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Estrategias para la
Evangelización Personal
Mejore su presentación
MOTIVO %
Publicidad 6%
Llamó su atención al
10%
pasar frente al templo
Oración de consagración. La
evangelización es una lucha espiritual. Es
necesario consagrar nuestra vida, y la de
quien queremos evangelizar, al cuidado
de Dios
Selección inicial. Hacemos una primera
relación de hasta cinco personas a
quienes conocemos.
Oración pidiendo dirección específica.
Oramos y ayunamos para discernir a
quienes ha preparado Dios para que les
compartamos el evangelio.
Elaboración final de nuestra Lista de Fe.
Escogemos a tres personas con las que
empezaremos la tarea evangelizadora.
Mi Lista de Fe
» Selecciona a las personas
e identifica las Fecha de
necesidades que explican Prioridad Nombre Necesidades
su necesidad de Cristo. Inicio
» Establece el orden en que
empezarás tu labor
evangelizadora. Considera
el potencial multiplicador.
» En oración define la fecha
en que empezarás a
compartir el evangelio, así
como las de los eventos
más importantes:
asistencia a la Casa de Pan
que te corresponde,
asistencia a las reuniones
generales de la iglesia,
etc.
Compromisos de los Equipos
Equipos de Evangelización
Elaboraran Pactos Estratégicos que
consideren:
Guardarse cada uno en santidad y
comunión con Dios.
Proceder con lealtad mutua,
hablándose con la verdad y caridad
propias de los discípulos de Cristo.
La importancia de hacer las cosas Perseverar en la tarea
de DOS en DOS evangelizadora hasta cosechar el
fruto buscado; o hasta que el Señor
muestre que ha llegado el tiempo de
sacudir los zapatos y seguir
adelante.
Procura que tu relación con las personas seleccionadas sea
Un puente estratégico.
Estrategia territorial: Hechos 1.8
Lo último de la
Jerusalén Judea Samaria
tierra
Prestadores de
Familia nuclear Familia extendida Conocidos
servicios
Amistades Compañeros de Grupos
Vecinos
personales trabajo/escuela urbanos/Etnias
El tren correrá con o sin el furgón. De todas formas, sería absurdo intentar
hacer correr el tren por el furgón. De la mismo manera, nosotros, como
cristianos, no dependemos de nuestros sentimientos o emociones, sino que
ponemos nuestra fe (confianza) en la fidelidad de Dios y las promesas de su
Palabra.
Creer y bautizarse