Un sonador de la
INDEPENDENCIA
Generalisimo
venezolano, amante
de aristécratas
europeas, sofiador
ilustrado, amigo de
Washington y
campeon de mil
batallas, Francisco de
Miranda fue el
iniciador de la utopia
bolivariana. La suya
fue una historia de
aventuras y
desencantos en pos
de la gran patria
mestiza de habla
hispana en América.
Luis R. Moya
js. 1790. Nos encontramos en
Londres, en el privado de Pitt,
Iprimer ministro briténico,
quien escucha con atencién lo que
dice un joven militar venezolano de
apellido Miranda; hablan acerca de
un pais utépico en el continente
americano, una confederacién de
Estados, la nacién mis grande que
pueda registrar la histona,
‘Ambos opinan, exponen, apor-
‘tan ideas, ajustan detalles, suefian
en voz alta; ignoran que habrén de
‘pasar poco més de dos siglos para
ue ottos hombres ~esta vez los pre-
sidentes de las repéblicas que con-
formarian aquel imperio~ se retinan
en una gran ciudad que se llamard
Miami, para hacer lo mismo que es:
tan haciendo ellos: sofier, concebir,
planear los pasos que harén posible
el suelo de Miranda
24
Ardiente buscador
Francisco de Miranda nace en Cara-
cas, Venezuela, el aiio de 1750. Hijo
de una familia aristocrética empa:
rentada genealégicamente con San-
to Tomas de Aquino, estudia en su
coludad natal y despues viaja a Ma-
Grid para seguir Ia carrera de las
armas. Las ideas de justicia y liber
tad que le inspiran los comuneros
venezolanos le acarrean muchas di:
ficultades entre los espafioles; ya
como militar es destinado al Caribe,
Cubs, de donde sale a pelear con:
ta los ingleses en le Luisiana. Re-
gresa de la accién de Pansacola con
vertido en teniente coronel
‘Miranda, en un retrato al leo que le
bileteran durante su estancia en ol
hospital de La Carrace, Cadis,
ese a su alto rango sus ideas
de emancipacién le siguen ocasio-
nando problemas en el eército 1ea-
lista; se le acusa de irreverente, de
libertino, de contrabandista, por 1o
que se ve obligado @ emigrar a los
Estados Unidas en los momentos en
gue este pais lucha por su Inde
pendencie. Se dirige a Filadeltia,
donde acaba de llegar George Was
ington a presentar su renuncia
como jefe del eército, Miranda logra
conocer al précer en un banquete;
Washington sabe inculear en el jo-
MC Noviembre 1995ven una vision més amplia de los
ideales dela Independencia. En Bos-
ton, en 1773, el joven Miranda traza
sus primeros planes para la emanci-
pacion de América
Animado se ditige a Europa en
busca de liados. Estudia la vida
politica de las naciones: es rico, via
ja con su propio dinero, se interesa
Dor las artes, por la literatura; es
un don Juan consumado; conoce
Inglaterra, Alemania, Francia, se
hace noter en todas partes. Las per:
sonas hablan bien de él en Paris, su
Tenombre como elegante y buen
conversador lama la atencién del
principe Potemkin -tuerto favorito
de Catalina "La Grande'-, quien Io
invita @ viajar por Rusia, donde
esperan los suntuosos salones im-
periales.
La corte de Catalina, formada
or escritores, fildsofos y artistas, y
sobre todo por militares guapos,
acoge con entusiasmo al "conde" de
‘Muanda, que asi se hace presentar
el venezolano,
Catalina escucha extasiada re-
108 de la selva, de anacondas, in-
dios cortacabezas, jaguares; lo pre-
senta con el rey de Polonia, lo nom-
bra coronel de su guard, lo invita
MC Noviembre 1995,
a cenar a sus salones privados, se
enamora del conde de Miranda. Pero
‘Mirenda no se conforma con ser el
amante de la mujer mas importante
de su tiempo, su pasién es la liber
tad, tlene que seguir luchando por la
Independencia de América,
‘Ahora lleva consigo carts de
presentacién que le ha firmado Ca-
taling; se entrevista con los monar-
cas de Suécia, Nomuega, Prusia, Di-
amarea: tiene que viajar disfrazado
‘Reunion de pattiotas consplradores, en Buenos Aires, on la décads de 1910. La
foven de ie, al centro, canta un himno Independentista,
¥ con nombres supuestos, como el
de Mirando, pues lo persiguen to-
dos los embajadores de Espaiia.
Lega a Inglatena y se pone en
contacto con el primer ministro, @
uien explica en detalle la situacion
soctopolitica de América yle expone
todo su plan. Pitt se siente entusias:
mado y discute con Miranda la po
sibilidad de hacer la guerra a Espana
en el Nuevo Mundo; también le in-
teresa saber més de aquella nacién
imponente que iria del estrecho de
‘Magallanes al paralelo 45 dela Amé-
nica del Norte, fijando el 1i0 Missisi-
pi como limite con los Estados Uni-
dos norteamericanos.
