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INSTITUTO DE TERAPIA GESTALT

REGIÓN OCCIDENTE
LA FERTILIDAD-INFÉRTIL: LA VIVENCIA DEL
MILAGRO DE LA VIDA Y LA RUPTURA DE PAREJA
DESDE EL ENFOQUE GESTALT
Presenta:

Prisca Ma. Navia Osorio y García.

Director de tesis:
Esthela Jacqueline de la Torre, MTG.

Guadalajara Jalisco, Mayo 2019


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La infertilidad es la incapacidad para lograr el embarazo, luego de un año de relaciones no
protegidas, o una vez logrado el embarazo, la imposibilidad de que llegue a feliz término. (OMS)

La infertilidad es un problema que ha ido incrementando en las parejas jóvenes que buscan
tener hijos.

Hay muchos factores que afectan la infertilidad: físicos, biológicos y principalmente,


psicológicos. La infertilidad es una causa vital estresante de primer orden que puede generar
malestar emocional y afectar a otros ámbitos de la vida de la pareja o la persona.

La infertilidad afecta aproximadamente del 15% al 20% de las parejas. El 33% de los casos se
deben a un factor femenino, 21% se deben a un factor masculino, 40% es de tipo mixto y el
resto (6%) es por causas inexplicables.
En la Psicología de la Infertilidad hay ya un amplio bagaje de estudios y se han efectuado
notables revisiones sobre los procesos psicológicos relevantes a la reproducción humana, sus
significados subjetivos y las características sociales, psicosociales y psicopatológicas de las
parejas infértiles.

Cuando el médico puede diagnosticar un "problema de fertilidad no explicado" es cuando no


hay razones claras para la infertilidad, puesto que todos los resultados de las pruebas son
normales. Se llega a creer que el factor emocional y psicológico juega un papel importante en no
lograr concebir.
De acuerdo con estudios en infertilidad, las tasas de infertilidad en las parejas han experimentado
un importante aumento en las últimas décadas, debido sobre todo a la edad cada vez más
avanzada en la que se toma la decisión de tener hijos.

Esto, unido a la necesidad de someterse a tratamientos específicos para lograrlo y a sus largos
procesos e intervenciones, puede en muchos casos provocar diferentes alteraciones psicológicas.

En la actualidad, existen diferentes programas


psicológicos que mejoran el equilibrio emocional
de las parejas y los resultados de los tratamientos.
MÉTODO

En esta investigación emplearemos el método fenomenológico para compartir la vivencia interna de


la participante con respecto a las emociones, sentimientos y la infertilidad vivida en la pareja.

Emplearemos el método hermenéutico-dialectico para dar una base interpretativa bajo un enfoque
Gestalt a las descripciones de experiencia de la participante con respecto a sus emociones y
sentimientos asociados a la infertilidad en una historia de vida con modalidad autobiográfica.
MARCO TEÓRICO

La psicología de la Gestalt ve la necesidad de observar la percepción y la experiencia inmediata


para no distorsionar la realidad del fenómeno observado. Este es el principio básico de la
fenomenología. Y esto se debe a que la percepción no se realiza a través de cada uno de los
elementos que configuran la totalidad, sino a través del todo.

La psicología de la Gestalt o “de la forma”, enseña la necesidad de volver a la experiencia


inmediata, que no se distorsione la realidad del fenómeno que se está observando, que la
percepción no es la de un conjunto de los elementos si no la de un todo.

La teoría de la Gestalt entiende que la experiencia presente es modificada básicamente por la


experiencia anterior y a su vez cambia la experiencia futura
Las capas o estratos de la neurosis
según F. Perls son las capas que la
persona va atravesando cuando
profundiza y comienza a ser consciente
de sus mecanismos neuróticos.

(Bersing, 1995).
MARCO TEÓRICO

El primer estrato es el de los clichés. Es la capa más superficial y donde se mueven las buenas
formas del trato casual. Es el estrato más mecánico, más automático y más frío.

La segunda capa es la de los roles, donde se juegan o se representan. Este estrato se refiere al
personaje que representa ante los demás, al de los medios de manipulación para lograr lo que se
quiere del ambiente. Perls dice de los roles que son estrategias superficiales y sociales de
vinculación.

