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Una mirada a las científicas a través

de la literatura

Marta Macho Stadler


Asociación cultural SINOPE, 14 enero 2019
Alicia, ¿alma de científica?

Las mitades de Alicia


Abierta de un zarpazo,
me miro de perfil, y mi otro reflejo
no es más que mi misma mitad.
Sofía Rhei, Alicia volátil
Os propongo viajar del ‘suelo’ al ‘cielo’ a través de
textos literarios (novela, teatro, cómic…) que hablen de
mujeres de ciencia… no son biografías.

… aunque
empezamos por
Marie Curie, las
más conocida y
reconocida entre
todas las
científicas…
Pierre y Marie Curie (1867-1934), 1906
Aislaron el radio y el polonio.

Premio Nobel de Física 1903, junto a Pierre y Henri Becquerel


Premio Nobel de Química 1911
Marie Curie en su laboratorio
Fue la primera mujer que recibió el premio Nobel, y lo recibió dos veces.
Fue la primera mujer catedrática de la Sorbona, y durante muchos años la única.
Y después, cuando ya no podía celebrarlo, fue la primera mujer aceptada en el
Panteón, el portentoso mausoleo reservado a los grandes hombres de Francia,
aunque no era hombre y había nacido y crecido en Polonia.
A fines del siglo diecinueve, Marie Sklodowska y su marido, Pierre Curie,
descubrieron una sustancia que emitía cuatrocientas veces más radiación que el
uranio. La llamaron polonio, en homenaje al país de Marie. Poco después,
inventaron la palabra radiactividad y comenzaron sus experimentos con el radio,
tres mil veces más poderoso que el uranio. Y juntos recibieron el premio Nobel.
Pierre ya tenía sus dudas: ¿eran ellos portadores de una ofrenda del cielo o del
infierno? En su conferencia de Estocolmo, advirtió que el caso del propio Alfred
Nobel, inventor de la dinamita, había sido ejemplar:
— Los poderosos explosivos han permitido a la humanidad llevar a cabo trabajos
admirables. Pero también son un medio temible de destrucción en manos de los
grandes criminales que arrastran a los pueblos a la guerra.
Muy poco después, Pierre murió atropellado por un carro que cargaba cuatro
toneladas de material militar. Marie lo sobrevivió, y su cuerpo pagó el precio de sus
éxitos. Las radiaciones le provocaron quemaduras, llagas y fuertes dolores, hasta
que por fin murió de anemia perniciosa.
A la hija, Irene, que también fue premio Nobel por sus conquistas en el nuevo reino
de la radiactividad, la mató la leucemia.
Eduardo Galeano, Marie en Espejos
Irène (1897-1956) y Marie Curie, 1921

Irène y Frédéric Joliot-Curie, 1934

Trabajó en radiactividad natural y


artificial, trasmutación de los elementos y
física nuclear.
En 1934, junto a Frédéric Joliot, consiguió
producir artificialmente elementos
radiactivos, por lo que fueron galardonados
con el Nobel de Química 1935.
Las cartas que
intercambiaron madre e hijas
recogidas en este libro nos
sumergen en su intimidad
familiar y nos trasmiten los
grandes y pequeños sucesos
de su vida, hasta el
fallecimiento de Marie en
1934. Estas cartas dan
testimonio de sus estrechos
vínculos y del amor y
armonía que nunca dejaron
de desarrollarse entre ellas.
Este libro nos descubre
también a tres
personalidades femeninas
brillantes e independientes
ligadas por un cariño intenso
e indefectible.
Ève Curie (1904-2007)

En el instante mismo de su muerte, María seguía pareciéndose a aquella


joven. Una tenaz, brillante y larguísima carrera no había logrado
engrandecerla, disminuirla, santificarla o envilecerla. En su último día era
todavía dulce, obstinada, tímida, curiosa de todo, como en los tiempos de
sus oscuros comienzos.
Salías, tenías prisa, yo me estaba
ocupando de las niñas, y te marchabas
preguntándome en voz baja si iría al
laboratorio. Te contesté que no lo sabía y
te pedí que no me presionaras. Y justo
entonces te fuiste; la última frase que te
dirigí no fue una frase de amor y de
ternura. Luego, ya sólo te vi muerto.

