en este proceso de socialización es donde los juicios de
valor y las causales de diferencias en el aprendizaje tienen significado para la
comunidad; el conocimiento más amplio de las dificultades del alumno permite el
diseño en equipo, de estrategias para que el estudiante avance efectivamente de la
zona de desarrollo potencial hacia la zona de desarrollo real, como lo propone
Vigotsky en su teoría.

La observación del estudiante se realiza de manera continua por parte de sus


profesores, tanto en los espacios de clase como en los demás momentos de la vida
escolar. También el alumno debe realizar un seguimiento a su trabajo y a los
resultados que obtiene con el fin de ampliar el análisis de causales de diferencias en
el aprendizaje que realiza su profesor y el comité de evaluación(Decreto 1860 de
1994, artículo 50).

Las causales así elaboradas y confrontadas generan una información significativa


que constituye un diagnóstico suficiente para ampliar el conocimiento que el alumno
tenga de si mismo, para que cada área académica pueda generar estrategias que
permitan la diversificación y la individualización de la instrucción entendida como
mediación.

Con la determinación de dichas causas y el proceso de comunicación (Michel,


1996)41, se concreta el papel protagónico del estudiante en la evaluación del
aprendizaje, pues es él quien debe conocer sus límites y posibilidades, así como las
aptitudes particulares y los aspectos en los que se puede apoyar para superar sus
dificultades y ampliar su zona de desarrollo real. Las causales de diferencias en el
aprendizaje descritas por sus profesores le ayudan al estudiante a saber como lo
ven y a hacer un balance entre las características que él percibe de si mismo y las
que los demás observan. En estas condiciones cada uno aprende de manera
gradual a buscar en él, las causas de dificultad y las posibilidades de crecimiento
frente al aprendizaje, a asumirlas, a implementar estrategias de mejoramiento y a
encontrar dentro de sí, la motivación por mejorar; en caso contrario el estudiante
encontrará en ellas una permanente justificación a sus dificultades cuando el nivel
es bajo, o al facilismo frente al aprendizaje cuando el nivel es alto.

Debe pensarse que cuando es el alumno quien avanza en su propio conocimiento


a partir de las causales de diferencias en el aprendizaje, su papel frente a la
evaluación cambia totalmente y la valoración que tenga de sus posibilidades y
dificultades le permite tomarlas como punto de partida y no como defensa y
justificación frente al adulto, frente al otro. El aprendizaje así es asumido por el
alumno y no impuesto por el docente; es el camino de la autorealización de forma

41 MICHEL, Alain. Conducción de un sistema complejo: La educación nacional, en Revista


Iberoamericana de Educación. Nº. 10,OEI, 1996: 13-56
72

42
que la necesidad de una motivación externa planteada por Slavin(1996) , cambia
por cuanto el conocimiento que los alumnos tengan de sus causales de diferencias
en el aprendizaje realmente convierta la evaluación en un proceso interno, ella
misma genera motivación por aprender.

42 SLAVIN, Robert. Salas de clase efectivas, escuelas efectivas: Plataforma para una reforma
educativa en América Latina. PREAL, traducido por Verónica Knapp, Santiago, 1996
73

Taller 4: Indicadores de logro y comisiones de evaluación

Para hablar de indicadores de logro y su relación con el papel de las comisiones


de evaluación, se debe enfatizar la necesidad de trabajar teniendo en cuenta el
contexto particular en el que se realiza la labor de cada docente, en la región, con
los de la región y para la región; así mismo se requiere tener presente la
individualidad del estudiante. Por esta razón se puede definir a la región como un
elemento esencial para hacer currículo en educación básica y al estudiante como el
sujeto de la evaluación y del aprendizaje; pero ello no se tendrá en cuenta al
momento de enfrentarse a la actividad del maestro si ésta se realiza mediante
acciones que aunque puedan calificarse de excelentes, se planeen y ejecuten en
forma aislada.

La finalidad de este taller es cuestionar el papel de las comisiones de evaluación


de cada grado, a las que hace referencia el Decreto 1860 de 1994 en el artículo
Nº.50, para que se involucren también en la fase de planeación y de seguimiento del
Proyecto Educativo Institucional, desde la perspectiva de un grado escolar, de modo
que la evaluación sea realmente continua, integral y cualitativa.

Para reflexionar sobre esa posibilidad de las comisiones de evaluación es


necesario hacer referencia a una evaluación que trascienda las asignaturas y en ese
marco, discutir sobre el concepto de indicador de logro y su determinación por áreas
como se expresa para la educación básica y media en la Resolución 2343 de 1996.

El desarrollo del taller comprende tres temas para realizar con la metodología
enunciada:

1. La integralidad en la evaluación.
2. Indicadores de logro.
3. El papel de las comisiones de evaluación.

1 . La integralidad en la evaluación.

Reflexión personal.

Uno de los términos que se le ha asignado a la evaluación es la denominación de


integral. Analice cada uno de los enunciados y anote sus reflexiones sobre la
orientación que debe tener la evaluación para que sea integral.

1. La evaluación integral podría ser una evaluación integrada en torno al


currículo, donde los diferentes componentes cognitivos que el alumno debe alcanzar
tienen una estructuración interdisciplinaria.
74

2. La integralidad de la evaluación se podría referir a la interacción de los


docentes para valorar el desempeño de los estudiantes desde una perspectiva
múltiple que diera como resultado una valoración integral.

3. La evaluación integral podría relacionarse con la concepción de persona


inmersa en un ambiente particular en la se tiene en cuenta su multidimensionalidad.

4. La evaluación integral puede comprenderse desde un currículo que integre lo


cognitivo, desarrollado a través de las áreas a las que se refiere la Ley 115 de 1994,
y los demás proyectos pedagógicos como el medio ambiente, la afectividad, los
valores, la convivencia, el uso del tiempo libre.

Trabajo grupal.

Compartir con otros docentes las reacciones que suscitaron las afirmaciones
anteriores y analizar cuál sería la perspectiva más adecuada de la integralidad, si es
que alguna de ellas permite tal estructuración.

Lectura individual.

Realizar en forma individual la lectura sobre la evaluación integral y anotar las


observaciones y reacciones que produzca en cada lector, para ampliar
posteriormente la reflexión grupal y la socialización.

Lectura Nº. 8. La evaluación integral

Asumimos la evaluación del aprendizaje como proceso de valoración para


convertirse en medio de formación. Esta concepción de la evaluación tiene en
cuenta la integralidad del estudiante desde tres campos de formación que
constituyen el currículo: el académico, el pedagógico y el de participación.

También Rodríguez Espinar (1992:37) propone tener en cuenta en la evaluación


la parte psicológica, la social y la psicosocial, como elementos esenciales en la
estructuración integral del ser humano de tal manera que se amplíe la concepción
de la evaluación a estas dimensiones. Para ello se requiere tener en cuenta tres
grupos de términos que fundamentan conceptualmente tanto el currículo como la
evaluación en torno a los tres campos de formación descritos y que se enuncian en
la Ley 115 de 1994: persona, ambiente y comunidad; derecho, dignidad y deber; y
75

enseñanza, aprendizaje y educación. La gráfica Nº. 3 muestra la organización de


estos componentes.

Persona Ambiente Comunidad

Derecho Dignidad Deber

Enseñanza Aprendizaje

Educación

Gráfica Nº. 3. Componentes conceptuales

El primer grupo de aspectos corresponde a la persona, el ambiente y la


comunidad. La importancia de delimitar este primer grupo de conceptos se debe a
la necesidad de que la evaluación esté contextualizada tanto en relación con el
individuo como con el grupo al que pertenece, de acuerdo con las condiciones de
que dispone en su contexto.

La persona del estudiante se comprende como sujeto activo de su formación,


miembro de un grupo social y familiar en los que tiene unos deberes y unos
derechos como ser humano con dignidad; se asume como persona integral inmersa
en una cultura teniendo en cuenta sus dimensiones física, intelectual, social, moral,
psicológica y con capacidad de ser útil a la sociedad en cuanto puede ser productivo
y creativo, condiciones que le imprimen una identidad; además puede desarrollar
capacidad para argumentar y dialogar como formas para solucionar conflictos y para
76

aprender, así como capacidad de incorporar nuevos saberes científicos y


tecnológicos y por lo tanto, en proceso permanente de aprender. (Artículos 1, 5, 13,
80, 91, 92 de la Ley 115 y Plan Decenal en la Introducción).

La comunidad escolar se entiende con base en la Ley 115, en los artículos Nº.
6,7 y 8, en los que se le confiere un papel dinámico como agente social que debe
exigir y verificar la calidad de la educación, pero que también debe participar en la
construcción de la misma. En los Lineamientos Generales de los Procesos
Curriculares (MEN,1994) se hace énfasis en el cambio que debe tener al pasar de
una posición receptora, reproductora de códigos y normas de la institución escolar
para tomar parte en el gobierno de la misma. De esta comunidad hacen parte no
solo los docentes, directivos docentes y alumno, sino también sus familias y los
egresados.

El ambiente educativo como tercer elemento de este primer grupo se


comprende como las condiciones espacio temporales en las que se desarrolla el
proceso educativo. Si bien hasta ahora se ha considerado la escuela como el
ambiente único, y con frecuencia reducido al aula de clase y a las interacciones que
allí suceden, este concepto ha comenzado a cambiar con la influencia de los medios
de comunicación y con los avances de la tecnología, pero también a partir de
nuevas concepciones de la sociedad en su papel de educadora en todos los
espacios de la vida del alumno.

