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Reumatología
Dr. Linares
ARTRITIS REUMATOIDE
DEFINICIÓN
La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad de origen autoinmune y de etiología
desconocida, que se caracteriza por producir una sinovitis crónica, simétrica y erosiva de las
articulaciones periféricas y también puede presentar manifestaciones extraarticulares. Su curso es
crónico, con reagudizaciones variables que ocasionan destrucción y deformidades articulares que
con frecuencia ocasionan una incapacidad funcional importante.
Ningún hallazgo clínico, radiológico, de laboratorio, etc. es específico de la AR, por tanto
el diagnóstico se establece por la categorización y suma de diferentes datos o criterios.
EPIDEMIOLOGIA
La prevalencia se estima en el 1% de la población, y la incidencia de nuevos casos es
300/millón de habitantes/año. Aparece a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 40-60
años. La AR, como la mayoría de las enfermedades autoinmunes, es más frecuente en mujeres
con una proporción de 3/1; sin embargo la diferencia es menor en grupos de edad límite (niños y
ancianos). Por otro lado, la raza, el clima, o el lugar de residencia no son factores significativos
en la determinación del desarrollo de la AR.
ETIOLOGÍA
Su etiología es desconocida. Es probable que la conjunción de un factor desencadenante
(probablemente de origen infeccioso) en un sujeto con factores predisponentes (genéticos y
hormonales), desencadene las alteraciones autoinmunes que causan la inflamación articular
crónica y las manifestaciones sistémicas características de esta enfermedad.
a) Factores Infecciosos. Aunque se sospecha que uno o varios antígenos infecciosos son los
inductores de la enfermedad, aun no se ha conseguido demostrar esta hipótesis. Se han implicado
varios virus y bacterias:
Agentes virales. La infección por el virus de Epstein-Barr es más prevalente en los
pacientes con AR que en el resto de la población, muchos de estos pacientes desarrollan
anticuerpos contra un antígeno nuclear (RANA) que se expresa en las células infectadas por el
VEB y existe una secuencia de aminoácidos similar entre la proteína Gp110 del VEB y la región
hipervariable del HLA-DR4. Existen otros virus como el de la rubéola, parvovirus B19 y
retrovirus (VIH) que producen cuadros de poliartritis simétrica similar al de la AR y que podrían
estar implicados en su patogenia.
Agentes bacterianos: Entre las bacterias implicadas se encuentran los mycoplasmas y el
clostridium perfringens, que producen artritis experimentales semejantes a la AR; las
mycobacterias y la E. coli.
b) Factores Genéticos. Los estudios genéticos demuestran una cierta agregación familiar y una
mayor frecuencia de AR concordante en gemelos monocigotos que dicigotos. Esta
susceptibilidad genética está relacionada con el sistema HLA y en concreto con el antígeno HLA-
DR4.En algunos países de la cuenca mediterránea incluido España los pacientes con AR presentan
una mayor frecuencia del antígeno HLA-DR1.
Estas moléculas HLA presentan secuencias de aminoácidos comunes en las zonas de unión
al antígeno y probablemente favorecen la presentación selectiva de ciertos antígenos artritógenos
a los linfocitos T cooperadores (CD4), que desencadenarían la respuesta autoinmune. Como lo
corrobora el hecho de que los pacientes con AR que son HLA-DR4 + presentan una artritis mas
destructiva y en la que son frecuentes las complicaciones sistémicas.
c) Factores Hormonales . Además del aumento de la prevalencia en las mujeres, el embarazo está
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ANATOMÍA PATOLÓGICA
La lesión anatomopatológica fundamental en la AR es la SINOVITIS. Se distinguen dos
fases: a) Fase inflamatoria donde predominan el edema, la hiperemia y la infiltración de células
sanguíneas y b) Fase granulomatosa donde predomina la hipertrofia y la neoformación vascular.
