negociables, que representan porciones de crédito u obligaciones para las empresas que precisan importantes cantidades de dinero para la financiación de proyectos de inversión que requieren grandes desembolsos.
• Son activos financieros que se caracterizan por tener
un flujo futuro de amortización (capital) y renta (interés) conocido al momento de adquirir el activo, dado que en las condiciones de emisión se encuentra el mismo. Estos se clasifican en cuatro tipos principales: Bonos de tesorería que son emitidos por el gobierno.
Bonos corporativos que están expuestos a riesgo de
incumplimiento y son emitidos por las empresas.
Bonos municipales, emitidos por el gobierno estatal y
municipal.
Bonos extranjeros emitidos por gobierno o compañías
en el extranjero. Características distintivas que los bonos u obligaciones tienen con respecto a los préstamos tradicionales:
Comúnmente, tienen plazos largos de vencimiento.
Las condiciones del préstamo las impone el deudor,
donde se obliga a pagar periódicamente un interés a cierta tasa cupón enunciada en el título y a rescatarlo en la fecha designada. Los títulos se negocian en los mercados de capitales.
Cada obligación tiene un valor nominal, conocido
como valor a la par, es decir que el bono puede ser cotizado con un precio igual o diferente a su valor nominal. Principios de valuación de los bonos Valuar un bono, se refiere a calcular un valor intrínseco, es decir, el valor que el bono debería tener cuando descontamos su flujo de fondos con una tasa de interés que representa el rendimiento que puede obtener con un activo de riesgo similar.
Un primer paso muy útil para entender la valuación
de bonos es considerar los valores libres de riesgo, que son aquellos valores de renta fija de los cuales existe la certeza de que efectuarán sus pagos prometidos por completo y a tiempo. Los candidatos obvios que entran en está categoria son los valores que representan la deuda del gobierno federal. Puesto que el gobierno puede imprimir dinero cuando lo desee, es casi seguro que los pagos prometidos en tales valores se realicen conforme a lo programado.
Aunque los bonos del Estado pueden ser libres de
riesgo en lo referente a sus pagos nominales, pueden ser bastante riesgosos en cuanto a sus pagos reales (o ajustados a la inflación). Existen en el mercado diversas formas de cotizar estos títulos y por consiguiente de valuar los mismos. La fórmula general para valuar los BONOS es la siguiente: Dónde: P = Precio limpio del BONO (redondeado a 5 decimales) VN = Valor nominal del título K = Número de cupones por liquidar, incluyendo el vigente d = Número de días transcurridos del cupón vigente N j = Plazo en días del cupón j Cj = Cupón j, el cual se obtiene de la siguiente manera: TC = Tasa de interés anual del cupón. Fj = Factor de descuento para el flujo de efectivo j. Se obtiene con la fórmula:
rj = Tasa de interés relevante para descontar el cupón j
De la fórmula (1) se desprende que el precio de los BONOS está compuesto por tres elementos diferentes:
• El valor presente de los cupones
• El valor presente del principal • Los intereses devengados del cupón vigente.
Asimismo, se puede observar que cada uno de los
cupones, así como el principal están descontados por una tasa de interés diferente, por lo que es necesario conocer o poder estimar una tasa de interés para cada factor de descuento. Precio de un bono y su relación con el rendimiento del bono El precio de un bono al igual que el de cualquier instrumento se define como el valor actual o valor presente de los futuros flujos de fondos esperados de dicho instrumento descontados a una determinada tasa de rendimiento. • Por lo tanto para valuar el precio de un bono se requiere dos elementos:
Estimar el flujo de fondos esperados, que en el
caso de los bonos, es el flujo de intereses y la devolución del capital.
Determinar la tasa de descuento apropiada que en
el caso de los bonos resulta ser tasa de rendimiento exigida por los compradores del bono (inversionista). Debido a las crisis financiera y fiscal, se está produciendo un gran boom de la renta fija. Por un lado hay numerosas emisiones de renta fija, pública y privada. Por otro, y al calor de las rentabilidades y de los emisores que las ofrecen, se incorporan muchos inversores particulares sin experiencia al mercado. Por ello creemos conveniente aclarar un concepto fundamental en toda inversión, y por supuesto si hablamos de renta fija: el precio de los bonos. A la hora de determinar el resultado de toda inversión el coste de adquisición es fundamental. El mismo, junto con la rentabilidad pactada en el título (cupón), más el importe de reembolso o de venta, determinará nuestra rentabilidad bruta (sin tener en cuenta los gastos o la fiscalidad). Por ello, conviene tener muy claro a qué nos referimos cuando hablamos del precio del bono. Pensemos en el momento de emisión del bono, del activo de renta fija, del denominado mercado primario donde adquirimos directamente los bonos de su emisor. Aquí conviene distinguir el valor nominal del bono, del precio de suscripción. El valor nominal del bono es aquel importe que nos será reembolsado, mientras que el precio de suscripción es el importe efectivamente desembolsado por dicho activo. Así, pueden darse tres circunstancias en dicha emisión:
• El valor nominal y el precio de suscripción coinciden: emisión a la
par.
• El valor nominal está por encima del precio de
suscripción: emisión bajo la par o con descuento. Esto implica que hay una rentabilidad implícita que se pondrá de manifiesto a vencimiento.
• El valor nominal se sitúa por debajo del precio de
suscripción: emisión sobre la par o con prima. Al revés que en el caso anterior, aquí existe una rentabilidad negativa implícita a vencimiento que también debe ser considerada. Ahora pensemos en ese mismo bono ya en circulación, cotizando en el mercado secundario. Como ya sabemos el precio de los bonos cotiza en función de múltiples factores (evolución de tipos de interés, riesgo de solvencia, de liquidez, etc...). Ahora bien, cuando nos hablen del precio de un bono, debemos distinguir entre las siguientes figuras y tener muy claro de que hablamos. • El cupón corrido: el cupón corrido es la parte del precio de ese bono que se corresponde con los intereses acumulados desde el pago del último cupón hasta dicho momento.
• El precio ex cupón: es la restante parte del precio
que no incluye el cupón corrido, y que es la que vemos reflejada en las cotizaciones.
• El precio entero: es la suma del cupón corrido y el
precio ex cupón, siendo el coste efectivo que debemos desembolsar por dicho bono. Por tanto, conviene ser muy consciente de que, al precio que vemos que cotiza un determinado bono, debemos sumarle el cupón corrido, o parte proporcional de los intereses que aún no se han pagado, dentro de un periodo de liquidación dado, y evitar cometer el error de creer que el precio a desembolsar es únicamente el de cotización, o precio ex cupón. Rendimiento al vencimiento Existen muchos mercados en los cuales se cotizan títulos con las características de los BONOS de acuerdo con su rendimiento a vencimiento. El rendimiento a vencimiento de un BONO se puede definir como el rendimiento que el inversionista obtendría si decidiera conservar el título hasta su fecha de vencimiento. Para determinar el precio de un BONO, una vez conocido su rendimiento a vencimiento, es necesario descontar con la misma tasa rj todos los flujos de efectivo del instrumento (cupones y principal). Conociendo el rendimiento a vencimiento del título, la fórmula general (1) se simplifica enormemente debido a que las tasas rj para descontar los diferentes flujos a valor presente pasan a ser la misma en todos los factores de descuento. Por consiguiente, una vez conocido el rendimiento a vencimiento del título y suponiendo que el plazo en días de todos los cupones es el mismo, la fórmula general se puede expresar de la siguiente forma: