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La caridad obliga

Integrantes :
Alejandra Palomino
Heymé Carmen
Caroll Córdova
Amad a vuestros enemigos (Mt 5,44).
• El amor a los enemigos se puede entender de tres maneras. Primero,
amarles en cuanto enemigos. Esto es malo y contrario a la caridad,
pues sería amar la maldad ajena. Segundo, se puede tomar el amor a
los enemigos como amor universal por la naturaleza común que
tenemos con ellos. Desde este punto de vista, el amor a los enemigos
es exigencia necesaria de caridad en el sentido de que quien ama a
Dios y al prójimo no puede excluir a sus enemigos del amor general
al prójimo. En tercer lugar, el amor a los enemigos puede
entenderse en sentido particular, es decir, como un movimiento
especial de amor de alguien hacia su enemigo. Esto no es en
absoluto exigencia necesaria de la caridad, ya que esta virtud no
implica amor especial a cada uno de nuestros semejantes en
particular, extremo que resultaría imposible. No obstante, ese amor
especial, entendido como disposición de ánimo, es exigencia
necesaria de la caridad en el sentido de estar dispuesto a amar a un
enemigo en particular si hubiera necesidad.
• Un joven padre de familia pide
ayuda para alimentar a sus
hijos y se lo gasta en el bingo.
Una señora anciana pide
ayuda para curarse un mal y se
lo gasta en vino. ¿Hay que
ayudar a esas personas? Y
añadamos un factor
importante: no hay para todos.
¿A quién ayudamos? ¿A quien
emplea la ayuda adecuada y
responsablemente o a todos?
Caridad no es dar lo
que te sobra, sino
dar de lo que tienes,
ante una necesidad
Ejemplo: Cuando le
das tu comida a un
bagabundo. se las
das de la que tienes,
no de lo que dejaste
Dar comida a los
necesitados,
visitar a las casas
de retiro, ser
considerado con
los que tienen
menos que
nosotros o que
necesiten ayuda
Hablando de la caridad es importante decir que: la caridad vale más que la
mortificación.

• Un monje ermitaño tenía que ir todos los días a traer leña


para su cocina de un bosque lejano. El camino era largo y el
sol abrasador de la tarde le hacía sudar. A mitad de camino
había una fuente, donde él saciaba su sed. Un día antes de
beber pensó renunciar a su deseo por amor a Dios. Al
volver por la noche vio brillar en el cielo una estrella que
no estaba los días anteriores. Pensó que su sacrificio había
gustado a Dios. Y lo mismo los días siguientes.Otro día iba
con un compañero que al ver la fuente dijo:- ¡Qué suerte!
Una fuente. ¡Con la sed que tengo!.Él pensó: si yo no bebo,
él tampoco va a beber. Se adelantó y bebió. Por el camino
pensó: «esta noche no veré mi estrella».Al anochecer vio
que en lugar de una estrella había dos.Renunciar a una
mortificación por caridad es más agradable a Dios.
• http://www.ideasrapidas.org/caridad.htm
• http://pensamientocatolico.blogspot.com/2006
/06/sencillos-ejemplos-de-caridad.html?m=1
• http://www.20minutos.es/carta/787880/0/don
acion/fundacion/millonarios/
• http://www.finanzea.org/administrador-
organizacion-a05524964.htm

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