La motivación juega un papel fundamental en la atención y el aprendizaje.
Tipos de motivaciones Intrínseca: La persona no necesita incentivos externos para trabajar motivado, ya que la actividad en sí le resulta recompensante. Cuando un niño se aprende la letra de una canción entera lo hace porque realmente le motiva, lo hace sin pretender recompensa. Extrínseca: El interés que nos despierta la recompensa externa que vamos a conseguir al realizar una actividad. ¿Cuál es el papel del docente para motivar a sus alumnos? Es necesario establecer un conjunto de estrategias concretas: hacer las clases atractivas, poner hincapié en que vale la pena esforzarse en las actividades que se realicen. ¿Qué causa la desmotivación? Las bajas expectativas, la falta de hábitos, de conocimientos y habilidades, así como el medio social. La desmotivación puede suponer el fracaso escolar. Por ello el docente debe dedicar tiempo a establecer una buena relación con los alumnos, dar imagen de alegría y cariño, ayudar a comprender las emociones y cuidar su lenguaje, adecuado a cada niño. LA DESMOTIVACIÓN PARA EL ESTUDIO Y LA CONFLICTIVIDADA ESCOLAR
Estadísticamente se ha demostrado que en la falta de motivación
para el estudio y las tareas escolares, visto como uno de los problemas actuales que se dan en los centros escolares, sobre todo en secundaria, se esconden procesos mucho más complejos, por ejemplo el problema de la desmotivación de los estudiantes, como una de las causas de la conflictividad escolar. Atender a las explicaciones del profesor, tratar de comprender contenidos académicos que están casi siempre por encima de lo que la atención del alumnado puede captar sin esfuerzo, estudiar y resolver conflictos cognitivos requiere de un esfuerzo intelectual que significa dominar, al mismo tiempo, muchas cosas. Estrategias para evitar la desmotivación
Deja claras tus expectativas: Tu alumnado no puede saber qué se espera de
ellos y ellas si no se les hace saber: no se trata solo de poner una serie de metas y objetivos a principio de curso. Permitir el error: Aunque parezca una obviedad, a veces parece que castigamos los intentos que, con todas las ganas del mundo, han resultado frustrados o han desembocado un error: eso hace que tu alumnado no pueda trabajar con confianza y tranquilidad, frenando su capacidad creativa y su aprendizaje. Retroalimentación: Tus alumnas y alumnos deben saber por qué se les evalúa de tal forma, qué hacen bien, qué han hecho mal, cuáles son sus fortalezas y debilidades, qué pueden mejorar, en qué plazo... No hay nada más frustrante que tener que conformarte con unos resultados y no saber a qué se deben. Encara la realidad: Los y las estudiantes excelentes interiorizan los aprendizajes del aula y los llevan, de forma eficaz, a situaciones cotidianas, utilizándolos para resolver problemas del día a día. Rompe el círculo: Tus alumnos y alumnas hacen lo mismo una y otra vez, día tras día, a lo largo del curso? ¿10 minutos de exposición, 5 minutos de dudas y 50 minutos de trabajo, todos los días igual? Eso no hay quien lo aguante: sal fuera del centro, cambia la metodología de vez en cuando, pon otro tipo de tareas de aula, utiliza las TIC de otra forma Mezcla: No hay dos estudiantes que aprendan igual: adapta, todo lo posible, la metodología que usas a los diferentes estilos de aprendizaje, considera integrar nuevas tecnologías educativas, valora la posibilidad de centrarte en trabajos de investigación o en prácticas constantes... Depende de tus alumnos/as y depende, también de tu asignatura. El caso es intentar personalizar y adaptarte a sus necesidades, y no ellos y ellas a las tuya