a) Fase inflamatoria. La alteración más precoz es la activación y/o lesión de las células
endoteliales de los capilares sinoviales, lo que sugiere que el agente etiológico desencadenante de
la enfermedad, es transportado hacia la sinovial mediante el torrente sanguíneo. Las células
endoteliales lesionadas permiten el paso de plasma produciendo un edema intersticial y derrame en
la cavidad articular. Por otra parte se produce la llegada de diversas células provenientes de la
circulación: las primeras en llegar son los polimorfonucleares (PMN) que se depositan en las
capas sinoviales más superficiales y se extravasan al líquido sinovial, mientras que los linfocitos se
organizan en agregados perivasculares (fundamentalmente linfocitos T CD4+) y en los planos
más profundos de la sinovial formando centros reactivos linfoides (predominio de linfocitos B).
En conjunto los linfocitos T predominan sobre los B en la sinovitis reumatoide, siendo estos
últimos capaces de sintetizar factores reumatoides.
b) Fase granulomatosa. A medida que la enfermedad se cronifica, se produce una
hipertrofia de la capa de revestimiento sinovial (predominio de sinoviocitos tipo A), aumentando
su grosor de las 1-3 capas de células habituales a más de 5-10. La sinovial se vuelve masivamente
hipertrófica y edematosa y aparecen innumerables prolongaciones vellosas del tejido sinovial que
se adentran hacia la cavidad articular. Este tejido de granulación altamente proliferativo e invasivo
se conoce con el nombre de PANNUS, El hueso y el cartílago periarticular de los márgenes
articulares se va erosionando y destruyendo progresivamente y la capsula articular se distiende o
rompe produciendo las lesiones y deformidades clínicas características de esta enfermedad.
Esta constelación de procesos patológicos se prolonga a lo largo de la enfermedad pero su
gravedad fluctúa y dependen del número de exacerbaciones que se presenten en el curso de la
enfermedad.
CUADRO CLÍNICO
Aunque la AR es una enfermedad sistémica, las manifestaciones articulares son las que
destacan en el cuadro clínico.
Presentación Inicial : El modo más frecuente de comienzo (75%) es el de una poliartritis aditiva,
de desarrollo insidioso en el curso de varias semanas. La presentación inicial suele carecer de la
simetría observada en estadios más crónicos.
Otros patrones de presentación son: Poliartritis aguda, oligoartritis, monoartritis (de
preferencia en la rodilla), como una tenosinovitis (extensores o flexores de la mano o síndrome del
túnel del carpo) o en forma de reumatismo palindrómico, que se caracteriza por brotes aislados de
monoartritis de 3 a 5 días de duración , con períodos de remisión completa durante los ataques.
Independiente de la forma de inicio, en esta fase son frecuentes las manifestaciones generales
inespecíficas como, astenia, anorexia, febrícula vespertina o manifestaciones locales de disfunción
vascular en manos.
Alteraciones Radiológicas: En fases iniciales (no existe aún destrucción cartilaginosa ni ósea),
mientras que conforme progresa la AR aparece pinzamiento articular, erosiones y geodas.
1. Aumento de partes blandas
2. Osteoporosis yuxtaarticular
3. Pinzamiento de la interlínea articular. En las articulaciones de carga, se acompaña de una banda
de esclerosis subcondral, y formación posterior de osteofitos marginales, al igual que ocurre en la
artrosis.
4. Erosiones articulares. Se localizan en la unión osteocondral, que es el lugar donde asienta el
pannus. Aunque no son patognomónicas, son el signo radiológico más importante de la AR y
aparecen de forma más precoz en las metatarsofalángicas (MTF), metacarpofalángicas (MCF) y
en interfalangicas proximales (IFP).
5. Geodas subcondrales. Frecuentes en el carpo. Son zonas radiotransparentes redondeadas,
rodeadas o no de una delgada línea de osteoesclerosis con un diámetro generalmente es inferior a
5 mm. Las imágenes geódicas tienen menos interés diagnóstico que las erosiones.
extensor común de los dedos. La tenosinovitis crónica a veces ocasiona roturas tendinosas,
atrapamiento del nervio mediano en el túnel del carpo, o un bloqueo del dedo en flexión o
extensión denominado "dedo en resorte" típico de las tenosinovitis palmares.
