esté unido. Esta unión debe comenzar con la obediencia a la voluntad divina. El resultado será felicidad y prosperidad, y redundará en la extensión del Evangelio. Lamentablemente, la historia nos muestra que el ejemplo del pueblo de El pueblo de Israel. Dios ha sido más un Desunión por falta de obediencia. ejemplo a evitar que a Desunión por hacer lo que quiero. seguir. No obstante, de sus errores podemos Desunión por falta de sabiduría. aprender las pautas para La iglesia cristiana. llegar a la unidad anhelada por Dios. Desunión por favoritismos. Desunión por interés. “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios” (Deuteronomio 28:2) La ecuación que Dios planteó al pueblo de Israel cuando iban a entrar a poseer la Tierra Prometida era muy clara:
Vida abundante Obediencia Guerra y
y paz a Dios Desobediencia conflictos (Dt. 28:1-14) (Dt. 28:15-68) Este patrón se repitió una y otra vez en la historia de Israel, aunque eran más los periodos de desobediencia que los de obediencia. No obstante, Dios estuvo siempre a su lado. Les llamó constantemente al arrepentimiento por medio de los profetas, porque los amaba (Jeremías 3:14-15; 31:3). Dios anhela dar a su pueblo prosperidad, unidad y salud. Pero solo podrá hacerlo si vivimos en fe y obediencia. “Si os acercáis a Jesús, y tratáis de adornar vuestra profesión con una vida bien ordenada y una conversación piadosa, vuestros pies serán guardados de extraviarse en sendas prohibidas. Si tan sólo queréis velar, velar continuamente en oración, y tan sólo hacéis todo como si estuvieseis en la presencia inmediata de Dios, seréis salvados de caer en la tentación, y podréis esperar llevar hasta el fin una vida pura sin mancha ni contaminación. Si mantenéis firme hasta el fin el principio de vuestra confianza, vuestros caminos serán afirmados en Dios, y lo que la gracia empezó, lo coronará la gloria en el reino de nuestro Dios” E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 5, pg. 138) Como resultado de seguir las inclinaciones de su propio corazón –en abierta oposición a las órdenes divinas– el pueblo de Israel cometió dos graves errores: a) Sirvieron a otros dioses (Jueces 2:11-13). b) Contrajeron matrimonios ilícitos con los cananeos (Jueces 3:5-7). De este modo, apartaron de ellos el escudo protector de Dios. El resultado fue continuas guerras y terribles pecados en el seno mismo de Israel. Además de todo esto, el mundo gentil fue inducido a interpretar erróneamente el carácter y las leyes de Dios. Viendo el resultado nefasto de hacer mi voluntad, ¿no buscaré de aquí en adelante hacer la voluntad de Dios? “Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, todos los israelitas exclamaron a una: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas! ¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos! ¿Qué parte tenemos con David? ¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?» Así que se fueron, cada uno a su casa” (1ª de Reyes 12:16 NVI) ¿Cuál fue la causa de que Israel se dividiese en dos naciones? Roboam, hijo de Salomón, buscó la sabiduría en el lugar equivocado. Se mostró despiadado y cruel, y no escuchó las justas demandas de su pueblo. ¿Dónde podemos encontrar sabiduría para tomar las decisiones correctas? La Biblia nos insta a adquirir sabiduría, cuyo principio es el temor de Dios (Proverbios 4:7; 9:10). Tan solo debemos pedirla: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). En la iglesia de Corintio había Yo soy de Yo soy de Yo soy de Yo soy de Apolos, que es Pablo, que Cefas, que facciones: unos decían ser de elocuente habla de la anduvo con Cristo Apolos, otros de Pablo, otros gracia Jesús de Cefas, otros de Cristo. En este caso, la división estaba causada porque los hermanos habían puesto su mira en los hombres (hombres buenos y dignos), y sus méritos.
La unidad tiene que estar centrada
en Cristo. Jesús es nuestro modelo. Al mirar su cruz, todos miramos en la misma dirección y nos unimos en un mismo propósito. “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29)
Pablo nos advierte acerca de personas
que provocarán desunión en la iglesia con intención aprovecharse de ello. Si bien no podemos evitar que surjan falsos maestros, sí podemos contrarrestar su efecto y preservar la unidad de la iglesia. En 2ª de Timoteo 2:14-19 y 3:12-17 podemos encontrar consejos para evitar se engañados:
Estudiar la Biblia, entenderla y enseñarla.
Evitar temas triviales y especulativos y hablar de la verdad. Obedecer a Dios. “La cadena áurea del amor, que vincula los corazones de los creyentes en unidad, con lazos de compañerismo y amor, y en unión con Cristo y el Padre, establece la perfecta conexión y da al mundo un testimonio del poder del cristianismo que no puede ser controvertido... Entonces será desarraigado el egoísmo y no existirá la infidelidad. No habrá contiendas ni divisiones. No habrá terquedad en nadie que esté unido con Cristo” E.G.W. (A fin de conocerle, 16 de junio)