Precoma diabético.- Caracterizado por vómitos, diarreas o constipación,
epigastralgia, astenia, deshidratación, poliuria e hipotermia. Herpes Zóster.- Debido a que el virus ataca sobre todo los nervios, es posible en los casos de localización intercostal baja que se presente un dolor a veces muy intenso, irradiado al hemi-abdomen superior. La aparición de las vesículas en la piel confirman el diagnóstico. Enfermedades extraabdominales: Cardiovasculares: Infarto del miocardio: Los datos para el diagnóstico diferencial son los signos de isquemia y/o lesión que aparecen en el electrocardiograma. Respiratorias: Neumonía de la base: Se presentan síntomas de insuficiencia respiratoria aguda, fiebre. Existe dolor abdominal con distensión abdominal refleja. Enfermedades abdominales: Retroperitoneales: Cólico nefrítico: Hay dolor lumbo-abdómino-genital con intranquilidad del paciente. Vómitos. Disuria. Micro y macrohematuria. Dolor a la percusión de la fosa renal. Pielonefritis aguda.- Hay dolor espontáneo y a la palpación en fosa lumbar, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. Aneurisma disecante de la aorta.- Epigastralgia irradiada a piernas y brazos. Además hipertensión arterial. Intraperitoneales: Peritonitis primaria: Aparece fiebre, lengua seca, taquicardia, aleteo nasal, distensión abdominal, inquietud, silencio abdominal, hipo, fondo de saco de Douglas doloroso al tacto. Enterocolitis: Presenta dolor abdominal, diarreas y exageración de los movimientos peristálticos. Se considera desde el punto de vista practico dividirlo en: Enfermedades y lesiones que producen un abdomen agudo quirúrgico que requieren casi siempre una laparotomía de urgencia: Síndrome peritoneal: lo produce la inflamación de la serosa que reíste la cavidad peritoneal, a veces por bacterias que producen una perforación gastroduodenal, heridas penetrantes o la propagación de un proceso supurativo de un órgano intraabdominal. Apendicitis aguda. Ulcera gastroduodenal perforada. Colecistitis aguda. Diverticulitis del colon. Perforación del tracto gastroduodenal. Diverticulitis de Meckel. Enfermedad de Crohn “complicada”. Torsión de epiplón y apéndices epiplóicos. Enfermedades y lesiones que producen un abdomen agudo quirúrgico que requieren casi siempre una laparotomía de urgencia: Síndrome obstructivo: síntomas y signos producidos por la detención parcial o completa de los movimientos que impulsan el contenido intestinal hacia delante, por un periodo lo suficientemente grande para originar cambios patológicos locales y generales. Bridas y adherencias . Hernias de la pared. Tumores del intestino. Vólvulos del intestino delgado. Vólvulos del intestino grueso. Invaginación intestinal. Oclusión vascular mesentérica. Íleo biliar.. Enfermedades y lesiones que producen un abdomen agudo quirúrgico que requieren casi siempre una laparotomía de urgencia: Síndrome hemorrágico: lo constituyen los síntomas y signos generales y locales que producen la sangre derramada en la cavidad abdominal y en el retroperitoneo. Lesiones traumáticas del bazo. Lesiones traumáticas del hígado. Lesiones traumáticas del riñón. Lesiones traumáticas del mesenterio. Ruptura de un aneurisma de la aorta abdominal. Ruptura de un aneurisma de la arteria hepática. Ruptura de un aneurisma de la arteria esplénica. Ruptura de un aneurisma de la arteria renal. Embarazo ectópico roto. Enfermedades ginecológicas que producen un abdomen agudo de las cuales requieren laparotomía de urgencia: cuando es producido por afecciones del aparato reproductor femenino, se llama abdomen agudo ginecológico o abdomen agudo inferior. Síndrome peritoneal: Salpingitis aguda. Piosalpinx. Ruptura del útero. Síndrome hemorrágico: Embarazo ectópico roto. Ruptura de un quiste de foliculina. Ruptura de un quiste de luteína. Síndrome de torsión: Torsión de un quiste de ovario. Torsión de un mioma uterino. Enfermedades medicas que simulan un abdomen agudo que excepcionalmente requieren laparotomía de urgencia: la falla al examinar un pct. Con dolor abdominal puede conducir al medico a indicar una laparotomía en enfermedades que son de tratamiento médico. Enfermedades del tórax: Neumonía. Infarto del pulmón. Neumotórax espontaneo. Infarto cardiaco. Pericarditis aguda y Pleuresía diafragmática. Enfermedades del retroperitoneo: Calculo renoureteral y Hidronefrosis. Enfermedades musculo-esqueléticas: Hematoma del