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Bioenergía para el funcionamiento del cuerpo

De Paola Garrone

No es fácil comprender qué es el fenómeno de la vida. Ningún científico pudo jamás


explicar cual es la chispa que ha creado la vida. Hoy la ciencia ha podido clonar. Es
decir repite elementos ya vitales. Es cierto que no crea la vida. Las diferentes culturas
religiosas dan una interpretación divina a este fenómeno que para la ciencia queda un
misterio.
Lo que se puede afirmar hoy es que la materia viviente responde a las frecuencias de la
luz. Es decir responde de manera precisa, según la célula, tejido, órgano que se está
examinando, a la longitud de onda de algunos estímulos luminosos (Paul Nogier).
Podemos por lo tanto una vez más analizar solo el viviente o sea la macromolécula del
DNA que es la expresión materializada de un potencial energético. El biólogo Etienne
Guillet afirma que “la vida es la facultad que tiene un ser viviente de asimilar y
reproducirse”. Estas son las propiedades del DNA. El DNA tiene la forma de una doble
hélice y se caracteriza por dos propiedades fundamentales: transfiere su información a
otra molécula (RNA) que por intermediarios, transmite el orden de funcionar al ser
interno y al final de nutrirse y reproducirse!
El DNA es un filamento de dos cadenas atadas en las bases. Pueden asumir varias
formas pero, en realidad, son dos espirales helicoidales donde las espiras están más o
menos distantes. La elasticidad de esta espiral depende del estado de salud de las
células. El hecho que ondee significa che esta espiral es animada. Si la estructura del
DNA (secuencia de las bases) es linear, no pasa nada, pero si se encuentra en forma de
espiral interacciona con los ácidos amínicos de las proteínas. Estructura y función se
encuentran atadas y testimonian un proceso dinámico en el cual la función es la energía
que anima la estructura. Nada vive sin energía espiraloide.

Crick e Watson (1957) fueron los primeros que notaron la forma a doble hélice del
DNA. Proyectando una molécula de DNA sobre un plano perpendicular se obtiene la
figura de una espiral que la cultura zen llama “Mandala”. Debemos preguntarnos cuales
son la razones de un modelo a espiral. Este modelo existe abundantemente en natura
(hojas, caracoles, nebulosas, proteínas, ecc…). la energía además hace todo vital. ¿De
dónde viene esta energía? Según las nuevas descubiertas de la física (Tesla, Nieper,
Recami) todo el universo está impregnado de una forma de energía vital apolar,
neguentrópica, omeoestática a punto 0, de natura oscilatoria que se expresa en
microondas de luz y sustituye la fuerza de gravedad. Los científicos han formulado este
nuevo modelo y han sustituido a la atracción del centro de la tierra, esta fuerza de
presión. La ciencia debe continuar a cambiar para ser lo que es. las nuevas descubiertas
sustituyen las precedentes y es en esta óptica de elasticidad que la ciencia se mantiene
valida y vital. Por lo que interesa el hecho de que esta energía sea espiraloide hay que
pensar que la tierra, girando crea un vórtice de energía que atrae como un remolino la
energía en sentido contrario. Este juego de horario y antihorario crea la doble espiral del
dentro de la tierra hacia el cielo y desde el cielo hacia la Tierra (símbolo antiguo: el
caduceo).
Una vez establecido que el universo está lleno de energía taquiónica (Prana, KI, Chi)
debemos transferir las calidades de esta energía a las células vivientes porque es la
única, sola, primordial energía que una vez en la tierra, demediando su longitud de
onda, se transforma en partículas (micro partículas pulsantes) o microcélulas. La calidad
de la célula primordial indiferenciada del organismo humano es de estar llena de esta
energía ordenadora a punto cero, con una oscilación mensurable en 0.26 elettronvolt.
La célula indiferenciada tiene más encima una memoria propia para un concepto de
información mantenido por los eones de Charón (Campo taquiónico, pag. 16-17,
Nuevas Técnicas Ed. 1999). Cada partícula tiene una memoria y una conciencia y posee
la velocidad de la luz. A este punto nace la vida que puede ser sólo de orden energético,
vertical, espiral y pulsante.

Cada ser humano es, antes que nada, vivo porque han sido creado con un receptor
incorporado de esta energía, continuamente renovable, o sea la glándula pineal (o
epífisis). A través de esta glándula (chakra corona) recibimos energía que, naturalmente,
según las funciones de estos órganos, se transforma en frecuencias diferentes y
mensurables.

