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G. Cebrián y E. Zapiola
© STALKER, 2000.
info@editorialstalker.com.ar
www.editorialstalker.com.ar
Ilustración de tapa: “Autorretrato con máscara”,
Toto Montaldo.
2
La sombra del relámpago
LA SOMBRA
DEL
RELÁMPAGO
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G. Cebrián y E. Zapiola
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La sombra del relámpago
George Steiner
A John Lennon
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La sombra del relámpago
Dossier:
Making off
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G. Cebrián y E. Zapiola
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G. Cebrián y E. Zapiola
FLACO FAVOR
Flaco favor
A resultas de un regreso tan pedestre y
compulsivo
Duermevelas manuscrito
Que tan sólo en éxtasis puede ubicar su
sombra
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La sombra del relámpago
Aleladas
Por el murmullo de sus vientres
Tan sacudidos de gestas y de ingestas.
Pues bien,
Futuro ripio de generaciones altoparlantes:
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El aire
Que sustenta pero que hace como que no está
Los grillos
Dedicándole a la oscuridad
Su ríspida mensura inútil pero inclaudicable
Como cada bocanada de aire
La tarjeta de plástico que dice quién sos
(Y que es una bomba de tiempo atada a tu
muñeca)
La madera que arde y la que sostiene
La sangre seca en tu nariz
El fatuo sombrero de fieltro
La memoria
Cuya eficacia depende del nivel de oxígeno
Tu sigilo
Siempre solapando extrañas debilidades
El aire de la noche
Que hace como que está pero que no está
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Vos
Y los ojos
‘No, yo...’
‘Sí, vos querés dar miedo. Pero ¿sabés qué?, acá, los
que damos miedo somos nosotros.’
‘Tá bién, entendí. Y la verdad es que tenés razón.’
‘No, no entendiste una mierda. Estoy hablando de
ahora, ahora. Somos nosotros los que damos miedo.
Los que muchas veces no tenemos qué morfar.
‘Ah, ya caigo. Entonces no es conmigo.’
‘Pará, no seas cagón, dejame terminar. Damos mie-
do sobre todo cuando nos ven a través de vidrios po-
larizados o de cámaras de seguridad. Damos miedo
porque saben que no podemos imaginar nada peor,
así que sus puniciones apestan. Damos miedo por-
que somos el excremento de su sistema que, o lo ha-
cen desaparecer, o termina apestando sus pulcras ba-
nalidades.
‘Tengo el punto.’ Afirmé, pensando que ya era todo.
‘No, esperá. El punto te lo tengo que dar. Te decía
que nosotros damos miedo, también, porque a veces
la necesidad nos empuja a tomar encargos que no
nos gustan, ¿entendés?’ Se incorporó y se paró fren-
te a mí. Su aliento a cerveza rancia era real, pero
más me preocupaba la navaja. ‘En sueños también
podés morir, vos sabés... de miedo. Los Luditas me
encargaron que te pusiera los puntos.’
‘¿Quiénes?’ Pregunté, ahora sí alarmado.
‘Los Luditas, o Lulitas, algo así, deben ser trolos,
con ese nombre. Me encargaron que te diera esto de
parte de ellos.’
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Parte I
Autoevocación
Mecánica
Reiterativa
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Soy
el condenado a la eternidad, el que vaga por infier-
nos ateridos con la expresión vacía. Abstracción. I-
dealización de tiempo. Lo único eterno es el pasa-
do. Estos ríos que circundan mi soledad han guar-
dado mi nombre tantos años que hoy sólo una triste-
za profunda me acompaña. Siento vertiginosidades
que no se resuelven, que continúan dentro de un
caos metafísico expulsado por la garganta del silen-
cio que mueve montañas de placer y de dolor.
Confundo los términos-rayo que caen sobre mí, que
me dejan como ciego.
Cuerdas que son campanas
Fuegos que son tormentas
Leves resplandores que intentan la belleza.