Diario de Marie Curie, 30 de abril de 1906

En La ridícula idea de no volver a verte se


comparan las situaciones similares de la
autora (la muerte de Pablo Lizcano, su
pareja durante 21 años) y Marie Curie.

Trabajo en el laboratorio todos los días,


es todo lo que puedo hacer; estoy
mejor ahí que en ningún otro sitio…

Diario de Marie Curie, 14 de mayo de 1906


Jack Mircala, Eclipse en
Malasaña. Una zarzuela negra, un
retablo gótico-castizo en 39 actos.

ACTO 22
Doña Marieta Corín elabora en su
laboratorio toda suerte de
preparados, ungüentos, bálsamos y
emplastos. Los alérgicos, los
asustadizos, los afectados de
melancolía, acuden en busca de
remedio a su consulta […]
ACTO 24

Los jueves acude


Mezquino a la consulta
de Marieta Corín. La
doctora le administra una
terapia eléctrica con
emulsiones de sales de
radio con la que pretende
aplacar su malignidad
extrema […] Mezquino,
encolerizado, jura
venganza; pero no tendrá
ocasión para ello, pues la
sesión de radio que
acaba de recibir ha de
resultar mortalmente
definitiva.
ACTO 33: La alquimista Marieta
Corín sale en ese instante de la
farmacia donde compra los
productos químicos con los que
trabaja […] El descubrimiento que
acaba de hacer Marieta la
sorprende e ilumina. El eclipse,
visto a través del fiambre
transparente, le hace ver todo claro.
La fórmula química por ella
descubierta posee una
sorprendente cualidad que habrá de
revolucionar la medicina. […]
Moratalaz no ignora el motivo de la
muerte de Mezquino, y sabe que si
es descubierta, Marieta será
juzgada y condenada. Su nueva
documentación la identifica como
“Marie Curie”, súbdita polaca
emigrada a París, y casada con el
inexistente doctor “Pierre Curie”.
Esa misma tarde, purgando con el
destierro el desliz del involuntario
crimen, Marieta habrá de partir a
París convertida en una mujer
nueva…
Os propongo viajar del ‘ suelo’ al ‘cielo’ a través de
textos literarios que hablen de mujeres de ciencia…

Lyme Regis Philpot Museum


Mary Anning
(1799-1847)

Elizabeth
Philpot
(1780-1857)
Mary Anning identificó correctamente el
primer esqueleto de ictiosaurio, encontró los
primeros dos esqueletos de plesiosauros y
el primero de pterosaurio fuera de Alemania,
y halló varios fósiles importantes de peces.
A principios de la década de 1840 sus
hallazgos formaron parte del material a partir
del cual más de un experto redactó informes
sobre reptiles fósiles marinos…
Su trabajo contribuyó a que se produjeran
grandes cambios en las ideas científicas sobre
la vida prehistórica y la historia de la Tierra a
principios del siglo XIX.

Carta y dibujo de Mary


Anning anunciando el
descubrimiento de un fósil
conocido como
Plesiosaurus
dolichodeirus, 1823.
Dapedius punctatus, recolectado por Elizabeth
Elizabeth Philpot se
especializó en la
búsqueda de restos
de fósiles de peces y
mantuvo contacto
constante con
algunos de los
paleontólogos y
geólogos destacados
de su tiempo.
Mary Anning destaca por sus ojos. Era evidente ya
la primera vez que la vi, cuando ella no era más que
una niña. Sus iris son castaños y brillantes, y tiene
la tendencia del buscador de fósiles a estar siempre
a la caza de algo, incluso en la calle o en una casa
donde no hay posibilidades de encontrar nada de
interés. Eso le da un aire vigoroso, hasta cuando
está quieta. Mis hermanas me han dicho que yo
también paseo la vista en lugar de fijar la mirada,
pero ellas no lo dicen a modo de halago, como hago
yo con Mary… [… ] Conocí a Mary Anning en Lyme
Regis, donde ella ha residido toda su vida. [… ]
Gabrielle Émilie Le Tonnelier de Breteuil,
marquesa Châtelet (1706-1749)
Su obra más
ambiciosa fue la
traducción del
Principia
Matematicae
de Newton del latín al
francés, añadiendo
unos comentarios
para hacer más
asequible el
complicado lenguaje
newtoniano.