Codos. Los codos se afectan con frecuencia. Su inflamación causa rigidez dolorosa con hinchazón
posterior. La limitación de la extensión hace doloroso transportar cargas y la de la flexión rara vez
es tan marcada como para alterar llevar la mano a la boca, salvo que tengan a la vez una
afectación importante del hombro. A veces, la artritis del codo se acompaña de una irritación del
nervio cubital en la corredera epitrócleo-olecraniana, y excepcionalmente de una parálisis de los
extensores de la mano y los dedos por compresión de la rama posterior del radial.
Hombros. La artritis de los hombros provoca una rigidez dolorosa que impide vestirse y la
higiene personal. En un estadio avanzado, las radiografías muestran signos de alteración de la
articulación glenohumeral: pinzamiento de la interlínea, erosión de la porción superior de la
cabeza humeral, y con frecuencia degeneración del manguito de los rotadores.
Pies. Las articulaciones de los pies con frecuencia se afectan precozmente, al mismo tiempo que
las manos. La AR tiene predilección por las metatarsofalángicas (MTF). En fases avanzadas se
produce deformidades típicas que son muy invalidantes para calzarse y andar.
Las radiografías muestran erosiones óseas, que suelen iniciarse en la 5º MTF. En las
formas muy destructivas, la cabeza de los metatarsianos se afila mientras que la base de las
primeras falanges se hunde y alarga (imagen de lápiz en copa).
Tobillos. Los tobillos se afectan con frecuencia pero es muy raro que se vuelvan muy dolorosos e
inestables para ser invalidantes para la marcha. Rara vez, la tenosinovitis retromaleolar interna
causa un síndrome del túnel tarsiano.
Rodillas. La afectación de las rodillas es muy frecuente, siendo al inicio la artritis unilateral o
basculante, para posteriormente afectar a las dos rodillas. Se suele acompañar de derrame
intraarticular, causando dolor y limitación a la marcha que suele normalizarse al remitir la artritis.
En fases más avanzadas se produce lesión del cartílago articular, en las radiografías se observa el
pinzamiento de las interlíneas femorotibiales y esclerosis del hueso subcondral. Las erosiones
óseas son raras.
Junto a la lesión ósea y del cartílago, se produce con distensión ligamentosa importante,
que causa deformidad en genu varo o en genu valgo y favorece la inestabilidad de la articulación,
que llega a ser tan marcada como para limitar considerablemente la marcha. En la parte posterior,
pueden formarse un quiste de Baker y en ocasiones la cápsula se retrae en vez de relajarse, dando
lugar a un genu flexum, más importante en los pacientes mal vigilados, ya que suelen tener las
rodillas en flexión para limitar el dolor.
Cadera. La coxitis es rara y con frecuencia de aparición tardía y tendencia a ser bilateral. Su
primer signo radiológico es un pinzamiento articular supero-interno que progresa hacia la
protusión acetabular. En estadios muy avanzados, se produce destrucción importante de la cabeza
femoral. Clínicamente la coxitis causa dolores inguinocrurales, rigidez de la cadera y una
alteración de la marcha que llega a hacerse invalidante en las formas severas bilaterales.
Raquis Cervical. El raquis cervical se afecta con frecuencia. La lesión más característica es la
luxación atlo-axoidea anterior, presente en el 15-20% de los sujetos hospitalizados por AR. Se
produce por ruptura o relajación del ligamento transverso odontoideo. Se diagnostica mediante
Rx laterales de columna cervical realizadas en flexión y extensión máxima, donde se observa que
la distancia entre la parte posterior del atlas y la anterior de la apófisis odontoides es superior a 3
mm. Es frecuente la subluxación sea subclínica, aunque puede causar dolor y rigidez cervico-
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2. Síndrome de Sjögren secundario. Aparece en más del 50% de los pacientes con AR de larga
evolución. Es una exocrinopatía autoinmune que clínicamente se manifiesta por ausencia de
secreciones glandulares y sequedad de mucosas ocular (xeroftalmia) y oral (xerostomía). El
tratamiento es sintomático mediante el uso de lágrimas artificiales.
