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2Qué hay de muevo, viejo? La politica econémica de la nueva izquierda CEPAL, NP 85, etros. La primes na de eransporte de 1 tipico poncho multicolor, con la dentadura a bebé adormilado cargado sobre su espalda. Habl scubro que tel, 0 y protegidos d alos como co LA NUEVA 1ZQUIERDA derrumben, Doblando Ia esquina aparecen los abogados, que tra- bajan en tienditas provistas de un escritorio, una maquina de escribir y a veces una computadora, © en oficinitas precarias, de ladrillo sin revocar, frente a las cuales han plantado carteles que publicitan sus servicios, desde “asesoramiento para reforma agraria” hasta ia legalizaciOn para la compra de un auto, Un poco mas adelante, sobre una pequefia puerta de chapa, un cartel pro- mociona:“Dentista con luz halégena” ‘Al menos los vendedores de tractores, dmnibus y Hicuadoras, los abogados y los dentistas pueden ubicar sus precarios negocios sobre el asfalto. Cuando se acaban las calles, ta Feria del Alto, cl mercado informal més grande de Sudamérica, continéa hasta el infinito. Son miles y miles de puestos sobre un piso de tierra, que se seca al sol inclemente del altiplano y se convierte en barro cuando cae la Iuvia.Y alli llueve macho, intermitentemente, y a menudo graniza, pues El Alto esti ubicado a més de cuatro mil metros de altura y hace un frio duro, que se mete en fa piel. Qué se pede comprar en la feria? Desde un clavo hasta un carrito de bebé, desde un MP3 de altima generacién hasta un gualicho contra el mal de ojo, desde 1ma gorra de baseball hasta una gui- tarra, ademas de cientos de miles de CD, DVD, camperas, repuestos para automéviles, garrafas de gas, ladrillos, desodorantes, almohadas, pomadas, azitear, cuadros, marcos para cuadros, pinturas, pinccles, paletas, caballetes, planchas de maderas, camas, baiaderas, inodoros, anillas, mate, té, caf, pajaros, chanchos, gallinas, camas, sllas, mesas, Limypaias, sillones, cocinas, ollas... El lugar es tan enorme y tan pobre como dificil de describir: en algunas partes las tiendas se ‘extienden hasta perderse en el horizonte, en otras caracolean en laberintos endiablados, con pasillos estrechos por los que apenas cabe una persona, y en algunas zonas los puestos se ubican al borde de un precipicio desde el que pueden apreciarse gigantescas barrancas de barro, donde se han instalado miles de casas con techos de chapa sostenidos por piedras Ciudad satélite de La Paz, hasta hace no tanto tiempo El Alto era una meseta en la que vivian unas trescientas mil personas, cast todas alrededor del aeropuerto internacional. En los diltimos veinte aiios, sin embargo, una serie de Factores convergentes la 130 2QUEE HAY DE NUEVO, VIEJO? crisis del campo, tas politicas de erradicaci6n de la coca, el derrumbe de la economfa minera— generaron un flujo impa- rable de migrantes, la mayorfa aymaras y quechuas. Al no poder asentarse en La Paz, ubicada en una hoya rodeada de montafias que quince kilémetros de distancia y mil metros de altura de la capital boliviana, Hoy viven alli cerca de un millén de personas y se cal- cula que en pocos afios sera la ciudad mis poblada de Bolivi superando a Santa Cruz y La Paz. Pero es dificil definir a aquel amasijo de construcciones como una ciudad: pricticamente carece de espacios pitblicos y lugares de esparcimiento y de algo que se parezca, aunque sea remotamente,a un centro que articule la vida en comin. El Alto es més bien una aglomeracién cadtica yy desprolija de casillas y casas,en algunos casos de hasta tres pisos: a esas las denominan “cholets”, mezcla de cholo y chalet. For- mado exspontineamente, con servicios ineficientes © inexistentes, El Alto es un lugar realmente feo: es polvoriento, no hay un solo {rbol en kilémetros a la redonda y las condiciones de vida son criticas: la pobreza supera el 70% (del 30% restante, el 25% se ubica en el“umbral de pobreza”) y Ja esperanza de vida ronda los sesenta afios, Pese a ello, la Feria de El Alto, que se realiza todos los jueves y domingos, exhibe una gran potencia econdmica y es una muestra le la voluntad inquebrantable de sus pobladores para comerciar, vender, comprar, hacer una diferencia. Recorrerla entera demanda varios dias y son pocos los que la conocen a fondo, pues la mayorfa se queda cerca de su rea: si uno esti en un apuro hay baiios piblicos, que por unos pocos centavos ofrecen un retrete y una ducha, y cada pocos metros aparece un puestito de venta de comida, a veces con algunas mesitas y sillas debajo de los ommnipre- sentes techos de plistico. Se come yuca, chicharrén de cerdo, roz, papa, pollo frito y pescado, servido en platos de plistico 0 lata, con un refresco © una cerve7a, y es posible almorzar por un npidion su expansién, casi todos fueron a parar a El Alto, a «idk, (En el hotel me advirtieron sobre los riesgos de comer alli, pero luego de caminar tres horas tenia tanta hambre que elegt el puesto que me parecié mis limpio y me comf unos pescaditos con ror. pap, y aji, Aunque la olla en la que se cocinaban ex un poco ut LA NUEVA 1Z2QUIERDA presi flotab: - con una especie de caldo aceitoso marron 1 objetos sdlidos no identificados, los pes también los c ! turfsticos,) En octubre eje de la pro. testa social que concluyé con el derrocamiento de Gonzalo Sin- | cién de Juntas Vecinales ily organ a Paz y ciudad ticos de Evo 10 de agosto de 2008 no de los sitios que mis est creciendo, no s6lo como efecto de las migraciones, sino como consecuencia del impulso econé que han instalado pequeiios t todo tipo de microi oficios y de las id 10 de los indige: pero que vale la pena subrayar: los sélo a sus cos ales comunitarias; parte del que la burgues Dgres libros sobre su pais, me dio la mejor de indo nodidad tradicional, in sobre la Feria de El Westra que aun en peores nico injusto, Estado construido pens nqueadas y medio de vida. Esto no significa caer en una visién naif del apelar a frases como:"Con esfuerzo es posib nericano les— de desarrollo ec de las posibilidades, los icas de los gobiernos de 10. De eso se trata este capit accion y las estrategias eva izquies IRASIL: EL GIGANTE AT ructura pro. exportadora, is import: apertura y ir un crecimiento alto y sostenido, y termind de efor decepcionante: durante los dos eros de Cardoso, Brasil crecié, en promedio, apenas 1 lar alterada por los shocks externos y las nodelo que, ademis, produjo un incremento a \tremos nunca vistos de Ia deuda externa (los pies de barro d nte). El resultado fue que © 2002, poco a ficada econo: ple gaban, y se det tan si igresar

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