recto. Osteítis del pubis. Enfermedades gastrointestinales: Gastritis y enteritis. Enfermedades endocrinas: Hipertiroidismo y acidosis diabética Tratamiento Médico: El apoyo ventilatorio y hemodinámica: La administración de O2 es importante para mejorar la hipoxemia que ocurre en las peritonitis El apoyo ventilatorio debe iniciarse cuando hay incapacidad para mantener una respiración alveolar adecuada que se refleja por una hipoxemia con cifra de presión arterial de O2 menor de 55 mm de Hg. La vigilancia hemodinámica debe ser continua, por lo que el registro de los signos vitales debe ser por lo menos cada 1 a 2 horas. Balance hidroelectrolítico, acido base y calórico: La cuantificación de electrolitos séricos debe realizarse para conocer el balance hidromineral y ácido base previo con vistas a sus posibles correcciones antes de la intervención quirúrgica. La antibioticoterapia: debe comenzar desde el momento en que se ha llegado a un diagnóstico positivo de peritonitis y en estos casos el uso de antibióticos de amplio espectro se deben combinar con aquellos que son efectivos contra los gérmenes anaerobios. (una cefalosporina de tercera generación y un antianaerobio como el Metronidazol o la Clindamicina), si se sospecha de una infección a pseudomona, añadir entonces a esta combinación con un aminoglucósido. Hay la posibilidad de utilizar monoterapia con Imipenem. Tratamiento quirúrgico del síndrome peritoneal: Las premisas para el tratamiento quirúrgico son: Eliminar la causa productora del cuadro sindrómico: Realizar la exéresis (extirpación) del órgano enfermo de forma completa como en el caso de la apendicitis aguda o realizar maniobras que eviten la continuada contaminación de la cavidad peritoneal como cuando se hace una sutura y epiploplastia de una úlcera duodenal o gástrica perforada. Descontaminación: Se basa en tratar de reducir la contaminación de la cavidad peritoneal, para lo que se han usado los procedimientos de “Limpieza mecánica”, “Desbridamiento” y “Lavado peritoneal introperatorio”. De éstos, el que se utiliza es el último, ya que los primeros no han demostrado más eficacia y son más agresivos. Tratamiento quirúrgico: Evitar la recidiva: Para evitar la recidiva se han propuesto tres métodos fundamentales que son: “Lavado intraperitoneal postoperatorio continuo”: Para esto se requiere dejar drenajes en forma de tubos para administrar soluciones de arrastre. Tiene la desventaja de que después de 48 horas se establecen túneles alrededor de los tubos intraperitoneales y no se logra el cometido. Además se queda líquido atrapado dentro del abdomen. “Abdomen abierto”: Se usó al inicio pero por las complicaciones sobre todo de fístulas intestinales, se usa actualmente con materiales protésicos y protección de las asas intestinales. “Relaparotomía”: Puede ser “Programada” en cuyo caso se usan mallas o bolsas con o sin “zíper”. Otras veces se usan puntos totales para cerrar la pared en forma provisional. La otra variedad es hacer la relaparotomía “A Demanda”, quiere esto decir que se realiza la reintervención y se deja la próxima laparotomía a realizar sólo si los signos locales y generales así lo orientan. Apendicitis aguda: es la inflamación aguda de este órgano, producida por la obstrucción de la luz del mismo e infectada por gérmenes del colon. Recuento anatómico y fisiológico Se creía un órgano en desaparición y sin ninguna función; en la actualidad no se considera así. Desde el punto de vista anatómico, se origina en el fondo del ciego, en la unión de la tenia anterior y la parte inferior del ciego; está irrigado por la arteria apendicular, rama de la arteria ileocólica; estas arterias están acompañadas por sus respectivas venas, estos vasos transcurren en el mesoapéndice. Su posición varía, y así se presentan las siguientes localizaciones: 1. Retrocecal. 2. Subhepática. 3. Latero externa ascendente. 4. Mesocelíaca. 5. Retroileal. 6. Pelviana. El apéndice es de forma tubular y tiene una longitud de 6 a 10 cm, aunque pueden encontrarse raramente apéndices de longitud menor o mayor. Apendicitis aguda Etiología El origen de la apendicitis aguda es la obstrucción de su luz, esta solo tiene un diámetro de 0,5 cm. se pueden enumerar las siguientes: 1. Hiperplasia de la mucosa y tejido linfoide subyacente. 2. Semillas y restos de vegetales ingeridos. 3. Cuerpos extraños. 4. Parásitos (áscaris). 