El tercero es el impasse. Aquí se vivencia la anti existencia, pues al dejar el rol de lado, el sujeto ya
no sabe quién es. Aquí es donde generalmente vienen las crisis porque el rol ya no sirve, no
acomoda ni da bienestar, pero no se sabe “vivir sin él”.
La cuarta etapa es la muerte o implosión. La idea es lograr un contacto verdadero con lo muerto
que da como resultado la explosión.

La explosión es la quinta y última capa de la neurosis, la muerte retorna a la vida mediante la


vivencia y expresión de las emociones genuinas del sujeto.

Al tener contacto con lo muerto que hay dentro, con lo inhabitado, el sujeto conoce de sí lo que ha
reprimido o guardado durante toda su vida porque lo rechaza y aquí se busca una y otra vez darse
cuenta de que la persona es responsable totalmente del bienestar emocional.
(Perls, 1975.)
Para Joseph Zinker el llamado ciclo de la experiencia en la Terapia Gestalt, es el núcleo básico de la
vida humana, dado que ésta no es más que la sucesión interminable de ciclos.
También conocido como “Ciclo de la autorregulación organísmica”, pues se considera que el organismo
sabe lo que le conviene y tiende a regularse por sí mismo.

Explica también el proceso de formación figura/fondo: cómo surgen las figuras de entre el fondo difuso, y
cómo una vez satisfecha la necesidad dicha figura vuelve a desaparecer.

En términos generales, se puede decir que el ciclo de la experiencia, dado en un contexto específico y
significativo, constituye en sí misma una Gestalt.

Un ciclo interrumpido es una Gestalt inconclusa; un ente que parasitará


al organismo consumiendo su energía hasta verse satisfecho.
“La introyección es el mecanismo neurótico
mediante el cual los introyectos estructuran
la personalidad, incorporando patrones,
actitudes, modos de actuar y pensar que no
son verdaderamente nuestros” (Perls, 1976).

(Zinker, 1970).
Ginger nos habla de cinco dimensiones de la actividad humana:

La dimensión física: el cuerpo, lo sensorial, la motricidad, la sexualidad.

La dimensión afectiva: sentimientos, la relación de amor, el otro en la dimensión de cuidados mutuos.


Relación madre-hijo

La dimensión [Yo]: lo racional, [la voluntad], lo creador imaginario.

La dimensión social: Mis apoyos, la pareja en su dimensión de crecimiento compartido, la relación


con los otros, el medio humano, cultural.

La dimensión [transpersonal]: lugar y sentido del hombre en su medio cósmico: Transgeneracional,


parapsicológico, metafísico, espiritual-ideológico.
(Perls, 1950).
MARCO REFERENCIAL

Freud localiza al amor completo al objeto, en relación al apoyo, como característico del hombre.
Es el que muestra una sobrestimación sexual que se origina en el narcisismo infantil y supone lo
transferido al objeto amado.

Freud plantea que el amor completo es masculino o más bien desde la posición masculina que
la unifica con la posición del amante.

La mayoría de los hombres desde la existencia de éste y a través de la historia, se plantean ser
padres como algo natural, como parte de su masculinidad. Comienza como un deseo y lo van
planeando como un proyecto de vida con la pareja.
Para la mayoría de los hombres es una necesidad o la prolongación en otro ser para dejar
constancia de su existencia.
La descendencia llega a ser algo primordial en sus vidas. La paternidad representa su
prioridad, algunos otros hombres ven a la paternidad casi como un deber natural, una necesidad
asociada a su masculinidad y una función que deben desempeñar lo mejor posible a lo largo de su
existencia.
Por su lado, la infertilidad ha sido uno de los mayores problemas sociales y médicos desde los

albores de la humanidad, vivida como una amenaza para la supervivencia del clan, para la

transmisión del poder y el mantenimiento de las estructuras sociales.


La infertilidad es una causa vital estresante de primer orden que puede generar malestar
emocional y afectar a otros ámbitos de la vida de la pareja o la persona.

La búsqueda del bebé que no llega, el diagnóstico de infertilidad o la toma de decisiones en


cuanto a los tratamientos, implica un nivel de estrés en la pareja o la mujer que a menudo termina
desvinculando la sexualidad, del placer (Ballesteros, 2014).

