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CULTURA TUTELAR

1. PLANTEO DE LA SITUACIÓN

a) PALABRAS PREVIAS

El tiempo pasa, ha transcurrido una década y la historia -cada tanto- se vuelve a repetir. Al
promediar la década de los ’90 tuve ocasión de asistir a la proyección de un cortometraje plasmado por
el docente y realizador cinematográfico Claudio Altamirano; era una historia simple y temible, era la
historia del desamparo de una niña que asistía a una escuela primaria pública de esta Ciudad capital.
Como expresa el Lic. en Filosofía Daniel López: “…una cultura tutelar, sostenida durante cien años por
la Ley Agote,...”

La historia nos habla de una niña que en su grupo de pertenencia sufre una situación de “violación
de derechos” provocada por la acción de adultos de su entorno; un contexto integrado por adultos y
niños en estado de carencia, marginación y, sin duda, necesidades básicas insatisfechas. El que detecta
la grave violación de los derechos de la niña es el maestro del grado y la comunidad escolar, estimulada
por el docente, procede a denunciar el hecho.

Enterada la Justicia ordena la suspensión a los padres de los derechos conferidos por la patria
potestad y ordena privar de la libertad a la niña e internarla, indefinidamente, en un instituto de
menores bajo el patronato del Estado Nacional.

Las imágenes filmadas por Altamirano son implacables en denunciar las violaciones a la libertad
de la niña, desde que es arrancada de su comunidad de origen por policías uniformados, trasladada en
vehículo policial cual delincuente y encerrada tras rejas e incomunicada y sin posibilidad de recibir
visitas en la institución de minoridad.

Luego la comunidad escolar se moviliza acompañando, conteniendo y asistiendo a la niña haciéndole


sentir que tiene un espacio de referencia: la escuela. La comunidad escolar se moviliza, asumiendo la
voz de la niña ante la justicia, para lograr la recuperación, por parte de la interna, del ejercicio y goce
de sus derechos vulnerados y la reparación de sus consecuencias. Y finalmente la comunidad escolar se
moviliza indagando por una “guarda provisoria de hecho” para que la niña pueda recuperar su libertad y
mantener la permanencia como miembro de la entidad escolar.

Las dificultades que provoca en la sociedad reconocer y aceptar a los niños en su calidad de
“personas” y no de seres incompletos, de reconocerlos como un “otro” diferente sin incluirlos en la
desigualdad valorativa., de aceptarlos como “sujetos de derechos”, son los mayores obstáculos a la
hora de transformar la cultura tutelar a la que alude D. López.

Existe el derecho a no ser discriminado. Todos estamos de acuerdo que “discriminar” es natural. La
posibilidad de discriminar es un avance evolutivo en el niño. Lo que es negativo, ilegítimo e injusto es la
“actitud discriminatoria” que vulnera los derechos del otro, sea niño, sea adulto o sea adolescente.
Revisar las actitudes discriminatorias en nosotros y trabajar con los sujetos el hecho de que ellos se
defiendan de los actos y actitudes discriminatorias es trabajar para los derechos humanos.

“Se podría imaginar fácilmente la trascendencia que tendría la educación si en lugar de impartir
educación para los derechos humanos (lo cual de por sí ya es un logro considerable) las escuelas
comenzasen a educar a los niños en tanto que personas con derechos (…) Un escolar de 10 años
decía que todo el mundo creía saber lo que era bueno para él, pero que nadie se lo preguntaba” (N.
Pérez de Lara, 2006)

Existe el derecho a ser escuchado. El hecho que la niña de la historia haya sido escuchada por su
maestro (como emergente de la comunidad educativa de la escuela), la rescata del total desamparo. El
niño (y el adulto) tiene la necesidad de escuchar y ser escuchado y de vivir a la comunicación como
actividad recíproca en la interrelación humana. Trabajar la toma de conciencia de los derechos propios y
ajenos a escuchar y ser escuchado (dar opiniones, emitir y expresar deséos, necesidades, sentimientos,
etc.) es trabajar para los derechos humanos.