11. Síndrome de Felty. Se caracteriza por la triada de AR, esplenomegalia y neutropenia inferior
a 2000 cel./cc. Es una complicación rara (> 1%) y afecta sobre todo a pacientes con AR
seropositiva (FR+), con erosiones y destrucción importante y de más de 5 años de evolución. El
95% de los pacientes son HLA-DR4 +. Este subgrupo de pacientes presenta numerosas
manifestaciones extraarticulares: nódulos, adenopatías generalizadas, sdr. Sjögren 21, síntomas
constitucionales, vasculitis, úlceras tórpidas en piernas, hiperpigmentación cutánea. y una gran
susceptibilidad a las infecciones, lo que le confiere un mal pronóstico. El tratamiento de estos
pacientes es difícil, se utiliza metotrexato, sales de oro y ciclosporina. La esplenectomía rara vez
está indicada.
12. Amiloidosis (5%). La AR es en la actualidad la enfermedad que causa con más frecuencia una
amiloidosis secundaria ( tipo AA). Aparece en AR de larga evolución y la proteinuria suele ser la
presentación Otras manifestaciones son: dolor abdominal y diarrea, síndrome nefrótico e
hipertensión. El diagnóstico se realiza por biopsia de la grasa abdominal o rectal (rara vez es
precisa la biopsia renal). Para su tratamiento se utilizan inmunosupresores, preferentemente el
clorambucil.
DATOS DE LABORATORIO
No existe ninguna prueba de laboratorio, histológica o hallazgo radiográfico que indique
de manera concluyente un diagnóstico definitivo de AR. Las alteraciones de laboratorio más
frecuentes son:
Reactantes de fase aguda. En la AR, la VSG y la PCR generalmente varían según el grado de
inflamación y el rango varía considerablemente de un paciente a otro. Ambas son útiles para
cuantificar y comparar el nivel de actividad inflamatoria en el curso de la enfermedad de un
paciente determinado.
Otras evaluaciones: Los cuestionarios de calidad de vida como el HAQ (Health Assessment
Questionnaire) y la cuantificación radiológica del grado de pinzamiento articular y de erosiones
por distintos métodos, se utilizan para valorar la progresión de la enfermedad y la eficacia de los
tratamientos.
DIAGNOSTICO
Como se ha mencionado anteriormente, no existe ningún dato clínico, radiológico, de
laboratorio o histológico patognomónico de la AR, por lo tanto, para su diagnóstico debemos
recurrir a la suma de una serie de criterios:
Criterios Diagnósticos de La Artritis Reumatoide según la ARA de 1987
Criterios Especificaciones
1. Rigidez Matutina Una hora de duración como mínimo
2. Artritis de 3 o más articulaciones Observada por un médico como aumento
de partes blandas o derrames.
Articulaciones:IFP,MCF,muñeca,codo,rodill
a, tobillo, MTF
3. Artritis de articulaciones de las manos IFP,MCF,Muñeca: una al menos
4. Artritis Simétrica Artritis simultánea de dos articulaciones
simétricas; la afectación de IFP,MCF o
MTF puede ser bilateral y no simétrica
5. Nódulos Reumatoides Observados por un médico en prominencias
óseas, superficies extensoras o
paraarticulares
6. Factor Reumatoide Sérico Determinado por un método que sea
positivo en menos del 5% de los sujetos
sanos controles
7. Cambios Radiográficos Cambios típicos de la AR en la Rx P-A de
mano y muñeca, que deben incluir
erosiones o descalcificación epifisaria
evidente
Como puede verse por la tabla anterior el único proceso esencial para el diagnóstico es la
identificación de la presencia de una sinovitis inflamatoria. Por definición no puede diagnosticarse
de AR hasta no haber transcurrido al menos 6 semanas, además muchos de los rasgos
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DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Es importante excluir muchas otras enfermedades antes de realizar el diagnóstico de AR,
básicamente el diagnóstico diferencial debe realizarse con otras enfermedades articulares,
especialmente con aquellas que cursan con sinovitis:
a) Enfermedades articulares inflamatorias: espondiloartropatías, artritis microcristalinas (gota,
artritis por pirofosfato cálcico), enfermedades del tejido conectivo, polimialgia reumática.
