que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá una cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna. Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos”. Gálatas 6:7-9 Ley de la Cosecha Cosechas lo que plantas. Cosechas más tarde lo que plantas. Cosechas más de lo que plantas. Esta ley está relacionada con nuestras elecciones y también con nuestros pensamientos. Porque lo que piensas es lo que obtienes. Planta un pensamiento, cosecha una acción. Planta una acción, cosecha un hábito. Planta un hábito, cosecha un estilo de vida. Siempre funciona. Un estilo de vida impuro no “sucede” simplemente. Un estilo de vida impuro es la suma de hábitos impuros, y hábitos impuros vienen sólo de repetidas acciones impuras. Y acciones impuras vienen de pensamientos impuros. Las personas plantan pensamientos impuros, pero porque no sucede nada de inmediato, ellas se sienten cómodas para seguir teniendo los mismos pensamientos. Pronto los frutos de sus pensamientos secretos dominan toda su vida. Los pensamientos que plantas en el presente determinarán el estilo de vida que cosecharás en el futuro. Por lo tanto, es imperativo que protejas tu mente de pensamientos erróneos. “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración.” Filipenses 4:8 “He guardado tus palabras en mi corazón para no pecar contra ti”. Salmos 119:11 La meditación en las Escrituras transforma tu mente, cambiando la verdad espiritual en poder espiritual. La fórmula – si es que te gustan las fórmulas – para la victoria es: Información + Meditación = Transformación. ¿Sabías que la meditación es una práctica bíblica? En el sentido bíblico, meditación significa vivir aquello que has aprendido de la Palabra de Dios. Sólo porque oyes, lees, memorizas y estudias las Escrituras, no significa que hayas meditado en ellas. Meditar en la Palabra de Dios hace que la verdad que está en tu mente se mude a tu corazón. “Este es el principio 220: Estoy crucificado con Cristo” Si deseas transferir la Palabra de Dios de tu mente a tu corazón, da los siguientes pasos: Quédate en silencio Concentra tu atención Ora Personaliza el pasaje Escribe el pasaje “Cuánto amo yo tu Ley! ¡Todo el día es ella mi meditación!”. Salmos 119:97 “Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.” Jeremías 15:16 “en medio de los peligros de estos últimos días, la única seguridad para la juventud está en la vigilancia y la oración siempre crecientes. El joven que halla su gozo en leer la Palabra de Dios y en la hora de la oración, será constantemente refrescado por los sorbos de la fuente de la vida”. Mensajes para los jóvenes, p. 245. Transformado = llegando a ser más y más como Cristo. Conformado = llegando a ser más y más como “el mundo”. ¿Cuál de ellas define mejor tu vida? No te olvides: Cosechas lo que plantas. Cosechas más tarde lo que plantas. Cosechas más de lo que plantas. “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. Romanos 12:2 “Este es el principio 220: Estoy crucificado con Cristo” Próximo tema: Vivir por Jesús es amar de todo corazón