“La expresión ser escuchado provoca muy diferentes reacciones. La experiencia histórica y social
es la postergación. La justicia ha postergado sus respuestas, las instituciones como tales, han sido
muchas veces coherentes con esa tradición…”. Nos encontramos con una “… falta de confianza en las
posibilidades y en los conocimientos (de los adultos) para transformar interpretaciones personales –
aquellas que empiezan y acaban en el juzgamiento de otros y son propias de la tradición
tutelar- en interpretaciones ético-políticas que nos permitan reposicionarnos y constituirnos como
terceros” (D. López, 2008)
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* Daniel López. Espacios de formación entre docentes. Una reflexión ético-política. Trabajo docente y
reuniones en las escuelas. UTE. Buenos Aires. 2008.
* Nuria Pérez de Lara. Escuchar al otro dentro de si. Conferencia en FLACSO. Buenos Aires. 2006

2.- FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

a) PRINCIPIO DE IGUALDAD ENTRE LOS SERES HUMANOS

Art. 1º Declaración Universal de los Derechos Humanos.


Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos
y dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Los seres humanos percibimos, cavilamos y procedemos distintos. Los seres humanos nos
diferenciamos por: a) Nuestros cuerpos. b) Nuestras fisonomías. c) Nuestras destrezas prácticas.
d) Nuestras opiniones sobre santísimas cuestiones, e) Nuestros estilos de vida. Etc. Etc.

Cada uno de nosotros es un ser único e irrepetible.

Pero, mas allá de cualquier diferencia todos tenemos el mismo origen y una misma naturaleza; y
compartimos: a) la misma condición de humanidad. b) El mismo anhelo de ser libres. c) De
satisfacer nuestras necesidades básicas. d) De amar y ser amados. e) De buscar la felicidad.
Etc. Etc.

Nadie es más o menos humano que otro.

Nadie tiene más o menos derecho que otro a vivir humanamente.

El principio de igualdad entre los seres humanos no desconoce las diferencias individuales,
al contrario, las reconoce y las trasciende para llegar a lo que nos es común a los seres humanos: la
dignidad y los derechos como personas. Justamente porque el concepto de igualdad no ignora las
diferencias individuales (o de grupo), la noción de igualdad nos ayuda mirarlas a mirarlas y a
considerarlas mejor.

Hay diferencia legítimas, válidas, como las que surgen de singularidades propias de los seres
humanos o del ejercicio libre de su voluntad. Venimos a este mundo dentro de un grupo étnico
particular y en un territorio geográfico específico, lo cual influye en el idioma (lengua madre) que
hablaremos y en muchas de nuestras costumbres habituales. De igual forma, a medida que avanzan
nuestras vidas, vamos desarrollando una subjetividad determinada (credos religiosos, opiniones
políticas, orientaciones intelectuales, etc.), en otras palabras, una ideología y una personalidad.
Estas diferencias son las que conforman nuestra identidad como individuos dando pluralidad a la
sociedad.

Y hay diferencias ilegítimas, injustas, que no se derivan de singularidades propias de la especien


humana, ni de la libre elección de los individuos, son las que niegan una existencia digna e igualdad
de derechos para todos.

Así entendida, la igualdad no marcha sola, sino que va acompañada de la solidaridad hacia los
semejantes, la tolerancia hacia las diferencias legítimas entre las personas, y de la justicia para
procurar una vida mejor para todos.
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* Ver “Educación para la ciudadanía y los derechos humanos” del Instituto Interamericano de Derechos
Humanos. Buenos Aires. 1999

* Declaración Universal de los Derechos Humanos. 1949.

b) PATRONATO DE LA INFANCIA

En los comienzos del siglo XX, la elite dirigente argentina, aterrada “por el incremento de los
sectores pobres, la delincuencia juvenil y la presencia en la calle de niños abandonados, marginados y
sin disciplina laboral ni escolar”, fundaron instituciones filantrópicas (de beneficencia) con el objetivo
de “solucionar los problemas de los niños vagabundos, el desamparo infantil y las enfermedades
sociales.” Sus objetivos eran “realizar con los chicos una labor asistencial, ligarlos al aparato productivo
y transmitirles un sistema de valores; cumpliendo así funciones de control social y disciplinamiento
laboral y moral.”

