«El uso correcto de la lengua es imprescindible para la
adquisición de conocimientos y la transmisión de los mismos. Hay, sin embargo, ciertas clases sociales poco instruidas que emplean su lengua con falta de recursos para variarla e incluso con términos incorrectos que llamaremos «vulgarismos». Estas formas vulgares son un síntoma alarmante que actualmente se extiende sin poner remedio (…) y va abriendo la senda de la más terrible incultura»
Sánchez- Reyes de Palacio 2008: 81
Conversemos: «Existe una tendencia espontánea y habitual en la sociedad contemporánea que consiste en juzgar y evaluar cómo los hablantes de distintos grupos sociales usan la lengua. Esta práctica de evaluación se denomina higiene verbal (Cameron 1995). Los juicios evaluativos y estrategias de higiene verbal se amparan en las asunciones de que hay usos lingüísticos correctos e incorrectos, y de que la corrección la determinan organismos o individuos entendidos y autorizados para regular el uso apropiado de la lengua. La creencia en la corrección lingüística se refleja, entre otras cosas, en el hecho de que la gente consulta diccionarios, manuales y columnas de periódicos dedicadas a la discusión en torno a los que se considera propio y adecuado en cuanto al uso de la lengua (Milroy / Milroy 1999). Así, hay lenguas y variedades de lengua más prestigiosas en la medida en que la gente atribuye superioridad expresiva y correctiva a sus usos característicos, y, consiguientemente, estos adquieren un valor simbólico mayor»
De los Heros 2012: 21
Tres ideas clave:
1. No es «normal» ni «natural» que algunas lenguas o
variedades sean más prestigiosas que otras.
2. «Los hablantes de una comunidad lingüística no
seleccionan voluntariamente el modelo de lengua o variedad de prestigio, sino que, más bien, asumen como naturales los valores que se transmiten en los espacios gubernamentales, escolares, así como en los medios de comunicación»
3. Normar los usos lingüísticos, a partir del criterio «correcto»
e «incorrecto» constituye una estrategia de dominio y control. Trabajo en grupo (20 minutos)
Lecturas base: Rodríguez 2008 De los Heros 2012 Cuestionario para el trabajo grupal
1. ¿Los múltiples usos impiden la integración?, ¿si
todos hablásemos igual, estaría asegurada la intercomunicación?
2. ¿Cuál es el propósito de la creación de una lengua
modelo?
3. ¿Cómo se decide (decidimos) qué usos serán
aquellos que representen a una comunidad de hablantes?
4. ¿Quiénes son los usuarios legítimos de los usos
«correctos»? 5. ¿Qué mecanismos o instituciones contribuyen a posicionar esos usos en una posición privilegiada? ¿Por qué? ¿Para qué?
6. ¿La elección de un modelo de lengua oficial es
producto del consenso de todos los hablantes de una comunidad lingüística? Conversación a partir de la respuesta de los grupos (20 minutos) Compromisos 1. ¿Qué actitud asumiremos frente a casos en los que los hablantes son sancionados y discriminados por su forma de hablar?
2. ¿Cuál es nuestro posicionamiento como estudiantes
universitarios en relación a los usos lingüísticos «correctos» e «incorrectos»?
3. ¿Qué acciones podemos realizar para contribuir al
reconocimiento y valoración de las diferentes formas de hablar?
L. Milroy y J. Milroy (1985) Authority in Language. Investigating Language Prescription and Standardization. Londres / Nueva York, Routledge & Kegan Paul.