Voltaire describe así su vida con Émilie en el


castillo de Cirey:
Leemos algunos cantos de Juana, La
Doncella, o Tragedia A Mi Manera, o un
capítulo de Luis XIV. Desde allí volvemos a
Newton y a Locke, no sin vino de
Champagne y sin excelente comida, pues
somos filósofos muy voluptuosos…
Émilie es un monodrama en nueve escenas de la compositora Kaija Saariaho,
con libreto del escritor Amin Maalouf (2010).
Se considera a Émilie du Châtelet como una de las primeras mujeres
científicas: no sólo tradujo las obras de Newton –añadiendo comentarios para
aclarar los conceptos–: también realizó estudios propios como Dissertation
sur la nature et la propagation du feu (1739) –presentada a un premio de la
Académie des sciences de París– o Institutions de Physique (1740).
Aprendió a leer leyendo números. Jugar con números era lo que más la divertía y
en las noches soñaba con Arquímedes.
El padre prohibía:
— No son cosas de mujeres —decía.
Cuando la revolución francesa fundó la Escuela Politécnica, Sophie Germain
tenía dieciocho años. Quiso entrar. Le cerraron la puerta en las narices:
— No son cosas de mujeres —dijeron.
Por su cuenta solita, estudió, investigó, inventó.
Enviaba sus trabajos por correo, al profesor Lagrange. Sophie firmaba Monsieur
Antoine-August Le Blanc, y así evitaba que el eximio maestro contestara:
— No son cosas de mujeres.
Llevaban diez años carteándose, de matemático a matemático, cuando el profesor
supo que él era ella.
A partir de entonces, Sophie fue la única mujer aceptada en el masculino Olimpo de
la ciencia europea: en las matemáticas, profundizando teoremas, y después en la
física, donde revolucionó el estudio de las superficies elásticas.
Un siglo después, sus aportes contribuyeron a hacer posible, entre otras cosas, la
torre Eiffel.
La torre lleva grabados los nombres de varios científicos.
Sophie no está.
En su certificado de defunción, de 1831, figuró como rentista, no como científica:
— No son cosas de mujeres —dijo el funcionario.
Eduardo Galeano, Mudanza de nombre, Espejos
Sophie Germain (1776-1831)
Sans dessus dessous (Sin arriba ni abajo o El secreto
de Maston) es una novela de Jules Verne (1889).
Los protagonistas son los miembros del Gun Club de
Baltimore (personajes de De la Tierra a la Luna) que
intentan rectificar el eje de rotación de la Tierra para
hacerlo perpendicular al plano de la eclíptica, con fines
lucrativos. Quieren cambiar el clima para acceder a una
gran extensión de carbón –la fuente de energía de
aquella época– bajo los hielos del Polo Norte.

La eclíptica es la línea curva por donde


«transcurre» el Sol alrededor de la Tierra, en
su «movimiento aparente» visto desde la
Tierra. Está formada por la intersección del
plano de la órbita terrestre con la esfera
celeste. La órbita de la Tierra alrededor del
Sol define el plano que contiene a la
eclíptica y, por tanto, el del movimiento
aparente del Sol visto desde la Tierra.
El eje de rotación de la Tierra se encuentra
inclinado respecto al plano de la eclíptica.

¿Cómo van cambiar el eje de rotación? Usando el efecto de retroceso de un


cañón gigante, puesto en funcionamiento con un explosivo de gran potencia.

