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HORACIO

 Biografía

Quintus Horatius Flaccus nació un 8 de diciembre en Venusia, una población


localizada en las fronteras de Lucania y Apulia, en el año 65 a.C. Su
descripción física es brindada por el biógrafo latino Suetonio, quien indica que
el escritor era “bajo y obeso, prematuramente canoso, irritable y amante de la
luz solar”.
Su padre había sido esclavo, pero fue liberado previamente a su nacimiento y
trabajaba como una suerte de recaudador de impuestos (coactor). Dicha
profesión le permitió adquirir una pequeña granja, donde transcurrió una buena
parte de la infancia de Horacio, a quien pretendía brindarle la mejor educación
posible. Para ello, a los doce años Horacio viajó con su padre a Roma con el
objetivo de ser instruido por Orbilius Pupillus. En el 46 a.C., Horacio se dirigió a
Atenas para estudiar filosofía en la aclamada Academia.
Dos años más tarde, Brutus y Cassius asesinan a Julio Cesar e inician una
dura contienda contra Marco Aurelio y Octavio (Augusto), partidarios del difunto
emperador, siendo el último heredero del Imperio Romano de acuerdo a lo
estipulado en el testamento de Julio César. Horacio es instado a unirse al
ejército de Brutus para comandar una de sus legiones. Viendo la inminente
derrota, Horacio regresa a Italia. Como consecuencia, pierde la propiedad que
había pertenecido a su padre y se ve obligado a trabajar como escribano del
tesoro (scriba quaestorii). Es justamente en esta época cuando Horacio
comienza a escribir algunos versos, aunque se desconocen cuáles de ellos. Su
amistad con Virgilio rinde frutos, ya que en este período conoce a Gaius
Maecenas, uno de los allegados políticos más cercanos a Augusto. Maecenas
permitió el ingreso de Horacio en su círculo de escritores, al cual el emperador
apreciaba. Augusto admiraba el trabajo de Horacio, al punto que le ofreció un
puesto de secretario privado del emperador, el cual fue rechazado por el poeta.
A pesar de ello, Horacio continuó gozando de la estima de Augusto.
En el año 17 a.C., por encargo del emperador, Horacio compone el Himno
Secular (Carmen Saeculare) destinado a la ceremonia de los Juegos
Seculares. Para ese entonces, ya había conformado la mayor parte del libro de
Odas, uno de sus textos más célebres. El último de sus poemas data del 13
a.C.
En el año 8 a.C., Maecenas fallece pidiendo al emperador que lo recordarse a
Horacio de la misma manera como lo recordaba a él. Un mes más tarde,
precisamente el 8 de noviembre, muere Horacio y sus restos fueron enterrados
en la proximidad de la tumba de su amigo, en la colina Esquiline.

 Odas

Los poemas que componen los distintos libros de “Odas” versan sobre
numerosos tópicos, muchos de ellos relacionados con eventos de la vida
común. Los temas predilectos de Horacio son: el amor, los placeres de la
amistad, la filosofía y el arte de la poesía. Frecuentemente, utilizaba ciertos
hechos de su vida personal o disertaba sobre aspectos políticos y morales de
su tiempo.
En cuanto a la forma de escritura, podemos decir que Horacio logra establecer
una armonía entre las formas métricas griegas y su propia originalidad respecto
de la lengua latina. Si bien suele remarcar la influencia de escritores griegos
clásicos (Siglos VIII – V a.C.), observamos que en verdad su escritura
corresponde más acertadamente al período helenístico (Siglos III – II a. C).

 Poema 1.11

Ciertamente, ésta es una de las odas más renombradas a lo largo de la


historia. Diversos autores continuaron la tradición de Horacio al efectuar una
referencia del amor con la temática de carpe diem, como Andrew Marvell en ‘To
his coy, mistress’ o Robert Herrick en ‘To the Virgins, to make much of time’.
En ella podemos observar muchos elementos que provienen de la tradición
lírica griega. Se vislumbran dos aspectos fundamentales oriundos de las
canciones sobre bebidas: la descripción de un clima tormentoso y la dedicatoria
a una mujer, Leuconoe. De acuerdo a Nisbet y Hubbard en “A commentary on
Horace”, la presencia de dicha mujer se relaciona con otro tema de suma
importancia: el rechazo a la astrología.
Nefas es un término altamente complejo, ya que podemos interpretarlo como
un sinónimo de ius, siendo el primero una forma de justicia impuesta por los
dioses y el segundo, un tipo de derecho humano.
La consulta de Leuconoe a los horóscopos babilónicos revela un tipo de
actividad usual en la sociedad romana contemporánea a Horacio.
La expresión vina liques remite al hábito de filtrar el vino previo a su consumo
(ya sea con un saco de lino o un colador de metal). Nisbet y Hubbard lo
vinculan con la noción epicúrea * de la desconfianza en el futuro.
En carpe diem, podemos observar claramente la influencia de la doctrina
epicúrea en Horacio. Inadecuadamente, se traduce en español
“aprovecha/goza el día”; pero ello no logra captar el verdadero sentido que
quiso otorgarle el autor. Tal vez su traducción en inglés sea más correcta:
“seize the day” (to seize, “agarrar”, “asir”, “tomar con las manos”).