Estas instituciones fueron planeadas por médicos higienistas y según los criterios positivistas de
la época. Las acciones caritativas que emprendieron estas instituciones se vieron reflejadas en una
institución paradigmática: el “Patronato de la Infancia”. En la inauguración de dicho patronato las
flamantes autoridades señalaron que la finalidad de la asociación era el amparo de "los niños recién
nacidos, los niños de conventillos, enfermos, incurables, ocupados en la industria, moralmente
abandonados, extraviados, maltratados, mendigos, etc."

Los filántropos consideraban que “lograr en la infancia el desarrollo físico, intelectual y moral
contribuía a honrar a la patria”. Los caminos seguidos por el Patronato para alcanzar estas
aspiraciones “se basaron en la instrucción religiosa, una educación elemental básica, la formación de
bandas de música y el aprendizaje de instrucción militar y prácticas de tiro”.

Mediante el régimen de reclusión y una rigurosa disciplina, se regulaban las vidas de los niños
siguiendo reglas muy estrictas. “El reglamento los obligaba a vestir el uniforme, no salir de sus clases,
talleres, dormitorios etc. sin permiso de los maestros o celadores, a tomar parte de la limpieza y del
servicio doméstico del establecimiento. Los castigos por incumplimiento eran severos. Podía ser la
represión privada o delante de los otros internos (represión ejemplificadora), el recargo del turno de
limpieza y penas extraordinarias en el caso que las establecidas en el reglamento resultaran
ineficaces. (…) Los alumnos que se destacaban por su buena conducta, aplicación al trabajo y al
estudio, podían quedar como celadores, quedando exceptuados del servicio de limpieza”

El “Patronato de la Infancia” fue regenteado por monjas de origen francés quienes dejaron -en 1970-
el ultimo edificio de esta institución benéfica dando -de esa forma- un cierre a sus actividades. En 1978
dicho edificio (Calles Balcarce y Humberto I de esta ciudad) fue transferido a la Municipalidad de la
Cdad. de Bs. As. y en 1986 fue ocupado por familias en indigencia.
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* “En San Telmo y sus alrededores” Nº 33. Buenos Aires. Noviembre. 2000.
Sobre un trabajo de la investigadora del CONICET Diana Esptein presentado en las VII Jornadas
Interescuelas del Dpto. de Historia.
Septiembre 1999
* Ver “Las multitudes Argentinas” de José María Ramos Mejía. Talleres gráficos argentinos L. J. Rosso.
Buenos Aires. 1934
c) LEY AGOTE

Lograda la legitimidad de su planificado control social y disciplinamiento laboral y moral logrado


gracias a la reproducción de sus “instituciones benéficas”, la mencionada elite dirigente argentina
busca la legalidad de su proyecto dándole identidad de “política pública”. Para lo cual Luís Agote, médico
de la corriente higienista, desde su banca de diputado de la nación, promueve la creación del “Patronato
Nacional de Menores Abandonados y Delincuentes”.

La Ley 10903 o Ley Agote (promulgada el 21/10/1919) define al concepto de “patria potestad”
(institución del derecho romano) como “el conjunto de derechos y obligaciones que corresponden a los
padres sobre las personas y bienes de sus hijos, (…) en tanto sean menores de edad y no se hayan
emancipado.” (Art. 1º Ley 10903).

