ERRÓNEA DE LAS LEYES O DOCTRINAS LEGALES APLICABLES El juzgador al precisar los hechos sobre los cuales tiene que pronunciarse, debe elegir adecuadamente la norma jurídica, estamos ante la tentativa del yerro en que pudiera incurrir el juzgador si no toma el debido cuidado en verificar que la norma sea válida en cuanto a su existencia, temporalidad y ámbito espacial de aplicación, no obstante por el aforismo iura not vitcuria el juez conoce el derecho. GUASP citado por AGUIRRE GODOY, coincide en este enfoque por cuanto entiende que el concepto de violación de ley se refiere a la exacta determinación de las bases jurídicas de decisión que se reflejan en su exacta elección. Y agrega que la violación de las leyes, en su criterio, no tiene aquí un sentido general, sino un sentido específico, “como infracción que se produce cuando se elige indebidamente la norma jurídica que ha debido ser aplicada”. La falsa elección también se traduce siempre, en su opinión, en una preterición u omisión de la norma que debía haber sido aplicada. En relación a la premisa mayor del silogismo, puede también el error proyectarse sobre el significado de la norma jurídica por una inadecuada interpretación de la misma, es decir se eligió la norma adecuada al caso concreto, pero a través de una falsa interpretación o interpretación errónea como lo llama la legislación se desnaturaliza su contenido en relación a la aplicación a determinados hechos. De la Plaza también puede incidirse en un error de interpretación “porque cabe que no se acierte a dar con las notas esenciales del hecho o negocio jurídico que ha de acogerse en la norma” o bien en un supuesto de aplicación indebida, porque el Juez no acierte a identificar “los hechos que hipotéticamente contempla la norma, y los que se dan en el caso concreto sometido a resolución”. Aquí parece estar en presencia de un error de lógica “puesto que, en suma, el vicio se patentiza por la ilegitimidad de un juicio que no deriva naturalmente de las premisas que son su obligado supuesto. Calamandrei, indica que “puede considerarse error de derecho; porque, si se comete, es porque el Juez percibió el sentido de la norma y su aplicabilidad al caso concreto, pero padeció equivocación al deducir sus consecuencias jurídicas, esto es, al determinar su alcance, en relación con el contenido y el propósito real de la norma aplicable. Gusp, atribuye al momento de conclusión la aplicación indebida de las leyes, doctrinas legales aplicables al caso del pleito. De acuerdo con su opinión la aplicación indebida se da cuando después de haberse elegido correctamente la norma, de haberse interpretado bien y haberse correctamente apreciado los hechos, se produce, no obstante, “un resultado contrario a la ley, por alteración en el último momento o conclusión, del proceso que el juez ha de seguir en la construcción del fondo de su sentencia”. La expresión “doctrina legal” se utilizó por primera vez en el español Decreto de 4 de noviembre de 1855 y, después, a la de 1881. De ahí proviene la referencia que de la misma se hace en el art. 621, inciso 1º. Del CPCYM. En España se ha establecido que la doctrina legal es la establecida en repetidas e idénticas resoluciones del Tribunal Supremo, de modo que emana únicamente de ese Tribunal y no de los inferiores. 1. El art. 2 de la LOJ dice que la jurisprudencia complementara a la ley.
