Son conceptos muy afines que se tienden a confundir:
en esta entrada se explican las diferencias y se presenta la tradicional clasificación de los TEMPERAMENTOS (colérico, sanguíneo, flemático y melancólico) de forma muy sencilla y comprensible. El carácter • El carácter de un individuo es el conjunto de sus reacciones y sus comportamientos frente a situaciones externas. El carácter incluye muchos parámetros, como la fuerza o la debilidad, la generosidad o la avaricia. Un carácter fuerte será firme en situaciones complejas, mientras que un carácter débil tiende a evitarlas. El carácter puede ser emotivo, primario, con reacciones vivas, o secundario, con una aparente falta de reacción. Controlar La ira • 1. Pensá antes de hablar • En el calor del momento, es fácil decir algo de lo que más tarde te arrepentirás. Tomate unos momentos para ordenar tus pensamientos antes de decir nada, y permití que el resto de las personas implicadas en la situación hagan lo mismo. • 2. Una vez que te calmaste, expresá tu enfado • Apenas empieces a pensar con claridad, expresa tu frustración de manera firme, pero sin confrontaciones. Explica cuáles son tus preocupaciones y necesidades de manera clara y directa, sin herir a los demás ni intentar controlarlos. • 3. Hacé ejercicio • La actividad física puede ayudarte a reducir el estrés capaz de irritarte. Si sentís que te sigue subiendo la mostaza, salí a dar una caminata enérgica, a correr, o ponete a practicar cualquier otra actividad física que disfrutes. • 4. Aislate un rato • La técnica del aislamiento temporal no es solo para los niños. Tomá descansos cortos durante los momentos del día que suelen ser estresantes. Pasar un rato en calma puede hacer que te sientas mejor preparado para manejar lo que tenés delante, sin irritarte ni enfadarte.
• 5. Identificá posibles soluciones
• En lugar de centrarte en lo que te enfadó, esforzate en resolver el problema que tenés entre manos. ¿Te enloquece el desorden en la habitación de tu hijo? Cerrá la puerta. ¿Llega todas las noches tarde tu pareja a cenar? Fijá la hora de la cena para más tarde o llegá al acuerdo de que comerás solo algunas veces por semana. Recordá que el enfado no arreglará nada y podría empeorar la situación.
• 6. Siempre hablá en primera persona y decí "yo"
• Para evitar criticar o culpar (lo que posiblemente solo aumenta la tensión), hablá en primera persona cuando expliques el problema. Sé respetuoso y específico. Por ejemplo, decí: "Yo estoy enfadado porque te levantaste de la mesa sin ofrecerte a ayudar con los platos", en lugar de decir "Vos nunca hacés nada en la casa". • 7. No albergues resentimiento • El perdón es algo muy poderoso. Si dejás que la ira u otros sentimientos negativos desplacen a los positivos, podés verte absorbido por tu propia amargura o por una sensación de injusticia. Pero si podés perdonar a quien te hizo enfadar, quizás ambos aprendan algo de la situación. No es realista esperar que todo el mundo siempre reaccione exactamente como vos querés. • 8. Usá el humor para liberar la tensión • Restarle seriedad al asunto puede ayudar a dispersar la tensión. Dejá que tu sentido del humor te ayude a enfrentar lo que te está enojando y, posiblemente, cualquier expectativa no realista que tengas de cómo deberían ir las cosas. Sin embargo, evitá el sarcasmo, porque podría herir los sentimientos y empeorar las cosas. • 9. Practicá técnicas de relajación • Cuando tu carácter salga a flote, poné a trabajar tu capacidad de relajación. Practicá ejercicios de respiración profunda, imaginá una escena relajante o repetí alguna palabra o frase tranquilizante, como "tómalo con calma". También podrías escuchar música, escribir un diario o hacer un poco de yoga, lo que necesites para fomentar la relajación.