Caliento el café. Fumo. Proyecto sombras tal cual el
sol lo haría. Muecas de silencio que hienden el cielo,
muecas de angustia que hieden a nostalgia, que eleva
sus cuchillos tornasolados y busca los senderos en
donde verter su luz, que en remolinos inquietos azo-
ta mi alma que se mueve indecisa por los pasillos del
sueño, cuyo fluir moja mi rostro, y permanecerá así,
y me hará escribir cosas horribles encerradas como
un dios.
Si concluyo entonces que todo tiempo es presente,
pasado y futuro pasan a ser parte de una realidad
obviada, irrealidad al fin flotando en el suscitar de e-
ternos pensamientos. Las nubes pasan rápidas tras la
copa de los árboles, un esplendor súbito movió mis
impresiones, que se mezclan en un tronar detenido.
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hablar
y sin embargo casi ninguna palabra
encuentra su sentido
en tanto que no responde a un sistema
real
que la contenga
y lo gutural
cacofónico
y arrítmico
va surgiendo como boyas de un trance
que intenta bailotear
universales frecuencias
Algunos miran
otros hablan y suman desconcierto,
sustratos y substratos de silencio
debajo de viejas pátinas semánticas
Otros oyen
y dejan que la profusión vaya estableciendo
los estrechos límites de su prisma
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Hare Krishna
morituri te salutant
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y dando vuelta
mis sesos
que apestan
Y acá sí
puedo perseguir íncubos
y lejos de las asechanzas
puedo colegir intrínsecas senectudes
ácidas e impertérritas
dubitativas y enhiestas como un símbolo
inhóspitas de sí mismas y a ultranza
algo así:
como de lástima
arrojando escupitajos de lástima
sobre los transeúntes del cataclismo.
Podría contar
flores muertas como cuentas de un rosario
o como piezas de un ábaco
mas mi multitud las acoge
con caricias de viento
y albricias alucinadas de nuevo día.
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Deambulando memorias
aliento al fin el sentido de lo fugaz
y atestiguo los breves relámpagos
que articulan toda historia
Retazos
jirones de hielo que desnudan ignominias
y cuyo mayor oprobio
quizá sea
no poder dejar de sollozar hipotenusas
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Como Dadá
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MISIVA ANGELICA
El que suscribe
pero habiéndole dictado
dios o el diablo
en el oído
palabras infernales
tiene a bien comunicar
que el cielo está al caer
y que de la tierra surgirán
pestes horribles
y seres como El Momo
que comerán en vuestras mesas
y os indagarán
y enmudeceréis al no entender la cuestión
y las babas
y los desechos
cobrarán entonces
vida
Por tanto
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Mi estrategia se ha extraviado
entre las páginas de un libro que aún no ha sido
escrito,
tan difíciles de enmendar son las inscripciones
talladas en mármol
y tan pesadas
como ciertos lamentos consuetudinarios
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ora allá:
mi poema
posee un color
de profunda tristeza
y de angustia mayor
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ENTRE DIOS Y YO
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no obstante
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tampoco transfigurarte
detrás de odiosas jerarquías
sólo adorando los nexos
o al menos no soslayándolos
DICKINSON DIXIT
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SIGILO
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evolucionad, sí,
pero sigilosamente)
MURO BLANCO
He tocado el corazón
de lo que existe
pero los ángeles no tienen fe
en mi perspicacia
abismos de pensamientos
que
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-¿Quién es Dickinson?
-Un amigo.
-¿Qué hace?
-Psiquiatría.
-¿Está loco?
-Su locura es pendular.
-¿Cómo?
-Se hamaca en su locura
-Ah...
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que yo en tanto
y mientras trato de recomponer mis metabolismos
procuraré seguir alimentándolo a través del sueño.