* Epicureísmo  Filosofía = verdadera libertad.


4 errores esenciales: - temor a los dioses
- temor a la muerte
- ansia de placeres
- pesar por los dolores

Ciencia adecuada a la naturaleza


La ética es el fin; la física y la teoría del conocimiento, los medios
 To his Coy, Mistress

Had we but world enough, and time,


This coyness, lady, were no crime.
We would sit down, and think which way
To walk, and pass our long love’s day.
Thou by the Indian Ganges’ side
Shouldst rubies find; I by the tide
Of Humber would complain. I would
Love you ten years before the flood,
And you should, if you please, refuse
Till the conversion of the Jews.
My vegetable love should grow
Vaster than empires and more slow;
An hundred years should go to praise
Thine eyes, and on thy forehead gaze;
Two hundred to adore each breast,
But thirty thousand to the rest;
An age at least to every part,
And the last age should show your heart.
For lady, you deserve this state,
Nor would I love at lower rate.
But at my back I always hear
Time’s wingèd chariot hurrying near;
And yonder all before us lie
Deserts of vast eternity.
Thy beauty shall no more be found,
Nor, in thy marble vault, shall sound
My echoing song; then worms shall try
That long-preserved virginity,
And your quaint honor turn to dust,
And into ashes all my lust:
The grave’s a fine and private place,
But none, I think, do there embrace.
Now therefore, while the youthful hue
Sits on the skin like morning dew,
And while thy willing soul transpires
At every pore with instant fires,
Now let us sport us while we may,
And now, like amorous birds of prey,
Rather at once our time devour
Than languish in his slow-chapped power.
Let us roll all our strength and all
Our sweetness up into one ball,
And tear our pleasures with rough strife
Thorough the iron gates of life:
Thus, though we cannot make our sun
Stand still, yet we will make him run.
 To the Virgins, to Make Much of Time

Gather ye Rose-buds while ye may,


Old Time is still a flying:
And this same flower that smiles to day,
To morrow will be dying.

The glorious Lamp of Heaven, the Sun,


The higher he's a getting;
The sooner will his Race be run,
And neerer he's to Setting.

That Age is best, which is the first,


When Youth and Blood are warmer;
But being spent, the worse, and worst
Then be not coy, but use your time;

And while ye may, goe marry:


For having lost but once your prime,
You may for ever tarry.
 Texto

Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi

fìnem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios

temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati!

Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,

quae nunc oppositìi debilitat pumicibus mare

Tyrrhenum, sapias, vina liques, et spatio brevi

spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida

aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

 Traducción

No indagues, ya que saberlo va en contra de la voluntad divina,


cuál es el fin que los dioses nos han concedido a mí y a ti, Leuconoe,
ni tientes a los horóscopos. ¡Cuánto mejor es soportar todo aquello que será!
Ya si Júpiter nos otorgó muchos inviernos, ya si nos dio el último,
el cual ahora debilita contra las rocas opuestas al mar Tirreno,
reflexiona, filtra los vinos, y ajusta tu larga esperanza a un espacio breve.
Mientras hablamos, habrá huido el tiempo celoso: aprovecha el día,
creyendo lo menos posible en el día de mañana.
 Métrica

Tù ne quaèsierìs, || scìre nefàs, || quèm mihi, quèm tibi

fìnem dì dederìnt, || Lèuconoè, || nèc Babylònios

tèmptarìs numeròs. || Ùt meliùs, || quìdquid erìt, pati!

Sèu plurìs hiemès || sèu tribuìt || Iùppiter ùltimam,

quaè nunc òppositìs || dèbilitàt || pùmicibùs mare

Týrrhenùm, sapiàs, || vìna liquès, || èt spatiò brevi

spèm longàm resecès. || Dùm loquimùr, || fùgerit ìnvida

aètas: càrpe dièm, || quàm minimùm || crèdula pòstero.

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