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“Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están

relacionados entre sí.


La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de
manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales,
así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos,
pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y
culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales.”

Declaración y el Programa de Acción de Viena aprobados por la


Conferencia Mundial de Derechos Humanos el 25 de junio de 1993.

PALABRAS CLAVES
indivisibilidad – interdependencia – reciprocidad - libertades positivas – libertades
negativas – divisiones ideologicas - fragmentacion – jerarquizacion - necesidades básicas
– pobreza humana - guerra fría – globalización – paises ricos – paises en desarrollo -
desarrollo humano – integralidad de la vida y de la dignidad -

Marco teórico

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 ( ) ha sido


ampliamente reconocida como el marco de referencia que ha abierto el camino a la
elaboración de diversos instrumentos de derechos humanos, bien a nivel global, bien a
nivel regional y nacional. Sus principios han sido retomados en las constituciones y las
legislaciones nacionales, así como en decisiones de las Cortes de muchos paises.
Entre las contribuciones más grandes que presenta la Declaracion Universal, una es de
particular importancia: la indivisibilidad de todos los derechos humanos, sean civiles,
culturales, económicos, políticos o sociales.
Todos ellos tienen igual validez e importacia, todos son igualmente necesarios para la
libertad y dignidad de cada ser humano.

Además de indivisibles, los derechos humanos son interdependientes, es decir que


resulta imposible hacer efectivo cualquiera de los derechos humanos sin respetar y
hacer efectivos a los demás.
Para poner algunos ejemplos: no tiene sentido hablar de derecho al trabajo sin que se
haya el derecho a la educación; o del mismo modo ¿qué significaría el derecho a votar si
la persona no tiene nada que comer o es discriminada por su sexo, o religion, o color de la
piel? Aún más: si una persona puede ser encarcelada, hasta torturada según el arbitrio de
los públicos oficiales, poco le importa que le sea garantizado el derecho a la seguridad
alimentaria. Los ejemplos podrían abundar.
El derecho fundamental a la vida misma, que abarca todos los aspectos del desarrollo
humano de la persona y entonces ataña las condiciones de vida (digna) en todos sus
ámbitos, es un derecho que pertenece tanto a la esfera de los derechos individuales como
sociales.

Cuando se adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, se pensaba


que ésta sería preparatoria de una Convención (legalmente vinculante para los Estados
que la ratificaran), que abarcaría y traduciría en obligaciones jurídicas para los Estados
todos los principios proclamados en la Declaracion Universal por su naturaleza juridica no
legalmente vinculante.
En realidad una única Convención comprensiva de todos los derechos civiles, culturales,
económicos, políticos y sociales nunca pudo ser abrobada.

Fueron necesarios 20 años de negociaciones para llegar a la aprobación por parte de la


Asamblea General de las Naciones Unidas de dos Pactos Internacionales separados y
otros 10 años para que estos Pactos entraran en vigor: el Pacto Internacional sobre
Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la Asamblea General el 16 de diciembre de
1966 y entrado en vigor el 23 de marzo de 1976 y el Pacto Internacional sobre
Derechos Económicos, Sociales y Culturales aprobado por la Asamblea General el 16
de diciembre de 1966 y entrado en vigor el 3 de enero de 1976.
La adopción de una unica Convención Internacional para la protección de todos los
derechos humanos fue impedida por las profundas divisiones ideológicas en el mundo y
adentro de las Naciones Unidas, que vieron formarse la creación de dos bloques
opuestos, el de los Países Occidentales y el de los Paises socialistas, que
desafortunadamente condujeron y mantuvieron la fragmentación y jerarquización de las
diferentes categorías de derechos humanos.

La fragmentación: las “generaciones” de derechos humanos

Los años de la elaboración de la Declaración Universal y los siguientes 40 años fueron


marcados por la así dicha guerra fría, o sea la contraposición entre los países de las
democracias occidentales, bajo la influencia de los Estados Unidos, y los países del área
socialista, bajo la influencia de la ex-Unión Soviética.
Por cincuenta años los países socialistas han sostenido que fuera necesario eliminar los
derechos civiles y políticos para promover los económicos y sociales, mientras que en
cambio algunos países del bloque occidental afirmaban el revés, o sea que fuera
necesario dejar por un lado los derechos económicos y sociales para garantizar los
derechos civiles y políticos.
Se llegó entonces a la fragmentación de los derechos humanos: derechos civiles y
políticos por un lado y derechos económicos, sociales y culturales por otro.
Así que la doctrina empezò a hablar de distintas “generaciones” de derechos.