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sináptica
mientras el otro
zangolotea tontamente sobre cualquier cifra
transportado por refusilos
subido a ellos desafiando cualquier becuadro
estragando reliquias metrológicas
vituperando los ecos concéntricamente temporales
blandiendo el caos en cada hirsuto golpe de vista
Agito la manivela
suelto algunos escupitajos carbónicos
cual precio de las tempestades alguna vez aspiradas
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de anacrónico rocío
demudados en psicodélico llanto
ante un cosmos impresionista
como tenazas de luz
que balanceándose
centrifugan mis ojos atornillados sin aliento
Endemoniada o divina
la razón nos da el poder de imaginar.
el pájaro y el lobo
imaginan y razonan
como tales.
La razón humana origen del mal.
Estricto punto de vista humano.
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LAZOS DE LUNA
Lazos de luna
trenzan al silencio con fibras ópticas centelleantes
para arrojar férvidos latigazos de conciencia
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restallando en luces
que ávidamente busco con mi lengua
pepitas de dios
tan reacias a la densidad de mucosas y meninges
es tarde ya
y no sé para qué vine hasta aquí
nada me es revelado
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HAMBRE DE LÍQUENES
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pero aún
puedo amar sanguíneamente el fenómeno y las
formas
puedo gozar del dolor y de la angustia
con paso de miriápodo sobre todo embelesamiento
entonces el cielo recepta mi nube
siento a mi humo diluirse en la inmensidad
que habita tras ambos extremos de lo eterno
(hambre de líquenes
dispara tremebundas arborescencias
dispuestas en luminosa opacidad
y es álgido cada uno de sus senderos
y es efímero el rastro del fuego
y es insidioso cada equinoccio
cuando esculpe sicalípticas analogías
sobre la noche indeterminable)
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“Espacial
la música se confunde
con los gastados tritones
burla
bufonesca misión anonadada
risas como pilas de leña esperando al invierno
se arquean los dibujos
trato:
destellos llanto
mi amarillo se deleitaba en la oscuridad
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pequeños hombres vi
y también mujeres que
mientras limpiaban sus enseres
cambiaban continuamente sus rostros
cayó un trueno
despidiéndolas
de rojos de ojos
y aquí estamos buscando sabinas
para el saqueo
trato: rojo-mujer-gema
dibujo de un barco corrupto”
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DICKINSON DIXIT
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Parte II
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CACUMEN (FALTA)
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mientras el cacumen
descansa suave y refractario a nuestras lenguas
en su diamantina quietud
LA VIDA ES LA MUERTE
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POEMA DE SILENCIO
escribir
es comprender
por qué el silencio se suicida
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∗ ∗ ∗
Así lo hizo Marcus, y poco después se encon-
traba presionando el timbre en el portón lateral de la
casa de su tío, ésto es, donde su tío tenía montado
esa suerte de biblioteca, banco electrónico de datos,
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∗ ∗ ∗
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∗ ∗ ∗
El Dr. Pickwell observó a su sobrino dur-
miendo en el sillón, con la boca abierta y levemente
babeado en la comisura correspondiente a la incli-
nación de la cabeza. Finalmente el ponche había
vencido a la excitación, varias horas después. Pensar
que ese energúmeno era capaz de interponerse entre
él y la celebridad tan merecida, a tenor de los larguí-
simos años de estudio y trabajo. No era justo. Debía
librarse de tamaño escollo. ¿Y si le administraba un
somnífero por inhalación y luego le inyectaba aire?
