El relator “Entre el relator deportivo, su relato, el partido de fútbol y el público oyente, existe una relación convencional pautada por el hecho de que quien escucha debe compartir los supuestos que le permitan reconstruir, por medio de la palabra, el escenario de la enunciación y la imagen de la acción que se desarrolla de manera distante y que, sin embargo, recupera de manera casi simultánea el transcurrir de los hechos. El relato deportivo no es un comentario sobre la acción: es la puesta en escena en el ámbito de la enunciación de la acción misma. El relator necesita, entonces, de una comunidad interpretativa que comparta su campo de experiencia”. El futbolista “En cualquier momento puede suspenderse o cesar por completo el juego. No se realiza en virtud de una necesidad física y mucho menos de un deber moral. No es una tarea. Se juega en tiempo de ocio. Solo secundariamente, al convertirse en función cultural, veremos los conceptos de deber y de tarea vinculados al juego”. El árbitro “La literatura sobre fútbol saca al deporte del césped y lo pone a circular junto con otros artefactos culturales dentro del mundo, de modo que el hombre siempre tenga al alcance de su mano sus orígenes, su pasado, su presente y su futuro, pero sobre todo, a sí mismo. De este modo se explica el porqué se escriben cuentos, novelas y poemas sobre fútbol: más allá de un ejercicio de significación o de argumentación a favor de un elemento deportivo, la literatura sobre fútbol es el resultado de un interés común que pretende descifrar las claves simbólicas del porqué adoptamos como una forma de vida un deporte que siendo ten sencillo y elemental condiciona la gran mayoría de motores sociales y culturales alrededor del mundo entero”. La afición “En resumidas cuentas, el lenguaje del fútbol permite reconocer un proceso por medio del cual el fútbol ha ido construyendo sus propios usos gramaticales tanto dentro como fuera de la cancha. Es decir, para poder hablar en la cancha mientras se juega, como para poder expresar la experiencia de ver el juego de otros. Al principio los anglicismos eran los únicos capaces de nombrar todo lo que sucedía dentro del campo de juego, pero a medida que el fútbol se fue practicando, fue posible darle paso a un vocabulario y a unas expresiones propias las cuales fueron saliendo del entorno deportivo, para instalarse en el día a día de los pueblos haciendo ver que el fútbol y la vida van de la mano ya que ambos universos comparten la magia de un lenguaje capaz de expresarlos mutuamente”. La cancha “Desclasado, el fútbol se mudó de los barrios pobres al centro financiero. Nació y creció en los suburbios de las grandes ciudades, donde representaba el placer, el orgullo comunitario y la esperanza de prosperidad. Hoy el mercado lo globalizó como espectáculo a partir de su telegenia y su capacidad para reforzar el sentido de pertenencia. El fútbol fortalece la identidad local (barrio, ciudad, país) y ese poder lo proyecta en lo universal. El largo viaje del fútbol a través del siglo está lleno de paradojas de este tipo. Sin el auxilio de los intelectuales, el fútbol creó su propio lenguaje, de modo que uno puede oír, sin escandalizarse, que un jugador “saca un córner corto con pierna cambiada”. El fútbol, abrazado por el mercado, crecerá como negocio. Sin embargo, un solo niño que corra tras un balón lo devolverá a su apasionante punto de partida. Desde la ingenuidad inicial hasta la celebridad mediática y comercial sobre la que marcha hacia el siglo XXI, todo es fútbol. Un juego simple cruzado por todas las influencias culturales de la sociedad del espectáculo. Próspero y confundido, el fútbol se va alejando de su esencia y empieza a ser una mentira muy bien contada por los medio de comunicación” La pasión “Se escriben cuentos de fútbol, entre otras muchas razones, debido a que allí se encuentran protegidos los elementos fundacionales que representan y simbolizan la identidad de un grupo humano que exige ser nombrado. Lo oral, lo colectivo, lo histórico, lo corporal, lo popular y hasta la manera como se bautiza un acontecimiento hasta ahora insuficiente a la hora de abordar al individuo contemporáneo. Cada novela, cuento o poema constituye, además, la piedra fundacional de un campo de investigación virgen a la hora de encontrar los mecanismos de los que una sociedad hace uso para convertir en mensaje todo aquello que le interesa, es decir, el camino que va del partido de fútbol a la publicación de un libro de cuentos de fútbol y su dinámica”.