Se puede incurrir en la pérdida -o suspensión- de la Patria potestad por diversas razones: “Por
delitos cometidos por los padres contra su o sus hijos menores…”; “Por la exposición o el abandono que
los padres hicieran de sus hijos…”; “Por dar los padres consejos inmorales o colocarlos dolosamente en
peligro material o moral…”; “Los padres que hayan sido condenados por delito grave o que hayan sido
objeto de varias condenas demostrando que se trata de delincuentes profesionales o peligrosos…”; “Por
ausencia de los padres ignorándose su paradero, o por incapacidad mental,…” ; “Por tratar a sus hijos –
sin motivo- con excesiva dureza…”; “Por comprometer la salud, seguridad o moralidad de sus hijos
como consecuencia, inconducta notoria o negligencia grave…” (Art. 3º Ley 10903).

La Ley establece que en todos los casos de perdida o suspensión de la patria potestad “…los
menores quedan bajo el patronato del Estado nacional o Provincial”. (Art. 3º Ley 10903) Y
decreta que “El patronato del Estado nacional o provincial se ejercerá por medio de los jueces
nacionales o provinciales, con la concurrencia del Consejo Nacional del Menor y del Ministerio Público
de Menores en jurisdicción nacional y de este último en jurisdicción provincial o de ambos en las
provincias que se acojan a los beneficios del decreto-ley”. Y completa su ordenamiento prescribiendo
que “Ese patronato se ejercerá atendiendo a la salud, seguridad, educación moral e intelectual del
menor, proveyendo a su tutela”. (Art. 4º Ley 10903)

Y es de destacar que la “práctica del control social” normalizada en la Ley Agote indica que cuando
un menor de 18 años comparezcan ante los jueces acusado de un delito y lo absuelvan, o “…cuando
resuelvan definitivamente en un proceso en que un menor de 18 años haya sido victima de un
delito, podrán disponer del menor por tiempo indeterminado y hasta los 21 años si (a juicio del Juez)
se hallare material o moralmente abandonado o en peligro moral,…” (Art. 15º Ley 10903)

El promotor de la Ley 10903 es recordado a través de la imposición de su nombre al “Instituto Luís


Agote”, ubicado en el barrio de Palermo de esta ciudad y que fuera una institución estatal paradigmática
de la implementación de la mencionada política pública de control social y disciplinamiento laboral y
moral.

En términos muy amplios, la Ley 10903 daba atribuciones ilimitadas a los “jueces de menores”
para decidir la internación de niños y adolescentes con el argumento de su asistencia social. El
Juez arrancaba al niño de su comunidad y lo derivaba a institutos donde terminaba mezclado con
otros chicos en conflicto con la ley penal.

La Ley 10903, realmente, era la judicialización de la pobreza porque semejante lastre


protectivo sólo se ejercía sobre niños de familias carenciadas con necesidades básicas
insatisfechas.
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* Práctica de Investigación. La Psicología en el ámbito jurídico. Reflexiones ético-clínicas a través de un
estudio cualitativo de casos.
Facultad de Psicología. UNBA.
* Texto Ley 10903 del 21/10/1919 (Nacional)
3.- DESARROLLO DE ACCIONES COORDINADAS DESDE UNA
PERSPECTIVA DE DERECHOS HUMANOS
a) LEY NACIONAL DE “PROTECCIÓN INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y
ADOLESCENTES”

El 28/10/2005 es promulgada la Ley 20061 de Protección integral de los Derechos de las Niñas,
niños y adolescentes que remplazó a la casi centenaria ley 10903 del Patronato de la Infancia, ley
más antigua que el bronce de muchos próceres.

La redacción de la Ley 20061/2005 -reglamentada según Dto. 415 del mismo año- contó con el
concurso de especialistas internacionales y ONG dedicadas a los problemas de la infancia y coincide con
los criterios mas avanzados de tratamiento de la niñez.

Esta norma: a) Distingue claramente las políticas sociales de la política criminal; b) Inhibe las
atribuciones adjudicadas por la Ley 10903 a la esfera judicial; c) Crea la figura del Defensor Nacional
de los Derechos de los Niñas, Niños y Adolescentes; y d) Plantea la defensa y el
reconocimiento de los derechos de los niños y los jóvenes como una cuestión de
responsabilidad conjunta de la sociedad civil y del Estado, que depende, además, de un
adecuado diseño y ejecución de las políticas sociales.