b) Otras enfermedades musculoesqueléticas: artrosis, fibromialgia, artritis infecciosas
(especialmente las de etiología viral)
c) Otras enfermedades: enfermedad de Parkinson, neoplasias (mieloma), sarcoidosis, infecciosas
(fiebre reumática, endocarditis infecciosa, enfermedad de Lyme), fiebre mediterránea familiar,
osteoartropatía hipertrófica, enfermedades endocrinas (hipotiroidismo).
CURSO Y PRONOSTICO
El curso de la enfermedad se caracteriza por reagudizaciones o "brotes" y remisiones frecuentes.
El patrón evolutivo varía de un enfermo a otro. En general se aceptan tres patrones que no son
estancos: a) Intermitente (70%) caracterizado por remisiones parciales , durante las cuales el
paciente precisa poco tratamiento. b) Remisión clínica prolongada (20%) y c) Progresiva: cuyo
patrón evolutivo denota una mayor agresividad y gravedad. Aunque por este motivo el pronóstico
es incierto, después de 10 años de evolución un 65% de pacientes se encuentran con algún grado
de limitación funcional.
El pronóstico de la AR es muy variable, por lo que la evaluación inicial y posterior de estos
enfermos debe incluir una estimación del pronóstico, con el fin de decidir sobre la utilización de
tratamientos agresivos de forma precoz. Los factores predictivos de enfermedad grave son: .
1. Factores dependientes de la enfermedad
pacientes con formas graves con afectación sistémica. Las causas más frecuente de muerte son:
infecciones, enfermedad pulmonar y renal, hemorragia gastrointestinal y amiloidosis secundaria.
TRATAMIENTO
El esquema terapéutico comprende varios apartados: el programa básico, el tratamiento
farmacológico de fondo y el tratamiento de las complicaciones articulares y viscerales.
I) Programa básico.
a) La información y explicación detallada de la enfermedad al paciente y a su familia mejora la
motivación y el cumplimiento de los tratamientos y también puede proporcionar un apoyo
psicológico ante una enfermedad potencialmente incapacitante.
b) Fisioterapia. Los ejercicios regulares ayudan a conservar el movimiento articular. Durante la
fase de reagudización de la poliartritis, estos ejercicios se deben postponer o realizar con menos
intensidad.
c) Descanso nocturno. El descanso nocturno de 8 a 10 horas y una hora de descanso por la tarde
aumentan la sensación de bienestar del paciente y reducen el cansancio
d) Medidas ortopédicas. El reposo absoluto debe hacerse únicamente en los brotes agudos,
mientras que cuando solo exista artritis en una o pocas articulaciones el uso de férulas
inmovilizadoras, disminuye el dolor y la sinovitis, previniendo las deformidades.
e) Otros aspectos laborales, sociales, culturales y familiares también pueden ser determinantes en
la evolución de cada paciente con AR.
b) HEPÁTICA. Es frecuente la elevación de las transaminasas que suele ser reversible tras
disminuir o suspender el tratamiento.
c) RENALES. Los AINE puede desarrollar o agudizar una insuficiencia renal previa,
especialmente en pacientes ancianos o con mala perfusión renal previa (cardiópatas, nefropatías,
existencia de terceros espacios...). Otros efectos indeseables son : reducción de la eficacia de los
fármacos antihipertensivos y la necrosis papilar, La nefritis intersticial es una reacción de
idiosincrasia y no una reacción de tipo alérgico, es reversible y se ha descrito con mayor
frecuencia con el fenoprofén
g) RESPIRATORIA. Es mas frecuente por la Aspirina que por otros AINE: Poliposis nasal, rinitis
o brocoespasmo. Aparecen en el 2-20% de los asmáticos tratados.
h) SOBREDOSIS. Es muy rara en otros AINE distintos de la aspirina. Suele aparecer en niños o
por intento de suicidio en adultos.