2. El art. 621, párrafo 2º. , del CPCYM aclara
que se entiende por doctrina legal la reiteración de fallos de casación pronunciados en un mismo sentido, en casos similares, no interrumpidos por otro en contrario y que haya obtenido el voto favorable de cuatro magistrados por lo menos. 3. Cuando se invoque a la infracción de doctrina legal dispuesta en el art. 627, párrafo 3º., que deben citarse, por lo menos cinco fallos uniformes del Tribunal de Casación que enuncien un mismo criterio, en casos similares, y no interrumpidos por otro en contrario. Puede entenderse así que la doctrina legal del CPCYM es la jurisprudencia de la LOJ, y que se trata de que la misma complementa la ley, de modo que concurre a integrarla, a darle su sentido. De esta manera se pone de manifiesto la función del recurso de casación que tiende a la unificación de la jurisprudencia, es decir, a la unificación de la interpretación del Ordenamiento Jurídico privado para lograr, no solo que la ley sea igual para todos, sino que también lo sea la aplicación que de la misma hacen los tribunales. En Guatemala, repetimos se acepta la casación de fondo por infracción de doctrina legal, entendiéndose por esta la reiteración de fallos de casación pronunciados en un mismo sentido, en casos similares, no interrumpidos por otro en contrario y que haya obtenido el voto favorable de cuatro magistrados por lo menos. Además según lo dispone el párrafo tercero del artículo 627 del código, si se alegare infracción de doctrina legal deben citarse por lo menos cinco fallos uniformes del Tribunal de Casación que enuncien un mismo criterio, en casos similares y no interrumpidos por otro en contrario. Esta palabra debe ser entendida en sentido amplio, es decir, como toda norma jurídica general formulada por la autoridad legítima en el Estado, pero aún así habrá de advertirse que en la misma hay que incluir:
1. La Constitución en cuanto a norma suprema
del Estado y siempre que la sentencia y el auto recurrido haya podido desconocer lo dispuesto en ella. No se trata en este aspecto de pedir amparos contra actos, resoluciones, disposiciones o leyes, sino de recurrir en casación porque la sentencia o auto del tribunal de apelación ha podido llegar, a la violación, aplicación indebida o interpretación errónea de la Constitución como norma jurídica. Recuérdese que el art. 204 de la Constitución dispone que los tribunales de justicia en toda resolución o sentencia observaran obligatoriamente de que la Constitución de la República prevalece sobre cualquier ley o tratado. 2. Las leyes ordinarias, es decir, las formadas y sancionadas según los arts. 174 a 181 de la constitución.
El problema puede suscitarse aquí con la
inconstitucionalidad de la ley en el caso concreto (art. 266 de la Constitución), si bien debe tenerse en cuenta que esa pretendida inconstitucionalidad puede hacerse valer en casación por medio de la alegación como motivo (art. 117 Ley de Amparo…) 3. Las disposiciones reglamentarias dictadas por el Presidente de la República. Si según el art. 183, e) de la Constitución es función del Presidente dictar los decretos para los que estuviere facultado por la Constitución así como los acuerdos, reglamentos y ordenes para el estricto cumplimiento de las leyes, sin alterar su espíritu, siempre que los mismos tengan carácter general pueden ser también incluidos en la expresión genérica de “leyes” a los efectos de la casación. Con todo debe tenerse en cuenta que si los reglamentos son el desarrollo de una ley formal, deberá citarse esta como infringida, lo que implica mantener el principio de jerarquía de las fuentes (art. 2 y 9 de la LOJ). 4. Suele decirse que esas “leyes” han de ser materiales y civiles o mercantiles, no pudiendo ser procesales ni de otras ramas del ordenamiento jurídico.
Hay en esta limitación un profundo error. Lo que
debe exigirse es que las “leyes” sirvan para determinar el contenido de la parte dispositiva de la sentencia o del auto, pero la norma puede ser: a) procesal (no procedimental), en cuanto no regule la forma de los actos procesales, sino el contenido de la resolución, y b) Penal, administrativa o laboral, si a una de ella se remite la norma civil y mercantil. Por ejemplo, si el art. 588 del código civil se remite a las disposiciones y leyes agrarias o a la ley especial del régimen de aguas y regadíos para todo lo relativo al uso, aprovechamiento y disfrute de las aguas públicas y particulares, ha de poder citarse infringida alguna de esas leyes. AGUIRRE GODOY, afirma que no se trata simplemente de encontrar la violación de un concepto claro y terminante de la ley, porque esto supone un absoluto