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INFORME SOBRE LAS ÚLTIMAS TRES REUNIONES DEL CONSEJO SUPERIOR

Bogotá, 19 de Agosto de 2008

Respetad@s colegas:

En esta ocasión quiero presentarles una síntesis sobre lo acontecido en las últimas sesiones
del Consejo Superior. Dado que éste se ha reunido con una frecuencia poco común, tres
veces en menos de un mes, así como por ocupaciones personales no había tenido la
oportunidad de informarles de cada una de las sesiones mencionadas.

SESION DEL 18 DE JULIO

La sesión empieza con el informe del señor Rector, del que debo destacar como punto
principal el relacionado con Valmaria, ya que se anunció la conformación de una comisión
especial por parte del Ministerio de Hacienda para estudiar todas las posibilidades que
fueses necesarias para conseguir recursos para construir Valmaria. Como al respecto no me
pareció clara la exposición del rector, le solicite que nos informará si dicha comisión
considera la posibilidad de vender los “lotes” de la UPN –como los denomina el señor
Ibarra-, incluyendo el de la calle 72 para financiar Valmaria. Al respecto, el señor Rector
luego de dar un prolongado rodeo, planteó claramente que todas las posibilidades estaban
abiertas con el propósito de tener una sede nueva y moderna, y entre dichas posibilidades
había que considerar la venta de todos los predios de la UPN, incluyendo el de la 72.
Esta apreciación me parece novedosa, en la medida en que en el tiempo que yo llevó en el
CS nunca había escuchado una referencia, ni siquiera indirecta, al respecto, y solamente se
había hecho alusión a la venta del lote de la 127.
Ante la afirmación del señor Ibarra, la presidenta del CS, la viceministra Isabel Segovia
señaló que ella no estaba de acuerdo en la venta de ningún predio, pero que si creía que
éstos podían ser arrendados para obtener recursos que permitan financiar la construcción de
Valmaria.
En la segunda parte de la reunión, Alejandro Hernández, representante de los estudiantes,
presenta un informe sobre diversos aspectos relacionados con su apreciación de algunos
tópicos de la UPN, tales como reducción de monitorias y disminución de apoyo a la
investigación a los estudiantes, así como una disminución de la capacidad del bienestar
universitario, teniendo en cuenta el aumento de cobertura. Al final de su intervención señala
que el señor Rector en su informe no ha hecho alusión al premio Libertador al Pensamiento
Crítico obtenido por el profesor Renán Vega y solicita que el Consejo Superior lo felicite y
publique un aviso en un periódico de circulación nacional manifestando su beneplácito. La
presidenta del CS me felicita por el premio y señala que lo del aviso debe ser tramitado ante
el Consejo Académico. A su vez, el señor Rector indica que ese reconocimiento lo debe
hacer el Consejo Académico. A esto responde Alejandro que si bien es cierto que al Consejo
Académico le compete el reconocimiento, el CS también debería manifestarse dada la
importancia del premio obtenido.
El tercer punto que se consideró fue el relativo a la aprobación de un acuerdo mediante el
cual se le asigna al rector la potestad de aceptar donaciones o legados. El rector justifica
esta solicitud diciendo que las donaciones que se le hacen a la UPN se ven entorpecidas
porque deben ser aprobadas por el CS. El señor Rodríguez, representante del sector
productivo, sostiene que el CS debe mantener esta prerrogativa para prevenir y para evitarle
inconvenientes al mismo rector. Al respecto, yo opine que las donaciones y legados son
algo excepcional y que por lo tanto deben ser aprobados por el CS, como una forma de
evitar, entre otras cosas, que a la UPN llegue dinero de dudoso origen.
El otro punto álgido de la sesión se relacionó con el informe presupuestal y financiero,
sobre todo porque la presidenta del CS manifestó antes de que el equipo financiero de la
administración diera su informe, que ella se negaba a firmar un acuerdo enviado para
votación virtual, que había tenido mayoría de votos. (Entre paréntesis hay que manifestar
que, en mi caso personal, dado el carácter irreglamentario de ese procedimiento, me he
abstenido de contestar, para no legitimarlo). Ella explicó que había estado investigando
juiciosamente el asunto y había llegado a la conclusión que, según lo establecen los
estatutos de la UPN, las decisiones sustantivas del CS deben ser resultado de una
deliberación previa.
Tanto Alejandro Hernández como Jesús Mejia, representante de los egresados, señalaron
que, en repetidas ocasiones, han insistido en el carácter irreglamentario de la votación ad
referéndum que hasta ahora se había venido imponiendo en el seno del CS.
(Aquí debe señalarse que la Presidente del CS nos dio la razón a quienes, como el que esto
escribe, habíamos manifestado que ese procedimiento ad referéndum era muy dudoso y
cuestionable. Habría que tener en cuenta que importantes decisiones que ha tomado el CS
en los últimos tiempos se han dado por ese mecanismo, tales como la aprobación del
reglamento estudiantil y del SIFA, con lo que quedan abiertas las puertas para proceder a
demandarlos).
Luego viene la presentación de la situación financiera y posterior discusión del asunto.
Dada la extensión y complejidad del tema, me limito a señalar dos aspectos: primero, según
el Informe a junio 30 del presente año se redujo el recaudo de ingresos en el Centro de
Lenguas, comparado con el año anterior, ya que se paso de 718 millones en junio del 2007
a 16 millones en el mismo mes de este año. Al respecto, los representantes de la
administración sostienen que eso se debe al cambio de calendario académico, y los ingresos
por matriculas se recibirían en el mes de julio. Agregan que el objetivo es recaudar en el
Centro de Lenguas 4180 millones de pesos, de los cuales entre 1500 y 2000 millones
ingresarían en el mes de julio y el resto al final del año. Segundo, el otro dato que queda
claro radica en que a junio 30 de este año el total de ingresos que ha tenido la UPN
asciende a 31.526 millones, mientras los gastos fueron de 38.699 millones.

