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Carlos Aragón-Navarro
I. Introducción.
P
or lo que concierne a la organización funcional, los orígenes de la
identidad política mexicana deben ser buscados en las Reformas
Borbónicas de finales del siglo XVIII, con la creación de intendencias;
y en la “Constitución Política de la Monarquía Española, para el buen gobierno
y recta administración del Estado” mejor conocida como Constitución de Cádiz
(decretada por Don Fernando Séptimo, el 18 de marzo de 1812), cuando
instaura la figura de representación denominada “Diputaciones Provinciales”.
1
Meyer, Eugenia, et., al. Los Sentimientos de la Nación “Museo Legislativo” Congreso de la Unión. LV
Legislatura. México, 1994. Editorial Clío. P, 63.
T
radicionalmente, el estudio de los sistemas federales –la integración de
Estados, Provincias o Demarcaciones- se ha llevado a cabo desde una
óptica doméstica, relegando del análisis a la dimensión extraterritorial.
Somos, localistas.
Sin embargo, es tal el ímpetu del avance globalizador, que las fronteras
políticas han caído, modificando los sistemas, afectando estructuras y variando,
en sí mismas, los equilibrios de poder interior. En consecuencia, debe
profundizarse en la exégesis de la relación que forzosamente se da entre el
segundo orden de gobierno, -los Estados de la Federación- la Federación y los
Pactos, Convenios y Tratados que México celebra con otros estados
nacionales.
2
Meyer, E. et., al. Idem. p, 110.
3
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos [en línea] México, Cámara de Diputados, 2006, [citado 19-08-
2007] Marco Jurídico del Congreso, formato PDF. Disponible en Internet: http://www.diputados,gob.mx “Artículo 40.
Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática, federal, compuesta de
Estados libres y soberanos…”
4
Ibidem. Art. 40.
Por eso importa distinguir qué clase de normas están siendo afectadas por la
¿caprichosa? Decisión de la Suprema Corte. Al efecto, nos apoyamos en la
Es necesaria la precisión anterior porque, bajo las premisas que apunta el Dr.
Carpizo, los Tratados –que se elevarían también a la categoría de Ley
Fundamental- no pueden entrar en contradicción con las leyes constitucionales,
pues un tratado anticonstitucional “…no se puede aplicar en el orden interno…
el estado tampoco lo debe aplicar aunque caiga en responsabilidad y lo que
debe hacer es denunciarlo o por algún método jurídico, acabar con el monstruo
que no tiene base constitucional para poder subsistir”6
Sin tener mayores aspiraciones que una precisión ontológica y una breve
exégesis que apunte lo que podrían ser errores de diseño u operación de
nuestro sistema político, este ensayo aborda los temas antes enunciados, los
desarrolla y concluye con un par de propuestas. Esperamos acercarnos un
tanto a la verdad. Cumplimos con decirla.
7
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ibid., “Artículo 39…Todo poder público dimana del
pueblo y se instituye en beneficio de éste. El pueblo tiene, todo el tiempo, el inalienable derecho de alterar o
modificar la forma de su gobierno”.
8
“Nadie puede ser sometido a las leyes que no hayan sido aprobadas por él o por sus representantes y que no
hayan sido promulgadas y aplicadas legalmente. El fundamento de toda soberanía reside en la nación... Todo
gobierno tiene por único objeto el bien común... Las leyes deben ser claras, fijas y unas para todos los
ciudadanos... y si es preciso, se deben corregir las fallas que contenga la Constitución" [en línea]
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/efemerides/agosto/interna/euro4.htm
9
http://www.monografias.com/trabajos32/teoria-estado-norteamerica/teoria-estado-norteamerica.shtml#proyecc
10
Kelsen, Hans, “La Garantía Jurisdiccional de la Constitución” [en línea], México, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, 2001, [citado 18-08-2007] Serie Ensayos Jurídicos, Núm. 5, Formato PDF, Disponible en Internet:
http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l275,
11
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, 4 de octubre de 1824, Art. 50, fracción XIII
Precisa el jurista Ruperto Patiño, cuyo trabajo sirve de premisa básica para la
elaboración del presente ensayo, que obedeciendo a una situación poco clara,
–podríamos aventurar que fuese de índole coyuntural o coyuntural política-
y, sin explicitarse en la exposición de motivos del proyecto de decreto, se
reformaron, tanto el artículo 133 como los artículos 73 y 76 de nuestra Carta
Magna, de manera que ya no fuese el Congreso, sino el Senado, de manera
exclusiva, quien validase las celebración de Convenios y Tratados
Internacionales13
12
Véase en el sitio web de la Cámara de Diputados
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/cpeum.htm, donde también se recogen puntualmente las sucesivas
reformas que ha, literalmente, sufrido, nuestra constitución.