¿Cuáles son las generaciones de derechos?

Los derechos civiles y políticos vienen identificados en la primera generación:

• el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona;


• la libertad desde la esclavitud, la tortura, las penas y tratos crueles, inhumanos o
degradantes;
• la igual protección ante la ley;
• la protección contra la detención, la prisión o el exilio arbitrarios;
• el derecho a un juicio justo y público por un tribunal independiente e imparcial;
• la presunción de la inocencia hasta que se pruebe lo contrario;
• el derecho a no ser condenado por un comportamiento que en el momento en que
fue cometido no fuera previsto como reato por la ley;
• la libertad de circulación y residencia entre los confines de cada estado;
• el derecho de asilo;
• el derecho de tener una nacionalidad;
• el derecho de casarse y fundar una familia;
• el derecho de no ser privado arbitrariamente de la propiedad;
• el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión;
• el derecho a la libertad de reunión y asociación pacífica;
• el derecho de participar al gobierno del propio país, sea directamente, sea a través
de representantes libremente elegidos.

Los derechos económicos, sociales y culturales vienen identificados en la segunda


generación:

• el derecho al trabajo;
• el derecho a la seguridad social;
• el derecho a igual salario por igual trabajo;
• el derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que asegure a el y a su
familia una existencia conforme a la dignidad humana;
• el derecho a fundar un sindicato y a sindicalizarse;
• el derecho al descanso, al tiempo libre, a una limitación razonable de las horas de
trabajo y a vacaciones periódicas retribuidas;
• el derecho a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar (alimentación,
vestido, vivienda y asistencia médica);
• el derecho a seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, vejez y otros
casos independientes de la propia voluntad;
• el derecho a la protección de la maternidad y de la infancia;
• el derecho a la educación;
• el derecho a la participación en la vida cultural de la comunidad.

La llamada tercera generación de derechos humanos, conocida también como derechos

de Solidaridad o de los Pueblos ( ) y aún no totalmente reconocida, comprende:

• el derechos al desarrollo humano;


• el derecho a la paz;
• el derecho a un medio ambiente sano;
• el progreso y desarrollo económico y social de todos los pueblos;
• la descolonización, prevención de discriminaciones;
• el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales;
• la libre auto-determinación de los pueblos;
• el derecho de los pueblos a ejercer soberanía plena sobre sus recursos naturales.

También se habla de una cuarta generación de derechos, que comprendería por ejemplo
el derecho al genoma humano y el derecho al patrimonio genético del individuo.

Nosotros creemos en cambio que se puede distinguir entre generaciones de derechos


humanos solamente en una dimension histórica. Y tampoco en esta perspectiva no se
puede simplificar demasiado: los derechos del trabajo por ejemplo fueron reconocidos a
nivel internacional por la Organización Internacional del Trabajo ya a partir de 1919,
muchos años antes de la Declaración Universal.
Los derechos humanos son derechos históricos, o sea nacidos en determinadas
circunstancias, en determinadas épocas. Nacen gradualmente, no de una vez y tanto
meno de una vez por siempre.
Pero en ningún modo se puede jerarquizarlos o asignar más importancia a algunos
respecto a otros. Todos son igualmente indispensables por una vida libre y digna.

Tradicionalmente se afirma que a los derechos civiles y políticos les corresponden las
libertades negativas, un deber de no hacer, de abstención y protección desde las
interferencias por parte del Estado, mientras que a los derechos económicos, sociales y
culturales les corresponden las libertades positivas, un deber de hacer por parte del
Estado.
Los primeros serían petición de limitaciones del poder publico (por ejemplo: el estado
no puede y no debe limitar la libertad y la seguridad de la persona, o impedir la libertad de
reunión o asociación pacífica, etc.).
Los segundos serían solicitud de intervenciones de protección y provisión por parte
del poder público (por ejemplo: el estado debe asegurar el trabajo, la educación, un nivel
de vida adecuado, etc.).

En realidad esta tradicional distinción es una simplificación equivocada y ha sido


instrumentalizada y manipulada por la guerra fría y ha servido para perpetuar la
fragmentación entre los derechos humanos que, en cambio, son todos igualmente
fundamentales, indivisibles e interdependientes.