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SESION DEL 5 DE AGOSTO

La sesión de este día pretendía tratar una amplia agenda, de la cual sólo se alcanzaron a
tratar los siguientes puntos: presentación de una propuesta del Ministerio de Hacienda sobre
la financiación de Valmaria; análisis del recurso de apelación del estudiante Jairo Robles
Piñeros; Informe del Rector y propuesta de la administración sobre el Instituto Pedagógico
Nacional. De manera sucinta me refiero a continuación a cada uno de estos tópicos.
1). Propuesta Ministerio de Hacienda y Departamento Nacional de Planeación
Un equipo de estas entidades, con una concepción vulgarmente neoliberal, vino a presentar
con toda la sofistíquería que caracteriza el hermético lenguaje de los tecnócratas, una
propuesta encaminada a cederle al capital privado los predios de la UPN, todos, incluyendo
nuestra sede de la 72. El argumento central de tal propuesta radica en lo siguiente: las sedes
de la UPN y el IPN se encuentran en un suelo que se ha valorizado en actividades distintas
a la educación (financieras y otras) y la universidad no ha sabido aprovechar las ventajas
que le dan esos suelos valiosos, y sigue dedicándolos a la educación, que en la zona
financiera no generan valor agregado. En esa perspectiva se propone que se haga un estudio
sobre el uso del suelo, para potenciarlo en concordancia con los intereses del capital
privado, con el cual habría que asociarse para garantizar transferencias de tecnología y
recursos del sector privado. Esto se debe hacer porque el costo de Valmaria (unos 450 mil
millones de pesos) sólo se puede conseguir aprovechando las propiedades que tiene la
UPN.
Para hacer posible la enajenación financiera de los predios de nuestra universidad al sector
privado se requiere un plan de acción que involucra cuatro aspectos: urbanístico, que busca
definir el mejor uso del suelo, que está claro de antemano que no es de tipo educativo;
técnico, encaminado a desarrollar un producto específico sobre ese suelo; financiero, que
pretende hacer un análisis de mercado y comercialización; y, jurídico, que pretende
determinar la mejor estrategia legal para implementar el proyecto.
Luego de la presentación, el señor Rodríguez indicó que la idea le parecía muy buena
porque indica que el Estado está preocupado por la economía de la universidad, tratando de
establecer cuál podría ser el valor agregado de la UPN antes de vender sus propiedades.
Señala que como esquema está bien, aunque no esté clara la forma como se van a cambiar
las normas atinentes a los predios y tampoco se ha vinculado a la Alcaldía.
Por mi parte, yo les pregunte a los miembros de la misión que nos dijeran claramente si, en
medio de toda la jerga utilizada, no se estaba buscando simplemente venderle al capital
financiero los predios de la institución, un viejo anhelo de bancos y corporaciones
financieras de la calle 72.
La respuesta lacónica simplemente fue que todas las posibilidades estaban abiertas,
incluyendo la venta, y que eso lo determinaría precisamente el estudio respectivo.
Alejandro Hernández, representante de los estudiantes, opinó que en esa propuesta el
Estado no asume nada, sino que simplemente plantea la transferencia al sector privado, con
el argumento que estos predios no deben dedicarse a la educación. Esto simplemente
reproduce lo de la finca Carimagua (donde el ministro de Agricultura decidió cederles
tierras de los desplazados a grandes empresarios, con el pretexto que los campesinos no
eran productivos). Algo similar ocurre con la propuesta del Ministerio de Hacienda que
considera a la UPN como una especie de Carimagua urbana, por lo que se entiende que este
suelo para educación es improductivo y genera poco valor agregado, como si la educación
no fuera importante en sí misma y no tuviera una importante función social. Acertadamente
preguntó que si eso es lo que el Estado aduce, por qué nunca se habla de vender la Escuela
Militar (situada en la 80 con 30), dado que ese lote no está dedicado a nada y bien podría
ser usado en otras actividades.
Antes de que se fuera la Comisión yo les señalé que lo que ellos habían dicho no era nada
nuevo, que solamente se estaba haciendo oficial una pretensión añeja del capital financiero,
