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1983 – 1985: El ajuste se caracterizó por una contracción de los gastos corrientes no
financieros y de capital y por una recuperación de los ingresos tributarios a los niveles
previos a su abrupta caída. Sin embargo, esta recuperación no tuvo sus bases, en la
mejoría de los impuestos a la renta y al consumo general de bienes, sino que se sostuvo
en el crecimiento significativo de los impuestos a los combustibles. Como consecuencia
de ello, la participación de los combustibles en la recaudación total aumentó de 9.6% a
25.4%.
POLÍTICA ECONÓMICA
En 1988, el déficit fiscal medido en relación al PBI alcanzó el valor máximo del
período (10.8%), debido al elevado nivel de desahorro en cuenta corriente del
gobierno central (3.9%) que continúo deteriorándose hacia 1989 alcanzando su
máximo valor (5.7%) considerando los últimos 25 años de historia fiscal. Hacia
mediados de la década del ochenta, el nuevo gobierno, sobre la base de una
concepción económica heterodoxa, implementó un conjunto de políticas
expansivas, tanto en el plano fiscal como en el plano monetario. Esta política, de
carácter populista, tuvo inicialmente (durante los dos primeros años de gestión)
resultados favorables sobre el PBI. Sin embargo, estas medidas implicaban el
financiamiento monetario del déficit y la pérdida progresiva de reservas.
El financiamiento monetario del déficit contribuyó a un continuo aumento de los
precios, pasando de una inflación de dos dígitos en 1986 (62.9%) a una inflación de
tres dígitos en 1987 (114.5%) y a una evidente inestabilidad monetaria en 1989 con
niveles de inflación superiores a 2000%. Este proceso de alta inflación generó
presiones recesivas en la economía peruana, a tal grado que el PBI real se deterioró
considerablemente, llegando a tener en 1990 niveles similares a 1983. La inflación a
inicios de la década de los 90´ superó el 7000%.
POLÍTICA ECONÓMICA
Cuando Alan García anunció que su gobierno limitaría el pago de la deuda externa al
10% de los ingresos por exportaciones, el Fondo Monetario Internacional declaró al
Perú como "país no elegible". "El Perú dejó de ser sujeto de crédito internacional para
importantes agencias de cooperación como el Banco Interamericano de Desarrollo y
el Banco Mundial y muchas obras públicas que se habían aprobado en el gobierno
anterior no se realizaron que acabó desatando el aislamiento internacional, un
enfrentamiento del país con los acreedores extranjeros y una de las peores crisis
económicas de su historia." (Carlos Contreras y Marcos Cueto: 2000)
POLÍTICA ECONÓMICA
El gobierno peruano adquiría los dólares estadounidenses al tipo de cambio existente en el libre
mercado.
Éstos dólares con un subsidio se los vendía a los empresarios locales del país, a un precio menor que
los que los compró. (DÓLAR MUC: Mercado Único de Cambio)
Los empresarios debían usar estos dólares de forma única y exclusiva para el fortalecimiento de sus
respectivas industrias.
En un principio, estas medidas que se adoptaron aportaron resultados positivos. Para septiembre de
1985, la inflación pudo bajar a 3,5%. En 1986, la economía del país creció 10%.
Sin embargo, después del gran crecimiento de 1986 surgió un problema. Llegaba a su límite superior
la capacidad de producción de la módica industria peruana. Se necesitaban más inversiones para
poder situar nuevas capacidades productivas y así seguir con la reactivación económica.
Otro problema fue que a finales de 1986 volvió a ser negativa la balanza comercial. Las reservas
internacionales peruanas bajaban a $860 millones para diciembre de 1986, al compararlo con los
$1.410 millones para marzo del mismo año.
También se debió esta falta de liquidez a que el gobierno pagó a sus acreedores mucho más del 10%
que el presidente García previamente había anunciado.
Finalmente, muchas personas cambiaron sus intis por dólares. Se temía una devaluación del inti por la
poca confianza que los ciudadanos tenían en el modelo económico.
POLÍTICA ECONÓMICA