desconocimiento de la norma, ya que el problema es mucho más amplio y se refiere a la adecuada y correcta elección de la norma aplicable al caso concreto. MONTERO AROCA Y CHACÓN CORADO por su parte indica la violación debe entenderse como “aquel tipo de infracción que consiste en una falsa elección de la norma jurídica aplicable, lo que conduce normalmente a la inaplicación de la norma que debió aplicarse”. CARDOZO ISAZA, en cuanto a este submotivo, dice: “el error del juez estriba en la inaplicación o falta de aplicación de las normas aplicables, o simplemente lo lleva a aplicar normas existentes contrariando su texto al aplicarlas. Agrega además, no se requiere que la falta de aplicación sea de todo el texto del precepto, porque puede suceder que el juez lo aplique pero parcialmente. AGUIRRE GODOY, citando a De la Plaza, “no se trata ya de una cuestión de existencia, subsistencia o determinación del alcance de la norma, sino, lo que es muy distinto, de un error acerca de su contenido. Tiene el organismo jurisdiccional que decidir, cual es el pensamiento latente de la norma, como medio único de poder aplicarla con rectitud y ha de inquirir su sentido sin desviaciones ni errores; pues cuando en ellos se incurra, la casación pretende corregirlos, poniéndolos de relieve y subrayando la insuficiencia en el juicio, por lo que nos encontramos frente a la falta de observancia de los criterio de interpretación que el juzgador tiene a su alcance, que lo conduce a una inadecuada apreciación del contenido de la norma de que se trata. MONTERO AROCA Y CHACÓN CORADO, presupone que se aplica la norma acertada, pero de forma tal que no se le da su verdadero sentido y alcance. Se ha insistido así en que es necesario que la sentencia o auto recurrido se haya basado en la norma que se señala por el recurrente como erróneamente interpretada, por lo que este submotivo de casación no puede estimarse si el Tribunal de segunda instancia no aplicó dicha norma o doctrina, siendo imposible infringir al mismo tiempo una norma por violación o por interpretación errónea. CARDOZO ISAZA, Se deduce de dicho submotivo que la interpretación errónea surge de un yerro de hermenéutica del juez al interpretar la norma, atribuyéndole un sentido y alcance que no tiene. Y excluye igualmente la aplicación indebida, porque en el caso de yerro hermenéutico se aplica la disposición legal que corresponde, pero con una inteligencia que no puede dársele, en tanto que en la aplicación indebida se emplea el precepto que no corresponde al caso litigado.” AGUIRRE GODOY, citando a Calamandrei, señala a este respecto, la posibilidad de que en él se incida por dos distintos modos que son perfectamente aplicables en nuestra técnica porque, o puede errarse al precisarse las circunstancias de hecho que son relevantes para que la norma entre en juego, o puede hacerse equivocación al establecer la diferencia o semejanza que media entre la hipótesis legal y la tesis del caso concreto”. MONTERO AROCA Y CHACÓN CORADO, Infracción consistente en la aplicación de una norma a un supuesto de hecho no previsto en ella; este error parte de la defectuosa calificación jurídica de los hechos, a los que se aplica una norma que no es la adecuada. CARDOZO ISAZA, en este supuesto el juez entiende rectamente la norma pero la aplica a un supuesto fáctico diferente del hipotético contemplado en ella.
Concluimos haciendo énfasis que este
submotivo de casación se confunda frecuentemente con la violación de ley, ya que si se omite la aplicación de una ley, puede estimarse que hay una violación por omisión de la norma preterida o inaplicada. AGUIRRE GODOY. El submotivo de la casación que teórica y prácticamente presenta contornos difíciles es el relativo a la aplicación indebida de la ley.
También se ha entendido que puede
funcionar en dos sentidos: a) Cuando una ley no se aplica a un hecho concreto; b) Cuando la ley que se aplica no es pertinente al caso. Por otra parte, cuando se omite la aplicación de una ley, puede estimarse que hay una violación (por omisión) de la norma preterida o inaplicada. Sentencia de fecha 14 agosto 1965, “La aplicación indebida consiste en que las decisiones del litigio se basen en normas legales carentes de toda relación con los hechos que han sido objeto de la controversia. Sentencia 25 febrero de 1966. Dijo la corte “cuando se alegue que la sala se apoyó en leyes que no tienen relación con la cuestión discutida, debe invocarse APLICACIÓN INDEBIDA y no violación de ley.
La jurisprudencia constitucional como fuente obligatoria del derecho: Una aproximación desde la ideología jurídica al discurso de la corte constitucional colombiana