También, es significativo observar que el texto de la Ley 20061/2005 es congruente con los
paradigmas de los derechos humanos y las políticas públicas universales; y con la Reforma
Constitucional de 1994 que consideró a la Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño en un plano constitucional.
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* Pagina 12. “Una ley para el fin del Patronato”. Buenos Aires. 14/9/2005
* Texto Ley 20061 del 28/10/2005 (Nacional)

b) “PROTECCIÓN INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES


DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES”

Siete años atrás, un 3 de diciembre del año 1998, la Legislatura de la Ciudad autónoma de
Buenos Aires y en consonancia con la Constitución de la Ciudad de Buenos aires sanciona la Ley
Nº 114 de “Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad
de Buenos Aires”

La Ley 114/1998 es de aplicación en el territorio de la Cdad de Bs. As. y obliga a la familia, a la


sociedad y al Gobierno a asegurar los derechos reconocidos por normas jurídicas, operativas o
programáticas a niños, niñas y adolescentes que habiten o transiten dicho territorio, asumiendo como
objetivo esencial la prevención y detección precoz de aquellas situaciones de amenaza o
violación de dichos derechos. (Art. 6º y Art. 7º Ley 114)

Esta norma considera que: “Todos los niños, niñas y adolescentes gozan de los derechos
fundamentales inherentes a su condición de personas”. (Art. 4º Ley 114) Designar a los niños
como “personas” es calificarlos como “sujetos de derechos” y al ubicar al estado como “garante”
de dichos derechos (el último garante) la ley 114/1998 está conceptualizando a dichos derechos como
Derechos Humanos en un todo de acuerdo con el concepto de “Personalidad Jurídica” consagrado
en el Art 6º la Declaración Universal de los Derechos Humanos del año 1949.

La Ley 114/1998 crea el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Cdad.
de Bs. As. como la autoridad de aplicación de las Políticas Públicas de Protección Integral
enunciadas en dicha Ley. (Art. 45º Ley 114); y crea las Defensorías Zonales de los Derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes como los organismos “descentralizados” de aplicación de las
mencionadas políticas.
(Art. 35 y Art. 60 Ley 114)
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* Texto Ley 114 del 4/1/1999 (Cdad de Bs.As.)

d) ORGANIGRAMA DEL
“CONSEJO DE LOS DERECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y DOLESCENTES”

I.- Funciones de las distintas áreas del Consejo y de los organismos de atención.
1) Funciones del Consejo de los derechos (Art. 54 Ley 114)

a) Definir la política anual del organismo a través de un Plan que articule transversalmente la
acción de gobierno en

todas las áreas y enunciar los criterios para la formulación estratégica de la misma. (inciso a)

b) Diseñar y aprobar los programas necesarios para el cumplimiento de los derechos


consagrados y ratificados por la presente ley (ver títulos II y III de la presente ley). (inciso b).

c) Promover la participación social de niñas, niños y adolescentes para el ejercicio pleno de la


ciudadanía. (inciso k)

d) Realizar estudios, relevamientos, diagnósticos situacionales, investigaciones y recabar


información de cualquier organismo público o privado. (inciso l)

e) Celebrar convenios con universidades e instituciones públicas o privadas. (inciso n)

2) Funciones de la Vicepresidencia del Consejo (Art. 56 Ley 114)

a) Coordinar, asistir y supervisar el funcionamiento de las Defensorías Zonales de Derechos de


Niños, Niñas y Adolescentes. (inciso 2)

b) Llevar el registro de Organizaciones No Gubernamentales creado por esta ley. (inciso 3)

c) Convocar a las asambleas de las organizaciones no gubernamentales y de las Defensorías


Zonales. (inciso 4)