5. Fecalitos (el más frecuente). La flora normal del intestino grueso es igual a la existente en el ciego y apéndice. Se encuentran entre otros: Bacteroides fragilis, Escherichia coli, Peptoestreptococos, Pseudomonas, lactibacilus, etc., es decir hay aerobios y anaerobios. Apendicitis aguda Fisiopatología La obstrucción de la luz hace que se constituya una cavidad cerrada y que aumente la presión en dicha cavidad. Al ocurrir el bloqueo de la luz apendicular en su parte proximal, las secreciones se acumulan y la presión aumenta, se produce una proliferación bacteriana y aumento de su virulencia, que al aumentar la presión, se colapsa la circulación venosa y capilar, pero no la arteriolar, y se produce edema y congestión. se compromete la circulación arterial y sobreviene la isquemia con su temida necrosis y perforación, lo que ocasiona el vertimiento en el peritoneo de estas secreciones contaminadas con gérmenes de alta virulencia, y entonces aparece la peritonitis, que puede ser localizada o difusa, según los medios de defensa que emplee el organismo atacado. Apendicitis aguda Anatomía patológica La apendicitis aguda tiene 3 formas principales de presentarse y son las aceptadas universalmente: la catarral, supurada y gangrenosa. En la etapa de apendicitis catarral se encontrarán las siguientes lesiones histológicas: hay congestión del apéndice con edema de sus paredes, el exudado neutrófilo afecta la mucosa, submucosa y la muscular. Está turgente, erecto y rojizo, pero el brillo de la serosa está conservado. En la forma supurada el proceso está más avanzado y las alteraciones histológicas son más acentuadas. Aparecen ulceraciones en la mucosa, está aumentada la infiltración leucocitaria de la pared y una reacción fibrino purulenta se dispone en capas sobre la serosa. La coloración del órgano puede ser rojo intenso. La luz puede estar ocupada por contenido muco purulento y a veces por fecalitos. La forma gangrenosa, la más grave de todas las apendicitis agudas, aparece en zonas intensas y verdes de úlceras hemorrágicas en la mucosa con necrosis verdes negruzcas en toda la pared que llega hasta la serosa. El apéndice está muy distendido en su extremidad distal o en toda su extensión. El meso está grueso, infiltrado y a veces cubierto de puntos de necrosis. Apendicitis aguda Cuadro clínico Sintomatología. La sintomatología de la apendicitis aguda es característica, cuando se presenta en su forma clásica; El síntoma principal de la apendicitis aguda es el dolor. Comienza en forma de molestia epigástrica, que con el transcurso del tiempo aumenta, pero sin ser en esta etapa de gran intensidad. Al cabo de algunas horas (2 a 4) de su primitiva localización epigástrica se desplaza hacia la fosa ilíaca derecha. 1. Punto de Mc Vómitos. Son de origen reflejo, son discretos y suelen ser alimentarios o biliosos; a veces Burney. es sustituido por síntomas equivalentes: náuseas y anorexia. 2. Punto de Lanz. Fiebre. en sus comienzos es moderada alrededor de 37 a 38 0C., si la sintomatología comienza con fiebre de 39 a 40 0C, algunos autores plantean que no es apendicitis aguda. Si se acompañara de escalofríos pudiera señalar que ha habido perforación. Examen físico Inspección. El enfermo estará inquieto, en posición de decúbito lateral y encorvado, otras veces con las manos se tocará la fosa ilíaca derecha. Si se levanta y decide caminar lo hará encorvado y con gran dolor en el cuadrante inferior del abdomen, debido a la compresión del apéndice por la contracción del psoas. Auscultación. Se podrá recoger un silencio abdominal o ruidos hidroaéreos presentes, de acuerdo con la etapa clínica de la inflamación del apéndice. Apendicitis aguda Examen físico Palpación. es fundamental para el diagnóstico, ya que permite demostrar la reacción del peritoneo, debido a la inflamación del apéndice. Si se ejerce una presión ligera en la fosa ilíaca derecha, despertará una sensación dolorosa; si se comprime con mayor fuerza, provocará una contractura de los músculos parietales. Existen varios signos físicos que se debe buscar en un paciente sospechoso de apendicitis aguda y que de estar presente apoyarían el diagnóstico clínico de esa entidad: 1. Signo de Blomberg: la descompresión brusca de la presión sobre la fosa ilíaca derecha provoca un dolor intenso, que indica irritación peritoneal de esa zona por la inflamación apendicular. 