El segundo grupo de conceptos son el derecho, el deber y la dignidad del


alumno, en los que se hace énfasis en la Ley 115 de 1994 desde el primer artículo, y
su relevancia corresponde a la necesidad de tener en cuenta al alumno como ser
humano, como sujeto de su educación y como centro del proceso de formación
(Artículo 91); pero también es esencial tener presente que como miembro de un
grupo social, éste limita sus derechos, los condiciona a los de los demás y le asigna
deberes para poder convivir en una sociedad que se construye mediante la
participación y la democracia.

La Ley enfatiza que la educación debe formar al ciudadano para el ejercicio de


sus deberes y para la defensa de sus derechos; a ello se une el MEN en los
Lineamientos Generales de Proceso Curriculares (1994:15) cuando dice que la Ley
115 y la Constitución “Consagran los derechos y los deberes como principios
reguladores de las relaciones de las personas consigo misma, con los demás y con
la naturaleza”.

La dignidad es un concepto que se enuncia en la Ley 115 solo en el artículo


Nº.1, pero que subyace en ella de manera permanente y que recogen los
Lineamientos Generales de Procesos Curriculares (1994:15) al decir que tanto la
Ley 115 como la Constitución Nacional constituyen una proclama del papel de la
educación en el desarrollo pleno de la personalidad, y enfatizan en “la necesidad de
77

reconocer y valorar las diferencias personales y culturales como base del respeto
mutuo, como facilitadores de la confrontación racial, de la justicia, del pluralismo y
de la solidaridad”. Además agrega que todos pueden y deben ejercer la autonomía
que les otorga su condición humana, para comprometerse consigo mismas y con el
país.

El tercer grupo de conceptos, enseñanza, aprendizaje y educación, constituye


el soporte de los procesos pedagógicos y en particular de la evaluación del
aprendizaje, así como de los proyectos pedagógicos y académicos. Sin embargo,
ninguno de los documentos enunciados se refiere a los dos primeros para
establecer un fundamento teórico que oriente la acción docente.

La educación se comprende como un proceso de formación permanente no solo


de la persona, sino también de la cultura y de la sociedad, fundamentados en la
concepción de persona y comunidad expuesta anteriormente. (Artículo Nº.1, Ley
115 de 1994). Además es un patrimonio cultural y social que debe defenderse y
cualificarse (Artículo Nº. 8), cuya finalidad es desarrollar habilidades, aptitudes y
valores sobre los que se fundamente la educación permanente del ciudadano
(Artículo Nº. 11), y orientar la capacidad productiva y de trabajo (Artículo Nº. 16).

Bajo esta delimitación de la educación, como proceso permanente orientado a


responder a las demandas de un mundo abierto y altamente competitivo, es
necesario tener en cuenta que la educación no es un fin en si mismo, sino un medio
para que todas las comunidades progresen.

La enseñanza según el artículo Nº. 104 de la Ley 115 le asigna al educador un


papel de orientador de acuerdo con las expectativas de la comunidad; la enseñanza
debe incitar a los alumnos a aprender, mediante un acompañamiento. Así mismo el
43
Plan Decenal (1996:16) se refiere a la necesidad de que la educación esté
centrado en el desarrollo de las potencialidades y los talentos, al “cultivar la
capacidad de aprender a aprender, la creatividad, la autonomía, el espíritu crítico y
reflexivo y el trabajo en equipo”.

El aprendizaje, tercer elemento del grupo, hace referencia a la adquisición de


criterios, la capacidad de tomar decisiones, la capacidad de trabajar en equipo y
solucionar conflictos, la capacidad de comunicación, negociación y de participación,
que se pueden rescatar del artículo Nº. 16 de la Ley 115. El plan Decenal (1996:16)
habla de la necesidad de aprendizajes universales comprometidos con el acervo
cultural de país, abierto a otras culturas, a la capacidad de apropiar información y
conocimiento, así como a la investigación científica y tecnológica.

43MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. Plan decenal de educación 1996 - 2005. Santafé de


Bogotá, Marzo de 1996.
78

Estos tres grupos de conceptos son coherentes con los fines y propósitos
generales de la educación que corresponden al artículo 5 de la Ley 115 de
Educación y es en torno a ellos que la evaluación, teniendo en cuenta los campos
de formación, puede ser integral.

2. Indicadores de logro.

La integralidad en la evaluación se operacionaliza mediante una determinación


adecuada de los indicadores de logro que se pretende el alumno alcance. Para ello
se requiere hacer alguna claridad sobre el término, teniendo como primer referente
algunas de las definiciones que sobre él se han dado.

Trabajo personal.

Tomar cada uno de los enunciados sobre indicador de logro y escribir sus
acuerdos o desacuerdos teniendo en cuenta la claridad que hagan y la relación con
una evaluación que debe ser cualitativa, integral y continua, referida a un sujeto que
aprende mediante la estructuración de su pensamiento y que está inmerso en un
contexto particular.

1. Resolución 2343 de 1996, artículo Nº. 8: “La naturaleza y el carácter de los


indicadores es la de ser indicios, señales, rasgos o conjuntos de rasgos, datos e
informaciones perceptibles que al ser confrontados con lo esperado e interpretados
de acuerdo con una fundamentación teórica, pueden considerarse como evidencias
significativas de la evolución, estado y nivel que en un momento determinado
presenta el desarrollo humano”.
44
2. Hernán Escobedo (1996): Explica el término al diferenciar objetivos
comportamentales de indicadores de logro de tal manera que los objetivos deben
ser cognitivos y se refieren al pensamiento, mientras que los indicadores son las
señales que manifiestan en que etapa de desarrollo está ese pensamiento.

Los procesos son construcciones teóricas que permiten organizar las


experiencias de aprendizaje y por consiguiente no observables directamente; esas
construcciones se organizan en etapas para poder caracterizarlas por medio de
generalidades que aparecen en los seres humanos. Los indicadores permiten
hipotetizar que esas construcciones teóricas se han logrado o sobre la etapa en que
se encuentra el alumno. El trabajo de discusión, de experimentación, de análisis, de

44 ESCOBEDO, Hernán. Los indicadores de logro no son objetivos comportamentales, en revista


Educación y Cultura, Fecode, No. 39 de Marzo de 1996: 5-10.
79

crítica que es el que produce un verdadero desarrollo del pensamiento usualmente


se deja de lado cuando los objetivos son comportamentales.

Los indicadores de logro son señales que permiten afirmar certeramente que
ciertas etapas de un proceso se han logrado y la presencia de esas competencias
es la que deja ver la construcción de una etapa de desarrollo. La evaluación
permitiría ver las cosas que el estudiante dice y hace para saber que piensa, pero
más que ello, cómo piensa, infiere, relaciona y elabora hipótesis.

3. Mauricio Pérez Abril (1997) señala que los indicadores de logro curriculares
nacionales “corresponden a generalidades de orden universal, a competencias,
procesos y desempeños fundamentales en los campos disciplinares particulares”
Por su parte los indicadores de logro específicos son “los planteamientos
determinados en cada institución en respuesta a las necesidades educativas locales
e inscritos en el Proyecto Educativo Institucional”. Pérez(1996) expone en otra de
sus publicaciones que la evaluación por procesos se realiza con base en
indicadores y corresponden a cortes del proceso para ver el estado del mismo
mediante diferentes instrumentos.

Y para usted, ¿qué es un indicador de logro ? ¿En qué se diferencia de los


objetivos comportamentales ?

Lectura individual.

Para ampliar la discusión sobre el posible significado de logro y de indicador de


logro, se propone esta lectura en la que se ubica su significado en relación con las
teorías del aprendizaje.

Lectura Nº. 9. Significado y usos del concepto logro

En los capítulos V y VI del decreto 1860 de 1994, reglamentario de la Ley 115 de


1994, es muy frecuente el uso de los términos Logro e Indicador de Logro;
teniendo en cuenta la perspectiva legal, teórica y la posibilidad de aplicación es
necesario preguntar por los significados, los usos y por otras interpretaciones.

Concepto legal.

Tal vez la mínima o la básica definición de logro se establece en el documento sobre


evaluación en el aula, publicado y divulgado por el Ministerio de Educación Nacional
(MEN), ‘’La evaluación en el aula y más allá de ella’’ (1997), en el que se dice que
“los logros son los avances que se consideran deseables, valiosos, necesarios,
80

buenos en los procesos de desarrollo de los alumnos. Los logros comprenden los
conocimientos, las habilidades, los comportamientos, las actitudes y demás
capacidades que deben alcanzar los alumnos en un nivel o grado en un área
determinada en su proceso de formación”.

Por su parte, la Resolución del MEN, Nº. 2343 de 1996, en el artículo Nº. 8, define
los indicadores de logro así: “La naturaleza y el carácter de los indicadores es la de
ser indicios, señales, rasgos o conjuntos de rasgos, datos e informaciones
perceptibles que al ser confrontados con lo esperado e interpretados de acuerdo con
una fundamentación teórica, pueden considerarse como evidencias significativas de
la evolución, estado y nivel que en un momento determinado presenta el desarrollo
humano”. Y el citado documento del MEN sobre evaluación en el aula complementa
diciendo que “son medios para constatar hasta donde y en qué proporción se
alcanzó el logro propuesto o esperado”. (1997:27)

Dentro de este conjunto de definiciones es pertinente tener en cuenta la de Pérez


Abril (1997), del Grupo de Investigación del MEN, quien ha señalado que los
indicadores de logro curriculares nacionales son “los planteamientos determinados
en cada institución en respuesta a las necesidades educativas locales e inscritos en
el Proyecto Educativo Institucional; [...] corresponden a generalidades de orden
universal, a competencias, procesos y desempeños fundamentales en los campos
45
disciplinares particulares”.

