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UNIVERSIDAD NACIONAL “JOSÉ FAUSTINO

SÁNCHEZ CARRIÓN” - HUACHO

DERECHO PROCESAL
ADMINISTRATIVO

Postulación del Proceso


Contencioso Administrativo

DOCENTE: Edgar Aldave


Postulación del Proceso
Contencioso Administrativo.
Desde el 15 de abril de 2002, rige en el
Perú la Ley Nº 27584, Ley del Proceso
Contencioso-administrativo, norma que
desarrolla la “acción contencioso-
administrativa” prevista en el artículo
148º de la Constitución Política, que
completó el llamado “Ordenamiento
jurídico administrativo” al que hace
mención el artículo III del Título Preliminar
de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento
administrativo.
Ley Nº 27584
Sufrió algunas modificaciones cumplidas por
las Leyes Nº 27684*1, Nº 27709,*2 y Nº
28531,*3 que no alteraron el sentido general
del proceso regulado por ella. Ello, sin
embargo, sí ha ocurrido con la publicación y
entrada en vigor del Decreto Legislativo Nº
1067,*4 que modificando 21 artículos y 2
Disposiciones Complementarias, y agregado
otros 5 numerales.
*1 Publicada el 16 de marzo de 2002.
*2 Publicada el 26 de abril de 2002.
*3 Publicada el 26 de mayo de 2005
*4 Publicado el 28 de junio de 2008 y vigente desde el día siguiente, salvo la modificación efectuada al
artículo 26º, que rige transcurridos 180 días de dicha publicación.

Es decir, la incorporación de nuevas
normas ha dado un nuevo sentido al
Proceso Contencioso administrativo
peruano, permitiendo hablar a partir de la
publicación del Texto Único Ordenado de
la Ley Nº 27584 *5 de un nuevo proceso.

*5 Aprobado por Decreto Supremo Nº 013-2008-JUS, publicado el 29 de


agosto de 2008.

En tal sentido, resulta indicar las variantes
normativas practicadas, entre ellas la
incorporación de la pretensión resarcitoria
de daños, la inclusión del llamado “control
difuso administrativo”, la nueva
notificación electrónica, la reconfiguración
de la producción de precedentes
vinculantes, la posibilidad de concluir el
proceso por reconocimiento de la
pretensión, conciliación o transacción,
entre otras.
Principio de exclusividad
Dos de dichas modificaciones, reposan en
las vías procedimentales del nuevo Proceso
Contencioso-administrativo.
La primera, consideramos sí es
trascendental, por cuanto regula la que ha
venido siendo considerada como la principal
entre las nuevas formas de tutela procesal
que exhibe la doctrina y la legislación
comparadas: el “Proceso urgente”.

La segunda, modifica las reglas del
“Procedimiento especial”, antes incluido
mediante Ley Nº 28531.
FORMAS DE TUTELA PROCESAL
El Estado Constitucional reconoce tres
funciones centrales de tutela: la legislativa,
la administrativa y la jurisdiccional. Sobre la
tercera función, a la cual podemos llamar
jurisdicción.
Es a través del ejercicio de la función
jurisdiccional, que el Estado, mediante los
órganos jurisdiccionales, tutela el derecho
de las personas al debido proceso. Si dicho
fin se cumple, estaremos ante una
verdadera tutela jurisdiccional “efectiva”.
Función jurisdiccional
“(...) es el poder-deber del Estado, previsto para
solucionar conflictos de intereses intersubjetivos,
controlar las conductas antisociales (faltas o
delitos) y también la constitucionalidad normativa,
en forma exclusiva y definitiva, a través de órganos
especializados que aplican el derecho que
corresponde al caso concreto, utilizando su imperio
para que sus decisiones de cumplan de manera
ineludible, y promoviendo a través de ellas una
sociedad con paz social en justicia.”*
* MONROY GALVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Temis – De Belaunde & Monroy Abogados, Santa
Fe de Bogotá, 1996, p. 114.
TUTELA PROCESAL URGENTE EN EL
NUEVO PROCESO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO
A partir del artículo 148º de la Constitución
Política, de la Ley Nº 27584, de cada una de
sus modificaciones, y finalmente de su Texto
Único Ordenado, hablamos en el Perú del
Proceso Contencioso-administrativo con sus
propios principios como son el de
integración, de igualdad procesal, de
favorecimiento del proceso y de suplencia de
oficio, …

y con otros que le son aplicables, como el de


contradicción, de defensa, la exclusividad de
la función jurisdiccional, independencia e
imparcialidad del órgano jurisdiccional,
dirección del proceso, economía y celeridad
procesales, por nombrar algunos.