Cualquier pareja o mujer que pasa por un proceso de infertilidad y se somete a cualquier
tratamiento médico vive un momento esperanzador, ya que el hecho de conocer cuál es su
problema, les hace pensar que la solución está más cerca.

Durante el tratamiento es habitual experimentar un vaivén de emociones, así como pensamientos


negativos. También aparecerán sentimientos contradictorios como la ilusión y la esperanza de
llegar a ser padres gracias al tratamiento y, por otro lado, la incertidumbre y la impaciencia
después de cada paso en el proceso.
La infertilidad es todavía un territorio agreste, donde los profesionales y las personas que
sufren a causa de su infertilidad y de sus intentos de solución han de encontrar un espacio de
aceptación y superación.
Se han encontrado cuatro variables que pueden influir de forma importante en el estado
psicológico de los miembros de la pareja. Estas variables son:

TIEMPO, INFORMACIÓN, APOYO SOCIAL Y AJUSTE EMOCIONAL.

Se ha detectado que alrededor del 60% de los pacientes sometidos a tratamientos de


infertilidad muestran problemas del estado de ánimo, y de ellas, solo el 3.2% buscan
ayuda profesional.

La infertilidad tiene efectos importantes sobre la sexualidad, la autoimagen y la autoestima,


tanto en hombres como en mujeres. Algunas mujeres pueden considerar a la maternidad como
expresión última de su identidad biológica.
La Fecundación in Vitro es una técnica de laboratorio que permite fecundar un óvulo con un
espermatozoide fuera del útero. Existen 4 posibilidades de FIV: la FIV con óvulos propios y semen
de la pareja, la FIV con óvulos propios y semen de donante, la FIV con óvulos de donante y semen
de la pareja y la FIV con óvulos de donante y semen de donante.
PROCESO DE LAS EMOCIONES
Sigmund Freud define así a la persona neurótica:

Son aquella clase de seres humanos que en virtud de una organización refractaria sólo han conseguido,
bajo el influjo de los reclamos culturales, una sofocación aparente, y en progresivo fracaso, de sus
pulsiones, y que por eso sólo con un gran gasto de fuerzas, con un empobrecimiento interior, pueden
costear su trabajo de colaboración en las obras de la cultura, o aun de tiempo en tiempo se ven
precisados a suspenderlo en calidad de enfermos.
(Freud, 1890).
Cuando una pareja vive un problema de infertilidad, entre más alta es su neurosis mayor es su
resistencia a ver el conflicto real y a darse cuenta para tratar el problema y confrontarlo con la
búsqueda de ayuda profesional. Se bloquean y no afrontan sus miedos, lo toman como un problema
de salud, como a una enfermedad y lo dejan en manos de médicos, cuando en realidad tiene un
fondo emocional profundo que los lleva a generar mucho desgaste en su vida, desde económico,
físico y social.

El neurótico carece de una orientación dentro de él, tiene una incapacidad de darse cuenta tanto de
sí mismo como de la situación externa y tiene muy poco espacio para maniobrar.

Tan pronto como su capacidad de darse cuenta aumenta, su orientación y maniobrabilidad también
aumentan, entonces toma mejor contacto ya que éste requiere mejor orientación enfocada al
momento.
En el mundo en desarrollo, la infertilidad produce inestabilidad matrimonial, divorcio, pérdida de
estatus social, abuso, pobreza y estigmatización, y aunque los hombres no son inmunes al sufrimiento
asociado a la infertilidad, las mujeres llevan la carga principal, son culpadas por la no concepción y
son más vulnerables a las consecuencias negativas sociales y económicas

La infertilidad en países desarrollados contra los países no tan desarrollados.

La OMS incluye a la infertilidad dentro de las enfermedades


crónicas. Pero es evidente que posee unos matices que, a
nuestro parecer, la diferencian del resto de padecimientos
físicos: no afecta a la funcionalidad de ningún órgano y, por
tanto, no impone limitaciones físicas a quienes la padecen, no
hay sintomatología ni dolor asociado a la misma, no existe una
amenaza real a la propia vida y las parejas pueden elegir
libremente someterse o no a tratamiento, ya que su evolución
no supone peligro alguno para la supervivencia.
Las clínicas de fertilidad asistida se han hecho como fábricas de bebés: de qué color, de que sexo y
cuántos quiere el consumidor. Incluso existen manuales para poder escoger un donador de esperma
en caso de no tener pareja.

