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La corrida de toros es un espectáculo que consiste en lidiar

varios toros bravos, a pie o a caballo, en un recinto cerrado


a tal fin generalmente llamado plaza de toros.

Por su parte, lidiar es "luchar contra el toro hasta darle


muerte".

Se dice tambien que las corridas de toros son un


espectáculo sin igual en el mundo, donde el hombre
arriesga su vida y desata pasiones en el ritual del arte y la
muerte, ha formado parte de la cultura universal, siendo
base importantísima de otras manifestaciones culturales
como la literatura, la pintura, la escultura, la música, el
cine, etc.
Esas definiciones están erradas

Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso en


tres actos, de unos veinte minutos de duración, que
escenifica la falsa superioridad y la fascinación
enfermiza con la sangre y la carne de la que se
alimentan, contra toda lógica ética y dietética, quienes
creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de
la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a
justificar y trivializar la muerte del toro como arte y
diversión; un comportamiento patológico que nace de
una incapacidad para afrontar el dolor de las víctimas y
una morbosidad irrefrenable ante la posibilidad de ser
testigo directo de alguna cornada, o de la muerte del
matador; un riesgo fortuito, infrecuente (un torero por
cada 40.000 toros sacrificados), y sobre todo evitable
que, sin embargo, incrementa el carácter macabro de la
corrida.
Durante el tercio de varas el matador
torea con el capote y el toro recibe una
serie de puyazos en el morrillo (zona
abultada entre la nuca y el lomo del
toro) por parte del picador. El objetivo
de estos puyazos es medir la bravura
del toro y su disposición a la embestida,
además de dosificar la fuerza del toro
para facilitar la posterior labor del
matador.

El picador le clava en la espalda la


puya, una lanza que destroza músculos
(trapecio, romboideo, espinoso,
semiespinoso, serratos, transversos del
cuello, etc.). Lesiona además vasos
sanguíneos y nervios, abriéndole
grandes boquetes, por donde luego
Se puede observar que no son solo
los toros los que sufren.
Este gran animal arremete contra
el caballo con tal fuerza que la
mayoría de las veces lo tumba,
lesionando al animal, el caballo
tiene los ojos tapados para que no
se asuste, pero imagínense lo que
siente al recibir el golpe del toro.
Durante este tercio los banderilleros clavan sobre el lomo del toro
unos adornos llamados comúnmente banderillas o rehiletes
(instrumentos consistentes en una vara de madera adornado con
flecos de papel de colores con un arpón en la punta).La función de
dichos instrumentos es la de avivar al animal, tras el tercio de varas,
por el movimiento de las mismas. De ahí el termino, menos conocido,
de avivadores.