Podría simular un paro cardíaco –de acuerdo al es-
tado alcohólico y argumentando como voluntaria la
inhalación de depresores. Sí, era un buen plan. Fue
hasta la estantería, cogió un frasco, sacó un pañuelo
del bolsillo y lo embebió. Se volvió hacia su sobrino
y dudó por un instante. ¿Era un asesino? ¿Era capaz
de ultimar al hijo de su propia hermana para sa-
tisfacer sus ambiciones personales, por más justi-
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∗ ∗ ∗
-¡CLANC!- Sonó la señal del sistema anun-
ciando que el proceso de reconstrucción había con-
cluido. Marcus se despertó sobresaltado y pregun-
tando qué había sido eso. El Dr. Pickwell le anun-
ció, lo más solemnemente que pudo debido a su es-
tado de ansiedad, que ya podían ver al antiquísimo
anfitrión del fósil. El joven se frotó los ojos y luego
los abrió desmesuradamente, mientras se acomodaba
para ver mejor. Su tío, en tanto, y con manos tem-
blorosas, manipuló cuidadosamente algo que parecía
un sofisticado proyector de diapositivas. Luego pre-
sionó una tecla y de repente allí estaba: tío y sobrino
quedaron estupefactos ante la imagen tridimensional
tan perfecta y real como si el individuo hubiese es-
tado allí, frente a ellos, de cuerpo presente. Un ejem-
plar de homo sapiens impecable en todos sus deta-
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La sombra del relámpago
∗ ∗ ∗
Marcus, en tanto, fascinado como una gallina
ante esa mirada intensa y gélida que lo observaba
desde los confines de la prehistoria, al tiempo que se
vaciaba de pensamientos caía en la cuenta de la fu-
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∗ ∗ ∗
De nuevo en casa, convinieron en que una
vez más necesitaban un trago, y volvieron a beber
ponche, esta vez pasándose la botella y sorbiendo
del pico. Mientras tanto, la presencia generada a par-
tir de aquel paradójico fósil del futuro caminó hacia
la pequeña cocina contigua al laboratorio, tomó una
manzana de la frutera y la degustó con gozosa cu-
riosidad. A Pickwell y a marcus su presencia ya no
les parecía tan desquiciante, algo se había soltado
definitivamente dentro de ellos.
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no encontramos nada
sino una inmensidad de contenidos
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PROSAÍSMOS PROFANOS
Roland Barthes
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Deshabitado
sin palabras
como un ave que otea el dulce lago
yo muero
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-¿Qué es Dios?
-Dios es un macrosistema, al que no podemos acce-
der por cuanto aún no hemos podido resolver varios
escaños intermedios.
-¿Quién es Johnny Rambó?
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LUCES DE LA CIUDAD
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PAISAJE EN EBULLICION
DIATRIBAS EXPONENCIALES
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fluir en maremágnums
cual lamas tibetanos
es hoy
la única propedéutica indicada
desde aquí
intentando resumir todos los léxicos en un mantra
los invito a descalibrar sus opciones
a descategorizar los elementos
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en todo caso
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BALANCE O
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Agnus Dei
fuego y diluvio
sacrificio y expiación
ablución y ofrenda
mito y realidad
cielo e infierno
yin y yang:
el resto
la inmensidad de silencio expansivo que la rodea
solamente puede gratificarse
en un reticulado repliegue
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Aquí
asiéndonos de la espuma deliberamos artilugios
mientras todo chorrea y lubrica lúbricas lucubracio-
nes con un gel de entendimiento que hace aún po-
sible el sexo, oral; esto es, la palabra cópula. ¿Po-
dremos descifrar lo no humano? ¿Atisbar el éter co-
mo emanaciones centrífugas de conciencia? La muer
te es en esencia el no significante, por eso su
carácter ominoso.
“Perder el sentido”, decimos mientras creemos te-
nerlo , inmersos en la dictadura del sociolecto, apa-
bullados electrónicamente y asidos con desespera-
ción a la cuerda del propio discurso difícilmente re-
flexivo. Un demonio eufemístico atraviesa su cola
con aires telúricos y la luna congela tanta delicadeza,
ejerce un parangón temporal estratégico, marcial y
perespiritualizado por Mercurio; acaricia nuestra
lengua y le recuerda que todo será perdonado allí
donde ya nada importa. La sobriedad no empece pe-
ro tampoco ayuda mucho. El viento “susurra”; su
mente volátil dificulta toda transliteración, a menos
que volatilicemos algunos peldaños y nos animemos.