El encargado
de realizar los
cálculos para
llevar a cabo
esta empresa
es el secretario
del Gun Club,
el matemático
y gran
calculador J.-T.
Maston.
Para responder a las críticas de ‘científico aficionado’, Jules Verne pidió al
matemático e ingeniero Albert Badoureau (1853-1923) que redactara un capítulo
suplementario explicando los cálculos incluidos en la novela. Ese apéndice, con
numerosos dibujos ilustrativos, desapareció tras las primeras ediciones…
Uno de los personajes principales de El
secreto de Maston, Alcide Pierdeux, es un
álter ego de Badoureau, un ingeniero del
Cuerpo Nacional de Minas de Francia y
matemático de talento.
Pierdeux se lee en francés πr2, PI-ERE-
DEUX, el área de un círculo de radio r…

Albert Badoureau (en 1877) y Alcide


Pierdeux (dibujo de George Roux).

Evangelina Scorbitt y J.-T. Maston (Ilustración: George Roux

La novela comienza con una conversación entre el


científico y Evangelina Scorbitt, una viuda
millonaria y enamorada de Maston…
– Así, pues, señor Maston, ¿opináis que una mujer no sería nunca capaz de hacer
progresar las ciencias matemáticas o experimentales?
– Sintiéndolo mucho, me veo obligado a reconocerlo, señora Scorbitt –contestó J.-T.
Maston–. A pesar de que hayan existido y existan, particularmente en Rusia, algunas
mujeres matemáticas muy notables. Pero, debido a su estructura cerebral, es imposible
que ninguna mujer llegue a ser un Arquímedes o un Newton, por ejemplo.
– ¡Oh, señor Maston! Permitidme que proteste en nombre de nuestro sexo…
– Sexo mucho más adorable, señora Scorbitt, porque no ha sido creado para dedicarlo
a estudios trascendentales.
– Entonces, señor Maston, según vos, ¿ninguna mujer hubiera podido descubrir la ley
de la gravedad al ver caer una manzana, tal como le ocurrió al ilustre sabio inglés?
– Una mujer que viera caer una manzana, señora Scorbitt, no pensaría en otra cosa más
que… en comérsela, repitiendo lo que ya hizo una vez nuestra madre Eva.
– No hay derecho que nos neguéis toda aptitud para entender en cuestiones elevadas.
– ¿Toda aptitud? No, señora Scorbitt, nada de eso. Pero debo haceros observar que
desde que el mundo está habitado por seres humanos, y naturalmente, por mujeres, no
se sabe de ninguna que haya hecho algún descubrimiento análogo a los que hicieron
Aristóteles, Euclides, Kepler y Laplace en el mundo científico.
– Esto no es ninguna razón. ¿Es que el pasado debe responder irremisiblemente al
porvenir?
– ¡Hum! Lo que no se ha hecho en tantos miles de años es muy posible que no se haga
nunca. […]
Verne añadió esta frase a sugerencia de Albert Badoureau… Se sabe gracias a la
correspondencia entre el escritor y el científico, publicada en Le Titan moderne, en la
que Badoureau sugiere: La conversación del principio entre J.-T. Maston y Mrs. Scorbitt
podría modificarse. Ha habido grandes matemáticas, en particular en Rusia.
Primera página del manuscrito de Sans dessus dessous.
(Bibliothèque municipale de Nantes / Musée Jules Verne).

Badoureau conocía a
Sofia Kovaleskaya antes
de que la Academia de
Ciencias de París le
concediera en Premio
Bordin (24 diciembre
1888). Podía deberse a la
fama de la matemática en
el mundo académico o
quizás gracias a Henri
Poincaré (que mantuvo
una relación epistolar con
Sofia Kovaleskaya, al
estar ambos interesados
en el estudio de los
Sofia
anillos de Saturno),
Kovalevskaya
antiguo compañero y
(1850-1891)
amigo de Badoureau.
Evangelina realiza
una llamada
telefónica a
Maston en una
noche con
tormenta. Justo en
el momento de
contestar la
llamada, cae un
rayo y la corriente
pasa a través del
hilo telefónico,
atravesando el
garfio del
científico. Este
episodio provoca
un despiste en
Maston, que acaba
cometiendo un
error en sus
cálculos...