Ahora el propósito es precisar el significado de estos dos términos fijados en la


norma, logros e indicadores, según los usos y la aplicación en la evaluación del
estudiante.

El Decreto 1860 de 1994 ha dispuesto operacionalizar el Proyecto Educativo


Institucional (PEI) mediante tres funciones básicas de los logros: la primera función
es la de hacer concreto, viable, operativo y evaluable el proyecto educativo, como se
puede observar en el artículo 34 del decreto 1860 de 1994; la segunda función
básica es la de desarrollar los proyectos de formación pedagógica, según el artículo
36 del decreto 1860 de 1994; y la tercera, es la de realizar el proceso de evaluación,
artículo 47 y siguientes del decreto 1860 de 1994.

Estas tres funciones se concretan en las siguientes seis acciones:

1. El currículo de cada institución se elaborará mediante logros institucionales con


base en los logros previstos en la Ley 115 de 1994 como objetivos comunes,
generales y específicos, según lo dispuesto por el literal b, en el artículo 33 del
decreto 1860 de 1994 y de acuerdo con las orientaciones del MEN (1997:26)

45 PEREZ ABRIL, Mauricio. ¿Indicadores de logro? Una mirada desde los procesos curriculares, en
revista Educación y Cultura, FECODE, Nº. 43, 1997: 5.
81

2. El plan de estudios de cada grado se realizará con base en los logros


institucionales y los indicadores de logro previstos en el PEI; de este modo lo
dispone el numeral. 4, del artículo 38 y el artículo 54 de decreto 1860 de 1994.

3. El proceso de evaluación de los alumnos se regirá mediante la obtención de los


logros esperados y que se han definido en el Proyecto Educativo Institucional, como
lo ordena el artículo 47 del decreto 1860 de 1994, mediante la búsqueda de señales
o indicios explícitos en los indicadores de logro propuestos.

4. El profesor programará las actividades individuales y grupales que se requiera


para que los alumnos superen las fallas o limitaciones observadas en la consecución
de los logros, de acuerdo con el artículo 49 del decreto 1860 de 1994.

5. Para la transferencia de un centro escolar a otro se empleará una valoración


conceptual con base en logros según se establece en los tres literales del artículo
51 del decreto 1860 de 1994.

6. La promoción de los alumnos en educación básica se hará con base en la


superación de los logros previstos para un determinado grado, como lo establecen
los artículo 52 y 54 del decreto 1860 de 1994. Y la reprobación de grado para un
alumno se fijará cuando persista la insuficiencia de los logros, según el literal Nº. 2,
del artículo 53, del decreto 1860 de 1994.

Los logros han de ser propuestos, según la política educativa del país, para atender
las demandas y las expectativas de los alumnos, sus necesidades tanto actuales
como futuras en el contexto y con las condiciones concretas del estudiante, del
centro educativo y con los procesos por ellos desarrollados. En este sentido, se
cambia lo dispuesto por el decreto 1002 de 1984 que decía: ‘’es una función del
gobierno establecer los marcos legales generales del plan de estudios de la
educación formal’’.

De esta corta revisión se puede concluir:

1. Esta concepción de logros no abandona el esquema de áreas del artículo 5 del


decreto 1002 de 1984, que queda repetido en el artículo 23 de áreas obligatorias y
fundamentales de la Ley General de Educación.
2. Esta legislación no cambia la concepción del modelo de evaluación porque la
clave sigue siendo la reflexión del evaluador, como profesor o como comités, con
la idea de que lo observado lo construye un observador con los indicadores de
logros como cuantificadores de variables, objetivos, ecuánimes y exactos.
3. Si bien la norma prevé la participación del estudiante mediante la autoevaluación y
la coevaluación,(MEN, La evaluación en el aula y más allá de ella, 1997:41-45), al
descifrar el significado según los usos dados en el decreto 1860 de 1994, se
82

establece que el modelo no tiene en cuenta que la acción evaluativa debe


realizarse por el estudiante y que él elabora el sentido de la misma mediante la
reflexión en contextos y situaciones concretas. La evaluación se sigue resolviendo
con distintas estrategias de carácter técnico y no aborda la evaluación como
construcción del alumno, como actor único que da sentido a su proceso de
formación.
4. De este modo, la concepción de persona adoptado por la Constitución y la Ley
General de Educación permanece ausente en las prácticas evaluativas. La
evaluación exige una acción reflexiva de elaboración donde el evaluado es el
actor y el evaluador hace parte del proceso de esclarecimiento de términos.
Tradicionalmente se ha propuesto la acción en el evaluador o en la interacción
automática al suponer que el estudiante no posee una estructura desarrollada de
persona, por lo tanto es incapaz de dar sentido.
5. Además, se esperaba que el sistema educativo por logros incorporara algunos
aspectos como la capacidad de tomar riesgos, de decidir críticamente y actuar en
consecuencia desde una ética civil y con una visión proyectiva y estructurada de la
sociedad; así mismo la capacidad de convocar un grupo humano y motivarlo para
ser parte activa de la cultura contemporánea de modo que pueda tener la
posibilidad de insertarse en el mercado de trabajo en forma productiva y participar
democráticamente.

Concepto teórico.

En función de delimitar el significado de logro e indicador se debe recurrir a las


teorías cognitivas, en especial si se tiene en cuenta la discrepancia legal entre el
planteamiento de la Ley 115 que enfatiza su concepción por objetivos y con el
decreto 1860 de 1994 que determina el sistema educativo por logros y la evaluación
por indicadores de logros. Esta proposición obliga a hacer una revisión crítica de los
conceptos de logro e indicador con base en la noción de estructura de J. Piaget
(1977), de zona de desarrollo de Vigotski (1934) y de andamiaje de J. Bruner (citado
por Pozo,1993), para fundamentarlos en las teorías cognitivas del aprendizaje que
son acordes con la actual concepción de evaluación centrada en el estudiante.

La noción de estructura propuesta por J. Piaget (1977) podría servir de base para
fundamentar la concepción educativa de logro. Piaget propone la estructura, como
una construcción dinámica de cualquier organismo que presenta leyes y propiedades
de totalidad, con sistemas parciales; así, cada estructura es el punto de logro de un
estadio y el punto de partida de un nuevo proceso evolutivo. En cada estructura se
refleja una gama de organizaciones que se manifiestan en una secuencia definida
dentro de un período de edad aproximado en el continuo desarrollo de la persona;
cada etapa de la vida corresponde a un estadio o período de formación que
evoluciona mediante una fase de asimilación y otra de acomodación y que se
caracteriza por la organización progresiva en acciones y operaciones concretas y
formales de logros.
83

La interpretación de logro que se puede inferir de la teoría de Piaget dista mucho de


lo que podría entenderse por logro en Vigostky (1934). Según este autor, existe una
zona de desarrollo real que expresa las funciones que ya han sido interiorizadas
por cada persona y otra zona de desarrollo potencial que está en proceso de
desarrollo; la diferencia entre el primero y el segundo es retrospectivo y da por
resultado la zona de desarrollo potencial. Esta zona es producto de una serie de
procesos evolutivos internos que son capaces de operar solamente cuando el niño
está en interacción con personas de su entorno y en cooperación con sus
semejantes. Una vez que este proceso se ha internalizado se convierte en parte de
los logros, de los que puede disponer con independencia de una mediación externa.
La zona de desarrollo próximo pone de manifiesto la participación del maestro dentro
de los límites de desarrollo interno, hasta que el alumno con su propio desempeño
adquiere el dominio consciente de su aprendizaje y comienza un nuevo proceso de
desarrollo.

Además, de estas dos interpretaciones, cabría estudiar el significado del logro desde
J. Bruner quien ha considerado que el aprendizaje es como un andamiaje, donde el
niño regula su propio desempeño, lo analiza y toma conciencia de él. En este sentido
el logro es el acto que se reconoce y se juzga a si mismo, proporciona elementos de
autocontrol; también, permite la actuación del adulto como una conciencia para dos.

3. El papel de las comisiones de evaluación.

Las comisiones de evaluación tal como las define el artículo Nº. 50 del Decreto
1860 de 1994, tienen la función de analizar los casos persistentes de insuficiencia o
de superación en los logros y prescribir las actividades pedagógicas necesarias para
superar las dificultades.

Cuestionamiento personal.

De acuerdo con su experiencia sobre el desempeño de las comisiones de


evaluación y en relación con la promoción escolar, analice estas preguntas y anote
otras que le sugieran las mismas: respuestas o alternativas de mejoramiento de la
función de las comisiones, posibilidades que dentro de la autonomía que confiere la
Ley 115 a las comunidades escolares sería posible de implementar.

1. ¿ Es posible realizar una evaluación integral, mediante una labor docente


individual y que solo se encuentre para determinar la promoción o reprobación de un
alumno, o la asignación de actividades complementarias ?
84

2. ¿Es posible que la evaluación sea una síntesis o un balance, como la propone
Louis Not (1992) con la perspectiva de un solo profesor, o en el mejor de los casos,
por la yuxtaposición de perspectivas de los diferentes docentes ?

3. ¿La labor de la comisión de evaluación se puede realizar de manera eficaz, y aun


ética, sin haber participado en la elaboración de los logros sobre los que va a
analizar a los estudiantes para determinar su promoción ? ¿Cómo se contextualiza
la evaluación que realiza la comisión ?

4. ¿Cómo evaluar sin conocer el nivel en el que se encontraba el estudiante antes


del proceso de enseñanza aprendizaje? ¿Sin haber acordado previamente unas
perspectivas de formación desde los diferentes campos de formación ? ¿La
comisión sería un evaluador externo ? ¿Entonces, cómo atendería la individualidad?