Renunciar a un sueño es difícil y la cantidad de tecnologías médicas disponibles actualmente hace


que muchas parejas sigan intentando mes tras mes, año tras año. Pero alrededor de un tercio de las
parejas tratadas por problemas de fertilidad no logran que el embarazo llegue a término y por lo
general deben aceptar esa realidad para poder seguir adelante con sus vidas.

Compartir las experiencias vividas con otras parejas en la misma situación genera tranquilidad y
mucha esperanza e ilusión, ya que ellos pueden entender mejor que nadie por lo que la pareja está
pasando. Además de buscar apoyo en esas personas desconocidas que viven lo mismo, ayuda
mucho darse cuenta de que se tiene otro tipo de apoyo como la familia, amigos, terapeutas,
sacerdotes en muchos casos, o cualquier persona donde exista un vínculo de confianza, respeto y
amor.
MARCO CONTEXTUAL

FAMILIA : EDUCACIÓN:

Integrada por cuatro miembros: Colegio católico


Padre, madre, hermana 4 años mayor Licenciada en administración de empresas turísticas
Papá profesionista abogado Maestría en psicoterapia Gestalt
Mamá se dedica al hogar Estudios y entrenamiento en terapia en EMDR y TCC
Hermana negocio propio y madre de 2 hijos
Familia conservadora y católica
Familia disfuncional
PASIONES: SOCIEDAD Y CULTURA:

Viajar, leer, estudiar, gastronomía, ejercicio, Década de los 70 Papa Juan Pablo II
ser mamá, ser terapeuta, ser mujer. Nace Walkman Terremoto en México
Thatcher, política británica Asesinada I. Gandhi
Muro de Berlín Día Nacional del Libro
DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Objetivo General:
Analizar desde el enfoque gestáltico la vivencia de una mujer joven con problemas de fertilidad
quien, tras concebir, perdió su relación de pareja.

Objetivos Específicos:

Identificar como se ve afectada la calidad de la sexualidad en la pareja con los tratamientos


por problemas de fertilidad.

Analizar el impacto de la infertilidad en el desgaste de la relación de pareja y el desgaste


físico, emocional y económico durante el proceso.
Identificar como se ve afectada la calidad de la sexualidad en la pareja con los tratamientos
por problemas de fertilidad.
JUSTIFICACIÓN Y DELIMITACIÓN METODOLÓGICA
Se va a estudiar a una mujer de 39 años de edad, con 9 años de casada, madre de un bebé de 2
años de edad, 1.60 m de estatura, pesa 52 kg, tez blanca, pelo largo, castaño y lacio. Originaria de
México, D.F., pero residente en la ciudad de San Luis Potosí.

Tiene una licenciatura en Administración de Empresas Turísticas con especialidad en Gestión


Hotelera y Gastronomía. Estudió una maestría en Psicoterapia Gestalt durante casi 3 años en San Luis
Potosí con la escuela de Integro de Guadalajara. Habla dos idiomas, es la hija menor en su familia,
tiene solo una hermana 4 años mayor. Sus padres siguen casados y viven juntos, son de religión
católica.

Entre la inspiración de la autora para realizar este estudio, está el que vivió la infertilidad con su
pareja durante cuatro años y el darse cuenta de todos los factores que influyen en su fenómeno, que a
través del enfoque Gestáltico pueda aportar algo, a terapeutas y otras personas que compartan el
mismo problema.
ANÁLISIS CUALITATIVO
Con base en la descripción fenomenológica, se puede decir que la trayectoria de la persona que se
refiere en este caso de vida, vivió su infancia en un ambiente de una familia muy disfuncional, llena de
contrastes en las emociones hacia la persona.

Por un lado, de la familia paterna contra el lado de la familia materna, excesos de consentimiento y
sobreprotección y al mismo tiempo, exceso de exigencia, estructura, perfección, rigidez y castigos.

La codependencia en la familia era algo que destacaba, unos sobre otros, moviéndose al ritmo de las
emociones de los demás. Se puede decir que no podían estar juntos, pero tampoco separados porque
sufrían.