13
Patiño Manffer, Ruperto, “Incorporación del Derecho Internacional al Derecho Nacional y sus
consecuencias jurídicas”, [en línea] México, UNAM, 2007, [citado 21/08/2007], Formato “Word”, Disponible en
Internet: http://www.cuaed.unam.mx/posgrado/camara_diputados/docs/prespon/patino_041807.doc
L
a segunda pregunta fundante, atañe a una obligación, un deber de
cuidado y un mandato moral, que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en su calidad de Tribunal Máximo, debiera tutelar cumpliendo
con el ideal de la equidad.
E indica, en su segundo párrafo, que: “no podrán reunirse dos o más de estos
poderes en una sola persona o corporación...”15
14
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, Título III, Cap. I Art. 49.
15
ibíd.
Esta potestad, no tiene parangón con otra concedida a algún otro poder de la
Tríada Constitucional. Y la Corte debiera hacer honor a esa distinción, pero no
lo hace.
16
Esto es, las circunstancias especiales de que, ante una misma hipótesis factual, luego de cinco
resoluciones en el mismo sentido concluidas por la Corte –continuas y sin una en contrario- la sentencia se
convertirá en obligatoria para todos los Tribunales del Poder Judicial de la Federación sobre interpretación de las
disposiciones Constitucionales, legales y reglamentarias imperantes en el Estado mexicano.
Sin pretender hacer una exégesis completa de la redacción del 133, pero
habiendo investigado sus antecedentes, razón de ser y calidad virtual, me
queda claro que la prelación que el constituyente estableció, y la secuencia en
la que coloca los conceptos no puede ser interpretada en la forma en que la
Suprema Corte ha determinado ahora hacerlo.
De conformidad con el artículo 133 de la Constitución, tanto las leyes que emanen de ella,
como los tratados internacionales, celebrados por el ejecutivo Federal, aprobados por el
Senado de la República y que estén de acuerdo con la misma, ocupan, ambos, el rango
inmediatamente inferior a la Constitución en la jerarquía de las normas en el orden jurídico
mexicano. Ahora bien, teniendo la misma jerarquía, el tratado internacional no puede ser
criterio para determinar la constitucionalidad de una ley ni viceversa. Por ello, la Ley de las
Cámaras de Comercio y de las de Industria no puede ser considerada inconstitucional por
contrariar lo dispuesto en un tratado internacional.
Sin ser perito en Derecho, pero sabiendo leer, encuentro que el Art. 133 de
referencia, enuncia como Ley Suprema de la Unión, en orden decreciente a la
Constitución, después de ella, a las Leyes del Congreso de la Unión, es decir,
las Leyes Federales y las que se desprenden del Pacto Federal, y aunque usa
la conjunción “y”, para integrar “todos los tratados que estén de acuerdo con la
17
Registro No. 205596; Localización: Octava Época; Instancia: Pleno; Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación; 60, Diciembre de 1992; Página: 27; Tesis: P. C/92; Tesis Aislada; Materia(s):
Constitucional
¿Por qué los criterios de la Corte, se vuelven tan volátiles cuando abordan
temas con un gran peso específico en materia económica o política o
coyuntural? Irónicamente, podríamos presumir que no obedecen a
razonamientos jurídicos, ni al hecho de haberse encontrado nuevas formas de
investigación que “mágicamente” les develen intenciones y/o motivos hasta
ahora no revelados que llevaran en su entraña los legisladores de 1824 a la
fecha. No. Mientras eso no se pruebe, una sombra de duda permanecerá en mi
interior con respecto a la honorabilidad de algunos de nuestros señores
Ministros o Ministras de la Suprema Corte.