Las banderillas terminan en afilados arpones metálicos de 5


centímetros, siendo mas largos aun cuando se trata de las
banderillas negras.
Los banderilleros clavan de 4 a 6 de estos arpones en las mismas y
aún sangrantes heridas de los puyazos o, si tienen mala puntería,
cerca de ellas.
A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que
los arpones horaden y desgarren cada vez mas la carne, aumentando
la hemorragia y completando la sádica labor del picador.
 El terrible dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de
los músculos del cuello, es lo que obliga al toro a agachar la cabeza.
Cuando el toro llega al ruedo tiene la mala costumbre de llevar la
Durante este tercio tiene lugar el enfrentamiento del
matador con el toro. El matador realiza la faena de la
suerte de muleta y posteriormente le da muerte con el
estoque. Una vez que el matador ha demostrado su
maestría con el toro, que para ahora está casi anulado, se
prepara para matar. Este es el momento culminante de la
lidia. El matador se asegura de que la posición del toro sea
la ideal para la estocada, o sea con las patas delanteras
juntas. Entonces se acerca al toro, se estira por encima de
los cuernos y le clava el estoque entre los omóplatos,
tratando al mismo tiempo de evitar cualquier sacudida
repentina de los cuernos. La estocada perfecta corta la
aorta y provoca la muerte casi instantánea del animal, si
bien una mayoría de veces se precisan reintentos hasta
acertar la vena. En algunos casos se requiere el golpe de
gracia en la nuca.
Consiste en atravesar al toro con una espada de 80 cm, que puede
destrozarle el corazón, el hígado, los pulmones, la pleura, etc.,
según el lugar por el que penetre en el cuerpo del animal.
- "De hecho, cuando destroza la arteria aorta, el toro agoniza con
enormes vómitos de sangre.
- "El animal, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a
caer, y por su gran memoria suele encaminarse hacia la puerta por
la que entró (puerta de chiqueros), buscando la salida por la que
huir de tanto maltrato y dolor. Pero entonces lo apuñalan en la
nuca con el descabello, otra larga espada que termina en una
cuchilla de 10 cm. con tope.
- "A pesar de estos terribles tormentos, el animal no suele morir,
por su gran potencia física, pero finalmente cae al suelo. Entonces
lo rematan con la puntilla, un cuchillo-puñal de 10 cm, con el que
intentan seccionarle la médula espinal, a la altura de las vértebras
atlas y axis.
- "El toro queda así paralizado, sin poder siquiera realizar
1. "La corrida de toros es un deporte" La definición de
deporte según la RAE: "actividad física, ejercida como juego
o competición, cuya práctica supone entrenamiento y
sujeción a normas"; hasta aquí estaríamos de acuerdo. Pero,
decir que el toreo es un deporte de competencia igualitaria 
entre dos rivales, es falso, pues esta condición no se
cumple. Los sucesivos escándalos por el afeitado de los
toros (cortar o limar la punta de los cuernos al toro para que
su lidia resulte menos peligrosa) o las investigaciones que
han dejado ver la manera en que los toros son preparados
para la corrida en toriles; dejan mucho que desear a una
afirmación como que el enfrentamiento se da entre dos
rivales en iguales condiciones. Hoy una corrida de toros es
un espectáculo de engaño y falsedad, donde los machos se
enfrentan a un animal completamente minado en sus
facultades físicas mediante el cansancio y el dolor.
2. "Los toros son una tradición, y las
tradiciones hay que mantenerlas"
¿Desde cuándo las apologías a la
violencia y la destrucción son dignas de
perpetuamiento histórico?. Tradiciones
como la ablación femenina o la
esclavitud -que persisten hoy en día-
nos horrorizan ... ¿por qué no una
tradición cruel y sadista como la fiesta
de los toros?. Porque se trata de
animales, seres autómatas para
algunos, o medios al servicio de los
fines humanos, para otros. Las
tradiciones sustentadas en la violencia y
el aniquilamiento no hacen más que
perpetuar éstos comportamientos como
dignos de práctica y seguimiento: si
podemos matar un animal, ¿por qué no
podremos matar también a nuestro
enemigo político, o a todo aquel contra
el que nuestras diferencias se
vuelquen?. Las tradiciones deben ser
soporte de lo que nos define y
construye, pero también de lo que
3. "Las corridas de toros son un arte" El arte
es un proceso de creación y construcción,
que da vida, no la quita. Como
interpretación de una representación
mental, algunos autores han definido al
toreo como seductor, en tanto niega lo
absurdo y trágico de la muerte humana,
trascendiendo y humillando la animalidad
del toro. Para Hilda Salmerón, el toro le
recuerda al hombre la angustia por lo
limitado de su naturaleza animal, y se
proyecta en una superioridad simulada
ideando instrumentos de tortura y lidiando
al toro con ellas a través de las diferentes
suertes o lances de la corrida. Con ello, el
torero representa la trascendencia a su
propia condición mortal, a su propia
condición animal. Sin embargo, lo que
sucede no es el enfrentamiento de toro con
torero, sino un animal contra el arsenal del
torero. Éste destruye y aniquila, en
búsqueda de la ansiada "inmortalidad" que
consigue efímeramente bajo el disfraz de la
fama, de salir por la puerta grande y de
4. "El toro muere dignamente" La
dignidad es un valor y una categoría
construida por los humanos para
simbolizarnos cosas. Pero acá es
utilizada para describir desde la
perspectiva del toro lo que la muerte
simboliza/(ría) para él. Para un animal
como el toro, el dolor es el dolor y la
muerte es la muerte, no son dignas ni
indignas. La muerte es el fin de su vida.
Y mientras más rápido y de golpe
suceda, mejor -al menos, esa sería para
los humanos una muerte ideal. Para un
toro la corrida es la muerte inminente;
porque se diga o no, toro que pisa la
arena termina en la sala de despiece
(aún los indultados que tras irse a la
dehesa la mayoría muere por las
heridas recibidas). ¿Es digna una
muerte lenta, dolorosa, torturante,
asfixiante? ¿Una muerte en la que un
toro es obligado a someterse a las
torturas de un equipo de sádicos? ¿Que
5. "Los toros son cultura" En 1980, la UNESCO,
máxima autoridad mundial en materia de
cultura, emitió su opinión al respecto: "La
tauromaquia es el malhadado y venal arte de
torturar y matar animales en público y según
unas reglas. Traumatiza a los niños y a los
adultos sensibles. Agrava el estado de los
neurópatas atraídos por estos espectáculos.
Desnaturaliza la relación entre el hombre y el
animal. En ello, constituye un desafío mayor a
la moral, la educación, la ciencia y la cultura".