ahora respaldada por el Estado, de apropiarse de los terrenos de la calle 72, los cuales
apetecen hace tiempo. También les dije que era lamentable tal actitud por parte de órganos
del Estado, que en lugar de asumir sus obligaciones en educación, con financiación
adecuada, buscaran cómo regalarle al capital financiero las instituciones públicas, mientras
aumenta de manera incontrolable el gasto militar, el que si no se reduce de ninguna manera.
Jesús Mejia agregó que le parecía llamativo que la administración que se había embarcado
en Valmaria, anunciando que su financiación estaba asegurada, ahora esté buscando fuentes
de financiación, y entre esas esté la venta de las propiedades de la UPN.
2). Sanción a estudiante
El segundo tema de la agenda verso sobre la situación del estudiante Jairo Robles, que
había apelado en última instancia al CS para que esta ratificara o rectificara la decisión
tomada por el señor Rector sobre su expulsión. Habiendo estudiado el expediente abierto
por diversas instancias de la UPN, en el seno del CS se ventiló este caso.
A grandes rasgos afloraron dos posiciones: una la de quienes –entre ellos el señor Rector-
sostuvieron que había que mantener la decisión de expulsar al estudiante, porque era
necesario mostrar firmeza, dado que la debilidad podría interpretarse como la aceptación de
la impunidad; la otra, entre las que nos encontramos los representantes de la comunidad
universitaria, sostuvimos que el proceso contra el estudiante tenía múltiples problemas
jurídicos que incluso podrían acarrear demandas futuras contra la UPN, que las pruebas no
eran contundentes en contra del estudiante, que había testimonios contradictorios y se había
creído en rumores y versiones de segunda mano. Por ello, propusimos que se modificara la
sanción impuesta al estudiante. Al respecto, yo leí el artículo correspondiente al Acuerdo
180 de 1980 en el que se consideran otro tipo de sanciones, entre ellas suspender al
estudiante por uno o varios semestres en su condición de estudiante regular. Finalmente,
por unanimidad se acordó que el estudiante no fuera expulsado, sino sancionado con la no
renovación de la matricula por dos períodos académicos.
3). Informe del Señor Rector
El señor Ibarra expreso que en estos momentos 14 universidades públicas están ad portas
del cierre por problemas financieros, lo cual no es el caso de la UPN. Al mismo tiempo,
indicó que han continuado sus gestiones para lograr la aprobación por parte del parlamento
para que sea aprobada una estampilla para la universidad, que le proporcionaría ingresos
por 250 mil millones por los próximos cinco años y que “Dios mediante”, adelantando las
gestiones con la administración de Bogotá, la estampilla debe estar aprobada en diciembre
próximo.
4). Propuesta inmediata de Ajuste Presupuestas en el Instituto Pedagógico Nacional
El señor Ángel Eduardo Moreno, jefe de la Oficina de Desarrollo y Planeación de la UPN,
fue el encargado de presentar la propuesta de Ajuste Presupuesta en el IPN. Se partió de
una idea, que no se sabe cómo ni por qué se le achacó al CS, que era necesario equilibrar
las finanzas del IPN, para que sus ingresos propios se equilibraran con los recursos
proporcionados por la Universidad (de tal forma que quede 50 y 50, siendo que en este
momento el aporte del IPN es del 36.5% mientras que la universidad da el 63.5%).
Para el efecto se hacen las siguientes propuestas: a). Renegociación del convenio existente
con la Secretaria de Educación, con el fin de obtener una contribución especial del Distrito
para atender los hijos de educadores, lo cual representaría una suma de algo más de 400
millones de pesos; b) Constituir un fondo de solidaridad con aportes voluntarios que hagan
las familias del IPN, aportes distintos al valor de la pensión. Los recursos que se obtengan
por esta vía se destinarán al financiamiento del gasto de los estudiantes que no se
encuentren vinculados al convenio con la SED; c). Alquiler de espacios deportivos, que se
refiere a las canchas del IPN a entidades privadas o públicas durante las tardes y los fines
de semana; d). Convenios con entidades externas para realizar cursos preuniversitarios y
vacacionales.