Esta codependencia, de una hija con su madre, se basaba también en mucho control y en mucha
sobreprotección. Su mamá todo le quería resolver. Quizá durante su niñez le faltó vivir un poco más de
frustración y resolver sus problemas.
Esta niña creció debiendo tener una sonrisa en su cara, teniendo que ocultar el miedo y teniendo que
agradar a otros. Siempre tenía que estar todo bien, quedar bien con todos y satisfacer a otros antes
que a ella misma. Eso lo aprendió de su mamá. Para su mamá, primero estaban lo demás antes que
ella. Su máscara era de alegría, felicidad y de que no se rendía a pesar de los problemas.

Al mismo tiempo creció con ganas de superarse, de ser diferente, de no ser igual a los demás, de
ponerse retos para ella misma, de volar y sentir ese miedo de estar sola, de luchar y alcanzar sus
metas a pesar de que le costara arriesgarse y dejar todo atrás, huir de la realidad, huir de casa y buscar
otros lugares donde pudiera sentir tranquilidad y paz, pero alejada de su familia.
Eso hizo que creciera y se formara como una mujer fuerte, valiente, pero con miedo a ser mamá,
con miedo a vivir lo mismo nuevamente (contradicción), a que su bebé pudiera tener un papá
ausente o con problemas de alcohol y que ella lo tuviera que criar sola, con miedo al abandono y a
la soledad.

Se desarrolló como una mujer fuerte, pero también vulnerable (lo cual fue negado), “dispuesta a dar
todo sin esperar nada a cambio” (en apariencia), fiel y leal a su pareja, pero queriendo dominar
(más contradicciones), tenaz y perseverante, sin aceptar un “no” por respuesta, luchando hasta
conseguir lo que se proponía a pesar de lo negativo y los obstáculos, con mucha necesidad de
aceptación y de reconocimiento, necesidad de sobresalir y de querer ser la mejor. Buscaba que su
familia estuviera orgullosa de ella, ser lo que sus papás no fueron, incluso su hermana.
Cuando esta mujer crece y escoge a su pareja, vive tratando de controlarlo y al mismo tiempo de
agradarle (lo que significaba repetir las contradicciones percibidas en la familia), tal vez por miedo a
perderlo. Buscaba que él estuviera contento y ella cumplir en cierta manera como la “esposa buena”.

Se empieza a vivir con mucha angustia, descontrol, tristeza, desesperación, dolor y mucha frustración.
No entendía por qué no podía lograr ser mamá como cualquier mujer.

Todo giraba alrededor de ese pensamiento de vivirse infértil, de no poder procrear.


Esto la llevó a darse cuenta de las lealtades hacia las mujeres de su familia, mujeres fuertes, solas,
con relaciones difíciles con sus parejas.
CONTRASTACIÓN
El psicoanálisis enseña que las emociones vividas por esta persona al principio no fueron
aceptadas, sino reprimidas y negadas. Se vivieron con evasión y con mucha neurosis por varios
años.

Los neuróticos son aquella clase de seres humanos que en virtud de una organización
refractaria sólo han conseguido, bajo el influjo de los reclamos culturales, una sofocación
aparente, y en progresivo fracaso, de sus pulsiones y que por eso sólo con un gran gasto de
fuerzas, con un empobrecimiento interior, pueden costear su trabajo de colaboración en las
obras de la cultura, o aun de tiempo en tiempo, se ven precisados a suspenderlo, en calidad de
enfermos (Freud, 1920).

La pulsión se refiere en psicoanálisis a un término que se usa para designar aquel tipo de
impulso psíquico característico de los sujetos y que tiene su fuente en una excitación interna y
corporal que se dirige a un único fin preciso, calmar ese estado de tensión.
En este caso, la mujer fue perdiendo poco a poco la intimidad con su pareja, perdieron el erotismo
por buscar la maternidad, se sometían a horarios rígidos y días establecidos para tener relaciones
sexuales y poder concebir.

Vivían sometidos a las restricciones e instrucciones de los médicos al pie de la letra, pero no
confiaban en sus corazones ni en sus intuiciones, porque veían que no funcionaba a su manera la
búsqueda del hijo.

La introspección de esta mujer era lograr conocer sus propios estados mentales y emocionales de
lo que estaba viviendo al querer concebir, un clavado a su interior para darse cuenta qué era lo que
realmente buscaba o, qué realmente quería satisfacer o a quién quería satisfacer.