1. Albert Badoureau, Le Titan Moderne. Notes et observations remises à Jules Verne pour la
rédaction de son roman Sans dessus dessous, Actes Sud, 2005
2. Jacques Crovisier, Jules et Albert à propos de Sophie dans Sans dessus dessous, Verniana
Ni se les ocurría contratarla, como jamás habrían contratado a un chimpancé
amaestrado.
Alice Munro habla de Sofia cuando acababa de ser
galardonada con el Premio Bordin de la Academia de
Ciencias de París, pero no conseguía un simple empleo
como profesora...

Incomprendida por los hombres de ciencia e


incomprendida por “las esposas” de esos hombres, Sofía
recuerda el momento en el que conoció a Weierstrass, la
manera en la que él quiso desanimarla y el asombro y
admiración de su mentor al descubrirla:
Lo que sí puedo hacer en su caso es plantearle una serie
de problemas y pedirle que los resuelva y me los traiga
dentro de una semana a partir de hoy. [...] Si me satisface
el resultado, volveremos a hablar. [...] Llevaba toda la vida
[...] esperando a que un alumno entrase así en su
habitación. [...] Riguroso, meticuloso, así hay que ser,
aunque así también ha de ser el gran poeta.

Su mayor éxito matemático fue su investigación sobre la


rotación de un sólido alrededor de un punto fijo por el que
obtuvo el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París.
El 30 de noviembre de 1803, una
corbeta zarpa del puerto de A
Coruña... En su interior viajan
veintidós niños huérfanos cuya
misión consiste en llevar la recién
descubierta vacuna de la viruela a
los territorios de Ultramar. Los
acompaña Isabel Zendal,
encargada de cuidarlos. Los
protagonistas de esta expedición,
dirigida por el médico Francisco
Xavier Balmis sobrevivirán a
temporales y naufragios, se
enfrentarán a la oposición del
clero, a la corrupción de los
oficiales y a la codicia de quienes
buscan lucrarse a costa de los
desamparados…
La enfermera (y rectora del
Hospital de la Caridad de La
Coruña) Isabel Zendal Gómez
(1773-¿?) participó en la Real
Expedición Filantrópica de la
Vacuna de Francisco Xavier
Balmis cuidando de los 22
niños (de entre 3 y 9 años) de
la Casa de Expósitos de La
Coruña que viajaron a
América, y de los 26 que
fueron a Filipinas, durante los
10 años que duró la
expedición para llevar la
vacuna de la viruela a los
territorios españoles de
ultramar.
Monumento en el puerto de La
Coruña, en homenaje a los
huérfanos que partieron en la
expedición, obra de Acisclo
Manzano.

Fases de los “granos de la vacuna”. Lámina


de la introducción de Francisco Javier
Balmis a su versión castellana del Tratado
histórico y práctico de la vacuna, de J.L.
Moreau.
A los dieciocho años, se fuga en brazos de su preceptor.
A los veinte se casa, o la casan, a pesar de su notoria incompetencia para los
asuntos domésticos.
A los veintiuno, se pone a estudiar, por su cuenta, lógica matemática. No son ésas
las labores más adecuadas para una dama, pero la familia le acepta el capricho,
porque quizás así pueda entrar en razón y salvarse de la locura a la que está
destinada por herencia paterna.
A los veinticinco, inventa un sistema infalible, basado en la teoría de las
probabilidades, para ganar dinero en las carreras de caballos. Apuesta las joyas
de la familia. Pierde todo.
A los veintisiete, publica un trabajo revolucionario. No firma con su nombre. ¿Una
obra científica firmada por una mujer? Esa obra la convierte en la primera
programadora de la historia: propone un nuevo sistema para dictar tareas a una
máquina que ahorra las peores rutinas a los obreros textiles.
A los treinta y cinco, cae enferma. Los médicos diagnostican histeria. Es cáncer.
En 1852, a los treinta y seis años, muere. A esa misma edad había muerto su
padre, lord Byron, poeta, a quien nunca vio.
Un siglo y medio después, se llama Ada, en su homenaje, uno de los lenguajes de
programación de computadoras.
Eduardo Galeano, Las edades de Ada, Espejos
Charles Babbage & Ada Lovelace,
Steven Gregory, 2009.
The Garden of Heroes & Villains,
Warwickshire