5. ¿ A quién compete la integración de los diferentes logros que busca cada


profesor desde su asignatura ? ¿ O la dirección y la unificación de intenciones
formativas ?

6. ¿ Ello es necesario o se asume que desde la perspectiva del Proyecto


Educativo Institucional todos están buscando los mismos fines e implementando en
cada grado las estrategias necesarias de acuerdo con las características de cada
grupo de niños?

Lectura individual.

La evaluación integral y referida a la individualidad el estudiante, en el contexto


en el que crece como totalidad, exige la integración de los docentes en torno a
objetivos comunes pero también a acciones comunes. Con base en la lectura y de
acuerdo con las posibilidades de la comunidad educativa en la cual se desempeña,
haga anotaciones sobre la posibilidad de llevar a cabo una organización de esta
naturaleza o proponga otras alternativas que podrían desarrollarse para consolidar
equipos de trabajo entre los docentes para atender las necesidades de grupos
particulares de estudiantes como son los que pertenecen a un grado escolar.

Lectura Nº. 10. Constituir grupos de docentes por grado

La educación ha venido desarrollándose en muchos casos como una


yuxtaposición de años escolares, de asignaturas, de metodologías y procesos
evaluativos referidos a cada profesor, con consecuencias como la baja calidad de
los aprendizajes y la dificultad de los estudiantes para utilizar los aprendizajes
alcanzados en situaciones nuevas y en la solución de situaciones de la vida
cotidiana y laboral. En esta misma perspectiva, la labor docente ha sido aislada y
85

cada uno ha constituido su aula de clase en un mundo particular del que


probablemente solo él podría dar cuenta pues es escasa la discusión entre ellos
sobre sus prácticas pedagógicas y la evaluación del aprendizaje, así como el tiempo
laboral dedicado al trabajo en equipo.

En relación con esta situación, es necesario que la interacción entre los miembros
de la comunidad educativa tenga un punto de encuentro en el que la planeación y el
trabajo en equipo tenga una razón de ser y que signifique mayores niveles de
participación en la planeación, en la toma de decisiones y en la formación
permanente de todos sus integrantes, no solamente en la evaluación de los
resultados que los alumnos alcancen al final de un grado.

La comisión de evaluación debe ser parte integral de un equipo de docentes,


directivos, padres y alumnos que se conforman alrededor de un grupo de alumnos
de un grado escolar que se constituye en un microambiente institucional para
cumplir entre muchas otras, esta función y garantizar año por año la puesta en
práctica del Proyecto Educativo Institucional mediante la toma de decisiones que
garanticen la adecuada progresión y coherencia en la enseñanza escolar y en la
formación pedagógica a la que se refiere dicho proyecto. Este equipo constituido
con una finalidad más amplia que la evaluación de los alumnos sería el eje que
dinamice la realización de un proyecto durante un año escolar; ello se lograría
mediante la planeación, la ejecución y evaluación del mismo en cada microambiente
que se podría denominar Proyecto de Aula.

Estos microambientes conformados en lo posible por todos los miembros de la


comunidad escolar que interactúan en torno a un grado escolar tiene entonces su
razón de ser porque con él:

1. Se trabaja en equipos por grado y se amplía la participación de los miembros de


la comunidad a través del Proyecto de Aula.

2. Se genera una vertebración longitudinal y transversal del currículo para dar


respuesta a las necesidades e intereses del estudiante y la sociedad, de acuerdo
con las capacidades y la edad del individuo, pero sin perder de vista la
integralidad en la formación que se expresa en el Proyecto Educativo
Institucional.

3. Se recupera el currículo, la didáctica y la evaluación integral. Esto es,


administrando procesos de desarrollo pisco-social de los estudiantes más que
contenidos ajenos a ellos.
4. Se varía el sentido de hacer la planeación escolar y por primera vez, se hace el
currículo, la didáctica y la evaluación desde donde se produce, esto es, desde el
estudiante.
86

5. Ante todo no se administra un plan de contenidos sino un plan de formación


integral centrado efectivamente en el desarrollo de procesos de pensamiento, en
las habilidades comunicativas y exploratorias, en la socialización, en el
crecimiento del yo.

6. En esta forma de trabajo la evaluación cobra su justa medida como proceso


integral, cualitativo, continuo y proyectivo.

7. Se operacionaliza y se hace realidad el Proyecto Educativo Institucional.

El Proyecto Institucional se operacionaliza entonces por medio de los Proyectos


de Aula bajo el liderazgo de un comité de cada grado escolar y se implementa en
dos direcciones: una vertical que corresponde al encadenamiento de los proyectos
de cada grado escolar o proyectos de aula, desarrollados año tras año; una
horizontal que corresponde a la integración curricular de las áreas académicas
(Gráfica Nº. 4).

P . E .I.
6

5
4
Proyectos de Aula

S o c ia l M a te m C i e n c ia Lengua E d u fis ic a R e lig ió n

A re a s a c a d é m ic a s

Gráfica Nº. 4. Integración de proyectos de aula

Y el desarrollo de cada Proyecto de Aula integra internamente los proyectos de


formación en los tres campos: convivencia, pedagógico y académico. Esa
integración (gráfica Nº. 5) se requiere en cada grado dado que como explican Parlett
87

y Hamilton (citado por Stufflebeam, 1987), el aula es el ambiente de aprendizaje en


el que interactúan profesores y alumnos y constituyen una red compleja para
producir un modelo único para cada caso que cubre todas las actividades del
proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos autores explican la conformación del
ambiente como un espacio socio psicológico y material en el que interactúan
profesores y alumnos; en él se constituye una red compleja que cubre todas las
actividades de enseñanza aprendizaje para relacionar los cambios en el medio de
aprendizaje y las experiencias intelectuales de los alumnos; es importante tener
presente que ese medio recibe múltiples influencias y se constituye en el eje para
analizar la interdependencia entre enseñanza y aprendizaje, donde intervienen
también el interés, la concentración del alumno y todos los elementos del currículo
oculto y visible.

Proyecto de Aula
Arte
Relig
Areas académicas

E.fis
Cienc
Leng
Mat
Soc

Académica Pedagógica Convivencia

Cam pos de formación

Gráfica Nº. 5. Integración de proyectos de formación

La estructuración de las áreas académicas y de los campos de formación permite


trazar un mapa de desarrollo de cada estudiante hacia la formación en la
autonomía, y es allí donde confluyen la evaluación del aula, la evaluación del
currículo, la evaluación del aprendizaje y la evaluación del docente para hacer
realidad la evaluación cualitativa referida al estudiante y para beneficio de él, como
88

individuo con diferencias específicas y con un ritmo personal de aprendizaje y de


desarrollo.

Esta organización da espacio para que, como propone Tiana (1996), los logros de
la educación “sean puestos en relación con el contexto y las condiciones concretas
de los centros escolares”. Además garantiza la adecuación en los niveles de
educación, que corresponden, según Slavin (1996) a la adecuación de los temas de
acuerdo con los conocimientos y destrezas que posee el estudiante para que la
lección no resulte ni muy difícil, ni muy fácil.

Trabajo en grupo y socialización.

Discutir los siguientes aspectos y sintetizar las principales posiciones para


exponerlas posteriormente en un momento de socialización:

1. Ventajas que podría tener la organización de docentes por grados.

2. Desventajas de la organización de docentes por grado o dificultades que se


podrían prever.

3. Aportes que hace la organización por grados a los procesos evaluativos.

4. Funciones que tendría que cumplir este grupo para que sus papeles como
comisión de evaluación fueran acordes con el contexto y las necesidades de los
estudiantes, así como coherentes con la misión de la institución.

5. Acciones que debería desarrollar el grupo para generar integralidad no solo en


la evaluación sino también en la formación de los alumnos.

6. Razón de ser de los indicadores de logro en relación con las acciones y


funciones de este grupo de docentes.

3. PREGUNTAR, SUGERIR Y DETERMINAR LOS COMPONENTES DE UN


MODELO DE EVALUACIÓN.

La educación es un proceso social complejo que no se da aislado de los demás


fenómenos sociales, esto es, implica abordar la evaluación en su complejidad y
89

diversidad desde los factores que intervienen en la organización y funcionamiento


de la sociedad, y por lo tanto en función de la utilidad que tiene para la misma.

La evaluación del aprendizaje debe ser concebida como un proceso permanente


y sistemático tendiente a favorecer el desarrollo de las potencialidades de cada
estudiante. Este proceso, a su vez, debe proporcionar a la institución información útil
y oportuna que permita una mayor racionalidad en la toma de decisiones de carácter
académico, administrativo y curricular; tal característica muestra claramente la
estrecha relación entre las partes comprendidas en el proceso pedagógico.

Sin embargo, es claro que no es posible proponer un modelo de evaluación útil


para cualquier proyecto educativo y que se pueda adecuar a cualquier contexto en
forma acrítica, genérica y universal; por esa razón exponemos una serie de
componentes que permitan reflexionar sobre la propia institución y transformar
críticamente el propio diseño evaluativo de acuerdo con la misión que debe cumplir.

Un modelo permite conocer una parte de la realidad porque la teoría no se puede


contrastar empíricamente sino a través de estos; ellos son los medios de
comprobación de las teorías en la realidad, además ayudan a comprender las
teorías y las leyes así como a su interpretación y a la elaboración de predicciones.
Mario Bunge46 define el modelo como una construcción teórica que pretende
informar y explicar un fragmento acotado de la realidad.