E
l Artículo 40 Constitucional manifiesta: “Es voluntad del pueblo
mexicano constituirse en una República representativa, democrática,
federal, compuestas de Estados Libres y Soberanos en todo lo
concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida
según los principios de esta Ley Fundamental”18
18
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, Título II, Cap. I Art. 40.
Esto, sin embargo, no pasa de ser un buen deseo. Está comprobado que,
como dijera Irene Khan, presidenta de Amnistía Internacional, en su reciente
visita a nuestras tierras:
Amparo en revisión 120/2002. Mc. Cain México, S.A. de C.V. 13 de febrero de 2007. Mayoría
de seis votos. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos, José
Fernando Franco González Salas, José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza.
Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretarios: Andrea Zambrana Castañeda,
Rafael Coello Cetina, Malkah Nobigrot Kleinman y Maura A. Sanabria Martínez. El
Tribunal Pleno, el veinte de marzo en curso, aprobó, con el número IX/2007, la tesis aislada
que antecede. México, Distrito Federal, a veinte de marzo de dos mil siete.”20
V.- Conclusiones.
20
Registro No. 172650; Localización: Novena Época; Instancia: Pleno; Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta; XXV, Abril de 2007; Página: 6; Tesis: P. IX/2007; Tesis Aislada; Materia(s):
Constitucional.
Ahora bien, por lo que toca a la segunda pregunta que motivó esta disertación,
¿Debe, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cumplir con el mandato que
le otorga el pueblo de México, como garante de sus libertades? Consideramos
que, como sede de la acción jurisdiccional, cuyo propósito ¡único! debe ser la
impartición de la justicia, los señores y señoras (Ministros y Ministras) de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que han agraviado al pueblo entero
con su facciosa e increíble resolución, debieran remediar la incorrecta, absurda
y antijurídica resolución, restableciendo los criterios que, verdaderos jueces,
señalaron y luego, por vergüenza, dimitir.
Bibliografía
1. BALLINAS, Víctor; Periódico “La Jornada”, [en línea] 02//08/2007; Política; “Falta voluntad
a Ulises Ruiz para resolver la crisis: AI”; [citado 21/08/2007], Formato PDF, Disponible en
Internet:
http://www.jornada.unam.mx/2007/08/02/index.php?section=politica&article=003n1pol
2. CARPIZO, Jorge, “Estudios Constitucionales”, México, UNAM, en: La Gran Enciclopedia
3. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, Cámara de
Diputados, México, Septiembre 2006.
4. http://www.monografias.com/trabajos32/teoria-estado-norteamerica/teoria-estado-
norteamerica.shtml#proyecc
5. KELSEN, Hans, “La Garantía Jurisdiccional de la Constitución” [en línea], México, Instituto
de Investigaciones Jurídicas, 2001, [citado 18-08-2007] Serie Ensayos Jurídicos, Núm. 5,
Formato PDF, Disponible en Internet: http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l=275,
ISBN 968-36-9527-2.
6. Mexicana, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1983
7. MEYER, Eugenia, et., al. Los Sentimientos de la Nación “Museo Legislativo” Congreso de
la Unión. LV Legislatura. México, 1994. Editorial Clío. P, 63
8. PATIÑO MANFFER, Ruperto, “Incorporación del Derecho Internacional al Derecho Nacional
y sus consecuencias jurídicas”, [en línea] México, UNAM, 2007, [citado 21/08/2007],
Formato “Word”, Disponible en
www.cuaed.unam.mx/posgrado/camara_diputados/docs/prespon/patino
9. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. Registro No. 205596; Localización:
Octava Época; Instancia: Pleno; Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación;
60, Diciembre de 1992; Página: 27; Tesis: P. C/92; Tesis Aislada; Materia(s): Constitucional.