Tales garantías y las normas que las


desarrollan, componen dicho proceso, que es
una forma de otorgar tutela procesal efectiva
a los sujetos en el proceso.

Contando para ello con dos vías


procedimentales:
El primero.- “Proceso abreviado” luego
reemplazado por el “Procedimiento
especial”*1, la más amplia, para tramitar las
pretensiones administrativas cuya resolución
se estima requiere un mayor conocimiento.
La segunda.- “Proceso sumarísimo”, ahora
derogado por el llamado “Proceso
urgente”*2.
*1 Incorporado mediante Ley Nº 28531, y modificado por Decreto Legislativo Nº 1067.
*2Incorporado, como ya se indicó, por el Decreto Legislativo Nº 1067.

Vemos entonces que, independientemente


del nombre que reciban, el Proceso
Contencioso administrativo peruano cuenta
con dos vías procedimentales, entre ellas el
novedoso “Proceso urgente”, destinado al
trámite de las tres pretensiones en las cuales
el legislador ha percibido una mayor
urgencia de tutela, al punto de entender
excesiva la de tipo cognoscitivo.

La primera pretensión mencionada en el
artículo 26º del Texto Único Ordenado de la
Ley Nº 27584 es:
1.- “El cese de cualquier actuación
administrativa material que no se
sustente en acto administrativo”.
Hablamos de la doctrinariamente conocida
como “Vía de hecho”.

Se considera como “vía de hecho” a una


acción material -que puede alcanzar el uso de
la fuerza-, que prescinde de las vías legales
para imponer un estado de cosas, una
situación determinada en relación a personas
o cosas.
La “vía de hecho” se configura cuando
concurren los siguientes elementos:

1. Un acto material, un hacer directo de la


administración,
2. Que dicha actividad importe el ejercicio de la
actividad administrativa,
3. Que ella no se ajuste a derecho sea por la
ausencia de la norma general o del acto
administrativo que avale tal proceder, o por la
inobservancia del procedimiento para ejecutar el
acto que debía sustentarla (acto irregular), y
4. Que resulte la lesión de un derecho o garantía
constitucionalmente reconocidos*1.

.
*1 DROMI, Roberto. Ob. Cit., pp. 228-229

En tal sentido, Vía de hecho, diremos que un


Hecho administrativo es toda actividad
material, traducida en operaciones técnicas o
actuaciones físicas, ejecutadas en ejercicio de
la función administrativa, productora de
efectos jurídicos directos o indirectos.
Objetivamente, el hecho administrativo
exterioriza función administrativa, con
prescindencia de que sea el efecto ejecutorio
de un acto administrativo.

La segunda pretensión es
2.- “El cumplimiento por la Administración
de una determinada actuación a la que se
encuentre obligada por mandato de la ley
o en virtud de acto administrativo firme”.
Se trata de una pretensión dirigida contra la
conducta omisiva de los funcionarios y
entidades de la Administración pública, la cual
fue clasificada por el profesor español Alejandro
Nieto en “inactividad formal” e “inactividad
material”.

La primera se refiere a la pasividad de la


Administración dentro de un procedimiento,
es la no contestación a una petición o
recurso de los particulares.
Se trata del incumplimiento de resolver
expresamente cuestiones presentadas por
los particulares.
La segunda en cambio, es un simple no
hacer al margen de un procedimiento,
supone una conducta omisiva en cuanto a
sus resultados materiales.

Precisando ambos conceptos, podemos
decir que, mientras la inactividad formal es
una directa lesión al derecho constitucional
de respuesta, que forma parte del contenido
esencial del derecho de petición; la
inactividad material es una pasividad, un
no hacer de la administración dentro de sus
competencias ordinarias. Cabe indicar que
ambas formas de inactividad son objeto de
cuestionamiento a través del nuevo trámite
urgente.

La tercera pretensión contiene a
3.- “Las relativas a materia previsional
en cuanto se refieran al contenido
esencial del derecho a la pensión”.
Cabe diferenciar entre el Derecho a la
pensión y el contenido esencial del mismo.
Sobre lo primero, dicho derecho no está
previsto expresamente en la Constitución
Política, pero fue desarrollado por el Tribunal
Constitucional como un derecho fundamental
de configuración legal.

