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I N C OR R E C T O C O R R EC T O
Verbo hacer : es
• Hacer música un comodín • Componer música
periodístico, lista
• Hacer un viaje de ejemplos o • Viajar
locuciones.
• Hacer maravillas • Obrar maravillas
USO DEL GERUNDIO
El gerundio expresa algún modo o circunstancia del verbo y tiene carácter de adverbio o complemento.
puede expresar tiempo, modo, medio, causa, concesión o condición
El simple resulta de añadir a la raíz del verbo la terminación -ando o -iendo. Por ejemplo: amando, callando,
temiendo, partiendo.
El compuesto resulta de la combinación del gerundio simple de haber, habiendo, mas un participio pasivo
(terminación -ado o -ido). Por ejemplo: habiendo llegado, habiendo sabido, habiendo corrido, etc.
El uso del gerundio es generalmente correcto si se puede sustituir por una forma personal del verbo precedida
de: mientras, al mismo tiempo que, a la par que, en tanto que, una vez que, no bien, después que.
-Cenando muy de prisa pudo llegar a tiempo. No bien cenó muy de prisa, pudo llegar a tiempo.
EL PELIGRO DE LOS VERBOS
Es frecuente advertir incorrecciones en algunas formas verbales .
Abastecer
Abolir
Acaecer
Acontecer
Adherir
Adolecer
Aducir
Agredir
TILDES EN LAS MAYÚSCULAS
Las letras mayúsculas deben escribirse con tilde si les corresponde llevar tilde
según las reglas de acentuación gráfica del español, tanto si se trata de palabras
escritas en su totalidad con mayúsculas como si se trata únicamente de la
mayúscula inicial.
La acentuación gráfica de las letras mayúsculas no es opcional, sino obligatoria, y
afecta a cualquier tipo de texto.
- Ésos son tus regalos , no éstos.
- Aquellas ganaron el campeonato
- Mi casa es está.
ACENTUACIÓN DE LOS MONOSÍLABOS
Los monosílabos sólo se acentúan cuando existen dos palabras con la misma forma, pero con significados
diferentes. Los casos más conocidos son:
Una frase puede volverse difícil de leer por distintos motivos: es demasiado extensa (habitualmente, por exceso de
comas), emplea muchas palabras inusuales o, lo que nos interesa en esta entrada: rebosa de adjetivos.
Los adjetivos pueden ser traicioneros; los usamos con el propósito de que añadan y, a veces, restan. Decimos que son
innecesarios porque, justamente, vuelven la frase demasiado densa. En vez de enriquecer la lectura, la entorpecen.
Un adjetivo «necesario» no tendría dicho efecto sobre nuestro escrito.