3) Funciones de las Defensorías Zonales (Art. 70 Ley 114)

a) Difundir los principios emanados de la Convención internacional de los Derechos del Niño y
propiciar y apoyar todas aquellas acciones que promuevan dichos derechos. (inciso a)

b) Brindar asesoramiento, orientación y atención ante situaciones de amenaza o


violación de derechos de niños, niñas y adolescentes. Utilizar modalidades alternativas de
resolución de conflictos. Las actuaciones Zonales constituirán instancias comunitarias
alternativas a la intervención judicial o, en su caso, coadyuvantes o previas a ella. (inciso c)

c) Conformar y fortalecer una red articulada en el ámbito local para facilitar la


confluencia de recursos destinados a problemáticas de amenaza o violación de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes. (inciso d)
d) Actualizar en forma permanente su capacitación. (inciso e)

e) Celebrar reuniones y sostener entrevistas o encuentros con miembros del grupo


familiar, de la familia ampliada o de la comunidad local. (inciso i)

4) Funciones de los Organismos de Atención (Art. 71 Ley 114)

a) Respetar y preservar la identidad de los niños, niñas y adolescentes y ofrecerles un


ambiente de respeto y dignidad. (inciso a)

b) Asegurar la participación de los niños, niñas y adolescentes atendidos en la elaboración y


el cumplimiento de pautas de convivencia. (inciso e)

c) Propiciar la educación y la formación para el trabajo en las instituciones públicas o privadas


abiertas de la comunidad. (inciso h)

d) Fortalecer la participación del grupo familiar en el proceso educativo. (inciso f)

e) Propiciar actividades culturales, deportivas y de recreación en el ámbito abierto de la


comunidad. (inciso g)

f) Fomentar el desarrollo de actividades en las que participen ambos sexos. (inciso j)

II.- Finalidades y objetivos de las distintas áreas del Consejo y de los organismos de
atención.

1) Finalidad del “Consejo de los Derechos del Niño, de la Niña y de los Adolescentes” (Art. 45 Ley
114)

Promoción y protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes

2) Objetivos y finalidad de las “defensorías zonales”. (Art. 61)

a) Diseñar y desarrollar un sistema articulado de efectivización, defensa y resguardo de los


derechos de niños, niñas y adolescentes.

b) Ejecutar las políticas públicas específicas, implementando acciones con criterios


interdisciplinarios y participación de los actores sociales.

3) Concepto de “organismos de atención”. (Art. 71 Ley 114) ONG que


desarrollan programas o servicios de atención a niños, niñas y adolescentes.

4) Alcance de la calificación “promotor de derechos”. (Art. 64 Ley 114) Miembros ONG


barriales con experiencia y especialización en la temática de la infancia y adolescencia.

5) Según la ley 114 los integrantes de las ONG pueden:

a) Integrar (ad honorem) el plenario del “consejo de los derechos del niño y del adolescente”
mediante uno de los representantes (son cuatro en total) de las ONG especializadas en los derechos
del niño y del adolescente con necesidades comunes. (Art. 49 inciso m Ley 114)

b) Integrar (ad honorem) el consejo consultivo de la “defensoria zonal” en su carácter de


organismo de atención. (Art. 63 inciso b Ley 114)

c) Integrar (rentado) el equipo técnico de la defensoría zonal como PROMOTORES DE


DERECHOS. (Art. 64 inciso d Ley 114)
...............................................................................................................................................
.................................................

* Texto Ley 114 del 4/1/1999 (Cdad de Bs.As.)


* Ver organigramas “Consejo de derechos de niños, niñas y adolescentes” anexos

d) MEDIDAS DE PROTECCION ESPECIAL DE DERECHOS

Cuando los derechos de niños, niñas y adolescentes son amenazados, la Ley 114 obliga a adoptar
medidas de protección especial; las cuales son “…limitadas en el tiempo y se prolongan mientras
persisten las causas que dieron origen a las amenazas o violaciones”; y tienen como objetivo “…la
conservación o recuperación por parte del sujeto del ejercicio y goce de sus derechos
vulnerados y la reparación de sus consecuencias” (Art. 36 y Art. 37 Ley 114)

