prácticas» tienen un momento específico de aparición,
éste es el siglo XX, específicamente a la década de los 60s y 70s. Antes de estos años los problemas relativos a la reflexión moral tuvieron como objeto de estudio principalmente el pensamiento especulativo por el «bien» o lo «bueno», y por la fundamentación filosófica de éste. A partir de 1950 se siente la necesidad de que la ética ofreciera una respuesta a los diversos dilemas morales que se observaba cotidianamente. • Bioética • Por lo que a la Bioética se refiere, dada la enorme capacidad del hombre de manipular la genética • clonación • para que sus hijos tengan tales o cuales capacidades físicas e intelectuales; • cuestionarse, por ejemplo, sobre si es ético el suicido, la eutanasia, la interrupción del embarazo, o la donación de órganos. Avances tecnológicos Hoy día se conoce prácticamente todo sobre nosotros y podemos conocer todo sobre todos. ¿Es éticamente permitido que en algunos caso no exista un control sobre el uso de tales medios? Hoy también es imperioso preguntarse por si es ético utilizar dichos progresos para fabricar armas de destrucción masiva Ecología. Algunos de los problemas son: las muertes que en todo el mundo se registran por las intensas olas de calor que en ciertas regiones del mundo ha producido el cambio climático, las torrenciales lluvias que se abaten en diferentes partes del mundo y que devastan ciudades enteras, la contaminación atmosférica, las llamadas «lluvias ácidas», Ética de las profesiones forma en la que se venían desarrollando las diferentes profesiones, es decir, a la manera en la que éstas eran aplicadas, dando lugar a lo que se conoció como «éticas profesionales» o «éticas de las profesiones». Por desgracia, la concepción que se tuvo del desarrollo de una profesión fue la de entenderla como un simple conjunto de conocimientos técnicos, adquiridos generalmente en algún centro educativo pero con un nulo referente social, y con ningún anclaje ético. Una profesión no es sólo un cúmulo de conocimientos, y el ejercicio de ésta Así, por ejemplo, los médicos detentan (ejercer ilegítimamente algún poder o cargo) la salud, y los abogados del derecho, de ahí que dicha sociedad exija de quienes nos desenvolveremos como profesionales que seamos de determinada manera, no de cualquier manera, sino como un profesional ético. La ética profesional como ética aplicada alcanza entonces la reflexión sobre la manera en que el médico, el psicólogo, el banquero, el ingeniero, el dentista, el economista, el abogado, etcétera, llevan a cabo su trabajo profesional, el cual no puede ser realizado con una visión puramente economicista o instrumentalista, sino de una forma excelente. CONCEPCIONES SOBRE LA PROFESIÓN Concepción Weberiana de las profesión Hay dos formas en las que ésta puede ser definida una profesión. Weber, la profesión “es la actividad especializada y permanente de un hombre que, normalmente, constituye para él una fuente de ingresos y, por tanto, un fundamento económico seguro de su existencia”. ¿Cualquier profesión es sólo un instrumento individual para conseguir dinero?
Si la razón económica es el único motivo de nuestro
trabajo entonces tendríamos que sacar las siguiente consecuencias: Desnaturalización de la profesión Las profesiones cuando aparecieron no nacieron prioritariamente por un afán de lucro. Las primeras profesiones de sacerdote, la de médico y la de abogado, surgieron fundamentalmente por un espíritu de servicio social, la primera para la salud y curación del alma, la segunda para la salud del cuerpo y la tercera la conservación de los bienes. Concepción instrumentalista y eficientista de la profesión Desde aquí se considerará que es sólo la eficiencia alcanzada a cualquier precio lo único que nos debe importar, independientemente de cuáles sean los medios que se empleen para ello. “En el pensamiento moderno comienza a valorarse positivamente el trabajo, pero, tan sólo, en la medida que es eficaz, en cuanto que produce resultados externos. Llega a considerarse verdadero, bueno o válido aquello que produce los resultados deseados” A quien tiene dinero es a quien se le presta el servicio Si sólo es el dinero lo que nos mueve como profesionales, entonces nuestro trabajo lo brindaremos exclusivamente al mejor postor, así, si una persona o un grupo de personas humildes viniera a solicitar nuestros servicios, nos negaríamos a atenderlos dado que no tendría dinero para pagar nuestros servicios. Concepción de Adela Cortina sobre la profesión. Profesión puede caracterizarse “como una actividad, cuya meta interna consiste en proporcionar a la sociedad un bien específico e indispensable para su supervivencia como sociedad humana, para lo cual se precisa el concurso de la comunidad de profesionales que como tales se identifican ante la sociedad”. CARACTERÍSTICAS DE UNA PROFESIÓN Ahora bien, si nuestra concepción de entender la profesión va mucho más allá de la que puede ofrecer una visión instrumentalista y se ancla en una concepción de servicio a la sociedad para su subsistencia, ¿cuáles serían el sentido que identifica una profesión y que la separara de una visión tan reduccionista como la utilitarista o instrumentalista?. Consecución de metas En primer lugar, cualquier actividad profesional cobra sentido cuando persigue unas determinadas metas, unos determinados objetivos por los que se distingue, así, por ejemplo, la práctica de la medicina persigue fundamentalmente que las personas se mantengan o recuperen la salud, no la de administrar un hospital. La profesión de la educación persigue la transmisión del conocimiento, no la de hacer marchas y plantones que desquicien el tráfico o cierren avenidas. La profesión del periodista tiene como objetivo central la veracidad de la información que llega a sus informantes, no