ACABAR CON ALGUNOS FALSOS MITOS

• No es cierto que los derechos civiles y políticos son todos libertades


negativas, como no es cierto que los derechos económicos y sociales son
todos libertades positivas:

cada derecho humano comprende libertades positivas y negativas, a las


cuales le corresponden deberes de hacer y no hacer.

Ejemplo: garantizar un juicio justo por un tribunal independiente e imparcial implica la


institución de un sistema judicial independiente e imparcial, con jueces específicamente
capacitados, formados y estipendiados, la traducción del juicio para que el acusado de
lengua extranjera pueda entender, etc.

De la misma manera, garantizar por ejemplo el derecho a la vivienda comprende el no


proceder a desalojos forzados.
• No es cierto que los derechos civiles y políticos son realizables
inmediatamente, mientras que los derechos económicos y sociales son
realizables solamente gradualmente en el largo plazo:

cada derecho humano en una formula que sintetiza una multiplicidad de libertades
positivas y negativas, que dan derecho a algunos beneficios inmediatos y, al mismo
tiempo, dan derecho a la predisposición, por parte de los poderes públicos, de políticas
finalizadas a la realización gradual y completa de otros beneficios en el mediano y largo
plazo.

Ejemplo: garantizar el derecho a no ser torturados significa establecer inmediatamente por


ley que la tortura es un reato, pero también formar a la policía y a la magistratura, instituir
un sistema de monitoreo en las cárceles y destacamentos de policía, prever la posibilidad
de denunciar las violaciones, etc. Todos objetivos que requieren tiempo, además de
recursos y que necesitan una adecuada estrategia multidisciplinar por su realización.

De la misma manera garantizar la educación de base a las niñas conlleva la adopción de


una estrategia compleja e integrada, que en el largo plazo consienta de eliminar las
causas hondas que impiden a las niñas el acceso a la escuela, pero prevé también
medidas inmediatas, como el deber del Estado de eliminar las disposiciones legislativas
que discriminan a las niñas.

• No es cierto que la realización de los derechos civiles y políticos es a costo


cero, mientras que aquella de los derechos económicos y sociales requiere
muchísimos recursos:

La realización de todos los derechos, como resulta desde los ejemplos precedentes,
conlleva la previsión específica de recursos económicos, institucionales y humanos
para poder ser efectivamente garantizada.

• No es cierto que los indicadores de los derechos civiles y políticos son


cualitativos, mientras que aquellos de los derechos económicos y sociales
son cuantitativos:

Ambos los tipos de indicadores sirven a averiguar la realización de cada derecho.

Las estadísticas son importantes para describir la difusión de la tortura, la participación


política, etc. y el análisis de los vacíos legislativos sirve para averiguar el grado de
aplicación también de los derechos económicos y sociales.
Los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales son indivisibles.
Hoy en día no es jamás posible justificar la violación de los derechos civiles y políticos
para promover los derechos económicos y sociales o viceversa, porque se sabe que los
primeros pueden ser efectivamente disfrutados solamente si se dispone de los
otros en el mismo tiempo.
Este principio ha sido reafirmado con fuerza con la Declaración y el Programa de
Acción de Viena, adoptados por la Segunda Conferencia Mundial sobre Derechos
Humanos en junio de 1993, con la que se reconoció la necesidad de una mejor
coordinación de los diversos instrumentos internacionales de protección creados a partir

de la Declaracion Universal ( ).
En la conferencia de Viena se hizo hincapié en la indivisibilidad e interdependencia de
todos los derechos humanos, simbólicamente demostrada por la modificación de la
enumeración tradicional de los derechos humanos por categorías, que ha pasado a ser
en orden alfabético: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Este nuevo
planteamiento significa, de hecho, un regreso a la posición adoptada en la Declaración
Universal, que no separaba diferentes categorías de derechos humanos, sino que los
presentaba juntos, subrayando de esa manera su unidad.

Entre realización de los derechos civiles y políticos y realización de los derechos


económicos, sociales y culturales no existe una relación de subordinación, sino una
relación de reciprocidad vital, bien por lo que atañe la capacidad de promoverlos, bien
por lo que atañe la capacidad de protegerlos.
Ellos se alimentan recíprocamente poniendo en marcha un círculo virtuoso y se
anulan recíprocamente poniendo en marcha un círculo vicioso.

