“ORGANIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN: HERRAMIENTAS PARA LA
PROMOCIÓN Y DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS” Del 5 al 8 de diciembre 2008
Las y los jóvenes participantes del Encuentro “Organización y
Participación: Herramientas para la promoción y defensa de nuestros derechos”, provenientes de diferentes regiones del país y diferentes comunidades sociolingüísticas,
MANIFESTAMOS
Nuestra profunda preocupación por las constantes violaciones a los
derechos humanos de la juventud, ello evidenciado en la limitación al pleno goce de derechos fundamentales como: educación, salud, empleo, vivienda, participación, organización, libre expresión, derecho a la vida, derecho a un debido proceso, todo sin que las autoridades muestren el más mínimo interés en cambiar tal situación.
Los prejuicios y estigmatización hacia la juventud siguen alimentando la
discriminación y opresión, afecta la imagen juvenil y limita las acciones que las organizaciones juveniles desarrollamos en el ámbito comunitario.
La represión y criminalización desarrolladas directa o indirectamente por
los partidos políticos, iglesias y sociedad en general, y fuertemente por las autoridades de Estado, especialmente las responsables de la seguridad ciudadana, cuyo blanco principal es la juventud, se han extralimitado hasta perpetrar hechos graves como las ejecuciones extrajudiciales de jóvenes, poniendo en evidencia la incapacidad del Estado por establecer acciones tendientes a nuestro desarrollo integral.
Tales situaciones ponen en evidencia la falta de voluntad política de las
instituciones del Estado para promover la participación y organización de la juventud, tanto en el ámbito local como nacional.
Este encuentro nos ha posibilitado dialogar, proponer, construir, y ante
tan alarmante situación, las y los jóvenes concluimos que:
Es urgente el desarrollo de acciones concretas para erradicar las
políticas de represión y criminalización que afectan el accionar organizado de la juventud y a la juventud en general.
A pesar de contar con una política nacional de juventud, su
implementación es nula y la institucionalidad responsable de ejecutarla muy débil, por lo que el Estado debe apostarle al desarrollo integral de la juventud y a consolidar la institucionalidad necesaria para responder a las necesidades de más de 3.5 millones de jóvenes, agilizando la implementación eficiente de las políticas públicas y destinando los recursos económicos suficientes para ello.
El Congreso de la República debe aprobar la Ley de la Juventud así
como ratificar la Convención Iberoamericana de Derechos de la Juventud, instrumentos que permitirán el reconocimiento de la juventud como un segmento poblacional estratégico y portador de derechos.
Las municipalidades deben establecer procesos de diálogo locales
para la construcción de políticas públicas destinadas a la juventud, estableciendo presupuesto y dando prioritaria participación a las y los jóvenes.
La sociedad guatemalteca, los movimientos sociales, organizaciones,
iglesias, partidos políticos e instituciones de Estado, deben propiciar espacios de promoción de la participación y organización juvenil a todo nivel y en la toma de decisiones ya que tenemos la suficiente capacidad de ejercer tales acciones; la historia ya lo ha demostrado.
Es necesario seguir propiciando espacios de encuentro y diálogo, por lo
que para nuestras organizaciones es prioritario establecer espacios de articulación e intercambio juvenil, fomentando la participación y organización de la juventud en nuestras comunidades, compromiso que hemos asumido como un reto para seguir trabajando por nuestro desarrollo.