¡WHUUUOOOOSSHHHH!
-“Planeta tierra: mota de polvo en las pelotas de un
demiurgo de tercer orden, el yo y la cosa.”
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vos me ves
y tal vez puedas confundirte
yo te leo
con mirada logomántica
y no puedo sino asumir la esencia del desconcierto
desde que al otro se le ocurrió declarar el caos
(mas su vista adivina hiatos de silencio
en tremebundas palabras)
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LA LIBERTAD NO ES
aquí y ahora
incontables rieles nos atraviesan de eternidad
“aquí y ahora” sin embargo prevalece
y no obstante
acusa el sentido que le da lugar
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es muy simple
lo infinitamente posible ya se ha cumplido:
la libertad no es
por eso existe
PERROS
Flagelos de trineo
el celo del despojo aullando a la luna
cada día
babel de ladridos danzando con las llamas
y no es obsceno
pensar
entre ladridos
consustanciales con el asombro
que el instinto cabalga
montado como anteojos
sobre tus orejas
y el puente de tu nariz
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Como un poseso
evoco el lugar deshabitado.
lo que sufrió modificaciones en su estar.
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Fuga.
Dejar yermo un lugar
para que se llene
nuevamente
de sin
sentido.
Absurdidad de poemas clavados a mí con un rayo.
POSICIÓN INFUNDIBULIFORME
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chorro
que finalmente solubilice los moldes
y así dé un continuum a la forma
precipitándose hacia las procelosas superficies
volátiles
de la topografía irremediablemente dinámica
del absurdo
por defecto.
de todos modos
fastos atardeceres llegarán
gota a gota
es tan fácil así sorberlos
como escupirlos luego
entre cualquier intersticio o vericueto de las noches
para salir del individuo-cuello de botella
que soporta la marea
hasta que un día estalla
y se licúa
y comienza a presionar
para ejercer al menos un goteo
que le devuelva
un mínimo desahogo lineal y equidistante
de sentido
que lo sumerja poco a poco
en la inmensa cascada de lo humano
y lo cristalice nuevamente como un grifo
apenas susceptible de insignificante tránsito
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-Bueno...
-No, te digo en broma. Mirá, quise tejer una hibri-
dez entre el Juego de Abalorios imaginado por
Hesse y la Psicohistoria, ciencia delineada por Asi-
mov en “El ciclo de Trántor”, que permitía prever el
futuro en base a la proyección de los contenidos
psíquicos de una humanidad futura, difundida en
toda la galaxia y escandalosamente numerosa. Las
magnitudes estadísticas le conferían carácter de in-
falible. Eso, hasta la aparición de un mutante.
-Ah, mirá vos. (?).)
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y más allá
reactores ajenos a todo orden
que las compelen
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y se solidifican en palabras
tanto más burdas
a lo largo de su fuga heliocéntrica
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John Lennon
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∗
Véase al respecto “Tales of power”, Carlos Castaneda, Fondo
de Cultura Económica –1976; 2da. Parte, págs. 163 y ss, espe-
cialmente 167.
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Es así.
J.: Cuando se descuiden, acá, no nos para nadie.
C.: No te hagás problema, vos. Ya vamos a salir. En
los diarios, y en todo lo que sea, vamos a salir. Tran-
quilitos, nomás.
EN FIN...
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La sombra del relámpago
ÍNDICE
Parte I
Autoevocación mecánica reiterativa.............49
173
G. Cebrián y E. Zapiola
Parte II
Pasos hacia una entropía del lenguaje...107
174
La sombra del relámpago
Posición infundibuliforme................................149
Escalera sin luz.................................................151
A por una recuperación esclerósica de la
alegría..............................................................151
Por detrás de toda moción de orden................155
Yo maté a Dios con una flor...........................158
En fin..............................................................169
Índice..............................................................173
175