En esta tercera parte se ofrecen algunos elementos de reflexión para


implementar un proceso de evaluación que tenga en cuenta el contexto, el
estudiante, la interacción entre profesor y alumno, así como los fines a los que
atiende el currículo de acuerdo con el medio social en el que se inscribe una
comunidad. En tal sentido, se pretende que sea una reflexión sobre cada institución
para tomar posición crítica con base en un conocimiento profundo del proceso
evaluativo que permita su transformación o mejoramiento , así como la posterior
comprensión de los componentes de un modelo de evaluación.

Por ello mismo, la propuesta que se ofrece se enmarca en todo el análisis


desarrollado en los talleres anteriores, así como en una serie de planteamientos y
preguntas que buscan dar soporte al diálogo y la reflexión de cada comunidad
educativa. En la primera parte se exponen una serie de preguntas que orientan la
reflexión para que sobre esa base se puedan tomar sugerencias para la elaboración
de una propuesta de evaluación del aprendizaje. En las demás secciones se hace
referencia a componentes de un modelo de evaluación escolar sobre la evaluación
del estudiante, los criterios y principios de un modelo y a la organización y
administración de la evaluación del aprendizaje.

46 BUNGE, Mario. Teoría y realidad. Ediciones Ariel, S.A. Barcelona, 1972.


90

3.1 Preguntar para orientar la reflexión y sugerir

Antes de asumir un cambio en la evaluación del aprendizaje, y con mayor razón,


antes de pretender tomar un modelo ya creado por otros, es esencial que cada
comunidad de educadores desarrolle un diálogo que verse sobre las prácticas
evaluativas que se han consolidado en su institución y que merecen ser analizadas
para tomar conciencia sobre los valores que tienen, sobre los aspectos que no
responden a las necesidades de la comunidad y que obstaculizan su progreso.
Para ello se exponen seis puntos centrales de discusión sobre la realidad de cada
institución.

1. ¿Si hay varias teorías de la evaluación cuál de esas teorías fundamenta la


práctica en su institución? O ¿Si en ella se ha permitido a los profesores que
practiquen la evaluación sin fundamentación, orientación, preparación y
capacitación? Históricamente quÈ tarea ha cumplido la institución en cuanto
orientar, planear y controlar el proceso de evaluación? ¿Quién ha definido,
orientando, exigido la planeación en el proceso de evaluación en ella ?

2. ¿Si se han dictado en esa institución políticas y criterios sobre evaluación? ¿O


si se ha hecho análisis de resultados? ¿O si se ha permitido que los profesores se
hayan desempeñado como "jueces" sin la idoneidad certificada?. (Bachelard,
Gastón47, 1975). A propósito de esta pregunta, hace 19 años decía Carreño: "Salvo
raras excepciones, el profesor suele dotar a la evaluación de un propósito bien
definido y exclusivo, que es el de constatar, "probar" el aprendizaje, a fin de otorgar
calificaciones, que no son otra cosa que la descripción, mediante símbolos
generalmente numéricos, del monto o volumen de lo aprendido....Para la mayoría de
los profesores, evaluar es hacer pruebas o aplicar exámenes, revisar los resultados
y adjudicar las calificaciones, cuando en todo caso lo que están haciendo con ello es
medir el aprovechamiento." (Carreño, 1977:27)

3. ¿Con qué criterios proceden los profesores de su institución al evaluar el


aprendizaje? ¿Qué criterios ha establecido la institución? ¿ Cómo se lleva a cabo la
evaluación en su institución? ¿ A qué aspectos se les da prioridad? ¿ Para qué se
evalúa? ¿Qué usos se le da a la información obtenida?

4. ¿Si la evaluación se hace con base en los objetivos institucionales, esto es:
sobre los objetivos de la institución en general y en particular los del programa? O,
en su defecto ¿la evaluación es parte de la autonomía de cada profesor? Entonces,
¿cómo la institución certifica, o hace constar que cada uno de sus egresados es
idóneo?

5. Si esa institución tiene la racionalidad y autonomía suficiente ¿ qué puede


esperar de la "actividad de evaluación"? O ¿Si ésta es, en cambio de una actividad,

47 BACHELARD, Gastón. Formación del Espíritu Científico, 1975:111


91

un proceso proyectado en relación con unos objetivos, planeado con la


intencionalidad clara de cumplir con requisitos de calidad y administrado con
voluntad de conseguir resultados a niveles de eficacia y eficiencia?

6. ¿ Cómo se comprende la evaluación del aprendizaje ? ¿Qué otras


implicaciones tiene este proceso ? ¿Si la evaluación en esa institución hace parte
del proceso de calidad y a través de ella se observa la idoneidad de sus docentes,
la pertinencia de la estructura curricular, la calidad y suficiencia de sus recursos y la
eficiencia de su administración?

7. ¿Si la evaluación hace parte de la construcción del Proyecto Educativo de esa


institución, teniendo en cuenta que el modelo de formación implica dirección hacia
unas metas, las que se alcanzan con procesos considerados congruentes con
dichas metas?

Después de haber hecho una revisión sobre la realidad de cada institución, sobre
los fundamentos que tiene la cultura escolar que allí circula, es importante ampliar la
discusión sobre la finalidad de la evaluación de modo que este proceso cobre un
significado en todo el proceso educativo y no se reduzca al desarrollo de acciones
aisladas e intuitivas de cada docente. Para ello se presentan tres elementos: una
reflexión, unos comentarios y unas sugerencias para elaborar una propuesta de
evaluación.

Reflexión: "Si nuestra actitud hacia la educación es realmente seria, tenemos


que precisar las maneras de medir los resultados del aprendizaje de los estudiantes
como individuos y de averiguar si aquéllos concuerdan con nuestros propósitos
educativos. Además, estas medidas habrán de hacer algo más que informarnos de
sí nuestros estudiantes están siendo educados en realidad o no. Importa igualmente
que suministren datos que nos hagan posible vigilar la marcha del proceso educativo
y asegurar así un control de calidad sobre la empresa en cuestión. Así pues, en
cualquier momento, habremos de ser capaces de conocer la efectividad de
nuestros programas educativos; y si esperamos mejorar los resultados de
aprendizaje introduciendo métodos de enseñanza, materiales didácticos y modos
nuevos de organizar el contenido de la materia y las secuencias del curriculum, la
medición y la evaluación ingresan de nuevo y necesariamente en el cuadro."
(Ausubel, Novak y Hanesian, 1995).

Comentario: La evaluación se ha convertido en un proceso de obtención de


información cuyos propósitos son con frecuencia ambiguos y cuyo impacto se diluye
entre diversas instancias que conforman la cadena académico-administrativo. Frente
a esta manera de concebir la evaluación, se impone la necesidad de asignar a este
proceso la importancia y el lugar que le corresponde en términos de su definición y
92

sustentación teórica, su rigor metodológico, su fisonomía contextual y su


racionalidad técnica e instrumental.

Se trata de propiciar la conformación y desarrollo de una cultura de la evaluación


a partir de un concepto que vaya más allá de una acepción simplista y meramente
intuitiva y considere sus elementos esenciales, tales como:

1. La necesidad de contextualizar la evaluación, es decir, realizarla en función de


y para un contexto sociocultural, económico y político determinado, lo cual exige que
la teoría, el método, las técnicas, procedimientos e instrumentos estén al servicio de
dicho contexto y de las necesidades y expectativas de los grupos involucrados.

2. Una perspectiva integradora de la evaluación, de manera que los resultados


generados a partir de los procesos de obtención, análisis e interpretación de datos
cuantitativos de los estudiantes proporcionen una (o alguna) visión de conjunto del
programa y de la institución a la cual sirve.

3. La validez de los resultados que se formulen dependen de una construcción


intersubjetiva entre las personas involucradas en la formación de un alumno; esa
validez le da a la evaluación credibilidad, persuasión y promoción; lo anterior
significa que la percepción de la realidad sobre cada alumno, conformada por las
condiciones de su desarrollo y su formación, no es un fenómeno subjetivo ni aislado
que compete solo a la relativa autonomía de cada docente.

4. El otorgamiento del mérito o valor del título que se da a un estudiante


corresponde a la institución que evalúa. Por lo tanto, ésta manifiesta tener, más allá
de la autorización del M.E.N., los atributos inherentes para contribuir a la solución de
problemas que requieren ser resueltos en el contexto del estudiante.

Sugerencia 1. Capacitar en cambio de reformar por decreto: No proponer


cambios en las prácticas, costumbres o usos del trabajo de los docentes mediante
el cambio de normas o reglamentos sino capacitar para aplicar un modelo,
estrategias o teorías educativas; para ello se debe aprender a ponderar
comparativamente las diversas ventajas que tiene una teoría y un enfoque educativo
particular que harían de la docencia un ejercicio coherente y congruente, hecho que
es imprescindible para las dinámicas de cambio educativo.

Sugerencia 2. Descentralizar la reglamentación la evaluación: Analizar los


principios, las características, los tipos de evaluación, los momentos de la
evaluación y la ejecución, (planeación, diseño, realización, validación, control y toma
de decisiones), de acuerdo con la clase de conocimientos, el enfoque particular de
aprendizaje, el nivel de desarrollo de los alumnos y los parámetros de calidad y
exigencia que defina cada institución.
93

Sugerencia 3. La función académica esencial de una institución educativa


debería ser la de orientar con políticas, criterios, enfoques y controles la
administración de la evaluación. Además, establecer las pautas de graduación de
los estudiantes, proponer los niveles de exigencia a los mismos y a los profesores
para que conduzcan a la calidad académica.