La primera patología nace de la perdida de frecuencia de ciertos órganos que nacen del
desequilibrio frecuencial de las células primarias: o sea los ladrillos de los órganos. Las
diferencias de potencial de órgano a órgano saltan, las reacciones físico-químicas
cambian y empiezan las varias patologías para factores endógenos. Para factores
exógenos sucede más o menos el mismo proceso con la diferencia removido el factor
exógeno las células reprenden enérgicamente sus funciones. La condición sine qua non
es que el cuerpo, la máquina, continúe recibiendo siempre energía taquiónica nueva que
empleara cada día como carburante. El problema de como recibirla hoy crea muchos
interrogativos a una persona sensible y culta.

El electrosmog o CEM (campo electromagnético) logra a menudo a destruir nuestras


defensas inmunitarias (pág. 113 Campo Tachionico). El problema fue identificado por
primera vez en 1979 en la Universidad del Colorado por la doctora Wertheimer que
estableció por primera vez la conexión entre la leucemia y la red de distribución a bajo
voltaje. El campo electromagnético cubre la Tierra y se interpone como barrera a la
llegada en forma espiraloide correcta de esta energía. Ha sido probado por Nieper, entre
otro, que el campo taquiónico es interceptado tanto por lo campos electrostáticos, como
por los magnéticos y que repentinos cambios de voltaje sustraen energía. Estos no son
problemas relacionados a la llegada de esta energía vital e indispensable al hombre pero
hoy están talmente difundidos que se puede temer para la salud sicológica y física de los
seres animados de la Tierra. En este desastre de interrupciones, absorbencias y
desviaciones desaparece y se anula la espiral de la onda cósmica. Por lo que interesa los
seres humanos, el problema es más grave porque nuestro ritmo de vida se relaciona a la
cronobiología. La manera de vivir hoy no permite que haya un momento para recibirla
(L.Gedda y G. Benci: “Cronogenetica”, Ed. Scientifiche Mondadori). La antena del
hombre es el cuerpo pineal que puede recibir esta energía sólo si durmiéramos de las 19
horas en la tarde hasta las 3 de la mañana!!! La respuesta es obvia, el hombre no puede
reciclar energía sucia!! Nuestra pineal está estructurada para trabajar de noche y por eso
dormir en la tarde no recarga.
Es fascinante y muy significativo para quien se ocupa de energía vital, el recorrido del
cuerpo pineal. En el feto hasta 6 meses es globiforme con pequeños globos de diferentes
medidas. Después hasta siete años se convierte en cósmico y esférico cogiendo de todo
el cosmos la energía. Luego se verticaliza y se transforma en un cono cristalino y es
aquél del adulto que se individúa en su habitat receptivo. Tenemos un cono cristalino
bien protegido de la sella turcica, que nos mantiene en contacto con las energías
neguetrópicas del universo. La muerte se presume que viene por deterioramiento de este
órgano. El cuerpo pineal recoge de punta como una antena la energía cósmica y la dirige
a un cono cristalino que, favoreciendo la espiral de la onda, no absorbe sino que
transmite las frecuencias de la onda de luz.

El viviente se queda en equilibrio biodinámico por el encuentro a espiral de estas dos


energías de Tierra y Cielo (el DNA es una doble espiral). La vida es puramente un
hecho de omeóstasis oscilatoria celular. Ninguna materia, ninguna energía
electromagnética podrá devolver la memoria de frecuencia correcta a las síngulas
células sino las energías de que están hechas. Por la teoría de Einstein se pasa de 0/0 a
E/E, o sea onda y partícula según el campo taquiónico (para él fuerza de gravedad).
Dos son los riesgos de nuestra sociedad: los campos electromagnéticos y nuestras
costumbres de vida. Cualquier metal se puede esconder en nuestro cuerpo (ingerimos
cadmio y plomo, respiramos y comemos mercurio etc…) resulta ser un desviante, un
bloqueante o un absorbente de esta energía.

En la polución moderna se puede soltando inventariar cada vez más todo lo que entra a
formar parte del cuerpo sin que realmente forme parte. Desviar, cambiar o absorber las
frecuencias de este campo es verdaderamente un suicidio de masa, perdonable hasta que
no es conocido, pero al momento que se reconoce se debería tratar de proteger, de
cambiar nuestras costumbres y perseguir esa vida sana y feliz que el universo nos quería
donar.
Glándula pineal, orden natural y orden taquiónico