Ada Lovelace (1815-1852)


http://sydneypadua.com/2dgoggles/
Arcadia de Tom Stoppard (1993) tiene lugar íntegramente en una habitación de
la gran mansión señorial de Sidley Park y cuenta dos historias separadas por
180 años.
La acción transcurre siempre en la misma habitación de Sidley Park, residencia de
la familia Coverly.
1. Una de las historias tiene lugar a principios del siglo XIX, su protagonista es
Thomasina Coverly, de 13 años, una niña prodigio en matemáticas. La pieza va
evolucionando con ella, con sus ideas e inquietudes personales.
2. La otra parte transcurre a finales del siglo XX, su protagonistas son Hannah
Jarvis (escritora) y Valentine Coverly (biólogo y matemático) descendiente de
Thomasina.

Ada Lovelace es una antecedente de Thomasina


Thomasina: [...] Cada semana pinto tus ecuaciones punto por punto, x e y, en todos
los diferentes tipos de relaciones algebraicas, y cada semana ellas mismas se
dibujan como geometría ordinaria, como si el mundo de las formas no fuese sino
arcos y ángulos. Por el amor de Dios, Septimus, si hay una ecuación para una curva
como una campana, tendrá que haber una ecuación para una como una campanilla,
y si la hay para una campanilla, ¿por qué no para una rosa? ¿Creemos que la
Naturaleza está escrita en números? […] Tenemos que buscar la salida desde el
medio del laberinto. Empezaremos con algo sencillo. (Coge una hoja de manzana.)
Pintaré esta hoja y deduciré su ecuación. Serás famoso por ser mi tutor cuando Lord
Byron ya esté muerto y olvidado.
Os propongo viajar del ‘suelo’ al ‘ cielo
’ a través de
textos literarios que hablen de mujeres de ciencia…

Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hypatia, hija del filósofo Teón,
que logró tales alcances en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a
todos los filósofos de su propio tiempo.
Sócrates Escolástico
—Va con cualquiera —decían, queriendo ensuciar su libertad.
— No parece mujer —decían, queriendo elogiar su inteligencia.
Pero numerosos profesores, magistrados, filósofos y políticos acudían desde
lejos a la Escuela de Alejandría, para escuchar su palabra.
Hipatia estudiaba los enigmas que habían desafiado a Euclides y a
Arquímedes, y hablaba contra la fe ciega, indigna del amor divino y del amor
humano. Ella enseñaba a dudar y a preguntar. Y aconsejaba:
—Defiende tu derecho a pensar. Pensar equivocándote es mejor que no pensar.
¿Qué hacía esa mujer hereje dictando cátedra en una ciudad de machos
cristianos? La llamaban bruja y hechicera, la amenazaban de muerte. Y un
mediodía de marzo del año 415, el gentío se le echó encima. Y fue arrancada de
su carruaje y desnudada y arrastrada por las calles y golpeada y acuchillada. Y
en la plaza pública la hoguera se llevó lo que quedaba de ella.
—Se investigará —dijo el prefecto de Alejandría.
Eduardo Galeano, Hipatia, Espejos
Descubrió 8 cometas y 3 nebulosas, una de
ellas la compañera de Andrómeda.
Ayudó en la construcción de telescopios y
realizó una revisión del catálogo estelar de
Flamstead.
Participó con su hermano William en el
descubrimiento del planeta Urano.

Caroline Herschel (1750-1848)


En 1986, la dramaturga estadounidense Terre Ouwehand
publicó Voices from the well, pieza teatral cuyas
protagonistas son veinte mujeres de la historia, la mitología,
la literatura y el arte. Cada una de las mujeres recita un
breve monólogo ambientado en su correspondiente período
histórico.
Monólogo correspondiente a Caroline Herschel traducido por
Carmen Quinteiro y Miguel Ángel Mirás (U. de Vigo).