La cultura entendida según la RAE como
"conjunto de modos de vida y costumbres,
conocimientos y grado de desarrollo artístico,
científico, industrial, en una época, grupo
social, etc." sólo será constructiva y válida
mientras apueste por dar valor al ser humano,
transformarlo en un ser más sensible, más
inteligente, y más civilizado. La crueldad que
humilla -a humanos o animales- y destruye por
el dolor jamás se podrá considerar cultura.
Esas sólo serán costumbres odiosas contra el
mundo y contra sí mismos. Aún así, la AIT
(Asoc. Internacional de Tauromaquia) ha
6. "Son parte de la tradición religiosa,
que honra a la virgen y a algunos
santos" Este es un gravísimo error. La
iglesia en varias oportunidades, ha
condenado la celebración de fiestas en
que se torturen y maten animales. El
papa Pío V en 1567 promulgó una bula
en que "condena estos espectáculos
torpes y cruentos", estableciendo pena
de excomulgación para clérigos,
emperadores, reyes y cardenales que
fomentaran dichos espectáculos. En
1920 el secretario del Estado Vaticano,
cardenal Gasparri declaró que "la iglesia
continúa condenando en alta voz, tal
como lo hiciera el papa Pío V, estos
sangrientos y vergonzosos
espectáculos". Juan Pablo II, haciendo
un estudio de la Biblia dice que "el
hombre, salido de las manos de Dios,
resulta solidario con todos los seres
vivientes, como aparece en los salmos
103 y 104, donde no se hace distinción
entre los hombres y los animales". ¿Por
7. "Sin corridas no habría toro
bravo, éste desaparecería" El toro
es un animal herbívoro. Gran parte
de su vida consiste en buscar
pastos para alimentarse, y no es
bravo sino en las luchas
territoriales, en la lucha por la
reproducción y/o en situaciones de
peligro. El toro es artificialmente
manipulado y provocado para que
responda de manera agresiva al
torero. La casta brava de los toros
ha sido genéticamente
manipulada por el hombre para
que sus ejemplares sean
agresivos, tal como se han
manipulado los ganados lecheros
o de carne. En este caso, que se
termine la fiesta de los toros
significará el fin de la bravura del
toro que es económicamente
explotada por las ganaderías. No
significa el fin de los toros, porque
8. "El toro no sufre" Como
cualquier animal cefalizado y
con un sistema nervioso central,
sí siente: si vemos a una mosca
posarse sobre el lomo de un
toro, apenas la percibe éste
trata de espantarla. ¿Cómo no
sentirá un toro la puya, las
banderillas o la espada? ¿O
acaso el toro se orina y defeca
en la corrida, porque le da
pánico escénico? Peor si
pensamos que en los toros no
sólo éste es torturado, muchas
veces los caballos de
rejoneadores y/o picadores
también caen heridos...Y ellos
también sienten.
9. "El toro bravo nació para
eso" El toro bravo fue criado y
predeterminado por los
criadores para ese destino.
Fue un capricho y una
voluntad humana, movida por
diferentes intereses para los
que el animal era un medio, lo
que selló su suerte con ese
destino. Ni Dios ni la patria ni
la tradición hicieron del toro
bravo lo que es. Fue el
hombre quien lo manipuló y lo
llevó a la medida de sus
deseos. ¿Es justo darle vida a
un animal para quitársela en
un acto pleno de dolor y
crueldad?
10. "El que quiera ver los toros que los
vea, el que no que se vaya" Podría
decirse lo mismo de la pedofilia: el que
quiera hacerlo que lo haga, los otros,
que hagan vista gorda y sigan su vida.
Las temporadas taurinas, las escuelas y
las ganaderías se financian con dineros
públicos a través de donaciones,
exenciones de pago de tasas,
subsidios. Un porcentaje importante de
personas que están contra las corridas
de toros (68.8% de los españoles) no
querrían que sus dineros fueran a dar
al fomento de esta cruel tradición. Es
fácil vivir la vida no mirando lo feo que
ésta tiene. El regocijo en la tortura y la
muerte de un animal son símbolos
inequívocos de cierta decadencia -al
estilo de la Roma del pan y el circo-.
Habemos quienes no podemos mirar
hacia el lado cuando un animal sufre, y
no tenemos reparo en reclamar frente
a esto, tenga la tortura forma de
Algunas personas, incluyendo filósofos
como José Ferrater Mora o Jesús
Mosterín, la escritora y periodista Pilar
Rahola, y artistas como The Pretenders
se han opuesto a las corridas de toros,
entre otras razones por considerarlas
contrarias a la más mínima
sensibilidad. Algunos de ellos han
preferido la exaltación del toro como
animal libre en su medio natural, o por
lo menos el quitar los elementos del
festejo destinados a herir o matar al
animal
Defensores del toreo,
como el catedrático
Andrés Amorós,
argumenta que nadie
ama más al toro que un
buen aficionado a las
corridas: «nadie admira
más su belleza, nadie
exige con más
vehemencia su integridad
y se indigna con mayor
furia ante cualquier
maltrato, desprecio o
manipulación fraudulenta
Entre todas las criaturas del reino animal no hay ninguna que reúna
caracteres tan bellos y a la par misteriosos como el toro bravo. algunos
son agresivos y fieros, otros tiene el encanto de la nobleza y la fidelidad,
unos atraen por su fuerza, por la armonía de su estampa o su pelaje y
también los hay majestuosos y altivos. Solo el toro de lidia es al mismo
tiempo poderoso, arrogante y armónico, bondadoso y agresivo; algo así
como un guerrero que lleva escrito en sus genes el mensaje de la
bravura y tiene una crianza lujosa hasta su madurez, justo el momento
en que debe morir. el epilogo violento que cierra su vida posiblemente
no tenga sentido para algunos, los que dicen amar a los animales. si lo
tiene para los que intentamos conocerlo de cerca y consideramos que la
suya es la muerte del héroe, del que tiene la oportunidad  - que no se da
en ningún otro animal sostenido por el hombre - de perecer matando, y
de salvarse en ultima instancia por su bravura.... La palabra mágica, el
enigma mas profundo del toro ¿ por que uno embistió codicioso y otro
hermano suyo de padre y madre, fue manso y reservon? ¿como hubiera
embestido un mismo astado de haberse lidiado por torero, plaza, día, y
hora diferentes a los que el destino le asigno ? las preguntas de este
tipo se encadenan sin respuesta fija ni posible. de ahí, de lo
desconocido, arranca la seducción, la admiración por este animal y por
el hombre que es capaz de ponerse delante de él para destapar el
misterio, apostando su vida en el embite.
según una encuesta Gallup realizada en 2002, el 31% de los
españoles se mostró muy o algo interesado en las corridas de toros
mientras que un 68,8% no mostraba ningún interés. Sólo el 0,2% no
mostró ninguna opinión al respecto, lo que indica el alto nivel de
opinión formada sobre este tema.