Para la medicina oriental, las informaciones recibidas de los campos de energía sutil a
través de la glándula pineal son decodificadas y transmitidas a lo largo de la columna
vertebral como vibración resonante. La información viaja a otras partes del cuerpo a
través de canales de energía, campo bioeléctricos, fibras nerviosas y sistemas de
circulación.
Para la medicina occidental, como la glándula pineal es la primera del organismo a
desarrollarse, necesariamente monitora y regula muchos otros sistemas del cuerpo. Hay
una relación de reciprocidad entre el funcionamiento de la glándula pineal, la tiroides y
las glándulas adrenales (Singh 1969; De Fronzo & Roth 1972; Dickson 1972; Relkin
1972; Nir 1978).
Existe un fuerte vínculo entre las glándulas pineales y el sistema inmunitario, con un
flujo bidireccional de información entre ellos. La inibición de secreciones de melatonina
induce un estado de inmunodeficiencia (Csaba 1970 y 1975; Nir 1978; Warren 1986 y
1987; Becker 1988; Yonk 1990; Maestroni 1993), determina la manifestación de
alergias alimentares y una digestión peor.
Esta pequeña glándula (de acerca 150 mg) al centro exacto del cerebro, va del
diencefalón al tercer ventrículo. Para la medicina oficial esta convierte las
informaciones exteriores en mensajes endocrínicos, tiene un profundo efecto sobre
muchos aspectos del funcionamiento humano tramite sus mensajeros neuro-hormonales
y juega un papel en hacer vivir en armonía con los ritmos ambientales (Brainard 1978;
Vollrath 1984; Zawilska 1992, 1996; Nowak & Zawilska 1996 y 1997).

Ha sido también demostrada por la ciencia la extrema sensibilidad de la glándula


pineal a varias formas de energía, de los campos electromagnéticos de los cuales está
molestada, a las energías sutiles, de las cuales está estimulada positivamente. La
glándula pineal y sus secreciones de melatonina son sensibles a las energías implicadas
en las técnicas energéticas manuales (Foa 1935). Estos estímulos energéticos regulan los
neurotransmetidores e influencian positivamente su funcionalidad (St. John 1980; Stone
1983;Davidson 1987 y 1988; Siegel 1987; Gerber 1988; Axt 1989, 1996 e 1997; Sills
1989; Upledger 1995; Kiewe 1997; Korn 1997). Los campo magnéticos influencian la
fisiologia pineal segun los estudios de Brainard (1984), Cremer-Bartles (1984),
Davidson (1988), Spottiswoode (1990), Mishlove (1993), Reiter (1994 e 1995),
Pawlicki (1996), Nowak & Zawilska (1997).

Siendo a directo contacto con el fluido cerebroespinal (Welsh 1989;Stills 1902; Stone
1987; Sutherland 1990), la glándula pineal comunica al cuerpo como mantenerse en
posición erecta. En una glándula pineal con mal funcionamiento es parcialmente
impedida la capacidad de encanalar datos de posicionamiento corporeo (Upledger
1996). Ryerson (Davidson 1988) describe la glándula pineal como “una estructura
cristalina que es la parte integral de control para la comunicación entre el cuerpo y las
energías sutiles superiores”.
Materiales vitales para curar los dientes

Para comprender la validez en general del polvo Takionic que debe ser agregado al
compuesto para reparar los dientes hay que remontarse a la física. El polvo Takionic es
constituido por centenas de minerales micronizados que pueden rellamar continuamente
del cosmos las microondas vitales de la energía taquiónica (neguetropica a punto 0).
Tales antenas pueden transmitir la energía a todo el organismo para la información
resonante (véase campo taquiónico). La información hace vibrar las moléculas de agua
a 0,26 electronvolt, la vitalidad máxima del agua. Einstein ya había codificado el
concepto de información explicando que cada célula tiene un spin y campo memoria
(nosotros decimos que el ser vital alcanza al campo taquiónico).

Del punto de vista de la ciencia de la termodinámica el término vitalidad puede ser


expresado con la variable ‘estado de orden del sistema’. La segunda ley de la
termodinámica afirma que el desorden de un sistema siempre aumenta: pero los
organismos vivientes podrían aumentar su propio orden, violando este principio. Ya
Schoedinger había remarcado que la existencia de los sistemas vivientes depende de su
capacidad de aumentar la entropía (desorden) de sus ambientes.

Evidentemente absorben energía del ambiente y pierden energía en el ambiente. La


segunda ley de la termodinámica sería válida pero sólo a un nivel de ambiente
complesivo. El sistema aislado del viviente, contrariamente a la materia inanimada,
cuando está eficiente (o al pleno de la vitalidad), está caracterizado por un nivel de
orden siempre creciente: mientras el Universo físico viaja hacia una entropía más
elevada, es como si el viviente remontase esta corriente contraria para crear más orden.

