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EL CONOCIMIENTO DE DIOS
Introducción
Introducción
Ilustración: Balconeros y caminantes
Introducción
Ilustración: Balconeros y caminantes
* Balconeros: Espectadores
* Caminantes: Experimentan su caminar de manera práctica
Introducción
Ilustración: Balconeros y caminantes
* Balconeros: Espectadores
* Caminantes: Experimentan su caminar de manera práctica
¿Por qué conocer más a Dios? Porque queremos ser caminantes que
viven creciendo y avanzando en la fe, y no solo ser espectadores.
Introducción
Ilustración: Balconeros y caminantes
* Balconeros: Espectadores
* Caminantes: Experimentan su caminar de manera práctica
¿Por qué conocer más a Dios? Porque queremos ser caminantes que
viven creciendo y avanzando en la fe, y no solo ser espectadores.
¿Por qué conocer más a Dios? Porque queremos ser caminantes que
viven creciendo y avanzando en la fe, y no solo ser espectadores.
¿Por qué conocer más a Dios? Porque queremos ser caminantes que
viven creciendo y avanzando en la fe, y no solo ser espectadores.
¿Por qué conocer más a Dios? Porque queremos ser caminantes que
viven creciendo y avanzando en la fe, y no solo ser espectadores.
Conclusión:
Introducción
Se mira a Dios con el lado opuesto del telescopio, lo que nos
muestra a un Dios “pigmeo”, y por lo tanto, se termina teniendo un
fe pigmea.
Conclusión:
* Jeremías 6:16 - Llamado a recordar las bases de un cristianismo
bíblico, que nos ayude a vivir de una manera fresca y viva, la fe que
un día recibimos. Y para ello, necesitamos “redescubrir”, no la
Palabra, sino al Dios de la Palabra, Jeremías 9:23-24.
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
No hay mayor ciencia que pueda realizar un cristiano, que ahondar en las
profundidades de la persona y carácter de nuestro Gran Dios y Rey
(Salmos 27:4).
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
No hay mayor ciencia que pueda realizar un cristiano, que ahondar en las
profundidades de la persona y carácter de nuestro Gran Dios y Rey
(Salmos 27:4). Siendo siempre conscientes, de que nuestra plomada no
puede alcanzar sus profundidades (Isaías 55:8-9).
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
No hay mayor ciencia que pueda realizar un cristiano, que ahondar en las
profundidades de la persona y carácter de nuestro Gran Dios y Rey
(Salmos 27:4). Siendo siempre conscientes, de que nuestra plomada no
puede alcanzar sus profundidades (Isaías 55:8-9).
A la vez, nada nos ayuda tanto, a crecer en humildad, como una visión
cada vez más clara, sobre la grandeza de nuestro Dios y por lo tanto, de
nuestra propia pequeñez (Juan 3:30).
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
No hay mayor ciencia que pueda realizar un cristiano, que ahondar en las
profundidades de la persona y carácter de nuestro Gran Dios y Rey
(Salmos 27:4). Siendo siempre conscientes, de que nuestra plomada no
puede alcanzar sus profundidades (Isaías 55:8-9).
A la vez, nada nos ayuda tanto, a crecer en humildad, como una visión
cada vez más clara, sobre la grandeza de nuestro Dios y por lo tanto, de
nuestra propia pequeñez (Juan 3:30). Y esta visión nos empuja a
asombrarnos por el amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús (Juan 3:16).
Capitulo 1 - El estudio de Dios
Alguien dijo:
“el estudio apropiado de la humanidad es el hombre …
el estudio apropiado para los hijos de Dios es Dios mismo”.
No hay mayor ciencia que pueda realizar un cristiano, que ahondar en las
profundidades de la persona y carácter de nuestro Gran Dios y Rey
(Salmos 27:4). Siendo siempre conscientes, de que nuestra plomada no
puede alcanzar sus profundidades (Isaías 55:8-9).
A la vez, nada nos ayuda tanto, a crecer en humildad, como una visión
cada vez más clara, sobre la grandeza de nuestro Dios y por lo tanto, de
nuestra propia pequeñez (Juan 3:30). Y esta visión nos empuja a
asombrarnos por el amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús (Juan 3:16).
Ejemplo:
La unidad en la Trinidad (Génesis 1:26; 3:22; 2 Corintios 13:14)
¿Cómo lo aplicarías a tu vida?
Introducción
Propósito de los milagros