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N3: Depresión: Esta escala mide las normales diferencias individuales de los
sujetos en la tendencia a experimentar afectos depresivos. El que puntúa alto
suele experimentar sentimientos de culpa, melancolía, desesperanza y
soledad. Se desanima fácilmente y se muestra a menudo abatido. Quien
obtiene bajas puntuaciones raras veces experimenta estas emociones, pero no
es necesariamente jovial y alegre, características mas asociadas con la
extroversión.
N4: Ansiedad social: Las emociones de vergüenza y turbación constituyen el
núcleo de esta faceta de N. la persona socialmente ansiosa se siente incómoda con
los demás, es sensible al ridículo y propensa a sentimientos de inferioridad. Esta
característica se asemeja a la timidez y ansiedad pública (pero no a la privada)
descrita por (Fenigstein, Séller y Buss, Citado por Costa y McCrae 2002). El que
puntúa bajo no posee necesariamente desenvoltura y buenas habilidades sociales;
simplemente le preocupa menos la falta de soltura en esas situaciones.
O6: Valores. La apertura a los valores indica disposición para cuestionar los
valores sociales, políticos y religiosos. El individuo cerrado tiende a aceptar
la autoridad y conformarse a la tradición; consecuentemente es,
generalmente, conservador con independencia de su afiliación a partidos
políticos. La Apertura a los valores puede considerarse opuesta al
dogmatismo (Rokeach, 1960, citado por Costa y McCrae, 2002)19
A1: Confianza. Es la primera de las facetas de amabilidad. Quien puntúa alto está
dispuesto a creer que los demás son honestos y bien intencionados. El que puntúa
bajo tiende a ser cínico y escéptico y a pensar que los demás pueden ser peligrosos
o poco honrados.
A2: Franqueza. La persona que puntúa alto en esta escala es franca, sincera e
ingenua. La que puntúa bajo desea más bien manipular a los demás mediante el
halago, la astucia o el engaño. Considera estas tácticas como habilidades sociales
necesarias y puede juzgar de cándidas a las personas más sinceras. Al interpretar
esta escala (lo mismo que otros de los factores A y C) es particularmente importante
recordar que las puntuaciones reflejan posiciones relativas a otros sujetos. Quien
haya puntuado bajo en esta escala es más probable que oculte la verdad o que sea
receloso al expresar sus verdaderos sentimientos, pero no debería interpretarse que
esto signifique que sea una persona deshonesta o manipuladora. En concreto, esta
escala no debe considerarse como una escala de mentiras, ni para evaluar la validez
del test mismo ni para hacer predicciones acerca de su honradez en el empleo o en
otras situaciones.
A5: Modestia. El que puntúa alto en esta escala es humilde y trata de pasar
desapercibido aunque no necesariamente carezca de autoconfianza y autoestima.
El de baja puntuación se cree superior a los demás, quienes, a su vez pueden
considerarlos engreídos y arrogantes. El narcisismo incluye una carencia
patológica de modestia.
A6: Sensibilidad a los demás. Esta faceta mide las actitudes de simpatía y
preocupación por los demás. Quien puntúa alto se siente afectado por las
necesidades ajenas y da importancia a la vertiente humana de las normas
sociales. Quien puntúa bajo es más insensible y menos inclinado a la compasión.
Se considera así mismo realista, que toma decisiones racionales basándose en la
pura lógica.
C1: Competencia. Hace referencia a la sensación que uno tiene de su propia
capacidad, sensibilidad, prudencia y eficacia. Los que obtienen puntuaciones
elevadas se consideran bien preparados para enfrentarse a la vida; quienes las
obtienen bajas tienen una opinión más pobre de sus habilidades y admiten que
frecuentemente carecen de preparación y son ineptos. Entre todas las escalas de
responsabilidad, esta es la que más altamente se correlaciona con autoestima y el
locus de control interno (Costa, McCrae y Dye, 1991, citado por Costa y Mcrae,
2002).
C2: Orden. Quien puntúa alto es un apersona pulcra, bien organizada y limpia.
Guarda las cosas en los lugares adecuados. El que puntúa bajo es incapaz de
organizarse y se describe a sí mismo como desordenado. Llevado al extremo, un
Orden excesivo puede contribuir a un trastorno compulsivo de personalidad.
C5: Autodisciplina. Con este término se quiere expresar la habilidad para iniciar
tareas y llevarlas a cabo hasta el final a pesar de inconvenientes y distracciones. El
que puntúa alto tiene capacidad para motivarse a sí mismo hasta conseguir
terminar la tarea. Quien puntúa bajo, dilata el inicio de sus quehaceres, se
desanima fácilmente y está deseando abandonarlos. La falta de autodisciplina se
confunde fácilmente con la impulsividad –en ambos casos existe escaso
autocontrol-, pero empíricamente son características distintas. El sujeto muy
impulsivo no soporta hacer lo que no le gusta. El que tiene poca autodisciplina no
es capaz de esforzarse en hacer lo que le gustaría. El primero requiere estabilidad
emocional; el segundo necesita un grado de motivación del que carece.
C6: Deliberación. La última faceta de C es la deliberación, la tendencia a
pensar mucho las cosas antes de actuar. El que puntúa alto es reflexivo y
prudente. El que puntúa bajo, es precipitado y, a menudo, habla o actúa sin
tener en cuenta las consecuencias. En el mejor de los casos, es espontáneo y
capaz de tomar decisiones inmediatas cuando son necesarias.