Los taquiones, ha sido demostrado, tienen la capacidad de hacer vibrar el agua a 0,26
electron-volt, frecuencia de orden y vitalidad máxima. La señal de vitalidad a tejidos y
materia viva. Esta frecuencia corresponde a la situación de equilibrio del spin, donde
menos energía posible se disipa.

Spin ordenado - disipación mínima - señal vital recibido al máximo , o,


equivalentemente - Alteración de la recepción de la energía ordenada - disipación
máxima - Spin desordenado

Dice Popp: “un spin ordenado es condición básica de la vida”. Según Popp, más
ordenado está el spin, más elevada es la disipación de energía. Un spin desordenado
determinaría una emisión de fotones más elevada y, en estos términos, podría ser
explicada la alteración de la reacciones químicas intracelulares.

Consigue la importancia de proveer energía ordenada al sistema, porque de esta manera


se podría limitar o anular el daño biológico.

El intercambio de cuantos energéticos de iteración (en un número infinito, con un lapso


de tiempo infinitesimal) resulta indispensable para el enlace químico que no está
determinado por la masa, sino por la energía (Teoría de los orbitales moleculares). En
otras palabras, la tensión de los enlaces permite a cada partícula de cualquier órgano
(tejido, vaso sanguíneo, hueso, etc…) de recibir la información de la vida.

En presencia de taquiones el agua vibra y transmite por resonancia la información vital,


como si se tratase de música dotada de armonía.

Enfermedad - pérdida de esta información secuencial

Si se pone en línea la materia con sus frecuencias vitales, es decir se recupera la


memoria vital, se permite la expresión correcta de la energía del órgano y por lo tanto el
funcionamiento del mismo órgano.

¿Qué pasa en un órgano frecuencial como el diente cuyos daños pueden llegar, gracias
a los meridianos chinos, los órganos y coinvolgerlos? La enfermedad del diente le
impide de vibrar y de crear la diferencia de potencial con los órganos conexos. Estos
órganos se enferman sólo por caída de energía. El diente desvitalizado tira abajo junto a
sí todos los valores energéticos del meridiano conexo y es normal que el organismo trate
eliminarlos. A nosotros nos interesa que un diente vuelva a vibrar a su frecuencia, como
hemos entendido que la diferencia de potencial entre los órganos (Cina docet) es
esencial para el comportamiento sano de los órganos. Si juntamos las antenas de la
energía taquiónica a la mixtura con la que empastamos un diente, él mismo, porque
hecho de minerales y de resinas vegetales, recibirá la frecuencia del material taquiónico
pasando al diente la información que el compuesto está vivo. El diente vivo empastado
no sufrirá más el trauma del contacto con la muerte, el comando que ‘tiene que ser
eliminado’, y no se debilitará ulteriormente perdiendo energías para ‘sacar solo ese
grueso cadáver llamado empaste’.

La doctora Orlandini en Focus explica la vitalidad de los vegetales, que gastan energías
construyendo las fitoquelatinas para bloquear la acción tóxicas de los metales, pero
boquean también la actividad reproductora y todo el periodo de lucha contra el tóxico.
Siendo el hombre el compendio de los tres modos (mineral, vegetal y animal) por
analogía se comporta de misma manera y gasta energías para eliminar lo que es dañoso.
El cuerpo no gastará sustancialmente energías porque las renovará continuamente. Este
diente, así empastado, conservará la diferencia de potencial con sus órganos colegados y
el resultado será la salud de estos órganos.

La raíz no está, pero como resulta del Kirlian, una parte muerta continúa enérgicamente
a existir por mucho tiempo y a nosotros es bastante cerrar el canal energético
(empleando los taquiones), haciendo vibrar el diente muerto por resonancia con el polvo
taquiónico empleado en el empaste.

Naturalmente hablo en estos términos porque esta antigua filosofía técnica china ha
sido demostrada por la física avanzada y encuentra correspondencia verificable y
medible en la tercera medicina oficial de Francia: la Auricolo medicina. Son los canales
energéticos, meridianos o nadis que informan los órganos. Como una red informan el
hombre y lo mantienen activo, dirigen las energías de un punto a otro. El canal
energético no se confunde con el órgano. Y así se explica la permanencia a nivel de
impresión de un miembro amputado. Nutrimos esta forma energética del meridiano y
del diente muerto y no lo vamos a perder nunca más porque será percibido como vivo,
resonante, coloreado y musical, y por eso en armonía con la vida que desciende del
cosmos.

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