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Nacionalidad boliviana.- Aunque en este punto también nos referimos a una omisión,
esta es una que produce un chillido estridente sobre todos los que estudiamos leyes. El
derecho comparado saca en evidencia que el reconocimiento de una nacionalidad que
unifique a la totalidad de los pobladores es casi un elemento esencial de la forlmula
constitucional. Este dato nos obliga a preguntarnos el motivo detrás de esta desición.
Símbolos Nacionales y Símbolos Estatales (Coca, Whipala).- Quizás esta sea una de las
críticas más certeras sobre la inexistencia de una nacionalidad que nos ampare a todos
como bolivianos. Uno de los elementos de una comunidad son los símbolos que los
representan como un único pueblo, idealmente deberían representar a la totalidad de los
comunarios. La constitución reconoce símbolos con los que sólo una porción siente
identificación, como la coca o la Whipala. Existe la posibilidad que esta disposición
nutra de símbolos oficiales a las facciones más radicales del divisionismo occidental y
de argumentos a quienes desean desconocer las disposiciones gubernamentales.
Reelección de Presidente.- Este punto se reduce a una sencilla pregunta ¿Es prudente
conservar a un hombre en el poder por 15 años consecutivos? Realmente creemos que
es posible que una persona no vea su carácter alterado por una exposición tan
prolongada al poder. ¿Existirá algún espíritu que no se fragmente con este tipo de
dinámica como rutina durante 15 años?
Según mi criterio, no es deseable exponer al líder a tal carga de poder, no sólo por el
temor de verlo consumido por él, sino porque haciendo esto perdemos algo del
dinamismo propio de un Estado democrático.
Modificación de la constitución.- ¿Excesivamente rígida? Es una pregunta que parece
adecuada para enfrentar este punto. La constitución sólo puede ser modificada por una
asamblea constituyente, un evento poco frecuente por definición. Las normas deben
adaptarse a las circunstancias constantemente dinámicas de la sociedad y, por esto, no
conviene limitar la capacidad de cambio en ninguna de ellas, incluso en la constitución.
Corremos el riesgo de ver expirar a la constitución por su incapacidad de atacar las
nuevas dificultades que nacen con el cambio de las circunstancias.