¿Qué mujer de inteligencia


excepcional no estaría honrada
por tener un hermano de tales
conquistas que no sólo le permite
a ella hacer las tareas del hogar
sino también compartir con él las
penurias de su noble búsqueda
del conocimiento? ¡Barriendo la
casa y barriendo los cielos!
http://tv.uvigo.es/gl/video/mm/15940.html
... la oscilación sideral media... bisecada por el cociente elíptico fijo...
conjuntado en el punto de paralaje anual estelar-
(respondiendo a alguien fuera de la escena)
Si... si, William. Lo tengo todo listo. Si, los dos telescopios están ajustados
exactamente en la declinación y ascensión recta que determinamos durante
la cena... como siempre.
Si, querido hermano, se hizo tarde-Sirio ya está a 60 grados...
(escribiendo en su cuaderno)
Nota personal: Mañana: hacer que lleven el reloj de William a reparar.
No, William, no sé donde está tu
nueva lente de magnitud 15 –estoy
segura de que se encontraba en su
sitio en el estuche la pasada
noche, ya que yo misma la puse
allí después de que tu te retiraras...
(para ella)
... después de limpiarla y bruñirla y
limpiarla de nuevo y pulirla, porque
eso hago con todas tus lentes, y
todos tus cristales, todos tus
espejos, todos tus reflectores, tus
refractores y detectores…
Paloma Saavedra
1865: Gabriella Howard es una niña
huérfana de madre; vive junto a su padre
en un pequeño pueblo del estado de
Nueva York. La guerra le arrebata también
a su padre y debe irse a un orfanato.
Su suerte cambia cuando Maria Mitchell,
antigua amiga de su padre, aparece en el
orfanato decidida a hacerse cargo de ella
para que la acompañe en su nuevo
empleo como profesora. La señora
Mitchell es la joven astrónoma que
empezará a impartir clases de esta
materia en Vassar College, una
monumental universidad, la primera en
EE. UU. dedicada a la formación superior
para mujeres.

Las calculadoras de estrellas aborda una


historia de superación, un canto a
aquellas mujeres que lograron abrirse un
camino con todo en su contra y que en
muchos casos no llegaron a ver en vida
ningún reconocimiento por su trabajo.
Maria Mitchell (1818-1889)

Se la considera la primera astrónoma


académica de Estados Unidos. Descubrió
el cometa Mitchell el 1 de octubre de 1847,
recibiendo una medalla del rey de
Dinamarca.

En 1865 fue contratada por Mathew Vassar para dar clase en el Vassar
College, su recién inaugurada escuela para mujeres, por su habilidad
científica y por ser un modelo a imitar para otras mujeres. Encajó enseguida
en su rol de profesora y mentora de sus alumnas, a las que animaba a no
dejar que el hecho de ser mujeres las desanimase en sus empeños.
Nantucket, 1845. Hannah, una joven
veinteañera, observa cada noche el
cielo buscando de un cometa que le
permita ganar el premio que otorga el
rey de Dinamarca, algo que no ha
logrado ninguna mujer. Vive en un
pueblecito de tradición ballenera en
una comunidad en la que priman la
sencillez y la moderación, y en la que
sólo se espera de la vida de una
mujer que concluya en el matrimonio
y la maternidad. Hannah respeta sus
estrictas reglas hasta que un día
aparece Isaac, un joven de color,
procedente de las Azores, que ha
llegado a Nantucket a bordo de un
ballenero…

Inspirada en la vida y obra de Maria


Mitchell, esta novela es un retrato del
deseo y la superación frente a la
adversidad.
Astronomical "computers“, Harvard College Observatory

Las “computers” eran las encargadas de las tareas mecánicas: compilar datos, realizar
cálculos, revisar fotografías, elaborar catálogos, pero no observaciones, y eran sus jefes
quienes se llevaban el mérito de sus descubrimientos.
Margot Lee Shetterly creció en
Hampton (Virginia) donde conoció
a la mayor parte de las mujeres
protagonistas de Figuras ocultas.
Es hija de una de las ingenieras
negras que trabajaron allí –
Margaret G. Lee–: conoce las
historias desde dentro, ha tenido
acceso a los ejecutivos de la
NASA y a las mujeres que
protagonizan el libro.

