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últimas consecuencias
Ideas: copias más o menos débiles de las impresiones. Pueden ser simples o
complejas. Son representaciones o copias débiles de las impresiones. Las ideas
complejas son producto de la asociación (operaciones del entendimiento).
Relaciones de ideas: objetos del conocimiento que pueden ser validados por la
lógica. Los relacionamos contemporáneamente con los juicios analíticos.
Cuestiones de hecho: objetos del conocimiento que pueden ser validados por la
experiencia. Los relacionamos contemporáneamente con los juicios sintéticos.
David Hume: su teoría del
conocimiento
La costumbre es la gran
guía en la vida
“En anticipación a Kant, Hume critica la noción de causalidad: cuando hablamos de un evento
A que causa un efecto B, no queremos decir solamente que A sucede y luego B sucede.
Queremos decir que B sucede porque A sucede. Sin embargo, todo lo que podemos observar
son los dos eventos: no observamos una tercera entidad en la forma de una conexión
necesaria entre ambas. No podemos afirmar que se sabe que hay tal conexión aunque no
pueda ser observada, incluso si hemos observado que siempre que haya ocurrido un evento
del tipo A haya ocurrido después un evento del tipo B. Porque sin importar cuantos eventos
del tipo A hayan sido observados y hayamos visto que han sido seguidos de cada uno por un
evento del tipo B, eso no significa que el próximo evento A será seguido por uno del tipo B: no
significa que haya una conexión necesaria. Entonces la conexión necesaria, distinta de la
conjunción constante [en el tiempo], no puede ser observada, ni puede ser derivada
lógicamente de lo que ha sido observado. Pero la conexión necesaria está implicada en la
noción de causa. Por ello, nuestro concepto de causalidad no tiene ni un fundamento
empírico ni lógico adecuado.” (Adaptado del capítulo 9 de Confessions of a Philosopher de Bryan
Magee)
David Hume: crítica a la inducción
“Si bien ningún número finito de instancias positivas puede establecer plenamente una
generalización cuyo alcance vaya más allá de ellas, una instancia negativa puede refutarla
definitivamente (Ayer, 1983, p. 155).
Esto significa que no hay modo de justificar una generalización de manera inductiva. El
reconocimiento de este asunto fue hecho por Hume. Luego de ello, la discusión sobre el problema
de la inducción ha sido continuada sobre la base de lo establecido por Hume incluso hasta el
presente.
David Hume: crítica a la metafísica
“En donde el pensamiento de Hume es más desconcertante es en sus detalladas demoliciones. Él avanza
argumentos de gran sofisticación y gran poder en un intento de mostrar no solamente que no podemos
demostrar la existencia del mundo exterior a nosotros, sino que tampoco podemos validar la existencia
de la conexión causal en ninguna esfera; que no existe tal cosa como la lógica inductiva; que incluso no
podemos estar seguros de nuestra propia existencia como sí mismos continuos, y ciertamente, tampoco
de la existencia de dios. Sus escritos penetran extrañamente en los escondrijos y grietas de nuestras
certezas, destruyéndolas. Creo que él tuvo éxito en mostrar que casi todas las cosas en las que creemos o
damos por sentadas no son sabidas de hecho, y que jamás podrán ser sabidas”. (Magee 1997, p. 100)
“Lo sabio, dice, es evitar toda forma de dogmatismo y estar permanentemente preparados para revisar
nuestras expectativas a la luz de la experiencia, mientras que al tiempo, actuemos de manera tan
enérgica y resuelta como la vida requiere que lo hagamos. En la práctica, la adopción de esta
aproximación tiene implicaciones muy grandes. Una es una masiva tolerancia humana. Otra es el firme
rechazo de incluso la posibilidad de construir un sistema unitario de pensamiento explicativo –y por ello,
el rechazo de religiones totales, ideologías y sistemas metafísicos y similares–, porque si apenas hay algo
de lo que podemos estar seguros es del tamaño de lo absurdo que es afirmar que se tiene la explicación
de todo.” (Magee, 1997, pp. 99-100)