Dra Azubel Ramirez Argelia Maldonado Emma ramirez Es una enfermedad metabólica hereditaria, se caracteriza por la excreción de la fructuosa en la orina. 1- fructosuria La deficiencia de la enzima fructoquinasa desacelera la transformación de la fructosa a fructosa- 6-fosfato ejecutada por la enzima hexoquinasa en el músculo y el tejido adiposo, lo que no produce ninguna sintomatología y sólo se detecta al buscar sustancias reductoras en la orina.
Se han encontrado 2 mutaciones que
alteran la fosfofructoquinasa: G40R y A43T No requiere ningún tratamiento dietético y el pronóstico es excelente. 2- intolerancia hereditaria a la fructuosa Se produce por la deficiencia o ausencia de la enzima aldolasa B (fructosa 1,6-difosfato aldolasa) Este defecto enzimático impide la transformación de fructosa-1- fosfato en fructosa 1,6 difosfato, dihidroxiacetona fosfato y gliceraldehído inhibiéndose la síntesis de glucosa, lo que se ocasiona hipoglicemia. Su herencia es autosómica recesiva y se estima una incidencia de 1: 20.000 recién nacidos vivos. El gen está localizado en el cromosoma 9q13- q32. Los pacientes con esta enfermedad son normales mientras reciben lactancia materna. Una vez que se introducen fórmulas con azúcar, medicamentos con azúcar o frutas, aparecen náuseas, vómitos, palidez, sudoración, temblor, letargia e incluso convulsiones provocados por la hipoglicemia. Si no se sospecha y no se suspende la fructosa, los pacientes dejan de crecer, aparece hepatomegalia con aumento de bilirrubina y de transaminasas, ictericia, sangramiento, edema y ascitis.
Si se mantiene el consumo de fructosa
presentarán insuficiencia hepática y alteración de la función tubular proximal renal con proteinuria e hiperaminoaciduria. El tratamiento consiste en eliminar de la dieta toda fuente de fructosa como: la sacarosa (glucosa y fructosa), fructosa, sorbitol. Alimentos con rafinosa, inulina y estaquiosa contienen fructosa que puede ser metabolizada por el organismo humano.
La miel contiene entre un 20%-40%
de fructosa, las frutas un 20-40% y las verduras un 1-2% 3- deficiencia de fructuosa 1-6 difosfatasa El déficit de fructosa 1-6- difosfatasa impide la formación de glucosa a partir de todos los sustratos neoglucogénicos, lactato, glicerol, alanina y también la fructosa de la dieta. La mantención de la normoglicemia depende sólo de la ingesta de glucosa, galactosa y de la degradación de glicógeno. En la mitad de los pacientes se presenta desde las primeras horas con grave acidosis láctica e hipoglicemia. Se produce hiperventilación, disnea, taquicardia, apnea junto a irritabilidad o somnolencia, letargia y puede conducir al coma y convulsiones. Con frecuencia se observa debilidad muscular y hepatomegalia. Estas alteraciones pueden ocurrir después de ingerir fructosa o sacarosa. El otro 50% de los casos puede no presentar crisis en meses o años y cuando ocurren están relacionadas con cuadros infecciosos. Es importante señalar que la hipoglicemia por si sola puede dejar como secuela un retardo mental. A pesar de que los primeros episodios pueden ser fatales, la mayoría de los que sobreviven a las crisis tienen crecimiento y desarrollo intelectual normal. El diagnóstico se sospecha al encontrar hipoglicemia, hiperlactatemia, acidosis metabólica con pH inferior a 7.0, acompañado del aumento de: piruvato, alanina, cuerpos cetónicos, ácido úrico y lípidos.
La confirmación diagnóstica se realiza
a través de la medición de la actividad de la enzima en hígado, intestino y riñón