Después de esta exposición se presentó un intercambio de opiniones al principio y luego
una álgida discusión, a raíz de los señalamientos que efectuaron tanto el rector como la
directora del IPN en el sentido que nosotros, los representantes de la comunidad
universitaria, y en particular el suscrito, estábamos desinformando a través de los medios de
comunicación y ante la comunidad del IPN, en una visita que habíamos realizado días antes
a la sede de este Instituto. Ante tales señalamientos yo le replique al rector que quien estaba
desinformando era él, como se podía constatar con dos hechos recientes: de una parte, sus
continuas reuniones con diversos sectores de profesores y trabajadores de la UPN y del IPN
en el que afirmaba que en el seno del CS se había dado una alianza entre la “extrema
izquierda” (supuestamente representada por mí) y la “extrema derecha” (supuestamente
representada por la Viceminsitra) y que tal alianza había originado los problemas que ahora
vive la UPN; de otra parte, sus afirmaciones en la revista Semana, en la que reconoce la
venta del lote de la 127.
El rector aclara que efectivamente él está de acuerdo con la venta del lote de la 127, pero no
con la del IPN.
Alejandro Hernández solicita que quede claro que ninguno de los miembros del CS que
representamos a la comunidad universitaria ha dicho nunca que se venda el colegio y que
no estamos de acuerdo con que eso suceda. Y propone se haga un comunicado en que eso
quede claro.
Por su lado, la Directora del IPN dijo que nosotros estábamos organizando unas marchas de
los estudiantes del colegio, violando el código del menor y que yo había presentado un
video en el que manipulaba al profesor Daniel Oliveros. La mencionada señora se refería a
que cuando yo, junto con Jesús Mejía y Crisanto Gómez, visitamos al IPN presentamos un
video hecho por los estudiantes de Educación Física sobre Valmaria. Rápidamente,
Alejandro le recordó a esa señora que el video lo habían hecho ellos y allí no había ninguna
manipulación, sino un punto de vista, el de muchos estudiantes del Valmaria.
Nuevamente, como ya va siendo costumbre, el Rector, notablemente exaltado, le pidió a la
Presidenta del CS que hiciera lo que fuera necesario para no dejarme hablar y para que yo
no volviera al CS, porque dijo que no se podía hablar a partir de rumores (¡él, que lo hace
todo el tiempo!).
La presidenta del CS le respondió al rector que todos teníamos derecho al uso de la palabra,
que sólo se requería hablar el tiempo permitido, respetar a los demás y evitar las alusiones
personales. Además, le llamó la atención a la Vicerrectora Académica por sus continuos
comentarios soterrados y por sus gestos de desaprobación cuando habla alguno de nosotros.
Sobre las propuestas de Ajuste para el IPN a continuación yo hice unas consideraciones, en
las que señale que estaba de acuerdo con que el Distrito asumiera la financiación de parte
de los estudiantes, porque eso implicaba que una instancia del Estado cumpliera con sus
compromisos con la educación pública. Indique que con respecto a los fondos de
solidaridad eso era una cuestión muy aleatoria que terminaba siendo caridad, lo cual no es
lo mejor para la educación pública, ya que eso puede significar un aumento total de las
matriculas y un peligroso antecedente para la UPN, que en el futuro para subsanar sus
problemas económicos debería acudir a aportes voluntarios de algunos miembros de la
comunidad universitaria. En cuanto a los de vender y alquilar servicios, indique que eso
desdice de la calidad académica, puesto que el colegio es un espacio no sólo para recibir
clases en el horario convencional, sino un lugar de socialización para que en otros horarios
los estudiantes estén allí, en la biblioteca o en sus campos deportivos. Y en cuanto a lo de
que algunos padres (por ejemplo empleados del MEN y otros funcionarios que devengan
sueldos elevados) que tengan recursos deberían pagar una pensión mayor, dije que era
posible siempre y cuando se hiciera un estudio serio y concienzudo caso por caso, para no
incurrir en elevación de los costos de todas las familias.
Poco después terminó la sesión del CS y se propuso la realización de una reunión
extraordinaria para tratar exclusivamente el tema de Valmaria en Valmaria.