3.2 La Evaluación del estudiante.

Los componentes que se proponen para elaborar un modelo evaluativo se ubican


en el paradigma socio crítico que concibe al alumno como eje de su propia
educación pero en interacción con el medio en el que se encuentra. En ellos se
comprende el aprendizaje como reconstrucción de conocimientos, que no se da por
la transmisión de información del docente al estudiante (Escuelas instruccionistas),
ni por la construcción espontánea del estudiante en el contexto de la actividad
dirigida por el docente (Escuelas constructivistas). Por el contrario, la reconstrucción
se genera a partir de la interacción estudiante-pares-docentes, en la que con el
apoyo del docente, el estudiante apropia los conocimientos científicos construidos
por la humanidad en el transcurso de la historia, en el contexto de una actividad
mental, que va acompañada de una actividad sensoriomotriz.

El papel de la evaluación frente a esa concepción de aprendizaje es


fundamentalmente de la mediación y se asume como un proceso argumentativo
cuya finalidad es persuadir y acompañar a las personas involucradas en el proceso
y en particular al alumno para que, con mayor comprensión de la problemática,
actúen tras la búsqueda de un mejoramiento. En tales condiciones la evaluación
lleva a determinar cómo es el funcionamiento cognitivo-social del alumno, de las
capacidades que pone en juego y de las dificultades que enfrenta; así entendida la
evaluación, se centra definitivamente en el sujeto que aprende.

La evaluación bajo esta connotación se constituye en un medio de formación de


la conciencia relacional del individuo frente al aprendizaje que potencia los procesos
metacognitivos del alumno porque le permite integrar la reflexión como una forma de
aprender sobre sus propios avances, sobre sus errores y sobre sus posibilidades.
Para el análisis completo de los componentes del modelo evaluativo se desarrollan
tres aspectos: la evaluación del estudiante, criterios y principios del modelo
evaluativo, y la organización y administración del proceso evaluativo.

Presentamos las preguntas básicas a que debe responder un modelo de


evaluación del estudiante y se relacionan con el qué, el quién, el cómo, el cuándo y
el para qué de la misma.

• Qué es evaluación del estudiante?


94

Para la correcta comprensión de la definición, se refiere la evaluación a un


proceso que incluye varias partes tales como planeación, diseño, fases, elaboración,
ejecución, exámenes, calificaciones, informes, resultados, utilidades, usos y
concluye que la evaluación no es solo exámenes y calificaciones.

Evaluación es la acción de acompañamiento, seguimiento y orientación que


adelanta la comunidad educativa en general, y en particular los profesores que
guían el proceso de crecimiento y formación del educando para establecer en qué
medida se han alcanzado los logros del proyecto personal y del proyecto educativo
institucional.

La evaluación se concibe como el resultado del acompañamiento y análisis


efectuado por los profesores y producto del diálogo continuo entre el estudiante,
los profesores y los padres de familia que permiten formular estrategias educativas
coherentes, intercambiar experiencias, obtener una visión clara y precisa.(de qué o
acerca de qué )

• Quién es el evaluado?

El evaluado es el estudiante en su proceso de crecimiento y desarrollo; es en el


proceso en donde recae la evaluación y no en la persona misma.

• Quién es el evaluador?

El evaluador es el Comité de evaluación y promoción que actúa en concordancia


con lo dispuesto por el Ministerio de Educación Nacional y por la Comunidad
Escolar, quien procede a ponderar la realidad del evaluado provistos de una
memoria que contiene diversas informaciones sobre el proceso del estudiante. La
evaluación no es una función autónoma, exclusiva y marginal de un docente.

• Para qué es la evaluación ?

El propósito de la evaluación del estudiante es la obtención de información útil,


oportuna y confiable para una valoración y juicio del desarrollo integral del
educando. Así, a través de la disponibilidad permanente de información se busca
orientar el proceso de crecimiento y desarrollo del alumno en cada uno de los
aspectos del proyecto personal y escolar, sobre la base de decisiones sólidamente
fundamentadas.

• Con qué criterio se evalúa?

La evaluación se refiere a la observación y emisión de juicios con base en


criterios o normas. La evaluación es comparativa por naturaleza.
95

Atendiendo al principio fundamental de la Constitución el criterio es el que


‘’todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más
limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico.’’
(Art. 16, Constitución Nacional 1991)

En concordancia, la Ley General de Educación ha dispuesto facilitar el proceso


de evaluación otorgándole a la comunidad escolar la autonomía para establecer y
adoptar el criterio de comparación que servirá de guía en el proceso de evaluación.

• Cuáles son los principios de evaluación?

De acuerdo con el criterio anterior se proponen como principios de la evaluación:

1. La evaluación es un proceso integral, interactivo, permanente y continuo.


2. La evaluación orienta y estimula el proceso de formación del alumno.
3. La evaluación tiene un carácter formativo y es parte del proceso educativo y no
solo un resultado final.
4. Los resultados de la evaluación deben integrarse e interpretarse en relación
con el marco de referencia total del proceso educativo.
5. La evaluación es un proceso cooperativo que involucra al alumno, a los
compañeros, la familia, a los profesores y a los directivos docentes en la toma de
decisiones y actúa en consecuencia.

• El por qué de la evaluación ?

La evaluación del estudiante está dirigida a testimoniar y garantizar el


crecimiento de la persona de acuerdo con las obligaciones adquiridas en la
matrícula por él mismo, la familia y la institución escolar. Ese testimonio se refiere a
todos los logros dispuestos en el Proyecto del estudiante y de la institución escolar.

Se evalúa para garantizar el libre desarrollo de la personalidad, según el ritmo


propio de aprendizaje, para garantizar que el estudiante sea el centro del proceso
educativo y que él sea el eje de su crecimiento así como para tomar acciones
correctivas que apoyen al estudiante en la superación de las dificultades o la
profundización sobre los logros de mayor interés o significación.

• El qué de la evaluación?

La evaluación del alumno debe apreciar por comparación el estado de desarrollo


inicial con el estado de desarrollo alcanzado, en relación con los logros propuestos
en el proyecto educativo institucional.
96

La evaluación ha de orientarse hacia el desarrollo de los logros más relevantes de


los diversos campos de formación y del currículo. Dichos logros han de ser
dispuestos a lo largo de las diferentes grados, ciclos, niveles del sistema educativo
en relación con el contexto y con las condiciones concretas de los centros escolares
y con los procesos en ellos desarrollados.

Pueden utilizarse como medios de evaluación las pruebas de comprensión,


análisis, discusión crítica y en general de apropiación de conceptos o mediante
apreciaciones cualitativas hechas como resultado de observaciones del propio
alumno, de sus compañeros y de sus profesores. Cualquiera que sea el medio de
evaluación del alumno debe permitir la valoración del proceso de organización que
ha elaborado el estudiante y de sus capacidades para producir formas alternativas
de solución.

El Ministerio de Educación no recomienda las pruebas basadas exclusivamente


en la reproducción memorística que no vayan ligadas a la constatación de
conceptos y otros factores cognitivos.

• Cuáles son los indicadores de la evaluación?

Los indicadores sobre los que recae la evaluación del estudiante son juicios
comparativos y los indicadores de logro.

• Cuáles son las etapas de la evaluación?

El Ministerio de Educación Nacional ha dispuesto los logros por nivel (Preescolar,


Básica y Media Vocacional).

La institución educativa selecciona por grado los logros y los procedimientos y los
medios que aplicarán en el acompañamiento y observación del alumno. Los
indicadores se acuerdan por campos y áreas de formación.

Los profesores registran en portafolios, planillas o formatos los logros de los


estudiantes según los indicadores. Los profesores con base en la información
obtenida, elaboran los juicios comparativos y la comparten con los Comités.

La recolección de información se realiza durante el acompañamiento y


observación de los alumnos; puede hacerse en forma anecdótica, informal o formal;
como medio, el usos de instrumentos y técnicas (de observación, de descripción,
experimentales, etc.); como estrategias, la utilización de técnicas participativas y no
participativas. La selección única o combinada de estas estrategias, medios y
procedimientos sirve para una evaluación justa, precisa, ágil, útil, relevante, y sobre
todo, orientada hacia el objetivo y propósito del desarrollo del estudiante.
97

La información que se recoja debe ser válida, relevante y útil para la comprensión
del alumno, para orientarlo en el plan de trabajo, para la promoción o la reprobación.

• El cuándo de la evaluación?

La evaluación es continua y se realiza durante todas las etapas del proceso de


tal modo que facilite el diagnóstico y la permanente información.

• El cómo de la evaluación.

Las modalidades evaluativas corresponde con prioridad a la naturaleza de quien


aprende, también al carácter de lo que se aprende y a la relación que el estudiante
hace entre el qué y el cómo de su aprendizaje.

El modo de la evaluación hace énfasis en los métodos que tiene el estudiante


para aprender y no en los estilos propios que tiene el profesor o la institución para
enseñar porque quien accede al conocimiento es el estudiante y para ello él tiene
muchos métodos que están determinados por la significación y el interés sobre los
objetos y medios de su proceso de formación. De ahí que el cómo de la evaluación
tiene que ver con la cualidad de quien aprende.

La evaluación hace énfasis en los métodos de razonamiento que el alumno


empleó para comprender un tema, en el tipo de raciocinio que siguió para resolver
un problema, en el modo como organizó la información para interpretar o
reinterpretar un saber, en los criterios que tuvo en cuenta para aplicar las reglas del
hacer o para transferir lo conocido a nuevas situaciones, en los niveles de enlaces
argumentativos que empleó para cuestionar, crear o sintetizar.