Se refiere la introspección también a observarse a sí misma para poder interpretar sus propios
pensamientos y procesos emocionales.

El síntoma debe ser reconocido, ya que es un aviso del cuerpo de que la salud puede estar
amenazada por algo psíquico, es una combinación, en el psicoanálisis, del sistema inconsciente
con el sistema preconsciente y consiente.
Muchos hombres sienten que pasan a segundo nivel cuando nace el hijo. En este caso, las
evidencias muestran que la pareja de la participante de esta historia se sintió rechazado y salieron a
flote todos sus traumas de la infancia. Al verse como padre, se comienza a comportar como otro
niño, cae en depresión y para esta mujer era imposible cuidar a dos niños.

Ella sabía que la necesitaban los dos, sin embargo, uno era ya maduro y podía solo, el otro, sí
dependía totalmente de su madre.
La llegada del hijo separó a la pareja y la distanció. En este caso, el hombre tampoco puso de su
parte, se dejó vencer con la depresión y el alcohol.

La mujer no tenía otra opción más que levantarse todos los días y cuidar y darle amor a ese hijo que
tanto necesitaba a su padre y a su madre. Pero al mismo tiempo, ella veía cómo perdía a su pareja
día a día sin poder hacer nada.
Según el enfoque gestáltico, la infertilidad tiene relación con lo que la cultura influye en forma
importante para que una mujer desee tener hijos, y que a través de la introyección es como vamos
moldeando nuestra forma de ser y comportarnos en el ambiente en el que nos encontramos
inmersos.
La sociedad y la cultura hace a la mujer responsable de la maternidad, responsable de la
reproducción y responsable de la alimentación de su hijo. Por mucho tiempo se daba por hecho
que el éxito en una relación y en una pareja era el tener hijos. Eso era la realización máxima en el
hombre y en la mujer.

La maternidad es una función biológica, pero es también una función cultural. Biológicamente
tiene que ver con el sexo y es capacidad exclusiva de las hembras, culturalmente es uno de los
aspectos que caracteriza más claramente al género y en este sentido, es una función femenina.
CONCLUSIONES
La psicoterapia Gestalt, como diferentes corrientes de la psicología moderna, encuentra la relación
que hay entre el comportamiento humano, sus emociones y sus sentimientos.

Se encuentra que existe una gran relación entre las emociones y las enfermedades. Las diferentes
corrientes psicológicas coinciden en que las experiencias traumáticas vividas por cada ser humano
afectan su manera de vivir y percibir el mundo, las decisiones que cada quien toma y, en consecuencia,
en la creación de sus propias enfermedades.

Perls, entiende a la neurosis, y por extensión a la enfermedad psicosomática, como una estrategia
de evitación del dolor psíquico que lo transforma paradójicamente en sufrimiento crónico.

En el caso que se estudió en esta tesis se habla sobre la persona que sufrió por años la infertilidad
con su pareja y cómo esta terapia con enfoque humanista le ayudó profundamente a conocerse
más a sí misma, a darse cuenta de lo que verdaderamente quería ella y a las consecuencias de las
decisiones que tomó.
La influencia del Zen y el Tao en la psicoterapia Gestalt nos enseña el intento de la comprensión de
la realidad tal y como es, con una gran importancia en el aquí y en el ahora, no como la imaginamos.

La presente investigación, a través de la historia de vida y desde un enfoque fenomenológico, permite


mirar cómo el tema de la infertilidad va de la mano con el miedo y el control, derivados de las
ausencias y carencias por parte de la figura masculina, en este caso su padre.

Al mismo tiempo, deseó tanto algo, que ella dejó de tener su propia identidad, dejó de tomar sus
propias decisiones y no hizo sino confiar y hacer una relación con los profesionales, más que con su
esposo.

La terapia Gestalt, le ayudó a aceptar esa realidad, hacer catarsis, confrontar sus miedos, cambiar
sus creencias, tener sus propios recursos para salir adelante y las herramientas necesarias para no
sentirse lastimada. Hoy está convencida de que la mejor decisión es vivir sola con su hijo; que es otra
oportunidad que la vida le regala para mejores y nuevos comienzos.
Muchas gracias!!!!

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