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SESION EXTRAORDINARIA DEL 14 DE AGOSTO DE 2008 EN LA SEDE DE
VALMARIA
Para el jueves 14 de agosto se programó una sesión extraordinaria del CS en Valmaria.
Antes de comenzar la reunión, como era de esperarse, el señor Rector, acompañado de otros
funcionarios de la administración y del señor Decano de Educación Física, le dieron un
paseo a los miembros del CS para convencerlos de las bondades y logros alcanzados con la
sede de Valmaria, tal y como ahora se encuentra. Pero la propaganda no se redujo a este
paseo insulso por las “edificaciones” y “oficinas” del lugar, sino que después ya en uno de
los galpones en donde se iba a efectuar la reunión, se procedió a mostrarnos la maqueta del
proyecto arquitectónico diseñado por Rogelio Salmona, del cual, hay que decirlo
claramente, no se ha erigido ni un ladrillo. En esta segunda fase de propaganda, uno de los
arquitectos del proyecto se encargó de recordarnos las maravillas que estaban detrás de tan
magnifica construcción, pero eso sí no dijo ni una palabra sobre la evidente contradicción
entre el dicho y el hecho, para explicar porque de la linda maqueta no se ha materializado
nada en el lote de Valmaria.
Después de terminar la sesión de propaganda oficial, se inició la sesión del CS. Entre los
puntos tratados inicialmente, destaco el relativo al traslado de la suma de 110 millones de
pesos del Presupuesto de Funcionamiento de Gastos Generales al rubro de Adquisición de
bienes, con el fin de contratar una empresa de aseo en el segundo semestre. El señor Rector
clarificó que el traslado se hacia de un rubro destinado a comprar computadores al sector
del aseo, dado la prioridad de esto último para atender urgencias en distintos lugares de la
UPN, empezando por el IPN. El representante de los egresados, Jesús Mejia, intervino para
señalar que la administración debía estudiar la posibilidad de modificar los contratos con
firmas privadas de aseo, que pagan muy mal a sus trabajadores, y vincular directamente al
personal requerido, porque esto le sale más barato a la universidad y se dignifican las
condiciones laborales de los trabajadores. Dada la urgencia, se aprobó por unanimidad el
traslado presupuestal.
Enseguida, se aprobaron con pocas modificaciones dos convenios académicos con la
Organización de Estados Americanos y con la Universidad de Buenos Aires.
Después se paso al tema central que estaba relacionado con la situación y las perspectivas
de Valmaria, asunto que sin embargo no se pudo discutir a fondo y con tiempo, porque la
administración gastó la mayor parte de la jornada en exponer su punto de vista –el que
hemos escuchado hasta el cansancio- sobre todos las bellezas de Valmaria. De la
presentación de la administración llama la atención que presente, siguiendo las
“recomendaciones” del Ministerio de Hacienda (de las cuales nos referimos en el informe
precedente) sobre las propiedades de la UPN, señalando su uso del suelo y su avalúo.
Igualmente, en el informe se vuelven a describir los componentes arquitectónicos del
proyecto, sin mencionar en ningún lado que hasta el momento no se ha cumplido ni siquiera
con una parte mínima de la primera fase, que en el 2007 debía haber entregado dos
edificios (el de Educación Física y de Bellas Artes y los campos deportivos). Lo único que
quedo claro estriba en que la mayor parte de las unidades de Valmaria están en diseño o por
diseñar y que hasta ahora lo único real es que todo lo que hay es provisional (“salones” y
“oficinas”).
En cuanto a los costos a la fecha se proyecta que ascenderán a la cifra de 446.814.278.110
pesos (es decir, cerca de 450 mil millones), una suma considerable si se le compara tanto
con lo invertido, como con el dinero disponible efectivamente en este momento.
Justamente, en tal contexto financiero surge la pregunta sobre las posibilidades de
construcción de Valmaria, sobre lo que la administración indica lo siguiente:
Financiación Proyecto
Alternativas estudiadas
• Estampilla
• Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010: proporcionaría 500 mil millones de pesos,
entregados por el Estado en tres años.
• Estructuración: “Estructuración conjunta para efectos de viabilizar y promover la
implementación de un proyecto que sea generador de valor y dinamizador de los