Dorothy Vaughan, Mary


Jackson, Katherine Johnson
y [Christine Darden].
Katherine Johnson
Mary Jackson (1918)
(1921-2005) Dorothy Vaughan
(1910-2008)
El Langley Research Center es el más antiguo de los centros de la NASA, se encuentra
en Hampton, Virginia. Fundado en 1917 por el National Advisory Committee for
Aeronautics (NACA).
Contrató a mujeres, y después a mujeres afroamericanas, para realizar los cálculos
requeridos en los distintos procesos de diseño y operación de los aviones que habían
de vencer al ejército nazi. Tras la Segunda Guerra Mundial, las instalaciones de
Langley estuvieron a punto desmantelarse, pero se reciclaron para desarrollar los
aparatos que serían la base de la aviación civil norteamericana.

A finales de los años 1950 se planteó


un nuevo reto: había que ganar la
carrera espacial en la que los rusos al
otro lado del telón de acero llevaban
ventaja tras haber conseguido poner en
órbita el satélite Sputnik y al astronauta
Yuri Gagarin.
De la NACA surgió la NASA (National
Aeronautics and Space Administration),
cuya principal instalación se situó en
Cabo Cañaveral (Texas).
La primera sala de computadores de mujeres en Langley, fundada en 1935, había
causado un auténtico revuelo entre los hombres del laboratorio. ¿Cómo podía la mente
de una mujer procesar algo tan riguroso y preciso como las matemáticas? ¡Invertir
quinientos dólares en una máquina calculadora para que la utilizara una chica! […]
Pero las “chicas” resultaron ser buenas, muy buenas, mejores incluso que muchos de
los ingenieros, como tuvieron que admitir a regañadientes los propios hombres.
[…] el hecho de que casi todas las computistas fueran consideradas “no profesionales”
con sueltos inferiores, supuso un empujón para el balance del laboratorio.
Katherine fue la encargada de calcular la ‘ventana de lanzamiento’ del Proyecto
Mercury desarrollado por la NASA entre 1961 y 1963. Calculó la trayectoria parabólica
del vuelo espacial de Alan Shepard, el primer estadounidense que viajó al espacio a
bordo del Mercury Redstore 3 (1961). Este vuelo suborbital fue realizado veintitrés días
después del primer vuelo orbital de la humanidad del cosmonauta Yuri Gagarin. Según
las propias palabras de Katherine al principio, cuando me dijeron que querían que la
cápsula bajara en un lugar determinado y que estaban tratando de calcular dónde y
cuándo debían hacer el lanzamiento, les dije: dejadme hacerlo. Decidme cuándo y
dónde lo deseáis en la Tierra y os indicaré cuándo debe despegar.
Tales eran sus capacidades matemáticas, que Katherine siguió siendo la
calculadora humana de la NASA incluso cuando ya disponían de equipos
informáticos.
Aunque en 1962 la NASA empezó a utilizar computadoras electrónicas para
realizar los cálculos, ella fue la encargada de verificar las cuentas de la
computadora que llevarían a John Glenn en su vuelo orbital alrededor de la
Tierra en la nave Friendship 7.

Siempre tendremos la STEM con


nosotros. Algunas cosas
desaparecerán de nuestra vista,
pero siempre habrá ciencia,
ingeniería y tecnología. Y siempre,
siempre, habrá matemáticas.
Es astrónoma y lleva más
de 40 años trabajando en el
proyecto SETI (Search for
ExtraTerrestrial
Intelligence) investigando
con radiotelescopios para
encontrar algún tipo de
señal que pueda haber sido
emitida por algún tipo de
inteligencia extraterrestre.
Jill Tarter (1944)

En los años 80, durante su etapa postdoctoral conoció a Carl Sagan e inspiró el
personaje principal de su famoso libro Contact (1985). En 1997 la novela de Sagan
fue llevada al cine, Jodie Foster trabajó con Jill Tarter para conseguir dar la mayor
credibilidad posible al personaje de Ellie Arroway basado en su vida y su trabajo.
Una mirada a las científicas a través
de la literatura

Marta Macho Stadler


Asociación cultural SINOPE, 14 enero 2019

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