A principios de los años 70, los interesados en las corridas de toros


eran el 55% de los españoles, en los 80 este colectivo representaba
alrededor del 50%, mientras que en los 90 las cifras de aficionados se
desplomaron, situándose en torno al 30%.

En 2006, según otro sondeo de Investiga (antes Gallup), un 26,7% de


las personas encuestadas afirmaban estar algo o muy interesadas en
las corridas de toros. El perfil de los aficionados es en su mayoría
masculino (un 33,5% de los varones encuestados afirmó interesarle
los toros) y de más de 45 años, alcanzándose el máximo interés entre
las personas de 65 y más años, con un 41,1% de aficionados. El
72,1% de la población española afirmaba, en cambio, no tener ningún
interés por los espectáculos taurinos. Este desinterés lo demostraron
sobre todo las mujeres, con un 78,5%, y las personas con edades
En Canarias las corridas de toros están
prohibidas por ley autonómica.
 
Barcelona se declaró ciudad antitaurina en una
declaración institucional aprobada por el pleno
del Ayuntamiento de esa ciudad el 6 de abril de
2004, tras una petición popular con más de
245.000 firmas recogidas en todo el mundo.
 
Barcelona se convirtió así en la primera gran
ciudad española que se ha declarado
antitaurina.
Cada vez hay mas personas en contra de las corridas
de toros, en contra el maltrato a los animales.
No podemos permitir que esto siga
ocurriendo…
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