Los inhibidores selectivos de la COX-2 (Celecoxib, Etoricoxib) se caracterizan por presentar una
eficacia antiinflamatoria similar al del resto de AINE pero con una incidencia mucho menor de
efectos secundarios gastrointestinales. Este grupo de fármacos no produce inhibición de la
agregación plaquetaria y es posible que a dosis altas o en determinados pacientes puedan tener un
efecto proagregante, que podria incrementar las complicaciones trombóticas cerebrales y
cardiacas, motivo por el que recientemente se ha retirado del mercado el Rofecoxib
Con todo en los pacientes con AR no existe ningún AINE que sea superior en cuanto a su eficacia
respecto a los demás y la respuesta a un fármaco determinado variará de paciente a paciente. Para
valorar la eficacia de un AINE debe utilizarse a la dosis máxima y al menos durante dos semanas,
antes de cambiar a otro AINE. El cumplimiento del tratamiento es mayor cuando la dosificación
es de una a dos veces al día. Deben evitarse las combinaciones de varios AINE ya que se
incrementan notablemente sus efectos indeseables sin una notable mejoría en cuanto a su eficacia.
La dosis habitual de los AINE más utilizados son:
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2) Corticosteroides. Los mas utilizados por vía oral o parenteral son la prednisona, la
metilprednisolona y el deflazacort. Los corticoides poseen efectos antiinflamatorios e
inmunosupresores que explican el importante alivio sintomático que experimentan muchos de los
pacientes con su utilización. Sin embargo no parecen modificar de forma significativa el curso de
la destrucción articular y además sus efectos adversos son muy frecuentes y algunos de ellos
graves por lo que no se deben emplear de forma indiscriminada en todos los pacientes con AR y
cuando se indiquen es necesario un control médico riguroso.
Los efectos tóxicos de los corticosteroides son mas frecuentes y graves cuando se emplean
a dosis altas, durante tiempo prolongado o se reporten en varias dosis al día. Por tal motivo en los
pacientes con AR no complicada se debe evitar su uso o emplearlos a dosis inferiores a 7,5-10
mg/día de prednisona (o dosis equivalente de otro corticoide), darlos en una sola toma por la
mañana e intentar mantenerlos el menor tiempo posible o a la dosis mas baja posible conforme
mejoran los síntomas de la enfermedad.
Los esteroides intraarticulares pueden ser útiles cuando una o dos articulaciones empeoran
de forma desproporcionada respecto a la enfermedad general. Es importante que se excluya una
infección articular antes de realizar la infiltración.
tratamiento debe ser precoz e incluso agresivo (con combinación de varios FAME) para evitar la
inflamación mantenida y el daño anatómico y funcional que esta puede causar. Algunos estudios
han mostrado que los pacientes con AR activa agresiva presentan una probabilidad superior al
70% de desarrollar daño articular durante los dos primeros años de iniciarse la enfermedad.
En la actualidad el FAME más utilizado es el metotrexato solo o combinado con otros fármacos y
en casos refractarios o en pacientes que presentan efectos tóxicos que contraindican su utilización
se emplean leflunomida, salazopirina, sales de oro parenterales, o ciclosporina A.
Sales de Oro por vía Parenteral (Miocrin, viales de 25 y50 mg). Se han utilizado en el
tratamiento de la AR desde hace 60 años y su eficacia se ha convertido en el modelo de
comparación de otros tratamientos. Se administran por vía intramuscular profunda, comenzando
con una dosis de prueba de 25 mg y posteriormente, inyecciones de 50 mg con una periodicidad
semanal. La mejoría aparece a partir de los dos meses y una vez controlada la actividad de la
enfermedad se aumenta el intervalo de dosificación manteniendo la mínima dosis eficaz de forma
indefinida.