• Cómo comunicar los procesos y los resultados?

La evaluación se comunica a los estudiantes, a los padres de familia y a la


directivos docentes mediante informes descriptivos.

La Constitución estableció el derecho fundamental de ser informado y Ley


General de Educación precisó el derecho que tiene la familia de ser informada así
como la obligación que tiene la institución escolar de informar ampliamente sobre el
proceso de crecimiento del alumno y el proceso que desarrolla la institución escolar.

El informe descriptivo es el instrumento en el cual se registran los logros,


avances, limitaciones y dificultades que durante un período haya presentado el
alumno. Se llama descriptivo porque trata de señalar el estado en que se encuentra
cada uno de los aspectos del desarrollo. Es explicativo porque comunica las causas
y circunstancias que han dificultado o facilitado el avance en el proceso.
98

El informe comprende cada una de los campos de formación pedagógica, de


convivencia y cada una de las áreas del campo académico.

Los profesores elaboran el informe del alumno con base en el desarrollo del nivel
de logro. El informe consigna los conceptos emitidos por la comisión sobre los
niveles desarrollados por el estudiante. Los conceptos son elaborados con base en
el seguimiento y observación que hacen los profesores sobre el desarrollo del
alumno como los juicios comparativos.

Las normas no establecen cuántos informes deben presentar las comisiones pero
al ser la educación permanente y la evaluación continua se hace igualmente
necesario el mantener informado al alumno, a los padres de familia durante el
proceso.

• Quién es el destinatario del informe?

Los destinatarios del informe son el estudiante, el padre de familia y los directivos
docentes. El informe es para el alumno para que apropie reflexivamente sus
resultados, para los padres de familia quienes son los directamente responsables
del proyecto que realiza el hijo y para los directivos docentes quienes deben
proceder a la promoción y a la organización del Registro de Valoración Escolar.

• Para qué la actividad evaluativa?

Tradicionalmente se ha evaluado para certificar el cumplimiento de unos


objetivos instruccionales. Ahora, se evalúa para que el estudiante, como ser
reflexivo y racional y primer interesado, tome conciencia de su estado de formación
y para que la institución a través de sus medios y pueda acompañar y apoyar al
estudiante en el logro de sus metas formativas. El interés es que la formación
escolar se realice en un clima permanente de evaluación porque los procesos y los
productos esperados comunican criterios internos de calidad.

• Qué es la promoción escolar?

La promoción escolar es el paso que prescribe el Comité de un grado a otro


superior, o la obtención del certificado de educación básica al cabo del grado 9º o
el título de bachiller al cabo del grado 11º .

• En qué consiste la reprobación?

Los Comités de promoción podrán determinar la reprobación cuando el


estudiante haya dejado de asistir a la cuarta parte del tiempo total previsto en las
actividades programadas en el plan de estudios para determinado grado; o cuando
99

después de cumplidas las actividades de recuperación o nivelación persista la


insuficiencia en la satisfacción de los logros.

El alumno reprobado para continuar con sus estudios deberá dedicar un año
lectivo a fortalecer los aspectos señalados como insatisfactorios en la evaluación,
para lo cual seguirá un programa de actividades académicas orientada a superar las
deficiencias que podrán incluir actividades previstas en el plan de estudios general
para diferentes grados.

3.3 Criterios y principios de un modelo de evaluación escolar

Cualquier modelo evaluativo que se proponga debe obedecer a unos principios y


a unos criterios que lo rigen dentro del paradigma en el que se enmarque. Los
elementos que aquí se proponen al respecto se ubican dentro de un paradigma
socio crítico como se ha expuesto anteriormente; además son acordes con una
estructura curricular por campos que se implementa mediante el modelo de
conducción y se rige por los mismos criterios de este.

El primer criterio, y acogiendo las ideas de Alain Michel (1996) indica que el
nuevo currículo demanda una evaluación del aprendizaje acorde con las dinámicas
de desarrollo del ser humano que requieren información pronta, frecuente y
oportuna para cumplir cuatro funciones básicas: informar y conocer, prever, evaluar
y comunicar.

La primera función, informar y conocer obliga a que la información sea rápida y


permita un doble flujo en su dirección para garantizar la participación que demanda
una educación para la democracia; así mismo, si la información permite conocer,
debe ser fiable y de fácil acceso para que los implicados en el proceso educativo.

La segunda función, prever, facilita puntos de referencia para determinar las


posibles dificultades de modo que se puedan implementar anticipadamente las
medidas adecuadas; no es simplemente prever el futuro para esperar que se
acerque sino para conducirlo basados en la información disponible.

La tercera función de la información, evaluar, se cumple mediante la elaboración


de un balance conformado con la información proveniente tanto de la
heteroevaluación como de la coevaluación y de la autoevaluación. Dicho balance
permite que todos los integrantes del proceso educativo conozcan los puntos de
apoyo para avanzar y los puntos débiles que deben consolidarse. (Not, 1992:164)

La cuarta función, la comunicación, es esencial de la información; nada se gana


si la evaluación obtiene información que no se da a conocer con transparencia y a
cabalidad a las personas involucradas en el proyecto educativo en cuestión; la
100

comunicación es el componente argumentativo de la evaluación que convoca a toda


la comunidad, la hace participe del proyecto y le genera pertenencia y compromiso
con el mismo; en términos de House (1994:85) la comunicación debe persuadir para
que con una mayor comprensión del objeto evaluado, se tomen decisiones y se
actúe con base en la información disponible.

El segundo criterio hace referencia a las condiciones que debe tener en cuenta
el proceso mismo de la evaluación, de acuerdo con las teorías cognitivas del
aprendizaje que fundamentan la concepción de evaluación que aquí se ha expuesto:
el respeto a la individualidad y la comprensión global, la participación, la validez y
objetividad de la información.

La evaluación se concibe como un proceso no solo transferencial, selectiva,


prescriptiva y de control, sino que tiende a condicionar el ritmo y la naturaleza del
proceso educativo al estudiante y a mejorar la calidad de su aprendizaje teniendo en
cuenta el campo, la competencia, el grado y el tipo de aprendizaje que se espera
que cada alumno haya alcanzado, así como el proceso que debe realizar para su
consecución. En este sentido la evaluación no se circunscribe a un aspecto ni a un
solo momento sino que se extiende a lo largo de todo el proceso educativo y busca
una comprensión de todos los aspectos que inciden en la formación del alumno y en
particular, en su aprendizaje.

Para atender a este criterio la evaluación debe tener en cuenta que los
estudiantes parten de planos de aprendizajes distintos; por eso es importante una
primera valoración que diga a qué nivel de aprendizaje ha llegado cada alumno a la
clase y pueda servir para conocer el nivel en que se encuentra el grupo.

La evaluación debe atender en forma próxima a los estudiantes; tanto el


aprendizaje como su valoración deben llevarse a cabo mediante la interacción con el
docente, especialmente en esos momentos en los que se desarrolla un diálogo
constructivo sobre la base de un ejercicio adecuado porque se conocen las
dimensiones reales y de sentido que implica el aprendizaje para cada estudiante.

El tercer criterio es la validación del saber social; cada estudiante trabaja con
grados de interés, expectativas y métodos propios. La evaluación debe valorar las
formas propias de ser de cada estudiante y los ideales de desarrollo de la
personalidad de acuerdo con los intereses del país y de la comunidad en donde vive
cada alumno, para que siempre se valide socialmente el saber.

La evaluación debe realizarse en forma permanente mediante un


acompañamiento al alumno en todo su proceso de aprendizaje; ésto garantiza que
tanto el alumno como el maestro puedan conocer el desarrollo que ha alcanzado el
primero de acuerdo con sus zonas de desarrollo potencial y real. La verdadera
evaluación debe valorar aquellas manifestaciones diferenciadas de la personalidad
101

de cada alumno y por lo tanto sobre aquellas notas de auténtico crecimiento de


cada uno en particular.

Por otra parte, la evaluación no implica solamente al alumno sino que involucra al
propio proyecto en su conjunto y a la pluralidad de personas, situaciones, recursos,
intereses, políticas, demandas y necesidades que intervienen en el quehacer
educativo para buscar el desarrollo óptimo y el mejoramiento permanente. Tanto en
función del alumno como de la comunidad, el proceso evaluativo debe garantizar la
validez y objetividad de la información que brinda, característica que cambia en este
modelo evaluativo; para ello debe recurrir a procesos evaluativos que tengan como
componente fundamental la participación.

Al respecto Gimeno (1995) explica que aunque los docentes recogen gran
cantidad de información, no pueden ser exhaustivos en dicho proceso y tampoco
pueden aprovecharla en su totalidad, razón por la cual deben ser selectivos, reducir
parte de ella y hacer síntesis; sin embargo, en ese proceso de reducción median
muchos componentes de la experiencia profesional y del estilo pedagógico que
filtran la misma. Por ello es importante tener en cuenta la apreciación de House
(1994) cuando explica que en la evaluación es necesaria la participación de los
miembros de la comunidad para validar la información que se obtiene, de modo que
la certeza se logra mediante la comunicación y la confrontación directa para llegar a
acuerdos intersubjetivos que revelan la concordancia de éstos con el hecho que se
valora.

3.4 Administración del proceso evaluativo.

La evaluación del aprendizaje requiere una administración paralela a la gestión


curricular descrita en el numeral anterior que permita llevar a cabo una conducción
del proceso que desarrolla el alumno. Para ello deben tenerse en cuenta varios
aspectos: algunos de los componentes que requiere su implementación, los papeles
que desempeña cada participante y las acciones que se desarrollan.