2. Signo de Mc Burney. Punto de máxima sensibilidad dolorosa cuando está afectado el apéndice. Se localiza en el tercio externo de una línea rectal, entre la espina ilíaca anterior derecha y el ombligo. Percusión. Al percutir esta región se comprobará cierto grado de aumento de la sonoridad, debido a la distensión del ciego, por un cierto grado de íleo paralítico. Apendicitis aguda Exámenes complementarios Hemograma: la leucocitosis de esta afección, no es alta, oscilando entre 10 000 a 18 000, aunque en algunos casos graves puede llegar a 30 000. a expensas de los neutrófilos, pudiendo ser estos de 70 a 80 % análisis de orina Imagenología. Cuando la sintomatología clínica es manifiesta, no es necesario realizar exámenes radiológicos, pero en ocasiones es necesario hacer una radiografía de abdomen simple para ver si se acompaña de un íleo paralítico. Apendicitis aguda Complicaciones Perforación. Esta complicación se produce indefectiblemente en toda apendicitis aguda no intervenida precozmente; por lo que es necesario operar al paciente antes de que ocurra esta temible eventualidad. Peritonitis localizada. Cuando el proceso inflamatorio queda localizado al área circunvecina pueden presentarse 2 formas: el plastrón apendicular y el absceso. 1. Plastrón. Predominan los fenómenos plásticos y el poco pus; las adherencias engloban los órganos vecinos: ciego, asas intestinales, epiplón y la pared abdominal y forma una tumefacción palpable; es un mecanismo defensivo. 2. Absceso:. Que se diagnosticará por la evolución, en que se encontrara un agravamiento de los síntomas, fiebre alta, taquicardia y al examen de la tumefacción se encontrar á que está muy dolorosa y fluctuante. Apendicitis aguda Tratamiento es quirúrgico y debe realizarse lo más precoz posible. Tratamiento preoperatorio. Es necesario tomar medidas antiinfecciosas, ya que la apendicectomía en la apendicitis aguda es una operación clasificada como contaminada y como tal en el presente es necesario el uso perioperatorio de antibióticos. 1. Cefazolina de 1 a 3 g i.v. de acuerdo con la duración de la intervención. La primera dosis se administra a la inducción anestésica. 2. cefatoxime de 1 a 3 g en la misma forma que la anterior 3. ceftriaxona 2 g a la inducción de la anestesia. 4. metronidazol, que tiene acción contra los gérmenes anaerobios (dosis de 500 mg/12 h). Operación. La anestesia que se recomienda es la general endotraqueal, debido al carácter de urgencia de esta intervención. Se recomienda el uso de la incisión pararrectal interna derecha infraumbilical, que facilita un acceso amplio a la región ceco-apendicular y permite extirpar el apéndice en cualquiera de las posiciones en que se encuentre. Algunos usan la incisión de Mc Burney, pero que tiene el inconveniente de que si el diagnóstico es erróneo, hay que hacer otra incisión quirúrgica. Apendicitis aguda Tratamiento posoperatorio. Si la intervención se hizo sin accidentes y no había peritonitis generalizada se puede empezar la alimentación oral a partir de las 8 a 10 h y también la movilización del paciente; hasta ese momento se suministrará alimentación parenteral a base de soluciones de hidrato de carbonos y electrolíticos. En el caso de la cirugía laparoscópica, el alta será más rápida que en la cirugía abierta. Es necesario administrar analgésicos parenterales en las primeras 24 a 48 h. La recuperación del paciente en la inmensa mayoría de los casos es completa, a los pocos días; pudiendo reincorporarse a sus obligaciones habituales entre los 15 y 30 días. En los operados por vía laparoscópica es corriente que lo hagan a los 7 días. Hernias de la pared: Se denomina hernia abdominal externa a la protrusión anormal de uno o más de los órganos que contiene dicha cavidad o de una parte de ellos, a través de orificios congénitos o adquiridos de las capas músculo fascio-aponeuróticas de la pared abdominopélvica y puede llegar a perder la capacidad de reintegrarlos a su lugar habitual. Anatomía de la pared anterior del abdomen Músculos de la región anterolateral del abdomen. Clásicamente, se dividen en 2 grupos: músculos largos y anchos. Los largos, son el recto anterior del abdomen y el piramidal y los anchos son, de fuera hacia adentro, el oblicuo externo o mayor, oblicuo interno o menor y transverso. Todos estos músculos se sitúan simétricamente a ambos lados de la línea media sagital del abdomen. Línea alba. Se encuentra en la línea media entre los 2 