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Un Evangelio diferente
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Roberts, Jack Van impe, etc, simplemente predican un evangelio
diferente. El evangelio social del catolicismo, o el evangelio de la
prosperidad de los evangélicos, o simplemente el “evangelio sobre
Cristo”, son sólo algunos de los más populares. Sin embargo, el
evangelio acerca del Reino de Dios es poco o nada anunciado en las
iglesias de hoy. Este prístino evangelio ha sido reemplazado, como
ya dijimos, por seudo evangelios que son anatemas para Dios. Dice
Pablo lo siguiente: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis
alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un
evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que
os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si
aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si
alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea
anatema”.
Como estamos viendo, es cosa seria predicar un evangelio diferente,
trucado, o mutilado. La mayoría de las disertaciones o prédicas
ignoran el evangelio del Reino, y de hecho pocos tienen una idea
clara de lo que fue, es, y será el Reino de Dios. En realidad el
evangelio del Reino ha sido olvidado por ser poco “potable” o poco
“digerible” para nuestra mente occidental, orientada por la filosofía
Griega de la inmortalidad del alma y de la partida de ésta al cielo. El
Reino de Dios tal como lo concibieron los israelitas o Hebreos no es
fácilmente creído o aceptado en una iglesia gentil acostumbrada a la
mentalidad y a la filosofía Griegas.
Sin duda que los Griegos tuvieron una gran influencia en el mundo
romano. Recordemos que el imperio romano también abarcó Judea
(Jerusalén, Hebrón, Belén) y sus alrededores. Su influencia fue
poderosa. El pueblo Hebreo estuvo en contacto con las ideas
Griegas, e incluso Judíos venidos de Grecia estaban mezclando sus
creencias Judías con las Griegas, surgiendo así un partido entre los
judíos llamado los helenistas, que estaban ansiosos por introducir en
la nación la cultura y el pensamiento Griegos, así como por
liberalizar algunas de las leyes judías. Esto provocó una división en
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dos de los principales partidos. Estaban aquellos que eran fuertes
nacionalistas hebreos, que deseaban conservarlo todo conforme al
orden mosaico y que se resistían a toda influencia extranjera que se
introducían para desorganizar las antiguas costumbres judías. Este
partido acabó por ser conocido como los fariseos, que quiere decir
"separar y que eran separatistas e insistían en conservar las
tradiciones. Estos se fueron haciendo cada vez más fuertes, más
legalistas y rígidos en sus requisitos, hasta convertirse en el blanco
de algunas de las palabras más ardientes que jamás pronunció el
Señor. Se habían convertido en los religiosos hipócritas, que
guardaban la forma exterior de la ley, pero violaban completamente
su espíritu.
Por otro lado, los helenistas, aquellos que les gustaba todo lo que era
Griego, se tornaron cada vez más influyentes en la política de la
tierra y formaban el partido conocido en los tiempos del Nuevo
Testamento como los saduceos o liberales. Estos se apartaban del
cumplimiento rígido de la ley y se convirtieron en los racionalistas
de aquella época, sin creer para nada en la ley sobrenatural. En el
Nuevo Testamento se nos dice que vinieron repetidamente al Señor
haciéndole preguntas acerca de lo sobrenatural como: "¿Qué
sucederá a la mujer que haya estado casada con siete hombres
diferentes? En la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer?”
(Mat. 22:23-33) Ellos no creían en la resurrección, pero al hacerle
estas preguntas lo que pretendían realmente era poner a Jesús en un
aprieto.
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obtención de tal conocimiento debe siempre constituir la suprema
realización de la vida humana. Los gnósticos enseñaban que Jesús
no era realmente Hijo de Dios, ni siquiera que era un hombre como
nosotros. Por otro lado era un culto iniciático, esto es, por medio del
estudio de sus doctrinas erráticas, el seguimiento del líder de turno,
y ciertos ritos más o menos complejos, se iba ascendiendo escalones
hasta pertenecer a una supuesta élite de iluminados y únicos
poseedores de la revelación divina. A sus ojos todo lo material era
malo, y solo lo que ellos consideraban como "espiritual" era bueno.
En este sentido practicaban un dualismo exacerbado. Ya que Dios es
Espíritu, y por ello bueno, Él no podía haber creado este mundo
material malo y corrompido en el que vivimos. Los gnósticos creían
que la materia era mala y que la única manera de escapar de la carne
maligna era partir al plano superior o proto-cielo. Esta creencia
inspiró la creencia cristiana ortodoxa de una partida de las almas de
los justos al cielo para residir con Dios y Su Hijo.
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sería predicado a todas las naciones como testimonio y que
entonces vendría el fin”.
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