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Versículo base:
Efesios 6:18
“Orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos”
Versión Reina Valera 1960.
“No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, háganlo dirigidos por el Espíritu Santo. Manténgase en
estado de alerta, no se den por vencidos. Oren siempre, pidiendo por todos los que forman parte del pueblo
de Dios”
Versión Lenguaje Sencillo
Orar es el diálogo que sostenemos nosotros, los seres humanos, con Dios. Es un acto de Fe, de
Adoración y de Comunicación, e incluye la presentación de nuestros deseos a Dios, en el nombre de
Jesucristo y con la asistencia del Espíritu Santo (Jn. 14:13, 14; Ro. 8:26, 27; Fil. 4:6).
Así que, cuando oramos, lo que hacemos es hablar con Dios. La diferencia entre orar y rezar, es que
la oración es un diálogo, y el rezo, o el rezar, es mera repetición. Al rezar lo que estamos haciendo es
repitiendo sin entender lo que decimos, cuando oramos, lo hacemos con pleno conocimiento de lo que
decimos. El problema es que muchos de nosotros lo que hacemos es rezar. El problema no es solo que no
oramos, el problema también es que al “orar”, lo que hacemos es rezar. Como dice Mateo 6:7 – “Y
al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que
cuánto más hablen más caso les hará Dios”.
Ahora veremos algunos aspectos que nos responderán la pregunta ¿Para qué orar?. No los
establezco yo, los establece Dios, y los encontramos a lo largo de su Palabra.