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En búsqueda de despertar los intereses de

los niños, se realizó una salida de campo


dentro del colegio, dándoles la
oportunidad de descubrir a través de la
observación.
Zharick: «las flores rojas huelen a fresa, las
moradas a uva y las verdes a limón».
Isabella Sánchez: «¿Por qué hay un árbol amarillo y
otro verde?».
Edwing: «Las hojas son de diferentes formas y
tamaños, hay unos chucitos y otras lisas»
Isabella Piedrahita: «¡Hay una lombriz! ¡qué asco!»
Los niños sintieron curiosidad por una lombríz
que apareció cuando escarbaban la tierra,
haciendo comentarios en los que se pudo
evidenciar que su interés eran las sensaciones
que les despertaba aquel animal.
Isabella Piedrahita: «La lombriz es suave como
un caracol».
Miguel: «Las lombrices no tienen patas y se
arrastran en la tierra para comer flores».
Edwing: «las lombrices son babosas».
Miguel: «¡si¡ como no tienen ojos y no ven, se
esconden».
Maria José: «Son muy babosas y huelen a
popó».
A manera de provocación, se llevaron los niños a distintos
ambientes dentro del colegio para que sintieran con sus
manos y pies descalzos todo aquello que se les ocurriera.
Durante el recorrido, Brayan hizo una pregunta:
«¿Por qué sentimos?»
A lo que todos respondieron con algo que para ellos
parecía muy obvio pero inquietante: nuestras manos.
Teniendo en cuenta su inquietud por los
sentidos, se relacionó el tacto con el asco o el
gusto que despertaban algunas texturas en
ellos. Así entonces, se vivió una experiencia a
ciegas, en el que se les propuso atreverse a
probar diversos sabores sin saber qué era.
• Samuel David: La lengua tiene como unas
cositas que llevan los sabores a la mente.
• Edwing: ¡Aaaaaah! El ají pica y me arde la
lengua y la naríz.
• Ximena: El tomate tiene muchos sabores y no
me gusta.
• Isabella Sánchez: El limón es ácido y amargo.
• Junior: Huele mucho a café y no me gusta.
• Aarón: la comida entra a la boca y la saliva
lleva los sabores en un barco hasta el cerebro.
Se pudo evidenciar que hubo un niño interesado
en el paso de los sabores al cerebro, pero, no
era conveniente avanzar sin detenernos en las
demás sensaciones que se relacionaban a los
sentidos, así que partiendo de la reacción de
disgusto por el olor a café, se decidió hacer una
provocación usando el sentido del olfato,
ofreciendo diversos aromas para observar sus
reacciones.
• Aarón: Si mi mami prepara la comida, huele a
rico y por eso me da hambre.
• William: La naríz tiene unos tubos que dejan
entrar los olores hasta nuestra mente.
• Santiago sanabria: el viento saca los olores de
las cosas y los trae hasta mi naríz.
• Santiago Felipe: Si un animal huele algo que
huele a comida y es su amigo, no se lo come
porque son amigos.
Los niños cada vez más expresaban su interés
por saber cómo el cuerpo logra sentir. Así que
preguntamos a ellos si había otra forma de
recibir información además del oído, el gusto,
tacto u olfato llegando a una conclusión: Los
ojos
En secuencia a ello preparamos una experiencia
en el laboratorio, la cual permitió a lo niños
analizar las características de los ojos, esta vez
de una vaca.
Como provocación se convirtió el salón en un
lienzo en el que se les permitió expresarse
líbremente siguiendo los instintos que les
despertaban distintos ritmos musicales (desde
mozar hasta slipknot) y aromas.
Durante esta actividad, Johan Alejandro
pregunta «¿A dónde van los olores, sabores y
todo eso?»
Para motivarlos a responder a la pregunta de
Johan, visitamos el laboratorio. Allí se
encontraba una provocación oculta bajo un
manto: un cerebro de cerdo.
Los niños al observar el órgano hacían
comentarios sobre su aspecto.
Aarón: «No tiene sangre por sus venitas, es un
cerebro de zombie».
Jhohan: «¿es un cerebro de bebé?»
Evelyn:«Está muerto porque no tiene sangre».
Isabella Sánches: «No está muerto, es de un
animal muerto»
En cada experiencia, los niños expresaban cómo
imaginaban que aquello que tomaban por los
sentidos llegaba al cerebro. Entonces, decidimos
mostrarles un video sobre el sistema nervioso.
Trabajo del sistema nervioso y cuento
del viaje al cerebro…comentarios
Hablando de cómo viaja nuestras sensaciones al
cerebro, los niños reflexionaban sobre las
reacciones que tenemos, entonces Samuel dice:
«en el cerebro hay personas que nos dicen que
hacer cuando sentimos» por tanto, les
mostramos la película Intensamente como una
idea de lo que imaginaban que pasaba en su
cerebro.