recursos y activos públicos” (Documento suministrado por la Administración). Esto
se refiere a la propuesta a desarrollar por el Ministerio de Hacienda, sobre la
negociación de los predios de la UPN.
• Créditos puente: “Creación fondo para el desarrollo de la Universidad Pedagógica
Nacional” (Ibíd.). No se dice, sin embargo, de qué naturaleza será ese fondo, ni
cómo se constituirá, ni de dónde provendrán los recursos.
Con relación al punto de la Estructuración, se señalan como objetivos los siguientes:
“Contar con una infraestructura física que le permita a la Universidad pedagógica
desarrollar todas sus actividades académicas en las mejores condiciones y a la altura de las
tendencias actuales en manera de educación.
Optimizar los activos inmuebles con los que cuenta la universidad pedagógica con el fin
de realizar una eficiente asignación de recursos y garantizar la viabilidad financiera del
proyecto.
Contar con todas las eficiencias y oportunidades que se generan alrededor del mercado
inmobiliario.
Desarrollar un proyecto que esté acorde con las condiciones del mercado y que tenga en
cuenta las oportunidades y riesgos que se pueden presentar en el desarrollo del mismo”
(Ibíd. énfasis nuestro).
Llama poderosamente la atención que si bien se habla de la estampilla y de los dineros del
Plan Nacional de Desarrollo, la administración indica como posible fuente de financiación
recurriendo a un lenguaje sibilino, la negociación de los activos de la institución, es decir,
la venta de todas sus propiedades, con la obvia excepción del lote donde se pretende
construir la nueva sede, en el humedal de Valmaria.
La exposición final de la administración corrió por cuenta del Decano de Educación Física
que se centró en ponderar las posibilidades, para generar recursos, que tiene Valmaria,
desde el punto de vista de sus potencialidades en cuestiones físicas y deportivas.
Después, el tiempo de discusión fue mínimo y se centro en dos aspectos: primero, el
relacionado con el contrato de 3000 millones con la OEI, del cual no queda claro que pasó
con 1.500 millones de pesos y segundo, las inciertas perspectivas de financiación. Sobre
este segundo aspecto, sostuve que viendo lo que estaba ante nuestros ojos, era lamentable e
indigno para una universidad decente –que se estén dictando clases en unos galpones y que
no existan instalaciones deportivas para el programa de educación física- y que lo que
existe es provisional, puesto que no se ha cumplido la primera fase del proyecto, prevista
para el 2007. Que no importa que la maqueta sea linda, ya que de eso no hay nada en la
realidad, y por eso resulta preocupante la improvisación de la administración que se
embarcó en semejante proyecto sin contar con los recursos, pues lo que se anuncia no es
seguro (la estampilla y los dineros del PND). En estas condiciones, pregunté, ¿cómo
garantizar la construcción de Valmaria si no se cuenta con recursos financieros?, recalcando
que yo no me opongo a la construcción de una sede decente y digna de la UPN, que es muy
distinta a los indecentes e indignos galpones que se han edificado en Valmaria.
Después de mi intervención, varios consejeros, entre ellos el señor Rodríguez y las señoras
Graciela Amaya de Ochoa y Marina Camargo, señalaron que el reto ya estaba planteado y
que era necesario conseguir los recursos a como diera lugar. Además, uno de ellos adujo
que si hasta el momento los estudiantes no se habían quejado de Valmaria era porque
estaban contentos con la “nueva sede” y, en consecuencia, podía suponerse que esta era
decente para ellos.
Sin mucho tiempo para discutir, a las diez de la mañana terminó esta sesión del CS, en
donde un tema tan trascendental como el de Valmaria, a mi parecer, genera muchas más
dudas que certidumbres sobre sus posibilidades reales de llevarse a la práctica. Porque, hay
que decirlo claramente, está no es una cuestión de voluntarismo o de “actitud positiva” (a lo
Jorge Duque Linares o Pablo Coelho) sino de la existencia cierta y segura de recursos, que
deberían ser proporcionadas por el Estado, cosa que no se evidencia por ningún lado.

Hasta una próxima oportunidad, apreciad@s colegas:

RENAN VEGA CANTOR


Representante Principal de los Profesores ante el Consejo Superior

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