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INTRODUCCIÓN

La influenza porcina (gripe porcina) es una enfermedad


respiratoria de los cerdos causada por el virus de la
influenza tipo A.

Los virus de la influenza porcina enferman gravemente


a los cerdos pero las tasas de mortalidad son bajas.

Estos virus pueden propagarse entre los cerdos durante


todo el año, pero la mayoría de los brotes infecciosos
ocurren en los meses finales del otoño e invierno, al
igual que los brotes en las personas.
INTRODUCCIÓN
En 1918 se detectó por primera vez el
virus de la influenza porcina en cerdos.
Según las investigaciones, tal parece que
se trataba de un virus de origen aviar
transmitido a los cerdos.

La gripe porcina es una enfermedad


generalmente leve en los cerdos, aunque
puede propagarse muy rápidamente en
un hato.

Hay diferentes subtipos y cepas del virus,


se sabe que algunos de ellos han
infectado a otras especies animales,
hasta al hombre, aunque es raro.
INTRODUCCIÓN
Las tasas de morbilidad pueden alcanzar el
100%, mientras que las tasas de mortalidad
son bajas. Sin embargo, la principal
repercusión en la economía está relacionada
con el retraso en el aumento de peso, ya que
para alcanzar el peso de comercialización, se
requiere un mayor número de días.

El subtipo se determina por las propiedades


antigénicas y genéticas de las proteínas de
superficie hemaglutinina (H) y neuraminidasa
(N). Existen 16 tipos de hemaglutininas y 9 de
neuraminidasas.

La enfermedad es causada por los virus de


influenza de tipo A, que se caracterizan en
varios subtipos, siendo los más comunes
H1N1, H1N2 y H3N2.
ETIOLOGIA
Virus influenza tipo A

Orthomyxovirus ARN

Las principales cepas


implicadas en la gripe
del cerdo son la H1N1,
la H3N2 y la H1N2.
PATOGENIA
• La vía de transmisión más común de la enfermedad es la nasofaringea.
• Tras la entrada, el virus se adhiere a los cilios y replica en el epitelio del
tracto respiratorio anterior. Desde ahí se extiende hacia los bronquios y
bronquiolos, provocando daños en el aparato mucociliar:
– pérdida de cilios
– aumento de la producción de moco
– necrosis y metaplasia del epitelio de las vías aéreas
– exudado compuesto por neutrófilos y macrófagos.

• El virus también se extiende al epitelio alveolar y macrófagos alveolares,


dando lugar a un exudado serofibrinoso.

• El daño al aparato mucociliar junto a la alteración de la función de los


macrófagos alveolares predispone los cerdos a la aparición de infecciones
bacterianas secundarias.
TRANSMISIÓN
La vía de transmisión más común de la enfermedad es la nasofaríngea. Las
secreciones nasales son una fuente de infección para los animales
susceptibles.

La transmisión del virus entre cerdos se puede producir de dos formas:


Directa: el virus se disemina rápidamente en la granja a través de aerosoles y
por contacto directo entre animales.
Indirecta: a través de aerosoles entre granjas, sobre todo en regiones de alta
densidad porcina.

Los virus de la influenza se encuentran principalmente en los cerdos, pero


también se han detectado en otras especies, como los humanos, pavos y
patos.

Dentro de las 24 horas de la infección, los cerdos infectados empiezan a


expulsar los virus y suelen diseminarlos durante un periodo de entre 7 y
10 días.
SINTOMAS
La mayoría de cepas pueden circular en cerdos con escasos/sin signos
clínicos. Sin embargo, la infección por el virus de la gripe porcina puede
quedar enmascarada por la presencia conjunta de otros virus y bacterias,
en lo que se conoce como Complejo Respiratorio Porcino (CRP).

Se pueden observar diversos signos clínicos que varían según diversos


factores:
Los casos más agudos de influenza porcina se caracterizan por fiebre,
respiración abdominal, letargia, anorexia, pérdida de peso, descarga nasal, tos
seca y dificultad en la respiración.
La morbilidad es muy alta pero la mortalidad es muy baja.
La fiebre puede producir disminución de la producción de semen en machos y
abortos en las cerdas.
Cuando no existen complicaciones, la recuperación se produce a los 2-6 días.
Las complicaciones incluyen infecciones secundarias bacterianas o víricas y
ocasionalmente se puede ver bronconeumonía grave.
LESIONES
Las lesiones que se observan en infecciones
no complicadas son las de una neumonía
vírica: partes afectadas de los pulmones
consolidadas, de color rojo oscuro a rojo
púrpura, vías aéreas a menudo dilatadas y
llenas de exudado, y aumento de tamaño de
nódulos linfáticos traqueobronquiales y
mediastínicos. Algunas cepas producen
lesiones más marcadas que otras.
DIAGNÓSTICO
Diagnóstico clínico
Aparición de signos clínicos y lesiones típicas.

Diagnóstico laboratorial
Detección del antígeno (inmunofluorescencia o
inmunoperoxidasa)
Kits de captura de antígenos para diagnóstico rápido
(muestras nasales o bronquiales)
Aislamiento vírico (muestras nasales o de tejido
pulmonar)
Serología (inhibición de la hemaglutinación,
inmunofluorescencia indirecta y ELISA)
TRATAMIENTO
No existe tratamiento eficaz, solamente
tratamiento paliativo (provisión de agua para
mantener la hidratación, antipiréticos para la
reducción de fiebre y administración de
antibacterianos para controlar las infecciones
bacterianas concomitantes).

Las vacunas del virus de la influenza porcina son


la única medida eficaz para el control de la
infección y se recomienda en zonas o épocas de
alta prevalencia.
PREVENCIÓN
Las reglas básicas de bioseguridad son esenciales para prevenir la enfermedad,
pero incluso aplicándolas con sumo cuidado, la infección puede suceder en
zonas con alta densidad de población porcina, ya que el virus se difunde
principalmente vía respiratoria y es altamente transmisible entre cerdos.

Algunas medidas de bioseguridad recomendadas son:


Higiene: adecuada limpieza, sistemas de manejo tipo todo dentro/todo fuera, aislar
animales enfermos, evitar el contacto de personal con gripe con los animales (en
caso necesario, uso de mascarilla), medidas sanitarias del personal ante un brote
para evitar el contagio dentro de la explotación (mascarillas, guantes, cambio de
ropa y calzado, etc.).
Vacunación: se aconseja vacunar de forma periódica a todos los animales,
principalmente en otoño y principios de invierno.
Manejo: evitar someter a los animales a factores estresantes, evitar las variaciones
de temperatura, cuarentena de lotes nuevos.
Alimentación: evitar los cambios en la dieta, asegurar una adecuada ingesta de
calostro, administrar alimento y agua de calidad y en cantidad suficiente.
Instalación: suficientemente aislada de vías públicas, evitar el paso de animales
sensibles a la influenza (caballos y aves).
¿Qué riesgos para la salud pública?
Ocasionalmente se han registrado infecciones humanas con
los virus de la influenza porcina, por lo general han sido
personas que han tenido contacto directo con cerdos
infectados y el cuadro clínico ha resultado similar al de la
gripe estacional. Los virus de la influenza porcina se
propagan muy rara vez en las poblaciones humanas.

La influenza porcina no se transmite por los alimentos. El


riesgo de contraer los virus por el consumo de carne de
cerdo u otros productos porcinos es insignificante. Los virus
de la influenza están restringidos por lo general al tracto
respiratorio del cerdo y no se detectan en el músculo
(carne) del animal, ni siquiera durante el periodo agudo.

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