La Ley 114 precisa a toda persona que tomare conocimiento de la existencia de abuso físico,
psíquico, sexual, trato negligente, malos tratos o explotación de niños, niñas y adolescentes deben “…
comunicarlo inmediatamente a los organismos competentes y a las defensorías zonales”; las
cuales deberán “…implementar (…) las acciones sociales de protección especial tendientes a
proporcionar escucha, atención, contención y ayuda necesarias a las niñas, niños y adolescentes y a
quienes cuiden de ellos” (Art. 39 y Art. 40 Ley 114)
………………………………………………………………………………………………………………………………
* Texto Ley 114 del 4/1/1999 (Cdad de Bs.As.)

e) DES-JUDICIALIZACIÓN DE LA POBREZA

“Cuando medie inexistencia o privación del grupo familiar de pertenencia, las medidas de
protección consisten en la búsqueda e individualización de alternativas para que niñas, niños y
adolescentes convivan con personas vinculadas a ellos, a través de líneas de parentesco por
consanguinidad o por afinidad, o con otros miembros de la familia ampliada o de su comunidad,
(siempre) teniendo en cuenta la opinión de niños, niñas y adolescentes.”. “Cualesquiera de esas
formas alternativas de convivencia (…) configura una guarda provisoria de hecho.” (Art. 42 Ley
114)

“Cuando la amenaza o violación de derechos sea consecuencia de necesidades básicas


insatisfechas (…) las medidas de protección a aplicar son los programas sociales establecidos por
las políticas públicas, que deben brindar orientación, ayuda y apoyo incluso económico, con miras a
la sustentación y fortalecimiento de los vínculos del grupo familiar responsable del cuidado de
niñas, niños y adolescentes.”
(Art. 43 Ley 114)

“Sólo en forma excepcional, subsidiaria y por el mas breve lapso posible puede recurrirse a la
internación, (…) En ningún caso, las medidas de protección pueden consistir en la privación de
libertad. Las internaciones son supervisadas por las defensorías zonales…” (Art. 44 Ley 144)
………………………………………………………………………………………………………………………………
* Texto Ley 114 del 4/1/1999 (Cdad de Bs.As.)

f) ALTERNATIVA A LA JUDICIALIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS.

Exponer la existencia de alternativas en la resolución de conflictos implica reconocer que hablar


de privación de la libertad de personas menores de edad, cuando en realidad son indiscutibles violaciones a
la libertad, mas que una imprecisión técnico-legislativa constituye el producto de prácticas que niegan los
derechos de los niños, niñas y adolescentes que los tratados internacionales, la Constitución Nacional y las
leyes claramente reconocen.

PALABRAS FINALES
Daniel López señala que “…la protección (el cuidado) de los derechos de la infancia es una
acción coordinada entre los adultos responsables (donde los educadores juegan un papel
primordial)”; aclara que dicha acción debe coordinarse desde “…una perspectiva de derechos
humanos a través de una reflexión ético-política, relacionada con principios, leyes y políticas
públicas”; y nos permite completar la pensamiento cuando expresa que: “El trabajo docente
favorece y acompaña los proyectos de vida de todas las personas a partir del derecho a la
educación”

Por lo tanto es ineludible que los “educadores sociales” que puedan llegar a actuar como promotores de
derechos en el ámbito de los organismos “descentralizados” de aplicación (ONG), entiendan que
reflexionar acerca de la detección de situaciones conflictivas, su reconocimiento y
categorización y las resoluciones alternativas a las mismas, implica estimular en la sociedad el
debate concerniente a la génesis de las mencionadas “situaciones conflictivas”
contribuyendo a cuestionar, en el terreno que le es propio, la razón del sistema capitalista.

……………………………………………………………………………………………………………………………...
* Daniel López. Espacios de formación entre docentes. Una reflexión ético-política. Trabajo docente y
reuniones en las escuelas. UTE. Buenos Aires. 2008.

Hugo Villena
Este material ha sido producido para la materia de "Sistemas de protección y política de DD. HH." de la
"Tecnicatura Superior en Pedagogía y Educación Social" del I.F.T.S. nº 22 anexo UTE. Buenos Aires.
2008.

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