La organización y administración del proceso de evaluación depende de la


respuesta a la pregunta: ¿Qué espera el Consejo Directivo de la evaluación en
términos de proceso y en términos de resultados, de acuerdo con el proyecto
educativo que se desarrolla ? Si la institución ha fijado con claridad sus objetivos y
ha determinado niveles de exigencia y calidad adecuados, desearía comprobar con
resultados si el concepto de calidad académica que tiene es el del valor esperado o
el del valor agregado; pero también desearía que la consecución de aquellos
resultados se llevara a cabo de acuerdo con las necesidades educativas de cada
uno de sus alumnos y según el contexto local, nacional e internacional en el que se
enmarca dicho proyecto.
102

La administración del proceso evaluativo debe ser eficaz de modo que halla
consistencia entre quienes lo implementan y con las metas del proyecto en cuestión,
el Consejo Directivo debe establecer las políticas, los criterios y la secuencia del
proceso de evaluación para realizarla en función de y para un contexto socio-
cultural, económico y político determinado; ello exige que la teoría, el modelo, las
técnicas, los procedimientos estén al servicio de dicho contexto y de las
necesidades y expectativas del grupo involucrado y que no sean los métodos y
técnicas o las personas los que determinen las características, complejidad y
alcances de la evaluación.

La capacitación de los docentes se hace indispensable con una perspectiva


integradora al proyecto educativo de tal modo que proporcione una visión de
conjunto y no estimaciones de componentes aislados, sin una clara relación con los
objetivos institucionales y con escasa o ninguna claridad acerca de la misión a la
cual sirven.

La evaluación de la evaluación como metaevaluación dentro del proceso


administrativo es necesaria y se debe observar si se ajusta a los principios de
validez expuestos en esta sección. Dado que la evaluación debe caracterizarse por
su permanencia es conveniente que periódicamente se haga un análisis detenido
sobre la validez y la pertinencia con que se está desarrollando porque de estas
características depende que las interpretaciones que se formulen permitan una
adecuada conducción y dinámica del proceso en forma acorde con las necesidades
del proyecto.

La planeación de la evaluación se realizaría con base en la estructura curricular


por campos y con base en los proyectos de aula que se desarrollarían para cada
año escolar. Para ello se conforman comités de aula formados por los docentes así
como por los representantes de los directivos docentes, de los alumnos y de los
padres de familia. Es en ese comité en el que se planean los logros a que se aspira
en ese grado escolar de acuerdo con las metas del proyecto general en cada uno de
los tres campos de formación; pero es en ese mismo comité en el que se discuten
tanto las estrategias pedagógicas para que la mediación docente favorezca la
consecución de los aprendizajes esperados, como la adecuación de las políticas
institucionales sobre evaluación de modo que se ajusten a las condiciones del grupo
y a su edad.

Es evidente que bajo estas consideraciones la evaluación del aprendizaje se


centra en el alumno y debe involucrarlo a él como primer actor, pero también a la
comunidad de padres, de docentes y de administradores para que la valoración sea
103

el resultado de una confrontación y un consenso, condición con la que adquiere


48
objetividad. (Fleury y Pessoa, 1996) .

Evaluación como acompañamiento

Para comprender e implementar una evaluación que tome al sujeto que aprende
como su objeto de valoración, se asume el conocimiento de acuerdo con la teoría de
Vigotski al diferenciar las zonas de desarrollo potencial y real así como su
importancia en la evaluación.

La valoración de la zona de desarrollo real del estudiante está conformada por las
competencias que ha adquirido y dispone de ellas con independencia; el
conocimiento de dicha zona informa sobre los aspectos en los que el mediador
puede apoyarse para orientar el desarrollo de la zona potencial. La evaluación de
esta segunda zona establece las posibilidades que tiene el sujeto para conseguir
nuevos aprendizajes, así como el tipo de habilidades y conocimientos que podrían
ser objeto exitoso de mediación. La valoración de estas dos zonas hace posible que
la instrucción se dirija sobre la zona de desarrollo próximo, campo en el que la
evaluación informa al mediador durante el proceso de aprendizaje para que pueda
planear estrategias y favorecer el avance hacia la zona de desarrollo real, mediante
el retiro progresivo del soporte que le ha brindado.

En tales condiciones cambian los roles tanto del mediador como del alumno. El
docente debe promover el desarrollo del niño como individuo en interacción y en
evolución; pero también la participación activa del estudiante tiene una significación
importante porque constituye un derecho propio y un objetivo educativo para el
crecimiento autónomo y para la formación de la conciencia. El mediador debe
realizar un proceso permanente de seguimiento y observación sobre la forma como
el alumno va elaborando los conceptos básicos que constituyen prerrequisito para la
generalización, la inclusión y la combinación; además debe dar retroalimentación
permanente y determinar si el aprendizaje que está mediando resulta significativo
para el alumno de acuerdo con la zona de desarrollo próximo en la está avanzando.

Es evidente que la complejidad que implica el acompañamiento al estudiante en


su proceso de aprendizaje no es menor que la complejidad que implica la gestión
curricular como se describió en el capítulo anterior; por esta razón, la evaluación del
aprendizaje debe corresponder también a un proceso de conducción con base en la
información disponible en las causales de diferencias en el aprendizaje y en el
diagnóstico del estudiante. Estas dos son estrategias para generar respuestas en el
ámbito escolar con el fin de tener en cuenta la diversidad de los procesos de
aprendizaje de los alumnos y llevar a término el objetivo de individualizar la

48 FLEURY, Eduardo y PESSOA de Carvalho, Anna Maria. Referenciais Teóricos para Análise do
Processo de Ensino de Ciencias. Cod Psquiza Nº. 96, 1996:5-14.
104

enseñanza, según las necesidades académicas especiales que se le presentan a


algunos estudiantes a lo largo de la etapa escolar.

En relación con la primera estrategia, las causales de diferencias en el


aprendizaje, como se expuso en la Lectura Nº. 7, corresponden a las circunstancias
y condiciones individuales que facilitan el aprendizaje del alumno, y se constituyen
en las razones por las cuales un estudiante alcanza o no un avance significativo en
la consecución de un logro o tiene dificultades especiales en su consecución.

La segunda estrategia es el diagnóstico sobre cada estudiante y permite


identificar sus necesidades educativas para determinar las condiciones más
adecuadas de enseñanza que favorezcan el avance hacia la zona de desarrollo real;
mediar la superación de las dificultades cognoscitivas y permitir un apoyo centrado
en el estudiante; determinar los factores no cognoscitivos que afectan el potencial
de aprendizaje tales como confianza, respeto por si mismo, motivación, el sentido de
propósito y el apoyo emocional; adecuar los métodos de acuerdo con el estilo de
aprendizaje del estudiante, prescribir las alternativas de fundamentación o de
estructuración de las adaptaciones en la programación de estudios de cada grado.
Este diagnóstico debe establecer con claridad cuál es su zona de desarrollo
próximo, zona en la que el docente mediará para conducir el aprendizaje.

Este cambio de papeles y la concepción educativa que subyace a la evaluación


referida al sujeto que aprende, se operacionaliza mediante el comité de profesores
de cada grado quienes por medio del proyecto de aula conducen el grupo de
educandos. En su labor deben tener en cuenta la información que les brinda la
evaluación realizada por todos y por cada uno en los diferentes espacios y tiempos
escolares; esta información le es útil para proponer como ejes de formación aquellos
aspectos que aparecen como más significativos en el grupo de alumnos y dar así
respuesta a las necesidades educativas individuales, de modo tal que se favorece el
avance de los estudiantes con mayores dificultades al mismo tiempo que se brindan
oportunidades de desarrollo a los demás.

En el modelo de conducción se debe tener en cuenta la información que brinda


la evaluación para:

1.Conocer las estrategias del aula que no generan aprendizaje, que lo complican
o que no son significativas para el niño y proponer nuevas alternativas
metodológicas de acuerdo con las condiciones que, según la evaluación, favorecen
49
el aprendizaje. Por ello Ubiratán D'Ambrosio explica que la evaluación es
necesaria pero debe estar al servicio del proceso global y holístico de la educación y

49 D¨AMBROSIO, Ubiratán. Evaluación del rendimiento del alumno. Investigación en la sala de clase:
acciones pedagógicas complementarias, en Proyecto Principal para América Latina y el Caribe,
Boletín Nº. 40, Santiago, Chile, UNESCO, agosto de 1996
105

no interferir con el proceso positivo del aprendizaje del alumno; la evaluación sirve
para un mejoramiento permanente de la enseñanza cuando el profesor la emplea
para planificar y ejecutar la clase como indicador de creatividad, en la construcción
de esquemas de conocimiento y en la promoción de los alumnos.

2. Conducir el trabajo de las áreas académicas de acuerdo con las estructuras


lógicas que aun no se han consolidado, sobre las operaciones que el alumno no ha
interiorizado, sobre las habilidades que no ha desarrollado, sobre las actitudes que
se tiene hacia ese aprendizaje y los hábitos que le faltan.

3. Atender el ritmo personal de aprendizaje para diversificar el plan de estudios de


tal manera que pueda atender a las necesidades educativas especiales.

4. Permitir la creación de redes de comunicación para aprovechar la información


que se obtiene. Los comités de profesores de cada grado son el ambiente propicio
para la socialización del conocimiento del alumno y es allí donde los juicios
comparativos y la información proveniente de la evaluación del aprendizaje tienen
significado para el estudiante y para la comunidad; el conocimiento más amplio de
las dificultades del alumno permite el diseño en equipo de estrategias para reducir
los límites y mejorar las posibilidades de aprender.
106

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