la de difamar sin un sustento claro y preciso de la información la fama de las personas públicas o privadas. La profesión se ejerce en comunidad La profesión no es sólo una actividad individual, sino que es ejercida por un conjunto de personas, que podríamos calificar como «colegas», con los que se conforma una comunidad. El sentido de la profesión se cobra igualmente cuando ésta se ejercita en una común unidad, caracterizada e identificada por una serie de principios, reglas y virtudes. La profesión dota de una cierta identidad En tercer lugar, el ejercicio de una actividad profesional dota a quien la ejerce de una peculiar identidad y genera en él un cierto sentido de pertenencia. EXIGENCIAS DE LA SOCIEDAD AL BUEN PROFESIONAL Parece ya inobjetable reconocer la necesaria presencia de la ética en nuestro desarrollo profesional, es decir, aceptar que para ser un buen profesional no basta con saber la técnica, sino que se exige además el requerimiento ético, y responder de esta manera a cinco exigencias básicas que las sociedades de hoy plantean a toda profesión. La sociedad de hoy es una sociedad demandante Las sociedades de hoy son sociedades demandantes, y como tales no les son indiferentes las acciones y actuaciones de sus protagonistas, especialmente de aquellos que detentan (ocupar un poder de manera ilegitima, tener sin derecho una cosa que no pertenece) poder. Desprestigio de la actividad profesional En segundo lugar y ligado a lo anterior se encuentra la demanda que la sociedad exige a sus profesionales dado el desprestigio, descrédito y crisis de legitimidad en la que se encuentran casi todas las profesiones, igual abogados que médicos, lo mismo contadores que ingenieros, etcétera. La sociedad requiere de los mejores profesionales En tercer lugar, las sociedades de hoy merecen tener a los mejores profesionales posibles, no a profesionales cualquiera o mediocres. El profesionista tiene un compromiso con la excelencia profesional La sociedad exige a sus profesionistas que se comprometan con la excelencia profesional. Las sociedades contemporáneas reclaman éste particular tipo de «excelencia profesional» que se traduce en la obligación que tiene cualquier funcionario de hacer de la mejor manera posible el trabajo cotidiano. Autoridad moral de todo buen profesionista En quinto lugar y no por esto menos importante, la autoridad de un buen profesional descansa no tanto en sus conocimientos sino en esa cualidad ética que la sociedad reconoce y exige del que se va a desempeñar como médico, abogado, ingeniero, etcétera. CÓDIGOS DE ÉTICA PROFESIONAL ¿Un código de ética, per se, hace buenos a los hombres? ¿El contenido ético de un código se agota una vez que el profesionista cumple con éste, o lo trasciende más allá? ¿Qué naturaleza es la que corresponde a un código de ética? ¿Cuál sería la validez de dicho código y quienes deberían de expedirlo? ¿Las normas contenidas en el código serían vinculantes a nivel coercitivo o simplemente actuarían como recomendaciones a seguir? La plenitud o perfección de lo humano y su reflejo en lo profesional sólo puede lograrse a través del ejercicio reiterado en el cultivo de las virtudes, «aprender haciendo y haciendo sabiendo», había señalado Aristóteles en el cultivo de las virtudes. Es conveniente que existan en cada profesión un Códigos de Ética, pues en el ámbito de la Ética es mejor sumar que restar. Beneficiarios de los códigos de ética profesional Serían: por una parte, el propio protagonista, pues encontrándose en una situación dudosa, como son buena parte las del razonamiento práctico, cuenta con la posibilidad que le ofrece un código para saber qué hacer en tal situación concreta. Por otra parte, el propio gremio de los médicos, psicólogos, ingenieros, abogados, jueces, notarios, etcétera, resultarían igualmente beneficiados, pues tendrían la seguridad de saber que sus colegas asumirían un comportamiento moral en sus actuaciones profesionales. Y, finalmente, la misma sociedad se beneficiaría, al saber que los profesionales estarán regulados en su actuación a una serie de parámetros que no pueden ser violentados o no observados. Dos funciones bien determinadas: por una parte, 1) Establecen criterios que determinan comportamientos específicos a seguir por parte del profesional. Por la otra, 2) Promocionan y recomiendan igualmente conductas que reditúan finalmente en un beneficio personal y social. Validez de los códigos de ética profesional ¿Dónde encuentran su validez y legitimidad las normas de los códigos deontológicos?
La validez de este tipo de normas está en la fuerza
moral de su contenido. No se refiere a la moralidad de cada profesional, es la moral de un grupo de profesionales la que debe ser observada, de modo que son los principios morales, valores o bienes de una profesión determinada los que le dan validez. Quiénes deben dar un código de ética profesional Quienes deben idear la estructura y contenido de los códigos de ética son los propios miembros del grupo o colegio respectivo. De modo que serán sólo los médicos, psicólogos, ingenieros, periodistas, contadores, abogados, jueces, etcétera, los que deberían de dárselo porque son ellos los que conocen los problemas que encierra el ejercicio de su profesión, los que deben estructurar su propio código. CONCLUSIÓN Para quien crea que todo lo que se ha dicho aquí son sólo buenos deseos, o ingenuas intenciones, que como tales en la realidad no se dan. Esto que ahora les puede parecer sólo eso, simples intenciones, lo aprenderán mejor cuando en carne propia sufran una inmoralidad hecha por un profesional; ojala esto nunca suceda. Antes de que esto pase, creamos que la ética o deontología profesional es muy importante, tan fundamental que de esto depende la subsistencia de nuestras propias profesiones.