En cuanto a su contenido esencial, éste ha sido
determinado al sentenciar el Expediente Nº
1417-2005-AA/TC con fecha 08 de julio de
2005 *1, indicando que pertenecen a él:
1. Los requisitos para el libre acceso al
sistema de seguridad social,
2. Los requisitos para la obtención de un
derecho a la pensión,
3. La pensión mínima vital, y

4. El derecho a la igualdad pensionaria;*2


*1 Seguido por Manuel Anicama contra la Oficina de Normalización Previsional sobre Acción de
Amparo
*2 Cfr. Fundamento 37 de la STC Nº 1417-2005-AA/TC

Indicando el Tribunal que las pretensiones


relacionadas a dicho contenido esencial
merecen protección a través del amparo, y
otorgando a éste último extremo el carácter
de precedente vinculante en el numeral 4 de
su parte resolutiva, conforme a la facultad
reservada a dicho organismo por el artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional.

El artículo 26º del Texto Único Ordenado de la
Ley Nº 27584 también señala los tres
requisitos para conceder la tutela urgente allí
regulada.
El primer requisito de concesión es la
existencia de un
“Interés tutelable cierto y manifiesto”.
Dicha exigencia normativa merece una
explicación especial.

Si hay una forma de tutela procesal urgente


que nos resulta familiar, ésta son las
medidas cautelares; en ellas, encontramos
a la verosimilitud del derecho invocado como
uno de sus requisitos clásicos. Sobre ella
podemos decir que, a diferencia de la
cognición judicial en el proceso principal, la
cual apunta al logro de la certeza sobre la
existencia del derecho discutido, en sede
cautelar es suficiente que dicho derecho
aparezca como verosímil.

El segundo requisito de concesión es la


“Necesidad impostergable de tutela”.
Analizando este aspecto también tomando
como punto de partida la tutela procesal
cautelar, diremos que en ella constituye un
requisito ineludible el peligro en la demora
del proceso principal.

Para CALAMANDREI, existía peligro en la demora
si se cumplían los siguientes requisitos:
primero, la existencia de un estado de peligro para
un derecho y la necesidad de evitar la lesión del
mismo;
segundo, la urgencia de solicitar tutela
jurisdiccional, siendo de prever que la demora de
dicha tutela permitirá la transformación del peligro
en daño o la agravación del daño ya producido; y
tercero, que la tutela ordinaria se manifieste como
demasiado lenta para dichos fines.

El tercer requisito de concesión consiste


en “Que sea la única vía eficaz para la
tutela del derecho invocado”.
Dada la especial configuración de las
pretensiones del Proceso contencioso
administrativo, la enumeración de tres
pretensiones como susceptibles de tutela
procesal autosatisfactiva tornaría innecesaria
la precisión efectuada en el tercer requisito,
más aun si el encabezado del artículo 26º del
TUO precisa que se tramitan como proceso
urgente “únicamente” dichas pretensiones.

Cabe agregar que la concordancia efectuada,


nos lleva a llamar la atención acerca de la
importancia que alcanza la facultad del Juez
de adecuar la vía procedimental aplicable;
tarea de la cual dependerá en un principio el
respeto del derecho a la tutela procesal
efectiva de los sujetos administrados.
CONTESTACIÓN DE DEMANDA
En cuanto al procedimiento regulado en el
artículo 27º del Texto Único Ordenado, la
brevedad de los plazos (tres días para el
traslado de la demanda y cinco para
resolver y apelar la sentencia), y la
concentración del derecho de defensa en los
escritos de contestación y de apelación,
resultan acordes a la noción general de tutela
procesal urgente y a la idea específica de
medida autosatisfactiva, así como a los
requisitos exigidos en la demanda.

El artículo 24 del TUO de la LPCA prescribe
que, al admitir a trámite la demanda, los
jueces deberán ordenar a la entidad
demandada la remisión del expediente
relacionado o en el que se originó la actuación
administrativa impugnada.
Si se incumple tal orden, los jueces pueden
optar por cualquiera de las siguientes
medidas, sin que se suspenda la tramitación
del proceso contencioso administrativo:

1) prescindir del expediente administrativo, en


cuyo caso el juez contencioso
administrativo, al momento de resolver,
tendrá en cuenta la conducta procesal de la
demandada;
2) reiterar el pedido, bajo apercibimiento de
poner los hechos en conocimiento del
Ministerio Público a fin de que inicie el
proceso penal correspondiente.
Medios impugnatorios

Los medios impugnatorios previstos en el


artículo 35 del TUO de la LPCA (reposición,
apelación, casación y queja) son los mismos
que regula nuestro Código Procesal Civil.
MUCHAS GRACIAS

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