músculos rectos y está formada por la fusión de las aponeurosis del oblicuo mayor, oblicuo menor y transverso abdominal. Línea semilunar, denominada línea de Spiegel o de Spigelio. Es una línea lateral convexa entre el arco de la novena costilla y la espina del pubis en el plano de la línea medioclavicular. Hernias de la pared: Clasificación y definiciones Las hernias abdominales externas se clasifican de acuerdo con lo siguiente: 1. Localización: inguinales, umbilicales, crurales, epigástricas, hipogástricas, lumbares y perineales. En el caso de la hernia inguinal, según el lugar donde se prolapsa: directa, indirecta y combinada, también denominadas en pantalón. 2. Causa: congénitas o adquiridas. 3. Reductibilidad: reductible o irreductible (incarcelada o incarcerada y estrangulada). 4. Relación con el peritoneo: preperitoneal, completa o deslizada. Patogenia En la patogenia de las hernias abdominales externas, los elementos fundamentales son: el estado de las estructuras anatómicas de la pared abdominal, donde la aparición de una zona de debilidad u orificio congénito o adquirido, será el factor predisponente, mientras que los cambios que dan lugar a un aumento de la presión intraabdominal, son los que actúan como elemento agresor o factor determinante. Hernias de la pared: Partes de las hernias abdominales externas. Todas las hernias abdominales externas se forman por 3 elementos: la zona herniaria o punto débil (anillo), el saco herniario o continente (del latín sacus, bolsa) y el contenido que puede estar constituido por cualquier víscera o tejido intraabdominal Evolución y complicaciones La evolución natural de una hernia externa, con excepción de las hernias umbilicales congénitas, que pueden obliterarse espontáneamente en los primeros años de vida si su diámetro es menor de 1,5 cm y algunas hernias inguinales indirectas, que en raras ocasiones curan por el cierre espontáneo del conducto peritoneo-vaginal, está dada por el crecimiento continuado, con destrucción y debilitamiento de las estructuras de sostén, teniendo la posibilidad objetiva de complicaciones graves derivadas de la irreductibilidad aguda (atascamiento, obstrucción intestinal, estrangulación y necrosis intestinal). Hernias de la pared: La irreductibilidad o incarceración pueden persistir por tiempo, desarrollando adherencias entre el saco y el contenido, que hacen la hernia en ocasiones dolorosa, lo que disminuye la capacidad física del enfermo. Puede dar lugar a oclusión intestinal aguda, crónica o intermitente, derivando de esta característica sus manifestaciones clínicas y la demanda de tratamiento quirúrgico urgente. La estrangulación es la complicación más temida, en la cual ocurre la necrosis del contenido por interrupción de la circulación venosa, linfática y por último arterial, lo que contribuye a una mayor morbimortalidad. Las hernias no curan con tratamiento médico, siendo la intervención quirúrgica la única solución, preferiblemente de forma electiva. Tratamiento El único tratamiento definitivo recomendable para una hernia abdominal externa es el quirúrgico. La reparación de un defecto herniario tiene los principios siguientes: - Reponer los órganos a su lugar habitual. - Eliminar el saco herniario. - Cerrar la zona de debilidad u orificio herniario y reforzar el defecto establecido con los propios tejidos del paciente. Aneurisma arteriales Es la dilatación circunscrita o difusa de una arteria, que comporta la formación de un saco relleno de sangre, líquida, coagulada o de ambas, que tiene como característica la comunicación con la luz arterial. Clasificación Los aneurismas se han clasificado en diversas formas; una primera clasificación en relación con su aparición es la de congénitos y adquiridos. Los congénitos son los que aparecen con el nacimiento y los adquiridos son los que aparecen en el transcurso de la vida y que obedecen a varias causas. De acuerdo con su forma se clasifican en saculares, en forma de “saco”, y fusiformes, en forma de “huso”, o dilatación cilíndrica de la arteria. Johnston, recomienda se clasifiquen según una combinación de los siguientes factores: localización, origen, características histológicas y manifestaciones clinicopatológicas. Localización Los aneurismas se localizan en cualquier arteria del organismo, pero su frecuencia estadística ha demostrado ser: 1. La aorta abdominal. 