La realidad de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales


hoy

Desafortunadamente los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos


muestran un tratamiento diferenciado y una mayor protección de los derechos civiles y
políticos.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos cuenta con un Protocolo
Facultativo, que permite reclamaciones individuales en casos de violaciones.
En cuanto a los sistemas regionales de protección de los derechos humanos, la
Convención Europea de derechos humanos y las libertades fundamentales y la poderosa
Corte Europea de derechos humanos atañen exclusivamente a los derechos civiles y
políticos (los derechos económicos, sociales y culturales fueron reconocidos mucho
después en la Carta Social Europea, que establece un sistema de implementación mucho

más débil). ( )
En el sistema interamericano de derechos humanos de la OEA también la protección de
los derechos civiles y políticos es más amplia: originariamente la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y la Corte solo protegian derechos civiles y políticos.
Solo en el 1988 el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (más conocido
como Protocolo de San Salvador) ha dispuesto la protección de los derechos
economicos, sociales y culturales, el régimen democrático representativo de gobierno, así
como el derecho de los pueblos al desarrollo, a la libre determinación y a disponer
libremente de sus riquezas y recursos naturales. El Protocolo promueve el respeto por
derechos tan importantes como el derecho al trabajo, a la seguridad social, a la salud, a
un medio ambiente sano, a la alimentación, a la educación, a la cultura, a la familia, a la
protección de la niñez, de los ancianos y de las personas con discapacidad, entre otros.
El Protocolo pide a los Estados de establecer políticas y tomar medidas que, sin dejar de
lado la protección de los derechos civiles y políticos, conlleven a mejorar la calidad de
vida de sus ciudadanos sometidos a condiciones de vida por debajo de los niveles
aceptables.
La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos son los órganos
encargados de vigilar el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales
solo por parte de los 14 Estados que ratificaron el Protocolo. En los hechos, sin embargo,
son pocas las denuncias presentadas.

También a nivel nacional muchas veces los derechos civiles y políticos gozan a nivel
jurídico de una mejor protección. Muchos países han ido introduciendo en sus
legislaciones nacionales leyes que protegen (almenos teoricamente) los derechos civiles y
políticos: leyes contra la tortura, garantías de libertad de expresión, de asociación, etc.,
por varias razones. Una de ellas podría ser los enseñamientos de la historia: en el siglo
pasado los derechos civiles y políticos se han visto amenazados por las dictaturas, los
sistemas de discriminación y segregación racial y por los gobiernos autoritarios. Éstos han
motivado a lo largo de los años grandes manifestaciones y reivindicaciones a favor de los
derechos civiles y politicos.

La protección internacional de los derechos económicos, sociales y culturales, en cambio,


por lo dicho aparece mas débil.
El Pacto Internacional de las Naciones Unidas de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales no prevee la competencia de recibir reclamaciones individuales y todavía no se
han implementado mecanismos efectivos de exigibilidad y justiciabilidad.
Ésto constituye una de las principales demandas de la sociedad civil: la adopción, por
parte de la Asamblea General de la ONU, de un protocolo facultativo.
Han habido ya varios intentos de propuestas en este sentido, pero todavía no se ha
logrado.
A la fecha un Grupo de Trabajo nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas está trabajando en la elaboración de una propuesta de protocolo
facultativo al Pacto Internacional.

Más de quince años después del fin de la guerra fría, siguen una fragmentación y
jerarquización inaceptables en la aplicación concreta y efectiva de todos los derechos
humanos. Las razones están enraizadas en los estándares de la economía globalizada y
en una visión de exclusivo desarrollo económico por parte de algunas viejas y nuevas
potencias económicas, a que se añaden los fuertes intereses de empresas y
organizaciones internacionales económicas y financiarias, en detrimento sobre todo de los
Países y de la poblacion más pobres.

La necesidad de ampliar la vieja concepción de los derechos concibidos como derechos


civiles y políticos y extenderla a los derechos económicos, sociales y culturales se ha
vuelto urgente: los derechos humanos son indivisibles e interdependientes, pues en
el medio de ellos está la persona humana, con su derecho inviolable a vivir una vida
digna en cada dimensión, civil, cultural, económica, política y social.

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