Los efectos adversos más frecuentes son los cutáneos (dermatosis y úlceras orales),
mientras que las discrasias sanguíneas, la proteinuria y las complicaciones pulmonares son raras
pero potencialmente letales. Por tal motivo es necesaria la monitorización con un análisis de orina
y un hemograma completo con recuento plaquetario de forma mensual al inicio del tratamiento y
posteriormente bimensual. La presencia de eosinofilia puede predecir la aparición de reacciones
adversas.
Sulfasalacina (Salazopyrina, comp 500 mg). Se utiliza sobre todo en el Reino Unido y su
eficacia es comparable al oro parenteral, con menos toxicidad. Generalmente, se utilizan dosis de
2-3 g/día y los beneficios se aprecian al cabo de unos tres meses. Los efectos secundarios más
frecuentes son erupciones e intolerancia digestiva, excepcionalmente puede producir
mielosupresión por lo que deben practicarse hemogramas cada 1-3 meses para su control.
mg/día, sus efectos aparecen tras varios meses de tratamiento y su eficacia es inferior a las sales
de oro parenterales. Por tal motivo solo se emplea como monoterapia en pacientes con AR con
actividad inflamatoria moderada o leve, o bien asociados a otros FARAL (generalmente con
metotrexato). Los efectos adversos más frecuentes son erupciones, diarrea y el más específico es
la toxicidad retiniana. Por tal motivo es necesario un examen inicial oftalmológico con lámpara de
hendidura y exploraciones seriadas a intervalos de 6-12 meses para detectar cambios retinianos
precoces y minimizar la posibilidad de deterioro visual permanente.
Otros tratamientos utilizados como FAME son Auranofin (sales de oro orales), Azatioprina y
D- Penicilamina. Los agentes alquilantes como Ciclofosfamida y Clorambucilo deben
reservarse para el tratamiento de las complicaciones de la AR que suponen una amenaza para la
vida, como la vasculitis sistémica, o de una enfermedad refractaria a todos los demás tratamientos.
El Clorambucilo es útil en el tratamiento de la amiloidosis secundaria a la AR.
Es preciso monitorizar el tratamiento de ambos fármacos mediante un hemograma
completo y un análisis de orina al menos una vez al mes. Hay que alertar a los pacientes para que
mantengan una buena diuresis mediante hidratación adecuada, porque la ciclofosfamida puede
provocar una cistitis hemorrágica y fibrosis de la vejiga.
También se están empezando a utilizar anticuerpos anti interleukina-1 (IL-1) y estan en fase de
investigación varios anticuerpos bloqueantes de diferentes interleukinas. Otras terapias
experimentales son: la irradiación linfoide total, la linfaféresis y el trasplante de médula ósea.
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DAS= 0,54(NAD28) + 0,065 (NAT 28) + 0,33 (ln VSG) + 0,0072 (EVA)
NAD= Número de articulaciones dolorosas
NAT= Número de articulaciones tumefactas
De este índice se obtiene un valor entre 0 y 10. Según el valor obtenido se considera:
Remisión clínica: DAS 28 < 2,6
Actividad inflamatoria moderada: DAS 28 2,7-5,0
Actividad inflamatoria importante: DAS 28 > 5,1
• Criterios EULAR Utiliza el DAS, y un DAS por debajo de 2,6 se considera remisión de
la enfermedad
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III. CIRUGÍA.
Cuando a pesar de un tratamiento adecuado el paciente continua con dolor o limitación
funcional importante causado por la lesión estructural de una articulación, se debe considerar la
cirugía. Los procedimientos quirúrgicos más frecuentes son la liberación del túnel del carpo, la
resección de las cabezas de los metatarsianos, las sinovectomías y las prótesis totales de caderas y
rodillas.
1. ≥3 articulaciones inflamadas.
2. Afectación de MCF/MTF
3. Rigidez matutina ≥ 30 minutos.
4. Duración de mas de 6 semanas