2. La aorta torácica. Cuando se localizan en la aorta, 80 % se 3. La arteria poplítea. encuentran en la aorta abdominal infrarrenal Aneurisma arteriales Etiología La causa más frecuente de los aneurismas es la aterosclerosis y le siguen en orden las causas inflamatorias (aneurismas micóticos y sifilíticos); otras causas menos frecuentes son los traumáticos, posestenóticos, etc. Fisiopatología La primera respuesta de un vaso al aumento de la presión en su interior es su elongación. Mientras la pared arterial mantenga su resistencia y elasticidad, retornará a su forma original cuando la presión ejercida sobre ella sea retirada. Cuando la pared arterial ha sido alterada, sobre todo cuando se hace rígida, como en el curso de la aterosclerosis, su resistencia y elasticidad disminuyen; pueden presentarse dilataciones aneurismáticas, que ocurren por lo general en estadios tardíos del proceso aterosclerótico. Los factores mecánicos, que aumentan la tensión sobre la pared arterial tales como la hipertensión arterial; factores genéticos, factores nflamatorios y proteolíticos por cambios en la matriz proteica arterial, son elementos que también han sido planteados en la patogenia de los aneurismas. Aneurisma arteriales: Cuadro clínico Los aneurismas, ya sean aórticos o de las arterias periféricas: femorales, poplíteos, axilares, humerales, radiales, cubitales, etc., producen 2 tipos de síntomas 1. Los producidos por el propio tumor aneurismático en sí: sensación de una “pelota” o masa pulsátil. 2. Los formados por el crecimiento y compresión de los órganos vecinos que provocan dolor, íleo, lumbalgia, estasis urinario, etc. Los signos se identifican como una masa corporal tumoral pulsátil, con expansión y soplo sistólico, que no está presente siempre. A veces producen circulación venosa colateral por compresión de grandes venas (poplítea, cava inferior e ilíaca). Los signos de aviso de los aneurismas abdominales antes de su ruptura son: dolor en la columna o abdomen superior, que persistirá unos días. Después de la ruptura: dolor constante, permanente, de igual intensidad, en el abdomen, región de los flancos y la columna lumbosacra, irradiado en ocasiones a testículos y pliegue inguinal. Además hipotensión arterial, taquicardia, sudoración fría, náuseas, oliguria (signos de shock hipovolémico), hemoglobina baja y leucocitosis. Aneurisma arteriales: Exámenes complementarios Ultrasonografía abdominal: ofrecen información del contorno de la pared aórtica, extensión del aneurisma, relación con arterias viscerales. La TAC. Proporciona una definición anatómica precisa donde se puede visualizar la aorta torácica. Proporciona información de arterias viscerales y otras estructuras subyacentes. La RMN. Es capaz de informar acerca de las características del tejido. Angiorresonancia. Se equipara este estudio con la arteriografía, pero con las ventajas de menor agresividad y la ausencia de radiaciones. Rayos X simple. Pueden observarse calcificaciones de la pared arterial. Complementarios de laboratorio. Hemograma con conteo diferencial creatinina, urea, glicemia, filtrado glomerular pruebas de función hepática, transaminasa glutámica parcial de orina coagulograma y lipidograma. Aneurisma arteriales: Complicaciones Ruptura. En ocasiones, resulta la primera manifestación del aneurisma. Puede ser en las regiones retropleurales o retroperitoneales, en las cavidades torácica o abdominal, en el encéfalo o perforando una víscera hueca como el duodeno, o la vena cava. La rotura de un aneurisma abdominal es un acontecimiento catastrófico debido a una mortalidad peratoria que varía de 30 a 63 %. Embolismo. A punto de partida de la formación de coágulos en el interior del aneurisma. Aneurisma arteriales: Tratamiento La prevención primaria de la enfermedad se basa, fundamentalmente, en el control de los factores de riesgo ateroescleróticos y la prevención secundaria se basa en el diagnóstico por la pesquisa, que puede realizar el médico general integral y el angiólogo en grupos de alto riesgo (mayores de 40 años, hipertensos, fumadores etc.) El tratamiento ideal en los aneurismas arteriales, lo constituyen su extirpación y se restablece a su vez la continuidad vascular. La técnica quirúrgica más usual empleada en el AAA es la aneurismectomía con interposición de un injerto o prótesis vascular sintética de Dacrón o teflón, aorto-aórtico (tubular),o derivación aorto bi-ilíaca o bi-femoral.