a través de los comentarios de los niños se pudo
observar que sienten mucha curiosidad por sus
emociones. Se hacen preguntas sobre cómo
opera el cerebro para que las emociones fluyan,
además, han visto cómo su estado emocional
afecta su diario vivir.
• Sebastián: me da miedo la oscuridad.
• Samuel: me pone feliz compartir
• Junior: me pongo triste si un amigo me pega.
• Johan: las emociones tienen cinco colores.
Para seguir su interés en las emociones se les
presentó el cuento el Mostruo de los colores.
Aarón: El monstruo es como nosotros, tiene
muchas emociones.
Johan: el monstruo no tiene los mismos colores
que intensamente.
Isabella Piedrahita: teacher las emociones se
despiertan cuando nos pasa algo.
Dado al interés de los niños en cuanto a las
emociones contadas desde El mounstruo de los
colores se realizó un taller para padres en el cual
los niños explicaban a sus padres lo que para
ellos significan las emociones y cómo se
controlan.
Durante el taller de padres, se tomó nota de lo que
los niños explicaban a sus padres:
Aarón: cuando reímos mucho nos duele la panza y
lloramos.
Edwing: yo vi en una película que si nos da miedo
sentimos ganas de hacer chichí.
• Isabella Sánchez: ¡Sentir dolor es también una
emoción!?
• Santiago Felipe: ¡Nooo, sentir dolor es algo que
siente el cuerpo cuando nos sale sangre….!
Teniendo en cuenta los comentarios, los
llevamos a laboratorio para que observaran el
cuerpo humano y reflexionaran sobre cómo
afectan las emociones a nuestro cuerpo.
en medio de la visita al laboratorio se les pregunta:
¿cómo sabemos tantas cosas sobre el cuerpo?
Edwing: porque abren a las personas muertas.
• Samuel David: Los que han estudiado nuestro
cuerpo son los científicos, ellos cuando alguien
muere, lo cortan y miran sus cosas por dentro.
• Isabella Sánchez: Ellos hacen eso para trabajar y
así ganan platica.
• Edwing Alejandro: Los doctores también ayudan
a conocer nuestro cuerpo, ellos estudian sobre
cómo nos enfermamos.
• Partiendo del interés que los niños mostraron
después del trabajo en el laboratorio sobre las
personas que se encargan de estudiar el
cuerpo se planteó una salida por el barrio para
que observaran las distintas profesiones y
cómo estas personas utilizaban aprendían su
oficio.
Durante el recorrido por el barrio los niños hacían diferentes
preguntas a personas que encontraban en el camino:
• Samuel David: (Le pregunta a la señora María vendedora de
arepas) ¿a usted quien le enseño a hacer arepas?
• Emily Valentina: las arepas se hacen con masa, mantequilla
agua.
• Aaron Andrey: ¿Dónde aprendió a hacer las arepas?
• Samuel Sneider: (Pregunta a otra señora que vende arepas)
¿Usted también aprendió en la finca y su mama le enseño?
• Por medio de este tipo de preguntas los niños iniciaron
una construcción propia sobre la transmisión de
la información.
Los comentarios nos llevaron al lugar en el que
se guarda la información: el cerebro. Lo que nos
llevó a brindarles una provocación que les
permitiera transmediar y relacionar el cerebro
con otros elementos. Dicha provocación fue un
coliflor.
• Isabella Piedrahita: el coliflor se parece al
cerebro porque tiene como florecitas a él que
lo hacen ver como rayitas.
• Edwing: eso parece un cerebro porque aquí
(ondulaciones) se guardan los recuerdos.
El comentario de Edwing permitió dar paso a una
pregunta importante: ¿cómo guarda nuestro
cerebro la información?
Sus respuestas seguían lo que su imaginación les
respondía.
• Samuel sneider: el cerebro tiene unas luces que
iluminan para que piense y para que sepa lo que
dicen.
• El cerebro sirve como un humano que coge un
lápiz y escribe.
Para los niños está claro que el cerebro es quien guarda
información y rememoramos la salida al barrio para
preguntar ¿cómo aprenden las personas?
• Jhon Jairo: “Ella aprendió viendo” ... (Hablando sobre
como las mamas han aprendido a preparar alimentos)
• Miguel Ángel: “Ella vio a su hermano haciendo el pan y
le tocaba venderlo y aprendió”
• Teacher Adriana: ¿Qué tenían en común estas
personas?
• Brayan: “Ellos aprendieron al revés y separados
aprendieron por su familia”
Respondiendo al cómo se transmite la
información, se realizó un trabajo individual en
el que cada uno expresaba sus ideas.
Y, formando grupos ellos sustentaban su punto
de vista para llegar a acuerdos que generaban
sus teorías sobre la transmisión de la
información para plasmarlo en un mural.

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