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Pensamientos sobre la ejecución correcta del coito: "tengo que conseguir una buena erección", "ha de fijarse en mi
capacidad sexual", "he de dejar una buena impresión", "si pierdo la erección pensará que soy poco hombre", "si no tengo
erección pensará que ella no me atrae lo suficiente", "me dejará en cuanto vea que tengo un problema sexual"
Pensamientos sobre el propio cuerpo que hagan "desconectar" de la relación: "pensará que tengo el pene pequeño","va a
darse cuenta de que tengo un cuerpo feo", "me va a ver mi enorme barriga", "esta postura es poco sexual".
La ansiedad derivad de pensamientos como los enumerados anteriormente.
Concentrarse en conseguir que la pareja se excite y no prestar atención a las sensaciones que está experimentando en su
cuerpo.
Autoobservación durante la relación sexual
Exceso de preocupación respecto a su compañera
Preocupación exagerada por una "ejecución sexual perfecta"
Estas cuestiones que hemos visto hasta ahora es fácil que dejen un "mal sabor de boca" y que condicione los próximos
encuentros eróticos, pudiendo en ocasiones abocar en una falta de deseo sexual
Padecer un Trastornos de la personalidad que configuren cierta forma de vivenciar las relaciones sexuales. Por ejemplo un
hombre con una personalidad obsesiva-compulsivo puede temer perder el control dentro de una relación sexual y vigilar sus
cambios corporales, de tal forma que deja de prestar atención al contacto sexual perdiendo toda las sensaciones físicas y
emocionales agradables del encuentro, perdiendo así la erección. Del mismo modo un hombre narcisista con grandes
deseos de gustar al otro, puede estar tan pendiente de su actuación sexual, que por ese motivo pierda el interés por la
relación y deje de estar excitada y pierda la erección.
Problemas en la relación de pareja
2.3.1.2. EYACULACIÓN PRECOZ
El trastorno del orgasmo se caracteriza por la falta o el retraso del clímax sexual (orgasmo) aun cuando
la estimulación sexual es suficiente y se está sexualmente excitada, mentalmente y emocionalmente.
Es posible que no se alcance el orgasmo si el coito termina demasiado pronto, si no hay estimulación
erótica suficiente o si se teme perder el control o dejarse ir.
Se anima a probar la autoestimulación (masturbación), y en algunas mujeres es útil la psicoterapia.
La cantidad y el tipo de estimulación requerida para el orgasmo varían mucho. La mayoría de las
mujeres pueden alcanzar el orgasmo con la estimulación del clítoris (que es el equivalente del pene en
los hombres), pero menos de la mitad llegan al orgasmo de forma habitual durante el coito.
Aproximadamente una de cada 10 nunca alcanza el orgasmo, aunque no obstante muchas
consideran satisfactoria su actividad sexual.
Las que tienen trastorno del orgasmo no pueden tener un orgasmo bajo ninguna circunstancia, ni
siquiera cuando se masturban o aunque estén muy excitadas. Sin embargo, en general no se alcanza
el orgasmo porque no se está suficientemente excitada, lo cual se considera un trastorno de la
excitación y no un trastorno del orgasmo. La incapacidad para tener un orgasmo se considera un
trastorno solo cuando la falta de orgasmos angustia a la mujer. Hacer el amor sin orgasmo puede
causar frustración, provocar resentimiento y, en ocasiones, desagrado hacia todo lo relacionado con el
sexo.
Causas
Algunos factores ambientales y psicológicos pueden contribuir al trastorno del orgasmo, como:
Relaciones sexuales que acaban siempre antes de que la mujer se excite lo suficiente (por
ejemplo, por eyacular antes de tiempo).
Juego erótico previo insuficiente.
En uno o ambos cónyuges, desconocimiento del funcionamiento de los órganos genitales.
Falta de comunicación sobre el sexo (por ejemplo, acerca de la clase de estimulación que
hace disfrutar a una persona).
Problemas en la relación, como conflictos no resueltos y falta de confianza.
Ansiedad por el rendimiento sexual.
Miedo a dejarse llevar, hacerse vulnerable y no tener el control (posiblemente como parte de un
miedo a no controlar todos los aspectos de su vida o como parte de una tendencia general a
mantener las emociones bajo control).
Experiencia física o emocional traumática, como abuso sexual.
Trastornos psicológicos (como una depresión).
2.3.3. DISFUNCIONES SEXUALES COMUNES
ENTRE LOS DOS SEXOS
Las causas que provocan este tipo de trastorno sexual son muy variadas.
De hecho podemos hablar de causas multifactoriales, teniendo siempre
en cuenta factores orgánicos, psicológicos y del entorno. Al definir esta
alteración hablamos de aquellos motivos que tienen que ver más con la
parte orgánica, como los de tipo hormonal, y también de los relativos a
enfermedades diversas. La toma de según que fármacos también puede
incidir y hacer que disminuya el deseo sexual. Lo mismo ocurre con los
problemas de pareja y con la calidad emocional y sexual que mantenga
con ésta. Por último no hay que olvidarse de causas como el estrés, la
fatiga o las preocupaciones que, evidentemente, también tienen su influjo
a nivel sexual.
2.3.3.2 TRASTORNO POR AVERSIÓN AL SEXO
También conocido bajo el diagnóstico de rechazo sexual persistente, el trastorno por aversión al
sexo es considerado como un tipo de disfunción sexual en la cual se experimenta una aversión
constante o recurrente a cualquier tipo de contacto sexual. Las personas que la sufren
manifiestan una clara aversión hacia el sexo, lo que les lleva a evitar los contactos sexuales,
sobre todo genitales, con otra persona.
Además, el trastorno por aversión al sexo difiere del resto de trastornos sexuales en que este
primero genera repulsión, altos niveles de ansiedad y estados de pánico en la persona, la cual
los experimenta ante la posibilidad de cualquier tipo de actividad sexual.
Esta sensación de rechazo puede darse tanto ante la idea de llevar a cabo conductas o
relaciones sexuales en general, como ante a prácticas sexuales concretas y específicas como el
sexo oral o la masturbación.
La incidencia del trastorno por aversión al sexo es mucho más alta en mujeres que en hombres y
suele representar entre el 3 y el 4% de los motivos de consulta en relación con las disfunciones
sexuales. Por lo que es considerado como una alteración infrecuente de la conducta sexual.
No obstante, en aquellos casos en los que la aversión al sexo resulta ser muy grave, la persona
que lo padece puede llegar hasta el punto de no relacionarse con ninguna persona que pueda
suponer una potencial pareja sexual o romper una relación sentimental cuando esta da paso al
inicio de las relaciones sexuales.
Tipos de aversión al sexo
Criterio A) Como todos los trastornos mentales, el trastorno, en este caso sexual
debe ser clínicamente significativo y provocar malestar acusado o dificultad en
las relaciones interpersonales.
Criterio B) El trastorno sexual se explica en la totalidad por el consumo de
sustancias, pues los síntomas aparecen durante y hasta 30 días después de la
intoxicación- o de acuerdo a la duración de la vida médica del fármaco- y el
consumo del medicamente está etiológicamente relacionado con el trastorno
sexual.
Criterio C) El trastorno sexual no se explica mejor por un trastorno sexual no
inducido por sustancias. El consumo terapéutico o adictivo de sustancias de
acción farmacológica altera efectivamente el deseo, la excitación o el
orgasmo, o produce dolor en las actividades sexuales. Se explica en s totalidad
por los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia: drogas, fármacos o
exposición de tóxicos.