Esta confederacion de paises
funcionaria con un sistema parla
mentario que recuerda el parlamen-
NED ReMi oY is ees We Oe eb h te ete oo ge
10 europeo de nuestros dias, la it~
ma palabra en materia politica, Pero
Pitt tiene que volver a la realidad y
no se atreve a dar un solo paso: los
enfrentamientos con Espafla en la
América continental no han sido
muy afortunados, desde los tiempos
de sir Francis Drake.
Francia se encuentra en el vor-
tice de la revolucién; la indecision
de Pity la afinidad natural a las
ideas liberales llevan a Miranda a
Paris, donde tiene conexiones con
los grupos revolucionarios. Se le
nombra general del ejército y com:
bate bajo las drdenes de Dumonez
en la campafia del Norte contra los
ejétcitos prusianos; consigue sitiar
ytomar Amberes, yen ausencia de
Dumonez es el comandante en jefe
de los ejérottos de Francia, Sin em-
bargo Dumonez termina traicio-
nando ala republica y Miranda es
Namado a juicio, sospechoso de
complicidad. Lo juzga el tribunal
revolucionario, él juicio apasiona a
politicos, militares, intelectuales,
al venezolano se defiende y sor-
Drende a las tnbunas con un dis-
curso notable
Ei tibunal lo absuelve, Miranda
es un idolo popular, la multitud to
lleva en andas hasta su casa, Pero la
suerte le asesta un golpe inespera-
do: caen los gitondinos y sube al
poder Robespiente, que es su enemi-
goy el cual decreta la prisién en su
Contra. La suerte volverd a cambiar:
Robespierre muere en ¢) momento
‘portuno, justo antes de que se fu-
silara a Miranda.
Francia atraviesa mares tumul-
tuosos. Miranda permanece en la
tempestad, pero en la cubierta don-
de va el timén, al lado de los oficia-
Jes. Bs toda una celebridad, se codea
con los consules, visita los salones
de moda, sostiene correspondencia
con madame Stael, son famasos sus
amores con Ja marquesa de Costine
(inspiradora de Chateaubriand, Fou-
che y Beauharnais). El primer consul
del Directorio, Napoleén Bonaparte,
no se substrae a Is tentacion de
hhacer algiin comentario, logrando la
mejor definicidn que pueda hacerse
de Miranda: "Es un Quijote, Sélo le
falta estar loco!Batalla de Tucumdn en 1813, un triunfo del independontista general Manuel Belgrano,
Sin embargo el
rectorio resuelve Ia
Tanda, por lo que ti
Loaure
gobiemo del Di
expulsion de Mi
jene que volver @
cia grabs
el nombre de Francisco Miranda
Suetio abortado
x 1805, Nos encontramos en el na-
lente puerto de Nueva York, que ya
sta con 89 aul habitantes. El ge-
ral Miranda tiene 55 afios y anda
muy ocupad en los muelles, dingten-
do las manibras de unos estibadores
que transportan cafones, cajas de fu-
sles, alfanies, catebinas y machetes,
ccerrosde plomopor toneladas que van
entrando enun buque de aspecto mis-
‘erioso, el ‘Leandro"
Los preparatives del general
Miranda no han pasado mucho
ibidos, el presiden-
son, que no quier=
cultades con Espafia, ha manda:
do publicar una carta en el periédi-
Bernardo O'Higgins, discipulo do
Miranda en Inglaterta, vlvio al Nuevo
Gontinente para luchar por la
Independencia de Chile, su patra
co que edita Benjamin Franklin
donde expresa su desacuerdo y nie-
vga toda participacién en Ia expedi-
cién de Miranda. Se sabe que el
«general ha recortido el puerto reclu-
tando cargadores, vagabundos, bo:
rrachos, todos ellos hombres de as:
pecto ahigartado
Las tropas de Miranda estan for
madas por profugos, hombres sai:
dos de las tabernas, de las carceles:
nada detiene al general, la decision
ha sido tomada. Miranda se hace a
la mar como cualquier filbustero,
sin embargo, en lo alto de los mas-
les ondea una bandera roja, azul y
‘manila (actual bandera venezolana)
que el general ha ideado para e! pais
grencolombiens|
En cubierta ge instruye a todos
aquellos gorilones en el uso de las
armas, shora parecen preocupados,
pues no entienden muy bien de que
ge trata, En el barco viaja una im-
prenta donde el general publica ban-
dos que envia alos conspiradores de
todas partes.
MG Noviembre 1995