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CONSUMO-FUNDAMENTOS
Todos somos conscientes de que existe un derecho natural a la igualdad.
Si la sociedad en la que vivimos permite o ampara la desigualdad, sería
imposible o difícil convivir con los demás: se permitirían arbitrariedades
e injusticias en el acceso a oportunidades, bienes, servicios y en el
ejercicio de nuestros derechos —civiles, sociales, políticos, etc., y se
impondría, así, la voluntad de unos sobre otros.
¿qué significa o qué implica el derecho a la igualdad? Para responderlo
debemos recurrir a nuestra Constitución Política (la vigente, de 1993), que
reconoce nuestros derechos fundamentales. En su artículo 2 se prevé que
“toda persona tiene derecho[…] a la igualdad ante la ley”1.
LA DISCRIMINACIÒN AL
CONSUMO
Esta noción tiene dos alcances. Por un lado, está la igualdad de la ley —en
cuanto contenido que fija un límite constitucional ante la actuación del
legislador. Esto quiere decir que al crearse una nueva ley no se puede
desfavorecer, excluir, privilegiar ni cometer arbitrariedad entre la ciudadanía.
Por otro lado está la igualdad en la aplicación de la ley: es una obligación de
todos los órganos incluidos los órganos jurisdiccionales para no aplicar la ley de
manera distinta entre personas que se encuentren en casos o situaciones
similares.
La igualdad se consagra en el ordenamiento jurídico como la doble condición,
de principio y derecho fundamental.
LA DISCRIMINACIÒN AL CONSUMO
la igualdad ha de leerse como una aspiración normativa de gran importancia,
y se le considera un estándar básico del contenido de la dignidad humana.
En esta línea, la igualdad a la que nos referimos no implica una falsa identidad
entre todos los seres humanos, sino que apunta al reconocimiento de una
equivalente dignidad atribuible a toda persona.
Sobre la base de la norma constitucional y de las interpretaciones recién citadas,
podemos entender entonces que el derecho a la igualdad es de carácter
fundamental, pues es necesario para la subsistencia del ser humano y para la
convivencia con su entorno social.
LA DISCRIMINACIÒN AL
CONSUMO
Pero el derecho a la igualdad no solo está reconocido por nuestra
Constitución Política, sino también por otras normas supranacionales e
instrumentos internacionales que forman parte de nuestro ordenamiento
jurídico. Podemos citar:
La Carta de las Naciones Unidas, artículo 55:
La Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 2.1:
El pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 26:
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
artículo 2.2: “
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
artículo II:
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 24:
LA DISCRIMINACIÒN AL CONSUMO
La discriminación se manifiesta también durante el consumo, en las relaciones que
se forjan entre consumidores o usuarios y proveedores en un mercado: cuando una
persona quiere acceder a un producto o un servicio ofrecido por un proveedor,
empresa, empresario, negociante— y a cambio obtiene negativa, rechazo,
obstaculización o maltrato por razones injustificadas y específicamente relacionadas a
su raza, sexo, orientación sexual, origen, idioma, condición socioeconómica, credo y
opinión política.
Acá se detecta discriminación en el consumo, sin importar si el afectado es solo una
persona o si pertenece a un grupo mayoritario o minoritario
LA DISCRIMINACIÒN AL CONSUMO